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ETSÁKUPANI INTERNACIONAL El debate de la reforma energética Foto: Presidencia

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ETSÁKUPANIINTERNACIONAL

El debate de la reforma energética

Foto: Presidencia

directorioMtro. Luis Roberto Mantilla SahagúnRector Dr. Ernesto Rodríguez Moncada Vicerrector académico M.A. Marcela Genel ValenciaVicerrectora Administrativa M.I.D. Viviana Itzel Espinosa EstradaDirectora de Mercadotecnia y Comunicación Institucional

Mtro. Efraím Valencia VázquezDirector de Servicios Universitarios Mtro. Armando Pérez CoronaDirector de Tecnologías de Información

Lic. Leopoldo Callejas FonsecaDirector de la Licenciatura en Relaciones Comerciales Internacionales

ColaboradoresGary Sistos GarcíaMartin A. Gamez VillalobosErika T. Vázquez RamírezVíctor M. Chávez OrozcoYankel A. Benítez SilvaLuis A. Alquicira Zárate

Comité EditorialMaría Alquicira ChávezOlivia Cadenas LeónArmando Espejel CortésLuis Daniel Venegas ArellanoErnesto Rodríguez MoncadaPaloma Erandi Aguilar CuevasMaría de la Salud Alejandra Sosa MedinaSigifredo Estrada ArgüelloLeopoldo Callejas Fonseca

Asesor CreativoDaniel Tinoco Torres

E D I T O R I A LCONTENIDO

REVISTA ETSÁKUPANI INTERNACIONAL, Año 3, No. 21, septiembre 2013, es una publicación mensual, editada por la Universidad Latina de América, a través de la Licenciatura en Relaciones Comerciales Internacionales, Manantial Contzio Norte No.

355, Fraccionamiento Los Manantiales, C.P. 58170, Morelia, Michoacán, Tel: (443) 3 22 15 00, www.unla.edu.mx [email protected], Editor responsable: Leopoldo Callejas Fonseca. Reserva de Derecho al Uso Exclusivo No.

04-2011-110412382200-203 otorgada por el Instituto Nacional del Derecho de Autor.

Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa

autorización del titular del los derechos y/o de la Universidad Latina de América.

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México en busca de una reforma energética, pros y contras, ¿En dónde se equivocó mi maestra de primaria? 7

Reforma energética: es tiempo de dejar atrás el miedo al cambio y apostar por un mejor futuro para nuestro país

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Aspectos constitucionales y legales relevantes en torno a la reforma energética, lo que todos debemos saber.

Apuntes sobre la nueva reforma energética, una crítica a la visión privatizadora de la propuesta

La reforma energética

Misión VisiónLa Universidad Latina de América es una institución particular de educación media superior y superior que, a través de la docencia, investigación, producción y difusión del conocimiento y la cultura, esta orientada a la formación integral y de calidad de mujeres y hombres, alrededor de su desarrollo intelectual, respetuosos de la diversidad, comprometidos con su entorno y poseedores de una sólida base de valores, para contribuir a su propia transformación y de la sociedad.

En el año 2018, la Universidad Latina de América, institución de excelencia académica, será un referente en Educación Media Superior y Superior por su contribución a la búsqueda de la felicidad y bienestar de los seres humanos, mediante el fortalecimiento de su modelo académico y pedagógico, su oferta educativa y su compromiso con los diferentes sectores de la sociedad.

16Breves Informativas

17Opinión

Etsákupani Internacional

En Etsákupani Internacional, tenemos el honor de presentar a ustedes una serie de análisis y opiniones que, amablemente, nos comparten estudiantes de la Maestría en Administración Estratégica de la Universidad Latina de América, sobre la Reforma Energética y las iniciativas presentadas al respecto.

Etsákupani Internacional se halla bajo la premisa de respeto a todas las opiniones y puntos de vista. Nos reconocemos como un espacio plural y democrático. Celebramos las diferencias que pudieran dividir, o incluso enfrentar, entendiendo que, mediante el diálogo, es posible identificar coincidencias y construir acuerdos. Creemos firmemente que la diversidad nos brinda panoramas con distintas propuestas que se adaptan a distintas problemáticas.

Partimos del supuesto de que no hay mejor manera de entender una determinada situación o problemática que analizándola y debatiéndola, con ideas y argumentos. Buscamos contribuir a una narrativa que le permita a la comunidad universitaria, y a la sociedad en general, ser partícipe de su entorno y, en consecuencia, en el diseño y construcción de su país y del mundo.

Estamos comprometidos con ser un espacio de reflexión, análisis y debate con esencia incluyente, sin menoscabo de ninguna postura u opinión.

Es por ello que, entendiendo la importancia que tiene para el país, nos unimos al debate entorno a la reforma energética y las iniciativas presentadas, valorando las distintas posturas y perspectivas.

Con base en lo anterior, Etsákupani Internacional aclara que los análisis y opiniones que aquí se expresan son responsabilidad única de su autor, y no reflejan necesariamente la postura del Comité Editorial y/o de la Universidad Latina de América.

Comité Editorial

Si hay algo de lo que estamos seguros todos los mexicanos que no formamos parte del selecto 1.7% de la población del país que pertenece a la clase alta, según datos del INEGI (El Universal, 2013), es de que nuestra madre patria requiere cambios sustanciales en su estructura política, económica y social. Y, mientras algunos grupos que oscilan entre lo subversivo y lo infantil expresan, su descontento burlándose de los desatinos de los políticos en las redes sociales o hablando puerilmente de revoluciones anacrónicas, quienes realmente buscan cambiar la realidad de nuestro país se adentran en un territorio sucio e inhóspito, en el que se esconden los intereses menos pensados. Un claro ejemplo de esta situación se vive actualmente con la aprobación de la reforma energética. Si bien la gran mayoría de los mexicanos estamos conscientes de la necesidad de incrementar la eficiencia con la que se explotan los recursos energéticos de nuestro país para beneficio colectivo, difícilmente logramos ponernos de acuerdo sobre cómo hacerlo. Lo que es aún peor, el tema se vuelve especialmente sensible y delicado, pues un infame y falso nacionalismo sobre la posesión del petróleo entra en juego. Y, para terminar de complicar las cosas, algunas fuerzas y actores políticos relegados por la voluntad del pueblo en las urnas buscan que su nombre cobre fuerza una vez más, aprovechando la controversia

pero, sobre todo, el pseudo-nacionalismo y la ignorancia de algunos sectores de la población. Como podemos ver, cambiar las cosas en México no es fácil.Aún si la reforma energética fuera sancionada, la reciente aprobación de la reforma educativa sienta

un obscuro precedente de protestas y actos al margen de la ley por parte de grupos políticos incapaces de aceptar la pérdida de sus privilegios en beneficio de la nación. La lección que nos están dando actualmente el CNTE y personajes como López Obrador, nos deja claro que hay grupos dispuestos a ignorar por completo el aparato legislativo de nuestro país. Resulta escalofriante pensar en lo que pasaría si se aprobara la reforma energética: interminables plantones, marchas a diario, actos violentos por parte de manifestantes y autoridades en pleno corazón de nuestro país. Como podemos ver, la aprobación de una reforma energética no será cosa fácil. En este breve ensayo haré una revisión a la reforma

