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en el moment o precis o, pue den of rec er resultados más que satisfactorios en virtud a la destreza y la exp eriencia manual de cada esp eci alista. Siempr e necesitaremos el metal de agudo extremo o el lápiz de madera para eliminar , sujetar, aplicar ... esos elementos que plantean problemas en el momento más inespe- rado. Podemos asegurar categóricamente que tales aspectos jamás desaparecerán. Jamás habrá sustituto alguno a la mano humana.  Y no nos estamos refiriendo solamente a elemen- tos tales como un alfiler o una astilla de madera. En oca siones , existen ingenios que con una mec áni ca muy simple y realizados sobre materiales de lo más común, consiguen solventar multitud de engorrosas dificultades que pueden plantearse durante el proceso de conservación y/o restauración de una determinada materia u objeto. Un ejemplo claro de la operatividad de este tipo de aparatos es el que hoy presentamos, a través de la detallada explicación que intentaremos exponer seguidamente. Ante la evidencia comercial del gra n stock de productos que actualmente existen en el mercado, las pruebas en pos de nuevas materias con las cuales rep roduci r , se prevén como una de las pri meras y principales tareas de la inves tigac ión empírica a lleva r a cabo con este aparato que hoy aquí nos propone- mos describir. Hasta el presente se ha venido utilizan- 333 Carmelo FERNÁNDEZ IBÁÑEZ Luís GARCÍA MUÑIZ 1 2 Desde los inicios de la Conservación-Restauración hasta nuestros días, hemos asistido a un proceso de profundo avance, en gran parte debido a la interdisci- plinaried ad que esta dis ciplina ha man ten ido con otras. Este proceso de desarrollo nos ha permitido pasar de los antiguos talleres a los actuales laborato- rios, con todo lo que ello lleva implícito, tanto a nivel operativo como material o de formación del personal encargado. Con el fin de perfeccionar y dar mejores resultados a esta labor, el instrumental de laboratorio es cada día más sofisticado. El profesional en la actualidad se ayuda con unos medios técnicos que reducen por una parte -y aumentan por la otra- todos los aspectos imprescindibles en cada tratamien to, mejorando en definitiva el mantenimiento de nuestros Bienes Culturales. Sin embargo, la Conservación y la Restauración no deben fundamentarse exclusivamente en el uso de la tecnolog ía más van gua rdista. Jun to a los último s aparatos debe destacarse siempre la mano del conservador-restaurador, cuya sensibilidad marcará en último caso las bases esenciales de cada tratamiento. Muchas veces desde el manejo de simples utensilios de madera o plástico hasta el ingenio más tradicional RESUMEN  ABSTRACT Se describe mediante un modelo básico, el método de confeccionar un ingenio de madera para la reproducción de recipientes de cerámica en escayola, a partir de plantillas metálicas en las cuales se encuentran recortados sus perfiles (terraja). Se proporcionan las medidas de cada una de las piezas que componen el ingenio, las materias a emplear y se describen los diferentes pasos en el proceso de reproducción. Aunque su fin último no es este, si no el servir como elemento de restauración para la cerámica arqueológica. Se reúnen y se comentan también los escasos y diferentes modelos que han sido publicados. Using a basic model, this paper explains how to make a wooden device for the reproduction of pottery vessels in plaster, using metallic templates in which its profiles have been cut (modelling board). It gives the measurements of each of the device's components and the materials to be used. It describes the different steps in the reproduction process. Its real use is not reproduction, however, but as an aid for the restoration of archaeologi cal pottery. Finall y the paper comments on the few different models that have been published. PALABRAS CLAVE KEY WORDS : : Cerámica. Reconstrucción. Restauración. Terraja. Modelling board. Pottery. Reconstruction. Restoration. 1. Museo de Palencia. Instituto de Prehistoria y Arqueología "Sautuola". E-mail: [email protected] 2. M.C. Conservación - Restauración, S.L. Sautuola / XII. Instituto de Prehistoria y Arqueología Sautuola Santander (2006), pp. 112-119 " " La terraja. Un eficaz instrumento para la restauración y reproducción de la cerámica Modelling board. An effective instrument for the restoration and reproduction of pottery © 2006, Ed. . All rights reserved. Instituto de Prehistoria y Arqueología “Sautuola” © 2006, Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria ISSN: 1133-2166

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en el momento preciso, pueden ofrecer resultados

más que satisfactorios en virtud a la destreza y laexperiencia manual de cada especialista. Siemprenecesitaremos el metal de agudo extremo o el lápiz demadera para eliminar, sujetar, aplicar... esos elementosque plantean problemas en el momento más inespe-rado. Podemos asegurar categóricamente que talesaspectos jamás desaparecerán. Jamás habrá sustitutoalguno a la mano humana.

 Y no nos estamos refiriendo solamente a elemen-tos tales como un alfiler o una astilla de madera. Enocasiones, existen ingenios que con una mecánicamuy simple y realizados sobre materiales de lo máscomún, consiguen solventar multitud de engorrosasdificultades que pueden plantearse durante el procesode conservación y/o restauración de una determinadamateria u objeto. Un ejemplo claro de la operatividadde este tipo de aparatos es el que hoy presentamos, através de la detallada explicación que intentaremosexponer seguidamente.

Ante la evidencia comercial del gran stock deproductos que actualmente existen en el mercado, laspruebas en pos de nuevas materias con las cualesreproducir, se prevén como una de las primeras y

principales tareas de la investigación empírica a llevara cabo con este aparato que hoy aquí nos propone-mos describir. Hasta el presente se ha venido utilizan-

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Carmelo FERNÁNDEZ IBÁÑEZ

Luís GARCÍA MUÑIZ

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Desde los inicios de la Conservación-Restauración

hasta nuestros días, hemos asistido a un proceso deprofundo avance, en gran parte debido a la interdisci-plinariedad que esta disciplina ha mantenido conotras. Este proceso de desarrollo nos ha permitidopasar de los antiguos talleres a los actuales laborato-rios, con todo lo que ello lleva implícito, tanto a niveloperativo como material o de formación del personalencargado. Con el fin de perfeccionar y dar mejoresresultados a esta labor, el instrumental de laboratorioes cada día más sofisticado. El profesional en laactualidad se ayuda con unos medios técnicos quereducen por una parte -y aumentan por la otra- todoslos aspectos imprescindibles en cada tratamiento,mejorando en definitiva el mantenimiento de nuestrosBienes Culturales.

Sin embargo, la Conservación y la Restauración nodeben fundamentarse exclusivamente en el uso de latecnología más vanguardista. Junto a los últimosaparatos debe destacarse siempre la mano delconservador-restaurador, cuya sensibilidad marcará enúltimo caso las bases esenciales de cada tratamiento.Muchas veces desde el manejo de simples utensiliosde madera o plástico hasta el ingenio más tradicional

RESUMEN

 ABSTRACT

Se describe mediante un modelo básico, el método de confeccionar un ingenio de madera para la reproducción de recipientes decerámica en escayola, a partir de plantillas metálicas en las cuales se encuentran recortados sus perfiles (terraja). Se proporcionan lasmedidas de cada una de las piezas que componen el ingenio, las materias a emplear y se describen los diferentes pasos en el proceso dereproducción. Aunque su fin último no es este, si no el servir como elemento de restauración para la cerámica arqueológica. Se reúnen yse comentan también los escasos y diferentes modelos que han sido publicados.

Using a basic model, this paper explains how to make a wooden device for the reproduction of pottery vessels in plaster, usingmetallic templates in which its profiles have been cut (modelling board). It gives the measurements of each of the device's componentsand the materials to be used. It describes the different steps in the reproduction process. Its real use is not reproduction, however, but asan aid for the restoration of archaeological pottery. Finally the paper comments on the few different models that have been published.

PALABRAS CLAVE

KEY WORDS

:

:

Cerámica. Reconstrucción. Restauración. Terraja.

Modelling board. Pottery. Reconstruction. Restoration.

