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ESTUDIANTES DE POSGRADO EN CIENCIAS AGRONÓMICAS EN MÉXICO,
SUBJETIVIDAD Y RETOS
Elia Pérez Nasser1
Beatriz Martínez Corona2
María Esther Méndez Cadena3 4
Colegio de Postgraduados, Campus Puebla
La igualdad de oportunidades en la educación formal se ha establecido como un mandato
desde la propia constitución política del Estado Mexicano, además de los compromisos
establecidos por el gobierno al signar los acuerdos de diversas conferencias internacionales
convocadas desde las Naciones Unidas en donde se establece la lucha en contra de todas las
formas de discriminación y exclusión hacia las mujeres. En la educación de posgrado,
particularmente en especializaciones que han sido tradicionalmente espacios masculinos a
las estudiantes se les presentan condicionantes diferenciales que influyen en el desempeño
académico y la obtención del grado, entre estos, el sexismo o aparente neutralidad en las
políticas educativas, además de las asignaciones e identidades genéricas, roles y funciones
tradicionales derivados de procesos de socialización de género tanto en los espacios
familiares como en el proceso educativo. Así conocer las características de la percepción
de aspectos que consideran afectan su proceso formativo es importante para proponer
estrategias para superar estos aspectos. Se presentan avances de resultados sobre la
situación de mujeres estudiantes de posgrado en ciencias agrícolas del Colegio de
Postgraduados, en México, donde la matrícula femenina va en aumento, ante una cultura
institucional que tradicionalmente invisibiliza su presencia, para identificar condicionantes,
construcciones y prácticas de género que influyen de forma diferencial en su desempeño y
bienestar. Se presentan también elementos de discusión teórico conceptuales,
metodológicos y contextuales que dan soporte a la investigación.
Palabras clave: género, mujeres y posgrado, asignaciones de género, percepción de logro.
Graduate Students in Agricultural Science in México, subjectivity and challenges.
Equal opportunities in formal education has been established as a mandate from the
political constitution of the Mexican State, in addition to the commitments made by the
1 Profesora Investigadora. Colegio de Postgraduados. México. [email protected]
2 Profesora Investigadora Titular, Colegio de Postgraduados, Campus Puebla. México. [email protected]
3 Profesora Investigadora Adjunta. Colegio de Postgraduados, Campus Puebla. México. [email protected]
4 El orden de presentación no implica diferencias en la participación en la elaboración del trabajo.
2
government to designate the agreements of various international conferences convened
since the United Nations which states the fight against all forms of discrimination and
exclusion against women. In graduate education, particularly in specialties that have been
traditionally male spaces the students are presented with differential constraints that
influence the academic performance and obtain the degree, among these, sexism or
apparent neutrality in educational policies, in addition to allocations and gender identities,
roles and functions derived from traditional gender socialization processes in both familiar
spaces as in the educational process. So knowing the characteristics of the perception of
issues that affect their learning process considered important to propose strategies to
overcome these issues. We present preliminary results on the situation of women graduate
students in agricultural sciences Postgraduate College, Mexico, where female enrollment is
increasing at an organizational culture that traditionally invisible presence, to identify
constraints, constructions and practices gender differentially influence on performance and
welfare. We present theoretical discussion items also conceptual, methodological and
contextual that support research.
Keywords: gender, women and graduate, gender assignments, perception of achievement.
Introducción
Con antecedentes de investigación previa sobre las percepciones y prácticas del
profesorado del Colegio de Postgraduados en México, se presentan avances de resultados
de estudio en donde se consideró como sujetos de la investigación a mujeres estudiantes de
posgrado cuyo objetivo fue indagar en cuanto a las percepciones de sus vivencias en su
proceso formativo, relacionado con cargas de trabajo, estados emocionales, diferencias
entre hombres y mujeres en cuanto a diversos aspectos que afectan su vida escolar y
laboral. En un espacio educativo que no está libre de reproducir estereotipos relacionados
con asignaciones y funciones tradicionales que inciden en la construcción de identidades y
expectativas del alumnado. Asimismo identificar los roles y funciones asignados
diferenciales entre hombres y mujeres que afectan el desempeño de las estudiantes durante
su proceso de formación, el trabajo reproductivo que desempeñan en los espacios familiares
o de convivencia en la relación de pareja, y sus implicaciones. Se aplicó una encuesta
dirigida a las y estudiantes de maestría y doctorado, en el presente trabajo, se presentan
algunos resultados obtenidos de las respuestas de las mujeres estudiantes.
La socialización de género en los espacios educativos y como eje organizador de la vida
social
Es necesario realizar una lectura profunda de las causas de las desigualdades de género en
ambientes de educación formal que son de orden estructural pero también socio-simbólicas,
en el caso de éstas últimas deben ser clarificadas y transformadas, sin perder de vista que
una de las funciones de la educación es la de formar la subjetividad de las personas para
que respondan a las expectativas sociales5. Para, posibilitar la integración de un discurso y
5 DORR Ann, y Gabriela SIERRA (1998): “El currículum oculto de Género”. Revista de Educación, Nueva
Época No.7, México. Octubre-Diciembre, ITESO, México. :7
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prácticas que partan de condiciones de igualdad entre ambos géneros y del reconocimiento
de la presencia y participación de las mujeres, es necesario replantear y transformar el
quehacer educativo y romper el vínculo enajenante de la repetición de modelos de
subordinación genérica que priva en la educación y que influye en las identidades de las
mujeres profesionales, académicas y científicas.