energética, analizando sus propuestas más relevantes y determinando si sería adecuado implementarlas en nuestro país. Paralelamente, y de acuerdo a lo que yo considero aún más importante, haré una critica a la dificultad que encuentra México consigo mismo para realizar cambios estructurales. Cambios que son necesarios y, sin embargo, difícilmente se ven llegar. Antes de entrar a abordar la reforma energética presentada por el Presidente de la República el 12 de agosto de 2013, habría que remontarnos a los orígenes de las leyes que se buscan modificar. Para ello, naturalmente, nos situaremos el 18 de marzo de 1938, cuando el entonces Presidente de la República, el general Lázaro Cárdenas del Río, declaró la expropiación petrolera. En aquel momento, dicha medida gozó de una gran popularidad, fuertemente respaldada por mexicanos de todas las clases sociales que no sólo simpatizaban con la lucha de los trabajadores petroleros frente a las poderosas y arrogantes petroleras extranjeras, sino que también se veían contagiados por los impetuosos bríos nacionalistas que soplaban con fuerza en el mundo. Recordemos que fue en los años treinta cuando el nacionalsocialismo alemán y el fascismo italiano, entre otras corrientes análogas, sorprendieron al mundo de la mano de un vehemente amor a la patria con fuertes tintes xenofóbicos. El optimismo era tal que, incluso con las fuertes repercusiones que se vinieron, como el embargo comercial de los Países Bajos y Estados Unidos o que Reino Unido rompiera relaciones con nuestro país, los mexicanos nos sentíamos orgullosos de la expropiación petrolera. De sobra está decir que si no hubiese sido por la creciente hambre de recursos energéticos a ambos lados del Atlántico durante la Segunda Guerra Mundial, las consecuencias de la explotación petrolera pudieron haber sido mucho más contundentes de lo que actualmente narran los libros de historia, pero, afortunadamente el cruel destino de la humanidad jugo por una vez a favor de México. ¿Cuál es el objetivo de traer estos antecedentes al presente? Bueno, en principio, realizar algunas preguntas. Aún asumiendo que la expropiación del petróleo fue una decisión acertada dentro de su marco histórico, ¿realmente vale la pena preservar su núcleo intacto 75 años más tarde? ¿Nuestro país se enfrenta a los mismos desafíos económicos y sociales de aquel entonces? ¿El comercio internacional de energéticos no ha cambiado en cerca de un siglo? ¿Actualmente no existen disposiciones regulatorias de carácter nacional e internacional que ofrezcan conciliar los problemas que se intentaron afrontar por medio de la expropiación

Reforma energética: es tiempo de dejar atrás el miedo al cambio y apostar por un mejor futuro para nuestro país

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PEMEX busca diversificar sus ventas aumentando sus

exportaciones a la India y China y poniendo sus

esperanzas a largo plazo en las aguas profundas del

Golfo de México

petrolera?. Finalmente, ¿el mantenerse fiel a la idea de que únicamente el estado mexicano explote los recursos energéticos del país obedece verdaderamente a razones intelectuales o a un chovinismo anacrónico?Tras echar un ojo al pasado, valdría revisar la actualidad del sector energético en México. Según datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo México es el décimo país productor de crudo “aunque su producción ha caído 25% desde su pico de 3.4 millones de barriles por día en 2004” (CNN Expansión, 2013). Nuestro país es uno de los principales exportadores de petróleo a Estados Unidos, pero resulta irónico que tenemos que importar el 40% de la gasolina que necesitamos debido a que no contamos con suficiente capacidad de refinación. Estados Unidos también es el mayor comprador de crudo mexicano, sin embargo los embarques se han reducido a la mitad desde el 2006, pues las necesidades energéticas de Estados Unidos van en aumento mientras que la producción de México va en declive. Para responder a esta situación, PEMEX busca diversificar sus ventas aumentando sus exportaciones a la India y China y poniendo sus esperanzas a largo plazo en las aguas profundas del Golfo de México, donde calcula que existen 29,000 millones de barriles de crudo. Los recursos obtenidos por la venta de petróleo sirven al gobierno mexicano para financiar una tercera parte del presupuesto federal. Esto imposibilita a PEMEX para financiar nuevos proyectos y aumentar su producción. Según ha advertido el gobierno, esta situación llevaría a que México se convierta en un importador neto de

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petróleo para el 2018. La prestigiosa agencia de noticias Reuters describe el panorama: “En años recientes, PEMEX ha batallado con una pesada carga fiscal, corrupción, intereses políticos y multimillonarios robos en sus ductos. Desde 2011, la producción petrolera de México ha sido superada por Kuwait y los Emiratos Árabes, de acuerdo con datos de la OPEP” (CNN Expansión, 2013).Otros puntos relevantes respecto al sector energético en México incluyen que nuestro país también posee el cuarto lugar mundial de gas de esquisto, ubicado en depósitos que pueden contener tanto gas como petróleo. En cuanto a la CFE, a pesar de que controla todos los aspectos del sector, son otras dependencias encabezadas por la Secretaría de Hacienda quienes fijan las tarifas y los subsidios. “Expertos opinan que las tarifas podrían bajar si la paraestatal se desmantelara, permitiendo más competencia y generación de energía por parte de privados” (CNN Expansión, 2013).Como podemos ver, la situación que enfrenta el país hace apremiante que las autoridades tomen cartas en el asunto. Para ello el Presidente de la República ha presentado la reforma energética este año. En ella, y como punto medular de la polémica, se pretende modificar el artículo 27 constitucional para permitir la utilización de contratos para la extracción de hidrocarburos del subsuelo. Tratando de ponderar el impacto de esta medida, opta por mantener la propiedad de la Nación sobre los hidrocarburos y continuar con la prohibición de concesiones que otorguen derecho sobre recursos naturales a particulares. El artículo 28 de la Constitución también se modificaría, permitiendo

Es estudiante de la Maestría en

Administración Estratégica de la

Universidad Latina de América

Gary Sistos García

autores

Foto: Olmecadiario

a particulares participar directamente en la cadena de valor después de la extracción. Además, estos cambios vendrían acompañados de una reforma hacendaria que formularía un nuevo régimen fiscal para PEMEX con un pago de derechos más bajo. Se propone también reestructurar PEMEX y su subsidiarias para elevar su transparencia y rendición de cuentas.En materia de energía eléctrica, se plantea dar apertura a particulares permitiendo que éstos, en conjunto con la CFE, impulsen el sistema eléctrico nacional bajo la conducción del Estado. Con esta medida se busca reducir costos y, por lo tanto, hacer lo propio con las tarifas a la par de elevar la productividad y eficiencia del sistema eléctrico. Sopesando la problemática que enfrenta el país en materia de energía e hidrocarburos con los puntos más importantes de la reforma energética, creo que no queda mucha duda de la imperante necesidad de que ésta sea aprobada. Es más, incluso podríamos decir que peca de ser bastante conservadora en sus propuestas. Y no dudo que quienes la concibieron piensen lo mismo. Pero en un México donde todos tienen tanto deseo como miedo de cambiar, no se puede arriesgar demasiado. Menos aún, cuando buitres y fantasmas políticos acechan deseosos de alimentarse del miedo y la ignorancia del pueblo. Personajes como Andrés Manuel López Obrador y su movimiento político MORENA asechan como aves de rapiña en la búsqueda de temas que puedan suscitar controversia para volver a estar en la mira del ojo público. Otros aparentemente más moderados, como Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, emergen del pasado, cuales espectros, para apropiarse “por herencia” de una lucha que no sólo se libró hace muchas décadas atrás, sino que además pertenece a todos los mexicanos. Sobra mencionar, además, a todos los grupos corruptos que tomarían el mismísimo corazón de nuestro país si se ven afectados sus intereses en alguna medida. Lo más triste es que todos estos actores y fuerzas políticas se valen de lo que menos profesan, del patriotismo y amor por México, para encender los corazones del pueblo que, en su ignorancia, alimenta un imaginario colectivo en torno a la inversión extranjera en nuestro país. Es deber de todo hombre y mujer que se jacte de ser mexicano el informarse adecuadamente de los temas de actualidad, debatirlos con otros que posean igual o más conocimiento del tema y, posteriormente, compartirlos con aquellos que no tienen la fortuna de acceder a un sistema íntegro de intercambio y enriquecimiento de la información. De esta forma, combatiremos la ignorancia y, con ella, el miedo al cambio que tanto daño le hace a

