Etapa Poesia Hidalgo a Ascasubi (1823-1 851)

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Una Etapa Poco Conocida de la Poesia Gauchesca: de Hidalgo a Ascasubi (1823-1 851) INTRODUCCI6N Hidalgo, muerto prematuramente en 1822, habia elaborado los rasgos fundamentales y caracteristicos de la poesia gauchesca. Las pautas que sus obras sugieren prefiguran las mas diversas vertientes que se habrian de transitar luego: la lirica, la satirica, la costumnbrista, la 6pica. Por otro lado los cielitos y los dilogos se convertirian, a lo largo de muchos afios, en las formas expresivas mis frecuentemente utilizadas. En cuanto al sentido de su pr6dica, comprometida y militante, algunos de sus se- guidores la lievarian a extremos que quiz Hidalgo no imagin6. Esto iltimo no fue un hecho accidental sino que debe explicarse a la luz de la borrascosa historia politica que les toc6 vivir a los pueblos rioplaten- ses a lo largo del segundo cuarto del siglo pasado. Cuando Hidalgo abandona la escena ain no, habia concluido la guerra de la Independencia. Luego sobrevendria la guerra con el imperio del Brasil; y mas tarde una enconada y sangrienta guerra civil que escindiria a la Argentina en dos bandos irreconciliables. Los ecos de esta lucha alcanzaron a sentirse en el Uruguay y, en alguna medida, hasta en Brasil. Es precisamente esta 6poca de guerra civil la que exaltaria los animos de los hombres de letras hasta convertir sus producciones en apasionadas armas de combate, mas agresivas y contundentes aun que en los tiempos de la guerra contra la dominaci6n espafiola. Nadie -ni los poetas cultos ni los poetas populares- pudo sustraerse de ese destino comin que se jugaba igual en trincheras, campamentos y pulperias como en hojas poli- ticas y literarias. Hidalgo dej6 seguidores e imitadores que hicieron fortuna varia en el campo de la poesia gauchesca. Aan no los conocernos suficientemente

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Una Etapa Poco Conocida de laPoesia Gauchesca: de Hidalgo

a Ascasubi (1823-1 851)

INTRODUCCI6N

Hidalgo, muerto prematuramente en 1822, habia elaborado los rasgosfundamentales y caracteristicos de la poesia gauchesca. Las pautas que susobras sugieren prefiguran las mas diversas vertientes que se habrian detransitar luego: la lirica, la satirica, la costumnbrista, la 6pica. Por otrolado los cielitos y los dilogos se convertirian, a lo largo de muchosafios, en las formas expresivas mis frecuentemente utilizadas. En cuantoal sentido de su pr6dica, comprometida y militante, algunos de sus se-guidores la lievarian a extremos que quiz Hidalgo no imagin6. Estoiltimo no fue un hecho accidental sino que debe explicarse a la luz dela borrascosa historia politica que les toc6 vivir a los pueblos rioplaten-ses a lo largo del segundo cuarto del siglo pasado.

Cuando Hidalgo abandona la escena ain no, habia concluido la guerrade la Independencia. Luego sobrevendria la guerra con el imperio delBrasil; y mas tarde una enconada y sangrienta guerra civil que escindiriaa la Argentina en dos bandos irreconciliables. Los ecos de esta luchaalcanzaron a sentirse en el Uruguay y, en alguna medida, hasta en Brasil.

Es precisamente esta 6poca de guerra civil la que exaltaria los animos delos hombres de letras hasta convertir sus producciones en apasionadasarmas de combate, mas agresivas y contundentes aun que en los tiemposde la guerra contra la dominaci6n espafiola. Nadie -ni los poetas cultosni los poetas populares- pudo sustraerse de ese destino comin que sejugaba igual en trincheras, campamentos y pulperias como en hojas poli-ticas y literarias.

Hidalgo dej6 seguidores e imitadores que hicieron fortuna varia enel campo de la poesia gauchesca. Aan no los conocernos suficientemente

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bien a muchos de ellos, ya que la etapa posterior a Hidalgo es quizala menos estudiada en lo que hace a este aspecto de nuestra historialiteraria. Sin embargo en los ultimos aios se han realizado varios ponde-rables avances en las investigaciones especializadas que han permitidoechar mayor luz sobre este campo. Han ido descubriendose composicio-nes desconocidas y autores olvidados. En base a esos nuevos aportes nosproponemos articular aqui un panorama actualizado de la poesia gau-chesca en el periodo que transcurre entre la muerte de Hidalgo y laspostrimerias de la 6poca de Rosas, es decir el lapso que antecede a laetapa de cul minacion del genero. Este panorama es comprensivo delarea gauchesca en su totalidad: no s6lo la regi6n rioplatense sino tam-bien el territorio brasilenio de Rio Grande.

UN "NUEVO" Y AN6NIMO POETA

No habia transcurrido un aano de la muerte de Hidalgo, el iniciador,cuando se public6 por la Imprenta de los Exp6sitos, en Buenos Aires,

un folleto de veintitres paginas titulado Graciosa y divertida conversaciodn

que tuvo Chano con seor Ramon Contreras, con respecto a las fiestas

mayas de 1823. El opusculo, que carece de indicacion de autor, y cuyohallazgo fue realizado en 1968 por Olga Fernandez Latour de Botas,'es una colorida y vivaz relaci6n en verso gauchesco de las diversas cele-braciones con que en Buenos Aires se conmemoro en 1823 el aniversariode la Revoluci6n de Mayo. Particularmente merecen atencion los detalles

que se ofrecen acerca del viejo teatro de la Comedia. El gaucho JacintoChano narra a su paisano interlocutor las embarazosas dificultades quealli tuvo que padecer por desconocimiento de las costumbres de la ciudad.

Compre un goleto en la puerta,Dentre, y me sente en un banco:Alli estaba entretenido,A las sefioras mirando;Unas con los abanicosAunque era un pobre emponchado,

Me estaban haciendo sefias,Otras hasta con la mano;Si me haran esto de veras,O si estaran chanceando,

1 V6ase su articulo "Una pieza olvidada de la primitiva poesia gauchesca"en las paginas literarias de La Nacion, Buenos Aires, 2 de junio de 1968.

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EsTuDIos

Pensaba para conmigo,Y me estaba imaginando;SQu6 muchachas tan corrientes!Cuando de alli a poco rato,Vino un moso de capote,Estubo mirando el banco,El ochenta y cinco dixo,Este es mi aciento, paisano.En seguido vino otro,Y estubo mirando el respaldo,Y dixo el ochenta y seis,Este es mi aciento, cuFiado.Ansina, de esta manera,Me hicieron ir reculando,Cada vez mas para afueraHasta la punta del banco;Y deay les tent6 mandinga,Para acabar de embarrarlo,Jugar la gata parida,Y yo estaba dado al malo,Sin tener un mal cuchillo,SQu6 habia de hacer con la mano ?Viondome tan oprimidoMe traspas6 al otro banco;Lo mesmo me acontesi6,Pues me mamb el mesmo chasco;Me mantuve alli en la puntaA juerza de estar ipando.Se empezaron las comedias.SQu6 comedias ni qu6 diablos!Si yo no podia atender,Porque estaba rebentando.A este tiempo iba viniendo

Uno que benia cobrando;Yo crei que era limosnero,Porque estiraba la mano.Le pregunt6, qui6n es este?Al que estaba mas sercano;Es el cobrador, me dixo,

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Que agora anda rejuntandoLos goletos de los hombres,Y es rigular entregarlos.SQue goletos son, amigo,Esos que viene cobrando?Los del asiento, me dixo,Parece que se hace el saino;Qu6! Ust6 no tiene goleto?

El que tenia lo he entregado.Ese seria el de la entrada,Pero no el de estar sentado.Pues qu6! iEl asiento se paga?

Esa es cosa de los diablos:Si alguno va de visita,Aunque sea infeliz el rancho,Le convidan con asiento,Con mate y con un asado.Y agora aqui en las comedias

Por estar uno sentadoLes ha de pagar dos reales!

Esta obra es otra recreaci6n del tema de los festejos patrios que yaHidalgo abordara en su Relacidn de 1822. La relaci6n entre ambos dii-logos se advierte tanto en el argumento y estilo como en los personajes.Es visible que el autor hizo un ponderable esfuerzo por seguir tras lashuellas de Hidalgo. La semejanza lograda debi6 ser su mas alentadorarecompensa.

Debe afiadirse que estamos en presencia de un olvidado precedente deun tema despues transitado con mucho 6xito: las divertidas incidenciasque le ocurren a un gaucho en el ambito de un teatro, que alcanzaria sunota mis alta en el Fausto de Estanislao del Campo, en 1866.

Dos afios despues, en 1825, aparece otro an6nimo folleto en verso,de treinta y cinco piginas, con este largo titulo: Graciosa y divertida con-versacidn que tuvo Chano con seinor Ramon Contreras, en la que detalla

el primero las batallas de Lima y Alto Perzi, como asimismo las de la Ban-da Oriental, habiendo estado cerca de ambos gobiernos con el cardcter decomisionado y ahora acaba de Ilegar de chasque del Sarandi. Hace variosafios tuvimos la suerte de encontrar el inico ejemplar que se consbrva-ba de esta obra y la reeditamos in extenso. 2

2 La primera noticia de este hallazgo la dimos en nuestro articulo "Un primi-tivo poeta gauchesco" en el suplemento literario de La Nacin, Buenos Aires, 21

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E sTUDIOS

Esta segunda Divertida y graciosa conversacin, largo romance de mis

de mil versos, es el mis extenso poema publicado hasta entonces en lasletras gauchescas. A titulo de mero cotejo ilustrativo recordemos quelos tres Dial/ogos de Hidalgo suman s6lo 940 versos.

