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FILOLOGIA HUMANISTA E HISTORIA INDIGENA EN LOS COMENTARIOS REALES POR MARGARITA ZAMORA University of Wisconsin-Madison Garcilaso Inca de la Vega, en el pr6logo a sus Comentarios reales, propone una reinterpretaci6n de la versi6n espafiola de la historia de los incas. Explica tambidn, en esas primeras pdginas, c6mo procederd en su reinterpretaci6n correctiva. Los errores de los espajioles, nos dice Garcilaso, se les pueden atribuir sobre todo a la incompetencia lingilis- tica; 61 se ofrece de intdrprete para una nueva y precisa traducci6n de la terminologia quechua que los historiadores hispdnicos no habian logrado entender. Al seguir leyendo, sin embargo, nos damos cuenta de que lo que Garcilaso hace en los Comentarios no es s6lo una correcci6n de los defectuosos textos espafioles, sino, ademis, una interpretaci6n del texto original de la historia incaica. Garcilaso se enfrenta a la historiografia hispdnica basindose en las relaciones orales de sus familiares, en infor- mes escritos que recibi6 de sus condiscipulos peruanos que tenian acce- so a los registros hist6ricos de los quipu incaicos, y en sus propios re- cuerdos infantiles. Los Comentarios se erigen sobre los textos en la len- gua original, y su autoridad interpretativa se constituye a trav6s del dominio del quechua . Su condici6n de mestizo, su dominio de ambas lenguas y de las dos culturas, le permite a Garcilaso jugar un papel privilegiado en el proceso historiogrifico. En manos del Inca, la funci6n narrativa se convierte en traducci6n en el sentido mis amplio de la palabra. Porque la traducci6n que se Ileva a cabo en los Comentarios, utilizando la terminologia de 1 Para una discusi6n mas amplia del tema de la autoridad narrativa durante la 6poca colonial vease Margarita Zamora, «Language and Authority in the Co- mentarios reales>>, en Modern Language Quarterly, 43, 3 (Sept. 1982), pp. 228-241.

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FILOLOGIA HUMANISTA E HISTORIA INDIGENAEN LOS COMENTARIOS REALES

POR

MARGARITA ZAMORAUniversity of Wisconsin-Madison

Garcilaso Inca de la Vega, en el pr6logo a sus Comentarios reales,propone una reinterpretaci6n de la versi6n espafiola de la historia delos incas. Explica tambidn, en esas primeras pdginas, c6mo procederd ensu reinterpretaci6n correctiva. Los errores de los espajioles, nos diceGarcilaso, se les pueden atribuir sobre todo a la incompetencia lingilis-tica; 61 se ofrece de intdrprete para una nueva y precisa traducci6n de laterminologia quechua que los historiadores hispdnicos no habian logradoentender.

Al seguir leyendo, sin embargo, nos damos cuenta de que lo queGarcilaso hace en los Comentarios no es s6lo una correcci6n de losdefectuosos textos espafioles, sino, ademis, una interpretaci6n del textooriginal de la historia incaica. Garcilaso se enfrenta a la historiografiahispdnica basindose en las relaciones orales de sus familiares, en infor-mes escritos que recibi6 de sus condiscipulos peruanos que tenian acce-so a los registros hist6ricos de los quipu incaicos, y en sus propios re-cuerdos infantiles. Los Comentarios se erigen sobre los textos en la len-gua original, y su autoridad interpretativa se constituye a trav6s deldominio del quechua .

Su condici6n de mestizo, su dominio de ambas lenguas y de las dosculturas, le permite a Garcilaso jugar un papel privilegiado en el procesohistoriogrifico. En manos del Inca, la funci6n narrativa se convierte entraducci6n en el sentido mis amplio de la palabra. Porque la traducci6nque se Ileva a cabo en los Comentarios, utilizando la terminologia de

1 Para una discusi6n mas amplia del tema de la autoridad narrativa durantela 6poca colonial vease Margarita Zamora, «Language and Authority in the Co-mentarios reales>>, en Modern Language Quarterly, 43, 3 (Sept. 1982), pp. 228-241.

