Etapas de la vida: 50 - 60 años

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Tomo XXIII . Año 44 . Nº 341 Noviembre 2011 Boletín Sagrados Corazones - Perú

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Nuestra Familia Nº 341

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Tomo XXIII . Año 44 . Nº 341 Noviembre 2011

Boletín Sagrados Corazones - Perú

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Sumario

Hermanos: Provincia del PerúHermanas: Provincia del Perú-Brasil-México

Laicos: Rama Secular-Sector Perúwww.ssccperu.com

RESPONSABLESP. Raúl Pariamachi, ss.cc.

Hna. Candelaria Núñez, ss.cc.

DIAGRAMACIÓN Y DISEÑOSra. Haydeé de la Puente

REDACCIÓNHna. Graciela Zúñiga, ss.cc.

Hna. María Javier Echecopar, ss.cc.

CARÁTULA Y WEBSr. Fredy Caballero B.

CORRECCIÓN E IMPRESIÓNSrta. Delia Amado

COLABORADORESHno. Wilber Onofre, ss.cc.

Hna. Aurora Rodríguez ss.cc.

APORTES Y SUGERENCIAS

Secretaría [email protected]

Secretaría [email protected]

Editorial

Un canto a la vida. Raúl Pariamachi ................................................................................................... 3

Etapas de la vida 50 - 60

Reflexión: Principales experiencias y características de los años 50-60. Javier Cerda ss.cc. ............... 4

Mujeres a los cincuenta. Conferencias y talleres de la Hna. Nancy Durán scjc. ........................................ 7

Testimonio de un religioso inquieto a sus 60 años. Hermann Wendling ss.cc. ........................................ 9

Testimonio: Compartiendo mi vida religiosa. Alicia Mamani ss.cc. .................................................. 11

Testimonio de Mónica y Augusto. Mónica y Augusto -Grupo Jerusalén-Cdad.Héctor de Cárdenas ........... 13

Misión Colegios SS.CC.

Una experiencia comunitaria del Amor de Dios. Arsenio Vásquez - Prof. Colegio Belén ..................... 14

Testimonios alumnos del Colegio Belén: Claudia Ventura y Nicolás Suárez ........................................ 16

Misiones en el Valle de Pisco. Luz Osorio - Administrativa Colegio Reina de la Paz .............................. 17

Testimonios alumnas del Colegio Reina de la Paz: Claudia Malca y Carolina Mancilla ...................... 18

Adviento

Venida del Señor. Catequesis del Papa Juan Pablo II .............................................................................. 19

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3Editorial

Un canto a la vida

Raúl Pariamachi ss.cc.

Hace algunos días estuve en Santiago de Chile. Aproveché para ver “Violeta se fue a los cielos”, una película sobre la vida de Violeta Parra, la extraordinaria cantautora chilena del siglo pasado. Tal vez esta chilena sea más conocida por su “Gracias a la vida que me ha dado tanto…”. Lo

paradójico es que se quitara la vida estando por cumplir 50 años. Es común juzgar superficialmente el hecho: “cómo canta eso y luego se mata”. Lo extraño es penetrar en la complejidad de la vida humana. Debo confesar que la película me despertó del adormecimiento al que estamos condenados.

Esta cruda película retrata a una Violeta que creció violentamente signada por el alcoholismo de su padre, en un ambiente de pobreza dura, que deja huellas en el cuerpo y en el alma para siempre. Sin embargo, en Violeta creció también un espíritu sensible, apasionado y creativo. Como dice en su canción, la chilena dedicó sus luceros, el oído, el sonido, el abecedario, los pies, el corazón, la risa y el llanto a plasmar las vicisitudes de su entrañable pueblo y de su propia tragedia. Vivió a rabiar sus amores y sus duelos. La película deja la impresión de que Violeta nunca logró superar (¿se puede “superar”?) esa dolida mezcla de “amar” la vida intensamente, de sentirse reconocida por su gente, de entregarse a un hombre con locura, y de “odiar” los desencantos de la vida humana, la ingratitud de su misma gente, la soledad en torno a los cincuenta.

No sé bien por qué, pero intuyo que Violeta es como una parábola de todo lo que se empoza en el alma y en el cuerpo más fiero cuando se está llegando o se han pasado los 50 años en la vida. Es el momento en que miramos el pasado para volver a entender lo que hemos vivido, es el tiempo en que imaginamos lo que queda todavía por hacer, es el instante en que decidimos seguir entre dichas y quebrantos.

Lo dice bien Violeta al final de su canto:

Gracias a la vida que me ha dado tanto,me ha dado la risa y me ha dado el llanto,así yo distingo dicha de quebranto,los dos materiales que forman mi canto,y el canto de ustedes que es el mismo canto,y el canto de todos que es mi propio canto.

Una buena lectura.

Volver a los diecisiete después de vivir un sigloes como descifrar signos sin ser sabio competente.

Volver a ser de repente tan frágil como un segundo,volver a sentir profundo como un niño frente a Dios,

eso es lo que siento yo en este instante fecundo.Violeta Parra (1917-1967)

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Principales características y experienciasde los años 50 – 60

Javier Cerda F. ss.cc.Hermano de la Provincia de Chile

La reflexión sobre las características y experiencias más resaltantes de la etapa

de vida entre los 50 y 60 años implica sutilezas y matices difíciles de lograr en forma breve; por lo demás, el desarrollo evolutivo del ser humano no se ajusta tanto o sólo a la edad cronológica, sino también al tipo de “experiencia” de cada persona, incluyendo factores físicos, familiares, culturales, sociales, laborales, afectivos, espirituales, etc. que van dando “propiedad” y “especificidad” a esta etapa de la vida. En general, se puede afirmar que todos los estadios del desarrollo personal implican, de alguna manera, una interacción dinámica entre “individuo y sociedad” así como una interacción entre las “diversas dimensiones de la vida” (lo físico, lo psíquico, lo social y lo espiritual).

Así como la niñez y la adolescencia, la adultez tiene también sus propias tareas de desarrollo y sus propios desafíos. Desde una mirada global al desarrollo, se puede afirmar que las personas, en la primera mitad de sus vidas, invierten gran parte de su energía en la tarea de “hacerse personas”: construir la personalidad, afianzar un “proyecto” de vida, terminar la preparación laboral, técnica o profesional, encontrar un sitio en la sociedad y/o en la Iglesia, “conquistar” poco a poco el mundo a través del trabajo, de las relaciones sociales y de los compromisos profesionales, afectivos, laborales, etc., así también conquistar progresivamente la “madurez y la sabiduría” en la vida asoma como meta implícita en la adultez, lo que supone una permanente escucha al llamado interior hacia un alto nivel de integración. El “desarrollo” personal no es nunca un asunto cumplido definitivamente, la tarea continúa hasta el fin de nuestra existencia.

1. La Edad Adulta, en general, se la divide en tres períodos: los principios de la Edad Adulta (entre 18 y 40 años), la Edad Adulta Media o Edad Media (entre 40 y 60 años), y los Finales de la Edad Adulta o Vejez (desde los 60 años hasta la muerte).

La “edad media” (llamada a veces “mitad de la vida”) es un importante período de la existencia de

toda persona quien, espontáneamente, realiza un análisis de lo ya vivido, evalúa su experiencia de vida (“pasado”), sus satisfacciones e insatisfacciones, y, desde esa posición “crítica” (más positiva o más negativa) surge una interrogante respecto del futuro y de los “cambios” que considera oportunos realizar respecto a lo que le resta “por vivir” (“futuro”).

