Estudio sobre las personas sin techo en Zaragoza [2010] · Estudio sobre las personas sin techo en...

Estudio sobre las personas

sin techo en Zaragoza

[2010]

© CRUZ ROJA ZARAGOZA

DEPARTAMENTO DE INTERVENCIÓN SOCIAL

Edita:

Cruz Roja ZaragozaCalle Sancho y Gil, 850001 Zaragoza

Portada:

Fotografía de Cruz Roja Zaragoza de la noche del 23 de noviembre de 2010.Diseño: Departamento de comunicación e Imagen. Cruz Roja ZaragozaMaquetación e impresión: Imprenta Germinal.2ª Edición corregida y revisada.Depósito Legal: Z-2767-2011

Autor:

Pedro José Cabrera CabreraProfesor del departamento de Sociología y ��

Han colaborado en el estudio:

Albergue Municipal de Zaragoza; Cáritas Diocesana de Zaragoza; Centro de día El Encuentro de la Fundación la Caridad; Hermandad del Refugio; Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl; Parroquia de Nuestra Señora del Carmen; Coordinadora de centros y servicios para personas sin hogar de Zaragoza.

��!��"��#�� colaboración del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad del Gobierno de España.

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Estudio sobre las personas sin techo en Zaragoza [2010]

PrólogoLas personas sin hogar son las grandes olvidadas de la sociedad actual. Y es

uno de los ejemplos más evidentes y palpables de injusticia social. Vivir en la calle no es fácil, y salir de esa situación, sin el apoyo necesario, se convierte en una tarea extremadamente difícil. En Zaragoza, no disponíamos de datos sociológicos objetivos sobre el número de personas sin techo en nuestra ciudad, ni conocíamos los motivos que les han llevado a esta situación, o los recursos con los que cuentan para salir de ella. Son factores que nos parecen muy importantes para plantear so-�� $��$��es necesario conocerlo.

Este es el germen del estudio que les presentamos en estas páginas, primero de ��%��"��#��&��!��"��#��con el apoyo del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, tiene un doble objetivo; por un lado, conocer cuántas personas pernoctan y viven en nuestras calles, y por otro, saber cómo es su vida diaria, cómo han llegado a esta situación, con qué medios cuentan, o qué expectativas tienen para dejar de vivir en la calle. Son datos que consideramos fundamentales para orientar nuestro trabajo y co-nocer si los proyectos que desarrollamos Organizaciones No Gubernamentales, asociaciones, entidades o Instituciones se ajustan a las necesidades reales y al número de las personas sin techo.

Como en cualquier proyecto que desarrolla Cruz Roja Española la participación del voluntariado ha sido fundamental. Hemos contado con la colaboración de 276 voluntarios y voluntarias que realizaron el trabajo de campo para recabar los datos, una noche de noviembre, entre las personas sin hogar que se encontraban en las calles de Zaragoza. También hemos contado con la colaboración del profesor �� #��esos datos, y de las entidades que integran la Coordinadora de Centros y Servicios para Personas Sin Hogar en la ciudad de Zaragoza, que como nosotros trabajan diariamente para mejorar la vida de estas personas. A todos ellos nuestro más pro-fundo agradecimiento y especialmente a las personas que respondieron a nuestros cuestionarios y nos plantearon sus sugerencias.

La Asamblea Provincial de Cruz Roja Española en Zaragoza tiene desde el año 2005 una Unidad Móvil de Emergencia Social (U.M.E.S.) que cada noche, de lunes a viernes, recorre las calles de la ciudad para atender y asesorar a las personas que duermen en nuestras calles. Es un proyecto que se desarrolla en otras mu-chas provincias españolas con un resultado muy satisfactorio. La UMES atiende sus necesidades más básicas, como pueden ser proporcionar prendas de abrigo o bebidas, pero también sirve de puente para facilitar la información existente sobre los recursos sociales disponibles en Zaragoza para conseguir, en último término, su reincorporación a la sociedad. La Unidad cuenta con voluntarios, que según reconocen, cambian su percepción de las personas sin hogar cuando entran en contacto directo con ellas.

Este es uno de los muchos proyectos que desarrollan las ONG y los servicios sociales de las Instituciones con las personas sin hogar en Zaragoza. En el estudio les mostramos la opinión que sobre ellos tienen las personas que viven en la calle. Pero también aparecen, junto a los datos objetivos, sus sueños y expectativas, que son muy parecidos a los de cualquiera de nosotros. Las conclusiones de este estudio sociológico nos pueden llegar a sorprender, ya que llegar a esta situación es más fácil de lo que pensamos.

Juan Luis Laborda Presidente del Comité Provincial

de Cruz Roja Española en Zaragoza

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Índice

Prólogo 3

¿Por qué salir a la calle? 5

Los recursos de atención a personas sin hogar en Zaragoza 8

Los voluntarios 11

La noche 17

Resultados obtenidos 19

¿Cuántas personas sin techo? 19

Distribución por distritos 20

��'��#�*��+/

La encuesta 23

Dormir en la calle 28

Explorando las razones 31

La vida en la calle 37

Devolver la palabra a los protagonistas 40

Evaluación 41

Bibliografía de referencia 43

Anexos 45

Plano de la ciudad de Zaragoza 47

Cuestionario 48

Ficha de inscripción de voluntarios 51

Ficha de evaluación 52

Guía de recursos 55

5


¿Por qué salir a la calle?La noche del 23 de noviembre de 2010 un grupo de 276 voluntarios, salió a la

calle para: intentar localizar a las personas que se encontraban viviendo a la intem-perie en la ciudad de Zaragoza, tomar nota de sus características socio-demográ-��<��$��#��=��$��les ofrece.

La información sobre las personas más excluidas es escasa y difícil de generar. >�� &�@��las organizaciones de la sociedad civil ha sido complicado destinar parte de sus �� $�� #��<��=��%��#��$��*��excluidos. Todo ello resulta especialmente difícil en épocas de crisis como la actual, cuando el crecimiento de las demandas y la pobreza de medios se hacen particu-larmente agudos y desproporcionados.

En este sentido nuestro país avanza con lentitud en la generación de información sobre las personas sin hogar. Sin embargo, como han puesto de relieve todos los expertos europeos en el tema (BUSCH-GEERTSEMA, et al. 2010; EDGAR, W. et al. 2007), resulta prioritario contar con datos homogéneos y comparables, basados ��=��=��#%�� $��-��K��%��$��Q��de personas sin hogar, viviendo en la calle, en los países de la Unión Europea.

Desde hace unos años, la tipología ETHOS1 (ver tabla I) elaborada en el marco del European Observatory on Homelessness que auspicia FEANTSA2 y patrocina la UE3, nos proporciona una aproximación conceptual potente según el nivel de gravedad que presente la exclusión de cada uno de los tres componentes que constituyen un hogar: el dominio físico, el aspecto social o relacional, y el estatu-��#��$��<��<��&��>X��#�� [�� <�� $��presentan las personas sin hogar y la gravedad de la exclusión residencial, tanto a nivel nacional como regional o local.

Ya sea que nos centremos en todos o alguno de los cuatro grandes tramos con-ceptuales (“Sin Techo”, “Sin Vivienda”, “Vivienda Inadecuada” o “Vivienda insegu-ra”,) o en alguna de las 13 categorías operativas en que podemos descomponerlos, ��+\��$��#]��nivel de exclusión socio-habitacional, nos facilitan la obtención de datos cuanti-tativos que ayudan a dimensionar las necesidades insatisfechas y la generación ��<��^��_ �[�� `�$��para el seguimiento del problema y el diseño de políticas y programas de actuación evaluables en base a resultados objetivos.

1. Tipología Europea de Personas sin hogar y exclusión residencial.2. Federación Europea de Asociaciones Nacionales que trabajan con las personas sin hogar3. Unión Europea

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TABLA I

Categoria conceptual Categoria operativa Situacion residencial ��

SIN TECHO

1 Vivienda en un espacio público (a la intemperie) 1.1 Espacio público y exterior Durmiendo en la calle o en espacios públicos,

sin un albergue.

2

Duernen en un refugio nocturno y/o se ven

obligados a pasar varias horas en un espacio

público

2.1 Albergue o refugio nocturnoPersonas sin un lugar habitual dónde residir que hacen uso de albergues o centros de alojamien-

to de muy baja exigencia.

SIN VIVIENDA

3

Personas que viven en albergues y centros para

gente sin hogar / alojamiento temporal

3.1 Albergues y centros de aloja-miento Cuando la estancia es entendida a corto o medio

plazo y de forma temporal, no como lugar de ��&3.2 Alojamiento temporal y de

tránsito

3.3 Alojamiento con apoyo

4 Personas en albergues para mujeres 4.1 Albergues para mujeres (solas o

con hijos)

Mujeres alojadas debido a que han sufrido vio-lencia de género, siempre y cuando se entienda

como residencia temporal.

5Personas en centros de

alojamiento para solicitan-tes de asilo e inmigrantes

5.1 Alojamiento temporal/ Centros de recepción inmigrantes en centros de recepcion o de alo-

jamiento temporal debido a su condición de inmi-grantes /Centros de repatriacion (internamiento).5.2 Alojamiento para trabajadores

temporeros

6

Personas que en un ��despedidas de institucio-nes residenciales o de

internamiento

6.1 Instituciones penales (carcel) Sin vivienda disponible en el momento de la excarcelación.

6.2 Instituciones Sanitarias (hospitales,etc.)

Estancia mayor de la estrictamente necesaria debido a su falta de vivienda.

6.3 Centros de menores Sin vivienda a la que dirigirse al cumplir los 18 años por ejemplo.

7

Personas que reciben alojamiento con apoyo sostenido debido a su

condicion de personas sin hogar

7.1 Residencias para personas sin hogar mayores

Alojamiento con apoyo de larga estancia para personas que han vivido sin hogar.

7.2Vivienda tutelada y con apoyo a largo plazo para personas

anteriormente sin hogar

VIVIENDA INSEGURA

8Personas viviendo en un régimen de tenencia inse-

guro. Sin pagar alquiler

8.1 Viviendo acogidos por familiares Residiendo en un alojamiento convencional pero que no es el habitual, debido a la perdida de su vivienda. Ocupación ilegal o sin ningun tipo de

garantía jurídica para poder residir.

