Familia Mexicana

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La familia está ligada a los procesos de transformación de la cultura contemporánea. La familia ha dejado de ser el punto de referencia estable de un mundo definido por la movilidad geográfica y social de los individuos y participa de la misma fragmentación y fluidez que la sociedad contemporánea. Bestard (1992) dice que la familia ni es el centro de las relaciones personales ni está en la periferia de las relaciones públicas. La familia en la sociedad actual viene definida por la diversidad y también por la cohesión y la solidaridad. Alberdi (1995) cada vez se exige en las familias un mayor compromiso emocional y una mayor sinceridad. Para Segalen los buenos valores familiares corresponden a la gran familia extensa de antaño. Sin embargo, la pareja contemporánea en la que los esposos trabajan, no pueden conocer la verdadera vida familiar, los hijos son confiados a la guardería, a la calle, lo que crea la delincuencia juvenil, drogodependencias, etc. Y todo porque dicen que la transmisión familiar ya no existe. Parsons apuntaba que cuando se reduce la familia a un pequeño grupo con un único proveedor material, que es también cabeza de familia, se evitan los conflictos entre los miembros familiares que trabajan en diferentes ocupaciones. Concluía que la familia nuclear era una respuesta adaptativa a las economías industriales y que esto era lo común en todas las sociedades modernas. Estas ideas fueron criticadas ya que no se cree que la industralización haya disminuido el tamaño medio de la familia. En un estudio cuantitativo de habitantes de 150 comunidades inglesas desde el siglo XVI al XIX, Laslett y Wall (1972) constataron que el promedio de familia era de 4.75 personas. Sugieren que en la sociedad preindustrial la familia nuclear era la predominante, capaz de adaptarse con relativa facilidad a la industrialización y dicha

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Concepto de familia y la familia de Mexico antiguo

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La familia está ligada a los procesos de transformación de la cultura contemporánea. La familia ha dejado de ser el punto de referencia estable de un mundo definido por la movilidad geográfica y social de los individuos y participa de la misma fragmentación y fluidez que la sociedad contemporánea.

Bestard (1992) dice que la familia ni es el centro de las relaciones personales ni está en la periferia de las relaciones públicas.

La familia en la sociedad actual viene definida por la diversidad y también por la cohesión y la solidaridad.

Alberdi (1995) cada vez se exige en las familias un mayor compromiso emocional y una mayor sinceridad.

Para Segalen los buenos valores familiares corresponden a la gran familia extensa de antaño. Sin embargo, la pareja contemporánea en la que los esposos trabajan, no pueden conocer la verdadera vida familiar, los hijos son confiados a la guardería, a la calle, lo que crea la delincuencia juvenil, drogodependencias, etc. Y todo porque dicen que la transmisión familiar ya no existe.

Parsons apuntaba que cuando se reduce la familia a un pequeño grupo con un único proveedor material, que es también cabeza de familia, se evitan los conflictos entre los miembros familiares que trabajan en diferentes ocupaciones. Concluía que la familia nuclear era una respuesta adaptativa a las economías industriales y que esto era lo común en todas las sociedades modernas. Estas ideas fueron criticadas ya que no se cree que la industralización haya disminuido el tamaño medio de la familia.

En un estudio cuantitativo de habitantes de 150 comunidades inglesas desde el siglo XVI al XIX, Laslett y Wall (1972) constataron que el promedio de familia era de 4.75 personas. Sugieren que en la sociedad preindustrial la familia nuclear era la predominante, capaz de adaptarse con relativa facilidad a la industrialización y dicha adaptación no tuvo como efecto la reducción del tamaño y la simplificación de la estructura de las familias.

La diversidad de la vida familiar ha sido en todo el mundo considerable, y no existe una norma estándar de las formas familiares ni una familia contemporánea prototípica.

Smith (1995) las diferencias demográficas, económicas y las condiciones del hogar entre las distintas naciones del mundo tienen con frecuencia efectos importantes en el desarrollo y formación de la familia.

Rapoport (1982) identifican 5 fuentes de diversidad en las familias:

1. Organización interna: la diversidad sería el resultado de diversos patrones del trabajo doméstico o fuera del hogar y por tanto, de la naturaleza y extensión del trabajo no remunerado en el hogar.

