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*Firi del arms El afio 199 1 puede considerarse, desde la óptica de ¿ 1 la limitación de armamentos y el desarme, un período de transición, que parece anunciar el final de un largo control? capitulo de la historia de las relaciones soviético- estadounidenses. Ese periodo ha estado dominado por Balance de las el arn control clásico, entendido como <<un medio de complementar la estrategia militar unilateral con algun tip0 de colaboración con aquellos paises que son ene- negociaciones de migos Desde potenciales, 10s años sesenta, (Schelling/Halperin, desarme y Iimitación 196 1 ) . de ar- limitación de mamentos han sido dos formas diferentes -aunque no necesariamente antagónicas- de acercarse al fenómeno de la carrera de armamentos y, por ende, a 10s proble- armamentos y mas de la seguridad nacional e internacional. El desar- me busca la eliminación de todas las armas o de alguna categoria de ellas, por 10 que se concibe como alternati- desarme va a la fuerza militar. La limitación de armamentos se contenta con perseguir la reducción de la probabilidad de guerra, su destructividad si finalmente estalla o el coste derivado de la defensa militar; presume, por tan- to, la aceptación de la utilidad continuada del poder militar en nuesna epoca. En ese sentido, difícilmente puede pensarse que el objetivo último de un proceso de lirnitaci6n de armarnentos sea llevar la reducción de la categoría de a r m a en cuestión hasta el número cero (Schelling, 1985-86). Sin disminución real de sistemas armamentísticos no puede hablarse de desarme, pero puede haber arns control sin que se logren reducciones. En el caso de las armas nudeares, la limitación de armamentos dásica intent6 desde su inicio reducir la pmbabiidad de guerra mejorando la estabilidad estra- tégica -el equilibri0 nudear entre las superpotencias-, asi como la estabilidad en las aisis. No se trataba pues de reducir fuerzas per se o de frenar la incesante compe- tencia tecnológica, sino de construir confianza median- te el diálogo, acuerdos y medidas de verificación. Durante décadas, y a pesar de 10s cambios del siste- ma internacional, las condiciones, objetivos, enfoques y actores implicados en y perseguidos por la limitaci6n de armamentos han sido en líneas generales 10s mismos. Poco después de la caída de los regímenes de socialisme realmente existente y del fm de la guerra fría, la guerra del Golfo, la desaparicidn del Tratado de Varsovia (TV) y la desintegración de la UniQ Sovietica han transformado definitivamente las condiciones y 10s ac- totes, 10 que, probablemente, componara tambien fu- turas modificaciones de 10s objetivos y enfoques. Respecto de las condiciones, basta con recordar que Rafael GRASA la alteraci6n radical del sistema internacional surgido Profc~or Titdar de Relaciones Internadonales, tras la I1 Guerra Mundial presenta, entre otros, rasgos Universitat Autdnoma de Barcelona. como: una desideologizaci6n parcial de las relaciones PmfC~or dc la Fundarid CIDOB. internacionales y cieno retorno a la homogeneidad (po- Semtario del Centtv &Estudis sobre la Pau i ei iítica, econ6mica e ideológica) de los principales actores hamament, UAB. del sistema; un refuetzo de la complejidad e impredeci- 355

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*Firi del arms El afio 199 1 puede considerarse, desde la óptica de

¿ 1 la limitación de armamentos y el desarme, un período de transición, que parece anunciar el final de un largo

control? capitulo de la historia de las relaciones soviético- estadounidenses. Ese periodo ha estado dominado por

Balance de las el a r n control clásico, entendido como <<un medio de complementar la estrategia militar unilateral con algun tip0 de colaboración con aquellos paises que son ene-

negociaciones de migos Desde potenciales, 10s años sesenta, (Schelling/Halperin, desarme y Iimitación 196 1 ) . de ar-

limitación de mamentos han sido dos formas diferentes -aunque no necesariamente antagónicas- de acercarse al fenómeno de la carrera de armamentos y, por ende, a 10s proble-

armamentos y mas de la seguridad nacional e internacional. El desar- me busca la eliminación de todas las armas o de alguna categoria de ellas, por 10 que se concibe como alternati- desarme va a la fuerza militar. La limitación de armamentos se contenta con perseguir la reducción de la probabilidad de guerra, su destructividad si finalmente estalla o el coste derivado de la defensa militar; presume, por tan- to, la aceptación de la utilidad continuada del poder militar en nuesna epoca. En ese sentido, difícilmente puede pensarse que el objetivo último de un proceso de lirnitaci6n de armarnentos sea llevar la reducción de la categoría de a rma en cuestión hasta el número cero (Schelling, 1985-86). Sin disminución real de sistemas armamentísticos no puede hablarse de desarme, pero puede haber arns control sin que se logren reducciones.

En el caso de las armas nudeares, la limitación de armamentos dásica intent6 desde su inicio reducir la pmbabiidad de guerra mejorando la estabilidad estra- tégica -el equilibri0 nudear entre las superpotencias-, asi como la estabilidad en las aisis. No se trataba pues de reducir fuerzas per se o de frenar la incesante compe- tencia tecnológica, sino de construir confianza median- te el diálogo, acuerdos y medidas de verificación.

