Estudio bíblico de Gálatas 1_11-24.pdf

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29/1/2015 Estudio bíblico de Gálatas 1:11-24 http://www.escuelabiblica.com/estudio-biblico.php?id=600 1/4 Estudio bíblico de Gálatas 1:11-24 Gálatas 1:11-24 Continuamos hoy nuestro estudio del capítulo 1, de esta epístola del apóstol Pablo a los Gálatas. Y llegamos hoy, al versículo 11 y con este versículo entramos a una nueva sección. Pero antes de comentar sobre esto, permítanos decir que en la sección anterior, Pablo estaba indicando el tema del libro, y por cierto, lo hizo de una forma muy cálida y fogosa. Él indicó que había solamente un evangelio y que intentar agregarle algo al evangelio era lo mismo que querer presentar un evangelio diferente; y que no podía haber otro evangelio. Porque él explicó con toda claridad, que nosotros somos salvos solamente por la fe, sin añadir ninguna otra obra ni recurso humano. Ahora la fe, no es en realidad lo que nos da mérito, pero sí es el medio por el cual nosotros nos aferramos a la salvación de Dios en Cristo; y es Cristo quien nos salva. El Evangelio deja de lado todas las obras. Romanos 4:5, dice: "5pero al que no trabaja, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia". Con frecuencia encontramos a muchas personas que piensan que son lo suficientemente buenas como para salvarse. Una de ellas nos dijo: "Quiero convertirme en un cristiano, y trataré de ser mejor de lo que soy. Y si consigo mejorar, llegará a ser un cristiano". Entonces le respondimos: "si usted mejora, nunca se convertirá en un cristiano. La única clase de personas que Dios está salvando, son pecadoras". El Señor Jesús dijo que Él no había venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Y el motivo por el cual dijo esto fue que no hay nadie que sea justo, ni siquiera uno. En Isaías 64:6, en el mensaje profético, se compara a la justicia del ser humano, ante la mirada de Dios, es comparada con los trapos sucios, Y como las demandas de la ley nos condenan, debieran enmudecernos, dejarnos sin saber qué decir o qué hacer, antes que la gracia pueda salvarnos. Romanos 3:19 nos dice: "19Pero sabemos que todo lo que la Ley dice, lo dice a los que están bajo la Ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios". La verdadera dificultad no es que algunas personas se consideren "lo suficientemente buenas" como para salvarse, sino que no se consideran lo "suficientemente malas" como para necesitar salvarse. Es que los seres humanos rehúsan reconocer su condición perdida ante Dios. Como dijimos antes, los judaizantes no negaban los hechos históricos del Evangelio, es decir la muerte y resurrección de Cristo. Lo que negaron era que estos hechos fuesen suficientes. Insistieron en que uno tenía que guardar la ley, además de creer en Cristo. Y Pablo estaba diciendo que todo aquel que tratara de mezclar la ley y la gracia, quedaría bajo maldición. ¿Por qué? Porque estaría pervirtiendo, distorsionando el Evangelio. Y pervertir el Evangelio era aceptar los hechos históricos del Evangelio, pero tergiversando esos hechos, interpretándolos mal. Recordemos que el versículo 10, de Gálatas 1 decía lo siguiente: "¿Acaso busco ahora la aprobación de los hombres o la de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo". Es que la predicación del Evangelio de la gracia no resulta agradable para el ser humano perdido. Y nadie puede complacer a Dios y a los hombres. Si usted predica hoy el Evangelio de la gracia de Dios, podría tener problemas porque el ser humano detesta escuchar el mensaje de la gracia y lo desprecia. Las personas desean escuchar todo aquello que apela a su naturaleza humana. Y el Evangelio de la gracia nos coloca al nivel del polvo y nos muestra como mendigos que somos delante de Dios. Por su propia naturaleza, el hombre y la mujer reaccionan mejor ante el legalismo. Piensan que no necesitan a un Salvador. Todo lo que necesitan es una ayuda, como por ejemplo una norma de conducta u otro requisito o recurso humano. Incluso podemos decir que Dios no nos está pidiendo que vivamos la vida cristiana. En realidad, no podemos vivirla por nosotros mismos. En cambio, Dios está pidiendo que le permitamos producir la vida cristiana a través de nosotros. Y la