Podemos deducir, entonces, la posibilidad que una persona experimente cuestionamientos, incertidumbres, dudas, deseos de ajuste y cambio frente a su pasado e incluso, a las opciones ya asumidas; es lo que suele llamarse, precisamente, la “crisis de la mitad de

la vida”. Es una transición diferente en su intensidad y duración en cada persona, momento de auto-evaluación, de transición y de interrogantes sobre la orientación de la propia vida personal. La palabra “crisis” no pretende expresar aquí, necesariamente, algo negativo, más bien se trata de la emergencia de posibles cambios significativos y de nuevas tareas de desarrollo personal, así como de ajustes o adaptaciones vitales. Las manifestaciones concretas de este período son muchas, mencionemos por ejemplo: cambios familiares, quiebres matrimoniales, cambios de las opciones anteriores y fracaso en mantener los logros anteriores, disminución de la creatividad, creciente tendencia a la “grandeza” en las actividades, sentimientos de estar “atrapados” en un trabajo, desempleo, actitudes desfavorables hacia la actual actividad, suele ser, también, un momento en que experimentamos pérdida significativas (fallecimiento de seres queridos, síndrome del “nido vacío”; un momento de cierto estrés y aburrimiento…).

Se trata entonces de una edad en la que, en continuidad con los años anteriores (40 a 50 años), constatamos en nosotros mismos, con esperanza y con miedo un “dinamismo interior de vida y muerte”, de aspectos personales que deben morir, otros que deben cambiar y otros que deben surgir. Tiempo de balance personal asistemático que encierra un dinamismo pascual, una invitación a purificar nuestra vocación y misión vital, un tiempo crítico, como todo cambio evolutivo significativo y que, al mismo tiempo, es un impulso de

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nueva vida. En este sentido, la adultez tiene sus propias tareas de desarrollo y sus propios desafíos, como la niñez, la adolescencia y cada etapa del desarrollo. Es un tiempo que, como todas las etapas de la vida, tiene sus cruces y desafíos, sus metas a conquistar (el crecimiento no ha terminado aún) y sus logros a obtener (lo que Erik Erikson llama “virtudes”). Hay aspectos que tienen que “morir” y hay llamados que nos invitan a “renacer”, es época de un “ajuste existencial”.

2. La andropausia: lo anterior nos hace tener una mirada más bien psico-social de la edad media, aunque muy general; propongo aquí una brevísima reflexión sobre un aspecto de esta etapa desde una perspectiva más orgánica, me refiero a la “andropausia”. Es un hecho que entre los 40 y 55 años, el hombre puede experimentar un fenómeno similar a la menopausia femenina, conocido como la andropausia, aunque no tiene signos tan claros como en la mujer. Desde lo orgánico se manifiestan un conjunto de síntomas muy variados, tanto orgánicos como psicológicos, cuyo origen es un descenso de los niveles hormonales de testosterona. Al contrario de la menopausia femenina, la transición en el hombre es mucho más gradual y puede durar décadas, sin embargo la andropausia puede provocar diversos conflictos emocionales en los hombres y, la falta de información sobre el tema puede llevarlos a suponer que los cambios se deben a la edad. La andropausia es un proceso natural e irreversible, no sujeto a prevención o cura, pues no es ni enfermedad ni defecto, simplemente es una etapa en el transcurso de la vida del hombre aunque se pueden evitar los factores que aceleran su aparición.

Algunos síntomas de la andropausia son: cambios en la actitud y el estado de ánimo, fatiga, pérdida de energía y disminución de la libido (impulso sexual) como

de la agilidad física, riesgos de cardiopatías y fragilidad ósea (osteoporosis), insomnio o fatiga, angustia que puede llevar a la depresión, ansiedad, nerviosismo e irritabilidad, pérdida de la resistencia muscular, aumento de la grasa corporal del cuerpo, lumbalgia y riesgo cardiovascular… Entre las causas que favorecen su inicio se suelen mencionar: factores hereditarios, enfermedades cardiovasculares, obesidad, estrés físico y psicológico, exceso de alcohol y tabaco, diabetes, disfunción tiroidea, consumo de drogas, lesiones, cirugías, medicamentos, infecciones... La andropausia constituye un período más o menos largo, dependiendo de la naturaleza de cada individuo. En términos generales estos cambios comienzan a ser evidentes más o menos a los 40 años de edad pero pueden presentarse progresivamente entre los 40 y 70 años.

3. Dentro del mundo complejo de la afectividad humana y su incidencia en las personas de la edad media de la vida, quiero proponer un esbozo de otros aspectos que nos plantean interesantes dimensiones de crecimiento y que inciden significativamente en nuestras vidas.

La responsabilidad educadora:

En la edad media ya hemos dejado de ser niños (dependientes) y jóvenes en búsqueda de sí mismos así como de la propia vocación y misión. Poco a poco hemos transitado a una posición psicológica, social y ética que implica que otros ahora dependan de nosotros, en varios sentidos; la adultez media es tiempo de desarrollar en nosotros dos dimensiones internas estrechamente ligadas a lo afectivo: la función de ser “Padre/Madre” (dimensiones de paternidad-maternidad) y/o el ser “Abuelo/Abuela”, las que podrán tener muy diversas expresiones en cada uno/a de nosotros. El ser Padre/Madre” o “Abuelo/Abuela” son dimensiones no sólo ligadas a lo físico-corporal sino que representan, al mismo tiempo, dinamismos psíquicos y afectivo-relacionales que pueden tener muy diversas manifestaciones. En este sentido la afectividad en esta edad de la vida, es una inmensa fuerza de vida, fecundidad y creatividad, de entrega y amor que conlleva una hermosa responsabilidad y misión educadora. Somos llamados en este momento y de diversas maneras a ser padre o madre - lenguaje que en nuestra cultura es utilizado para referirse a los religiosos sacerdotes y a las religiosas - llamados a proteger, cuidar, acompañar, alimentar… La paternidad/maternidad, así como la “abuelidad”, como dimensiones humanas psico-sociales, no son experiencias ajenas a las personas consagradas ni a nadie. En esta etapa de la vida somos llamados a engendrar y cuidar la vida, como

P. Javier en el hogar de niños de Valparaíso - Chile

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laicos o consagrados/s, y a acrecentar nuestra misión de amor que, desde la perspectiva en que estamos hablando, se debe traducir en “… dar la vida para que otros la tengan en abundancia” y en cuidar que nuestra limitaciones, pequeñeces y cansancios no conviertan a nuestro “padre - madre” interior en padrastro o madrastra, ni a nuestro “abuelo - abuela” en abuelastro o abuelastra. Los corazones de Jesús y de María son un símbolo hermoso y sugerente en esta misión.

La asunción de la propia edad como tarea:

Proceso de Individuación:

C.G. Jung analiza los problemas de la mitad de la vida al interior del desarrollo humano, y plantea lo que él llama “proceso de individuación”. Para él la individuación es aquel proceso que «produce un individuo psicológico, es decir, una unidad independiente e indivisible, un todo». Este proceso tiene dos grandes fases: la de la expansión en la primera mitad de la vida y la de la introversión en la segunda. Dentro de la complejidad que este proceso presenta en la teoría de Jung, podemos afirmar que se trata de un proceso de “re-centración” de la propia personalidad desplazada de su propio centro. Individuarse, en este sentido, equivale a “encontrarse a sí mismo”, lo que supone para Jung, tanto un proceso de “desalienación de lo colectivo e indiferenciado” y una “realización personal de ese mismo fondo colectivo”; somos invitados a tomar distancia de la colectividad (proceso de diferenciación que nos permite decir YO) así como a lograr una “integración” conciente y propia de lo que yo soy (proceso de integración que nos permite YO - CON).

Este complejo proceso de individuación implica que cada uno de nosotros recorra su propio y singular camino, a su propio ritmo y tiempo personal siendo conscientes que la “individuación” no es lo mismo que el “individualismo”. En la mitad de la vida se pone a prueba este proceso, este llamado a la autorrealización que supone seguir la “voz interior”, sabiendo que siempre nos quedará por conocer el “secreto” más profundo de nuestra vida, propio de cada persona, y que nos acompañará a lo largo del desarrollo humano (vocación) llevándonos, en definitiva, al corazón del gran secreto, al misterio de Dios. Es interesante señalar lo que afirma Jung: “nadie siente más la comunidad que el solitario, y la comunidad florece tan sólo allí donde cada individuo rememora su propia singularidad y no se identifica con los demás” (“Recuerdos, sueños, pensamientos”. C.J. Jung 1966). Tanto el proceso de diferenciación como de integración emergen como dos llamados a cada persona que se traducen en un crecimiento propio del amor, en un SER así como SER PARA y CON otros.

