El Modelo Cognitivo Aplicado a Delincuentes Institucionalizados

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El modelo cognitivo aplicado a delincuentes institucionalizados: el pensamiento prosocial VICENTE GARRIDO GENOVÉS Departamento de Teoría de la Educacton. Universidad de Valencia ANAM/ PIÑANA Técnico de 1.1. RE. Centro dc Preventivos de Valencia RESUMEN El modelo cognitivo adquiere con los años mayor protagonismo en el campo de los delincuentes institucionalizados, dando importantes muestras de eficacia, aunque debi- do a la complejidad del escenario de intervencion —el medio penitenciario—, se empieza a c<,nside var la conveniencía de ítnpu (st? r programas multirnodales. En este trc¡í~a¡o se presenta la esperiencia llevada a cabo en la que fue Prisión Modelo de Valencia y que consistió, bá?sicamente, en la aplicacion de un paquete cíe técnicas cje caracter cognitivo, técnicas que constituyen el progranza denominado El Pensamiento Prosocial. Los resultados, altamente esperanzadores, convierten el mencionado pro- grama en una eficaz herramienta cíe trabajo para los profesionales de este campo. Palabras Clave: modelo cognitivo, competencia social, pensamiento prosocial, delincuentes institucionalizados. Su si MA Tite cognitive moJel has shown indications of cfticav in applicat¡on to inniates. Howene~ due to ¡he co¡nple.xitv oJ prison os implementc¡tion set¡ings, ¡he atIoption of multimodal programs is adviseable. We repor¡ our experience iii the Prisión Modelo de Valencia (Valencia, Spczin), where a set of cognirive tec.hniques ívere applied in the con- text ojíheso-called Prosocial Thinking program. The results obtained were highíy pio- ¡nising, and show ¡he pro gram ¡o consz’itute an eJficient toal for professionals working in this fielcí. «ley words: cognitive ¡noclel, s oc.~íai competence, prosocial thinkin (4. infliates. Revista Complutense de Educación, vol. 7. ni 2, 1996. Servicio de Publicaciones. Universidad Complutense. Madrid, 1996

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  • El modelo cognitivo aplicado a delincuentesinstitucionalizados: el pensamiento prosocial

    VICENTE GARRIDO GENOVSDepartamento de Teora de la Educacton.

    Universidad de ValenciaANAM/ PIANATcnico de 1.1. RE.

    Centro dc Preventivos de Valencia

    RESUMEN

    El modelo cognitivo adquiere con los aos mayor protagonismo en el campo de losdelincuentes institucionalizados, dando importantes muestras de eficacia, aunque debi-do a la complejidad del escenario de intervencion el medio penitenciario, seempieza a c

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    1. Antecedentes de la intervencin con delincuentes institucionalizados

    1.1. Introduccin

    El tratamiento institucional ha estado inevitablemente vinculado a la evo-lucin del sentido de la pena privativa de libertad. Mientras que en el sigloxviii se parta de una visin puramente retribucionista, de la que surgi elmodelo de control modelo que entiende que el castigo ha de ser rpido, ajus-tado a ley y proporcional al dao cometido, en el siguiente siglo se dejapaso, gracias a las contribuciones de la Escuela Positivista, al modelo mdico,apareciendo as la idea de la rehabilitacin como fin de la pena. Pero el fraca-so del modelo de sala de espera origin una fuerte controversia entre doscorrientes que aunque opuestas, coinciden a la hora de rechazar el ideal derehabilitacin. Desde la Nueva Crininologa (teora del etiquetado, la radicalno intervencin o el mnimo dao posible) se considera al delincuente unavctima del sistema de control social y la desinstitucionalizacin la nica sali-da. De otro lado, el modelo de justicia reivindica la vuelta al retribucionismoargumentando la ineficacia del tratamiento correccional que, segn sus detrac-tores, slo sirve para vaciar el sentido de la pena. Este ltimo modelo, estra-tegia predominante durante los 80, alcanz su punto lgido al publicarMartinson en 1974 su famoso articulo What works?.., trabajo que suscituna larga serie de estudios sobre la eficacia del tratamiento y que condujo a lapropagacin de un profundo escepticismo. Al cuestionarse cualquier actuacinen escenarios correccionales que fuera ms all del estricto cumplimiento dela pena, la tarea interventora haba salido especialmente perjudicada.Afortunadamente, el propio Martinson rectific cinco aos ms tarde su pos-tura inicial, reconociendo que el factor critico de los estudios que haba revi-sado y calificado de ineficaces eran las condiciones bajo las que tales progra-mas se haban desarrollado. El fracaso de la rehabilitacin se haba predicadopartiendo del anlisis de estudios con problemas metodolgicos e inadecuadosdiseos de investigacin, que adems se basaban en un modelo que ya habafracasado el mdico y en los que el nico criterio de xito empleado erala reincidencia.

