Evaluación de La Psicopatía Infantojuvenil- Estudio en Una Muestra de Niños Institucionalizados

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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=315031849003 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Romero, Estrella; Luengo, María Ángeles; Gómez-Fraguela, Jose Antonio; Sobrela, Jorge; Villar, Paul Evaluación de la psicopatía infantojuvenil: estudio en una muestra de niños institucionalizados Anuario de Psicología Jurídica, vol. 15, enero-diciembre, 2005, pp. 23-40 Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid Madrid, España ¿Cómo citar? Número completo Más información del artículo Página de la revista Anuario de Psicología Jurídica, ISSN (Versión impresa): 1133-0740 [email protected] Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid España www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Psicopatía en niños y/o adolescentes. Estudio realizando en albergue

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    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Sistema de Informacin Cientfica

    Romero, Estrella; Luengo, Mara ngeles; Gmez-Fraguela, Jose Antonio; Sobrela, Jorge; Villar, Paul

    Evaluacin de la psicopata infantojuvenil: estudio en una muestra de nios institucionalizados

    Anuario de Psicologa Jurdica, vol. 15, enero-diciembre, 2005, pp. 23-40

    Colegio Oficial de Psiclogos de Madrid

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  • E VALUACIN DE LA PSICOPATA INFA N T O -JUVENIL: ESTUDIO EN UNA MUESTRA DENIOS INSTITUCIONALIZADOS

    ASSESSMENT OF CHILDHOOD PSYCHOPATHY:STUDY IN A SAMPLE OF INSTITUTIONALIZEDCHILDREN

    Estrella Romero1Mara ngeles Luengo1

    Jos Antonio Gmez-Fraguela1Jorge Sobral2Paula Villar1

    RESUMEN

    El concepto de psicopata aplicado a nios y adolescentes es un campo que, en los lti -mos aos, ha sido objeto de considerable atencin. Aunque se han hecho diferentes pro -puestas para conceptualizar y evaluar la psicopata infanto-juvenil, el APSD (Antisocial Pro-cess Screening Device) ha acaparado buena parte de la investigacin. Sin embargo, sue s t ructura y su validez todava no estn suficientemente clarificadas. Este estudio pro p o r -ciona nuevos datos sobre el funcionamiento de la escala en nuestro pas, part i c u l a rm e n t een una poblacin de alto riesgo para el desarrollo de problemas de conducta: nios insti -tucionalizados. Una muestra de 71 nios internos en centros de menores de Galicia fueevaluada a travs del APSD, y se aplicaron as mismo otros instrumentos que evalan com -petencia personal y social, conducta antisocial, ansiedad, empata e inteligencia general. Ap a rtir de estos datos se estudia la estructura factorial del APSD, por medio de mtodosc o n f i rmatorios y exploratorios, y se analizan las relaciones de sus componentes con las

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    Anuario de Psicologa Jurdica, Volumen 15, ao 2005. Pgs. 23-40. ISBN: 84-87566-33-7

    ESTUDIOS

    1 Departamento de Psicologa Clnica y Psicobiologa.2 Departamento de Psicologa Social y Bsica. Universidad de Santiago de Compostela.

    Fecha de Recepcin: 31-12-2005 Fecha de Aceptacin: 03-02-2006

  • otras variables medidas en este trabajo. Los resultados muestran una estructura de tre scomponentes que difiere a la encontrada en otro tipo de muestras; y, por otra parte, losanlisis correlacionales confirm a ron slo parcialmente las hiptesis derivadas de la investi -gacin previa. Los resultados se discuten atendiendo a las dificultades para evaluar el com -ponente de Dureza emocional en nios, y a la necesidad de atender a los aspectos inter -personales (Narcisismo) como indicadores posiblemente ms fiables de la psicopatainfanto-juvenil. En general, los resultados ponen de relieve la necesidad de profundizar enla conceptualizacin y la medida de la psicopata infanto-juvenil antes de proponer elAPSD como instrumento de medida en la toma de decisiones clnica o fore n s e .

    PALABRAS CLAVE: Psicopata, Trastornos de conducta, Nios, Centros de menores.

