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    INTRODUCCION

    Dios no puede morir; hay algo de etemo en el, yeso etemo es Ia sociedad.EMILE DURKHEIM

    La sociedad que piensa y que piensa Ia sociedad. Uno nopiensa con el cerebro: tambien puede decirse que piensacon ellenguaje, los objetos, el tiempo y el espacio. La so-ciedad es quien piensa. El pensamiento es intelectual, co-lectivo, sentimental y material. La sociedad piensa a Iarealidad: Ia realidad es Ia sociedad; y viceversa. El conoci-miento cre a lo desconocido para conocerse a si mismo. Lamodemidad dicotomiza a la sociedad y separa a! cono-cimiento de la realidad. Esta separaci6n abre un hueco desinsentido en medio. Se intenta tapar el hueco con canti-dades de cosas y parad6jicamente el hueco se agranda. Elconcepto de Cultura sintetiza Ia dicotomia y elimina elhueco. La cultura hace cualidades con cantidades. La cul-tura piensa con formas.

    Uno dice que piensa con el cerebro. No es mala idea. Ann-que si uno se pone muy atento, mirando fijamente un libro Se-rio, poniendose las manos en los parietales, repitiendo algunafrase celebre y otras actitudes inteligentes para comprobar quesus pensamientos se hacen en la cabeza, se clara cuenta de que sabe que piensa con el cerebro solamente porque desde hacedos siglos los neurocientfficos lo ha n propagandado insistente-mente, y ya todo el mundo se lo cree, y se lo reafirma cada vezque alguien dice que tiene la cabeza hueca, que no sabe d6ndetiene la cabeza, que tiene cabeza de chorlito, cerebro de pajaro,con lo que se sustenta la frase de Franz Joseph Gall de que , quien la propuso en unaconferencia en 1796, con lo que fund6 la frenologfa, un a teorfa

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    muy muy popular seg(m la cuallas protuberancias e hinchazones en el cnineo de alguien indicaban que por ese lado estabapensando fuerte, y como la investig6 en un a carcel, concluyoque los ladrones de carteras tenfan inflamada la coronilla debido a que ahf se rdojaba el pensamiento de la adquisitividad (Boring, 1950, pp. 73 ss.); a los que ternan pensamientos amistososse les inflamaban las sienes, porque es lo que se tocan el uno alotro los que andan siempre juntos. Pero en todo caso, es PaulBroca, un cientifico totalmente inteligente,

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    los movimientos, posiciones ydesplazamientos que hace la gente a traves de los lugares y objetos de la vida cotidiana, en donde no se tiene que sentar uno a pensar con la cabeza que es loque sigue d e s p u ~ s de despertarse: sin mas, se levanta, va po r elcafe, toma el peri6dico y se asoma po r la ventana, que es lo quese denomina inteligencia practica y que, en efecto, es muy practica. 0 que piensa con los ojos, porque cada vez que trata decomprobar que piensa con la cabeza lo que hace es ponerse aver algo, y si cierra los ojos ve imagenes tambien, y porqueademas la cultura es ancestralmente un a cultura visual, en donde los pensamientos tienen nombres oftalmicos, como hacerun a observaci6n, tener ojo para los negocios>> o

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    l'llll lo qtw lkwun como cualidad principal, nola de se r astuto,ltai1 I 1 tk . w (1l.cnto; de estar interesado en algo o en alguien,

    ' 'Illite, I'll tndo nl uien le dedica un pensamiento a otro en unalm lt' ll lu dt an Valentin, o lee la seccion de qllt vlt' llt ' ll n las revistas, que probablemente tomaron su titulod o /'('IISt

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    siempre puede preguntarse quien es .uno, si uno, o el otro queesta en el espejo, y la respuesfu es que ambos son seres reciprocos, como dice Gadamer,