    Ante esta situacin, el modelo de justicia no haba sido capaz de ofertaralternativas viables. Es despus de la publicacin de importantes revisiones.surgidas muchas de ellas gracias al mcta-anlisis, cuando se empieza a arrojaralguna luz sobre la eficacia del tratamiento. As, a finales de los 80 resurge elideal de rehabilitacin desde una visin alejada de orientaciones punitivas y que

    Es difcil comprender la evolucin que han suicido los conceptos de reinsercin y rehabi-litacin sin considerar las consecucncias que tuvo la difusin dc csta famosa revsi~n (leMRTiNSoN. de la que naci una disposicin general de pesi mismo hacia ci tratamiento pentendarlo cuando ste apenas haba empezado a dar sos primeros pasos.

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    reconoce las interacciones que se dan entre las caractersticas personales de lossujetos, el tipo de programa ante el que han de responder y las caractersticasdel escenario en el que tiene lugar la intervencin. De esta forma se inicia unanueva lnea de trabajo y diversos autores (Hollin, Ross y Palmer entre otros)coinciden al seleccionar los rasgos que parecen caracterizar a los programas efi-caces, diferencindolos de aquellos que no arrojan resultados positivos. Estosrasgos, pautas de posteriores trabajos, son los siguientes:

    a) estn dirigidos a delincuentes con riesgo medio-alto de reincidencia,b) se trata de programas altamente estructurados, basados en tcnicas de

    tratamiento especficas y centrados en reas crimingenas concretas,e) parten de una perspectiva integradora, desde la cul se implica en todo

    el proceso de aplicacin del programa a las personas relacionadas conl, previamente entrenadas,

    d) si se trata de programas residenciales, se complementan con actuacio-nes en la comunidad para conseguir efectos ms duraderos,

    e) incluyen, y esto es muy importante, algn componente cognitivo diri-gido a los valores o actitudes que mantienen la conducta antisocial,

    Q son multimodales; es decir, presentan estrategias de intervencin plurales,g) la evaluacin se basa en varios criterios de xito y no slo en la reinci-

    dencia,h) consideran las peculiaridades de los sujetos a tos que van dirigidos,i) procuran la actuacin coordinada de todas las agencias sociales impli-

    cadas en el proceso,j) proponen una intervencin intensiva; o sea, una mayor frecuencia de

    contactos.

    1.2. Dificultadespara intervenir en prisiones

    Antes de continuar sera conveniente descender al terreno prctico parahacer una breve reflexin sobre el escenario al que nos estamos refiriendo, dadoque es un medio poco conocido. Cualquier intervencin que se realice en unmarco institucional de estas caractersticas va a encontrarse con toda una seriede problemas prcticos inherentes a la prisin, en lamedida en que forman partede una compleja red institucional:

    a) Masificacin. Las prisiones albergan hoy en da un nmero de internosmuy superior al previsto, con los efectos negativos que esto conleva,tanto para la salud de los internos como para el buen funcionamiento dela organizacin.

    b) Violencia institucional, entendida como el conjunto de situaciones en lasque se ejerce la fuerza o presin, tanto verbal o fsica como psicolgica.

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    c) Insalubridad, no por falta de asistencia mdica, sino a consecuencia dela superpoblacin y del elevado porcentaje de toxicmanos, as comode la presencia, de unos aos a esta parte, de infectados por Viii.

    d) Falta de canales de informacin fluidos y eficaces que mantenganinformados a los internos y faciliten la coordinacin entre los distintosservicios de la prsion.

    e) Bajo nivel de formacin de los internos, entre los que el porcentaje deanalfabetismo es. por desgracia, bastante elevado.

    1) Ausencia de vnculos adecuados con la comunidad, as como con losdiferentes agentes sociales que faciliten la tarea reinsertora.

    g) Insuficiente capacitacin tcnica del personal en temas de aplicabi-lidad penitenciaria. lo que lleva a reproducir viejos esquenias y a favo-recer la falta de comprensin entre los distintos sectores.

    A estas dificultades hay que sumar las derivadas de los presupuestos teri-cos que rigen la vida de las prisiones y que, en muchos casos, obstaculizan laimplantacin de nuevas experiencias. Me estoy refiriendo a cuestiones talescomo el predominante uso del castigo (a pesar de la evidencia emprica acercade lo limitado de sus resultados respecto al cambio esperado) y a la persisten-cia de una concepcin internalista de la conducta delictiva, concepcin que ine-vitablemente conduce a un enfoque clnico acorde con el modelo mdico y quese ve reforzada adems por la normativa vigente.

