Evangelio y Rosario

El Evangelio es la Buena Nueva ofrecida por Cristo a la humani-

dad; es el Mensaje Salvador propuesto por Cristo Jesús a los hombres.Se encuentra expuesto en cuatro peque-ños libros de las Sagradas Escrituras (Nuevo Testamento), bajo las nomina-ciones “Evangelio de Mateo, de Mar-cos, de Lucas y de Juan”.Son cuatro narraciones que cuentan cómo en Jesucristo se han cumplido las promesas hachas por el Padre Dios al hombre con vistas a librarlo de las ataduras del Maligno y reabrirle las puertas del cielo, cerradas a causa de la desobediencia de la primera pareja.Las cuatro narraciones difieren en el recuento y presentación de algunos he-chos; pero las cuatro enfocan y descri-ben el mismo personaje (Jesucristo), y

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concuerdan en lo sustancial del mensa-je, a saber:Que Jesucristo es el Mesías prometido una y otra vez a los patriarcas y profe-tas en la antigüedad. Que es el Verbo o Palabra del Padre coexistente con Éste desde el principio de los siglos. Que ahora en tiempos del Rey Herodes ha tomado la naturaleza humana a través de María, la Virgen Nazarena, dando así origen a la persona de Jesucristo, Dios y hombre a la vez. Que como tal ha vivido por algunos años en la tierra compartiendo con los hombres, ense-ñándoles y mostrándoles cuál debe ser su comportamiento y vivir. Que todo esto lo ha confirmado con la prueba máxima del amor: el sacrificio de su propia vida y su posterior resurrección de entre los muertos.El Rosario, a su vez, forjado a través de los siglos trece a dieciséis, fundamen-

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talmente busca presentar y enseñar el mismo contenido del Evangelio, pero ahora de manera mucho más sucinta y sencilla.Ahora el anuncio del cumplimiento de las promesas y la exposición de la Obra Salvadora se hace mediante breves enun-ciados tomados de las cuatro narraciones o Evangelios, más cuatro hechos de los otros libros Sagrados, pero cortados los unos y los otros de tal manera que pue-dan memorizarse fácilmente, y por tanto ser traídos a recuento y consideración en cualquier momento y circunstancia, aun por los niños y los enfermos.A la recitación y consideración de cada uno de tales pasajes se añade ahora un Padrenuestro, diez Avemarías y el glo-ria o doxología breve, en actitud de cla-mor al cielo, en busca de que la men-te y el corazón de las gentes se abran y asimilen el contenido del Anuncio

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Evangélico, como lo hiciera la Virgen María tras el requerimiento del Padre Dios allá en Nazaret.En un principio fueron propuestos cien-to cincuenta pasajes, como resonancia de los ciento cincuenta salmos de la Es-critura, pero al poco tiempo fueron re-ducidos a sólo quince, a fin de facilitar más y más su aprendizaje y expansión.Los cinco pasajes iniciales (Misterios Gozosos) hacen énfasis en la Encarna-ción del Verbo en las entrañas de María, junto con el nacimiento y primeros años de Jesús entre los hombres. Los cinco siguientes (Misterios Dolorosos) evo-can su martirio y sacrificio en la cruz; en tanto que los otros cinco (Misterios Gloriosos) invitan a la consideración de la victoria obtenida por Cristo sobre el pecado, y los magníficos frutos que nos ha conseguido, gracias a su muerte y resurrección.

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A los anteriores pasajes, recientemen-te han sido reincorporados cinco más (Misterios Luminosos), que enfocan la vida apostólica de Jesús, sin duda al-guna fundamental en el plan de la obra salvadora y en el desarrollo de la Igle-sia.Ahora, para que la riqueza encarnada en lo uno o en lo otro llegue a ser pro-vechosa, nadie se quede en la lectura larga o en los enunciados sencillos; ni tampoco en la observación de las imá-genes que aquí se ofrecen. Lo grande, bello y provechoso está en adentrarse respetuoso en la sabiduría del Padre Dios y de su Hijo Jesucristo para ado-rarlos, y agradecerles su generosidad y comprensión con la criatura humana, y luego hacer vida personal el mensaje de cada una de sus enseñanzas.Obsérvese en las páginas siguientes el enunciado corriente de tales principios

