exposición miedo en los grandes lagos
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de José Cendón
José CendónMiedo en Grandes Lagos
19 de noviembre 2009 03 de enero 2010
IVAM Institut Valencià d’Art Modern
2Miedo en Grandes Lagos/
Presidente
José M. Tomás y Tío, Magistrado
Vicepresidenta
Ana Isabel Móner Romero, Abogada AVACU
Secretario
Miguel Falomir Sorio, Fiscal del T.S.J
Patronos
Juan Añón Calvete, Abogado
Alejandro Mollá Descals, Catedrático Marketing (UV)
Pedro Nácher Coloma, Abogado
Ismael Quintanilla Pardo, Profesor Titular Psicología Social (UV)
Santiago Rincón Velázquez, Médico Forense
José Miguel Guillén Soria, Abogado, Secretario Judicial excedente
Adolfo Suárez González, Ex Presidente del Gobierno
Manuel Ferrer Beltrán, Consultor - coach
Aurelio Martínez Esteve, Catedrático Economía Aplicada (UV)
Luis Miguel Romero Villafranca, Abogado
Ricardo Díaz Sánchez, Consultor Deloitte
Alejandro Mañes Martínez, Economista
Jorge Cardona Llorens, Catedrático Dº Internacional Público (UV)
Lucía Iborra Broseta, Empresaria
Director - gerente
José Raúl Celda Montalt
La Fundación por la Justicia (FxJ) es una organización sin ánimo de lucro,
independiente y aconfesional, que trabaja por la promoción y defensa
de los Derechos Humanos tanto en España como en los países más
desfavorecidos de Asia, África y América Latina.
Se constituyó en 1994, después de una prolongada reflexión de utópicos
aventureros de la ilusión, y partió de la certeza de que es posible,
políticamente rentable, socialmente exigible y éticamente imprescindible
apostar por una Justicia diferente, comprometida, accesible y cercana.
En el patronato de la Fundación se integraron observadores desde todos
los balcones de la Justicia; Magistrados, Fiscales, Secretarios Judiciales,
Abogados, Procuradores, Médicos Forenses, Profesores Universitarios
de variadas disciplinas, empresarios y representantes de Asociaciones de
Consumidores y Usuarios, desvinculados de cualquier opción política o
asociativa.
Patronato de Fundación por la Justicia
Organiza y Patrocina
Exposición
Comisario: Raúl Celda Montalt
Coordinación: Josep Vicent Monzó
3 / Miedo en Grandes Lagos
Consejo Rector del IVAM
Presidente de Honor
Francisco Camps Ortiz
Molt Honorable President de la Generalitat
Presidenta
Trinidad Miró Mira
Consellera de Cultura y Deporte de la
Generalitat
Vicepresidenta
Consuelo Císcar Casabán
Directora Gerente del IVAM
Secretario
Carlos Alberto Precioso Estiguín
Vocales
Ricardo Bellveser
Francisco Calvo Serraller
Felipe Garín Llombart
Ángel Kalenberg
Tomàs Llorens Serra
Luis Lobón Martín
José Mª Lozano Velasco
Rafael Jorge Miró Pascual
Paz Olmos Peris
Directores honorarios
Tomàs Llorens Serra
Carmen Alborch Bataller
J. F. Yvars
Juan Manuel Bonet
Kosme de Barañano
Patrocinadores del IVAM
Patrocinador Principal
Bancaja
Patrocinadores
Guillermo Caballero de Luján
La Imprenta Comunicación Gráfica S.L.
Telefónica
Instituto Valenciano de Finanzas IVF
Ediciones Cybermonde S.L.
Grupo Fomento Urbano
Pamesa Cerámica, S.L.
Medi Valencia, S.L. - Casas de San José, S.L.
Ausbanc Empresas
Keraben, S.A.
Iniciativas Inmobiliarias Ferrobús, S.A.
LaGráfica, integral de servicios gráficos, S.L.
