Alimentación: falsos mitos y engaños del marketing

FECHA DE PUBLICACIÓN: 7 MAYO 2018198 PÁGS. PVP: 15,50€ISBN: 9788415132219

¿Es verdad que el cerebro nece-sita azúcar? ¿Es más saludable el pescado que la carne?¿Las grasas te hacen engordar? ¿Son más per-judiciales que los productos light? ¿Los huevos aumentan el coleste-

rol? ¿Es el colesterol el enemigo a combatir? ¿Puedo comer lo que quiera porque luego lo quemo en el gimnasio? Para adelgazar, ¿hay que comer menos y moverse más? ¿Cómo detectar el azúcar y la sal ocultos en los alimentos procesados? ¿Sabes descifrar una etiqueta? Descubre las respuestas entre las páginas de este práctico y revelador libro. 

Si te preocupa tu alimentación y la de tu familia, si aspiras a que sea saludable, si lees, comentas e indagas sobre superalimentos, pan con o sin gluten, cuál es el me-jor edulcorante, etc. es probable que estés muy confundido y algo cansado por las informaciones parciales, poco contrastadas, sin evidencia científica o directamen-te falsas que rodean al sector de la nutrición, plagado de mentiras que, con el tiempo, se acaban convirtiendo en verdades indis-cutibles, a menudo difundidas por campañas de marketing promovi-das por la multimillonaria industria alimentaria.  La investigación en nutrición es extremadamente compleja y está rodeada de los intereses de la in-dustria. Simona Milanese es médi-ca-psicoterapeuta, Roberta Mila-

nese es psicóloga-psicoterapeuta, ambas son investigadoras en el Centro de Terapia Estratégica de Arezzo, fundado por Giorgio Nar-done. Estas dos hermanas se han empeñado en divulgar, desde una perspectiva ética, rigurosa y ame-na, las estrategias para tener una alimentación saludable y una bue-na relación con la comida, cuáles son los falsos mitos que afectan a la alimentación, y cómo podemos combatirlos, para que no caigamos en los engaños del marketing.

En su trayectoria profesional, de hecho muy a menudo, han tratado a personas víctimas de falsos mitos relacionados con la comida. Al-gunos pacientes solo necesitaban información correcta, pero otros han desarrollado enfermedades graves relacionadas con conductas

alimenticias. Y, en paralelo, para ambas ya se ha convertido en un juego vagar por los supermer-cados, divirtiéndose (un poco) e indignándose (mucho) al observar que todos estamos inevitablemen-te inmersos en un mundo de infor-mación publicitaria tendenciosa y a menudo incorrecta.El objetivo de este libro no es, obviamente, proponer nuevos «mi-tos» alimenticios, ni siquiera dar indicaciones dietéticas, sino pro-porcionar al lector una panorámica del estado actual de la investiga-ción en nutrición y, al mismo tiem-po, estimular la reflexión crítica y consciente de lo que nos cuentan todos los días.

Falso mito n.º 1 Para adelgazar, tengo que comer menos (y consumir más)El fracaso de las dietas hipocalóricas

Los alimentos hipocalóricos: un intento de solución que complica el problema

Falso mito n.º 2 El cerebro necesita azúcarCuando el exceso es nocivo: la insulinoresistenciaLos mil pseudónimos del azúcar en las etiquetas

Falso mito n.º 3 Las grasas engordanEfectos de la dieta low-fat o baja en grasas

Sufrimos fobia a las grasas y estamos gordos

Falso mito n.º 4 El colesterol es un asesino y las grasas saturas son sus cómplices.Colesterol: ¿Un vil asesino?

Los efectos de la dieta

Falso mito n.º 5 Los aceites vegetales son saludables El era de oro de los aceites de semillas Aceite de oliva y dieta mediterránea

Falso mito n.º 6 El pescado es mejor que la carne. El origen, la conservación y el tipo de cocción marcan la diferencia.

Falso mito n.º 7 Los huevos son malos para el hígado (y hacen subir el colesterol) Los efectos del consumo de huevos

¿De qué gallinas?