    ABSTRACT

    Psychopathy in children and adolescents has received considerable attention duringthe last years. Although several proposals have been made in order to define andassess childhood psychopathy, most studies have used the APSD (Antisocial Pro c e s sScreening Device). Nevertheless, neither the structure nor the validity of APSD has beenclarified enough. This study brings new data about the use of the scale in our country,particularly in a population under high risk of developing conduct problems: institutio -nalized children. The sample consisted of 71 children from Galician youth centres whowere rated in the APSD. Other instruments were also administered in order to measurepersonal and social competence, antisocial behaviour, anxiety, empathy and generalintelligence. APSD factor stru c t u re was analysed via confirm a t o ry and exploratorymethods, and the resulting components were correlated with the other measure staken in the study. Results showed a three-factor structure, which seems to be diffe -rent from the stru c t u re found in other samples, and correlation analyses confirm e donly partially the hypotheses derived from previous research. These results are discus -sed with respect to the difficulties in assessing callous/unemotional traits in children,and the need to pay attention to the interpersonal aspects (narcissism) as more relia -ble indicators of childhood psychopathy. All in all, our results underline the need toachieve a deeper understanding of childhood psychopathy before proposing the APSDas a common-use measure in clinical or forensic settings.

    KEY WORDS: Psychopathy, Conduct disorders, Children, Youth centers.

    Agradecimientos:

    Este estudio fue realizado gracias a la subvencin recibida de la Direccin General deInvestigacin para el desarrollo del proyecto Desarrollo de la conducta antisocial crni-ca y severa: Seguimiento e intervencin sobre problemas de conducta de inicio tempra-no (BSO2003-01340/PSCE), con parte de fondos FEDER.

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  • INTRODUCCIN

    El concepto de psicopata ha idoadquiriendo considerable relevancia a lolargo de las ltimas dcadas. A pesar delas dificultades conceptuales y metodo-lgicas que, histricamente, han carac-terizado a este campo de investigacin(vase Cooke, Forth y Hare, 1998), en laactualidad contamos con un ampliocuerpo de investigaciones que avala sutrascendencia en contextos clnicos yforenses. A partir de los planteamientosde Cleckley (1941) y, especialmente, ap a rtir de los desarrollos conceptuales ymetodolgicos de Robert Hare, la psico-pata se ha ido perfilando como unaconstelacin de rasgos de naturalezaafectiva, interpersonal y conductual alta-mente significativa en el estudio delcomportamiento antisocial adulto. En laactualidad, la literatura cientfica noso f rece abundantes datos que muestranla utilidad de este constructo para iden-tificar delincuentes con indicadore sseveros en su carrera criminal, incluyen-do altas tasas de delitos, alta probabili-dad de delitos violentos, agresin en elcontexto de las crceles, alta propensina la reincidencia y mala respuesta al tra-tamiento (e.g., Hobson, Shine y Roberts,2000; Salekin, Rogers y Sewell, 1996). Eld e s a rrollo del Psychopathy Checklist(PCL; Hare, 1991, 2003) ha supuesto unavance muy destacable en la investiga-cin sobre psicopata, pro p o rc i o n a n d oc i e rta unidad conceptual y metodolgi-ca en un mbito de estudio que, tradi-cionalmente, se ha desarrollado de unmodo fragmentario y asistemtico. Losesfuerzos por desarrollar el PCL han per-mitido una evaluacin fiable y vlida dela psicopata en adultos, y han permitido

    explorar detalladamente el constru c t o ;la psicopata aparece definida por unmnimo de dos dimensiones: una deellas aglutina las caractersticas persona-les usualmente sealadas por la tradi-cin y la prctica clnica (egocentrismo,falta de sinceridad, insensibilidad, faltade re m o rdimientos); la otra recoge losaspectos ms conductuales del concep-to, relacionados con un estilo de vidadesviado, inestable e impulsivo, y es unadimensin ms afn a lo que el DSMidentifica como trastorno antisocial dela personalidad. En aos recientes, estaestructura ha sido cuestionada (Cooke yMichie, 2001) y se ha sugerido que unarmazn de tres factores (interpersonal,afectivo, impulsivo) podra ser una mejorrepresentacin del concepto. No obstan-te, la estructura de la psicopata siguesiendo objeto de debate y, en la ltimaedicin de el PCL, Hare ha defendidopor un armazn de dos factores (el per-sonal y el impulsivo/conductual), peroahora desglosados en cuatro facetas:interpersonal, afectiva, estilo de vidaimpulsivo y conducta antisocial.

    Aunque la psicopata ha sido muyinvestigada, se sabe relativamente pocosobre sus antecedentes evolutivos y susposibles manifestaciones en etapas tem-pranas de la vida (vase Romero, 2001,para una revisin). El trmino psicopa-ta suele re s e rvarse para adultos, peroa lo largo de los aos algunas propues-tas han sugerido la posibilidad de unaidentificacin temprana de nios o ado-lescentes con caractersticas personalesy conductuales que evocan el conceptode psicopata. El propio Cleckley (1941)reconoca que el trastorno pro b a b l e-mente hunda sus races en la infancia

