CALENDARIO DEL APICULTOR

MINISTERIO DE AGRICULTURA

CALENDARIO DEL APICULTORCON iEJOS PRACTICaS PARA CCNDUCIR

BIEN UN COLMENAR

PO~

Mt..RIA. E5TREMERA DE CA.BEZASPrcfc sor n de Apicultura en los Cursillo. de lo Dirección

General de Gonadería

Sección de Publicaciones, Prensa y Propaganda

GUAHCAS UGUINA· MELENDEZ VALDES, 7 - MADRID

ADVERTENCIA PRELIMINAR

Todos los trabajos en el colmenar estánsubordinados a las temperaturas y a, las llu­vias, que presiden y regulan el desarrollo yfloración de las plantas, de donde las abe­jas recolectan la miel y el polen necesariopara su alimento; por tanto, 'un Calendarioapícola, al indicar las distintas [cenas quedeben realizarse en el colmenar, se refiere,más que al mes, al estad o del campo Y a latemperatura, del ambiente. N o debe tomarsede un modo literal y preciso las fechas aquímarcadas, pero sí la sucesión de operacio­nes que se aconsejan. Dada la diversidad dealtitudes y condiciones geográficas de nues­tra hermosa, patria, todas las faenas que alcampo se refieren varían en semanas, y aunen meses, de una localidad a otra} y tambiénen cada año} según los frias sean más O me-

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¡¡US duraderos y las lluuias abundantes () es­casas.

Debe, en consecuencia, leerse este Calen­dario COI/lO una quia o aduertencia de todas}' cada una de las faenas trecisas paril! elbuen sostenimiento de 1111 colmenar, peroadaptando, cada colmenero, las fechas in­dicadas a las condiciones del clima. de supueblo y al estado de sus campos. No es elnombre de cada mes el que debe scrrir denorma, sino cl uer abrirse las flores de cadaespecie 'vegetal de las que pueblan uucstracampiña..

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ENERO

Por lo general, en este mes, aun con losf rios fuertes de pleno invierno, suele habermuchos días claros en los que el sol calientabastante y, en colmenares de buena solana,las abejas inician ya sus primeras salidascon vuelos de corta duración. No deben to­carse las colmenas, pero sí observar decuando en cuando su nlarcha y anotar elmayor o menor movimiento que tenga cadauna en los indicados días de pleno sol y tern­peratura benigna. Si cuando en casi todasse ve salir a las abejas queda alguna o algu­nas sin movimiento ni siquiera se las ve aso­marse a la piquera, se marcarán éstas quequeden retrasadas para inspeccíonarlas encuanto mejore un poco el tiempo, y, desdeluego, mirarlas con atención por si tuvie­ran grietas ° agujeros hechos por los pája-

ros, para taparlos inmediatamente con lamasilla de colmenero, yeso o escayola, perosin moverlas ni darles golpes. Este cuidadosalva muchas veces la vida de las abejas.

Aparte ele estas observacionesen visitasal colmenar, empléanse las largas veladasde este mes en preparar el material para lapróxima campaña. .

El repaso cuidadoso de todo el materialen este mes tiene enorme importancia y rin­de grandes beneficios. Tanto en los panalesprocedentes de la extracción, que constitu­yen el verdadero capital del colmenero, sonla reserva oro ele1 apiario : como en las alzasretiradas, suelen existir huevccillos de V0\..

1iI1a no desarrollados durante los meses defrío, que al comienzo de la primavera ger­minarán dando origen a larvas y después amariposas para un nuevo ciclo de varios mi­llares <k insectos destructores de las colme­nas, Es la ocasión propicia para destruir' osy evitar el daño.

Tanto las alzas como los marcos de lospanales deben frotarse con un cepillo fuer­te-s-los de fibra vegetal son los más úti.1es­para separar toda la suciedad, de modo es­pecial en las aristas de unión de las made-

Mirad a las abejas: la reina, madre o maestra se afan a enpon er hue vos; sus hijas la atienden de continuo, alimentana sus hermanas pequeñitas, llenan de dulce miel los huecosdel panal para asegurar el sustento de la familia , conservanlimpia y ventilada la casa. Ob servad bien la maravillosasimetría de estas celdillas y pensad que a estos pequeñosanimal itos, capaces de rea lizar trabajos tan perfectos, nos­otros los humanos no po demos tratarlos con torpeza o des-

cuido . i Sería desacreditarnos como seres inteligentes!

