ESTUDIO RETROSPECTIVO DE LAS NEOPLASIAS … · estudio retrospectivo de las neoplasias hepÁticas...

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ESTUDIO RETROSPECTIVO DE LAS NEOPLASIAS HEPÁTICAS EN CANINOS EN EL LABORATORIO DE PATOLOGÍA VETERINARIA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA ENTRE LOS AÑOS 1975 Y 2007 GUSTAVO GONZÁLEZ PAYA Código: 785027 UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y DE ZOOTECNIA ESPECIALIDAD EN ANATOMOPATOLOGÍA VETERINARIA BOGOTÁ, DC. 2010

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ESTUDIO RETROSPECTIVO DE LAS NEOPLASIAS HEPÁTICAS EN CANINOS EN EL LABORATORIO DE PATOLOGÍA VETERINARIA DE LA UNIVERSIDAD

NACIONAL DE COLOMBIA ENTRE LOS AÑOS 1975 Y 2007

GUSTAVO GONZÁLEZ PAYA

Código: 785027

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y DE ZOOTECNIA ESPECIALIDAD EN ANATOMOPATOLOGÍA VETERINARIA

BOGOTÁ, DC. 2010

 

 

ESTUDIO RETROSPECTIVO DE LAS NEOPLASIAS HEPÁTICAS EN CANINOS EN EL LABORATORIO DE PATOLOGÍA VETERINARIA DE LA UNIVERSIDAD

NACIONAL DE COLOMBIA ENTRE LOS AÑOS 1975 Y 2007

GUSTAVO GONZÁLEZ PAYA MV

Trabajo presentado como prerrequisito para optar el título de la Especialidad en Anatomopatología Veterinaria

Director:

BENJAMÍN DONCEL DÍAZ MVZ; MSc

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y DE ZOOTECNIA ESPECIALIDAD EN ANATOMOPATOLOGÍA VETERINARIA

BOGOTA, DC. 2010

 

 

DECLARATORIA DE ORIGINALIDAD Y RECONOCIMIENTO.

Yo, Gustavo González Paya, declaro que la información publicada en el presente trabajo final para optar al título de la Especialidad en Anatomopatología Veterinaria, corresponde a los resultados del anteproyecto intitulado “Estudio retrospectivo de las neoplasias hepáticas en caninos en el laboratorio de Patología Veterinaria de la Universidad Nacional de Colombia entre los años 1975 y 2007” previamente tramitado ante el Comité Asesor de Post-grado producto de una propuesta original y desarrollada en el Laboratorio de Patología Veterinaria de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia.

FORMATO UNICO PARA ENTREGA DE LOS TRABAJOS DE GRADO

 

 

Título en español: ESTUDIO RESTROSPECTIVO DE LAS NEOPLASIAS HEPÁTICAS EN CANINOS EN EL LABORATORIO DE PATOLOGÍA VETERINARIA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA ENTRE LOS AÑOS 1975 Y 2007

Título en inglés:  

RETROSPECTIVE STUDY OF THE HEPATIC NEOPLASM IN DOGS IN THE LABORATORY OF VETERINARY PATHOLOGY AT UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA BETWEEN 1975 AND 2007

Resumen: El hígado es un órgano de frecuente aparición de neoplasias, estas son malignas y benignas; las neoplasias hepáticas primarias se clasifican según el origen embriológico en epiteliales y mesenquímales; adicionalmente, en el hígado se manifiestan varias neoplasias metastásicas. Los signos clínicos pueden estar o no relacionados con insuficiencia hepática y los que con mayor frecuencia se reportan aunque inespecíficos son pérdida de peso, vómito, diarrea y otros relacionados con insuficiencia hepática como ictericia, encefalopatía hepática y ascitis. El estudio retrospectivo incluyó 71 neoplasias hepáticas diagnosticadas en caninos según el archivo del Laboratorio de Patología de la facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia en el periodo comprendido entre los años 1975 y 2007. Las neoplasias primarias fueron el 36,6% (26) mientras que las metastásicas el 63,4% (45). El 92,9% (66 casos) fueron neoplasias malignas y el 7,1% (5) fueron neoplasias benignas. Las neoplasias primarias más frecuentes fueron el colangiocarcinoma con el 16,9% (12) y el carcinoma hepatocelular con el 12,6% (9) y las metastásicas más comunes fueron el hemangiosarcoma con el 18,3% (13) y el linfoma con el 16,9% (12). Las razas más predispuestas a sufrir neoplasias hepáticas fueron: la mestiza en el 16,9% (12), seguida por la Bóxer y la Pastor Alemán con el 11,3% (8) cada una, la French Poodle con el 8,5% (6), la Labrador con el 7,1% (5) y la Cocker Spaniel con el 5,6% (4). Los animales geriátricos fueron los que más sufrieron de neoplasias hepáticas con el 66,2% (47). La edad más común de presentación de neoplasias fueron entre los 8 y los 11 años con el 42,3% (30); se encontró que los caninos geriátricos tienen un 58% más riesgo de sufrir neoplasias hepáticas que los animales adultos (entre 6 meses y 7 años) según la población de referencia. En cuanto al sexo los machos fueron los más afectados con un 54,9% (39), las hembras con el 38% (27) y en el 7,1 % (5) no se reportó el sexo; se encontró que los caninos machos tienen un 38% más riesgo de presentar neoplasias hepáticas que las hembras. Summary: Hepatic neoplasms malignant or benign neoplasms are common in domestic animals. Primary hepatic neoplasms are classified according the embryologic origin in epithelial neoplasm and mesenchymal neoplasm. Additionally, the liver is frequently affect by metastatic neoplasm than many tissues. Clinical symptoms of hepatic neoplasm could be or not associated with hepatic failure and when present usually are not specific, the clinical signs are weight loss, vomiting, diarrhea and others related with hepatic failure as jaundice, hepatoencephalopathy and ascites. This retrospective study included 71 hepatic neoplasm diagnosed in canines registered in the laboratory pathology files, of the veterinary medicine and animal science school of the Universidad Nacional de Colombia during 1975 and 2007. Primary neoplasm were 36,6% (26) mean while the metastatic neoplasm were 63,4% (45). 92,9% (66 cases) are malignant neoplasm and benign neoplasm were 7,1% (5). The most frequent primary neoplasm were cholangiocarcinoma with 16,9% (12) and hepatocellular carcinoma with 12,6% (9). The most common metastatic neoplasm were hemangiosarcoma 18,3% (13) and lymphoma 16,9% (12). The most frequently breed having hepatic neoplásicas was mixed-breed 16,9% (12), followed by Boxer and German shepherd with 11,3% (8) respectively, French Poodle 8,5% (6), Labrador retriever 7,1% (5) and Cocker Spaniel 5,6% (4). The geriatric animals were the most susceptible group to suffer hepatic neoplasm with 66,2% (47). The most common age to suffer neoplasm was between 8 and 11 years old with 42,3% (30); According to the reference population, we found that we found that the geriatric animals have a 58% greater risk to suffer hepatic neoplasm than any other adult animals (between 6 months to 7 years). Males were most affected 54,9% (39) than females 38% (27); in five animals (7,1 %) the sex were not reported; we found that the males have a 38% greater risk to suffer hepatic neoplasm than the females.

Palabras claves en español: hígado, neoplasia, caninos. Palabras claves en inglés: liver, neoplasm, dogs

Firma del director: ______________________________________________________________________________ Benjamín Doncel Díaz., 5 noviembre de 1968 Gustavo González Paya., Abril 1 de 1977

 

 

CONTENIDO

Pág.

Capítulo I

Introducción

1

Bibliografía

3

Capítulo II

Revisión de literatura

1 Introducción 5

2 Generalidades 5

2.1 Clasificación de las neoplasias hepáticas 5

2.2 Etiología 6

2.3 Epidemiología 7

2.4 Clínica 8

3 Alteraciones anatomopatológicas 9

3.1 Neoplasias hepáticas primarias 9

3.1.1 Neoplasias epiteliales 9

3.1.1.1 Adenoma hepatocelular 10

3.1.1.2 Carcinoma hepatocelular 10

3.1.1.3 Hepatoblastoma 11

3.1.1.4 Colangioma y cistadenoma 11

3.1.1.5 Colangiocarcinoma 11

3.1.1.6 Adenoma y carcinoma de la vesícula biliar 12

3.1.1.7 Carcinoides hepáticos 13

3.1.2 Neoplasias mesenquimales 13

 

 

3.1.2.1 Mielolipoma 14

3.2 Neoplasias metastásicas 14

3.2.1 Neoplasias epiteliales 15

3.2.1.1 Neoplasias pancreáticas 15

3.2.2 Neoplasias mesenquimales 15

3.2.2.1 Hemangiosarcoma 15

3.3 Neoplasias hemolinfáticas 16

3.3.1 Linfoma 16

3.3.2 Sarcoma histiocitico 16

Bibliografía 17

Capítulo III

Estudio retrospectivo de las neoplasias hepáticas en caninos en el Laboratorio de Patología Veterinaria de la Universidad Nacional de Colombia entre los años 1975 y 2007

Resumen 22

1 Introducción 23

2 Materiales y métodos 24

3 Resultados 26

4 Discusión 42

5 Conclusiones

6 Recomendaciones

51

52

Bibliografía 53

Anexo 1 Formato para recopilación de datos.

57

 

 

LISTA DE FIGURAS

Pág.

CAPÍTULO III

Figura 1. Total de neoplasias hepáticas en el Laboratorio de Patología Veterinaria de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia entre los años 1975 y 2007. Porcentaje de las neoplasias primarias y metastásicas.

28

Figura 2. Total de neoplasias hepáticas en el Laboratorio de Patología Veterinaria de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia entre los años 1975 y 2007, proporción de neoplasias hepáticas primarias y metastásicas y porcentajes de malignas versus benignas.

28

Figura 3. Comparación de los caninos afectados por neoplasias hepáticas en el Laboratorio de Patología Veterinaria de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia de acuerdo con la etapa de la vida o grupo etario. NR: No se reportó el grupo etario.

30

Figura 4 Distribución de la casuística diagnosticada en el Laboratorio de Patología Veterinaria de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia de neoplasias hepáticas en caninos según la raza. NR: no se reportó la raza.

30

Figura 5. Neoplasias hepáticas en caninos diagnosticadas en el Laboratorio de Patología Veterinaria de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia según el sexo. NR: No se reportó el sexo.

32

Figura 6. Comparación de la casuística de neoplasias hepáticas de acuerdo con el subperiodo de remisión en el Laboratorio de Patología Veterinaria de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia.

32

Figura 7. Adenoma hepatocelular.

35

Figura 8. Cistadenoma.

36

Figura 9. Carcinoma hepatocelular.

39

Figura 10. Colangiocarcinoma.

40

 

 

LISTA DE TABLAS

Pág.

Capítulo III

Tabla 1. Número, porcentaje y clasificación de las neoplasias hepáticas que llegaron al Laboratorio de Patología Veterinaria en el periodo comprendido entre los años 1975 y el 2007, la clasificación se hizo con base en las características histológicas descritas por Meuten (2002).

33

 

 

LISTA DE ANEXOS

Pág.

Capítulo III

Anexo I. Formato para recopilación de datos. 57

 

 

 

AGRADECIMIENTOS

Al Laboratorio de Patología Veterinaria Universidad Nacional de Colombia.

Al Laboratorio Patología interfacultades Universidad Nacional de Colombia.

Al Dr. Benjamín Doncel Díaz. Director del trabajo.

Al Dr. José Darío Mogollón. Asesoría en Patología.

A la Dra. Nora Martínez y el Profesor Carlos Malaver. Asesoría en estadística

A la Dra. Myriam Acero. Asesoría en epidemiología.

Al Dr. Vladimir Galindo. Asesoría bibliográfica

A Leonardo Bernal y Gilberto Córdoba, por su colaboración.