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o misterios, en su orden lógico, y de inmediato se verá que en hecho de ver-dad EL ROSARIO ES UNA SÍNTESIS DEL EVANGELIO, una visión senci-lla, precisa y clara de la Buena Nueva, propuesta por Cristo Jesús a la huma-nidad.En el presente folleto, tras el enunciado habitual del “misterio”, se transcribe el texto bíblico de manera más amplia, y también algunos pensamientos, lo uno y lo otro tendiente a una reflexión más o menos amplia (según las circunstan-cias lo permitan), sin alejarse de la idea fundamental. Las estampas, con excepción de cua-tro, son traslados de la obra pictórica de Fray Angélico, santo dominico de la primera mitad del siglo quince.

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La anunciación y Encarnación

dEL Hijo dE dios

PrimEr mistErio Gozoso

“En el sexto mes el ángel Gabriel fue enviado de parte de Dios, a una ciudad de Galilea, lla-mada Nazareth, a una Virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David. El nombre de la Virgen era María. Y entran-do el ángel a donde ella estaba, la saludó: Sal-ve, altamente dotada de gracia. El Señor está contigo... Mira: Concebirás en tu seno y da-rás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo... Dijo entonces María: He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”. (Lc. 1,26-28,31.32-38).

a. El Padre Dios cumple la promesa hecha a los primeros padres, y ratificada muchas veces al pueblo escogido, enviándoles el Salvador.

b. Si bien posiblemente María no alcanza a comprender todo el contenido del reque-rimiento, sin embargo se pone enteramen-te en manos de Dios mediante el “hágase según su palabra”.

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sEGundo mistErio Gozoso

La Visita dE maría santísima

a su Prima isabEL

“Por aquellos días, María se puso en camino y se fue con presteza a una ciudad de la región montañosa de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel”. “Y apenas oyó ésta el salu-do de María, el niño saltó de gozo en el seno de Isabel, la cual quedó llena de Espíritu San-to y exclamó a voz en grito: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! Y de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a visitarme”? (Lc. 1, 39-45)

a. El Verbo de Dios apenas asumida la na-turaleza humana impulsa a María a llevar alegría y asistencia a quien lo necesita.

b. Isabel junto con el niño que lleva en su seno se alegran sobremanera, y las dos mujeres prorrumpen en acción de gracias al Creador por las bendiciones de que han sido objeto, y por ellas la humanidad.

c. Bienaventuranza mayor: creer en la pala-bra de Dios.

d. María modelo de Apóstol o evangeliza-dor.

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tErcEr mistErio Gozoso

EL nacimiEnto dEL niño dios

PobrE y HumiLdE EntrE unas Pajas

“Sucedió, que por aquellos días salió un decre-to de César Augusto para que se empadronase todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar mientras Quirino era gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a su pro-pia ciudad. También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde Galilea de la ciudad de Nazareth, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, para empadronarse con María su esposa, que estaba en cinta. Y mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del alumbramiento. Y dio a luz a su Hijo pri-mogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre”. (Lc. 2, 1-7)

a. El Verbo de Dios encarnado en María, tras una gestación similar a la del común de los hombres, nace a la vida terrena.

b. Nace en pobreza y debilidad para indicar que la fuerza y valía de la obra salvadora, del reinado que viene a iniciar, no estriba en las riquezas materiales ni en las estruc-turas humanas.

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cuarto mistErio Gozoso

La PrEsEntación dEL niño dios

En EL tEmPLo

“Cuando se cumplieron los días de la puri-ficación según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén, para presentarlo al Señor, conforme a lo que está escrito en la ley del Señor: Todo varón primogénito será consa-grado al Señor; y para ofrecer en sacrificio, como lo dice también la ley del Señor: Un par de tórtolas o dos pichones”. (Lc. 2, 22-24)

a. Jesús por medio de sus padres terrenos y del anciano Simeón refrenda la entrega que en cuanto Dios hiciera desde el prin-cipio de los siglos, “he aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad”.

b. El hecho de la presentación también per-mite a María ratificar su disponibilidad de hacer la voluntad del Padre Dios, pese al anuncio de que una espada traspasará su corazón.

c. Jesús en todo instante vive su etapa terrena en referencia total al Padre Dios.

d. Lecciones contenidas en la bella Oración del anciano Simeón, el “Nunc Dimitis”.