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  • y/o en la adolescencia. McCord yM c C o rd (1964), en sus estudios sobreindividuos antisociales, tambin subra-y a ron la necesidad de identificar la psi-copata en poblaciones jvenes, y esti-maron que un 14% de los jvenes delin-cuentes podran mostrar indicios de per-sonalidad psicoptica. Por su part e ,Quay (1964), en un intento por delimi-tar categoras de jvenes delincuentes,identific un subtipo InfrasocializadoAgresivo que, ms tarde, sera recono-cido por el DSM III. Bajo esta etiqueta seincluan caractersticas tales como difi-cultades para establecer vnculos afecti-vos, dificultades para empatizar, ego-centrismo, falta de re m o rdimientos yconducta agresiva y arriesgada. Aunquepocas veces se manifest explcitamente(Quay, 1987) este subtipo era un intentopor ampliar el concepto de psicopata yaplicarlo a poblaciones jvenes. Por lodems, muchos clnicos, investigadores yprofesionales del mundo psico-legal hansupuesto, durante dcadas, que los ras-gos psicopticos no aparecen sbita-mente despus de los 18 aos, sino quepodran expresarse en etapas ms tem-pranas del ciclo vital (Forth y Burke,1998).

    Esta lnea de trabajo parece habersereavivado durante los ltimos aos(Dolan, 2004; Salekin y Frick, 2005;Skeem y Petrila, 2004). Por una part e ,esta va se ha visto impulsada por el pro-pio trabajo con adultos. Las dificultadesque presenta el tratamiento de adultosantisociales crnicos, especialmentecuando tienen caractersticas psicopti-cas, ha conducido a la necesidad ded e s a rrollar herramientas que perm i t a nuna deteccin precoz de jvenes en ries-

    go, de forma que se pueda poner enprctica una intervencin a tiempo. Porotra parte, tambin los estudiosos de laconducta antisocial juvenil han mostra-do su inters por el concepto de psico-pata incipiente. Se ha podido consta-tar que una pequea pro p o rcin dedelincuentes es responsable de unaamplia pro p o rcin de delitos serios( F a rrington, 1983) y este grupo acabad e s a rrollando, con el tiempo, carre r a santisociales crnicas y severas. Las cate-goras diagnsticas psiquitricas (e.g., t r a s t o rno de conducta, trastorn ooposicionista desafiante) no han mos-trado mucha eficacia para identificar esepequeo grupo de delincuentes; el con-cepto de psicopata, sin embarg o ,podra mostrarse til para la identifica-cin y clasificacin de nios y jvenescon una alta probabilidad de desarrollarestilos de vida crnicamente antisocia-les.

    Como era de esperar, teniendo encuenta las connotaciones del conceptopsicopata y sus propias dificultadesconceptuales, el estudio de la psicopataen nios y adolescentes se desarro l l arodeado de debate y controversia (Petri-la y Skeem, 2003; Wi e n e r, 2002; Rutter,2005; Seagrave y Grisso, 2002). Una delas re s e rvas ms frecuentemente form u-ladas tiene que ver con la visin fata-lista que re c u b re al concepto de psico-pata. La aplicacin de este concepto ajvenes podra ser peligrosa, en efecto,en la medida en que se asuma la impo-sibilidad de intervencin, ya que lasderivaciones prcticas de este etiqueta-do podran tener un impacto negativomuy duradero en la vida del individuo.No obstante, los investigadores en este

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  • mbito han venido siendo muy claro sen su afirmacin de que la psicopatainfanto-juvenil no debe considerarseintratable (e.g., Salekin y Frick,2005). La investigacin bsica sobre eld e s a rrollo de la personalidad ha mostra-do que los rasgos son ms maleables enlas primeras etapas de la vida que en laadultez (Roberts y DelVecchio, 2000).Por otra parte, la investigacin ya hamostrado evidencia de las posibilidadesde cambio en jvenes con rasgos psico-pticos (e.g., Vitacco, Neumann,R o b e rtson y Durrant, 2002), y, cuandose encuesta a profesionales de la psico-loga infanto-juvenil, parece obtenerseun cierto optimismo en cuanto al trata-miento de estos jvenes (Salekin,Rogers y Machin, 2001). El conocimien-to de las caractersticas de los jvenesen riesgo de psicopata permitir des-a rrollar intervenciones ms eficaces,individualizadas y adaptadas a sus pecu-liaridades. Otro asunto debatido tieneque ver con la propia definicin delc o n s t ructo en individuos jvenes: toda-va debe clarificarse en qu medida lase x p resiones de la psicopata en nios yadolescentes han de ser equivalentes alos indicadores en adultos; en este sen-tido, la traslacin mimtica del con-cepto tal y como se entiende en adul-tos, con sus dimensiones y sus modosde medida, podra ser cuestionable(Petrila y Skeem, 2003).