En la función de la educación, pueden distinguirse polos discursivos, uno que la señalan
como una de las vías privilegiadas para corregir las disfunciones que reciente la sociedad
del modelo socioeconómico y cultural vigente y, por otra, la que sostienen que las
instituciones educativas pueden incidir en la transformación y el cambio de los modelos de
sociedad en que participamos6. La práctica educativa demuestra que ambas posturas se
encuentran presentes. En cuanto a cómo se da la legitimación de la posición subordinada de
las mujeres en la sociedad, es necesario considerar el currículum oculto de género (COG), mismo que se define como el conjunto interiorizado y no visible, oculto para el nivel consciente, de
construcciones de pensamiento, valoraciones, significados y creencias que estructuran, construyen y
determinan las relaciones y las prácticas sociales de y entre hombres y mujeres, capaz de transmitir
una serie de valores e ideologías7, que están presentes en el acto educativo. Si se pretende que
a través de la educación se incida en el desarrollo humano y la transformación de las
sociedades, es necesario hacer visible el COG para ser modificado en el acto pedagógico y
aportar en transformaciones en las relaciones de género hacia la equidad y en las
identidades genéricas de hombres y mujeres para la construcción de una cultura
democrática y de ejercicio de derechos8.
Como ya ha sido señalado por Blázquez9 “el género, en interacción con muchas otras
categorías como raza, etnia, clase, edad y preferencia sexual, es un organizador clave de la
vida social,… no es suficiente entender cómo funciona y cómo está organizada la vida
social, también es necesaria la acción para hacer equitativo ese mundo social…”. Así,
encontramos diversas instituciones que inciden en la socialización de género, la familia o
grupo doméstico, la escuela, los medios de comunicación, la religión, entre otros, a través
de los cuales se transmiten y reproducen patrones de conducta y culturales legitimados por
los grupos sociales y con ello la reproducción de identidades, estereotipos y asignaciones
genéricas.
Las asignaciones genéricas
6 TORRES Jurjo (1998): El currículum oculto, Madrid, España. Ed. Morata. pp. 13
7 TORRES Jurjo (1998): Op. Cit _El currículum…
8 Dorr Ann, Lovering y Gabriela Sierra (1998), El currículum oculto de Género, en: Educación: Revista de
Educación, Nueva Época NO.7, Octubre-Diciembre, ITESO, México.
9 Blázquez, Norma (2005). “Género y Ciencia en América Latina. El caso de México”, en Blázquez, Norma y
Javier Flores (editores), en Ciencia, Tecnología y Género en Iberoamérica. CEIIH, Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) y Plaza Valdés. Pp. 21
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Como ha sido señalado los procesos de socialización influyen en la construcción de los
estereotipos y asignaciones genéricas, en lo que se considera apropiado para las mujeres.
Como señala Lourdes Fernández10
, generalmente, “…lo femenino vinculado a la dulzura,
delicadeza, al cuidado, a ser más para los otros que para sí, al lugar de la emoción de los
afectos de los sentimientos, de la intuición. … atribuido predominantemente a las mujeres,
las cuales en cumplimiento del “mandato cultural”, deben asumir el papel de madre-esposa-
ama de casa, liderar una familia y ser su pilar emocional”. Para las mujeres, su quehacer y
sentido de vida se orienta hacia los demás, trabajar, pensar, sentir por y para los demás. La
maternidad y la subjetividad inherente en hombres y mujeres relacionada con ella, se asocia
a mecanismos que impiden la autonomía para construir un proyecto de vida propio de las
mujeres y con ello su negación como agentes sociales en muchos campos de la vida social,
entre estos, ausentes o invisibles en la ciencia y sus instituciones11
. Lo cual ha impedido
históricamente mayor acceso a la educación, al saber, la cultura, la ciencia para que no se
vea afectada su función asignada. En contraste, la perfección, eficacia, excelencia, éxito,
razón, capacidad de emprender, dominar y competir, son atributos psicológicos asociados a
la masculinidad, lugar de la cognición, el intelecto, el saber la cultura, el poder, la solvencia
económica, todos ellos, atribuidos predominantemente a los hombres, quienes deben
asumirlos para ser considerados masculinos12
. No obstante procesos de modernización y las
crisis económicas, además de los aportes de los movimientos feministas y las agendas de
las conferencias internacionales, existe cada vez mayor acceso de las mujeres a la
educación, en particular a la educación de posgrado, pero ¿qué pasa con la subjetividad
antes señalada, las identidades, el llamado techo de cristal?.
La representación del orden genérico del mundo, los estereotipos sociales y sus normas, son
esenciales para la cultura y la subjetividad de cada persona. Se aprehenden desde el
principio de la vida y son componentes que no son casuales en el propio ser. Se consideran
como dimensiones subjetivas arcaicas y en continua renovación; por lo que se encuentran
en la base de la identidad de género de cada persona y de las identidades sociales asignadas
y reconocidas13
. Como señala Rosete, tanto mujeres como hombres desarrollan un patrón
de vida que está definido por la subjetividad, la cual influye indudablemente en su
identidad, factor determinante para las relaciones que establezcan con los/as otros/as y el
lugar que ocupen en el sistema social.