A Mary, Liliana, Mayra, Nury, Diana, Mauricio, Luis Carlos, Héctor, mis amigos de la Especialidad en Anatomopatología Veterinaria

 

 

DEDICATORIA

A MI MADRE

Waldina

A MIS HERMANOS

Hugo, Gloria, Blanca, Gladis, Alba, y Fernando

A MIS AMIGOS

Mary, Liliana, Mayra, Nury, Diana, Mauricio, Luis Carlos, Héctor

Por su apoyo y ayuda constante e incondicional

 

 

CAPÍTULO I

INTRODUCCIÓN

El hígado como cualquier órgano o tejido del organismo está sujeto al contacto

con agentes potencialmente carcinogénicos que se entiende como compuestos

que pueden llevar al desarrollo de neoplasias, entre estos se encuentran: algunos

virus, sustancias químicas, hormonas, parásitos, aflatoxinas y la radiación

(Newberne and Butler, 1969; Thomas et al., 1997; Fink-Gremmels, 1999; Ioan and

Catoi, 2007; Balkman, 2009). El porcentaje de neoplasias hepáticas en caninos es

menor al 6% (Zaldívar y col., 2002; Ferreira de la Cuesta, 2003; Bravo, 2008). La

literatura reporta que la mayoría de neoplasias que afectan al hígado son malignas

y entre estas, las metastásicas o secundarias son las más comunes (Strombeck

1978; Sato et al 1983; Crow 1985; Zaldívar y col., 2002; Ferreira de la cuesta,

2003; Bravo, 2008). Las neoplasias hepáticas primarias más comunes son el

colangiocarcinoma y el carcinoma hepatocelular (Strombeck, 1979; Patnaik et al.,

1980; Patnaik et al., 1981; Crow, 1985; Magne and Winthrow, 1985). Los animales

geriátricos tienen mayor riesgo de sufrir de neoplasias hepáticas (Hirao et al 1974;

Strombeck, 1978; Patnaik et al., 1980; Hirsch et al., 1981; Trigo et al., 1982;

Withrow and MacEwen, 2001). Dos estudios de neoplasias hepáticas en caninos;

el primero, evaluó nueve caninos todos con diagnóstico de carcinoma

hepatocelular y el segundo evaluó 93 neoplasias en caninos y de estas cinco

fueron neoplasias hepáticas; ambos trabajos encontraron que los caninos de raza

mestiza sufrieron en mayor número neoplasias hepáticas en comparación con

otras razas (Schuch et al., 2006; Bravo, 2008).

Este estudio tomo la información del archivo de las necropsias y las biopsias que

fueron remitidas al Laboratorio de Patología Veterinaria de la Universidad Nacional

de Colombia entre los años 1975 y 2007 para determinar el número de neoplasias

hepáticas en caninos, clasificarlas según las características histológicas descritas

por Cullen and Popp, 2002 citados por Meuten (2002), establecer los porcentajes

1

 

 

de primarias versus metastásicas y las proporciones de malignas versus benignas,

describir microscópicamente a las primarias, se planteó además, indagar por

factores epidemiológicos como son: el total de neoplasias, total de neoplasias

hepáticas y cada uno de los tipos, la edad, la raza y el sexo; finalmente, establecer

la frecuencia de remisión por año. Según los criterios de selección del trabajo se

tomaron los datos referentes a la casuística con diagnóstico de neoplasia que

afectó cualquier órgano, tejido ó sistema de los caninos; en total se encontraron

1692 neoplasias en caninos, de las cuales el 4,2% afectaron el hígado y las

neoplasias metastásicas (63,4%) afectaron en mayor porcentaje al hígado en

comparación con las primarias (33,6%); así mismo, se encontró 92,9% de las

neoplasias hepáticas evaluadas fueron malignas incluyendo las primarias y las

metastásicas; por otra parte, los caninos geriátricos fueron los más afectados con

un 66,2% y la mayoría de casos se agruparon entre los 8 y los 11 años de edad;

adicionalmente, otros resultados fueron que la raza mestiza fue la más afectada

con el 16,9%; respecto al sexo, los machos fueron los que más sufrieron de

neoplasias hepáticas con un 54,9%; finalmente, la casuística remitida al

Laboratorio de Patología Veterinaria de Universidad Nacional de Colombia

aumento notoriamente en los últimos años.

Las neoplasias hepáticas caninas objeto del presente estudio retrospectivo en el

Laboratorio de Patología Veterinaria de la Facultad de Medicina Veterinaria y de

Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia se comportaron de manera

similar a lo descrito en la literatura nacional e internacional y son menores del 6%

de las neoplasias que afectan al canino, las metastásicas o secundarias son más

frecuentes en comparación con las primarias, las malignas son más comunes y los

animales geriátricos son los más afectados, por tal razón en lo posible cada vez

que haya un alteración clínica en un paciente geriátrico que comprometa el hígado

debe considerarse una neoplasia hepática dentro del diagnóstico diferencial.  

2

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Balkman C. Hepatobiliary neoplasia in dogs and cats. Vet Clin Small Anim. 39: 617–625. 2009.

Bravo D. Evaluación de la casuística de las neoplasias en animales domésticos diagnosticadas en el Laboratorio de Histopatología Veterinaria de la Universidad de los Llanos en el periodo de enero 2004 a junio 2007. Tesis. 2008.

Brophy CM, Bock JF, West AB, McKhann CF. Liver cell adenoma: diagnosis and treatment of a rare hepatic neoplastic process. Am J Gastroenterol. 84: 429-432. 1989.

Crow SE. Tumors of the alimentary tract. Clinical veterinary oncology. Vet Clin North Am Small Anim Pract. 15: 577-596. 1985.

Ferreira de la Cuesta G. Patología veterinaria primera edición, editorial Universidad de Antioquia. Anexo. pp: 573-585. 2003.

Fink-Gremmels J. Mycotoxins : Their implications for human and animal health. Vet. Quart, 21, 115-120. 1999.

Hirao K, Matsumura K, Imagawa A, Enomoto Y, Hogosogi Y, Kani T, Fujikawa K and Ito N. Primary

neoplasms in dog liver induced by diethylnitrosaine. Cancer Resp. 34:1870-1882. 1974. Hirsch VM, Jacobsen J and Mills JHL. A Retrospective Study of Canine Hemangiosarcoma and its

Association with Acanthocytosis. Can. vet. J. 22: 152-155. 1981.

Ioan BA and Catoi C. Tumors of the liver and gallbladder. Comparative Oncology. The Publishing House of the Romanian Academy. 2007.

Magne ML and Winthrow SJ. Hepatic neoplasia Vet. Clin. Noth. Am. Small Anim. Pract. 15: 243-256. 1985.

Meuten DJ: Tumor in domestic animals. Fourth edition Iowa state press. 2002.

Newberne PN and Butler WH. Acute and chronic effects of aflatoxin on the liver of domestic and laboratory animals: A review. Canc Research. 29, 236-250. 1969

Patnaik AK, Hurvitz AI and Lieberman PH. Canine hepatic neoplasms: A clinicopathological study. Vet Pathol. 17:553-564. 1980.

Patnaik AK, Hurvitz AI, Lieberman PH and Johson GF. Canine hepatocellular carcinoma. Vet Pathol. 18, 427-438. 1981.

Sato A, Tsuemoto Y, Inoue M and Goto N. ocurrence of tumors of domestic animals in Yamaguchi and Neighbouring prefectures. J Vet Med. 10:53-58. 1983.

Schuch ID, Bonel-Raposo J, Grecco FB, Guim, TN, Fernandes CG, Gamba CO. Estudo retrospectivo de carcinoma hepatocelular diagnosticado em diferentes espécies domesticas durante un periodo de 1978 a 2006. www.ufpel.edu.br/cic/2006/arquivos/CA_01670.rtf.

Steinbrecher UP, Lisbona R, Huang SN, Mishkin S. Complete regression of hepatocellular adenoma

after withdrawal of oral contraceptives. Dig Dis Sci. 26: 1045-1050. 1981.

Strombeck DR. Clinicopathologic features of primary and metastatic neoplastic disease of the liver in dogs. J Am Vet Med Assoc.173: 267-269. 1978.

Strombeck DR. Hepatic neoplasms. In small animal Gastroenterology. Santa Bárbara California, Stonegate Publishing. 1979.

3

 

 

Thomas CJ, Ronald DH, Norval WK. Disease caused by fungi. Veterinary pathology. Sixth edition, 539- 541. 1997.

Trigo FJ, Thompson H, Breeze RG and Nash AS. The pathology of the liver tumors in the dog. J Comp Pathol. 92:21-39. 1982.

Withrow S and MacEwen EG. Small animal clinical oncology. 3rd. Ed., Philadelphia, W. B. Saunders Co. pp: 321-323. 2001.

Zaldívar N, Puebla H, Ferrales Y, Almaguer Y y Vaillant Y. Importancia de las neoplasias en los animales domésticos. Neoplasias diagnosticadas en los centros de epizootiología y diagnóstico veterinario de Guantánamo y Granma, Cuba. Rev. Prod. Anim. 14,1. 2002.

4

 

 

CAPITULO II

REVISIÓN DE LITERATURA

1 INTRODUCCIÓN

El hígado como cualquier órgano o tejido del organismo está sujeto al contacto

con agentes potencialmente carcinogénicos. Algunos agentes descritos como

posibles inductores de neoplasias son: sustancias químicas, hormonas, parásitos

y la radiación. El objetivo de este trabajo es hacer una revisión de literatura de

aspectos como la etiología, comportamiento epidemiológico, clínico y las posibles

alteraciones anatomopatologicas de las neoplasias que afectan el hígado y el

sistema biliar.

2 Generalidades

Las neoplasias hepáticas primarias incluidas las de origen epitelial son poco

comunes en caninos, felinos y otros animales domésticos como los bovinos,

ovinos, porcinos y equinos (Patnaik and Liu, 1975; Ponomarkov and Mackey,

1976; Patnaik, et al., 1981a; Trigo et al., 1982; Patnaik, 1992); sin embargo,

Postorino (1989) reportó que la incidencia de neoplasias hepáticas en caninos es

alta y puede alcanzar valores entre el 0,6 y el 1,3 % del total de neoplasias.

2.1 Clasificación de las neoplasias hepáticas.

Existen diversas clasificaciones para las neoplasias hepáticas, algunas de estas

son: la descrita por Magne and Winthrow (1985) que las dividen como primarias y

metastásicas; la de Hammer and Sikkema (1995) que las clasifican en tres grupos,

primarias, hemolinfáticas y metastásicas; la Cullen and Popp, 2002 citados por

5

 

 

Meuten (2002) quien las organiza en primarias de origen epitelial y mesenquimal;

las metastásicas o secundarias de origen epitelial, mesenquimal y hemolinfáticas y

lesiones parecidas a neoplasias; finalmente la clasificación de la AFIP (Armed

Forces Institute of Pathology) las divide en epiteliales, neuroendocrinas,

mesenquimales, de tejido hematopoyético y relacionados, en tumores no

clasificados y secundarios (Head and Cullen, 2003).

2.2 Etiología.

En algunas neoplasias hepáticas la etiología no es reconocida claramente

(Anderson and Sandinson, 1958; Carpenter et al., 1987; Reid et al., 1999); sin

embargo, se reporta que factores ambientales como los nutricionales,

microorganismos, tóxicos y la radiación actúan induciendo directamente ruptura

del DNA, causando mutaciones y modificando procesos celulares como la

velocidad de replicación, la génesis de pro-oxidantes y formación de especies

reactivas del oxigeno (Navarro, 2003); otros inductores de neoplasias hepáticas

entre ellos: agentes químicos como micotoxinas (aflatoxinas) que son

trasformadas en el hígado en epóxidos y metabolitos que tienen la capacidad de

unirse a los acidos nucleicos y causar mutaciones como la del gen p53 (supresor

tumoral) lo que favorece alteraciones en el ciclo celular y lleva al desarrollo de

neoplasias (Betina 1989; Smela et al., 2001; Urrego y Díaz, 2006); las

nitrosaminas utilizadas como conservantes o preservantes en alimentos enlatados

y productos no precederos ó encontradas en diferentes fuentes naturales como el

agua, algunas hortalizas y el ambiente; también pueden surgir como productos del

metabolismo; ellas tienen la capacidad de hacer etilación de ácidos nucleicos y

producir ruptura de la hebra de DNA (Magee and Lee, 1964; Swann and Magee,

1971; Eisenbrand et al., 1996; Loeppky et al., 1998) y alcaloides pirrolizidinicos

(Allison et al., 1950; Graw and Berg, 1977; Lawerence et al., 1994; Adler and

Wilson 1995; Reid et al., 1999), infecciones crónicas y parasitismo hepático por

Ancylostoma caninum y Trichuris vulpis (Hayes et al., 1983), inflamación crónica

6

 

 

(McDonald and Helman, 1986), medicamentos como las hormonas (Lawerence et

al., 1994), esteroides anabólicos y anticonceptivos en humanos (Steinbrecher et

al., 1981, Brophy et al., 1989) y la colelitiasis se relaciona con este tipo de

neoplasias en humanos (Anderson et al., 1958).

