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3 Fisiología de la unidad miofascial (mf) 27 Fig. 25. Tracción de los husos nm sobre la fascia y formación del CC; la Figura A evidencia la sección de un músculo, la Figura B quiere enseñar las relaciones entre los husos y el endomisio y los órganos miotendinosos con el tendón. En neurofisiología encontramos que el movimiento es programado por la mente y realizado por la con- tracción de las fibras musculares. El impulso nervioso cerebral que determina el desplazamiento de un de- terminado segmento, encuentra en la periferia una infinidad de variables. Las fibras musculares realizan un movimiento sólo en virtud del contexto fascial en el que son insertadas. Es la unidad miofascial la que sincroniza la acción de las unidades motoras alcanza- da por un axón. Si varía la consistencia de los cc (cen- tro de coordinación) de la fascia, se cambia el contex- to a que hacen referencia las fibras musculares y por tanto el motor será diferente. Centro de coordinación y centro de percepción de la unidad miofascial (mf) En el cuerpo humano hay puntos en los que la expe- riencia indica beneficios dados por las irradiaciones mayores con respecto de las zonas circundantes. Es- tos puntos han sido llamados por varias escuelas con nombres diferentes, (puntos de acupuntura, puntos gatillo, centros neurolinfáticos), pero su colocación siempre es la misma. ¿Por qué estos puntos tienen la misma colocación en todos los hombres? Ante todo hace falta entender en cuál tejido se colo- can estos puntos. Cada escuela los coloca en un tejido diferente (músculo, conectivo laxo, periostio, ligamen- tos, vasos, nervios), pero el único tejido que modifica su consistencia, si es sometido a estrés, es la fascia; no sólo es plástica, sino también es maleable, es decir es el único tejido que modifica su consistencia si se somete a la manipulación. Estas premisas serían suficientes para hacer optar por el tejido fascial, pero también la fisio- logía de la unidad miofascial confirma esta hipótesis. En cada unidad mf hay un conductor que dirige las fuerzas musculares, (centro de coordinación = cc) y hay un centro que percibe el desplazamiento articu- lar, (centro de percepción = cp). El centro de coordi- nación está en la fascia epimisial que tiene fibras co- lágenas onduladas y por tanto distensibles dentro de límites predeterminados (Fig. 25).

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unidad miofascial (mf)

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Fig. 25. Tracción de los husos nm sobre la fascia y formación del CC; la Figura A evidencia la sección de un músculo, la Figura B quiere enseñar las relaciones entre los husos y el endomisio y los órganos miotendinosos con el tendón.

En neurofisiología encontramos que el movimiento es programado por la mente y realizado por la con-tracción de las fibras musculares. El impulso nervioso cerebral que determina el desplazamiento de un de-terminado segmento, encuentra en la periferia una infinidad de variables. Las fibras musculares realizan un movimiento sólo en virtud del contexto fascial en el que son insertadas. Es la unidad miofascial la que sincroniza la acción de las unidades motoras alcanza-da por un axón. Si varía la consistencia de los cc (cen-tro de coordinación) de la fascia, se cambia el contex-to a que hacen referencia las fibras musculares y por tanto el motor será diferente.

Centro de coordinación y centro de percepción de la unidad miofascial (mf)

En el cuerpo humano hay puntos en los que la expe-riencia indica beneficios dados por las irradiaciones mayores con respecto de las zonas circundantes. Es-tos puntos han sido llamados por varias escuelas con nombres diferentes, (puntos de acupuntura, puntos gatillo, centros neurolinfáticos), pero su colocación siempre es la misma.

¿Por qué estos puntos tienen la misma colocación en todos los hombres?