1. Museo de Palencia. Instituto de Prehistoria y Arqueología "Sautuola".E-mail: [email protected]

2. M.C. Conservación - Restauración, S.L.

Sautuola / XII. Instituto de Prehistoria y Arqueología SautuolaSantander (2006), pp. 112-119

" "

La terraja. Un eficaz instrumento para la restauración yreproducción de la cerámica

Modelling board. An effective instrument for the restoration and reproduction of pottery

© 2006, Ed. . All rights reserved.Instituto de Prehistoria y Arqueología “Sautuola”© 2006, Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria

ISSN: 1133-2166

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La terraja. Un eficaz instrumento para la restauración y reproducción de la cerámica

do la tan conocida escayola (GARCÍA MUÑIZ, 1988-89), cuyo manejo ha resultado especialmente útil enla susodicha reproducción, y creemos que lo seguirásiendo aún durante un buen número de años. No seconoce todavía un producto que sustituya suspropiedades. Pero que duda cabe que han sido explo-radas otras materias ( por ejemplo), habiéndo-se obtenido excelentes resultados (ELSTON, 1990;PASÍES OVIEDO y CARRASCOSA MOLINER, 2002: 710y 713 -nota nº 4- con bibliografía específica) .

Se podría definir la terraja como un aparato deestructura simple pero ingeniosa, fija o transportable,que por medio de un manejo manual permite lareproducción de recipientes cerámicos, siempre y

cuando los recipientes no lleven aditamentos volumé-tricos, decorativos o utilitarios tales como asas,verdugones, cordones, etc. Estas reproducciones sellevan a cabo por medio de un sistema de plantillasmetálicas , siendo modelados los volúmenes sobreuna torneta.

Nada sabemos del profesional que adaptó laterraja al trabajo de la restauración, aunque en suslíneas básicas se trata de un método -con múltiplesvariantes- harto conocido en las Bellas Artes, y muyutilizado (cada vez menos ya que se va sustituyendo

por moldes) por los profesionales de la escayola a lahora de confeccionar elementos moldurados para ladecoracin de estancias tales como cornisas, plafones,etc... Se trata también de una herramienta de granversatilidad, hecho que como más adelante compro-baremos nos abre un amplio abanico de posibilidadesde aplicación, en virtud del ingenio y la imaginaciónpor parte de quien lo utilice. Hasta el momentoademás de la reproducción de cerámicas, la terraja, omás bien las producciones obtenidas por medio deella, se han venido empleando como un eficaz sistemade reintegración en los trabajos de restauración de la

cerámica arqueológica. La aplicación de la terraja a lareintegración de lagunas, o lo que es lo mismo, lareconstrucción de un tanto por ciento más o menosgrande de un determinado recipiente cerámico, puede

Polifilla

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Definición y funciones básicas de la Terraja

llegar a agilizar o mejorar el proceso. Proporcionandoademás una fiel reproducción de las formas cerámicasdebido a la calidad de los productos que puedenllegar a obtenerse, ya que para ello se toman comomodelo de referencia los restos que poseemos delrecipiente original a reconstruir.

En definitiva, creemos que es un instrumento útily muy práctico para cualquier laboratorio de conserva-ción y restauración (entre otras actividades), fácil demanejar y con amplias posibilidades de aplicación.Ciertamente habrá lectores que hallarán muy comple-

  ja su manipulación. Aunque reconocemos que esnecesario tener en cuenta múltiples factores, noresulta excesivamente complicado llevarlo a la prácticauna vez nos encontramos familiarizados con ella.Nosotros mismos y otros muchos profesionales de la

Conservación-Restauración, hemos trabajado enmúltiples ocasiones y durante muchos años con elmodelo que aquí vamos a presentar y describir. Otrosconservadores-restauradores también trabajaron de lamisma manera mediante terraja años antes, siendoaún hoy y pese al tiempo transcurrido, una técnicadesconocida. Este hecho es el que nos ha movido hoya su publicación. Aunque por supuesto, cuenta conobvias limitaciones, no siendo posible ni tampocoaconsejable su manejo en todo tiempo, objeto y lugar.

En principio la materia más acorde con la queconstruir un cómodo y útil modelo para trabajar conterraja es la madera. Fundamentalmente, por motivosde sencillez técnica y economía, aunque tambiénpodemos emplear una buena madera de calidadexcelente en cuanto a su compacidad, resistencia ydurabilidad, lo que incrementa su coste económicofinal. También puede ser fabricada en metal, a serposible anticorrosivo como puede ser el aluminio, por

medio de soldar y remachar las diferentes piezas deque está compuesto el aparato en cuestión. No dejade ser un trabajo engorroso, que no obstantepodemos encargar a empresas especializadas en eltrabajo con aquel metal, como nosotros mismoshemos realizado (Foto 9).

 Y hemos apuntado igualmente que es necesarioque sea resistente a la humedad ante la posibilidad decorrosión puesto que el agua se derrama durante sumanejo, en base a los productos utilizados en lareconstrucción de los recipientes cerámicos. Por lo quesi la terraja se fabrica de madera, se procuraráimpermeabilizar previamente con un barniz adecuado,como es el que expresamente se fabrica para esta

Construcción de un modelo básico

Los primeros materiales

1. Deseamos agradecer la colaboración siempre inestimablede Julián Diez en varios de los dibujos que ilustran estetrabajo.

2. Precisamente cada uno de estos perfiles es lo que verdade-ramente toma el nombre de "terraja". No obstante nosotrosaquí y en favor de la concisión, y para evitar fárragos en lasdescripciones que lleven al lector a confusión debido a la

complejidad terminológica, cuando nos refiramos a la terrajalo haremos de forma genérica, osea, refiriéndonos al aparatoen sí.

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se colocan dos listones paralelos (330 x 70 x 30 mmcada uno) a modo de soportes de todo el conjunto(Figuras 1-2; 4; 6, nº 2).

El segundo elemento o "Cuerpo B" es un plato otorneta (350 Ø x 30 mm de espesor) cuyo funciona-miento es manual, y el cual queda emplazado sobre laplancha rectangular del "Cuerpo A" y en uno de susextremos (Figuras 1-2; 3, nº 2; 4; 5, nº 4). Se pondráespecial interés en que su eje de giro (Figuras 1-2; 4;5, nº 3) se encuentre perfectamente situado en elcentro, y gire éste a la perfección en ambos sentidossin holgura o rozamiento alguno. Finalmente que nosea posible que se incline (cabeceo o balanceo) hacianingún lugar de su perímetro cuando sea necesariosoportar un objeto de gran peso y diámetro. Para ésteúltimo caso en concreto, indudablemente los mejores

resultados se obtienen construyendo un eje de giro deamplio diámetro engastado, de materia metálicacomo es el acero inoxidable, nunca hierro. O mejoraún, mediante uno o dos círculos concéntricosadicionales que hacen girar la torneta con rodamien-tos metálicos, ruedecillas de teflón o similar; uno a lamitad de la distancia entre el centro y la periferia, y elotro cercano a ésta. Aunque la experimentación nosha dictado que uno solo cerca del perímetro sueleresultar suficiente. De esta manera tendremos uno odos puntos de apoyo adicionales más el de giro, loque dará al plato giratorio una gran estabilidad

(Figura 7, nº 8; 9).

En el extremo opuesto a la torneta manual y aambos lados de la plancha-base del "Cuerpo A", secolocan sendos listones (355 x 30 x 70 mm cada uno)con guías hacia el interior (350 x 20 x 10 mm)(Figuras 1-4; 5, nº 5; 6, nº 3), sobre las que sedeslizará el tercer elemento de la terraja, que acontinuación vamos a describir.

Este último cuerpo o "Cuerpo C" es algo máscomplicado que los anteriores, a pesar de la simplici-

dad general del objeto en sí. Partimos de una planchade base (350 x 305 x 18 mm) (Figuras 1; 2, nº 6; 6, nº4). Sobre ella encolamos y/o atornillamos en el centroy equidistante a los bordes, una plancha de dimensio-nes algo más reducidas (320 x 280 x 160 mm)(Figuras 1; 2, nº 7; 3, nº 4; 6, nº 5). De esta maneraconstituiremos un cuerpo central grueso y rígido de

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materia cuando forma parte de las embarcaciones. Laconstrucción de este aparato puede hacerse porencargo en empresas donde se trabaja cualquier tipode madera. Para facilitar estos encargos por parte dellector interesado, en la descripción daremos lasmedidas exactas de todos sus componentes.

