Fernando Pessoa

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Fernando Pessoa No Quiero Rosas Mientras Haya Rosas A Veces, Y El Sueo Es Triste Cuando Era Joven Me Deca A M Mismo Hoy En Este Ocio Incierto Tengo Pena Y No Respondo De Aqu A Poco Acaba El Da Del Viento En La Orilla Mueven El Poeta Es Un Fingidor Tengo Tanto Sentimiento Sereno Aguarda No Es Mo Cuanto Escribo Si Yo Pudiera Tmame, Oh Noche Eterna Dicen Que Finjo O Miento Severo Narro Cuanto Pienso Muestran Su Nieve, Al Sol, Lejanos Montes No Tengas Nada En Las Manos No Consienten Los Dioses Sino Vida Por Estos Sotos, Antes Que Nosotros

No Quiero Rosas Mientras Haya Rosas No quiero rosas mientras haya rosas. Las quiero cuando ya no las pueda haber. Qu he de hacer con las rosas Que puede cualquier mano coger?. Slo quiero la noche si la aurora La diluye en azul y rosicler. Lo que mi alma ignora, so es lo que quiero poseer. Para qu? De saberlo, nunca hara Versos para decir que no lo s. Siento a mi alma pobre y fra Con qu limosna la calentar?.

A Veces, Y El Sueo Es Triste A veces, y el sueo es triste, En mis deseos existe Lejanamente un pas Donde ser feliz consiste Solamente en ser feliz. Se vive como se nace, Sin querer y sin saber. En esa ilusin de ser, El tiempo muere y renace Sin que se sienta correr. El sentir y el desear No existen en esa tierra. Y no es el amor amar En el pas donde yerra Mi lejano divagar.

Ni se suea ni se vive: Es una infancia sin fin. Y parece que revive Ese imposible jardn Que con suavidad recibe.

Cuando Era Joven, Me Deca A M Mismo Cuando era joven, me deca a m mismo: "Cmo pasan los das, da a da, Sin nada conseguido o intentado!". Ms viejo digo, con el mismo enfado: "Cmo, da tras da, todos son Sin nada hecho y sin nada en la intencin!". As, naturalmente, envejecido, Dir con igual voz e igual sentido: "Un da vendr el da En el que no dir ya nada". Quien nada fue no es ni dir nada.

Hoy, En Este Ocio Incierto Hoy, en este ocio incierto Sin placer ni razn, Como un tmulo abierto Cierro mi corazn. En la intil conciencia De que todo es vano, Lo cierro a la violencia De este mundo inhumano. Mas, qu mal sufre un muerto? Contra qu defenderlo? Lo cierro absorto, es cierto, Mas sin querer saberlo.

Tengo Pena Y No Respondo Tengo pena y no respondo. Mas no me siento culpado Porque en m no correspondo Al otro que en m has soado. Cada uno es mucha gente. Para m soy quien me pienso, Para otros, cada cual siente Lo que cree, y es inmenso error. Ah, dejadme sosegar. No otro yo me sueen otros. Si no me quiero encontrar Querr que me hallis vosotros?.

De Aqu A Poco Acaba El Da De aqu a poco acaba el da. Yo no hice nada Y qu cosa es la que hara? Fuese cual fuese, equivocada. Muy pronto la noche viene Mas sin razn Para aquel que slo tiene Que contar su corazn. Y tras la noche y dormir Renace el da. Nada har sino sentir Pero, qu otra cosa hara?.

Del Viento En La Orilla Mueven Del viento en la orilla mueven Sus cuerpos muertos las hojas. Ya de los rboles llueven Ya, si inertes no se mueven, T, lluvia otoal, las mojas. Y no hay en mi pensamiento Deseo de irlas pensando. No tengo en este momento Ya nada en mi pensamiento: Soy igual que hojas volando. Pero las hojas no sienten Esta pena honda y rotunda Que mis sentidos consienten. Nada son y nada sienten De mi pena ms profunda.

El Poeta Es Un Fingidor El poeta es un fingidor. Finge tan completamente Que hasta finge que es dolor El dolor que en verdad siente. Y, en el dolor que han ledo, A leer sus lectores vienen, No los dos que l ha tenido, Sino slo el que no tienen. Y as en la vida se mete, Distrayendo a la razn, Y gira, el tren de juguete Que se llama corazn.

Tengo Tanto Sentimiento Tengo tanto sentimiento Que es frecuente persuadirme De que soy sentimental, Mas reconozco, al medirme, Que todo esto es pensamiento Que yo no sent al final. Tenemos, quienes vivimos, Una vida que es vivida Y otra vida que es pensada, Y la nica en que existimos Es la que est dividida Entre la cierta y la errada. Mas a cul de verdadera O errada el nombre conviene Nadie lo sabr explicar; Y vivimos de manera Que la vida que uno tiene Es la que l se ha de pensar.