Durante décadas, y a pesar de 10s cambios del siste- ma internacional, las condiciones, objetivos, enfoques y actores implicados en y perseguidos por la limitaci6n de armamentos han sido en líneas generales 10s mismos. Poco después de la caída de los regímenes de socialisme realmente existente y del fm de la guerra fría, la guerra del Golfo, la desaparicidn del Tratado de Varsovia (TV) y la desintegración de la UniQ Sovietica han transformado definitivamente las condiciones y 10s ac- totes, 10 que, probablemente, componara tambien fu- turas modificaciones de 10s objetivos y enfoques.

Respecto de las condiciones, basta con recordar que Rafael GRASA la alteraci6n radical del sistema internacional surgido Profc~or Titdar de Relaciones Internadonales, tras la I1 Guerra Mundial presenta, entre otros, rasgos Universitat Autdnoma de Barcelona. como: una desideologizaci6n parcial de las relaciones PmfC~or dc la Fundarid CIDOB. internacionales y cieno retorno a la homogeneidad (po- Semtario del Centtv &Estudis sobre la Pau i ei iítica, econ6mica e ideológica) de los principales actores hamament, UAB. del sistema; un refuetzo de la complejidad e impredeci-

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bilidad de éste; la reducción del riesgo de conflicto Antes, ernpero, sintetizaremos 10s principales acon- nuclear generalizado; la desvinculación de 10s conflictos tecimientos y propuestas del atio. Primero nos ocupare- en 10s paises del Sur del enfrentamiento Este/Oste; y mos de las conversaciones sobre seguridad convencio- un rebrote de la inestabilidad del sistema de Estados, nal en Europa, luego de las relativas a arma nucleares, que contempla fusiones y fragmentaciones, inusuales y, finalmente, de algunos acuerdos y foros mutilatera- desde 1945, descolonizaci6n aparte. ' les referides a armas no contemplada en 10s dos prime-

En cuanto a 10s actores, sucesos relacionados con 10s ros apartados. dos importantes acuerdos firmados 10s dos últimos afios -CFE (Fuerzas Armadas Convencionales en Eu- ropa) y START (Conversaciones para la Reducción de Fuerzas convencionales en Europa: CFE, Armas Estrategica)- muesaan una aansmutación CFE 1A y CFE I1 alin mayor. No existen ya dos alianzas militares, ni siquiera como procedimiento negociador provisional El Tratado CFE había sido firmado el 19 de no- para reducciones de fuerzas convencionales en Europa, viembre de 193 1. Tan s610 siete días m& tarde se ni tampoc0 puede hablarse ya de dos superpotencias inciaron, a petici6n sovidtica, las negociaciones sobre militares. Además, en algunos casos ni tan s610 se sien- medidas adicionales conocidas como CFE 1A,* destina- tan en las actuales mesas de negociaciones todos 10s das -segÚn 10 establecido en el m'culo 18 del Tratado actores relevantes, en particular a propósito de la preo- CFE- a lograr un acuerdo sobre reducci6n de efectives cupaci6n por el riesgo de proliferaci6n de misiles balís- humanos en el kea de aplicaci6n antes de la reuni6n de ticos y de arma de desmcci6n masiva. seguimiento de la CSCE (Conferencia de Seguridad y

En efecto, las dificultades relativas a 10s datos sovid- Cooperaci6n en Europa) a celebrar en Helsinki (marzo ticos y a la interpretaci6n del articulo 3 del Tratado de 1992), de la que deberia salir un nuevo mandat0 CFE, en primer lugar, han polarizado a menudo las para unas eventuales negociaciones CFE 11. discusiones acerca de la reducci6n de las fuerzas con- Pese a esas prisas, ni las conversaciones sobre medi- vencionales en Europa durante 10s doce últimos meses das adicionales ni el proceso de ratificaci611 del Trata- en dos agrupaciones novedosas: la URSS y 10s 2 1 pd- do3 avanzaron mucho durante 10s cinco primeros meses ses restantes. El10 muesaá nítidamente que la preten- de 1991. La raz6n principal esmba en las dificultades si6n de mantener sobre el papel el procedimiento de relativas a 10s datos sovidticos y a la interpretaci6n de negociaciones bloque a bloque durante las conversacio- las reglas de diculo (articulo 3), que ya habian causado nes CFE 1A ha sido desbordada pro la Iógica de 10s problemas al corregirse en febrero 10s primeros datos hechos. En segundo lugar, la desaparición de la URSS intercambiados entre 10s paises de la OTAN (Organi- ha convenido el Tratado START (3 1 de juli0 de zacidn del Tratado del Atliintico Norte) y el Tratado de 199 1) en el primer0 que reduce realmente 10s arsenales Vanovia sobre 10s equipos limitados por el Tratado4 nucleares estratdgicos de las superpotencias y en el últi- Cvt?ase anexo, en el apartado ({La Nueva Euopa,, pdgi- mo susaito por ambas superpotencias. En tercer lugar, na 2571. La disputa ~ t a rd6 , a d e d , el inicio generali- la confusi6n acerca del futuro de los nuevos Estados zado del proceso de ratificaci611 y las negociaciones nudeares de la CE1 y 10s riesgos de proliferaci6n a ellos START, que no mtraron en su recta final solu- asociados, aún en el caso de confumarse la pr6xima cionarse el contenciosa sobre el Tratado CFE. desnuclearizaci6n de todos ellos -excepte la Federa- El escollo, reflejo de una combinaci6n de baza nego- ci6n Rusa-, implican tomar en consideraci6n nuevas ciadora del Kremlin Y de la fuefza real de las post- partes en las conversaciones futuras.