2.3 Epidemiología

Los factores ambientales como la dieta, microorganismos, radiaciones y tóxicos

juegan un papel importante en el desarrollo de neoplasias hepáticas (Rubin, 1983;

Navarro 2003). Otros elementos de riesgo relacionados son la mala nutrición,

parasitismos, infecciones crónicas; alimentos contaminados con aflatoxinas y/o

nitrosaminas (Magee and Barnes, 1956; Theilen, 1979; Hayes et al., 1983; Crow,

1985); además, algunos medicamentos en humanos que se usan como

anticonceptivos orales y esteroides anabólicos inducen neoplasia hepática

(Steinbrecher et al., 1981, Brophy et al., 1989). El comportamiento epidemiológico

es variable y depende del tipo de neoplasia, por ejemplo las neoplasias hepáticas

de origen epitelial son poco comunes en animales domésticos (Ponomarkov and

Mackey, 1976; Patnaik et al., 1981b; Postorino, 1989; Ramos-Vara, 2002) aunque

la incidencia puede ser alta en caninos (Postorino, 1989). El carcinoma

hepatocelular es el tumor primario más común en caninos (Patnaik et al., 1981a;

Magne and Winthrow, 1985), también se describe en felinos, bovinos, ovinos,

porcinos y equinos (Anderson and Sandinson, 1958; Kithier et al., 1974;

Bastianello, 1982a; Bastianello, 1982b). El hepatoblastoma es extremadamente

raro en animales domésticos (Shida et al., 1997) pero se reporta en caninos

(Cullen and Poop, 2002; Jacobs and Snyder, 2007). El colangiocarcinoma se

reporta en animales domésticos, especialmente en caninos y felinos, pero son

raros en otras especies (Cullen and Poop, 2002). El hemangiosarcoma en general

es una neoplasia común en perros (Hargis et al 1992; MacEwen, 2001) que afecta

el hígado (Pearson and Head, 1976). El hemangiosarcoma primario de hígado se

reporta en caninos y felinos (Prymak et al., 1988; Srebernik and Appleby, 1991) y

7

 

 

la presentación corresponde a menos del 5 % de las neoplasias primarias de este

órgano (Prymak et al., 1988; Srebernik and Appleby, 1991; Schulteiss, 2004). Los

sarcomas primarios hepáticos diferentes al hemangiosarcoma son raros (Hargis et

al 1992; MacEwen, 2001). Anthony (2001) reportó el leiomiosarcoma y el

fibrosarcoma en caninos y felinos; así mismo se reportó un osteosarcoma primario

en caninos (McDonald and Helman, 1986). El melanoma hace metástasis

frecuente al hígado (Ramos-Vara, 2002; Smith et al., 2002). Los tumores malignos

pancreáticos son raros en caninos y en felinos (Dill-Macky, 1993; Bennett et al.,

2001; Ettinger and Feldman, 2005) pero se reporta metástasis a diferentes

órganos entre ellos el hígado (Oskoui-zadeh et al., 2008)

En la mayoría de neoplasias hepáticas no hay predisposición conocida por la edad

(Mulligan, 1949; Allison et al., 1950; Anderson and Sandinson, 1958; Ponomarkov

and Mackey, 1976; Lawerence et al., 1994). En el carcinoma hepatocelular la edad

de presentación varía según la especie afectada (Patnaik and Liu, 1975;

Ponomarkov and Mackey, 1976) por ejemplo en perros, la edad de presentación

reportada es en animales mayores de 10 años (Griswold et al., 1981). Otras

neoplasias hepáticas son más comunes en perros viejos como el adenoma

hepatocelular (Hirao et al 1974) y el hemangiosarcoma (Hirsch et al., 1981). La

edad de presentación de algunos sarcomas primarios o metastásicos que afectan

el hígado no está determinada pero se reporta en animales mayores de 10 años

(Smith et al., 2002; Ramos-Vara, 2002).

La literatura no reporta predisposición por género para la mayoría de neoplasias

que afectan el hígado ya sea primarias o metastásicas (Trigo et al., 1882;

Lawerence et al., 1994; Anthony, 2001); sin embargo, se reporta que el carcinoma

hepatocelular es más común en machos que en hembras (Ponomarkov and

Mackey, 1976; Patnaik et al., 1980).

No hay reportes que describan predisposición alguna por raza para la mayoría de

neoplasias hepáticas (Trigo et al., 1982; Anthony, 2001; Balkman, 2009).

8

 

 

2.4 Clínica

Los signos clínicos son muy variables y pueden relacionarse o no con insuficiencia

hepática, los reportados con mayor frecuencia aunque inespecíficos son pérdida

de peso, poliuria/polidipsia, vómito, diarrea, debilidad, dolor abdominal, distención

abdominal y los relacionados directamente con insuficiencia hepática son pérdida

de peso, ictericia, hemorragias, anemia, ascitis y encefalopatía hepática (Patnaik

et al., 1980; Crow, 1985; Evans, 1987). Al examen clínico la hepatomegalia es un

hallazgo común y los bordes del órgano son irregulares, también puede

encontrarse dolor o presencia de masas a la palpación (Crow, 1985).

Los hallazgos en laboratorio clínico son indicativo de lesión hepática pero no

diferencia procesos inflamatorios, degenerativos o neoplásicos; sin embargo,

reportan aumentos en los niveles de fosfatasa alcalina, alanin aminotrasferasa y

aspartato aminotrasferasa (McConell and Lumsden, 1983). Otras alteraciones

clínicas son la disminución de la albúmina y la glicemia, elevación del tiempo de

protrombina, la elevación de la bilirrubina directa e indirecta pero estas tampoco

son específicas de neoplasia hepática (Crow, 1985). La radiografía y la

ultrasonografía son otras ayudas paraclínicas que pueden usarse para el

diagnóstico de neoplasias hepáticas pero la sensibilidad es variable (Whiteley et

al., 1989). En conclusión, el diagnóstico definitivo de neoplasia hepática es por

biopsia con su respectivo análisis histopatológico (Magne and Withrow, 1985).

3 ALTERACIONES ANATOMOPATOLÓGICAS

La clasificación general de las neoplasias hepáticas se hizo según Cullen and

Popp, 2002 citados por Meuten (2002).

3.1 Neoplasias hepáticas primarias.

3.1.1 Neoplasias epiteliales

9

 

 

3.1.1.1 Adenoma hepatocelular.

Es un tumor benigno bien diferenciado que ocurre con alta frecuencia (Magne and

Withrow, 1985), los criterios para diferenciarlo de la hiperplasia nodular o la

neoplasia hepatocelular maligna no son claros. Macroscópicamente puede ser una

o múltiples masas, el tamaño varía desde 2 hasta 8 cm de diámetro, no son

encapsuladas, son menos firmes que el tejido hepático normal. Histológicamente

se organizan como estructuras circulares bien delimitadas que ejercen compresión

del tejido circundante, la fibrosis no es una característica común aunque se puede

ver separando el tejido normal del neoplásico. Los hepatocitos que conforman el

crecimiento neoplásico son uniformes aunque más grandes que los normales y

vacuolados por el acúmulo de lípidos y/o glicógeno. Las características citológicas

son: leve anisocitosis, basofilía del citoplasma, hipercromasia del núcleo y

anisocariosis. Los núcleos son similares a los normales pero los nucléolos son

más prominentes y las figuras mitóticas son raras (Meuten, 2002).

3.1.1.2 Carcinoma hepatocelular.

La apariencia macroscópica puede ser nodular, masiva o difusa. El tamaño puede

variar desde pocos centímetros hasta alcanzar los 10 cm, el color y la consistencia

varían de una neoplasia a otra (Patnaik et al., 1980). Histológicamente el

carcinoma hepatocelular tiene tres categorías: trabecular, adenoide y sólido

(Anthony, 2001). El patrón trabecular se forma por células neoplásicas

estrechamente parecidas a los hepatocitos normales, estas se organizan

formando placas de células en algunos focos, pero las trabéculas celulares son el

principal componente, este criterio se usa para diferenciarlo de un adenoma

(Anthony, 2001). El carcinoma hepatocelular adenoide se caracteriza por la

organización de los hepatocitos neoplásicos en acinos, la luz de estos varía de

tamaño y puede contener material proteináceo. El carcinoma hepatocelular sólido

se forma por láminas de hepatocitos pobremente diferenciados y pleomórficos. El

10

 

 

diagnóstico diferencial incluye el adenoma y el colangiocarcinoma. Las metástasis

son más comunes a pulmón y ganglios linfáticos hepáticos (Meuten, 2002).

3.1.1.3 Hepatoblastoma.

Es un tipo de neoplasia benigna formada por células parecidas a hepatocitos

fetales (Bastianello, 1982a; Bastianello, 1983; Shida et al., 1997). La apariencia

macroscópica es de masas blanco-amarillentas asociadas a hemorragia.

Microscópicamente el crecimiento neoplásico comprime el tejido adyacente; las

células neoplásicas se organizan formando cordones irregulares, trabéculas ó

acinos, estas células son más pequeñas que los hepatocitos normales y tienen

citoplasma granular, las figuras mitóticas son poco comunes.

3.1.1.4 Colangioma y cistadenoma.

Los colangiomas son neoplasias benignas del epitelio biliar. Macroscópicamente

forma una masa solitaria bien circunscripta y algunas pueden tener pequeños

quistes (Adler and Wilson, 1995). El cistadenoma es un tumor con múltiples

quistes. Los colangiomas y cistadenomas son neoplasias derivadas del epitelio

biliar y solo se diferencian por el tamaño de los quistes (Adler and Wilson, 1995).

Histológicamente, los colangiomas son masas formadas por estructuras parecidas

a acinos glandulares, tapizadas por células cuboides y moderada cantidad de

estroma; los cistadenomas tienen una estructura quística multifocal no

encapsulada y son tapizados por epitelio cuboidal. El diagnóstico diferencial del

colangioma es el colangiocarcinoma y del cistadenoma con quistes simples.

3.1.1.5 Colangiocarcinoma

El colangiocarcinoma es un tumor maligno de las células epiteliales que tapizan el

ducto biliar (Sundberg, 1982; Hoenerhoff et al., 2004). Macroscópicamente,

11

 

 

pueden ser masivos o multinodulares, en la superficie de corte el color varia de

blanco a amarillo-café y la textura es firme por la cantidad de tejido conectivo, lo

cual es un criterio para diferenciarlo macroscópicamente del carcinoma

hepatocelular (Hoenerhoff et al., 2004). Histológicamente, esta compuesto por

células que tienen las características del epitelio biliar normal, los carcinomas bien

diferenciados se organizan en acinos o túbulos, los pobremente diferenciados

están compuestos de paquetes, islas o cordones y pueden existir focos de

diferenciación escamosa, el patrón de crecimiento es altamente invasivo y es

frecuente el acúmulo de mucina en los acinos o túbulos neoplásicos (Hoenerhoff

et al., 2004). El diagnóstico diferencial debe hacerse en primer lugar con

carcinoma hepatocelular variante adenoide, seguido del colangioma y carcinoide

hepático. Las metástasis son frecuentes a ganglios linfáticos hepáticos, pulmón y

peritoneo (Ponomarkov and Mackey, 1976; Patnaik et al., 1981b; Carpenter et al.,

1987).

3.1.1.6 Adenoma y carcinoma de la vesícula biliar

A excepción de los bovinos los adenomas de la vesícula biliar son raros en todas

las especies, existen escasos reportes de adenomas en felinos y caninos

(Carpenter et al., 1987). Macroscópicamente, la mayoría de adenomas se

proyectan a la luz de la vesícula sin causar ninguna alteración de la serosa; las

características macroscópicas son similares para las dos neoplasias y

corresponden a masas pedunculadas fuertemente adheridas a la mucosa del

órgano, de color amarillo a rojo, consistencia firme y superficie rugosa (Anderson

et al., 1958; Carpenter et al., 1987; Patnaik, 1992). Microscópicamente, se

comportan como tumores biliares extrahepáticos y las características son similares

a las descritas para el cistadenoma, el colangioma y el colangiocarcinoma (Monlux

et al., 1956; Anderson et al., 1958). El patrón de crecimiento del adenoma es por

expansión dentro de la vesícula sin afectar otros tejidos.

