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, I I '' ' I l' \ * "> ', ( I I .¡Ví. .; :T i v:>\ V -.•i ,- . A, > • • ;i " '• Periódico Independiente de combate. La libertad doImprenta no tleno más limitas ano si roipoto 4 la vida privada, I la moral y 4 la pal pública.—Att. 7° áa la Constitución, ' Director: RICARDO PLORES MAGON. Cuando la República pronunctr su voz soberana, aera Íot¿ü3o sumeloroo o dimitir.—CAMBÉTTA Jefe de Redacción: Juan Sarabia. AÑO L—2a ÉPOCA. OflclUUSt 5O5 W. NUCVU Street. 1». OJ Itox, U33.-OIM IMionc. ¿8&-.'l R. SAN ANTONIO, TEX. E. U. V—Diciembre 31 de 1904 Administrador: Enrique Flores Magon TOMO I I I - X'> y fintered ñu seconcl-ciuHH matter Novcinber 5,1904, tlic pont office at San Antonio, Xcxns, imcH>r tlie Act oí" Con^res» of nturclt 3, I87O. Fusilamientos sin formación de causa. La vanidad Dictatorial. No es la primera vez que nos di- rijinios al Gral. Díaz aconsejándole cordura y moderación en su modo de obrar como gobernante. Desgra- ciadamente sus excesos de poder llegan siempre á la cúspide del es- cándalo, y la irecüencia de.esos ex- cesos mantiene un constante estado de alarma, que no bastan á disipar ni la vocinglería de los periódicos de alquiler, ni el aparato fastuoso de la oropelada Dictadura, ni el continuado incensar del servilismo. El Gral. Díaz se excede, en su pa- sión de gobernar sin compromiso con el pueblo, sin respousabilidad ante la ley. De ese modo ha logra- do realizar su capricho durante veintisiete años y es natural que su exagerada vanidad lo induzca á con tinuar oprimiendo sin freno ni lími- te. Pero las circunstancias han cam- biado. Hoy el pueblo, convencido de los males que la tiranía acarrea, -comienza á oponer,-su voluntad al capricho del Autócrata, y la acti- vidad democrática que se observa en algunos Estados, unido al des- contento general que reina en el país, indita claramente que el Dic- tador debe cambiar la linea de con- ducta que hasta aquí ha seguido, por otra~qu~e esté más de acuerdo con las aspiraciones generales, con el espíritu liberal de la época ycon los principios de la civilización. Mientras el pueblo, cansado, de- cepcionado y aterrorizado, toleró el esquilmo y la extorsión, el Gral. Díaz pudo tiranizar sin riesgo, pu- do excederse á su antojo. Y en efec- to se excedió.' Su soberbia cayó co- lérica sobre los pueblos, segó, caber zas humanas, derribó de su pedes- tal á la Justicia, premió con pues- tos públicos á individuos que me- recían el patíbulo y suspendió su sa- ble ensangrentado sobre las cabe- zas de los hombres dignos. E-os excesos han provocado la irri- tación popular. En cada corazón de hombre honrado se ha almace- nado durante veintisiete años el de- seo de vengar los ultrajes inferidos á la libertad, y por eso es de supo- nerse que no sesoportarán más im- posiciones ni se tolerarán más exce- sos. Todo esto lo decimos, porque Porfirio Díaz, abusando del poder que le da el puesto que ocupa, ha comenzado á oponerse á los trabajos electorales del pueblo coahuilense. En la entrevista que tuvo con Miguel Cárdenas á fines de No- viembre, el Dictador ordenó al en- riquecido Gobernador que fuera in- flexible con la oposición, y lo ex- hortó, además, á que fusilase sin formación de causa á todo aquel que por medio de sus actos ó de sus palabras provoque algún escándalo. Esa recomendación reñida absolu- tamente con los preceptos de la jus ticia y dela civilización, ha sido he- cha á su vez por Cárdenas á los Presidentes Municipales, y éstos, á íos Jefes de,las Acordadas. Esa orden es despótica y es inhu- . mana. Sabemos sobradamente los mexicanos, que el pueb'o no escan- daliza ni se entrega al desorden, y que, quien provoca los escándalos es la autoridad que se extralimita en sus funciones, es el esbirro que abofetea cuando se ejercita un dere- cho, es el verdugo que arranca la vida cuando los ciudadanos recla- man justicia. La pavorosa historia dela Dicta- dura registra actos de sedición pro- vocados por la autoridad La rebe lióu de los yaquis fue provocada por la autoridad, que se puso de par te de los ayentureros rapaces que despojaTOU á los indios de sus pro- piedades. El estado de guerra en Yucatán y la indignación exacerba- da del noble pueblo Yucateco ha si do provocada por la insaciable sed de oro de Olegario Molma y sus pa niagnados. Las hecatombes de Pír pantla fueron ocasionados por la co- dicia de los favoritos del Gobierno. La rebelión de Juchitán fue provo- cada por la insoportable tiranía de las autoridades. .El levantamiento de los oposicionistas en Guerrero fue el resultado dé'la°opresión del Centro. La epopeya de Tomóchic fue consecuencia de la opresión ofi- cial. El levantamiento de Coahuila contra la corrompida administra- ción de Garza Galán, fue producida por la oposición del Gobierno á que el pueblo ejerciese su soberanía. No han sido éstos los únicos ac- tos de rebelión que se han registra- do bajo la dominación porfirista, y todos, como los apuntados, han sido provocados porel Gobierno. El pue- blo mexicano, siempre noble, siem- pre amante del orden, se ha visto obligado á estallar y á rebelarse empujado por la tiranía.^ El pueblo mexicano es correcto, procura la harmonía con las autoridades! Cuan- do se propone ejercitar sus dere- chos, como acontece en estos mo- mentos en Coahuila, participa á la autoridad de haberse congregado erí clubs, á pesar de no tener obli- gación ninguna de avisar que está ejerciendo sus derechas; pero él lo hace así por exceso de nobleza, por el espíritu decaballerocidad que ca- racteriza á nuestros hermanos- Aun en los pueblos más atrasa- dos, la nobleza se corresponde con nobleza, la corrección de ana parte obliga á la corrección de la otra ¿por qué entonces el Gral. Díaz corres- ponde á la nobleza y la. corrección de los patriotas coahuilenses con ór- denes de muerte que nose compa- decen con la civilización? El Gral. Díaz está obligado á ob servar para con los coahuilenses, la misma hidalguía que éstos tienen para él. Esa reciprocidad es rudi- mentaria. Por otra partej bien sabía el Dic- tador al dar á Cárdenas las órdenes de muerte, que el pueblo, por so- lo, no había de ocasionar escándalo. El escándalo siempre ha sido dado por la autoridad al impedir que el pueblo ejercite sus derechos. Ra- món Corral dio el escándalo de de- portar á Yucatán en calidad de sol- dados á los jóvenes oradores Agus- tín Soriano y David Palemón Serra. no. Porfirio Díaz ha dado el e&cán' dal'ode encarcelar á los que en ejer- cicio de su.s derechos han declarado que el actual Gobierno tiraniza á la nación. Bernardo Reyes ha dadoel escándalo de acribillar á balazos á los-' ciudadanos que. en ejercicio debió, á no conceder un ápice de Ii- susderechos, manifestaban pública- bertrtd, á continuar encadenando mente sus ideas el 2 de Abril de 1903 ¡ hasta conseguir hi estrangulación de la dignidad de,los ciudadanos, .•'unque es fácil prever que esta ves- oposición sistemática, testaru- da, odiuíja, do la aaiouJ.au, lL b « ¿ producir conflictos de los que des- pués se hace responsable al pueblo, para ejercitar venganzas personales ó simplemente para amedrentar y procurar por medio de actos repro bados, que los ciudadanos queden sometidos al capricho de los geber nautes. La cordura del pueblo ha evitado que esos conflictos se sucedieran en nuestro país con una frecuencia que hubiera producido una conflagra- ción general. El Gobierno ha he- cho todo lo que en cualquier parte hubiera provocado una n-volución de desastrosos efectos para laDic- tadura. Ha ultrajado al pueblo; pe- ro el pueblo más sensato que el Go- bierno, ha prucurado evitar distur- bios. En las elecciones municipales efectuadqs en S.n Pedro de las Co lonias, ocurrió algo digno de men clonarse, El pueblo ejercitaba pací- ficamente sus derechos electorales, cuando fué"interrumpido por los es- birros que con las armas en la ma- no trataron de hacer fuego sobre los ciudadanos independientes que com- ponían la junta de escrutinio. El conflicto se iba á producir. El pue- blo, como de costumbre generoso, valiente y abnegado, be inttipuso entre los esbirros y los ciudadanos de la junta en actitud defensiva. Se iba á iniciar el desorden y el escán- dalo y tal vez la catástrofe por cul- pa de la autoridad; pero la fortaleza de espíritu delos ciudadanos de la junta logró calmar al pueblo, que quería vengar con sobrada justicia el ultraje inferido á su soberanía. He aquí el modo de portarse del pueblo y el modo de portarse de la autoridad. El Gral. Díaz debe retirar esas ór- denes que no dan ningún prestigio á su&obierno. La actitud del pue- blo de Coahuila, ademá.=. hace pre-i sumir qu.e-.los ciudadanos se harán res-petar á pesar de todo. Sería, pues, testarudez sin nombre, provo- car un conflicto. El rigor aplicado á los pusilánimes, produce el deseado efecto de amedrentarlos; pero cuan- do es aplicado á los hombres resuel tos, solo se consigue exasperarlos y obligarles á defenderse de un"modo idéntico al que se emplea en'su con- tra, g > La resolución del pueblo coahui- lense de sacudirse la tiranía carde- nista es formal y contra esa resolu- ción es inútil que se oponga el Dic- tador. Además, deje al pueblo es preciso que se en libertad. Las muestras de civismo que comienza á dar en diferentes partes del país, re- velan que es su voluntad hacerse li- bre, que no puede soportar por más tiempo las infamantes cadenas que lo envilecen, y que está decidido á reivindicar sus derechos á costa de cualquier sacrificio. Porfirio Díaz ha mandado á Salti- llo al Jefe de la 3a Zona Militar, Ra- món Terán, con órdenes secretas de influir porque el pueblo acepte la reelección de Cárdenas, y de hacer uso de la fuerza si el pueblo se re- siste á la imposición de la tiranía. Al mismo tiempo el Dictador mue- ve otros resortes, dores Principales Los Administra- del Timbre en Coabuila, están instruyendo á los Administradores Subalternos p^ra que trabajen en favor de Cárdenas Todos estos actos del Autócrata demuestran que su vanidad no de- cae, sino que, cada vez más robusta y soberbia, está dispuesta como siempre á no transijir con el pue- f-acase su vanidad en beneficio de la civilización. Por eso le recomendamos cordu- ri. Ha abusado demasiado del pue- blo. El pueblo ha sido siempre el prudente; es preciso qne boy la prudencia esté de parte del Dicta- dor. Siempre ha exijido el Dictador 1 espeto, obediencia, orden ¿¡«ir que no ha de ser el nunca respetuoso, obediente y sumiso con el pueblo' ¿Por qué quiere perturbar el orden ¡",\ Coahuila impidiendo que los ciu adaoos ejerciten sus derecho.s? Porfirio Díaz está al borde del se- pulcro. La naturaleza pronto dará lin á la vida del Dictador en benefi- c o del pueblo mexicano. Es pues i lútíl que el Autócrata continúe 1 nponiendo gobernantes que, á su t inerte, no serán obedecidos y sí se- lin enjuiciados, porque siendo los 1 obernantes actuales individuos que ,0 deben su posición al voto del r. ueblo sino al favor deDíaz, y sien- ÜO además individuos que han apro- vechado el Poder para enriquecerse y para oprimir, cuando les falte el apoyo del Autócrata quedarán á merced de una justicia honrada, pe- ro inflexible, que sabfá llenar de ¿los los presidios. Que haga el Gral. Díaz á un la- do su vanidad y retire las órdenes absurdas .que hadado á Cárdenas. El pueblo mexicario no está dis- puesto á soportar otro 24 de Junio de 79 ni otro 2 de Abril de 1903. La civilización, por suparte, recla- ma que se respete un soco la vida humana. Suplicamos á las personas que re- ciban REGENERACIÓN, se sir- van enviar desde luego el precio que les corresponde pagar por sus subs- cripciones ¡teniendo en cuenta que si no mandan pagar, les hatemos el re- cargo de un a@" veinte por ciento como gastos de cobranza y giraremos contra ellas con el recargo indicado A las personas que reciban RE- GENERACIÓN y no deseen subs- cribirse, les agradeceremos que nos de- vuelvan los ejemplares que hayan re- cibido, para evitamos el que les gire- mos por el valor de ellos. Otro Circulo de Amigos. Todas las formas de la adulación que ejercitan los lacayos del Gral. Díaz para halagarlo, son cuidado- samente observadas por los circuios t ficiales de los Estados. Los Go- bernadores, que son tan vanidosos como el Autócrata, quieren como él ser locamente incensados, y en sus pequeños reinos, organizan la adu- lación y forman grupos semejantes á los que ofician en los altares del Dictador. Naturalmente, los adu- ladores de provincia cuestan al Era- rio de los Estados tanto como cues- tan al Erario de la Nación los fíga- ros metropolitanos. El más ignominioso de los gru- pos que ha constituido el servilis- mo, el repugnante «Círculo deAmi- gos del Gral. Díaz,» fundando ex- clusivamente para incensar al Autó- crata, no podía dejar de tener imi- tadores entre los turiferarios de los sátrapas de provincia. En Tlaxca- la existe el «Círculo de Amigos de Próspero Cahuantzi,» que se dedi- ca únicamente á festejar á ese pési- mo funcionario, cuyas inacabables reeleccionos causan la desventura del Estado. Por supuesto que á los amigos de Cabuantzi, como á los del Grnl Día¿, nolos guían el al'Cto sincero ni la convicción ínti- ma de que el Gobernante merezca admiración y aplauso; adulan por negocio, y mienten elogios solo por sostenerse, en un empleo ó por arrancar UHR concesión. El Círcu- lo de Amigos de Cahuantzi está for- mado por empleados del Gobierno que por medio de agasajos y humi- llaciones pretenden atraerse el favor del Gobernante, ya que no tienen, -ui les valdría tener,—méritosque se desprecian en estos tiempos de completa corrupción. Los empleados de Cahuantzi, organizados en Círculo Amistoso, se preparan á hacer grandes fiestas el próxima 15 de Enero, día en que el Gobernador inamovible vuelve á tomar posesión del Gobierno, y han hecho circular la noticia, acompa- ñándola de una petición de donati- vos para dichas fiestas. La petición la firma la Directiva del Círculo Amistoso, que está constituido por los Mullientes empleados públicos: Manuel Lúa 1/a, llob -mador inte- rino; Lie. Rafael Avila, Magistra- do; J^IC Luis j. García, Juez de i-< Instancia, M.niuel Cuellar, Diputa do, Antonio M. Machorro, Diputa- do; Ing Pedro Lira, Diputado Su- plente; Gildardo Márquez, Secreta- rio de Gobierno, Ratael Anzures, Tesorerodel Estado y Joaquín Díaz Calderón, Regente déla Imprenta del Gobierno Estos individuos pretenden diver- tirse y festejar á MJ amo con los do- nativos de los otros, de los que ni disfrutan délas fiestas ni se aprove- chan de los favores que conceda el festejado, en el mareo de la adula- toria orgía. El hecho de buscar donativos, en vez de gastar su propio dinero, yla simple enunciación de los empleos que disfrutan, bastan para descu- brir al más candido, los móviles que llevan en sus festejos estos por- cinos adoradores del ídolo Próspe- ro Cahuantzi. La redención de la Patria tiene que llegar inevitable, irremisible- mente. Cada hora de tiranía que pasa, nos acerca ala libertad; ca- da año que transcurre, aumenta la decrepitud del despotismo claudi- cante y abre más amplio camino á la Democracia que asciende. El año de 1904 se queda atrás, se hunde en el abismo de los tiempos, llevándose algo de la vida odiosa de la tiranía, pero dejándonos un triste caudal de recuerdos inolvidable^ mente dolorosos. Este año que con- cluye, aportó muchas notassombrias al inmenso catálogo de los infortu- nios nacionales y marcó cruelmente su paso en la página de nuestras propias amarguras. Para la Patria, fue la continua- ción de la esclavitud; fue el pueblo encadenado y flagelado por la fusta del opresor; fue la Libertad estran- gulada por la garra convulsa del despotismo: fue la dignidad asfixia- da por la corrupción pestilente de la urania; fue el Derecho ultrajado; el civismo perseguido; la Prensa aherrojada en los calabozos; la Ley desgarrada por el sable; la Justicia aplastada por la consigna En el año transcurido, la Dictadura flore- ció aún; pudo todavía humillarnos, y pudo todavía aumentar nuestra desventura y ignominia. El Dicta- dor hizo alarde de su megalomanía, celebrando su sexta reelección y nombrando heredero de su poder, por medio de la Vicepresidencia, á un burgués insignificante y deslus- trado. Tal fue para la Patria el año de 1904. Para nosotros no fue ya, como otras veres, la persecución y la cár- cel, la vejación y el despojo. Fue el ostracismo, fue la soledad, fue la miseria. Fue la nostalgia de los cielos y de las brisas y de los horizontes de la Patria; fue la falta de comunión con nuestros compatriotas, con nuestros herma- nos, con nuestro pueblo, al qne tal vez amamos más por sus actuales infortunios. Y fue algo más triste: la carencia de elementos, nos obli- á permenecer mudos ante las in 1 fatnias, siempre crecientes, de la ti' ranía Vimos transcurrir los me' ses en una expectación desesperan te; conservamos inactivas nuestras plumas mientras en nuestros pecho» rugían indignaciones patrióticas y mientras en nuestros cerebros se for mulaban anatemas terribles contra los verdugos de nuestro pueblo. Su' tnmos; pero siquiera en un princi- pio estuvimos todos. Más tarde re- cibimos un golpe tremendo: la fa- talidad nos azotó; la muerte puso en nuestros corazones, un luto per" durable al arrancar para sienpre de nuestro lado á nuestro amigo inol" vidable, á nuestro compañero de lu" chas y de tristezas, á nuestro her- mano Santiago de la Hoz. SobTe tantas amarguras, tuvimos un consuelo inmenso: la ayuda fra- ternal de nuestros correligionarios, que no nos abandonaran; que tuvie- ron confianza en nosotros y nos sal- varon de la situación penosa en que llegamos á encontrarnos. Hemos hablado de nosotros mismos, sólo para delinear esa situación y hacer comprender la infinita gratitud que debemos á nuestros correligionarios que con su patriótica ayuda nos pu- sieron en aptitud de reanudar la lu- cha interrumpida en México por las persecuciones y las rapiñas de la Dictadura. El año de 1904 ha sido propicio para la tiranía; pero ha tenido tam- bién algunas notas de aheuto para los patriotas. La general rechifla con que fue recibido el encumbra- miento de Ramón Corral; el recrude- cimiento del odio al despotismo que cada día s,e hace más palpable, yla reacción de civismo que se presenta f rraidable en Coahuila, son hechos halagadoresípara los que soñamos con la libertad del pueblo mexica- no. Para nosotros, no fue ya aciago este año, en los dos últimos meses. Gracias al patriotismo de nuestros correligionarios logramos vencer los obstáculos materiales que nos impe- dían la publicación de nuestro pe- riódico, y relegando al fondo de nuestro pecho los pesares íntimos y los recuerdos amargos, hemos vuel- to á la lucha por la Patria, con en- tusiasmo ardiente, con energía inexorable y con inquebrantable en el triunfo de nuestra Causa, que es redentora y es justa. Ha pasado un año más. Su con- clusión nos acerca á la libertad. Ca. da hora de tiranía que transcurre nos aproxima á la redención y mientras el despotismo claudicante camina hacia la fosa, arrastrado por su decrepitud irremediable, con más empuje y majestad se abre paso la salvadora Democracia que ascien. ta.