Para realizar la pormenorizada descripción de unmodelo básico de terraja, hemos tomado comoreferencia para llevar a cabo nuestra exposición eneste trabajo un ejemplar transportable que expresa-mente diseñamos hace veinticuatro años (FERNÁNDEZIBAÑEZ, 1986) y que hemos escogido por su tamaño,coste y manejo y que también repetidamente hemosprobado durante todos estos años y aún hoy seguimos

utilizando. Creemos que se ajusta perfectamente a lasnecesidades cotidianas de cualquier laboratorio deConservación y Restauración de objetos arqueológicos,así como a unas proporciones de vasijas con tamañomedio-pequeño que normalmente son las que suelenexhumarse en cualquier yacimiento arqueológico.

Siempre pueden fabricarse otros modelos de ma-yores dimensiones, e indudablemente más adecuadosa grandes vasijas de almacenamiento. Y sin embargo,aunque pueda parecer en principio una empresa muyengorrosa, más adelante explicaremos una variante fija

de terraja, que no presenta complicación alguna conrespecto al pequeño modelo que vamos a explicar acontinuación. De todas formas la reproduccióncerámica con este sistema de terraja lógicamente tieneun límite en el tamaño, llegados a un punto en el cualresulta escasamente eficaz debido a la imposibilidadtécnica de maniobra y al peso que adquirieren losobjetos.

Para una mejor comprensión por medio de unamás fácil descripción sobre la construcción de laterraja, dividiremos el aparato en cuestión en tres

cuerpos o elementos independientes, que juntosforman el ingenio en sí.

El primer elemento o "Cuerpo A" está formado poruna base que es una plancha rectangular, con unasdimensiones (de longitud) 710 x (anchura) 350 x (espesor) 30 mm (Figuras 1; 6, nº 1). Bajo esta base

Descripción de las diferentes partes

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3. Las dimensiones de todos los elementos que conforman laterraja, las ofreceremos siempre en este orden, y en milímetros en busca de una mayor precisión.

4. La perforación en la cual queda insertado el eje de la torneta,

se ha de perforar a una distancia de 170 mm del lado frontal, ya 165 mm de los bordes laterales de la tabla o plataforma deeste "Cuerpo A".

5. En el caso de utilizar tornillos para unir o reforzar la uniónde dos piezas cualquiera de este aparato, convendría fuesenavellanadas y opcionalmente cubierto y enrasado el huecoresultante tras introducir el tornillo. Con ello impediremosroces, enganches no deseados, retenciones de materia en el

hueco resultante, oxidaciones, etc. Por supuesto los tornillos otirafondos nunca serán de hierro para evitar su oxidación.Para la construcción de este aparato preferentemente

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340 mm, creándose de forma automática en loslaterales los debidos rebajes que serán los que sedeslicen por las guías ya vistas. Y así podrá moverse

este segundo cuerpo a lo largo de ellas hacia adelantey hacia atrás (Figuras 1; 2; 3; 6). En uno de losextremos (que será el delantero) se acopla en ángulorecto dispuesto en vertical con otra plancha rectangu-lar (280 x 280 x 30 mm) (Figuras 1; 2, nº 8; 3, nº 5; 4;6, nº 6), con dos triángulos (170 x 170 x 30 mm)acoplados a sus costados posteriores. El único fin deestos triángulos es dar rigidez a esta parte al "CuerpoC" de la terraja, ya que actúan como firmes contra-fuertes (Figuras 1; 2, nº 9; 3, nº6; 4; 6, nº 7).

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Figura 1

Figura 2

utilizaremos tornillos para unir las diferentes piezas. Ya que silas unimos por medio de cualquier tipo de adhesivo, y si esteno lo escogemos en condiciones, pueden llegar a hinchar,agrietarse, desprenderse…, y que duda cabe que la tortillería

proporciona una considerable resistencia en las unionesevitando otro tipo de problemática. O bien como alternativa,ambas opciones a la vez.

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cuenta. El listón "B" deberá permanecer fijo (atornilla-do y/o encolado), visto de frente se emplaza a laderecha de su opuesto. Debe colocarse de tal maneraque el plano que marca su arista izquierda (y el planoque forma su cara izquierda) se encuentre perfecta-mente alineado con el punto central de la torneta(Figuras 3; 5). El listón "A" queda suelto y se sujeta a laizquierda de su compañero a través de las palomillasantedichas en el momento en que sea necesariocomo más adelante veremos, cuando deban sujetar

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En la parte anterior de esta plancha vertical queacabamos de mencionar y dando cara al plato de latorneta, se emplazan dos listones perforados (300 x 40 x 25 mm cada uno de ellos) que permanecenunidos entre sí por medio de palomillas a un cilindroroscado de acero inoxidable (8 mm Ø por ejemplo);nos referiremos a ellos como "A" (el de la izquierda) y"B" (el de la derecha) según los miramos de frente(Figuras 1; 2, nº 10; 3; 5, nº 7; 4, nº 8). Este es unaspecto muy importante; fundamental a tener en

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Figura 3

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pieza objeto de reproducción. Así puede ocurrir porejemplo con los largos cordones digitados, zigza-gueantes u ondulantes, superficies groseras a base de"dedadas", mamelones y protuberancias decorativasde todo tipo, asas, etc. Estos elementos puedenrealizarse o añadirse una vez el recipientese encuentre reproducido, al haber sido confecciona-dos aparte. Otro ejemplo de imposibilidades es el casode recipientes como la Terra Sigillata romana decora-da a molde. Para éstas y otras de similares característi-cas que presentan la superficie totalmente decoradaen bajorrelieve con motivos variados, deberánemplearse otros sistemas bien diferentes, comopuedan ser los moldes de varias valvas por ejemplo.Por otra parte y contrariamente a lo dicho, la terrajaresulta ideal para la reproducción de Terra Sigillataromana o cerámica campaniense lisas. Los cordones,

baquetones u otro tipo de decoración también lisosque decoran los recipientes en relieve en todo superímetro como por ejemplo en las vasijas de la Edaddel Bronce, se reproducen perfectamente por estesistema de terraja que nos proponemos explicar.También se puede llegar a conseguir la reproducciónde otro tipo de relieves decorativos partiendo de lamodificación (por añadido o eliminación de materia)de estas decoraciones uniformes y continuas.

Lo que necesitamos en primer lugar para efectuarla reproducción de una determinada vasija es unsencillo dibujo de la pieza (Figura 7, nº 1-2). Deberáser un dibujo a tamaño natural según las normasvigentes para el diseño arqueológico (ALVAREZ i ARZAy MOLIST i CAPELLA, 1988: 12-23 y 45-50; ASQUE-RINO, 1990: 56-68; BUYS y OAKLEY, 1998; LEONARDIy PENELLO, 1991: 58-72), y llevado a cabo de lamanera más fiel posible respetando al milímetro todaslas formas y dimensiones del objeto incluyendo sudiámetro. Evidentemente y en vista de esto, para

reproducir volumétricamente un determinadorecipiente no es necesario que esté completo, bastacon uno o varios fragmentos que nos proporcionenlos datos suficientes de sección y diámetro, e induda-blemente conocer su primitiva forma a partir de unatabla tipológica. Más en concreto, lo que necesitamoses el desarrollo lineal de las siluetas exterior e interiordel perfil del fragmento o fragmentos a partir de lascuales reconstruiremos la vasija (Figura 7, nº 2). Otambién podemos rehacer la porción de una vasija silo que deseamos reconstruir es, por ejemplo, unamitad de la misma, ya sea la parte superior o inferior.E inmediatamente, obtener la volumetría de estaporción al hallar su diámetro en cualquier punto de superfil (Foto 14) (FERNÁNDEZ IBÁÑEZ, 1992).

a posteriori 

Confección de los perfiles metálicos reforzados

(terrajas)

firmemente los perfiles metálicos que reproduciránnuestra cerámica. Ambos listones quedan por encimade la torneta, dejando libre a esta cuando el tercercuerpo avance hacia ella por los carriles al efecto, tal ycomo muestra la Foto 9.