10 FERNÁNDEZ, Lourdes (2010). “Género y Ciencia: entre la tradición y la transgresión”. En: Blazquez,
Norma, Fátima Flores y Maribel Ríos (Coord.) Investigación Feminista, epistemología, metodología y
representaciones sociales. Colección Debate y reflexión. UNAM. México. pp. 81
11 PACHECO, Lourdes (2010). El sexo de la ciencia. Univ. Autónoma de Nayarit. San Pablos Editor. México.
12 Fernández Rius, Lourdes. op cit. “Género y… (2010).
13 Rosete, Ma. Guadalupe (2005). “Mujeres con estudios de postgrado. La construcción de su identidad y
subjetividad” en Blázquez, Norma y Javier Flores (editores), en Ciencia, Tecnología y Género en
Iberoamérica. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIIH), Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) y Plaza Valdés. México, D.F. pp. 145-154.
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Como se mencionó, el acceso a niveles altos de educación ha sido asociado a procesos de
modernización recientes, acercándose cada vez más a la igualdad en cuanto a porcentaje de
mujeres y hombres que acceden a la educación superior y de posgrado en México. Sin
embargo el ingreso de mayor número de mujeres al Sistema Nacional de Investigadores
como científicas o investigadoras presenta diferencias significativas, puesto que
corresponde apenas su inclusión al 33% del total de investigadores. Por otro lado, en el
caso de las ciencias de la tierra e ingeniería, solo representan el 18.7% del total de los
investigadores vigentes en esa área, a diferencia de otras áreas como Humanidades y
Ciencias de la Salud y Medicina y Ciencias de la Salud con 48.9 y 43.4% respectivamente.
Por tanto se siguen observando diferencias en cuanto a la elección vocacional, con
tendencia de las mujeres a ubicarse en carreras relacionadas con el cuidado, y a integrarse
en menor medida en áreas de conocimiento como las ingenierías, además como ha sido
señalado por Olga Bustos14 se observa una segregación horizontal y vertical en la
participación laboral de las mujeres. Asimismo la obtención del grado y la participación
laboral se ve afectada por condicionantes de género que analizamos a continuación.
Oportunidades y barreras en el desarrollo de mujeres profesionales e investigadoras
De acuerdo a Rosete15, las mujeres tienen la oportunidad de ingresar a los distintos niveles
de la educación, sin embargo, conforme avanzan en el sistema educativo, son menos las
que ingresan y aún menos las que concluyen. Asimismo, reconoce que no es por falta de
capacidad cognitiva, sino que la sociedad les va poniendo obstáculos que les impiden
avanzar.
Pese que las oportunidades sociales de las mujeres se han ampliado y de la existencia de la
pirámide educativa que excluye a la mayor parte de la población de la educación superior,
las mujeres que logran incorporarse a ese nivel o a la educación de posgrado y ocupar las
escalas más altas de ésta pirámide, su situación social, en cierta medida diferenciada, no ha
sido suficiente para contrarrestar la influencia de estructuras sociales que continúan
situándolas en posiciones subordinadas, ni para eliminar barreras culturales productos de la
costumbre y de los valores y normas sociales que se han construido conforme a los
géneros. “[…] la educación es el mecanismo originario y determinante en la cimentación
de una sociedad en la que pertenecer a uno u otro sexo no suponga ninguna relación de
jerarquía”16
. Sin embargo, las mujeres que han accedido a la educación superior y de
posgrado, siguen encontrando no sólo barreras para concluir sus estudios sino también,
quienes han concluido dichos estudios, encuentran obstáculos para acceder al mundo
14 Bustos Romero, Olga. (2008). Los Retos de la Equidad de Género en la Educación Superior en México y la
inserción de Mujeres en el Mercado Laboral. ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura. CLXXXIV 733
septiembre-octubre pp. 795-815.
15 Rosete, Ma. Guadalupe: Op. cit “Mujeres con estudios… 2005.
16 Agudo, Yolanda., (2005). “Trayectorias académicas y estrategias laborales de las tituladas en la
Universidad Nacional de Educación a Distancia” en Blázquez, Norma y Javier Flores (editores), en Ciencia,
Tecnología y Género en Iberoamérica. CEIIH, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Plaza
Valdés. México, D.F. pp. 105-123.
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laboral. Principalmente porque se les dificulta hacer compatible su vida profesional con su
vida personal y familiar, además de aspectos asociados con sus subjetividades y
asignaciones genéricas.
En el caso de las mujeres que se han insertado en áreas de conocimiento o profesiones
tradicionalmente masculinizadas, enfrentan el reto de responder a sus asignaciones
genéricas en el cumplimiento de los roles y funciones asignadas a las mujeres, así como
enfrentan el imaginario masculino porque, como señala Lourdes Fernández:
“Transgreden en el acceso y mantenimiento de un saber-poder y al mismo tiempo
reeditan los roles tradicionales de cuidadoras en medio de una alternancia entre roles
instrumentales y roles relacionales. Se recicla la subordinación a través del control de
subjetividades y de tutelajes invisibles…”17
.
Por lo cual vale preguntarse qué representa para las mujeres en áreas de conocimiento como
las ingenierías o las ciencias agropecuarias, como es el caso del presente estudio, en cuanto
a costos sociales, psicológicos, emocionales y aún identitarios, tales como asumir valores
androcéntricos para sobrevivir en esos ámbitos u otros. Además de “…la idealización
creada de la mujer académica que intenta la conciliación de las distintas áreas de su vida.