Sereno Aguarda El Fin Que Poco Tarda Sereno aguarda el fin que poco tarda. Qu es cualquier vida? Breve sol es, y sueo. Cunto piensas emplear En no muchos pensamientos?. Para el nauta el mar oscuro es la ruta clara, T, en la confusa soledad de la vida, A ti mismo te eliges No sabes de otro el puerto.

No Es Mo Cuanto Escribo No es mo, no es mo cuanto escribo. A quin lo debo? De quin soy el heraldo nato? Por qu, engaado, Juzgu ser mo lo que no era mo? Quin ms me lo dio? Pero, sea como fuere, si la suerte Fuera que yo sea la muerte De otra vida que en m vive, Yo, el que estuve Ilusionado toda esta vida Aparecida, Agradezco al que del polvo que soy Me levant Y me hizo nube un momento Del pensamiento. Al de quien soy, erguido polvo, Slo smbolo.

Si Yo Pudiera Si yo pudiera morder la tierra toda Y sentirle el sabor Sera ms feliz por un momento. Pero no siempre quiero ser feliz Es necesario ser de vez en cuando infeliz Para poder ser natural. No todo es das de sol y la lluvia, Cuando falta mucho, se pide. Por eso tomo la infelicidad con la felicidad Naturalmente, como quien no se extraa De que existan montaas y planicies Y que haya rocas y hierbas. Lo que es necesario es ser natural y calmado En la felicidad o en la infelicidad. Sentir como quien mira Pensar como quien anda, Y, cuando se ha de morir, Recordar que el da muere Y que el poniente es bello Y es bella la noche que queda. As es y as sea.

Tmame, Oh Noche Eterna Tmame, oh noche eterna, En tus brazos y llmame hijo. Yo soy un rey que voluntariamente Abandon su trono de ensueos y cansancios. Mi espada, pesada en brazos flojos, A manos viriles y calmas entregu; Y mi cetro y corona los dej En la antecmara, hechos pedazos. Mi cota de malla, tan intil, Mis espuelas, de un tintineo tan ftil, Las dej por la fra escalinata. Desvest la realeza, cuerpo y alma, Y regres a la noche antigua y serena Como el paisaje al morir el da.

Dicen Que Finjo O Miento

Dicen que finjo o miento Todo lo que escribo. No. Yo simplemente siento Con la imaginacin. No uso el corazn. Todo lo que sueo o vivo, Lo que me falla o acaba, Es como una terraza; An sobre otra cosa Esa cosa es la que es bella. Por eso escribo en medio. De lo que no est al pie, Libre de mi ensueo, Serio de lo que no es. Sentir? Que sienta quien lee!.

Severo Narro Cuanto Pienso Severo narro cuanto siento, pienso, Palabras son ideas. Murmurante el ro pasa, y el sonido que no pasa Es nuestro, no del ro. As quisiera el verso: mo y ajeno Y por m mismo ledo.

Muestran Su Nieve, Al Sol, Lejanos Montes Muestran su nieve, al sol, lejanos montes, Pero ya es suave el sosegado fro Que ablanda y agudiza Los dardos del sol alto. Hoy, Neera, no quieras ocultarnos; Nada nos falta porque nada somos. No esperamos ya nada Y al sol sentimos fro. Mas, tal como es, gocemos del momento, Solemnes levemente en la alegra Y aguardando a la muerte Como quien la conoce.

No Tengas Nada En Las Manos No tengas nada en las manos Ni una memoria en el alma, Que -cuando un da tus manos Pongan el bolo ltimo, Cuando las manos te abran-, Nada se te caiga de ellas.

Qu trono te quieren dar Que tropos no te lo quite? Qu laurel que no se mustie En los arbitrios de Minos? Qu horas que no te conviertan En la estatua de sombra? Que sers cuando, de noche, Ests al fin del camino?. Coge las flores, mas djalas luego Caer, apenas miradas. Al sol sintate. Y abdica Para ser el rey de ti mismo.

No Consienten Los Dioses Sino Vida No consienten los dioses sino vida. Todo, pues, rehusemos que nos alce A irrespirables cimas, Peremnes mas sin flores. La ciencia de aceptar tengamos slo Y, mientras de la sangre en nuestras sienes, No con nosotros mstiase El mismo Amor, duremos, Cual vidrios a las luces transparentes Y dejando escurrir la lluvia triste, Tibios al sol caliente Y reflejando un poco.

Por Estos Sotos, Antes Que Nosotros Por estos sotos, antes que nosotros, Pasaba el viento cuando no haba viento. Y hablaban las hojas De distinta manera que hoy. Pasamos y nos agitamos en balde. No en lo que existe hacemos mayor ruido Que las hojas del rbol O los pasos del viento. Tratemos, pues, con abandono asiduo, De entregarle a Natura nuestro esfuerzo Y no querer ms vida Que la de rboles verdes. Intilmente parecemos grandes. Salvo nosotros, nada por el mundo honra su grandeza Ni sin querer nos sirve. Si aqu en la arena, junto al mar, mi indicio Con ondas slo tres el mar apaga.