De todo ell0 se desprende, como ya he sefialado antes, el más que posible cambio de 10s objetivos y enfoques hasta ahora vigentes en el a r n control, en una direcci6n no obstante alin incierta, de la que nos ocupa- remos al final de estas pdginas.

1. Hasta hace bien poc0 s610 godIan reMane como caros recientes un ejemplo de ucesi6n (Bangladesh) y uno de fusi6n (Vietnam). El colapro del papel internacional de la URSS prwoc6 rápidamenn la desapatid6n de dos Estados (ia RepJblica DemocrPtica Alunana y Yemen del Sur) y la reapari- d6n de aes (las repúblicas Macas). La efcccos de'reboce y la desapuici6n detirnitiva de la URSS, junto a las acvps expectaavas de mancmer la prearia amalgama denominada CEI, estan ampliando la lisn.

2. Para conmrualizar, VCPhV en ei Anwan'o inrmar i~~~ai C1DOB dr 1990, R. Grasa, *La política de defensa y seguridad en Espíla* [PP. 48-55], rRuumen del Tmtado sobre F u m A r m b Convcndonales en Europav [pp. 343-3411, uGonologfa del Tratado CFE* [pp. 345-3461 y uBaiance de lu negociadones sobre conml y limicaci6n de pcrnarncntos en 1 9 9 0 ~ [pp. 402-4041.

3. A f d e s de ocrubre s610 10 habh m t i f d o mr palres: Oucdova- quia, 19 de julio; Hungda y Buigana, el 9 y 13 de scpciembcc mpecdvn- mente. El 8 de julio, mas h rrsolucib de Lm ptob1cmp1 de i n w b n , Burh envi6 el Trado ai Senado p u a que iniciara los crámites de mdficaci6n. que pueden dunr más de sds mes.

4. Para los data i n m b i a d o s el 18 de novicmbrc de 1990 -corrcgi- dos por todos los p h exapm Cnnadá, D i . Reino Unido y Hun- @a-, vCav Anwario lnjm'onal CIDOB 1990, pág. 347.

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;FIN DEL ARMS CONTROL? BALANCE DE LAS NEGOCIACIONES DE LIMITACION DE ARMAMENT0 Y DE DESARME

Tabla 1 CRONOLOGIA DE LAS CONVERSACIONES CFE 1A Y CFE II EN 1991

Enero 1991 Los esfuetzos parecen centrarse no tanto en pembr hs CFE II slno en canpletar hs G E 1A y las CSBM (Meddas de crea. cbn de confianza y segundad) para !a reunkii~ de tielslnk~.

dad 10s mandatos de la Cmferencla sobre D e m e en Euro- pa, las CFE y las CSBM derlvan del mandato de la Conferenc~a de revts~on de Madr~d, 1983)

22 de meno

Las negociaciones sobre las CFE 1 A, a escasos dias del nc¡ de la segunda ronda, están afectadas por bs problemas relati. vos a 10s datos sovlicos y a la interpretac~ón del articulo 3 del Tratado CFE.

Inicm de la segunda ronda de las G E 1A (V ia ) . Los miem- bros de h OTAN -con el apyo de Polonla, Checoslovaquia, H q r i a y &$na- rechazan h reclasificackn so\iC,tika de bes dwmnes motorizadas y manktan su vduntad de no seguit las negociacimes mienbas h URSS no M q u e su postura.

SuspensiÓn (poc acuerdo de los 22 parbapantes) de los en- cuentros formales hasta el 21 de marzo. En el intein se produ- can mmerosos contactos y proplestas. Tres temas parecen daves para el Muro: el status del acwdo; el t$a de km~tacie nes de personal y sus &ales respectios; h verihcah.

Fin de la segunda ronda (h propuesta sodika de allparse de la inspeccih a&ea no es considerada poc los obos 21 miemixos, que la posponen a la conclusion de las conversa- ciones sobre tcielos abiertosr).

hido de la tercera ronda de las CF 1 A. El plenaro inidal acuer da aplazar nuem sesiones plenarias a h resolucbn de bs problemas de datos e interpretah.

17 de rnayo

4 de junio

Final de la tercera ronda de las CFE 1A

lnlc~o de la cuarta ronda, y de 10s trabajos reales, tras acuerdo acerca del CFE

Sesdn especial del CFE en que la URSS presenta cmproml- sos aceptados poc 10s restanles stgnatanos.

