Ética capítulo dos

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identifica el conocimiento social y humanista como una construcción en constante transformación. valora distintas prácticas sociales mediante el reconocimiento de sus signi- ficados dentro de un sistema cultural, con una actitud de respeto. Bloque 2 2 3 • Diferencia las características fundamentales de los derechos y las obligaciones. • Vincula, por medio del análisis crítico, los derechos y obligaciones abstractos con los ámbitos concretos de la vivencia cotidiana. • Identifica las características esenciales del juicio moral. • Analiza la función del juicio, en general, y del juicio moral, en particular. • Sitúa el análisis filosófico en torno a los juicios morales desde una perspectiva histórica. • Establece la dimensión de la acción como una competencia estrictamente humana inter- construida con la previsión de los resultados que ésta desencadena. • Valora la conducta humana a través del rasgo característico de ésta: la responsabilidad. Evalúa las alternativas de acción por medio de la bivalencia bueno/malo desde una pers- pectiva dinámica y, por lo mismo, cambiante. • Identifica los fundamentos de los valores más allá de su devenir histórico. • Distingue las características de los valores y de los antivalores. • Sitúa, con base en el análisis sincrónico y diacrónico, los rasgos esenciales de los vicios y las virtudes. • Sitúa los valores en su operatividad cotidiana con base en una jerarquización racional de los mismos. • Determina, a partir de la reflexión analítica, el entramado de valores que constituye el ideal de la interacción social. Específicas Disciplinares Genéricas Competencias a desarrollar en este bloque. Ámbitos de decisión personal y social. Reflexiona sobre la importancia del juicio moral y la libertad como herramientas bási- cas del quehacer cotidiano para tomar una decisión personal con congruencia, hacien- do uso de su propia jerarquía de valores, re- spetando el actuar propio y de los demás. Unidad de competencia • Valora las diferencias sociales, políticas, económicas, étnicas, culturales y de género y las desigualdades que inducen. • Identifica el conocimiento social y humanista como una construcción en constante trans- formación. • Evalúa las funciones de las leyes y su transformación en el tiempo. • Analiza críticamente los factores que influyen en su toma de decisiones. • Asume las consecuencias de sus comportamientos y decisiones. • Identifica las ideas clave en un texto o discurso oral e infiere conclusiones a partir de ellas. • Identifica los sistemas y reglas o principios medulares que subyacen a una serie de fenómenos. • Elige las fuentes de información más relevantes para un propósito específico y discrimina entre ellas de acuerdo a su relevancia y confiabilidad. • Evalúa argumentos y opiniones e identifica prejuicios y falacias. • Estructura ideas y argumentos de manera clara, coherente y sintética. • Propone maneras de solucionar un problema y desarrolla un proyecto en equipo, definien- do un curso de acción con pasos específicos. • Aporta puntos de vista con apertura y considera los de otras personas de manera reflexiva. • Asume una actitud constructiva, congruente con los conocimientos y habilidades con los que cuenta dentro de distintos equipos de trabajo. • Privilegia el diálogo como mecanismo para la solución de conflictos. • Toma decisiones a fin de contribuir a la equidad, bienestar y desarrollo democrático de la sociedad.

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Capítulo del libro de texto de Ética y Valores, 2009, México, de mi autoría.

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• identificaelconocimientosocialyhumanistacomounaconstrucciónenconstantetransformación.• valoradistintasprácticassocialesmedianteelreconocimientodesussigni-ficadosdentrodeunsistemacultural,conunaactitudderespeto.

Bloque

2

2 3

• Diferencia las características fundamentales de los derechos y las obligaciones.• Vincula, por medio del análisis crítico, los derechos y obligaciones abstractos con los ámbitos concretos de la vivencia cotidiana.• Identifica las características esenciales del juicio moral.• Analiza la función del juicio, en general, y del juicio moral, en particular.• Sitúa el análisis filosófico en torno a los juicios morales desde una perspectiva histórica.• Establece la dimensión de la acción como una competencia estrictamente humana inter-construida con la previsión de los resultados que ésta desencadena.• Valora la conducta humana a través del rasgo característico de ésta: la responsabilidad.Evalúa las alternativas de acción por medio de la bivalencia bueno/malo desde una pers-pectiva dinámica y, por lo mismo, cambiante.• Identifica los fundamentos de los valores más allá de su devenir histórico.• Distingue las características de los valores y de los antivalores.• Sitúa, con base en el análisis sincrónico y diacrónico, los rasgos esenciales de los vicios y las virtudes.• Sitúa los valores en su operatividad cotidiana con base en una jerarquización racional de los mismos.• Determina, a partir de la reflexión analítica, el entramado de valores que constituye el ideal de la interacción social.

