Estudio cualitativo auto-etnográfico de una estudiante de ...
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Facultat de Ciències de la Salut
Facultad de Ciencias de la Salud
Trabajo fin de grado
UN SUEÑO HECHO REALIDAD
Estudio cualitativo auto-etnográfico de una estudiante de
enfermería durante su formación académica.
GRADO EN ENFERMERÍA
Curso académico: 2017/2018
AUTORA
Mercedes Sánchez Molina
TUTORA
Maria Isabel Casabona Martínez
2
Agradecimientos
Quiero agradecer a la Universidad de Alicante y a la Facultad de Ciencias de la Salud por
darme la oportunidad y poner todos los medios a su alcance para formarme como
enfermera de un modo admirable. Han sido muchos los docentes y tutores de prácticas
que me han enseñado no solo la teoría necesaria, también han sabido infundir en mí el
amor y el respeto por esta profesión. A mi tutora Maria Isabel Casabona por su
disponibilidad en todo momento, por su comprensión en mis momentos de flaqueza y por
haberme dirigido de un modo excelente durante todo el proceso de realización de este
estudio. Gracias Isabel, eres una gran profesional. También agradecer a todos mis amigos
y compañeros que han estado animándome durante todos estos años y que han sido un
motor para alcanzar mis objetivos, ha sido una experiencia maravillosa. Y por último a
mi familia, los que están y aquellos que llevo en el corazón porque sé que parte de mi
fuerza y constancia son ellos, decirles que los adoro y que son muy importantes para mí.
Mención especial a mi madre y mis hijos, me siento orgullosa del modo en que han sabido
llevar la falta de tiempo, las tensiones, los enfados y mis ausencias durante largas horas,
aún así he sentido que el amor incondicional es mutuo, gracias por quererme y respetar
mis decisiones.
“No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.”
Mario Benedetti
3
ÍNDICE
1. Resumen ………………...…………………………………… . pág. 4
2. Abstract ……………………….……………….………. ……… pág. 5
3. Introducción .……………………………………………… pág. 6 - 14
3.1 Justificación ………………..……………….……..……….. pág. 8
3.2 Objetivo ……………………………………..……………… pág. 9
3.3 Metodología empleada ……..………….…………………… pág. 9
3.4 Principios éticos ……………………..……… ……………. pág. 10
3.5 Interpretación de resultados ………….….… ………..……. pág. 11
3.6 Conclusiones ……………………………....……………… pág 12
4. Bibliografía ……………………………........…………… pág. 14 - 16
5. Texto biográfico ……………………….………………… pág. 17 - 22
4
1. RESUMEN
La sociedad actual se encuentra inmersa en un ritmo de vida acelerado en el que reali-
zamos diferentes tareas de modo simultáneo tales como trabajo, ocio, estudios, cuidado
familiar... Afrontar dichas actividades podría desencadenar un problema de agota-
miento o estrés, Burnout ( síndrome de cansancio emocional, despersonalización y baja
realización personal, Maslach 2003), o en caso contrario, hacer frente a dichos quehace-
res con vigor y entusiasmo, es decir, con Engagement (estado psicológico de realización
o antítesis positiva del Burnout, Schaufeli y Salanova 2007).
Las personas con engagement muestran una alta afinidad personal por la tarea que
desempeñan, y a nivel laboral entienden su profesión como algo significativo, como parte
de su identidad. En el ámbito sanitario, mejorar e implementar el engagement laboral en
los profesionales de enfermería repercute en unos cuidados de mayor calidad a los usua-
rios de sus servicios, así como crea una espiral de eficacia y éxito tanto a nivel profesional
como personal. También a nivel académico se ha revelado como uno de los recursos que
tienen más influencia para alcanzar los objetivos marcados.
Este trabajo presenta, haciendo uso de metodología cualitativa y estrategia autoetno-
gráfica ( estudia y analiza el entorno desde las percepciones y experiencias de los partici-
pantes, Taylor y Bogdan 2010), una reflexión personal por parte de una estudiante de
Grado en Enfermería de la Universidad de Alicante. Una toma de conciencia acerca de la
importancia que tiene la actitud que tomamos respecto al afrontamiento de la vida en
general, y a los posibles problemas que van apareciendo durante el camino, así como la
demostración de la relación existente entre el éxito y tener un elevado nivel de compro-
miso con cualquier objetivo que nos propongamos alcanzar.
Palabras clave: autobiografía, autoetnografía, burnout, enfermería, engagement,
estudiante, historia de vida, metodología cualitativa, reflexión
5
2. ABSTRACT
The current society is immersed in an accelerated rhythm of life in which we perform
different tasks simultaneously such as work, leisure, studies, family care... Facing these
activities could trigger in a problem of exhaustion or stress, Burnout (emotional
exhaustion syndrome, depersonalization and low personal fulfillment, Maslach 2003), or
otherwise, deal with said tasks with vigor and enthusiasm, that is, with Engagement
(psychological state of realization or positive antithesis of Burnout, Schaufeli and
Salanova 2007).
People with engagement show a high personal affinity for the task they perform, and
they understand their profession as something significant at work , as a part of their
identity. In the health field, improving and implementing work engagement in nursing
professionals has repercussions on higher quality care to their services´s users, as well as
it creates an effectiveness spiral and success, both professionally and personally. Also at
the academic level it has been revealed as one of the resources that have the most
influence to achieve the objectives set.