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la moral y 4 la pal pública.—Att. 7° áa la Constitución,

' Director: RICARDO PLORES MAGON.

Cuando la República pronunctr su voz soberana, aera Íot¿ü3o sumeloroo odimitir.—CAMBÉTTA

Jefe de Redacción:

Juan Sarabia.AÑO L—2a ÉPOCA.

OflclUUSt 5O5 W. NUCVU Street. 1». OJ I t o x , U33.-OIM IMionc. ¿8&-.'l R.

SAN ANTONIO, TEX. E. U. V—Diciembre 31 de 1904

Administrador:

Enrique Flores MagonT O M O I I I - X'> y

fintered ñu seconcl-ciuHH matter Novcinber 5,1904, u« tlic pontoffice at San Antonio, Xcxns, imcH>r tlie Act oí" Con^res» of nturclt3, I87O.

Fusilamientos sinformación de causa.

La vanidad Dictatorial.No es la primera vez que nos di-

rijinios al Gral. Díaz aconsejándolecordura y moderación en su modode obrar como gobernante. Desgra-ciadamente sus excesos de poderllegan siempre á la cúspide del es-cándalo, y la irecüencia de.esos ex-cesos mantiene un constante estadode alarma, que no bastan á disiparni la vocinglería de los periódicosde alquiler, ni el aparato fastuosode la oropelada Dictadura, ni elcontinuado incensar del servilismo.

El Gral. Díaz se excede, en su pa-sión de gobernar sin compromisocon el pueblo, sin respousabilidadante la ley. De ese modo ha logra-do realizar su capricho duranteveintisiete años y es natural que suexagerada vanidad lo induzca á continuar oprimiendo sin freno ni lími-te. Pero las circunstancias han cam-biado. Hoy el pueblo, convencidode los males que la tiranía acarrea,-comienza á oponer,-su voluntad alcapricho del Autócrata, y la acti-vidad democrática que se observaen algunos Estados, unido al des-contento general que reina en elpaís, indita claramente que el Dic-tador debe cambiar la linea de con-ducta que hasta aquí ha seguido,por otra~qu~e esté más de acuerdocon las aspiraciones generales, conel espíritu liberal de la época y conlos principios de la civilización.

Mientras el pueblo, cansado, de-cepcionado y aterrorizado, toleró elesquilmo y la extorsión, el Gral.Díaz pudo tiranizar sin riesgo, pu-do excederse á su antojo. Y en efec-to se excedió.' Su soberbia cayó co-lérica sobre los pueblos, segó, caberzas humanas, derribó de su pedes-tal á la Justicia, premió con pues-tos públicos á individuos que me-recían el patíbulo y suspendió su sa-ble ensangrentado sobre las cabe-zas de los hombres dignos.

E-os excesos han provocado la irri-tación popular. En cada corazónde hombre honrado se ha almace-nado durante veintisiete años el de-seo de vengar los ultrajes inferidosá la libertad, y por eso es de supo-nerse que no se soportarán más im-posiciones ni se tolerarán más exce-sos.

Todo esto lo decimos, porquePorfirio Díaz, abusando del poderque le da el puesto que ocupa, hacomenzado á oponerse á los trabajoselectorales del pueblo coahuilense.

En la entrevista que tuvo conMiguel Cárdenas á fines de No-viembre, el Dictador ordenó al en-riquecido Gobernador que fuera in-flexible con la oposición, y lo ex-hortó, además, á que fusilase sinformación de causa á todo aquelque por medio de sus actos ó de suspalabras provoque algún escándalo.Esa recomendación reñida absolu-tamente con los preceptos de la justicia y de la civilización, ha sido he-cha á su vez por Cárdenas á losPresidentes Municipales, y éstos, áíos Jefes de,las Acordadas.

Esa orden es despótica y es inhu-. mana. Sabemos sobradamente losmexicanos, que el pueb'o no escan-daliza ni se entrega al desorden, yque, quien provoca los escándaloses la autoridad que se extralimita

en sus funciones, es el esbirro queabofetea cuando se ejercita un dere-cho, es el verdugo que arranca lavida cuando los ciudadanos recla-man justicia.

La pavorosa historia de la Dicta-dura registra actos de sedición pro-vocados por la autoridad La rebelióu de los yaquis fue provocadapor la autoridad, que se puso de parte de los ayentureros rapaces quedespojaTOU á los indios de sus pro-piedades. El estado de guerra enYucatán y la indignación exacerba-da del noble pueblo Yucateco ha sido provocada por la insaciable sedde oro de Olegario Molma y sus paniagnados. Las hecatombes de Pírpantla fueron ocasionados por la co-dicia de los favoritos del Gobierno.La rebelión de Juchitán fue provo-cada por la insoportable tiranía delas autoridades. .El levantamientode los oposicionistas en Guerrerofue el resultado dé'la°opresión delCentro. La epopeya de Tomóchicfue consecuencia de la opresión ofi-cial. El levantamiento de Coahuilacontra la corrompida administra-ción de Garza Galán, fue producidapor la oposición del Gobierno á queel pueblo ejerciese su soberanía.

No han sido éstos los únicos ac-tos de rebelión que se han registra-do bajo la dominación porfirista, ytodos, como los apuntados, han sidoprovocados por el Gobierno. El pue-blo mexicano, siempre noble, siem-pre amante del orden, se ha vistoobligado á estallar y á rebelarseempujado por la tiranía.^ El pueblomexicano es correcto, procura laharmonía con las autoridades! Cuan-do se propone ejercitar sus dere-chos, como acontece en estos mo-mentos en Coahuila, participa á laautoridad de haberse congregadoerí clubs, á pesar de no tener obli-gación ninguna de avisar que estáejerciendo sus derechas; pero él lohace así por exceso de nobleza, porel espíritu de caballerocidad que ca-racteriza á nuestros hermanos-

Aun en los pueblos más atrasa-dos, la nobleza se corresponde connobleza, la corrección de ana parteobliga á la corrección de la otra ¿porqué entonces el Gral. Díaz corres-ponde á la nobleza y la. correcciónde los patriotas coahuilenses con ór-denes de muerte que no se compa-decen con la civilización?

El Gral. Díaz está obligado á observar para con los coahuilenses, lamisma hidalguía que éstos tienenpara él. Esa reciprocidad es rudi-mentaria.