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ras y en los lados exteriores de los largue­ros de los marcos, teniendo cuidado de noestropear la cera de los panales. Si en algu­no de éstos se viera una o varias celdillascerradas por finísima gasa, del mismo as­pecto que la tela de araña, es prueba de queen su fondo existe abundante puesta de po­lilla, y debe limpiarse con un pincel seco,rompiendo el opérculo de gasa y llegando alfondo de la celdilla, donde se encontraránlarvas de polilla y, en celdas inmediatas,huevos, que son unos granitos casi micros­cópicos de color blanco amarillento. Des­pués de quitarlos conviene lavar el interiorde las celdillas con el mismo pincel impreg­nado en una solución de formol al diez porciento, en agua. Este desinfectante es elmás indicado por no perjudicar nada a lasabejas; lo preparan en cualquier farmaciay, si no se dispusiera de él, puede sustituir­se por una disolución muy concentrada desal común. Tanto el formol como la sal de­ben usarse también para desinfectar pordentro las alzas, tapas y fondos que se ten­gan en reserva.

También conviene dar una mano de pin­tura a las alzas que se encuentren un poco

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despintadas por los calores del verano ante­rior. La buena conservación del raaterjalprolonga la duración de éste, y en las explo­taciones movilistas es de la mayor impor­tancia evit ar que las maderas se deformenI 1 t'.~ t ropccn por la acción de los elementoscxteriores. I .a colmena es la casa de las abe­jas y es preciso conservarla y repararla contanto cuidado como la casa del colmenero.

La labor más importante es revisar conel mayor cuidado los panales guardados va­cíos de la cosecha anterior, limpiándolosbien, aireándolos, si presentan alguna señalde enmohecimiento, v azufrándolos de nue­vo para evitar se désarrolle en ellos la po­lilla que los destruiría en los meses siguien­tes.

En las regiones muy templadas. como labaja Andalucía y Levante, se realizan en lasegunda quincena de enero las faenas delimpieza que indicaremos para febrero, y,aun en algunas localidades muy templadas,las de marzo.

Quién sin saber de abejas se mete a col­[lllettero)

gasta tiempo JI paciencia y pierde su dinero.

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FEBRERO

En casi toda España comienzan en estemes algunas floraciones, especialmente ro­mero y almendro. En dias de sol tienen mu­cho más movimiento las colmenas que en elmes anterior, porque la reina ha reanudadoya su puesta y se ve, en las que sean fuertesy hayan pasado bien la invernada, muchaspecoreadoras trayendo polen. Si la tempe­ratura lo permite debe aprovecharse un díamuy claro y sin viento para hacer la prime­ra limpieza de los fondos, si éstos son mo­vibles, pero sin destapar por arriba las col­menas. Esta limpieza conviene hacerla te­niendo un tablero fondo supletorio, que sepone durante un par de horas al sol paraque se caliente: se alza luego la colmena yse sustituye este fondo por el suyo, lim­piando el que tenían para quitar todo el es-

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carzo y abejas muertas que en él pudierahaber, reponiéndolo en seguida con cu.da­do de que quede bien asentada la colmenatal como estaba para que vuelva a unir-e elpropoleo de ~us costados, que no se habráquitado. Repasad después, por fuera, lasuniones con masilla o yeso para evitar que­<len ranuras pi Ir donde pudiera entrar airey enfriar, pero 1/0 abrirla ni inspeccionarlapor dentro.

La colmena Iijista sobre loseta debe al­zarse un momento, barrer bien y rascarmuy de prisa la loseta y volver a colocar lacolmena, uniéndola con masilla.

Toda la suciedad y abejas muertas quese saquen se recoge en un cajón o esportillay, lejos del colmenar, se echa sobre una ho­guerilla. Esto es muy importante, porque sila suciedad quitada se deja tirada en el col­menar, se desarrollan los huevecillos de po­lilla que siempre existen y, con frecuencia,enfermedades por los cadáveres de abejas.