Ante todo hace falta entender en cuál tejido se colo-can estos puntos. Cada escuela los coloca en un tejido diferente (músculo, conectivo laxo, periostio, ligamen-tos, vasos, nervios), pero el único tejido que modifica su consistencia, si es sometido a estrés, es la fascia; no sólo es plástica, sino también es maleable, es decir es el único tejido que modifica su consistencia si se somete a la manipulación. Estas premisas serían suficientes para hacer optar por el tejido fascial, pero también la fisio-logía de la unidad miofascial confirma esta hipótesis.

En cada unidad mf hay un conductor que dirige las fuerzas musculares, (centro de coordinación = cc) y hay un centro que percibe el desplazamiento articu-lar, (centro de percepción = cp). El centro de coordi-nación está en la fascia epimisial que tiene fibras co-lágenas onduladas y por tanto distensibles dentro de límites predeterminados (Fig. 25).

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Fisiología de los husos nm. En el esquema son evidenciadas las disposiciones de las fibras musculares y fasciales del tríceps: 1) fibras de los dos gastrocnemios que convergen hacia el tabique medial; 2) curso de las unidades motoras implicadas en la retropulsión del talón y dispersas dentro del tríceps; 3) punto de convergencia de los vectores anteriores o centro de coordinación de la unidad mf de retropulsión talo. Los vectores a y b enseñan como la fuerza útil de las fibras musculares se dirige a lo largo de la línea recta de acción del órgano muscular, el vector c corresponde al resultante de las fuerzas de los dos gastrocnemios. El CC es puesto en el punto de convergencia de la tracción de los husos nm, sobre el endomisio; husos y endomisio tienen la misma disposición de la fuerza muscular.

Fig. 26. Foto cercana del tríceps para evidenciarla disposición de las fibras musculares y del perimisio.

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Fisiología de los órganos tendinosos. Observando la imagen anatómica se nota que el paso miotendinoso de los músculos es escaleriforme; los bíceps femorales; 1)se introducen sobre la fíbula (hueso peroné) con un tendón que se dilata para arriba con muchas expansiones; el tendón proximal del gastrocnemio lateral; 2)es formado por la convergencia de numerosas fibras tendinoaponeuróticas; el paso miotendinoso distal de este músculo; 3)es conformado en V; estas conformaciones escalares de las inserciones miotendinosas determinan una activación en tiempos diferentes de los órganos tendinosos durante el movimiento.

Fig. 27. Tricípite sural con sólo la fascia epimisial; nótese como se ha dividido el tendón de Aquiles.

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1 La transmisión de la fuerza de contracción a las estructuras cir-cundantes requiere ataques entre las fibras musculares y el tejido conectivo a ellas, asociado (Gray H., 1993).

2 Los músculos de fibras paralelas, (sartorio), son más aptos para desplazar en una breve distancia una carga ligera; los músculos penados, (tríceps), son más aptos para desplazar una carga pesa-da en una distancia cercana (Kenneth K., 2005).

3 El huso muscular es formado por un haz de 4-10 fibras muscula-res estriadas encerradas en una vaina colagena. El impulso origi-nado por las motoneuronas gama induce la contracción de estas fibras integradas en el endomisio y cápsula (Mazzocchi G., 1996).

4 El circuito gama es esencial en la contracción voluntaria de los músculos en cuanto induciría un tono muscular óptimo para una contracción eficaz fáscica de los músculos. Es demostrado que cada movimiento voluntario es precedido por un leve aumento del tono de los músculos interesados (Mazzocchi, 1996).

El conductor para coordinar estas fuerzas tiene que tener a la mano las riendas; en el músculo esta transmisión de las fuerzas profundas hacia un punto superficial es realizada por la continuidad del endo-misio con el perimisio y el epimisio.1

En la fascia epimisial convergen todas las traccio-nes que los husos neuromusculares efectúan sobre el endomisio (Fig. 26). En las unidades mf más simples, como por ejemplo aquellas de retro talo, formada casi por entero del tricípite sural, que es un músculo pena-do,2 las tracciones miofasciales convergen en el paso miotendinoso del mismo músculo.