Ello repercute de forma negativa, pues invisibiliza las vivencias reales de conflictos de
muchas mujeres, desajustes emocionales que en ocasiones afrontan y la verdadera
dificultad de conciliar los distintos roles que se les asignan”18
Lo anterior tiene consecuencias en la salud, física y emocional, la eficiencia en sus estudios
y otros logros profesionales puesto que pueden estar presentes cosmovisiones de género
tanto tradicionales como aquellas más modernas, haciéndose presentes en sincretismos que
ocasionan tensiones y conflictos, culpa. Esto puede ocurrir con mujeres que a pesar de ser
autónomas económicamente, y habiendo desarrollado carreras profesionales, pueden aún
estar ancladas en la subordinación emocional. Así como también pueden estar presentes
percepciones distorsionadas desde las mujeres sobre la ciencia, el mundo y sobre sí
mismas, que parten de un modelo educativo o de generación del conocimiento científico
que no las ha considerado19
Un elemento determinante en las mujeres es la subjetividad derivada del proceso de
socialización y trayectorias de vida por las que han transitado, puesto que afectan las
identidades y concepciones que las propias mujeres desarrollan o desarrollamos sobre
nosotras mismas, lo cual ha propiciado que al enfrentar barreras en el desarrollo académico
y profesional, se busca ajustarse a los estereotipos de género que limitan sus capacidades
17 Fernández Rius, Lourdes. op cit “Género y… (2010) pp. 102.
18 FERNÁNDEZ, Lourdes (2008): Género y Ciencia: ¿Mujeres transgresoras? Revista Tecnologia e
Sociedade - n. 07 - 2º Semestre de 2008. ISSN (versão online): 1984-3526. pp.5
19 Fernández Rius, Lourdes. op cit “Género y… (2010).
7
como personas20
, o intentar conciliar su vida familiar y laboral con altos costos personales,
o desertar temporal o definitivamente de ese ámbito de desempeño. Entre los aspectos que
están presentes y las limitan, se encuentran
La maternidad y sus implicaciones…
Una de las razones por las que se posterga o abandonan los estudios de postgrado es la edad
asociada a la etapa reproductiva, que es generalmente en la que ingresan mujeres y
hombres. Pese a que tanto el matrimonio como la maternidad entre ciertos grupos sociales,
en nuestras sociedades, se han prolongado en el tiempo. Por tanto, es durante los estudios
de posgrado que muchas mujeres optan por ejercer la maternidad, o en otros casos, ya
tienen hijos pequeños que demandan de cuidado y atención, y cuya responsabilidad no es
asumida en forma equitativa por las parejas, ni existen las instituciones sociales de cuidado
suficientes para que ellas puedan dedicarse a los estudios sin sobrecargas de trabajo
reproductivo. Aspecto que los sistemas científicos y tecnológicos no consideran, de modo
que no existen mecanismos sociales e institucionales para que puedan ejercerse tanto la
maternidad y el cuidado de los hijos/as con el avance en la formación académica21.
Como señala Evangelina García22
la presencia de conflictos emocionales que se suelen
generar en algunas mujeres quienes se ven en la necesidad de delegar funciones
doméstico/privadas, generando culpa como madre y/o pareja, en razón de la identidad
genérica de ser para, en y por otros.
Suelo Pegajoso y Techo de Cristal
Asociado a lo antes mencionado se encuentran otros obstáculos o condicionantes en el
orden socio emocional e identitario, que limitan el desempeño de las estudiantes, de
acuerdo a Burín (2008), el suelo pegajoso se refiere a las fuerzas que mantienen a un
sinnúmero de mujeres atrapadas en la base de la pirámide económica, las cuales imponen
una “adhesividad” a las mujeres, costándoles trabajo y esfuerzo salir a realizar una carrera
laboral o profesional, como son las responsabilidades y cargas afectivas y emocionales que
en el ámbito doméstico acaban recayendo sobre las mujeres, atrapándolas con los lazos de
los afectos que dificultan o impiden su salida y realización personal fuera de este ámbito.
“…aquéllas mujeres que se revelaban más tradicionales en el desempeño de la maternidad
y del trabajo, y por lo tanto más adheridas a las formas más convencionales del ejercicio de
20 Agudo, Yolanda: Op. cit “Trayectorias académicas… 2005.
21 Blázquez, Norma y Javier Flores., (2005). “Prólogo” en Blázquez, Norma y Javier Flores (editores) en
Ciencia, Tecnología y Género en Iberoamérica. CEIIH, Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM) y Plaza Valdés. pp. xiii-xvi.
22 García Prince, Evangelina (2003). “Diferencias en el liderazgo y los modos de dirección de las mujeres”.
Seminario Internacional sobre Liderazgo y Dirección para Mujeres. Poder y empoderamiento de las Mujeres.
Programa “EQUAL”. Valencia, España. 2 y 3 abril.
http://www.iidh.ed.cr/comunidades/derechosmujer/docs/dm_enlinea/proleadponencia0340/proleadponencia03
40.pdf
8
esos roles, también se encontraban con un “suelo pegajoso” (sticky floor) del que era muy
difícil despegarse”23
.