8.2 Sin tenencia legal (Ej. subalquilados)

8.3 Ocupación ilegal

9 Personas viviendo bajo amenaza de desaucio

9.1 En régimen de alquiler Con orden de desahucio, por impago de alquiler.

9.2 Con la vivienda en propiedad A punto de verse expropiados, por impagos de hipotecas.

10

Personas que viven bajo amenazas de violencia por parte de la pareja o de la

familia

10.1 Con denuncias presentadas ante la policia

Cuando ha actuado la policia y/o los centros de intervención rápida para tratar de encontrar un alojamiento seguro y a salvo de Órdenes de

devolución (vivienda en propiedad).

VIVIENDA INADECUADA

11Personas viviendo en

estructuras temporales y no convencionales

11.1 Caravanas y similaresCasa movil/caravana (que no es usada como

vivienda de vacaciones).Alojamiento autoconstruido, chabolas, chozas o

cabañas.

11.2��

ni pensadas para que residan personas

11.3 Estructuras temporales

12 Alojamiento impropio 12.1 ��$��-piado para vivir en él.

Habitáculos impropios para ser usados como vivienda por seres humanos segun la legislación

nacional.Por encima de las normas nacionales de hacim-

namiento.13 Hacinamiento externo 13.1

Muy por encima de los están-dares habituales que marcan el

hacinamiento

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Desde el punto de vista metodológico, sólo hay dos vías para hacerse con información sobre las personas sin hogar: o bien utilizamos datos registrados, o bien se recaban ex profeso me-diante técnicas de encuesta. En el primer caso nos encontra-��w

a. {��Q��$��casos de personas sin hogar existentes en el país, ni a nivel estatal, ni autonómico, ni tampoco en nin-guna de las grandes ciudades.

b. La irregular implantación del SIUSS (Sistema de Información de Usuarios de Servicios Sociales) que promueve el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, y el diseño de la propia base de datos que utiliza, hace muy difícil su utilización para dimensionar la situación de las personas sin hogar y la exclusión residencial.

c. A nivel local es difícil obtener información consis-�� $��#��-cativa de las personas más excluidas necesaria-mente deben moverse y trasladarse de una ciudad a otra en busca de mayores posibilidades de so-��[��&

d. Las entidades sociales y ONG’s que intervienen en el sector (de modo especial las de mayor implanta-�=��!��*��` ��-nes diferentes y recogen la información siguiendo criterios distintos, por lo que difícilmente podrían cruzarse sus datos respectivos.

��$�� nuestro país con la encuesta a personas sin hogar realiza-da por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2005, en base a una muestra representativa de los usuarios de alber-gues y comedores sociales en núcleos de población de más de 20.000 habitantes, así como con la serie de encuestas a centros que atienden a personas sin hogar que se inició en 2003 y se volvió a realizar en 2006, 2008 y 2010 (esta últi-ma pendiente de publicar). Sin embargo, en los trabajos del INE contamos únicamente con la información que emerge de aquella fracción de la población sin hogar que está siendo atendida por las instituciones. No obstante, si aceptamos que no todos se encuentran en esta situación en el momento de la encuesta, hemos de concluir que la única manera de conocer algo más sobre las personas sin hogar que se muestra más reacia a acudir a los albergues y comedores, consiste en salir a buscarles allá donde se encuentran. Eso es lo que hacen habitualmente los equipos de calle o las asociaciones de vo-luntarios que mantienen rutas nocturnas para atender y pres-tar soporte a las personas sin techo. Su trabajo es una fuente valiosísima de información, especialmente en términos cuali-tativos. Pero como es imposible que estos servicios cubran la totalidad de la ciudad en una misma noche, nos encontramos con que los datos cuantitativos que nos proporcionan sobre ��'��#�*��$�� |��[��largo de un período (un mes, un año…), pero no nos permite evaluar el número de personas sin techo existente en un mo-mento determinado.

Por otro lado, salvo en el caso de la encuesta de 2005, el INE no nos facilita información procedente de los propios afectados puesto que se trata de encuestas que recogen la información agregada facilitada por los propios centros so-bre sus usuarios, ni nos aporta otras opiniones o sugerencias que las que dan los encargados de atenderles.

Una tercera vía para obtener información de carácter ge-neral sobre las condiciones de exclusión residencial de la población podrían ser los censos, pero si bien nos propor-cionan una información valiosísima sobre los tramos tercero (vivienda inadecuada) y cuarto (vivienda insegura) de la parri-lla ETHOS, hasta la fecha no han proporcionado información ��Q��*��Q��Q��=��residencial, esto es, las personas que viven en albergues de emergencia por unos días o un tiempo limitado o quienes vi-ven a la intemperie. En el caso de estos últimos, ni siquiera se ha considerado la posibilidad de incluirles en las operaciones censales.

Por todo ello, la única posibilidad que nos queda de cono-cer quiénes y cuántos son los que viven sin techo en un mo-mento determinado, consiste en realizar un rastreo exhaus-tivo de la ciudad en aquellas horas en las que habitualmente quienes disponen de un domicilio se encuentran ya en él. Estos recuentos nocturnos en ciudades se vienen realizando al menos desde comienzos de los 90 en muchas ciudades norteamericanas4 y europeas, como por ejemplo en Londres (DCLG 2006), Dublín (Downey, 2008), Lisboa, etc.

En España se han realizado recuentos nocturnos con me-todología más o menos similar en Madrid, Barcelona, Lérida, y más recientemente en ciudades como Bilbao y Sevilla, lo que nos permite tener algunos elementos para comparar la situación en diferentes lugares. Ahora bien, existen impor-tantes diferencias en cuanto a los protagonistas implicados y los objetivos que persigue el recuento en cada ciudad. Ya que si bien, es cierto que un primer resultado consiste en establecer una buena aproximación al número de personas sin techo existentes en una ciudad en un momento dado, lo �*��$��*��~��su posición, podamos organizar una acción colectiva amplia y ��#��$��=��]�� sensibilizar a la ciudadanía y logre movilizar nuevos recursos e involucrar a los actores esenciales (gestores, políticos, me-dios de comunicación, asociaciones, etc.) en la lucha contra la exclusión residencial y la atención a las personas sin hogar.

Igualmente, es muy importante que la operación de re-cuento vaya acompañada de una encuesta mediante entre-vista personal, para lo cual se precisa la colaboración de un número muy importante de voluntarios dispuestos a salir al encuentro de quien se encuentra en la calle. La idea que subyace es tratar de conseguir que el momento de contactar con las personas sin techo, pueda convertirse no sólo en una ocasión para extraer información, sino en un momento de encuentro interpersonal, por lo tanto, un espacio relacional lleno de posibilidades y útil para ambas partes, para el que pregunta y para el que responde. La operación no sólo de recuento, sino de encuentro y entrevista puede y debe ser enriquecedora para ambos, no sólo en términos humanos

4. A Título de ejemplo véanse: Causineau y Ward (1992); Devine y Wright (1992); Edin (1992); Hopper (1991) y (1992); Martín (1992); Stark (1992)

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sino que puede llegar a ser importante también como soporte para la intervención social. De manera que si alguien durante ��#��de conectar con los servicios sociales, los voluntarios que previamente han sido formados para ello, puedan estar en condiciones de ofrecerles una vía de acceso inmediato a la red de atención.

Esto, que desde un punto de vista académico puede consi-derarse una mezcla abusiva de roles, creemos sin embargo que devuelve un plus de legitimidad moral y política a la tarea que realizan los voluntarios, en la medida en que, sin perder un ápice de rigurosidad en la investigación, abrimos la posi-bilidad de transformar la realidad y devolvemos el protago-nismo a quienes lo han perdido. Más allá de la búsqueda de información fehaciente sobre un problema social gravísimo, con este tipo de investigación colectiva en la que participan casi mil personas, se nos abre una posibilidad única de hacer brotar en una sola noche varios centenares de encuentros ��#��<��$��encuentran, por muy diversas razones, viviendo una expe-riencia de marginación y sin sentido.

Los recursos de atención a Personas sin Hogar en Zaragoza

La red de recursos que trabaja para paliar las necesida-des de la gente sin hogar en la ciudad de Zaragoza se de-nomina Coordinadora de Centros y Servicios para personas Sin Hogar. Está integrada por el Albergue municipal, depen-diente del Ayuntamiento de Zaragoza; Cáritas Diocesana de Zaragoza; la Hermandad del Santo Refugio; la Parroquia del Carmen; las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul; la Fundación La Caridad; Casa Abierta y Cruz Roja Española.

La red tiene como objetivo principal la coordinación interins-titucional para responder a las necesidades de las personas sin hogar, mejorando los programas existentes, ampliando y adaptándolos a la nueva realidad social de forma racional, ��&��de la lucha contra la exclusión extrema consiste en facilitar el acceso a los recursos y en lograr su adherencia a los progra-mas de intervención que se desarrollan en ellos.

El mapa con la distribución territorial de los centros es el siguiente:

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Describiendo con algo más de detalle los recursos existentes a nivel municipal nos encontramos con el siguiente panorama general:

Albergue municipal: Gestionado por el Ayuntamiento de Zaragoza, proporciona información y asesoramiento, así como alojamiento, manutención, servicio de duchas, ropero y lavandería. El régimen de estancia tiene una duración, con carácter ordinario, de seis días cada tres meses. Cuenta con capacidad para setenta plazas aproximadamente.

Además coordina módulos de inserción y familiares, una red de seis viviendas tuteladas, sala de emergencia para per-noctar en época de frío y servicio de comedor para personas no alojadas.

Hermandad del Santo Refugio: Se trata de un pro-grama de acogida, con recursos similares a los del albergue municipal. Proporciona alojamiento, manutención, servicio de duchas, ropero o lavandería además de dispensario médico. Tiene una capacidad de setenta y dos plazas.

Obra social de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen: Cuenta con distintos programas dirigidos a perso-nas sin hogar, como son:

- Comedor y ropero, con una media de ciento cin-cuenta comidas diarias.