Específicas

Disciplinares

Genéricas

Competencias a desarrollar

en este bloque.

Ámbitos de decisión personal y social.

Reflexiona sobre la importancia del juicio moral y la libertad como herramientas bási-cas del quehacer cotidiano para tomar una decisión personal con congruencia, hacien-do uso de su propia jerarquía de valores, re-spetando el actuar propio y de los demás.

Unidad de

competencia

• Valora las diferencias sociales, políticas, económicas, étnicas, culturales y de género y las desigualdades que inducen. • Identifica el conocimiento social y humanista como una construcción en constante trans-formación. • Evalúa las funciones de las leyes y su transformación en el tiempo.

• Analiza críticamente los factores que influyen en su toma de decisiones.• Asume las consecuencias de sus comportamientos y decisiones.• Identifica las ideas clave en un texto o discurso oral e infiere conclusiones a partir de ellas.• Identifica los sistemas y reglas o principios medulares que subyacen a una serie de fenómenos.• Elige las fuentes de información más relevantes para un propósito específico y discrimina entre ellas de acuerdo a su relevancia y confiabilidad.• Evalúa argumentos y opiniones e identifica prejuicios y falacias.• Estructura ideas y argumentos de manera clara, coherente y sintética.• Propone maneras de solucionar un problema y desarrolla un proyecto en equipo, definien-do un curso de acción con pasos específicos.• Aporta puntos de vista con apertura y considera los de otras personas de manera reflexiva.• Asume una actitud constructiva, congruente con los conocimientos y habilidades con los que cuenta dentro de distintos equipos de trabajo.• Privilegia el diálogo como mecanismo para la solución de conflictos.• Toma decisiones a fin de contribuir a la equidad, bienestar y desarrollo democrático de la sociedad.

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Derechos y obligaciones. ¿Hay juegos sin reglas?

• Distingue las diferencias generales entre derecho y obli-gación.• Explica las principales características del binomio de la re-sponsabilidad subjetiva.

Objetivos personales:En las siguientes líneas, describe brevemente qué piensas que vas a aprender de la ética durante este bloque.

LECCIÓN

1

•Diferencia las características fundamentales de los derechos y las obligaciones.•Vincula, por medio del análisis crítico, los derechos y obligaciones abstractos con los ámbitos concretos de la vivencia cotidiana.

Competencias específicas:

Indicadores de desempeño:

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Actividad

LECCIÓN

1Ètica y Valores I Bloque 2

Una de las cosas que siempre tenemos presente cuando hablamos de temas éticos es el de los derechos. Constante-mente, el máximo reclamo que se hace en las sociedades es el de respetar, observar y dar seguimiento a los derechos que las personas poseen. Estos pueden ser derechos ju-rídicamente regimentados o derechos morales; es decir, aquellos que aunque no estén legalmente determinados es sabido que son provechosos, buenos y necesarios y han de ser observados. Más adelante veremos con mayor detalle y extensión el tema de los derechos. Por ahora sólo nos concentraremos en una parte sustancial relativa a estos; a saber:

Todo derecho tiene una obligación

Al poner el tema de los derechos de esta man-era dual, es decir, que poseen una cara de bene-ficio otorgado y otra de obligación a cumplirlo, se está dando por sentado que las personas, todos nosotros, somos seres capaces de tomar decisiones por propia voluntad. Es decir, ten-emos libertad de acción y somos responsables de nuestros actos. Esto es así porque poseemos racionalidad. La capacidad de razonar nos da la posibilidad de llevar a cabo juicios morales. En pocas palabras, sabemos diferenciar entre lo correcto y lo incorrecto, lo adecuado y lo ina-decuado, de acuerdo con los parámetros que el mundo, la sociedad y la comunidad en la que vivimos han determinado en este sentido.

Con relación a la naturaleza de los derechos, ha habido en la historia de la filosofía un amplio debate acerca de si estos son parte de la esencia de los seres humanos o si, por lo contrario, son regulaciones que se han inventado a lo largo de la historia de la sociedad para dar orden al mundo de la vida. En términos generales, en la actualidad se ad-mite que la mayoría de los derechos han sido invenciones consensuadas para garantizar la sana convivencia entre las personas. Sin embargo, se considera como un principio fundamental práctico-racional considerar que existe un conjunto reducido de derechos básicos que toda persona posee de forma natural, es decir, por el simple hecho de ser humano. Ejemplos de esta clase de derechos naturales son los que han dado sustento a la Declaración Universal de los Derechos Humanos: derechos a la vida, a la felicidad, a la libertad y a una vida digna.