Una vez presentadas las tres partes básicas de laterraja, solo nos queda por aclarar la finalidad de lasdos piezas para asegurar su inmovilidad, éstas son: lapieza nº 8 del "Cuerpo A" (70 x 70 x 30 mm) (Figuras3; 5-6) que deberá ser colocada a una distancia de104 mm de su borde izquierdo (o derecho) y a 140mm de su borde trasero (Figuras 1-2), y la ranura nº 9del "Cuerpo C" (220 x 10 mm) (Figura 3), y que secomienza a perforar a una distancia de 40 mm de latabla vertical anexa. Ambos son complementarios ydestinados a una misma función. La primera pieza se

trata de un paralelepípedo perforado en su centro,cuyo orificio atraviesa además la tabla nº1 de basevista al principio de esta descripción (Figuras 4; 6, nº9). Si atravesamos todo el conjunto (primer y tercercuerpo) (Figuras 4; 6), con un largo y grueso tornillode amplia cabeza que haga de tope (lo que puedeverse mejorado con una arandela adicional de ampliodiámetro), lo introducimos por la base a través de laperforación y lo enroscamos y aseguramos una vezsobrepasada la ranura superior del "Cuerpo C" con unapalomilla; colocando previamente sendas arandelas de"tope". Esto nos permitirá mantener bien fijo el tercer

cuerpo cuando lo creamos conveniente y una vez esdeslizado previamente por los carriles, deteniéndolo ala distancia que deseemos de la torneta. Roscandofirmemente la palomilla quedará la terraja inmoviliza-da y lista para ser utilizada.

El motivo principal para la utilización de unaterraja es la reproducción de recipientes cerámicos.Debemos apuntar que en este aspecto la terrajapresenta alguna limitación, al no poder reproducir

aquellos tipos de decoraciones o sistemas de prehen-sión que no se repartan de manera uniforme y ensentido horizontal a lo largo de la superficie de la

Proceso para la reproducción de vasijas

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6. Si se prefiere el orden de colocación de los listones puedecambiarse, pero siempre y cuando se respeten las indicacioneshechas. No deberemos olvidar que si se llega a tomar estadecisión, también se deberá cambiar la posición de la planchametálica en su soporte de madera, que lleva el perfil de lasvasijas y que nos sirve para reproducir estas, todo lo cualveremos con posterioridad.

7. Entre las palomillas y los listones se deberán interponer

arandelas de diámetro adecuado, con el fin de proteger lamadera por el roscado cuando sea necesario asegurar confuerza sendos listones.

C. FERNÁNDEZ / L. GARCÍA

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Del dibujo de la sección calcamos de formaindependiente la línea que se corresponde con losperfiles exterior (Figura 3, línea de puntos) e interior(Figura 3, línea contínua) de la vasija a reproducir, ensendas láminas de zinc trasladándolos por medio deun papel de calco (Foto 2), grabándolas (y repasándo-las firmemente) con un punzón metálico de puntaafilada (Foto 3) . A continuación cada perfil se recortade forma muy precisa con una sierra de arco (segueta)de marquetería utilizando "pelos metálicos" para metal(de los nº 4 ó 5) (Foto 4). Pero los perfiles no son ele-mentos aislados; veamos este punto detenidamente.

Cada uno de los perfiles comienza en un puntoconcreto cuyo mejor emplazamiento suele situarse a

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la mitad del labio de la vasija, y finaliza en otro puntoconcreto emplazado en el mismo centro de la base(Figuras 7, nº 3-5). Para su sustentación y manejonecesitan de un soporte debido a la maleabilidad delzinc. Este soporte es de madera, que puede ser per-fectamente de tipo aglomerado con un grosor, porejemplo, de 20 mm. Este perfil en madera se puederecortar con sierra de arco como vimos anteriormenteo bien eléctrica si precisamos más rapidez, pues nonecesita de tanta precisión como en el metal.

Cada uno de los perfiles se encuentra recortadoen dos de los cuatro lados de láminas las de zinc para-lepipédicas antedichas, cuadradas o rectangularessegún obligue cada caso. Pero la unión entre uno de

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los lados adyacentes y el extremo mismo del perfilrecortado no se realiza directamente como podríaparecer lógico. El perfil deberá recortarse dejando unaporción de metal a modo de escalón en uno de losextremos, más concretamente el que se corresponde

con el labio de la vasija. Eso quiere decir que la láminade metal en ese punto en concreto será unos centíme-tros más larga que el perfil en sí (Figuras 7-8). Porejemplo unos siete centímetros en aquel extremopodría valer.

A continuación y una vez recortados los perfilescompletos, con papel de lija y/o finas limas se igualala línea del perfil recortada en el metal, eliminandorebabas o corrigiendo errores -por exceso- quehayamos podido cometer (Foto 5).

Seguidamente se superpone metal sobre madera(Foto 4), haciendo sobresalir 7 cm aproximadamentelos dos lados a partir de los cuales se ha recortado elperfil metálico sobre su soporte de madera (Figuras 7,nº 6-7; 8). Esta holgura permitirá entre otras cosasformar un espacio bajo el objeto que facilitaráposteriormente el retirar con garantías de no versefracturada la reproducción en la torneta, al impedir elcontacto directo de la pieza con ésta (Figura 7, nº 9-asterisco-). Se fija firmemente la lámina metálica por

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medio de pequeños clavos insertándolos a martilloen todo su perímetro (Figuras 7, nº 8-9; 9) (Fotos 7 y8) y procurando cumplir los siguientes puntos:

1. Colocar la lámina metálica a la derecha (lado dere-

cho) de la plantilla recortada en madera.

2. Que el recorte de zinc quede lo más paralelo po-sible al de madera que hace las veces de soporte yrefuerzo, sin que se produzca inclinación de unorespecto al otro.

3. Que entre ambos perfiles de madera y zinc exista -repetimos- una diferencia de unos siete centímetroscomo mínimo (aunque no mucho más), sobresa-liendo el metal sobre la madera, ya que se trata deuna línea de corte (Figuras 7, nº 6-9; 8).

De esta manera ya tenemos confeccionada lallamada "terraja", y por supuesto el elemento másimportante para llevar a cabo la reproducción. Ya nonos queda sino comentar el último paso, y éste esimportante. Unidos metal y madera mediante losclavos antedichos, el conjunto que forman talesperfiles hace de "tope" en el vástago roscado medianteel cual se atornillan las palomillas que aprisionan lasmaderas "A" y "B" del segundo cuerpo (Figura 8) (Foto9) . Máxime cuando se trata de un "hueco", que

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8. Las dos láminas de zinc a partir de las cuales recortamoscada perfil, han de ser del mismo tamaño. Las podemosobtener de grandes planchas de 1 x 1 m que se expiden encomercios de ferretería. Económicamente su precio no eselevado, y su tamaño proporciona materia suficiente comopara realizar múltiples terrajas.

Mediante tijeras apropiadas para zinc (cizalla), recortamosproporciones mayores a las necesarias. Con regla, cartabón,escuadra y punzón medimos y grabamos el tamaño de losrectángulos o cuadrados que nos sean necesarios, yprocederemos con cuidado a su recorte.

Este recorte puede hacerse mediante sierra de arco, pero laexperiencia con el tiempo nos ha dictado, que un métodorápido y eficaz es el uso de una resistente guillotina o cizallametálica, como la que reutiliza en papelería para cortar

gruesos bloques de papel (Foto 1). Reúne las ventajas de hacercortes rectos, con una hoja lo suficientemente resistente comopara cortar el zinc sin mellarse. Con la ventaja, que cuandoeste efecto ocurra al cabo de haberla usado varias veces,fácilmente puede ser reafilada.

9. O bien dibujando los perfiles en papel vegetal, y trasladán-dolos a las láminas de zinc situando el papel sobre el metal, ypor medio de un punzón que repasa manualmente las líneas ylas graba.

10. Esta acción de recortar el metal será posible realizarla conmayor facilidad y precisión si la línea grabada a recortarpresenta un surco fuertemente inciso, producto de haber sidorepasado repetidamente, ¡con cuidado! Pues la prisa hará que

nos salgamos del surco previamente gravado y crear otrosnuevos que pueden llegar a equivocarnos posteriormente en elcorte. Y más fácil aún, si posteriormente además impregnamos

con jabón seco o cera compacta el "pelo" metálico de la sierraque lo recortará. Existen modelos eléctricos de este tipo desierras utilizadas en modalismo.

