Estudios hebreos e arameos

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    UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    FACULTAD DE FILOLOGA

    Departamento de Estudios Hebreos y Arameos

    TESIS DOCTORAL

    Edicin filolgica de los dilogos renacentistas de la edicin

    judeoespaola aljamiada del "Sfer Sebet Yehud" de Belgrado, 1859

    MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR

    PRESENTADA POR

    Natalia Muoz Molina

    Directores

    ngeles Navarro PeirElena Romero Castell

    Javier Castao Gonzlez

    Madrid, 2014

    Natalia Muoz Molina, 2014

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    UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    FACULTAD DE FILOLOGA

    Departamento de Estudios Hebreos y Arameos

    Edicin filolgica de los dilogos renacentistas de laedicin judeoespaola aljamiada del Sfer bet Yehudde Belgrado, 1859

    MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR

    PRESENTADA POR

    Natalia Muoz Molina

    Bajo la direccin de los doctores

    ngeles Navarro Peir, Elena Romero Castell y

    Javier Castao Gonzlez

    Madrid, 2013

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    Universidad Complutense de Madrid

    Facultad de Filologa

    Departamento de Estudios Hebreos y Arameos

    Edicin filolgica de los dilogos renacentistas de la edicin judeoespaolaaljamiada del Sfer bet Yehudde Belgrado, 1859.

    Da. Natalia Muoz MolinaTesis Doctoral dirigida por Da. ngeles Navarro Peir, Da. ElenaRomero Castell y D. Javier Castao Gonzlez.

    Madrid, 2013

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    La Historia es testimonio de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra

    de la vida, anuncio de la antigedadMarco Tulio Cicern, Oratore

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    NDICE GENERAL

    ndice

    Prlogo

    Agradecimientos

    Abreviaturas

    PRESENTACIN

    Objetivos

    Planteamiento inicial

    Problemas metodolgicos

    Contenido del trabajo

    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

    1. El marco literario1.1. Historiografa juda

    1.1.1. Introduccin

    1.1.2. Opiniones de los estudiosos respecto a la falta de produccinhistoriogrfica

    1.1.3. Tipos de crnicas

    1.1.3.1. Crnicas de cadena de la tradicin

    1.1.3.2. Crnicas de expulsin

    1.2. Los dilogos renacentistas

    1.2.1. Introduccin

    1.2.2. El dilogo renacentista

    1.2.3. Aspectos literarios del dilogo

    1.2.3.1. Principios de los parlamentos

    1.2.3.2. El espacio

    1.1.3.2.1. Lugares buclicos

    1.1.3.2.2. Lugares de encuentro y paso

    1.1.3.2.3. Lugares privados

    1.2.3.3. El tiempo1.2.3.4. Personajes

    1.2.3.4.1. Los personajes novelescos

    1.2.3.4.2. Los personajes simblicos

    1.2.3.4.3. Los personajes prototipo

    1.2.3.5. Estructura

    1.2.3.6. Forma del dilogo

    2. El autor y su obra2.1. El autor

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    2.1.1. Noticias sobre los ibn Verga

    2.1.2. La autora

    2.1.3. R. Yehud ibn Verga

    2.1.4. R. elom ibn Verga

    2.1.5. R. Yosef ibn Verga2.2. El Sfer bet Yehud

    2.3. Los dilogos seleccionados

    3. Las ediciones del Sfer bet Yehud

    3.1. Ediciones hebreas

    3.2. Traducciones

    3.2.1. Al latn

    3.2.2. Al yidis3.2.3. Al alemn

    3.2.4. Al judeo-rabe

    3.2.5. Al hngaro

    3.2.6. Al espaol

    3.2.7. Al judeoespaol

    3.3. Ediciones fruto de la moderna investigacin

    3.4. La edicin aljamiada de Salnica 1850

    3.4.1. Aspectos formales

    3.4.2. Ttulo

    3.4.3. Portada

    3.4.4. Contenido y organizacin

    3.4.5. Se basa esta edicin en una anterior desconocida?

    3.5. La edicin aljamiada de Belgrado 1859

    3.5.1. Aspectos formales

    3.5.2. Ttulo

    3.5.3. Portada

    3.5.4. Contenido y organizacin

    4. Fragmentos del bet Yehud insertos en otras obras judeoespaolasaljamiadas

    4.1. Fragmentos del SYen elDH

    4.1.1. Omisiones

    4.1.2. Distinta formulacin

    4.2. Fragmentos del SYen elMH

    4.2.1. Formulaciones ms breves

    4.2.2. Omisiones

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    4.2.3. Distinta formulacin

    4.3. Por qu se incluyeron pasajes del SYen elDHy en elMH?

    5. Comparacin con el texto hebreo

    5.1. Estilo de la traduccin5.1.1. Omisiones

    5.1.2. Ampliaciones o reelaboraciones

    5.1.3. Formulacin diferente o alteracin del orden

    5.1.4. Errores de traduccin

    II.NUESTRA EDICIN

    1. Metodologa

    1.1. Criterios de edicin1.2. Sistema de transcripcin

    1.3. Complementos

    1.3.1. Glosario

    1.3.2. Presentacin de variantes

    1.3.3. ndices

    1.3.4. Bibliografa

    2. El Texto de Belgrado 1859

    2.1. Portada

    2.2. Introduccin del rabino autor

    2.3. Prlogo de la edicin de Belgrado

    2.4.Disputa entre el rey Alfonso y el sabio Toms

    2.5.Nueva acusacin de asesinato ritual en la ciudad de cija

    2.6.Falsa acusacin de asesinato de un nio en Ocaa

    2.7.Nueva acusacin de asesinato en Francia

    2.8.Nuevo caso de pseudo-mesas en Persia y otros relatos

    2.8.1. Conversacin habida entre el Rey Pedro el viejo y el sabioNicols

    2.8.2.Disputa delante del rey Alfonso de Portugal

    2.9.Disputa de Tortosa

    2.10.Dilogo entre el Papa Marco Florentino y Fray Pedro

    2.11. Causas de los padecimientos de los judos

    2.12.El sueo del rey Alfonso

    2.13.Dilogo entre el rey Alfonso de Portugal y Don Yosef

    2.14.Dilogo entre el rey y Don Enrique de Mendoza, el Salvaje

    2.15. Carta de ra Meulam a las comunidades judas

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    2.16.Indicaciones del rey al preceptor de su hijo

    3. Variantes de la edicin de Salnica 1850

    III. COMPLEMENTOSGlosario

    ndice onomstico

    ndice toponmico

    Bibliografa

    CONCLUSIONES

    ABSTRACZUSAMMENFASSUNG

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    IXVII

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    PRLOGO

    Esta tesis doctoral es deudora de varios aspectos que queremos resaltar.

    Por un lado, no hubiera sido posible sin la beca predoctoral I3P concedida por el

    Ministerio de Educacin y Ciencia en el marco del programa I3P durante los aos 2004-

    2008.

    Por otro, se ha enmarcado y contado con el apoyo de los siguientes Proyectos de

    Investigacin:

    - Organismo financiador: DGI (PGC), Programas Nacionales del Plan Nacional de

    Investigacin Cientfica, Desarrollo e Innovacin Tecnolgica 2000-2003 (referencia

    BFF2001-0239). Instituto de ejecucin: Instituto de Filologa (CSIC), Dept. de Estudios

    Hebraicos y Sefardes. Investigador principal: Elena Romero. Ttulo del Proyecto:

    Sefarad siglo XXI: Edicin y Estudio Filolgico de Textos Sefardes. Convocatoria:

    2000-2003 (fecha de inicio 28 dic. 2001; fecha de finalizacin 27 dic. 2004).

    - Organismo financiador: DGI (MEC), Programas Nacionales del Plan Nacional de

    Investigacin Cientfica, Desarrollo e Innovacin Tecnolgica 2005-2007 (referencia

    HUM2005-01747/FILO). Instituto de ejecucin: Instituto de Filologa (CSIC), Dept. de

    Estudios Hebraicos y Sefardes. Investigador principal: Elena Romero. Ttulo delProyecto: Sefarad siglo XXI (2005-2007): Edicin y Estudio Filolgico de Textos

    Sefardes. Convocatoria: 2005-2007 (fecha de inicio: 31 dic. 2005; fecha de

    finalizacin: 30 dic. 2008).

    - Organismo financiador: DGI (MEC), Programas Nacionales del Plan Nacional de

    Investigacin Cientfica, Desarrollo e Innovacin Tecnolgica 2009-2011 (referencia

    FFI2009-10672/FILO). Grupo de Investigacin: Estudios Hispanojudos y Sefardes

    (JuHyS), ILC Investigador principal: Elena Romero y Aitor Garca Moreno. Ttulo del

    Proyecto: Sefarad siglo XXI (2009-2011): Edicin y Estudio Filolgico de Textos

    Sefardes. Convocatoria: 2005-2007 (fecha de inicio: 01 ene. 2010; fecha de

    finalizacin: 31 dic. 2012).

    Finalmente, no hubiera sido posible sin la inestimable ayuda y apoyo de los tres

    directores: Elena Romero, ngeles Navarro y Javier Castao, sin olvidar a Iacob

    Hassn, artfice de este trabajo.

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    En este sentido se quiere sealar, que la Dra. Elena Romero se ha encargado de

    todo el trabajo correspondiente a la edicin del texto, edicin de variantes, del glosario,

    como asimismo de parte de la Introduccin.

    La Dra. ngeles Navarro, directora de la tesis de la Universidad Complutense de

    Madrid, se ha encargado de la Introduccin, de su correccin, de la comparacin con el

    texto hebreo, adems ha estado siempre pendiente cuando se precisaba alguna

    aclaracin.

    El Dr. Javier Castao ha sido de gran ayuda en los aspectos histricos que

    enmarcan el texto original y la tesis aportando valiosos comentarios que han facilitado

    la redaccin final del trabajo.

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    AGRADECIMIENTOS

    No es tarea fcil redactar en unas pocas lneas el apartado de agradecimientos, ya

    que son numerosas las personas familiares, amigos, compaeros-, y lugares, que hanhecho posible que esta tesis vea la luz, y por tanto pueda llegar al final del camino;

    tampoco lo es expresar y resumir todo lo que siento.

    Por tanto esta parte carece de orden, los sentimientos brotan y no guardan ninguna

    clasificacin. Para m sois todos muy importantes y queridos, sabis que os llevo en mis

    pensamientos y en mi corazn. No os ofendis si os veis en algn u otro lugar, no

    intentis establecer un orden donde no lo puede haber. Esta tesis doctoral es mrito de

    todos vosotros y no mo.

    Quiero empezar dando gracias a Dios, por haberme hecho tal como soy, slo l

    conoce las razones, por regalarme esta maravillosa vida, por ayudarme a llegar donde

    estoy, por levantarme cuando he cado en picado, y por dirigir mis pasos a esta tarea.

    Gracias a mis padres por dejarme volar, por apoyar siempre mis sueos, por

    ensearme que la vida est por encima de cualquier cosa; Mam siempre has sido un

    ejemplo de superacin, esfuerzo, siempre incansable y con una sonrisa en la boca. Pap,

    gracias por ensearme a valorar lo que tengo, gracias por tu apoyo incondicional, por

    hacer de tripas corazn cuando no has podido ms.