En una actividad del bloque anterior, les pedimos a ti y a tus compañeros que debatieran acerca de lo que podría suceder si juegos no tuvieran reglas; independientemente de las conclusiones a las cuales hayan llegado, es casi seguro que uno o varios de ustedes deben haber advertido que resulta caótico y sin sentido practicar una actividad de competencia sin una normatividad preestablecida.Pues bien, para seguir ahondando en el tema, ahora les vamos a pedir que partan de esa ex-periencia y, divididos en equipos, inventen un juego. Este podrá ser para uno o muchos partici-pantes; puede ser de mesa o deportivo; e incluso puede tener como finalidad derrotar al adver-sario o sólo medir las capacidades individuales. El único requisito es el siguiente: deberá tener un reglamento con más de cinco normas.Obviamente, la idea es que cada equipo invente un juego distinto; y al terminar, pueden or-ganizar una pequeña olimpiada, entre todo el grupo, para medir qué tan divertidos, reñidos e interesantes resultan sus juegos.

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LECCIÓN

2 Los juicios morales. ¿Es mejor pedir perdón que pedir permiso?

• Identifica las características esenciales del juicio moral.• Analiza la función del juicio, en general, y del juicio moral, en particular.• Sitúa el análisis filosófico en torno a los juicios morales desde una perspectiva histórica.

LECCIÓN

2

Competencias específicas:

Indicadores de desempeño:

• Maneja las diversas definiciones de juicio moral para reconocer la necesidad de responder por sus propios actos.• Revisa las características esenciales del juicio moral. • Discierne motivaciones, medios y fines, consecuencias y causas como elementos integradores del juicio moral.

Posiblemente una de las teorías éticas más sólidas de toda la historia de la filosofía sea la de Immanuel Kant, quien en el siglo XVIII estableció que los seres humanos tienen por naturaleza una inclinación hacia la acción encomiable. La afirmación de Kant no es gratuita ni la manifestación de un deseo filosófico, sino que se encuentra fundamentada por un hecho innegable de la naturaleza humana: la racionalidad. Por definición, un ser humano es un animal racional. Dentro de la propiedad racional humana, encontra-mos una serie de facultades a ella ligadas, siendo una de estas la capacidad de hacer juicios racionales sobre la moral; es decir, juicios éticos de valor.En un sentido amplio, establecemos que un valor es un criterio social. Las sociedades, de acuerdo con sus diversas genealogías históricas y sus propias dinámicas establecen lo que es correcto e incorrecto, lo bueno y lo malo en su modo de ser. Para Kant, la moral debe fundamentarse en algo diverso a esta multiplicidad de los valores. De manera cierta existe una medida, una valoración de los actos hu-manos, pero esta es puramente formal. Es decir, es inde-pendiente de este o aquel acto individual o colectivo.La formalidad implica universalidad y necesidad; car-acterísticas que se desprenden de la propiedad racional del juicio moral. Implica asimismo, que las personas cuentan con libertad de acción, que están en posesión de todas sus facultades mentales y, por supuesto, que actúan de manera racional. En este sentido, afirmó Kant que existe un cri-terio universal para calificar un acto determinado como bueno o malo. Dicho criterio yace en la intención profun-da de quien ejecuta el acto. La formulación filosófica del

criterio tiene la forma de una aseveración cat-egórica; es decir, es un mandato no una op-

ción. Dice así: “actúa de tal manera que tu acción pueda valer de manera uni-

versal”. Esta clase de afirmaciones recibe el nombre de Imperativo Categórico; o sea, es una orden

y es autoritaria. El parámetro que de esta manera estableció Kant ha sido

uno de los más sólidos de la historia de la filosofía. Sencillamente, el comportamiento

no puede ser “llenado” por acciones que no sean encomiables. De hecho, apegarse al Imperativo

Categórico es una verdadera prueba para las acciones realizadas por una persona. En breve ver-

emos cómo es que el imperativo debe ser la regla en la medición de los

valores y los antivalores de una so-ciedad.En suma, la posibilidad de re-alizar juicios morales, asignan-do la cualidad de buena o mala a una acción, está garantizada por la facultad racional práctica de los seres humanos. Esta opera bajo principios universales y objetivos que hacen posible que distingamos lo que es beneficioso y lo que es pernicioso para la convi-vencia social.