Por otra partej bien sabía el Dic-tador al dar á Cárdenas las órdenesde muerte, que el pueblo, por sí so-lo, no había de ocasionar escándalo.El escándalo siempre ha sido dadopor la autoridad al impedir que elpueblo ejercite sus derechos. Ra-món Corral dio el escándalo de de-portar á Yucatán en calidad de sol-dados á los jóvenes oradores Agus-tín Soriano y David Palemón Serra.no. Porfirio Díaz ha dado el e&cán'dal'ode encarcelar á los que en ejer-cicio de su.s derechos han declaradoque el actual Gobierno tiraniza á lanación. Bernardo Reyes ha dado elescándalo de acribillar á balazos á

los-' ciudadanos que. en ejercicio debió, á no conceder un ápice de Ii-susderechos, manifestaban pública- bertrtd, á continuar encadenandomente sus ideas el 2 de Abril de 1903 ¡ hasta conseguir hi estrangulación

de la dignidad de ,los ciudadanos,.•'unque es fácil prever que esta ves-

oposición sistemática, testaru-da, odiuíja, do la aaiouJ.au, lLb« ¿producir conflictos de los que des-pués se hace responsable al pueblo,para ejercitar venganzas personalesó simplemente para amedrentar yprocurar por medio de actos reprobados, que los ciudadanos quedensometidos al capricho de los gebernautes.

La cordura del pueblo ha evitadoque esos conflictos se sucedieran ennuestro país con una frecuencia quehubiera producido una conflagra-ción general. El Gobierno ha he-cho todo lo que en cualquier partehubiera provocado una n-voluciónde desastrosos efectos para la Dic-tadura. Ha ultrajado al pueblo; pe-ro el pueblo más sensato que el Go-bierno, ha prucurado evitar distur-bios.

En las elecciones municipalesefectuadqs en S.n Pedro de las Colonias, ocurrió algo digno de menclonarse, El pueblo ejercitaba pací-ficamente sus derechos electorales,cuando fué"interrumpido por los es-birros que con las armas en la ma-no trataron de hacer fuego sobre losciudadanos independientes que com-ponían la junta de escrutinio. Elconflicto se iba á producir. El pue-blo, como de costumbre generoso,valiente y abnegado, be inttipusoentre los esbirros y los ciudadanosde la junta en actitud defensiva. Seiba á iniciar el desorden y el escán-dalo y tal vez la catástrofe por cul-pa de la autoridad; pero la fortalezade espíritu de los ciudadanos de lajunta logró calmar al pueblo, quequería vengar con sobrada justiciael ultraje inferido á su soberanía.

He aquí el modo de portarse delpueblo y el modo de portarse de laautoridad.

El Gral. Díaz debe retirar esas ór-denes que no dan ningún prestigioá su&obierno. La actitud del pue-

blo de Coahuila, ademá.=. hace pre-isumir qu.e-.los ciudadanos se haránres-petar á pesar de todo. Sería,pues, testarudez sin nombre, provo-car un conflicto. El rigor aplicado álos pusilánimes, produce el deseadoefecto de amedrentarlos; pero cuan-do es aplicado á los hombres resueltos, solo se consigue exasperarlos yobligarles á defenderse de un"modoidéntico al que se emplea en'su con-tra, g

> La resolución del pueblo coahui-lense de sacudirse la tiranía carde-nista es formal y contra esa resolu-ción es inútil que se oponga el Dic-

tador. Además,deje al pueblo

es preciso que seen libertad. Las

muestras de civismo que comienza ádar en diferentes partes del país, re-velan que es su voluntad hacerse li-bre, que no puede soportar por mástiempo las infamantes cadenas quelo envilecen, y que está decidido áreivindicar sus derechos á costa decualquier sacrificio.

Porfirio Díaz ha mandado á Salti-llo al Jefe de la 3a Zona Militar, Ra-món Terán, con órdenes secretas deinfluir porque el pueblo acepte lareelección de Cárdenas, y de haceruso de la fuerza si el pueblo se re-siste á la imposición de la tiranía.

Al mismo tiempo el Dictador mue-ve otros resortes,dores Principales

Los Administra-del Timbre en

Coabuila, están instruyendo á losAdministradores Subalternos p^raque trabajen en favor de Cárdenas

Todos estos actos del Autócratademuestran que su vanidad no de-cae, sino que, cada vez más robustay soberbia, está dispuesta comosiempre á no transijir con el pue-

f-acase su vanidad en beneficio dela civilización.

Por eso le recomendamos cordu-ri. Ha abusado demasiado del pue-blo. El pueblo ha sido siempre elprudente; es preciso qne boy laprudencia esté de parte del Dicta-dor.

Siempre ha exijido el Dictador1 espeto, obediencia, orden ¿¡«ir queno ha de ser el nunca respetuoso,obediente y sumiso con el pueblo'¿Por qué quiere perturbar el orden¡",\ Coahuila impidiendo que los ciuadaoos ejerciten sus derecho.s?Porfirio Díaz está al borde del se-

pulcro. La naturaleza pronto darálin á la vida del Dictador en benefi-c o del pueblo mexicano. Es puesi lútíl que el Autócrata continúe1 nponiendo gobernantes que, á sut inerte, no serán obedecidos y sí se-lin enjuiciados, porque siendo los1 obernantes actuales individuos que,0 deben su posición al voto del

r. ueblo sino al favor deDíaz, y sien-ÜO además individuos que han apro-vechado el Poder para enriquecersey para oprimir, cuando les falte elapoyo del Autócrata quedarán ámerced de una justicia honrada, pe-ro inflexible, que sabfá llenar de¿los los presidios.

Que haga el Gral. Díaz á un la-do su vanidad y retire las órdenesabsurdas .que hadado á Cárdenas.El pueblo mexicario no está dis-puesto á soportar otro 24 de Juniode 79 ni otro 2 de Abril de 1903.La civilización, por su parte, recla-ma que se respete un soco la vidahumana.

Suplicamos á las personas que re-ciban REGENERACIÓN, se sir-van enviar desde luego el precio queles corresponde pagar por sus subs-cripciones ¡teniendo en cuenta que sino mandan pagar, les hatemos el re-cargo de un a@" veinte por cientocomo gastos de cobranza y giraremoscontra ellas con el recargo indicado

A las personas que reciban RE-GENERACIÓN y no deseen subs-cribirse, les agradeceremos que nos de-vuelvan los ejemplares que hayan re-cibido, para evitamos el que les gire-mos por el valor de ellos.

Otro Circulo de Amigos.Todas las formas de la adulación

que ejercitan los lacayos del Gral.Díaz para halagarlo, son cuidado-samente observadas por los circuiost ficiales de los Estados. Los Go-bernadores, que son tan vanidososcomo el Autócrata, quieren como élser locamente incensados, y en suspequeños reinos, organizan la adu-lación y forman grupos semejantesá los que ofician en los altares delDictador. Naturalmente, los adu-ladores de provincia cuestan al Era-rio de los Estados tanto como cues-tan al Erario de la Nación los fíga-ros metropolitanos.

El más ignominioso de los gru-pos que ha constituido el servilis-mo, el repugnante «Círculo de Ami-gos del Gral. Díaz,» fundando ex-clusivamente para incensar al Autó-crata, no podía dejar de tener imi-tadores entre los turiferarios de lossátrapas de provincia. En Tlaxca-la existe el «Círculo de Amigos dePróspero Cahuantzi,» que se dedi-ca únicamente á festejar á ese pési-mo funcionario, cuyas inacabablesreeleccionos causan la desventuradel Estado. Por supuesto que álos amigos de Cabuantzi, como á

los del Grnl Día¿, no los guían elal'Cto sincero ni la convicción ínti-ma de que el Gobernante merezcaadmiración y aplauso; adulan pornegocio, y mienten elogios solo porsostenerse, en un empleo ó porarrancar UHR concesión. El Círcu-lo de Amigos de Cahuantzi está for-mado por empleados del Gobiernoque por medio de agasajos y humi-llaciones pretenden atraerse el favordel Gobernante, ya que no tienen,-ui les valdría tener,—méritosque

se desprecian en estos tiempos decompleta corrupción.

Los empleados de Cahuantzi,organizados en Círculo Amistoso, sepreparan á hacer grandes fiestas elpróxima 15 de Enero, día en que elGobernador inamovible vuelve átomar posesión del Gobierno, y hanhecho circular la noticia, acompa-ñándola de una petición de donati-vos para dichas fiestas. La peticiónla firma la Directiva del CírculoAmistoso, que está constituido por

los Mullientes empleados públicos:Manuel Lúa 1/a, llob -mador inte-

rino; Lie. Rafael Avila, Magistra-do; J IC Luis j . García, Juez de i-<Instancia, M.niuel Cuellar, Diputado, Antonio M. Machorro, Diputa-do; Ing Pedro Lira, Diputado Su-plente; Gildardo Márquez, Secreta-rio de Gobierno, Ratael Anzures,Tesorerodel Estado y Joaquín DíazCalderón, Regente déla Imprentadel Gobierno

Estos individuos pretenden diver-tirse y festejar á MJ amo con los do-nativos de los otros, de los que nidisfrutan délas fiestas ni se aprove-chan de los favores que conceda elfestejado, en el mareo de la adula-toria orgía.

El hecho de buscar donativos, envez de gastar su propio dinero, y lasimple enunciación de los empleosque disfrutan, bastan para descu-brir al más candido, los móvilesque llevan en sus festejos estos por-cinos adoradores del ídolo Próspe-ro Cahuantzi.

La redención de la Patria tieneque llegar inevitable, irremisible-mente. Cada hora de tiranía quepasa, nos acerca ala libertad; ca-da año que transcurre, aumenta ladecrepitud del despotismo claudi-cante y abre más amplio camino ála Democracia que asciende.

El año de 1904 se queda atrás, sehunde en el abismo de los tiempos,llevándose algo de la vida odiosa dela tiranía, pero dejándonos un tristecaudal de recuerdos inolvidable^mente dolorosos. Este año que con-cluye, aportó muchas notassombriasal inmenso catálogo de los infortu-nios nacionales y marcó cruelmentesu paso en la página de nuestraspropias amarguras.

Para la Patria, fue la continua-ción de la esclavitud; fue el puebloencadenado y flagelado por la fustadel opresor; fue la Libertad estran-gulada por la garra convulsa deldespotismo: fue la dignidad asfixia-da por la corrupción pestilente dela urania; fue el Derecho ultrajado;el civismo perseguido; la Prensaaherrojada en los calabozos; la Leydesgarrada por el sable; la Justiciaaplastada por la consigna En elaño transcurido, la Dictadura flore-ció aún; pudo todavía humillarnos,y pudo todavía aumentar nuestradesventura y ignominia. El Dicta-dor hizo alarde de su megalomanía,celebrando su sexta reelección ynombrando heredero de su poder,por medio de la Vicepresidencia, áun burgués insignificante y deslus-trado. Tal fue para la Patria elaño de 1904.

Para nosotros no fue ya, comootras veres, la persecución y la cár-cel, la vejación y el despojo. Fueel ostracismo, fue la soledad, fue lamiseria. Fue la nostalgia de loscielos y de las brisas y de loshorizontes de la Patria; fue lafalta de comunión con nuestroscompatriotas, con nuestros herma-nos, con nuestro pueblo, al qne talvez amamos más por sus actualesinfortunios. Y fue algo más triste:la carencia de elementos, nos obli-gó á permenecer mudos ante las in1

fatnias, siempre crecientes, de la ti'ranía Vimos transcurrir los me'ses en una expectación desesperan •te; conservamos inactivas nuestrasplumas mientras en nuestros pecho»rugían indignaciones patrióticas ymientras en nuestros cerebros se formulaban anatemas terribles contra

los verdugos de nuestro pueblo. Su'tnmos; pero siquiera en un princi-pio estuvimos todos. Más tarde re-cibimos un golpe tremendo: la fa-talidad nos azotó; la muerte pusoen nuestros corazones, un luto per"durable al arrancar para sienpre denuestro lado á nuestro amigo inol"vidable, á nuestro compañero de lu"chas y de tristezas, á nuestro her-mano Santiago de la Hoz.

SobTe tantas amarguras, tuvimosun consuelo inmenso: la ayuda fra-ternal de nuestros correligionarios,que no nos abandonaran; que tuvie-ron confianza en nosotros y nos sal-varon de la situación penosa en quellegamos á encontrarnos. Hemoshablado de nosotros mismos, sólopara delinear esa situación y hacercomprender la infinita gratitud quedebemos á nuestros correligionariosque con su patriótica ayuda nos pu-sieron en aptitud de reanudar la lu-cha interrumpida en México porlas persecuciones y las rapiñas dela Dictadura.

El año de 1904 ha sido propiciopara la tiranía; pero ha tenido tam-bién algunas notas de aheuto paralos patriotas. La general rechiflacon que fue recibido el encumbra-miento de Ramón Corral; el recrude-cimiento del odio al despotismo quecada día s,e hace más palpable, y lareacción de civismo que se presentaf rraidable en Coahuila, son hechoshalagadoresípara los que soñamoscon la libertad del pueblo mexica-no.