    A mi hermana Vane, por ser la mayor y abrir el camino.

    A mi hermano Antonio, por ser el pequeo.

    A mis abuelos, Pepe y Angelines, que en paz descansen, por estar siempre

    pendiente de m, por llamar cada da y regalarme tan buenos momentos y consentirme

    tantas cosas.

    A mi abuela Seve, por su sacrificio, por su confianza, por su valenta y por su

    ejemplo para superar las adversidades, por todos tus sabios consejos.Artu siempre cuidas de m, desde donde ests, no sabes la falta que me haces.

    A mis queridas hijas, a Mayn, mi fuente de inspiracin y manantial de vida que

    siempre me arranca una sonrisa y saca lo mejor de m da a da; a mi pequea Yael, te

    fuiste muy pronto para convertirte en un Sternenkind, en un angelito, gracias por las 33

    semanas de ilusin, de fuerza, an sigo sin palabras y con un vaco horrible difcil de

    llenar; a mi querido Frank, sin ti no estara aqu, no habra llegado a ver terminada esta

    tesis, junto con las enanas me das la fuerza diaria para levantarme, para mantener mi

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    sonrisa, por ensearme qu es el AMOR, sois el sentido de mi vida. Frank: Weil Du Du

    bist.

    Tambin quiero dar las gracias a Vabret por ser mi refugio, mi escondite, mi

    fortaleza, gracias por tus robles, por tus castaos y tus fresnos, gracias por toda la paz

    que encuentro all, gracias por hacerme parte de ti, gracias por ser el Reich der Zwei

    terrenal, gracias por tu sencillez y tu belleza, gracias por tu historia. Bernard, gracias por

    formar parte de este mgico lugar, por tu apoyo y complicidad.

    Vado, gracias por tu amor incondicional, gracias por sacarme a pasear cuando la

    casa se me caa encima. Gracias por tu mirada, por tu fidelidad, siempre ests con

    nosotros. Juegas a la pelota otra vez?

    Julie, qu voy a decirte que no sepas, gracias por ser mi pao de lgrimas, juntas

    hemos superado muchas cosas. Gracias por confiar en m y dejarme estar a tu lado enlos momentos ms duros y difciles. Gracias por tu amistad.

    Juan y Loreto, gracias por cuidar del guiri, gracias por quererme y por

    adoptarme. Gracias por hacer de m la ta Nati.

    Felisa, gracias por tus oraciones y por tu apoyo en los momentos ms duros que nos

    ha tocado vivir en el 2012, en tus manos dejamos a Mayn mientras Yael iba al cielo;

    siempre dices que nos debes mucho, pero es al contrario, siempre ests ah.

    Elena, gracias, por dirigir esta tesis, por tu paciencia. Agradezco tambin a Iacob(l) y a Javier el confiarme esta tarea y el tema de esta tesis. Iacob, gracias por

    ensearme a investigar, gracias por tus regainas tan edificantes, gracias por tu

    peculiar sentido del humor. No sabes cunto te echamos de menos. Espero que esta tesis

    no te decepcione, ya que el proyecto inicial y el final no tienen nada que ver. Nunca

    olvidar el da que me echaste de tu clase en la Facultad, ni de tu cara al verme aos

    ms tarde en el Consejo en Medinacelli y decirte que quera hacer la tesis contigo.

    Ana (l), gracias por ensearme tu amor a lo sefard, gracias por animarme a

    volver a casa. Sabes, an sigo preguntndome qu es lo que viste en m, an sigo

    recordando las palabras que me dijiste en tu ltimo viaje a Madrid antes de irte.

    ngeles, gracias por tu direccin y tus consejos, gracias por aceptar ser mi directora

    de tesis en la Facultad. Gracias por apoyar este proyecto.

    Gracias Aitor por darme una nueva oportunidad, por compartir tantos momentos

    Crews, por tus consejos y por tu apoyo.

    Mi estancia en Basilea ha sido una fuente de nuevas experiencias y sensaciones.

    Quiero dar las gracias a todos los que me han ayudado, en especial a Beatrice Schmid,por tu cario, a Rosa Snchez, por toda la complicidad y amistad, por tus nimos. A las

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    Manuelas, por su apoyo y acogida. Y a todas las dems personas que dej all. Espero

    volver pronto con vosotros, tanto para trabajar, como para disfrutar en vuestra

    compaa.

    Mi estancia en Israel, en la Universidad de Bar-Ilan, all encontr a mucha gente

    querida y que me acogi como uno ms. Gracias Shmulik y Revital por vuestro cario,

    gracias Esther por cuidar de m, por ayudarme con el hebreo, gracias Nivi y Yosi por

    incluirme en vuestra familia, qu rica cuchara!! Tambin amenazo con volver a veros.

    Este trabajo es tambin es resultado de un camino acadmico variado, que se inici

    en el Departamento de Estudios Hebreos y Arameos al que me siento muy unida

    gracias a Vero- de la Facultad de Filologa de la Universidad Complutense de Madrid,

    continu en el Departamento de Estudios Semticos de la Facultad de Filosofa y Letras

    de la Universidad de Granada, en donde me licenci. En 2005, el CSIC, me abri suspuertas, gracias a una beca predoctoral, que me permiti llevar a cabo la investigacin

    que desemboca en el presente trabajo. En el CSIC me siento como en casa, gracias por

    dejarme formar parte de este Centro.

    Gracias tambin a todas las personas que quieren permanecer annimas, amigos y

    colegas gracias por estar entre bambalinas, gracias por vuestro apoyo, por vuestra

    comprensin y vuestros consejos, gracias por las correcciones y las sugerencias de

    cambio, espero que no os enfadis por hacer referencia a vuestra presencia, pero hecumplido mi promesa de no revelar vuestros nombres. Gracias a varios compaeros de

    LM por preguntar cada da por este trabajo. Gracias a LM por dejarme sus instalaciones

    en mis tiempos de descanso, de esta manera he podido terminar con este proyecto.

    Y finalmente, por raro que parezca agradecer a todas las personas que no han credo

    en m, que me han puesto tantas trabas para que este trabajo no salga adelante, que han

    hecho lo indecible para hacerme caer en lo ms bajo, por querer destrozar mis ilusiones

    y mis sueos, queriendo cambiar mis prioridades, por alentarme a abandonar el barco,

    no sabis que en lugar de hundirme me habis hecho mucho ms fuerte.

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    ABREVIATURAS

    abrev.: abreviatura

    al.: alemn

    aprt.: apartado

    r.: rabe

    arm.: arameo

    cap.: captulo

    cfr.: confrntese

    constr.: constructo

    DCECH = Corominas, Joan; Pascual, Jos Antonio (1980-1991):Diccionario crtico

    etimolgico castellano e hispnico. 6 vols. Madrid: Gredos.

    desus.: desusado

    DFC = Dubois, Jean; Lagane, Ren; Lerond, Alain (1971):Dictionaire du franais

    classique. Paris: Larousse.

    DH.:Darj haadam

    dimin.: diminutivo

    DME

    = Alonso, Martn (1986):Diccionario medieval espaol. 2 vols. Salamanca:

    Universidad Pontificia.

    DRAE

    = Real Academina Espaola (1992):Diccionario de la lengua espaola. 21

    edicin. Madrid: Espasa Calpe. 22 edicin, edicin electrnica, Versin 0.1. (1970 y

    2001, adems de la versin electrnica) y en ocasiones el CORDE (Corpus Diacrtico

    del Espaol en edicin electrnica).

    EncJud =Encyclopaedia Judaica. Jerusalem: Judaica Multimedia, 1997 [CD-Rom]

    ej(s). ejemplo(s)

    esp.: espaol

    fm.: femenino

    hb.: hebreo

    h(s).: hoja(s)

    inf.: infinitivo

    ing.: ingls

    it.: italianojesp.: judeoespaol

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    ln(s).: lnea(s)

    lit.: literalmente

    m.: masculino

    MH.:Musar Haskel

    ngr.: neogriego

    op. cit.:en la obra citada

    p.: pgina

    pl.: plural

    pp.: pginas

    pt.: portugus

    sc.: serbocroata

    sing.: singular

    s.v.: sub voce

    SY.: bet Yehud

    TB.: Talmud Babl

    tc.: turco

    vid.: vase

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    PRESENTACIN

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    PRESENTACIN

    Objetivos

    Los objetivos generales propuestos para esta tesis son:

    a) elaborar una edicin de texto segn el sistema de transcripcin normalizadaestablecido para las ediciones de la escuela espaola de filologa sefard (CSIC) para

    transmitir al lector, entendido o no en la materia, un texto comprensible y coherente.

    b) hacer un estudio comparativo de la edicin en ladino del Sferebet Yehud con

    el original hebreo y determinacin del grado de fidelidad en la traduccin.

    Planteamiento inicial

    El plan inicialmente propuesto para la tesis doctoral cubra una triple vertiente. Por

    una parte ofrecer una edicin filolgica de la versin del ladino del Sferebet Yehud,

    por otra determinar la recepcin sefard de la obra examinando la edicin en ladino a la

    luz de las latinadas de msterdam, y, finalmente, examinar la calidad de la traduccin

    mediante la comparacin de las versiones sefardes con el original hebreo.

    La edicin y el estudio en ladino se realizaron en tres etapas, no necesariamente

    sucesivas:

    a) localizacin de los materiales bilbiogrficos necesarios: edicin de Salnica 1850y edicin de Belgrado 1859. La copia de la edicin de Salnica proviene del Instituto

    Ben Zvi, gracias a la ayuda prestada por el Dr. Dov Cohen en septiembre de 2004,

    mientras que la edicin impresa en Belgrado est ubicada en la Biblioteca de Estudios

    Sefardes del CSIC. En cuanto a las reproducciones de los ejemplares de las ediciones

    latinadas de msterdam, stas provienen de la Biblioteca Nacional de Madrid y de las

    microfichas de las ediciones en caracteres latinos del bet Yehudde la coleccin de

    Harm den Boer, catedrtico de literatura de la Universidad de Basilea.

    b) transcripcin y anotacin filolgica de la edicin en ladino de Salnica, con

    indicacin de variantes textuales de la edicin de Belgrado; todo ello segn el sistema

    de transcripcin normalizada.

    c) estudio comparativo de la edicin en ladino con el original hebreo y

    determinacin del grado de fidelidad en la traduccin.

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    PRESENTACIN

    13

    Problemas metodolgicos

    Queremos sealar que desde el mes de diciembre de 2005, en el que enferm el Dr.

    D. Iacob Hassn, primer director de esta tesis, hasta su fallecimiento en el mes de abril

    de 2006, estuvimos trabajando sin direccin, si bien en este periodo se continu con latranscripicn del texto de la edicin de Salnica, siguiendo las indicaciones previas del

    Dr. Hassn. En el mes de mayo de 2006, la Dra. Da. Elena Romero, Profesora de

    Investigacin del Departamento de Estudios Hebreos y Sefardes del Instituto de

    Filologa (CSIC), se encarg de la direccin y tutela de nuestro trabajo.