IVAM Institut Valencià d’Art Modern
Dirección
Consuelo Císcar Casabán
Área Técnico-Artística
Raquel Gutiérrez
Comunicación y Desarrollo
Encarna Jiménez
Gestión interna
Joan Bria
Económico-Administrativo
Juan Carlos Lledó
Publicaciones
Francisca Aleixandre
Acción Exterior
Raquel Gutiérrez
Montaje Exterior
Jorge García
Registro
Cristina Mulinas
Restauración
Maite Martínez
Conservación
Marta Arroyo
Irene Bonilla
Maita Cañamás
J. Ramon Escrivà
Mª Jesús Folch
Teresa Millet
Josep Vicent Monzó
Josep Salvador
Departamento de Publicaciones
Manuel Granell
Biblioteca
Mª Victoria Goberna
Fotografía
Juan García Rosell
Montaje
Yolanda Montañés
Está rigurosamente prohibido, bajo las sanciones establecidas por la ley, reproducir, registrar o
transmitir esta publicación, íntegra o parcialmente, por cualquier sistema de recuperación y por
cualquier medio, sea mecánico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier
otro tipo de soporte, sin la autorización expresa del IVAM Institut Valencià d’Art Modern y de los
titulares del copyright.
Catálogo: Diseñado por Intachable
© IVAM Institut Valencià d’Art Modern
© de los textos sus autores
© de las imágenes José Cendón
4Miedo en Grandes Lagos/
ALEGATOS DE VIDA
(…) Yo doy todos mis versos por un hombre en paz/ Aquí tenéis, en carne y hueso, mi última voluntad (…) dejó escrito Blas de Otero en uno de sus rotundos poemas recogidos en Pido la paz y la palabra. Así se dirigía el poeta de lo social A la inmensa minoría tal como dio título a este poema.
Esa inmensa y desangelada minoría queda retratada ‘à tombeau ouvert’ en la impresionante obra del fotógrafo José Cendón donde se refleja la ausencia de los principios y valores universales de la Declaración de los Derechos Humanos que recientemente cumplió sesenta años.
Sus instantáneas, tal y como se visualizan en esta exposición, captan el dolor de la humanidad y recogen un buen número de abusos contra los derechos de la ‘familia humana’ de ahí que esta propuesta se lleve a cabo para preservar una convivencia fraternal e intercultural.
Esta exposición, en colaboración con la Fundación por la Justicia, proclama la necesidad de crear escenarios de paz donde el protagonismo de las artes sirva de plataforma para favorecer la prevención de conflictos políticos, económicos y sociales, al tiempo que favorezca el entendimiento mutuo, la tolerancia y el diálogo a través de un activo intercambio de visiones y aspiraciones comunes, poniendo en marcha una cultura integradora.
Los derechos humanos comienzan por el ‘deber humano’ de implicarse plenamente e intentar resolver estos graves problemas sin la necesidad de esperar a que la solución llegue de quienes en buena medida son los instigadores.
José Cendón, jugándose la vida, decidió estar presente en aquellos lugares donde se comete una injusticia para denunciarla e intentar imponer una conciencia civil comprometida. Su obra es un alegato de vida, ya que a pesar de volcarse en el sufrimiento, sus instantáneas pueden valorarse como una apología de la supervivencia o un canto a la vida del ser humano. La fotografía, sin duda, es un medio artístico que tiene esa capacidad de paralizar la realidad y capturar el aliento de un ser vivo o arrancar un momento y transferirlo a una esencia distinta de continuidad.
Sin duda, las fotografías de este artista contiene una declaración de intenciones sociales que reclama a los gobiernos y a la sociedad civil la exigencia de cumplir y la ‘manifestación de paz, justicia y libertad’ que destila la Declaración de los Derechos Humanos.
Consuelo Císcar CasabánDirectora del IVAM
5 / Miedo en Grandes Lagos
RECONOCIENDO SUS DERECHOS
“El hombre no tiene enemigo peor que él mismo” Marco Tulio Cicerón.
África es un continente extenso y hermoso, rico en recursos naturales pero pobre, antes colonizado y hoy olvidado. Sus países presentan rentas per cápita bajas, altas prevalencias de enfermedades transmisibles, crisis alimentarias graves y bajas esperanzas de vida.
Cuando la mortalidad de sus gentes es en su mayor parte resultado de enfermedades infecciosas y malnutrición, parece lógico que las enfermedades mentales reciban muy poca atención.