2. Cultura: variaciones en las conductas, creencias y prácticas como resultado de afiliaciones culturales, étnicas, políticas o religiosas.

3. Clase social: diferencias en la disponibilidad de recursos materiales y sociales.

4. Periodo histórico: resultado de las experiencias particulares que tienen las personas nacidas en un periodo histórico determinado.

5. Ciclo vital: cambios como resultado de los sucesos que tienen lugar a lo largo del ciclo vital (tener hijos, si son bebés o adolescentes).

El ideal de familia nuclear cerrada se ha desmoronado; sin embargo, esto no ha supuesto una pérdida del rol de la familia y del parentesco en el mundo contemporáneo. Las relaciones de parentesco, lejos de dejar de existir parece que toman nuevas fuerzas y se convierten en un valor sólido a partir de esta incertidumbre. (Reher, 1997).Los divorcios, las familias monoparentales, reconstituidas, la inestabilidad de la pareja coexisten con redes de parentesco y líneas de filiación, como si estos lazos se reforzaran a medida que el núcleo conyugal se hace inestable.

Una forma de ilustrar los cambios en las estructuras familiares es haciendo referencia a los índices de natalidad. Últimamente se observa que ha habido una clara tendencia de disminución del tamaño familiar y del hogar en la mayor parte de los países occidentales; los hijos ya no son un elemento esencial en la supervivencia económica de la familia, probablemente por el desarrollo industrial y los sistemas de protección del gobierno.

El concepto de la familia implica un ciclo: crecemos en una familia, la dejamos, formamos otra en la cual los hijos crecen, la abandonan y forman otra, y así sucesivamente.

Ball (1974) define el hogar como una categoría espacial donde un grupo de personas están vinculadas a un lugar particular. Por otra parte, las familias se perciben generalmente como grupos de personas que están vinculadas por lazos de sangre y para una gran mayoría, de matrimonio. Sin embargo hogar y familia no tienen los mismos límites o extensión. Las familias forman hogares, pero no siempre es así. Los padres se pueden separar, pueden enviar a los hijos a una escuela privada; y también un grupo de parentesco puede localizarse en varios hogares y puede vivir bajo el mismo techo.

Otro factor notable que afecta el cambio familiar es el número de matrimonios y divorcios. Los más altos porcentajes en 1989 corresponden a Dinamarca e Inglaterra y los índices más bajos España, Grecia e Italia.

Katia Boh (1989) no existen indicios de que la evolución de los patrones familiares en las sociedades europeas lleven a un modelo de familia europeo característico. Pero el patrón que se encuentra es la convergencia hacia la diversidad y un mayor reconocimiento de esa diversidad.

Burguiére y otros (1988) afirman que nada demuestra que la evolución hacia un modelo familiar único pueda continuar en las próximas décadas. La condición de la mujer y la evolución de las tasas de fecundidad no van en la misma dirección.

Cheal (1991) la incorporación en el mundo laboral no implican cambios en otras áreas, como la división de tareas domésticas. Un mismo evento puede tener consecuencias tanto positivas como negativas. El mayor énfasis en el bienestar individual y en la autonomía personal es un factor igualmente considerado por los matrimonios como por quienes solicitan el divorcio.

Lluís Flaquer (1998) La importancia de la familia en el mundo actual radica en que de ella depende la fijación de las aspiraciones, valores y motivaciones de los individuos y en que, por otra parte, resulta responsable en gran medida de su estabilidad emocional, tanto en la infancia como en la vida adulta.

Jones y Alberdi (1995) La cualidad esencial de la vida familiar es un acuerdo o compromiso emocional. Las buenas familias proporcionan intimidad, promueven la educación de los hijos y la escolarización, potencian el bienestar material de sus miembros, su salud física y mental y su autoestima.

Los pesimistan ven un declive en la familia como consecuencia de las funciones asumidas por el Estado providencia y por un desgarro aparente que se refleja en múltiples formas.Platón pensaba que el sistema familiar en Grecia era demasiado débil para ser responsable de la educación de sus hijos.Augusto Comte, le preocupaba que la desorganización social y la anarquía creada por la revolución francesa destruyeran la familia como institución social. Para protegerla de las presiones de los tiempos, proponía que la familia debía retener una estructura monógama y patriarcal.