    En estas circunstancias, y a lo largo de las sesiones de trabajo con la Dra. Romero,

    se plantearon varias cuestiones y nuevas hiptesis de trabajo, que nos hicieron

    replantear los planes iniciales de la tesis. De ah que stos se modificaran del siguiente

    modo:

    a) transcripcin y anotacin filolgica de la edicin en ladino de la edicin de

    Belgrado, con indicacin de variantes textuales de la edicin de Salnica, todo ello

    segn el sistema de transcripcin normalizada establecido para las ediciones de la

    escuela espaola de filologa sefard (CSIC).

    b) estudio comparativo de la edicin en ladino con el original hebreo y

    determinacin del grado de fidelidad en la traduccin.

    c) estudio filolgico y literario de los dilogos humansticos.

    d) elaboracin de complementos y conclusiones.

    e) elaboracin de apndices con fragmentos textuales judeoespaoles del Sfer

    bet Yehud descubiertos recientemente en el Darj haadam (Los caminos del

    hombre) de Yosef ben Meir Sasn, el judeoespaol aljamiado, conservados en tres

    ediciones de Salnica 1843, 1848 y 1892.

    Contenido del trabajo

    El presente trabajo es una edicin parcial de los dilogos renacentistas de la versin

    aljamiada judeoespaola del Sfer bet Yehud, Belgrado 1859.

    La tesis consta de cinco partes:

    1) Presentacin, que abarca los objetivos, el planteamiento inicial, los problemas

    metodolgicos y el contenido del trabajo.

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    PRESENTACIN

    14

    2) Estudio Introductorio, en el cual se tratan los aspectos relacionados con la obra

    como el marco literario, el gnero, el autor, las diferentes ediciones y sus traducciones,

    la difusin yla comparacin con el texto hebreo original.

    3) Nuestra Edicin, que recoge la metodologa usada, los criterios de edicin y elsistema de transcripcin; as como el Texto de Belgrado 1859, resultado de la

    transcripcin del texto aljamiado y las variantes del Texto de Salnica 1850.

    4) Complementos, que contienen el glosario, los ndices y una amplia bibliografa.

    5) Conclusiones, que recogen un breve resumen y presentan los resultados

    obtenidos a partir de los objetivos propuestos.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

    15

    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

    1. El marco literario

    A la hora de acercarnos al SY, es necesario tener en cuenta conjunto literario al que

    pertenece.

    En la literatura renacentista peninsular existan dos tendencias contrapuestas: por un

    lado, la idealizacin de la realidad derivada de la lrica italianizante y de la novela de

    caballeras; por otro, el realismo crtico materializado en la prosa de pensamiento, en la

    novela picaresca y la prosa histrica. stas ltimas usan el dilogo como mtodo de

    difusin del humanismo.

    1.1. Historiografa juda

    1.1.1. Introduccin

    Para entender la historiografa juda debemos tener en cuenta la idea de un pueblo

    que ha carecido de tierra propia, alejado de su tierra de procedencia, y sometido a

    diferentes soberanas.

    Los acontecimientos histricos que se narran en la historiografa juda, desde la

    creacin del mundo y hasta que se instaure el reino mesinico, forman parte de la

    Historia teolgica del pueblo elegido de Israel y de su relacin con Dios. De esta

    manera, cada acontecimiento se explicar de un modo teolgico, incluyendo leyendas y

    tradiciones antiguas, a veces inventadas o reelaboradas, ya que lo ms importante es la

    transmisin de la enseanza que emana de esos textos.

    Igualmente, durante la Edad Media se va creando la idea de una existencia tanto

    individual como colectiva del pueblo judo en medio de un ambiente hostil, careciendo

    de tierra propia y de independencia poltica, y en rgimen de inferioridad jurdica enrelacin con los restantes sbditos de la misma nacin1.

    La identidad del pueblo judo se fue forjando a lo largo del tiempo, basada en el

    recuerdo del pasado bblico que prescriba que los israelitas deban mantener vigente la

    1Gaspar Remiro, M. (1920):Los cronistas hispano-judos: discurso ledo ante la Real Academia de

    la Historia en el acto de su recepcin pblica el da 23 de Mayo de 1920. Granada: Tip. de El defensor,

    pp. 30-108. Puede consultarse el texto completo como recurso electrnico en:

    http://www.bibliotecavirtualdeandalucia.es/catalogo/catalogo_imagenes/imagen.cmd?path=1006661&posicion=1.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

    16

    alianza de Abraham con Dios, renovada en el Sina, segn se dice en Deut 22:72:

    Acurdate de los das antiguos. Piensa en los aos de tantas generaciones (oh!, Israel).

    Pregunta a tu padre y te lo dir. Pregunta a tus ancianos y te lo dirn.

    En comparacin con la abundante produccin literaria juda de obras literarias,filosficas, teolgicas y cientficas, resultan exiguos sus escritos de carcter histrico.

    Igualmente y en contraste con sus contemporneos cristianos3 y musulmanes4, se ha

    conservado un nmero reducido de obras historiogrficas judas de poca medieval,

    obras que difieren de las cristianas y musulmanas en caractersticas, mtodo, estilo y

    finalidad, ya que el punto de partida de las mismas es diferente.

    La necesidad y el empeo de los judos de mantener y transmitir los recuerdos y

    tradiciones de su pueblo, desde tiempos bblicos5

    y durante toda la Antigedad clsica,contrasta con la reducida produccin historiogrfica desde la poca de Flavio Josefo 6

    hasta comienzos del siglo XIX, aunque encontremos un renacimiento de la produccin

    de este gnero entre finales del siglo XVy la primera mitad del siglo XVI.

    2Cantera Burgos, F. e Iglesias Gonzlez, M. (1974): Sagrada Biblia. Madrid: Biblioteca de Autores

    Cristianos.

    3Las culturas islmica y cristiana mostraron a lo largo de la Edad Media un especial inters por

    narrar los acontecimientos histricos ms significativos, ya fuera de un reino en general o de un

    determinado lugar en particular, adems de interesarse por la historia universal, generalmente desde la

    creacin del mundo hasta la poca del autor.

    4Nos referimos a los gneros del tarij y del ajbar . El primero de ellos est vinculado a

    intereses propios y polticos, se ocupa de acontecimientos histricos, es la historiografa oficial, que

    abarca desde la creacin del mundo hasta la poca del autor. Por el contrario, el segundo se basa en

    relatos legendarios de temas diversos y generalmente las obras son annimas.

    5Gaspar Remiro, M. (1920): op. cit. p. 3, advierte que una muestra de ello es la abundancia de

    escritos bblicos con un fuerte componente histrico. Como ejemplo pueden servir las obras de carcter

    histrico, cuyos ttulos se basan de forma indirecta en pasajes bblicos: El libro de las batallas del Seor

    [Nm 21:14], el Libro de la rectitud o Sefer hayaar [Jos 10:13, y IISam, 1:18], las Crnicas del rey

    David [I Cr 27:24], elLibro de los hechos de Salomn [IRe 11:41], elLibro de los hechos de los reyes de

    Israel [II Re 1:18], y laHistoria del profeta Iddo [II Cr13:22].

    6 Yosef ben Matityahu (Jerusaln, ca. 37 - Roma, ca. 100), conocido como Flavio Josefo, fue

    historiador romano de origen judo. Escribi la Historia de la guerra de los judos contra los romanos y

    de la ruina de Jerusaln (75-79 d.C) y las Antigedades judaicas. Para ms informacin sobre las obras

    de Flavio Josefo consultar el artculo: Sen, F. (1999): Para una Bibliografa del estudio y ediciones de

    Flavio Josefo en Espaa en Gerin, n 17, Madrid: Servicio de Publicaciones, Universidad Complutense,pp. 361-385.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

    17

    La mayor parte de las ms importantes obras de contenido histrico est vinculada

    con momentos trascendentales para el judasmo europeo medieval como las Cruzadas y

    la Dispora o la Expulsin de los judos de Espaa y Portugal. Estos ltimos

    acontecimientos precisaban una explicacin, de ah que la mayor parte de la literaturahistrica juda fuera redactada por autores hispanohebreos a finales del siglo XVy a lo

    largo de la primera mitad del siglo XVI.

    La expulsin de los judos de Sefarad gener un sentimiento de nostalgia hacia la

    tierra perdida, manifestado en composiciones poticas, que responde a una doble

    motivacin: el orgullo del origen hispano, y el convencimiento de la superioridad

    teolgica y cultural del judasmo sefard sobre el akenaz.

    Los primeros escritos hebreos de carcter propiamente histrico desde los tiemposde Flavio Josefo, se deben a judos exiliados de Espaa y Portugal a fines del siglo XV y

    principios del XVI: elom ibn Verga, Abraham Zacuto, el judeo-portugus emuel

    Usque7, con su obra Conolao as tribulaoes de Israel (Ferrara, 1553), Yosef

    Hakohn8, cuya obra fue el (El valle del llanto), el cretense Eliyahu

    Capsali9, influido por los exiliados espaoles, adems de autores annimos que nos han

    dejado sus obras10. Otros, que no pertenecan a un crculo cultural hispanohebreo pero

    que escribieron obras historiogrficas, son los italianos Gedaliah ben Yosef ibn Yai

    de mola, que en 1586 escribi la obra titulada alelet hacaal (Cadena de la

    Tradicin -1578), que por el uso

    que hace de las fuentes puede ser considerado historiador propiamente renacentista y

    que escribi en 1573 el (Libro de la Luminaria de los ojos). A ellos

    7Ediciones modernas de esta obra: Yerushalmi, Y. H. y de Pina Martins, J. de, (1989): C onolao

    as tribulaoes de Israel, Fundao Calouste Gulbenkian.

    8 Edicin moderna de esta obra: Len Tello, P. (1989): El valle del llanto (Emeq ha-Bakha).

    Crnica hebrea del siglo XV. Barcelona: Riopiedras Ediciones.

    9 Eliyahu Capsali redact en el ao 1523 su obra titulada Seder Eliyahu Zutta (Crnica de la

    expulsin de Eliyahu), una historia del Imperio otomano en la que aparecen interesantes noticias sobre

    las comunidades judas en diferentes lugares, principalmente de Espaa. Vid. las ediciones modernas de:

    Moreno Koch, Y. (2005): El judasmo hispano segn la crnica hebrea de Rab Eliyahu Capsali /

    traduccin y estudio del "Seder Eliyahu Zut" (captulos 40-70), Granada: Universidad de Granada;

    Sultan-Bohbot, S. (1994): Chronique de l'expulsion: Seder Eliahou zouta / Eliahou Capsali; prsentation,

    traduction et annotation par Simone Sultan-Bohbot, Paris: Editions du Cerf.

    10

    Por ejemplo, la crnica hagiogrfica annima Sfer David Hareuben (Libro de David de la Tribude Rubn), redactada entre los aos 1522-1527.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

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    se les aadira el historiador y astrnomo alemn David Ganz (1541-1613), que escribi

    en 1595, en Praga, la obra titulada em David (Descendencia de David), una

    crnica juda desde los tiempos bblicos de Adn hasta el ao 1592, que contiene listas

    de autoridades rabnicas y ttulos de obras (siguiendo a Abraham ben David y aAbraham Zacuto), adems de una historia universal basada en crnicas generales,

    principalmente alemanas11, aunque conoca las crnicas escritas por autores hispanos12.