El Consep de !a CSCE contem@ en su documento final con- versacmes preparatonas mfcmaks acerca de 10s pasos Mu- ros del desarme en Europa para el otoiio Las formales no se ~nclarian hasta Helsmk~.

P e s ~ s m m de la OTAN sobre la pos~Wldad de @rar, poc razones de I~empo, un tratado cmpieto que lhmlte 10s nveles de tropas P d a compensarse con cmpomlsos de no lncre mentah de bs 22 p s e s o, en uit~mo extremo, con declslo- nes unllaterales

Se crean grupos de trabap sobre efectlvos mllltares y medldas estabilizadoras (respectivamente, grupos A y B).

17 de juli¡ Final de !a cuarta ronda.

2 de sephnbe Inicio de la quinta ronda. A lo largo de ella se observa retraso en bs trabap &e meddas estabizadoras.

Los miembros de h OTAN acercan posturas respecto de hs 18 de sepbemixe La OTAN, al oarparse del mandato para nuevas rondas, usa h limitadonesdeefectívoshunanos.Slguenlosdesawerdos e x p r d informal de secwrly fm 38, que incluye a Albanla acerca del grado de vnalaclixl a M b l e al futur0 acwdo. y las tres repirbltcas bhlltcas. olpkmebcos de paises de h OTAN, el at@w TV y paises neubales disculen el sktusdel mandat0 para las conversacio- 18deoctubre Fi¡ de la quinla ronda. nasCFEI.Seanwiahposbldaddecelebrarrmiones preparat& a parbr de Otolio. Se subraya que en Helsinki 4 de noviembe ln¡c¡i de h sexta ronda, que debe acabar a medados de di. e w e la @Mad de kqaf un nuevo mandat0 (en la actuali- ciembre.

Fuente: Datos tomedos de The Anns Contrd R w e r y &sic Reports on Europeen Anns Contrd,

contrarias al acuerdo existentes en las fuerzas armadas sovidticas y el PCUS (Partido Comunista de la Uni6n Sovidtica), no se super6 hasta la sesi6n especial CFE del 14 de junio Evdase tabla 1 I. Antes se precisaron nume- rosos contactos bilaterales sovidtico-estadounidenses de 10s más altos cargos de Exteriores, Defensa y del Esta- do, que provocaron cierto desagrado en algunos paises signatarios (en especial Francia, Canada y Hungría).

En la mencionada reunidn, 10s compromisos esaitos de la URSS' fueron aceptados mediante declaraciones vinculantes por 10s otros 2 1 miembros. Con ese proce- dimiento se resolvian 10s cuatro puntos básicos de con- troversia en los términos que recoge la tabla 2.6

Tras el acuerdo se aceleraron las negociaciones sdbre las CFE 1A y 10s contactos a prop6sito de la naturaleza de las CFE I1 [vdase tabla 11, pero el retraso ha alimen- tado cierto pesimismo sobre la posibilidad de concluir un acuerdo completo de restricci6n de 10s niveles de tropas para la fecha prevista.

Armas nucleares: el tratado START y la inquietud sobre el armament0 nuclear táctico

La conclusi6n de las conversaciones sobre limitaci6n

5. Para el mto compkto presentado por la URSS, velx BASlC Repmrr celebrada ac m h o ciú, la URSS ofrcci6 daros y compromlsas mpecto de a Arnr Ca&, 17 de junio de 1991. un conjunto de 57.300 p h de equipo d d a d a s al este de 10s Un-

6. Akmds, en una rmni6n separada del Gmpo CMuultivo Conjunto la .

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y reducci6n de armas estratdgicas (START), engloba- das bajo la rúbrica rnás amplia de ccconversaciones sobre armas y espacio~,' y la firma del ccTratado entre 10s Estados Unidos de Amdrica y la Unión de Repúbli- ca Socialistas Sovidticas sobre reducción y limitación de armas estratdgicas ofensivas,) presenta cierta simetria con las negociaciones CFE.

En ambos casos, el acuerdo supone la conclusión de rnás de una ddcada de conversaciones (multilaterales o bilaterales) entre el Este y el Oeste; mayores reduccio- nes de la URSS que de su contraparte (aunque la asi- metria es rnás pronunciada en las fuerzas convenciona- les); complejos procedimientos -y avances- en el capitulo de inspección y verificaci6n; asi como impor- tantes arsenales remanentes nas la aplicaci6n de 10 con- venido, superiores a 10 deseable por ambas partes en el mismo momento de firmarse (Fonberg, 1991; Arba- tov, 1991).

Lo prolijo y complejo de las 600 piíginas del Tratado y documentos anexoss impide un análisis simplemente atento y aconseja una aproximaci6n global. El objetivo bhico de 10s procedimientos acordados busca reducir las a rma ofensivas estratdgicas sovidticas y estadouni- denses hasta llegar a niveles agregados iguales en un periodo de siete d o s , con tres fases y sus consiguientes niveles provisionales.