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Quinto mistErio Gozoso

La PErdida dEL niño dios y suHaLLazGo En EL tEmPLo HabLando

con Los doctorEs dE La LEy

“Cuando tuvo doce años, los padre de Jesús subieron con este a la fiesta, como de costum-bre, y al volverse pasados los días, el niño se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los pa-rientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.

Y sucedió que, al cabo de tres días le encon-traron en el Templo sentado en medio de los maestros escuchándoles y preguntándoles”. (Lc. 2, 42-46)

a. Jesús Niño, se pierde por algunas horas a la mirada de los padres terrenos, para ocuparse en las cosas pertinentes al Padre Dios.

b. Se desentiende de las inquietudes familia-res e inmediatas para entregarse a las to-cantes con el Dios Creador y la humanidad entera.

c. La respuesta de Jesús a José y María deja entrever cuál es su verdadero Padre.

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EL bautismo dE jEsús

En EL río jordán

PrimEr mistErio Luminoso

“Entonces aparece Jesús, que viene de

“Entonces aparece Jesús, que viene de Ga-lilea al Jordán para ser bautizado por Juan. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, y tú vienes a mí? Jesús le respondió: Déja-me ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia. Entones le dejó.Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vió al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: Este es mi Hijo Amado, en quien me complazco”. (Mt. 3, 13-17).

a. Jesús en actitud humilde y discreta acude ante Juan a pedir el bautismo, y el cielo lo señala ante Juan y la multitud como el Hijo amado del Padre.

b. La escena del Bautismo de Jesús permite entrever el misterio de la Santísima Trini-dad, esto es, que en Dios hay tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

c. El bautismo de Jesús es así mismo prelu-dio y signo de la maravilla que se realiza en el bautismo de los cristianos.

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La auto rEVELación dE jEsús

En Las bodas dE caná

sEGundo mistErio Luminoso

“Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Je-sús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos, y, como faltara vino, la madre le dice a Jesús: no tienen vino. Jesús le res-ponde: Qué tengo yo contigo, mujer? Toda-vía no ha llegado mi hora. Dice su madre a los sirvientes: Haced lo que él os diga... Les dice Jesús: Llenad las tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Sacadla ahora, les dice, y llevadla al maestresala. Ellos la llevaron. Cuando el maestresala probó el agua conver-tida en vino, como ignoraba de dónde era... llama al novio y le dice: todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tu has guardado el vino bueno hasta ahora”... (Jn. 2, 1-11)

a. Jesús haciéndose presente y partícipe en una boda, está aprobando el matrimonio y mostrando su cercanía al pueblo en sus momentos decisivos.

b. Con lo anterior demuestra así mismo su absoluto dominio sobre los elementos de la creación.

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jEsús anuncia La cErcanía

dEL rEino dE dios

tErcEr mistErio Luminoso

“Cuando Jesús oyó que Juan había sido encar-celado, se retiró a Galilea. Y dejando Nazaret, vino a residir en Cafarnaún junto al mar, en el término de Zabulón y Neftalí; para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías: El pueblo que andaba en tinieblas ha visto una gran luz. Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: Convertíos, porque el Reino de los cielos ha llegado”. (Mt. 4, 12-17).

a. El arrepentimiento de los pecados condi-ción exigida por Jesús para poder pertene-cer al Reino de Dios.

b. Cuanto más se aleje el hombre del pecado tanto más sentirá la cercanía de Dios y su Reino.

c. La cercanía del Reino de Dios no es mate-rial, ni geográfica, ni cronológica; es mo-ral y espiritual.

d. Jesús comienza su predicación en Galilea, aprovechando que es zona cosmopolita y cruce de pueblos y culturas.