    1.1.2. Opiniones de los estudiosos respecto a la falta de produccin historiogrfica

    Existen varias opiniones que tratan de explicar esta reducida produccin de escritos

    judos historiogrficos.

    Yosef Hayim Yerushalmi13aduce diversas razones: la primera es que el inters por

    la historia no es el mismo para todos, al igual que la conciencia poltica y la memoria

    histrica; una segunda sera la influencia que tuvo el judasmo talmdico, base

    fundamental de la concepcin juda sobre la vida y la creacin del hombre en esta

    poca. No obstante, esto no sera suficiente para explicar la merma del gnero

    historiogrfico por los judos de la Edad Media, ya que encontramos de nuevo una baja

    produccin historiogrfica en pocas ms tardas y carentes de una clara influencia

    talmdica. Una tercera razn sera la vigencia del modelo histrico bblico, que seguateniendo validez para cualquier acontecimiento presente.

    Para Amos Funkenstein14, la ausencia de obras historiogrficas se debe al carcter

    poltico de stas y al inters de los gobernantes y sus acciones. A lo largo de la Edad

    Media los judos no se consideraban un sujeto histrico, sino un mero objeto hasta la

    llegada del mesas; por este motivo, el mencionado periodo los hechos acaecidos tanto

    comunitarios como individuales no se consideraban dignos de memoria. Funkenstein

    admite la escasa produccin historiogrfica hebrea en poca medieval, mientras niega

    11 Boyer, A. y Hayoun, M-R. (2001): LHistoriographie juive, Que sais-je? Paris: Presses

    Universitaires de France, 2001, pp. 36-40 y 46-53.

    12Yerushalmi, Y. H. (2002):Zajor: la historia juda y la memoria juda, Barcelona: Anthropos, p.

    80 y Moreno Koch, Y. (2005): op. cit. p. 16.

    13Yerushalmi, Y. H. (2002): op. cit. 35-36.

    14

    Funkenstein, A. (1991): Percepciones de la historia juda desde la antigedad hasta el presente(hebreo), Am Oved Publishers, Tel Aviv, pp. 19-25.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

    19

    que los judos carecieran de conciencia histrica, pues encontramos en los comentarios

    haljicos ancdotas e historias referentes al judasmo hispano.

    Hayim Hillel Ben-Sasson15, defiende la existencia de una historiografa hebrea en

    poca medieval, pero distinta en sus planteamientos y diferente a la elaborada porcristianos y musulmanes. Estas diferencias provienen de la propia concepcin teolgica

    de la historiografa hebrea y de la falta de protagonismo poltico de la comunidad juda

    a lo largo de toda la Edad Media.

    RonBarkai16, piensa que la historiografa medieval estuvo ligada a los procesos

    histricos de identidad poltico-geogrfica, es decir, el vnculo existente entre un pueblo

    y su tierra. Debido a ello, la falta de un territorio propio judo sera la causa de la falta

    de inters del judasmo medieval por el gnero historiogrfico.Francisco Cantera Burgos17, con las palabras siempre eterno husped y falto de la

    posesin del sentimiento de Patria, indispensable para el conocimiento de la Historia.

    Dispersos y vejados, entre perpetuos trabajos y persecuciones, circunstancias

    desfavorables y adversas al cultivo de esta disciplina, justifica que la escasa

    produccin historiogrfica hebrea de poca medieval se debe a las peculiaridades de la

    historia del pueblo judo en general y a la dispora en particular.

    Vista la opinin de varios autores, y antes de considerar los tipos de gneros

    historiogrficos en particular, hay que decir que la elaboracin de escritos

    historiogrficos durante la Edad Media se basaba casi exclusivamente en la recopilacin

    de obras anteriores de similares caractersticas. En ocasiones se trata de copias casi

    literales, aunque tambin encontramos referencias explcitas a las fuentes originales,

    mientras que las variantes existentes entre una obra y otra se deben fundamentalmente a

    pequeas correcciones de estilo y modernizaciones o adaptaciones del lenguaje.

    15Ben-Sasson, H. H. (1988): Historia del pueblo judo. 2 vols.: vol.1, Desde los orgenes hasta la

    Edad Media, vol.2, La Edad Media, Madrid: Alianza, D.L.

    16En Moreno Koch, Y. (2005): op. cit. pp. 14-15.

    17

    Cantera Burgos, F. (1927):Chbet Jehuda(La Vara de Jud) de Salomn ben Verga. Traduccinespaola con un estudio preliminar, p. 3.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

    20

    1.1.3. Tipos de crnicas

    Las obras de ndole historiogrfica que se han conservado, se pueden clasificar en

    dos grupos, correspondientes a las dos modalidades histricas a las que hacen

    referencia. Al primero pertenecen las crnicas que tienen por objeto mostrar la cadenade la tradicin y, al segundo, las crnicas que se centran en el relato de las

    persecuciones sufridas por el pueblo judo a lo largo de la historia18.

    Crnicas de cadena de la tradicin

    Hemos de tener en cuenta que la mayor parte de estas obras historiogrficas

    medievales, sobre todo las ms antiguas, pertenecen a un grupo de libros cuya intencin

    es defender y apoyar el judasmo oficial, rabnico, frente a tendencias heterodoxas,

    como el carasmo19. Este tipo de obras quiere conservar la transmisin de la Ley

    mosaica, escrita y oral, de generacin en generacin a travs de los tiempos. En estos

    escritos, que tienen un carcter ms religioso que histrico, podemos encontrar

    referencias a la historia poltica sin que ello sea su propsito.

    Hubo una gran produccin de obras en defensa de la tradicin oral en el siglo VIII

    debido al cismaque se produjo en el judasmo, al iniciarse un movimiento religioso en

    contra del Talmud y la Ley Oral, cuyo propulsor fue Ann ben David20(740-800 a.C.).

    18Cantera Montenegro, E. (2002): La historiografa hispano-hebrea en Espacio, tiempo y forma,

    serie III, H Medieval, n 15, Madrid: UNED, pp. 11-75. Califica al segundo grupo de crnicas como la

    cronstica hebrea lacrimosa, p. 49. Puede consultarse el texto completo en:

    http://e-spacio.uned.es:8080/fedora/get/bibliuned:ETFSerieIII2002/demo:Collection/view.

    19El Judasmo Carata o Carasmo es una secta que rechaza la Ley Oral Rabnica, el Talmud.

    20

    Ann ben David, descendiente de la casa de David y heredero legtimo al gaonato, fue uno de losgrandes conocedores del Talmud. En el ao 760 el exilarca (probablemente Isaac Iskawi) muri, los

    hermanos Anan y Josas fueron los siguientes en el orden de sucesin. Ann el mayor de los dos, tena un

    mayor conocimiento teolgico que su hermano, por lo que era el candidato previsible para el cargo de

    prncipe del exilio. Sin embargo la propuesta fue dada a este ltimo: Josas fue elegido exilarca por los

    Gaonim y por los notables de las principales comunidades judas, esta eleccin fue confirmada por el

    califa de Bagdad. Ann consideraba la nica autoridad a la Tor escrita, rechazando frontalmente el

    Talmud (Min ms Guemar). Anan organiz diversos elementos anti-talmdicos y presion al Califato

    para que estableciera un segundo Exilarcado para aquellos que rechazaban el Talmud. Puede consultarse

    toda la biografa de Ann ben David en: http://www.jewishencyclopedia.com/articles/1460-anan-ben-david.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

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    Todas ellas tenan como objetivo comn legalizar la cadena de transmisin de la

    Ley Oral.

    A lo largo de la Edad Media las crnicas de transmisin de la tradicin (Sfer

    hacaal) y los libros de genealoga (Sfer Yuasn) ocuparon un lugar relevante en laliteratura hebrea.

    Una primera crnica es, el Sfer hacaal(Libro de la tradicin) de Abraham ibn

    Daud21de Toledo, redactada entre 1160-1161, con un marcado carcter anticarata. Se

    trata de la nica crnica escrita en Al-ndalus y una de las ms emblemticas de

    cuantas se redactaron en Sefarad. Dice Abraham ibn Daud22: Este Orden de la

    Tradicin lo escribimos nosotros para ensear a los discpulos que todas las palabras de

    nuestros maestros [] han sidorecibidas por tradicin no interrumpida []. La obrahistoriogrfica de Ibn Daud se completa en el eplogo con dos tratados, el primero

    titulado ijrn dibr Romi (Historia de Roma), y el segundo ijrn dibr malk

    Yisrael bebyit en (Historia de los reyes de Israel durante el Segundo Templo). Ibn

    Daud no se limita en los ltimos captulos a enumerar a los rabinos y notables del

    judasmo, sino que suele componer bosquejos de la vida de los personajes e incluso

    cuenta algunas ancdotas.

    Un segundo grupo de obras son los escritos de emuel ibn ara, que nos detallanque en el ao 1360 el ejrcito de Enrique de Trastmara, tras asesinar a los judos de

    Njera, extendi el ataque a las juderas de vila y de Segovia. En su obra Sfer Mecor

    ayim(Fuente de vida), relata el sufrimiento de las aljamas judas de Castilla entre los

    aos 1366 y 136823. Otro grupo son los escritos de Mo ben Yiac ibn Wacar, cuyo

    tratado de retrica titulado (Dichos placenteros), compuesto a base de

    versculos bblicos, termin el da primero del mes de elul del ao 1340 en Guadalajara,

    y el opsculo Ner Yisrael (Antorcha de Israel), que narra las guerras que asolaron el

    21Abraham- ben David Halevi ibn Daud (1100/10-1180) naci en Crdoba, de dnde proceda su

    familia, y emigr a Toledo. Tambin sabemos que cultiv otros gneros como el de la filosofa. Para ms

    informacin vid. Ferre, L. (1990): Libro de la tradicin: (Sefer ha-Qabbalah) / Abraham Ibn Daud;

    introduccin, traduccin y notas por Lola Ferre. Barcelona: Riopiedras. Sobre la muerte de Abraham ibn

    Daud vid. Cano, M. J. (1992):La vara de Yehudah, Barcelona: Riopiedras ediciones, pp. 27-28.

    22Ferre, L. (1990): op. cit. pp. 30-40.

    23

    Baer, Y. (1998): Historia de los judos en la Espaa cristiana.Barcelona: Riopiedras, p. 431,nt.65.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

    22

    pas y de las penas y aflicciones del judasmo24. Adems perteneceran a este grupo los

    escritos de Yosef ibn Wacar25, que escribi la versin rabe resumida de la Estoria de

    Espaa de Alfonso X el Sabio.

    Una tercera obra, redactada en 1482, sera el Sefer hacaal (Libro de latradicin) de Abraham ben elom de Torrutiel26, en la que el autor narra la historia de

    los judos hispanos a partir del momento en el que lo haba dejado Ibn Daud con el fin

    de completar su obra.