El tema ahora es 6pico. Chano, soldado de la patria, narra sus an-danzas y fatigas en la etapa culminante de la guerra americana contraEspafia. Sin engreimiento, con sencilla naturalidad, da cuenta de su par-ticipaci6n en las victoriosas jornadas de Junin y Ayacucho, al lado deSucre y de Bolivar, o como los Llama el, fio Sucre y Don Bolivar. Oigaseeste animado fragmento en que Chano cuenta un pasaje de la triunfaly decisiva batalla de Ayacucho:

En el nueve de diciembre,Lo que el sol iba rayando,Nos formamos en batallaY se escogi6 para el mandoDe tres juertes divisionesA los generales bravosC6rdoba, La Mar y Lara,Que ya estaban chalaneados,En esto de dar la carga,Y no anduvieron chanceando,Ni mi coronel Miller,Que mandaba los caballos.Despubs de varias guerrillasQue nos fueron calentando,Lo que estuvimos cerquita,Lueguito nos agachamos:Golpeindonos en la boca,Y nos juimos sable en mano.iHubiera visto el tendal,Lo que nos fuimos dentrandoPor las filas enemigas,Haci6ndonos cuerpo he gato,Sin apartarse uno de otro!Porque el que se haiga apartadoEse ya no tiene cura,

de julio de 1968. Pocos meses despubs apareci6 la reedici6n del texto integro deeste folleto. Cfr.: F6lix Weinberg, Un andnimo poeina gauchesco de 1825 sobrela guerra de la Independencia, Extensi6n Cultural, Universidad Nacional del Sur,Bahia Blanca, 1968.

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Tengase pot condenado,Y si corre para atr6s,Se lo ilevaron los diables;Es preciso ir mii unidosPara salir del pantano.Yo le podria decir mucho,Pero para hacerse cargoDe lo que es en realidaEs menester presenciarlo.

Concluida la guerra en el Perfi, Chano, cumpliendo 6rdenes del go-bierno de Buenos Aires, se traslada a la Banda Oriental donde habiacomenzado la lucha por la liberaci6n contra el dominio brasileijo. Alli,junto a Lavalleja y Rivera, esti presente en importantes combates comoel de Sarandi, cuya relaci6n se hace de esta manera:

Nos encontramos por fin,Del juego no hicimos caso,Con la garabina atrs,Y el sable bien apretado,Sin reparar en el riesgo,Luego nos entreveramos.El choque ju6 mii refiidoPorque ya envalentonados,De que los gauchos no valenLa pitada de un cigarro,Amigo, se hicieron juertes;Pero de ay a poco rato,Con el barullo en el cuerpoCorrieron como venados.En medio de la refriega,En lo mis acalorado,Al oficial D. OribeLe mataron el caballo;Viendo yo las circunstanciasDe tan miserable estado,Ya le present6 las ancasDe mi fogoso gateado;Al golpe se me trep6,Y ya seguimos matando.Pues si por casualida

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EsTuDIos 3

Por algunos de los ladosAlguno se me escapaba,El, como iba asigurado,Lo ensartaba desde atris.Ansina juimos peleandoHasta que al fin por fortunaVino un pingo descarriado,Al que luego me atraqu6,Y lo que estubo sentado,Ya prosigui6 por si solo,Como un le6n haciendo estragos.Desto dare testimonio,Porque siempre fii a su lado:Juyeron los imperiales,Quedando el campo sembradoCon mas de unos cuatrocientos,Y despues en todo el largoQue los juimos persiguiendo,Amigo, le daria espantoEl ver la osamenteriaComo quedaba blanqueando.Se cogieron prisionerosDe oficiales y soldados,Como cosa de seiscientos,Y los que hubieron quedadoCon Ventos Manuel, su jefe,Dando chicote a dos lados,Cogieron mas que de prisaComo para el Cerro Largo.Que viva la Patria, amigo,Por lo bien que se han portadoToditos sus generales,Oficiales y soldados.

Conviene destacar que la realizaci6n del poema y el asunto de laguerra de la Independencia que lo motiva son coetineos. Los separanunos pocos meses y aan, en alg in episodio, escasas semanas. El temaes absolutamente original y inico en nuestras letsas, pues nadie hastaentonces ni despues -tngase presente lo dilatado del escenario, quecomprende media America del Sur, desde Peru al Plata-- lo volvi6 aabordar. Quedaba consumado ademin6s el primer poema gauchesco 6pico

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de largo aliento. La narracion ofrece una imagen inesperada, cercana,familiar, de personajes prominentes y de episodios memorables de relievehist6rico.

Debemos puntualizar ahora que existe entre la Graciosa y divertidaconversacin de 1823 y la de 1825 una innegable relaci6n. En ambosfolletos hay sugestivos elementos comunes: titulo, estructura, personajes,lexico, estilo. No es aventurado, pues, admitir que las dos piezas hansido escritas por una misma pluma. No se trata solo del hallazgo de unpar de composiciones gauchescas mas sino de la aparici6n de un nuevoautor no advertido hasta ahora.

El hecho que sefialamos es, creemos, de gran significaci6n para nues-

tra historia literaria. Este nuevo autor -con meritos propios- continua

en la huella iniciada por Hidalgo. Como 6ste falleci6 en 1822 y los dosfolletos fueron compuestos e impresos en 1823 y 1825 no hay posibili-dades de confundir su atribuci6n aunque el estilo es muy pr6ximo.Pero se nos ocurre una pregunta: si estos poemas se publicaron inmedia-tamente despues de desaparecido Hidalgo jno habra publicado suautor otras composiciones en vida de aquel? Tengase presente que enlas obras atribuidas a Hidalgo hay piezas de filiaci6n dudosa y suma-

mente discutidas. (No se hallaran entre ellas algunas cuya autoria corres-ponda mas bien al creador de estas dos Graciosas y divertidas conver-saciones?

Las controversias acerca de la producci6n de Hidalgo carecian de laperspectiva que ahora se abre pues tenemos ya ubicado -si bien noidentificado aun- un nuevo autor coetaneo, y las obras de ambos pu-dieron confundirse incluso hasta por el anonimato que los ocultaba. No setrata de cuestionar al llamado padre de la gauchesca sino de poner las co-sas en su lugar. Aun con la posibilidad siempre abierta de que se descubrannuevas composiciones de este gauchesco anonimo, creemos que urge unminucioso y s6lido estudio filol6gico y estilistico de los dos poemasahora revelados y de los atribuidos sin certeza a Hidalgo. Este necesarioreplanteo quiza podra develar secretos no sospechados hasta hoy.

Queda dicho que, pese a nuestros empefios, hasta ahora no hemospodido identificar al autor de estas dos composiciones. En nuestro libroya citado hemos discutido minuciosamente esta cuesti6n y si bien no arri-bamos a conclusiones positivas, han quedado descartados varios poetasde la epoca, entre ellos Ascasubi, en cuanto a su posible vin.culacion conestos folletos. 3

3 Felix Weinberg, Un anonimo poema gauchesco de 182) sobre la guerra dela Independencia, cit., pags. 27-33.

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E S T U DI S

Chano y Contreras, personajes creados por Hidalgo, le sobrevivenlargamente. Los retoma, como se ha visto, el poeta anonimo que acaba-mos de recordar. Pero mas tarde aun ellos siguen su carrera. En variospoemas, de autores conocidos y otros an6nimos, posteriores a 1828, siguenChano y Contreras protagonizando dialogos y cartas gauchescas, hastaque los va a recoger, finalmente, Ascasubi. Todas estas obras constituyenlo que ha dado en llamarse el ciclo de Chano y Contreras, que "tienealgo de la coparticipaci6n colectiva de numerosos escritores en una solaobra", tal como lo sostuviera el estudioso uruguayo Lauro Ayestaran alreferirse a la organicidad del largo periplo de estos gauchos imaginadospor Hidalgo.4

Si nos atenemos al contenido de estas dos Graciosas y divertidas con-versaciones es posible afirmar que con ellas se cierra una etapa de lapoesia gauchesca, en la que el nombre mas destacado es, indiscutible-mente, Hidalgo. Las composiciones de esta 6poca buscan inspiracion enla lucha por la libertad e independencia y saludan alborozadas las vic-torias de la patria nueva. Hay tambien explicitadas protestas por ladesigual suerte que tienen gauchos y sefiorones en la vida del pais, yalgunas notas de desaliento por las injusticias que afligen al pobrerio.Llamados a la union, al progreso y a la ilustraci6n publica, constituyenotros aspectos notables, como asimismo algunas descripciones costum-bristas. No hay alusion alguna de tipo politico militante comprometidacon las diversas facciones civicas del nuevo pals.