    Lejos de ensombrecer el estudio de lapsicopata infanto-juvenil, estos debateshan contribuido a dinamizar, enriquecery refinar este campo de trabajo. Desde ladcada de los 90 se han venido art i c u-lando esquemas para caracterizar y eva-luar la psicopata en nios y adolescen-

    tes; estas corrientes han sido re v i s a d a sen un trabajo anterior (Romero, 2001).Por una parte, del PCL-R se ha derivadouna versin, de formato y contenidomuy semejante, destinada a la evalua-cin de jvenes: el PCL:YV (P s y c h o p a t h yChecklist: Youth Ve r s i n; Forth, Kosson yH a re, 1997), que ha permitido re p l i c a ren contextos forenses algunos patro n e sde resultados obtenidos con el PCL-R deadultos. Otras vas de trabajo han inten-tado ir aun ms all y aprehender la psi-copata en etapas previas a la adolescen-cia. Por ejemplo, algunos autores hanintentado localizar la psicopata infantilen el mapa de las categoras diagnsti-cas habituales: as, Lynam (1996) pro p o-ne que la combinacin entre el trastorn opor dficit de atencin con hiperactivi-dad (TDAH) y los problemas de conductad i s ruptiva (trastorno oposicionista des-afiante, trastorno de conducta) podraser el antecedente de la psicopata adul-ta. Aunque esta concepcin concuerd acon algunos datos que muestran un pro-nstico negativo en jvenes delincuentesque, adems, son hiperactivos (Loeber,Britnthaup y Green, 1990), esta catego-ra parece demasiado amplia comore p resentacin de la psicopata infanto-juvenil. Como han sealado diversosa u t o res (Frick y Ellis, 1999; Romero ,2001), la asociacin entre TDAH y pro-blemas de conducta parece evocar msbien el estilo de comportamiento impul-sivo y antisocial que, en los adultos,constituye el trastorno antisocial de lapersonalidad, pero no recoge las carac-tersticas personales que, tradicional-mente, se han considerado ms especfi-cas de la psicopata, tales como egocen-trismo, manipulacin o insensibilidade m o c i o n a l .

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  • Estas caractersticas, que pare c e nesenciales dentro de las concepcionesclsicas de la psicopata, son centralesen la lnea desarrollada por Frick (e.g.,Frick, OBrien, Wooton y McBurn e t t ,1994; Frick, Bodin y Barry, 2000; Frick,Stickle, Dandreaux, Farrell y Kimonis,2005). Partiendo explcitamente delmodelo de Hare, este grupo desarro l l una escala de calificacin que, inspiradaen el PCL-R, pretende captar rasgos psi-copticos en nios a partir de los 6aos. La escala (primeramente denomi-nada Psychopathy Screening Device ypublicada posteriormente como A n t i s o -cial Process Screening Device: APSD;Frick y Hare, 2002) consta de 20 temsparalelos al PCL-R, que son calificadosen una escala de tres puntos; puede sercumplimentada por figuras prximas alnio, como padres o profesores, aunqueexiste tambin una versin autoinforma-da para adolescentes.

    En un intento por acotar las dimen-siones de la psicopata infanto-juvenil, laescala ha sido factorizada en diversasocasiones, y los resultados no siemprehan s ido idnticos. En un primermomento, utilizando muestras clnicas,se obtuvo una estructura de dos facto-res, que guardan cierta semejanza conlos originalmente identificados en elPCL-R: un factor fue llamado Dure z a /Insensibilidad (Callous Unemotional), ya g rupa tems relacionados con falta deempata, emociones superficiales y faltade sentimientos de culpa; el otro factorfue denominado Impulsividad/Pro b l e-mas de conducta e incluye los temsms relacionados con un pobre contro lde impulsos y con conductas arriesgadasy antisociales. Sin embargo, con mues-

    tras de la poblacin general, se haencontrado una estructura de tre sdimensiones (Frick et al., 2000): ademsde Dureza/Insensibilidad e Impulsivi-d a d / P roblemas de conducta apare c e ,como en el modelo tridimensional de elPCL-R (Cooke y Michie, 2001), unadimensin interpersonal (e.g., Fanfa-rronea respecto a sus propios logro s ,Piensa que es ms importante que losdems), que fue denominada Narc i-sismo.