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Jakobson, es tanto interlingiiistica como intersemi6tica 2. Garcilaso sepropone no s61o una traducci6n correctiva, sino un metodo hermen6uti-co que le permitiri acercarse al sepultado y fragmentario texto originalde la historia incaica para reintegrarlo al canon de la historiograffaeuropea sobre la America prehispinica. En los Comentarios, la historio-grafia se concibe como un metatexto; como comentario, glosa e inter-pretaci6n de un discurso primario en quechua . Y se realiza en formade una vasta empresa de traducci6n y ex6gesis de la lengua del textooriginal. Es decir, que la historia de los incas que escribe Garcilaso esconceptual y estructuralmente un comentario filol6gico.

No se puede exagerar la importancia central que, durante el Renaci-miento, adquiere la filologia como m6todo de restauraci6n, traducci6n einterpretaci6n de los textos de la antigtiedad clAsica, y luego de los tex-tos biblicos en lengua original. Podriamos decir que el <<renacer>> a quealude el nombre que se le ha dado a esta dpoca, se refiere sobre todoa la nueva vida que el humanismo de los siglos xv y xvil les da a lasobras de la antigiiedad pagana y cristiana. Estos textos requerian, parahacerse asequibles, una nueva interpretaci6n gramatical e hist6ricamenteprecisa, basada en el texto integro en lengua original y una restauraci6ncorrectiva, en el caso de los que habian sido adulterados por traductoresy copistas medievales. La reforma cristiana que llev6 a cabo el huma-nismo renacentista se logr6 sobre la base de una revoluci6n filol6gica quele permiti6 a los humanistas repudiar la autoridad escolAstica, basindoseen nuevas traducciones e interpretaciones de los textos biblicos en laslenguas originales, el griego y el hebreo. S61o en el contexto de esta re-voluci6n exeg6tica se puede comprender plenamente el discurso hist6ricoen los Comentarios, discurso que el mismo Garcilaso define como unainterpretaci6n del texto original de la historia incaica.

Los conocimientos filol6gicos de Garcilaso deben haber sido pro-ducto de contactos mtiltiples y variados. El pensamiento lingiistico delhumanismo estaba saturado de preocupaciones filol6gicas, pero ademises muy probable que Garcilaso haya tenido experiencia directa del m6-todo en varias ocasiones.

2 Roman Jakobson, <<On Linguistic Aspects of Translation , en On Translation,ed. Reuben A. Brower (Cambridge: Harvard University Press, 1959), pp. 232-239.En este articulo Jakobson postula tres tipos de traducci6n: intralingilistica, basadaen los principios de sinonimia y circonluci6n dentro de una misma lengua; inter-lingiistica, de una lengua a otra; e intersemi6tica, es decir, la interpretaci6n delsigno lingiiistico a trav6s de los signos de otro sistema semi6tico.

3 Para una discusi6n de la importancia singular del comentario como discursoen el siglo xvi vease el segundo capitulo de Michel Foucault, Les mots et leschoses (Paris: Gallimard, 1966).)

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Las referencias a Antonio de Nebrija en los Comentarios y al histo-riador franc6s Jean Bodin en la Historia general del Peru, ambos gran-des fil6logos humanistas, sugieren que Garcilaso se interesaba por lafilologia. Sin embargo, el factor decisivo en el desarrollo filol6gico deGarcilaso debe haber sido su relaci6n con Bernardo de Aldrete, unode los mas eminentes fil6logos que hubo en Europa en el siglo xvi. Laamistad con Aldrete surgi6 de los intereses lingiiisticos que ambos com-partian, durante los aiios en que convivieron en C6rdoba. De hecho,Aldrete mostr6 una gran curiosidad por la influencia de los idiomasamericanos en el desarrollo del espafiol y en su Origen y principio dela lengua castellana (1606) cita a Garcilaso como fuente para la infor-maci6n sobre el origen del nombre Pera 4. Sin embargo, aun si no tu-vieramos toda la informaci6n anterior, bastaria el texto mismo de losComentarios para comprobar la influencia de la filologia en el discursohist6rico de Garcilaso.