This work presents, making use of qualitative methodology and autoethnographic
strategy (studying and analyzing the environment from the participants perceptions and
experiences, Taylor and Bogdan 2010), a personal reflection by a Nursing Degree student
of the Alicante University. An awareness about importance of the attitude we take about
how we face life in general, and the possible problems that may appear along the way, as
well as the demonstration of the existing relationship between success and having a high
commitement level to any objective that we want to achieve.
Keywords: autobiography, autoethnography, burnout, engagement, life story,
nursing, qualitative methodology, reflection, student,
6
3. INTRODUCCIÓN
La sociedad actual se encuentra inmersa en un ritmo de vida acelerado en el que
realizamos diferentes tareas de modo simultáneo tales como trabajo, ocio, estudios,
cuidado familiar... El trabajo es una parte importante de nuestra vida, además de
proveernos de ingresos económicos, ayudarnos a lograr nuestras metas personales,
construir nuestros grupos sociales y servir a nuestra comunidad, también es una fuente
principal de estrés emocional.
El término Burnout, cuya traducción correspondería a “estar quemado”, queda
definido como una respuesta al estrés laboral crónico integrado por actitudes y
sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja y hacia el propio rol
profesional, así como por la vivencia de encontrarse emocionalmente agotado (Gil Monte
2001)1 y empieza a convertirse en un problema de gran relevancia social.
La sobrecarga de trabajo a la cual están expuestos la mayoría de los profesionales de
la salud, especialmente aquellos que actúan en ambientes hospitalarios, traducido por el
ejercicio de la profesión en varias instituciones, trabajo por turno muchas veces por más
de 24 horas ininterrumpidas, elevado número de pacientes bajo la responsabilidad de un
único profesional, contacto directo con el sufrimiento y con la muerte en estos ambientes
y un alto grado de burocracia de las acciones, fue descrita en diversas investigaciones
como factor relacionado al desarrollo del síndrome de Burnout (SB) (Gandini, Paulini y
Sales, 2006; Gil-Monte, Garcia Juesas y Hernándes, 2008; Grau Alberola et al., 2009;
Gutierez y Martinez, 2006; Tucunduva et al., 2006) 1. Tanto es así, que expertos en
materia laboral y en el campo de la salud han reclamado el reconocimiento de este
síndrome como una enfermedad profesional o de riesgo laboral.
Por otro lado el Engagement se considera como un estado positivo de la mente, el
compromiso, pasión y entusiasmo con el trabajo, y por lo tanto todo lo contrario. Mientras
que los trabajadores que desarrollan el SB se sienten agotados y deshumanizados,
aquellos con engagement se sienten vigorosos y entusiasmados en relación a su trabajo.
El “engagement” laboral es un constructo que surge de la Psicología Positivista,
disciplina que se centra en el funcionamiento óptimo de las personas en lugar de centrarse
en los aspectos negativos de la conducta y en su mal funcionamiento 2. Tiene su origen
en el concepto opuesto, es decir, en el Síndrome de Burnout, el cual hace referencia a una
7
forma crónica de estrés laboral caracterizada por tres síntomas principales: cansancio
emocional, despersonalización y déficit de autoeficacia.
El compromiso psicológico o “engagement” trata de potenciar los aspectos
favorecedores de la vida humana para construir cualidades positivas y evitar la dominante
preocupación por los aspectos negativos de las personas. Es entendido como un
constructo motivacional positivo, un estado cognitivo-afectivo que persiste en el tiempo
y relacionado con el trabajo, que está caracterizado por los atributos de vigor, dedicación
y absorción 2, 3.
El vigor hace referencia a altos niveles de energía con las tareas desarrolladas, así
como un fuerte deseo de esfuerzo y persistencia ante la aparición de obstáculos en el
camino. Según resultados obtenidos de un reciente estudio, los niveles de vigor elevado
en profesionales de la Salud, conllevan un aumento de rendimiento de los mismos 2, 4, 5.
La característica de dedicación, responde a altos niveles de significado del trabajo,
entusiasmo, inspiración, orgullo y el reto en las tareas realizadas2. El factor de absorción
implica altos niveles de concentración y de felicidad mientras se realiza una actividad2.
De este modo se podría explicar por qué algunas personas lograrían vivenciar alta
motivación hacia el trabajo, a pesar de las dificultades 6 y el trabajo es percibido como
una experiencia estimulante y energética, ya que la persona se encuentra inmersa en
lo que hace y experimenta la sensación de que el tiempo pasa muy deprisa 2, 6.
Investigaciones previas han revelado que los empleados con engagement son personas
optimistas y autoeficaces, capaces de manejar los eventos que afectan sus vidas. Gracias
a su actitud positiva y alto nivel de actividad, estos empleados generan su propia
retroalimentación en términos de apreciación, reconocimiento y éxito. Por lo tanto,
conseguir profesionales con un alto nivel de “engagement” es el objetivo de las
organizaciones laborales 6, 7.