    Desde sus primeros estudios, Frick ysus colaboradores se han volcado en laDureza/Insensibilidad como el compo-nente ms central y definitorio de la psi-copata. En diversos trabajos, la dimen-sin Dureza/Insensibilidad pare c eidentificar, dentro de los nios con pro-blemas de conducta tempranos, a uns u b g rupo con indicadores severos deconducta antisocial y agresin (part i c u-larmente, agresin proactiva, instrumen-tal y meditada), falta de empata, bajaansiedad, insensibilidad a signos de cas-tigo y nivel intelectual ms alto queotros nios problemticos (e.g., Frick etal., 2005; Loney, Frick, Clements, Ellis yKerlin, 2003; Loney, Frick, Ellis y McCoy,1998; OBrien y Frick, 1995).

    Sin embargo, los resultados sobre lavalidez del APSD no siempre han sidosatisfactorios (Lee, Vincent, Hart yC o rrado, 2003) y, como acabamos demostrar, la dimensionalidad de la escalano est totalmente aclarada. Distintasmuestras parecen dar lugar a diferentese s t ructuras y, aunque el grupo de Frickse concentra en la dimensin Dure z a /Insensibilidad, sta no siempre emergecon claridad en las investigaciones sobre

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  • la escala, lo cual genera dudas sobre suvalidez y su utilidad prctica. Un estudiorealizado en nuestro pas con una mues-tra de la poblacin general (Romero ,2001) mostr que el APSD, aplicado porprofesores, mostraba una estructura fac-torial de tres componentes: narc i s i s m o ,impulsividad y dure z a / i n s e n s i b i l i d a d .Aunque la estructura es semejante a laencontrada por el grupo de Frick en lapoblacin general, la dimensin deDureza/Insensibilidad fue, en realidad, lams endeble (slo tres tems) y la menosconsistente.

    As pues, y a pesar de que esta lneade trabajo es prometedora, es necesa-rio recabar ms informacin sobre elfuncionamiento de la escala en diversoscontextos. De hecho, la mayor parte delas investigaciones se han re a l i z a d os o b re muestras clnicas o muestras dela poblacin general. Los estudios coninstitucionalizados son ms escasos yhabitualmente se llevan a cabo conadolescentes que ya presentan una tra-yectoria delictiva muy significativa,donde se han acumulado ya demasia-das desventajas psicosociales y dondela intervencin ya muestra dificultadesnotables. Sin embargo, faltan estudioss o b re el APSD en nios institucionaliza-dos, una poblacin de alto riesgo parael desarrollo de problemas emocionalesy de conducta, y donde la interv e n c i ntemprana es una prctica necesaria ysentida por los profesionales. Por ello,este trabajo pretende pro p o rc i o n a ri n f o rmacin sobre la estructura de laescala y su relacin con otros criteriospersonales y conductuales en unamuestra de nios internos en centro sde menores. Pretendemos as aport a r

    nuevos datos en muestras espaolasque permitan avanzar en el estudio delAPSD y en la clarificacin de su utilidadtanto en el mbito cientfico como pro-f e s i o n a l .

    MTODO

    Muestra

    Participaron en este estudio 71 nios(52.7% varones, 47.5% mujeres) deedades comprendidas entre los 6 y los12 aos. Todos ellos eran nios institu-cionalizados en centros de proteccin deGalicia y todos ellos estaban escolariza-dos en educacin primaria.

    Variables e instrumentos

    Como se seal anteriormente, elAntisocial Process Screening Device(APSD) consta de 20 tems a los que elcalificador responde en una escala det res puntos: 0 (absolutamente falso), 1(a veces verd a d e ro) y 2 (absolutamenteverdadero). En este estudio la escala fuecumplimentada por los psiclogos quedesempeaban sus funciones en cadauno de los centros.

    Adems del APSD, y con el fin deobtener datos para su validacin, seevaluaron distintas variables tericamen-te relacionadas con la personalidad psi-coptica: problemas conductuales yemocionales, ansiedad, empata e inteli-gencia. Para ello se utilizaron escalas decalificacin, autoinformes y, en el casode la inteligencia, una prueba de ejecu-cin.

    E. Romero, M. A. Luengo, J. A. Gmez-Fraguela, J. Sobral, P. Villar

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  • Diversos tipos de problemas de con-ducta fueron evaluados a travs de laEscala de Evaluacin de la Adaptacindel Nio y del Adolescente (Daz-Agua-do y Martnez Arias, 1995a), una escalade calificacin elaborada para la evalua-cin de nios en situaciones de riesgosocial. El instrumento, que tambin fuecumplimentado por los psiclogos delos centros, consta de 87 tems a los quese responde en una escala de 7 puntos.Estos tems permiten evaluar cinco tiposde problemas: Dificultades de apre n d i-zaje (e.g., Le cuesta mucho concentrar-se, Olvida fcilmente lo que apre n-de), Conductas disruptivas (e.g., Aveces pega a sus compaeros, insultaa sus compaeros), Problemas en lasrelaciones con los compaeros (e.g., Tiene pocos amigos, A veces esignorado por sus compaeros), Proble-mas emocionales (e.g., Se le ve preocu-pado, Dice que nadie le quiere) eIndicios de trastornos sexuales y conduc-tas autodestructivas (e.g., Manifiestaconocimientos sexuales inusuales parasu edad, Se arranca el pelo).