11. No olvidaremos comprobar si el perfil metálico seencuentra recortado de forma correcta. Para ello losuperpondremos al dibujo previamente realizado en papel y delcual originalmente partimos.

12. Es necesario tener en cuenta que si este "recorte o limado"es por exceso, produciremos una inevitable deformación quecomo tal, se producirá en la vasija deformándola, y no tendre-mos más opción que repetir el corte en otra plantilla metálica.

13. Y repasando el martillado de sus cabezas por medio de

puntero para enrasar con la superficie anexa.14. En esta operación un puntero, punzón, etc. nos puede serde gran utilidad a la hora de marcar y/o agujerear en puntoconcreto donde cada clavillo va ha ser insertado, infraponiendobajo la lámina un soporte de madera (tipo "tabla de cocina"pongamos por caso), ya que la maleabilidad del zinc espeligrosa a la hora de insertar cada uno de los clavos. De estamanera clavaremos cada uno de ellos sin que la lámina sedoble repetidamente en cada acción de clavado. Lógicamenteutilizaremos siempre clavillos cuya longitud sea menor alespesor creado entre metal y madera.

15. Para que dichas palomillas ejerzan una función eficaz, suemplazamiento más aconsejable a lo largo de las maderas que

deben aprisionar, deberá ser a la mitad de su anchura, y aproxi-madamente a una distancia de cada extremo de unos 50/60mm en el tamaño de terraja que aquí estamos describiendo.

C. FERNÁNDEZ / L. GARCÍA

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además cuenta con tan solo 40 mm de profundidad.Comprenderemos que si no recortamos una porcióncuadrangular o rectangular en la parte trasera de cadaperfil -interno y externo- (Figuras 7, nº 6-7; 8) (Fotos 8y 9), no es posible introducir adecuadamente losperfiles entre aquellas maderas "A" y "B". Y por lo tantodichos perfiles no se podrán aprisionar de forma losuficientemente rígida como para perma-necer firmesen aquel lugar, y sin movimiento alguno una vezquede nivelado, para que a continuación procedamosa la reproducción de la cerámica en sí.

Conseguidas las secciones de la forma ya indica-da, procederemos primeramente a situar el "perfilinterior" de la futura vasija entre los listones "A" y "B"

del que antes denominamos como tercer cuerpo (Foto9). Para ello sujetamos en aquel lugar el perfil de laterraja, a base de apretar -levemente en principio- laspalomillas roscadas. La situación perfecta será a lainversa, osea, orientando la boca del perfil de la vasijahacia abajo. Será imprescindible seguidamente nivelarel perfil. Después, se desliza el tercer cuerpo de laterraja por los raíles de madera (ya engrasados mejorcon vaselina que con aceites o grasas industriales),hasta que la arista superior de zinc que nos indica elcentro del diámetro de la vasija (que se correspondecon el fondo del futuro recipiente), quede exactamen-

te perpendicular al punto central de la torneta(Figura 8). Algo también muy importante es que lalínea superior del perfil metálico, deberá ser paralelaal plano que forma la superficie de la torneta y por lotanto deberá inexcusablemente ser nivelada de nuevo.Nos hallamos en un momento crucial. Deberemoscomprobar una y otra vez la correcta situación delperfil metálico. Una inclinación de este perfil porexceso o por defecto hará inútil nuestro trabajo, yaque no estaremos reproduciendo la cerámica deseada,sino creando una forma anómala, no real, al haberaumentado o disminuido el diámetro.

A partir de este momento es cuando se atornillanfirmemente las palomillas que unen los cuerposprimero y tercero, y también las que abrazan lamadera que soporta el perfil. De esta manera inmovili-zaremos todo el conjunto ya dispuesto para llevar acabo la primera fase de la reproducción (Foto 9).

Con la estructura ya preparada extendemos una

El modelado de las reproducciones

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leve capa de vaselina sobre la superficie de la tornetapara facilitar al final la separación de la reproducción,además de eliminar más fácilmente el barro y laescayola que utilizaremos y que se derramarán sobreella como posteriormente veremos. Sobre la torneta ya partir de su centro hacia arriba y hacia el exterior,iremos amontonando y comprimiendo pellas de barropara modelar, procurando más o menos imitar enforma y volumen la vasija que deseamos obtener. A lavez que efectuamos esta operación iremos girando -en principio suavemente- con ambas manos latorneta, en sentido contrario a las agujas del reloj. Lalámina de zinc irá cortando y modelando el barrohasta proporcionarnos un macizo molde o vaciado delhueco interior de la vasija a reproducir, eliminando yalmacenando en su línea de corte el barro sobranteque iremos retirando a cada paso (Foto 10). Puede

que durante este proceso tengamos que ir añadiendomás pellas de barro de tamaños variables al vaciado,para ir rellenando los huecos hasta completar la formareal. Nuestra labor será más fácil y el barro girarámejor, se obtendrá más rápidamente la forma, etc. sicuando ya prácticamente se encuentra obtenida laforma y la superficie casi alisada, vertemos un poco deagua por toda ella, y la extendemos suavemente conla palma de la mano según va girando el conjunto.

Procedemos ahora a retirar con sumo cuidado laplantilla. Para ello aflojaremos levemente las dos

palomillas referidas con anterioridad y que inmoviliza-ban la plantilla aprisionada por los listones "A" y "B".Evitaremos no dejar ningún tipo de marca sobre elbarro para lo cual actuaremos con prudencia yevitaremos los movimientos bruscos. Es importantemarcar -de forma no permanente- previamente sobrelos listones "A" y/o "B", la altura a la que se encontrabala plantilla recién retirada, sirviéndonos así dereferencia para instalar la siguiente. Esta última es laque realmente nos va a reproducir el objeto, ya que setrata del "perfil exterior".

 Ya nivelada y colocada la nueva plantilla de formaconveniente, realizaremos poco más o menos lasmismas operaciones ya vistas en el primer caso. Salvoque ahora, habrá que dejar un espacio libre entre elmodelo de barro que acabamos de conformar y lanueva plantilla. Esta distancia no es más que elespesor real que posee la vasija original, por lo quedeberemos calibrar perfectamente todos sus puntosdesde el mismo borde hasta el centro de su fondo.Osea, que la distancia entre cada punto de la línea decorte metálica y cada punto de la superficie del barro,sea la misma que de cada punto entre los perfilesexterior e interior del original medibles en el dibujo dela sección. Si para calibrar la plantilla no hemosmovido el tercer cuerpo de la terraja, y hemos coloca-

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16. La distancia entre este punto central de la torneta y la líneaque marca el centro del labio o extremo inferior de la terraja,

lógicamente deberá indicarnos exactamente la mitad deldiámetro real en la boca del recipiente (Figuras 7, nº 8-9; 8).Esta es una fase muy importante a tener en cuenta.

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últimas vueltas, si lo deseamos y queremos dejar unasuperficie tersa y con un buen acabado, podemosderramar una pequeña cantidad de agua por lasuperficie. Detendremos de inmediato todo tipo deoperación, pues de lo contrario el perfil metálico harátope con la escayola endurecida, aún húmeda y por lotanto extremadamente frágil, destruyendo y/orallando la reproducción.

Es el momento de separar los listones "A" y "B" yretirar la plantilla con cuidado de no dañar la repro-ducción, operación que puede a veces agilizarsesoltando a la vez la palomilla que nos sujeta loscuerpos primero y tercero de la terraja, procediendoseguidamente a retirar este cuerpo hacia atrás por lasguías engrasadas; pero, ¡cuidado con los enganchesproducidos por las convexidades y/o concavidades de

los perfiles de cada recipiente! Si una determinadavasija ya reproducida por este sistema tiene la basecóncava o en por ejemplo, al proceder aretirar la lámina de zinc por la maniobra descrita, eldaño que puede llegar a producirse es irreparable sino se lleva a efecto con sumo cuidado y las consabi-das precauciones.