En el ámbito sanitario, mejorar e implementar el engagement laboral en los
profesionales de enfermería previene el riesgo de sufrir estrés laboral y burnout, y
consecuentemente repercute en unos cuidados de mayor calidad a los usuarios de sus
servicios 7. Existen algunos profesionales de enfermería que, a pesar de la alta sobrecarga
laboral, el difícil ambiente de trabajo y los escasos recursos asignados, continúan
trabajando con gran pasión y energía. Según diversas investigaciones, son personas que
poseen principalmente un gran sentido de ayuda, el cual satisfacen a través de la
8
profesión, mostrando conductas altamente motivadas y experimentando emociones
positivas muy intensas durante el contacto con los usuarios. Entienden su profesión como
algo significativo, como parte de su identidad 6.
Por último el “engagement” académico se entiende como “un estado de bienestar
psicológico tridimensional del alumno (vigor, absorción y dedicación) de compromiso
intrínseco ante un desafío académico, que no se centra en ninguna circunstancia en
particular o concreta del estudiante, sino más bien en todo lo relacionado con los
estudios” 8 . El sentimiento de autoeficacia o la creencia en la propia capacidad para
realizar bien el trabajo se ha revelado como uno de los recursos que tienen más influencia
en dicho compromiso.
Los estudiantes se ven frecuentemente inmersos en situaciones, actividades y eventos
académicos que generan estrés y ansiedad ( Vizoso y Arias, 2016) 8 , especialmente cuando
estos estudios están orientados al cuidado de personas si tenemos en cuenta que los
profesionales sanitarios son considerados uno de los sectores de trabajadores más
expuestos a niveles elevados de estrés, tanto de forma puntual como mantenida (Barragán
et al., 2015; Bosquet, 2008; Carballo, Contreras, Vega, y Gómez, 2017; Guadalupe,
Fernández, y Herrera, 2016; Jiménez y Pavés, 2015; Kuusio, Heponiemi, Aalto, Sinervo,
y Elovainio, 2012; Mingote y Gálvez, 2011; Mingote, Moreno, y Gálvez, 2009) 9.
Justificación. Por lo tanto es necesario mantener cierto equilibrio entre estrés y
responsabilidad, ya que es muy importante que los estudiantes de Enfermería estén
vinculados a sus estudios y tengan un alto compromiso (engagement) con los mismos, lo
cual mejorará los resultados académicos posteriores y esto, a su vez, creará una espiral de
eficacia y éxito tanto a nivel profesional como personal.
Durante mi paso como estudiante por la Universidad he podido comprobar que el
promedio de alumnos mayores de 25 años es relativamente escaso( de las plazas totales
ofertadas, corresponden un 2% a mayores de 25 años, un 1% a mayores de 40 años y otro
1% para mayores de 45 años). En la gran mayoría de estos casos el estudio no es la única
tarea relevante a cumplir, muchos de estos alumnos comparten trabajo, vida
independiente del núcleo familiar y cuidado de familia y/o hijos, que hacen que la
dedicación al estudio de su futuro profesional se vea mermada al no disponer del tiempo
suficiente para ello. Sin embargo a pesar del esfuerzo que conlleva esta situación, gran
parte de estos alumnos consigue su propósito con gran satisfacción.
9
Objetivo. Describir y conocer en primera persona, por medio de un relato
autobiográfico obtenido por el investigador ( Pujadas, 1992) 10,11 , las vivencias y
percepciones de una estudiante de Grado en Enfermería de la Universidad de Alicante
durante su período académico en el que ha debido conciliar trabajo a jornada completa,
estudios y cuidado de 3 hijos, y que se ha sentido “engaged” a pesar de todas sus
responsabilidades, con la finalidad de poder ayudar y/o animar a otras personas en
situación similar a alcanzar sus metas. Así como establecer una relación directa entre
emociones positivas en el trabajo-estudios, descritas como felicidad, pasión, satisfacción
y orgullo por la tarea realizada, con la vocación de ayudar a otros y satisfacer este deseo a
través de la profesión enfermera 6.
Métodología empleada. Para abordar el objetivo de estudiose ha hecho uso de
metodología cualitativa 12, 13, más concretamente, el uso de estrategia etnográfica13, 14,
siguiendo las pautas propuestas por Amezcua y col.15, 16. El proceso de la investigación
cualitativa radica en que el investigador se ha de centrar en dar respuesta a las cuestiones
de investigación planteadas a partir de las experiencias reales y subjetivas de las personas,
dándole voz a los participantes para que éstos puedan ser escuchados a través de sus
experiencias, comunicadas de manera abierta (Taylor y Bogdan, 2010)17 y así más que
verse reducidos a variables, son estudiados como un todo, cuya riqueza y complejidad
constituyen la esencia de lo que se investiga(Berríos, 2000)11.
En cuanto a la estrategia etnográfica, este tipo de estudios descriptivos18 confieren la
recopilación de datos de manera directa, atenuando la dificultad que se presenta cuando
los investigadores y los participantes pudieran no recordar o informar sobre sus
actuaciones de una manera imparcial, que conlleva la interacción con el objeto de estudio,
y el conocimiento desde la observación de la realidad en su contexto19.
En el presente estudio empleo una forma común de Etnografía10, 11, 14 utilizada en la
investigación en Salud como es la Autoetnografía13, un enfoque de investigación y
escritura que busca describir y analizar sistemáticamente las propias experiencias en
contextos sociales y/o culturales mediante la aplicación de los principios de la
autobiografía y de la etnografía20. El género autobiográfico tiene un importante
componente de autoconocimiento, que no sólo lo convierte en un modo de transmitir una
realidad desde el punto de vista más subjetivo y personal, sino que además, ayuda a
configurar la identidad de un colectivo, que en este caso afecta a la profesión de
enfermería. Así como método, la autoetnografía es, a la vez, proceso y producto 20.