FEDERALES Y UNITARIOS

La etapa siguiente -que se prolongara hasta 1852- tiene un signodiametralmente distinto. Ahora es la lucha de partidos y la guerra civil.

La poesia gauchesca sera instrumento importante en ese combate coti-diano, de anios, de decadas: rezumara odios con su peculiar arsenal de

burlas y denuestos. Federales y unitarios, rosistas y antirrosistas, apelaran

por igual al verso gauchesco para hacerse entender por la gente campe-

sina, buscar adhesiones y llamar a la lucha. Casi no hay animo ni tiempo

para otras creaciones del genero que no condigan con esta militancia.

Sin olvidar los inevitables precedentes, corresponde senialar que apartir de la muerte de Dorrego y sobre todo hacia 1830 se produce en

4 Lauro AyestarAn, "La primitiva poesia gauchesca en el Uruguay. 1812-1851",en Revista del Instituto Nacional de Investigaciones y Archivos Literarios, t. I,N 9 1, Montevideo, diciembre de 1949, pig. 220.

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Buenos Aires una verdadera avalancha de periodicos y hojas sueltasfederales de contenido panfletario, expuesto incluso en lengua gauchesca.Si dejamos de lado multitud -aun no recopilada- de an6nimas compo-siciones en verso, de tipo pasquinero, que circulo por aquellos ainos bajola forma de cielitos, dialogos, confesiones, manifiestos, cartas y contesta-ciones, conviene detenerse un tanto en la combativa prensa politica derepercusion popular, gran parte de la cual lienaba sus efimeras y pin-torescas planas con versos gauchescos. 5 El Gaucho, Torito de los Mu-chachos, El Toro de Once, La Gaucha, De Cada Cosa un Poquito, Los

Muchachos, El Gaucho Restaurador, son algunos titulos de esos pe-ri6dicos.6

El periodista arquetipico de esas hojas fue Luis Perez -cuyos prin-cipales datos biogrificos aun son desconocidos-, quien, por lo menoshasta 1834, se consagr6 a exaltar la figura de Rosas. Extrafiamente se

pierden las huellas de Perez casi en visperas del ascenso de Rosas algobierno con la suma del poder. Con la firma de Pancho Lugares, su seu-

d6nimo predilecto, escribi6 una gran cantidad de composiciones en lengua-

je popular y tambien en lenguaje gauchesco, destinadas a circular entregentes de procedencia campesina y aun en la propia campania. 7

Asi dice una definitoria cuarteta suya de 1831, aludiendo a Rosas:

Ya gracias a Dios llego

Nuestro adorado patron,El deseado de este pueblo,El genio de la Naci6n.8

5 De un cielito federal an6nimo, publicado en El Clasificador o El NuevoTribuno, NQ 12, Buenos Aires, 31 de julio de 1830, extraemos estos expresivosversos:

Cielito, cielo que si,Cielito de los leales;Con el sarten por el mangoAhora estin los federales.

Tornado de Luis Soler Caiias, Negros, gauchos y compadres en el cancionero de laPederacin, Theoria, Buenos Aires, 1958, pag. 69.

6 Para un panorama de este asunto vease Felix Weinberg, "El periodismoen la 6poca de Rosas", en Revista de Historia, N9 2, Buenos Aires, 1957, pags.81-100.

7 Sobre Luis Perez puede consultarse Ricardo Rodriguez Molas, "Luis Perezy la biografia de Rosas escrita en verso en 1830", en Historia, No 6, BuenosAires, octubre-diciembre de 1956, pags. 99-137; y Luis Soler Cafias, ob. cit.

8 Luis Soler Cafias, ob cit., pig. 80.

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ESTUDIOS

En estos fragmentos de cielitos despunta su habitual estilo:

Cielito, cielo que si,Cielito del aguacero,Como potrillos relinchanLos guapos del dia primero.

Cielito, cielo del alma,Cielito del rebencazo;T6cales, Pancho, el violin,Mientras yo preparo el lazo.9

Probablemente la obra mas lograda de Luis Perez sea su Biografiade Rosas, en verso, curiosa apologia de las destrezas rurales y del perso-nalismo demag6gico del poderoso caudillo y estanciero bonaerense. Estos

fragmentos pueden dar alguna idea de la composici6n:

De diez afios ya en el campoTodo gaucho 1o queria,Pues en pialar y enlazarEl rubio se distinguia.No habia trabajo por juerteQue aquel se le resistiera;Era popular, honrado,Y buen hijo a toda prueba.Era cristiano parejoY mozo sin presunci6n:Amigo de sus amigosY firme en su religi6n.A la edad de catorce afiosSus padres lo dedicaronA gobernar sus estanciasPorque capaz lo encontraron.

Cuando iban a visitarloEra de gilen agasajo;Y su conversaci6n siempreRecaiba sobre el trabajo.En una sola mirada

9 Ibidem, pig. 73.

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A los hombres penetraba,Y aquel que le echaba un falloQub esperanzas que se errara.De los sabios de la tierraGiiena opini6n no tenia;Estos no tienen acierto,

Siempre a solas nos decia.Estos nos han de enredarCon sus malditas teorias;Y si no, tenga esperaY lo verin algin dia.Estos no son hombres gilenos,Tienen mucha presunci6n.iOjala yo me equivoqueY que no tenga raz6n!

Era el patr6n tan seguroEn un consejo que diera,Como son en el salirEn el cielo las estrellas.Lo mismo era cuando veiaAlgin hombre desgraciado,Lo tomaba de su cuentaY ya estaba soliviado.En su desgracia veniaDe algin vicio arriagado,El a fuerza de consejosLuego lo daba enmendado.Su modo es lindo y calmoso,Y al parecer, muy callado;Pero, amigo, en los conflictosEs osado como mil diablos.El es noble y generoso,Y de coraz6n honrado,Pero en viendo una traici6nPobre el que la haya jugado.V1 aborrece al ladr6n,

Al picaro no le da lado;Pero siempre favoreceAl paisano desgraciado.Sabe muy bien distinguir

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EsTuDIos

Cuando el hombre hace un delito;Y si el hecho es impensado,E1 lo ampara en un conflicto.lo

Obviamente el principal valor de estos versos reside hoy en su caric-ter testimonial de una forma de literatura utilizada como arma de pro-paganda y de combate po'itico.

Como excepci6n a la t6nica general que inspira las piginas gauchescassalidas de la pluma de Perez, encontramos una composici6n sin conno-taciones politicas, que brinda curiosos e interesantes detalles y hasta

precios del vestido masculino y femenino usado en Buenos Aires hacia1833:

Conozco que andara ustedMuy compuesto y presumido,Asi es que yo tambienHey de bajar bien vestido.Pues sepa, sefior Don Pancho,Que el resto todito hey echado,Escuchem6, no se asuste.Mire, pues, cuanto hey comprado.En primer lugar, amigo,Un sombrero a la moderna,Que me cost6 por favorDe pesos media docena.Un chaleco, cosa linda,De pafio-color de granaCon solapas redondeadasY bot6n de feligrana.Un fraque medio verdoso,Con los faldones muy tiesos,Que por mis que recatieMe cost6 cincuenta pesos.Una capa que ley cuento,Con cuello forrado en cueroY unas borlas, cosa linda,Que me arrastran por el suelo.Verde yuyo es el color;Del precio nada hay que hablar,

10 Ricardo Rodriguez Molas, ob. cii,, pigs. 117-118.

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Setenta pesos pidieronY en vano fue recatear.Gusto da el paiio de doble,Mas que una suela es de gruesoY pesa como un demonioPues que me dobla el pescuezo.Como podra hacer calorPor los muchos apretones,Me estan haciendo tambienDe piel blanca pantalones.Tambien, amigo, a mi vieja

Le hey comprado sus cangallas,Que se las ha de estrenarPara las fiestas mayas.Un peineton, cosa gilena,Mas grande que una canasta,Que di para que lo hicieranDe tres novillos las astas.Un chal guarda de capoteMas blanco que el almid6n,Que al verlo parece sedaAunque s61oo es de algodon.De zaraza una polleraCon los hombros rellenados,Zapatos de suela dobleCon bastantes atacados.Unas medias de mezclilla,Un ridiculo de pana,Un cintur6n amarillo,Un par de guantes de lana.Un aniadido hermosisimo

Que yo mismo hey trabaj ado,Pues diez colas de caballoLa tal trenza me ha chupado.Un velo lleva muy lindo,

Que es lo que mas me ha costado,

Pues he corrido por todo

Hasta encontrarlo prestado."1

11 Cart. de Jacinto Lugones a Pancho Lugares, convidandolo paria ls fiesta'smayas, en Jorge B. Rivera, La primitiva literatura gauchesca, Jorge Alvarez, BuenosAires, 1968, pigs. 139-142.