- Recursos residenciales: Residencia con doce pla-zas para acogida temporal de hombres en proce-sos de inserción social y siete pisos para familias con escasos o nulos recursos económicos, ade-más de una vivienda para mujeres en riesgo de exclusión social.

- Rehabilitación de alcohol “Alcozara”: Ofrece trata-miento terapéutico en dos niveles: internamiento y centro de día.

Fundación la Caridad: La labor realizada por la Fun-dación con las personas sin hogar se articula a través de su centro de día, “El Encuentro”. Ofrece rehabilitación psicoso-cial para que aquellos afectados por trastornos mentales gra-ves, puedan mejorar su calidad de vida, obtener un adecuado seguimiento de su problemática mental e iniciar un proceso socializador que les permita acceder a recursos normalizados.

Obra Social de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul: Al igual que la parroquia de Nuestra Señora del Carmen dispone de varios recursos complementarios.

- Centro de día “San Vicente de Paul”: Servicio de acogimiento diurno para personas en situación de desamparo social. Tiene capacidad para veinte plazas y se complementa con un servi-cio de comedor de lunes a domingo.

- Comunidad terapéutica “La encina”: ��es atender a personas con problemas de depen-dencia de alcohol y algunas enfermedades menta-les añadidas, que no dispongan de recursos eco-�=��&

- Alojamientos alternativos “Puente”: Proyecto de alojamiento semitutelado para personas solas o <��$��inician o prosiguen un proceso de inserción social. Doce viviendas.

Casa Abierta: Recurso de gestión mixta, en el que el Albergue municipal aporta las instalaciones, la logística y la intervención técnica y la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen el conjunto de voluntarios y el coordinador del re-curso. Es un recurso de baja exigencia para personas sin hogar en situación crónica con procesos de grave deterioro. ��]��&

Cáritas Diocesana de Zaragoza: Cuenta con un proyecto de acompañamiento dividido en dos recursos: El de acogida, establecido como información sobre los recur-sos de la ciudad y orientación y apoyo directo, y el de acom-��K�� *��w� �� recurso residencial, actividad y garantía de ingresos mínimos.

Cruz Roja Española: Dentro del departamento de In-tervención Social el programa de lucha contra la pobreza engloba aquellos proyectos encaminados a paliar la pobreza extrema. Uno de ellos es la Unidad Móvil de Emergencia So-cial (UMES), que desarrolla su intervención con aquellos que durante la noche se hallan en la calle.

Ofrece una atención directa y asistencial, mediando entre ellos y el resto de recursos existentes en Zaragoza, ya sean ��#��%��#��la población. Los contenidos de las prestaciones que se rea-lizan son de dos tipos:

- Encaminados a la cobertura de necesidades bá-sicas, mediante el reparto de mantas y ropa de abrigo, bebidas calientes o preservativos así como información social. Se establecen vínculos para iniciar procesos de relación de ayuda, intervención en crisis personales y coordinación de la red de emergencia sanitaria y policial.

- De mediación, posibilitando el acceso y adherencia de estas personas a recursos públicos de servicios sociales y salud. Esta mediación se complementa con una atención social diurna adicional al trabajo realizado por la noche, orientada al seguimiento de los procesos iniciados de acompañamiento social.

CAFA Centro Asistencial de Ayuda Familiar Agustina de Aragón: Ofrece servicios de duchas y lavandería a bajo precio o de manera gratuita, dependiendo de las necesidades personales.

Por lo tanto, la red cuenta con un total de 165 plazas de alo-jamiento temporal repartidas en cuatro recursos residenciales colectivos, y unas 25 viviendas tuteladas o semituteladas en donde se alojan de forma más estable personas en proceso avanzado de recuperación psicosocial y preferentemente gru-pos familiares.

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Los voluntariosPara realizar el recuento nocturno del 23 de noviembre en Zaragoza, se inscri-

bieron un total de 276 voluntarios. Lo que supone un alto porcentaje de participa-ción teniendo en cuenta el tamaño de la ciudad, desde luego muy por encima de ��$��#�� \��$��]��recuento celebrado en Madrid, y en la línea de lo que supuso la participación del recuento barcelonés en 20085.

TABLA II

Barcelona 2008 Madrid-2010 Zaragoza-2010

Voluntarios 708 457 276Población 1.595.110 3.132.463 696.656

Tasa de participa-ción 0,44 ‰ 0,15 ‰ 0,40 ‰

Aproximadamente un tercio de los voluntarios era varón (36%) y el resto (64%) ��^��#�*��` ��%�� mujeres o en Madrid, donde según los años el porcentaje de mujeres ha oscilado entre el 65 y el 70%.

GRÁFICO I

La edad media fue de 37,21 años, siendo el tramo modal de los veinteañeros la tercera parte de todos los voluntarios participantes. Se trata en suma de una experiencia que convoca particularmente a gente joven, si bien no resulta nada desdeñable la presencia de un 23,3% de voluntarios con cincuenta o más años ^��#�*��`&

5. Las referencias al recuento barcelonés pueden consultarse en CABRERA, RUBIO y BLASCO (2008) Existe una versión electrónica del libro en: ��

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GRÁFICO II

Esto implica que muchos de los voluntarios que salieron a la calle el martes 23 de noviembre eran jóvenes y estudiantes, pero también que muchos otros eran personas adultas y mayores que se encontraban trabajando y que por tanto debían trabajar al día siguiente , tal y como se aprecia en el siguiente6�#�*��$��#��la actividad principal.

GRÁFICO III

También en este aspecto la realidad zaragozana se acerca más a la de Bar-celona que a la de Madrid, donde esencialmente se logra captar a estudiantes. ^��#�*��`&

GRÁFICO IV

�&� ��|��%�� * �� #��$�� #��diferencias de matiz entre unos y otros.

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En este sentido, como es natural, habida cuenta de la edad mayoritaria de los voluntarios participantes, la profesión más citada es la de estudiante: 29 de trabajo social, 3 de psicología, 3 de terapia ocupacional, 4 de diferentes máster, algún estudiante de medicina, 2 de enfermería y ESO, o 4 que dicen estar estudiando diferentes oposiciones. Pero inmediatamente detrás de los estudiantes, les sigue (ver tabla III) un buen número de trabajadores sociales, administrativos, profeso-res, auxiliares de clínica o enfermería, conductores, abogados, etc., al que hay que añadir una valiosísima presencia de personas jubiladas, que por sí solos repre-sentan casi un 7%, o de quienes dicen estar parados en este momento (5%). Con lo que se puede decir que se ha logrado implicar como voluntarios a un mosaico variopinto y diverso que recoge personas de muy diferentes ocupaciones y clases sociales.

TABLA III

PROFESIONES MÁS CITADASEstudiante 38 14,8%Trabajador/a social 19 7,4%Jubilado/a 17 6,6%Parado/a 14 5,4%Administrativo/a 13 5,1%Profesor/a - maestro/a 13 5,1%Auxiliar Clínica, enfermería., psiquiatría 7 2,7%Conductor 5 1,9%Dependienta 5 1,9%Abogado 4 1,6%Funcionario/a 4 1,6%Terapeuta ocupacional 4 1,6%Albañil 3 1,2%Animación sociocultural 3 1,2%Atención a personas mayores 3 1,2%Captador de socios 3 1,2%Enfermera 3 1,2%Limpiadora 3 1,2%Psicóloga 3 1,2%

Casi un cuarenta por ciento dijo disponer de vehículo para poder utilizar durante el recuento, lo que de algún modo implica que estaba dispuesto a utilizar su coche o su moto (un 8% de los casos) para facilitar la realización de la operación de re-cuento y el desplazamiento nocturno de los equipos.

GRÁFICOS V y VI

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En el último recuento celebrado en Madrid, nos encontramos con que algo me-nos de la tercera parte, un 30%, se encontraba colaborando con entidades sociales que trabajan con personas sin hogar, con lo que casi uno de cada tres volunta-rios inscritos, tenía una relación habitual y previa con la problemática social de las ��#��&��"��#��#��alcanzar el 52,5%, lo que implica, en principio, contar con personas más sensibi-lizadas y concienciadas respecto de la problemática y nos vuelve a aproximar al caso barcelonés en donde el 67% del voluntariado captado para el recuento se encontraba implicado previamente como voluntario en alguna entidad social.

GRÁFICO VII

Algo más de una quinta parte (22,4%) de estas personas pertenecientes a algu-na entidad social que interviene sobre el problema, eran trabajadores asalariados y el resto voluntarios (75%) o socios-donantes (3%), a los que de algún modo, la operación de recuento y encuesta les ofreció posibilidad de incorporarse de forma puntual a una acción sobre el terreno y en contacto directo con personas social-mente excluidas.

GRÁFICO VIII

El liderazgo asumido por Cruz Roja en esta operación, encuentra también su ��[��]��$�� ^�� `&�Teniendo en cuenta que existen casos de doble o incluso triple militancia, lo cierto es que el 52% de los voluntarios inscritos citan expresamente a Cruz Roja; el 17% a Cáritas y el 14% es voluntario de la Parroquia (comedor) del Carmen. Estas tres son con diferencia las entidades más aludidas, a las que siguen otras como: Casa Abierta, Centro de Día para personas sin hogar y con enfermedad mental grave “El Encuentro”, Hijas de la Caridad, El Refugio, Zarabene, o Médicos del Mundo, que son citadas por otras personas.

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TABLA IV

ENTIDADES en las que colaboran o trabajan Núm. %

Cruz Roja 72 51,80

Cáritas 24 17,27

Parroquia del Carmen 20 14,39

Casa Abierta 6 4,32

C.R:P. El Encuentro 6 4,32

Hijas de la caridad 6 4,32

Hermandad del Santo Refugio 3 2,16

Asociación Sociocultural Zarabene, plataforma de inmigrantes de Aragón 1 0,72

Médicos del Mundo 1 0,72

TOTAL 139 100,00

Finalmente, en la hoja de inscripción, se pedía a los voluntarios que indicaran cuál había sido la vía por la que les había llegado la información sobre el recuento. @��$�% ��!��=��#��#��que 94 dicen haber tenido conocimiento de la convocatoria a través de Cruz Roja, 30 de Cáritas, 20 se enteraron en la Universidad, 21 por amigos ,15 en su Parro-quia, etc.