Proceso de envejecimiento:

Termino estas breves reflexiones con la mención de otros aspectos que me parece frecuente que salgan al escenario en este período de la vida: esta etapa tiende a acrecentar nuestra “atención” - a veces excesiva otras escasa - ante nuestro cuerpo. Se acrecientan nuestras preguntas e inquietudes ante las dificultades en nuestra salud, ante los desafíos de nuestro desgaste físico, psíquico, moral, ante la fragilidad personal y los temores frente a la muerte, ante la mayor o menor necesidad de autocuidado, a veces acercándonos a una actitud hipocondríaca. Incluso no sabemos hasta dónde los cuidados personales deben limitar nuestro servicio; algunos viven aceptando su edad “con alegre realismo”, otros en rebeldía permanente y a veces amarga “contra sí mismos”. Podría ser interminable la descripción de las variadas expresiones ante esta realidad, a veces justificada, aunque es bueno que la revisemos en nosotros. La gran pregunta a responder, en este sentido, es ¿cómo envejecer bien?, ¿cómo asumir los cuidados propios y necesarios del paso de la vida logrando ser un “viejo sabio, maduro y feliz” y no un “viejo amargado y triste”?

Agreguemos finalmente desde esta perspectiva, muy brevemente, que el avance científico y médico ha ido significando un notorio “alargamiento de la duración de la vida”, lo que implica varios desafíos. Debemos ser conscientes que el “envejecer” es una tarea que se desencadena en la mitad de la vida, cuando el camino, en vez de seguir subiendo, empieza a tener más curvas y a descender poco a poco. Ante este hecho se nos pueden presentar algunos desafíos como, por ejemplo, la tendencia a negar el paso de la edad y sus consecuencias de la vejez: se trata del síndrome de “viejo verde” que pretende cambiarle el escenario a la vida real; otro ejemplo actual en nuestra sociedad es la nueva “adolescencia de la edad adulta”, similar a lo dicho anteriormente; se trata de personas – con frecuencia mujeres - que siendo mayores buscan redefinir sus vidas incluyendo un alto grado de fabulación. Se busca renacer, rehacer, repetir el drama de la vida con nuevo brío…Otras veces son los accidentes u otros quiebres de la propia historia que desencadenan un nuevo estado personal y que implican tareas y enfrentamiento tanto a nivel espiritual, psicológico, social, formativo y afectivo.

Sería de esperar que, ante la realidad esbozada en estas cortas reflexiones, cada uno/a de los/as lectores pudiera reflexionar sobre la propia manera de vivir su edad, especialmente la edad de la cual aquí hemos hablado, y descubrir los propios llamados y desafíos que de ahí surgen.

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Etapa de cuestionamiento - 48-50 años(Crisis, crecimiento. En griego significa: separar, juzgar, discernir) Identificar mis nuevos desafíos y reflexionar sobre ellos.¿Cómo voy a transmitir los frutos de mi experiencia? Entrar al interior.Es un giro decisivo. ¿Cómo quiero vivir el sentido que doy a mi vida?Capacidad de relativizar, hechos situaciones, etc.Me siento más libre frente a las cosas, personas.

Etapa de diferenciación - 50-52 añosPrecisar mis prioridades, mis valores. ¿Qué cambio voy a hacer para trasmitir los frutos de mi experiencia a los demás?Me doy cuenta que avanzo, preciso los medios para trasmitir los frutos de mi experiencia teniendo en cuenta al otro.La persona cobra una mayor importancia.Capacidad de ser mentor a través de preguntas que ayudan al otro a tomar decisiones.

Etapa de integración - 53-55 añosComprometerme con unos medios coherentes. Etapa de integración.Comprometerme con unos medios coherentes.Primacía de lo interior sobre lo exterior. Primacía de la persona sobre el proyecto. Prioridad al camino que hacen los otros. A causa de la interioridad que crece, soy más libre interiormente para hacer elecciones y renuncias. Las prioridades son al interior y a la persona más que al exterior y a los proyectos. Mucha más estabilidad y se integra porque las FVH son más fuertes.Etapa de cambios hormonales, más paz al interior.

Etapa de Consolidación - 56 - 57 añosEtapa de consolidación. Vivir mis prioridades, mi desafío, mi llamada.Concreto el desafío viviendo la interioridad, estando orientada por mis valores y el bien de las personas, lo que me permite relativizar.Se es consciente de haber logrado el desafío. (llamado) de esta etapa y se le encarna viviendo la

Mujeres a los cincuentaDE LAS CONFERENCIAS Y TALLERES DE LA HERMANA NANCY DURÁN SCJC.

interioridad y orientado por los valores.Cualificación de la oración.Maternidad y paternidad psíquica de los abuelos.

Etapa de cuestionamiento - 58- 60 añosIdentificar mis nuevos desafíos y reflexionar sobre ellos. ¿Cuáles son las necesidades más importantes para los demás?La vida social se reduce, prioridades en ello.Tener en cuenta la salud, mis energías, qué puedo, y de qué soy capaz.Dejar a los otros a los más jóvenes.Preparar el relevo.¿Cómo humanizar las condiciones de vida de las personas?¿Cuáles son las necesidades más importantes de las personas?

Figuras Bíblicas Sifra y Púa (Éxodo 1:15-22)

Eran dos mujeres de carácter. Sin duda, eran personas vigorosas, de mediana edad. El libro de Éxodo nos dice que estaban a la cabeza de las de su profesión entre los israelitas. Es indudable que había muchas otras, pero ellas eran las superintendentes.

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Su cargo había sido designado por el gobierno egipcio, pues vemos que Faraón les daba órdenes, como si se tratara de funcionarios oficiales.

La orden que les dio aquí era terrible: que al dar a luz las mujeres judías, si el hijo era varón tenían que matarlo. La orden de Faraón las puso en una grave dificultad moral. A quien tenían que obedecer al Rey de reyes, el Dios de sus padres, o al rey de Egipto.

Sabían bien que no podía desobedecer a Dios, y estas dos mujeres “temían a Dios y no hicieron lo que se les mandó”. Faraón las interrogó. Las dos mujeres se refugiaron en una mentira.

Sin duda, la mentira era un pecado. Pero Dios sabía también que había surgido como solución a una crisis, insoluble para ellas de otro modo. El Señor premió a estas dos mujeres porque habían preferido obedecer a Dios antes que a Faraón. Las bendijo e hizo aumentar sus propias familias.

Otras referencias en Nicodemo:

• Nacer de nuevo y Elías: Es capaz de reconocer el fracaso del pasado, pero ve con eso el futuro 1 Reyes 19

• La forma de expresar su Espiritualidad.• Lograr la INTERIORIDAD que se opone a la inmediatez.• Aprender a RELATIVIZAR los acontecimientos.

• Recoger de su experiencia lo que puede contribuir al crecimiento de las generaciones venideras.

• La interiorización de su contribución es funda-mental, pasa primero que lo inmediato.

• Experimenta con mayor intensidad, el hecho de expresar sus valores.

• Tiene una mirada más tolerante sobre los acon-tecimientos.

• El valor de la persona se pone de relieve y los acontecimientos los relativiza.

• Así se ve viviendo una mayor riqueza en su capa-cidad de amar.

• Acoge a las personas tomando en cuenta su edad, lugar, situación.

• Gozan con el crecimiento que favorecen a los demás.• Experimentan una forma nueva de ternura.• Vive con mayor fidelidad al Señor e intimidad con Él.

Pedimos añadir en su libreta de direcciones los correos creados con nuevo dominio para la Provincia del Perú - Hermanos, comunicamos que continúan vigentes las cuentas de telefónica e

infonegocio. Muchas gracias.

Raúl Pariamachi, superior provincial [email protected]

Paulino Colque, ecónomo provincial [email protected]

Secretaría Provincial, Delia Amado [email protected]

Administración Provincial, Nela Seminario [email protected]

Equipo de Promoción vocacional [email protected]

Correos creados con nuevo dominio

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9Etapas de la vida, 50-60

Testimonio de un religioso inquieto a sus 60 añosHermann Wendling ss.cc.