El creciente número de familias monoparentales y de madres trabajadoras daba lugar a que demasiados niños y adolescentes fueran criados y educados por la televisión y por sus iguales, lo que crearía problemas tanto para el individuo como para la sociedad.

Christopher Lasch (1977) para quien la familia debería ser un paraíso en un mundo sin corazón, observará un lento declive en los últimos cien años. Los signos: crecientes tasas de divorcio, declive de las tasas de natalidad, el cambio de estatus de las mujeres y lo que denominaría la revolución en el ámbito de la moral.

Para los optimistas, los cambios que se observan en la familia son signos de adaptación y desarrollo, y lo que antes se definía como desviante ahora se etiqueta como variación o diversidad (Rossi, 1978). Los cambios que están ocurriendo son signos de un cualidad saludable y experimental de la familia al adaptarse a las condiciones de la sociedad moderna y de otras instituciones sociales.

Lluís Flaquer observa un creciente prestigio de la familia en nuestra sociedad, generado por la mayor necesidad psicológica que tenemos de ella y por su menor importancia institucional.

Irene Thery (1997) considera que la familia contemporánea no es una institución, sino una red relacional.

Smith (1995) ha identificado diferentes tipos de definiciones de familia que implican criterios a veces radicalmente opuestos:

1. Grupo de personas relacionadas que ocupan posiciones diferenciadas, tales como marido y mujer, hijos, tíos, que cumplen las funciones necesarias para asegurar la supervivencia del grupo familiar, como la reproducción, la socialización de los niños y la gratificación emocional (Whinch, 1979). Una definición que establece la familia nuclear heterosexual como la norma.

El concepto de familia se ha empleado tradicionalmente para significar principalmente una unidad doméstica, heterosexual, conyugal y nuclear, idealmente con una figura primaria encargada de obtener los recursos económicos (el hombre) y la mujer ocupando un rol doméstico y del cuidado de los hijos.

Los milenios del México antiguo

Para el pensamiento indígena, el mundo había existido no una sino varias veces. Lo que llamó primera fundamentación de la tierra había tenido lugar hacía muchos milenios, tantos que en conjunto habían existido cuatro soles. Las cuatro fuerzas primordiales –agua, tierra, fuego, viento- habían presidido esos Soles hasta llegar a la quinta época, designada como la del sol de movimiento.

Los primeros hombres habían sido hechos de ceniza y el agua terminó con ellos convirtiéndolos en peces. La segunda clase de hombres lo constituyeron los gigantes, que eran seres débiles, que cuando se caían por algún accidente se caían para siempre. Los hombres que existieron en la edad de fuego o tercer sol tuvieron un trágico fin quedando convertidos en guajolotes. Finalmente los hombres que moraron el cuarto sol se fueron a vivir a los montes transformados en “tlacaozomatin” hombres-monos.La quinta edad en la que ahora vivimos tuvo origen en Teotihuacan y en ella surgió también la grandeza tolteca con el príncipe Quetzalcóatl.

Fue Quetzalcóatl quien restauró a los seres humanos, viajando al Mictlan “región de los muertos” en busca de los huesos preciosos que servirían para la formación de los hombres, que fueron llamados macehuales “los merecidos por la penitencia”. Restaurados los macehuales Quetzalcóatl redescubrió para ellos el maíz, que sería su sustento. Después Quetzalcóatl puso maíz en los labios de los primeros hombres Oxomoco y Cipactónal, antigua pareja de seres humanos, cultivadores de maíz para que comiéndolo “se hicieran fuertes”.

En Teotihuacan fue donde tuvo lugar el máximo esplendor intelectual y material de las culturas antiguas de México central. Allí se veneraban a Quetzalcóatl-Kukulcán símbolo de la sabiduría náhuatl y maya.

--La perspectiva de género emerge en forma importante dentro de las ciencias sociales, como una herramienta conceptual y metodológica necesaria para el estudio de los hombres y mujeres, que permite entender sus identidades personales, sociales y psicológicas, así como, las modalidades en que ambos sexos se comportan dentro de las estructuras de las sociedades creadas.