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La transfiGuración dE

cristo jEsús En EL montE tabor

cuarto mistErio Luminoso

“Seis días después, toma Jesús consigo a Pe-dro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos... En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él. To-mando Pedro la palabra, dijo a Jesús: Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: Este es mi Hijo Amado, en quien me com-plazco; escuchadle”. (Mt. 17, 1-6)

a. La presencia de Moisés y Elías departiendo con Jesús indica que las Leyes reveladas al primero y los acontecimientos previstos por el segundo se están cumpliendo.

b. El bello y grato resplandor que invade al Maestro y del cual participan los interlo-cutores y también los Apóstoles les deja entrever algo de la naturaleza de Jesús y del nuevo Reino.

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La institución dE La

saGrada Eucaristía

Quinto mistErio Luminoso

“Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo par-tió y se lo dio diciendo: este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en re-cuerdo mío. De igual modo, después de cenar tomó la copa, diciendo: Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es entregada por vosotros”. (Lc. 22, 19-20)

a. Jesucristo sustituye el cordero de la Pas-cua Judía por un poco de pan y de vino que transustancia en su cuerpo y sangre.

b. La Pascua Judía era a la vez adoración y acción de gracias al Creador, y recordación vital de los pactos hechos entre Yahvé y su pueblo; eso mismo es hoy la Eucaristía.

c. Jesús ha asegurado a sus Apóstoles que tiene que regresar al Padre, pero que no los dejará solos: y éste es uno de los objetivos de la frecuente celebración Eucarística.

d. Consecuente con las ideas anteriores, en un acto de infinito amor y generosidad, Jesús cualifica y manda a sus Apóstoles repetir por los siglos esta nueva y sublime Pascua.

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La oración y aGonía dE jEsús

En EL HuErto

PrimEr mistErio doLoroso

“Entonces va Jesús con sus discípulos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los dis-cípulos: sentaos aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dice: mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo; y adelantándose un poco cayó rostro en tierra, y suplicaba así: Padre mío, si es posible, que pase de mi esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú”. (Mt. 26, 36-39).

a. Sabiendo Jesús el doloroso y sangriento sacrificio que le espera, tras la Cena Pas-cual e institución de la Eucaristía, acude a la Oración.

b. Como es su costumbre, se retira a un lugar solitario y allí, visiblemente conmovido, manifiesta a Dios Padre que si es posible lo libre del sacrificio que se le aproxima-ba, pero que está dispuesto a hacer su vo-luntad.

c. La Oración es la respiración en la vida del alma. La fuerza del débil.

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La fLaGELación dE

cristo nuEstro sEñor

atado a una coLumna

sEGundo mistErio doLoroso

“Pilato les dice: Y qué voy a hacer con el que llamáis el Rey de los Judíos? La gente volvió a gritar: Crucifícale! Pilato les dice: Pero qué mal ha hecho? Pero ellos gritaron con más fuerza: Crucifícale: Pilato, entonces, querien-do complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado”. (Mc. 15. 12-15).

a. Jesús, el inocente por excelencia, se some-te a las peores injusticias y atropellos para ejemplo de quienes sufren injustamente y luchan por nobles ideales.

b. Con sus penas y sacrificios, Jesús mues-tra la infinita paciencia y dignidad con las cuales se deben afrontar los sacrificios y las penas.

c. El sufrimiento, de cualquier índole que sea, se torna valioso y salvador asociado al sacrificio de Cristo.

d. La pasión de Cristo se prolonga hoy en la pasión de las criaturas.

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La coronación dE EsPinas

dE nuEstro sEñor jEsucristo

tErcEr mistErio doLoroso

“Los soldados lo condujeron entonces dentro del Palacio, es decir, al Pretorio y convocan toda la cohorte. Lo visten de púrpura y le ci-ñen una corona de espinas que habían entre-tejido; y comenzaron a saludarle: “¡Salve, rey de los judíos”, al mismo tiempo que le gol-peaban la cabeza con una caña; le escupían y doblando las rodillas, le hacían reverencias. Cuando acabaron de burlarse de El, le quita-ron la púrpura y le pusieron sus propios vesti-dos. (Mc. 15. 16-20)

a. El hombre terreno en su afán de goce, poder y gloria se desvive por las coronas y cetros preciosos; Jesús en su deseo de vida y glo-ria eterna para la humanidad, invita al des-prendimiento, la paciencia, el sacrificio.

b. La cabeza, fragua de ideas y proyectos, es necesario someterla a disciplina y proyec-tos sublimes, pues con frecuencia tiende a quedarse en lo mezquino e inmediato.

c. Cristo, soportando paciente y sereno la co-rona de espinas y los escarnios, indica a los discípulos cuál debe ser su actitud en los trabajos por el Reino de Dios.