10
El relato autobiográfico reflexive 20 que contiene este documento forma parte de mis
propias experiencias; es una narrativa personal en la cual ejerzo al mismo tiempo como
investigadora y como informante, por lo que es fundamental mi implicación y compromiso
en dicho estudio. Este relato muestra la interpretación de las experiencias vividas desde
que inicié mi trayectoria como estudiante de Grado en Enfermería en la Universidad de
Alicante hasta que 6 años después, estoy a punto de finalizar dicha titulación.. En él brindo
mi opinión sobre las dificultades y las gratificaciones que existen durante el aprendizaje
de los nuevos y futuros enfermeros, las posibles resistencias que aparecen en el estudiante
que ya ejerce en el terreno laboral y/o comparte responsabilidades familiares al mismo
tiempo, así como la fuerza y energía interior que me ha ayudado durante todo el proceso
a alcanzar mi objetivo final de ser enfermera.
Tengo 44 años, soy mujer, separada, madre de 3 hijos de 19,14 y 12 años de edad,
trabajadora a tiempo completo como auxiliar de enfermería en el Hospital General de
Elche y estudiante de 4º Grado de Enfermería en la Universidad de Alicante. Inicié mis
estudios de Grado en el año 2012 y desde entonces concilio trabajo, tareas domésticas,
cuidado de hijos y escasa vida social, con mis estudios. Todos estos años de formación
han sido duros, ha habido días y momentos muy malos, y también todo lo contrario, mucha
satisfacción, experiencias inolvidables y gratificantes. Mi percepción general es muy
positiva a pesar del gran esfuerzo, adoro mi profesión actual así como la que espero tener
en un futuro cercano, me considero afortunada… una persona con engagement.
Principios éticos. Cabe reflejar la voluntariedad del relato autobiográfico en cuanto a
los acontecimientos y las reflexiones narradas. En el uso de la experiencia personal, no
sólo me implico a mí misma con esta narración, sino también a otras personas que son
cercanas e íntimas, por lo que he procurado mantener respeto y confidencialidad de los
datos que se acompañan acerca de la identidad de las mismas, especialmente en algunos
momentos particularmente difíciles o dolorosos desde el punto de vista afectivo, ya que
podría ocasionar malestar a terceros, que no han autorizado su presencia en el relato.
Dichas personas se identificaran a sí mismas durante la lectura a pesar de no estar
identificadas con nombres y/o apellidos, por lo que permaneceran en el anonimato.
Interpretación de resultados. Los efectos que emergen del relato biográfico se han
realizado de acuerdo a las pautas propuestas por Amezcua y col.15, 16 , a la información
expuesta por mi experiencia personal, mediante un texto reflexivo, crítico e interpretativo,
11
y a un adecuado análisis cualitativo. Los datos una vez codificados han sido interpretados
de acuerdo a la siguiente distribución de categorías temáticas:
Infancia y vocación.
Estudios e inseguridades.
Vida y anhelo de cambio.
Buscando mi nuevo camino.
Comienzo e ilusión.
Importancia de la organización de tareas versus sentimientos.
Responsabilidad y pasión.
Asimismo los resultados obtenidos con el presente estudio autobiográfico son los
siguientes:
Infancia y vocación: En los recuerdos que tengo desde mi niñez ya aparece claro
que el mundo del cuidado y de la enfermería estaban presentes. Debido a la
presencia de personal sanitario en la familia tuve contacto directo con la profesión
desde edad temprana y disfruté enormemente de ello, mi condición de
resposabilidad en los estudios desde niña facilitaría en un futuro la lucha por
alcanzar mis metas.
Estudios e inseguridades. Durante mi adolescencia, la inmadurez unida a
problemas familiares e inseguridades cambiaron ligeramente mi proyección de
futuro, con lo cual cursé estudios sanitarios pero de una categoría professional
inferior a la que tenía en mente desde niña y que disfruto a día de hoy, como el
primer día, por suerte.
Vida y anhelo de cambio. Las vivencias y percepciones a lo largo de la vida nos
ayudan amadurar y tomar decisions. En mi caso un suceso doloroso me ayudó a
mirar desde el lado contrario al que hasta ahora estaba acostumbrada, empecé a
querer la enfermería más de lo que ya lo hacía y a plantearme la posibilidad de
estudiar en un futuro, un cambio de proyección en mi vida.
Buscando mi nuevo camino. Tomada la decisión de iniciar estudios universitarios,
comienzo con ilusión los pasos necesarios para ser graduada en enfermería. A
12
pesar del miedo e inseguridad que sentí al principio, la satisfacción posterior fue
en aumento, por lo que se superaron mis expectativas.
Comienzo e ilusión. El desasosiego del inicio en la universidad dio lugar con el
paso de los años y nuevas amistades, a un período alegre y renovador que supuso
un gran cambio en mi vida. Fue complicado compatibilizar horarios de clase con
el trabajo, atender a mi familia y tareas a realizar en casa pero a medida que pasaba
el tiempo fuí organizando todo lo mejor posible. Además hubo en mi vida personal
algún suceso que a pesar de ser negativo, superé lo mejor posible gracias al estudio
y todo lo relacionado.