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Es T U D I S

Enfrentando al rosista Perez le sali6 al paso desde Cuyo otro perio-

dista y poeta, Juan Gualberto Godoy, enrolado en las filas del partidounitario. Desde las paginas de El Corazero, de Mendoza, Godoy atac6a Perez con sus mismas armas, esto es sin sobriedad conceptual nimoderaci6n de lenguaje. Asi esta cuarteta con que comienza una pieza

dedicado al vocero rosista:

SHasta cuando quieres PanchoEscribir barbaridades?

iNo ves que tus necedadesYa no cabe en tu rancho?12

Luis Perez respondi6 con su artilleria habitual:

Ya tenemos en MendozaUn famoso Corazero,Que ha tornado la defensaDe aquellos del dia primero.Parece que es primo hermanoDel Serrano y de la Aurora,Porque ladra como perroY de cuando en cuando llora.13

Se entabl6 una curiosa polemica, hasta hace poco desconocida, entreel peri6dico cuyano y el peri6dico portenio, en la que ambos apelaron alverso gauchesco. Sin embargo, para ceiiirnos a nuestro asunto, debemosobviar esa controversia para referirnos ahora a la producci6n poeticagauchesca de Godoy, haciendo abstracci6n de su poesia popular, ya quecon similar destreza realiz6 creaciones en ambos campos.

A guisa de ejemplo veamos un trecho de su Carta de un gaucho del

Pergamino al "Corazero", de 1830:

A deshoras de la noche

Y en mi cocina escondido,Corazero de Mendoza,Estos renglones te escribo.

Todos saben en mi pago,Que es, amigo, el Pergamino,

12 Felix Weinberg, Juan Gualberto Godoy: literatura y politica. Poesia po-pular y poesia gauchesca, Solar/Hachette, Buenos Aires, 1970, pag. 195.

13Ibidem, pig. 217.

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Lo que indios y federalesHan hecho, amigo, conmigo.Yo tenia mis caballos,Buena cria y rodeito,En los tiempos que Don Raus

Nos defendi6 de los indios.Todo se 1o llev6 el diablo,Todo, amigo, todito;Dende que sefior DorregoNos quit6 nuestro padrino.El mancarron que escap6De las unias de los indios,Don Rosas lo reyun6Y-a todos dijo este es mio.Ahora, pa rematar la obra,Sefior Quiroga ha venidoCon ciento sesenta diablosQue son piores que los indios.

Dispense amigo el papel,Y la tinta con que escribo,Que andando tan delicadoEn el pago estos oficios,No han dejado ni un tinteroEn todito el PergaminoY para que nadie escribaPapel no hay ni pa los vicios.1 4

En nuestro ya citado libro hemos estudiado detenidamente los diver-sos problemas que suscita la creaci6n poetica de Godoy, figura injus-tamente relegada en nuestra historia literaria.

Hay otro motivo de interes en la obra de Godoy que se vincula conla historia de la poesia gauchesca. Durante largos aios, a partir de1864, se sostuvo que una composici6n suya, Ilamada el Corro, escrita ypublicada en 1820, era, cronol6gicamente, el primer dialogo de la litera-tura gauchesca, anterior aun a Hidalgo.15 Del folleto que contenia clCorro no se conservaba ningin ejemplar, de modo que era imposible

14 Ibidem, pigs. 247-249.15 Fue Dominguito Sarmiento quien hizo la primera afirmaci6n en ese sentido.

Cfr.: Domingo F. Sarmiento (hijo), "Don Juan Gualberto Godoy. Ensayo lite-rario", en Correo del Domingo, N 9 33, Buenos Aires, 14 de agosto de 1864,pigs. 616-618.

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ESTUDIOS

ratificar o rectificar esa afirmaci6n. Esto dio margen a todo genero deespeculaciones y polemicas. Pero ya en 1917 habia advertido RicardoRojas que esta apasionante querella "no podr resolverse hasta que noestemos en condiciones de analizar el hasta hoy perdido Corro del mendo-cino".16 A pesar de las intensas busquedas emprendidas el folleto noaparecia y ya se lo daba por irremisiblemente perdido, cuando en 1963tuvimos la suerte de localizar un ejemplar del esquivo Corro en la Biblio-teca Nacional de Rio de Janeiro.17 Y resulto que este texto no es gauchescocomo tantas veces se dijo sin fundamento. Ni el lenguaje, ni la combi-naci6n estr6fica, guardan relaci6n con ese genero. Es, en definitiva, unacomposici6n de caracter popular -fprmalmente esta cerca de lo espaniolpopular, es decir dentro de nuestra tradici6n literaria- pero bien lejosde las peculiaridades de la gauchesca. Queda asi Hidalgo firme comoiniciador literario del genero gauchesco en el Rio de la Plata. Hemoscontribuido asi a poner punto final a eso que Rafael Alberto Arrietallamo "largo proceso de conjeturas y de confusiones en nuestra historialiteraria".18

LA GAUCHESCA RIOGRANDENSE

Estimamos oportuno ahora echar un breve vistazo a la producci6npo6tica de caracter gauchesco -que corresponde al periodo aqui estudia-do- originada en la Banda Oriental y en el estado brasilenio de RioGrande, territorios que, como es sabido, integran la llamada area gau-chesca.

Veamos, en primer termino, algunas referencias sobre Brasil. En elsur de este pais, en efecto, tambien afloraron profusamente versos quetrasuntan las costumbres e inquietudes de los gauchos riograndenses. Lallamada guerra de los farrapos (1835-1845) tuvo eco prolongado enla poesia popular, que exalto la heroicidad de los republicanos indepen-dentistas.

16 Ricardo Rojas, Historia de la literatura argentina. Ensayo filoso'fico sobrela evolucidn de la cultura en el Plata, Guillermo Kraft, Buenos Aires, 1960, t. II,pig. 390.

17 Dimos cuenta del hallazgo en el articulo "Resurrecci6n de un poema perdi-do" en el suplemento literario de La Nacidn, Buenos Aires, 11 de abril de 1965.El texto del poema Corro puede verse en nuestro libro Juan Gualberto Godoy:literatura y politica, cit., pags. 137-156. En pags. 97-101 resumimos las alternativasy polemicas a que dio lugar el extravio del Corro.

18 Rafael Alberto Arrieta, "La poesia de 1852 a 1870", en su Historia de laliteratura argentina, Peuser, Buenos Aires, 1959, t. III, pig. 34.

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Liberal republicano,Riograndense ate a morte,Hei de levar a bandeiraAte onde f6r minha sorte.19

O como enfatiza otra composici6n:

Eu sou o moco gaicho,Valente comno os mais guapos;Filho e neto de farrapos,Republicano no mais!Com o meu poncho de pala,E lago e bolas nos tentos,Vou mais ligeiro que os ventosPor sangas e bamburrais...O rei, montado no trono,Tendo os ministros consigo,Nio se compara comigo,No dorso do meu bagual;Se 61e 6 rei eu sou monarca!Se Mle tem cetro dourado,Tenho ralho prateadoE a cancha do meu punhal!20

La estrecha vinculaci6n entre los acontecimientos politicos de RioGrande y los del Rio de la Plata tiene eco incluso en el cancioneropopular:

No outro lado da linha,La pra Banda Oriental,Vou arriscar minha vidaNo partido liberal.21

La lucha contra Rosas tambi6n se refleja en composiciones po6ticasde la 6poca de la campaia militar que culminaria en la batalla deCaseros.

19 Cfr.: Augusto Meyer, Cancioneiro gazcho, Editora Globo, P8rto Alegre,1959, pig. 154.

'O Cfr.: J. Simoes Lopes Neto, Cancioneiro guasca, Editora Globo, Porto Ale-gre, 1960, pigs. 139-140.

21 Augusto Meyer, cit., pig. 168.

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EsTUDIOS

Rosas, com sua quadrilhaDe blancos em Buenos Aires,Dizem que ja armou os frailes

Contra nos.Ha de, esse monstro feroz,Exp'rimentar desta feita,Aquilo que o diabo enjeita

No inferno.

E depois, mandara as tropasA generala AMlnoelita.Essa guapa senorita.

Muy afamada.Carga seca e denodada,Por Deus! que Ihe hei de fazer!E se o pai aparecer. ..

Passo de largo!0 seu trato e bem amargo;

E somente p'ra brincar,Gosta de fazer tocar

A Ressalosa.22

La tematica de la poesia gazicha es de una variedad y riqueza sor-prendente para quienes no la han frecuentado y revela interesantes ana-logias con las composiciones de factura rioplatense. Asi encontramoscantos que idealizan la vida primitiva del gaucho, el nomadismo sinatajos, el coraje personal y el espiritu de aventura. Estas cuartetas an6nimasson una buena muestra de esas sugestiones:

Nos campos de minha terra,Sou gaucho sem patrao;De a cavalo, bem armado,Minha lei e o coracao.

Sou valente como as armas,Sou guapo como un leao;

22 J. Simoes Lopes Neto, cit., pigs. 148-149. Los fragmentos transcriptoscorresponden a una composicion firmada por Francisco Marques de Oliveira,fechada en 1851. En peg. 200 de esta recopilaci6n puede leerse otra poesia enlenguaje gauchesco del mismo autor, escrita en 1852, Ao general D. Manoel deRosas, en que se hace burla del caudillo bonaerense que acababa de ser derrotado.

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Indio velho sem governo,Minha lei 6 o coraao.

Quando ato a cola do pingoE ponho o chap6u do lado,E boto o lawo nos tentos,Por Deus que sou respeitado!

Ser monarca da coxilhaFoi sempre o meu galardio,E quando algu6m me duvida,Descasco logo o faco.

