Festival de Otoño 2011

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Portfolio del Festival de Otoño 2011 para Yo Dona

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festival de Otoño para yo dona

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La estrellaUte Lemper representa el ‘glamour’, la voz. Capaz de llenar por sí sola el escenario,trajo al festival un momento lleno de nostalgia por las estrellas que son mito.Fotografiada por Daniel Pla

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Cuandouncertamenrecibe la visitademásde 100programadoreseuropeos,comosucedióel añopasado,hayquedejar lasopinionesaparte yrendirsea loshechos.

ae latarde yelcalorachicharra las ace-ras de granito que alfombran este Madridpost Plan E. En los Teatros del Canal seacumulan los primeros espectadores dela que va a ser la primera Edición en pri-mavera del Festival de Otoño de la Co-munidad de Madrid. Está asomado a labarandilla del pasillo central de la sala roja–como en tarde de toros–, el director del

teatro, Albert Boadella, con su cabellera blanca y su media sonrisaque pareciera estar siempre un poco de coña. También se ve otracabellera –esta vez roja–, la de Paula Foulkes, directora adjuntadel festival y de quien la cabeza creativa del que es uno de loseventos culturales de Europa –Ariel Goldenberg– dice en hipér-bole sensual «yo sin Paula no soy nada».¿De Europa? Sí, de Europa, cuando un festival recibe la visita demás de 100 programadores europeos, como sucedió el año pa-sado, hay que dejar las opiniones aparte y rendirse a los hechos.Sigue llegando el público al estreno, este público de Madrid quellega siempre un poco tarde, famosos que se reparten entreobras como la impresionante lección de humor y miedo de los

C belgas Peeping Tom –Alberto San Juan bien acompañado– oMiguel Narros y Blanca Portillo, en la exitosa y también fallidaversión de Macbeth de Cheek by Jowl, las sobrinas de GarcíaLorca, Laura e Isabel, en –sí Peeping Tom de nuevo– o en deThe waste land, de T.S. Eliot, actores, directores, bailarines –quégran afición ha creado Nacho Duato en España–, señoras depelo rubio cardado que arrastran a sus perezosos maridos.Hombres gay y hombres heterosexuales, mujeres solteras, viu-das y casadas, ambiguas y no ambiguas, modernos y frikis, soli-tarios y populares: es el Festival de Otoño, la gran convenciónde los curiosos que vienen a emocionarse, a distanciarse, a criti-car, a alabar, a llorar o a estudiar tendencias en la creación. En elescenario, apagadas las luces, un grupo francés, Deschamps &Makeïef, hace un humor fino que pareciera que no llega a losmadrileños y se producen las primeras deserciones. Es un goteolento pero permanente. ¿Fracasa el Festival de Otoño en prima-vera? Algunos se lo preguntan, en esa forma tan precipitada quetiene el español, a veces, de opinar, de analizar, de hacer ba-lance. No. No fracasa el festival. Sólo empieza.En el Circo Price, al día siguiente, el ambiente es distinto. Es no-che de provocación. Hay buen hacer, y mucho cuerpo –alguno

por NICANOR J. CARDEÑOSA

DIARIODE UNFESTIVALDEOTOÑOENPRIMAVERA

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La flamencaRocío Molina es parte imprescindible del futuro del flamenco. Su baile honesto llenó de poesíael escenario rojo de los teatros del Canal.FotografiadaporJerónimoÁlvarez

El futuroLa Escuela de la Ópera de Pekín es el futuro de un género lleno de energía y de una forma insuperable

de manejar el lenguaje escenográfico. Silencios impagables y disciplina asombrosa.FotografiadosporDaniel Pla