Importancia de la organización de tareas versus sentimientos. No todo resultó ser
un camino de rosas aunque bien es cierto que de las dificultades salimos
fortalecidos. El apoyo de mi entorno familiar y de amistades ha sido un pilar
fundamental en todo el proceso.
Responsabilidad y pasión. Mi compromiso con el trabajo y los estudios, así como
mi vida personal durante mi formación académica universitaria, a pesar de
momentos negativos puntuales, lo definiría como un período de felicidad,
satisfacción, orgullo y passion por la enfermería.
Conclusiones. Derivadas del estudio y análisis de los diferentes artículos citados en
la bibliografía, así como mi experiencia personal y las reflexiones derivadas del relato
autobiográfico cabe destacar que estamos acostumbrados a oir hablar de burnout laboral
ya que las investigaciones que se habían centrado en estudiar los factores que afectaban a
la salud y al bienestar laboral lo habían hecho desde un enfoque claramente negativo,
intentando identificar factores de riesgo, enfermedades, datos epidemiológicos, niveles de
malestar como ansiedad, estrés laboral, etc. Sin embargo, en los últimos años están
aumentado los estudios que emplean una perspectiva más positiva, intentando identificar
factores protectores del bienestar profesional y personal del trabajador y explicar por qué
hay personas y organizaciones que poseen una mayor energía positiva en relación con el
trabajo, (a pesar de mantener condiciones adversas)así como la manera de conseguirlo.
Las personas con engagement muestran una alta identificación personal con la tarea
que desempeñan, experimentan la sensación de que el tiempo “vuela” y se dejan “llevar”
por lo que hacen, aún así no significa que ignoren los aspectos perjudiciales del trabajo y
de las organizaciones. Las enfermeras que mantienen el engagement elevado también se
13
ven afectadas por los aspectos negativos, sin embargo, la apreciación de aspectos positivos
como disfrutar con el trabajo, el significado de ser enfermera, la recompensa y la
autonomía permiten superar el proceso de desgaste laboral21. Este concepto es
relativamente nuevo y ha demostrado tener un impacto positivo en el desempeño laboral
por parte de los profesionales de enfermería.
En cuanto a los estudios, la relación del engagement y el rendimiento académico de
los estudiantes es quizás la conexión más útil que puede tener dicho constructo8.
Estudiantes que se encuentran altamente involucrados con sus estudios y que además
muestran una actitud entusiasta, tienen mejores resultados y se sienten más eficaces a nivel
general en cuanto a concentración e inmersión en sus estudios, que aquellos otros que
no lo están. Los alumnos con elevadas expectativas personales y auto-evaluación positiva,
presentan menos sentimientos de desgaste o agotamiento, menor cantidad de adopción de
actitudes negativas o cinismo, así como una mayor motivación para las tareas
caracterizada por vigor, dedicación y absorción2. Incluso aquellos que tienen otras
obligaciones como atender a hijos, padres o similar presentan una media en la dimensión
“absorción” superior a otros que no tienen esas obligaciones, siendo esta diferencia
estadísticamente significativa 2, 8.
Del mismo modo la edad ha correlacionado con la absorción de forma positiva, los
estudiantes más mayores presentan más engagement y se han detectado diferencias de
medias estadísticamente significativas entre ambos sexos en cuanto a dedicación y
puntuación global. En relación al sexo de los participantes, las mujeres puntúan más alto
en las tres escalas de burnout (agotamiento, cinismo y eficacia académica), adoptan menos
actitudes negativas y distantes, se muestran menos cínicas y se valoran con mayor eficacia,
además presentan niveles más elevados de absorción y entusiasmo, inspiración, orgullo y
desafío (dedicación) que los hombres 2.
El fomento de engagement puede ser una oportunidad para superar las tareas
académicas y para enfrentarse al mundo laboral con mayor probabilidad de éxito2. Sería
interesante que las Universidades se plantearan planes estratégicos para promocionar la
salud en entornos universitarios y potenciar el engagement académico. Estas habilidades
son especialmente interesantes para los estudiantes de Enfermería, ya que el compromiso
con sus estudios podría implicar mejores resultados académicos y repercutiría
posiblemente en mejorar el bienestar personal y en unos cuidados de calidad dirigidos
hacia la población.
14
Es importante tomar en cuenta el sentir de los nuevos estudiantes de Enfermería y
futuros profesionales del cuidado, pues ellos contienen una proyección distinta de la
profesión a la de muchos que ya están inmersos en ella, ya que de estas enfermeras y
enfermeros en formación es de quiénes dependerá el futuro de la disciplina.
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Clínica [Internet] 2017 [acceso 22 de Mayo de 2018]; 27: 3.
22. Ferrer Arnedo C, Busquets Ferrer C. Un relato autobiográfico: "La historia del
maldito tubo". Arch Memoria [Internet] 2017 [acceso 17 de Mayo de 2018]; 14 (1).