nuestro país.En conclusión, la reforma energética de nuestro país es un asunto sumamente trascendente, pues, además de su evidente repercusión económica, también tiene importantes alcances políticos y sociales que se ven fuertemente influenciados por la idiosincrasia del mexicano. La situación del sector energético en nuestro país se encuentra en un momento delicado y, de seguir así, México podría quedar relegado del mercado internacional de hidrocarburos. El hecho de que siendo un país productor de petróleo estemos importando cerca de la mitad de la gasolina que consumimos, puede ser el preámbulo de una situación catastrófica. Como hemos visto, no actuar con diligencia podría llevar prontamente a nuestro país a convertirse en un importador neto de petróleo. En dicho escenario, valdría la pena cuestionarse cómo se financiaría la parte del presupuesto federal que depende de Pemex. Sin duda, poco importa nuestro potencial como productores de petróleo y gas de esquisto si su celoso dueño, el Estado, no cuenta con los conocimientos y recursos necesarios para explotarlo adecuadamente. Es por ello que la otorgación de contratos para la extracción de hidrocarburos y el permitir a particulares participar en la cadena de valor tras la extracción de éstos, resulta una opción viable. Aceptar estas medidas, lejos de representar una afrenta a nuestra patria, como algunos lo quieren hacer ver en beneficio de sus propios intereses, representa un acto de amor a México y a su gente, pues debidamente aplicadas estas reformas nos beneficiarán a todos los mexicanos. La flexibilidad es uno de los ingredientes clave del éxito, y en tiempos de grandes cambios, apertura e innovación, resulta escandaloso aferrarse a ideas nacionalistas y chovinistas de principios del siglo pasado. Los mexicanos estamos acostumbrados a mostrar malestar y descontento por nuestra situación y, sin embargo, hacer nada pensando que las cosas podrían terminar peor. Es tiempo de dejar atrás el miedo al cambio y apostar por un mejor futuro para nuestro país.

REFERENCIASEl Universal. (2013). En México, 1.7% de la población es de clase alta; 59.1% baja: INEGI. Recuperado de http://www.eluniversal.com.mx/notas/929245.htmlCNN Expansión. (2013). El sector energético en México en cifras. Recuperado de http://www.cnnexpansion.com/economia/2013/08/11/el-sector-energetico-de-mexico-en-cifras

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Una reforma energética siempre tiene que estar bien planeada, viendo pros y contras. El gobierno federal establece los beneficios que podría traer al realizarla y engloba en estos tres grandes campos:

1. Mejorar la economía de las familias: bajarán los costos de los recibos de la luz y el gas. Al tener gas más barato, se podrán producir fertilizantes de mejor precio, que resultará en alimentos más baratos.

2. Aumentar la inversión y los empleos: se crearán nuevos trabajos en los próximos años. Con las nuevas empresas y menores tarifas, habrá cerca de medio millón de empleos más en este sexenio y 2 y medio millones más para 2025, en todo el país.

3. Reforzar a Pemex y a CFE: se le dará mayor libertad a cada empresa en sus decisiones para que se modernicen y den mejores resultados. Pemex y CFE seguirán siendo empresas 100% públicas.

4. Reforzar la rectoría del estado como propietario del petróleo y gas, y como regulador de industria petrolera.

Hoy en día, nos encontramos con que Pemex es una empresa experta en extraer petróleo que se encuentra en el mar a poca profundidad, hay mucho petróleo que se encuentra en lugares más difíciles de alcanzar, que requieren de tecnologías, experiencias y más inversión para poderse extraer. México no ha explotado las aguas profundas y ultra profundas, aunque el 2012 tuvo un año record perforando 6 pozos, estamos por debajo de nuestro país del norte, donde se perforan más de 100 pozos al año. Importamos el 49% de la gasolina que se consume en el país, lo mismo pasa con el gas, nuestra producción es insuficiente y se importa un 33% del gas consumido. Los petroquímicos, en su gran mayoría, también provienen del extranjero hasta un 65%.

Entonces, la reforma propone en materia de petróleo y gas plasmar prácticamente lo mismo que dijo el presidente Lázaro Cárdenas, que fue muy nacionalista haciendo que el petróleo sea de México. Lo más importante fue que garantizó la propiedad y rectoría del Estado en el control de los hidrocarburos. Con la nueva reforma lo que se busca es darle más libertad a Pemex de trabajar en actividades sustantivas de la industria petrolera.

Manteniendo a nivel central las mismas áreas como administración, finanzas, operaciones, jurídico, y tecnología de información y procesos de negocio. Pemex trabajaría mediante contratos de Utilidad

México en busca de una reforma energética, pros y contras, ¿En dónde se equivocó mi maestra de primaria?

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Compartida, formato que muchos países ya están trabajando, ¿Qué es esto? Lo que nos dice es que cuando Pemex gane dinero en la explotación de un pozo petrolero, y deje hacer el trabajo a otros, al no correr riesgos, si esto funciona para bien, Pemex tendrá que pagar una parte de su utilidad a la empresa ganadora de la licitación; como lo dice Luis Videgaray, no podrá ser mayor al 50% las utilidades que pida la empresa a Pemex para las zonas no explotadas todavía. Pero, ¿no nos estaremos enfocando sólo en un punto del mapa? ¿Por qué nada más enfocarnos en extraer petróleo, pudiendo también invertir en la refinación o el proceso del gas natural? ¿las posturas qué plantean? se dice que el negocio está en la extracción del crudo, pues en la venta se gana el 80%, es decir, un barril promedio cuesta 100 dlls y nos cuesta extraerlo 20 dlls. En la refinación no son tan grandes los márgenes de utilidad, además se comenta que será así pero, por escrito, no se maneja claramente qué licitaciones serán las que estarán a cargo de las empresas que vienen a competir.

En una entrevista del presidente de Pemex con Carmen Aristegui, él dice que el petróleo fácil estará prácticamente para Pemex y sólo las aguas profundas y ultra profundas se pondrán en competencia, pero la duda entra ¿En qué se basa el presidente de Pemex para decir qué es fácil y seguro y qué no? El presidente de Pemex no sabe explicar eso y ¿Cómo nos van a explicar a nosotros que es fácil y seguro y qué no? ¿Qué es seguro y qué no es seguro?

Refiriéndome a los pozos, creo que si una empresa extranjera se animara a invertir en la perforación de pozos, debería estar segura que ahí se encuentra petróleo. ¿Cómo va a correr el riesgo millonario sin tener nada seguro? esa es una de los principales excusas de la reforma, el riesgo que implica que todos los procesos recaigan sobre Pemex, y el que no se le puede pedir eficiencia y eficacia a algo que no se sabe hacer pero, creo que cuando comenzó la expropiación petrolera tampoco se sabían hacer algunas cosas, y mediante la preparación y adquisición de experiencia Pemex hoy en día es quien es.