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jEsús carGando con La cruz

camino dEL caLVario

cuarto mistErio doLoroso

“Cuando lo conducían, echaron mano de un tal Simón de Cirene que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz, para que la llevara detrás de Jesús”. “Una gran muchedumbre de pueblo lo seguía, y también mujeres, las cuales iban llorando y lamentándose por El. Vuelto Jesús hacia ellas, les dice: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por Mi; llorad, más bien, por vosotras y por vuestros hijos”. ( Lc. 23, 26-28)

a. Jesús, tras la noche de atropellos y escar-nios, ahora acepta generoso cargar sobre sus hombros la cruz en la cual será inmo-lado.

b. Jesús quiere abundar más y más en la Obra Redentora y dar ejemplo de cómo llevar los deberes de la propia vocación, la cruz propuesta a cada hombre en su paso por el mundo.

c. Líbrenos Dios de gloriarnos si no es la cruz de Nuestro Señor Jesucristo, esto es en la lucha por los grandes ideales.

d. Personas que intervienen durante el cami-no de Jesús hacia el Calvario y sus leccio-nes de humanidad.

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La crucifixión dE

muEstro sEñor jEsucristo

Quinto mistErio doLoroso

“Cuando llegaron al lugar llamado “Calva-rio”, lo crucificaron allí a Él y a los malhe-chores: Uno a la derecha y el otro a la izquier-da. Jesús decía: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”... “Era ya alrededor de la hora sexta, cuando quedó en tinieblas toda aquella tierra hasta la hora nona. El velo del templo se rasgó por medio. Entonces Jesús exclamando con voz potente dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y dicho esto, expiró”. (Lc. 23, 33-34, 44-46)

a. Jesús en su amor a los hombres va hasta la prueba máxima, entregarse en sacrificio por ellos.

b. Más: antes de expirar clama una vez más a Dios Padre el perdón para la humanidad y destaca ante los suyos la presencia de Ma-ría su Madre.

c. Cristo con su muerte y resurrección ha cancelado las consecuencias del pecado y quebrantado el poder del Maligno.

d. Cristo muere para dar al hombre la posibi-lidad de no morir para siempre.

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La rEsurrEcción dE jEsucristo

nuEstro sEñor

PrimEr mistErio GLorioso

“Pasado el sábado, cuando despuntaba el alba del primer día de la semana, María Magdale-na y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto se produjo un gran terremoto; porque un ángel del Señor bajó del cielo, se acercó, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella. Los centinelas temblaron de miedo ante él y quedaron como muertos. Pero el ángel, di-rigiéndose a las mujeres, les dijo: “Vosotras no tengáis miedo; pues bien sé que buscáis a Jesús, el Crucificado: No está aquí, porque ha resucitado, como lo había dicho”. (Mt. 28, 1-6)

a. La resurrección de Jesucristo subraya y re-afirma su poder sobre el pecado y sobre las consecuencias de éste: el dolor, la muerte y el aniquilamiento del cuerpo.

b. La resurrección de Jesucristo es así mismo el soporte de la fe del creyente sobre cómo también él puede vencer el pecado, y resu-citar a una vida eterna y gloriosa.

c. La resurrección de Jesucristo es el hecho cumbre de su Obra Redentora.