Las colmenas retrasadas, en Ias que senote muy poco movimiento o ninguno, hande ser las primeras en las que se haga estalimpieza, y par el número de abejas muer­tas que se encuentren se podrá juzgar el

estado de su población y lo que es precisohacer en la próxima visita. Si alguna se en­cuentra totalmente muerta ha de retirarseinmediatumcntc para limpiarla muy bien yalmacenarla. La causa principal del des­arrollo <k epidemias graves en los colmena­res, que algunas veces producen la pérdidade todo el apiario, es dejar abandonadas du­rante semanas las colmenas vacías pormuerte de su población.

En los más de los casos esta muerte hasido a causa de alguna enfermedad, y alquedar la colmena vacía al alcance de otrasabejas éstas entran en ella a la rebusca dealgún resto de mielo para recoger polen ocera, y al recorrer los viejos panales se in­fectan y contagian a sus hermanas sanas;pero aun en los casos de muerte por hambreo frío, tanto en los cadáveres de abejas co­mo en las celdillas conteniendo polen, seproducen fermentaciones que originan mi­crobios patógenos capaces de producir en­fermedades graves.

La colmena se mantiene en estado de Em­pieza e higiene por la presencia. del enjam-,bre, que con su calor natural origina unarenovación del aire y, por tanto, una venti-

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lación del interior de la casa, al propio tiem­po que, con su trabajo, sacan al exterior lasabejas muertas y los residuos de toda clase;pero si la casa queda abandonada y vacía,tanto la humedad como otros insectos seapoderan de ella y se convierte en un focode infección. Una de las enfermedades másgraves que padecen las abejas es la micosis,ocasionada por el enmohecimiento del po-

almacenado en el panal, en el cual se des­~rNina.n unos hongos microscópicos llama­

r, dos pt~idstis apis o asperqilus [lauus, ori­~ gen y e usa de la micosis en las abejas. En. colmena vacía y abandonada quedan restos

de pa r. y vestigios de polen, la humedadaNJ~:.rr·"te puede dar lugar al desarrollo deestos hongos y las inmediatas, pobladas,contraerán bien pronto la enfermedad.

Pero, en todo caso, la polilla hará su pre­sa en las así dejadas, se desarrollarán milla­res de mariposas que merodearán por todoel colmenar y muchas de ellas consegui­rán burlar la vigilancia de las guardianas delas otras colmenas y extenderán su tareadestructora de panales.

Tanto en la limpieza de fondos como enlas¡ inspecciones que, si el tiempo 10 permite,

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puedan hacerse en este mes, si bien en Josclimas medios es preferible esperar hastamarzo, no debe nunca olvidar el apicultorque las abejas, siempre ,previsoras, prepara­ron su colmena al ccmcnzar el otoño parapoder 'resistir bien dentro de ella los fríosinvernales, y con tal fin propolizaron con elmayor cuidado todas las uniones y grietasde las maderas cuando Ia temperatura exte­rior mantenía maleable esta resina y les per­mitía el trabajo, pero en los meses de febre­ro y marzo no les es posible recomenzar estaobra, y si al abrir las colmenas en las prime­ras inspecciones no se presta atención a de­jar bien asentados todos sus elementos taly como estaban para que por sí solos vuel­van a unirse con el propoleo de sus bordes,por las uniones entrarán corrientes de airefrílo; Y como durante las noches desciendebastante la temperatura, las poblaciones ha­rán un mayor consumo de miel ante la ne­cesidad de mantener su calor vital y res­tringirán la puesta las reinas al darse cuen­ta de que las nodrizas e incubadoras no pue­den abrigar mucha extensión de pollo.

La causa de existir ~n los apiarios algu­nas colmenas retrasadas con puestas exi-

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guas y provisiones escasas, no obstante serlas reinas de la misma edad y haberles deja­do idéntica cantidad de provisiones, es sufalta de defensa contra el frío como C011r

secuencia de inspecciones descuidadas o in­necesariamente repetidas.

Toda población fuerte, bien nutrida, conreina joven y colmena confortable pasa bue­na invernada y al terminar ésta reanudacon brío su vida de trabajo y reproducción.Con sólo mirar atentamente a las piquerasen las horas de sol apreciará su estado elapicultor: las riñas yel pillaje tienen su ori­gen en quedar alguna de las cajas con ladespensa vacía. .

Cada abeja vive y COI/U! en su colmena)y no fisga por la ajena.