Aunque con el paso de los años, después de que la

Importamos el 49% de la gasolina que se consume en el país, lo mismo pasa con el gas nuestra producción es insuficiente y se importa un 33% del gas consumido.

Es estudiante de la Maestría en

Administración Estratégica de la

Universidad Latina de América

Martín Alejandro Gamez Villalobos

autores

maestra de primaria nos platicara de Lázaro Cárdenas y lo importante que fue para México que se hiciera la expropiación petrolera con una visión modernista poniendo a México como uno de los principales mercados de petróleo, futura potencia y la emoción de decir somos ricos porque el petróleo es de México, se ha quedado olvidado, me gustaría decirle a mi maestra que nunca vi un peso de lo que “ganamos” con el petróleo y que jamás lo vamos a ver, porque es algo intangible y así seguirá; cada vez pierdo más la esperanza, pues las ganancias de Pemex se van directamente a un barril sin fondo llamado gobierno y sus desperdicios, en donde salen las conclusiones de que no importa cuánto dinero más gane Pemex nunca será suficiente para el estado.

Qué importa aumentar el PIB en 6 puntos, como lo estima Enrique Peña Nieto, si no pone las cartas sobre la mesa de qué se va hacer con ese dinero. Creo que se debería cambiar la manera de repartir el egreso en el país, no decir en porcentajes hacia donde se va el dinero sino en proyectos que se puedan medir. Que se diga: esta cantidad se va a este proyecto que es una carretera, esto a hacer escuelas con el proyecto en la mano y no solamente manejar cifras y, a fin de año, decir “con el dinero de infraestructura se crearon tantas carreteras.” Lo mejor sería “el proyecto era para 100 carreteras y con el dinero y el presupuesto se crearon las 10 o menos” así poder evaluar la eficiencia del dinero presupuestado. Porque estamos

en un país donde las inversiones de infraestructura llegan a costar 3 o 4 veces más del presupuesto y ésto no debería de ser posible.

Pemex aporta entre el 30 y 40 % del presupuesto para los egresos del país. Es una incógnita a donde se va el dinero. Podrán decir “se fue a infraestructura”, y está bien ¿Pero a cuál? Y estudiar cada proyecto que se hizo referente a lo que de verdad debería de costar, lo que no se mide no se puede evaluar, como bien se dice “orden dada y no supervisada, es una orden mal ejecutada.”

El costo del petróleo y del gas influye en nuestra calidad de vida y, si éste aumenta, disminuye nuestro poder adquisitivo, ya que las cosas comienzan a subir de precio de manera exponencial y seguimos con el mismo sueldo. Si no somos competitivos y eficientes en el sector energético, empresas dejan de invertir su capital en el país y puede que tengamos una fuga de capitales.

Uno de los principales y más grandes problemas del país es la corrupción y Pemex no está exento de ello, ya que tiene uno de los sindicatos más corruptos y poderosos de la historia. Otro punto es que Pemex ya venía manejando diferentes contratos, uno de ellos Repsol, donde no se ve anunciado el beneficio que se tuvo, no se sabe si aumentó la producción, si fueron más eficaces en sus procesos, es cuando se piensa que los contratos son negocio para las empresas, no

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autores

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para la nación.

¿Qué se va hacer con el excedente pronosticado? ¿En dónde se va invertir? ¿A dónde va a llegar? ¿Se tendrá por separado la ganancia de los lugares nuevos explotados?

No podemos dejar que privados entren y hagan la tarea que no podemos hacer porque no tenemos la infraestructura, Pemex necesita hacer negocio redondo en lugar de explotar y terminar con nuestra reserva. Los países como Estados Unidos ganan mucho dinero por su ventaja competitiva en la tecnología y nosotros, al igual que la agricultura, le vendemos materia prima para después comprarles lo mismo que nosotros le vendimos pero procesado. En cambio México y Pemex tienen la ventaja competitiva de tener la materia prima. Se dice que Pemex no se puede endeudar, pero con el paso del tiempo observamos que empresas que manejan las deudas saludables son más competitivas pues, como todos sabemos el dinero ajeno es más barato que el propio. O, en todo caso, destinar una parte de la ganancia para el ahorro de alguna refinería y dejar de ser dependientes de Estados Unidos, y en un futuro dejar de importar y ser nosotros importadores de gasolina, que ya tendrá un valor agregado y eso también representaría un incremento considerable del PIB, además de la derrama económica que traería con nuevos empleos más margen de ganancia en la gasolina y un mejor control de las finanzas.

Se hace hincapié en crear nuestra propia gasolina que está siendo subsidiada por el gobierno, pero en lo que va en este año la gasolina ya aumento 1 peso ¿qué nos dice esto? aunque la ganancia esté en extraer petróleo, lo que tenemos que poder hacer son petroquímicos y gasolina propia, pues le compramos a Asia a $16 y nosotros vendemos en $3.5, simplemente es mejor producir otro negocio. El transporte de la gasolina importada todo eso es un ahorro enorme y comenzar poco a poco a dejar de ser dependiente.

Quitar privilegios a grandes empresas en México, donde sus primeras 6 empresas juntas generan la misma utilidad que Pemex, pero a diferencia de ella no se las comen los impuestos. Ahora, con la nueva reforma se busca liberar más a Pemex en ese aspecto, pero ¿quién pagará o aportará ese porcentaje de dinero que aporta Pemex? es donde viene la reforma hacendaria y seguir exprimiendo a la clase media baja, porque empresas grandes en México no pagan juntas ni la mitad de lo que paga Pemex de impuestos, terminar con los privilegios es otra forma de contribuir

con el gasto.

En lo personal, preferiría pagar mediante un contrato de servicio como ya se vino haciendo, pero en lugares seguros para extraer y dejar las aguas profundas para un futuro que se necesite.

Se debe hacer una reforma energética, pero después de hacer una limpieza interna de todo lo que rodea y vicia a Pemex. Se tiene un gran potencial y un futuro prometedor, se habla mucho del caso de Noruega, uno de los países más ricos y a quienes les funcionó ese tipo de modificación, al igual que Brasil, pero a ellos no le quedan muchos año de petróleo como lo tiene México, además de que México no necesita extraer más. Noruega no tiene los problemas internos que tiene Pemex, ya que no tiene un sindicato corrupto que existirá todo el tiempo que viva la paraestatal y los trabajadores. Como en todos los sindicatos, no son los culpables al igual que la utopía con la que fueron creados los sindicatos. Más que nada la pregunta sería ¿para qué agotar nuestros recursos naturales? Es claro que las utilidades son muy altas pero a cuenta de que en un futuro ya no tengamos ese recurso, la justificación está en incrementar el PIB. ¿Por qué mejor no apostar por refinerías en el país para convertirnos en un exportador de la gasolina? y éste también tendría un efecto en el crecimiento del país. Si se llegara a dar esta reforma se deberían estipular desde antes las normas de juego donde no queda claro cuando Pemex es dueño de una concesión y cuando no, se dijo que cuando sea fácil pero ¿Quién va a decir si es fácil o no?

Ahora, si es que se aprueba, deberán reflejar resultados a corto tiempo pues el incremento de utilidades debería ser exponencial y viene la contraparte, donde también la reforma hacendaria está en proceso, creo que ya no sería necesario incrementar las tasas de los impuestos pues, con el petróleo, tendríamos más dinero. Espero algún día ver la calle de mi casa y por donde circulo sin ningún bache y las calles como en Noruega, pues tendremos tanto dinero que se tiene que ver reflejada en un tiempo record, y no caiga todo ese dinero en un barril sin fondo como lo es el gobierno, ojalá no duela el tener la razón ahora y, que de verdad, sí funcione y, más que nada, lo hagan funcionar.