    Ante este panorama, parece lgico preguntarse si se puede hacer intervencinen prisiones. Desde luego no es el escenario idneo, pero el volumen de internosque albergan y la certeza de que por el momento son un mal necesario, nosobligan a operativizar estrategias de accin y a adoptar medidas que reduzcanal mximo las barreras que pueden llegar a obstaculizarel xito de nuestra actua-cin. De hecho, las primeras iniciativas llevadas a cabo en Espaa en este campoempleaban tcnicas psicoterapeticas, partiendo de una orientacin diagnstica.Afortunadamente, se ha ido evolucionando hacia parmetros ms interventivos.Tcnicas como la economa de tichas y el contrato conductual, de uso cada vezms frecuente, suelen dirigirse a la eliminacin de conductas tales como la faltade higiene, las autolesiones. el incumplimiento de la normativa, el consumo desustancias txicas o la inactividad. Pero merece especial mencin la cada vezms habitual aplicacin en el campo penitenciario de tcnicas como el modela-do, las habilidades sociales o la resolucin de problemas, tcnicas incluidas enprogramas de intervencin multimodales basadas en el modelo cognitivo y simi-lares al desarrollado en la investigacin que nos ocupa.

    Esta normaliva, basada fundamennnienie en el principio de individualizacin cienifica,asigna a los Equipos de Observacin y Tratamiento de los Establecimientos Penitenciarios fun-clones traducidas en la prctica en una rutinaria emisin de informes.

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    Es indudable que se ha producido una evolucin por parte de los profesio-nales de este campo, traducida en un progresivo inters por la intervencin enun marco institucional.

    2. Surgimiento y auge de los programas de naturaleza cognitiva enEspaa

    Nos interesa especialmente el hecho de que los programas consideradosefectivos incluyeran entre sus objetivos de intervencin la cognicin, introdu-ciendo alguna tcnica de la que se esperaba cierto impacto en el pensamientodel delincuente. Numerosos estudios revelan que la gran mayora de delincuen-tes evidencian retrasos en la adquisicin de destrezas cognitivas que ejercen unpapel esencial en el proceso de adaptacin social. Estos dficits cognitivos son:

    Impulsividad, reflejo de una evidente falta de autocontrol. Externalidad, en tanto en cuento no se sienten responsables de lo que les

    sucede. Pensamiento concreto, en la medida en que slo comprenden aquello

    que pueden ver, oir o tocar. Rigidez cognitiva; su pensamiento es inflexible, rgido e intolerante, lo

    que les lleva a persisitir en conductas desadaptativas. Deficits en la resolucin cognitiva de problemas interpersonales, aspec-

    to relacionado con la capacidad para detectar y definir un problema,encontrar posibles causas y pensar soluciones alternativas, as como lasconsecuencias de las mismas.

    Egocentr~mo; ven el mundo nicamente desde su propio punto de vista,lo que tambin se refleja en su sistema de valores.

    Insuficiente capacidad crtica, predominando el pensamiento irracionaly carente de autocrtica.

    El pensamiento impulsivo, ilgico y egocntrico de los delincuentes puedemodificarse mediante la prctica de tcnicas diversas que desarrollen el auto-control, el pensamiento consecuente, modos alternativos de respuesta ante pro-blemas interpersonales y la capacidad para ponerse en el lugar de otra persona,teniendo en cuenta el impacto de su conducta en los dems. Considerando lanecesidad de ensear estas destrezas, Ross y sus colaboradores desarrollaron unmodelo comprehensivo de programa de entrenamiento cognitivo que combina-ba las mejores tcnicas de los programas que haban tenido considerable xitoy a las que aadieron otras de carcter complementario.

    Son mltiples las aplicaciones que del mismo se han llevado a cabo hasta lafecha en diferentes partes del mundo bien replicaciones parciales, bien inter-venciones sobre reas concretas. De entre ellas, merece la pena destacar dos

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    intervenciones con delincuentes institucionalizados: la de la Prisin de JvenesLa Trinidad de Barcelona (Garrido, Redondo y Prez, 1989) y la efectuadacon menores en el Centro de Recepcin de Granadella, en Alicante (Garrido.989). Los cursos para educadores impartidos por el profesor Segura (1992),suponen una experiencia igualmente interesante.