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    eso hizo Descartes en el siglo xvn, con lo cual se puede acabarverdaderamente la Edad Media y empezar la Er a Modema. Peromas bien Descartes ha pagado el pato historico, porque cuandoel tenia cuatro afios, Jacob Boheme, un zapatero de pueblo, ysegCtn Hegel, el ,primer filosofo aleman, ya habfa sentido laurgencia cultural de oponer y enemistar ambas partes, yes queal parecer, el pensamiento racionalista que esta surgiendo en elRenacimiento no puede soportar la tension de la dualidad, ni susutileza, el hecho de que algo sea tambien otra cosa, la otredadintrfnseca de la mismidad, que se expresa claramente en el conflicto entre ciencia y religion, que le dio a Galileo tantos disgustos. De hecho, la tragedia de la vida de Pascal, que se murio deincertidumbre a los 39 afios (Gusdorf, 1956), fue que se le desgarro el pensamiento entre el cuerpo y el alma, sin poder solucionarlo. Rene Descartes, quien se levantaba diario a las doce deldfa, tuvo po r las mismas fechas el mismo conflicto entre espirituy materia pero, para quitarse de problemas sin miramientos, loresolvio de tajo cortando la dualidad a la mitad como lombriz ydejando cada parte po r su lado (1633, pp. 45 ss.), separada yaislada, sin nada en com(m, y partiendo al mundo en res cogi-tans y res extensa (Greene, 1964, p . 79), y le qued6 tan bien sudivision que ni el mismo la pudo volver a juntar, a pesar de quelo intento postulando el cunarium (Boring, 1950, p . 185), la glandula pineal como punta de contacto. Quiza po r venganza divina,su muerte fue mucho peor que la de Pascal, ya que en 1650, a los54 afios, muere de pulmonia debido a que la Reina Cristina deSuecia lo obliga a levantarse a las cinco de la manana para darleclases de filosofia.

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    hacer para ver para cuanto alcanza, y efectivamente, puede observarse un intento cada vez mas desvergonzado para ir adquiriendo todo lo que se pueda, incluyendo amigos, titulos universitarios, cursos de personalidad y belleza, nirvanas y extasis,para ver si se rellena ese hueco que se siente en ningunaparte, para percatarse quien sabe si con horror o ya con cinismo que el hueco crece a medida que se le pone algo, como Ia.Nada de Michael Ende. En 1969, el fisico John Wheelerplante6Ia idea de los agujeros negros en el espacio: si a toda la opinionpublica se le hizo tan creible es porque ya los habia visualizadoen alguna parte.El vacio de la vida, Ia falta de sentido de Ia sociedad y designificado de sus gentes, no es algo factico ni imaginario, niverificable ni incorrecto, sino que es lo que queda y se acrecientaentre dos modos del mundo que se hicieron repelentes entre si ycon los cuales tienen que cargar todos los ciudada nos de Ia modemidad, jalonados por un mundo oficialmente consideradocomo verdadero teniendo mucho de falsificado, y por un mundoconsiderado como fantasioso teniendo mucho de necesario. Esnormal entonces que el desencanto de la poblaci6n se distribuyaen una parte de credulos tecn6filos que dan su coraz6n a losgadgets de Ia electr6nica, y en otra parte de ingenuos esotericosque se desviven buscando Ia energia trascendental en los botaderos del mercado mistico, ambas partes partidarias de las soluciones faciles de dejarse arrastrar por un extrema de Ia dicotomia:almaticos y corp6reos llenando la vida de vaciedad, y es que lasciencias aplicadas y Ia tecnologia son capaces de pr oducir cualquier cosa excepto una: sentido; tampoco andar de tibetano artificial debe ayudar gran cosa: ambos son modos de Ia descultura.La cultura, en cambia, dira que Ia ciencia tiene su magia o que elarte tiene su tecnica, asi que finalmente tambien hay una partede la poblaci6n ocupada por los dudosos, partidarios mas biende las soluciones dificiles de aguantar los jaloneos de ambos ex-tremos, con resultados diversos. En todo caso, Ia sociedad sigue

    v i v i e ~ 1 d o Ia tragedia de Pascal, que es Ia misma que Ia del Quijotey Ia Modernidad, tironeada todavia entre Ia informacion y Iasabiduria, lo universal y lo local, la fineza y la geometria (Pascal,1662, p. 15). En estas circunstancias se puede suponer entoncesque las soluciones polfticas, administrativas, filantr6picas, ecologistas, tecnicas, l6gicas, econ6micas o caritativas, son buenas20

    lnll gracias, pero no pasan de ser o t r ~ ~ tantas fragl l l l que siguen restandole sentido y s1gmficado a s_o-' y 111 1 nLras sean los expertos, los tecnicos y los e s p e ~ m h s -

    111 s pongan a decir como arreglar las cosas, .la dicotolllptora, porque las soluciones se hacen con el m1smo pen-1 ulo n que se hicieron los problemas.1 In soci dad esta hecha del pensamiento que la conoce, Y