Voluntad política, con eso Pemex sería de las mejores.

Foto: El Universal

Hablar de reforma energética es uno de los temas tabú preferido de los mexicanos, por un lado el eterno temor a perder el control sobre el hidrocarburo preocupa a los sectores de izquierda, y por otro los tecnócratas que creen que la inversión extranjera es la cura para todos los males que aquejan al país.Analicemos qué propone la reforma, sin meternos a vericuetos legales, básicamente aporta lo siguiente:1. Inversión de capital extranjero en la extracción de crudo en aguas profundas, asumiendo el riesgo de la inversión, volviéndose concesionaria de la petroquímica y refinería.2. Nulos o casi nulos impuestos, a la cúpula empresarial del país, por lo que se continua patrocinando su gasto a través de Pemex.3. El liberar recurso a Pemex hasta 2015 para que tenga la capacidad de competir contra los grandes consorcios.4. Apertura para la entrada de grandes consorcios petroleros para que exploten la producción.5. Continúa la política de autoridad fiscal (baja participación del Estado).6. Política económica destinada a promover la entrada de capital extranjero.7. Regresar la renta petrolera a las mismas empresas a las que les fue expropiada en 1938.Si hablamos de reformas hablamos de progreso; no siempre. Si bien es cierto se busca la inversión en nuestro país, también lo es que no todo lo que llega se reinvierte o se queda. Desglosemos los puntos

previamente esgrimidos.INVERSIÓN DEL CAPITAL EXTRANJERO EN LA EXTRACCIÓN DE AGUAS PROFUNDAS. Si asumen el riesgo, asumen la ganancia. Con tecnología de mayor alcance habrá

una súper producción, corriéndose el riesgo de acabar con las reservas de hidrocarburo.NULOS IMPUESTOS A LA CÚPULA EMPRESARIAL. Los empresarios mexicanos pasarán a ser empleados de las grandes trasnacionales, al no poder competir, cerrarán sus propias fábricas o venderán a grupos extranjeros, por lo que responderán a intereses.LIBERAR RECURSO A PEMEX HASTA 2015. Lo deja sin capacidad para competir, y lo hará cuando ya esté copado el mercado, con la autoridad fiscal que ejerce

Apuntes sobre la nueva reforma energéticaUna crítica a la visión privatizadora de la propuesta

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el Estado y la nula participación del mismo Pemex no tiene como financiarse, pero si distribuye su ganancia entre sindicatos, municipios y estados que se benefician de las utilidades.APERTURA DE CAPITAL EXTRANJERO PARA LA EXPLOTACIÓN. Sin presupuesto hasta 2015, Pemex no podrá competir con los grandes consorcios como SHELL y similares, además de que la inversión no viene a activar el mercado, viene por la renta petrolera.AUTORIDAD FISCAL. Sigue el Estado sin invertir en Pemex, con la nula participación derivada del régimen contributivo se achica el crecimiento económico, por lo tanto no industria, no mercado, no crecimiento.POLITICA ECONÓMICA DESTINADA A FAVORECER EL CAPITAL EXTRANJERO. El gobierno no gasta para que venga la inversión extranjera, esto contrae al mercado interno, por ende menos industria y menos empleo. Además de que el TLC favorece la entrada de importaciones baratas provenientes del extranjero que suprime el mercado interno, su producción y consumo de lo nacional.El problema de Pemex no es la falta de rentabilidad, el problema es que subroga la renta petrolera para favorecer a la cúpula empresarial. Si partimos del principio que el Estado, para tener un control debe ejercer totalmente la administración de sectores estratégicos, la reforma energética hecha al vapor y por intereses creados, es decir, para pagar la factura, deja al Estado con el pie en la yugular.

El problema de Pemex no es la falta de rentabilidad, el problema es que subroga la

renta petrolera para favorecer a la cúpula empresarial.

Hoy, en México, existen problemas generalizados con respecto a la distribución inequitativa de la riqueza, la monopolización de la producción, así como un abuso sistemático a la sociedad y la clase trabajadora por los poderes fácticos. Un gobierno verdaderamente democrático utilizaría los formidables poderes del Estado mexicano para redistribuir la riqueza nacional, acabar con los monopolios y garantizar el bienestar de todos los trabajadores, profesionistas, indígenas, jóvenes, mujeres y niños del país.Si las políticas económicas fueran neutras y no respondieran a intereses, acabaríamos con la oligarquía que tanto afecta al país. Se debe trabajar con las bases, es decir, en los problemas fundamentales de la economía mexicana, el otorgar apoyos a la industria agrícola y manufacturera para que tengan la posibilidad de un financiamiento y puedan reactivar la economía interna; mayor participación del Estado para que éste no subrogue los beneficios, lo que generaré empleos y, si éstos son bien remunerados, le permitirá al mexicano poder acceder a los bienes y servicios del mercado, activando la economía nacional. Concesionar, privatizar o como se quiera llamar, no es la panacea, mientras las políticas económicas que tanta pobreza y desigualdad social han creado se reviertan. En principio, aumentar el control de empresas trasnacionales sobre la renta petrolera no generaría ganancia alguna para el pueblo, sino todo lo contrario. En lugar de que el gobierno reciba las ganancias para poder gastarlas en escuelas, centros de salud y carreteras, las recibirían estas empresas para poder complacer a sus accionistas. La privatización tampoco ayudaría con el combate a la corrupción. Con experiencias similares en los sectores bancario, minero, telecomunicaciones, aviación, entre otros, han demostrado claramente que la desincorporación de activos estatales genera más, no menos, enriquecimiento ilícito.Tampoco existe garantía alguna de que las empresas transnacionales realmente vayan a invertir grandes cantidades de recursos en la extracción o la refinación del petróleo mexicano. Lo que les interesa a estas empresas es poder reportar a sus accionistas su control sobre los recursos (el famoso “booking” de las reservas) y, no necesariamente, su explotación directa.Resulta evidente que, la estrategia más pragmática y menos riesgosa para fortalecer la industria petrolera nacional, sería reducir la carga fiscal a Pemex, combatir seriamente la corrupción, no sólo en el

sindicato, sino también en la licitación de jugosos contratos a empresas privadas, así como aumentar significativamente la inversión estatal en tecnología petrolera. México cuenta con científicos e ingenieros en el Instituto Mexicano del Petróleo, la UNAM y el IPN quienes están a la altura del reto. Estas inversiones podrían ser financiadas con un pequeño aumento en los impuestos para las personas físicas y morales más ricas, junto con un fuerte combate a la evasión fiscal.Al Estado no le interesan las soluciones pragmáticas, sino cumplirles a sus patrocinadores, finalmente todo se cobra. Para los “pactistas” el objetivo de la reforma energética no es económico, sino político e ideológico.La regla básica de la ideología económica vigente es la privatización de las ganancias y la socialización de las pérdidas. El Estado no tiene derecho a generar ganancias propias para después invertirlas en el desarrollo social, sino que su única función es mantener condiciones favorables para el aumento de los ingresos de las empresas privadas. De acuerdo con esta lógica, el Estado también debe asumir las pérdidas del sector privado por medio de costosos rescates cuando los integrantes de la oligarquía despilfarran sus recursos. Los ganadores tendrían que ser los ciudadanos más humildes y, en caso de que haya pérdidas, las empresas más poderosas deberían asumir los costos de manera solidaria. Podemos oír muchas voces respecto a la reforma, es bueno, ayuda a que se fomente la diversidad y tolerancia; podemos leer incesantes textos de cómo debe ser México. Podemos o no negar la ideología, podemos o no entender los problemas de nuestro entorno, lo que no está permitido es mostrar indiferencia ante el rechazo o la especulación. Como mexicanos jóvenes a nosotros, en un par de años, nos tocará llevar la vida económica del país desde nuestra trinchera, México no es su presidente o gabinete, México es el ciudadano común que llevó a los encumbrados a ser lo que ahora son, sin el votante ellos no existen, de ahí que sea tan importante que olvidándonos de los prejuicios sociales seamos conscientes del poder de nuestra decisión, del poder de nuestras acciones civiles. Si privatizar es un atraco, defendámonos del atraco, exijamos a la autoridad reformas y leyes a la altura de los retos, que legislen por aquella mayoría que los tiene en un curul, no por aquél a quien le deben el favor político. Modernizar no es vender.