Pasada una hora aproximadamente y mediante unsedal, hilo de cobre, etc… y teniendo nuevamente uncuidado exquisito, cortaremos la base de barro quesoporta encima la reproducción, separándola de la

torneta a la altura de su superficie. Pasarán unas docehoras más (cuanto más tiempo mejor) aproximada-mente hasta que la escayola tome consistencia el irseevaporando el agua. Pasado este tiempo y con muchaprecaución para evitar roturas, iremos eliminando elbarro del interior muy poco a poco a través de la bocadel recipiente reproducido por medio de una cuchari-lla. O aún mejor empleando un vaciador de barrocomo herramienta más específica, debido a que setrata de una varilla y por lo tanto ocupa menosespacio. De este modo impedimos que se ejerzaexcesiva presión, reventando la reproducción de

escayola endurecida y todavía húmeda, debido alagua que contiene el barro que estamos extrayendo.Sin haber secado del todo podemos lavar el objeto delos restos de barro adheridos a las superficies exteriore interior con agua.

Dejamos secar el objeto a temperatura ambiente,o bien para una mayor rapidez en estufa de aireforzado a baja temperatura (entre 20 y 30 ºC),evitando un secado demasiado rápido y con elloroturas indeseadas debido a una brusca diferenciatérmica. Una vez que tengamos la vasija ya secarepasaremos los puntos necesarios con bisturí, lijas...para solventar cualquier error, rebaba, o simplementerellenar huecos producidos por burbujas de aire u

onphalo

do y nivelado la segunda plantilla perfectamente enlas marcas de la primera, dicho espesor puede llegar aobtenerse "casi" de inmediato. Con todo, es muynormal que haya que efectuar pequeñas correcciones.Para los movimientos finales de ajuste, un pequeñomartillo de goma o teflón nos resultará de granutilidad.

Después de efectuadas todas las operaciones llegael momento de hacer escayola, pero debemos tener laconsabida precaución de rociar de agua levemente elmodelado en barro antes de verter ésta. En casocontrario puede ser que tengamos problemas

derivados de la absorción del agua conteni-da en el barro por parte de la escayola. Cuando laescayola bien mezclada con el agua empieza a tomarun aspecto cremoso, debemos ir vertiéndola poco a

poco con una cuchara sopera. Simultáneamentevamos girando con ambas manos la torneta en elsentido antes indicado. En esta operación resultaindispensable la ayuda de al menos una persona quevaya girando la torneta , y si es posible otra que vayahaciendo más escayola líquida según se vaya termi-nando la que vertemos; siempre y cuando, porsupuesto, sea necesario. Por lo menos cuando la vasijaa reproducir responde a unos tamaños entre medianoy grande. Debemos tener muy en cuenta que depen-demos del tiempo de fraguado de la escayola, y eneste caso el trabajo en equipo agiliza las operaciones y

evita que por una excesiva acumulación de maniobrassimultáneas en manos de una sola persona, elresultado final pueda verse frustrado.

A medida que giramos la torneta, la lámina dezinc irá extendiendo de manera uniforme la escayola yeliminando la sobrante (que iremos retirando constan-temente con la misma cuchara u otro útil que seadapte a nuestras necesidades), o volviéndola a verterde nuevo. De esta manera, se irá conformando lavasija que quedará concluida cuando, una vezendurecida la escayola, al girar la torneta la lámina de

zinc no elimine ya ningún resto de escayola, y apenashaya espacio entre la superficie del objeto reproduci-do (boca abajo) y el perfil de zinc (Foto 11). En las

a

 posteriori 

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337

17. A lo largo de estos años de trabajo con la terraja han sidomuchas las personas que nos han sugerido la posibilidad decontar en esta fase del trabajo con un torno eléctrico. Segúnse irá viendo a lo largo de la descripción de estre trabajo, ysobre todo si se pone en práctica, esta posibilidad es inviablepese a que contemos con una herramienta autónoma comoaquella, incluso contando con la posibilidad de que conlleveen su mecanismo un control de velocidad. Fundamentalmentepor que el giro continuo deberá ser suave, y es necesario

multitud cambios de la velocidad de rotación, pero nunca deforma intermitente. Lo que conlleva un control exhaustivo ycontínuo, algo que no proporcionan estas máquinas.

C. FERNÁNDEZ / L. GARCÍA

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otras causas, hecho que suele resultar frecuente.Finalmente se procederá a realizar decoraciones inci-sas, añadir elementos de prehensión, suspensión, etc.que habremos modelado aparte, podemos hacerloahora directamente sobre el objeto. Y si es necesario,pintar la pieza con colores acrílicos mediante pincel oaerógrafo.

Los perfiles, una vez limpios y debidamenteetiquetados pueden almacenarse para ser utilizadosde nuevo en cualquier otra ocasión y con cualquier

otro motivo que haga necesaria la obtención de unareproducción de cada vasija.

 Ya hablamos al principio de la importancia del usode la terraja en la restauración de la cerámica, no solocomo simple método de reproducción, sino especial-mente como sistema de reintegración de lagunas.

Si buscamos restaurar o reintegrar una o variaspartes de una determinada vasija, o bien añadir a unrecipiente completo los fragmentos originales (Figura9), el procedimiento -como primer paso a dar- es elmismo que hemos explicado en los puntos anteriores.

Reintegración de cerámica arqueológica

Una vez tengamos la vasija reproducida, retocada,limpia y seca, nuestro trabajo consistirá en colocar losfragmentos originales en el lugar que les correspondaen altura en la reproducción. El sistema más sencillosería hacer reposar el fragmento original sobre lasuperficie de la vasija reproducida y en el lugar que lecorresponde en altura. Mediante un objeto punzante(bisturí, aguja, punzón... minas de lápiz, etc.)gravaremos en la escayola por medio de surcos, laforma exacta del fragmento a encajar, perimetrándo-lo. Iremos profundizando de forma paulatina yuniforme dicho surco por todo su perímetro hastaatravesar la escayola, y poder retirar lo que resultaráuna copia más o menos fiel del fragmento que desea-mos encajar. Ahora no tenemos más que introducir enel hueco resultante el fragmento original, adhiriéndo-lo posteriormente al cuerpo de la reproducción a base

de escayola líquida (Foto 12). Así actuaremos hastainsertar todos los fragmentos. Final-mente esténperfectamente colocados, no quedara más quedisimular las uniones, entonar cromáticamente yuniformar la superficie según criterios (Foto 13).

Evidentemente este sistema de restauración esmás eficaz en lo que se refiere a nivel de acabado, queotros basados en rehacer extensas superficies, o biennumerosas partes ausentes con moldes de plastilina oplacas odontológicas de cera. Resulta especialmenteútil para aquellos objetos de dificultosa reintegración,

o para las vasijas que carecen de un gran tanto porciento de su primitiva superficie. Tiene así mismo laventaja de que para la reproducción y/o posteriorrestauración de una o varias partes ausentes, tan soloes necesario conocer su perfil completo y el diámetro,ya que a partir de los citados fragmentos podráconseguirse la vasija en su totalidad. No cabe dudatambién de que se trata de un proceso algo engorro-so, aunque los resultados son de calidad, siempre ycuando seamos rigurosos y trabajemos con fidelidad.

Hay otros sistemas más laboriosos que éste o con

resultados más discutibles según los casos con quenos encontremos, que de hecho son o pueden sermuchos y muy variados. La imaginación, la experien-cia, la necesidad y/o el ingenio juegan en este puntoun papel fundamental. Una variante al sistema yaexplicado y quizás más conocido, lo expondremosseguidamente como ejemplo.

Una vez se ha conseguido el modelo en arcilla ytambién se ha colocado de forma definitiva del perfilexterior de la vasija a reproducir, el o los fragmentosoriginales que se hayan conservado de la vasija secolocan suavemente encima, y en el lugar en alturadonde consideremos debieran estar. Seguidamente serepasa su perímetro con una aguja de grueso

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Figura 10

Figura 9

La terraja. Un eficaz instrumento para la restauración y reproducción de la cerámica

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Figura 12Figura 11

absorber la escayola endurecida producto de sucaracterística higroscopicidad, pase al cuerpo de lacerámica; y diluidos en ella todo tipo de productossalinos, pese a que siempre deberemos trabajar conagua desionizada. De este modo se formará una

barrera en las superficies de rotura que entran encontacto con la escayola.