Si analizamos las respuestas que facilitaron al inscribirse, 24 personas citan ex-plícitamente al email o correo electrónico que recibieron, sobre todo a través de Cruz Roja, pero también de otras entidades como la Coordinadora Aragonesa de ��#�&�X��/��=��Emergencia Social de Cruz Roja Zaragoza, y de ellos 7 nombran concretamente a Patricia y 2 a Susana, trabajadoras de la UMES, lo que pone de relieve la impor-tancia de la actuación personal. El boca a boca de amigos, ha funcionado al menos en 21 casos, prácticamente los mismos que citan a algún familiar. También ha mos-�� o la captación realizada a través de las parroquias (especialmente la del Carmen). Finalmente, los voluntarios que tuvieron noticia a través del periódico son también un grupo importante (9 citan al Heraldo y 1 al Qué). Todo esto conviene que se tenga presente de cara a sucesivas convocatorias. Si bien es cierto que estamos ��<��=��$��=��-ces (sobre todo cuando actúan sobre audiencias comprometidas y sensibilizadas), nada hay que sustituya al boca a boca y la relación afectiva y personal.

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La nocheUno de los rostros más visibles y más crudos de la exclusión social es el de

las personas que duermen en la calle. Ser una “persona sin hogar” no es una cualidad o una condición, es una situación a la que se llega debido a una serie de circunstancias y es una de las realidades que muestra de manera más evidente la injusticia social.

La Unidad Móvil de Emergencia Social (U.M.E.S.), proyecto que Cruz Roja Za-ragoza lleva a cabo desde el año 2005, es un recurso de acercamiento a las per-sonas que durante la noche duermen en la calle. Este recurso ofrece una atención directa y asistencial a las personas sin hogar e intenta mediar entre ellos y los re-��Q��"��#�� #��%��o a toda la población. Durante estos años la ubicación de las personas sin hogar ��"��#�� $��Q�#��<��unidad móvil. De una clara concentración en la zona centro de la ciudad se ha pa-��*��#��#�*��*��&��% ��realizar una única ruta a tres, que se cubren de nueve de la noche a una de la ma-drugada durante los días laborables, de lunes a viernes. En el proyecto participan tanto personal laboral (conductor y trabajadora social) como personal voluntario. Durante el pasado año cincuenta y siete voluntarios colaboraron de manera desin-teresada, atendiendo a un total de trescientas ochenta y cinco personas.

Cruz Roja forma parte de la Coordinadora de Centros y Servicios para Personas Sin Hogar de Zaragoza y ya en el año 2009 se valoró la necesidad de realizar un análisis de la realidad que permitiera afrontar con garantías los previsibles retos derivados de la actual crisis económica. Pese a que por los datos disponibles no se ha producido el crecimiento previsible era y es necesario contar con soportes de actualización y supervisión de la intervención que se realiza. De esa certeza surgió la idea de realizar un estudio que permitiera llegar a conclusiones objetivas �� <�� K��=��&

Tomando como referencia los recuentos realizados en ciudades como Nueva York, Barcelona o Madrid se decidió seguir la metodología empleada en estas dos últimas, al permitir una investigación social participativa desde el ámbito de las per-sonas sin hogar al contar directamente con sus experiencias. A su vez, el modelo elegido permitía generar sensibilización y conciencia ciudadana, ya que requería de la participación de un número elevado de voluntarios, dispuestos a actuar como sujetos investigadores. Esta metodología consiste en estimar el número de per-sonas sin techo de Zaragoza que, en un instante determinado, no utilizan ningún ��&��% ��=��#��“oculta” o estrictamente “de calle”, manteniendo una breve entrevista con aquellos que lo permitieran en la que se recabara información sobre distintos indicadores (edad, sexo, nivel de empleabilidad, el tiempo que llevan en esa situación…).

Finalmente el estudio se puso en marcha en Junio de 2010, correspondiendo ��=��=��!��"��#�� colaboración de las instituciones de la Coordinadora de Centros y Servicios para ��>�#��"��#��&��=��=��-

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rácter institucional en la que Cruz Roja informó y explicó a los responsables de las entidades participantes el proyecto, solicitando su colaboración técnica. Se programaron cinco reuniones de seguimiento en las que se abordaron diferentes �� =� ��=��-#��<��=��%��|��&�Paralelamente, se encargó al profesor de Sociología de la ��|��duerme en la calle?, Pedro Cabrera, la asesoría en materia de ��=� �<��=��Q��-ción de los datos obtenidos.

Se dividió la ciudad en cuarenta y ocho zonas partiendo de los diecinueve códigos postales existentes. Cada zona contó con un coordinador, con experiencia en intervención con per-sonas sin hogar y un equipo de tres a cuatro voluntarios. Para la elaboración de esas zonas se partió de los datos propor-cionados por la Unidad Móvil de Emergencia Social de Cruz Roja y por el servicio de limpieza viaria, recogida y transpor-te de residuos de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), del Ayuntamiento de Zaragoza, con objeto de ajustar su dimensión a la presencia de personas sin hogar.

Se realizó un llamamiento a la participación voluntaria por parte de Cruz Roja, obteniendo la colaboración de ciento treinta y siete personas de todos los departamentos de la ins-titución. La respuesta del resto de entidades de la coordina-dora y de la sociedad zaragozana permitió alcanzar en poco tiempo la cifra de 276 inscritos.

Una vez cerrado el periodo de inscripción se impartieron ocho acciones formativas y de capacitación para los volun-tarios participantes, además de una más extensa dirigida a los coordinadores de equipo. En éstas últimas se explicó la metodología a emplear y aspectos organizativos, así como los contenidos de las encuestas y cuestionarios.

Finalmente, a las ocho de la tarde del 23 de Noviembre se reunió a voluntarios, técnicos y colaboradores en el salón de actos del Instituto Aragonés de la Juventud para poner en marcha el dispositivo. Media hora antes acudieron los 48 coordinadores de equipos, ubicados en función de la zona de la ciudad que les hubiera correspondido con el listado de voluntarios de su equipo.

A cada participante se le proporcionó una carpeta con:

- Un mapa de la zona a recorrer, que normalmente �� *�� inscripción.

- Hojas informativas sobre los recursos existentes para personas sin hogar, que favoreciera el acer-camiento a aquellos con los que pudieran contac-tar a lo largo del recorrido.

- Fichas de observación que debían rellenar con los datos apreciables a simple vista de las personas sin hogar con las que se encontraran.

- Cuestionarios en distintos idiomas (español, in-glés, francés, rumano y árabe) que servían para conocer en profundidad su realidad.

- Ficha de evaluación.

- ��&�

Los coordinadores contaban con:

- Una carpeta con la zona que les correspondía, las personas estimadas que podían encontrar en ella y los voluntarios que formaban parte de su equipo, ��*�� =� ��=�&

- ��!��_��_��para estar en contacto en todo momento con el Centro Provincial de Coordinación de Cruz Roja.

- Además se utilizaron seis vehículos de Cruz Roja para acercar a algunos equipos a sus zonas o realizar el peinado de determinados sectores, así como abonos de transporte y dos quads que reco-rrieron los parques y zonas verdes.

Tras la acogida por parte del Presidente Provincial de Cruz Roja Zaragoza, Juan Luis Laborda, y un recordatorio sobre cómo se iba a desarrollar la actividad, se procedió a su inicio.

A las nueve de la noche todos los voluntarios salieron hacia su zona correspondiente con un refrigerio facilitado por el Al-bergue Municipal de Zaragoza, estando en contacto perma-nente con el Centro Provincial de Coordinación de Cruz Roja, encargado de la gestión de las incidencias que se pudieran producir y de reorientar la actividad de aquellos equipos que así lo necesitaran.

A partir de las once de la noche, algunos equipos habían terminado y acudieron a la sede de la Institución para com-partir sus experiencias y tomar un café. La noche fue fría, pero las primeras impresiones eran de satisfacción. El am-biente era distendido y, paulatinamente, fueron acudiendo los equipos. El espacio habilitado se llenó, y las preguntas y comparaciones entre unos y otros se sucedieron. Se co-mentaban anécdotas de la noche y los voluntarios se ofrecían para próximos recuentos. A las dos de la madrugada llegaron los últimos y el personal de Cruz Roja se retiró hacia las tres y media. La noche había sido tranquila y no hubo incidencias que destacar.

En las siguientes semanas algunos de los participantes ta-bularon los resultados de los cuestionarios, que han permiti-��=��&

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Resultados obtenidosA la hora de leer los resultados obtenidos durante la noche del 23 de noviembre

de 2010 como resultado del trabajo de campo desarrollado en la calle, conviene tener presente que contamos con dos tipos de datos:

a. Los recogidos mediante observación por los voluntarios.

b. Los facilitados por las propias personas sin techo que estaban despier-tas y aceptaron responder a la encuesta que les ofrecieron. Lógicamente los primeros son más numerosos. En cambio la información y las opi-niones de los segundos, siendo menores en número, son enormemente valiosas porque nos permiten entrar a descifrar la situación de exclusión residencial extrema, tal y como es vivida por los protagonistas y nos la describen en un momento en que no existe ningún tipo de intervención profesional que mediatice la emisión de opiniones o la presentación de �%��#��#]��&

¿Cuántas personas sin techo?

El día 23 de noviembre de 2010, pudieron detectarse 158 personas viviendo �� "��#��&��]��#��$��sean todos, pero sí que había, al menos, 158 personas sin techo, en la calle, duran-te la noche de referencia.

Esto nos sitúa en una tasa de 0,23 personas sin techo por mil habitantes, algo por encima de los resultados hallados en Madrid (0,19) durante el último recuento y por debajo de los de Barcelona (0,4). Pensemos que estas cifras, encierran el resul-��$��#%��^��=�aquella noche), el número y la preparación de los voluntarios, las características urbanas de cada ciudad, etc. Sin embargo, parece evidente que estamos ante un fenómeno que se presenta de forma constante en las grandes ciudades y supone que entre 2 y 4 personas por cada 10.000 habitantes no encuentran donde dormir dignamente esa noche.