La filologia humanista fue, ante todo, un m6todo. Aunque implicabauna nueva concepci6n de la lengua, no era tanto una disciplina especu-lativa como una praxis, un modo discursivo, y con frecuencia, un instru-mento al servicio de otras disciplinas. Hanna Holborn Gray arguye deforma convincente que, para Lorenzo Valla, la ex6gesis filol6gica erauna forma de argumentaci6n. Esto es evidente en la Donacion de Cons-tantino (1440), donde Valla utiliza un andlisis filol6gico del l6xico deldocumento para mostrar que la atribuci6n autoral de la Donacidn care-cia de base ". Y asi logra impugnar las pretensiones de la Iglesia sobreterritorios que tambi6n reclamaba Alfonso de Arag6n. Para Erasmo, elm6todo filol6gico era sobre todo una manera de llevar a cabo la reformareligiosa, una manera de volver a un cristianismo mis autdntico a trav6sdel estudio de sus fuentes originales, los textos griegos y hebreos de laBiblia y los escritos de los Santos Padres (cuya doctrina se basaba pre-cisamente en la lectura de la Biblia en lengua original). Tanto Vallacomo Erasmo sostenian que un conocimiento del contexto hist6rico ygramatical de la palabra era imprescindible para la comprensi6n de laidea que esa palabra comunicaba. El fildlogo humanista consideraba

4 N6tese que esta obra se publica tres aios antes de la publicaci6n de losComentarios, por lo que resulta evidente que Aldrete tuvo acceso al manuscritoinedito del Inca. Para datos adicionales sobre la relaci6n entre Garcilaso y Al-drete v6ase Aurelio Mir6 Quesada, El Inca Garcilaso y otros estudios garcilacistas(Madrid: Ediciones Cultura Hispinica, 1971), pp. 175-176, y Jos6 Durand, ElInca Garcilaso, cldsico de America (Mexico: Sepsetentas, 1976), pp. 138-148.

5 Lorenzo Valla, Declamatio de falso credita et ementita donatione Constantini,ed. Christopher B. Coleman (New Haven: Yale University Press, 1922).

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falsa cualquier interpretaci6n que no se basara en un conocimiento gra-matical e hist6rico del texto. Llevada a sus iltimas consecuencias, estapostura significaba que la autoridad maxima en cuestiones de interpre-taci6n era la lingiifstica. Aunque los fil6logos humanistas contaban conreferencias autorizadas para apoyar sus argumentos, sobre todo en elcaso de delicadas cuestiones religiosas, la autoridad principal en el pro-ceso de interpretaci6n del texto era siempre la exegesis filol6gica de lalengua original. Erasmo, por ejemplo, cita a San Jer6nimo con frecuen-cia en asuntos de interpretaci6n biblica, si bien no vacila en criticarlocuando encuentra que sus interpretaciones no son filol6gicamente pre-cisas.

En una carta de Erasmo, de 1518, se nos ofrece una descripci6n delmetodo filol6gico 6. El primer paso, de acuerdo con el fil6logo holandds,consiste en confrontar todos los manuscritos para determinar cual es elmas autintico y libre de corrupciones. Como la autoridad se halla en lapalabra original, es necesario asegurarse de que los textos elegidos parala interpretaci6n estdn bien preservados; y si no lo estin, deben ser res-taurados. Cuando se haya determinado el grado de integridad del textose puede proseguir a una traducci6n y exegesis de los fragmentos corrup-tos, oscuros o incongruentes, que podrian desorientar o confundir allector. Finalmente, se debe acudir a las fuentes autorizadas para darlemas peso a la interpretaci6n. Sin embargo, hay que hacer resaltar queel prop6sito de Erasmo es siempre correctivo y que la filologia le sirvecomo punto de partida para una reinterpretaci6n de los textos sagrados,en la cual la autoridad mixima es la lingiifstica. La rebeldia de estapostura se destaca en <<Contra Morosos>>, donde afirma que <<en estaobra la verdad se respetard mis que la autoridad>> .

Tanto el prop6sito como el metodo de Garcilaso, en los Comentarios,coinciden con el trabajo de Erasmo. Ambos rechazan la autoridad a fa-vor de la verdad, basindose en la exegesis de la lengua original. Difierens6lo en el hecho de que uno de los textos quechua en que se basa elInca, la narraci6n del tio de su madre, es oral, y por tanto se tiene quelimitar a ciertos tdrminos claves que han suscitado confusi6n o equivo-caciones. Por esta raz6n, su exegesis es casi exclusivamente gramatical.