A fin de reforzar la noción del Imperativo Categórico, ahora te proponemos que realices una lista con las acciones y actitudes, tanto buenas como malas, que tú pienses que distinguen el actual funcionamiento de tu comunidad. Es importante, como ya dijimos, que tomes en cuenta que el parámetro de comparación, para ser válido, debe ser universal.

Actividad

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Competencias específicas:

Indicadores de desempeño:

LECCIÓN

3 La responsabilidad. ¿Quién dejó la puerta abierta?

• Establece la dimensión de la acción como una competencia estricta-mente humana interconstruida con la previsión de los resultados que ésta desencadena.• Valora la conducta humana a través del rasgo característico de ésta: la responsabilidad.• Evalúa las alternativas de acción por medio de la bivalencia bueno/malo desde una perspectiva dinámica y, por lo mismo, cambiante.

LECCIÓN

3

• Realiza una distinción entre comportamiento sin consecuencias mo-rales (extra humano) y comportamiento con consecuencias morales (hu-mano).• Revisa los componentes estructurales básicos de la conducta moral-mente valorada y, en consecuencia, de la responsabilidad. • Argumenta acerca de la función del análisis ético en torno a la respon-sabilidad.

A lo largo de la historia de la filosofía, los pensadores han ofrecido diversas explicaciones de la capacidad humana para tomar decisiones morales y actuar en consecuencia. Por ejemplo, para Sócrates (filósofo griego del siglo IV, a. C.), el hombre que actúa mal o erróneamente no lo hace con verdadera intención, sino sólo por ignorancia. O para Tomás de Aquino, quien afirmó que el hombre puede ac-tuar mal con plena conciencia, ya que Dios le ha otorgado el libre albedrío o libertad de acción por naturaleza. Sin embargo, como hemos visto, una de las explicaciones más convincentes fue la elaborada por Immanuel Kant, para quien todos los miembros de la humanidad poseen, por naturaleza, la capacidad de llevar a cabo juicios morales. Es lo que el llamó la razón pura práctica.En breve, ha sido establecido desde la filosofía y, en nuestros tiempos, incluso desde la psicología evolutiva y la antropología, que los seres humanos, dada nuestra natu-ral constitución racional, somos capaces de diferenciar entre lo bueno y lo malo. Elaborar una diferencia así nos hace sujetos responsables. Sabemos de qué lado de la moral se encuentran nuestras acciones. Todos y cada uno de nosotros somos capaces de dar cuenta de nuestros actos.

Eso justamente implica la responsabilidad. Estar en condiciones de ofrecer razones por las que actuamos de este o de aquel modo. De manera imperceptible, cada acción que realizamos desencadena una serie de ponderaciones, tanteos y seguridades en nuestra conciencia que nos lleva a ejecutarla. Si pensamos en la gran mayoría de acciones que realizamos en la vida diaria nos daremos cuenta de inmediato que las hacemos casi “sin pensar”, de manera automática. Elogiamos o insultamos a alguien en un instante. Al instante siguiente nos sentimos orgullosos de haberlo hecho o nos avergonzamos de ello, incluso nos puede parecer indiferente la acción ejecutada. Esa es la manera de actuar cotidiana. Simple y sencilla, por lo menos en apariencia.En este orden de ideas, la responsabilidad está íntimamente ligada al nú-cleo de valores que tengamos arraigados en nuestro sistema cognitivo. Estos sirven de guía y fundamento a nuestras acciones y, de manera muy importante, configuran nuestra posibilidad de ejecutar juicios morales instantáneos y, en consecuencia, llevar a cabo acciones correctas o incor-rectas.

La responsabilidad parte de la capacidad racional práctica de los seres humanos y está en función del tipo de valores internalizados en la concien-cia de cada persona. En breve hablaremos de la jerarquía de valores, pero de manera intu-itiva podemos decir que el respeto a la vida y a la dignidad humana son algunos de los valores que con más solidez debe poseer una persona; de lo contrario, su moral comienza a volverse permisiva y laxa y en riesgo de perder la noción de lo correcto y lo incor-recto para la vida en sociedad.De manera cierta, la responsabilidad es la afirmación de la esencia de nuestra humanidad. Es decir de nuestras máxi-mas cualidades naturales: la razón y la libertad. Tener conciencia de que so-mos seres de acción y de la clase de acciones que llevamos a cabo es una parte inalienable de nuestra con-stitución como seres pensantes. Es inalienable e implica un alto grado de conciencia, determinación e in-cluso resignación. La manera en que ejecutemos dicha cualidad determinará el tipo de personas que queremos ser, nuestra rel-ación con los demás y el grado de tranquilidad íntima que sólo nuestro máximo tribunal interno es capaz de juzgar.