MARIO

En casi toda la Peninsula comienza eneste mes la floración de plantas melificas, siescasas aun en número, las bastantes paraestimular a las abejas a incrementar la críacomenzada el mes anterior, si los fríos ri­gurosos del invierno cedieron yen días cla­ros se han alcanzado temperaturas super:o­res a quince grados a la sombra.

De la atención y acertado cuidado que eneste mes se preste a las colmenas dependeen gran parte la abundancia de la próximacosecha. Los colmeneros de sistema antiguorealizan la operación llamada marceo o de­salde, la cual consiste en limpiar hien lasbases o losetas y recortar la punta inferiorde los panales, negra o enmohecida.

En las colmenas de cuadros esta inter­vención tiene mayor alcance y rinde, en con-

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secuencia, más efectiva utilidad. A la lige­rísima inspección practicada en febrero, laque proporcionó los primeros elementos elejuicio para apreciar cómo han pasado lascolmenas el invierno, sigue en marzo la ob­servación detenida, durante algunos días,del estado g-eneral del colmenar, sin abrirlas cajas y anotando la cantidad de pecorea­doras que de cada una <le ellas sale al cam­po y especialmente el número de éstas queretornan con los cestillos de sus patas tra­seras cargados de polen, indicio el más útilpara calcular el estado de cada población,pues entra en la composición de la papillaalimenticia de las larvas en algo más de latercera parte. En este mes la puesta de unareina joven y prolífica, capaz de dar origenal número de obreras necesario en la granrecolección, debe alcanzar ya la cifra dequinientos a mil huevecillos al día; ha deverse en los de sol entrar de continuo abe­jas con bolitas de alegres colores en sus pa- .titas.

Si se observa escasez ele polen en el cam­po, debe recordar el apicultor que la harinade centeno, trigo, maíz o cebada la utilizancomo sustitutivo, y proporcionársela en ca-

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jitas de muy po·co fondo; bien apretadaspara evitar se hundan en ella al posarse, co­I( iCadas durante la mañana y retiradas alanochecer para que el rocío nocturno no lahumedczra. Tal vez la celulosa del papel sir­\T tal11hi~n a las abejas como sustitutivodel polen, no completo, por carecer de pro­teina, pero sí complementario deficiente, sinpor ello dejar de rendir utilidad para refor­zar aportaciones escasas. N o lo afirmo conseguridad pues me vi privada de mis trescolmenas de cristal precisamente cuandouna casualidad me indujo a estudiar esto, y,en apicultura, no puede hacerse afirmaciónalguna sino después de varios años de re­petir y comprobar un hecho con experien­cias minuciosamente practicadas, pero des­de entonces he tenido la costumbre de po­ner sobre los panales, en la primera ins­pección de primavera, hojas de papel, queles prestan un buen abrigo, absorben la hu-

'medad, yen la mayoría de las colmenas hevisto roídos y desmenuzados algunos tro­citos de papel.

En la inspección de las cajas se procede­rá, como en febrero, con la mayor rapidezposible, en hora y día de buena ternperatu-

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ra, pero se hará más a fondo para evaluarcon exactitud tanto la cría como las proví­siones.

Si se encuentra pollo de obrera en pla­cas compactas, formando elipses bien de­finidas, de diamctr« de unos quince centí­metros en d cuadro central; extendiéndoseesta puesta en forma alüluga de menoramplitud a los dos cuadros laterales, se ten­drá una reina joven de gran fecundidad,y es preciso comprobar disponen sus obre­ras de miel suficiente.

Ha de tenerse en cuenta que, de la reser­va de miel dejada al comenzar el invierno,apenas consumen la quinta parte duranteel reposo de los meses ele fuerte frío; peroal iniciarse la nueva cría han ele propor­cionar a ésta gran cantidad de alimentodiario.

N o basta encontrar en marzo algunasplacas ele miel operculada en los panales;necesita, si es fuerte la población, paradesarrollarse bien tener de diez a doce ki­los de reserva, aun cuando ya el campoproporcione alguna recolección, porque elnúmero de pecoreadoras es escaso aun.

Marzo e el me má s indicado para cambia r Ls abejas de lavieja colmena de corcho a la moderna de cuadros, másprod uctiva. Colmena bien t rasegada en esta s fechas , da

cosecha completa en la misma temporada.