    1 h>S heroes que la quieren salvar mientras la echan a per-1, pc >dda sostenerse que el c o n o c i ~ . i e n t o en g e ~ e r a l , en vez1 di "lrse a buscar aplicaciones efic1entes que solo p r o ~ u c e nllu 10 1 ra un numero minusculo de triunfadores, tendr:a quel nlllr pensar de una manera no fragmentaria, no part1da en1 nd 1 duras y ciencias blandas; y puesto que obviamente las11 lplinas del conocimiento no son i n s t a ~ c i a s que esten por

    11 Hm de Ia sociedad ni por fuera de la reahdad, como les ~ s t a1 t r a los bur6cratas academicos, sino que son de po r s1ln. de pensamiento de la sociedad y maneras de ser de la reali-11d, porque pensar es hacer, el s6lo hecho de se m t e ~ t e nI t ' l l amientos no fragmentarios, hace que la r e a h ~ a d este un10 o menos rota, que la sociedad tenga menos hast10, porque111 se piensa es real, aunque no se note y no salga en las n o t ~ ias, y aunque la unica prueba de que eso genera algo de sentido es que valga la pena ensayarlo. Aqui no se trata salvar a Iahumanidad, sino meramente de pertenecer al a reahdad . .

    El termino Cultura parecia tradicionalmente connotar bienIa idea de un pensamiento completo de una sociedad n:ental,antes de que a los neoliberales del siglo XX se les ocumera Iafeliz ecuaci6n de que, si la mercancia es c u l t u r ~ , e n t o n ~ e s Iacultura se pude volver mercancia, que hace deCir a Ia p m t o r ~Barbara Kruger que cuando oigo la palabra cult':ra, ~ a c ~ m1chequera, y con toda raz6n, ya que esta f r a ~ e se 1mpnm10camisetas y se vendi6 muy bien en la b o u t t q t , ~ e de souventrsculturales de los museos estadounidenses. En bn, antes q t ~ e laabarataran los comerciantes, Ia cultura d e s i g n a b ~ la c u a h d ~ despiritual de lo material que esta inserta en la cuahdad matenalde lo espiritual. La cultura es la inseparabilidad de todo. Lacultura es aquello dentro de lo cual vivimos, con lo cual pensamos y sentimos, y que no aparece en ninguno de los aparatosde medici6n 0 clasificaci6n, incluidos entre ellos nuestros propios sentidos de la percepci6n. La arquitectura, al ser forzosa-

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    importa si un o la este viendo completa, o nada mas un a parte, os6lo un a partecita, la forma sigue siendo la misma (Noel, 1994,p. 33), lo cual en 1975 recibe el nombre de Fractal (Talanquer,1996, p. 25), aunque en 1904, Helge Von Koch, sueca, habfaramificado un a especie de coliflor matematica que no se termi-naba de partir nunca. De entonces a la fecha se ha desarrolladoun a suerte de ciencia natural de las formas, denominada gene-ricamente Morfologfa, que tiene po r objeto el estudio de las en-tidades globales, esto es, las casas no tomadas en sus compo-nentes sino en sus totalidades, y que se dedica a investigar lagenesis, permanencia, transfonnaci6 n y desaparicion de las for-mas (Aranda Anzaldo, 1997, p. 109). Desde este punta de vista,las burbujas de jab6n son esfericas no po r su composici6n qui-mica, sino porque la esfera es el maximo de superficie que sepuede cubrir con el minima de material; las abejas hacen panales impecablemente hexagonales no porque vengan con trans-portador instintivo integrado, sino porque el hexagono es la for-ma que cabe mas veces en un espacio restringido, y que es lomismo que les pasa a los granos de arroz dentro de la cacerola,y a las columnas de basalto, donde de paso se observa que lanaturaleza tiene un a tendencia a producir angulos de 120 sinning(m pretexto, que son los que forman los hexagonos de lospanales, los brotes de las plantas, las escamas de las serpientesy cada vez que se juntan tres burbujas de jab6n en ellavamanos. Tambien le gustan, y parece que es literalmente po r gusto,las espirales. Es como si, po r razones personales, la naturalezapensara, y prefiriera, unas formas y no otras. y los atomos y lasleyes de Newton no ayudan para nada.