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autores

Es estudiante de la Maestría en

Administración Estratégica de la

Universidad Latina de América

Erika Tzetzangari Vázquez Ramírez

Foto: Sinembargo

Antes de hablar de la reforma energética comenzamos por recordar que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es la carta magna que rige a México en la actualidad. Regula la relación del gobierno federal con los estados de México y sus artículos son marco legal y político que nos compete a todas las personas que vivimos en este país. Desde su elaboración en 1917, ha sufrido más de 200 cambios y ha cambiado mucho su contenido sin dejar nunca a un lado la integridad de los mexicanos y siempre buscar nuestro bienestar.

La Constitución se divide en 9 títulos y éstos, a su vez, se dividen dependiendo el número de artículos que éste contenga, el título primero contiene del art 1 al 38 y éste se refiere a los Derechos Humanos y sus garantías.; el título segundo, del art 39 al 48, y habla sobre la soberanía nacional y la forma de gobierno; el título tercero está del art 49 al 107 y hace referencia a la división de poderes, que son legislativo, ejecutivo y judicial; el título cuarto abarca del art 108 al 114 y se refiere a la responsabilidad que tienen los servidores públicos y patrimonial del Estado; título quinto, del art 115 al 122 y trata sobre los estados de la federación y del Distrito Federal; el título

sexto contiene un artículo y habla sobre el trabajo y la previsión social; título séptimo, del 124 al 134 son prevenciones generales; el título octavo tiene uno, y habla sobre las reformas de la Constitución y el título noveno contiene uno y se

refiere a la inviolabilidad de la Constitución. México, en caso de ser aprobada la reforma, no cambia su Constitución.

Los artículos a tratar más fuertes son:

Artículo 27: Pertenecen a la nación las tierras, aguas y recursos naturales comprendidos dentro de los límites del territorio nacional, ya sea debajo o encima de la tierra. Regula el manejo de las tierras y recursos de la Nación.

Artículo 28: Prohibición de monopolios.

Al realizar la reforma energética, el petróleo seguirá siendo de México pero con participación de otros, claro que es negocio para todos, pero con esto se pretende una mayor explotación y mayor número de petróleo y se busca poder extender nuestro mercado para la venta. El costo del petróleo influye en nuestra calidad de vida ya que, si este aumenta disminuye nuestro ingreso. Hoy en

día México está dejando de ser eficiente en la obtención de petróleo y esto, a su vez, disminuye su competitividad a nivel mundial, ya que las empresas comenzarán a ver otras posibilidades fuera de México, dejarán de invertir en México y se perderán incontables empleos por el cierre de empresas.

Las reservas en México cada vez están disminuyendo y, en cambio, la demanda cada día va en aumento; los mercados del Pacífico cada día demandan más petróleo y los exportadores que sí pueden cumplir con esto son Medio Oriente y Sudamérica. Nosotros hoy en día somos deficientes. Nuestra energía es muy poca y muy cara, esto es a razón que seguimos con dudas y pleitos sobre la reforma energética que se tiene que llevar a cabo en México.

En el caso de México, en cuestión de petróleo, todo lo referente recae en PEMEX y en otros países hay varias opciones que les llaman operadores energéticos, éstos operan con contratos de riesgos que son aprobados por el mismo Estado, mediante este contrato, los operadores absorben el riesgo de explotación y ellos, a su vez, aportan capital y nuevas y muy costosas tecnologías, si al finalizar su trabajo de explotación de recursos todo salió bien, claro que reciben una compensación económica.

Hoy en día, los únicos países que operan sin colaboración privada son México, Corea del Norte y Kuwait, estos tres sólo cuentan con contratos de servicio, con operadores energéticos se podría aumentar la capacidad de energía, se aumentaría la tecnología y ellos reducen y hasta absorben el riesgo, a este tema se le pueden sumar contratos de producción y ganancias compartidas.

Es importante que se lleve a cabo, ya que, al pasar de los años, nuestra economía va en aumento y el sector energético no. México está esperanzado en recurrir a subproductos del petróleo elaborados por América del Norte, si México sigue creciendo como se cree, el día de mañana contaremos con más ciudades y más demanda de petróleo, sin contar con el aumento de demanda a nivel mundial.

Todos los ojos se centran en la cuenca del Pacífico, el petróleo es importante en infinidad de cuestiones, como es energía, se utiliza mucho en la industria pesada y esto afecta al sector financiero.

Gracias a la explotación de yacimientos profundos en el mar, el Medio Oriente emigra a Norte América, Estados Unidos y Canadá son muy buena opción en cuestión de energía. Es una realidad a voces que en algunos años, Estados Unidos ya no sea dependiente del petróleo

Aspectos constitucionales y legales en torno a la reforma energética: lo que todos debemos saber

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“...hoy en día México está dejando de ser eficiente en

la obtención de petróleo y esto a su vez disminuye su competitividad a nivel

mundial...”

mexicano, sin esta “dependencia” que tenemos de Estados Unidos tendríamos que buscar otros países de exportación y con el manejo y la tecnología de hoy en día no se podría, esto a su vez tendría gran repercusión en nuestra macro economía.

Un aspecto olvidado por algunos, es que ya se encontraron yacimientos en el Ártico y países como Rusia y Noruega entraron en acción. A nivel mundial los grandes inversionistas se están enfocando en Sudamérica, África.

México necesita reducir su dependencia a la exportación a Estados Unidos y eficientizar sus procesos de explotación y refinación dentro del país.

Algunas cuestiones nunca se tratan, como son la ordeña clandestina de Pemex. Esto representa incontables pérdidas para todos nosotros, los consumidores, si se tuviera mayor inversión y mayor control de Pemex esto se podría evitar.

Tenemos que comenzar con una autocrítica y preguntarnos si Pemex es nuestro, de los mexicanos, si en verdad está en buenas manos, no simplemente son comentarios malinchistas y sin argumentos.

Es impresionante la cantidad de basura y de páginas

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sin ningún contenido significativo que se encuentra uno en el internet, hay que tratar de ser más fríos en nuestras respuestas, es clarísima la posición que toman algunos comentaristas, con simplemente leer dos párrafos te das cuenta si son de derecha o de izquierda, por dividirlos de alguna manera. Es difícil tratar de ser crítico y ponerlos en contra y a favor, sin externar tus preferencias partidistas que, por cierto, no tengo.