    Ms recientemente, Belea y Baguena (1992) realizaron un estudio con elfin de establecer la eficacia de un programa dirigido al fomento de las habili-dades sociales interpersonales en mujeres delincuentes internas, llegando a laconclusin de que el programa produce una serie de efectos inmediatos queimpiden el deterioro o disminucin que parece producirse en las habilidadesinterpersonales de dichas mujeres. Citaremos por ltimo, otro buen ejenplo dela creciente utilizacin de este tipo de tcnicas con delincuentes institucionali-zados. Se trata del entrenamiento en tcnicas de reduccin de ansiedad (OrtizBascuana, 1992) que se llev a cabo con jvenes penados y que supuso unadisminucin significativa de la ansiedad, as como un aumento del indice departicipacin. En todos los casos, no slo se habla de resultados positivos, sinoque se acenta la importancia de los prometedores efectos de este tipo de ini-ciativas.

    3. El programa el pensamiento prosocial

    3.1. Objetivos generales de la investigacin

    Centrndonos ya en nuestra experiencia particular, presentamos los objeti-vos generales de la investigacin, que pueden resumirse en:

    a) Demostrar que es posible llevar a cabo una investigacin controlada ydesarrollar tareas dirigidas a la reinsercin en la Prisin Modelo deValencia.

    b) Aplicar el programa de Competencia Psicosocial a la poblacin peni-tenciaria espaola y comprobar su validez.

    c) Contribuir a la construccin del cuerpo de conocimientos en torno a laintervencin penitenciaria, para respaldar la idea del tratamiento en pri-sones como una actuacin necesaria y eficaz que puede estar cientfi-camente fundada.

    3.2. Adaptacin del programa cognitivo

    Una parte importante del esfuerzo invertido, se dedic a la traduccin yadaptacin del programa creado por Ross, Fabiano y Ross (Ross. Fabiano.Garrido y Gmez. 1994). El programa se compone de un paquete de tcnicas

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    cuyo denominador comn es la importancia de que se dota al papel de la cog-nicin en la conducta, entendiendo que el adecuado entrenamiento de funcionescognitivas directamente relacionadas con el ajuste social supone un elementofundamental en el tratamiento del delincuente. Consta de 3 volmenes:

    Manual del Entrenador y ncleo de la obra. Incluye las tcnicas, ascomo orientaciones para su adecuada implementacin y pasos detalladosque permiten que pueda ser aplicado por personal no especializado.

    Libro de Suplementos. En el se recoge el material de apoyo necesariopara cada tcnica (dibujos, fotos, ejemplos, etc.).

    Libro del Participante o cuadernillo de trabajo para los sujetos.Se efectuaron algunas modificaciones: se cambiaron nombres, situaciones o

    escenarios por otros ms apropiados para un contexto espaol, se sustituyeronalgunos juegos y se alter el orden de presentacin de algunas sesiones, procu-rando respetar siempre la integridad del programa. No obstante, durante todo elproceso de aplicacin, se tuvieron presentes ciertos criterios generales de ndo-le prctica, de los que mencionamos los ms destacados.

    a) Se estableci un orden de progresiva complejidad en los procesos que seiban entrenando, introduciendo slo nuevas habilidades cognitivas una vez laanterior se hubiera aprendido y dedicndo una sesin completa a aquellas tcni-cas cuyo contenido fuera completamente nuevo (se recomienda por ello entrenarprimero el mdulo de Solucin de Problemas). No obstante, se procur inter-relacionar las distintas subhabilidades que se iban entrenando a lo largo de todoel programa.

    b) A la hora de asignar las tareas a realizar fuera de las sesiones de entre-namiento, se tuvieron en cuenta las condiciones del medio en el que se iban adesenvolver los sujetos.

    c) En cada sesin se sigui. independientemente de su contenido, unmismo proceso: breve resumen de lo aprendido en la sesin anterior, presenta-cin de la nueva tcnica, realizacin de la parte prctica, puesta en comun, resu-men de lo entrenado y feed-back, asignacin de tareas y autoevaluacin.

    d) Se dispuso. en todo momento, de un amplio repertorio de ejemplos prc-tcos.

    3.3. Tcnicas de intervencin

    Las tcnicas, oportunidades estructuradas para que los participantes apren-dan las habilidades cognitivas objetivo, se aglutinan en torno a nueve mdulosconcretos que pasamos a explicar, a cada uno de los cuales se les dedican dife-rente nmero de sesiones (en un total de 38):

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    Solucin de Problemas (versin modificada del TIPS de Platt &Spivack). Tras una primera sesin introductoria, se le presenta al grupoeste mdulo, al que se le dedican las primeras 9 sesiones del programa,siendo uno de los ms extensos y con mayor nmero de suplementos. Enel se ensean las habilidades cognitivas y conductuales que capacitan alos sujetos para acercarse a los problemas que surgen en sus relacionescon los dems y les permiten elaborar soluciones a los mismos.

