Extracto Capítulo Cuatro

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"Mentalidad humana". Extracto del capítulo cuatro

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  • Mentalidad Humana. El libro Extracto del captulo cuatro, La(s) psicologa(s)

    Introduccin a la mentalidad humana

    Como ya digo desde el principio y justifico ms adelante, no parece tan definitivamente cierto que

    todo lo mental humano dependa del cerebro. Tampoco que la psicologa sea una ciencia positivista y neurolgica. No. Pongamos cada cosa ms o menos en su sitio. La neurologa es la neurologa; una rama de la medicina. Y la neurociencia de la que tanto se habla ltimamente-, una rama de la biologa. Y la psicologa, aunque est generalmente considerada como una ciencia de la salud, no es una ciencia mdica; como la salud no es slo asunto de los mdicos. Es otra cosa. Qu cosa?

    De eso es justo de lo que estamos hablando desde que empezaste a leer este libro. Aqu reivindico una psicologa diferente. Una psicologa que se ocupe de habilidades,

    conocimientos, experiencias, emociones, inteligencias, razonamientos, amores, poesas, anhelos, lgicas, deseos, conductas, pasiones, imaginaciones, afectos, gustos, caprichos, creencias, seguridades, dudas, directamente; sin pasar por el tamiz de la neurologa. Una psicologa que se referencia en las personas, en lo que decimos y hacemos; no en la ciencia; muchas veces fra y tremendamente alejada de la -ahora s- realidad, que no sabemos lo que es; pero algo intuyo en colaboracin contigo, si me lo permites.

    No presumo ni yo ni mis colegas; aunque a veces lo digamos en un tono un tanto provocador- de estar creando una psicologa nueva. Lo nico que pretendo es recuperar las intenciones de la psicologa; psych, el estudio del alma humana, antes de ser neurologa, espiritualidad (de la que no hablar mucho por ahora) y otras cosas. Y tambin las posibilidades de accin de la misma.

    Tampoco quiero ser purista; ni mucho menos descubrir la Verdad. O crear una. Quiero seguir dudando aun queriendo tambin saber un poco sobre esa alma humana que no s muy bien dnde est, pero que intuyo que su esencia tiene que ver con habilidades, conocimientos, experiencias y lo escrito en el prrafo anterior y ms; y no al revs.

    He dicho antes que:

    la generalizacin de la produccin y el uso de lo cientfico una vez sale de la academia y las sociedades nacionales y entra en la calle en la fbrica, en el transporte, en la comunicacin- supone la aparicin de mercaderas en serie, de la oferta y la demanda, la produccin, el consumo, la riqueza y su distribucin y conflictos sociales desconocidos e impensables hasta la poca.

    Justo en esa misma poca la revolucin industrial, ms o menos- la psicologa aparece como ciencia o saber o lo que queramos independiente y enseguida se hace productiva y usable tambin. Se mercantiliza y se consume. Responde a las leyes de la oferta y la demanda. Pierde la inocencia de que gozaba desde los tiempos de la Grecia clsica. Entra en la calle como una puta barata al servicio de las fbricas, el transporte y la comunicacin. O sea, al servicio de las transnacionales globales. Se convierte en una mercadera en serie ms. Y cada vez ms.

    En muy poco espacio de tiempo el que la psicologa lleva considerndose como una disciplina cientfica independiente de otras como la filosofa o la fisiologa- han pasado muchas cosas.

    Desde que el fisilogo y filsofo alemn Wilhem Wundt pusiera en marcha su famoso laboratorio experimental ha habido y hay multitud de teoras, prcticas de investigacin, orientaciones teraputicas. Y muchas cosas tambin que no son en s psicologa, pero que a veces lo parecen psicoanlisis, psicoterapias humanistas, meditacin y espiritualidad, New Age, y cosas as-. A estas ltimas dedicar algn apartado en este captulo. Quiz debiera dedicar un libro entero; pero bueno, por ahora va bien con hacer algn apunte.