    Para obtener otra fuente de evalua-cin sobre las conductas antisociales yd i s ruptivas de los nios, se utiliz tam-bin una versin abreviada del Cuestio-nario de Conducta Antisocial (CCA-R;Luengo, Otero, Romero, Gmez-Frague-la y Ta v a res-Filho, 1999). Concre t a m e n-te, se seleccionaron 24 tems cuyos con-tenidos eran adecuados a la edad de losnios evaluados. El CCA-R re q u i e re queel sujeto conteste en una escala de cua-t ro puntos (de Nunca a Con fre c u e n-cia Ms de 10 veces) sealando enqu medida ha realizado diferentes acti-vidades de agresin (e.g., Pelarse con

    alguien), robo (e.g., Robar cosas ens u p e rm e rcados, grandes almacenes,etc.), vandalismo (e.g., Romper loscristales de casas vacas) y conductascontra normas establecidas (e.g., Con-vencer a alguien de que haga algo pro h i-bido). El CCA-R tambin incluye unaescala de consumo de drogas que eneste estudio no fue utilizada por su esca-sa adecuacin a la edad de la muestra.

    La ansiedad fue evaluada a travs deun cuestionario bien conocido en la litera-tura psicolgica: el Cuestionario de Ansie-dad Rasgo-Estado para nios (STA I - C ;S p i e l b e rg e r, Edwards, Lushene, Montuoriy Platzek, 1990). Part i c u l a rmente, losnios cumplimentaron la seccin de laescala correspondiente a ansiedadrasgo, con el fin de obtener una medidano de estados puntuales, sino de su dispo-sicin a experimentar estados emocionalesnegativos. La escala consta de 20 tems(e.g., Me preocupa cometer erro re s ,Me influyen tanto los problemas que nopuedo olvidarlos) que se responden enuna escala de respuesta tipo Likert de 3puntos (de Casi nunca a A menudo).

    La empata se evalu a travs de laEscala de Activacin Emptica paranios (Daz-Aguado y Mart n e z - A r i a s ,1995b), un cuestionario de 20 temsque se estructura en dos factores: Acti-vacin emptica (tendencia a compartirlas emociones que se observan en losdems; e.g., Me pongo triste cuandoveo a una nia que no tiene con quinjugar) y Creencias sobre la expre s i nde sentimientos (creencia sobre la ade-cuacin de manifestar emociones; e.g..,La gente que se da besos delante delos dems es tonta).

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  • Finalmente, se aplic el test de Matri-ces Pro g re s i v a s - C o l o r, de Raven (1947).Esta prueba est compuesta por tre sseries de figuras (36 en total), con difi-cultad creciente, que los sujetos debencompletar utilizando el razonamientoanalgico. La prueba es comnmenteconsiderada como una estimacin razo-nablemente adecuada de inteligenciageneral.

    Tanto los autoinformes como la prue-ba de inteligencia fueron aplicadas a losnios individualmente por parte de lospsiclogos de los centros.

    RESULTADOS

    En un primer momento, se puso aprueba la estructura propuesta original-mente por Frick; es decir, examinamosen qu medida se obtena apoyo para ladivisin en los dos factores relacionados( D u reza/Insensibilidad e Impulsividad/Problemas de conducta), tal y como fue-ron definidos en los estudios de Frick etal., 1994). Para ello se utiliz el anlisisfactorial confirmatorio a travs del pro-grama AMOS 4.01. La Figura 1 muestra,especficamente, la estructura que sesometi a prueba.

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    Figura 1.Estructura bidimensional propuesta por Frick et al. (1994) y sometida a anlisis

    factorial confirmatorio en este estudio

  • Los resultados del anlisis factorialconfirmatorio mostraron ndices de ajus-te muy inapropiados. Chi-cuadrado (con103 grados de libertad) tuvo un valor de170.2 y fue significativa (p
  • E. Romero, M. A. Luengo, J. A. Gmez-Fraguela, J. Sobral, P. Villar