    Habilidades Sociales (versin modificada de la Terapia de AprendizajeEstructurado de Goldstein). El programa incluye una lista parcial de 37habilidades, de entre las que se han seleccionado aquellas consideradasparticularmente interesantes para delincuentes. Se entrenan destrezasespecficas para interactuar con otras personas, a travs del role-playing,modelado y feed-back, tcnicas que tambin se utilizan en el mdulosiguiente.

    La tcnicade Habilidades de Negociacin se basa en elprogramna SOCS(Roosa, /97!). Este mdulo se entren en dos sesiones, cuya finalidadfu practicar la negociacin como respuesta alternativa al conflicto a tra-vs de la cual ambas partes puedan satisfacer sus necesidades a travs delacuerdo. Mediante su prctica tambin se desarrollan la asertividad, elpensamiento alternativo y el consecuente.

    El mdulo de Pensamiento Creativo es una adaptacin de la versin Cort1 de De Bono. A l se le dedican diez sesiones (2 semanales) altamenteestructuradas, en cada una de las cuales se trabaja una estrategia distin-ta. Pretende desarrollar el pensamiento lateral o no convencional, parasuperar su percepcin de las situaciones y eliminar su rigidez cognitiva.

    La tcnica de Desarrollo de Valores es una adaptacin del Manual deEducacin Moral (Galbraith & Jones, 1976), destinado a desarrollar latoma de perspectiva social. Slo se discutieron tres de los seis dilemas.Su objetivo es superar el pensamiento egocntrico mediante la exposi-cin a conflictos cognitivos y sociales que les llevan a examinar sus pro-pios razonamientos y los puntos de vista de otras personas.

    Control Emocional. Unicamente se dedica una sesin al entrenamientode este mdulo introducida en el ecuador del programa~, a partir dela cual se reservan 30 minutos semanales para revisar el Diario deClera. Aqu se aprende a controlar aquellas emociones que por suintensidad puedan llegar a interferir en la adecuada ejecucin dc las habi-lidades cognitivas adquiridas y a contrarrestar conductas impulsivasmediante la aplicacin de tcnicas como el autodilogo, siguiendo lasdirectrices de Meichenbaum (1977) y Novaco (1975).

    Ra>nna,nirntn Crtico Fn la recia final del nrograma se entrenaron tresde las cuatro sesiones que comprenden este mdulo, dado que para suadecuada interiorizacin es necesario haber adquirido y desarrolladoestrategias previamente entrenadas. Mediante mltiples ejercicios pre-

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    ticos se pretende que el sujeto aprenda a evaluar su propio pensamientoy el de los dems y que ste sea lgico y racional, desarrollando as sucapacidad para pensar crticamente.

    Los Ejercicios Cognitwos sirvieron de actividad complementaria demuchas de las sesiones, pues su finalidad fundamental es romper elhielo, cambiar de actividad o simplemente. despertar el inters y practi-car de forma entretenida lo entrenado. Existen tres modalidades de eje-cucin: Chispazos de ingenio (cuestiones de tipo intelectual y carcterldico), Banco de problemas (ejercicio en el que el grupo intenta resol-ver un problema real de uno de sus miembros aplicando lo aprendido enlas sesiones) y la utilizacin de diversos juegos de distribucin comer-cial (Dicciopinta).

    Revisin de Habilidades. Se practican las diferentes tcnicas siguiendoun esquema orientativo ante situaciones diversas.

    3.4. Contextualizacin de la intervencin

    Nos situamos ahora en la fase experimental del proceso de aplicacin delprograma, el cul se llev a cabo en el Centro Penitenciario de Preventivos deHombres de Valencia, ms conocido como la Prisin Moddo de Valencia. Eledificio, construido en 1903 y clausurado en Abril del 93, nos recuerda a lamtica Modelo de Barcelona, tanto por las precarias condiciones en que seencontraba (una capacidad ampliamente superada por el ndice de ocupacinreal), como por los problemas con los que el tratamiento ha tenido que enfren-tarse en prisiones de estas caractersticas.

    Las sesiones tuvieron lugar en una de las aulas de la zona cultural en con-diciones adecuadas de ventilacin y luminosidad, con una regularidad de tressesiones semanales de dos horas de duracin a lo largo de tres meses. El pro-grama se aplic a internos pertenecientes a una de las galeras de que constabael Centro, en la que ingresaban voluntariamente una vez entrevistados y habien-do firmado un compromiso de no consumo de sustancias txicas. Todos losinternos de esta galera tenan acceso al mismo tipo de actividades y sus vidasestaban regidas por unas mismas normas.