El concepto de sexo es sustituido por el de género, el cual considera los valores creados y reproducidos dentro y a través de la cultura como responsables de generar y sustentar los atributos que conforman, identifican y distinguen lo femenino y lo masculino en una sociedad determinada.En la perspectiva de género la división de los sexos es una diferenciación socialmente impuesta, producida, ejercida y aprendida dentro de un determinado contexto histórico y socio cultural.

La socialización es el proceso a través del cual se enseña a los conocidos con uno u otro sexo lo que en su contexto cultural quiere decir ser hombre o ser mujer, lo que constituye el género masculino o femenino. Este proceso se realiza mediante la aceptación de valores y patrones de comportamiento que se generan en el nivel consciente e inconsciente; es tan estructurada la construcción de género dentro de la cultura, que su proceso de reproducción es automática aún antes de que los bebés nazcan.

--La civilización Náhuatl era la más importante y el antecedente cultural más fuerte que encontró la colonización española. La sociedad mexica estaba dividida en la nobleza, el grupo gobernante, y el popular conformado por el pueblo.

Los hombres llevaban a cabo los trabajos del campo y eran ayudados por las mujeres quienes limpiaban las hojas, tejían, hilaban, cosían y lavaban. Las mujeres de clase noble tenían un adiestramiento muy severo para cumplir el papel que su grupo social esperaba de ellas. Se les enseñaba a tejer y a hilar y a no estar de ociosas.

Dado los intereses en cuanto a la reproducción del linaje y establecimiento de alianzas, las jóvenes nobles tenían en alta estima su castidad y cuidaban con gran esmero su honra y su fama.

La sexualidad femenina está sujeta de manera estructurada a los intereses de los mortales y los dioses.

En esta población eran muy notorias las diferencias de género.

El matrimonio lo arreglaban los padres del joven y era casi imposible sin el consentimiento de los padres. Las gentes del pueblo sólo podían tener una esposa, pero el rey y los nobles, varias. La fidelidad era exigida a la esposa y el divorcio solo se aceptaba si la mujer era estéril.

Las mujeres nunca tuvieron acceso a las actividades militares, pero su participación era importante como reproductora de soldados y las que morían en su primer parto eran consideradas como Diosas que acompañaban al sol durante su recorrido por el firmamento.

A partir del s XIV, la llegada de los españoles fue vista como el regreso de Quetzalcóatl, y el mundo indígena autócrata sometido se dio cuenta que los españoles no eran ni esperanza ni liberación demasiado tarde. Había sustituido un padre por otro que usaba nuevas formas de sometimiento: lenguaje, religión y modos dramáticos e incomprensibles de la conquista.

Se consideraban dos grupos sociales en la conquista, por un lado los indígenas y por el otro los mestizos, lo cual marcó una transculturación.

La mujer era devaluada en la medida que se identificaba con la población aborigen y el varón con la de conquistador. Para el desarrollo de los criollos, los españoles añorando sus mujeres las trajeron desde España, depositando en ellas sentimientos de ternura, sin embargo, se relacionaban con las indígenas para satisfacer sus deseos sexuales.

El mestizo equipara una serie de categorías; fuerza-masculinidad, capacidad de conquista, dominio de filiación ajena al suelo, van a ser signos de lo masculino y lo aceptado. Debilidad, sometimiento, devaluación social y fuerte sentimiento a la tierra con lo femenino.

El criollo se encontró con dos figuras de madre, la refinada y la ocupada de los aspectos sociales y la mujer indígena que proporcionaba calor y que sin embargo era devaluada

ante sus ojos. El criollo y el mestizo se encuentran con una mujer que en la infancia les ha dado calor y a la vez queda relegada.

Frecuentemente el español tiene dos casa, la de los hijos criollos en la que cumple la perpetuación y la de los hijos mestizos en la que cumple sus necesidades instintivas.