Una vet completadas las respectivas reducciones, las armas ofensivas estratdgicas de cada parte se habrán reducido a 1.600 vectores o vehículos de lanzamiento [induyendo ICBMs (misiles baiísticos intercontinenta- les) y sus lanzadores, SLBMs (misiles baiísticos de lan- zarniento submarina) y sus lanzadores, asi como 10s bombarderos pesados) y a 6.000 cargas nudeares cccontabilizadas~ (acrountable)~ y entre ellas no rnás de

7. Ias Nurkrlr rld Space Tabs entre la URSS y los EE.UU. subaurnic- ron desde enem de 1985 las conv-ones START iniundas en 1982, así como 1PS conw~dones sobre ampc f u m de aicance inmmedio (que . . cnslPluuon en d Tratado INF) y una vrie de negociadona sobre armas es- paciales. 8. Además del T d o , Bush y Goabachov firmamn los s¡guientes do-

cumentos anexos: vnriv dcdaraciones conveni& (que no w bah PJbLi- cas); ancxo sobre defihidones; protocolo sobte notificaciones; protocolo sc- brc mnvenión o ehinad6n, piomcolo sobte el peso ianzable de los ICBM5 y SLBMs; prorocolo sobre la Comisión de inspecddn, promolo sobre tel+ m&, protocolo sobre irupexi~ne~ y monitorización condnua (con 12 anexos); memorindum de entendimiento. Por su pam, los minisaos de Exrniwu fumaron tres acucrdos nrociados y, además, aitos funcionPrim i n m c a m b i s i a &tas acerca del Tratado. Por ddmo w inmcambianm -sh f m de ambas pams- dos dednrodones pollticas vinculantes.

9. Las reals, como puedm vetse, en las tablas 3 y 4 pueden superpr esc lúnite mediYltc teglas complejas. El u m b d de 6.000 incluye el n h e m real de car* en los ICBM y SLBM desplegados, pern el número de misiics de crucero de laruamiento aheo (MO4.s) de k g o aicance con argn nuclear nanspoctabks por los bombardem pesados se ajusePrr( a una fúr- muia que nennica aconnn subestimPndo el número real de d e s armas.

Tabla 2 ACUERDO RELATIVO A LA CONTROVERSIA ACERCA DEL CFE

h m s de defmsa mdm. Las tres dmsKxles retendrán &o nljmero de VACs (Vehiculos Acciazados de Combate), tanques y W a y Wán fuera del Tratado. No s e c o n ~ a r h m f u e r z a s d e l ' m n i e i e p u b o s e ~ h l o s w n b r a l e s CE; kx niveies d k m se reduc& igualmerte: A cambn de eko pha permanecer en lm umbra!es wwistm, la URSS Ma&h a las reducdones aaxdadas en ei Tratado una canttdad equwahte, que deberh someterse a converslbn o reducah.

W la mitad de kx tanques, VACs y pezas de aMda debdn destnrirse o conwtk. se dentro de la zona AiTü (Zona de Aplicach del A H h h a los Urales). Las restantes wdrán trasladarse a Sibena, donde Werb destnrke o convertirse una cantidad &aa lente.

hfanteria nsvid. Sa alca batamiento Id6neo al de las divlslones de defensa costera.

V*. El equparmento desbudo fuera de la zona A i iü debeca metme a poce- drmentos que aselluen sufkknfe cevidencia visuab, es deci, hgbh de ser confirmado poc los SatQes.

4.900 cargas de misiles baiísticos. En el caso sovidtico, con mayor dependencia de 10s ICBMs, se establece además que la totalidad de cargas emplazadas en 10s 154 SS-18 (ICBMs) no podra superar las 1.540 uni- dades.'' Se limita tambidn el número máximo de car- gas desplegables en ICBMs m6viles a 1.100 por lado, estableciéndose un umbra1 para la capacidad de peso lanzable estipulado en 3.600 toneladas mdaicas [para mayores detalles véanse las tablas 3 y 41.

Desde el punto de vista cualitativo y desde la 6ptica del arns control, 10 m k destacable del Tratado son:

1) la reducci6n del potencial de ataque nudear, que disminuye el riesgo de lanzarnientos accidentales o no autorizados;

2) 10s incentivos para reducir preferentemente el número de cargas explosivas transportadas por 10s mi- siles con múltiples vehiculos de reentrada (MIRVs), 10 que mengua la posibilidad de un ataque de primer gol- pe;

3) la posibilidad de que ambas partes mejoren la capacidad de supervivencia de sus fuerzas disuasorias y por ende su confianza en ellas (se permite, por ejemplo, la modernizaci6n y prueba de 10s ICBMs pesados ya existentes), un prerrequisito de la estabilidad estratdgi- ca, se@ las tesis clhicas;

Los bombarderos pesados equippdos únicamente con born& nudenrrs de gravcdad y miriles SRAM (sbort-mngr attach nisn'&s, misiics de araque de corto radio de acd6n) w cuentnn como cargas hicas. Ltm re& de u&- cuento* expiican las imporrnnts difcrauias enm las cargas uconmb' i - dasw y arralesw que recogen 1PS tabh en el caso de Im bornbardaos. 10. Lm soviéticcs sc cornpmmmn en una de h aimas adjuneps inm-

cambiadas a redudr 22 lnnzadorcs SS-18 por año durante sicce años prrn logrnr se nivel.