Este concepto se refiere a las obligaciones y a las demandas que desde lo doméstico se
hacen a las mujeres para que continúen ejerciendo sus roles y funciones en ese espacio, con
lo cual enfrentan dificultades para salir de ese “suelo pegajoso” que atrapa en obligaciones
y solicitudes por quienes se sienten abandonados por la salida de las mujeres hacia otra
esfera no doméstica. Equilibrar las demandas externas y las que aparecen desde la familia y
el hogar, llega a ser un esfuerzo físico y emocional considerable y fuente de conflictos para
las mujeres profesionales y académicas, cuyos efectos tienen una relación directa con la
sobrecarga que viven las mujeres, asociada a la doble jornada y la falta de conciliación y
apoyo por parte de los varones, impidiéndoles progresar en su carrera profesional. Otra
manera de llamar a este suelo pegajoso es “gueto de terciopelo” que define sectores
profesionales y laborales que se feminizan y se conciben como trabajos aptos para mujeres
los cuales conllevan a una reducción salarial, empeoramiento de las condiciones laborales y
dificultades de ascenso entre otros.24
El “Techo de Cristal”, definida como la superficie superior invisible que implica un
obstáculo insalvable ante estructuras jerárquicas. Ligado a la cultura organizacional
dominante, caracterizada por la permanencia de creencias sociales estereotipadas sobre los
géneros y, a las responsabilidades familiares asumidas principal y mayoritariamente por las
mujeres. Creencias que obstaculizan y limitan el desarrollo profesional de las mujeres,
marcándoles un tope difícil de superar, que se revelan en el ámbito laboral (Barberá et al.,
s/a)25, lo cuál no significa que no trasciendan en otros ámbitos, como el educativo.
El autoconcepto se refiere a la interiorización que el/la sujeto hace de su imagen social; se
elabora a partir de las diferentes interacciones con el contexto y agentes sociales, es muy
importante el trato de aceptación o rechazo recibido de los demás, principalmente de los
otros26
.
23 Burin, Mabel. "Las “fronteras de cristal” en la carrera laboral de las mujeres. Género, subjetividad y
globalización". Anuario de psicología [en línea], 2008, Vol. 39, Núm. 1, p. 75-86. Pp. 77
http://www.raco.cat/index.php/AnuarioPsicologia/article/view/99355/0 [Consulta: 23-04-11].
24 García Prince, Evangelina (2003). “Diferencias… op. cit
25 Barberá, Ester, A. Ramos., M. Sarrió y C. Candela. S/a. Más allá del «techo de cristal» Diversidad de
género, Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, disponible en http://centreantigona.uab.cat/docs/articulos/Sostre%20de%20vidre.pdf. Pp. 57, 58, 61
26 Lozano, Antonia, (2003). “Factores personales, familiares y académicos que afectan el fracaso escolar en la
educación secundaria”, en Rev. electrónica de investigación psicoeducativa y psicopedagógica. Almería,
España. Volumen 1 (1) - Número online: 1 (4 de Abril de 2003). pp. 43-66. [En línea]:
http://www.investigacion-psicopedagogica.org/revista/articulos/1/espannol/-Art_1_4.pdf.
9
Asimismo, diversos estudios muestran diferencias de género en la autopercepción de logro
o de éxito asociado al liderazgo que ejercen las mujeres, García, por ejemplo, se interesó en
el fenómeno identificado como “miedo al éxito”, encontró que entre un grupo de mujeres,
el éxito personal se asocia con experiencias privadas de logros en el orden personal, mas
que con indicadores de progreso material o de reconocimiento público27
. Este tema es
importante entre estudiantes de posgrado, particularmente para aquellas que deben conciliar
la maternidad con su desarrollo académico y profesional.
Las mujeres y el acceso a la educación en México
Las estadísticas de educación superior por sexo son un indicador del incremento de la
participación de las mujeres en los espacios educativos. De acuerdo al INEGI (2010) para
2008 la proporción hombres mujeres en licenciatura universitaria y tecnológica fue de
50.6% hombres y 49.4% mujeres y, en posgrado es similar aunque en números absolutos la
diferencia en cuanto al número de personas que acceden a éste nivel es enorme (2 232 189
en el primer caso, y 174 282 en el segundo). No obstante se hace el señalamiento de que
persisten, principalmente, las diferencias de género por área de conocimiento y en las
carreras profesionales por las que se inclinan hombres y mujeres.
En relación a la consolidación de investigadores/as, en el Sistema Nacional de
Investigadores se observan datos que dan cuenta de las tendencias en cuanto a la
participación de las mujeres en carreras académicas de largo alcance. En el país la
formación de investigadores es prácticamente masculina, al representar en el 2006 más de
dos terceras partes del total de los registros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Este sistema, cuenta con 13 mil 485 personas reconocidas como investigadoras, de éstas
9202 son hombres (68.2%) y 4283 son mujeres (31.8%). En las siete áreas del
conocimiento, que comprende el Sistema Nacional de Investigadores, la presencia
masculina supera 50%. El área con menor diferencia porcentual es la de Humanidades y
Ciencias de la conducta, donde el número de mujeres investigadoras asciende a 1 051
(48.5%), y 1 118 investigadores varones (51.5%). Por el contrario, el área donde la
distancia porcentual entre hombres y mujeres es mayor es la de ingeniería, ya que de los 1
991 investigadores/as, 84.2% corresponde a hombres; mientras que las mujeres (314)
representan 15.8 por ciento28
.
En cuanto al problema de la deserción o abandono escolar, se encontraron datos en donde
se observa que es mayor la tendencia entre las mujeres a no concluir estudios
particularmente en los niveles de bachillerato o educación tecnológica, sin embargo, no se
identificaron datos de éstos procesos en los niveles superior y de posgrado. Pareciera que el
inicio de la edad reproductiva es un factor de abandono de los estudios, el cual puede estar
asociado a las asignaciones genéricas vinculadas a la maternidad, pero ¿qué sucede en la
27 García Prince, Evangelina: Op. cit. _Diferencias en… 2003 pp. 21
28 INEGI, (2010) Mujeres y hombres en México. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Inmujeres,
México. pp. 46 http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/101178.pdf
10
educación superior y de posgrado en relación a las mujeres? ¿y, en particular en los
posgrados de agricultura, como es el caso del Colegio de Postgraduados?