12

 

 

Los adenocarcinomas de vesícula biliar forman acinos y estructuras tubulares

separadas por delgados tabiques de tejido conectivo. Las células que tapizan los

acinos son cuboidales o columnares de citoplasma eosinofílico, el pleomorfismo

celular es alto, el patrón de crecimiento es infiltrativo llegando a involucrar el

parénquima hepático. El núcleo está en posición basal con un nucléolo (Patnaik et

al., 1980; Carpenter et al., 1987). Las metástasis son comunes por contigüidad a

superficies serosas en cavidad abdominal y por vía hemolinfática a ganglios

linfáticos, pulmón e hígado (Patnaik et al., 1980; Carpenter et al., 1987).

3.1.1.7 Carcinoides hepáticos.

Los carcinoides hepáticos y de vesícula biliar son neoplasias raras en animales

domésticos (Bastianello, 1983). Macroscópicamente, son grandes masas o

nódulos distribuidos al azar por todo el hígado. Histológicamente, se presume que

procede de células neuroendocrinas de los ductos biliares o la vesícula, el patrón

de crecimiento es invasivo, las células se organizan formando rosetas o lobulillos;

además, forman áreas grandes de fibrosis; las células son redondas u ovoides, el

núcleo es redondo u ovoide hipercromático, las figuras mitóticas son comunes

(Bastianello, 1983; Brown et al., 1985). Las metástasis son comunes a ganglios

linfáticos locales (Brown et al., 1985).

3.1.2 Neoplasias mesenquimales.

Los sarcomas primarios hepáticos diferentes al hemangiosarcoma son raros

(Hargis et al., 1992; MacEwen, 2001). Se han reportado leiomiosarcoma y

fibrosarcoma en caninos y felinos (Anthony, 2001) y un osteosarcoma primario en

un canino (McDonald and Helman, 1986), la mayoría de tumores mesenquimales

se han presentado en animales mayores de 10 años, no se ha descrito

predisposición por sexo o raza (Trigo et al., 1982; Anthony, 2001).

Macroscópicamente, los sarcomas primarios pueden ser masas únicas o múltiples

13

 

 

que en la superficie de corte tienden a ser firmes, blancas o pálidas. Las

características histológicas, son típicas de la célula de origen (Meuten, 2002). El

patrón de crecimiento es infiltrativo y se reporta la invasión local y metástasis

principalmente a bazo. El diagnóstico diferencial debe descartar las neoplasias

metastásicas. (Patnaik, 1992).

3.1.2.1 Mielolipoma.

El mielolipoma hepático es raro y solo se ha reportado en gatos salvajes y

domésticos (Carpenter et al., 1987; Schuh, 1987). No se reportan signos clínicos.

Macroscópicamente, corresponde a crecimientos múltiples ubicados en varios

lóbulos, que protruyen a la superficie o pueden estar internamente, el tamaño varia

de unos pocos milímetros hasta varios centímetros, son de color amarillento o

naranja (Carpenter et al., 1987; Schuh, 1987). Histológicamente, esta compuesto

de tejido mieloide y adiposo de apariencia normal y madura, dentro del

componente mieloide puede observarse granulocitos, eritrocitos y

megalocariocitos. El diagnóstico diferencial no es problema gracias a sus

características histológicas. No se ha reportado metástasis a otros órganos

(Schuh, 1987).

3.2 Neoplasias metastásicas.

Las neoplasias metastásicas son más comunes que las neoplasias primarias en el

hígado (Bastianello, 1982a). El hígado es un sitio de implante común para la

metástasis de otros tumores (Fortner, 1977; Lee, 1983); se reporta que el 30% de

las neoplasias malignas en caninos hace metástasis entre otros tejidos al hígado

(Anderson and Sandinson, 1958) llegan por la vena porta, arteria hepática o por

contacto directo. Las neoplasias hepáticas metastásicas reportadas con mayor

frecuencia provienen de la glándula mamaria, el bazo, la glándula adrenal, el

páncreas, hueso y el pulmón (Lightdale, 1979; Schonland et al., 1979; Strombeck,

14

 

 

1979); se considera que el linfoma es la neoplasia metastásica más común en

perros (Trigo et al., 1982), bovinos, ovejas y cerdos (Bastianello, 1982a). Otros

desordenes mieloproliferativos pueden también afectar el hígado (Strombeck,

1979) como el tumor de células de Mast que es más común como lesión cutánea

pero puede hacer metástasis (Magne and Withrow, 1985).

3.2.1 Neoplasias Epiteliales.

3.2.1.1 Neoplasias pancreáticas.

Las neoplasias pancreáticas hacen metástasis a diferentes órganos entre estos el

hígado (Oskoui-zadeh et al., 2008). Macroscópicamente, pueden presentarse

como múltiples masas, firmes de color amarillo a rojo y de diferentes tamaños

(Sundberg et al., 1982; Oskoui-zadeh et al., 2008). Histológicamente, se

encuentran cordones sólidos de células neoplásicas con núcleo oval, prominente

nucléolo, el citoplasma es eosinofílico; en algunos focos se forman estructuras

acinares o tubulares similares a los descritos en el páncreas normal (Oskoui-

zadeh et al., 2008).

3.2.2 Neoplasias mesenquimales.

3.2.2.1 Hemangiosarcoma.

El hemangiosarcoma es una neoplasia maligna de células endoteliales que es

común en perros (Hargis et al., 1992; MacEwen, 2001), afectando principalmente

el bazo, la aurícula derecha, el hígado o la piel (Pearson et al., 1976), el patrón de

crecimiento es altamente infiltrativo localmente y hace metástasis particularmente

al pulmón y al hígado (Oksanen, 1978; Brown et al., 1985). Macroscópicamente, el

hemangiosarcoma primario varia en color según la irrigación y las diferentes

tonalidades van desde blanco hasta rojo intenso, puede ser una o múltiples masas

(Schuh, 1987). Las características histológicas, corresponden a células

15

 

 

endoteliales neoplásicas que forman grandes canales vasculares, quistes o

espacios parecidos a capilares de diferente tamaño. Las células pueden parecerse

a las normales, en general son alargadas, fusiformes e hipercromáticas, las figuras

mitóticas son comunes (Prymak et al., 1988; Srebernik and Appleby, 1991;

Schulteiss, 2004). El diagnóstico diferencial debe hacerse entre el tumor primario y

el metastásico, hemangioma, linfangioma, linfangiosarcoma y hamartomas

(Prymak et al., 1988; Schulteiss, 2004). El patrón de crecimiento del

hemangiosarcoma primario hepático en perros y gatos es altamente invasivo y

puede diseminarse al peritoneo, pulmón, riñón y ganglios linfáticos abdominales

(Trigo et al., 1982).

3.3 Neoplasias hemolinfaticas.

3.3.1 Linfoma.

El linfoma generalmente se comporta como una lesión multicéntrica, pero puede

ser primaria en hígado (Magne and Withrow, 1985). El linfoma puede ser nodular o

infiltrativo difuso (Theilen and Madewell, 1979; Meuten, 2002). Macroscópicamente

la forma nodular es irregular y de color blanco, mientras que la infiltrativa difusa se

manifiesta como hepatomegalia (Magne and Withrow, 1985). El involucramiento

del hígado es más frecuente multifocal con grandes masas de células neoplásicas

congregadas alrededor de la triada portal aunque se pueden encontrar pequeñas

acumulaciones de células alrededor de la vena central (Moulton and Harvey,

2002). El tumor se describe teniendo en cuenta el tamaño del núcleo pequeño o

grande, la forma se determina según el diámetro de un glóbulo rojo (National

Cáncer Institute, 1982).

3.3.2 Sarcoma histiocítico.

El sarcoma histiocítico incluye la forma diseminada y localizada, ambos se

reportan en animales de mediana edad (Pool and Thompson, 2002), las dos

16

 

 

formas tienen un comportamiento altamente agresivo (Moore, 2005); la forma

diseminada afecta con frecuencia el hígado (Affolter and Moore, 2002; Skorupski

et al., 2007). Histológicamente los tumores histiocíticos son mal delimitados y la

proliferación celular resulta en una alteración de la arquitectura tisular. Las células

pueden ser grandes, redondas, vacuoladas y las células gigantes son un hallazgo

característico; marcada anisocitosis, anisocariosis y una alta tasa mitótica, además

puede observarse fagocitosis de neutrófilos, eritrocitos y detritos celulares por las

células neoplásicas (Affolter and Moore, 2002; Wilson and Dungworth, 2002).

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21

 

 

CAPITULO III

ESTUDIO RESTROSPECTIVO DE LAS NEOPLASIAS HEPÁTICAS EN CANINOS EN EL LABORATORIO DE PATOLOGÍA VETERINARIA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL

DE COLOMBIA ENTRE LOS AÑOS 1975 Y 2007

RESUMEN

El estudio retrospectivo incluye 71 neoplasias hepáticas diagnosticadas en caninos según el archivo del Laboratorio de Patología de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia en el periodo comprendido desde el año 1975 hasta el 2007. Las neoplasias primarias fueron el 36,6% (26) mientras que las metastásicas el 63,4% (45). El 92,9% (66 casos) fueron neoplasias malignas y el 7,1% (5) fueron neoplasias benignas. Las neoplasias primarias más frecuentes fueron el colangiocarcinoma con el 16,9% (12) y el carcinoma hepatocelular con el 12,6% (9) y las metastásicas más comunes fueron el hemangiosarcoma con el 18,3% (13) y el linfoma con el 16,9% (12). Las razas más predispuestas a sufrir neoplasias hepáticas fueron: la mestiza en el 16,9% (12), seguida por la Bóxer y la Pastor Alemán con el 11,3% (8) cada una, la French Poodle con el 8,5% (6), la Labrador con el 7,1% (5) y la Cocker Spaniel con el 5,6% (4). Los animales geriátricos fueron los que más sufrieron de neoplasias hepáticas con el 66,2% (47). La edad más común de presentación de neoplasias fue entre los 8 y los 11 años con el 42,3% (30); se encontró que los caninos geriátricos tienen un 58% más riesgo de sufrir neoplasias hepáticas que los animales adultos según la población de referencia. En cuanto al sexo los machos fueron los más afectados con un 54,9% (39), las hembras con el 38% (27) y en el 7,1 % (5) no se reportó el sexo; se encontró que los caninos machos tienen un 38% más riesgo de presentar neoplasias hepáticas que las hembras por lo menos con relación a la casuística remitida a la Universidad Nacional de Colombia.

22

 

 

1. INTRODUCCIÓN

El hígado como cualquier órgano o tejido del organismo está sujeto al contacto

con agentes potencialmente carcinogénicos, entre estos tenemos: algunos virus,

sustancias químicas, hormonas, parásitos y la radiación (Allison et al., 1950;

Anderson et al., 1958; Graw and Berg, 1977; Hayes et al., 1983; McDonald and

Helman, 1986; Lawerence et al., 1994; Adler and Wilson 1995; Reid et al., 1999).

Las neoplasias hepáticas son clasificadas en malignas y benignas; según su

origen embriológico en epiteliales y mesenquimales ya sea primarias o

metastásicas (Meuten, 2002). Los signos clínicos pueden relacionarse o no con

insuficiencia hepática, los reportados con mayor frecuencia aunque inespecíficos

son: anorexia, letargia, pérdida de peso, poliuria, polidipsia, vómito, diarrea y otros

directamente relacionados con insuficiencia hepática como pérdida de peso,

ictericia, encefalopatía hepática y ascitis (Patnaik et al., 1980; Evans, 1987;

Balkman, 2009). Las neoplasias del tracto digestivo tienen baja incidencia de

presentación en el perro (Guilford and Strombeck, 1996); se estima que alrededor

del 5% de las neoplasias caninas se localizan en el tracto digestivo y constituyen

el tercer tipo de neoplasia más frecuente después de los tumores de la mama y las

neoplasias cutáneas (Washabau and Holt, 2005). Balkman (2009) reporta que las

neoplasias hepatobiliares en perros y gatos son poco comunes; sin embargo, el

hígado tiene un papel importante en el número de neoplasias del tracto

gastrointestinal y las neoplasias en general del perro (Ferreira de la Cuesta, 2003).