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    Factor I Factor II Factor IIINarcisismo Conducta Impulsividad

    antisocial/Insensibilidad

    8. Fanfarronea respecto a sus propioslogros .75

    10. Manipula a otras personas .7414. Puede parecer amable a veces,

    pero de forma poco sincera .731. Culpa a otros .70

    16. Piensa que es ms importanteque los otros .68

    6. Mienta fcilmente .6711. Le toma el pelo a otras personas .615. Sus emociones parecen superficiales

    y poco autnticas .58

    13. Se implica en actividades peligrosaso arriesgadas .74

    2. Se implica en actividades ilegales .6312. Se siente culpable cuando hace algo

    mal -.6118. Se preocupa por los sentimientos

    de los dems -.607. Cumple sus promesas -.48

    19. No muestra emociones o sentimientos .40

    17. No planifica .733. Se preocupa por el rendimiento escolar -.72

    4. Acta sin pensar en las consecuencias .659. Se aburre fcilmente .5220. Siempre tiene los mismos amigos -.47

    Porcentaje de varianza explicada 28.2 10.7 9.9

    Tabla 1.Resultados de anlisis factorial exploratorio (componentes principales con

    rotacin Varimax) sobre los tems del APSD

    N o t a: Se presentan las cargas factoriales superiores a .40. El item 15 (Se pone furiosocuando se le corrige) no tuvo una carga superior a este valor en ninguno de los factore s .

  • ciones de las tres escalas con diversasvariables evaluadas en este trabajo y

    que, tericamente, deberan re l a c i o n a r-se con la psicopata; de hecho, comovimos, en otros estudios ya han mostra-do relacin con el APSD, proporcionan-do indicios de su validez. La Tabla 2 pre-senta la matriz de correlaciones entre last res escalas identificadas en el APSD y

    las variables medidas en nuestro estu-dio.

    El anlisis de correlacin mostrpocos ndices significativos; algo que, enp a rte, podra ser esperable dado eltamao muestral. Aunque las tre sdimensiones correlacionaron con un cri-terio importante (Conductas disru p t i-vas), fue Narcisismo la que mostr la

    Evaluacin de la psicopata infanto-juvenil estudio en una muestra de nios institucionalizados

    34 Anuario de Psicologa Jurdica, 2005

    Narcisismo Conducta Impulsividadantisocial/

    Insensibilidad

    Escala de Dificultades de aprendizaje .004 .098 .529**evaluacin Conductas disruptivas .578** .482** .451**de la Problemas en las relaciones .152 .145 .398**adaptacin con los compaeros

    Problemas emocionales .118 .258 .308*Indicios de trast. sexuales y .313* .252 .099cond. autodestruct.

    Conducta Agresin .200 .473** .221antisocial Robo .158 .182 .103

    Vandalismo .170 .237 .207Conductas contra normas .148 .202 .011

    Ansiedad .164 .084 .155

    Empata Activacin emptica .155 .221 .229Creencias expresin de .111 .144 .193sentimientos

    Inteligencia .187 .019 .131

    Tabla 2.Correlaciones entre las dimensiones del APSD identificadas y las medidas de

    personalidad, problemas de conducta e inteligencia utilizadas en este estudio

    Nota: *

  • correlacin ms alta (.57, p
  • dera el corazn del concepto de psi-copata: es el componente Dure z a /Insensibilidad el que peor definido apa-rece; esto, como hemos sealado en laparte introductoria de este trabajo, tam-bin ocurra en otros estudios (Romero,2001). Es posible que sea necesarioplantearse la dificultad que presenta laevaluacin de los signos afectivos de lapsicopata en nios. Incluso en adultos,utilizando instrumentos complejos comoel PCL-R, que recogen informacin dediferentes fuentes, el componente afec-tivo es el que, con frecuencia, presentamenor fiabilidad (e.g., Romero et al.,2003). En el APSD, a travs de escalasde calificacin simples, puede ser difcilhacer una evaluacin precisa de losnios en aspectos tan infere n c i a l e scomo no mostrar emociones o senti-mientos o tener emociones superf i-ciales y poco autnticas, algo que, dehecho, ya ha sido denunciado por otrosa u t o res (Andershed, Kerr y Stattin,2002). Es posible incluso que estas difi-cultades se acrecienten en contextoscomo el de nuestro trabajo: en niosp rocedentes de mbitos psicosocialesadversos, con carencias afectivas muysustanciales, las dificultades en el de-s a rrollo emocional y de la empata sonmuy frecuentes (e.g., Barahal, Wa t e r-man y Martin, 1981), prcticamente n o rmativas, por lo que una discrimi-nacin fina de dificultades afectivas detipo psicoptico podra ser especialmen-te ardua.