Es inimaginable que en cuestiones de tecnologías, como son la eólica o solar, México no se preocupe como otros países. Esto reduciría nuestra necesidad del petróleo y el impacto del medio ambiente, esto se podría lograr con el aumento de inversión en cuestión de energía, e incorporación de nuevas tecnologías.

La reforma energética se puede lograr gracias a una reforma jurídica, bien hecha, bien pensada y bien establecida, siendo más eficientes en nuestra diversificación en el sector energético y en la aceptación de más personas en todas estas cuestiones, es como se podría llegar a una mayor inversión en México.

Es estudiante de la Maestría en

Administración Estratégica de la

Universidad Latina de América

Víctor Manuel Chávez Orozco

autores

Foto: ADN Político

No busquemos afuera lo que quizás este en el interior, antes de reformar, lograr mayor productividad

El México de la época moderna no puede ser entendido sin la presencia de Petróleos Mexicanos. Todos, alguna vez, nos hemos encontrado con esos lugares comunes en los discursos de los personajes públicos y políticos a lo largo de los años, discursos en los que escuchamos por un lado el “PEMEX no se vende” o “PEMEX es de los mexicanos” y, por otro lado, la satanización de la paraestatal, su ineficacia, su corrupción, su obsolescencia. De acuerdo al guión llamado “Pacto por México”, ha llegado el momento de que este país se polarice nuevamente, porque ni siquiera la discusión sobre el IVA en alimentos y medicinas (tan trillado para nosotros), cuenta con esa carga ideológica tan profunda para los mexicanos como cuando se discute sobre el petróleo, ésta es un discusión capaz de radicalizar y movilizar la conciencia social como ninguna otra.La gran trascendencia de este debate y de las decisiones que se tomen sobre reformar el sector energético, puede marcar el destino de nuestro país, hablar de transformar a un sector que asume por lo menos el 30% del gasto público lleva implícito un enorme riesgo para la economía, aunado al hecho de que cada vez es más difícil creer eso de que el petróleo dejará en el corto plazo de ser el combustible que mueva al mundo, porque la lógica del mercado no lo permite y, mientras existan reservas del crudo en el mundo, no lo permitirá. Desde finales de la década de los 70´s nuestro país ha basado su estabilidad en materia de gasto en la carga fiscal sobre la renta petrolera, y eso significa que una tercera parte de la infraestructura, del gasto en educación pública, de los programas sociales para abatir la desigualdad social, de las vacunas, de los cientos de miles de empleados del sector público, se deben a lo que aporta PEMEX, por eso entre tantos mitos quizá el más acertado es que “PEMEX es de los mexicanos”.Ante este contexto y como era de suponerse, cada una de las posiciones en este debate han llevado a la luz pública su versión de reforma energética, el 31 de julio el Partido Acción Nacional presentó su propuesta ante el Congreso, doce días después el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, da a conocer su proyecto de Reforma, acompañada de un impresionante despliegue mediático e incluso de un decálogo en la búsqueda de generar confianza entre los mexicanos. Finalmente el 19 de agosto, y bajo la tutela del simbólico hijo del General Cárdenas, el PRD presentó la propuesta de la izquierda mexicana. Tres

La reforma energética

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visiones que comparten la necesidad de transformar el orden que guardan las cosas actualmente, pero que no necesariamente coinciden en cómo hacerlo. Existen estudios como el del IMCO que revelan que el sector energético mexicano es el más cerrado a nivel mundial, incluso más que el de Corea del Norte, y esto precisamente puede ayudarnos a comprender la perspectiva con la que cada una de las propuestas que ya hemos enunciado fue presentada; primero en lo relativo a la propiedad de los hidrocarburos existe unanimidad: corresponde a la Nación; la Rectoría del Estado sobre hidrocarburos queda intacta; todos coinciden en que PEMEX siga siendo una empresa 100% pública; las 3 consideran necesario disminuir la carga fiscal a PEMEX, hasta aquí termina la unanimidad en las ópticas para modernizar el sector.Ahora bien, la posibilidad de que dejen de ser considerados el petróleo e hidrocarburos como área estratégica, unifica las posturas del Gobierno y del PAN, pero choca con la posición de la izquierda mexicana, y es que detrás de esta posibilidad se encuentra el hecho de modificar el artículo 28 de la Constitución Política Mexicana, lo que para la izquierda es considerado como la intención de desplazar al Estado en ambos sectores. De la misma forma, se comportan las posiciones en lo relativo a que la petroquímica básica deje su calidad de área estratégica, lo que, de ser aprobado, permitirá que las empresas privadas de petroquímica puedan encargarse de toda la cadena de producción sin tener que encontrarse con PEMEX como productor de elementos básicos. Esto implicaría poner a la paraestatal a competir contra las grandes y poderosas petroleras del mundo con los riesgos que ello implica, pero también con las bondades que la competencia genera en el mercado. El hecho de que la inversión privada se encuentre en toda la cadena

de valor es un punto que hace al PRD y su propuesta estar contrario al Gobierno y al PAN, y al hablar de toda la cadena de valor nos referimos a tres procesos básicos que supondrían abrirse a la iniciativa privada: la producción, el transporte y la comercialización. Sin embargo, al momento de que establecen las formas en las que Acción Nacional y el Gobierno Peñista proponen esa participación, encontramos diferencias, por un lado la Asociación Política lo propone bajo las figuras de concesiones y asociaciones, mientras que para el Gobierno sería mediante contratos de utilidad compartida, lo que parece una posibilidad poco atractiva para los posibles inversionistas. Así pues, como pudimos observar, las posiciones de quienes habrán de decidir el futuro del sector energético se contraponen en los temas que en verdad se requieren consensos, los cambios que harían un antes y un después en la paraestatal están ahí, en donde se pierde la unanimidad, los otros aspectos, los que generan consenso son tan predecibles como poco trascendentales. Ahora bien, esta reforma, ya hemos dicho, se sitúa en el contexto del “Pacto por México”, que es un esfuerzo sin precedentes que se tradujo en un documento de acuerdos sobre reformas de gran calado que firmaron todas las fuerzas políticas conjuntamente con el Poder Ejecutivo, para dar paso a cambios estructurales que tenían en algunos de los casos más de 20 años posponiéndose. El hecho de que esta reforma se vincula al Pacto, debería de abrir nuestra perspectiva a mirarla, no como un hecho aislado o inconexo, sino que forma parte integral de la apuesta más importante del sexenio en turno, lo que a la vez significa que tendría que encontrarse alineada con reformas como la hacendaria o a la laboral, y es en este punto donde todo se pone en duda.Las llamadas “reformas estructurales”, las “grandes transformaciones que el país necesita”, nunca han correspondido del todo a las expectativas que existen sobre ellas. Y no nos iremos muy lejos para ejemplificar esta falta de congruencia entre los beneficios supuestos y la realidad, veamos únicamente dos reformas como ejemplo, la de la ley del ISSSTE y la reforma laboral. Durante 2007, bajo la promesa de brindar un mejor servicio mediante la inversión de ocho mil millones de pesos y ofertar dos mil millones en préstamos personales a sus derechohabientes, se realiza el impostergable pero muy doloroso cambio en el régimen de pensiones y jubilaciones. Casi siete años después, esos mismos derechohabientes podrán darse cuenta de que fueron engañados ya que la infraestructura ha mejorado a paso muy lento y el desabasto en medicamento sigue siendo la constante en sus clínicas, lo cierto es que no podemos dudar