    Otras obras son el captulo 50 del Quiur ejer aic de Rab Yosef ibn aic de

    Arvalo27, el Sder hadorot de n28 y el Sfer Yuasn de Abraham

    Zacuto.

    Crnicas de expulsin

    Un segundo tipo de crnicas son las que relatan de manera detallada las

    persecuciones sufridas por los judos a lo largo de la historia. stas se redactan a raz de

    una persecucin y tienen una doble intencin, por un lado servir de apoyo y consuelo a

    los perseguidos, y por otro ser una justificacin de un supuesto ancestral derecho

    judo a habitar en el lugar donde se haba producido la persecucin.

    La idea que se extrae al leer este tipo de obras es que las persecuciones son

    consecuencia directa de la no observancia de la Ley, de los preceptos dados por Dios.

    Encontramos algunos escritos acerca de las persecuciones sufridas por los judos

    residentes en diferentes localidades alemanas de la cuenca del Rin con ocasin de las

    24Baer, Y. (1998): op. cit. p. 428, nt. 53.

    25Baer, Y. (1998): op. cit. p. 408, sabemos que fue mdico de la corte del rey Enrique II de Castilla,

    y fue enviado en misin diplomtica a Granada.

    26Abraham ben elom de Torrutiel naci en Utiel (Valencia) en 1482, sufri la expulsin siendo

    nio emigr con su familia a Fez. Para ms datos sobre su biografa y su obra ver Cantera Montenegro

    (2002): op. cit. pp. 40-46. Edicin moderna de la obra de Torrutiel ver Moreno Koch, Y. (1992): Dos

    crnicas hispanohebreas del siglo XV, Barcelona: Riopiedras D. L. (La primera crnica es el captulo 50

    del Compendio Memoria del Justode Rab Yosef ben aic, y la segunda, el Libro de la Tradicinde

    Abraham ben elom de Torrutiel).27Edicin moderna de una parte de la obra de Rab Yosef ben adic ver: Moreno Koch, Y. (1992):

    op. cit.

    28

    Edicin moderna de del Valle, C. y Stemberger, G. (1977): El orden de las generaciones/ Saadiaibn Dann, Alcobendas (Madrid): Aben Ezra ediciones.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

    23

    expediciones organizadas para las primeras Cruzadas. Muchos de ellos son annimos,

    persecuciones antijud

    momentos previos a la segunda Cruzada29. Tambin existen otros tratados o libros de

    memoria o de recordacin, donde se anotan el lugar y los nombres de los judos que

    murieron sin renegar de su fe, que se lean en las sinagogas en las oraciones pblicas

    por los difuntos30.

    Constan de unos repertorios de persecuciones sufridas por los judos en diferentes

    lugares. Ejemplo de este tipo de escritos es la crnica titulada Ma'amar Zijrn

    haemadot (Recuerdo de persecuciones) de Profiat Duran de Perpin31, y de la que

    nicamente conocemos algunas referencias indirectas, como las que aparecen en la obra

    Yeu ot mei32(La salvacin de su ungido) (II, 22) escrita por Yiac Abravanel.

    mec habaj (El valle del llanto),

    de Yosef hacohn, y el bet Yehud (La vara de Jud), de elom ibn Verga, que

    estudiaremos en el captulo siguiente con mayor detalle.

    1.2. Los dilogos renacentistas

    1.2.1. Introduccin

    El trmino dilogoproviene de la palabra griega dialogos, que se traduce

    por conversacin.

    29 Encontramos un resumen de las consecuencias que tuvieron las primeras Cruzadas para las

    comunidades judas de Europa occidental y central en el estudio llevado a cabo por Surez Bilbao, F.

    (1996): Los judos y las Cruzadas. Las Consecuencias y su situacin jurdica en Medievalismo, n 6,

    Madrid, pp. 121-146, y ao 7 (1997) pp. 41-75.

    30Cantera Montenegro, E. (2002): op. cit. Remite para este tema al estudio de Neubauer, A. (1887):

    Medieval Jewish Chronicles and Chronological Notes. Oxford.

    31Conocido tambin como Yiac ben Mo Halevi o el Efodi, famoso apologeta hispano-hebreo de

    la segunda mitad del siglo XIV(1350?-1415). Baer, Y. (1998): op. cit. en el captulo IX hay un epgrafe

    dedicado a la figura de este autor, pp. 580-587.

    32 Cantera Burgos, F. (1927): op. cit. p. 5, dice que el es una obra exegtica de

    contenido mesinico; en ella encontramos mrtires judos desde la destruccin del Segundo Templo deJerusaln hasta la poca del autor.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

    24

    Segn el diccionario de la Real Academia Espaola de la lengua33, el dilogo es, en

    su segunda acepcin, una obra literaria, en prosa o en verso, en que se finge una pltica

    o controversia entre dos o ms personajes. En l, los personajes intercambian

    argumentos mediante preguntas y respuestas. De esta manera el gnero dialogado secaracteriza por la argumentacin, sea cual sea su temtica: religiosa, poltica, cientfica,

    filosfica, moral, histrica, etc., imitando la naturalidad de la conversacin.

    Una de las primeras definiciones que tenemos sobre el dilogo en nuestra lengua se

    encuentra en losDilogos de la vida del Soldado(1552) de Nez de Alba:

    Dilogos... conforme al parecer de algunos quiere en espaol decir razonamiento de dos,

    aunque conforme al mo lo que los griegos en su lengua dijeron dilogos es lo mismo que lo que

    los latinos en la suya llamaron colloquium, que en espaol no sabra yo nombre que darle ms

    propio que sabia y buena conversacin34.

    El dilogo, como gnero35, es un texto autnomo, que se muestra como una copia

    de una pltica real, siendo su principal elemento la exposicin de ideas, teoras,

    opiniones y diferentes realidades mediante una argumentacin retrica e interactiva36.

    Sin embargo, no se trata de una imitacin literal, ni tampoco de una mera copia del

    lenguaje hablado, sino de una conversacin pensada y elaborada, en la que el autor ha

    creado un espacio discursivo y argumentativo propio.

    En el Sfer ebet Yehud abundan conversaciones o plticas que se podranidentificar como dilogos renacentistas descritos anteriormente, no solamente por su

    contenido de controversia, sino tambin por su estructura. En este sentido habra que

    tener en cuenta que la obra fue escrita en un momento de transicin entre la Edad Media

    y el Renacimiento. La materia del libro es la narracin de las diversas persecuciones

    sufridas por los judos en diferentes territorios y pocas, que componen el marco en el

    que se desarrollan los dilogos.

    3322 edicin, edicin electrnica, Versin 0.1.

    34Prieto, A. (1986):La prosa espaola del siglo XVI. Madrid: Ctedra, p. 99.

    35Vin Herrero, A. (1988): Fbula y dilogo en el Renacimiento: confluencia de gneros en el

    Coloquio de la mosca y la hormiga de Juan de Jarava, enDicenda: Cuadernos de filologa hispnica, N

    7, Universidad Complutense de Madrid. Madrid, pp. 449-494.

    36Sobre la argumentacin retrica ver lo expuesto en Huizinga, J. (1972):Homo ludens. pp. 46 y ss.,

    128-142 y 174-186, Kushner, E. (1982): Le role structurel du locus amoenus dans les dialogues de la

    Renaissance en CAJEL 34, pp. 39-41, y Guern, M. Le (1981): Sur le genre du dialogue, enLautomnede la Renaissance (1580-1630), Paris: Librairie Philosophique J. Vrin, pp. 141-145.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

    25

    La estructura de dilogo aparece en el captulo 7 del original hebreo, el primero de

    nuestra edicin [6a:21-24]:

    Prec[captulo]377.Vika [conversacin, debate, disputa] hubo entre don Alfonso rey

    de_la Epaa con Tom su sabio, que_le dio el rey:

    de_los

    idis.

    Los dilogos poseen una jerarqua de unidades de diferente rango, siendo el orden

    de las mismas y el mtodo esenciales, desde el inicio de la discusin hasta su

    conclusin38. El dilogo sirve para conocer el pensamiento del autor a travs de las

    palabras de los interlocutores. De esta manera, el dilogo proporciona un anonimato al

    autor, lo que le permite disimular su propia opinin ocultndose, sin pronunciarsedirectamente dando a conocer lo que piensa a travs de los diferentes locutores. El

    dilogo ofrece la posibilidad de hacer un autoanlisis, una crtica y dramatizar un

    conflicto propio. De esta forma, como dice Antonio Prieto39: El autor pareca

    despersonalizarse en unos personajes de cierta representacin objetiva que le concedan

    una relativa autoridad de imparcialidad.

    Para concluir con la definicin de dilogo citaremos lo expuesto por la profesora

    Ana Vin

    40

    :el dilogo escrito y ficticio se concentra frente a la dilatacin, del dilogo oral. El dilogo

    escrito es estilizado, pone en escena una conversacin. Su densidad depende de la narracin, a la

    voz del narrador, al marco narrativo o al interlocutivo. Los dilogos novelescos (sobre todo

    ellos) son inseparables del resto de la obra y de su proyecto. El dilogo ficticio mimetiza, pues,

    el oral, pero es a la vez otra cosa, donde nada se deja al azar, todo est previsto y regulado. []

    Las diferencias entre dilogos ficticios (de novela, de dilogo o de teatro) y dilogos comunes

    nacen de las condiciones particulares del intercambio, donde todo est programado por un autor

    o un narrador y depende estrechamente del gnero literario, de los temas y la intriga

    desarrollados, de los personajes, sus funciones y papeles. A la vez se muestra que la

    conversacin literaria es tambin un modelo de la conversacin comn, que hace visibles y

    37Doy la traduccin entre corchetes de las palabras que no son comprensibles. stas tambin se

    recogen en el glosario.

    38Vin Herrero, A. (2001): Interlocucin y estructura de la argumentacin en el dilogo: algunos

    caminos para una potica del gnero, en Criticn, N 81-82, 2001, Voces ureas. La interlocucin en el

    teatro y en la prosa del Siglo de Oro, Toulousse: Presses Universitaires du Mirail, p. 180.

    39

    Prieto, A. (1986):La prosa espaola del siglo XVI, Madrid: Ctedra, p.10540Vin Herrero, A. (2001): op. cit. p. 147.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

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    legibles, intensifica y sistematiza, ciertos aspectos de formas y funcionamientos de los

    intercambios verbales naturales.

    1.2.2.El dilogo renacentista

    El gnero del dilogo remite a Platn (Repblica41) y a Cicern (De republica42,De

    oratore43, De amicitia44); estas obras son las que se tomarn de modelo para la

    recreacin de un dilogo. Fue en el Renacimiento cuando este gnero alcanz su poca

    dorada, extendindose esta recreacin perfecta entre los autores renacentistas 45.

    Aunque no hay que olvidar la gran influencia y el peso que las disputatio

    medievales46 ejercieron anteriormente, el gnero del dilogo tuvo mucho xito en la

    Pennsula Ibrica en el siglo XVI, ejemplarizados por los coloquios erasmistas

    47

    publicados entre 1520 y 1530.