    En relacin con las dificultades deidentificar el factor de Dure z a / I n s e n s i-bilidad, debemos resaltar el peso quep a recen adquirir los aspectos de con-ducta interpersonal re p resentados por

    N a rcisismo. Tanto en ste como enotros trabajos, ste aparece como el pri-mer factor y, adems, es el que presentauna correlacin ms alta con las conduc-tas disruptivas. Es posible que las carac-tersticas interpersonales sean ms fcil-mente observables y, por tanto, msfciles de detectar; quiz sea necesarioplantearse si, en nios, los tems deNarcisismo podran ser los indicadoresms poderosos de los rasgos psicopti-cos. En este sentido, es necesario recor-dar que los modelos y los indicadores delas poblaciones adultas no necesaria-mente tienen por qu ser ptimos parapoblaciones jvenes; este, como vimos,es un tema sometido a debate en la lite-ratura actual (Petrila y Skeem, 2003). Lainvestigacin habr de seguir avanzandopara conocer en qu medida los esque-mas de la psicopata adulta pueden tras-ladarse automticamente al estudio denios y adolescentes; la naturaleza y lasmanifestaciones de la psicopata en dife-rentes fases del ciclo vital debieran sersistemticamente examinadas.

    Por lo dems, los anlisis de corre l a-cin que realizamos para validar loscomponentes de la escala slo confir-m a ron muy parcialmente las hiptesisderivadas de la teorizacin y los estudiosde Frick. El factor Impulsividad apare-ce como un marcador ms general dedesajuste, algo que podra esperarse sitenemos en cuenta que, en nios impul-sivos e hiperactivos son frecuentes lasdificultades de aprendizaje, el re c h a z opor parte de otros nios e incluso lacomorbilidad con problemas intern a l i-zantes (vase, por ejemplo, la descrip-cin del TDAH recogida en el DSM IV).El factor de Conducta antisocial/Insen-

    Evaluacin de la psicopata infanto-juvenil estudio en una muestra de nios institucionalizados

    36 Anuario de Psicologa Jurdica, 2005

  • sibilidad muestra una correlacin signi-ficativa con agresin. No obstante, no seobtienen datos que respalden abiert a-mente su relacin con aspectos persona-les tan relevantes como la empata o laansiedad.

    Es necesario tener en cuenta, detodos modos, que este estudio no pre-tende ser una validacin completa yexhaustiva del concepto de psicopataen nios. En este estudio hemos inclui-do criterios de gran inters y centrali-dad, utilizando diferentes mtodos deevaluacin. No obstante, es pre c i s otener en cuenta que la investigacinprevia ha realizado progresos muy nota-bles en la caracterizacin psicobiolgica,cognitiva y emocional de la psicopata;por ello, se hacen necesarios ms traba-jos que permitan cotejar los instrumen-tos de evaluacin de psicopata infanto-juvenil (entre ellos el APSD) con medidasde laboratorio que estudien el procesa-miento emocional, la responsividad delSistema Nervioso Autnomo, el re n d i-miento neuropsicolgico y otros aspec-tos que parecen definir la personalidadpsicoptica.

    As mismo, son necesarios ms dise-os longitudinales. Aunque algunosestudios ya han mostrado la estabilidadde los rasgos del APSD a lo largo de unplazo de cuatro aos (Frick, Kimonis,Dandreaux y Farell, 2003), falta la prue-ba ms concluyente para asentar la vali-dez predictiva del instrumento: slo atravs de estudios a largo plazo, que

    describan la trayectoria en la adolescen-cia y en la adultez de los nios identifi-cados como psicopticos podre m o sconocer en qu medida la escala es unbuen predictor del pro g reso hacia lapersonalidad psicoptica adulta.

    En general, este estudio pone demanifiesto la necesidad de pro f u n d i z a ren la evaluacin de la psicopata infan-to-juvenil antes de ofrecer estos instru-mentos para el diagnstico y la toma dedecisiones en la prctica profesional. Eneste sentido, las conclusiones de nuestrotrabajo se alinean con el sentir msgeneralizado en los estudiosos de estecampo; Seagrave y Grisso (2002), porejemplo, predicen que en un futuro cer-cano las medidas de psicopata juvenilsern uno de los instrumentos ms utili-zados en evaluaciones forenses de ladelincuencia (p. 220), y alertan de quela evaluacin de la psicopata en jve-nes debe lograr un alto nivel de confian-za antes de que sea empleada en el sis-tema de justicia juvenil (pp. 219); unnivel de confianza que, a su entender,todava no se ha logrado.

    P a rece existir una conciencia generali-zada sobre la necesidad de examinarminuciosamente herramientas de evalua-cin como el APSD, especialmenteteniendo en cuenta las re p e rc u s i o n e sposibles del diagnstico de psicopataen nios y jvenes. Desde luego, a juzgarpor el amplio nmero de investigacionesque se estn desarrollando, el campoest vivo y en continuo desarro l l o .

    E. Romero, M. A. Luengo, J. A. Gmez-Fraguela, J. Sobral, P. Villar

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