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COWNTURA INTERNACIONAL

propuesta de la #Missife Defense Actw. Segh esta en- Tabla 5 mienda, inicialmente aprobada por el Senado, seria po- RESUMEN DE LAS PROPUESTAS UNILATERALES DE G. BUSH

sible desplegar un sistema de misiles antibalisticos en (27-9-1991)

Dakota del None (Grand Forks), considerado el pri- mer paso en el despliegue de un Gstema de defensa

Armas estratdgm

-de cobertura nacional- contra ataques limitados de Fin inmediato de la situa& de alerta M a de tcdm IOS tanbarderos estratégiicos.

RelmdainmeüatadetcdmIOSlCBMscuya ' ' está prevista por el START. misiles balísticos. El10 supondría enmendar el Tratado Tw la rdm, ls u hi m t ~ P w o de anos, ABM y, quizii, denunciar10 antes o despuds. Para mu-

cawdach del desarrol0 de la WS&I mbvl (raiies) del misü MX y de IOS elementos chos analistas tal eventualidad podria anular el sentido dw prm de m, C a n c e del S R , , del Tratado START, al alterar el equilibri0 estratdgico, El programa -de carga nudeer el ljn'ico prma de evocando el viejo fantasma de la proliferaci6n de zacibn de IOS ICBM que seguiria m t e . MIRVs,I3 pese a que las negociauones START I1 ha- un- del mando nudesr naval y del M ~stratbgm del Pjra (SAC) en un l i n i brian de proseguir buscando explicitamente su reduc- MEmW. ci6n. Pese a las advertencias, en este caso no ha habido Vcruntad inmediata de buscar IM a u ~ w d o con URSS para eiminar todas IOS

marcha atrb tras el deterioro de la situaci6n sovietica. lCBMs con (WV), en marco del START

Las reduccions unilaterales anunciadas por Bush mez- de 116 v m bmkrdero E* Y de ia hi* de Nensa

daron dos prop6sitos que pueden ser contradictorios entre si: el aviso explícito de la continuidad de la Inicia- espeades Y TrataQ ABM

tiva de Defensa Estratdgica y la voluntad de conduir Vduntad de convergencia con la MSS para, conjuntemente, tomar pasos que pemitan un despliegue linitado de defensas no nudeeres, ~~ de proteger de ataques un rápido acuerdo para la eliminaci6n de 10s baisticosde-Pm,

MIRVs. h u n w d e M w a s W m ~ e s $ W ~ ~ o d e l o s ~ M ~ d e ~ a

En tercer y último lugar, la enormidad de 10s arsena- -,

les restantes, sobre todo en el mundo de la postguerra hm de IOS redudr la prdilaraa6n m$Yb, fría, aumentada por la *generosa* posibilidad de reua- lizaci6n de 10s misiles baiisticos y cargos que contempla R- riesgo Y tmu afines

el Tratado, casi superior al del acuerdo INF (Fuenas V h t a d de conm&m inmedietas con WlSS m redudr el r i e ~ , la

Nucleares de Alcance Intermedio). Dicho brutalrnente, de las Me a Is amhnbJ. si el START se realiza plenamente y sin modificaci6n ~ r m a s nudeeres tkticns alguna, en 1999 los ~ktmW.5 de hzamknt0 y las Car- R e M (y envio a lm EE.UU.) y destrucdbn de todas las cargas de artleria nudeares, gas nucleares estradgicas de la aURSSn serian, respec- Klduyendo las Mentes en bs EE.W. [m * e f a a Euopa sino a dal

tivamente, siete y doce veces superiores a 10s que poseia bl.

durante la crisis de Ics misiles cubarn (1962). Si a ell0 EL"f?GEE,&ztEp las rudeara IOS

se afiade que el supuesto bbico de la disuasi6n nudear Retirade de todas las anes nudeeres navales de bpo küco, nduyendo ks mMes de hasta el presente -a saber, que las armas at6micas es- -, de buques de superfiae de

tán bajo el control rigido y vigilante de decisores racio- Rem de todas las a la naval de -to nales- es m b que dudoso en la CE1 (en particular en 10 t e e .

a las taccia) 5 pareceria Fuente: Recogido de Llos del mw T ' , h h M r m sensato esperar un carnbio de enfoque y de objetivos. (n a XI septimbre de 1991).

Primero y rápidamente, nuevos y ddsiicos recortes (de los vectores y cargas, y, por tanto, tambih de los blan- COS), persiguiendo el horizonte de la udisuasi6n mini- ma*; luego, y a ritmo m b lento, aprovechamiento de 10s acontecimientos para avanzat no ya en la simple limitaci6n de armamentos, entendida en senrido res- trictivo, sino en la iínea del desarme genuino. Ya no basta con regular bilateralmente la carrera de arma- mentos para asepar la estabilidad.