Garcilaso inicia sus Comentarios con dos secciones introductorias.La primera, el <<Proemio al lector>>, es esencialmente metalingiiistica:una suerte de guia de lectura donde declara su intenci6n correctiva y

6 W. Schwarz, Principles and Problems of Biblical Translation (Cambridge:Cambridge University Press, 1955).

7 Erasmo, en W. Schwarz, p. 150. La traducci6n es mia.

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explica el metodo. En las primeras lineas Garcilaso seiiala la insuficien-cia de las narraciones espaiiolas: <Verdad es que tocan muchas cosasde las muy grandes que aquella reptiblica tuvo, pero escrivenlas tan cor-tamente que aun las muy notorias para mi (de la manera que las dizen)las entiendo mal>, y se ofrece a escribir una historia de los incas quesupla las faltas de los narradores hispanoparlantes:

En el discurso de la historia protestamos la verdad della, y queno diremos cosa grande que no sea autorizindola con los mismos his-toriadores espafioles que la tocaron en parte o en todo; que mi in-tenci6n no es de contradezirles, sino de servirles de comento y glosay de interprete en muchos vocablos indios, que, como estranjeros enaquella lengua, interpretaron fuera de la propiedad della, segin lar-gamente se very en el discurso de la historia... 8

Esta declaraci6n de su prop6sito y metodo historiografico esta ins-crita en un discurso que es explicitamente filol6gico. Garcilaso le ofreceal lector una reinterpretaci6n del texto de la historia incaica, porque en-cuentra que las interpretaciones de los espafioles son deficientes lin-giisticamente. Con la autoridad que le otorga el ser quechuaparlante, sebrinda para comentar, glosar e interpretar la terminologia quechua quelos espaioles no supieron comprender por falta de dominio de la lenguaoriginal. Garcilaso se esfuerza por seiialar que su intenci6n no es con-tradecir los hechos, sino corregir la interpretaci6n del texto hist6rico, atravds de una restauraci6n filol6gica de la lengua original, el quechuade los incas, a un estado de integridad. Es mis, promete que tomar a losmismos historiadores espafioles como autoridades, presumiblemente encuestiones no lingijisticas o donde no haya conflicto de interpretaci6n.Como Erasmo en su filologia biblica, Garcilaso se propone una reinter-pretaci6n del texto de la historia incaica basada en una exegesis y tra-ducci6n de la lengua original, consultando a las autoridades apropiadascuando venga al caso.

En la segunda secci6n prefatoria del texto, titulada <<Advertenciaacerca de la lengua general de los incas>, una suerte de mini-ensayosobre las peculiaridades gramaticales y fondticas del quechua, vuelve ainsistir en la necesidad del conocimiento lingiiistico para la interpreta-ci6n recta de la historia de los incas.

La afirmaci6n de prop6sito y metodo que encontramos en las pri-meras piginas de los Comentarios coincide perfectamente con el metodo

8 En este trabajo se cita a Garcilaso por la edici6n de los Comentarios de An-gel Rosenblat (Buenos Aires: Emece Editores, 1943).

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filol6gico correctivo de un Erasmo: interpretar el texto a travds de unaexegesis gramitico-hist6rica de la lengua original, apoyar la nueva inter-pretaci6n con citas de fuentes autorizadas, y restaurar la lengua originaldel texto en cuesti6n a un estado de integridad. El comentario sobre losorigenes del nombre Peru, que tanto le interes6 a Aldrete, ofrece unabuena introducci6n a la prtctica filol6gica del Inca en los Comentarios.Para empezar, Garcilaso sostiene que el sustantivo Peri no existe en ellxico quechua y que debe haber sido producto de un malentendido queresult6 en la corrupci6n del termino original. Nos presenta, con deliciosaironia, una dramatizaci6n del primer encuentro verbal entre los conquis-tadores y un indio peruano. Durante uno de los viajes de exploraci6ndel Pacifico, cuenta Garcilaso, los espafioles encontraron a un indioque pescaba en la desembocadura de un rio y lo trajeron a bordo parainterrogarlo:

El indio, por los ademanes y meneos que con rostros y manosle hazian (como a un mudo) entendia que le preguntavan, mas noentendia lo que le preguntavan, y a lo que entendi6 que era el pregun-tarle, respondi6 a priessa (antes que le hiziessen algin mal) y nombr6su propio nombre, diziendo Beru, y aiiadi6 otro y dijo Pelt. Quisodecir: <<Si me preguntais c6mo me Ilamo, yo me digo Beri, y si mepreguntais d6nde estava, digo que estava en el rio >>. Porque es de saberque el nombre Peld en el lenguaje de aquella provincia es nombre ape-lativo y significa rio en comin como luego veremos en un autor grave...Los cristianos entendieron conforme a su desseo, imaginando que elindio les havia entendido y respondido a su prop6sito, como si 61 yellos huvieran hablado en castellano, y desde aquel afio, que fue elafio mil y quinientos y quinze o diez y seis, Ilamaron Perui aquel ri-quissimo y grande Imperio, corrompiendo ambos nombres, como co-rrompen los espafioles casi todos los vocablos que toman del lenguajede los indios de aquella tierra (I, 4).

Este pequefio cuadro de un fallido intento de comunicaci6n, que re-sult6 en la interpretaci6n err6nea y la corrupci6n del nombre del indioBeru y Pel, rio, ilustra una de las premisas del argumento que Garcilasopresenta en los Comentarios: que los europeos no eran competentesintdrpretes de la lengua de los indios. El Inca prosigue entonces a ofre-cer una rectificaci6n del error, basindose en su propia autoridad lingiiis-tica y en el apoyo de citas de Cieza de Le6n, del Padre Acosta, de L6pezde G6mara y de su autoridad preferida cuando se trata de cuestioneslingiifsticas: el Padre Blas Valera 1. Garcilaso, sin embargo, no vacila

9 El Padre Bias Valera, jesuita misionero que dominaba perfectamente el que-chua y adems era mestizo como Garcilaso, habia escrito una historia del Peru

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a la hora de criticar a sus <<autoridades>> cuando sus interpretaciones nose pueden defender filol6gicamente, como en el caso de Valera, cuyaanacr6nica explicaci6n del origen del nombre Pero Garcilaso desmonta,a pesar de su gran respeto por el jesuita mestizo. Para Garcilaso, la auto-ridad depende siempre de una exegesis gramtico-hist6rica precisa dela lengua original.

Aunque la practica filol6gica de Garcilaso Ilega a plena madurez enlos Comentarios, es importante destacar que no fue el esfuerzo de unprincipiante, sino el producto de ajios de elaboraci6n y perfecciona-miento. Su aprendizaje filol6gico debe haber comenzado con la traduc-ci6n de los Didlogos de Le6n Hebreo, en cuyo pr6logo declara su fideli-dad absoluta al texto original; para tal meta tenia que haber utilizadot6cnicas filol6gicas. Pero las anotaciones que hizo en los margenes desu copia de la Historia general de L6pez de G6mara ofrecen evidenciairrefutable de que la filologia humanista influy6 en el pensamiento his-toriogrifico de Garcilaso aun antes de que empezara a escribir su his-toria de los incas. Aurelio Mir6 Quesada ha visto en esas anotacionesun germen de los Comentarios 10. Creo, sin embargo, que seria maspreciso decir que los apuntes y comentarios a la historia de G6maraconstituyen un aprendizaje metodol6gico. Es cierto que esas observacio-nes son de indole lingiifstica, pero, y esto es de suma importancia, confrecuencia asumen una forma indiscutiblemente filol6gica:

Este n(ombre) Lima, con q'en lengua de indios nombra a la ciudadde los reyes le corrompen los espaiioles en pronunciarle assi; que nose ha de pronunciar sino Rimac, con r. sencilla, co(mo) (de)be pro-nunciarsse la r. en m(edi)o de la dici6n, y no con rr. duplicada comopronuncian los espafioles, (es) par(tic)ipio de pr(esen)te y significa,el q'habla, porq'en este valle Rimac o de los Reyes... el (qua)l ydoloera, como el oriculo de Apolo en Delphos, que daba respuestas atodo lo que le preguntavan, y porq'hablava el ydolo o el demonioen e1 le llamaron Rimac... 11

en latin. El manuscrito, dajiado durante el saco de Cadiz por los ingleses, lleg6a manos de Garcilaso gracias al padre Maldonado de Saavedra. Valera tambidnutiliza el quechua en el discurso de su historia, aunque sin la sistematizaci6n y elalcance que tiene el discurso filol6gico en los Comentarios.