TABLA V

Barcelona-2008 Madrid-2010 Zaragoza-2010Personas sin techo detectadas 634 596 158PST/mil habitantes 0,40 ‰ 0,19 ‰ 0,23 ‰

Esa misma noche, había 63 personas alojadas en el Albergue Municipal (8 muje-res y 55 varones) a los que habría que sumar otros 14 adultos (de ellos, 9 mujeres) y 20 menores que se alojaban en los módulos.

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En El Refugio pernoctaron 54. A los que habría que sumar 29 adultos en la pa-rroquia del Carmen, 11 en Casa Abierta y otros 11 en los alojamientos alternativos “Puente” de las Hijas de la Caridad. En total 182 personas adultas. Un número que no es excesivamente superior al de personas que nos encontramos en la calle (158). Con lo que digamos que, por cada persona albergada en alojamiento de emergencia, hay casi otra que se encuentra durmiendo al raso en Zaragoza.

��=��$��<��la calle y quienes esa noche se alojaron en centros, se procuró pasar la encuesta a las personas alojadas, de hecho contamos con 45 entrevistas realizadas a los alojados en la Hermandad del Refugio, pero lamentablemente en el Albergue Mu-nicipal no se pudo obtener una representación exhaustiva porque cuando llegaron los encuestadores, la mayoría de las personas se habían retirado ya a dormir, por lo que disponemos sólo de 15 entrevistas. En total, 60 respuestas procedentes de las 120 personas alojadas esa noche en ambos centros. La mitad del total, pero con un fuerte sesgo a favor del Refugio por lo que las comparaciones habrán de tomarse con muchas precauciones.

Distribución por distritos

Como suele ocurrir en otros lugares, las personas sin techo no se distribuyen uniformemente por el espacio urbano, sino que hay una especial preferencia por los centros históricos y en general por los barrios en los que hay más posibilida-des de sobrevivir, debido a la mayor circulación de personas, la presencia de más medidas y fuerzas de seguridad que minimizan el riesgo de dormir en la calle, o la ��Q��^��#�*��`&

GRÁFICO IX

Pero probablemente más que esta distribución por distritos según el código pos-tal, resulte útil visualizar la distribución de las personas sin techo en un plano (ver anexo página 47), donde se indica en cifras rojas, el número de personas detecta-das en cada distrito postal de la ciudad.

En el casco antiguo, en los distritos 50001, 50002, 50003 y 50004, que incluyen el centro histórico, los alrededores de la plaza del Pilar y el barrio de San Pablo se localizaron hasta 90 personas. Le sigue inmediatamente el barrio de Delicias, con ��#��=��#��más de 20 personas. Y en el entorno de la Gran Vía y la calle Cortes de Aragón encontramos otras 9 personas. El mismo número que se localizó en toda la margen izquierda del Ebro

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��

Ateniéndonos a los datos recogidos mediante observación, el 89% de las perso-nas sin techo en Zaragoza es varón, mientras que un 5% es mujer, el 6% restante estaba durmiendo de tal forma que resultaba imposible determinar si se trataba de ��=��&�� #��de mujeres viviendo en la calle en Zaragoza si lo comparamos con Barcelona don-de nos encontramos con un 10,5% de mujeres y bastantes menos que en Madrid puesto que en el último recuento madrileño se contabilizaron hasta un 14% de mujeres entre la población literalmente sin techo.

GRÁFICO X

Este bajo porcentaje de mujeres viviendo sin techo, se explica en parte por la mayor facilidad con la que acceden a los recursos de alojamiento de emergencia, donde esa noche se encontraban pernoctando un 21,4% de mujeres (Ver tabla VI.). No sólo eso, sino que las mujeres, acceden con mucha mayor probabilidad al alo-jamiento en viviendas, pisos o módulos especiales, entre otras cosas porque con mucha más frecuencia están acompañadas de menores.

TABLA VI

Personas alojadas en centros durante la noche del recuento

Varones Mujeres % MujeresAlbergue 55 8 12,7Albergue Módulos 5 9 64,3Refugio 50 4 7,4El Carmen 17 12 41,4Casa Abierta 11 0 0,0Hijas de la Caridad 5 6 54,5Total (N=182) 143 39 21,4

Mucho mayor es la similitud si nos referimos a la edad, puesto que en Zaragoza la edad media estimada por los observadores está en 41,98 años, muy parecida a los 41 que arrojaba el recuento de Barcelona o los 42-43 que hemos ido encontran-do en los recuentos madrileños7.

7. La media de edad que arroja la población alojada entrevistada es casi tres años más alta: 44,74.

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GRÁFICO XI

��Q��%��=� ��%��$��$��[��<��en que se presentan las personas sin techo de cara al exterior. El resumen de las ��<��[��#�*��$��#��&

La mayoría (68%) de las personas sin techo, se disponía a pasar la noche o dormía en grupo. Y en el estereotipo dominante, sólo una minoría, que sin duda representa un porcentaje importante, presenta la ropa sucia o muy sucia (31%), denota problemas de higiene (26%), o presenta mal aspecto físico (22%). Lo más habitual es que vayan cargando sus pertenencias en bolsas o bultos (77%). Y de todos los problemas con los que de forma arquetípica se suele relacionar el vivir sin techo, sólo el alcoholismo (34%) se hace visible de forma importante, mientras que la enfermedad mental (4%), a la drogadicción (5%), al menos en una primera observación presentan una incidencia mucho menor.

Por último, aunque minoritaria, es muy digna de ser tenida en cuenta la presencia ��#��<%��^��` ��en algunos centros. Del mismo modo, puede constituir un problema para el acceso a la oferta de alojamiento de emergencia el ir acompañado de mascotas (1,3%), perros, etc.

GRÁFICO XII

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��#��#�*�� $��%��Q��#��Q��%��$��a una persona con o sin techo, nos encontramos con que a simple vista, la po-blación que duerme sin techo en las calles de Zaragoza, “mantiene el tipo” mejor que las de Madrid o Barcelona, están más acompañados, mantiene la ropa limpia, muestran más higiene personal y muestran, en menor medida, aspecto de tener problemas de salud mental o de drogadicción. El único vector que revela porcen-tajes más altos es el referido al alcoholismo que parece algo más extendido en Zaragoza que en las otras dos ciudades. Dicho sea todo ello, sobre la base general ��$��Q�� -��#�*��&

GRÁFICO XIII

OBSERVACIONES DE LOS VOLUNTARIOS SOBRE LOS SIGNOS

EXTERNOS QUE MUESTRAN LAS PERSONAS SIN TECHO

EN DIFERENTES CIUDADES

La encuesta

Las dos terceras partes de las personas estaban despiertas en el momento de ��$��^��#�*��`&

GRÁFICO XIV

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��#��$��~�=��<��-trevista mediante cuestionario a 107 personas sin techo, de las cuales aceptaron participar 60. Lo que supone una tasa de participación que ronda el 56%. Algo mayor que la obtenida en Barcelona (49%) y prácticamente idéntica a la alcanzada en Madrid este año (57%). Esta tasa es bastante superior a la que se obtiene en cualquier encuesta callejera realizada a la población general, lo que vuelve a de-mostrar la falsedad del prejuicio que considera esquivos, huidizos o inalcanzables a quienes se encuentran sin hogar, y renuncia a aplicar los métodos de indagación habitualmente utilizados con el resto de la población.

GRÁFICO XV

Las respuestas obtenidas a la pregunta sobre la edad, corrigen ligeramente al alza la estimación de los observadores que la habían situado en 42 años, mientras que las personas encuestadas presentan una media de casi cuarenta y cinco años ^��#�*��`&��#��-lativamente importante (13%) de personas muy mayores, con sesenta y tres años o más. En total, nueve personas con más de sesenta años, respondieron a la encues-ta, todos ellos españoles, cinco en concreto de Zaragoza, además de un turolense, un soriano, un asturiano y un castellano.

GRÁFICO XVI

El estado civil o situación de convivencia presenta rasgos similares a los encon-trados en otras ciudades, con una mayoría de solteros (43%), seguido de un grupo ��#��^/��`��^/��`8.

8. Insistiendo nuevamente en las precauciones con que han de ser tomadas las comparaciones con la muestra de alojados, se constata un ligero aumento en el nivel de aislamiento familiar entre estos últimos: los solteros son el 54,2%, los divorciados el 18,6%, los separados el 6,8% y los casados el 18,6%.

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GRÁFICO XVII

�� ]��que no se haya dado ningún caso en Zaragoza que, más allá de cuál sea su situa-�=��#�� &��]��de casos y la escasísima presencia de mujeres sin techo, podría ayudar a explicar ��&��$�� &

GRÁFICO XVIII

Del mismo modo, se constata que una gran parte de las personas que viven en la exclusión residencial más extrema es extranjera. En nuestro caso, roza el 64%. Un porcentaje muy similar al encontrado en Barcelona, dónde los extranjeros re-presentaban el 62,2%. Mientras que en febrero de 2010, hallábamos un 52% de extranjeros entre la gente sin techo de Madrid; aunque el año anterior la proporción era del 59%9.

9. En este punto la diferencia con los alojados es muy grande puesto que entre los 60 encuestados, los españoles representan el 73,3%.

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GRÁFICO XIX

En este punto la diferencia con los alojados es muy grande puesto que entre los 60 encuestados, los españoles representan el 73,3%. Pero como la muestra conseguida tiene una importante falta de representatividad sobre los alojados en el albergue municipal, hemos conseguido los datos sobre nacionalidad de la totalidad de personas alojadas en los dos grandes centros (o albergues) de alojamiento tem-poral. Esa noche había 13 extranjeros entre los 54 alojados en el Refugio; 36 entre los 77 alojados en el Albergue Municipal; 21 entre los 29 de El Carmen y 8 entre los 11 de los pisos puente, sumadas estas cifras nos encontramos con 77 extranjeros, lo que representa el 42% del total.