    Josep Solervicens48 define el dilogo renacentista como un complejo artefacto

    literario que pone en relacin el componente representativo la creacin de personajes,

    el marco dialgico y la trama de ficcin- con el componente argumentativo,

    caracterstico de los discursos oratorios.

    41 Platn (2003): Dilogos 4, Repblica / Platn; introduccin, traduccin y notas por Conrado

    Eggers Lan, Madrid: Editorial Gredos.

    42Cicern (2002): Sobre la Repblica/ M. Tulio Cicern; introduccin, traduccin, apndice y notas

    de lvaro DOrs, Madrid: Editorial Gredos.

    43Cicern (2002): Sobre el orador/ Cicern; introduccin, traduccin y notas de Jos Javier Iso,

    Madrid: Editorial Gredos.

    44 Cicern (2002): La amistad / Marco Tulio Cicern; introduccin, traduccin y notas de Jos

    Guilln Cabaero, Madrid: Trotta.45Gmez, J. (1988):El dilogo en el Renacimiento, Madrid: Ctedra, pp. 101-109.

    46 Sobre las disputatio medievales ver las siguientes obras de referencia: Dovain, G. (2002):

    Medieval forms of argument: disputation and debate. Oregon: Wipf and Stock Publishers; Tucker, G. H.

    (2000): Forms of the Medieval in the Renaissance: A multidisciplinary Exploration of a Cultural

    Continuum, Charlottesville, Virginia: Rookwood Press.

    47 Bataillon, M. (1950): Erasmo y Espaa: Estudios sobre la historia espiritual del siglo XVI;

    traduccin de Antonio Alatorre,Mxico: Fondo de Cultura Econmica, pp. 286-294.

    48

    Solervicens, J. (2005): Ficcin y argumentacin en los dilogos renacentistas de Vives, Despuigy Milln, enDer Renaissancedialog auf der Iberischen Halbinsel, Stuttgart: Franz Steiner Verlag, p. 12.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

    27

    El origen de este gnero est relacionado con las necesidades educativas del

    Humanismo, como mtodo de estudio de la lengua latina. Ms adelante se apartar de la

    mera prctica lingstica para introducir un contenido filosfico, moral y literario49.

    Las funciones esenciales del dilogo son varias:a) configura escenas: presenta conflictos y diferentes situaciones de un modo vivo,

    no as en el relato mediatizado por el narrador, el cual ensea al lector un conjunto de

    verdades slidamente establecidas;

    b) aporta informacin: una conversacin directa proporciona matices que en una

    narracin pasaran desapercibidos. Son los locutores y sus parlamentos los que se

    encargan de trasladar al lector toda la informacin y el mensaje del autor, para crear una

    opinin posterior. El autor utiliza el dilogo para comunicar al lector acontecimientos

    que han tenido lugar antes de que se inicie el relato;

    c) forma parte de la trama del conjunto de la obra: los diferentes parlamentos

    influyen y provocan determinados efectos en la constitucin y articulacin del

    argumento;

    d) define a los personajes: presenta de una forma clara y fcil los aspectos que se

    desean destacar de cada locutor, exhibiendo al personaje como una entidad completa;

    e) sirve de hilo conductor: los personajes cambian en el transcurso del dilogo y lo

    demuestran mediante la serie de parlamentos;f) indica los nudos argumentales: resume la informacin principal, recuerda y

    retoma los puntos a tratar a lo largo de la obra;

    g) reemplaza, representa y complementa la accin: marca el ritmo, establece un

    nivel dramtico, tensiona o relaja al lector y crea todo tipo de emociones, sensaciones y

    matices;

    h) impulsa el relato hacindolo avanzar;

    i) da pistas al lector: advierte, provee y anticipa detalles creando una relacin de

    complicidad con el lector.

    La innovacin que se produce en los dilogos durante el Renacimiento, consiste en

    que el lector recibe las opiniones contrastadas de los interlocutores, las cuales estn

    argumentadas, y l mismo debe sacar una conclusin de la enumeracin de las distintas

    49 Daz Ms, P. (2003): Vida cotidiana y literatura oral en dilogos humansticos para el

    aprendizaje de lenguas vulgares, en Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares (RDTP), LVIII,Cuaderno segundo, Madrid: CSIC, pp. 237-247.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

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    ideas. Se trata de una controversia en la que se debate acerca de dos o ms opciones y

    que conduce a un cierto sincretismo.

    Este es el motor argumental, que le permite intercalar preguntas y respuestas, al

    igual que otro tipo de temas relacionados: religiosos, polticos, cientficos, filosficos,morales, histricos, etc.

    En general, los locutores del dilogo aportan un intercambio discursivo de

    razonamientos, ideas, ancdotas, conceptos, etc. con un propsito final, mientras que el

    autor de los dilogos hace de moderador entre los diferentes personajes implicados 50.

    Cuando se compone un dilogo, el autor del mismo ha pensado y presupuesto cada uno

    de los elementos, adems que implica concebir unos personajes, crear e imaginar un

    marco conversacional y construir una trama de ficcin que d forma y estructura a la

    obra. Cada uno de estos elementos pasa desapercibido, pero en su conjunto son

    esenciales para que la obra cobre sentido51y para que el mensaje que quiere transmitir

    el autor llegue al lector, a travs de los parlamentos de los locutores.

    La relacin que se establece entre ambos -autor (locutor ficticio) y el lector

    (destinatario ficticio)- es la que determinar el tipo de dilogo a utilizar. El primero de

    ellos sera el dilogo pedaggico oheurstico, cuya intencin es la de informar, instruir

    y persuadir. Para lograr este fin se utiliza la tcnica de preguntarespuesta, cuya prctica

    es persuasiva, seductora y cooperadora y ms elaborada52, en la cual los personajesaspiran a dar la mejor respuesta a la pregunta planteada. El segundo sera el dilogo

    polmico oerstico, cuya prctica es violenta y conflictiva; la opinin propia se impone

    y se emplea la tcnica delpro ycontra. Por ltimo, el dilogo dialctico, es aquel en el

    que el autor reparte su opinin entre los personajes, y el mensaje es la suma de todas

    ellas53.

    Se puede decir que este gnero, al pertenecer a la oratoria, permite hacerle creer al

    lector que se habla para l y con l. De esta manera, el autor lo lleva donde quiere, bien

    convencindole con el razonamiento de las diferentes opiniones, o bien obligndole a

    50Vin Herrero, A. (2010): Cooperacin y conflicto en el dilogo renacentista hispnico, en Der

    Dialog im Diskursfeld seiner Zeit, Stuttgart: Franz Steiner Verlag, p. 246.

    51Solervicens, J. (2005): op. cit. p. 28.

    52Vin Herrero, A. (2009): Los paratextos dialgicos y su contribucin a la potica del dilogo en

    los siglos XV a XVII, en Arredondo, M. S.; Civil, P. y Moner, M. (eds.), Paratextos en la literatura

    espaola (siglos XV-XVIII), Collection de la Casa Velzquez (111), Madrid, p. 397.53Vin Herrero, A. (2009): op. cit. p. 425.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

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    reflexionar y a superar las ideas recibidas. El autor plantea un problema y

    posteriormente lo razona y ofrece unos argumentos, suscitando dudas y confrontando

    opiniones, pero al final es el lector al que le corresponde resolverlo.

    Muchas veces, la recopilacin de varias opiniones de autores antiguos sirve paralegitimar y para dar autoridad a los argumentos del autor. Veamos unos ejemplos

    tomados del captulo 7 del SYdonde aparecen Tito, Nicols de Lira, Salustio, Virgilio y

    Cicern.

    [7b:13-17] La segunda coa demenesteroa para guera es fuerza y baragana, y tanbin

    dita coa ya fue topada en los idis, asegn escribi sus enemigo propio Titus 54, que_la

    baragana de_los idis fue muncha y demaiada.

    [7b:31-8a:2] Lacuartena coa demenesteroa para la guera es munchedumbre de ente, y

    topamos que_los idis eran ente muncho, asegn escribi Nicoleo de Lira55que hubo en bet

    Yehud 600mil devayinantes espada, y en resto de ebatim 800mil trabantes arco; y dita suma

    es bastante de muncha lo_que non se topa entre todos los reis.

    [14a:15-21] Y

    [linaje] son; queSeliste56escribi que son de la mipa [familia] de Todianos y Virilio57

    [18b:26-29] siendo el ajam [sabio] Timbio58escribi que 50aos antes que vinieran los

    idis a_la Epaa hubo mauef [epidemia, plaga] grande en los epaoles, a carar que_se

    ceraron las puertas de_las civdades grandes,ubifrat [y en particular] Crdoba, Toleda, Svilla.

    54Se trata del emperador Tito Flavio Sabino Vespasiano (39-81), hijo mayor de Vespasiano, que

    rein entre el 79 y 81 d.C. Tras la revuelta juda del ao 70, asedi Jerusaln durante cinco meses y,

    vencido el asedio, destruy el Templo y arras la ciudad. Comienza entonces la dispora de los judos.55Vid. Baer, Y. (1947): Sfer bet Yehud lera elom n Verga. Jerusalem: Mosad Bialik, p.

    161, Cantera Burgos, F. (1927): op. cit. p. 6, n. 1, Cano, M.J. (1992): op. cit. p. 39, n. 27: Todos ellos dan

    unos datos biogrficos de forma breve. Sabemos que naci en Lyra (Normanda) en 1270 y muri en

    Pars en 1340. Tom el hbito franciscano en Verneuil, estudi Teologa, recibi el ttulo de Doctor en

    Pars y fue nombrado profesor en la Universidad de La Sorbona. Trabaj en la predicacin y en la

    escritura para la conversin de los judos, siendo autor de numerosos trabajos teolgicos y de exgesis.

    56Salustio.

    57

    Virgilio.58Marco Tulio Cicern.

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

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    A veces se aprecia un cierto desorden, slo en apariencia, pero necesario para la

    conversacin; esto se debe a que los dialoguistas se separan intencionadamente del tema

    central para establecer encuentros de opiniones y de intereses a travs de otros temas

    secundarios.En los dilogos se dramatizan los acontecimientos, narrados por uno de los

    personajes que ha sido testigo de ellos. Los dilogos, a diferencia de las obras de ficcin

    que recrean un universo imaginario, imitan la realidad vital de la conversacin. Muchos

    autores presentan el texto escrito como consecuencia de un encuentro acaecido que, por

    su inters, debe ser rememorado59.

    En tales casos, el autor o interlocutor principal queda encargado de poner las

    supuestas conversiones o discusiones por escrito, expresando su voluntad de imitar

    conversaciones reales y presentando sus obras como una mera transcripcin de las

    mismas.