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Las recten nacidas no acometen este tra­bajo hasta su tercera semana de vida; lasviejas han perecido en su mayoría, y pue­den venir varios días de lluvias persisten­tes, y en tal caso, no sólo la cría, las adul­tas han de alimentarse de la despensa.

Como norma aproximada de cálculopuede establecerse que, de veinte kilos de­jados a una colmena para la invernada,consumen durante el reposo de tres a cin­co, y los restantes cuando han reanudadola cría y la actividad; esto es, en los mesesde febrero, marzo y abril, en los cuales larecolección realizada suele ser tambiénconsumida en totalidad.

Si se encontraba en la primera inspec­ción una colmena con provisiones pero sinnada de cría, debe ponérsele un panal conalg-o de pollo y huevo; 'al repetir la inspec­ción puede ocurrir: 1,"' Que se encuentrepuesta normal de obrera. En este caso te­nía reina y el panal adicionado ha servidopara estimularla. 2: Que se encuentre enel panal adicionado alg-una celda real for­mada o abierta normalmente, según el lap­so de tiempo pasado entre una y otra ins-

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pección. En este caso estaba huérfana yhan criado otra reina; pero como en estemes, y salvo localidades de clima privile­giado, la fecundación de la nueva reina esmuy aleatoria, por existir pocos zánganosv ser frecuentes los días de lluvia, debe se­g"uirse inspeccionando la colmena hasta en­centrar puesta normal, y sigue siendo con­veniente, si se dispone de algunas otras,volver a ponerle un panal con pollo yhuevo.

En caso de ver en una colmena sólopuesta de zángano, especialmente si es es­casa, discontinua. repartida en grupos detres o cuatro celdas ocupadas y al lado mu­chas vacias por toda la superficie de uno ovarios panales, será indicio de orfandadC011 aparición de obreras ponedoras y esmuy difícil crien nueva reina; por lo cualla mejor solución es suprimir la colmena,uniendo su población a otra.

Marzo es el mes más apropiado para lainstalación de colmenares, ya se haga éstapor compra de cajas movilistas pobladas,ya por trasiego de antiguo vaso fijista a

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nuevo de cuadros. Todos los colmenerosque continuan practicando los viejos pro­cedimientos con sus dujos o peones, de losque obtienen unas cosechas mezquinas ysufren todas las campañas la desapariciónde algunas por muerte de sus poblaciones,deben animarse a ensayar los nuevos mé­todos. No representa mucho gasto la ad­quisición de dos o tres cajas de cuadros yalgunas hojas <le cera estampada y, dis­poniendo de las abejas y sabiendo tratar­las, les es fácil poblar bien la nueva col­mena, y verán que ésta les proporcionauna cosecha por lo menos triple a la anti­gua, lo que representa amortizar en unasola campaña el gasto de la caja de cua­dros.

Aun no siendo el objeto de este libro darun tratado de apicultura y sí sólo recordarlas distintas operaciones que deben reali­zarse, voy a detallar las formas de trasie­go de colmenas para orientación de prin­cipíantes.

TRASIEGU DE COLME","

FIJI::iTA ¡\ ;\I0\'lLISTA

Uno de los medios de poblar colmenas1111 .\ilistas eS pasar a ellas la población, pa­nalc- y cría de otra colmena de las de tipoantiguo o fijista. No es el más sencillo,pero sí el más económico, industrialmenteconsiderado, para aquellos que posean col­menas fijistas y quieran modernizar y ha­cer más productiva su explotación. A estecambio deinstalaeión de las abejas se lellama trasiego, designación muy apropia­da, aunque su realización no sea, ni mu­cho menos, tan sencilla como el cambio devasija de los mostos en la budega.

El trasiego de colmenas es operacióndelicada que requiere práctica y adiestra­miento previo en el manejo de las abejas;en modo alguno debe intentarla un prin­cipiante con sólo conocimientos teóricos,pero si puede obtener la cooperación yayuda de un práctico, adquirirá al reali­zarla un utilísimo adiestramiento para losrestantes trabajos del colmenar.

La época más conveniente es el comien-

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zo de la primavera, cuando las poblacioneshan iniciado ya su desarrollo; están cons­tituidas en su casi tutalidad por abejas jó­venes, todavía C011 poca cría, casi agota­das las reservas alimenticias de invernada,pero disponen ya de floración suficiente enel campo para subsistir.