En el estudio realizado por Ferreira de la Cuesta (2003) de 1920 neoplasias que

afectaron 15 sistemas orgánicos, en el sistema digestivo encontró el 7,7% (148)

del total, de estos 18 correspondieron a neoplasias hepáticas en porcentaje es el

12,2% de las neoplasias del sistema digestivo y se clasificaron así: 11

colangiocarcinomas, tres carcinomas hepatocelulares, dos colangiomas, un

cistadenoma biliar y un fibrosarcoma; en el anterior estudio se encontró que 1081

caninos fueron afectados por neoplasias y el 1,67% del total fueron hepáticas.

Bravo (2007) reportó 93 neoplasias en caninos en el periodo comprendido entre

23

 

 

enero de 2004 a junio de 2007; nueve neoplasias afectaron el tracto

gastrointestinal y de estas cinco fueron hepáticas y las clasificaron de la siguiente

manera: un colangiocarcinoma, un carcinoma hepatocelular, un linfoma, un

melanoma y un hepatocolangiocarcinoma; en porcentaje del total de neoplasias

que afectaron a los caninos las hepáticas fueron el 5,36%.

Los objetivos de este estudio fueron determinar el número de neoplasias hepáticas

en caninos, hacer la descripción microscópica de las neoplasias primarias,

clasificar las neoplasias según Cullen and Popp, 2002 citados por Meuten (2002),

establecer la proporción de primarias versus metastásicas, la relación benignas

versus malignas, establecer la frecuencia de remisión por año e indagar factores

epidemiológicos como la edad, la raza y el sexo para las neoplasias hepáticas en

general y cada tipo de las mismas que se diagnosticaron en el Laboratorio de

Patología Veterinaria de la Universidad Nacional de Colombia entre los años 1975

y el 2007.

2. MATERIALES Y MÉTODOS Localización y selección de casos

El estudio se realizó en el Laboratorio de Patología de la Facultad de Medicina

Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia. La

información de los casos se obtuvo de los archivos de las historias de necropsias

e histopatologías (biopsias ó necropsias externas) recibidas en el Laboratorio

entre los años 1975 y el 2007.

Criterios de selección Los datos recopilados fueron los siguientes: número total de caninos, número total

de neoplasias que afectaron cualquier tejido y órgano de los caninos, total de

24

 

 

neoplasias hepáticas. El número de casos remitidos por año al Laboratorio de

Patología, para facilidad de la evaluación se dividió el periodo comprendido entre

1975 y 2007 en tres subperiodos de 11 años cada uno: el primero desde 1975

hasta 1985; el segundo desde 1986 hasta 1996 y el tercero desde 1997 hasta

2007; para cada diagnóstico o reporte de neoplasia hepática se tomaron datos

adicionales como la edad, la raza y el sexo; se diseño un formato para registrar

toda la información (ver anexo I). La tabulación del parámetro edad de los

animales se hizo reagrupando a los mismos en las tres etapas de la vida y quedó

como sigue: pediátricos (menores de 5 meses), adultos (5 meses a 6 años) y

geriátricos (mayores de 7 años) (Radostits, 1999; Hoskins, 2001; Galindo, 2002).

Evaluación de láminas

Las neoplasias hepáticas primarias fueron analizadas siguiendo un método de

descripción: brevemente, reconocer histológicamente el órgano, arquitectura,

distribución y el patrón del crecimiento neoplásico (expansivo, infiltrativo o ambos),

establecer la organización arquitectónica de la neoplasia (p.e: grupos, conductos,

cordones, acinos, quistes, etc.); descripción de las células: forma, citoplasma,

tonalidad, tamaño, atipia, anaplasia, células binucleadas y multinucleadas;

descripción de los núcleos: forma, tamaño, tonalidad, número de nucléolos,

distribución de la cromatina; figuras mitóticas en 10 campos al azar de 400x y

figuras mitóticas aberrantes, ruptura de lámina basal, presencia o no de células

neoplásicas en vasos linfáticos y/o sanguíneos; finalmente citar otras lesiones

patológicas asociadas al crecimiento neoplásico como cambios circulatorios,

reacción inflamatoria, necrosis y otros. Cuando existieron varias neoplasias del

mismo tipo, se describieron de manera individual y luego se hizo un promedio de

las características para la descripción final. Todas las neoplasias primarias fueron

clasificadas según Cullen and Popp, 2002 citados por Meuten (2002); para las

neoplasias que hubo desacuerdo con el diagnóstico inicial o la clasificación, se

consultó con otros patólogos y por común acuerdo se clasificaron.

25

 

 

Registro fotográfico. A las neoplasias hepáticas primarias se les hizo un registro fotográfico completo,

la sección de fotografía se llevo a cabo en el Laboratorio de Patología

interfacultades de la Universidad Nacional de Colombia; para el registro fotográfico

se usó un microscopio Nikon Eclipse E600 adaptado a una cámara digital Nikon

(digital camera Dxm 1200) número 12920 y se empleó el software Nikon Act 1

instalado en un computador Dell Oppex 6X270 las fotos se tomaron en los

siguientes aumentos: 20x, 40x, 100x y 400x.

Estadística. La población de referencia para el análisis estadístico de los resultados fueron los

caninos con diagnóstico de neoplasia durante el periodo de estudio. Se tomaron

las siguientes variables respuestas; número total de neoplasias que afectaron

cualquier órgano o tejido de caninos, número total de neoplasias hepáticas,

número total de neoplasias primarias y metastásicas, número total de neoplasias

malignas y benignas, la edad, la raza y el sexo. Se hizo estadística descriptiva y

para mostrar gráficamente los datos se utilizaron histogramas de frecuencia para

cada una de las variables respuesta. La prueba aplicada para algunos análisis fue

Odds Ratio (riesgo indirecto) (Dawson y Trapp, 2005).

3. RESULTADOS

Población. El Laboratorio de Patología de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia

de la Universidad Nacional entre los años 1975 y el 2007 recibió 4676 casos de

caninos entre necropsias e histopatologías, de este gran total de la casuística

canina, 1692 correspondieron a neoplasias que afectaron diferentes sistemas

orgánicos de los caninos.

26

 

 

Los resultados de acuerdo con los factores epidemiológicos de la población canina

que tuvo algún tipo de neoplasia quedo establecido de la siguiente manera, con

respecto a la edad se distribuyeron así: el 58,5% (990) en animales geriátricos

(mayores a 7 años), el 35% (592) en animales adultos (entre 5 meses y 6 años), el

1,8% (31) en animales pediátricos (menores de 5 meses) y para el 4,7% (79) no

se reportó la edad.

La distribución de las 1692 neoplasias de acuerdo con el sexo quedó como sigue:

el 50,7% (858) fueron machos; el 47,9% (811) fueron hembras y para el 1,4% (23)

no se reportó el sexo.

La distribución por raza fue amplia, las 1692 neoplasias afectaron a 59 razas

diferentes, las diez razas más frecuentes fueron: la mestiza con el 14,5% (245), la

French Poodle el 13,8% (235), la Bóxer el 10,2% (172), la Labrador el 7,5% (127),

la Pastor Alemán el 6,9% (116), la Cocker Spaniel el 6,1% (103), la Doberman el

3% (50), la Siberian Husky el 2,6% (44), la Pinscher el 2,6% (44), la Rottweiler el

2,4% (40); el 30,4% (516) restante abarcó a las otras 49 razas y el número de

animales por raza varió desde 1 a 38.

De las 1692 neoplasias que afectaron a los caninos en el periodo de estudio el

4,2% (71) fueron neoplasias hepáticas; el número y porcentaje de las neoplasias

primarias y metastásicas y el total de las neoplasias que afectaron el hígado se

aprecia en la figura 1, el 36,6% (26) primarias y el 63,4% (45) metastásicas. En la

figura 2 podemos ver el comportamiento según el grado de malignidad de las 71

neoplasias hepáticas y resultó que el 7,1% (5) fueron benignas y el 92,9% (66)

malignas. Del total de neoplasias primarias el 80,8% (21) fueron malignas y el

19,2% (5) fueron benignas mientras que el 100% de las metastásicas fueron

malignas.

27

 

 

Figura 1. Total de neoplasias hepáticas en el Laboratorio de Patología de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia entre los años 1975 y 2007. Porcentaje de las neoplasias primarias y metastásicas.

Figura 2. Total de neoplasias hepáticas en el Laboratorio de Patología de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia entre los años 1975 y 2007. Proporción de neoplasias hepáticas primarias y metastásicas y porcentajes de malignas versus benignas.

28 

 

 

 

El porcentaje de animales afectados con neoplasias hepáticas según la etapa de

la vida fue variable; el mayor porcentaje 66,2% (47) fueron animales geriátricos, el

25,3% (18) animales adultos, no se encontraron en animales pediátricos y para el

8,5% (6) no se les reportó la edad (Fig. 3).

De acuerdo con el Odds Ratio, se encontró que los caninos geriátricos tienen un

58% más riesgo de sufrir neoplasias hepáticas que los animales adultos según la

casuística del Laboratorio de Patología Veterinaria de la Universidad Nacional de

Colombia. La mayoría de animales que sufrieron neoplasias hepáticas se

agruparon entre los ocho y los 11 años con un 42,3% (30).

Las razas afectadas por neoplasias hepáticas de conformidad con este trabajo

fueron numerosas, comprometió 24 razas de caninos y las razas afectadas sin

importar el tipo de neoplasia hepática fueron: la mestiza con el 16,9% (12), la

Bóxer y la Pastor Alemán con el 11,3% (8) cada una, la French Poodle con el

8,5% (6), la Labrador con el 7,1% (5), la Cocker Spaniel con el 5,6% (4), la Chow-

Chow con el 4,2% (3); la Rottweiler, la San Bernardo, la Gran Danés, la Golden

Retriever, la Pitbull Terrier con el 2,8% (2 cada una) y la Mastín Napolitano, la

Akita, la Fila Brasilero, la Pointer Alemán, la Pomerania, la Fox Terrier, la Shar-pei,

la Pastor Ovejero, la Doberman Pinscher, la Shetland, la Keshound y la Doberman

con el 1,4 % (1 cada una) y para el 4,2% (3) no se reportó la raza (Fig. 4).

Los resultados de acuerdo con el género de las neoplasias hepáticas descritas en

caninos mostraron que afectó en mayor porcentaje a los machos con el 54,9% (39

casos) en comparación con el 38% (27) en hembras y para el 7,1% (5) no se

reportó el sexo (Fig. 5). Se encontró que los caninos machos tienen un 38% más

riesgo de presentar neoplasias hepáticas que las hembras por lo menos con

relación a la casuística de neoplasias en caninos enviada a la Universidad

Nacional de Colombia.

29

 

 

Figura 3. Comparación de los caninos afectados por neoplasias hepáticas en el Laboratorio de Patología de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia de acuerdo con la etapa de la vida o grupo etario. NR: No se reportó el grupo etario.

Figura 4. Distribución de la casuística diagnosticada en el Laboratorio de Patología de la Facultad

de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia de neoplasias

hepáticas en caninos según la raza. NR: no se reportó la raza.

30

 

 

La remisión de la casuística canina y en especial la diagnosticada como neoplasia

hepática se incrementó gradualmente en cada subperiodo establecido y fue

notoriamente mayor en el último; en general, el estudio comprendió 33 años entre

1975 y 2007, en el primer subperiodo desde 1975 a 1985 se remitieron el 7,1%

(5), para el segundo subperiodo entre 1986 a 1996 llego el 16,9% (12) y entre

1997 a 2007 se diagnosticó el 76% (54) (Fig. 6).

Clasificación de las neoplasias hepáticas. La clasificación general de la casuística de neoplasias hepáticas en caninos que

se remitió al Laboratorio de Patología Veterinaria de la Universidad Nacional de

Colombia en el periodo que comprendió el estudio, se observa en la tabla 1.

Neoplasias primarias. Adenoma hepatocelular: el 1,4% (un caso) de las 71 neoplasias descritas en el

hígado en el actual estudio fue un adenoma hepatocelular. Los datos

epidemiológicos (edad, raza, sexo) son del 100% ya que solo se encontró un

canino con esta neoplasia; un animal geriátrico, San Bernardo, macho. El 100%

(1) canino se ubicó entre los 8 y 11 años.