Para nosotros, no fue ya aciagoeste año, en los dos últimos meses.Gracias al patriotismo de nuestroscorreligionarios logramos vencer losobstáculos materiales que nos impe-dían la publicación de nuestro pe-riódico, y relegando al fondo denuestro pecho los pesares íntimos ylos recuerdos amargos, hemos vuel-to á la lucha por la Patria, con en-tusiasmo ardiente, con energíainexorable y con inquebrantable féen el triunfo de nuestra Causa, quees redentora y es justa.

Ha pasado un año más. Su con-clusión nos acerca á la libertad. Ca.da hora de tiranía que transcurrenos aproxima á la redención ymientras el despotismo claudicantecamina hacia la fosa, arrastrado porsu decrepitud irremediable, conmás empuje y majestad se abre pasola salvadora Democracia que ascien.ta.

REGENERACIÓN.

Otro Iracaso de su tafrutería.En el primer nrtícnlo de este m'i-

mero exhibimos la ingerencia dePorfirio Díaz en Ion asuntos del Es-tado de Coahuila, ingerencia soloexplicable por el piurito que tiene

expr- sión—cjue puede ocasionaralarma é interrumpir la tranquili-dad en Conlutiln.

Asegura, Reyes, que Cárdenascuenta con simpatías indudables en

el Dictador de inmiscuirse en los ¡ el listado de Coahuila. Si Reyes bu-asuntos que únicamente rompetenal pueblo.

No solamente el Dictador se niez-

bicra dicho que á 61 le pnrecfa sim-pático Miguel Cárdenas por los cin-cuenta mil pesos que éste le regala

da en esos asuntos y hace presión. I anualmente de los fondos del Esta-do, habría dicho lina verdad.

'Bernardo Reyes se muestra tar-tufo, porque quiere hacerse pasarcomo patriota, como amante del or-den, como bueu mexicano. Es tar-tufo también porque dice que seiuspira en la política del Dictadorala que llama sabia, cuando consta átoda la nación que Reyes, aliado deBaranda, ha formado unas logia!en Monterrey para trabajar cobardemente contra «1 Autócrata, y hafundado periódicos entre los que seencuentran El Demócrata Fionteri-so, El Occidente y otros igualmentecietmos y nauseabundos, que atacaá y adulan al mismo tiempo lalabor liberticida de Porfirio Díaz.

Bernardo Reyes no tiene derechocomo no lo tiene tampoco el Autocrata, de inmiscuirse en los asunto;de Coahuila. La soberanía de esteEstado se siente ofendida con esasingerencias que entrañan un actode tiranía, porque significan coac-ción, más ó menos brutal, más ómenos cínica, ejercida sobre la vo-luntad soberana del pueblo.

El pueblo coahuilense no puedesostener la candidatura de Carde

Bernardo Reyes por svi parte, sin !atender á su inmenso desprestigio,sin tomar en cuenta la universal an-tipatía deque disfruta, sin ruborpor sus fracasos, sin pudor por susdelitos vulgares, trata también deInmiscuirse en los asuntos públicosde Coahuila,

Bernardo Reyes es un predesti-nado al fracaso; quiso escalar laPresidencia, pero derramó tautasangre, que sus pies resbalaron ycayó gimiendo como esclavo azota-do aunque guardando en los replie-gues de su alma el femenil furor delos impotentes.

Como todos los impotentes, Ber-nardo Reyes á pesar de ser un ven-cido de la opinión pública, no seconsidera vencido Hajr en todaslas almas pequfñas una cantidadtan grande de vanidad, que sincera-mente llegan á creerse grandes esaspobres almas.

Por eso Bernardo Reyes se atre-ve á inmiscuirse en los asuetos deCoahuila. ¡Sinceramente se creegrande!

Pero la vanidad enfermiza de esegobernante, si bien lo expone al fra-caso y á la rechifla, es peligrosa,porque nadie ignora que obra como

Jefe de Acordada y que la Ley Fu-ga y las hecatombes son para élsports regocijados.

La inteivención de Bernardo Re-yes en los asuntos de Coahuila pue>de determinar conflictos más ó me-nos graves.

En seguida copiamos una circu-lar que Reyes, fingiendo patriotis-mo,, ha enviado á diferentes perso-nas del Estado de Coahuila. Lacircular que tenemos á la vista_tie-1 su infortunio,ne la firma del tiranuelo y dice así:

«Monterrey, Diciembre 14 de 1904,

«Apreciable Sr. y amigo:«Visto que_en la mayor parte de

esa entidad federativa, cuenta consimpatías indudables el Sr. Lie, Mi-guel Cárdenas, para ser presentadocomo candidato á fin de seguir alurente del Gobierno que desempeña,y que de no procurar la uniformi-dad en la postulación, preparandolos trabajos relativos, pudiera unaminoría más ó menos levantisca,ocasionar alguna alarma que inte-rrumpiera la tranquilidad en Coa-huila, la cual es uno de los mayoresbienes que ha gozado en los últi-mos años, y por cuya conservacióndeben preocuparse todos los buenoslujos del Estado, así como los que,.hallándose en mi caso, sin pertene-cer á él, anhelan para el mismocuanto pueda favorecerlo; puestoque es una preciosa parte integran-te de la patria común, y vecino delde N. León, afectando pOf esta ve-cindad al de mi cargo, con los inci-dentes de su vida pública, cumplocon un deber de patriotismo, al ex-presar á Ud. que si estima como yola situación, inspirado en el civismode que siempre ha dado pruebas,tome activa parte en los trabajospreparatorios de que hablo, con locual juzgo prestará un importanteservicio á su tierra natal.

«Al escribir á Ud. en este sentido,á la vez que me inspiro en lo quedejo manifestado, lo hago en la po-lítica de nuestro Gobierno del Cen-tro, que tan sabiamente dirige lamarcha general de la Nación, y decuya política no debemos apartar-nos los que nos preciamos de serbuenos mexicanos.

«Soy de Ud afino, y S. S.B. RBYBS.»

Esta circular presenta de bulto elodio que Bernardo Reyes siente portoda aspiración sana del pueblo- Sinmedir sus palabras, sin reflexionar,atolondradamente, Bernardo Reyes,el bétoe del 2 de Abril en Monte-rrey, injuria al honrado pueblo deCoahuila haciéndolo aparecer comouna minoría levantisca-1— tal es su

ñas, porque ya no quiere más pilla-je en su Tesoro, ni más injusticia,ni más hambre, m' más sangre de-rramada por las Acordadas.

Tampoco puede el pueblo entraren transacciones cen Porfirio Díaz,porque la dolorosa historia de losdemás Estados lo han convencidode que Porfirio Díaz nunca cumplelo que promete, y sí tiraniza, trai-ciona los principios que aparentadefender y quiere tener idiotizadoal pueblo para que no comprenda

El pueblo coahuilense está deci-dido á sostener un candidato propio,sin ligas con Díaz, Reyes, Corral ócualquier otro personaje.

Sale, pues, sobrando la circularde Reyes, que solo sirve para po-nerlo en ridículo.

winblo dirigieron dios funcionariosy empléenlos del Gobierno en todo elpaís dos cartas do las que copiamoso comineen te. La primera, de F.Calderón y Ci?, después de atribuirá Corral méritos que nadie encuui-ra, dicei ' '

«Por eso, obedeciendo á una fd¡eíipuramente patriótica; 'guiados porun noble deseo, que fácilmente com-prenderá Ud. por nuestras anterio-res frases, nos permitimos remitir áUd. por conducto del Sr. Adminis-trador de Rentas de esa ciudad, unejemplar del retrato del distinguidoVice-Presidente Sr. Ramón Corral,electo por toda la Nación, suplicán-dole que el Sr. Admor, de Rentas,haga el entero de $1.75 es. iiuporiede dicho ejemplar.

«Teniendo la certeza de que losrecibirán con agrado, ayudándonosen esta idea, si es satisfactoria, co-mo no lo dudamos, la haremos co-nocer á tan digno Ciudadano; y solo nos resta anticipará Ud. nuestrosagradecimientos ofreciéndonos ásus respetables órdenes conío susmuy afinos, atentos, y SS. SS.»

La segunda carta-, que va juntacon la anterior, está firmada, por-las siguentes personas, que fuerormiembros de la ridicula Convenció!Nacionalista: Senador Carlos Ri-vas, Lie. Enuljo Alvarez, Lie. LuisGutiérrez Otero, Magistrado Fran-cisco Martínez de Arredondo, Di-putado Juau de Dios Peza, Diputado Juan A Mateos, Gral. Alejandro Pezo y Gral. Francisco M. Ra-mírez. Estos señores, prominentesen la actual administración, se diri-gen á un infeliz empleado del Go-bierno, le encarecen lo patrióticoque es publicar retratos de Corral,e aseguran que este pobre hombre

es un ilustre ciudadano, y le dicenpara concluir:

«Por estas razones nos permití-

RE dan daPara lo que sirve Corral.

La elevación del insignificanteRamón Corral á la Vicepresidenciade la República, dio lugar á que sepusiera en juego el financierismorelacionado con la política, que tan-to desarrollo ba adquirido en Méxi-co, bajo la Dictadura del Gral.

El Civismoen acción.

LA CAMPAÑA ELEC-TORAL EN COAHUILA.

Las elecciones municipales, en al-gunos puntos de Coahuila, dieronhigar á hechos de alta significaciónpara los que nos preocupamos porla lucha cívica que se está desarro-llando en ese simpático. y viril Es-

Se ha palpado elexiste contra el

tado fronterizo,descontento, que

Díaz.La organización de cuartel que el

Gral. Díaz ha dado á su Gobierno,la sumisión incondicional que exis-te de los empleados inferiores paracon los altos funcionarios, hace po-sible que éstos exploten fácilmenteá aquellos; y la inmoralidad que bacaracterizado á la administracióntuxtepecana, permite que el sellooficial ampare y haga posibles cier-tos negocios que de otra manera se-rían un absoluto fracaso y ni siquie-ra se intentarían.

El negocio de que hemos llegadoá tener conocimiento es tan sencillocomo poco honrado. Apenas hechoRamón Corral Vicepresidente, é im-provisado grande Sombre por la vo-luntad del Dictador y la charlatane-ría de los periódicos alquilados, seconstituyó intempestivamente laCasa Editora de Francisco Calderóny Compañía, que hizo retratos pormillares de la nulidad encumbrada.Pero los Editores estaban tan segu-ros como lo estamos nosotros', deque poniendo sencillamente á laventa la efigie de Corral, nadie lacompraría espontáneamente, y me-nos al precio de $1.75, que es enor-me para el costo que sacas esosretratos; asi es que ni siquiera tra-taron de dar á conocer al publico—porque lo consideraron inútil,—que vendían retratos del Vícepresídente á precios muy elevados. En

mos con toda atención recomendará Ud. esta magnífica idea, para queprocure adquirir el mayor numerode ejemplares posible, por lo cual,hacemos presentes nuestros agra-decimientos, etc.»

Es claro que los pobres emplea-dos á quienes se dirige esta reco-mendación y á quienes se manda tíaretrato de Corral, cobiándoles des-de luego por conducto del Adminis-trador de Rentas, tendrán que com-prar ese retrato, temerosos de per-der el empleo si disgustan á los al-tos personajes, y aunque no sientanlos menores deseos de conocer alinútil Vicepresidente. Se les impo-ne un verdadero compromiso; se lesobliga, materialmente, á hacer ungasto en el que nunca hubieran pen-sado por si solos. Esto bien lo sa-ben los Editores Calderón y Cia- ylos que, con su elevada posición ofi-cial, ayudaron á que se realizarabrillantemente un negocio que, fue-ra de las esferas del Gobierno, nohubiera producido ningún resulta-do. . Con este -procedimiento de losindustriales admiradores de Corral,miliares de empleados públicos, deautoridades inferiores, de funciona'rios de feaja categoría, se han vistocomprometidos á gastar una partede sus modestos sueldos, en prove-cho únicamente de la famosa con*-pañia editora, que ha explotado látriste condición de los servidoresdel GoBiernoactual, desfrazando deidea patriótica al más burdo de losnegocios oficiales. Suponemos queios nacionalistas arriba citados, se-an accionistas de la compañía. EJÍ

cuanto á Corral, que autorizó el ne-gocio, no sabemos si también será

accionista, ó si se dará por satisfe-cho con la populararidad que cree:onquistar en esa forzada propa-

ganda de su poco interesante efi-;ie.

Creíamos que el insignificanteCorral no servía para nada; pero ya

vemos que sirve cuando menos parallenar los bolsillos de algunos indus-triosos que lo toman como pretextoó materia de sus no muy limpiasexplotaciones. Hay que confesar

Gobieruo de Cárdenas, y la decKsión de los ciudadanos para comba-tir ese Gobierno tan lleno de corrup-ción y de manchas.

En Allende, Coah. donde todosodian al cacique Pedro González,cuyas infamias hemos dado á cono-cer, se lanzó con tiempo una candi-datura popular para Ayuntamiento,candidatura que los ciudadanos es-tuvieron dispuestos á sostener enlos comicios. La candidatura ofi-cial, encabezada por el desprestigia-do González, tenía todaslas probabi-lidades de ser derrotada, y por esolas autoridades trataron de impo-nerla por la fuerza y la chicana.