que era necesario cambiar ese insostenible régimen, pero las promesas de condiciones que mitigarían un poco el malestar no fueron cumplidas. A finales del sexenio pasado el Presidente de la República envió como iniciativa preferente a la Cámara de Diputados la Propuesta de Reforma Laboral, misma que el 28 de septiembre fue aprobada. Esta reforma fue precedida por el compromiso de que, de aprobarse, se generarían en México cerca de 400 mil empleos anuales no soló requirió un año para desmentirse, nunca se vio llegar a los patrones o a los hombres de negocios a abrir cientos de vacantes para la población, lo que al final de nueva cuenta se traduce en que lo prometido no ha sucedido, y sí, en cambio, genera la suspicacia de a quién o quiénes han beneficiado estos cambios. Por eso, al final no es el mensaje, es el mensajero, la credibilidad de la clase política en general, de la clase gobernante en todos sus niveles y sus poderes se ha diluido. Por eso hoy que se pone en el centro del debate un aspecto que habla incluso de nuestra identidad como mexicanos, existe tal escepticismo, dudemos de todo, eso parece ser lo más sensato.Como última reflexión, y ante la importancia de la decisión que en estos momentos se está por tomar, sería un buen momento para recordar aquello de “no buscar afuera lo que está adentro”, antes de permitir que se abra el sector energético primero que se prepare a la paraestatal para competir, que ese barril de petróleo que hoy en día cuesta 10 dólares para su producción hagamos que sólo cueste 7 dólares, que se tomen acciones para erradicar esas mil quinientas tomas clandestinas que tiene identificadas PEMEX que se traducen en pérdidas por alrededor de 5 mil millones de pesos anuales y que terminan en manos del crimen organizado. Bajo el mismo orden de ideas, podríamos esperar a que sea aprobada la reforma fiscal con la que prometieron que la paraestatal generaría alrededor del 9 mil millones de dólares en utilidades a partir de 2015 y, que dichas utilidades, sean aplicadas en tecnología e infraestructura, ¿por qué no pensar también en erradicar la corrupción, pero sobre todo la impunidad de cuantos servidores públicos se han servido de sus responsabilidades para enriquecerse de manera inexplicable e inmoral? Al final, sabemos que la transformación es indispensable, pero la voluntad y el sacrificio deben realizarse primero desde dentro para entonces sí, recuperar la confianza y la autoridad moral para invitarnos a una aventura llena de tanta incertidumbre.

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autores

Es estudiante de la Maestría en

Administración Estratégica de la

Universidad Latina de América

Yankel A. Benítez Silva

Foto: El Universal

breves informativas

Petróleo y energía, objetivos de espionaje de EEUU en México5 septiembre 2013- Según el periodista británico Glenn Greenwald, hay documentos que indican que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos no sólo está interesada en temas como el narcotráfico o la inseguridad en México. El petróleo mexicano es objeto de espionaje por parte de Estados Unidos. Así lo aseguró el periodista británico Glenn Greenwald, quien reveló que los documentos secretos filtrados por el ex analista Edward Snowden indican que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos realizó espionaje sobre los recursos energéticos en México.

Con información de Animal Político Foto: CNN

Angela Merkel logra su tercera reelección23 septiembre 2013 - Alemania, la primera potencia económica de Europa, decidió ayer poner en manos de la canciller Angela Merkel durante los próximos cuatro años el futuro del país y también el de la Unión Europea, al otorgar el triunfo a la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido que ella preside desde hace 13 años, un resultado que no admite dudas sobre el liderazgo que ejerció en los últimos cuatro años.Con 41.5 por ciento de los votos, el partido de Merkel, junto a su aliada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), estuvo a punto de alcanzar una mayoría absoluta en el Parlamento federal, una hazaña que soló logro Konrad Adenauer en 1957.

Con información de Excelsior

Republicanos y demócratas no han alcanzado un acuerdo sobre el presupuesto gubernamental, por lo que el ejecutivo no cuenta con fondos para pagar a sus empleados. Pese a que se mantendrán los servicios esenciales, como la asistencia sanitaria en hospitales públicos, unos 800.000 funcionarios se verán obligados a quedarse en casa. El fondo de la negociación estuvo en el conocido como Obamacare, el seguro médico universal, gran apuesta política de la administración Omaba. Los republicanos se mostraron abiertos a un acuerdo si los demócratas retrasaban un año su implementación, a lo que el presidente Barack Omaba se ha negado en redondo.

Con información de Euronews

Foto: CNN

Primer cierre del gobierno de EEUU en 17 años

Foto: Excelsior

La reforma energética de Enrique Peña Nieto abre las puertas de la privatización de las ganancias de PEMEX, de acuerdo con la iniciativa que envió al Congreso de la Unión el 12 de agosto de 2013, para modificar los artículos 27 y 28 de la Constitución, con los argumentos de modernizar y terminar con la ineficiencia de PEMEX y de los beneficios que se obtendrían con esto en materia de generación de empleos, precios más bajos de alimentos, gasolina y gas. Además de la manipulación de evocar la figura y pensamiento del General Lázaro Cárdenas. Dicha reforma, tan codiciada por la inversión extranjera, es parte de un proceso que se inició con Carlos Salinas de Gortari, con la Firma del Tratado de Libre Comercio y que continuaron Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, con el propósito de entregar la renta petrolera a empresas privadas, nacionales y extranjeras, en función del rendimiento de los proyectos que se lleven a cabo con PEMEX, a través de contratos de utilidad compartida que, anteriormente, en tiempos de Miguel Alemán, se denominaban contratos de riesgo.No obstante, que dos terceras partes de la población mexicana no están de acuerdo con la reforma de Peña, es muy probable que se apruebe en el Congreso con la alianza del PRI y del PAN.A pesar de los argumentos de ineficiencia y falta de modernización, a lo largo de sus 75 años de existencia, se debe reconocer que PEMEX sigue siendo una empresa viable de alta competitividad y de altos beneficios para el país, ya que actualmente el 38% de sus ingresos se destinan al presupuesto anual del Gobierno Federal.Sin embargo, no se debe perder de vista que esta iniciativa de reforma, no abarca aspectos importantes que afectan desde hace mucho tiempo el desarrollo de PEMEX, como es la corrupción de sus administradores y de su sindicato, así como su régimen fiscal actual, temas que requieren de voluntad política del Gobierno Federal, que se traduzca en soluciones y acciones para terminar con el enriquecimiento de funcionarios y dirigentes sindicales.En resumen, sobre la coyuntura actual de PEMEX, más allá del contenido político e ideológico, es necesario:• Defender el petróleo, ya que es un elemento articulador de nuestra soberanía e identidad nacional.• Privilegiar en la agenda nacional el tema de la soberanía, como lo están haciendo en este momento algunos regímenes de Sudamérica, ante los intereses transnacionales. • Fortalecer a Pemex en su infraestructura y organización e incorporarla al desarrollo de la economía nacional, del cual está sustraída. Y no debilitarla ni desmantelarla como se ha hecho en estos últimos 30 años.• Cambiar el régimen fiscal de la paraestatal, por otro que permita administrar mejor la renta petrolera, en beneficio de los mexicanos y no de los partidos políticos.• Eliminar la dependencia de la renta petrolera al Gobierno Federal y que éste busque nuevas fuentes de financiamiento para el gasto público, que no comprometan la soberanía nacional.• Terminar en PEMEX con el lastre de la corrupción de sus administradores y de sus líderes sindicales, lo cual implicaría un combarte decidido del Gobierno Federal y de la Sociedad Civil en todos los niveles, tanto públicos como privados.

Lic. Luis Antonio Alquicira Zárate

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