10 Mir6 Quesda, El Inca Garcilaso y otros estudios garcilacistas (Madrid: Edi-ciones Cultura Hispdnica, 1971), p. 193.

11 Mir6 Quesda, El Inca Garcilaso y otros estudios garcilacistas (Madrid: Edi-ciones Cultura Hispanica, 1971), p. 194.

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La correcci6n de la corrupci6n Rimac/Lima se basa en una exegesisdel significado del tdrmino quechua original -<<el que habla>>- quelos indios le dieron al Valle por el famoso ordculo que en 61 se encon-traba. En los Comentarios aparece una versi6n casi iddntica, aunquecondensada:

El nombre Rimac es participio de presente; quiere dezir el quehabla. Llamaron assi al Valle por un idolo que en 61 huvo en figurade hombre, que hablava y respondia a lo que le preguntavan, comoel ordculo de Apolo Dlphico, y otros muchos que huvo en la genti-lidad antigua; y porque hablava le llamavan el que habla, y tambienal valle donde estava (VI, 30).

Pero para poder apreciar el discurso filol6gico en los Comentarios,en toda su complejidad, hay que comprenderlo como una estrategia na-rrativa para la subversi6n de las interpretaciones negativas de la culturaincaica, que aparecian en los textos sancionados de la historiograffahispdnica oficial. En este punto, Garcilaso coincide perfectamente conla filologia correctiva de Valla o Nebrija sobre los textos biblicos, queculmina en la obra reformadora de Erasmo. Si para Erasmo la tra-ducci6n forma parte de la reforma religiosa del siglo xvi, que pretendesubvertir la autoridad del discurso escoldstico para reemplazarlo con unanueva Philosophia Christi, cuyas fuentes seran los textos biblicos res-taurados a su forma integra y original, para Garcilaso la restauraci6ndel texto original de la historia de los Incas, y la traducci6n correctivaque lleva a cabo a trav6s de una ex6gesis filol6gica del quechua, estanto una estrategia correctiva como una hermendutica reformadora.Mientras que en las anotaciones al texto de L6pez de G6mara la filo-logia se limitaba necesariamente a una correcci6n, en los Comentariosel discurso filol6gico alcanza predominancia estructural y conceptual aldar el paso de m6todo correctivo a dclave de la nueva interpretaci6n.

La intenci6n hermen6utica de los Comentarios queda clara en elproemio al lector, que, como ya hemos visto, es una invitaci6n explicitaa participar en el proceso de interpretaci6n. Segin Roland Barthes, elc6digo hermendutico se manifiesta en el texto a trav6s de la postula-ci6n, formulaci6n, problematizaci6n y resoluci6n de un enigma 12. Enlos Comentarios este enigma corresponde al espacio vacio que se abreentre la interpretaci6n incorrecta de los espafioles y la intenci6n correc-tiva formulada abiertamente por Garcilaso en el prologo, entre el error

12 Roland Barthes, S/Z (New York: Hill and Wang, 1974).

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y la intenci6n de descubrir la Verdad que el texto anuncia en las pri-meras piginas. El discurso filol6gico en los Comentarios es a la vezex6gesis correctiva y una rigurosa hermeneutica. Una nueva visi6n delTahuantinsuyu se desprende de estos comentarios correctivos, que pre-senta el incanato en funci6n de praeparatio evangelica, cuya situaci6nprivilegiada en la historia universal estt asegurada por el hecho de haberpreparado a los indios del Perui para la recepci6n de la palabra deCristo. Esta nueva visi6n es el producto de una compleja red de elemen-tos cuya elaboraci6n me obligaria a extenderme mis de lo que permiteeste trabajo; sin embargo, podemos detenernos en el comentario sobrePachacamac, uno de los mas importantes de la obra, que nos ofreceun buen ejemplo de la intenci6n y el m6todo hermen6utico de Garcilaso.No hay duda de que los ataques mis condenantes que se le habian hechoa las civilizaciones indigenas de America (pensemos en el DemocratesAlter de Sepilveda) se basaban en el testimonio que daban los cronis-tas sobre las religiones de los indios. Por tanto, no debe sorprendernosque los comentarios mas extensos y mas elaborados del texto tenganque ver con conceptos teol6gicos. La ex6gesis de la palabra Pachacamacnos ofrece la oportunidad de ver c6mo la filologia se transforma enhermeneutica, cuando se trata de un termino religioso de importanciacentral a la comprensi6n de la teologia incaica, pero que habia sidoestigmatizado y corrompido por los espafioles.