Microscópicamente: el patrón de crecimiento es expansivo, en los límites de la

neoplasia proliferación de tejido conectivo y desplazamiento severo de los

hepatocitos circundantes; las células son similares a hepatocitos que se

distribuyen de forma desordenada, focos de cordones de hepatocitos neoplásicos

irregulares, las células son poliédricas de citoplasma vacuolado, anisocitosis y

pleomorfismo celular leve, células binucleadas; los núcleos son de tamaño

moderado, redondos y ovoides, pleomorfismo nuclear y anisocariosis leve;

escasas figuras mitóticas (Fig. 7).

31

 

 

Figura 5. Neoplasias hepáticas en caninos diagnosticadas en el Laboratorio de Patología de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia según el sexo. NR: No se reportó el sexo.

Figura 6. Comparación de la casuística de neoplasias hepáticas de acuerdo con el subperiodo de

remisión en el Laboratorio de Patología Veterinaria de la Facultad de Medicina Veterinaria y de

Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia.

32

 

 

Tabla 1. Número, porcentaje y clasificación de las neoplasias hepáticas que

llegaron al Laboratorio de Patología Veterinaria en el periodo comprendido entre

los años 1975 y el 2007, la clasificación se hizo con base en las características

histológicas descritas por Cullen and Popp, 2002 citados por Meuten (2002).

Primarias Metastásicas ó secundarias

Neoplasia casos % Neoplasia casos %

Epiteliales

Colangiocarcinoma

Carcinoma hepatocelular

Adenoma hepatocelular

Cistadenoma

12

9

1

4

16,9

12,6

1,4

5,6

Epiteliales

Carcinoma pancreático

Carcinoma indiferenciado

Melanoma

Carcinoma escamocelular

Carcinoma prostático

Carcinoma bronquial

4

3

1

1

1

1

5,6

4,2

1,4

1,4

1,4

1,4

Mesenquimales 0 0 Mesenquimales.

Hemangiosarcoma

Osteosarcoma

Sarcoma indiferenciado

Mesenquimoma maligno.

13

2

2

1

18,3

2,8

2,8

1,4

Hemolinfáticas

Linfoma.

Sarcoma histiocítico

Histiocitoma fibroso

12

3

1

16,9

4,2

1,4

Total 26 36,6 Total 45 63,4

33

 

 

Cistadenoma: el 5,6% (4) del total de las 71 neoplasias que afectaron el hígado

se diagnosticaron como cistadenoma. La información epidemiológica de los

caninos que tenían esta neoplasia quedó como sigue el 100% ocurrió en caninos

geriátricos; con relación a la raza la distribución fue: el 25% (1) en la Chow Chow,

el 25% (1) en la mestiza, el 25 % en la French Poodle y para el 25% (1) no se

reportó la raza; con respecto al sexo, el 50% (2) fueron en hembras, el 25% (1) en

machos y para el 25% (1) no se reportó el sexo. El 75% (3) de caninos se ubicaron

entre los 8 y 11 años.

Microscópicamente: el patrón de crecimiento es expansivo que se organiza

formando múltiples estructuras quísticas tapizadas por epitelio cúbico simple, en

algunos focos es cilíndrico y en otros tiende a aplanarse; tales estructuras

quísticas están separadas por una escasa trama de tejido conectivo; algunos

quistes forman estructuras papilares, en otras hay detritus en la luz; las células

tienen citoplasma de tamaño moderado y eosinofílico, anisocitosis y pleomorfismo

celular leve; los núcleos son pequeños, redondos u ovoides, cromáticos,

anisocariosis y pleomorfismo nuclear leve, el nucléolo es grande, escasas figuras

mitóticas, atrofia de hepatocitos circundantes, dilatación de sinusoides, fibrosis

periportal, pigmentos derivados de la Hb y áreas hemorrágicas (Fig. 8).

Carcinoma hepatocelular: el 12,6 % (9) de los 71 casos que afectaron el hígado

correspondieron a carcinoma hepatocelular. La distribución de acuerdo con los

parámetros epidemiológicos evaluados para los caninos que se les diagnosticó

esta neoplasia fue la siguiente: el 66,7% (6) fueron caninos geriátricos, el 22,2%

(2) adultos y para el 11,1% (1) no se reportó la edad; se encontró diversidad en las

razas afectadas, el 22,2% (2) en la French Poodle y la mestiza respectivamente, el

11,1% (1) en la Bóxer, el 11,1% (1) en la Fox Terrier, el 11,1% (1) en la Golden

retriever y el 11,1% en la Pastor Alemán y para el 11,1% (1) no se reportó la raza;

según el sexo el 55,6% (5) fueron machos, el 33,3% (3) hembras y para el 11,1%

(1) no se reportó el sexo. El 44,4% (4) de caninos se ubicaron entre los 8 y 11

años.

34

 

 

A

B

Figura  7.  Adenoma hepatocelular. A. Proliferación de tejido conectivo (flecha naranja), hepatocitos

neoplásicos (cabeza de flecha amarilla), células binucleadas (flecha verde) 200x. Técnica H&E. B. Hepatocitos neoplásicos con citoplasma vacuolado (flecha negra), células binucleadas (flecha verde). 400X. Técnica H&E.

35

 

 

B

Figura 8. Cistadenoma. Características histopatológicas. A. Estructuras quísticas (asteriscos), trama de tejido

conectivo (flecha naranja), detritus celulares (flecha amarilla) 40x. Técnica H&E. B. Epitelio cilíndrico simple

(flechas negras), trama de tejido conectivo (flecha naranja) 400X. Técnica H&E

36

**

*

A

 

 

Microscópicamente: el patrón de crecimiento es infiltrativo y expansivo que se

organiza de forma densa; las células son poliédricas, algunas un poco alargadas,

atipia celular variable desde leve a severa, la mayoría tienen escaso citoplasma

moderadamente eosinofílico, algunas tienen citoplasma amplio y ligeramente

vacuolado, anisocitosis y pleomorfismo celular severo; los núcleos son redondos u

ovoides, cromáticos, pleomorfismo nuclear y anisocariosis severa, megalocariosis,

uno ó más nucléolos grandes, la cromatina se distribuye laxamente, 7 figuras

mitóticas en 10 campos de 400X, algunas células neoplásicas en vasos linfáticos;

adicionalmente, múltiples focos de hemorragia y necrosis, la mayoría fueron

clasificados como sólidos. (Fig. 9).

Colangiocarcinoma: el 16,9% (12) de las 71 neoplasias hepáticas se

describieron como colangiocarcinoma; la información epidemiológica recopilada de

los caninos que sufrieron este tipo de neoplasia quedo de la siguiente manera: con

relación a la etapa de la vida, el 66% (8) fueron caninos geriátricos, el 16,7% (2)

adultos y para el 16,7% (2) no se reportó la edad; la distribución por raza fue así:

el 25% (3) en la mestiza, el 16,7% (2) en la Bóxer y la Cocker Spaniel y el 8,3% (1)

para cada una de las siguientes razas: la Fila Brasilero, la Pastor Alemán, la

Pointer alemán, la Chow Chow y la Pomerania; con relación al sexo el 50% (6)

fueron hembras y el 50% (6) machos. El 66,7% (8) de caninos se distribuyeron

entre los 8 y 11 años.

Microscópicamente: crecimiento neoplásico infiltrativo que se caracteriza por

organizarse en estructuras tubulares de diferente tamaño distribuidas de manera

desorganizada que se estrechan unas con otras, en la luz se acumula material

proteinaceo y células descamadas; algunas tienen crecimiento papilar hacia la luz

de las mismas y otras forman largos cordones tortuosos, tapizados por varias

capas de células; las células son cuboideas, algunas multinucleadas, atipia

moderada y perdida de la polaridad celular, el citoplasma eosinofílico de tamaño

moderado, anisocitosis moderada y pleomorfismo celular moderado,

37

 

 

megalocitosis, hay ruptura de la lámina basal; los núcleos son grandes, redondos,

algunos hendidos, cromáticos, anisocariosis y pleomorfismo nuclear moderado,

algunas megalocariosis, uno o dos nucléolos grandes, la cromatina se distribuye

en grumos, 39 figuras mitóticas 10 campos de 400x, algunas mitosis aberrantes,

células neoplásicas en algunos vasos linfáticos o sanguíneos. Adicionalmente

focos de necrosis, hemorragia e infiltrado de neutrófilos (Fig.10).

Neoplasias metastásicas.

Hemangiosarcoma: el 18,3% (13) de las 71 neoplasias que afectaron el hígado

de los caninos se diagnosticaron como hemangiosarcoma. Las características

epidemiológicas tenidas en cuenta para los pacientes que sufrieron esta neoplasia

quedaron así: de acuerdo con la etapa de vida el 92,3% (12) fueron geriátricos y el

7,7% (1) adultos; la distribución por razas fue: el 23% (3) en la Pastor Alemán, el

15,4% (2) en la Labrador y en la French Poodle respectivamente y el 7,7% (1) en

las siguientes razas: Chow-Chow, Gran Danés, mestiza, Bóxer, Cocker Spaniel y

Rottweiler; según el sexo el 69,2% (9) fueron machos y el 30,8% (4) en hembras.

El 69,2% (9) de caninos se situaron entre los 8 y 11 años.

Linfoma: el 16,9% (12) del total de las 71 neoplasias hepáticas correspondieron a

linfoma. Por epidemiología, la distribución de los animales que sufrieron linfoma

según la etapa de la vida quedó así: el 58,3% (7) en caninos geriátricos y el 41,7%

(5) en adultos; con relación a la raza el 25% (3) fueron en la Bóxer, el 16,7% (2) en

la mestiza y el 8,3% (1) en las siguientes razas: Labrador, Pastor Alemán,

Rottweiler, Mastín Napolitano, San Bernardo, Akita Japonés y French Poodle;

la disposición por sexo tuvo el siguiente comportamiento: el 66,7% (8) se

describieron en machos y el 33,3% (4) en hembras. El 33,3% (4) de caninos se

encasillaron entre los 8 y 11 años.

Carcinoma pancreático: el 5,6% (4) del total de las 71 neoplasias hepáticas se

describieron como carcinoma pancreático. Epidemiológicamente de los cuatro

caninos que se les diagnosticó esta neoplasia todos los animales se distribuyeron

38

 

 

 

 

 

Figura 9. Carcinoma hepatocelular. Características histopatológicas. A. Hepatocitos neoplásicos (flecha negra)

y hemorragia (flecha verde) 200x. Técnica H&E. B. Hepatocitos neoplásicos (flecha negra), mitosis aberrante

(flecha agua marina) 400x. Técnica H&E

39

B

A

 

 

 

 

 

Figura 10. Colangiocarcioma, Características histopatológicas. A. Estructuras tubulares irregulares

(asteriscos) 200x. Técnica H&E. B. Células multinucleadas (flecha negra), figuras mitóticas (flechas rojas),

megalocariosis (flecha azul) 400X. Técnica H&E. C. Perdida de la polaridad y atipia celular (flecha anaranjada)

400x. Técnica H&E.

40

A

*

**

B

C

 

 

en dos etapas de la vida, el 75% (3) en geriátricos y el 25% (1) en adultos; los

animales pertenecían a cuatro razas diferentes con el 25% (1) cada una y son: la

Keshound, la Pitbull Terrier, la Cocker Spaniel y la Doberman; con respecto al

sexo el 75% (3) fueron hembras y 25% (1) machos. El 75% (3) de caninos se

agruparon entre los 8 y 11 años.

Sarcoma histiocítico: el 4,2% (3) del total de las 71 neoplasias que afectaron el

hígado se diagnosticaron como sarcoma histiocítico; el 66,7% (2) fueron caninos

adultos y el 33,3% (1) geriátricos; de acuerdo con la raza se dividieron en tres,

cada una con el 33,3% (1) y fueron: la Pitbull, la Pastor Ovejero y la Sharpei; por

sexo se distribuyeron así: el 66,7% (2) en hembras y el 33,3% (1) en machos.