23. Castro Reyes EM, Morales Jinéz A. Mi carrera, mi vocación. Encontrando mi
lugar en el mundo del cuidador profesional. Arch Memoria [Internet] 2012 [acceso 17 de
Mayo de 2018]; 9(1). Disponible en: http://www.index-f.com/memoria/9/9102.php
24. Andina Díaz E.Siles González J. La historia de una “partera” en la España rural
de mediados del siglo XX. Index Enferm [Internet] 2015 Junio [acceso 18 de Mayo de
2018]; 24(1-2): 81-85. Disponible en:
https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/47136/1/2015_Andina_Siles_Index-de-
Enfermeria.pdf
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5. TEXTO BIOGRÁFICO
Infancia y vocación. Desde pequeña mi interés por el cuidado estuvo presente, mis
abuelos maternos tuvieron un papel muy importante durante mi niñez, pasaba mucho
tiempo en su casa ya que mis padres trabajaban. Me gustaba ayudarlos, ordenarles la
medicación, acompañar a mi abuela al médico e incluso cuando se encontraban mal de
salud, sufrir por verlos así e intentar curarlos con juegos o “palabras mágicas”. Además
una de mis tías pequeñas estudiaba enfermería y recuerdo que me encantaba escucharla
cuando contaba experiencias o la observaba atentamente pinchando una “patata” o
suturando “patitas de cerdo” cuando practicaba tras sus clases en la universidad. Sentía
fascinación por este mundo. Todavía recuerdo acompañarla a su consulta de “practicante”
(actualmente sería el término enfermería) y ver todo el material de trabajo, notar ese olor
“sanitario” que a unas personas desagrada pero a otras en cambio nos seduce, observar en
las paredes aquellos posters con la imagen de una enfermera vestida con uniforme y cofia(
tocado que portaban en el cabello las enfermeras en sus comienzos) haciendo un gesto
con la mano para hacer callar o mantener el mayor silencio posible en todo aquel que lo
observase, en definitiva, sensaciones tan agradables que no se olvidan nunca. El sueño de
gran parte de la niñas que conocía era ser peluquera, maestra o enfermera, y el mío, a
medida que pasaba el tiempo lo fui teniendo claro, era cuidar, trabajar en un hospital e
intentar curar a quien lo necesitara.
Me encantaba estudiar, mi madre nunca me tuvo que decir nada acerca de las tareas a
realizar, fuí buena alumna y responsable con mis estudios desde el principio. Mis
asignaturas favoritas siempre fueron Ciencias Naturales y Biología, especialmente todos
los temarios relacionados con el cuerpo humano. Eran otros tiempos y no teníamos tantos
recursos como hoy día, además el nivel académico de mis padres era bajo, por lo que
apenas me podían ayudar a despejar dudas y económicamente tampoco teníamos medios
para recurrir a profesores particulares, es decir que tenía que aclararme con el libro y los
apuntes. Haciendo la vista atrás recuerdo ser hacendosa y dedicar el tiempo necesario
hasta encontrar soluciones a todo aquello que no entendía.
Estudios e inseguridades. Tras el colegio llego el instituto y dirigí mis estudios hacia
el bachiller porque tenia claro que quería ser enfermera. A partir de 2º de BUP, con 16
años empecé a trabajar de tardes como empleada de hogar. Durante 2 años todo fue bien,
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pero al pasar a COU, curso de orientación universitaria, y año previo al ingreso en la
Universidad, todo cambió, el escaso tiempo disponible para estudiar unido a problemas
familiares y una crisis de edad (maduración) hicieron que bajasen mis notas notablemente.
Mi tía en un intento de llamar mi atención me propuso acompañarla al trabajo, en el
hospital, y aquello ya me encantó, con un pequeño detalle. El primer día la acompañé en
todas las tareas que realizaba aunque sentía que los cuidados dados por la enfermera eran
dolorosos, que yo no iba a poder realizarlos: canalizar una vía periférica, realizar un
sondaje vesical, o una cura … miraba a las caras de los pacientes y pensaba que eso no lo
quería hacer yo, que todas aquellas técnicas eran demasiado dolorosas para los pacientes
… ahora sé que el problema era yo y mi inseguridad del momento, por lo que acompañé
el segundo día a las auxiliaries de enfermería y acabé estudiando para ello.
Disfruté mucho de los estudios, de las prácticas e incluso de los siguientes 7 años en
los que sólo trabajaba en verano cubriendo vacaciones, y el resto del año seguía con mis
tareas como empleada de hogar y cuidadora de niños en un comedor escolar. Lo que tenía
claro era que quería trabajar en el hospital cuidando a gente que lo necesitaba, ya que me
sentía satisfecha durante la jornada laboral y fuera de ella, un empleo que me hacía feliz,
y que todavía, 20 años después, sigue haciéndolo. A día de hoy trabajo como auxiliar de
enfermería en el Hospital General de Elche y adoro mi profesión.
Vida y anhelo de cambio. En todos mis años de juventud y posteriores mi vida
personal ha cambiado mucho, he tenido 3 hijos, vivencias positivas y felices, y otras
negativas (quizá de las que más he aprendido) y un bagaje laboral por diferentes servicios
del hospital que me han ayudado a madurar como persona y como profesional. Una de
las experiencias que más me ha marcado hasta el día de hoy fue el fallecimiento de mi
único hermano en un accidente laboral en el año 2001, tenia 24 años … aquí pasé de
repente, de ser profesional sanitario a estar en el lado contrario, a sufrir el impacto, el
dolor y el desgarro del alma. Cómo necesité en aquellos momentos en los que llegué a
urgencias un punto de calma, de apoyo, de cordura, y enfermería me lo dió … varios
orfidales y abrazos aliviaron un poco mi desconsuelo. Somos muy importantes… no solo
para el paciente, sino también para las familias. En este punto empecé a querer la
enfermería más de lo que ya lo hacía. Aquí me dí cuenta que no somos únicamente
técnicas y palabras, que una mirada y un gesto en el momento adecuado pueden aliviar
hasta el dolor más profundo, y de la misma manera, la importancia de formarnos y
actualizarnos para mejorar el modo de ayudar.