San Juan del Oro

Es obvio que no se me pide un tratado sistemático sobre la entrada en la tercera edad. El hecho de que se me pida un testimonio me permite

exponer algunas observaciones subjetivas que cada lector puede usar como elementos para una visión más general y objetiva. Para dar a la exposición cierto orden, me guío por algunos lemas que desde hace tiempo me sirven de orientación.

Partir de lo positivo

Esta convicción se me ha hecho más profunda viendo a nuevas autoridades eclesiásticas que llegan a su jurisdicción y critican como desviación lo que se ha hecho en los últimos decenios. O frente a nuevas autoridades políticas que condenan como ineficientes a sus antecesores. He tenido la suerte de integrarme en obras donde los hermanos que estaban antes han trabajado magníficamente, basándose en la realidad del lugar, promoviendo la participación responsable de los laicos, uniendo la formación religiosa con la promoción humana. Pero como todas las realizaciones humanas son fragmentarias y no libres de ambigüedades, entra el descontento en el corazón. Y lo que resulta más o menos fácil en la labor pastoral, se hace más difícil en la vida de la comunidad religiosa, en la apreciación de los hermanos de la comunidad, igualmente en entender la evolución que ha tomado la jerarquía de nuestra Iglesia. Últimamente me pregunto: “¿Qué te pasa, Hermann, que te cuesta tanto ver lo positivo?” Me doy cuenta de la necesidad de más tiempo de oración y contemplación para dar su valor a lo que estoy viviendo, para ver lo positivo en las circunstancias actuales.

Aprender a estar donde está

“¡Aprende a estar donde estás!”, repetía con frecuencia una religiosa responsable del curso para formadores que hice en el 2000 en Cochabamba. Me resulta atractivo aprender los idiomas nativos, estudiar las costumbres, conocer la historia del lugar y las cosas que se han hecho en él. Más difícil es ubicarse en el presente, en las necesidades que está viviendo la gente y saber cómo insertar la fe cristiana en su vivencia y en una cultura en proceso de cambio. En los últimos dos años se me ha pedido enseñar inglés, primero en el Instituto Superior Tecnológico,

después en el Centro de la Providencia. No creo que los alumnos, jóvenes y adultos, hayan aprendido mucho Inglés, pero para mí ha sido una oportunidad de aprender algo sobre ellos.

Los dos principios anteriores incluyen éste: “Arar con los bueyes que uno tiene”. Es decir, realizar el trabajo pastoral con los colaboradores laicos del lugar. Apreciar su experiencia, sin pedirles cosas que están fuera de su alcance, tomar en serio sus propuestas, facilitarles una formación tanto para un servicio pastoral eficaz como para una vida laical en la familia y la sociedad.

Lo que tengo que aprender en cada nueva presencia es la misión común, es decir el compartir el trabajo pastoral y la vida con los hermanos de la comunidad. Sabemos que la Congregación nos encarga nuestro trabajo como una misión que realizamos en su nombre. Pero no somos exentos del individualismo y del subjetivismo que reinan en nuestra sociedad, mejor dicho, que son tan fuertes en la sociedad, porque con facilidad cedemos a su tentación. Y así nuestra comunidad se parece más a una junta de vecinos que a una comunidad de fe, oración y misión. La tensión entre actividad pastoral y vida religiosa comunitaria se disuelve a favor de la actividad, y tanto la actividad como la vida religiosa resultan perjudicadas. ¿Compartir las responsabilidades con una comunidad de hermanas

Hermann con Liz, Rocío y Lidia en Putina Punco

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Hermann predicando en el nuevo templo de Yanahuaya

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ss.cc. ayuda? Seguro, más cuando vivimos bien la misión común entre los hermanos.

Un oído en el Evangelio, el otro en el pueblo

Este lema es de Mons. Enrique Angelelli (“el pelado”), obispo de La Rioja, argentino, asesinado por los militares en 1976. Lo aprendí cuando llegué a Argentina en 1984. No concuerda con lo que se enseña ahora desde algunas cátedras, que Cristo encargó toda la verdad a los apóstoles y sus sucesores, y que los obispos la enseñan y que no necesitamos otra fuente de verdad. Incluso, como escribió Germán Le Baut, ciertos grupos no necesitan el Evangelio, tienen para todo el catecismo y el derecho canónico. He leído las dos obras, considero que es elemental conocerlos (el derecho canónico enuncia derechos de los fieles que en muchas parroquias se desconocen). Pero lo que me conforta, cuestiona, convierte, son los patriarcas, los profetas, los salmos, los sabios, las parábolas, el sermón de la montaña, la pasión de Jesús, las comunidades escuchando a los apóstoles, compartiendo sus bienes y la eucaristía …

He experimentado que un medio seguro para superar el desaliento y renovar el ánimo es “tener un oído en el pueblo”, visitar comunidades, familias, enfermos, escuelas, presos, escuchar lo que están

Esteban Gumucio Vives ss.cc.Acto solemne de abertura de los documentos de

investigación diocesana (hermanos)

El pasado sábado 5 de noviembre tuvo lugar en la Congregación para las Causas de los Santos, en Roma,

el acto solemne de la abertura de los documentos de la investigación diocesana sobre la vida, virtudes y fama de santidad del siervo de Dios Esteban Gumucio Vives ss.cc.,(Chile). Estuvieron presentes el postulador General Alfred Bell, ss.cc., los Superiores Generales y algunos miembros de las Casas Generales de Hermanos y Hermanas. Se inicia así la etapa romana del proceso que esperamos nos conduzca hacia la

canonización de nuestro hermano Esteban.

viviendo, permitir que me hagan aterrizar cuando los proyectos pastorales me hacen volar alto, darme cuenta que mis problemas son mínimos en comparación con lo que mucha gente tiene que vivir, admirarme de que nuestros antecesores han dejado profundas huellas en la vida de nuestra gente.

Anchayllata yachani, chaylla tukukapun. “Eso no más sé. Aquí termina”.

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Tengo 55 años, a los 29 años hice los primeros votos, como ven soy de la llamada “vocación tardía” restando y sumando, tengo 26 años de

vida religiosa. Con gusto les comparto, a esta edad cómo vivo mi vida religiosa.

En el camino de la vida me siento ya pasando del medio día, atravesando la mitad de la subida a la montaña, ligeramente cansada, cargando en la mochila muchas experiencias gozosas y menos agradables, cuento con mucha energía y gozo, disfruto del viaje, y en espera de nuevas sorpresas misteriosas y tal vez desafiantes, con un tiempo y fuerza suficiente para llegar a la cima de la montaña y por qué no decirlo, a mi “Jerusalén”.

Exactamente a mis 50 años en el 2006, me tocó asumir otro envío, formar parte del gobierno general en calidad de consejera, esta experiencia sin duda marca de manera particular la etapa de mi vida. Es un tiempo especial que me ha permitido hacer una relectura de mi vida, los compromisos asumidos como religiosa ss.cc. en la provincia del Perú-Brasil-México y generar otro tipo de servicio en la Congregación.

Tengo una primera sensación, un tiempo de sentir la necesidad de buscar con mayor profundidad la cercanía del Señor. Siempre me ha acompañado una voz interna que me ha susurrado, algunas veces casi con gritos: Alicia, me amas? Apacienta mis ovejas (Jn. 21 15-16). Aún en tiempos de mi proceso de discernimiento vocacional, una de las actitudes de las hermanas de la comunidad de Belén - Lima, que me impactó fue la fidelidad que tenían del rezo de la liturgia de las horas en comunidad y el cuidado especial por su adoración personal, aun en situaciones límites de salud como la hacía la madre María Belaúnde anciana en silla de ruedas con una terrible artrosis vivió fiel su adoración hasta el final de su vida. Ahora al igual que para mis hermanas mayores la oración personal y comunitaria se ha vuelto fundamental para mi vida, el contacto personal con el Señor, el gusto de estar a solas con quien me siento amada, sanada, transformada, liberada, perdonada, acogida, acompañada, llevada de la mano y a quien puedo contar todo.