Carcinoma indiferenciado: el 4,2% (3) de las 71 neoplasias que se encontraron

en hígado de caninos objeto de este estudio se reportaron como carcinoma

indiferenciado; con respecto a la raza se distribuyeron así: el 33,3% (1) en la

Bóxer, el 33,3% (1) en la Pastor Alemán y para el 33,3% (1) no se reportó la raza;

el 66,7% (2) fueron geriátricos y para el 33,3% (1) no se reportó la edad; de

acuerdo con el sexo: el 33,3% (1) fue en machos, el 33,3% (1) en hembras y en el

33,3% (1) no reportó el sexo.

Osteosarcoma: el 2,8% (2) del total de las 71 neoplasias hepáticas se

diagnosticaron como osteosarcomas; el 50% (1) en geriátricos y el 50% (1) en

adultos; las razas afectadas cada una con el 50% (1) fueron: la Pastor Alemán y la

mestiza; el 50% (1) fueron machos y el otro 50% hembras.

Sarcoma indiferenciado: el 2,8% (2) de las 71 neoplasias hepáticas se

reportaron como sarcoma indiferenciado; el 100% en geriátricos; el 50% (1) en la

raza Labrador y el otro 50% (1) en la mestiza; el 100% (2) fueron machos.

Melanoma: el 1,4% (1) de las 71 neoplasias descritas en el hígado fue

diagnosticado como melanoma a un animal geriátrico de la raza Doberman

Pinscher y sexo macho. Carcinoma escamocelular: el 1,4% (1) de las 71

neoplasias estudiadas en hígado se reportó como carcinoma escamocelular; no se

41

 

 

reportó la edad; la raza era la mestiza y el sexo macho. Adenocarcinoma

prostático: el 1,4% (1) de las 71 neoplasias hepáticas en caninos se diagnosticó

como adenocarcinoma prostático a un geriátrico de la raza Shetland y sexo

macho. Carcinoma Bronquial: el 1,4% (1) de las 71 neoplasias hepáticas en este

estudio se reportó como carcinoma bronquial; un animal geriátrico de la raza Gran

Danés y sexo hembra. Mesenquimoma maligno: el 1,4% (1) del total de 71

neoplasias que afectaron el hígado, una se diagnosticó como mesenquimoma

maligno; animal adulto de la raza Golden Retriever y sexo hembra. Histiocitoma

fibroso: el 1,4% (1) de las 71 neoplasias hepáticas que afectaron a los caninos en

el periodo de estudio se reportó un histiocitoma fibroso, en un adulto de la raza

Labrador y sexo macho.

4. DISCUSIÓN

La casuística canina específicamente de neoplasias que llegó al Laboratorio de

Patología de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad

Nacional de Colombia en el periodo propuesto para este estudio (33 años)

comprendido entre los años 1975 y 2007 fue de 1692 neoplasias que afectaron los

diferentes órganos o tejidos; el 4,2% (71/1692) afectó el hígado. Zaldivar y col

(2002) de 120 neoplasias diagnosticadas en caninos entre los periodos de 1978 a

1982 y 1993 a 1998 no reportó casos que afectaran el hígado. Ferreira de la

Cuesta (2003) reportó un porcentaje de 1,67% de neoplasias hepáticas de un total

de 1081 neoplasias en los diferentes sistemas en caninos. Bravo (2007) encontró

que el 5,4% de un total de 93 neoplasias que afectaron a los caninos eran

hepáticas. De acuerdo con los resultados de este estudio y los reportes de

literatura podemos sugerir que nuestros hallazgos son similares a los citados por

otros autores y la casuística de neoplasias hepáticas es menor al 6% del total de

neoplasias que afectan a los caninos; sin embargo, las neoplasias hepáticas

deben ser consideradas entre los diagnósticos diferenciales.

42

 

 

En el actual trabajo el porcentaje hallado fue del 4,2% incluyendo las primarias y

metastásicas que es similar a lo reportado en la literatura nacional e internacional;

adicionalmente, Washabau and Holt (2005) estimo que alrededor del 5% de las

neoplasias caninas se localizan en el tracto digestivo y constituyen el tercer tipo de

neoplasia más frecuente después de los tumores de la mama y las neoplasias

cutáneas. De acuerdo con los anteriores reportes y nuestros hallazgos se podría

proponer que el hígado es un órgano susceptible para sufrir neoplasias; para

explicar esta hipótesis; se debe tener en cuenta varias vías: primero, la circulación

hepática, (sistémica, funcional y enterohepática); segundo, es un órgano central

en el metabolismo y detoxificación (carcinogénicos); tercero, exposición a agentes

carcinogénicos (aflatoxinas, factores ambientales, nitrosaminas).

Sustancias como las aflatoxinas, las nitrosaminas y algunos medicamentos como

las hormonas tienen un efecto reconocido como carcinogénico para el hígado

(Magee and Barnes, 1956; Navarro, 2003; Bogantes- Ledezma et al., 2004; La

Vecchia and Tavani, 2006). Las aflatoxinas son trasformadas en el hígado en

epóxidos y metabolitos que tienen la capacidad de unirse a los acidos nucleicos y

causar mutaciones como la del gen p53 (supresor tumoral) lo que favorece

alteraciones en el ciclo celular y lleva al desarrollo de neoplasias (Betina 1989;

Smela et al., 2001; Urrego y Díaz, 2006). En Colombia, Céspedes y Díaz (1997) y

Díaz et al. (2001) encontraron una incidencia de aflatoxinas del 29% en un total de

200 muestras de materias primas y alimentos terminados utilizados en nutrición

animal y los niveles en las muestras positivas oscilaron entre 1.0 y 66.1 ppb.

Factores ambientales como los nutricionales, microorganismos, tóxicos y la

radiación actúan induciendo directamente ruptura del DNA, causando mutaciones

del mismo, modificando procesos celulares como la velocidad de replicación, la

génesis de pro-oxidantes y formación de especies reactivas del oxigeno (Navarro,

2003). Las nitrosaminas utilizadas como conservantes o preservantes en

alimentos enlatados y productos no precederos o encontradas en diferentes

fuentes naturales como agua, ambiente y algunas hortalizas; adicionalmente,

43

 

 

surgen como productos del metabolismo; ellas tienen la capacidad de hacer

etilación de ácidos nucleicos y producen ruptura de la hebra de DNA (Magee and

Lee, 1964; Swann and Magee, 1971; Eisenbrand et al., 1996; Loeppky et al.,

1998).

En nuestro medio la exposición a carcinógenos es favorecido por los cambios en

los hábitos de alimentación en los caninos con una tendencia a concentrados y/o

enlatados, algunos alimentos destinados para nutrición humana cuando están

vencidos o se deterioran por procesos de almacenamiento son destinados a la

alimentación de los animales entre ellos los caninos.

Los resultados del actual trabajo mostraron que las neoplasias metastásicas

(63,4%) afectaron el hígado más comúnmente que las primarias (33,6%) (Fig. 1).

La literatura reporta que las neoplasias metastásicas son más frecuentes que las

primarias en el hígado (Strombeck, 1978; Strombeck, 1979; Crow, 1985; Hammer

and Sikkema, 1995). De lo anterior se puede deducir que el comportamiento de las

neoplasias primarias y metastásicas que afectaron el hígado en la casuística de la

Universidad Nacional de Colombia se comportó similar a lo reportado en la

literatura y que el órgano es afectado en mayor número por las metastásicas.

El hígado es un órgano blanco para neoplasias metastásicas y como en otros

órganos se cita que participan varios mecanismos que favorecen las metástasis:

anatómicos, la ubicación en la cavidad abdominal donde comparte con otros

órganos como el bazo y el páncreas; funcionales, el hígado tiene tres tipos de

circulación, sistémica, portal y enterohepática lo que favorece mayor circulación de

células neoplásicas; biofísicos, la disrupción mecánica de las uniones estrechas

(tight junction) y finalmente, los moleculares; p.e, las integrinas entre ellas las α-

integrinas, factores de crecimiento como el factor de crecimiento transformante –β

por sus efectos moduladores en la síntesis de matriz extracelular y expresión de

receptores de adhesión celular (Swift et al., 1983; Massague, 1990; Norgaard et

al., 1995; Enns et al., 2005; Canning et al., 2006; Enns et al., 2007; Martin and

44

 

 

Jiang, 2009). Los anteriores soportes de literatura explicarían en parte el papel del

hígado como sitio frecuente para implantación de neoplasias.

Este estudio determinó que el 92,9% de las neoplasias hepáticas evaluadas

fueron malignas incluyendo las primarias y las metastásicas (Fig. 2). Sato et al.

(1983) de 507 neoplasias en caninos, solo reportó cinco hepáticas, estas no

fueron clasificadas pero una de ellas era maligna. Ferreira de la Cuesta (2003)

reportó que el 83,3% de neoplasias hepáticas fueron malignas de un total de 18

casos encontrados. Bravo (2007) reportó cinco neoplasias hepáticas y el 100%

eran malignas. Con base en los reportes de literatura y los aportes de este trabajo

se podría proponer que las neoplasias malignas siguen siendo las más frecuentes

en el hígado.

Las neoplasias malignas son las más comunes en el hígado incluyendo las

primarias aunque no tenemos una explicación por literatura del porque los agentes

carcinogénicos estimulan más el desarrollo de las neoplasias malignas versus las

benignas; con relación a las neoplasias primarias son necesarios estudios de

investigación que evalúen dosis, mecanismos de acción y tiempo de exposición de

los carcinógenos; por otra parte las neoplasias benignas pueden ser

subdiagnosticadas por el comportamiento y la expresión clínica de la misma.

El grupo etario más afectado fue el geriátrico con un 66,2% (47) y la edad de

presentación más común fue entre los 8 y los 11 años con el 42,3% de las 71

neoplasias hepáticas y se encontró que los caninos geriátricos tienen el 58% más

riesgo de sufrir neoplasias hepáticas que los animales adultos según la casuística

del Laboratorio de Patología Veterinaria de la Universidad Nacional de Colombia.

Varios reportes de literatura citan que los tumores hepáticos son más comunes en

caninos viejos (Hirao et al 1974; Hirsch et al., 1981; Withrow and MacEwen, 2001,

Balkman, 2009). Por otra parte, Ramos-Vara (2002) en una revisión histológica e

inmunohistoquímica de 129 casos de neoplasias en caninos; reportó que la mayor

45

 

 

presentación de neoplasias es en animales mayores a 10 años. Patnaik et al

(1980), Strombeck (1978) y Trigo et al (1982) citados por Balkman (2009) reportan

que las neoplasias hepatobiliares son más frecuentes en animales entre los 9 y 12

años. Con base en lo hallado en el trabajo y los reportes de literatura podemos

sugerir que los caninos de mayor edad o geriátricos es el grupo etario más

susceptible a sufrir neoplasias hepáticas y el pico de edad está entre los 8 y los 11

años. Una explicación razonable del por qué los animales geriátricos son los más

afectados por las neoplasias es difícil de hallar, se podría proponer que el

desarrollo de una neoplasia dependería del tipo de carcinógeno, la dosis y el

tiempo de exposición y por otra parte de las características del canino (raza y

sexo); sin embargo, existen varios estudios que citan que algunas modificaciones

en el ciclo celular como las asociadas a la senescencia, la resistencia a la

apoptosis y la alteración en las funciones secretoras favorecen un microentorno

celular que podría promover la proliferación de células preneoplásicas (Krtolica et

al., 2001; Paradis et al., 2001, Campisi, 2003).

En este trabajo se encontró solo 1 caso en un canino menor de 2 años de edad,

un mesenquimoma maligno metastásico en una hembra Golden Retriever de 13

meses; aunque son escasos los reportes de neoplasias hepáticas metastásicas en

animales de tan corta edad existen algunos en animales de mediana edad (3 - 6

años) (Pool and Thompson, 2002). Los reportes de literatura y los resultados del

estudio permiten concluir que los animales pediátricos y adultos son menos

susceptibles a sufrir neoplasias en este caso las hepáticas en comparación con los

geriátricos.