De acuerdo con Garcilaso, la teologia de los incas era esencialmentemonoteista, a diferencia de lo que sostenian todos los escritores espafioles(con la posible excepci6n de Las Casas, que aludia a una ambiguatendencia monoteista entre los incas en su Apologetica historia sumaria).La importancia de esta idea en la reinterpretaci6n del papel hist6ricodel Tahuantinsuyu no se puede exagerar. Para Garcilaso, la civilizaci6nincaica habia llegado a la cumbre del desarrollo natural y su funci6nhist6rica era equivalente a la de Roma en el mundo antiguo: ayudar alas gentes brbaras a lograr un pleno desarrollo racional. Pero en cuestio-nes religiosas Garcilaso sostenia que los incas eran superiores a los roma-nos (y en esto coincide, otra vez, con Las Casas), porque habian alcanzadoel mis alto concepto de Dios, asequible al ser humano a trav6s delejercicio de la raz6n natural, sin intercesi6n de la gracia divina. Estaidea es el nicleo de su argumento a favor de la excelencia de la civiliza-ci6n incaica, pero ademts es indispensable para su interpretaci6n delTahuantinsuyu como praeparatio evangelica. Una de las piedras angula-res de esa interpretaci6n es la afirmaci6n de que los indios que vivianbajo el gobierno de los incas se convertian a la fe cristiana con m6sfacilidad que las otras tribus.

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Garcilaso arguye en los Comentarios que los incas veneraban a dosdioses: el sol, al que adoraban externamente construyindole templo ycelebrando fiestas y ceremonias en nombre suyo, y a Pachacamac, aquien adoraban mentalmente como Dios invisible y verdadero. Pachaca-mac, y no el sol, era el sumo dios de los incas, y asi se le imponfa alas tribus que conquistaban. Ahora bien: lo que le permite a Garcilasohacer esta afirmaci6n es precisamente una ex6gesis filol6gica del nombrePachacamac 13. Para autorizar la nueva interpretaci6n de la teologia in-caica, donde sostenia que los incas habian Ilegado a un conocimiento(aunque ambiguo) del verdadero Dios cristiano, ofrece el siguiente an-lisis gramatical:

Pachacamac: es nombre compuesto de Pacha, que es mundo uni-verso, y de Cdmac, participio presente del verbo cama, que es animar,el cual verbo se deduze del nombre cama, que es anima. Pachacamacquiere dezir el que da anima al mundo universo, y en toda su propiasignificaci6n quiere dezir el que haze con el universo lo que el animacon el cuerpo (II, 2).

El comentario sobre el termino Pachacamac es el elemento seminaldel capitulo <Rastrearon los incas al verdadero Dios Nuestro Seior>. Enel siguiente fragmento, sacado del mismo capitulo, se ve claramente c6mola ex6gesis filol6gica va descubriendo, capa por capa, el contenido se-mintico original del termino, y a la vez neutraliza las interpretacionescerradas de los espafioles. Hablando de los neologismos dice Garcilaso:

Aquel general lenguaje los admite mal porque no son suyos na-turales, sino advenedizos, y tanbien porque en realidad de verdad enparte baxan a Dios de la alteza y majestad donde le sube y encum-bra este nombre Pachacdmac, que es el suyo propio, y para que seentienda lo que vamos diziendo es de saber que el verbo yacha sig-nifica aprender, y afiadidndole esta silaba chi significa ensefiar; y elverbo rura significa hazer y con la chi quiere dezir hazer que hagano mandar que hagan, y lo mismo es de todos los demds verbos quequieran imaginar. Y assi como aquellos indios no tuvieron atenci6na cosas especulativas, sino a cosas materiales, assi estos sus verbosno significan ensefiar cosas espirituales ni hazer obras grandiosas ydivinas, como hacer el mundo, etc., sino que significan hazer y en-sefiar artes y oficios baxos y mecanicos, obras que pertenescen a loshombres y no a la divinidad. De toda la cual materialidad estd muy

13 V6anse tambien los comentarios filol6gicos sobre huaca y apachecta (II, 4),que complementan las afirmaciones de Garcilaso con respecto a Pachacamac.