En la bibliografía, tanto de restauración cerámica,moldeados y reproducciones u otras materias, a vecesse ha hecho referencia mediante esquemas al uso desencillos ingenios para la reproducción; generalmentede fabricación artesanal. Suelen hacer alusión todosellos a distintos modelos de terraja. La necesidad, el

ingenio y la inventiva, como también un conocimientode este sistema de reproducción que aún no cuentacon literatura especializada al uso, son los que hanpublicado una reducida variedad. En este últimoapartado presentamos a modo de ejemplo losmodelos que hemos ido reuniendo a lo largo de variosaños, así como también explicaremos una variante alsistema que a lo largo de este trabajo hemos descritopormenorizadamente.

La parte fundamental de este sistema de repro-ducción mediante terraja es la plancha metálica de

zinc (o bien fabricada en otro metal o materia), en lacual se encuentra recortado el perfil de aquel objetoque deseamos reproducir. Por medio de ella esprecisamente por lo cual queda modelado el objeto.Por lo tanto es el elemento común a todos losmodelos de terraja que son conocidos, y podemosfácilmente augurar que incluso de los que se desarro-llen en el futuro.

Las diferentes variantes de terraja en una primeragran clasificación podrían dividirse en tres grupos. Las" ". En las cuales, la plancha metálica

Otros modelos de terraja y otros sistemas de

reintegración

terrajas giratorias

diámetro. Una vez los hayamos retirado, seguimoshacia el paso siguiente y definitivo de verter laescayola y conformar la reproducción en sí. Retirada laarcilla, observamos en el interior de la vasija reprodu-

cida que la escayola líquida se introdujo en los surcosque perimetraban cada fragmento original, demanera que queda así conformado en relieve cadauno de los perímetros. Una vez definitivamenteendurecida la escayola, no hay más que recortar talesperímetros en realce, introducir cada uno de losfragmentos e irlos sujetando definitivamente conescayola (Foto 12).

Llegados a este punto hemos de hacer unaadvertencia cara a la mejor conservación de losfragmentos originales de cerámica antigua que vamos

a integrar en la reproducción. Será necesario queéstos ya se encuentren debidamente limpios, desala-dos, y sobre todo consolidados con el producto quecada profesional utilice habitualmente. La aplicaciónde dicho consolidante tendrá una doble motivaciónaislante. En primer lugar dar cohesión a las materiasque constituyen la pasta cerámica, si ésta se encuen-tra con cierto grado de disgregación. Pero tambiénpara obturar la red de poros. De esta manera conse-guiremos atajar un tipo de alteración dúplice, que laescayola se adhiera de forma permanente en lassuperficies, y además, que la humedad que pueda

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Figura 14

Figura 13

Supportingframe

Modelling clay

Central core

Rotating rod

Rotating base

Template forinternal surface

reforzada es la que gira en círculo a partir de un ejecentral (Figuras 10 y 11), lo que en absoluto secorresponde con el sistema que hemos descrito y que

 justamente es lo contrario. En las "" el metal reforzado se desplaza

de forma lineal (Figura 12). En las " ", laplantilla metálica se encuentra precisamente fija alcostado sobre un recipiente de madera, bastidor(Figura 13) o bien contenedor y junto a una varilla-eje

cuyo giro es manual mediante manivela. En esteúltimo caso y en el centro de este eje se coloca unamateria para retener la escayola y que tradicionalmen-te ha sido estopa. La acumulación reiterada de laescayola vertida en estado cremoso y que poco apoco va fraguando, se recorta con la forma de laplantilla metálica y así va obteniéndose la formadeseada (SANZ SERRANO, 2003: 518-520). Esteúltimo sistema fue muy utilizado en la confección demodelos para, una vez obtenido su molde, fabricar enépoca contemporánea las diferentes figuras de vidriocon las cuales confeccionar o decorar grandes

lámparas, tal y como se exponen en el Museo delCentro Nacional del Vidrio (La Granja de SanIldefonso, Segovia).

Pero siguiendo con otros modelos de terraja,describiremos ahora al que hemos hecho escuetareferencia líneas atrás. Deriva del modelo que yahemos descrito y que forma la base fundamental deeste trabajo. Como puede apreciarse en la Figura 14es muy parecido a su modelo de origen. Un ingeniode estas características nos ha servido para realizarreproducciones de vasijas de una altura mayor a lasque podíamos reconstruir con el modelo máspequeño ya visto. Describiremos sus dimensiones enfunción del que nosotros utilizamos en su día.

terrajas de despla-

  zamiento longitudinal 

terrajas fijas

Para su uso, el sistema de confeccionar los perfilesmetálicos en zinc reforzados con la madera-soporte,es exactamente el mismo ya visto con anterioridad deforma detallada en el . Dichos perfiles loscolocaremos en los listones que los atrapan e inmovili-zan (Figura 14, nº 1). Dichos listones tienen unasdimensiones de 505 x 52 x 73 mm cada uno de ellos,permaneciendo fijo por ejemplo el de la derecha aotra plancha inferior de madera (420 x 112 x 30 x 

mm, por ejemplo, aunque puede ser mayor) (Figura14, nº 2) que hace de soporte, y ambos a una pared.Por lo tanto el listón de su izquierda -con idénticasdimensiones- permanece suelto. Se une al anterior dela forma que ya vimos anteriormente, mediantesendas perforaciones que son atravesadas por varillasroscadas (de unos 180 mm de longitud cada una)(Figura 14, nº 3), quedando fijas mediante cuatropalomillas insertadas con posterioridad a las arandelascorrespondientes que protegen la madera y aseguranla inmovilidad. Uno de los elementos que proporcionautilidad a este objeto, es el que esta estructura se

encuentra complementada en su parte inferior poruna mesa (Figura 14, nº 4), la cual no es necesarioque permanezca fija . Sobre esta mesa se sitúa latorneta (Figura 14, nº 5), que gira en un tablerocuadrado de dimensiones 550 x 750 x 15 mm (Figura

apartado IV.1

18

19

18. Cuya cara izquierda (según nosotros lo miramos), será laque forme el plano perpendicular al punto central de la torneta(Figura 8).

19. Ya que de esta manera y con respecto al tipo de vasijas demayor altura y/o diámetro, podemos vernos en la necesidad deacoplar otras mesas también de altura y tamaño diferentes.

Algo importante es que estos mostradores posean unaacusada estabilidad durante el trabajo, ya que de lo contrariohemos de darles previamente firmeza e inmovilidad.

La terraja. Un eficaz instrumento para la restauración y reproducción de la cerámica

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14, nº 6) que la hace transportable. Será de 505 mmde diámetro recortada en un tablero de madera de 15mm de espesor. Para reforzar éste y dar rigidez yhorizontalidad al plato, es conveniente adosarle otrodisco en la parte inferior de 380 mm de diámetro y 15mm de espesor (Figura 14, nº 7), así como proporcio-narle un doble eje de giro, uno en el centro (reforzadomediante un taco de madera con dimensiones 100 x 130 x 350 mm) (Figura 14, nº 8) y otro a unos 6020

mm de la línea periférica. La torneta, una vez haya-mos elegido el lugar donde deseemos que quedeinmobilizada a la mesa, puede permanecer unidafirmemente a ella por medio de varios "gatos" o"sargentos", y de esta manera dar comienzo alverdadero trabajo de reproducción.

En el Museo de Historia de la Ciudad de Barcelonahemos tenido noticia de la utilización de un particularmodelo de terraja, con el fin de confeccionar repro-ducciones macizas de los modelos cerámicos dereducido tamaño. Por medio de ellas llevan a cabo un

Figura 16

Figura 15

20. Siempre y cuando no se utilice una madera de base demayor grosor que la propuesta anteriormente.

C. FERNÁNDEZ / L. GARCÍA

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hasta obtener el volumen con la forma deseada. Seretira el conjunto de maderas y metal y con escayolase realiza un molde en dos o más piezas, del que seobtiene posteriormente la reproducción de la cerámi-ca en cuestión (Foto 15). Ni que decir tiene que seránimposibles de reproducir aditamentos utilitarios odecorativos que no estén repartidos de manerauniforme por la totalidad de la superficie, apliquesdiversos tales como asas, picos vertedores, etc.