Las razas caninas que sufren neoplasias hepáticas son bastante variadas y en

este estudio se encontró que las 71 neoplasias diagnosticadas afectaron a 24

razas y la raza mestiza conocida popularmente como criolla con el 16,9%, seguida

por la Bóxer y la Pastor Alemán con el 11,3% cada una, la French Poodle con el

8,5% y la Labrador con el 7,1% (5) resultaron las más afectadas; estos hallazgos

46

 

 

están de acuerdo con Schuch et al. (2006) y Bravo (2007) quienes reportaron a la

raza mestiza como la más afectada por neoplasias hepáticas. Otros autores

reportan a las razas Pastor Alemán y la Labrador como razas predispuestas

(Prymak et al., 1988; Srebernik and Appleby, 1991; Schulteiss, 2004). De acuerdo

con los reportes de literatura y lo encontrado en este estudio se puede sugerir una

tendencia de la raza criolla a sufrir de neoplasias hepáticas ó simplemente es una

raza popular y por ello es la que llega frecuentemente a los laboratorios de

diagnóstico de Patología Veterinaria incluyendo el de la Universidad Nacional de

Colombia; sin descartar otros factores que pudiesen intervenir en los caninos

mestizos como la mayor población de animales en comparación con las razas

puras, la alimentación de menor calidad o contaminada con micotoxinas

(aflatoxinas) (Newberne and Butler, 1969; Thomas et al., 1997; Fink-Gremmels,

1999; Ioan and Catoi, 2007). En Colombia las razas Pastor Alemán y La Labrador

fueron o son comunes y existe una población considerable; el desarrollo de

alimentos concentrados adicional al cambio en los hábitos de alimentación de los

caninos donde la tendencia es a este tipo de alimento que puede tener un

importante papel en el desarrollo de neoplasias por la posibilidad de

contaminación con agentes como las micotoxinas (Díaz et al., 2001).

En la población total que llegó al Laboratorio de Patología Veterinaria afectada por

neoplasias hepáticas se encontró que el 54,9% fueron machos y el 38% hembras,

este estudio específicamente mostró que los caninos machos tienen un 38% más

riesgo de presentar neoplasias hepáticas que las hembras por lo menos con

relación a la casuística enviada a la Universidad Nacional de Colombia. La

literatura reporta que no hay una significante predisposición por sexo a neoplasias

hepáticas (Lawerence et al., 1994; Anthony, 2001; Balkman, 2009). Lo anterior

muestra que nuestros hallazgos contrastan con lo encontrado por otros autores;

sin embargo, se podría concluir que faltan estudios que aclaren el papel de las

hormonas en las neoplasias hepáticas caninas.

47

 

 

En el presente trabajo se encontraron 26 neoplasias hepáticas primarias y se

clasificaron de la siguiente manera: el 46,2% (12) colangiocarcinomas, el 34,6%

(9) carcinomas hepatocelulares, el 15,4% (4) cistadenomas biliares y el 3,8% (1)

adenoma hepatocelular. Ferreira de la Cuesta (2003) reportó que de un total de

18 neoplasias hepáticas el 61,1% (11) fueron colangiocarcinomas, el 16,7% (3)

carcinomas hepatocelulares, el 11,1% (2) colangiomas, el 5,6% (1) cistadenoma

biliar y el 5,6% (1) fibrosarcoma. Otros estudios reportan al colangiocarcinoma y al

carcinoma hepatocelular como las neoplasias primarias más frecuentes

(Strombeck, 1979; Patnaik et al., 1980; Patnaik et al., 1981; Trigo et al., 1982;

Crow, 1985; Magne and Winthrow, 1985; Hammer and Sikkema, 1995). Podemos

concluir con base en los resultados del actual trabajo y lo reportado en la literatura

nacional e internacional que las neoplasias hepáticas primarias más frecuentes

son el colangiocarcinoma y el carcinoma hepatocelular; por lo tanto deben ser los

primeros a tener en cuenta como diagnósticos diferenciales en el caso de

neoplasia hepática primaria por los patólogos y clínicos. Además, el alto riesgo por

el contacto crónico con aflatoxinas que se reporta asociado a neoplasias hepáticas

como el carcinoma hepatocelular en humanos (Ross et al. 1992; Qian et al., 1994,

Williams et al., 2004), nitrosaminas que pueden causar neoplasias hepáticas en

animales de laboratorio por medio de la etilación de ácidos nucleicos y al producir

ruptura de la hebra de ADN (Magee and Lee, 1964, Swann and Magee, 1971;

Eisenbrand et al., 1996; Loeppky et al., 1998), infecciones crónicas y parasitismo

hepático por Ancylostoma caninum y Trichuris vulpis (Hayes et al., 1983), el uso

de anticonceptivos orales y esteroides anabólicos relacionado con adenoma

hepático en humanos (Steinbrecher et al., 1981, Brophy et al., 1989).

En esta investigación se describió que el 63,4% (45) de neoplasias que afectaron

el hígado se originaron en otro órgano o tejido se clasificaron como metastásicas y 

dos de las más frecuentes fueron: en primer lugar, el hemangiosarcoma con el

28,9% (13) y la segunda fue el linfoma con el 26,7% (12). Hammer and Sikkema

(1995) reportan que el hemangiosarcoma hace metástasis al hígado de manera

48

 

 

muy frecuente y al linfoma como la neoplasia hemolinfática que más comúnmente

afecta al hígado. Lo anterior confirma los hallazgos del actual trabajo y permite

sugerir que los resultados del estudio en el laboratorio de Patología se comportan

de manera similar a lo encontrado en otros trabajos; por esta razón estas

neoplasias serian dos de los primeros diagnósticos diferenciales de las neoplasias

que hacen metástasis al hígado. El hígado sufre metástasis en mayor proporción

del hemangiosarcoma y linfoma en parte por el carácter multicéntrico de ambas

neoplasias. La literatura describe factores anatómicos, funcionales (circulación),

biofísicos como se explico previamente y moléculas que favorecen las metástasis

como las α2, α6, β1 y β4-integrinas y el factor de crecimiento transformante β

(Swift et al., 1983; Massague, 1990; Norgaard et al., 1995; Enns et al., 2005;

Canning et al., 2006; Enns et al., 2007; Martin and Jiang, 2009).

Varios reportes consideran que el carcinoma pancreático y el fibrosarcoma son las

siguientes neoplasias metastásicas que comúnmente afectan al hígado después

del hemangiosarcoma (McConnell and Lumsden, 1983; Hammer and Sikkema,

1995), nuestro estudio reportó al carcinoma pancreático como la tercera neoplasia

metastásica que afectó el hígado con un 8,9%, seguido por los carcinomas

indiferenciados. Los anteriores soportes de literatura y los hallazgos del trabajo

están de común acuerdo y podemos concluir que la casuística de la Universidad

Nacional se comportó similar a lo descrito en la literatura internacional y en tal

orden estas neoplasias se deben proponer en los diagnósticos diferenciales por

parte de los Médicos Veterinarios y Médicos Veterinarios Zootecnistas. El

carcinoma de páncreas tal vez por la contigüidad y el hecho de estar en la misma

cavidad con el hígado puede tener contacto directo y facilitar la invasión

neoplásica.  

La remisión de casos confirmados como neoplasias hepáticas al laboratorio de

Patología Veterinaria tuvo un aumento notorio desde el primer subperiodo con solo

un 7,1% (5) hasta el tercero con el 76% (54), esto puede deberse al mayor

49

 

 

cubrimiento no solo nacional sino también regional del laboratorio; además del

entendimiento o conscientización de las nuevas generaciones de Médicos

Veterinarios por las técnicas de diagnóstico y el aumento de la implementación de

las mismas; adicionalmente, la creciente preocupación de los propietarios por el

bienestar de sus mascotas; sin descartar, que haya mayor incidencia de

neoplasias hepáticas favorecido por inductores como micotoxinas (Newberne and

Butler, 1969; Thomas et al., 1997; Fink-Gremmels, 1999; Ioan and Catoi, 2007).

Los resultados del presente trabajo reflejaron lo reportado en la literatura nacional

e internacional; sin embargo, se debe aclarar: primero, los resultados se refieren a

la casuística remitida al Laboratorio de la Universidad Nacional de Colombia;

segundo, el Laboratorio de Patología Veterinaria de la Universidad Nacional es

uno de los laboratorios referentes para patología; tercero, no existe un sistema de

notificación y seguimiento de la casuística en caninos; cuarto, no todos los caninos

se les hace un estudio histopatológico por lo tanto es posible que un número de

casos no sean incluidos en este tipo de estudios.

50

 

 

5 CONCLUSIONES.

El desarrollo del presente trabajo permitió conocer el número de neoplasias

hepáticas que llegaron a la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la

Universidad Nacional en el periodo comprendido entre los años 1975 y 2007, se

debe resaltar que los resultados del trabajo son de gran valor ya que la casuística

de este laboratorio es una de las mayores del país, así mismo se clasificaron y se

encontró que la mayoría de los hallazgos se comportan según la literatura nacional

e internacional y permite concluir que: las neoplasias hepáticas malignas son más

frecuentes que las benignas en la casuística de la Universidad Nacional que

resulto ser un reflejo de lo hallado en el ámbito internacional; el hígado es afectado

por las neoplasias metastásicas de manera más común que por las primarias; las

dos neoplasias hepáticas primarias más frecuentes fueron el colangiocarcinoma y

el carcinoma hepatocelular; las dos neoplasias hepáticas metastásicas más

comunes fueron el hemangiosarcoma y el linfoma en su orden. Las neoplasias

hepáticas afectan más a los caninos geriátricos y la edad pico para la mayoría de

los caninos fue entre los 8 y los 11 años y el 42,3% de los animales con neoplasia

se ubicó en este rango de edad; las razas más afectadas por las neoplasias

hepáticas en este estudio fueron la mestiza seguida por la Bóxer y la Pastor

Alemán. Con relación a la predisposición por sexo para las neoplasias hepáticas,

se encontró un mayor riesgo en los machos; de acuerdo con los anteriores

hallazgos las neoplasias hepáticas ya sean primarias ó metastásicas debes estar

dentro de los diagnósticos diferenciales en caninos especialmente los geriátricos;

finalmente, el Laboratorio de Patología de la Facultad de Medicina Veterinaria y de

Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia viene incrementando su

casuística en los últimos años debido posiblemente a la mayor publicidad,

diligencia y precisión del diagnóstico y la conscientización del Médico Veterinario,

Médico Veterinario Zootecnista y/o propietarios.

51

 

 

6 RECOMENDACIONES.

El porcentaje de neoplasias hepáticas según este estudio fue el 4,2% del

total de neoplasias que afectaron al canino, la proporción es alta y siempre

debe ser un diagnóstico diferencial para caninos adultos y geriatricos con

afección hepática.

Continuar la mejora e implementación de las herramientas diagnósticas

incluyendo el estudio histopatológico como el examen paraclínico de

elección por su alta precisión en el diagnóstico de neoplasia hepática.

Establecer o implementar nuevas técnicas ó técnicas complementarias a la

histopatologia como la inmunohistoquímica para mejorar el diagnóstico.

Seguir realizando trabajos que aborden las neoplasias hepáticas desde

diferentes puntos de vista para llegar a tener una buena interacción entre

los clínicos y los patólogos; y una mejor correlacion especialmente, en la

epidemiología, examenes paraclínicos, la sintomatología, el diagnósto final

y poder establecer posibles inductores para controlar el problema.

Establecer un sistema que permita consolidar la información de la casuistica

a nivel nacional o regional a traves de un ente como el colegio de

patólogos.

Hacer múltiples trabajos de investigación aplicados a nuestras condiciones

ambientales, población canina y nutricionales que permitan aclarar el

mecanismo de acción de los agentes carcinogénicos y su impacto en la

población canina.

Como el porcentaje es alto 4,2%, se deberia conscientizar al propietario y

clínico para implementar tratamientos como quimioterapia y cirugía.

Realizar trabajos que incluyan diversas patologias que involucren otros

tejidos y órganos para conocer el comportamiento en nuestro medio y

correlacionarlo con el comportamiento internacional.

52

 

 

BIBLIOGRAFÍA

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56

 

 

Anexo 1.

Formato para recopilación de datos.

Numero de registro: _______ Fecha de recepción: _____________ Especie_________

Raza: ______________________ Edad: _________________ Sexo: ______________

Historia y signos clínicos: _________________________________________________

______________________________________________________________________

______________________________________________________________________

______________________________________________________________________

______________________________________________________________________

______________________________________________________________________

Descripción macroscópica del hígado: _______________________________________

______________________________________________________________________

________________________________________________________________________

______________________________________________________________________

______________________________________________________________________

______________________________________________________________________

Descripción microscópica del hígado: ________________________________________

______________________________________________________________________

______________________________________________________________________

Diagnostico final: ________________________________________________________

Clasificación final: _______________________________________________________

57