Desde las primeras horas de lamañana del día 11, grupos de solda-dos de la fnerza- federal que guar-nece la plaza, recorrían las calles dela población, tratando de infundirterror al pueblo. A las nueve de lamañana, aun no se repartían á losciudadanos las boletas respectivasni se notificaba quienes fueran loscomisarios electorales ni se decía enque puntos se establecerían las ca-sillas. En visto de esas irregulari-dades, un grupo de los que apoya-ban la candidatura popular, dirigióun oficio al Presidente Municipal,pidiéndole diera el nombre del Co-misario Electoral y dijera en quepunto podían los ciudadanos depo-sitar sus votos. El Presidente nocontestó. Se le repitió el oficio yse obtuvo el mismo silencio. En-tonces, los oposicionistas nombra-ron una Comisión que entregó alJuez Local Manuel Castañeda unacomunicación que relataba las irre-gularidades que dejamos referidas,y que decía en lo conducente:

. . . , á Ud. C. Juez, suplica-mos que teniéndonos por presentesen tiempo y forma, denunciandoestos hechos, se sirve constituirseen unión de los subscritos en lospuntos que le indicaremos y dé féde ellos, y se sirva librar oficio alC. Presidente Municipal y al Jefe delas Armas para que, cumpliendocon la Ley Electoral, acuartelen susrespectivas fuerzas y nos dejen ex-peditos en nuestros derechos para laelección que tratamos de hacer.Siendo justa nuestra petición y re-vistiendo un carácte urgentísimo,suplicamos á Ud. se sirva proveerde conformidad, acompañándonosal lugar de los sucesos.»

El Juez que, naturalmente, es delbando oficial, se vló en aprietos conesta comunicación de los indepen-dientes, y al fin dijo con inauditodesplante que no conociendo la LeyElectoral y no teniendo en su Juz-gado un ejemplar de ella, no podíaobrar en el caso. Satisfecho de surespuesta, creyó confundir con ellaá los oposicionistas; pero éstos queestaban preparados para salir al pa-

un Sr. Samohano, éx-colector deRentos numuci pales y pariente delTesorero Atanitsio Trevifio, reco-rría la ciudad solicitando votos pa-ra el desairado González y pala losdemás que figuraban en la caudida*tura oficial,' que llevaba Impresa,

Con general indignación fueronvistos los, alardes de la tropa, orde-nados por el Jeje de las armas encombinación con el Presidente Mu>nioipal; pero laque más exasperóá la trente honrada fue que el caci-que Gonzáles habilitara de policíasá iudividuos de la peor ralea, áauténticos bandoleros como Braca-montes y Perales, .que erizan loscabellos, 'con' 'sus patibularios ante-cedentes.

Es palpable qne en Allende laelección fue ganada por el elemen-to popular. Los ciudadanos espe-ran que se declare el resultado de laelección, dispuestos á exhibir laschicanas oficiales.

***Tenemos que agregar algo tam-

bién á nuestra Información del nú-mero pasado, respecto á las eleccio-nes en San Pedro, Coah.

No obstante que la Ley mandaque lá Junta de Escrutinio se veri-fique en la Presidencia Municipal,no se hizo tal cosa én San Pedro,sino que los del bando'oficial, sinavisar á los independientes, no obs-tante que es'os preguntaron cotí in-sistencia, verificaron su junta deEscrutinio en un local del despepi-tadero de algodón llamado «El Fé-nix» que está en los suburbios de lapoblación. La ilegalidad de estaJunta es notoria. Los oposicionis-tas, en vista de que el PresidenteMunicipal no les comunicaba dondetendría lugar esa Junta, se instala-ron en la Plaza Principal y si al finse retiraron á la casa del Sr. Made-ro, fue para evitar que el pueblotradujera en actos, la indignaciónque en él estaban provocando losabusos de la policía.

Mientras los independientes eranhostilizados en su asamblea por losgendarmes, los serviles, encabeza-dos por Inocente Escobedo, el fa-bricante de expedientes falsos paraeleceiones oficiales, y por el Secre-tario del Ayuntamiento," libabancerveza en abundancia, por cuentadel Erario Municipal, á cuyocar^go estuvo también el pago de lostrabajos electoraks.que algunos be-llacos hicieron á favor de la candi-datura oficial.

Las autoridades siguen atrepe-llando. Algunos ciudadanos quepúblicamente" han - ostentado su independencia, declarando su falta deadhesión á los actuales mandari-nes, han sido encarcelados y rigu-rosamentex incomunicados. Segúnel criterio estúpido del Inspector'dePolicía, estos dignos ciudadanos sonebrios sediciosos, y por ese supuestodelito son sentenciados á un mes dearresto por el* atrabilario" caciqueAndrés Medellín, que ahora estásubstituyendo al insoportable Viez-ca.

Los dignos miembros del ClubDemocrático «Benito Juárez» estándecididos á continuar sus patrióti-cos trabajos, á pesar de los atenta-dos de que han sido víctimas. A-plaudimos calurosamente esa acti-tud. Hijos como esos necesita laPatria; hijos viriles que la honren,que la liberten hoy, y que en eltuturo la engrandezcan.

RegeneraciónDecember 3i,thSubscriptiou rates:

Per amuttn.. , r . .$ 2, 00 gold.Per 6 tnonths, .' . i, 10 ,, '

Director1 y Propietario RicardoFlores Magóh,

CONDICIONES:"RBGBNBtrACION1* Su publica loa

sábados. El número suollo vale cinco centavos oroon los Estados Unidos del Norte y dlet contaros pla-ta en la Kopúbltci Mexicana. ,

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Los envíos di dinero pueden hacerse por GtroPostal Internacional, por Express, on Billetes daBanco 6 on Timbres Postales.

NOTA. JJsfos precios se aplican á laspersonas gwe manann pagar directamen-te sm subscripciones sm necesidad de co-brarles.

A las personase quienes einstenios «Mes-tro periódico y no manden pagar, sé leacargará un veinte por ciento sobre los pre-cio-i arriba expresados y seles girará co»el recargo indicado,

A los Agentes se les abona el veinte porciento.

Para todo asunto dirtjirse al Director.

EL. SE . FRANCISCO FINNBY BS

NUESTRO AGENTE EN MÉXICO.

yankees zafios, que dirijen los tra-bajos de dicha negociación.

A principios de Octubre del añoque hoy termina, sin consultar pre-viamente á los trabajadores mexi-canos, pero ni siquiera á los ma-yordomos, se ordenó que á los obre*ros 'de las cuadrillas se les pagase

que el papel del Vicepresidente esdesairado!

JL nuestras

Hemos visto que á i>esar de enviarnuestro periódico á todos nuestrosfolegas, algunos de ellos no se handignado visitarnos.

En tal virtud, con pena anuncia-mos que si no recibimos su visita, nosveremos en el caso de no continuarenviándoles nuestro periódico.

so de cualquier chicana, le presenta-ron al Juez inmediatamente unejemplar de la Le3r Electoral y lepuntualizaron los artículos cuyocumplimiento trataba de eludir. En-tonces el Juez recurrió al cinismo, ycon fútiles pretextos y burdas eva-sivas se negó á cumplir con su de-ber.

No obstante las chicanas y losabusos de que se valió la autoridadpara impedir á los oposicionistas elejercicio de sus derechos electora-les, el partido popular instaló cuatrocasillas con las formalidades de Leyy recogió un gran número de vo-tos.-

Los empleados municipales insta-laron otras cuatro casillas, una deellas en la casa del cabo de PolicíaEncarnación Peña y otra en el Edi-ficio de la Escuela Pública de Ni-ños, contra lo prevenido por la Ley.A estas Casillas nadie concurrió ávotar, pues el candidadato oficialque en ellas se sostenía, el caciquePedro González, es odiado por elpueblo. A tas diez de la mañana,

Explotacióna! trabajador.Díaz e s el culpable

La repugnante protección queimparte el Gobierno de Díaz é losnorteamericanos, induce á éstos áser cada día más exigentes con lospobres trabajadores mexicanos áquienes explotan y maltratan comoá bestias de carga.

La condición del trabajador ennuestra Patria es precaria y humi-llante, sin un consuelo en su des-ventura, sin un auxilio en su mise-ria, á merced constantemente delrico avaro y déla miseria que hancreado veintisiete años de gobiernovandálico.

En la Fundición Nacional de Fie-rro y Acero, de Monterrey, los obre-ros sufren el despotismo irritante de

solamente á razón de ochenta y ochocentavos diarios en lugar de un pe-so que ganaban, y se les diese ade-más, por vía de premio, treinta ysiete centavos cada vez que cum- -pliesen veintiocho dias continuadosde trabajo.

Los obreros, ante el ultraje, sedeclararon en huelga. El trabajo áqne se les somete es duro y bastan-te mezquino el jornal de un peso.Resultaba, pues, injusta la rebajaque se les iba á 'hacer de doce cen-tavos diarios. La huelga era jnsta,pero como el trabajador mexicanono puede ahorrar por lo mezquinode los joanales que gana, la huelgatuvo-que suspenderse por" falta "dédlementos para sostenerla y losobreros tuvieron que,_sgportar alfin que se les robase su trabajo._ La .noche del 6 del pasado No-viembre, sufrieron un nuevo ultra-je los trabajadores. El Superinten-dente ordenó que trabajaran cuatrohombres menos encada~romana, yque cada hombre trabajara con ca-rretilla número 10, de las más gran-des que se usan en- el acarreo decarbón de piedra, para que en esascarretillas, colmadas con exceso,acarrearan metal, cuyo peso rebultatres veces mayor que el del carbón.

Ese trabajo propio para acémilasy no para seres humanos, provocóuna segunda huelga que, como laanterior, terminó por la miseria deles trabajadores.

Los yankees, satisfechos de sutriunfo sobre la miseria de los po-bres trabajadores, no solo han re-bajado el jornal, sino que tambiénhan acabado por suprimir el premiode unos cuantos centavos por vein-tiocho dias de trabajo agobiador.

El Gerente y el Superintendenteson dos zafios que nunca están sa-tisfechos del trabajo del mexicano,y un tal Bein, jefe de muestras»arremete á puntapiés como un mu-lo contra los trabajadores. Simes,un ebrio consuetudinario, que fun-ge de capataz de los artesanos denoche, maltrata igualmente á losoperarios, y como es yankee, aun-que falte á su trabajo por dos ó tresdías por sus borracheras no es des-pedido, sino más bien celebrado porsus jefes.

-Á. los obreros mexicanos los ha-cen trabajar sin ayudante, les esca-timan sus sueldos ó los despiden in-justamente. En suma, se les robay seles maltrata. A las yankeespor el contrario, se les ponen dos 6-más ayudantes y aunque sean unosimbéciles se les pagan buenos suelr

dos.Otros muchos abusos se cometen

en la Fundición de Fierro y Acero.No pocas obreros se lían quejadoante las autoridades, peso éstas, quedebieran velar por el mexicano, seponen del lado del fuerte, del yan-kee Insolentado, que medra al am-paro del Gobíerao de Díaz, famosopor su falta de patriotismo y su afánde doblegarse ante los yankees.

REGENERACIÓN

Él valor cívico.A la Juventud Hispanoamericana

M Ur6 r&pido y la pólwovft' siti h'i-mo lian venido a saoar á la gjiorra deentre los elementos del. Poema. Esca-so iaolmliaientio se ofrece al heroísmo,desde que loa oombates DO son ya entre enemigos que sa tnirao y so embis-ten) sino entre invisibles mecánico»,que S luengas di&fctinoias sa arrojanduchas de hierro y plomo.

Imaginemos por un momento, «DOde aquellos bizarros adalideB de lasedades épicas, que apareciese en algu-nos de los aotuules campos de batalla,agitando su noble acero, j , retando envalientes voces á oombate singular álos ofensores de su datn&i de su dios«5 de aú patria; en tanto que á una bue-na legua de áiat&nola aleves má'qui-nas de muerte, provistas de miras te-lesoó picas, le toman matemática é in-falible puntería, sirviéndoles de blan-00 el fulgente escudo qm en letras deoro ostenta el altivo mote del oam-

€¡Aqui estoy/» «¡Heme aquí!»El grande y hermoso arte de la gue-

rra, gracias á los modernos perfec-cionamientos ha degenerado en pro-saico ©floto meoanieo, y el soldado dehoy apenas es un obrero enseñado amatar por largas trayectorias.

En cambio los adelantos de la inteligencia ea direcciones opuestas a 108medios de iuerzn, tinnden á desarro-llar y á dar mayor eficacia y prestigioal otro género de -valor, inerme es-fuerzo dei derecho, que ha tomado sunombre de la noble fuente de dondebrota., que no es otra que la concienola del verdadero ciudadano, y portanto llámasele valor cívico..

El valor que sólo fía en la fuerza 6en la destreza, si bien merece respetoy lauros cuaado se le yoae al serviciode OHUsas justas y honorables, precisaconvenir en que es una cualidad co-mún & todas las criaturas. No así laotra, en que una virtud esencialmente1 y no como quiera sino como

¡ía, á tal extremo pujante" é Irresisti-ble, que las ülas juramentadas se ol-vidan de la oonsignaj y de entre ellassalen al üa votos Independientes quoredimo su deooro.