Actividad

En el habla cotidiana, y a partir del vocabulario legal o policiaco, la palabra responsabilidad también se relaciona usualmente con cierta noción de culpa (pi-ensa cuántas veces has oído en las noticias, o leído en los periódicos, frases del tipo “los responsables del robo fueron...”). Esto contrasta ciertamente con la mayor parte de los valores que acabamos de ver en esta lección, así que te va-mos a pedir que escribas un ensayo de reflexión acerca de este empleo confuso de las palabras. La extensión y características generales de los textos las puede determinar tu profesor.

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LECCIÓN

4 Lección 4: Valores, antivalores; vicios y virtudes. ¿Blanco o negro?

LECCIÓN

4

Competencias específicas:

Indicadores de desempeño:

• Identifica los fundamentos de los valores más allá de su devenir histórico.• Distingue las características de los valores y de los anti-valores.• Sitúa, con base en el análisis sincrónico y diacrónico, los rasgos esenciales de los vicios y las virtudes.

• Explica las principales características de los valores y antiva-lores, tanto de manera contingente como necesaria. • Revisa la función social integradora de los valores.• Analiza la función social desintegradora de los antivalores.

¿Existe lo bueno y lo malo en sentido fuerte, estricto, im-perecedero? Platón creía que sí. Que en un mundo más allá de lo terrenal, en el topos uranos o mundo de las Ideas, existía la Idea o la Forma del Bien en sí, puro y simple, libre de las imperfecciones que en este mundo lo opacan o lo distorsionan. Similarmente, Tomás de Aquino, gran filósofo y teólogo medieval, pensaba que, en última instancia, lo bueno esta-ba determinado por Dios y que la labor de los hombres era tratar de llevarlo a cabo de la mejor manera posible dentro de sus finitas y, por lo tanto, limitadas capacidades. No obstante, los filósofos de la Modernidad fueron más cautelosos sobre este punto. Si bien Kant consideró que había una realidad moral que podía ser conocida por nues-tra natural facultad del juicio moral, para Hegel dicha re-alidad evoluciona con la historia, aunque también admitió que había un principio racional que guiaba a los acontec-imientos morales a una resolución virtuosa a lo largo del

tiempo: el cumplimiento de la inalienable libertad del hombre. Sin embargo, durante la segunda mitad del siglo XIX, con la llegada de la crítica radical a estos planteamientos del racionalismo moral por parte del filósofo alemán Friedrich Nietzsche, la filo-sofía comenzó a cuestionarse sobre la pertinencia de determinar un núcleo de valores morales válidos en todo tiempo y en todo lugar. Por lo contrario, parecía más apegado a la realidad sostener que los valores morales cambian con el tiempo, la circun-stancia y el pensamiento de los diferentes grupos humanos. A esta corriente crítica se le conoce como relativismo moral.La idea central del relativismo moral es sin duda atractiva. Ayuda a que el entendimiento entre las culturas, las naciones y los individuos sea más fácil, solvente y, por lo tanto, posible.

Del hecho de que los códigos morales varíen de tiempo en tiempo y de cultura en cultura, no se sigue que todo esté per-mitido a nivel moral.

Mitiga prejuicios y abre vías de com-prensión que dan como resultado una mejor interacción entre los múltiples grupos humanos que coexisten en el planeta. Al mismo tiempo, neutraliza la tendencia a tomar como pretexto ciertos valores unilaterales para domi-nar a culturas diversas, como ocurrió con la Conquista española en los sig-los XV y XVI o la larga expansión del Imperio inglés en el siglo XIX.