Un gran número de Estados africanos han sufrido y sufren guerras y conflictos sociales que perturban su vida social y comunitaria, provocando repercusiones negativas sobre la salud mental y el bienestar de las poblaciones afectadas. Ello, junto con la pandemia de VIH/SIDA, el aumento de la pobreza, los desastres naturales y otras formas de violencia, explotación, esclavitud y malestar social, son las principales causas de aparición de problemas psicosociales.
Los problemas relacionados con la salud mental rara vez tienen trascendencia política y la financiación de los servicios de salud mental suele ser bastante pequeña o inexistente en el conjunto de las prioridades sanitarias. En África más del 85% de estos enfermos no recibe ningún tratamiento y la mayoría de sus países no dispone de políticas que reconozcan la magnitud de los problemas de salud mental de sus poblaciones y que procuren identificar estrategias para afrontarlos.
Sin que exista conciencia pública sobre las enfermedades mentales, ni tampoco gobiernos serios y fondos para ayudar a los afectados, los enfermos mentales seguirán excluidos de la sociedad y privados de su dignidad y derechos y de las más elementales condiciones de vida.
A través de la exposición fotográfica “Miedo en Grandes Lagos”, se pretende crear esa conciencia pública, sensibilizar y educar a la sociedad. La comprensión de los trastornos mentales resulta imprescindible para erradicar el estigma y la discriminación, ya que hoy tanto en Europa como en África las personas que padecen enfermedades mentales se encuentran en demasiadas ocasiones abandonadas, encerradas e incluso encadenadas por sus propias familias.
Raúl CeldaComisarioDirector - gerente de Fundación por la Justicia
6Miedo en Grandes Lagos/
José Manuel Cendón ha decidido que sí, probablemente porque en la República Democrática del Congo, en Burundi y en Ruanda, los países cuyos psiquiátricos fotografió, los locos no son las víctimas de la falta de una sustancia que engrase sus circunvoluciones y recorridos cerebrales, sino los testigos –incluso los protagonistas- del horror exógeno. Los actores de un geográfico corazón de las tinieblas que se devora a sí mismo con la inestimable ayuda de otros corazones -en este caso tan blancos como el de Lady Macbeth- cuyas raíces están en otros continentes de cara rubicunda y diente amarillo. Continentes en los que ya no existen los manicomios y cada madre, en su casa, se hace cargo del hijo esquizofrénico.
Creo que a Cendón no le interesan los síntomas de la enfermedad, sino más bien las causas. El fotógrafo, con la intimidad robada de los centros psiquiátricos, activa una visión moral de la fotografía –la de Benjamin, la de Barthes, la de Sontag, la de Berger...- para mostrar al espectador que la guerra es la enfermedad endémica de amplias zonas de África. La importancia del tiempo como valor de representación no tiene nada que ver en estas fotos con la añoranza, la nostalgia, la melancolía, la angustia por la inexorabilidad de la muerte: no son las fotos que se hacían a los niños difuntos para retenerlos en la memoria, por siempre, dormiditos. El tiempo, en este trabajo, es un tiempo histórico: el testimonio del horror, una acción, la necesidad de descorrer el velo, de hacer visible y, con ese ejercicio de intrépida visibilización, intervenir, transformar. José Manuel Cendón no es un fotógrafo melancólico ni un fotógrafo de guerra ni uno de bodas, bautizos y comuniones: es el fotógrafo de las trastiendas, de los cuartos trasteros, de la cicatriz, el costurón y los nudos que afean el reverso del cañamazo donde se ha pretendido tejer un bordado fino de punto de cruz. Un tapete.
Todo lo dicho hasta aquí tiene que ver –supongo- con la opción fundacional de la fotografía de
LA TINIEBLA Y LA LUZ
¿Se puede contar o aprender algo de la realidad desde el retrato de
la locura?, ¿se puede formular preguntas o buscar respuestas a
través de la congelación de los momentos de una patología?