¡Y qué triunfos tan gloriosos, esostriunfos de la razón sin armas; victo-rias del carácter en sublime exalta-olón de heroísmo oívlool No tiene olvalor guerrero hazañas tan hermosascomo las huzaflas del oívíoo denuedo,aun cuando el dóii do la elocuenciaucompafie á veces también al geniomilitar; pero la empresa po,r las pala-bras entonces ennooleoldB,\ha resul-tado luego inferior á las palabras.«tSoldadosit exclama Napoleón aren-gándoles en Egipto: «¡ Desde la altu-ra de OSUB pirámides, cuarenta siglosos contemplan!» Esas diez palabrasdel genio armado dan una nueva vic-toria á la Francia Mlrabeau, héroi»eívleo, hace muoho más con un breveapostrofe: gana una inmortal victoriapara la humanidad entera. Fue el'oel día en que Brezo, el maestro de ce-remonia» de la Corte, por orden delrey mandaba a la asamblea que se di-solviese: «Id á deoír á vuestro amo,rugió Mirabeau, que aquí estamos reu

, y no como quiera sino comocondición de privilegio, en las almaspues que no aparece en el caráctermientras éste no haya sido preparado,para tan extraordinaria dignificaciónpor el culto de un vehemente ó ilustra'do ideal de justicia y libertad. Fuerade la esfera de los derechos del ciuda-dano y de los intereses del Estadocuando esa sublime cualidad imperapor otros móviles en, el espíritu, sellama valor moral, pero en unos y enotros casos sus promesas son siempretrascendentales. Esa santa soberbiadel alma ha creado religiones eternasy repúblicas ilustres.

Este linaje de valor es el que los hijos da la América latina debemos es-merarnos ea cultivar y,, estimular. Elctro, el valor que consiste en afrontarla muerte con meaios para darla, loposeemos en grado extraordinario.El uso patriótico de ese hermoso valor nos conquistó 1* independencia.Sú abuso fratricida nos esta haciendoperder la libertad y el buen nombre.Pueblos gloriosos y felices llegaríatnos á ser si guardáramos para defender la soberanía, el valor que nos ladio, y si ejercitáramos para hacer re-públicas verdaderas el valor cívicoúnico fecundo para tales empresas.

No se da en la Historia un soloejemplo de que los héroes del valorinerme hayan fundado tiranías. Ja-más se vio á la virilidad del carácterclamando por-oadenas. Nunca ha re-Bldo-el-civismouna elección para .en-;cumbrar capataces. Estos suben siem-pre á tiros, y á tiros mandan. Ciertoea también, sin embargo, que por lasarmas llegan algunas veces al poderhombres honrados y patriotas; perocuando la suerte premia de esa mane-T»TÍ~un pueblo en la peligrosa loteríade las revoluciones, resulta que el tra-baj" de reponer al vais de los que-brantos que ha tenido que padecer du-rante la lucha, absorben por largotiempo la atención y buena voluntaddel gobernante 6 gasta los más pode-rosos medios de su gobierno. Resultaentonces, que aquello que había deaprovecharse en progreso se invierteen convalecencia; sin contar con queá tales calamidades s>e junta la denuestra natural impaciencia, pues alsiguiente día del triunfo de una revo-lución, reclamamos todos el milagrode los cinco panes, olvidándonos deque para llegar á donde llegamos he-mos arrasado los campos y no hemosdejado grano ni para, una sola de lascinco hogazas del milagro.

Por otra parte, las victorias del va-lor guerrero no siempre prueban larazón ni el derecho de quien las gana.El mayor número de soldados, la ex-celencia de su armamento y disciplina,ó el más hábil arte estratégico de sugeneral, y no pocas veces los variosaccidentes que entran en lo que gene-ralmente se llama «la suerte de la gue-r ra^ pueden decidir y por lo comúndeciden del resultado de las batallasdando en ocasiones la palma deltriunfo á quien menos la tiene merecída. En tales casos y á raíz de la vic-toria en medio de los regocijos de losvencedores, la Historia imperturbableen su miBion de verdad, eoncluye lapágina comenzada la víspera, y dicepura que perdure— cVencida en el he-cho fue aquí la razón, pero continúaella triunfante á la luz del Derecho y©n el criterio de Justicia » En las ac-ciones de guerra que así se pierden, loque se rinde al vencedor no es Binolas armas que se llevan ea las manos.El ideal que en el corazón palpita nocapitula ni claudica y continúa rebe-lado en los pechos inermes.

No sucede otro tanto en las victoriasdel civismo. Los vencidos por eJ es-inerzo de esta virtud del ánimo lo rin-den todo: acción, voluntad é ideas.Tal lo vemos en el seno de los parla-mentos en que un poder opresor ha lo-grado disciplinar una mayoría incon-dicional á la cual no se atreve sinoapenas con su voto silencioso y mudo,la minoría acobardada. Mas en me-dio de esa vergonzoso mutismo de obe-diencia por una parte y de esa carea-d a de audacia por la otra, yérgueseun día un carácter viril, un oradorsin miedo; sube á la tribuna, y desdeallí que es una cumbre, ni cuenta ¿1crecido Damero de sus contrarios nipiensa en las escasas voluntades quehabrán de seguirle. En tal instante,el orador ea león pnr la íuerza; eságuila por el vuelo. Habla, y su pa-labra, llena de la mage»tad y del im-perio coa que todo noble coraje » e irapone penetra en las conciencias de in-tento muradas; despierta «celias emo-ciones potentes haciendo vibrar las fi-bra» Bdenneridae, entra como lus en¿onde IB ntón ená en tinieblas; üu-

~ acude, mueve, persuade y arr&i-

por la voluntad del pueblo, yque sólo podra arrancarnos de nues-tro» puestos la fuerza de las bayone-tas,>

Allá, al grito de Napoleón, los si-glos contemplan: aquí los siglos Behumillan. Allá un soldado impone sunomhre á la Europa: aqui Mirubeaudestrona todo un Bistetba de prtvilegtos, y da al mundo enteróla conquÍB>ta de ios derechos d»l hombre. Porono hay que confundir, lio", 1% arrogan-oia del ciudadano con la soberbia delfaccioso. Para poder desplegar la al-tivez cfvica en la demanda y defensade sus dareohos, necesita el hombrehaber aprendido á cumplir con ente-reza, sus deberes. República y equilibrío son sinónimos cuando se trata deesas dos condiciones en la acción delo* asociados. Los guapos ingober-nables no son sino tiranuelos bn ga-lladura, que la incubadora de las re-voluciones empolla luego. Mal podrámandar bien aquel que no supo me-dianamente obedecer. Est", que es unaforismo de la milicia, es también unaxioma del civismo. No tiene la libertad mayor enemigo que la licencia.A veces el despotismo no es más queei» resultado de la evolución de unbuen hombre, acaso cou propósitosde ser un hombre bueno y que asusta-do y descorazonado por festinacionesrevolucionarias, " se vuelve huraBodesconfiado, codicioso y absurdo, enima palabra, tirano. La licencia facciosa es siempre injusta. Y á los agráVÍOB de la. iojustla no resisten sino lasalmas consagradas á un ideal eleva-do.

Cabalmente nos hemos prendado losbispano-americanos de la fnrma degobierno más complicada que hayaninventado los hombrea, como quieraque es la más perfecta de todas

La monarquía, el imperio, el siste-ma colonial, tf-do "éso es en extremosencillo y facilícimo de comprendertan simple y cómodo para hacerlo fun-cioDar, así por los que arriba mandanóomo por los que abajo obedecen Todos esos mecanismos se seducen á unadiferencia entre dos-planos. Del pla-p pño superior cae~por su propia gr-avit i ó H T t ó d i t &T tillmfj metódicamente, Til martillode la autoridad. En el plano inferioraguanta el yunque, es decir, el puebio. Pero en la República todo estáen un mismo plano, y no existen enella ni martillo ni yunque. El puebloes, á la vez, poder activo y comuni-dad pasiva. Con la conciencia de spropio bien, matda; y con la concien-cia de sus deberes se obedece á sí mismo.

El mecanismo de la República democrática, ó sea el gobierno del puebio y para el pueblo, constituye 1maravilla de los dos últimos siglosLos sistemas anteriores producían taisólo el orden, y á veces la justtciaEl sistema nuevo reunió en un solresultado á aquellos dos bienes y ade-más la Libertad,-que es el bien supre-mo. Mas para que este prodigiosoinvento funcione correcta mente y p-ue-da llenar sus múltiples y fecundos ob-jetos ¡qué de cuidados ha menester¡qué regularidad en cada -una de laspartes que lo componen' jqué samade inteligencia en cada uno de los -ele-mentos de su- fuerza! ¡qué rigurosexactitud en el radio atribuido á caduno de los movimientos de su maravilióse engranaje! Cuando el equilibrio fal¿a del lado de la comunidadamenaza la anarquía.

La República genuina, es, pues, 1empresa más ardua y complicada, eique hemos podido empegarnos lopweblos jóvenes, con sangre inflama-ble, que poblamos las zonas ardorosas de la América en donde el sol, pocontrarios modoB, no» inclina á la veá la molicie y á la rebeldía Mientraslos gobernantes falaces se calzan 1férrea manica del despotismo, nosotrodormimos la siesta; y al despertarnosla guaotada, corremos al monte cérea-no y nos pronunciamos.

Para eso sí nos sobra el valor á lohijos de la cálida América Trátesepor ol contrario, de defender nuestrosde»ech s con la ley y las institucionesen la mano y con la razón en los la-bios; y habrá de verse que ánimos va-lientes, que no tiemblan ante la graveposibilidad de una muerte obscura éingloriosa recibida en los campos dela facción,Be vuelven prudentes en de-masía ante la perspectiva de unascuantas semanas da meditativo encie-rro en un calabozo, ó de unos mesesde íorzoro paseo por países extranje-ros Casi pudiera afirmarse que per-tenece al estudio de la patología esaextraña aberración de los caracteresea nuestras repúblicas., Peligros hay en verdad, para eiejercicio del valor cívico, según elgrado de educación, según la natura-leza de los violentos instintos "del ti-rano que haya que combatir sin otrasarmas que las de una altivez conven-cida. Pero desde luego que no habíade merecer el excelso nombre de vir-tud upa cualidad cuyo ejercicio noaparejase sacrificios y riesgos. Unciudadano que no se atreviese á de-fender firme, tenaz y resueltamente jasacra religión de BU* derechos, tansólo porque por las calles andan es-birros secuestrando á lot hombresligaos, daría todavía mayor ocasiónpara el ridículo y el escarolo qua elloféono oficial que la aDecdota nosrefiere; ei cual, debiendo avBczar con-tra el eDemigóqueen retirada se ba-

ria, replegó con su tropa In combair, «¿Porqué no atacas Usted?» lereguntó indignado el jufe. v él coaucua naturalidad lo contestó; «Porqueodavfa tiran, mi general,»Bü las luchas del civismo hay quobanzar también, «aunque tiren toda-ía.3> l n osas contiendas rlg<i lo tnls-311 disciplina que en, las campanas'uerréras. Si un tribuno sucumbe,'tro toma la palabra; si un periodistaae, otro toma su pluma; ni más ni me-

nos que hiioo el voluntario desarmadocuando recoge el humeante fusil dolveterano herido, y continúa dispa-rando con él sobre el enemigo. Tallomo en los bélicos asaltos no se oon-lenen los avances hasta que la zanjao esté colmada de cadáveres y sir-

van éstos de puente para llegar á lafortaleza, asi lossoluadoadel civismono deben cesar en reponer sus bajas

asta, que ya DO quede espacio paracontener d los bravos de valor Iner-me. ' , , . .

Cuando los pueblos no están edu-ados en el ejercicio de ese linaje denergía, los extravíos de los gober-

nantas terminan siempre por prudu-oir la revolución armada, sin que sehaya pasado antea de llegar á esa úl-tima razón de los pueblos, por l»s ci-vilizad as transacciones de la acciónpública: primero en la forma de conse jo patriótico al gobernante que sedesmanda; luego en-el modo de admo-nición oirounspeota, pero viril; y úl-timamente en la resuelta lucha, peroietnpre en la forma de una oposioión

razonable y razonada. Cuando estextremo de la actitud del civismo se

hace necesario, y cuando la oposioiónse conduce respetando las personas ysiendo Inexorable para con los hechospunibles, produce el efecto de un po-deroso disolvente que corroe la base

e conservación que toda autoridadpor solo el hecho de serlo, se crea;íasta que aislado por completo el go-bernante arbitrario, no pudiendo luchar contra la fuerza invisible é in-angibie que le asfixia, se extingue al

fln en espasmos de vano furor y enactos de crueldad inútiles. Es enton-ces que la codicia, sugestiona, con suconseju ttedroto y egoísta, abogmadnen el desdichad 1 todo sentimiento decoraje y honor necesarias pura acorné-ier una resistencia final y caer siquie-ra con el respeto de los valientes, yaque no con la absolución de Us bue-nos.