Al darse estas condiciones en la colme­na, las temperaturas diurnas son ya lo bas­tante templadas para el vuelo de las lJCCo­readoras y para la intervención del apicul­tor, pero aun los panales no están tan re­calentados que se aplasten o deformen alcortarlos, ni llevan tanta carga de pollo onéctar que se derrame éste o perezca aquél.

Si en la colmena fijista se ha hecho tem­prano el recorte de las puntas inferioresde los panales, un buen signo para apreciarel momento más favorable para el trasiegototal es ver comienzan a alargarse conobra nueva los cortes dados en el marceo.

El trasiego puede hacerse de cuatro ma­neras distintas:

l." Trasiego total. Traslado en unasola operación del enjambre y obra de lacolmena fijista a la nueva caja movilista.

2: Trasiego del enjambre dejando la

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obra y cría para mantener la subsistenciade la colmena tijista. Es la operación lla­mada por los colmeneros "Partír".

3: Trasiego del enjambre en una pri­mera intervención para esperar veintiúndías y, en nueva operación, utilizar la obray ganado para poblar otra colmena.

4'" Trasiego por superposición, dandoocasión al paso voluntario de las abejasde la colmena antigua a la moderna.

TRASIEGO TOTAL

Es el procedimiento más convenientepara cambiar poblaciones de colmena fijis­ta a movilista ; seguro en sus resultadoscuando se practica con mediana destreza;de mayor rendimiento industrial S1 se rea­liza a tiempo.

Hemos hecho varios cientos de trasiegototales, tanto para poblar nuestros trescolmenares, como para servir a amigos oenseñar a discípulos, sin haber sufrido unsolo fracaso. Nuestro primer contacto conlas abejas fué poblar dos colmenas Da­dant-Blatt por trasiego de corchos; nos

ayudó un practicón, con más prejuicios queconocimientos apícolas, y aquellas dos col­menas subsistieron veinte añ: IS, con variostraslados, hasta el expolio de nuestro col­menar.

Ya queda dicho cuál es la época más fa­vorable para realizar esta operación; ellono significa sea imposible llevarla a feliztérmino en otros períodos del año, pero,salvo casos de imperiosa necesidad, debeeSGo~erse siempre el comienzo de primave­ra, 0'" unca se ha de realizar un trasiego

~ cuando, 'a la producción de néctar en el\ cfiii;o" té en todo su apog~o o sea escasa

"iy se a ~ oximen los días de completa des-aric] n de f ores. Confiar en alimentar

artí cialmente a una colmena recién pobla­da por trasiego total es buscar deliberada­mente un fracaso y una pérdida de tiem­po y dinero.

Para realizar el trasiego total se comien­za por situar la colmena fijista en el empla­zamiento o lugar donde se piense dejar ins:talada la nueva caja. Si ésta es de fondomovible, como debe serlo toda buena col­mena moderna, se pone su tablero fondodebajo de la fijista para que sus pobladoras

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vayan conociendo este tablero e impreg­nándole con su olor. En esta disposicióndebe dejarse de tres a cinco días por lo me."nos. Esta preparación previa supone Jl111Ypoco trabajo y representa una en ven-. b . '(lE . ..,taja para la la or posterior. ~o ~ \

La colmena movilista, si e ue'la, .deestar enteramente seca la pin aiiif;.o ~ ¡ie­ne solearla un poco durante M te-riores, pero no en aquel en qu yablarse, pues, al ponerla para da ada alas abejas, debe encontrarse fresca y sinolor alguno. Si se trata de colmena ya usa­da cuya población pereció, se unió a otra ose vendió en caja portaenjarnbre, debelimpiarse muy bien, raspando todo resto decera o acumulaciones de propoeo y fregarcuidadosamente sus ángulos interiores yrebajes con agua y sal común, de no dispo­ner de disolución de formol al diez porciento.. Si no se tienen panales vacíos y limp.os

se preparan, al menos, dos marcos con ho­jas completas de cera estampada, por cadacolmena que se vaya a poblar, y otros va­rios con tachuelas pequeñas bien afianza­das, pero no clavadas a fondo, hincadas en

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el borde de los largueros del marco a unadistancia de seis a ocho centímetros, entrelas cuales se pasa y amarra un cordel finoy no muy retorcido, formando por uno delos lados del marco un plano o red de apo­yo de los trozos de panal que se saquen dela colmena fijista, dejando, en cada marcoasí dispuesto, cordel sobrante suficientepara repetir por el otro lado estos mismospases de amarre e insertar con facilidad,sin pérdida de tiempo, los fragmentos depanal, bastante firmes y verticales, a fin deque las abejas puedan consolidarlos, 10 quehacen en muy poco tiempo.