Los falsos mitos psicológicos Basta sólo con un poco de fuerza de voluntad

Puedo trasgredir, total, luego lo quemoLo «natural» es bueno, lo «artificial» es malo

Para estar en forma debo mantener el peso correcto

CONCLUSIONES:

• Para tomar decisiones responsables y de acuerdo con nuestra naturaleza, podemos confiar en un concepto muy simple. La obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y el alzhéimer son todas enfermedades de la edad moderna, hijas de nuestro estilo de vida. Aunque el estilo de vida afecta de muchas formas diferentes a nuestra salud, dado que el sedentarismo, la contaminación ambiental o el tabaquismo, pueden condicionar radicalmente el estado de salud de una persona, no podemos menospreciar el papel de la dieta, que definitivamente juega un papel importante. En palabras de George Herbert: «Fuera quien fuera el padre de una enfermedad, su madre fue una alimentación incorrecta». ¿Y cuál es la única constante de nuestra dieta en los últimos 50 años? La llegada de la industria alimentaria. Comemos productos manipulados, refinados, alterados, conservados, liofilizados, enlatados, llenos de aditivos, colorantes, conservantes, potenciadores del sabor, desbordados de sal y azúcar o grasas trans. De la misma manera que un relojero loco insiste en manipular un mecanismo de alta precisión, la industria continúa modificando los alimentos que la madre naturaleza ha perfeccionado durante miles de años, con el objetivo principal de aumentar las ventas.

• La investigación científica tiene una tarea muy ingrata, y hasta ahora, a pesar de la cantidad de trabajo realizado, nos ha dado pocas cer-tezas: demasiados azúcares son malos y las frutas y verduras son buenas. La abuela también lo sabía. Pero hay un hilo común, un hilo con-ductor que une todos los estudios y las pruebas científicas y que nunca se ha negado: la comida natural, o manipulada lo menos posible, es más saludable que la comida industrialmente modificada. Cada transformación altera la calidad de los alimentos y todos los intentos de «mejorar» artificialmente los alimentos han fracasado, porque la madre naturaleza, en el campo nutricional, sabe mucho más que nosotros.

• Al fin y al cabo, comer sano sería muy fácil, bastaría con comer alimentos naturales y variados, en función de las estaciones y las tradiciones, y escuchar las señales que nuestro cuerpo nos envía. Incluso si no conocemos todas las características de un alimento en particular, el hecho de que la madre naturaleza lo haya seleccionado para nosotros es una garantía suficiente de su salubridad. Pero lo que podría ser fácil se vuelve cada vez más difícil, bombardeados con mensajes publicitarios, deslumbrados por los envases de colores y confundidos por discursos sobre la buena salud; incapaces de reconocer los alimentos que compramos, adictos a los sabores artificiales, nos vemos obligados a confiar en los manuales y las dietas del momento para evaluar lo que estamos comiendo. Somos las víctimas inconscientes del progreso creado por nosotros mismos.

• Por otro lado, como expresó brillantemente la nutricionista Zoe Harcombe: «El hombre es el único animal tan inteligente como para producir su propia comida y tan estúpido como para comérsela».

«El hombre es el único animal tan inteligente como para producir su propia comida y

tan estúpido como para comérsela»

Roberta Milanese, psicóloga y psicoterapeuta, es investigadora asociada en el Cen-tro de Terapia Estratégica de Arezzo dirigido por Giorgio Nardone. Es también pro-fesora de la Escuela de especialización en Psicoterapia Breve Estratégica. Vive y trabaja en Milán. Durante años ha estado lidiando con el tratamiento de los trastor-nos alimentarios. Ha publicado en italiano Las Prisiones de la comida (2002) Tera-pia estratégica para la empresa (2005), Coaching estratégico (2008); Cambiar el pasado (2010), El contacto, el remedio, la palabra (2015) junto a Simona Milanese, La empresa triunfadora (2017) y Psicopíldoras (2017).

Simona Milanese, médica especializada en Psicoterapia Breve Estratégica en el Centro de Terapia Estratégica de Arezzo, y Oncología Médica y Medicina Interna por la New York University y el Medical College of Virginia. Actualmente trabaja como psicoterapeuta oficial de Giorgio Nardone en Turín y Asti. Experta en nutri-ción, hace más de una década que empezó a integrar el enfoque nutricional en la práctica médica y psicoterapéutica, con el objetivo de lograr el bienestar psicofísi-co del paciente. Ha publicado en italiano, El contacto, el remedio, la palabra (2015) sobre la comunicación médico-paciente y la relación terapéutica.