En nuestros pueblos hispano ainerl-¡anos (salvo las exeepciotes que fnr-alecen la fe de los que creemos y no

desesperamos) se han ensayado todosos temas de revolución imaginables;

y para las que vengan habr"a que re-calentar los viejos programas, fríostodos ellos, muchos ya manidos ¿Porqué no probar ahora con la paz? Lashazañas del valor guerrero nos hananlQuiludo; ¿por qué no darle unaoportunidad de ensayar las suyas alvalor cívico?

Es incalculable la fuerza que puedellegar a acumularse con la. mera aso-ciación de las convicciones. Un so-lo hombre persuadido de sus derechos,constituye una energía poderosa. Unpueblo imbuido en la misma y nobleidea, es formidable. Podría compa-rársele á una inmensa batería carga-da de electricidad, capaz de generarextraordinaria fecundidad y tambiéncapaz de producir estragos infinitos.Los Gobiernos <rus> respetan esa fuerzadéla conciencia colectiva, la utilizanpara el progreso y para la pro&peri-dad general Los gobernantes que ladesprecian y provocan, desaparecencon su estallido.. La energía cívica esluz ó es rayo.

En la gran República que tottíJSTad-miramos como modgjg. democrático,«sa fuerza maravillosa es la que lasostiene y equilibra Si allí no haysoldados, es porque el puebte,- cadacuatro años, se sientaretrel Capitolioy desde allí se gobierna á sí mismoDurante esos cuatro años se titulaPresidente, pero al finalizar ese lapsose baja de su curul y vuelve á llamarse pueblo.

Cualquiera que de paso y sin tiem-po, ó sin simpatías ó sin 1» seriedadque se requiere para el estudio de lassociedades humanas, vea esa Repúbli-ca de prósperos trabajadores afanados en los negocios y en otros mediosde adquirir, podría imaginarse que esuna gran masa "de indiferentes paralos intereses^ políticos,,, y por. tanto,,fácil para imponerle Tin régimen tirá-nico en el gobierno. Pero inténtesesiquiera alterar una sola letra de losartículos que consagran su derecho,y se verá esos taillones. de trabajado-res, abandonar sus labranzas, mos-tradores, bufetes, talleres y factoríasy con el sólo estrépito que produci-rían los instrumentos de trabajo acaer de sus manos, y con sólo el sílencio de las máquina» que por lo insólito del caso -cesarían de agitarse yrugir, bastaría para que, quienquieraque intentase ó imaginase el atentadose sobrecogiese de pavor, j para quele viniese a la mente, si jamás la tuvola concepción de esa-colosal y estu-penda energía que se llama la con-ciencia de un pueblo, en la plena posesión de sus derechos y apegado ;ellos como á sa propia vida.

Jóvenes hispano-americanos: Col-gbd reverentes ia espada y «1 fusil revolueionario de vuestros padres, y nolos toquéis sino en el caso en que ]aPatria os reclame la defensa de »u so-beranía. Pero «i no queréis que laPatria veu jamás en peligro en exis-tencia soberana, contribuid. & hacerlarespetable y grasde por la práct cadelas virtudes ciudadanas, de todss lascuales es como alma y fundamento, evalor cívico.

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La5 favoritasdel Eral. Uiaz.

El Gral. Díaz, para gobernar alpueblo mexicano, no sólo no habuscado, sino que ha desechadosistemáticamente el concurso de lainteligencia y de la honradez. Suprograma es de brutalidad y deopresión, y para sostenerlo no hanecesitado inteligencias que guíen ycerebros que piensen, sino sencilla-mente brazos que ejecuten, instru-mentos sumisos que acaten ciega-mente las órdenes de la voluntad

o los domina,

Sn los principales_puesto5*|5úbtt-cos, en las mayores alturas, ha CCFloqado el Gral. Díaz precisamente áindividuos que se caracterizan porsu miseria intelectual, á seres vul-gares y rudos que af °ver encumbra-da su insignificancia, sienten por suprotector la gratitud zoológica delas canes á los que un amo generosorepleta de sabrosa y abundante pi-tanza. Defienden al amo; lo obe-decen sin titubear y lo secundan entodo y para todo, á la menor indica-ción.

Uno de estos inválidos del inte-lecto, que goza del favor áel Autó-erí.ka y que al Autócrata sirve confidelidad canina, es Manuel Alar-cóa, que acaba de ser reelecto Go-bernador de Morelos, como premiode sus buenos oficios para con laDictadura. Ante la reelección deeste funcionario no hay que pre-guntarse qué bienes hizo al puebloó que mejoras procuró al Estado;hay que preguntar, por el contra-rio, <jue males acarreó á sus gober-nados, con beneficio de la tiranía.

Hace ocho amos que el Gral. Díazhizo Gobernador á Manuel Alarcón,arrancándolo de su vida de nóma-da y poniendo fin á sus correrías debi-duino. Alarcón, insignificantecomo político, obscuro como mili-tar, ayuno de moralidad y paupérrimo de cerebro, era el hombre á pro-pósito para servir de instrumento ála Dictadura; para obedecerla cie-gamente, sin discernimiento y sinconciencia.

A cambio de sumisión absolutapara con el Centro, el Dictador ga-rantizó á su protegido impunidad yapoyo en todo sus actos. Y resultólo que era de esperarse: el mimadofavorito no se ha preocupado delbien general, sino del suyo propio:ha buscado el halago de los adula'dores y se ha dejado dominar por eltinterillo Eugenio Cañas que esquien mejor ha sabido marearlo conel turíbulo. Alarcóa y Cañas hancausado la ruina del Estado; petohan hecho su fortuna y las de susparientes.

Cuando Alarcón ascendió á laPrimera Magistratura del Estado,no tenía ni una sola propiedad: hoy,posee seis magníficas casas en Cuer-navaca; tiene terrenos y montes al

rededor de esa ciudad; es dueño dela Hacienda de Tetnilpa que valecuatrocientos mil pesos, y obtenien-do pingües ganancias .al monopoli-zar las cosechas de arroz en todo elEstado, ha llegado á figurar entrelos principales banqueros de More-los.

Eugenio Cañas, el alma de suGobierno, era escribiente de unJuzgado Menor de Tetecala, concuarenta pesos de sueldo al meshoy es poderoso nutnulano, Direc-tor General de Rentas, Recaudadorde contribuciones, improvisado In-geniero Civil, Electricista y Agró-nomo, y dueño de una Empresa defueiza eléctrica, que recibe fuertessubvenciones del Gobierno del Esta-de y del Ayuntamiento de Cuerna-vaca. =^ '~~

El Inspector de las Faerzas~kü-rales del Estado, es el Teniente Co-ronel Julio Alarcón, hermano delGobernador. Al entrar á desetape^ñar, hace ocho años, el empleo quehoy ocupa, era caballerango de laHacienda de Temisco, y hoy, esdueño de dos ranchos productoresde arroz y maíz, de tres grandes ca-sas en Cuernavaca y del Ferrocarrilurbano de la ciudad, todo lo cualrepresenta un capital muy conside-rable, que no pudo por cierto serformado con los ahorros que propor-cionaría un modesto sueldo de Jefede Rurales.

En Morelos, como en todas partes, se observa esa milagrosa pro-ductividad de los puestos públicos.Los funcionarios son seres privile-giados en cuyas manos el dineroobra prodigios: disfrutan sueldosbastante humildes; pero con pocoque desempeñen un cargo, se hacencapitalistas y propietarios por nosabemos que procedimiento mara-villoso.

Los hechos que se han señaladoI en el Gobierno de Alarcón, lejos dej darle lustre, lo han desprestigiadotales son, entre otros, el asesinato

I frustrado del digno ciudadano Pe-dro Alcázar, de quien quisierondeshacerse las autoridades de Joña

] catepec, y los brutales atropellos deque fue víctima en Yanttpec laSra.Guadalupe Rojo Vda de Alvarado,Editora de «Juan Panadero.»

; Ni siquiera como militar tiene al-gún mérito el reelecto Gobernadorde Morelos. El orgullo con queAlarcón ostenta su inmerecido gra-do de Coronel, inspira lástima á losque medianamente conocen los na-da gloriosos antecedentes del altofuncionario. Junto á los hechos deManuel Alarcón, resultan casi ho-mérica epopeya las deslustradas ha-zañas del policía Bernardo Reyes.Apenas las siniestras Acordadaspudieran dar idea de lo que fue enun tiempo el hombre escogido porel Gral. Díaz para hacer sentir suDictadura en el desventurado Esta-do de Morelos.

En MoreJos no hay garantías,porque la Justicia ha quedado redu-

La Poderosa Sanadora.

Cuya reputación es bien conocida entodo este país, acaba de establecersepermanentemftntg_fin SanJAntonio, Te-_xas. Sana todas^las enfermedades,sin aplicar drogas" también cura acualquiera distancia por medio delmaravilloso poder del Espíritu con elcual fue nacida.

Ella es la mejor adivinador» 8n elSur, siendo la séptima hija de la sép-tima hija.

Nunca hierra en cambiar la suerteDoctora ALVESSA MATTHEWS.Calle S. Laredo 708.—Antiguo telé-

fono 308—1 R.

cida á las consignas espeluzantes deAlarcóu; no hay mejoras públicas,porque sólo se busca el beneficio delGobernador y sus favoritos; la ban-carrota de la Hacienda equivale ála prosperidad económica de los quela manejan; la Instrucción Públicaestá en manos del Obispo Planearte;el Comercio está muerto, los cami-nos pésimos; pero la tiranía estáfloreciente, aplastándolo y absor-viéudolo todo, y alimentando suexistencia monstruosa con la ruinadel Estado y el infortunio de losciudadanos.

El Grai. Día? aplaude ia labor ti-ránica de su fiel instrumento, y enlas Cacerías que Alarcón organizapara solaz del Autócrata, este acon-seja á su favorito que no cambie deconducta, que oprima, que persiga,que se imponga

El Gial Día?, eu su desmedidoorgullo, no quiere comprender quelos excesos de las tiranías son tre-mendas provocaciones para Ja pa-ciencia de los pueblos.

Sensible defunción.

El Ti del mes que hov term: ació á las trer > media de i a tarde enla ciudad de El Paso, Tex , el honra-do liberal Sr. Cruz Sáacbtv

El Sr. Sánchez se dWtinpoió «.letnpre por su patriotismo, por sn honradez y por su amor al pró¡)mi>

La. desaparición de homhrei ?onr>el Sr, SAncbe? deja uo vario eu lahumanidad.

Deseamos consuelo y resl^nacldu ásu hocorablo familia

REGENERACIÓN,.

El cinismo oficial.Aatos de quo so iniciara la saludublo

reacción do civismo quo vemos congusto todos los (¿uo amamos 6. la Pa-tria, porque tenemos la convicción doquo el civismo sora lo único que sal-vo nueatri»B Instituciones y nuestranacionalidad; antes de que so inioiaraesn reaeoión, los periódicos del uobler-no sostenían que nuestro pueblo eraun conjunto de Idlviduos sin voluntad,Incapacitados por esa circunstanciapara la cida aotiva del ciudadano. 8edocía que el pueblo tenía horror a lacosa pública y que dejaba todo su po-der, toda, su fuerza, sus derechos yprorrogativas á mereed de los hom-bros-que ocupaban los puestos,J?,Ú}?.U".COS.

Todo oso era alirmado por los pe-riódicos del (¡obierno, para justificarln imposición que el Dictador li neta defuncionarios que düberiun ser nom-brados por el voto popular.

Los beohos, sin embarco, siemprelina demostrado i]iie si el pueblo seabstenía de hacer uso de sus dere-chos, eso se debfa á la oposición del(íobieruij tí la actividad democráticado los oiudadauos, en lu que veía unpeligro pura lu consolidación di> latiranía, i>u s á uaiie se I>J e-ciipa queun pueblo i¡ue ejercita Ja demi craclano puedo soportar tiraLÍas.

Por la fuerza, por el terror que in-funde el Gobierno cuando en lugar dela l<*y aplioa el látigo, el pueblo se ha-bía abstenido de ejercitar sus dere-chos; pero ba llegado el momento dela reflexión; el pueblo ha compren-dido que el estado de pasividad queguardaba era antipatriótico, porquepermitía el robustecimiento de la tiranía que acarrea la abyección del ciu-dadano, el enriquecimiento de los gobernantes á costa de la miseria delpueblo,y lu. venta de la nación, que noá otra cosa conducen los empréstitosque el Gobierno de Porfirio Díaz contrata coa las casas extranjeras. Bpue.blo na comprendido al fin que neeesita nacer ua esfuerzo para salvarla nacionalidad, y por esa razón lohemos visto despertar en'Coahuil a yen Oaxaca., sereno, viril, con la cotíciencia de su sobpranfa, dispuestoejercitar sus derechos.

Tanto en Coahuila, como en la Ca-pital de Oaxaca, el pueblo tomó Darteactiva en las elecciones municipalesLa cordura, la corrección, el patrio-tismo, han estado de parte del puebloDe parte de las autoridades solo hanestado el fraude, la chícana, la coac-ción, el terror.