Nao tenho mancha nem medo,Nao temno inverno ou verao;Meu culto 6 o das raparigasE do mate-chimnarrao.

Eu sou aquele que disse,Depois de dizer, nao nego:Achando amor de meu g6sto,Morro seco e nao me entrego.

Quando me ausento dos pagos,Isto por curto intervalo,Reconhecem minha voltaPelo tranco do cavalo.

Ninguem me pise no poncho!Pardo velho abarbarado,Tenho chilenas da prataE pala branco, bordado.

Desde guri eu ji eraUm monarca abarbaradoNinguem me pisou no ponchoQue nao ficasse pisado.

Pardo f6rro sem governo,Senhor das minhas ages,

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EsTUDOS 3

Sei amar gratuitamenteE punir ingratid6es.

Gosto da vida do campo,Governo corn honra e brio;Comn um par de bolas no cintoNao tenho mado nem frio.23

El asunto de las andanzas del gaucho en la ciudad aparece tambienrepresentado en el cancionero riograndense:

Amigo Juca. Eu cheguei,Da marcha um pouco delgado,Mas os pastos da cidadeJa me tem embarrigado,Achei enc6sto e abrigo,E mui regular aguada;Para um homem da coxilhaNao 6 ma esta invernada.Mas assim um pouco arisco,Sempre as orelhas trocando,Vejo coisas mui estranhasQue me vlo ressabiando.Comno abestruz na macega,Nas ruas vivo enredado,Sem querer, gambeteandoPara umn e outro lado.24

Las coplas gauchescas han recreado asimismo en el paisaje surbrasileiiola antigua veta amatoria de la poesia popular tanto hispAnica come por-tuguesa.25 En este orden de ideas son numerosos y variadisimos los

23 Augusto Meyer, cit., pags. 78-80.24 Ibidem, pg. 175.25 Veamos unas contadas muestras:

Tenho o meu cavalo baio,marchador da madrugada;marcha, marcha, meu cavalo,vamos a ver a namorada.

Eu vi Cupido mnontado

no seu cavalo picago,de bolas e tirador,

adaga, rebenque e lago.

Fui soldado, sentei praga,

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motivos poeticos que pueden verificarse en la producci6n gauchescadel vecino pais, mucha de la cual ha sido ya recogida.26

La acendrada tradici6n gauchesca de la literatura riograndense habriade culminar mucho despues con el poema Antonio Chimnango, de AmaroJuvenal (seud6nimo de Ramiro Barcellos), publicado en 1915 y quealcanz6 alli un relieve similar al que tiene el Martin Fierro en la Ar-gentina.

LA GAUCHESCA EN EL URUGUAY

En cuanto a la antigua Banda Oriental cabe sefialar que hasta 1820las composiciones del genero gauchesco -las de Hidalgo. en primerlugar- expresan el patriotismo que la Revoluci6n de 1810 desperto entodos los nativos del Rio de la Plata. Mas tarde los versos exteriorizanla resistencia ante la ocupacion lusitano-brasilefia. Decia asi un cielito:

Ellos han tornado temaDe volvernos imperiales,Y nosotros por sistemaQue hemos de ser orientales.27

Y en el Cielito del blandengue retirado, tambien anonimo y de lamisma epoca que el anterior, leemos:

Cuatro bacas hei juntadoA jueza de trabajar,Y agora que estan gordasYa me las quieren robar.

sentei-me numa guarita;agora sou comandantede toda china bonita.

Quando ensillo meu picagoe boto o chapeu na nuca,toda china que me vefica logo bem maluca.

Tornado de Silvio Julio, Literatura, folclore e linguistica da drea gauchesca noBrasil, A. Coelho Branco Filho Editor, Rio de Janeiro, 1962, pigs. 31 y 37-38.

26 Seria del mayor interes realizar un cotejo sistematico de los motivos po6-ticos de la gauchesca rioplatense y brasilenia. Los carncionetros publicados en estospaises facilitan notablemente esa labor ya impostergable. Mas aun: sorprende quehasta ahora no se la haya emprendido.

27 De un poema an6nimo, El cielito del dia, de 1823, transcripto por LauroAyestaran, "La primitiva poesia gauchesca en el Uruguay. 1812-1851", cit., pig.339.

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Cielito, cielo que si,Oye cielo mis razones:Para amolar a los sonsosSon estas regoluciones. 28

Cielito, cielo que si,Baya un cielo para todos,

Mira que lindos patriotas

Los portugueses y godos.29

El nacimiento del Uruguay como estado independiente en 1828 hace

cambiar la tematica, enfilandose entonces los dardos contra los malos

politicos, los comerciantes deshonestos y los periodistas venales. Tal

como se lee en una anonima composici6n de 1832, aludiendo a esos

oportunistas aprovechados:

Que con los rechupetones

Que a la pobre Patria dieronLes ha crecido la panza

Como les crece a los cerdos. 30

La figura mas notable de esos ainos fue Manuel de Araucho, quien

en 1835 publico Un paso en el Pindo, primer libro de versos que vio la

luz en el Uruguay. En este volumen de inspiracion neoclasica Araucho

incluyo como excepci6n dos logradas composiciones gauchescas: Carta de

an gaucho a un proyectista del Banco de Buenos Aires y Dialogo de dos

gauchos, Trejo y Lucero. En esta ultima se formulan quejas por los abusos

de los especuladores.

iQue me dice no Lucero?(A este estao hemos llegao?Pues sabe que estamos frescos?

iY como esos desastraosNo quieren pagar el trigoSino a unos precios tan bajos?Vamos al rodeo, amigo,

Que nos de el viento del campo,Porque ya estoy muy caliente,

28 Ibidem, pig. 329.29 Ibidem, pag. 211.so0 Ibidem, pag. 365.

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Y puede tentarme el diablo,De irme al pueblo agora mismo,' con un garrote, a palos,Comenzar por los del panY acabar con los quebraos.31

Dice Ayestaran que la poesia gauchesca uruguaya alcanz6 su miximatensi6n con la Ilamada "guerra grande", esto es el periodo 1838-1852.La mayor parte de la producci6n de esta 6poca es an6nima y la lineapolitica esti escindida en dos bandos, colorados y blancos, los que apoyanal gobierno de Montevideo y los que siguen a Oribe y su gobierno delCerrito. Burlas, amenazas y desafios constituyen la esencia de esa porfiadapoesia de combate. Esos episodios estin intimamente relacionados conla politica argentina. Rosas, por un lado, y sus adversarios proscriptosen el Uruguay, por otro, fueron tambi6n protagonistas de esos sucesos. Nodebe sorprendernos, pues, que el poeta gauchesco de mayor relieve de la6poca fuera el argentino Hilario Ascasubi, sobre cuya fecunda actividadnos ocuparemos en seguida.

Debemos dejar claramente establecido, desde ya, que contrariamentea lo que suele creerse, en esa 6poca de duras luchas entre rosistas yantirrosistas los versos gauchescos -convertidos en poderosas armas deguerra- no fueron exclusividad de los partidarios de Rosas. Sus adversa-rios tambi6n, y no por cierto espordicamente, apelaron a este estilocampestre. Todo ello demuestra que el habitante de la campaia riopla-tense no estaba identificado masiva y definidamente con una divisa, puesse trataba de ganarlo para uno u otro bando. Es ya temerario afirmarque el gaucho estuviera enrolado unanimemente bajo el estandarte federal,

puesto que, por ejemplo, los soldados de Lavalle eran tambi6n en sumayoria de extracci6n campesina. Por lo demis tampoco resulta ciertoque los poetas puebleros no rosistas fueran insensibles a las quejas ysufrimientos del gauchaje. Y casi por definici6n, no podia ser de otramanera: la poesia gauchesca de mis trascendencia expresaba desde lostiempos de Hidalgo las injusticias, olvidos y miserias que padecia ese

grupo social.Ascasubi como se ver mas adelante- frecuenta la entonaci6n de

protesta social que culminaria mis tarde con el Martin Fierro. Hemos

hecho ya alusi6n a Godoy, poeta unitario de Mendoza. Tambi6n debenrecordarse numerosas hojas sueltas con cielitos unitarios. Y en Montevi-deo, precisamente, un grupo de exilados public6 el peri6dico El Grito

81 Manuel de Araucho, Un paso en el Pindo, Imprenta de los Amigos, Monte-video, 1835, pAig. 183.

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ESTUDIOS

Arjentino, de 1839, en cuyas piginas aparecieron varias incisivas compo-siciones gauchescas en las que ademas de comentar los sucesos politicosdel momento, se formulan agudas apreciaciones de caracter social y eco-n6mico que aluden al acaparamiento de tierras por los grandes estancierosque apoyaban a Rosas, como los hermanos Anchorena; la desvalorizaci6nde la moneda; el decaimiento del comercio bonaerense; y otros temasanalogos, siempre con referencia al empobrecimiento de la gente campe-sina.3 2 Este semanario -que tenia como redactores a Valentin Alsina,Juan Bautista Alberdi, Miguel Cane y Luis L. Dominguez, entre otros-se propuso expresamente acercarse a los habitantes de las provincias dellitoral y de la campania bonaerense a cuyo efecto se monto una buenaorganizaci6n clandestina de distribuci6n y consta que en efecto lleg6 alas manos de muchos hombres de camnpo. 33

ASCASUBI EN MONTEVIDEO

Veamos ahora algunos aspectos significativos de la obra poeticadesarrollada por Ascasubi durante su exilio en Montevideo. Vamos aobviar detalles de su vida novelesca reconstruida por su bi6grafo ManuelMujica Lainez. 34 Enrolado Ascasubi desde joven en las filas del partidounitario es encarcelado en Buenos Aires por las autoridades rosistas yluego fuga a Montevideo. Vivi6 en la capital uruguaya entre 1832 y 1851.A poco de arribar alli -donde auin seguia vigente el verbo y la fama deHidalgo- resolvio seguir tras la huella de la poesia gauchesca. Fuela gran decisi6n de su vida pues de ahi en mas Ascasubi s6lo utilizariapara expresarse el verso gauchesco.