    D'Arcy Thompson, en un buen exceso, mostr6 un pez, que alvariarle proporcionalmente la forma, se convertfa en otra espe-cie y cambiaba de c6digo genetico (Noel, 1994, p. 176). Como-quiera, la rnorfologfa es un a ciencia que da cuenta de un a reali-dad que aparece sin que existan las causas -como ya habfaavisado David Hume dos siglos antes-, qu e no esta hecha decomponentes, que no puede ser cuantificada, y que no puedeser reducida a realidades ma s elementales. Las estrellas de cin-co picas son una forma que no se encuentra en sus celulas.Para la morfologfa, la realidad es alga distinto y alga anteriorque la suma de sus partes, raz6n por la cual no puede descom-poner para contabilizar, sino que tiene que interpretar la idea y24

    la sensibilidad de las formas, de modo que tiene que ser unaciencia fenomenol6gica y henneneutica (Aranda Anzaldo, 1997,pp . 119 ss.). Es como si la naturaleza pensara, y lo hiciera conformas. 0 sea, las formas son casas mentales, o psfquicas.

    Estas teorias morfol6gicas ha n sido empleadas en biologia,embriologia, evolucion, paleontologia y linglifstica entre otras, Yactualmente, las teorias de fractales, catastrofes, caos Y otras(Aranda Anzaldo, 1997, p. 108), parecen tener cualidades deforma. Solo un morfologo -Richard Owen- pudo inventar eltermino dinosamio, porque quiere decir lagarto terrible>>.Sin embargo, pa r costumbre , los cientificos filosofan po r lo me-nos con un siglo de retraso, y la frase de los morf6logos queproviene del lema de la Teoria de la Gestalt (Guillaume, 1937, p.17), esa de que el todo es anterior y distinto ala suma de suspartes, aparte de que ya la habia dicho Arist6teles, estaba yapresente en los psic6logos del siglo XIX: la habia usado Chns-tian Von Ehrenfels en 1890, en un articulo sabre las cualidadesde la forma (Hothersall, 1984, p. 217). Durkheim tambien sesabia la frase, que se la habia leido a su maestro Charles Renou-vier (Alpert, 1939, p. 31). John Stuart Mill se referia al pensa-miento como un a quimica mental que consistia en la emer-gencia de compuestos cuyas partes han desaparecido, Y Wil-helm Wundt, el presunto fundador de la psicologfa experimen-tal, decia que si, que cada formaci6n psiquica resultaba de algamas que la suma de sus elementos, a lo que el denominaba (Rossi, 1904, p. 301; Boring, 1950, p. 629),Leibniz (1714), enemigo jurado de Newton, el fabricante detuercas universales, al hablar de sus m6nadas sin componentescomo la esencia basica de la realidad, y que eran pura forma,formas puras, dice que estas tienen un a sustancia mental. Char-les Sanders Peirce, el fundador de, digamos, la filosofia nortea-mericana (Murphy, 1980), personaje intelectual de la mayor im-portancia en el siglo xx, opina igual, que el mundo es un a cosamental (Feibleman, 1946, p. 41 0; Almeida Salles, 1994, pp. 226ss.). George Berkeley lo habia dicho en Irlanda en 1710 (Boring,1950, p. 205). Pero lo que cabe resaltar es que para ninguno nilo mental ni lo psfquico esta dentro de la conciencia de los indi-viduos, sino al reves, los individuos son los que estan dentro delo mental. Concretamente, Hermann Lot ze, en un libra de tresvolumenes llamado Microcosmos, escrito por ahi de 1860, dice

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    que las m6nadas son de naturaleza psicosocial, que la realidad,incluso la fisica, es un a entidad psicosocial (Baldwin, 1913, vol.IT, p. 68). Pasquale Rossi, un psic6logo colectivo de principiosdel siglo XX, de quien no hay que mencionar que es un petulante horrible de leer, al estudiar a las multitudes como la sorprendente aparici6n de un alma colectiva de came y hueso, enunciacomo su primera ley el hecho de que la reunion de varias personas es distinta ala suma de cada un a de elias (1904, p. 278) .Si cualquier forma tiene cualidad mental, entonces, eso quese llama mente esta presente en cualquier cosa que se le veaforma, en un a pintura y un a cara. Y ciertamente, todo lo quetiene que ver con fonnas es lo que se refiere a la vida de lacultura, esta mente hecha y hacedora de materia y espfritu, y elpresente libra intenta relatar sus maneras de aparecer, sobrevivir y deshacerse. Pero no debe pensarse que esto es lo que hacen las denominadas ciencias de la cultura" . En los tiemposque corren, alegres pero tontos, las ciencias de la cultura consisten en aplicar el metoda mas inculto posible ala cultura paradesarmarla y encontrarle estadfsticas e informaciones, causas yutilidades, tuercas y resortes, que es precisamente lo que saltadescompuesto cada vez qu e se destruye un a forma. Cuando unnifio rompe un reloj para ver que tiene dentro, lo (mica qu e notiene dentro es un reloj. Para curarse en salud, lo ma s recomendable no es hacer una ciencia de la cultura, sino en ender que lacultura es un conocimiento que incluye a las ciencias.