Los mestizos cargan con sentimientos de culpa y tratan de arrebatárselos con hostilidad. Al crecer ya no pertenece al mundo indígena, ni lo anhela. Tampoco tiene acceso al mundo criollo al cual aspira profundamente. En su interior se crea una rebelión con su origen indígena que lo priva del mundo criollo pero que odia al español lejano y hostil.Cuando es mayor trata a la esposa con las mismas pautas aprendidas del padre.

Las significaciones masculinas son en realidad pobres por lo que trata de hacer alarde precisamente de lo que está inseguro. Se puede reconocer más tarde como machismo, que es el producto de una falta de identificación masculina con sus protoimágenes.

Con la independencia se inició un proceso de ruptura entre los dos poderes más importantes del periodo colonial: El gobierno virreinal y la Iglesia católica. Los dos habían asumido el poder que definía las conductas de las personas de forma tanto civil como canónica y mediante mecanismos de control social sobre lo público y lo privado.

Aún cuando los primeros sesenta años posteriores a la independencia fueron caóticos, el triunfo de la corriente liberal se impuso sobre la Iglesia, pero la estructura de la familia se mantuvo de acuerdo a la concepción católico-colonial.

Las mujeres siguieron siendo las guardianas del honor de la familia definido como el control de la sexualidad. La distinción del adulterio cometido por un hombre o una mujer continuó. Si lo cometía la mujer era pecado y si lo hacía el hombre sólo era falta de amor a su esposa.El adulterio femenino escandalizaba a toda la sociedad ya que no solo era pecado sino ponía entre dicho la legitimidad de los hijos y el derecho de heredar.

En el último cuarto del siglo XIX nace una incipiente industrialización que incorporó a las mujeres en fábricas de tabaco y textiles. La inclusión de la mujer a las fábricas tuvo consecuencias sobre todo en su sexualidad, la vida familiar y su reproducción. Mientras que la fecundidad de las campesinas era una fuente de mano de obra siempre necesaria, la maternidad de las obreras representaba una desventaja para los patrones.

Las mujeres de la clase media lograron cierto nivel de educación encontrando trabajo como maestras, para ellas existió un patrón sexual y reproductivo con el consecuente control social. La maestra debía ser, soltera, casta y sin hijos.

A las mujeres de la clase alta se les mantenía alejadas de actividades que no fueran domésticas y si llegaban a trabajar, se ejercía sobre ellas un fuerte control social.

El machismo del mexicano mestizo que antes era más oculto se expresa abiertamente. De aquella inseguridad del indígena provocada por la dominación española, pasa al enardecimiento, favorecido por las constantes guerras primero de la reforma y luego de la revolución, en las que se exaltó su valor y el desprecio por la vida.Tales cualidades conformaron una imagen masculina separada de la femenina.

Durante las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX existen influencias europeas: las anglosajonas luchan por el voto y la igualdad (movimiento descalificado en México con las armas de la cultura).

La participación de la mujer en la lucha armada no se reflejó en los cambios jurídicos que siguieron, ni produjo cambio sustancial en la identidad femenina: la maternidad y la adscripción al ámbito doméstico.

Las mujeres mexicanas tuvieron que esperar a 1953 para que se les reconociera plena ciudadanía.

La ausencia del hombre por los conflictos armados o por voluntad propia hizo que asumiera la responsabilidad de ese hogar abandonado o descuidado por el hombre-marido-padre.

El maternalismo surgió con más fuerza que nunca, resultado de un proceso de supervivencia propia y de la familia.

Cuando se comprueba que la subordinación y la inferioridad de la mujer no obedecen a ningún orden natural, si no a valores culturalmente impuestos, tanto el hombre como la mujer se sienten inseguros. El hombre teme verse despojado del poder y de su propia identidad, en contrapartida de la femenina.

En la medida en que la mujer se despoja de los atributos considerados como femeninos, los hombres temen por su virilidad, se alarman y recurren a perfiles de género que le son conocidos, los heredados de la época colonial y modernizados a través de la ideología liberal. El resultado es un neomachismo inseguro y vago.

También el maternalismo está en crisis, el poder y las satisfacciones se pone entre dicho.

La cultura se mueve mientras que se modifican las condiciones imperantes de vida. Estamos en una reformulación de una nueva conformación de identidades y redistribución del poder.