Algo claro que tengo es: solo sabiendo estar a solas con el Señor podemos gozar de las oraciones litúrgicas comunitarias y estar con el pueblo.

Como lo expresaba nuestra fundadora: “El mejor modo de ser totalmente de Dios, es ser totalmente del prójimo”. B.M. Solo sabiéndonos sanados y reparados, perdonados y transformados por el Señor, podemos participar en la reparación de la sanación de las heridas de nuestros hermanos y hablar de amor de reconciliación, y podemos participar del verdadero pastoreo a modo de Jesús. Igualmente, será rica nuestra oración si nace desde la realidad contemplada y vivida.

Siento también que es hora de ir serenándome aunque nunca fui revoltosa. Me encantan los “Champiñones” pero no soy religiosa “hongo” de lo contrario dejaría de serlo y menos con el sello Sagrados Corazones. En esta caminata como religiosa de la Congregación me es esencial la comunidad; desde los inicios de mi vida religiosa he aprendido hacer comunidad y encontrar su verdadera gracia, sentido y valor evangélico. Recuerdo como una de mis primeras experiencias gozosas vividas aún de juniora, en Ayaviri en los años 1989 a 1991 en la comunidad formada por

Compartiendo mi vida religiosaAlicia Mamani ss.cc.

Alicia con niños en Filipinas

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12 Etapas de la vida, 50-60

Zunilda Olguín, chilena, Amparo Zalles, boliviana, Marie-Thérèse Ropert, francesa y tres peruanas. En tiempos difíciles por el clima violento, originados por el grupo terrorista y por las fuerzas del orden, participábamos en la misión de la pastoral parroquial, sanitaria, acompañamiento a la organización de mujeres, cárcel, P.J.V. y en el campo educativo. En esta comunidad junto a mis hermanas aprendí a ser corresponsable de la marcha de una comunidad fraterna y misionera; esa escuela me sirve para vivir mi compromiso de seguimiento a Jesús en comunidad, en todos los tiempos y en todas las comunidades por donde pasé, como farol de ánimo en los tiempos de dificultad comunitaria y con razón ahora que comparto una comunidad internacional y pluricultural en la casa general de Roma.

Ciertamente, crear una comunidad fraterna es todo un arte, y una oportunidad para poner al servicio todos nuestro dones y creatividades, arreglar un florero, preparar una comida especial, preparar un detalle para la hermana que celebra un aniversario o que se encuentra un poco deprimida, cuidado mutuo de unas por otras, rezar juntas … y es una academia de purificación, supone también tener presente nuestras edades, formación diferente, las nacionalidades, culturas distintas, finalmente todos los elementos son oportunidades de vida, de crecimiento y crean un sentido de pertenencia común. En mi experiencia es un quehacer por amor que se convierte parte de mi vida, una fuerza, un apoyo en el servicio a la misión y sin lugar a dudas, misionera por sí misma. No puedo negar, la mayor satisfacción que me da, es el gozo de escuchar, acoger la vida de cada hermana, concretamente en las entrevistas personales como parte de la misión de animación desde el gobierno general.

La vida religiosa me ha enseñado también a construir y valorar la amistad, especialmente dentro de la Congregación, amigos/as, hermanos/as, compañeros/as, en el camino del seguimiento de Jesús, tal vez es una de las realidades que me llenan de gozo en este momento de mi historia, el sentirme querida, acompañada, cuestionada a veces, compartiendo capacidades y superando limitaciones, llevando juntas la misión de la Congregación en la Iglesia pueblo de Dios.

Debo agradecer a la congregación por haberme facilitado casi en toda mi vida religiosa participar en los distintos apostolados en colaboración con los hermanos SS.CC. Con aciertos y desaciertos en la tarea misionera pude gozar la riqueza de la complementariedad. En Ayaviri en tiempos difíciles nos acompañamos como pudimos, el miedo, las amenazas y la muerte no nos sacó corriendo. En Laderas trabajando durante nueve años compartiendo el apostolado con nuestros hermanos misioneros: el P. Marcelo Trégouët, P. Germán Le

Baut entre otros, con quienes junto a mi comunidad y las pre-novicias de turno pude colaborar acompañando a los más pobres, promoviendo distintos proyectos en pro de la vida y fe del pueblo, con logros estimables. Señalo también el acompañamiento en el servicio de la animación de nuestras Provincias con Juan Luis Schuester, y con otros provinciales de turno con quienes compartí la misión, no solo de colaboradores en el trabajo apostólico, sino de verdaderos amigos y hermanos.

Soy consciente que esta edad tal vez sea ya hora de prepararse, a dar paso a otras y otros relevos, es necesario estar dispuestas a que caiga la hoja del árbol para permitir el nacimiento de nuevas hojas y el árbol continué frondoso; gracias a Dios estoy contenta con mis canas un signo más de que mi misión busca dar otro cause a una nueva manera de ser, el de caminar con mayor fuerza juntas y también, ya ir poniéndome al costado, o atrás con la tarea de empujar, alentar, facilitar con espíritu fraterno y no de fiscalizador o de control, es tiempo de favorecer que la misión de liderazgo pase a las generaciones venideras que lo van a hacer igual o mejor que los de mi generación, de una manera nueva, buena y eficaz según la exigencia de nuevos tiempos.

Atravesamos un contexto cultural de relativismo, y de individualismo, lo definitivo, tiene menos cabida, en este contexto, el testimonio de mi generación creo yo, es justamente mantener visible la fidelidad, hacer vivible con nuestro testimonio, a un Dios fiel que no abandona a sus hijos bajo ninguna circunstancia, mejorar la calidad de nuestras comunidades. Apoyar en abrir caminos, ser puente, corrigiendo nuestros errores; el renovarnos es el gran desafío de: no desencantar ni desilusionar a los que nos siguen.

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13Etapas de la vida, 50-60

Somos una pareja de esposos, Mónica y Augusto. Tenemos tres hijos y llevamos juntos ya 32 años de matrimonio. Hemos pasado alegrías,

tristezas, enfermedades y dolor, pero siempre hemos confiado en el amor con el que Dios nos bendice cada día; es por eso que, a pesar de las dificultades, tratamos siempre de comprendernos como amigos y confidentes dentro nuestro matrimonio. Hemos tratado de mantener nuestras individualidades, respetándonos y tolerándonos.

Ahora que estamos en la etapa de los 50’s y que hemos pasado la etapa de crianza de nuestros hijos, vemos la vida desde otro punto de vista: ya no con el ímpetu propio de la juventud, sino con mayor calma. Nuestros retos y nuestras metas ya no son como las de antes cuando recién nos casamos; entonces éramos muy jóvenes y con muchas ilusiones de permanecer siempre juntos, y no teníamos idea de la gran tarea y responsabilidad que nos esperaba.

Ha habido muchos cambios y retos en nuestra vida desde entonces; primero el nacimiento de nuestros dos primeros hijos, Claudia y Javier, la compra de nuestra casa, luego el colegio y la responsabilidad de educarlos y criarlos, después de algunos años nació Miguel Ángel, el menor de nuestros hijos y en ese tiempo fueron a vivir con nosotros los abuelitos de Mónica, que eran personas de 90 años con las cuales compartimos nuestras vidas y fue también un reto el tener que convivir con personas mucho mayores que nosotros, pero siempre predominó el cariño y el amor a nuestra familia.

Hace algunos años conocimos -a través de nuestros hijos- la Comunidad Héctor de Cárdenas, que pertenece a la familia de los Sagrados Corazones, y poco a poco fuimos cautivados por su carisma, primero asistiendo a la misa en la comunidad todos los domingos y luego formando parte de ella como laicos comprometidos. Sentimos que el pertenecer a la comunidad nos ha hecho crecer más en nuestra fe y en el amor a Dios y a todos nuestros hermanos, y comprobar que sólo en comunidad podemos seguir viviendo como cristianos e ir descubriendo lo que el Señor quiere para nosotros.