    3.5. Seleccin del diseo experimental e hiptesis de trabajoDebido al alto ndice de movilidad que padece la poblacin penitenciaria de

    un centro de preventivos, dependiente por completo de las decisiones judicia-les, cremos conveniente optar por un N reducido, un diseo experimental sim-ple, con dos momentos de medicin (pre y post-test) y dos grupos (el sometidoa intervencin y el control). Las hiptesis de trabajo establecidas fueron:

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    1 7) Que las caractersticas de ambos grupos iban a permitir garantizar sucomparacin.

    2.9 Que en el grupo Control no se daran diferencias significativas entreel pre-test y el post-test.

    3:) Que se encontraran diferencias significativas entre los dos momentosde la evaluacin en el grupo Experimental.

    49 Si el grupo Experimental obtena mejores puntuaciones que el Con-trol, podramos atribuir dicha mejora a los efectos de la intervencin.esperando por tanto una mejora del comportamiento por parte de lossujetos del grupo Experimental en periodos posterores.

    3.6. Seleccin y perfil de la muestra

    a) Grupo CONTROL: de los 217 sujetos que se encontraban en la galeraal empezar el ao, 87 fueron excluidos por motivos diversos (formar parte de laUnidad de Intervencin, estar bajo seguimiento psicolgico. no hablarespaol,etc.). Del resto se hizo una extraccin aleatoria, quedando un total de 65. perodesde que empez el programa hasta que finaliz el post-test (periodo de cua-tro meses), fue tal la mortandad experimental que slo pudimos contar con 18sujetos para el grupo CONTROL.

    b) El Grupo EXPERIMENTAL tambin sufri prdidas importantes, detal forma que al finalizarar todo el proceso experimental nicamente queda-ron 9 sujetos. Estos pertenecan al subgrupo denominado Unidad deIntervencin, grupo que slo se diferenciaba del resto de internos por partici-par en charlas quincenales sobre temas sanitarios y tenerla posibilidad de par-ticipar en sesiones de carcter teraputico (el programa), al haber solicitadoapoyo al Equipo de Observacin y Tratamiento relacionado con su deshabi-tuacin. Se selecionaron internos que al menos supicran leer y escribir, noestuvieran excesivamente deteriorados fsica o psicolgicamente. presentarandficits en sus habilidades cognitivas y cuya previsible permanencia en elEstablecimiento fuera superior a cinco meses. flecha la seleccin, se estable-ci el perfil general de los 27 sujetos de la muestra en base a los datos obte-nidos tras la cumplimentacin del Cuestionario Biogrfico, entrevista indivi-dual en la que se recogieron datos relativos a su trayectoria penitenciaria(contrastados con los del expediente y el protocolo) y al desarrollo del proce-so educativo y de socializacin (reas familiar, escolar, laboral e historia toxi-colgica). Su perfil nos habla de sujetos con una edad media de unos 28 aos,escasamente conflictivos, con un promedio de ingresos en prisin entre 2 y 5(en su mayora por delitos contra la propiedad) y pertenecientes a familiasnumerosas de nivel socio-econmico medio-bajo. Todos saban al menos leery escribir y posean experiencia laboral. No obstante, aquellos aspectos en losque los sujetos de ambos grupos presentaron diferencias ms notables fueron

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    los relacionados con la historia toxicoflica: el 100% de miembros del grupoExperimental reconocieron ser politoxicmanos, habiendo iniciado el consu-mo en edades comprendidas entre los 12 y los 16 aos, mientras que en elgrupo Control, el 61% neg haber dependido alguna vez del consumo de dro-gas. Esta importante diferencia entre los sujetos de ambos grupos, apuntanecesariamente hacia la presencia de mayor nmero de elementos negativosen la tayectoria vital del grupo Experimental: mayor nmero de causas pen-dientes, presencia de anomalas estructurales o funcionales en la familia, inci-dencia de conductas desadaptativas en la escuela y experiencia laboral msreducida.

    3.7. Pruebas administradas

    Para comprobar si se cumplan las hiptesis de trabajo se emplearon lossiguientes instrumentos de evaluacin:

    1) Cuestionario biogrfico; destinado a la recogida de informacion ini-cial.