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FILOLOGIA E HISTORIA EN LOS <COMENTARIOS REALES>>

ajena a la significaci6n del nombre Pachacdmac, que, como se hadicho, quiere dezir el que haze con el universo lo que el alma con elcuerpo, que es darle ser, vida, aumento v sustento, etc. (II, 2).

Este fragmento, que ilustra la importancia del dominio lingiifstico en lainterpretaci6n del delicado tema de la teologia incaica, es representativode la estrategia filol6gica que emplea Garcilaso en su reinterpretaci6n.La ex6gesis comienza por un analisis gramatical y semantico de losterminos que emplean los espafioles, como Pachayachacher, para mostrarlos errores y las limitaciones conceptuales de los neologismos, y terminacon una reiteraci6n del contenido semantico del nombre original -Pa-chacamac- para mostrar que el termino autentico es mis apropiado ala majestad que le corresponde al referente divino. El comentario escorrectivo y, a la vez, practica hermen6utica, porque solo a travds delanilisis semantico-gramatical de los tdrminos en cuesti6n, es posiblemostrar que el concepto que tenian los incas de la deidad era de unasutileza y sofisticaci6n considerables. Vemos, entonces, c6mo se despren-de del discurso filol6gico una nueva interpretaci6n. Al condenar el uso deneologismos y de formas adulteradas por los espafioles, en la restauraci6ndel termino original Garcilaso desacredita las interpretaciones de losespafioles y autoriza su propia visi6n de un Tahuantinsuyu monoteista,cuya influencia civilizadora sobre los indios del Peri los prepar6 para re-cibir la fe cristiana.

Al Inca no le importan los hechos tanto como la interpretaci6n deesos hechos. Por eso, al definir su funci6n narrativa, en el pr6logo, seofrece de interprete y no de testigo. La persona narrativa que se forja esla del comentarista y traductor mas que la del historiador. Los Comenta-rios tienen, en iltimas consecuencias, un prop6sito hermeneutico, nohistoriograifico. Al inscribr su «historia> del imperio incaico en el dis-curso del comentario filol6gico, Garcilaso rompe con los modelos histo-riogrificos renacentistas, para situar su texto dentro de una tradici6nesencialmente hermeneutica y literaria. Los criticos que han visto, conlos Comentarios reales, el punto de partida de la literatura hispano-americana, acertaron. Pero no porque el texto demuestre aspectos no-velescos o imaginativos, como han dicho algunos, sino porque el comen-tario filol6gico hace de los Comentarios reales un metatexto, un discur-so secundario que se injerta en otro texto anterior 14". Esto le permite a

14 Desde que Marcelino Menendez y Pelayo declar6 que los Comentarios reales

eran una novela ut6pica y no un texto hist6rico, en su Historia de la poesia his-

panoamericana (Santander: Alduo, 1948), II, pp. 75-76, se han publicado nume-

rosos estudios que intentan demostrar el caricter <novelesco o <«imaginativo del

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MARGARITA ZAMORA

Garcilaso escribir la primera obra literaria verdaderamente america-na; al grabar su texto en el discurso del comentario filol6gico renacen-tista, rescata del olvido el fragmentario y sepultado texto original de lahistoria incaica, que aparece como palimpsesto a traves de la nuevaescritura.

texto. Vdanse sobre todo los mds recientes de Enrique Pupo-Walker, <<Sobre laconfiguraci6n narrativa de los Comentarios reales> , en Revista Hispdnica Moderna,vol. XXXIX (1976), pp. 123-135; <<Los Comentarios reales y la historicidad de loimaginario , en Revista Iberoamericana, nims. 104-105 (1978), pp. 385-407; <<Lasamplificaciones imaginativas en la cr6nica y un texto de Garcilaso, en La voca-cidn literaria del pensamiento histdrico en America (Madrid: Gredos, 1982).

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