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    Glatas 1:11-24

    Continuamos hoy nuestro estudio del captulo 1, de esta epstola del apstol Pablo a los Glatas. Y llegamos hoy, al

    versculo 11 y con este versculo entramos a una nueva seccin. Pero antes de comentar sobre esto, permtanos decir que

    en la seccin anterior, Pablo estaba indicando el tema del libro, y por cierto, lo hizo de una forma muy clida y fogosa. l

    indic que haba solamente un evangelio y que intentar agregarle algo al evangelio era lo mismo que querer presentar un

    evangelio diferente; y que no poda haber otro evangelio. Porque l explic con toda claridad, que nosotros somos salvos

    solamente por la fe, sin aadir ninguna otra obra ni recurso humano. Ahora la fe, no es en realidad lo que nos da mrito,

    pero s es el medio por el cual nosotros nos aferramos a la salvacin de Dios en Cristo; y es Cristo quien nos salva.

    El Evangelio deja de lado todas las obras. Romanos 4:5, dice: "5pero al que no trabaja, sino cree en aquel que justifica al

    impo, su fe le es contada por justicia". Con frecuencia encontramos a muchas personas que piensan que son lo

    suficientemente buenas como para salvarse. Una de ellas nos dijo: "Quiero convertirme en un cristiano, y tratar de ser

    mejor de lo que soy. Y si consigo mejorar, llegar a ser un cristiano". Entonces le respondimos: "si usted mejora, nunca

    se convertir en un cristiano. La nica clase de personas que Dios est salvando, son pecadoras". El Seor Jess dijo que

    l no haba venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Y el motivo por el cual dijo esto fue que no hay nadie que

    sea justo, ni siquiera uno. En Isaas 64:6, en el mensaje proftico, se compara a la justicia del ser humano, ante la mirada

    de Dios, es comparada con los trapos sucios, Y como las demandas de la ley nos condenan, debieran enmudecernos,

    dejarnos sin saber qu decir o qu hacer, antes que la gracia pueda salvarnos.

    Romanos 3:19 nos dice: "19Pero sabemos que todo lo que la Ley dice, lo dice a los que estn bajo la Ley, para que toda

    boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios". La verdadera dificultad no es que algunas personas se

    consideren "lo suficientemente buenas" como para salvarse, sino que no se consideran lo "suficientemente malas" como

    para necesitar salvarse. Es que los seres humanos rehsan reconocer su condicin perdida ante Dios.

    Como dijimos antes, los judaizantes no negaban los hechos histricos del Evangelio, es decir la muerte y resurreccin de

    Cristo. Lo que negaron era que estos hechos fuesen suficientes. Insistieron en que uno tena que guardar la ley, adems

    de creer en Cristo. Y Pablo estaba diciendo que todo aquel que tratara de mezclar la ley y la gracia, quedara bajo

    maldicin. Por qu? Porque estara pervirtiendo, distorsionando el Evangelio. Y pervertir el Evangelio era aceptar los

    hechos histricos del Evangelio, pero tergiversando esos hechos, interpretndolos mal.

    Recordemos que el versculo 10, de Glatas 1 deca lo siguiente:

    "Acaso busco ahora la aprobacin de los hombres o la de Dios? O trato de agradar a los hombres? Si todava

    agradara a los hombres, no sera siervo de Cristo".

    Es que la predicacin del Evangelio de la gracia no resulta agradable para el ser humano perdido. Y nadie puede

    complacer a Dios y a los hombres.