No obstante, el relativismo moral, como toda ideología, puede generar abusos y malas interpreta-ciones en su uso y comprensión. Para algunos ha sido una forma de permisivismo moral, de falta de responsabilidad frente a los que no son iguales a uno y de negligencia en la toma de decisiones que van más allá de lo aceptado por un grupo humano específico. En pocas palabras, para muchos el rela-tivismo moral es un adelgazamiento moral.En términos generales, podemos decir que llegar a un estado de relativismo moral en sentido filosó-fico, es decir, teórico y reflexivo, implica poseer una sólida estructura ética. Sólo afirmando un tipo de racionalidad moral como la sostenida por Kant podemos allegarnos de las virtudes de un relativismo que promueve la comprensión pero no la mímesis con los valores y tradiciones ajenos a una postura moral fuerte. Estaremos en posibilidad de tener un punto de vista moral abierto, pero no libertino. En una palabra, el relativismo moral es la parte última de una larga reflexión ética en la que ya se tienen ciertos valores como fundamento de cualquier digresión posible.Esto es así porque el relativismo moral implica por lo menos un conjunto mínimo de valores acepta-dos universalmente, como son el respeto a la dignidad humana, a la vida y a la toma de decisiones justificadas de los demás. Es decir:

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LECCIÓN

4Ètica y Valores I Bloque 2

Esto es fácil de reconocer en la estructura misma de los juicios morales que se hacen desde el relativismo moral. Tomemos, por ejemplo, la afirmación eminentemente relativista que dice “Ninguna civilización tiene el derecho de imponer por la fuerza sus valores al resto de civilizaciones”. En esta afirmación, a todas luces válida, la premisa oculta es la siguiente: “Toda civilización debe respetar al resto de civilizaciones”. Entonces, se está afirmado que el respeto es un valor universal que debe ser observado por toda civilización que opere en este mundo.

De manera que una posición intermedia entre el realismo moral y el relativismo moral es lo más adecuado para comprender el fenómeno de los vicios y las virtudes por donde nuestro racional comportamiento ético habrá de de desarrollarse.Una cosa es aceptar el hecho de que nuestra costumbres morales y, con ellas, los códigos de valores que observamos en la vida diaria tengan una historia que está ligada a procesos históricos, civilizatorios y culturales y otra pensar que no hay guías o parámetros morales que estructuran nuestro actuar cotidiano. Es decir, algo es aceptar que los valores, en general, cambian con el paso del tiempo, el acrecentamiento del conocimiento científico y las necesidades políticas y sociales de una cultura, y algo muy diferente es afirmar que ya que los valores se modifican con el tiempo, no existe un conjunto universal (que bien pudiera ser reducido pero sólido) de valores que atañen a la naturaleza humana. En este sentido, una vez más, la prueba de la universalización de los valores de Kant sigue siendo contundente: ¿Qué pasaría si todos actuaramos de x manera? Donde la variable ‘x’ puede ser sustituida ya sea por una acción edificante o por una acción perni-ciosa; por un valor o por un antivalor. De esta manera observamos que, efectivamente, es

posible establecer una serie de valores universales que tengan validez de manera general y que sean adecuados a la naturaleza humana, más allá de las circunstancias de vida particulares en las que ésta se desarrolle. De lo contrario, no sería posible ni siquiera iniciar una discusión moral y, en materia ética, en última instancia ese es precisamente el objetivo: establecer un diálogo argumentado sobre las características, ventajas y estatus de los valores morales que operan en un determinado conjunto humano.

Así, podemos determinar que el núcleo mínimo de valores universales comien-za con el respeto a la vida y a la dignidad humana. De ellos se deducen el resto de valores necesarios para la convivencia social. El Imperativo categórico de Kant es la prueba normativa para verificar la validez de un valor y, en esa misma medida, determinar si es un verdadero valor o, por lo contrario, un anti valor. De manera cierta podemos identificar con alguna facilidad los anti valores más recalcitrantes: son aquellos que se oponen a la vida y a la dignidad humana. Sin embargo, existe una amplia zona de ambigüedad en la que no podríamos estar del todo seguros si nos encontramos ante un valor auténtico, un falso valor o un anti valor. La prueba de Kant nos ayuda a deslindar una posible confusión.En nuestra época convulsa algunos afirman que obtener dinero fácil es un valor. Pensemos en términos de la máxima kantiana. Si nuestra ac-ción consiste en obtener dinero fácil e hiciéramos de ésta una máxima de acción universal, entonces, todo el mundo querría enriquecerse con facilidad. La máxima diría “Obtén dinero fácil y pretende que todos en la sociedad actúen de igual manera”. El resultado es que, dada la estructura de la sociedad tal y como la conocemos, esto no es posible a menos que afectemos al resto de las personas; ya sea explotándolas, engañándolas o, en el peor de los ca-sos, robando su dinero y propiedades para cumplir con la máxima de obtener dinero fácil.