El contexto de la investigación
En el Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas (Colpos), institución de enseñanza,
investigación y servicio en México, se ofrecen posgrados en cinco áreas de conocimiento
especializadas en las ciencias agropecuarias y en el estudio del sector rural, en las cuales se
ha incrementado proporcionalmente el número de mujeres que acceden a las diversas
especialidades en los niveles de maestría y doctorado en ciencias, en los Campus,
Montecillo: Botánica, Edafología, Fitosanidad, Forestal, Hidrociencias, Recursos Genéticos
y Productividad, Socioeconomía, Estadística e Informática (Estudios del Desarrollo Rural,
Estadística e Informática, Cómputo y Economía); Puebla: Estrategias para el Desarrollo
Agrícola Regional; Campus Tabasco: Producción Agroalimentaria en el Trópico;
Veracruz: Agroecosistemas Tropicales.
Se observa el incremento de la inscripción de mujeres en los posgrados antes mencionados
en los últimos cinco años, y en los más recientes, se identifica que, en el nivel de maestría,
el porcentaje de participación femenina se ha mantenido estable, con un ligero decremento
para 2010 (2008: 47.7%; 2009:47.4%; y, 2010: 45.6%). En el caso del nivel doctorado, se
este tiene un incremento en la matrícula femenina (2008: 38%; 2009:42.7%; y, 2010: 45%)
(C. P., 2010). No obstante, no se cuenta con datos diferenciales en cuanto a la obtención del
grado. El incremento en el número de mujeres en los diferentes posgrados se ha observado
en los últimos años, aunque continúa la tendencia de que el mayor número de mujeres se
sitúa en posgrados con orientación hacia las ciencias sociales.
Elementos metodológicos
Se pretenden conocer aspectos que influyen de forma diferencial sobre la percepción de
logro y el desempeño académico de estudiantes mujeres de posgrado en Ciencias Agrícolas,
para ello se abordaron algunos elementos de sus trayectorias escolares y laborales, así como
las subjetividades asociadas a identidades y asignaciones genéricas, características
sociodemográficas. La percepción de la cultura institucional en cuanto a vivencias de
acoso, maltrato psicológico y discriminación por las estudiantes y su relación con sus
efectos en su situación emocional. Para ello, la metodología empleada parte de la
perspectiva de género y de los estudios sobre las identidades que rescatan las subjetividades
de los sujetos, así como aquellos aspectos relativos a la condición y posición genérica de
hombres y mujeres. Las herramientas metodológicas son de tipo cuanti-cualitativa por lo
que se recurrió a la aplicación de una encuesta a una muestra de estudiantes, hombres y
mujeres de programas de postgrado clasificados como de excelencia por el Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
En el presente trabajo se presentan avances de resultados relacionados con la situación de
las mujeres estudiantes. Se definió el universo de estudio como el estudiantado que ingresó
a programas de maestría y doctorado de excelencia académica ofrecidos por el Colegio de
Postgraduados, en el período de Primavera y Otoño 2010. El universo de estudio fue un
total de 394 estudiantes hombres y mujeres, de los cuales el 5% corresponden al Campus
11
Tabasco; 8.6% al campus Puebla; 6% al campus Veracruz y, 80.2% al campus Montecillo,
el cual tiene mayor número de programas de posgrado. Para el levantamiento de la
información, se diseñó y validó un instrumento conformado por dos grandes apartados, con
un total de 20 reactivos. Su aplicación fue hecha a través de la Word Wide Web y, a la
fecha ha respondido el 14% de la población. Se estableció una muestra de 10% (por ser la
primera vez que se utiliza ese medio) Como se señaló, para fines del presente trabajo se
consideraron algunos resultados referidos a las respuestas proporcionadas por la población
estudiantil femenina (32).
Resultados
Características de las entrevistadas. De las estudiantes que respondieron la encuesta (32),
21.4% se encuentra en el rango de edad de 21 a 25 años; 43% entre 26 a 30 se ubica el
43%; entre 36 a 40 años 10.6% y, 3.6% entre 41 a 50 años, lo cual muestra que se
encuentran en edad reproductiva. Al interrogar sobre el estado civil, se encontró que 34.4%
esta casada; 9.4% vive en unión libre; 53.1% solteras y, 3.1% divorciada. En cuanto al nivel
de estudios que se encuentran desarrollando, 65.6% estudia maestría y; 34.4% doctorado.
Las características del hogar donde habitan en términos de las personas con las que
conviven y comparten espacios es importante en muchos sentidos tanto en cuanto a la
distribución del trabajo de mantenimiento del hogar, el cuidado de los hijos/as, los ingresos
para el mantenimiento del hogar, redes de apoyo, etc. Así se interrogó en ese sentido a las
estudiantes, encontrándose que 34.4% habita con su pareja e hijos/as; 18.8% con su familia
de origen; con la pareja 12.5%; vive sola 15.8%; con compañeras o compañeros 12.5% y en
otra situación 6.3%. Sin embargo al preguntar acerca de si tienen menores de edad a su
cargo, el 43% indicó que si tienen, estos pueden ser hijos/as, sobrinos u otros. Así existen
algunas mujeres solteras con hijos menores a su cargo.
Las áreas de conocimiento de su formación de nivel licenciatura es principalmente de
ciencias químico biológicas e ingenierías, en menor grado en ciencias sociales, da la salud y
administrativas, como se observa en la siguiente figura.
Figura 1. Áreas de conocimiento en la formación de nivel licenciatura de las estudiantes.