7 / Miedo en Grandes Lagos
Cendón, con la respuesta a la pregunta sobre por qué hacer fotos e incluso a la pregunta más específica sobre qué se quiere fotografiar. Sin embargo, el fotógrafo después ha de tomar otra serie de decisiones que atañe al lenguaje de la fotografía y a sus recursos expresivos: a esas figuras retóricas que, como decía de nuevo Barthes, no sólo sustentan o estilizan la imagen sino que construyen su significado. Este proyecto puede funcionar como una gran metáfora. Pero, además, Cendón utiliza la metonimia y nos muestra tobillos atados a la cama, muñecas esposadas de las que se nos hurta la posible visión estilizadora de unas manos verticales como palomas negras: Cendón no hace concesiones al imaginario establecido de la belleza ni la busca en lo sórdido; nos muestra bocas deformadas a través de un hueco, ojos que se salen de las órbitas, cabezas de las que sólo vemos la mitad superior... A veces el miembro, la metonimia, nos revela todo el cuerpo y vemos a un hombre esposado a una tubería o tendido sobre una cama. El fotógrafo rompe en sus imágenes la sintaxis convencional, del mismo modo que a veces capta la violencia del forcejeo, la manipulación de un cuerpo respecto a otro, los cepos y los instrumentos de inmovilización.
Cendón también utiliza el contraste: una masa convulsa se retuerce en el suelo, mientras una mujer, tiesa como una vara y con los brazos cruzados, la observa desde arriba. También funciona casi como una antítesis la radicalidad del color –el ocre amarillento de algunas paredes, el azulón de una puerta- frente al sfumato de figuras que se desenfocan, se descomponen en lo que tienen de orgánico y de carnal: la línea difuminada traza un recorrido que prolonga el movimiento y, a mí que me gusta la pintura, se me vienen a la cabeza los claroscuros de Caravaggio y la simultaneidad angustiosa de los escorzos de los hombres sentados de Bacon, de sus crucifixiones.
El fotógrafo usa la repetición no como un mecanismo minimalista que, por medio de la serialidad, se va alejando del tema, lo pierde, convertido en eco: aquí la repetición es un subrayado, una figura retórica de afirmación y adición, ni negación ni eufemismo. Los ojos desmesuradamente abiertos son la hipérbole por excelencia de esta serie de fotografías: unos ojos brillantes y desquiciados que, paradójicamente son opacos, porque no nos permiten asomarnos al interior; la perturbación, el miedo del espectador, surge de la sospecha de lo que los ojos esconden y, al mismo tiempo, gritan. Ojos que han visto cosas que no deberían verse jamás. Bajo los párpados, el significado recto de lo obsceno. La hipérbole, otras veces, animaliza al sujeto que se deja ver a través de la reja...
El fotógrafo pretende atrapar el olor de los centros psiquiátricos y lo va cercando, rodeando, a través de una acumulación de fotos sinestésicas que nos llega a la retina; al oído –se escuchan los gritos y los silencios-; a un tacto que es rugoso o cálido bajo una manta raída; al sabor de un bol de arroz; y desde luego también nos llega a la pituitaria, a la raíz del olfato. Y al centro del cerebro, inseparable de eso que llaman corazón. La tiniebla y la luz. Un hombre desnudo en una habitación desnuda. Frío. Subacuático. Anómalo. A veces el muro del manicomio, la manta, incluso la soga, conforman la pared de un útero salvaje y son amparo: amparo respecto a lo que queda de un memoria traumatizada y de una Historia traumática, de un futuro que quizá no sea más esperanzador; amparo respecto a un exterior amenazante y a un dentro, quemado y roto. Un paréntesis. Con su mirada, Cendón trasgrede la frase hecha. Démosle las gracias.
Marta Sanz
El olor de un hospital psiquiátrico es penetrante: se adhiere a la ropa, a la piel, e incluso se infiltra a través de los poros para adentrarse en los órganos más íntimos de una persona. Es una mezcla de heces y de miedo, de la que no es fácil desprenderse. Cuando este hedor proviene de un hospital psiquiátrico situado en la República Democrática de Congo, Burundi o Ruanda, se hace todavía más fuerte. La pestilencia en estos casos está mezclada con terribles sucesos -algunos de los más brutales de la historia moderna- y por ello se arraiga con más consistencia y firmeza. Es el tufo de los cinco millones de muertos que ha dejado la guerra en la República Democrática de Congo durante los últimos 11 años, el conflicto más mortífero del planeta tras la Segunda Guerra Mundial. El efluvio que desprenden los 800.000 tutsis asesinados, en su mayoría a machetazos, durante el genocidio ruandés en 1994, en aquellos tres meses de auténtica locura en los que se mataba a un ritmo de 333 personas por hora, una media incluso mayor que la que se produjo durante el holocausto judío. El hedor de las más de 300.000 personas asesinadas en Burundi desde 1993, año en que estalló una sangrienta guerra civil. Es el olor pestilente de la locura causada por la guerra.