    2) Instrumentos de valoracin cualitativa:

    2.a. cumplimentados por el experimentadorregistros de asistencia y aprovechamiento

    evaluacin de cada sesin evaluacin de cada participante (mensual) memoria de la investigacin

    2.b. cumplimentados por los participantes evaluacin de cada sesin valoracin final del programa tareas de prctica fuera de las sesiones

    3) Test psicolgicos clsicos; de aplicacin colectiva y uso habitual en laprisin. Se administraron a titulo complementario, y no por esperar unamejora especfica tras la intervencin: Test de matrices Progresivas de Rayen Prueba de personalidad E.P.Q. - A de Eysenck

    4) Test cognitivo-visual; que se incluy (junto a Rayen y E.P.Q. - A) enla medicin pre-test/post-test, convirtindose en eje de la evaluacin.Este test est formado por dos pruebas que pasamos a ver:

    El MEPS (Means Ends Problem Solving) es una adaptacin del origi-nal de Platt y Spivack e incluye 3 historias con una estructura similar. Al suje-to se le ensean dos fotografas; el principio y el final de una historia en la quel ha de elaborar la parte central. A travs de su respuesta podremos medir su

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    habilidad para pasar de una situacin problemtica a otra en la que el problemase ha resuelto (el pensamiento medios-fines).

    En la entrevista cognitiva al sujeto se le presentan 3 historias en las queaparece un personaje, al que unas determinadas circunstancias le originan un pro-Nema, y un espectador que ignora el principio de la historia. Se basa en el TestRole-taking de Chander y el Test de Spivack, Platt y Shure para las distintas sub-habilidades que componen la habilidad genrica de Solucin de ProblemasInterpersonales (excepto el MEPS) e incluye instrucciones detalladas para su apli-cacion. as como para la interpretacin y puntuacin de las respuestas.

    Cada uno de los 6 items que constituyen el Test cognitivo-visual pretenderecoger informacin sobre las habilidades objetivo del programa:

    comprensin de la historia toma de perspectiva social deteccin y definicin de problemas capacidad para establecer relaciones causa-efecto

    capacidad para generar alternativas capacidad para anticipar consecuencias

    4. Resultados

    4. 1 . Valoracin cualitativa

    Efectuar una valoracin de este tipo resulta especialmente interesante sitenemos en cuenta el escenario de nuestra investigacin. Destacan al respectoalgunas cuestiones de carcter institucional, fuera del control del experimenta-dor, que afectan, sin lugar a dudas, a la buena marcha de la intervencin; nosreferimos a temas como la pertenencia de los sujetos a la Unidad deIntervencin (con los recelos mtuos que sto suscit entre internos y funcio-narios), el cierre por reforma de una de las galeras (con la consiguiente satura-

    CL .W.I ti it ti

    con un miembro del Equipo de Observacin y Tratamiento (quien ha de adop-tar decisiones sobre la situacin penitenciaria de los sujetos).

    Respecto a los sujetos, hay que decir que su promedio de asistencia fuebueno (4 de los 9 no faltaron a ninguna de las 38 sesiones) y la prctica totali-dad de ausencias fueron justificadas (concesin de comunicaciones vis a vis,salida de permisos, asistencia a juicio, etc.). Su participacin fue progresiva-mente ms intensa, as como el nivel de implicacion.

    Una de las claves del xito del programa, en lo que a la buena acogida quele dispensaron los participantes se refiere, es atribuible sin lugar a dudas alcarcter flexible y abierto de los ejercicios, tal y como los propios sujetos reco-noceron.

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    En cuanto al contenido, el balance depende del mdulo al que hagamos refe-rencia:

    En aquellas tcnicas en las que la realizacin del role-playing constituaun paso fundamental, como en el caso de las Habilidades sociales y deNegociacion, la resistencia de los sujetos afect un tanto a los resultados.No fu fcil conseguir que los sujetos llegaran a abstraer principios deconducta social de los pasos interiores (los sujetos los seguan comorespuestas prefijadas).

    El Pensamiento Creativo fue probablemente el de mayor aceptacin, alconsiderarlo fcil y prctico. Los acrnimos facilitaron su persistencia yaplicacin fuera de situaciones de entrenamiento.

    La prctica del Desarrollo de Valores fue irregular, dependiendo de lacantidad de conflicto que el dilema en cuestin originara, aprecindoseuna clara tendencia a desplazar su atencin hacia el contenido.

    Aunque bien acogida, la nica sesin dedicada al Control Emocionalparece insuficiente, ya que las condiciones del espacio fsico y los est-mulos a los que se exponen dificultan la prctica individual posterior

    Fueron Solucion de Problemas y Razonamiento Critico probablementel(>s que resultaron ms intensos y difciles de asimilar (uno por ser el pri-mero y dada su duracin y el otro por emplear conceptos algo ms com-plejos).

    Por ltimo, todos los ejercicios complementarios dieron resultados posi-tivos y cubrieron los objetivos propuestos.