    Si usted predica hoy el Evangelio de la gracia de Dios, podra tener problemas porque el ser humano detesta escuchar el

    mensaje de la gracia y lo desprecia. Las personas desean escuchar todo aquello que apela a su naturaleza humana. Y el

    Evangelio de la gracia nos coloca al nivel del polvo y nos muestra como mendigos que somos delante de Dios.

    Por su propia naturaleza, el hombre y la mujer reaccionan mejor ante el legalismo. Piensan que no necesitan a un

    Salvador. Todo lo que necesitan es una ayuda, como por ejemplo una norma de conducta u otro requisito o recurso

    humano.

    Incluso podemos decir que Dios no nos est pidiendo que vivamos la vida cristiana. En realidad, no podemos vivirla por

    nosotros mismos. En cambio, Dios est pidiendo que le permitamos producir la vida cristiana a travs de nosotros. Y la

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    carta a los Glatas nos ensea esta verdad. Pero en primer lugar tenemos que venir a Cristo como pecadores para ser

    salvos. Hay muchos que profesan ser cristianos pero no son salvos. Sabe usted por qu? Porque nunca han venido a

    Cristo para recibirle como Salvador. Piensan como si tuvieran que comprometerse a ofrecer algo al Seor. Estimado

    oyente, usted no tiene nada que ofrecerle a l. En cambio, l s quiere ofrecerle algo a usted. l fue el que muri y el que

    est dispuesto a dar. Dice Romanos 6:23, "23porque la paga del pecado es muerte, pero la ddiva de Dios es vida eterna

    en Cristo Jess, Seor nuestro". Es tan simple y sencillo como esto. Ha aceptado a Jesucristo como su Salvador? Eso es

    lo verdaderamente importante.

    La conciencia humana es un testigo ante la Ley, y la conviccin legal conducir a las obras. El ser humano trata de

    compensar el hecho de que no est haciendo lo suficiente. Trata de mantener en equilibrio sus buenas obras y sus

    pecados, y conseguir acumular suficientes puntos positivos a su favor, para ser salvo. Recordemos que antes de su

    encuentro con Cristo, el apstol Pablo trat de hacer esto, l tena muchos puntos positivos a favor suyo. Pero un da vino

    a Cristo y entonces dijo, en Filipenses 3:7, "7Pero cuantas cosas eran para m ganancia, las he estimado como prdida por

    amor de Cristo".

    El Espritu Santo es hoy un testigo ante la gracia. sta es la conviccin del Evangelio que conduce a la fe. En realidad, la

    ley niega la cada del hombre, y sta era la posicin de Can, quien ofreci a Dios los resultados de su esfuerzo personal.

    Mientras que la gracia reconoce la cada del ser humano, como Abel hizo cuando trajo su ofrenda ante Dios.

    Entramos ahora a una nueva seccin en esta epstola a los Glatas, y es una seccin bastante personal. Tenemos la

    introduccin en los primeros diez versculos. Ahora desde el versculo 11 en este captulo 1, hasta el versculo 14, del

    captulo 2, tenemos la parte o seccin personal, y aqu tenemos la autoridad del apstol y la gloria del evangelio. Primero

    tenemos la experiencia de Pablo en Arabia. Esto ocupa todo lo que queda del primer captulo (1:11-24). Tenemos aqu la

    experiencia de Pablo en Arabia despus de haber estado en el camino a Damasco. Aqu tenemos entonces, el origen del

    evangelio, la conversin de un hombre. Luego en el captulo 2, entre los versculos 1 hasta el 10, usted tiene la

    experiencia de Pablo con los apstoles en Jerusaln. Tiene usted la singularidad del evangelio y tambin tiene aqu la

    comunicacin del evangelio. Ahora en el captulo 2, del versculo 11 hasta el versculo 14, encontramos la experiencia de

    Pablo en Antioqua con Simn Pedro, y all vemos la oposicin al evangelio; apreciamos as mismo el convencimiento en

    lo que se relaciona con la conducta. Vamos a entrar ahora a esta seccin personal. Permtanos comenzar leyendo en el

    versculo 11; en un prrafo que hemos titulado

    Seccin personal - la experiencia de Pablo en Arabia

    "Pero os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por m no es invencin humana"