En los bravos y duros tiempos de la lucha rioplatense entre rosistas yantirrosistas, Ascasubi, sin desmayos, estuvo presente con sus versos, orasatiricos, ora inflamados, pero' siempre aguerridamente militantes de unacausa civica que el entendia era la de los principios de libertad y civili-zacion. A pesar de que muchas veces la tematica que abord6 era de tintesmas que sombrios, nunca dej6 de apelar a los mis ingeniosos recursosde la picardia criolla. Quiza esto sea una de las claves que expliquen la

comunicatividad y lozania que emanan de sus poesias a mas de un siglode escritas.

32 Los textos de ocho piezas gauchescas publicadas en El Grito Arjentino pue-den verse en Ricardo Rodriguez Molas, "Elementos populares en la predica contraJuan Manuel de Rosas", en Historia, N° 30, Buenos Aires, enero-marzo de 1963,pigs. 69-101.

33 Felix Weinberg, "El periodismo en la epoca de Rosas", cit., pigs. 90-91.34 Cfr.: Manuel Mujica Lainez, Vida de Aniceto el Gallo, Emece, Buenos

Aires, 1943.

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Ascasubi prodig6 sus versos gauchescos en peri6dicos -como El Gau-

cho en Campana, de 1839; y El Gaucho Jacinto Cielo, de 1843- y enincontables folletos y hojas sueltas. De pocos escritores de la 6poca podradecirse con mas propiedad que de 61 que fue un guerrillero de la pluma.Su piblico lector no eran s6lo los pueblos ilustrados de Montevideosino tambien el pobrerfo de la ciudad y la gente de la campania. Que tuvorepercusi6n su predica en lenguaje gauchesco lo prueban las numerosascartas y contestaciones en verso que recibia de an6nimos lectores y que61 mismo se encargaba de publicar en la prensa montevideana.

El nivel artistico que alcanz6 Ascasubi en sus obras le colocan en elsitial mas alto de la poesia gauchesca de la 6poca. La espontaneidady frescura de sus versos estan por encima de todos sus coetaneos. AdemasAscasubi era un poeta cuidadoso de las formas convencionales del generoy esto se refleja en la esmerada elaboracion de los versos. Es mas: suspoesias revelan la riqueza de un chispeante ingenio, que transito porsenderos inesperados y sorprendentes en cuanto a temas e imagenes. Sibien utiliz6 preferentemente el romance para expresarse, apel6 con fre-cuencia a otras formas tradicionales rioplantenses como el cielito y lamedia cania.

, Cual fue la tematica que abordo Ascasubi en esos afios del exiliomontevideano? Desde luego la guerra, la lamada "guerra grande" y elsitio de la capital oriental; las batallas que libraban rosistas y antirrosistasen los campos del litoral rioplatense; el gobierno del dictador de BuenosAires; la intervencion anglo-francesa en el Plata. . . 35

Sus poesias zumbonas generalmente utilizan el dialogo entre dos gau-chos para incursionar en la mis candante actualidad politica. Los inter-locutores sue aparecen con mas frecuencia son Paulino Lucero, JacintoCielo, Ram6n Contreras -6ste resurrecci6n del personaje creado porHidalgo---, Juan de Dios Oliva, Martin Sayago, etc.

Aparecen tambien partes de guerra en versiones naturalmente burles-cas, como el que el general Echagiie habria enviado a Rosas con motivode una derrota federal, y que comienza asi:

JAy, Juan Manuel, que te cuento!Nuestro ejercito afamadoMandinga se lo ha levado

Al infierno en un momento.36

35 La producci6n montevideana de Ascasubi esti recogida en su libro PaulinoLucero, cuya primera edici6n data de 1853. Para nuestro trabajo utilizartos ycitamos la reedici6n de Estrada, Buenos Aires, 1945.

s3 Hilario Ascasubi, Paulino Lucero, cit., pag. 63.

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EsTUDIOS

En otros casos hay cartas en verso dirigidas a Rosas, a estadistas ydiplomaticos europeos, o simplemente a desconocidos campesinos de lasprovincias de Buenos Aires y Entre Rios y del Estado Oriental. Hay poralli una breve historia del gobierno de Rosas, 37 y tambien una curiosacr6nica rimada acerca de los origenes de los partidos colorado y blancodel Uruguay38 cuya evoluci6n esta estrechamente ligada a acontecimientospoliticos argentinos.

Las mil alternativas de esa guerra que le toco vivir a Ascasubi comoun protagonista mas estan descriptas a veces con lujo de detalles. Laironia, el guinfo, la burla, asoman como recursos infalibles para alentara los soldados de su causa y descalificar al enemigo. Hay algunas paginassombrias, tenfidas de estremecido horror, como la escena del degiiellode un unitario por un mazorquero, pero que no dejan de tener el im-prontu burlesco: sonrisa y grito se aunan en un juego desgarrador detragedia y sarcasmo.

A pesar de estar inmerso en esa guerra sin cuartel, Ascasubi no perdi6de vista el futuro de su patria. En varios pasajes de poemas suyosencontramos expuestos sus anhelos de paz, conciliaci6n y organizaci6nnacional.

Creo que de esta ocasi6nconcluira la destruci6n,la miseria y la aflici6nde toda la poblaci6n:y tambien la aspiraci6nde cualquier bando o faci6n,si hacemos la reflexion,que nuestra infeliz Naci6nal concluir el peric6nse halla sin ponderaci6nmas pelada que un pelon,sin un solo patac6n,

37 Ibidem, pigs. 318-321.38 Vease la poesia titulada Juan de Dios Oliva y otros dos gauchos orientales

platicando, de 1843, en Ibidem, pigs. 104-141. Una nota de Ascasubi advierte que"todo lo que refiere esta composici6n es exactamente hist6rico". El interes deesta cr6nica se ve corroborado por el hecho de haber merecido una reedici6n porseparado -en folleto- cuarenta afios despues de su publicaci6n original. Cfr.:Hilario Ascasubi, Juan de Dios Oliva y otros dos gauchos orientales platicandoel dia 11 de junio de 1843 en el campamento del general Don Prutos Rivera.Romance hist6rico. (Orijen de los partidos colorado y blanco), Imprenta a vaporde El Ferrocarril, Montevideo, 1884; cit. por Eneida Sansone de Martinez, Laimagen en la poesia gauchesca, Facultad de Humanidades y Ciencias, Universidadde la Republica, Montevideo, 1962, pig. 397.

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por la sencilla raz6nque en esta revoluci6nle han dado sin compasi6nitantisimo manot6n!...

Pero... pase el nubarr6n.Venga la paz y la uni6n.Y por San Pascual Bail6ny la Pura Concepcion,santos de mi devoci6n,que echo al infierno el lat6ny me afirmo a un azad6n,gritando de corazon:SViva, viva la fusion,y viva la constituci6on! 39

Tambien se puede rastrear su vision del progreso nacional -a trav6sdel comercio, de la inmigracion y de la industria- en lo cual coincidecon los ideologos liberales del exilio.

Y estos pueblos, a la vez,por mas que Rosas se aflija,se le han de alzar a la fijacolijiendo su interes.Luego, a estos puertos veres,que de Uropa en derechurase vienen con su fatura

las gentes y barqueria,

y correrad peseria

como habera baratura.

De consiguiente vendrin

a levantar poblaciones

gentes de todas naciones,

que sus familias trairan,

y se desparramaran

por los campos y ciudades;y hasta en las inmensidadesde costas del Parana

39 Hilario Ascasubi, Paulino Lucero, cit., pigs. 222-223.

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EsTUDIOS 3

dentro de poco no habrddisiertos ni soledades.Veras miles de artesanos,icuintas fibricas pondrin!y en ellas enseiiarina nuestros hijos o hermanos:y en lugar de ejercitarnosen destruirnos cual lo hacemos,a trabajar nos pondremospara curar tantas ruinas;y sables y garabinasial infierno arrojaremos!40

No es insensible Ascasubi a las penurias y sufrimientos que la guerracausa al gauchaje, "hombres de mi condici6n", como los llama en alginverso.

Los que tienen afici6nal suelo y al borboll6n,y hoy echan tragos de rona costa de una porci6nde hombres de mi condici6n,que soy paisano lerd6n;y que en esta confusi6n,de pelearnos con tes6nhe tenido un apret6n,y he vendido hasta el fac6npor yerba, pan o jab6n:y que al fin en un rinc6n,con el suelo por colch6nestoy sin medio y flac6n,rotoso, sucio y barb6n,contemplando un famili6nmacilento y delgad6n,y lamentando trist6nitanta vaca y mancarr6nque me han hecho humo al bot6n!