Como puede apreciarse en la siguiente tabla, los porcentajes según nacionalidad casi se invierten. Acceden a los centros, sobre todo, españoles; se quedan en la calle, sobre todo, extranjeros.

TABLA VII“¿Cuál es su nacionalidad?”

CALLE CENTROSEspañoles 36 % 58 %

Extranjeros 64 % 42 %

En cualquier caso, parece evidente que la exclusión más destituida y abando-nada, hoy por hoy está constituida por los inmigrantes procedentes de países del tercer mundo. Lo que plantea enormes retos, tanto desde el punto de vista de la intervención, como de la sensibilización social.

En concreto, las nacionalidades de las treinta y siete personas extranjeras que respondieron nuestra encuesta son las que se muestran en la tabla siguiente. Ru-manos y marroquíes se sitúan a gran distancia de los demás, entre los que predo-minan los inmigrantes procedentes de la Europa del Este.

TABLA VIIIOtra nacionalidad N %

Rumana 12 32,4%Marroquí 11 29,7%Portuguesa 4 10,8%Polaca 2 5,4%Senegalesa 2 5,4%

Búlgara 2 5,4%

Alemana 1 2,7%

Argelina 1 2,7%Moldava 1 2,7%

Tunecina 1 2,7%

TOTAL 37 100,0%

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Aunque el pequeño número de casos, no nos permite hacer grandes excesos in-terpretativos, sí se pueden considerar algunas diferencias por razón de la naciona-lidad. Y así por ejemplo, vemos cómo los extranjeros, mantienen en mayor medida los vínculos con la familia de destino, mientras que la soledad y el aislamiento de ��K�� [�� ^��#�*��`&�� hallada en otros lugares: mientras que entre los nacionales pesa más el efecto de las rupturas afectivas con la familia, en el caso de los extranjeros la situación tiene ��=��<��*��%��#��#�*��$��&

GRÁFICO XX

Estado civil según nacionalidad

��$��{�� =��educativo, donde los que apenas cuentan con estudios primarios superan el 60%.

GRÁFICO XXI

Este bajo nivel educativo sólo queda compensado con el mayor bagaje formativo de los extranjeros, ya que algunos tienen estudios universitarios (18%).

GRÁFICO XXII

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Dormir en la calle

Durante el rastreo nocturno, las personas fueron localizadas en la calle (37%), en el interior de un cajero automático (34%) o bajo algún tipo de estructura, como túneles, estaciones, puentes, etcétera (22%). El resto de ubicaciones fueron espo-�*��&��=��&

GRÁFICO XXIII

Dos terceras partes de las personas sin techo, estaban en pareja o en grupo cuando fueron detectadas por los voluntarios, destacando la presencia de un grupo muy numeroso, de más de veinte personas bajo el puente del Camino de las Torres, tras las piscinas del centro deportivo Alberto Maestro. Esto hace que la media de ��#��#�� $��personas registradas se encontraban en ese asentamiento. En los cubículos de la estación de Delicias se detectó un grupo formado por nueve o diez personas, y otros grupos relativamente numerosos de cuatro o cinco personas sin techo se encontraron en la Plaza José María Forqué, en el Paseo Pamplona esquina con Almagro, en la Romareda y en la calle Reino junto a la Aljafería, bajo un kiosco.

GRÁFICO XXIV

Cuando les preguntamos dónde iban a pasar la noche, la mayoría respondió que en un cajero automático (38%) o directamente en la calle (38%). A mucha mayor distancia nos encontramos también con referencias a parques (7%), infraestructu-��^��` ��&��que dijeron que iban a pernoctar en una habitación esa noche, llevaban en la calle más de cinco años.

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GRÁFICO XXV

Como hemos constatado en otros recuentos, antes de llegar a la calle, las perso-nas sin hogar tratan de agotar todas las posibilidades que encuentran a su alcance, de manera que pasan a compartir un piso con familiares, o conocidos, pasan por ��=� ��#��=� ��-perie. Esta peripecia puede ser diferente y tener idas y vueltas, pero en todo caso ��[��*��<��$��#��Q�� [��#�*��#��&

El pequeño número de casos no ha hecho posible la aparición de respuestas referidas a la cárcel que en Madrid representaba hasta un 2,3% del total. De hecho, cuando posteriormente se pregunta por los motivos que les han llevado a vivir en la calle, hay tres personas que hacen mención a su paso por la cárcel, lo que supon-dría el 5,4% de cuantos responden a la entrevista. Pensemos que en una encuesta reciente que hemos realizado entre la población encarcelada en España (ver Galle-#��&�+�/�` ��=��o en un albergue para personas sin hogar antes de su ingreso en prisión . Lo más terrible era constatar que a la pregunta de dónde iban a vivir cuando salieran, el porcentaje de los que se confesaban sin techo tras su paso por la cárcel se eleva-ba hasta el 10%. Si tenemos en cuenta que en la actualidad hay cerca de 77.000 personas presas, ese 10% convierte al sistema penitenciario en la mayor institución de albergue a personas sin techo del país con cerca de 7.700 personas “acogidas”.

GRÁFICO XXVI

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��$�� #��-��$�� [�� "��#�� -��K��^��#�*��`&��*��]��<��quienes dicen haber pasado por algún albergue, lo que se traduce en una mayor capacidad de captación de población sin hogar por este tipo de servicios en Zara-goza, o ¿quizás pueda tratarse de una mayor rotación en el paso por los albergues, debido al funcionamiento más acelerado del sistema de puerta giratoria? Este as-pecto merecería ser profundizado en el futuro.

GRÁFICO XXVII

“¿En qué sitio residía antes de llegar a la calle?”

Por último, y con las salvedades que ya hemos venido diciendo respecto de la ��#�� $��-dencial de quienes fueron entrevistados en los centros y en la calle, es práctica-mente igual. Se puede decir por tanto que estamos ante poblaciones idénticas en términos de exclusión residencial. Pensemos que más adelante, un 45% de las personas encuestadas en los centros declararán haber dormido alguna noche de la semana en curso en la misma calle.

TABLA IX

“¿En qué sitio residía antes de llegar a la calle?”

Residencia anterior CENTROS CALLE

En mi casa 39,3% 35,4%

Habitación, piso compartido 16,4% 16,7%

En un albergue u otra Institución 13,1% 12,5%

En casa de unos familiares 11,5% 12,5%

En una pensión o similar 8,2% 6,3%

En casa de unos amigos 6,6% 8,3%

Otras 4,9% 8,3%

TOTAL 100% 100%

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Explorando las razones

En cuanto a los motivos que les llevaron a verse en la calle, siempre según su punto de vista y en respuesta a la pregunta de los voluntarios que les entrevistaron, nos encontramos con que la mayoría alude a la falta de trabajo (55%) seguido a más distancia por la falta de dinero (20%) que en gran medida puede estar ocasio-nada por lo anterior. Enseguida también aparece la ruptura afectiva (18%). Lo que �� w� ��|��=�� consecuencia de la baja dotación de capital escolar y formativo, junto con el débil capital relacional y socio-afectivo, son los dos grandes ejes generadores de exclu-sión social en general y residencial en particular. En este caso no es desdeñable la presencia de otras circunstancias generadoras de marginación como pueden ser el alcoholismo (citado por el 9% de los que responden), la enfermedad en un 4% y las drogas (2%). En el caso de los extranjeros, la falta de “papeles” (9%) es sin duda un factor exclusógeno (o generador de exclusión) de primera importancia. En cambio, la mención explícita a la elección voluntaria de su situación por parte de las personas sin hogar que muchas veces tiende a esgrimirse por los medios de comunicación e incluso por algunos autodenominados “expertos” en la materia como argumento inculpatorio de las propias víctimas, apenas si es esgrimida por el 4% de los entrevistados10.

GRÁFICO XXVIII

“¿Cuáles fueron los principales motivos que le han llevado a dormir en la calle?” (Respuesta múltiple)

Algo más de un 10 por ciento dice desarrollar algún trabajo del tipo que sea (11%)11, bien es verdad que en su inmensa mayoría es un trabajo irregular y sin ningún tipo de contrato (80%). En realidad, sólo una persona dice estar trabajando ��#��&��$��pedir, buscar en las basuras, vender objetos que encuentra en los cubos de basura, buscar libros para vender, o trabajar en la vendimia.

10. Entre los albergados, se alude menos a la falta de papeles (3,7%), al alcohol (2,4%) y a la falta de trabajo (41,5%) que entre quienes están en la calle, mientras sube en cambio la referencia a la falta de dinero (22%).

11. Entre los albergados el porcentaje se reduce a la mitad prácticamente: 6,9%. Lo que parecería indicar que es gente que “se busca” peor la vida. Al menos en este momento. Aunque hay quien dice trabajar en la construcción, como friegaplatos o “vendiendo gasoil”

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GRÁFICOS XXIX y XXX

De hecho, la mayor parte de las 42 personas que responden a la pregunta sobre cuál es su principal fuente de ingresos, dice ganarse la vida pidiendo en la calle (el 42%). Sin embargo la rúbrica “otros” es la más utilizada y con toda probabilidad es-conde ese tipo de actividad vinculada a la economía informal y de subsistencia que otros han ubicado bajo el epígrafe de “trabajo” (citado explícitamente por el 5%). Y no podemos dejar de destacar un amplio grupo de personas que recibe algún tipo de prestación económica, como pensiones de vejez, seguridad social, renta míni-ma, ayudas a la discapacidad o el desempleo. En todo caso se trata de ingresos $�� %��#��^��#�*��`&

GRÁFICO XXXI

“¿De cuál de las siguientes fuentes obtiene usted sus ingresos?” (Respuesta múltiple)

Aquí sí que es posible apreciar diferencias importantes entre lo que declaran las personas sin hogar que se encontraban en la calle y los que pernoctaron en los centros (esencialmente procedentes del Refugio)

Cuando se reside en un centro, se reduce mucho la práctica de la mendicidad (que pasa de un 42% a un 19%) mientras aumentan los que obtienen dinero a través de algún trabajo o colaboración y parecen subir también los que acceden a algunas pensiones y prestaciones económicas como la RMI o las ayudas a la ��^��`

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TABLA X

“¿De cuál de las siguientes fuentes obtiene Ud. sus ingresos?”(Respuesta Múltiple)

Fuente ingresos CENTROS CALLE

Pidiendo en la calle 19,4% 41,5%Trabajo 16,1% 4,9%Amigos 12,9% 9,8%Seguridad Social 8,1% 9,8%

Pensión de vejez 8,1% 4,9%

Renta mínima 6,5% 4,9%

Ayudas discapacidad 6,5% 2,4%

Otro tipo de pensión 3,2% 7,3%Familiares 3,2% 2,4%Pensión viudedad 1,6% -Otros 14,5% 48,8%TOTAL 100% 100%

Una vez que se vive a la intemperie, la subsistencia básica pasa por hacer un uso más o menos intensivo de los recursos sociales existentes y en este punto adquiere una importancia vital comer cada día. Así pues, los comedores son el recurso más usado por quienes viven sin techo (61%); en Madrid eran citados por el 50%. Le siguen en importancia los albergues y centros de acogida (52%), aunque hay que pensar que su uso es temporal y sin continuidad, puesto que se encuentran en la calle en el momento del recuento. En todo caso es una cifra muy importante, bas-tante alejada del 41%, hallado en Madrid.