    De ello encontramos varios ejemplos; uno de ellos es Problemas60, escrito por el

    Doctor Francisco Lpez de Villalobos (1543), que lo encabeza como el trasunto de un

    dilogo que pas entre un Grande de este reino de Castilla, estando con el fro de la cuartana, y

    el doctor Villalobos que estaba all con l, en presencia de sus hijos y de la noble juventud de su

    casa. Tambin Bernardino Montaa de Monserrate (1551) explica de la misma manera

    el origen de la ficcin onrica de su coloquio del Sueo del marqus de Mondjar61

    .Fray Juan de Pineda (1589) en susDilogos de agricultura cristiana62, aade que parte

    de estos encuentros estuvieron basados en una conversacin real. Anteriormente, Juan

    de Valds (1535?) hace de la base real de la conversacin un procedimiento literario

    artsticamente elaborado en el Dilogo de la lengua63, al igual que en su Dilogo de

    Doctrina cristiana64donde dice:

    59Vin Herrero, A. (2009): op. cit. p. 410.

    60Lpez de Villalobos, F. (1543):Libro intitulado los problemas de Villalobos, que trata de cuerpos

    naturales y morales, dos dilogos de medicina y el tratado de los tres grandes, una cancin y la comedia

    Anphitrion. Zamora: Juan Picardo.

    61Montaa de Monserrate, B. (1551):Libro de la Anothoma del hombre. En el qual se trata de la

    fabrica y compostura del hombre, [] Valladolid: Sebastin Martnez. Incluye con propia portada, El

    Coloquio del Ilustrisimo Seor don Luys Hurtado de Mendoa, Marques de Mondejar, con el doctor

    Bernardino Montaa de Monserrate acerca del sueo que soo su Seora. [].

    62Pineda, Fray Juan de (1589):Los treinta y cinco dilogos familiares de la agricultura christiana.

    Salamanca: Pedro de Ardua y Diego Lpez.63Valds, J. de (1535?):Dilogo de la lengua. Puede consultarse el texto completo en:

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    31

    [...] acord de escrevirlo todo, segn se me acord en esta breve escriptura, e porque fuera

    cosa prolixa y enojosa repetir muchas vezes, Dixo el Arobispo, y Dixo el cura, y Dixe yo,

    determin de ponerlo de manera que cada uno hable por s.

    Ms tarde, fray Luis de Len (1583) remite a la realidad, en la dedicatoria de De los

    nombres de Cristo65a Don Pedro Portocarrero:

    Pues a este propsito me vinieron a la memoria unos razonamientos que en los aos

    pasados tres amigos mos y de mi Orden, los dos dellos hombres de grandes letras e ingenio,

    tuvieron entre s, por cierta ocasin, acerca de los nombres con que es llamado Jesuchristo en la

    Sagrada Escriptura; los quales me refiri a m poco despus el uno dellos, y yo por su qualidad

    no los quise olvidar.

    Y podramos citar otros como el De re militari66, de Diego de Salazar (1536); el

    Dilogo sobre la necesidad y obligacin y provecho de la oracin

    67

    de fray Juan de laCruz (1555); el Arte potica en romance castellano68 de Miguel Snchez de Lima

    (1580); etc.

    David benMo Alcalay y suhijo Mo ben David Alcalay editores de la versin

    judeoespaola del Sfer bet Yehud, Belgrado 1859, reiteran en su prlogo el deseo

    de elom Ibn Verga de transmitir su idea y reflexionar sobre lo acaecido a travs de los

    dilogos de reyes y sabios, no slo judos, sino tambin del resto de las naciones ([IIa]

    12-21):

    Tambin en dito libro que es auntado de ra elom ben Verga que en l avia

    acontecimientos de_la uderiya en tiera de sus enemigos (Portugal y Espaa y Aragn y Svilla y

    resto de lugares). Y raonamientos que pas entre los melajim [reyes] y los sabios, tanto

    sabios de_la um [nacin] yisraelit como sabios de resto de umot [naciones]non manca de

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    I. ESTUDIO INTRODUCTORIO

    32

    enear en l tanto musar [mora] y tanto drej ere [buen comportamiento] y Yirat

    amyim [temor de Dios], y saber cmo ya se afirmaron en mootros palabras de muestros

    nebim [profetas] ah [que sobre ellos sea la paz], asegn que declarar una chica partida

    beH [con la ayuda de Dios].

    Los dilogos, a menudo, dan un testimonio ms o menos fidedigno de la realidad de

    la poca a travs de alusiones a hechos histricos, como guerras, conflictos religiosos,

    conocimientos cientficos, o cuestiones de sociedad. Otra caracterstica es la mencin

    literaria, que sin duda estaba viva en la oralidad de fines del siglo XVI: en los dilogos

    encontramos insertos cuentos, refranes y dichos divertidos, fundamentales en la

    comunicacin de la lengua de la poca.

    En el SYencontramos un par de refranes en el relato del sueo del rey Alfonso a

    Toms [91a:5-6 y 7-8] (Vid. infra. 2.3.)

    Y dieron ajm Sefarad [sabios deEspaa]: El que es presuroo en amor es presuroo

    en aorecer.

    Estas son palabras de el pilosof: Un honbre que tom un amigo con livianez (presto) lo

    depiedre con livianez.

    Adems, en el captulo 32 de la edicin hebrea, el 5 en la nuestra [47a:33-47b:12]

    (Vid. infra. 2.3.), en el cual se recrea la conversacin habida entre el rey Pedro, el viejo,

    y el sabio Nicols, hallamos la inclusin de una versin del cuento de los tres anillos 69.

    69 El cuento de los tres anillos se incluye en el libro tres del Decameron de Boccaccio (Il

    Decameron, cognominato Prencipe Galeotto,1351). El cuento relata la historia del sultn de Babilonia,

    Saladino, de cmo se arruin por todas las guerras que hizo y del compromiso que quedaba por pagar.Entonces se acord de un prestamista judo llamado Melquisedec de Alejandra. El sultn decidi pedirle

    ayuda, pero quera obtener el dinero por medio de la trampa y el engao. As que mand a buscar al judo

    y sentarlo cerca de su trono en el palacio. El sultn, astuto, creyendo que el judo era estpido, le hizo una

    pregunta para atraparlo. Le pregunt: Cul de las tres religiones es la verdadera? El judo comprendi la

    estrategia del sultn y para no caer en la trampa le dijo, que para contestar la pregunta, l le contara una

    historia: Una vez viva un rey muy rico y poderoso, que amaba muchsimo a su hijo. Entonces este rey

    mand hacer un hermoso anillo para que su hijo fuera su sucesor. As que le entreg el anillo en secreto y

    muri. Su hijo subi al trono y cuando se hizo viejo pens en sus tres hijos, muy buenos, sabios, rectos.

    Ya en su lecho de muerte pens en su sucesor, pero slo tena un anillo y l amaba a sus tres muchachos.As que decidi llamar a un maestro para que hiciera dos anillos ms y que slo ste supiera cul era el

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    Denpus de los 3diyas vino onde el rey y se amostr como si estaba rabioo.

    Le djo el rey:

    Por-qu tus caras demudadas?

    Y dio:

    Seor, que me dehonraron sin ningn pecado. Onde sabr que un veino mo se fue a

    lugar leos y por afalagar a sus 2 3piedras precioas; y agora vinieron onde m

    que les

    vuestro padre non hay, siendo l vo_las dio. Sobre esto me dehonraron.

    Dio el rey:

    Tienes ran, merecen apenados.

    Respondi el idi:

    uno una piedra, qun puede preciar estas piedras afuera de el patrn que las dio, que es el Dio

    de los cielos?

    1.2.3.Aspectos literarios del dilogo

    A la hora de elaborar un dilogo, el nmero de personajes no influye, ya que ste

    vara segn los lmites que impone la propia conversacin. Hay una clara preferencia

    por parte de los autores de elegir la conversacin entre dos interlocutores, que

    representa el esquema ms sencillo; por otra parte tambin encontramos dilogos de tres

    o cuatro personajes, donde uno de ellos desempea un papel central, mientras que los

    dems giran en torno a l.

    En cierto modo, los dilogos de dos interlocutores los sitan en una relacin

    pedaggica, en la que el autor expone su idea y sus conocimientos; otras veces cada

    personaje sostiene una idea y el dilogo resulta ser una confrontacin; y en otras lospersonajes se escuchan y se comprenden, al hacer uno las preguntas mientras que el otro

    contesta.

    original. El viejo rey le entreg a cada hijo un anillo en secreto. Cada uno de ellos pens que tena

    derecho al trono, pero los tres presentaron sus anillos y no se saba cul era el original. El sultn se dio

    cuenta de la sabidura del judo y le dijo la verdad. Le explic su situacin y el judo le prest el dinero.El judo fue cubierto de regalos, muy respetado en el palacio y se hizo amigo del rey.

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    En cuanto al dilogo de tres interlocutores, el tercero suele desempear una funcin

    de rbitro, de conciliador; aunque a veces encontramos que dos de los personajes se

    oponen al tercero, sin que la discusin avance.

    1.2.3.1.Principios de los parlamentos

    Las palabras puestas en boca de cada locutor se justifican por varias razones: la

    intencionalidad es la motivacin que conduce a una frase. Todo lo que dicen nuestros

    personajes proviene de una intencionalidad determinada. Hablan para expresar algo ms

    de lo que dicen y al hacerlo aportan informacin y diferentes matices. Cada una de sus

    palabras est estrechamente ligada a su personalidad, al contexto. Una palabra puede

    producir una variante en el curso de los acontecimientos.

    Laprecisinse refiere a que las palabras han sido cuidadosamente pensadas por el

    autor para cada uno de los locutores. Es decir, cada palabra empleada tiene un

    significado exacto.

    La naturalidad concierne a que los dilogos no resultan forzados, sino que son

    absolutamente crebles.

    Lafluidezes el ritmo propio de cada dilogo, este ritmo est ligado a la situacin

    que se representa en cada momento.

    La coherencia.

    La sugerenciaes que el intercambio de parlamentos entre los interlocutores debe

    plantear una incgnita.

    La verosimilitud es la representacin de un dilogo de un modo claro. Es la

    identidad entre la narracin y el tiempo del discurso, atendiendo de modo simultneo a

    personas, accin, tiempo, lugares, causas, tema y lenguajes. La verosimilitud potica

    hace que la accin no parezca fingida aunque lo sea, y ello implica tambin ajustarse a

    la tradicin y a la auctoritas.La interaccin es la dependencia y el cambio de las palabras dichas por un

    personaje en relacin directa con las del otro.

    Lacontinuidades la progresin narrativa; cada frase es un mensaje enviado por el

    locutor a su interlocutor, siendo la respuesta de este ltimo consecuencia de aqul.

    1.2.3.2.El espacio

    Cada dilogo se enmarca en un decorado espacial, aunque la mayora de las vecesno se especifique dnde. Esta referencia espacial sirve de punto de partida para el

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    desarrollo del dilogo. Cuando no se menciona podemos deducir dnde se encuentran

    los personajes por alusiones o por el comportamiento de stos.

    El lugar donde transcurre la conversacin nos permite ambientar la situacin,

    aumentar el clima de expectativa y prometer un cambio o un suceso especial. Puede sernombrado o no por los locutores.

    Las marcas retricas, tales como el tiempo, el espacio y las circunstancias de la

    conversacin, tienen un papel estructural en la argumentacin. Son coordenadas no

    imprescindibles en los dilogos, pero s muy provechosas desde el punto de vista

    literario cuando estn desarrolladas. Lo ms frecuente es que los autores las introduzcan

    o las desarrollen a medida que los interlocutores conversan y que el dilogo progresa,

    bien en la frmula narrativa, con verbos de habla, o en la dramtica, sin ellos.