En términos generales, el Imperativo categórico nunca falla. Sólo admite acciones positivas para funcionar correctamente. Es una prueba para de-terminar si una máxima sugerida tiene como con-tenido un valor o un anti valor. El examen de los valores recién enunciado es un medio suficiente para deslindar unos y otros. Sin embargo, no está de más enumerar algunas características básicas de los valores y sus opuestos, los anti valores. Un valor es un criterio que determina una clase de acciones que construye, que armoniza o que da tranquilidad a la persona en las dimensiones física, psíquica y social. Es incluyente y sigue un principio de orden, preser-va estructuras (biológicas, psicológicas, sociales) y, en su caso, las modifica de manera ordena con miras a una sana evolución posterior. Aristóteles por ello enumeraba entre las virtudes el cuidado del cuerpo, el cultivo del intelecto y el trabajo común de acuerdo con las leyes del Estado. Un anti valor, por lo contrario, es un curso de acción que destruye, desarmoniza o causa penurias. Sigue una línea de desorden y de destrucción aleatoria de estructuras (biológicas, psicológicas, sociales), sin edificar en lugar de lo destruido algo que lo pueda sustituir de manera digna, eficaz o positiva. El asesinato, la de-pendencia de sustancias tóxicas y la violencia gratu-ita contra los demás se encuentran entre ellos.Los vicios y las virtudes son casos específicos de anti valores y valores, respectivamente. Implican las características básicas que recién hemos mencio-nado. Ambos son hábitos, es decir, acciones que se vuelven recurrentes en la vida de una persona, una comunidad o una sociedad; pero con la diferencia radical de que unos son constructivos (las virtudes) y otros destructivos (los vicios). Los dos se realizan de manera consciente por parte de las personas y esto, como hemos visto, implica un grado de respons-abilidad para ellas. Constituyen la inclinación libre ya bien por lo destructivo, ya por lo constructivo. Por lo que mantiene en equilibrio a la persona, su

Sin lugar a dudas, muchas de las expresiones sociales de los valores y antivalores de nuestra sociedad, se plasman en la información que emiten los medios masivos de comunicación; de este modo, los ciudadanos nos mantenemos al tanto del funcionamiento general de nuestras comunidades.La siguiente actividad va a consistir, precisamente, en un monitoreo de lo que estos medios nos informan. Así que te proponemos que, durante una semana, revises el periódico y recortes las imágenes y noticias que ejemplifiquen mejor lo que es un valor y un antivalor para ti. Posterior-mente, en dos cartulinas (una para valores y otra para antivalores) pega tus recortes a manera de collage.

entorno y al resto de sus semejantes, o lo que intro-duce un desequilibrio en dichos ámbitos. Pueden ser medidos y evaluados por sus consecuencias (so-ciales e individuales) en el corto, el mediano y el largo plazo. Por ejemplo, algunos vicios son claramente de-structivos en el corto plazo. La violencia callejera o la falta de respeto hacia las mujeres por parte del género masculino, son tendencias conductuales que traen consecuencias negativas inmediatas. Descon-fianza, resentimiento y disgregación social son al-gunas de ellas. En cambio, el principio productivo de trasladar ciertos costos operativos de las empre-sas a la sociedad en un inicio no fue percibido como un vicio evidente, sino sólo en el largo plazo nos hemos percatado de su negatividad. En palabras simples, el que las empresas tiraran sus desperdi-cios en el medio ambiente fue visto durante mucho tiempo (digamos que en los cien años que van de 1870 a 1970) como una acción más entre muchas que se realizan en el ámbito productivo del mundo moderno. No obstante, en nuestros días sabemos que es un vicio altamente perjudicial, ya que pone en riesgo la vida de múltiples especies biológicas y del hombre mismo junto con ellas.Lo mismo ocurre con las virtudes. Llevar una dieta sana y cuidar del cuerpo en general es una virtud de consecuencias inmediatas. Buena salud, aumento de la probabilidad de vida y decremento de gastos médicos son algunas de ellas. Aunque hay virtudes cuyos resultados positivos no son inmediatos, pero a la larga disfrutaremos de sus beneficios. El cuida-do del medio ambiente, hábitos de higiene pública y respeto generalizado a las normas socialmente estipuladas son rutas de acción que al cabo de una o dos generaciones convertirán a una sociedad des-ordenada y negligente (como desafortunadamente sigue siendo la sociedad mexicana) en un lugar mu-cho más digno para vivir y convivir.

Actividad

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Page 8: Ética capítulo dos

LECCIÓN

5 Jerarquía de valores. ¿Hay cúpulas sin cimientos?

LECCIÓN

5

Competencias específicas:

Indicadores de desempeño:

• Sitúa los valores en su operatividad cotidiana con base en una jerarquización racional de los mismos.• Determina, a partir de la reflexión analítica, el entramado de valores que constituye el ideal de la interacción social.