Aunque ando con aprensi6n

4o Ibidem, pigs. 201-203.

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que antes de la conclusi6n,

de balde estoy arisc6n,

despues de tanto arrej6n,que alguin chumbo o perdig6n

me estire en un albardon,y patitieso y panz6nde ahi me tiren a un zanj6n,

como han tirado a un mont6nde criollos que siempre sonlos pavos de la funcion,espichan como un rat6nsin pater-noster ni Kirieleys6n. 41

La discriminaci6n que se hace en el trato a los gauchos esta reflejada

a su vez en estos versos de 1833:

Asi de la paisanadalos puebleros con raz6nsuelen reirse, porque saben

que los gauchos siempre sonlos pavos que en los custionesquedan con la panza al sol.

Y si no, vaya por gustoen cualesquier aflici6n

o atraso que le suceda,

y procure la ocasi6n

de alegarle a un gobernante,

a quien usted lo sirvio

con su persona y sus bienes

hasta que se acomod6;

vaya y pidale un alivio. ..

iY que le daban? ipues no!

Ni bien llega usted al umbral,

le sale algun adul6n

atajandole la entraday haciendo ponderaci6n

de que se halla Vuecelencia

muy leno de ocupacion,

41 Ibidem, pags. 222-224.

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porque le esta dando tabaalgin ricacho, o dotor,o la seniora fulana,o el menistro, o que se yotodas las dificultadesque pone con la intenci6nde cerrarle la tranqueraa cualesquier pobret6n;y si usted ve que lo engafian,y se mete a rezongon,le largan cuatro bravatasy lo echan de un repunj6ncuando menos, que otras vecesle acuden con un bast6na medirle las costillassin mans consideraci6n. 4 2

Estimamos oportuno insistir sobre este aspecto de la poesia de As-casubi, hasta ahora no tornado en cuenta suficientemente. En su produc-ci6n del exilio hay numerosas referencias a las coetaneas penosas condi-ciones de vida de los gauchos. Esto, por un lado, tiene el valor de untestimonio que desmiente las frecuentes e imprecisas alusiones a la exis-tencia, antes de Caseros, de una supuesta "epoca de oro" del gaucho;

y, en segundo temino, es un importante y olvidado precedente de lapoesia de denuncia social, que mas tarde seria transitada con mayorexito y repercusion por otros poetas, especialmente por Jos6 Hernndez.43

La declarada fidelidad de Ascasubi hacia los gauchos esta expuestaen una "carta" de Jacinto Cielo, de 1843:

42 Ibidem, pags. 19-21.43 Merece analizarse con detenimiento una sugestiva coincidencia -hasta ahora

no seialada, que sepamos- en las actitudes sucesivas de Ascasubi y Hernandezhacia los gauchos. Ambos condenan las injusticias de que aquellos son victimas,refiriendose esta critica a acontecimientos coetaneos -en un caso la cuarta yquinta decada del siglo xix; en el otro, la octava decada-; en cambio idealizanlos tiempos pasados. Pero hay un disentimiento importante: para Hernandez elaureo pasado gauchesco es obviamente la epoca de Rosas, es decir el sistemapolitico que Ascasubi combati6 entre otros motivos porque, a su entender, usufruc-tuaba las penurias de los gauchos. Ascasubi, en su Santos Vega, remite a unpasado mucho mas lejano -postrimerias del siglo xvIII y principios del xrx-los supuestos dias venturosos del gauchaje. Cabe preguntarse si es que realmenteexistieron los paradisiacos tiempos del gaucho que ambos evocan. (No sera quesu situaci6n concreta se asemej6 mas bien a lo largo de los anfos a la que Ascasubiy Hernandez sucesivamente denuncian como injustas realidades? Sobre este asuntovease Ricardo Rodriguez Molas, Historia social del gaucho, Maru, Buenos Aires,1968, y se apreciara que no todo tiempo pasado fue mejor.

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Yo siempre soy muy clarito:y a que he de andar con rodeopara esplicar mi deseo?iNo es ansi, compafierito?Mi papel es peticito,pero es gaucho y han de verque al Diablo le han de correren cuanto a decir verdades;porque no hay dificultadesque me puedan encoger.Siendo ansi, yo he de rumbiarpor la senda que empec6,sin ladiarme, pues ya s6aonde debo enderezar.Si ilego a desagradarno ha de ser a la gauchada.44

La puntualizaci6n de que el lenguaje campesino rioplatense es dife-rente del habla culta urbana aparece en varios pasajes:

Deje que all' el dotorajese pronuncie en lo profundo,que los gauchos en el mundotenemos nuestro lenguaje.45

0 como dice en otro lugar, a prop6sito de la recreaci6n literaria de lalengua gauchesca:

Luego, patroncito, intentoescrebir a lo paisano,y en estilo americanodecir todo lo que siento.46

Queremos subrayar que a pesar de lo efimero y vulgar del materialque Ascasubi utiliz6 en su guerrilla cotidiana, muchas veces su chispeanteingenio y la gracia del arte ha dotado a sus versos de un perdurable ysingular relieve. Dos ejemplos bastarin. En el primero, se ver5 la utiliza-

4 Hilario Ascasubi, Paulino Lucero, cit., pigs. 166-167.45 Ibidem, pig. 166.46 Ibidem, pig. 294.

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ci6n metaf6rica del lenguaje del truco -uno de los mis populares juegosde naipes en el Rio de la Plata- para narrar un combate librado en elUruguay entre los generales Rivera y Echagiie en 1839:

En fin, dende el Uruguaynos vinimos barajando,y la jugada empez6del Uruguay a este lao.Nos traiban una empalmada,y nosotros descuidaoscortibamos ande quiera,y asi nos fueron tantiandocreyendo ponerse en giienas,hasta que dende el Duraznoles conocimos el juego;de suerte que comenzamosa quererles a la fija,pues para eso asiguramosen todas manos el dos.SDon Frutos! ihiganse cargo,si flor que tiene ese triunfopuede retrucarla el diablo!Por fin asi nos vinimosnosotros siempre falsiandocon un punto cualquierita,hasta que los igualamos,y act por Santa Luciaya nos pusimos a tantos.En esta disposici6n,de los dos lados cuajamosuna flor rigularita,y ellos cuanto la orejiaronal instante un contraflorvanidosos nos echaron.Haciendonos los petizosnosotros nos achicamos,para dejarlos veniry en el truco revolcarlos,que es donde luce el poder.Por supuesto, nos jugaroncarta grande en la primera;

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pero ahi no mas la empardamoscantindoles iflor y truco!con todo el dos, por si acaso...iRetruco!... nos respondieronqueriendo largar el gaucho.Oigal6 a los embusteros!

les dijimos... ivale cuatro!a que no aguantan maulones...y medio les amostramosla carta por la orillita.Qu6 aguantar! ini por los diablos!Se jueron a la barajaal ver el dos coloriando,y han ido a dar al infierno;y se hallan tan atrasadosque ahora... cuindo nos alcanzan,si s6lo nos falta un tanto?

y ese en el primer envitefijamente lo ganamos.4 7

El segundo ejemplo, acaso mais feliz pot lo ins6lito, es una descrip-ci6n de un barco a vapor hecha por un gaucho con expresiones e imagenesde tierra firme, pampeanas, que le son propias.

Pues mandaron embarcarde un modo tan redepente,que fue rejuntar la gente:y al momento de mandar,

Como aguacero a la costala boteria acudi6,y el criollaje ahi se junt6como manga de langosta.

De ahi empezaron a echarviajes al barco a menudo,y en el bordo como pudonos hizo desparramar...

47 Ibidem, pigs. 46-48.

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Del p6trtigo a la culatade un barcazo roncador,iiato viejo y rodadora impulsos de una fogata:

Cosquilloso a una rueditaque de atrs un marinerose le prendi6 a lo carnero,haciendole colita.

Pero, paisana... que cosade barco tan maquinal!y grandote el animalde una manera asombrosa.

Oiga, le relatar6la laya de barco que era:que no es ficil, aparcera;pero, en fin, me amafiar6.

Era un barco. .. itamafiazo!de madera de mi flor,y tendria de largorcomo dos tiros de lazo.

En la barriga teniaun pozo, donde se apiabala gente que trajinabaen pura carboneria.

Arriba los comendantesrodeaos de la oficialada,y mucha marinerada,con sombreros relumbrantes,

Que a unos horcones tan altos,que en las nubes se perdian,por unas cuerdas subiande tropel y dando saltos.

Abajo habia cuartelesy corrales y galpones;

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y encima grandes caionescon rondanas y cordeles.

Y un canluto itemerario!enterrao yo no s6 c6moen lo mas ancho del lomo,y mis ally un campanario:

Y luego en cada costaouna rueda con aletas,que no he visto ni en carretasde esa laya de rodao.

Viese, aparcera, al montar,jqUe julepe y qu6 jab6nnos peg6 una quemaz6nque abajo entr6 a reventar!...