El sistema de reintegración es sencillo. Una vez

moldeado el objeto, repasadas y pulidas las imperfec-ciones que pudiera tener, cada fragmento original secoloca en el lugar que le correspondiese y se perfilacon lápiz o punzón. Seguidamente se rebaja deescayola el espacio interior perimetrado de cadafragmento, de tal manera que puedan ser encajadosen su "hueco" correspondiente. Pero procurando noenrasar o nivelar la superficie exterior original-escayola. Siempre la superficie de cada fragmento decerámica quedará unos milímetros por encima de lasuperficie de la reproducción en la escayola circundan-te (FONT i PUGÈS, 2005: 28-29) (Foto 16). Este último

sistema es parecido a aquel otro ya conocido, y que sefundamenta en reproducir en primer lugar mediantela reconstrucción en escayola u otra materia la vasija a

particular sistema de restauración en base a laintegración de los fragmentos en la vasija reconstrui-da, que utilizan como soporte. Por el momento no seha realizado una descripción pormenorizada. Sinembargo, las imágenes y los breves textos publicadosson de una claridad tan meridiana, que quien seencuentre acostumbrado a estos trabajos comprendede inmediato su mecanismo y motivación (FONT iPUGÈS, 2005: 28-29). Para reconstruir cualquier tipode vasija se deberá conseguir un molde del objeto encuestión. Éste se obtiene confeccionando plantillas

metálicas, cuyo mecanismo de construcción venimosviendo a lo largo de este trabajo. El perfil de cadavasija a reproducir deberá ser a tamaño natural y nollevan refuerzos de madera. Presentan la particulari-dad de los dos pequeños apéndices en cada extremo(Figura 15, f lechas), que sirven como eje derotación. Sobre una superficie lisa (tipo Formica osimilar) y habiendo previamente extendido desmol-deante, se colocan sendos listones de madera; elconjunto se sujeta a una mesa de trabajo mediante"mordazas". La distancia entre los listones será la de lalámina metálica (terraja), de tal manera que unas

perforaciones en la madera nos servirán para el girode las plantillas. No tendremos más que ir añadiendobarro y moviendo la plantilla a un lado y al contrario

vid 

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restaurar pero en un tamaño algo más reducido que eloriginal (también utilizando terraja a partir del perfilinterior de dicha vasija), sin incluir aditamentos enrelieve o volumen tales como decoraciones u otroselementos de prehensión y/o vertido. Una vez colorea-

da dicha reproducción esta es utilizada como soportede los fragmentos originales, depositándolos en lasuperficie en el lugar que les corresponda en altura.

Finalmente una rudimentaria terraja-plantilla demadera ha sido sucintamente publicada con el mismofin de reconstruir-restaurar los objetos de cerámica(J.N., 1998). Básicamente es la que hemos venidoexplicando en la primera parte de este trabajo (Figura16). Los perfiles exterior e interior de la vasija areconstruir se realizan en madera. Sobre una torneta oplato giratorio se modela arcilla, y por medio de las

plantillas, pero en este caso soportadas y manejadasde forma manual, se va dando forma primero al perfilexterior y posteriormente con escayola finaliza eltrabajo utilizando la plantilla con el perfil interior. Laconfección de los perfiles y el diámetro de cadarecipiente deberá tener en cuenta el borde de latorneta o plato giratorio, pues éste hace "tope" en elgiro. Y lo que aún es más importante, conforma eldiámetro y por lo tanto -de forma correcta o no- lareconstrucción del recipiente.

Existen ciertas realidades que, pese a ser evidentes,pocas veces se han expresado de forma clara, y quehan de tenerse muy en cuenta desde un principio a lahora de reintegrar un recipiente de la antigüedad. Cuando analizamos en cualquier publicación loshallazgos realizados en un determinado yacimientoarqueológico, la reconstrucción que normalmente seha llevado a cabo de los mismos mediante dibujo,siempre se realiza con el presupuesto de que, al haber

sido confeccionados mediante torno (ya sea de giromanual -bajo o lento- o bien de pie -alto o rápido-) susperfiles son simétricos. Verdaderamente es un supues-to básico de inferencia sobre un alto tanto por cientode materia ausente que, pese a que conlleve erroresasumidos, nos sirve para desarrollar el discurso históri-co que necesitemos: de tipo tecnológico, de produc-ción, tipológico, etc. Pero en realidad dicha inferenciaresulta errónea de base en un tanto por cientovariable, y queda demostrada si analizamos (y vemosen la actualidad) las diversas fases y manipulacionesque llevan a cabo los alfareros. Y nos es posible refutartales observaciones, después de un minucioso análisis

visual en los recipientes cerámicos de la antigüedadmás completos que han llegado hasta nosotros.

Comentario final. Sobre la disimetría de losperfiles cerámicos confeccionados a torno

El futuro objeto cerámico resulta simétrico en sus

perfiles mientras su pasta arcillosa, aún fresca, seencuentra girando en la rueda del torno. Una vezfinalizada esta fase de su confección, varios son losaspectos que pueden producir -y de hecho lo hacen-su deformación. En primer lugar el diseño de suforma, ya que cuanto más voluminosa sea, susparedes son más gruesas. El incremento de éstas encuanto a peso producido por abundancia de desgra-santes minerales (y su tamaño), etc. provoca porsimple gravedad ya las primeras deformaciones. Éstaspueden ser mucho más acusadas si la base tiene unreducido diámetro, pues automáticamente se crean

zonas convexas muy sobresalientes -extraplomados-en el desarrollo del galbo, al quedar situado el puntode gravedad muy bajo. Este efecto es particularmenteevidente en las grandes vasijas de almacenamiento( ). La deformidad puede verse desarrolladadurante el secado o curado del objeto al aire libre.

Otro tipo de manifiesta deformación sobre losrecipientes confeccionados pero aún sin cocer, sellevaba a cabo de forma involuntaria por los alfarerosde la antigüedad cuando procedían a decorar losrecipientes. Aunque fuesen retocados , que

duda cabe que las impresiones bien fuesen efectuadasdigitalmente o mediante punzones, espatulados…acababan por deformar la superficie de la pieza.

Estos detalles tienen mucho que ver hoy a la horade la reconstrucción de las formas, sobre todo siutilizamos la terraja. Es un efecto del cual nospercatamos hace años en el momento de rehacer losvolúmenes de muchas vasijas aparecidas en los castrosde la Edad del Hierro en el Noroeste de la PenínsulaIbérica (FERNÁNDEZ IBÁÑEZ, 1998: 41-43).

Volviendo a la terraja, y más en concreto almomento ya visto cuando nos proponemos dibujar lassecciones de los recipientes a reconstruir, si realizamos

dolia

a posteriori 

Figura 18

Figura 17

C. FERNÁNDEZ / L. GARCÍA

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el dibujo de los perfiles en dos zonas opuestas y lassuperponemos, éstas puede ser que no coincidan ynos encontremos en el caso que venimos explicandocomo vemos en las Figuras 17 y 18. Si esta diferenciaes muy acusada y por lo tanto la deformacióntambién (seguramente nos habremos percatado deello sin tener que llegar al dibujo), la terraja de nadanos sirve. Pero si la diferencia entre secciones es leve,el buscar una situación de compromiso suele darbuenos resultados. Bien entendido que los recipientesa reconstruir en este caso concreto, deberían contarcon un gran tanto por ciento de superficie original.Nos referimos a crear una sección intermedia entreambas, a partir de la cual conseguir los perfiles querecortaremos en metal. Procuraremos obtener lassecciones lo más cerca posible de las líneas de roturaa las cuales se va a adaptar nuestra reconstrucción.

Tratándose de una deformación no debemos sorpren-dernos si la reconstrucción no se adapta a la perfec-ción a la vasija original o viceversa. Quizás debamoshacer ajustes mediante añadidos de escayola, rebajes,modificaciones parciales con leves roturas, etc. Encualquier caso, incluso con los ajustes indicados, elresultado final tendrá la calidad esperada.

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L´usure du temps. La Restauration desobjetos du Patrimoine

Il Disegno Archeologico della Ceramica e Altri Problemi dal Laboratorio delPiovego

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 Sautuola

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