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Con los años uno se da cuenta de lo que pudo o debió hacer durante un período de su
vida en concreto, y lo cierto es que nunca es tarde para intentar conseguir lo que nos
propongamos, mientras estemos aquí, tenemos tiempo. El problema es compatibilizar
nuestro sueño con el tiempo de que disponemos, que debido a diferentes obligaciones
adquiridas con la edad, como trabajo y/o cuidado familiar, se va reduciendo.
Buscando mi nuevo camino. Cuando mis hijos crecieron un poco pensé que era el
momento de hacer algo por mí, algo que tenía pendiente y que ahora veia capaz de
realizar, ya no solo por las ganas, si no también por la confianza y seguridad en mí misma
que he adquirido con el paso de los años. Necesitaba un cambio, y lo iba a intentar.
Preparé las pruebas de acceso a la universidad durante un curso académico en la
Universidad Miguel Hernández y ahí empecé a activar de nuevo mis “neuronas”.
Disfrutaba cada día más de las clases, de realizar las tareas para realizar en casa e incluso
de los exámenes. A medida que pasaba el tiempo me sentía más contenta con mi plan de
estudio. Mi tiempo libre se redujo notablemente, el estudiar por las noches se convirtió
en hábito, había días que me encontraba muy cansada pero sentarme en el escritorio lo
vivía como un momento de calma y descanso. Hablando con mis compañeros y amigos
llegué a la conclusión que al igual unas personas se relajaban en el gimnasio o de compras
y en mi caso, estudiar me hacía sentir mucho mejor.
Conseguí mi objetivo de apobar el acceso a la universidad y 2 años después la nota
conseguida me permitió la entrada en la Universidad de Alicante para estudiar Grado en
Enfermería. Ya tenía un primer paso dado aunque a su vez eran muchas las dudas e
inseguridades que iban surgiendo en días sucesivos y hacían que la balanza no llegase a
decantarse entre si podría o no con mi proyecto. Pensar que los estudios en la Universidad
eran algo serio y difícil, que mis compañeros de clase eran jóvenes con una nota de
selectividad muy elevada, que el ritmo de clases y seminarios podía ser demasiado
estresante para mí, no conocer a nadie…es decir, era lanzarme a una aventura que por un
lado encontraba apasionante pero que por otro lado,me hacía pensar que no podría
conseguir. Tenía que valorar demasiadas cosas: un trabajo a jornada completa que no
podia dejar ni optar a reducción de jornada por motivos económicos, un problema de
pareja que venía arrastrando desde hace varios años con rupturas y reconciliaciones que
habían desgastado mi autoestima, una tristeza en mi interior difícil de llevar tras la muerte
de mi hermano hacía 12 años con la que aprendes a convivir, tras tratamiento psicológico
en su día y medicación continuada hasta día de hoy, pero sin olvidar , y lo más importante,
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mis 3 hijos, un niño y 2 niñas, que entonces tenían 14, 9 y 7 años de edad, y a los que he
intentado educar con sonrisas, fuerza y con tanto amor como he podido a pesar del
desconsuelo que sentía en algunos momentos.
Reconozco que lanzarme a estudiar ha sido una de las mejores decisiones que he
tomado en mi vida, a pesar del miedo e inseguridad que sentí al principio no puedo estar
más satisfecha de mi elección, ahora sé que fue mi tabla de salvación.
Comienzo e ilusión. El primer día de clases en la universidad creo que es uno de esos
días que no se olvidan. Durante el camino de ida con el coche pensé en varias ocasiones
“pero donde vas?… si no vas a poder” pero al mismo tiempo me decía “ inténtalo
vamos… por lo menos intentalo”. Y al entrar a clase y ver tanto alumno joven, vuelta al
pensamiento negativo aunque con la mirada encontré a alguién que también creí perdida
como yo, de edad similar y ahí me senté con ella, nos ayudamos mucho no sólo a nivel
académico en cuanto a apuntes y trabajos, sino también a nivel afectivo. Sé que fuimos
un gran apoyo la una a la otra y a pesar de haber estado con ella sólo un año acabamos
con una amistad especial que continúa a día de hoy. Con el resto de clase no fue igual en
principio ya que empecé el primer año con matrícula parcial y no tenía que asistir todos
los días a clase, por lo que acabé sin entablar muchas amistades ni conocerlos a todos.
Ese primer año quiero destacar lo bien que me hacía sentir la universidad, pasé de
empezar con miedo a sentirme en menos de un mes acomodada y muy afortunada de estar
allí.
Fue complicado compatibilizar horarios con el trabajo, atender a mi familia y tareas a
realizar en casa pero a medida que pasaba el tiempo fuí organizando todo lo mejor posible.
Pero a los dos meses de comenzar, mi relación de pareja que hacía ya mucho tiempo que
no funcionaba del todo bien, se rompió. En principio cuando me admitieron en la facultad
hablamos mucho del tema y yo me sentía indecisa de comenzar, él terminó de
convencerme para que aprovechara la oportunidad. Y me alegro de que lo hiciera,
agradezco ese empujón que necesitaba … aunque luego me quedase sóla. Ese tiempo fue
muy duro, demasiado… aquí casi abandono y dejo mi sueño. Pero gracias a mi familia y
a mi compañera de clase continué, mal pero lo hice. Y aunque suene desconcertante,
pasados unos meses fue cuando empecé a disfrutar mucho más de la universidad.