• Identifica la escala de importancia de los valores operativos en la vida cotidiana de acuerdo con su circunstancia.• Analiza la escala de valores con el fin de evaluar los actos de la vivencia diaria, tanto personal como comunitaria. • Discierne la función de la jerarquía de los valores en el nivel de la objetividad moral.

De todo lo dicho hasta ahora, podemos deducir una jerarquía de valores. No pretendemos que sea exhaustiva ni que no pueda haber alternativas válidas a ella. Es sólo un panorama con el que se puede comenzar a trabajar con una priorización de los criterios éticos, tanto en lo personal como en lo colec-tivo. El esquema se lee “al revés” de lo que tradicionalmente se hace. La parte más importante de la jerarquía se halla en la base. Son los cimientos de la estructura. Tenemos los ya mencionados valores del respeto a la vida, a la dignidad y a la libre decisión de las personas. A partir de ellos, se erigen otros valores que poseen diversos grados de contingencia. Los valores ecológicos y los valores que pertenecen culturalmente a las diferentes agrupaciones humanas están entre ellos. Los criterios de respeto ecológico deberían ser lo más universal posible y los valores comunitarios es lo mejor repartido en el planeta. Mientras cada comunidad tenga el cimiento fuerte, puede regirse como mejor le parezca, de acuerdo con sus particulares características evolutivas. En la parte de valores socio-históricamente determinados (que a primera vista pudiera parecer semejante a la de los valores comunitarios) encontramos todos aquellos criterios que una determinada época histórica encuentra positivos, pero que si bien operan de esa manera en un momento específico del tiempo, no pueden verse como universalizables. Ejemplos de ello los tenemos en los valores de la libre empresa de nuestra era del capitalismo tardío: individualismo, competencia, acumulación de ganancias monetarias y financieras. Si bien son valores ciertos de este momento del tiempo, nada garantiza que en el futuro lo sigan siendo, especialmente si los sistemas sociales venideros tienden a la equidad y el comunitarismo en lugar de a las jerarquías socio-económicas tal y como ahora las conocemos.En suma, el esquema de la jerarquía de valores presenta un panorama general que va de lo más universal a lo más particular, en el entendido que, una vez hechas las precisiones pertinentes, todo el conjunto de criterios que se integra en cada uno de los niveles corresponden sin duda a valores; es decir, a pautas de conducta que se tienen por positivas y deseables en una sociedad determinada.

Jerarquía de los valores: de los más básicos y universales a los más contingentes y particulares.

Para finalizar con nuestro bloque, y a manera de repaso general de lo que vimos en las cinco lecciones, la siguiente actividad consistirá en realizar un diagrama de flujo de va-lores y uno de antivalores. Estableciendo las consecuencias sociales que se seguirían de uno y de otro.

EL ÁRBOL DE LOS VALORES

Valores sociohistoricamente determinados.

Valores comunitarios específicos Responsabilidad ecológica

Respeto a la vida. Respeto a la dignidad humana.

Respeto a los derechos de los demás.

Actividad

16 17

Page 9: Ética capítulo dos

Dos geranios.

Consigue dos geranios y colócalos en sus respectivas macetas. A uno lo vas a regar diariamente, cuidarás que le dé sólo la cantidad de luz solar necesaria para su salud, lo sacarás de noche, estarás al pendiente de posibles plagas (como hon-gos y gusanos) que pudiera presentar, etcétera. Al otro, con fines experimentales que en ocasiones implican cosas desa-gradables, no sólo lo descuidarás, sino que lo maltratarás: lo regarás cada que te acuerdes; no te preocuparás por la luz que debe o no darle; y en reuniones y fiestas fomentarás su uso como cenicero, etcétera.

En pocas palabras, uno vivirá saludable; el otro obviamente tenderá a secarse. Pero al margen de que antes de iniciar con el proyecto podamos saber ya cuál será el resultado final (y que incluso desde ahora podamos relacionar estos hechos con lo que ocurre en una persona, una sociedad y una época entera, cuando vive día con día con valores, por un lado, y con antivalores, por el otro), la intención de nuestro proyecto es que desarrolles una bitácora de las reflexiones que te surjan, día con día, a partir de tu comportamiento con respecto a los geranios. Estamos seguros que, en el camino, te encontrarás con ideas que te serán muy provechosas en tu formación no sólo escolar, sino, más importante aún, como persona.

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