En la comunidad también hemos podido compartir con personas menores que nosotros, inclusive con nuestros hijos, ya que ellos también pertenecen a ella, y a pesar de la brecha generacional hemos logrado enriquecernos mutuamente, y crecer como personas y como familia compartiendo muchas cosas juntos. Todo esto ha sido muy importante para marcar la forma en que hemos asumido nuestros 50’s.

Cuando uno es joven piensa siempre que lo que hace está bien y que nunca se va a equivocar; eres exigente contigo y con los demás, caes muy rápido en la crítica poco constructiva crees que tienes al mundo en la palma de tu mano y que nunca cometerás errores. Al pasar los años te vas dando cuenta que todo lo vivido no es nada si no hubiéramos tenido el amor de DIOS.

En todo este camino nos acompaña por nuestra comunidad, por la cual damos gracias a Dios. Y animados por esta fe, nos seguimos esforzando en amarnos y respetarnos, en complementarnos cada día más como pareja, padres, abuelos e hijos de nuestro padres, queriendo hacer lo mejor que se pueda y todo esto es nuestro día a día, nos permite crecer como personas alrededor de nuestra familia y de nuestros amigos y siempre bendecidos por nuestro Señor.

Testimonio de Mónica y AugustoAugusto y Mónica

Grupo Jerusalén – Comunidad Héctor de Cárdenas

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14 Misión Colegios SS.CC.

Misioneros de los Colegios SS.CC.Belén y Reina de la Paz

La tarea que tienen las instituciones educativas, de los Sagrados Corazones “Belén” y “Reina de la Paz”, es la de vivir una experiencia

comunitaria del amor de Dios y promover en nuestra patria la evangelización a través de la educación. La misión que de Dios hemos recibido para evangelizar, es ser agentes de cambio, transformando y mejorando las condiciones humanas de quienes nos rodean.

Por este motivo somos considerados colegios en pastoral, acción que se sustenta en la opción preferencial por los pobres que nos pide Cristo Maestro, presentándonos los dos polos de nuestro amor: Dios y el prójimo. Si no amamos al prójimo, especialmente a los más necesitados, nuestro amor a Dios es pura fantasía y una refinada forma de egoísmo. Él mismo, con su ejemplo cuando estuvo en la tierra dio muestra de ello, convirtiéndose en nuestro primer Maestro Misionero por excelencia.Respondiendo a esta tarea y al Proyecto Educativo “Aprendizaje Servicio” propuesto en el Plan Global de los colegios SSCC -Hermanas, se concretizó la misión realizada este año en la Parroquia San Clemente de Pisco en los distritos de Independencia y Humay; del 08 al 12 de Octubre.

Una experiencia comunitaria del Amor de Dios

METAS

Los objetivos principales fueron:• Facilitar a las comunidades educativas (profe-

sores y alumnos) una experiencia de encuentro con Cristo en las personas de las comunidades del valle de Pisco, de cara a una fuerte formación humana - espiritual.

• Desarrollar las metas trazadas en el Plan Global SS.CC.- Hermanas, a través de una actividad de servicio evangelizador por parte de los integrantes de nuestros colegios.

PREPARACIÓN

• Se organizó un equipo de misión de veinte perso-nas entre profesoras/es y alumnos/as del cuarto grado de secundaria; cinco profesores y nueve alumnos del Colegio Belén y del Colegio Reina de la Paz, una psicóloga y una madre de familia con tres alumnas acompañados de la hermana Sara Banda ss.cc.

• Se elaboraron fichas de trabajo con el apoyo de las maestras del nivel primaria y de los equipos de área en secundaria para matemática y comunicación.

• Los alumnos integrantes del equipo de misión se encargaron de motivar a toda la comunidad edu-cativa a participar en la realización de la misión, especialmente animando al alumnado con la do-nación de material educativo (útiles escolares) y textos de los grados anteriores.

EJECUCIÓN

Hemos realizado:• Jornadas de aprendizaje lúdico en tres colegios,

donde nuestros alumnos ingresaron a las aulas para trabajar, compartir conocimientos y experiencias.

• Capacitación de profesores en las escuelas de estos distritos con el tema: Clima Institucional.

• Organización de una pequeña biblioteca e implementación en algunas escuelitas necesitadas de la zona, con materiales y útiles escolares, todo gracias a las donaciones de nuestros alumnos.

Arsenio Vásquez PalominoProf. Colegio Belén - Organizador Activo de la Misión

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15Misión Colegios SS.CC.

Gaby Huarcaya compartiendo con los niños de Humay

• Jornada de Confirmación con 200 jóvenes de todo el valle de Pisco.

• Formación de líderes juveniles parroquiales.

LOGROS

• Fue una experiencia significativa para el equipo de misioneros, porque nos permitió conocer una realidad diferente a la nuestra, y sensibilizarnos con niños, jóvenes y adultos de escasos recursos, sedientos de la Palabra de Dios, que necesitan ser escuchados, acompañados y animados en su formación humana y espiritual.

• Esta experiencia nos permitió valorar en nuestra comunidad educativa: la organización, el clima institucional, las relaciones fraternas, la capacidad de escucha, la solidaridad así como las exigencias que se nos plantea para crecer como personas libres e íntegras.

• Ha sido un espacio donde nuestros alumnos/as han despertado y animado el crecimiento y desarrollo del liderazgo, la preocupación por el otro, de compartir y de crecer juntos humana y espiritualmente.

• Nos ha suscitado un compromiso personal y comunitario de seguir formándonos y seguir trabajando en bien de nuestros hermanos desfavorecidos.

• Las comunidades de la parroquia San Clemente de Pisco, como los distritos de Independencia,

Humay, los centros poblados de Polvareda y las Delicias más los colegios atendidos, quedaron muy agradecidos y contentos con el trabajo realizado.

• Ha sido una oportunidad para apoyar en la pastoral a los padres vicentinos que están a cargo del trabajo pastoral y misionero de la zona.

• Juntos hemos experimentado el encuentro con la persona de Jesús Maestro en estos hermanos que más nos necesitan.

• Estamos muy animados y motivados a continuar con esta misión en los tiempos venideros.

El pasado 18 de octubre en las instalaciones del Colegio Belén, se llevó a cabo el “Día de Talentos” desarrollado por el Consejo Estudiantil (COES) que tuvo como finalidad desarrollar y motivar los talentos musicales y artísticos de los

jóvenes de nuestra institución. Participaron alumnos de los diferentes grados en baile, teatro, canto y bandas musicales. Grande fue nuestra

satisfacción al verlos desenvolverse y participar, con alegría y entusiasmo, perdiendo el temor natural a equivocarse.Cantar, participar y bailar es también una forma de crecer y desarrollarse, una forma viva de proclamar la alegría que

nos transmite Cristo.La familia Belenista siente una gran satisfacción y alegría al ver a nuestros alumnos encontrarse a sí mismos y

saberse capaces de participar y hacerlo en forma destacada.Nuestra misión como docentes no es sólo impartir conocimientos en las aulas, es estar al lado de nuestros alumnos y

llevarlos de la mano a su propio crecimiento personal en plenitud. Creemos que los ideales del Colegio se han visto plenamente reflejados en una actividad como ésta, de la cual todos nos sentimos satisfechos y estamos seguros que va a repetirse.

Día de talentos en BelénDescubrimos con amor los talentos de nuestros jóvenes…

“DIOS, nuestro Padre, a través de nuestra dimensión humana nos ha brindado un don personal, un don diferente para cada persona, para que lo aprovechemos y lleguemos a sentir la felicidad desarrollándolo, ese don se llama Talento”

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16 Misión Colegios SS.CC.

Claudia Valeria Ventura Saenz

En estas pequeñas líneas quiero expresar la hermosa experiencia que viví junto con mis compañeros en el pueblo de Humay-Pisco

Comenzaré contándoles que Humay es un pueblo pequeño, dedicado exclusivamente a la agricultura y ganadería. A pesar de ser pequeño está lleno de personas generosas y verdaderamente sorprendentes.