    Pablo estaba afirmando nuevamente aqu, como lo haba hecho en el primer versculo, que l era un apstol nombrado

    por Dios. Era como si estuviera diciendo: "Yo certifico, hermanos, que el evangelio anunciado por m, no es una idea ni

    invencin humana". l no haba recibido ese mensaje de los seres humanos. Ahora, los judaizantes no slo ponan en

    duda el mensaje de Pablo, sino que tambin cuestionaban su apostolado. Decan que l no formaba parte de los doce

    primeros apstoles; l era uno que haba llegado un poco tarde. Y ellos ponan una sombra de duda sobre la validez de la

    autoridad de Pablo como apstol. As es que Pablo iba a tratar este asunto con ellos, y a demostrarles que su apostolado

    se basaba en el hecho de que l haba sido llamado directamente por la revelacin del Seor Jesucristo. Escuchemos lo

    que dijo en el versculo 12:

    "Pues yo ni lo recib ni lo aprend de hombre alguno, sino por revelacin de Jesucristo".

    Pablo no haba recibido su apostolado yendo a una escuela, ni tampoco por ser ordenado tampoco habiendo sido

    ordenado como ministro por la ceremonia de imposicin de manos sobre su cabeza. Su apostolado y su evangelio

    vinieron directamente por medio de una revelacin (que corresponde a la palabra apokalupsis), una revelacin de

    Jesucristo. El ltimo libro de la Biblia, que llamamos Apocalipsis, procede de la misma palabra griega. O sea que el

    evangelio es una revelacin en la misma medida que lo es el Apocalipsis. El evangelio fue desvelado a Pablo. Y l no se

    convirti en un apstol por medio de Pedro, Jacobo o Juan, sino por llamado directo de Jesucristo. Leamos ahora los

    versculos 13 y 14:

    "Ya habis odo acerca de mi conducta en otro tiempo en el judasmo, que persegua sobremanera a la iglesia de Dios

    y la asolaba. En el judasmo aventajaba a muchos de mis contemporneos en mi nacin, siendo mucho ms celoso de

    las tradiciones de mis padres".

    Luego, l dijo: "ya habis odo acerca de mi conducta", es decir su forma de vivir y continu "en otro tiempo en el

    judasmo" o sea "la religin de los judos". Pablo haba sido salvado, no en el judasmo ni por el judasmo, sino del

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    judasmo. Observemos esta tremenda declaracin, que describe como persegua con violencia a la iglesia de Dios.

    Continuemos leyendo los versculos 15 al 17 de Glatas 1:

    "Pero cuando agrad a Dios, que me apart desde el vientre de mi madre y me llam por su gracia, revelar a su Hijo

    en m, para que yo lo predicara entre los no judos, no me apresur a consultar con carne y sangre. Tampoco sub a

    Jerusaln para ver a los que eran apstoles antes que yo; sino que fui a Arabia y volv de nuevo a Damasco".

    La frase Pero cuando agrad a Dios en el versculo 15, significa que Pablo fue llamado de acuerdo con la voluntad de Dios.

    Y al recibir el evangelio directamente de Jess, no consult su llamamiento con ninguna persona. Personalmente

    pensamos que Pablo fue uno de los grandes pensadores de la historia humana; y muchos eruditos que se han

    especializado en su vida y obra piensan lo mismo. Se ha considerado que Pablo fue uno de los mejores estudiantes del

    sistema mosaico del judasmo. Y tambin era un estudiante muy destacado de la filosofa griega. Algunos escpticos han

    llegado a decir que combin el judasmo con la filosofa griega, dando as origen al cristianismo. Por ello es importante

    destacar aqu que Pablo afirm ante los Glatas que l no haba recibido el evangelio por medios, conocimientos o

    recursos humanos, sino por una revelacin directa de Jesucristo. Y notemos ahora lo que l dijo aqu en el versculo 18,

    de este captulo 1 de Glatas:

    "Despus, pasados tres aos, sub a Jerusaln para ver a Pedro y permanec con l quince das"

    Pensamos que sta es la misma informacin que tenemos en el libro de los Hechos de los apstoles, captulo 9, versculos

    26 al 29, que dice: "26Cuando lleg a Jerusaln, trataba de juntarse con los discpulos, pero todos le tenan miedo, no

    creyendo que fuera discpulo. 27Entonces Bernab, tomndolo, lo trajo a los apstoles y les cont cmo Saulo haba visto

    en el camino al Seor, el cual le haba hablado, y cmo en Damasco haba hablado valerosamente en el nombre de Jess.

    28Y estaba con ellos en Jerusaln; entraba y sala, 29y hablaba con valenta en el nombre del Seor, y discuta con los

    griegos; pero stos intentaban matarlo".

    Al reunir toda esta informacin se llega a la conclusin de que Pablo pas menos de tres aos en el desierto. Resulta

    interesante comprobar cmo Dios entren a Sus hombres. El prepar a Moiss en el desierto. Coloc a Abraham en un

    lugar bastante peculiar para formarlo; y Elas tambin tuvo el mismo tipo de experiencia. El mtodo de Dios ha consistido

    en llevar a Su hombre al desierto para entrenarlo. David tambin fue entrenado al aire libre en las cuevas, mientras hua

    del rey Sal. Recordemos que l clam a Dios dicindole que estaba siendo perseguido como una perdiz. As que Dios us

    el mismo mtodo con Pablo. Le envi al desierto por menos de tres aos. Despus fue a Jerusaln, vio al apstol Pedro y

    se qued con l por quince das. Y continuando con en el versculo 19, vemos que dice:

    "Pero no vi a ningn otro de los apstoles, sino a Jacobo el hermano del Seor".

    O sea que no tuvo contacto con los apstoles, con la excepcin de Pedro y Jacobo, el hermano del Seor. sa fue toda la

    relacin que tuvo con ellos y, como veremos, no recibi nada de los apstoles. Y en el versculo 20, Pablo dijo:

    "En esto que os escribo, os aseguro delante de Dios que no miento".

    Con esta solemne afirmacin Pablo estaba incluyendo a todas las pruebas que acababa de ofrecer en el sentido de

    desvincular su llamamiento al apostolado de cualquier decisin, influencia o intervencin humana. Ahora en los versculos

    21 al 24, de este captulo 1 de su epstola a los Glatas, dijo el apstol Pablo:

    "Despus fui a las regiones de Siria y de Cilicia; pero no me conocan personalmente las iglesias de Judea que estn

    en Cristo, pues slo haban odo decir: Aquel que en otro tiempo nos persegua, ahora predica la fe que en otro

    tiempo combata. Y glorificaban a Dios a causa de m".

    Los creyentes de Jerusaln eran reacios a aceptar al apstol Pablo. Creemos que si Bernab no hubiera estado all,

    posiblemente tendra que haber esperado mucho tiempo, antes de que la iglesia en Jerusaln lo recibiera. Estaban

    indecisos con respecto a recibir a Pablo porque l haba perseguido a la iglesia, pero ellos saban lo que era convertirse.

    Saban lo que era haber tenido una experiencia vibrante e impactante que transformara a un hombre. Sin embargo, no

    podan creer que Saulo de Tarso pudiera haberse convertido. No slo pareca improbable, sino imposible.

    En los versculos 21 al 24 Pablo bosquej los primeros aos despus de su conversin. No creemos que estos aos hayan

    sido los ms felices de su vida. Aparentemente nos dijo algo de su fracaso durante ese periodo en su propia vida personal

    en el captulo 7 de su epstola a los Romanos. Hubo tres perodos en la vida del apstol Pablo. Veamos brevemente los

    dos primeros perodos.