Ya hemos dado cuenta de las elecclones municipales en el Estado deCoahuila. En Oaxaca, el pueblo acudio á las casillas electorales y votópor la candidatura del" Dr. GildardoGomen, quedando derrotada la candi-

datura r<fioial oa la que figuraba pavnPresidente Municipal el oonspíouooretlno Teroso Vlllosanto

La autoridad tuvo que recurrir almudo al ver que el pueblo votaba áavor del Dr. Gtldardo Gómez. Losíondarmes vertidos de paisanos y lossoldados1 del 10° Regimiento igual-mente disfrazados, fueron los únicosque votaron & favor de Villosante. Laautoridad, como de costumbre, hizofraudo, ejerció presión enviando a susayudantes á las casillas para obligara los ciudadanos a votar por la can-didatura oficial El Tesorero Generaldel Estado, Josó Núflez, y un tal Al-cántara, esbirro de Plmentel, reco-rrían las casillas intimidando á losludadanos, falsificando boletas, po

niendo nombres supuestos en los res-paldos y pretendiendo que los votan-tes eritreff&ran sus boletas en otanco.

A pesar de la chicana y de la pre-sión, la candidatura popular recibióinnumerables votos.

La noche del día 11 del mes que hoytermina, los ciudadanos asistieron ílla sesión del Ayuntamiento en que seIba Á dar cuenta de las elecciones mu-nicipales. El pueblo esperaba el triun-fo, pero se desengaQó cuando el Se-cretario declaró que había triunfadola candidatura oficial.

Tan escandaloso cinismo provocó laIndignación de la concurrencia, queprotestó contra la burda chicana delas autoridades.

Un obrero, justamente indignado, selevantó de su asiento para protestaren nombre del pueblo contra el crimende lesa democracia perpetrado por laautoridad, y terminó diciendo, que «enla conciencia de todos estaba que losciudadanos que honradamente y sincoacción ejercieron sus derechos electírales, votaron todos á favor del DrGildardo Gómez >

aoiondo, podrá, destruir los pavimen-os sin que nadie lo obligue a repa-

rarlos y podrá hacer buenos negociosn unión del clerioal Pitnentol, con evi-

dente perjuicio de los intereses popu-ares.Los oaxa^ueflos deben acusar á las

autoridades, lís alerto quo' rio se cás-ará alos culpables, poro esa impu-

nidad servirá para acrecer el despres-tigio de la tiranía, y servirá tambiénpara aumentar los capítulos de acusa-ción que la conciencia pública tieneformulados ya, para hacerlos valer eldi a de la reivindicación.

FelioltamoB al pueblo oaxsqueflopor su civismo. Esperamos que no sedecepcionara por el fraude olióla], si-no que, por el contrario, se sentirá po-seído de viril indl'gnaetÓn.

No hay que olvidar el ultraje. Hayque reoordarlo'á cada tostante, puraconservar vivo el deseo"9e"v"eÍDgarlo.

Porfirio Díaz tendrá que arrepen-tirse al fin, de no babor sabido hacer-se di fino del aprecio de sus conciuda-danos,

UNA DAMA ATROPE-LLADA POR LA POLICÍA

En el Estado de Durango, quehoy tiraniza Esteban Fernández-; nopasa un solo día sin que se registrenescándalos cometidos por la autoridad. Hay mucho que decir, peropor ahora solo nos concretamos áseñalar algunos de los abusos quese cometen en Tejamen, poblaciónde dicho Estado.

E/ti Tejamen, como en todo elpaís, las autoridades muestran unprofundo desprecio por el dudada'no. Las autoridades de Tejamen,de acuerdo con el Gobernador Este"ban Fernández, han impuesto unacontribución odiosa de veinticincocentavos mensuales por cada vaión

La actitud de ese obrero es digna de | ¿e catorce años en adelante,aplauso y debe servir de ejemplo á to-aos los ciudadanos.

Por todo lo anteriormente dicho, seve que el nueblo cuando cumple con sudeber, tropieza con el fraude y la chi-cana de las autoridades. No es, pues,pxacto que el pueblo se despoje de susderechos por no querer ejercitarlos.El pueblo, sencillamente, es objeto dela burla de las autoridades. Pero esaburla, ese ultraje, acarreará felizmente la ruina de la tiranía que pere-cerá por su propio descrédito.

El candidato de Emilio Pimentel, eldistitüguidísimo cretino, Sr. Villosan-te, ha sido impuesto en beneficio del

sido

icsa contribución que por si solaes odiosa y excesiva, porque en Te"jamen el pueblo perece de miseria,se hace más odiosa aún porque elque no paga es encarcelado por espació de varios dias ó condenado áhacer el servicio de ronda.

La Constitución en su artículo 17prescribe que nadie puede ser presopor deudas, pero ese prec°pio denuestra Carta Fundamental es viola'do de continuo, como la Constitirción toda, por las autoridades quepesan sobre la nación.

Los habitantes de Tejamen ernrgran del pueblo en busca de garan-tías, y los que quedan tienen queGobernador científico. Todo ha

cuestión de negocio. Pimentel tiene ne-¡ sufrir el despotismo de las autorigocios con un tal Bustamate, miembro dades que se están enriqueciendode una compañía de tranvías que hace ganar á Pimentel sumas no despre-ciables. Ese Bustamante tiene pomoempleado á Villosante, é intrigó pa-ra que su empleado ocupase la Pre-sidencia Municipal en 1905. De ase mo-do, Bustamante podrá obstruir impu-nemente las calles como lo ha estado

con la fatiga del pueblo explotado.Si el Gral. Díaz tuviese alguna

vez la humorada de visitar á J^ste"ban Fernández en sus dominios,exclamaría del mismo modo que lohizo cuando estrechó ea Monterrey

Bernardo!

la mano sangrienta deReyes: «¡Así se Gobierna

El ramo administrativo por. cuyabuena marcha se preocupan honda-mente los gobiernos honrados, és el dejusticia. La justicia es tan nocosarla alhombre en sociedad, como el alimento,como la habitación, como el vestido,porque ella garantiza la posesión dolos bienes, la tranquilidad del indivi-duo, el respeto & aus derechos.

Un pueblo sin justicia no puede serfeliz porque está á merced de todoslos abusos Por eso los pueblos sobrelos que pesa i a tiranía son desgracia-dos, porque la tiranía es la represen-tación de lahajustíoia, •'.,,.;„

En nuestra martirizada Patria nohay juatloia. La justicia eu nuestra Pa-tria está representada por jueces hoseos qne en lugar d« busoar en la leylos preceptos que deben aplicar en susdeterminaciones, hurgan los bolsl'losde los ciudadanos en busca de mone-das, obteniendo el poseedor de la sutna mayor todas las atenciones, todoslos favores y todas las complacenciasd-s una justicia de alquiler.

Es proverbial la venalidad de nues-tros jueces para que nos esforcemosen demostrarla No es menos prover-bial también su negligencia. He aquíun caso.

A mediados del aKo que hoy termi-na fmé villanamente ultrajada por lapolicía de Salamanca, Gto., la hono-rable seilora Natalia Garcilita, espo-sa del Sr. González'Frías. Unos gen-darmes ebrios, mandados por el Comandante Baldomero Gallardo, cele-bre como rufián en toda la comarca,aprehendipron sin motivo justificadoá la Sra Garcilita, cuando dicha da-ma pasaba por la Plazuela de la Cons-titución . La dama pidió explicacionesá los aprehensores, pero por toda res-puesta recibió el maltrato brutal delos hotentotes policías, que á empello-nes y tirones la condujeron rumbo alpupsto de policía. Afortunadamentevarios vecinos respetables de la po-blación se apercibieron del atentado ylograron, después de grandes esfuerzos, que los cafres dej aran en paz á ladesolada dama.

Avisados el esposo y un hermano dela dama ofendida de lo que ocurría áésta, fueron á poner su queja ante elJefe Político, Jesúa Espinosa, funcio-nario negligente, pstúpido y arbitra-rio, que rec'bió con marcado enfado álos quejosos y á quienes por toda con-testación diio «vo veré eso.»

Pero nada' hizo el Jefe, ni nada vio.Los polizontes continuaron en suspuestos, excepto uno que se desertó,creyendo ¡imbécil! que había justiciaen México.

Viendo los quejosos que el Jefe Po-lítico no hacía justicia, fueron á la. ca-pitaLdel Estado á exponer su j

antoel-Proouradorde Justicia denaj^ato, Lio. Andrés Tov&r, un ému-lo dol todavía no olvidado Emilio Al-varoz, quo en la, Capital de la Repú-blica coadyuvó & la corrupción judi-cial. Él émulo de Emilio Alvarez pro-metió quo.so haría juatloia y han pa»sudo seis meses sin que Be ' procedacontra los oul pables, por ser olios íosesbirros del mocho Gobernador Obre-gón González, y

Por lo expuesto se verá si la justiciano está prostituida en nuestra iufortu-nada Patria. Porfirio Díaz, autor dela tiranía, es ol auior de la injusticia.

Es vergonzoso tener que consignarhenos de la naturaleza del- narrado;pero es preciso hacerlo para que elpueblo se convenza de que nue3trasautoridades se portan como cafres, yde qae es preciso que ejercitemosnuestros dereohoa.si queremos'-,y<e.rraQ¿libros cío la tiranía que nos aplasta.

Represalias odiosasLa iomoral administración de Emi-

lio Pimontel acaba de dar un nuevoescándalo. ,

El honrado liberal Sr. Adolfo C.Gurrión que era profesor de iustrac-oión primaria en la Escuela IndustrialMilitar de Oaxaca, ha sido injusta-mente destituido de su empleo.

El Sr. Gurrión se distingue por suindependencia de carácter y su honra-dez intachable, oualidadesque son es-pantosos defectos para los gobiernoscorrompidos como el de Plmentel.

El carácter del St\ G-urriÓD, es laantítesis del carácter del Director delestablecimiento, un tal Luis G. Naje-ra, individuo servil y de antecedentescenagosos, gracias á los cuales visteel t^aje de Coronel del Ejército y goza además del sueldo de Director dela Escuela Industrial Militar, Nájeraha lograho dacer un capital con de-trimento de la salud de ]os alumnos, aquienes tiene en ayuno, aprovechandoél el dinero que la Tesorería le entre-ga parala alimentación de los educan-dos.

Nii.jera solicitó la destitución delSr. Gurrión, fundando su solicitud enque dicho señor era un insubordinadoque enseñaba á sus alumnos á no respe-tar incondicionalmente á Los gobiernos, yademás, en el hecho de que habiéndolo in-vitado Náiera á felicitar al Gobernador,el Sr Gurrión no h'abía aceptado.

No pudo escoger Nájera un funda-mento menos estúpido, pues la acusa-olón que hizo contra el Sr. Gurrión,es honrosa par.a el digno liberal. >.

El Gobierno nombró una Comisiónpara que se informase del comporta-miento del Sr. Gurrión. Fueron in-terrogados los empleados del plantely rindieron excelentes informes sobrela conducta del Sr. Gurrión; fueronpresenciados los exámenes|de los alum-nos del, mismo, y aun" interrogados,.por la Comisión, y el resultad?» ffl'ó

absolutamente satisfactorio.La1 oomisión'no" encontró pretexto

para dar un mal informe del Sr. Gu-rrión, y tuvo que h»cer justioia al di-ligente maestro., A pesar de todo, el Sr. Gurrión fuedestituido, dando con ello el,Gobiernode'Ouxaoa una elocuente prueba de lacorrupción de la. jesuítica Adminis-tración de Pimantel.

Joeó Inés Dávila, el Secretario'deGobierno, quería vengarse y lo haconseguido. El Sr. Gurrión fue unode tantos liberales honrados que dio-ron su voto para quo José Inés Dávi-la y Emilio Pimebtel fueran expulsa-dos de la «Asoolaolón Juártz» por je-suítas.

Testimonio

Con sumo plaoer daré testimonio jalcomo puedo decir, milagroso poderpara sanar, que la/ doctora AlvessaMatthews posee. Fui alligída de en-fermedad femanlna desde hace tresaños. Tomó varias medicinas sin re-sultado ninguno, pues mi enfermedadse iba haciendo más grave hasta quela vida era intolerable. Entonces medirigí á esta seíiora de la cual yo ha-bía oido hablar antes. Ella me curóen 15 dias enteramente por medio de<tratamiento ausente.» Nunca me diomedicina alguna ni me tocó. Esto fuehaee cuatro meses y decde eDtoncesno me he sentido mal y ahora puedotrabajar como en los años pasados.

Contestaré con gusto cualquierapregunta acerca de mi enfermedad ycura, porque sé que debo mi vida á ladoctora.

Florence Douglass, 214 Arsenal St.San Antonio, Texas.

fl QUIEN INT&RESE-Con sumo placer daré testimonio

al gran poder para sanar enfermeda.des, que posee la Dra. AlvessaMatthews. Ella curó á mi esposamilagrosamente después de que yohabía gastado centenares de pesossin resultado. Había tenido variasoperaciones en San Antonio, perosu enfermedad creció hasta que supeso llegó á ser de 115 libras cuan-do la traje á la Dra. Alvessa Mafthews. Ahora pesa 170 libras. Lagran Doctora nunca la dio algunamedicina.

Yo soy un ranchero bien cono"cido y con gusto contestaré cual"quier pregunta á cualquier tiempoacerca de la enfermedad de mi es'posa. _ _

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