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La ascEnsión dEnuEstro sEñor jEsucristo aL ciELo

sEGundo mistErio GLorioso

“Los reunidos le preguntaron: “Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Is-rael?”. El les dijo: “No os corresponde a vo-sotros saber los tiempos o momentos que el Padre ha fijado por su propia autoridad, sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que sobre vosotros vendrá, y seréis testigos míos en Jerusalén y en toda la Judea y Samaria y hasta los confines de la tierra”. “Y dicho esto, a la vista de ellos fue elevado, y una nube lo ocultó a sus ojos...” (Hch. 1, 6-9).

a. Cristo Jesús tras confirmar una y otra vez su resurrección, a la vista de los discípulos sube al cielo para recibir la corona mereci-da por la obra realizada en pro de la huma-nidad.

b. La ascensión de Cristo al cielo es también signo y preludio del premio a sus seguido-res, si al paso por la tierra se han esforzado en realizar la misión encomendada a cada quien.

c. La ascensión de Cristo es el señuelo y eje de las esperanzas de vida gloriosa y eterna para los cristianos.

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La VEnida dEL EsPíritu santo

sobrE Los aPóstoLEs

tErcEr mistErio GLorioso

“Y al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar, cuando de repen-te vino del cielo un estruendo como de viento que irrumpe impetuoso, el cual llenó toda la casa donde estaban. Y vieron sendas lenguas como de fuego que se posaron sobre cada uno de ellos: se sintieron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extrañas se-gún que el Espíritu Santo les concedía expre-sarse...” (Hch. 2, 1-4)

a. La promesa hecha por Jesús a los discípu-los de no dejarlos solos en la misión de ir por el mundo predicando el Evangelio se hace realidad.

b. Tras la Ascensión, el Consolador, el Pará-clito, el Espíritu de la verdad prometido se hace presente en medio de los discípulos, bajo cierta luz que los ilumina e inflama, haciéndolos capaces de cuanto Jesús les ha encomendado.

c. Efectos obrados por el Espíritu Santo so-bre los discípulos: les ilumina la mente, los anima a dar testimonio del Evangelio, los fortalece ante las dificultades.

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La asunción dE La VirGEn maría

En cuErPo y aLma aL ciELo

cuarto mistErio GLorioso

“Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Je-sucristo, el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas”. (Fil. 3, 20-21).

a. Privilegio grande y doble es el otorgado por Dios a la Virgen María, al no permitir que su cuerpo sufra la corrupción sino que, concluida la jornada terrena, sea transfor-mado desde ya en cuerpo glorioso.

b. Fundamento del hecho de la Asunción: los méritos de Jesucristo y la íntima colabora-ción de María con Él desde el instante de la encarnación.

c. La disponibilidad total de María al llama-do de Dios Padre a colaborar en la Obra de su Hijo, valiosa acreditación para el pre-mio que ahora le es otorgado.

d. En todos los acontecimientos decisivos de la Obra Salvadora siempre aparece María junto a Jesús y a sus Apóstoles.

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La ProcLamación dE La VirGEn maríacomo rEina dE todo Lo crEado

Quinto mistErio GLorioso

“No sabéis que los Santos han de juzgar al mundo? Y si vosotros vais a juzgar al mundo, no sois acaso dignos de juzgar esas naderías?. No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles?. Y cómo no las cosas de esta vida!. “ (I Cor 6, 2-3).

a. La Iglesia, mediante el culto mariano no hace sino ratificar y actualizar el saludo del ángel y también el de Isabel, allá en los días de la encarnación.

b. Desde la encarnación el género humano está invitado al Reino celestial, entonces inaugurado, y a ser agradecido con María por su generosa colaboración con el Señor y Promotor de tan magnífico convite.

c. Si bien Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres, no es menos cierto que María es la mediadora entre los hom-bres y Cristo; díganlo si no su papel en las Bodas de Caná.

d. María es la Madre de los creyentes porque Cristo desde lo alto de la cruz nos la ha dado a través del Apóstol Juan: mujer; ahí tienes a tu hijo.

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Gloria y alabanza a Jesucristo,Sumo y Eterno Sacerdote,Y a la Virgen del Rosario,

por haberme hecho partícipe de laVida Apostólica Dominicanay del Sacerdocio Ministerial

de la Iglesia!

P. Luis F. Téllez G, O.P.Bodas de Oro Sacerdotales

1956 – Nbre. – 2006

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“Dios, autor de toda santidad,por tu gloria y salvación

de todos los hombres,constituiste a tu Hijo único,Sumo y Eterno Sacerdote:

Concede a quienes él eligió comoMinistros y dispensadores de susMisterios la gracia de ser fieles

En el ministerio recibido.”