Recuerdo que el primer día que llegamos, todos estábamos emocionados, con ganas de trabajar, de ordenar nuestras cosas y escoger nuestros materiales para las actividades que realizaríamos al día siguiente. Fue emocionante el recibimiento que tuvimos ya que los pobladores nos dieron una cálida bienvenida y nos invitaron a la iglesia, por cierto recién reconstruida por ellos mismos.

Al día siguiente animamos un grupo de confirma, para mí, ese fue uno de los mejores días, la alegría contagiante y sincera de los participantes me animó bastante.

En los dos últimos días, fuimos a diferentes colegios, en los cuales pudimos ver que el nivel educativo era muy bajo, pero el compartir con ellos nuestros conocimientos, me hizo sentir muy feliz, sentí que podía ayudar a otros. Compartimos con ellos las áreas de comunicación y matemática, fue una experiencia realmente satisfactoria tanto personal como espiritualmente.

El último día, fue el más triste, ya que teníamos que irnos, la verdad es que ninguno quería irse, porque en Humay nos sentíamos como en casa, íbamos a extrañar a todas esas personas que nos acogieron y nos cuidaron por esos cinco días, que nos brindaron su amistad y ayuda, pero sobretodo íbamos a extrañar a todos esos chicos que nos enseñaron que a pesar de todas las desgracias que pueden ocurrir, a pesar de todas las penurias, uno siempre tiene que salir adelante.

La verdad es que si me dieran la oportunidad de volver a ir, no lo pensaría dos veces, de frente y con toda la voluntad del mundo diría: “Sí, yo quiero ir”.

Nicolás Suárez Costa

Hace unas semanas, algunos alumnos de cuarto de secundaria fuimos convocados para una misión cristiana al pueblo de Humay.

Nuestro objetivo era llevar útiles escolares, juegos, y también un poco de nuestra cultura. Al ser convocado sentí un fuerte sentimiento de curiosidad, no imaginaba lo que me esperaba pero sabía que quería dar lo mejor de mí.

El viaje fue muy divertido y el equipo de profesores que nos acompañaba nos ayudó mucho. Al llegar tuvimos una pequeña misa en la capilla del lugar, esta capilla estaba hecha

de madera y había sido reconstruida provisionalmente ya que la iglesia sufrió grandes daños durante el terremoto del 2007.

La gente del lugar se mostró muy amable y conocimos a varios jóvenes de nuestra edad que vinieron a visitarnos durante toda nuestra estadía.

Al día siguiente de haber llegado, en el pueblo se llevó a cabo una jornada de confirmación, acudieron alrededor de 200 jóvenes de distintos lugares de la zona, nuestro trabajo era animar. Al comienzo la tarea se reveló complicada, pero conforme pasaba el tiempo, tomábamos confianza. Era difícil ponernos en el rol de animadores y tener que enseñar a gente de nuestra edad, pero al final trabajamos sin problemas.

En los días siguientes fuimos a visitar tres colegios de la zona. Cada uno se repartió un salón y con las fichas que los profesores del Belén nos había dado, dimos unas clases a los jóvenes del lugar, la mayoría de los chicos se mostraron muy entusiastas de vernos, y algunos hasta nos pedían que nos quedáramos. Dar clases en estos lugares fue una gran experiencia para nosotros, pudimos sentir lo difícil que es captar la atención de varios alumnos. Por primera vez nos sentimos en el lugar de los profesores.

Al momento de irnos todos sentíamos una gran tristeza, habíamos aprendido mucho del lugar y ninguno de nosotros quería irse, pudimos ver las duras condiciones que tienen que soportar los niños, observamos cómo algunos jóvenes tenían ganas de estudiar y aprender, pero no podían hacerlo a causa de sus condiciones, esto nos apenó mucho y nos enseñó a valorar más lo que tenemos.

En conclusión, esta misión fue una gran experiencia para todos, una experiencia de amor hacia el prójimo y una forma de valorar todo lo que tenemos.

Quiero agradecer a las personas que lo hicieron posible, porque aunque no estuvieron en primera persona, alegraron a muchos jóvenes.

TESTIMONIOS ALUMNOS DEL COLEGIO SS.CC. BELÉN

Alumnos del Colegio Belén con los niños de Independencia

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17Misión Colegios SS.CC.

Dentro del programa de preparación para la Confirmación SS.CC. del Colegio Belén, al que este año se unió un grupo de nuestras alumnas del Colegio

Reina de la Paz del 4to año de Secundaria, se comprendía también el viaje de misiones a Pisco para acercar a los jóvenes a la experiencia de vivir el compromiso de ser testimonios de Cristo entre la comunidad, la invitación a participar en este viaje fue inmediatamente acogida por nuestras alumnas.

Viajamos en esta oportunidad nueve alumnos y cinco profesores del Colegio SS.CC. Belén, y tres alumnas y dos administrativos del Colegio SS.CC. Reina de la Paz y la hermana Sara Banda ss.cc., todos conformando la familia Sagrados Corazones.

Fueron chicos y chicas que dejando de lado las tan merecidas vacaciones escolares optaron libremente por compartir ese tiempo en este proyecto evangelizador. El trabajo empezó pronto, llegamos el sábado 8 de octubre aproximadamente a las 4 pm. al distrito de Humay donde nos acogieron en la pequeña capilla. Luego almorzamos y nos instalamos en la casa parroquial, preparamos todo lo necesario para la jornada de confirmación del día domingo dirigida a cerca de 140 jóvenes que llegaron de los diferentes poblados del Valle de Humay: Cabeza de Toro, Paracas, Medía Luna e Independencia, entre otros, donde nuestros jóvenes animaron y se involucraron activamente en el trabajo. En la tarde del mismo día la hermana Sara Banda y dos maestras partieron a un encuentro con los niños y niñas de primera comunión.

Los días lunes y martes durante la mañana los jóvenes compartieron sus conocimientos con alumnos de primaria y secundaria de los colegios de Independencia, Humay y Dos Palmas, en las áreas de comunicación, matemáticas y religión, mientras que los maestros participaban también en una jornada dirigida por los docentes de nuestros colegios.

Durante los cuatro días de misión, los chicos y chicas siempre estuvieron dispuestos a dar lo mejor de sí: sus conocimientos, energía, entusiasmo y alegría; más allá de su cansancio vivieron momentos de compartir con los niños y jóvenes del lugar que nos acompañaban; momentos de reflexión sobre su trabajo y lo que veían con una postura objetiva. Las gratas amistades forjadas durante esos días de convivencia y la experiencia en el dar quedarán grabadas en nuestros corazones.

Me queda no sólo la sensación, sino la convicción de que estos jóvenes de la confirmación están preparados para dar el SÍ incondicional de ser testimonio con su propia vida que marca el proceso de crecimiento en su fe.

El 12 fue el último día de nuestro viaje, el P. Edgardo celebró la Eucaristía que todos compartimos. Gracias Padre, Frank, Luz, Sandy, Cecilia, Sra. Daría por la fraterna acogida y por la confianza depositada en nosotros.

Esperamos poder volver nuevamente allí o adonde el Señor nos envíe.

Misiones en el Valle de PiscoLuz Osorio Bardales

Administrativa del Colegio Reina de la Paz

Esta misión fue toda una experiencia, desde ayudar a jóvenes de nuestra edad que recibirán la Confirmación y enseñarles (primaria y secundaria), hasta hacer nuevas amistades, conocer a gente tan cálida, amable, afable

y solidaria como la del valle de Pisco. También fue muy divertido y lindo compartir con los chicos y profesores del Colegio Belén, jugar fulbito hasta las últimas consecuencias, etc. Fue inolvidable y nuevo, ya que no lo había hecho antes. Algo que espero que se vuelva a repetir.

De todo esto, me di cuenta de que no solo les enseñamos, sino que nosotros aprendimos muchísimas cosas de ellos, como aprender a valorar lo que tenemos y a quienes tenemos a nuestro lado, salir adelante y enfrentar cualquier cosa que se nos venga; mala o buena, etc.