    4.2. Valoracin cuantitativo

    De las puntuaciones directas obtenidas por los sujetos de cada grupo se cal-cularon los siguientes estadsticos: X, DT, t, p y grados de libertad de las prue-bas RAVEN, E.P.Q.-A y Test cognitivo-visual, para una regla de decisnp

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    tantes: los sujetos de este grupo no han experimentado cambios significativos.(Tabla 2)

    TABLA 3. Se comparan las puntuaciones obtenidas por los miembros delgrupo Experimental antes y despus de haber participado en el programa, paraestablecer la cantidad de cambio operado. Podemos ver que todas las variablesreferidas a las habilidades cognitivas entrenadas a lo largo del programa (medi-das mediante el Test cognitivo-visual), obtienen p.

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    Tabla 2: Grupo controlGrados de libertad: 24

    Pre-test Post-testVariable DT DT pRayen 39.780 9.730 40.330 8.720 0.180 0.855

    0.8 18Neuroticismo 12.220 5.450 11.830 4.580 0.230Extraversin 12.670 3.910 II .220 4.440 1 .040 0.308Psicoticismo 3.500 4.360 3.220 4.730 0.180 0.856Sinceridad 9.890 3.200 10.060 4.170 0.130 0.894

    MEPS 5.110 2.080 4.89

  • Vicente Garrido Genovs y Ana MS Piana

    Tabla 3: Grupo experimentalGrados de libertad: 16

    Pre-test Posttest

    Rayen 42.780 15.250 48.780 9.730 1.000 0.334Neuroticismo 12.330 3.200 11.22

  • El modelo cognitivo aplicado a delincuentes institucionalizados...

    Tabla 4: Post-testGrados de libertad: 25

    O. control U. experimentalVariable A DT X DT t p

    Rayen 40,330 8,720 48,780 9,730 2,280 0,03 1 *0,718Neuroticismo 11830 4,580 11.220 2,820 0,370

    Extraversin 11,22

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    Afirmamos igualmente que el programa posee importantes cualidadespara despertar el inters entre los participantes y fomentar su participacin,dado su talante prctico, flexible y particpativo. Sin embargo. el empleo deun instrumento de medida de nueva creacin nos lleva a aceptar con reservaslos resultados, por lo que la investigacin debe seguir definiendo sus limitesy su alcance. Somos conscientes de la presencia de ciertas dificultades meto-dolgicas que nos obligan a efectuar una interpretacin prudente de losresultados:

    problemas relacionados con la muestra dificultades para hacer el seguimiento. debido a la naturaleza multidi-

    mensional de la organizacin penitenciaria dificultades evidentes para hacer afirmaciones sobre la generalizacin

    de lo aprendido, ya que son pocos los factores que facilitan la elicita-cin de respuestas asociadas a las habilidades entrenadas fuera delescenario institucional.

    Concluimos, pues, afirmando que la hiptesis de que el programa es eficazse confirma, lo que apunta hacia prometedoras posibilidades en el terreno de laintervencin en instituciones penitenciarias. Creemos adems, que su xito sepotenciara si se integrara en un programa ms amplio de intervencin, promo-vido desde la institucin y complementado con pautas de actuacin coordina-das por parte de los diferentes agentes sociales, ms all de los muros de la pri-sin. El problema de la delincuencia no se soluciona con medidas estrictamen-te penitenciarias.

    La puesta en marcha de esta investigacin ha supuesto una oportunidadinestimable para colaborar en la elaboracin y adaptacin del programa deCompetencia Psicosocial, creando un prctico instrumento de trabajo para losprofesionales de este campo. Al trabajar desde el enfoque psicoeducativo que laintervencin penitenciaria requiere, tambin hemos querido potenciar la figuradel pedagogo, quien a pesar de haber estado tanto tiempo relegado. tiene unimportante papel en este campo. Si las penas privativas de libertad y las medi-das de seguridad estn orientadas hacia la reeducacin, tal y como versa el art.25.2 de nuestra Constitucin, debemos operativizar acttjaciones educativas eneste sentido: hay que educar al delincuente, sujeto cuyo proceso de socializa-cin ha sido deficitario o inadecuado, para que llegue a ser socialmente com-petente, sea valorado por los dems y pueda llegar a contribuir a los propsitosde la comunidad de la que forma parte. Queremos terminar recordando que losque ejercemos nuestra labor en y desde la prisin tenemos la obligacin dedifundir los resultados de nuestro trabajo. Mediante esta investigacin, espera-mos haber contribuido a la aparicin de futuras iniciativas: la tarea no es senci-lla y las dificultades no escasean, pero la realidad reclama propuestas de inter-vencin eficaces.

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