A continuación, aparecen casi en el mismo orden de importancia los roperos (32%) y los baños públicos (30%), con lo que las necesidades más elementales parecen quedar cubiertas. Sin embargo, hay un 15 por ciento de personas sin techo que dice arreglárselas sin utilizar los recursos sociales.

GRÁFICO XXXII

“¿Recurre habitualmente a alguno de estos centros o recusos sociales?”(Marcar todos los que utilice)

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Como no deja de ser lógico, el uso que dicen hacer unos y otros de la red de recursos es muy diferente. Entre quienes están alojados, desciende el uso de co-medores, roperos y baños. Probablemente porque pueden satisfacer estas necesi-��*��#��^��`&

TABLA XI

“¿Recurre habitualmente a alguno de estos centros o recursos sociales?” (Marcar todos los que utilice).

Uso de servicios sociales CENTROS CALLE

Albergues/Centros de acogida 40,2% 51,9%Comedores 20,5% 61,1%Roperos 20,5% 31,5%Baños Públicos 7,7% 29,6%Centros de Día 3,4% 3,7%Pisos Protegidos 1,7% -Taller de inserción laboral 1,7% 3,7%Ninguno de estos - 4,8%Otros 4,3% 1,1%TOTAL 00% 100%

Pero si éstos son los centros que facilitan la supervivencia de quienes se encuen-tran profundamente excluidos, ¿cuáles son las ayudas que han solicitado y no han obtenido? En este caso contamos tan sólo con las respuestas de 34 personas que se encontraban viviendo en las calles de Zaragoza, y curiosamente, a diferencia ��$��#�� =��*��^+��`&�Seguida inmediatamente, eso sí, de los que habrían pedido un alojamiento perma-nente y no por tan sólo unos días (24%).

GRÁFICO XXXIII

“Qué ayudas ha pedido sin haber obtenido lo que Ud. creía que necesitaba” (respuesta múltiple).

En general, la gente en los centros ha visto hasta el momento frustrada en mayor medida su petición de ayudas económicas, mientras que los de la calle se quejan de peticiones más básicas, centradas en la supervivencia: ropa, alojamiento per-manente, alimentación o en su demanda de educación y formación.

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TABLA XII

“¿Qué ayudas ha pedido sin haber obtenido lo que Vd. creía que necesitaba?”

Servicios no obtenidos CENTROS CALLEAyudas Económicas 28,6% 14,7%Alojamiento Temporal 25,4% 23,5%Alimentación 15,9% 17,6%Alojamiento permanente 11,1% 17,6%Ropa 9,5% 26,5%Transporte 7,9% 8,8%Atención Médica 6,3% 5,9%Uso de los Centros de día/noche 4,8% 2,9%Tratamiento Alcohol 3,2% 2,9%Apoyo psicológico 3,2% -Educación/Formación 3,2% 11,8%Atención jurídica, tramitación de documentación 1,6% 2,9%Atención psiquiátrica 1,6% -Otras 4,8% 38,2%

Si comparamos las demandas insatisfechas de la gente sin techo con las de los que viven en las calles madrileñas, vemos que en Madrid, en cambio, parece que es más difícil conseguir ayudas económicas, alimentación o alojamiento aunque ��^��#�*��`��$�� $��resultan de contar con tan pocas entrevistas en el caso de Zaragoza, sí que pare-ce deducirse una importante diferencia en la oferta y accesibilidad a los servicios entre una y otra ciudad.

GRÁFICO XXXIV

“Qué ayudas ha pedido sin haber obtenido lo que Ud. creía que necesitaba” (Respuesta múltiple).

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Por el contrario, sí que es coincidente la respuesta que ofrecen las personas sin hogar cuando de forma abierta les preguntamos de qué tipo de alojamiento les gustaría disponer. El 40% expresa su deseo de vivir en un piso o apartamento para él solo, lo que unido al 24% que alude a un piso compartido y al 8% que sueña con un techo para él y su familia, nos da un 70% de respuestas que expresan el sueño de alojarse en una vivienda normalizada. Mientras que apenas un 8% se conforma-rían con un albergue y un 9% con una habitación en una pensión. Es decir, vuelve a comprobarse empíricamente el desencuentro entre la estructura de la oferta de alojamiento que brindan los servicios y programas residenciales y la estructura de ��$��&

Y sin embargo, como demuestra la evidencia empírica disponible, los programas ��#]��<%��#'��#'��12, enca-minados a facilitar alojamiento permanente en entornos normalizados (viviendas) ��K��'�� <%��#��términos de itinerario o escalera ascendente, han demostrado que pueden con-seguir mejores resultados en la mayoría de los casos y se demuestran incluso �*�� |��'�� ^��>'GEERTSEMA et al. 2010: 64 y ss.).

GRÁFICO XXXV

�� %�� generar recursos y recuperar motivaciones que mantienen las personas sin hogar, ya sea de forma temporal o incluso habiendo vivido períodos prolongados sin te-cho. La ausencia de institucionalización y el tratamiento en términos de derechos ^��` ��*��propias capacidades que aún conservan. En este sentido, las personas sin techo, continúan teniendo mundos de pertenencia y vínculos afectivos que pueden ser dinamizados y estimulados tras encontrarse viviendo en condiciones residenciales semejantes a la de los demás. Por ejemplo, cuando preguntamos ¿cuándo fue el último contacto que mantuvieron con algún miembro de su familia?, casi un 40% dice haberlo tenido en el último mes; un 18% en el último año y un 22% hace entre 1 y 5 años, mientras que “sólo” un 22% no se relaciona con la familia desde hace más de 5 años (puede que no tengan, por otro lado). En todo caso, la gran mayoría mantiene sus referencias afectivas y familiares, por débiles y lejanas que puedan parecernos.

GRÁFICO XXXVI

12. Que podríamos traducir como priorizar la vivienda u ofrecer en primer lugar la posibilidad de alo-jarse en una vivienda, como primer paso en la estrategia de intervención social y antes incluso de iniciar cualquier propuesta de cambio de conducta.

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La vida en la calle

Dejar de vivir en la calle debería constituir el objetivo prioritario de cualquier po-lítica municipal seria en relación con las personas sin hogar. Entre otras cosas, porque resulta enormemente peligroso y dañino. No sólo se está expuesto al frío o al calor, a la lluvia y al viento, sino que, además, uno se convierte con mucha más facilidad en objeto de ataques y agresiones.

Hasta un 48% dice haber sido víctima de algún tipo de delito durante el tiempo que lleva viviendo en la calle13. En la mayor parte de los casos se trata de robos; el �+��$��Q��documentación, pero otro 27% relata palizas, patadas y agresiones físicas.

Lamentablemente, menos de un 30% dice haber denunciado los hechos a la policía.

GRÁFICOS XXXVII y XXXVIII

Vivir en la calle es también muy malo para la salud. De hecho, a pesar de tratarse de población bastante joven, con una media de edad que ronda los 40 años, más de un 38%14dice padecer algún problema de salud. Y no sólo eso, sino que de estos que dicen estar enfermos, apenas un 27% está tomando la medicación que necesita.

GRÁFICOS IXL y XL

��$��convencionales, es, también, en buena parte, resultado de la extrema desprotec-ción que padecen las personas sin techo, de las que una tercera parte carece de cartilla de la seguridad social. Esta circunstancia afecta casi exclusivamente a los extranjeros (entre los que carecen de cartilla el 47%), pero se da también entre personas con nacionalidad española, con casi un 6% que no tiene o ha perdido su ��^��`&

13. Llamativamente, este porcentaje se reduce a la mitad (25%) entre las personas entrevistadas en los centros.

14. El 25% entre los alojados.

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TABLA XIII

Tiene cartilla de la S. Social según Nacionalidad

Español OtraSI 94,1% 53,3%NO 5,9% 46;7%Total 100,0% 100,0%

En cambio, hemos encontrado que el 83%de las personas alojadas en los cen-tros dice tener cartilla de la Seguridad. Social. Evidentemente, esto hay que ano-tarlo como un resultado enormemente positivo de su acceso a la red de recursos y de la intervención profesional.

GRÁFICO XLI

Como es obvio, las barreras se multiplican cuando una persona no consta empa-dronada en ningún sitio. Y casi el 30% de las personas sin techo de Zaragoza no �#��=��15. Esta circunstancia la padecen exclusivamente los extranjeros sin hogar ya que más del 40% no se halla empadronado. Cuando, ni la ��=��Q�� %��para impedirlo.

GRÁFICO XLII TABLA XIV

Empadronado según Nacionalidad

Español OtraSI 100,0% 58,1%NO 0,0% 41,9%

Este distanciamiento de las vías formalizadas de inclusión y participación social se vuelve un obstáculo que se agrava por el hecho de ver pasar la mayor parte de las horas del día o bien solo (39%), o en relación con personas que viven también sin hogar en circunstancias muy parecidas (40%) lo que acentúa la exclusión al encapsularle en redes de excluidos.