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Fuente: Elaboración propia, trabajo de campo 2011.
En cuanto a las trayectorias escolares de las estudiantes mujeres que respondieron la
encuesta, encontramos que del total, 28% interrumpió temporalmente sus estudios. De este
porcentaje, 6.3% los interrumpió en el nivel bachillerato o preparatoria; 15.6% lo hizo en la
licenciatura o ingeniería; en el nivel de maestría solo 3.1% y, en otro nivel 3.1%. Las
causas por las que interrumpieron temporalmente la trayectoria escolar, se muestran la
figura 2. Destaca el embarazo y la maternidad como la principal causa de interrupción o
suspensión de los estudios ya que juntas suman 43%. Asimismo por razones familiares, que
implican cuidado de enfermos, u otras prioridades en función de la organización familiar,
es también una causal importante señalada en la encuesta.
Fuente: Elaboración propia. Trabajo de campo 2011.
Por tanto en coincidencia por lo señalado por Fernández29
, la asignación como cuidadoras
o la maternidad, es para las mujeres, al no existir acciones afirmativas tales como
infraestructura y servicios de cuidado de menores o de adultos mayores, o la falta de
negociación equitativa en las relaciones de pareja o familiares, son aspectos que se
constituyen en barreras temporales o definitivas en la trayectoria que como académicas o
científicas pudiesen desarrollar de forma temprana las mujeres. Asimismo razones
económicas y laborales son también elementos presentes en la interrupción de la trayectoria
escolar de las estudiantes, factores que sumados, incrementan los obstáculos para
desarrollar una trayectoria académica exitosa y temprana. La situación de desempleo para
las mujeres jóvenes que es mayor que para los varones, lo cual pude también ser un factor
29 Fernández Rius, Lourdes. op cit. “Género y… (2010)
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que impulsa el incremento de la matrícula de mujeres en los posgrados que reciben
financiamiento gubernamental (becas escolares).
En cuanto a las actividades o labores que desarrollan, el trabajo doméstico y reproductivo,
son principalmente las mujeres estudiantes que viven en pareja y con niños pequeños
quienes reportaron realizar con mayor frecuencia el cuidado de niños y niñas o personas
mayores, así como de mantenimiento y limpieza del hogar, y cocinar, como se observa en
la figura 3.
Fuente: Elaboración propia, trabajo de campo, 2011.
Se observa que la mayoría de las estudiantes señala realizar esas actividades regularmente,
casi siempre y siempre. Datos que al asociarse con la percepción sobre quienes asumen
mayores responsabilidades en el ámbito doméstico (figura 4), señalan que son
principalmente las mujeres quienes lo hacen. Lo cual influye el número de horas que
pueden dedicar a las actividades relacionadas con su posgrado, asociado a su situación de
convivencia en pareja o de maternidad, o de cuidado de personas mayores, revelan cómo
las asignaciones genéricas condicionan la situación de bienestar de las estudiantes durante
su posgrado.
Asimismo, señalan la existencia de la percepción generalizada en su entorno social de que
cuando las mujeres trabajan o estudian, descuidan a su familia (62%), lo cual representa
para ellas reconocerse como transgresoras del deber ser de las mujeres, sin embargo,
también puede estar asociado a la postergación de la maternidad, o a vivir su estancia en el
posgrado enfrentando dobles y triples jornadas y a pesar de ello sentir que “descuidan a la
familia” al no trascender las identidades de género tradicionales de las mujeres.
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En cuanto a la atención y estímulo que reciben durante sus estudios de parte del personal
docente, 21.9% señala que los hombres reciben mayor atención, no obstante 68% no tiene
esa percepción y considera que ambos, hombres y mujeres son atendidos y estimulados por
igual en su proceso formativo.
Figura 4. Percepciones de las estudiantes sobre situaciones diferenciales entre hombres y
mujeres sobre aspectos que inciden en su vida profesional (%)
Fuente: Elaboración propia, trabajo de campo, 2011.
En relación a la cultura institucional y el ámbito familiar entre los aspectos que señalan
afecta su situación y desempeño en el posgrado, las estudiantes identificaron: 9.4% acoso
psicológico o maltrato en el ámbito familiar o de pareja; 9.4% situación de salud debido a
enfermedades; 6.3% trato discriminatorio en cuanto a oportunidades de desarrollo en el
ámbito escolar; y, 15.6% acoso psicológico o maltrato en el ámbito escolar. Discriminación
en términos generales, 15%. En cuanto al lenguaje inclusivo el 43.8% señala que es
necesaria la utilización de lenguaje inclusivo, el resto 56.2% indica que no le parece
necesario y las argumentaciones al respecto indican que muchas de ellas no se lo
cuestionan.
Permanecen elementos discriminatorios para seguir moldeando a las mujeres como seres
pasivos, dependientes: sexismo en el lenguaje, androcentrismo científico, discriminación
en el trato hacia las mujeres30
. Pareciera que se persiste en que la escuela sea un espacio en
el que permanezca el orden simbólico masculino, donde se menosprecian los deseos, los
30 Ballarín, Pilar., (2001). “La coeducación hoy” en Nieves,Blanco (coord.), Educar en Femenino y en
Masculino. Universidad Internacional de Andalucía/Ediciones Akal, S.A. Madrid, España. pp. 31-40.
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saberes y las necesidades de las mujeres31
, y se ven como naturales las dobles jornadas y el
sobre esfuerzo que implica a las mujeres su permanencia escolar y la obtención del grado.