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no bello– que se desnuda. Tampoco gusta a todo el mundo elpubis afeitado de una de las artistas, o el miembro negro ydesmedido –en exquisito reposo eso sí– de su compañero deplumajes. Es el burlesque de Philippe Decouflé.Por fin llegan el maestro y la maestría de Peter Brook, con unespectáculo sobre la tolerancia religiosa que, como dice el dia-rio británico The Daily Telegraph, «predica a los conversos».Para el The Guardian, en cambio, se trata de «una forma simplede decir cosas complejas». ¿Bueno o malo? Una posibilidadpara opinar, nada menos. Corren los rumores por todo Madrid–¿por todo Madrid?–, bueno corren a secas, pero corren, y seoyen y se replican y se discuten. Los rumores. Los jóvenes tie-nen la oportunidad de ver el trabajo de un hombre que ha mar-cado el teatro del siglo XX y los mayores podrán comparar consu inmenso Mahabharata. ¿Mejor, peor? Hay quien salió «llenode paz», opinión de dos mujeres, una actriz y una psicóloga, yhay quien salió lleno de frustración «no llega, no llega», segúncomentarios de un periodista y un actor.

Pero la auténtica magia del festival es que no se detienenunca y, cuando se ha caído en un algún tipo de reflexión, te arro-lla y te lleva a otra muy muy distinta. «Yo no hago el festival que amí me gustaría –explica su director, Ariel Goldenberg–, hago elque creo que tengo que hacer para Madrid y la gente que acudedesde fuera. Hay cosas que me gustan más, y cosas que me

gustan menos, pero todas tienen una razón para estar en la pro-gramación.» ¿Cuál será esa razón? ¿Qué es realmente un festi-val? ¿Una muestra, un ejercicio de pedagogía? ¿Una oportuni-dad para entretener? Goldenberg puntualiza fino: «No hay unconcepto de festival, hay muchos. Por lo general los festivales sedan en ciudades pequeñas que se ven transformadas –Avignon,Edimburgo, incluso Cannes o Venecia–. No es el caso de Madrid.No creo que el festival cambie la vida de una ciudad de seis millo-nes de habitantes, sería demasiado pretencioso».¿O no? Todo empieza en mayo, un miércoles entre semana, ytermina un domingo de junio, 25 días después. Asistir a todaslas funciones no es fácil –incluso es físicamente imposible–,pero ver todos los días una función e incluso varios días dos, esuna forma de construir la perspectiva. YO DONA ha repetido laexperiencia del año pasado y es esa perspectiva la que publica.32 espectáculos, 148 funciones, 31 estrenos en Madrid, 15 deellos en España. La viceconsejera de Cultura, Concha Guerra,lo tiene muy claro: «La cultura es uno de los capitales de Ma-drid, para los madrileños y para los que vienen de fuera». ¿Ob-jetivos del festival? «Tres, cultura de calidad, turismo cultural enuna época idónea –tenemos una primavera maravillosa– y ma-duración de nuevos públicos como el juvenil.» En otro lugar y enotro día, Goldenberg reconoce que «es fácil convencer a lascompañías para que vengan a Madrid, tenemos el mejor cielode Europa…». ¿Festival elitista? «Para nada –corta ConchaGuerra–. Hay que acabar con esos prejuicios. Ir a un espectá-culo del festival asegura que te diviertes, te emocionas, o quesales con ganas de pensar sobre lo que has visto.»

Se ‘vive’ en el festival, como en un paréntesis de la vida, espe-rando que llegue la hora de pasar por la taquilla y recoger la si-guiente entrada. Con la sensación de Beckett de Teatrino Giullareaún pegada a la piel, un día después un espectador se va a ver ladesolación de 32, rue de Vandenbranden –Peeping Tom– y, otrodía más allá, Muerte y reencarnación de un cowboy, de Rodrigo

La directoraEn la foto, Fernanda Orazi, directora de la obra ‘Susana en el agua y con la boca

abierta’. Fue una de las protagonistas de este festival que, junto con Maricel Álvarez(‘Dolor exquisito’) y Gabriela Carrizo (‘32, rue Vandenbranden’), mostraron la

madurez de las mujeres. Tres argentinas, en este caso, en la dirección.FotografiadaporJerónimoÁlvarez