    Los escenarios ms habituales, que se proponen como marco para los dilogos, son

    los siguientes: lugares buclicos (jardines, huertas, prados), lugares de encuentro y paso

    (calles, plazas, camino, iglesias, cementerios e infinidad de topnimos) y lugares

    privados (casa, dependencias de las mismas, etc.). A continuacin entraremos en algo

    ms de detalle en cada uno de ellos.

    1.2.3.2.1.Lugares buclicos

    En cierta manera responden a una intencin filosfica: la de celebrar la belleza de

    este mundo creado por Dios y para el hombre, adems de crear un efecto tranquilizador.

    Estos espacios, la mayor parte de las veces, crean el decorado donde se enmarcan los

    dilogos.

    Un ejemplo de este tipo de lugares lo encontramos en el captulo en el cual se narra

    el sueo que tuvo el rey Alfonso [87a:8-11]:

    Toms, con todo, mi corazn est aturbado; por tanto vamos al verel, el grande, y mos

    paseyaremos y mos alegraremos porque pasen de m estos pensamientos y palabras de el sueo.

    1.2.3.2.2. Lugares de encuentro y paso

    Estos espacios suelen ser un alto en el camino, un punto de encuentro, de los cuales

    no hay ejemplos en nuestros dilogos.

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    1.2.3.2.3. Lugares privados

    Estos espacios se corresponden con la casa o con cualquier dependencia de la

    misma, lo que nos permite averiguar el carcter social del personaje.

    En el SY encontramos varios lugares privados, como la casa y una de lashabitaciones de la misma en el captulo 4 de nuestra edicin, relativa a una nueva

    acusacin en Francia [35b:31-33]:

    inters] y toparon al idi que

    saliya de la camareta con el cucho lleno de sangre en su mano.

    Tambin encontramos un palacio y un cortijo en el citado captulo del rey Alfonso

    [90a:30-32]:

    El resto de los idis se fuyeron al palacio de el seor, y el seor non estaba en el palacio y

    Existen ms lugares citados a lo largo de toda la obra, como por ejemplo pozos y

    hornos en el captulo de la falsa acusacin de asesinato a un nio en Ocaa [30b:4]:

    Modo de cantn por caas, por hornos, por poos.

    1.2.3.3. El tiempo

    Atendiendo al marco temporal podemos decir, que ste vara a lo largo de losdilogos, al igual que el decorado. No siempre encontramos alguna mencin al tiempo,

    que cumple la funcin de situar la accin en el marco temporal real o vital del

    personaje, a la vez que puede justificar la falta de conclusin del dilogo.

    Veamos ahora unos ejemplos tomados del SYen los que se hace mencin de aos

    concretos, acontecimientos histricos o precisiones con respecto al reinado de algn

    monarca.

    a) Disputa de Tortosa [56a:19-22]

    Y esta es la copia de la carta que mand el se'[seor] ajam [sabio] a_Bonastruc a

    b) Disputa de Tortosa [63a:29]

    El orn hayit [destruccin del Templo] fue ao de 3828.

    c) Causa de los padecimientos de los judos [75b:33-76a:1]:

    Que por esta gaav [soberbia, arrogancia] aconteci en ao de el ger [expulsin] unpleito grande en noche de Kipur en el bet hakenset [sinagoga].

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    d) Relato del sueo del rey Alfonso [86b:1-2]

    En tiempo de el rey Alponso de_la Epamia, en ao de 3 a su enreinar.

    e) Dilogo entre el rey don Enrique de Mendoza y el Salvaje [96b:32-33]Prec isim vemone [Captulo 68]: Enao de dos a el rey don Anrique.

    f) Nueva acusacin de asesinato ritual en la ciudad de cija [23a:1]

    En ao cuarteno al rey Alfonso.

    1.2.3.4.Personajes

    Los personajes que encontramos en los dilogos deben ser tratados de igual maneraque los interlocutores de los diferentes gneros literarios. stos, a priori, estn de forma

    equitativa, dotados de razn y portadores de ideas. La caracterizacin ideolgica de los

    personajes en los dilogos es muy elevada70 y cada uno de ellos expone su punto de

    vista, su opinin.

    Cada locutor posee un turno de palabra para participar, mientras que la duracin de

    ese turno vara de un locutor a otro. Esto se debe, a veces, a la posicin social o

    jerrquica del mismo, siendo el de mayor rango el que habla en primer lugar y por ms

    tiempo71. Los diferentes interlocutores son necesarios y se complementan entre s para

    poder estructurar el dilogo y hacer progresar el argumento, as como asegurar el

    intercambio de la palabra, conducir el relato y abrir y cerrar las conversaciones. Todos

    se contradicen y todos tienen razn, mientras que es el lector el que debe zanjar la

    cuestin. Los participantes admiten toda variedad de estados y condiciones y por ello

    son escogidos por el autor con esmero y cuidado, ya que cada uno de ellos se

    corresponde con un elemento del dilogo. Los interlocutores son personajes de ficcin,

    aunque lleven nombres identificables con personajes reales, y no confrontan opinionesdiversas sino que complementan desde pticas diversas un nico discurso72.

    Se pueden distinguir varias clases de personajes: los novelescos, cuya realidad es

    ficcional o histrica, los simblicos, los prototipos de un estado o de una condicin

    social y los alegricos y los mitolgicos, que veremos a continuacin.

    70Solervicens, J. (2005): op. cit. p. 29.

    71

    Vin Herrero, A. (2010): op. cit. p. 247.72Solervicens, J. (2005): op. cit. p. 30.

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    1.2.3.4.1. Los personajes novelescos

    Generalmente son casi siempre de sexo masculino. En la mayor parte de los

    dilogos son personajes urbanos; usan el Don y conocemos su profesin, tales como

    mdicos, militares, sabios, etc. Tambin encontramos personajes pertenecientes a larealeza como reyes o prncipes y personajes nobles, como condes o duques. Otros

    personajes son comerciantes, artesanos, sastres, zapateros, etc., adems de aparecer

    personajes eclesisticos, como Papas o sacerdotes. La funcin de estos personajes es la

    de ser portavoz de una temtica concreta, ya que hacen una exposicin completa del

    tema, reflexionan sobre la vida y nos permiten conocer su manera de pensar y de

    razonar.

    En los dilogos del SY, cuya edicin presentamos, se encuentran los siguientes

    personajes: de la realeza el rey Alfonso, el rey Don Pedro, el rey de Francia y el rey

    Manuel; Personajes eclesisticos son el Papa Marco Florentn, Fray Pedro, Jernimo de

    Santa Fe y otros; como sabios aparecen Toms, Nicols de Lira, Abravanel y numerosos

    rabinos.

    1.2.3.4.2. Los personajes simblicos

    Son aquellos que encarnan un punto de vista, una idea, y normalmente el autor los

    identifica y define con un nombre que indica un rasgo caracterstico o un

    comportamiento. As encontramos a Don Enrique de Mendoza, apodado el Salvaje,

    cuyo tipo de personaje es un hbrido, su funcin es representar simblicamente una

    actitud y un comportamiento moral. Son los portavoces de una filosofa.

    1.2.3.4.3. Los personajes prototipo

    Son los que se representan como la encarnacin de un estado o de una condicin

    social y por lo tanto carecen de nombre. Los encontramos como un hombre mayor, un

    joven, un campesino, un rico, un pobre, una criatura, etc. Estos personajes son

    representativos de una situacin y permiten enfrentar puntos de vista diferentes sobre un

    mismo tema desde su propia condicin. En nuestra obra aparecen artesanos, zapateros,

    sastres, nios pequeos, etc.

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    1.2.3.5.Estructura

    Existe un variado repertorio de dilogos: los hay que son una mera sucesin de

    preguntas y respuestas y los que son conversaciones entre dos o ms personajes, entre

    otros.Carolo Sigonio73hace una clasificacin de los dilogos en su obra De dialogo liber,

    escrita en latn y publicada en Venecia en 1562. En ella distingue dos momentos

    principales en el dilogo: la preparatio o kataskeu (preparacin) y el contentio o

    agn (debate). La preparatio tiene lugar al principio del dilogo y su funcin es

    reforzar el debate, adquiriendo el mismo valor que un prlogo. En ella se introducen los

    personajes, el espacio, el tiempo, el motivo y las circunstancias de la pltica. El

    contentio es la contienda, donde se discute, se confirma o refuta, siendo el alma del

    dilogo. El contentiose divide a su vez en dos partes: la prepositio(proposicin) y la

    probatio(demostracin o prueba).

    Hay una constante presente en todos ellos: el anuncio del tema que se va a tratar,

    independientemente de que posteriormente se le aadan otros. Una manera de hacerlo es

    manteniendo una conversacin preliminar, en la que los personajes aluden a un hecho

    concreto; otra es la de presentar al personaje principal preocupado, para que cuando

    aparezca otro le pregunte el motivo de su preocupacin; otras veces se recurre al sueo

    y a veces el autor explica sus intenciones como una argumentacin.

    1.2.3.6.Forma del dilogo

    En las obras con dilogos, el proemio contiene indicaciones tiles para comprender

    la obra, su tema, a los interlocutores, el tiempo, el espacio y las circunstancias en los

    que se desarrolla74.

    En cuanto a la forma, podemos seguir dos clasificaciones; correspondindose la

    primera al esquema propuesto por Asuncin Rallo75, en el cual se diferencian tres tipos

    de dilogo:

    73 Carolus Sigonius (1524-1584), humanista italiano de Mdena, curs medicina y filosofa en

    Bolonia. Estuvo al servicio del Cardenal Marino Grimani en 1545; en 1546 obtiene una ctedra en la

    Universidad de Mdena y posteriormente en Venecia, donde ensea letras en 1552. En 1560 se traslada a

    Padua y all ensea retrica, para finalmente trasladarse a Colonia en 1563. Carolo Sigonio escribi

    grandes obras jurdicas e histricas. Vid. Vin Herrero, A. (2009): op. cit. p. 399. y Gmez, J. (1988): op.

    cit. pp. 43-47, donde expone con detenimiento la estructura del dilogo segn Sigonio.74Vin Herrero, A. (2009): op. cit. p. 397.

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    -Dilogo platnico: en el que hay un equilibrio armnico entre las intervenciones,

    con la consiguiente variedad de perspectivas.

    -Dilogo lucianesco: en el que lo principal, ms que la bsqueda del conocimiento,

    es el desenmascarar la realidad, desnudando la apariencia. Permite el uso de la fantasay de la ficcin.

    - Dilogo aristotlico-ciceroniano: muy cercano al gnero del tratado, ya que no

    hay dialctica, sino que prcticamente consiste en el monlogo de un maestro, de vez en

    cuando interrumpido por las preguntas de uno o varios discpulos.

    La segunda clasificacin es la propuesta por Jacqueline Ferreras76, en la que se

    distingue cinco tipos:

    - Dilogo cerrado: en l no hay ninguna discusin. Es una exposic