15. Este porcentaje se reduce al 25% entre los entrevistados en centros.

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TABLA XV

Aunque como nos ha ocurrido en otros recuentos, el porcentaje de quienes dicen pasar la mayor parte del día solos, es mayor entre los alojados en centros (48%). Paradójicamente es como si la mayor cobertura de necesidades, llevase como con-trapartida un mayor aislamiento y separación de las redes informales y de ayuda mutua que se tienen cuando se pasa la noche a la intemperie.

En todo caso el problema del encapsulamiento al interior de redes de personas excluidas hace que resulte esencial disponer de servicios y programas que actúen de forma proactiva y vayan al encuentro de las personas sin techo allí donde se encuentran. Los programas de calle o de intervención temprana que están espe-%��#��*��amplios, cumplen un rol fundamental. En la ciudad de Zaragoza, de los servicios que actúan en la calle es la Unidad Móvil de Emergencia Social (UMES) de Cruz Roja la más conocida por las personas sin hogar ya que ha entrado en contacto ��#�� ^�+�`&�A la UMES le sigue, a bastante distancia, la policía (30%), los servicios de limpieza (21%) y el 061 (17%), porcentaje similar a los que citan otros servicios como el co-��$�� #�� dos ; los grupos evangélicos Reto/Remar, dos más; y a “un cura”.

GRÁFICO XLIII

“¿Tiene o ha tenido Vd. contacto con alguno de los siguiente servicios?”

De todos ellos, el mejor valorado en una escala que oscilaría entre 1 (“Muy útil”) y 4 (“Nada útil”) sería el servicio que presta la Unidad Móvil de Emergencia Social (UMES) de Cruz Roja, seguido de cerca por el Servicio de limpieza y resultando menos valorada la actuación que desarrollan la Policía, Casa Abierta y el “061”. Al menos esa es la opinión subjetiva de quienes viven en la calle, tal y como la han recogido los voluntarios que les entrevistaron. Para esta valoración se ha tenido en ��=��$��servicios aludidos.

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TABLA XVI

Valolaricón subjetiva del Servicio (1. Muy útil -- 4. Nada útil)Promedio

UMES CRUZ ROJA 1,58Servicios de Limpieza 1,64Policía 2,40CASA ABIERTA 2,43061 2,44TOTAL 1,97

Devolver la palabra a los protagonistas

�� #�� $��forma abierta intentamos recabar la expresión libre de opiniones de las personas que encontramos viviendo en la calle. ¿Qué es lo que necesita en este momento?, ¿cuáles son sus expectativas de futuro?, o lo que es lo mismo ¿cuáles son sus sueños de cara al día de mañana? y por último cualquier otra opinión o comentario que quiera añadir libremente16.

Paradójicamente, cuando se trata de personas en extrema necesidad todo el mundo parece dar por supuesto que sabe exactamente lo que necesitan, de modo que rara vez se les pregunta por ello. Viviendo en la calle, se da por hecho que necesitan dormir bajo un techo. Sin embargo, no es esa la primera respuesta que obtenemos cuando les dejamos hablar a ellos directamente.

Una tercera parte de las personas que responden a la pregunta sobre lo que �*��~��^��`&��#��#��están los que hablan de una vivienda o un piso (20%), seguidos de quienes cortan por lo sano y hablan directamente de “dinero” (16%) o de algo tan básico como la comida (12%). Pero en cuarto lugar están las referencias a la documentación y los “papeles” (10%). Por último son unos cuantos los que ni se atreven a pedir una vi-vienda o un piso donde dormir y se limitan a hablar de “una habitación” (6%), “una pensión” (6%) o tan solo de “una manta” (6%) o un saco de dormir (6%). El caso es que nadie pide una plaza en un albergue. Y sin embargo la respuesta socialmente organizada gira en torno a este tipo de dispositivos ¿por qué? ¿Por qué les ofrece-mos lo que no piden?

Del mismo modo, nos parece importante asomarnos a la visión que tienen del futuro, a sus expectativas, puesto que ahí puede encontrarse un punto de partida desde el que intervenir y sobre el que apoyarnos. En este sentido, las respuestas se pueden dividir entre quienes sueñan con dejar la calle, ya sea por mejorar de situación o por retornar a la vida anterior, y quienes parecen haber tirado la toalla. ��<��*��^�\�`�y las referencias a recuperar o (volver a) formar una familia, entre los segundos los que dicen no esperar nada (11%), salvo morirse, “la muerte para descansar” o que “pase la vida”. Independientemente del hecho de estar compartiendo una misma situación, la realidad es que la forma de vivirla de unos y otros puede ser radical-mente diferente, y por eso mismo, el pronóstico y las posibilidades de intervención social resultan muy distintos entre quien sueña con “Ser feliz, ser un buen escritor. Tener una buena pareja y nunca más vivir en la calle”, con “Tener papeles y traba-jar”, o con “Volver a Rumanía para ver a mi hijo” y quien dice: “yo ya no tengo futuro. No veo el futuro”

16. La formulación exacta de las preguntas es: (“En este momento ¿qué cree Usted que necesitaría de forma más urgente?”; “¿Qué espera en el futuro?; y por último, “¿Querría añadir libremente algún otro comentario u opinión?)

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��]�� -mos encontrado con quejas sobre los privilegios que algunos dicen que tienen los extranjeros (“Que siempre nos abran las puertas a los españoles y luego a los extranjeros”; “ayudan más a las personas extranjeras que a los españoles en esta situación”), o con la decepción de algunos extranjeros sobre “la ayuda española”. Además de aprovechar para volver a pedir trabajo o expresar quejas pequeñas como que les dan poca ropa, o que no les gusta el albergue, hay quien pide que “la furgoneta de la Cruz Roja le visite alguna vez” o quien aprovecha para “dar las gracias a los vecinos” por lo bien que le tratan, o quien se excusa de no “ir a la fruta, ��$��&�� Q��$��impone como una evidencia a la que resulta difícil sustraerse.

Evaluación

�� $��=��experiencia vivida. A falta de analizar los textos que contienen las preguntas abier-tas del cuestionario de evaluación que se les entregó a cada uno de ellos, podemos ��#��#��&

Más del 93% encontró adecuada la dimensión de la zona asignada, lo que supone ��=��=��&

GRÁFICO XLIV

¿Te ha parecido adecuada la dimensión de recuento asignada?Nro. % cit.

Si 198 93,4%NO 3 1,4%NO, era demasiado pequeña, o demasiado grande. 11 5,2%Total 212 100,0%

En cuanto a la valoración que ofrecen los voluntarios de distintos aspectos que se sometieron a evaluación mediante una escala de 0 a 10, los resultados son ex-traordinariamente positivos puntuando todos los ítems por encima del 8,5, salvo en ��$��&

�� $�� =��$�� conversación con las propias personas sin hogar, hay que entender que la puntua-�=��[��<��=��$��$��%��nadie, o bien las encontraron dormidos.

GRÁFICO XLV

Valoración de la participación (De 0 a 10)Promedio

Funcionamiento del equipo en el que has participado 9,47Atención recibida cuando has necesitado información 9,08Organización general del recuento 8,78Acto de encuentro previo y posterior al recuento 8,67Sesión de formación 8,45Desplazamientos en coches 8,25Oportunidad de mantener una conversación con las PSH. 6,90

TOTAL 8,64

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En todo caso, es evidente que la experiencia ha sido enormemente positiva y #�� #��de si estarían dispuestos a participar en la próxima edición del recuento, que es �� &

GRÁFICO XLVI

Te gustaría participar en al próxima edición del recuento?Nro. % cit.

Si 207 99,5%No 1 0,5%Total 208 100,0%

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45


Anexos

47


Plano de la ciudad de Zaragoza

48


Cuestionario

49


50


51


Ficha de inscripción de voluntarios

52


Ficha de evaluación

53


54


55


Guía de recursos sociales para personas sin hogar en Zaragoza

CARITAS DIOCESANA DE ZARAGOZA

Pº Echegaray y Caballero, 100Servicios que presta:

Acogida e informaciónAcompañamiento y seguimiento

Vivienda tuteladaDerivación a diferentes cursos

CoordinaciónLunes a Viernes (10:00 a 13:00)

HERMANDAD DEL REFUGIO

C/Crespo Agüero, 1Servicios que presta:

AcogidaLavandería

Alojamiento completoAtención social/orientación

RoperoAcogida 9:00h.

ALBERGUE MUNICIPAL

C/Alonso V, 30Servicios que presta:

Información/admisiónAlojamiento/ Módulos de inserción

Vivienda TuteladaCasa Abierta

Duchas/roperoLavanderíaHorario: DÍa/noche

HIJAS DE LA CARIDAD DE SAN VICENTE DE PAUL

C/Danzas, 1Servicios que presta:

Acogida e informaciónComedor social

Orientación y seguimientoCentro de día/Integración comunitaria

Viviendas de convivencia/integración Comunidad Terapéutica

Horario: 12:00 a 14:00

PARROQUIA NTRA SRA DEL CARMEN

Paseo Mª Agustín ,8Servicios que presta:Acogida/OrientaciónComedorRoperoVivienda TuteladaRehabilitación alcoholHorario: 9:00 a 14:00

Centro de día EL ENCUENTRO FUNDACIÓN LA CARIDAD

C/ Moret, 4Servicios que presta:Atención psiquiátrica/psicológicaTerapia ocupacionalAcompañamiento inserción laboralCoordinación con otros recursosHorario: 10:00 a 17:00h

CAFA. PROYECTO DUCHAS Y LAVADORAS

C/ San Blas 37, bajoServicios que presta:Servicios de duchas y lavandería.Duchas: lunes a sábado de 10 a 12.30 y de 16.00 a 18.30Lavado de ropa:Lunes a viernes de 10.00 a 12.00

CRUZ ROJA (Unidad Móvil Emergencia Social) C/ Allué Salvador, 8 Servicios que presta: Atención nocturna (UMES)- Lunes a Viernes: 21:00 a 01:00 Atención diurna- Lunes a Viernes: 10:00 a 13:00

Cruz Roja Española

Cada vez más cerca de las personas

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