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ELENA DINESENDirectoradeRecursosHumanosenMicrosoft Ibérica.Mitaddanesa,mitad

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La actriz… y su directoraDos mujeres para abrir las costuras de la poesía de T.S. Eliot. Fue en el Teatro Español

y fue una Clase Magistral de sobriedad, precisión, emociones y latencia.FotografiadasporDaniel Pla

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El payasoPatrice Thibaud y su ‘Cocorico’, trajo a Madrid el genio en estado puro del que es,

posiblemente, uno de los mejores payasos y artistas del mundo.FotografiadaporJerónimoÁlvarez

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García, un viaje por un teatro salvaje y no ausente de fracaso. Luegollegará la dulzura circense de Propaganda y la decepción de Cheekby Jowl. Y antes de que haya tiempo para asimilar todo, llega RocíoMolina y su flamenco bello de muñeca rota. Y, claro, claro, Sweetnothing, y el Proyecto Bukowski, donde no se sabe si Mario Gas noencontró la forma o sencillamente no da para más bajo el brillo deUte Lemper en el Olimpo.En el humilde –que no pequeño– teatro del Instituto Francés,Patrice Thibaud llena hasta el punto de que hay gente sentadaen el suelo. Su espectáculo es un concentrado de genialidad.Todo es perfecto. Escenografía, interpretación, música, ritmo,vestuario, atrezo… El genio se produce a veces así, en las es-quinas de la modernidad. Y está Fernanda Orazi, apuntandomucho a lo que puede ser una directora excepcional, o Dolorexquisito, que tiene una vanguardia radicalmente cariñosa. Y elteatro onírico de Aurélia Thierrée –nieta de Charlie Chaplin– y elépico de Fiona Shaw y Deborah Warner…Última noche. Teatro Español. Las puertas se abren tarde y aca-lorados personajes urbanos van entrando en una sala fresca y cu-bierta de trapos blancos. Trapos sobre las butacas, trapos col-gando sobre los palcos. En el escenario nada. Unas bombillas y la

pared negra en la que se adivina el ladrillo del viejo teatro.¿Cuánto habrán visto esos muros? Cuando la actriz Fiona Shawentra y comienza a recitar todas y cada una de las voces de Thewaste land –Tierra baldía–, de T.S. Eliot, hay un silencio total en-tre los viejos terciopelos del Español. Algunas sombras haceneco a la figura de la actriz. No hay subtítulos que ayuden con elinglés diáfano y rotundo de Eliot. Pero nadie se va. Todo estácomo suspendido en esta tarde de calor sobre el granito de Ma-drid. Es la última tarde… la última noche. Sobre algunas cabezassobrevuela lo pasado, el alma sutil del último Festival de Otoñoque vino con el calor, ¿y qué? Que venga es lo importante.

"April, is the cruelest month, breeding/Lilacs out of the deadland,/Mixing Memory and desire, stirring/dull roots withspring rain…*

Es lo que dicen Fiona/Eliot en el escenario del Español… en estanoche última. Y termina con lo «que dijo el trueno»: Cosas quetampoco se traducen, pero que dejan un poso de protagonismode mujeres maduras para la dirección de escena, cuyo bramidomostró el Festival de Otoño en Madrid y ya no se podrá obviar.

La acróbataDirigida por su madre, Victoria Thierrée Chaplin, la tímidaAurélia voló con acrobacias mágicas por un escenario llenode telones rojos y surrealismo exquisito.FotografiadaporJerónimoÁlvarez

Oy

Crónica diaria del festival en www.elmundo.es/yodona/estaticas/festival_otono/

* “Abril, es el mes más cruel, criando/lilas de la tierra muerta,/mezclandomemoria y deseo, removiendo/turbias raíces con lluvia de primavera...”