Y ver salir apuraoscomo avestruces corridos..los hombres, que a unos chiflidossubian todos tiznaos.

Yo me empec6 a refalarel poncho para aliviarme,y estuve por azotarmecomo carpincho a la mar.

Pero supe que de intento.prendian abajo el fuego,y vi a un oficial que luegose puso a vichar atento;

Y en cuanto por el cafiutovido salir la humadera,le aflojaron, aparcera,y ech6 a correr ese bruto.

A dos laos, y relinchando,campo ajuera sali6 al mar,aonde empez6 a bellaquiar:y ya nos juimos echando.48

48 Ibidemn, pigs. 369-372.

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La sola lectura de las poesias de Ascasubi explica el exito que alcanzoen su tiempo y la popularidad y simpatia que rode6 a su nombre.

Sarmiento, quien visit6 a Ascasubi en la capital uruguaya en 1846,dijo de el que era un "bardo plebeyo, templado al fuego de las batallas",que explotaba con felicidad aquel "genero popular [gauchi-politico] quetraduce en acentos mesurados las preocupaciones de las masas". 49

En 1853 recopilo Ascasubi la mayor parte de sus versos del exiliomontevideano en dos volumenes caratulados Trobos de Paulino Luce-ro. 0 Alli se encontrara una cantera riquisima para el estudio de todauna epoca de la literatura gauschesca que el personafica, ya que rein6solo, sin rivales que pudieran acercarse siquiera al nivel artistico que elimpuso.

La critica literaria coetanea valoro con simpatia su obra y le alent6en la empresa. Es llamativo que un hombre como Florencio Varelasaludara alborozado la aparicion de cada folleto de Ascasubi. Y es precisa-mente Varela, formado en el culto riguroso del neoclasicismo, quienseiiala el caracter costumbrista de la obra de Ascasubi. "Los versos deAscasubi -escribe Varela en 1846- son como los cuadros de Murilloo de Rubens: el que los ha visto una vez reconoce el colorido, el estilo,donde quiera que se encuentren otros, sin necesidad de que le digan

el autor... En la composici6n que hoy anunciamos -agrega- campean

las dotes que el sefior Ascasubi ha mostrado otras veces en este genero de

poesia: suma variedad y propiedad en las descripciones, movimientorealmente dramitico en la narraci6n, versificaci6n fluidisima y, sobre

todo, una verdad de colorido y una propiedad de lenguaje y estilo que

hace de sus composiciones el mas perfecto retrato del gaucho del Rio

de la Plata".51

Si bien es la mas celebrada -y tambien abrumadora en numero-,no toda la poesia ascasubiana del exilio se mezcl6 necesariamente en lap6lvora de las trincheras y de los campamentos militares. Hay tambienpoesia de otra intenci6n. Es la poesia puramente costumbrista y de

49 Domingo F. Sarmiento, Viajes, Hachette, Buenos Aires, 1955, t. I, pags.124-125.

50 Cfr.: Hilario Ascasubi, Trobos de Paulino Lucero o Coleccion de poesiascampestres desde 1833 hasta el presente (2 vols.), Imprenta de la Revista, BuenosAires, 1853. Dos decadas mas tarde reedit6 esta obra con el titulo de PaulinoLucero o Los gauchos del Rio de la Plata cantando y combatiendo contra lostiranos de las Repziblicas Argentina y Oriental del Uruguay (1833 a 1851),Imprenta de Paul Dupont, Paris, 1872. (Es el volumen III de sus Poesias com-pletas. )

51 Cfr.: Felix Weinberg y colaboradores, Florencio Varela y el "Comerciodel Plata", Instituto de Humanidades, Universidad Nacional del Sur, BahiaBlanca, 1970, pags. 274.

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evocaci6n del pasado, desligada de las urgencias y sombras de la acucianteactualidad.

Por una parte produjo, en esa corriente, una Cornmpleta relacidn delas fiestas civicas del aniversario de la jura de la Constitucin Orien-tal,52 poema fechado en 1833, que sigue las pautas impuestas por Hidalgoen su Relacidn de las fiestas mayas de Buenos Aires en 1822 y por laan6nima Graciosa y divertida conversacidn de 1823. La relaci6n de Asca-subi -el primer poema importante que escribiera en el Uruguay- esuna colorida y egil descripci6n de las festividades con que el pueblooriental celebr6 su fecha patria.

Pero la obra de mayor ambici6n en este ambito alejado del inmediatocompromiso politico es su Santos Vega. La primera versi6n, parcial, deeste famoso poema, fue publicado en Montevideo en 1850 con el titulode Los Mellizos. Comno es sabido la edici6n definitiva esti datada enParis en 1872. De modo que el Santos Vega costituye el anico casodentro de la gauchesca en que un autor de renombre reelabor6 una desus obras mas conocidas despues de transcurrir algo mas de dos d6cadas,al cabo de las cuales justamente el genero alcanz6 su culminaci6n. Elanalisis comparativo de ambas versiones constituye en consecuencia unrico material para estudiar, a trav6s de un mismo autor y de un mismotema, aspectos importantes relativos a la evoluci6n historica, literaria ylingiiistica de la poesia gauchesca en el periodo en que 6sta adquieresu mayor nivel.

Un documento de Ascasubi, de 1850, absolutamente desconocidohasta ahora, esclarece en forma categ6rica el sentido que le atribuia alpoema en la 6poca de su inicial gestaci6n. "Su argumento -dice--lo forman las costumbres de la campaia de Buenos Aires; su estilo es ellenguaje comn de los habitantes de ella. Obra enteramente de costum-bres, el autor ha elegido para la acci6n un periodo que se refiere a losprincipios de este siglo, para no mezclar en sus cuadros incidentesrelativos a las guerras civiles o discordias politicas".

Por cierto no corresponde aqui entrar en detalles acerca de las dife-rencias que hay entre las ediciones de 1850 y 1872. S6lo digamos, encuanto a lo exterior, que los 17 cuadros y 2,022 versos de la edici6nprimigenia se convirtieron en 64 cuadros y 13,179 versos, lo cual eselocuente del muy apreciable desarrollo y ampliaci6n que tuvo la obrarespecto del plai original. En un libro de pr6xima aparici6n en Buenos

52 Hilario, Ascasubi, Paulino Lucero, cit., pigs. 7-44. El titulo completo deesta composicion es Jacinto Amores, gaucho oriental, haciendo a su paisano SimdnPedalva, en la costa del Queguay, una completa relacidn de las fiestas civicasque para celebrar el aniversario de la jura de la Constitucidn oriental se hicieronen Montevideo en el mes de julio de 1833.

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Aires reeditamos por vez primera este olvidado texto de Ascasubi y loponemos al alcance de los estudiosos de la gauchesca, con anotaciones

que sefialan todas las variantes que el autor introdujo en la versi6n

definitiva del poema. 53 Se demuestra alli que el texto de 1850 mas queesbozo fue la genesis del conocido Santos Vega de 1872.

Ascasubi, a trav6s de la anecdota o historia narrada en Santos Vega-"asunto lindo y largo", dira el mismo en un verso- se propuso fijarcomo en un vasto daguerrotipo, en realidad laberinto folletinesco tipica-mente romantico, las caracteristicas mas vitales y aparentes de una singularsociedad campesina que precisamente comenzaba a desintegrarse en mo-mentos en que terminaba el poema. -En cuanto a la presencia del legenda-rio payador Santos Vega debe sefialarse que no es la nota destacada eneste poema ya que solo desempefia el pasivo papel de narrador de losepisodios que transcurren en el rudo ambiente pampeano. Y si el Santos

Vega es una recreacion hist6rica debe admitirse que en forma implicitaencierra una interpretacion. La visi6n que Ascasubi tiene de la vida ruralbonaerense de fines del siglo xvII y principios del xix es casi idilica.Muestra con nostalgia vinculos paternalistas que si bien existieron en lasestancias de Buenos Aires, han tenido su contrapartida en los gauchosno afincados, mano de obra ocasional, perseguidos como vagos y malen-tretenidos por el orden social imperante.

Para concluir cabe recordar que Ascasubi, despues del Pronunciamientode Urquiza, en 1851, paso de Montevideo a Entre Rios, donde publicovarios folletos con poesias alentando la campafia contra Rosas. 54 Despuesde Caseros se radica en Buenos Aires, pero pronto rompe con Urquiza ylo ataca con sus versos gauchescos, su arma de siempre. Las composi-ciones de esta 6poca serian recopiladas mas tarde en un volumen conel titulo de Aniceto el Gallo, gacetero prosista y gauchi poeta argentino.En los ultimos afios de su vida se establece en Paris. Alli, como yahemos dicho, terminara su poema Santos Vega y editara en 1872 todasu producci6n poetica en tres macizos tomos, su mas perdurable monu-mento.

FELIX WEINBERG

Universidad Nacional del Sur,

Bahia Blanca, Argentina

53 Felix Weinberg, La primera versidn del "Santos Vega" de Ascasubi. Untexto gauchesco desconocido (en prensa).

Z4 Cfr.: Hilario Ascasubi, Poesia para el Pronunciarmiento de Urquiza, com-pilaci6n y prologo de Manuel E. Macchi, Castellvi, Santa Fe, 1956.

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