En las unidades mf más complejas, es decir aquellas formadas por unidades motoras que llegan a más mús-culos, como por ejemplo el retro-húmero, las traccio-nes tienen que converger siempre en un punto único, formado por la fascia que tiene relaciones con todos los músculos implicados. Para esto, una parte de fas-cia tiene que correr libre sobre los haces musculares individuales, de modo que haga converger todas las tracciones en un punto único o cc. El centro de coor-dinación de cada unidad mf uniforma la acción de las unidades motoras en el movimiento único. El cc no coordina tanto estas fibras musculares por la aferen-cia de las terminaciones nerviosas libres, sino más bien con su adaptabilidad a las tracciones de los husos.3

Fisiología de los husos neuromusculares

Los husos neuromusculares son insertados sobre el endomisio y por tanto, cuando el impulso gama los hace contraer, ellos estiran el andamio fascial.4 Este estiramiento no es casual, pero converge hacia un punto único o cc; este punto, gracias a la elasticidad de la fascia, se adapta al estiramiento de los husos; és-

tos se acortan y engruesan su pared central estimulan-do las terminaciones anulospirales.5 De estas termi-naciones nerviosas parte por tanto la aferencia de las fibras Ia e Ib; cuando llegan a la médula estas aferen-cias, entonces puede partir la segunda fase contráctil de las fibras alfa. Esta actividad neuromiofascial no es percibida; sólo cuando no funciona nos damos cuenta por el dolor que ella provoca a nivel articular. Si se tiene una densificación del cc, éste no se adapta de modo perfecto al estiramiento de los husos y entonces sólo algunos husos pueden activar la aferencia Ia. y las fibras alfa. En este caso, dentro de la unidad mf, sólo algunas fibras musculares se pueden contraer, produciendo por tanto una tracción alterada sobre la articulación.

En la articulación esta el centro perceptivo6 de la unidad mf, que, desde el punto de vista nervioso, es conectado con los músculos motores.7 El centro per-ceptivo es, además, la suma de las aferencias de todos los componentes articulares: tendones, ligamentos, cápsula. La fascia se enlaza a todas estas partes blan-das, resume sus aferencias y les da un significado di-reccional. Cuando se empezó a utilizar las prótesis se comprendió que no es la cápsula articular8 la que da el sentido kinestésico, sino es toda la fascia.

La estructura de la fascia tiene una forma tal que le permite estimular las terminaciones nerviosas li-bres de modo preciso y por tanto de rebotar al cere-

5 Las fibras intrafusales toman inserción sobre el conectivo que circunda las fibras musculares. La inervación de las fibras intra-fusales por parte de las motoneuronas gama produce el acorta-miento de las mismas fibras y, durante la contracción muscular, ayuda a la longitud de las fibras extrafusales (Baldissera F., 1996).

6 Se quiere demostrar que grupos de fibras musculares con la re-lativa fascia e inervación forman las siguientes unidades neuro-mío-fasciales: flexión, extensión, aducción, abducción, intra y extrarotación. Cuando el músculo efectúa un movimiento, estira la cápsula articular (cp.) y también la sobresaliente fascia; todo esto incluso estimula los neuroreceptores. Por consiguiente la fascia es el feed-back para la imagen motora direccional (Vara L., 1989).

7 Los receptores estáticos y dinámicos que tapizan las cápsulas y los ligamentos son repartidos de tal manera que la inervación sensitiva de una parte de la cápsula es dada por el mismo tronco nervioso de aquél que inerva los músculos protectores (Viel Y., 1991).

8 La experiencia clínica parece testimoniar la escasa relevancia de las aferentes articulares, puesto que el sentido de posición queda sustancialmente inalterado en los sujetos en los que una articulación ha sido remplazada por una prótesis. De otra parte, la anestesia local de la piel y la cápsula articular de la articulación metacarpo-falange o interfalange provoca una disminución del sentido de posición de los dedos cuando se mide la musculatura relacionada (Baldissera F., 1996).