TESTIMONIO

María Andrea Santa Cruz OsorioColegio “Reina de la Paz” del 4to año de secundaria

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18 Misión Colegios SS.CC.

Claudia Malca Talexio

V isitar Humay fue una experiencia grandiosa, ya que conocimos otros lugares diferentes a los

que conocemos, pude ver claramente cómo son las personas, su forma de tratar, de ser. Fueron muy amables, solidarios, humildes, cariños, alegres y lo lindo de ellos es que a pesar del terremoto de agosto, y que aún siguen los daños materiales, se ayudan entre ellos, y no se quedan de brazos cruzados, y lindo también que entre vecinos y comunidades se conocen y se ayudan mutuamente; a ellos nada les impide sobresalir, seguir adelante; algo que me gustó de ellos es que no se rinden ante lo que se les cruce en el camino.

Aquellos días me quedaron cortísimos y me hubiese gustado que hayan sido más días, y me hicieron sentir como si las personas ellos fuesen parte de mi familia, tienen una alegría contagiosa y un gran corazón. De toda la experiencia que vivimos, como profesores de secundaria y de primaria, fue linda; un reto, que lo pudimos superar y sacar adelante; a pesar del cansancio nos dábamos tiempo y las energías para jugar futbol, convivir como una gran familia SS.CC. Las dificultades y desafíos, como

Carolina Mancilla

Bueno, para empezar los cinco días, fueron pocos y a la vez hermosos; los aprovechamos al máximo, fue una experiencia inolvidable:El primer día estábamos nerviosos, bueno no sé si los demás, pero yo sí. Llegamos y nos dieron

la bienvenida con la celebración eucarística. Después de la misa recogimos nuestras cosas para llevarlas al lugar donde íbamos a dormir, al entrar nos dimos cuenta de que había un grupo de niños que estaban jugando, terminando de almorzar jugamos con ellos y por cierto nos ganaron.

El segundo día nos levantamos tempranito porque teníamos que vivir una hermosa experiencia con los alumnos que se preparaban para recibir el sacramento de la confirmación. A cada uno de nosotros nos dieron un grupo; al principio estuve un poco nerviosa y después tomé un poco de confianza. En la tarde tuvimos una celebración eucarística y después volvimos a jugar futbol.

El tercer y cuarto día fuimos a tres colegios para compartir algo sobre la comunicación, religión, un poco de todo se podría decir. Al principio estaba un poco nerviosa, porque tenía miedo de que pasara algo o que no pudiera controlar un problema si es que se presentaba alguno, pero todo salió muy bien.

El quinto día fue el último y por cierto, muy triste porque nos teníamos que despedir, y nadie quería terminar.Lo que puedo decir sobre esta experiencia, es que fue algo hermoso y que nunca olvidaré. Se podría decir

que hicimos un pequeño intercambio, en otras palabras nosotros llevamos nuestros conocimientos y solidaridad, y ellos con lo poco que tenían nos dieron mucho, porque nos enseñaron a mostrar una sonrisa a pesar de todo, sea bueno o malo.

TESTIMONIOS ALUMNAS DEL COLEGIO REINA DE LA PAZ - 4° SECUNDARIA

bañarnos con agua fría y levantarnos temprano, pudimos superarlas. Estuve y estoy muy agradecida con aquellas personas que nos ofrecieron su apoyo incondicional durante todo el viaje y me hicieron sentir como en casa. La experiencia de ser animadora de confirma por un día, fue muy divertida. Todo esto me hizo crecer como persona, como hija, como alumna y ciudadana. Agradezco a las personas encargadas, por permitirnos tener esta hermosa experiencia que guardaré siempre en mi corazón.

Preparando material para las clases

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Venida de Dios Salvador...

Por lo tanto, buscando una respuesta a la pregunta ¿«por qué» el Adviento?, debemos volver a leer otra vez atentamente toda la descripción de la creación del mundo, y en particular de la creación del hombre. Es significativo (y ya he tenido ocasión de aludir a ello) cómo cada uno de los días de la creación termina comprobando: «vio Dios ser bueno»; y después de la creación del hombre: «...vio ser muy bueno»...

En toda esta descripción está ante nosotros un Dios que se complace en la verdad y en el bien, según la expresión de San Pablo (cf. 1 Cor 13, 6). Allí donde está la alegría que brota del bien, allí está el amor. Y sólo donde hay amor existe la alegría que procede del bien. El libro del Génesis, desde los primeros capítulos, nos revela a Dios, que es amor (si bien esta expresión la utilizará San Juan mucho más tarde). Es amor porque goza con el bien. Por consiguiente, la creación es a la vez donación auténtica: donde hay amor, hay don.

Qué relación tiene todo esto con el Adviento, podemos preguntarnos con razón. Contesto: El Adviento se delineó por vez primera en el horizonte de la historia del hombre cuando Dios se reveló a Sí mismo como Aquel que se complace en el bien, que ama y da. En este don al hombre, Dios no se limitó a «darle» el mundo visible —esto está claro desde el principio—, sino que al dar al hombre el mundo visible, Dios quiere darse también a Sí mismo, tal como el hombre es capaz de darse, tal como «se da a sí mismo» a otro hombre: de persona a persona; es decir, darse a Sí mismo a él, admitiéndolo a la participación en sus misterios o, mejor aún, a la participación en su vida. Esto se lleva a efecto de modo palpable en las relaciones entre familiares: marido, mujer, padres, hijos. He aquí por qué los profetas se refieren muy a menudo a tales relaciones para mostrar la imagen verdadera de Dios.

El orden de la gracia es posible sólo «en el mundo de las personas». Y se refiere al don que tiende siempre a la formación y comunión de las

personas; de hecho, el libro del Génesis nos presenta tal donación. En él, la forma de esta «comunión de las personas» está delineada ya desde el principio. El hombre está llamado a la familiaridad con Dios, a la intimidad y amistad con Él. Dios quiere estar cercano a él. Quiere hacerle partícipe de sus designios. Quiere hacerle partícipe de su vida. Quiere hacerle feliz con su misma felicidad (con su mismo Ser).

Para todo ello es necesaria la Venida de Dios y la expectación del hombre: la disponibilidad del hombre.

Sabemos que el primer hombre, que disfrutaba de la inocencia original y de una particular cercanía de su Creador, no mostró tal disponibilidad. La primera alianza de Dios con el hombre quedó interrumpida, pero nunca cesó de parte de Dios la voluntad de salvar al hombre. No se quebrantó el orden de la gracia, y por eso el Adviento dura siempre.

La realidad del Adviento está expresada, entre otras, en las palabras siguientes de San Pablo: «Dios quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad» (1 Tim 2, 4).

Este «Dios quiere» es justamente el Adviento y se encuentra en la base de todo adviento.

Catequesis del Papa Juan Pablo II13 de diciembre de 1978

Adviento

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De la correspondencia de la Buena Madre...

Traducción

(A las hermanas de Poitiers)

V.C.J.S. Este 19 de enero de 1803

He recibido, mis muy buenas hermanas, con mucha satisfacción, el nuevo asentimiento de todos sus sentimientos, yo quisiera poder ofrecer a cada una de ustedes en particular una débil idea de la sinceridad, y de la solidez de los míos para con ella. La posición en que yo me encuentro no me permite obrar así reciban pues todas en general la sencilla y tierna expresión de los deseos bien entendidos que tengo para con todas ustedes ..., su perfección y su gozo, eso es lo que mi corazón desea y sobre todo la necesidad que tiene, nosotras estamos todas bien y hablamos a menudo de ustedes, de tal manera que las buenas hermanas que tenemos aquí ... y que no las han visto jamás, ya las conocen y las aman casi tanto como nosotras, adiós mis buenas y tiernas amigas perdónenme todos los pequeños disgustos que haya podido causarles olviden incluso el recuerdo de ellos si es posible, para que sólo recuerden los tiernos sentimientos que yo tengo para con ustedes, tanto en la vida como en la muerte, me recomiendo sus oraciones adiós una vez más mi pobre corazón se angustia, las lágrimas corren y me veo obligada a terminar.

(no está firmada)