Las propuestas de Bush (tabla 5 ) y la respuesta de

Gorbachov (tabla 6), importantes y espectacuiares, son a h insuficientes y demasiado ajustidas a las respecti- vas 16gicas negociadoras nacionales, todavia lastradas por los mecanismos disenados en 10s años cincuenta y sesenta, aunque su aplicaci6n seda, obviamente, más que deseable. Mejor no es aún sin6nimo de bueno.

Negociaciones sobre armas de desuucci6n masiva no nucleares

13. P a e d h d e l a ~ ~ , ~ ~ v i c n e m a & q u e l o s ~ ~ d e ~ i u e m ~ r ABMs a medidos ficrPla de 1- ~nos -ca den- la acpai- Nos varnos a ocupar, para conduir, de algunos desa- mentacita de los vchículos m~lripks de mnmdn (MIRVS). rrollos relatives a las armas biol6gicas, químicas y ra-

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~ R N DEL ARMS CONTROL? BALANCE DE LAS NEGOCIA<

Taóia 6 RESUMEN DE LAS PROWESTAS DE LA RESPUESTA

DEGORBACHOV (5-10-1991)

S e h m ~ y a 3 ~ ~ c o n 4 4 ~ ; ~ ~ s d B ~ b ~ con bes mbs (48 lanzadaes).

lldicdh de todas lar fuerzas nudeares esWgw en un inico diedcdo aperabvo, ~ ~ l a s f u e r z a s e s t r a ~ d e f e n s i v a s e n u n ~ b p o d e f u e n e s m

Vdvltsd de re& a 5 000 las cargas nudeares mtablizablas en el Tratado STM.

hm eapd& y TratadD ABM Disponblidadperadisarlisistmdemislesan~nonudeares.

&ol6gicas, en particular de 10s acaecidos en foros o acuerdos multilades.

Las armas biol6gicas, motivo de preocupaci6n ae- ciente desde principios de los &os ochenta, han estado de actualidad por un doble motivo: la guerra del Gol- fo, que refon6 las acusaciones recurrentes de prolifera- a6n y legitim6 programas ya en marcha de defensa contra la guerra biol6gica; y la tercera conferencia de

XONES DE LIMITACI~N DE ARMAMENTO Y DE DESARME

revisi611 de la Convenci6n de 1972 l4 (Ginebra, 9 al 27 de septiembre).

La crisis del Golfo record6 la peculiar situaci6n de Otiente Medio: 10 Estados de la zona (o cercanos a ella) no formaban parte de la Convenci6n, con el consi- guiente riesgo de proliferaa6n. La percepci6n de ese riesgo explica que las mpas estadounidenses fueran vacunadas contra el botulisme (w;ight, 199 1).

Al iniciarse las hostilidades, las fuerzas de la coali- ci6n liderada por 10s EE.UU. bombardearon las pre- suntas instalaciones iraquies dedicadas a la fabricaci611 de tales armas. Tras el alto el fuego, la resoluci6n 687 del Consejo de Seguridad (3 de abril) exigi6 una carta de respuesta de Ahmed Hussein, ministro de Exteriores iraqui, declarando que su país no poseia tal capacidad y que ratificaba la Convenci6n de 1972, a la que siguie- ron visitas a Irak de inspectores de la ONU (agosto y septiembre de 1991), sin resultados concluyentes. Se ponia asi de manifiesto una de las principales debilida- des del Convenio, la inexistenaa de mecanismos para verificar el cumplimiento de 10 acordado.

La Conferencia de revisi6n, por su parte, no ha su- puesto, pese a las expectativas que se habian generado, ninguna novedad espectacular. Como es habitual, me- ses antes se iniciaron las contribuciones de expertos y de grupos de la sociedad civil,'' asi como los movimienros diplomáticos previos (en 10s que fueron muy activos Canada, Austria y la URSS), que culminaron en la reuni6n del Comitd Preparatori0 (Ginebra, 8-12 de abril), a la que asistieron 68 Estados. Dias antes de la Conferencia, el secretari0 general de la ONU mosn6 su decgido apoyo a desarroilos como la DeclaraciQ de Mendoza (17 de febrero) por la que Argentina, Brasil y Chile se compromedan a frenar el desarrollo, producci6n o compra de arrnas biol6gicas o quimicas.

La Confetencia no pudo ponecse de acuerdo en la cceaci6n de un 6rgano intec-sesiones, pero logr6 sufi- ciente consenso respecto de la Dedacaci6n Final. &ta r& que la Convend6n cubre los desarrollos de la biotecnologia, induyendo 10s agentes y toxinas aeados

14. El acuado, que complera el Prococo10 de Ginebra de 192.5, fue firmndo hidmcnu por los -05 Unida, el Reino Unido y la URSS, ahdihdosc luego numnosos países. Ia Convenab prohibe incondiaonal- mena el daam110, producaón y Plrmcenamienm de roxinas y armas bioló- giar. Sm embargo, no prohibe ccdmcnu la pmsión (ni la invadgnci6n) de pmuc biológbu, de -do mn el d c u i o 1, que prmie con= con

ciacos atipm y aarnridadcsm de ngcnm mxInicos y biol6gicos para afina profikiccs., de protecab u otros fm padficosm. El ema empez. a causar prrocupsridn a pincipios & la dCoda de los &ca. Vtve (Wnght, 1990).