    NOTA

    Para efectos de aparato critico, a Ia sociedad mental se le puedeotorgar el sin6nimo mas academico de Psicologfa Colectiva, ye n efecto,este trabajo puede considerase como Ia exposici6n, en teoria, metoda,objeto e investigaci6n, de una psicologfa colectiva, segun podria construirse esta en Ia actualidad. La psicologfa colectiva es aquella disciplinaque concibe a Ia sociedad como una entidad psfquica, como siendo unpensamiento completo o, si se quiere, como si f-t.iera una persona deltamafio de todo el tiempo y el espacio de Ia cultura. Sus nociones clasi-ca de mente gmpal, alma de los pueblos, conciencia colectiva, espiritupublico -y , aiiadasele, sociedad mental-, referfan a esto. Ahara bien, sise dice que Ia sociedad es como una persona, tambien debe decirse a Iainversa, que una persona es como una sociedad, como decia Novalis

    (en: Vital, 1995, p. 154), Una pequefia sociedad>>, y ciertamente, el hecho de que Ia sociedad sea una entidad psfquica, implica su reves, quecada entidad psfquica es un a sociedad, y de este modo Ia psicologfacolectiva tambien considera que un individuo aislado, un grupo, unaciudad, una emoci6n, un pieza de musica, una casa o un evento cualesquiera, siendo entidades psfquicas, tienen todos Ia forma de una sociedad. Hay una cierta fractalidad en Ia concepcion: una sociedad estallena de sociedades y dentro de estas hay mas sociedades. La ideas deMead (1927), el mejor" fundador de Ia psicologfa social, de que unainteracci6n entre doses ya una sociedad, y asf entre tres, treinta o treinta mil, hace eco de esto. El caso es que Ia psicologfa colectiva puedeocuparse de cualquier cosa, cualquiera, que sea considerada en sf misma como una sociedad mental: una silla, un solitmio en el siglo XIX, Iavelocidad, el cerebra como 6rgano del pensamiento, y Ia sociedad.No obstante serlo, el presente texto preferirfa no ser tomado comoel trabajo particulm de una disciplina, porque Ia psicologfa colectivapropugna por una desdisciplinarizaci6n del conoc imiento (Ibanez-Gracia, 1994), empezando porque esta separaci6n de teorfa, metoda, objetoe investigaci6n es insostenible, y terminando porque hoy en dfa lasciencias van confundiendose entre sf. Y que se confundan cuanto quieran. Ye s que, verdaderamente, el conocimiento, sea de fisica, filosofia,artes, o cienc ias sociales, no puede subordinarse a los ftenos y con rolesque le imponen desde fuera los tramites de las burocracias, los controles de los funcionmios, las depmtamentalizaciones de las universidadeso las necesidades de Ia tecnocracia y demas mandatos de dudosa legitimidad, porque siempre quieren algo que no dicen que es, pero queevidentemente no es el conocimiento: probableme nte quieren -y mucho- el poder tan poca cosa que detentan. El conocimiento no puedesaber que es lo que va a conocer, y po r ende no se le debe imponer deantemano: quien diga por d6nde y hasta d6nde debe conocer una den-cia cualquiera, tiene que ser bur6crata, sea de oficio o de vocaci6n.

    Asf pues, este texto es de psicologfa colectiva pero, por tradici6n, Iapsicologfa colectiva tiene vocaci6n de no serlo, de ser una desdisciplina,de modo que poclrfa hablarse de psicologfa colectiva y ciencias afinespero, como Ia psicologfa colectiva podrfa ser asimismo Ia ciencia afinde otras, entonces pmece que el termino que les corresponde es justamente ese, el de ciencias afines,, afines a otras ciencias afines.

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