La Región de los Grandes Lagos está marcada por una historia de conflictos étnicos, atizados en gran medida por la herencia colonial y la riqueza natural que posee un país situado en el corazón de
África: la República Democrática de Congo. Empresas occidentales en su mayoría, y países como la Ruanda de Paul Kagame, se abastecen ilegalmente de todo tipo de minerales como oro, diamantes, casiterita, coltán (fundamental para la fabricación de ordenadores y teléfonos móviles), etc, en el antiguo Zaire sin dejar beneficio alguno a sus habitantes. Por el contrario, esta práctica despiadada ha avivado un conflicto cuyos resultados son 38.000 personas muertas cada mes, convirtiendo el antiguo feudo de Mobutu Sese Seko en el país donde mueren más seres humanos por causas relacionadas con la guerra. A pesar de los sombríos récords que ostenta la Región de los Grandes Lagos, apenas existen estimaciones sobre el número de personas que pueden haberse visto afectadas mentalmente como consecuencia de estos conflictos, ni organizaciones que trabajen en este campo. Tan sólo una congregación católica belga, los “Hermanos de la Caridad”, se dedica a tratar regularmente a enfermos mentales en Ruanda, Burundi y la República Democrática de Congo. En sus hospitales se pueden encontrar antiguos soldados y rebeldes, y hombres, mujeres y niños víctimas de la guerra. Por ello elegí estos centros para llevar a cabo un trabajo fotográfico: como metáfora de la locura colectiva que ha asolado a esta región durante las últimas décadas, reflejada en los ojos de los pacientes. Y a pesar de haber tomado estas fotografías en 2006, a día de hoy todavía puedo oler el olor infecto, fétido, irrespirable.
José Cendón
MIEDO EN GRANDES LAGOS
Todas las copias han sido impresas con tintas pigmentadas sobre papel de algodón
Hahnemuehle Photo Rag Pearl.
Autenticadas con el certificado de Hahnemuehle y Digigraphie de Epson.
18 copias en A0 (841 x 1189 mm) y 30 en A1 (594 x 841 mm).
Las copias no llevan título y son del año 2006.
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Curriculum VitaeJosé Cendón (Nacido en 1974, Español)
2002-2004: Freelance (redactor y fotógrafo) en Colombia, Venezuela, Israel y Palestina, colaborando principalmente con la Agencia Cover y otros medios españoles.
2004-2005: Fotógrafo freelance para AP primero, y AFP posteriormente, en Darfur.
2005-2007: Fotógrafo freelance para AFP cubriendo la region Africana de los Grandes Lagos (Ruanda, RDCongo, Burundi y Uganda) y basado en Ruanda.
2007- : Fotógrafo freelance para AFP y otros medios internacionales cubriendo principalmente Africa del Este.
ESTUDIOS
1992-1996: CC Económicas en Santiago de Compostela.1996-2000: Periodismo en Antonio de Nebrija y la Univ. Carlos III de Madrid.1997-1998: Cursos de cine y video en Madrid.
PREMIOS Y NOMINACIONES
2004: Nominado para “World Press Photo Masterclass”.
2007: World Press Photo, Temas Contemporáneos: 1er premio.Pictures of the Year, Issue Reporting Story: 1er premio.Mención de Honor en el premio Leica Oskar Barnack.Seleccionado para la publicación American Photography.
PUBLICACIONES MÁS IMPORTANTES
Le Monde, Le Figaro, The Sunday Times, The Sunday Telegraph, The Atlantic, The Guardian, Time magazine, Newsweek, New York Times, Washington Post, Leica Magazine, etc
EXPOSICIONES
Exposiciones individuales y colectivas en diversos países como Polonia, Francia, Turquía, EE.UU., etc.
IDIOMASEspañol: lengua madreInglés: nivel altoFrancés: nivel medio
CONTACTO
Tfnos: +251 (0) 912129205 / +34 659200725 Email: [email protected]
José CendónMiedo en Grandes Lagos