Los estados emocionales que afirman sentir las estudiantes durante su estancia en el
posgrado reportaron en mayor medida: alegría (62.5%), motivación (53.1%), entusiasmo
(34.4%), confianza (28.1%), gozo (6.3%) y tranquilidad (3.1%), los cuales se asocian a la
satisfacción que les representa su proceso formativo. Mientras que, los negativos fueron:
tensión (68.8%), ansiedad (25.0%), desgaste emocional (21.9%), angustia (15.6%), tristeza
(12.5%), desánimo (12.5%), otro (12.5%), depresión (9.4%), tedio o aburrimiento (9.4%),
frustración (9.4%) y culpa (6.3%). Estos estados emocionales pueden estar asociados a
sobrecargas de trabajo, dobles jornadas y también como producto de trato discriminatorio,
acoso psicológico o maltrato, conductas intencionadas, realizados desde una posición de
poder, con el fin de desvalorizar, subestimar, dañar psíquicamente y minimizar la confianza
personal; cuyos efectos reportados por las estudiantes fueron: coraje, estrés, enojo,
impotencia, baja autoestima, ganas de abandonar los estudios, desinterés en las actividades
académicas, conformismo, sentirse amedrentadas, exclusión, sentimiento de culpa y otras,
con efectos en su salud emocional y aún física como migrañas, problemas en la columna
vertebral, crisis nerviosas, entre otras.
Al indagar sobre su percepción en cuanto a diferencias entre hombres y mujeres en aspectos
que se relacionan con su vida profesional (Figura 5) reconocen que son las mujeres quienes
presentan mas empeño por hacer compatible la vida familiar y escolar, a pesar de que
tienen la expectativa de que es responsabilidad de ambos, hombres y mujeres.
Figura 5. Percepción sobre características diferenciales de hombres y mujeres en la vida
profesional y escolar. (%)
31 Alcántara, Ascensión. 2008. “Los ojos de la Luna en la Escuela Secundaria: sexismo y equidad” en Ma.
Luisa Quintero y Carlos Fonseca (coord.), en Investigaciones sobre Género. Aspectos Conceptuales y
Metodológicos. H. Cámara de Diputados, LX Legislatura y Miguel Ángel Porrúa, 1ª. Edición, México, D.F.
pp. 245-263.
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Fuente: Elaboración propia, trabajo de campo, 2011.
Opinan que son las mujeres quienes muestran mayores habilidades de comunicación. La
mayoría afirma que son los hombres quienes presentan mayor estabilidad emocional (61%).
Que ambos (hombres y mujeres), tienen expectativas de éxito profesional, no obstante
señalan que son los hombres quienes reciben mayores ingresos, lo que pone de manifiesto
la necesidad de estudiar en mayor profundidad la experiencia y trayectoria laboral, así
como la vivencia de dificultades de acceder al empleo dado que expresan que son ellas
quienes tienen más dificultades para acceder a éste.
No obstante las condicionantes aquí presentadas, encontramos que el total de la muestra
señala que está plenamente segura de alcanzar la obtención del grado, por lo cual asumen
los costos emocionales y sociales que esto les implica.
Conclusiones
La participación cada vez mayor de mujeres en estudios de posgrado en ciencias
agronómicas es transgresora de una cultura institucional androcéntrica, así como del orden
de género. Las construcciones sociales de lo femenino y lo masculino (estereotipos,
prejuicios, etc.) y la división genérica del trabajo afectan el proceso formativo y logro
educativo de las mujeres estudiantes de posgrado, puesto que recae principalmente sobre
ellas el trabajo reproductivo. A pesar de que una de las propuestas de igualdad es el acceso
de las mujeres a las actividades tradicionalmente masculinas, no se ha dado un efecto
inverso, la participación de los varones en actividades consideradas tradicionalmente
femeninas, como es el trabajo reproductivo.
La incorporación del uso de Tecnologías de la información (TIC) en la recogida de
información, es vital para hacer más eficientes los recursos de la investigación, pero se hace
necesaria también mayor reflexión sobre el rigor que implica su utilización.
Las características identificadas en las trayectorias académicas de las estudiantes
participantes en la investigación presentan el reto del diseño de estrategias de
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acompañamiento desde las instituciones educativas y la definición de acciones afirmativas
que favorezcan la equidad en la formación de talentos humanos, hallazgo de utilidad tanto
para la instancia académica de procedencia de las estudiantes, como para otros espacios
educativos. En los estudios de seguimiento de egresados es necesario considerar la
diferenciación por género del desarrollo académico y profesional para retroalimentar el
diseño curricular y las acciones afirmativas ya mencionadas. La inclusión de contenidos de
equidad género en el currículo de los posgrados es indispensable, dada la ausencia de esta
formación en los niveles de licenciatura y por las características de las áreas de
conocimiento de procedencia de las estudiantes, de las llamadas “ciencias duras”, espacios
culturalmente masculinizados. La identificación de las subjetividades e inequidades
construidas alrededor de las asignaciones genéricas en estudiantes de posgrado, hombres y
mujeres, les permitirá asumir retos personales, intragenéricos y colectivos para la
convivencia en equidad y la superación de estereotipos y violencia de género que limita el
desarrollo personal y académico de las mujeres.
Identificar e impulsar estrategias que favorezcan la construcción de capacidad critica y
voluntades orientadas a la transformación identitaria que favorezca la autonomía y el
empoderamiento de género y la construcción de liderazgos académicos alternativos, ante
liderazgos y ambientes institucionales autoritarios que generan ambientes hostiles para las
mujeres.