    Primero, el tiempo cuando l era un fariseo orgulloso, con una mente maravillosa y un experto en la ley mosaica. Y como

    muchos de sus bigrafos han dicho: "El mundo se habra enterado de Pablo, el apstol, aunque l nunca hubiera llegado a

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    ser un apstol, y aun si l nunca se hubiera convertido". l era un hombre muy destacado y no creemos que haya alguna

    duda sobre eso. Era un joven fariseo muy orgulloso que pensaba que lo saba todo. Odiaba a Cristo. Odiaba a la iglesia e

    intent eliminarla. Y fue cruel en su persecucin de la iglesia.

    El segundo perodo comenz en el camino a Damasco cuando fue derribado de su corcel al polvo de la tierra. Este

    brillante Fariseo se dio cuenta que no conoca a Jesucristo. l haba pensado que Jess estaba muerto. (Hechos 9:5) Y le

    pregunt: "Seor, quin eres?" Y Jess le respondi: "Yo soy Jess, a quien t persigues". Es como si le hubiera dicho:

    "Cuando persigues a mi iglesia me persigues a m. As que despus de que tuvo su encuentro con Cristo, pas algn

    tiempo en Arabia. Durante aquellos primeros aos intent servir a sus hermanos pero se dio cuenta de que lo que quera

    hacer, no poda hacerlo. Finalmente exclam: "Miserable de m Quin me librar de este cuerpo de muerte?" (Romanos

    7:24). Ahora, no era un incrdulo, alguien que no era salvo, el que deca eso. se era Pablo, que se encontraba en las

    primeras etapas de su conversin.

    La tercera etapa lleg con ese glorioso perodo en el cual el apstol vivi controlado por el Espritu de Dios, y l nos habla

    de esto en la epstola a los Glatas. sa fue la poca en la que l pudo vivir para Dios. se es el lugar al cual muchos de

    nosotros deberamos llegar en el da de hoy. Hay muchos creyentes infelices en la actualidad. Ellos son salvos, creemos

    nosotros. Pero como el gran predicador Dwight L. Moody dijo de manera pintoresca: "Hay algunas personas que tienen

    slo la suficiente religin como para ser miserables". Y creemos que se es el cuadro de mucha gente en la actualidad.

    Hubiera deseado tener ms informacin sobre la experiencia que l tuvo con los apstoles en Jerusaln. Pero aqu surge

    una pregunta: "si Pablo recibi el evangelio aparte de los otros apstoles que estuvieron con el Seor Jesucristo por tres

    aos y despus vieron al Cristo resucitado, estaba Pablo predicando el mismo evangelio que los otros apstoles?" Y eso

    era un asunto muy importante en ese momento, porque si Pablo no estuviera predicando ese mismo evangelio, entonces

    haba algo en todo este problema que estaba completamente mal. De modo que, veremos en nuestro prximo programa

    que los apstoles en Jerusaln aprobaron el evangelio que predicaba Pablo, y que era el mismo evangelio de las buenas

    noticias.

    Dijimos antes que el ser humano trata de compensar el hecho de que no est haciendo lo suficiente como para salvarse.

    Trata de mantener en equilibrio sus buenas obras y sus pecados, y conseguir acumular suficientes puntos positivos a su

    favor, para ser salvo. Antes de su encuentro con Cristo, el apstol Pablo trat de hacer esto. Y el tena muchos puntos

    positivos a favor suyo. Pero cuando vino a Cristo, pudo decir en Filipenses 3:7, "7Pero cuantas cosas eran para m

    ganancia, las he estimado como prdida por amor de Cristo". Estimado oyente, le invitamos a aceptar el amor de Dios

    revelado en Jesucristo, en su sacrificio en la cruz. Le rogamos que deje de luchar por obtener la salvacin por medios

    humanos, recursos materiales u obras meritorias. Recuerde que el mismo Pablo dijo en Efesios 2, que somos salvos

    mediante la fe, y no es por obras, para que nadie pueda jactarse en la presencia de Dios. La salvacin es un regalo de

    Dios, le rogamos que la acepte.

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