Recuerdo ir a clase, sentarme, atender a los profesores y no recordar nada más. Me sentía
bien, sin acordarme de la cantidad de problemas que tenía fuera de allí: no pensaba en
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nada ni en nadie, sólo en mí y en todo lo que aprendía. Notaba tanta calma escuchando
las clases teóricas que me hacían sentir bien, serena.
El curso siguiente conocí a los compañeros con los que continuaría durante cuatro años
hasta acabar la totalidad de asignaturas del grado. Aquí sí acabé conociendo a casi toda
la clase e hice muchos amigos, me sentí integrada en clase, especialmente con un grupo,
“mis fresas”, que nos hemos apoyado en todo lo posible siempre, también sé que la
nuestra será una amistad y un cariño especial para siempre. Me han ayudado mucho y sé
que yo a ellas también, he pasado tan buenos momentos que yo diría que ayudaron a que
se alegrara mi alma, a devolverme parte de mi vida que llevaba ya largo tiempo rota.
Importancia de la organización de tareas versus sentimientos. Me gustaría destacar
que durante todos estos años no solo he adquirido gran cantidad de conocimientos en la
profesión enfermera, sino que he aprendido la importancia de priorizar en la vida y no
pensar en problemas que no han llegado todavía, lo realmente importante es hoy y ahora.
Bien es cierto que no todo ha sido un camino de rosas: largas noches de estudio, tareas
domésticas a horas intempestivas, escasas (por no decir nulas) escapadas de ocio, también
períodos de desaliento temporales en los que siempre apareció alguien que me dió el
empujón necesario para continuar, la familia (mi fortaleza), con escasas visitas a
familiares muy queridos que han entendido y compartido en todo momento mi entrega, y
ante todo mis hijos, que sé que han aceptado y respetado mis deseos lo mejor posible, ya
que las frases “no, mañana no estaré, tengo clases y trabajo”, “no, no podemos salir
porque tengo que estudiar”, “sí, se que llevo demasiados fines de semana( y festivos …
y puentes) trabajando pero es que debo muchos días a las compañeras”, “sé que os
prometí ver una peli esta noche pero tengo que entregar este trabajo antes de mañana y
no llego” … y otras tantas ocasiones en las que he sentido que les fallaba al anteponer
mis responsabilidades laborales o académicas, y aún así me han regalado las mejores
sonrisas y los mejores besos que una madre puede recibir.
Responsabilidad y pasión. Mi compromiso con el trabajo y los estudios es muy
importante para mí, a la vez que gratificante. He disfrutado mucho con las clases teóricas,
las prácticas, seminarios, club social, césped, ardillas y patos cruzando el campus, he
reido tanto, he asistido a clases que me han hecho llorar y sacar tanto que llevaba dentro
y no salía … experiencias inolvidables que no se olvidan. Como mis compañeras me han
dicho en muchas ocasiones “si es que todo te gusta, mírate estás encantada con todo lo
que haces”, “¿Cómo lo haces Merche?... eres una máquina”. Y lo mejor … la ilusión,
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las ganas y la energía que he tenido durante todos estos años. Hasta hace un mes seguía
sin entender cómo había podido hacerlo, pero al empezar la investigación para este
estudio, he comprendido que me surgía de un modo innato, que no soy la única que
consigue hacer este tipo de cosas, que tiene nombre y éste es engagement.
A modo de reflexión puedo afirmar que estudiar con cierta madurez hace que valores
mucho más todo, hasta los mínimos detalles. Cuando empecé dudaba sobre si llegaría a
ser enfermera titulada, porque vocacional tengo claro que lo soy. Para mí, todo lo que
hago es importante y como le digo a mis hijos “ ya que hacemos algo, hemos de hacerlo
bien hecho” y mi mayor miedo siempre fue no cumplir como madre o hija, o no poder
hacerlo en el trabajo. Hoy, seis años después, me siento perfectamente identificada con la
definición de la palabra “engagement” acerca del vigor, dedicación y factor de absorción
con el trabajo, los estudios e incluso con mi modo de vida. Considero que tengo altos
niveles de energía con las tareas desarrolladas, así como un fuerte deseo de esfuerzo y
persistencia ante la aparición de obstáculos en el camino (vigor)2 , también altos niveles
de significado del trabajo, entusiasmo, inspiración, orgullo y el reto en las tareas
realizadas ( absorción)2 y por supuesto altos niveles de concentración y de felicidad
mientras realizo dichas tareas(factor de absorción )2. Como he reflejado anteriormente,
también he tenido mis momentos de cansancio, de pensar en abandonar a pesar de la
satisfacción que me producían los estudios, pero por suerte siempre hubo un pensamiento
positivo, un gesto, unas palabras de alguien o una fortaleza interior que me han ayudado
a no renunciar a uno de mis sueños.
Y queda claro, yo he podido … por lo tanto cualquier persona que desee algo con
fuerza debería intentarlo, seguramente se sorprendería a sí misma de la capacidad que
posee en su interior y que quizá lo más complicado sea despertarla, avivarla.