15. V h d rapecto (cissllu, 1990). (Lundin, 1990). (Sim, 1991). Tunbih, por ejcmplo, los comunicados de la Fedcradón de ciendficos aadounidcnra, del Cownril fa Re~ponribk C;mrrics, etc.

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o alterados artificialmente,16 10 que refuerta en parte una interpretaci6n estricta del Tratado. Además, el tex- to refleja cierto avance en el terreno de las consultas, verificaci6n y medidas para fomentar la confianza. Así, pese a las reticencias de 10s Estados 'Unidos, se acord6 aear un g r u p ad boc de Expertos Gubernamentales que examinara en 1992 las medidas de verificaci6n, tema que -junt0 a 10s riesgos de proliferaci6n- consti- tuye la mayor fuente de preocupaci6n.

Aunque las arma quimicas adquirieron una tele- vancia especial durante la guerra del Golfo e inrnediata postguerra, como en años anteriores 10 más destacable siguen siendo 10s mbajos del Comite ad boc de la Con- ferencia de Desarme, comprometido en la elaboraci6n del texto de la futura ConvenciQ sobre arma quími- cas. El impacto de la guerra, empero, parece haberse hecho notar, reforzando la orientaci6n política de las negociauones y ciem tendencia de algunos paises del Tercer Mundo a rechazar de entrada las propuestas occidentales, en particulaf las de 10s Estados Unidos. La tendencia es daramente apreciable en el caso de Cuba y Paquistán, de forma generica, y, en las cuestiones de naturaleza legal, en Egipto y Nigeria.

En cuanto al estado del borrador del Convenio, su carácter de texto progresivo o en desarrollo supone ac- tualitaaones constantes [en 199 1 la URSS reabri6 por motivos econ6micos la cuesti6n de las instalaciones de conversi6n en el marco de las discusiones sobre el ar- dculo 5, desmccidn de instalaciones] e induso cambios notorios, como la nueva posici6n, estadounidense res- pecto del artículo 4, al exigir ahora la total desaucci6n de las armas químicas. Las principales dificultades si- guen estando en el artículo 6 (inspecciones rutinarias de las indusuas químicas), asi como en 10s problemas ge- nerales de verificaci6n e inspecci6n y en las medidas que garanticen la universalidad de la Convena6n. es decir, los procedimientos para fonar a 10s Estados que pudierari quedar al margen a ratificar el texto.

Por último, nada especialmente rese~able puede de- cine de los trabajos de 10s grupos A y B del Comité ad boc sobre armas radiol6gicas de la Conferencia de De- sarme, que -como sucediera en 1990- apenas han logrado avances.

A modo de conclusi6n

Al principio .de estas pdginas he sugerido que la simple 16gica de los hechos, que ha modificado 10s

16. El &mino aagcnoa y toxinas biol+casw sc inrrrprrra de manan que induyc kr sucmcias bioquímicas que pucdan considerant como me- nntpc bclicas.

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actores y condiciones en que operaba el arns control clásico, obliga a cambiar profhdamente sus enfoques y objetivos. El riesgo de proliferaci6n -misilistia y de arma de desmcci6n masiva-, los nuevos problemas, 10s enormes arsenales aún acumulados, etc., permiten -y exigen- ensayar soluciones nuevas. En este sentido puede hablarse del final del arns control, entendido en su sentido más restrictivo, antag6nico del desarme. SerA preciso disefiar enfoques globales y reducciones drásticas más alld del territori0 europeo, que se coordi- nen con medidas favorecedoras de una conmcci6n drástica y permanente de las industrias de defensa, del control de las exportaciones de armamentos y de la conversi6n gradual y planificada de una parte de la industria militar. Es decir, disefiar pasos y esaategias hacia el desarme, donde el número cero no se descarte de antemano como imposible o inestable. Compatibili- tat, en suma, nuevos enfoques de la limitaci6n de ar- mamentos con propuestas y esmtegias viables de de- sarme.

En ese terreno puede resultar útil recordar el espíritu abierto, no resuictivo con que acotaron su campo y practicaron sus análisis Hedley Bull, Morton Halperin o Thomas Schelling (en el arns conttul) o Alva Myrdal en el del desarme. Pensarniento desiderativo aparte, 10 cierto es que existen posibilidades, en la medida en que ya no puede afumarse, al menos con la rotundidad con que hace dieciséis afíos 10 hizo Alva Myrdal, que *to- davia no esta preparado el escenari0 para que se plantee un esfuerzo serio y concertado de todos 10s actores que, como sigo esperando, intentarán conseguir la victoria sobre la carrera de armamentos (...) e impedir la com- pleta militarizaci6n de todo el mundo~ (Myrdal, 1984: 47).

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