    Quiero insistir en que la psicologa es la ms compleja de las ciencias; ms que la que estudia el universo incluyendo su origen- o la submateria. Es posible que alguna vez lleguemos a entender es decir, a construir conocimiento con sentido y consentido- muchas de las cosas de la naturaleza que an no entendemos; el origen del universo, por ejemplo y como coment al principio del primer captulo. Si es que lo tiene. Pero no creo que lleguemos nunca a entendernos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros somos tan diversos y peculiares que es absolutamente imposible establecer una va de conocimiento nica para todos y cada uno de los siete mil millones de personas que poblamos este

  • planeta, por ahora. Lo que a una le vale a otro no. Lo que en alguien funciona, en otra no. Lo que uno cree saber sobre s mismo se viene abajo de repente ante un acontecimiento vital de peso (antes llamado trauma). Lo que a Antonio le hace feliz, a Pepi le pone triste. Amparo cree en Dios; Ramiro no cree en nada. Amparo cree en el dios de los cristianos; Carmen en el de los budistas (que, aunque para fastidiar dicen que no existe Dios; pero s que existe, dicen luego). Hay dos hermanos que se criaron juntos. Uno vota a la derecha y el otro a la izquierda. En fin, seguro que podras continuar con una enorme cantidad de ejemplos similares extrados tan solo de tu entorno cotidiano inmediato.

    Quiere esto decir que somos como entes individuales y aislados muy diferentes una de la otra? No. Todos y cada una de nosotros llevamos en nuestro bagaje cultural contenidos comunes y muchos otros diversos y otros que irn apareciendo y en cuya aparicin nos veremos ms o menos implicados a lo largo de nuestras vidas. El bagaje ms importante es el del lenguaje simblico. Sin l no seramos lo que somos; seamos lo que seamos. Con este tipo de lenguaje nico en el mundo; no s si en el resto del universo- somos capaces de construir las cosas, darles sentido ms o menos compartido, modificar ese sentido en funcin del contexto o de las necesidades relacionales y, por tanto sociales y colectivas, y explicarnos a nosotros mismos y a los dems. Y ese importantsimo bagaje cultural no est predeterminado. Si lo estuviera nos igualara cual robots1, hiptesis absolutamente contraria a la ma. Y no est predeterminado porque aun movindonos desde que nacemos en el entorno de algunos smbolos comunes, justo en el momento en que salimos del vientre de nuestra madre (incluso quizs antes) empezamos a compartir muchsimos otros smbolos diversos; tan muchsimos y tan diversos que son los que van a hacer que sea imposible elaborar una teora de la mente o una prctica teraputica por ejemplo; tambin otras- que sea digamos que ajustable a todas las personas. A pesar de los publicistas y de los espiritualistas. Tambin a pesar de algunas orientaciones psicolgicas dominantes. Esto me lleva a afirmar algo que suele ser bastante controvertido: a pesar de todo, los seres humanos tenemos bastante capacidad de accin y hacemos lo que nos da la real gana.

    Como seres dubtantes y parlantes somos muy diferentes; aunque siempre dudamos de las mismas cosas y parlamos ms o menos igual. Pero las formas de dudar y de parlar son diferentes en funcin de los tremendos diferentes contextos sociohistricos y culturales en que cada persona nos desarrollamos. Y quiero detenerme aqu unos instantes.

    ()

    Josep Segu, 2015

    1 Aunque todos los robots tampoco son iguales. Por ejemplo, dos computadoras pueden tener el mismo hardware y software de

    fbrica. Pero desde el mismo momento en que sus dos usuarios las ponen en marcha, cambia su personalidad, su manera de ser.

    Algo de esto manifestamos Sara Oliv y yo mismo en nuestra ponencia La esttica del Net Art. (2009). La discusin sobre este asunto sera objeto, quiz, de otro libro y/o espacio. Demos, entonces, por aceptado, por ahora, que todos los robots, que todas las

    mquinas son iguales, aunque no sea exactamente as.