Para realizar el trasiego es indispensa­ble esperar un día claro, de sol espléndido,sin amenaza de lluvia y con temperatura enla solana del colmenar de dieciocho gradospor lo menos. Las horas más favorables,de diez a dos, tanto por la temperatura co­mo por estar en ellas la mayoría de las pe­coreadoras en el campo.

Se toma la colmena fijista y. se la despla!za con rapidez, sin necesidad de cerrar suparte inferior; cuantas más abejas salgany revuelen, mejor; se coloca en su lugar,sobre el tablero base ya dispuesto, la nueva

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colmena movilista, con dos panales vacíosen su centro, cubierta con las tapas interiory exterior y dejando la piquera en su má­xima abertura.

Tanto las abejas que regresan de la pe­corea, como las que revolaron, entran en lanueva caja y salen inmediatamente dandomuestras de gran .inquietud ante la desapa­rición de todos sus panales y hermanas. Re­volotean alrededor y pronto forman unamasa agitada en el aire, entrando y salien­do con enorme desasosiego.

En tanto, se habrá llevado la colmenafijista a treinta o cuarenta metros de dis­tancia, a un lugar a ser posible en sombra,donde se tendrá disptjesta una mesa, uncubo lleno de agua limpia, un barreño ovasija de metal o <le barro con tapa, .de ta­maño suficiente a contener todos los trozo,de panal no utilizables; los marcos prepa­rados con las cuerdas para recibir los nue­vos panales, la capacha cazaenjambres,dos cepillos y las herramientas precisaspara abrir la colmena fijista y cortar suspanales: esto es, tenazas, martillo, palan­queta o sierra. Para separar los panalesconviene o una catadera de las empleadas

por los colmeneros del sistema antiguo ouna cuchilla fuerte de treinta o cuarentacentímetros de larga, así como un par decuchillos pequeños y unas tijeras. Tambiénse tendrá ya encendido un ahumador conbuena provisión de combustible y la ca)portapanales,

Es indispensable disponer de un ayudan­te, y, mejor, de dos.

Quitada la tapa a la colmena fijista, seinvierte ésta y se asienta con firmeza sobrepiedras, estacas o un banquillo, de tal mo­do que pueda ser ahumada con facilidaupor la parte de abajo. Se coloca sobre ella,en lo que lera borde inferior donde está lapiquera, Ia capaciha cazaenjambres, ajus­tada de modo que cierre por completo sindejar paso a la luz ni el aire, pero con laposibilidad de alzarla un poco por uno desus lados para inspeccionar la subida deabejas. Se lanzan por abajo unas bufara-

.das de humo y, al propio tiempo, se golpe­tea la colmena en sus puntos inferiores congolpes rítmicos, no muy fuertes. Se sus­pende unos momentos el dar humos, perono el golpeteo, y, pasados cuatro o cincominutos, se echa una primera ojeada al in-

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terior de la capacha para ver si han co­menzado a ascender a ella las abejas, reite­randa las bufaradas de humo hasta lograr­lo. Cuando se observa la marcha de las abe­jas en tilas apretadas ascendiendo a la en­jambrera, se va progresivamente elevandolos puntos de golpeteo y se ahuma muy po­co o nada, hasta lograr reunir en el inte­rior de la enjarnbrera la totalidad del en­jambre.

Si en alguna de las observaciones de lamarcha ascensional de abejas se ha tenidola suerte de ver pasar la reina, sIe deja deahumar y; se continúa más flojo el golpeteodurante cinco minutos, al cabo de los cua­les toda la población estará agrupada arri­ba. Pero es muy difícil verla y las más delas veces es preciso conformarse con juz­gar por el volumen agrupado.

Cuando se cree reunido todo el enjam­bre se separa la enjarnbrera con movimien­to muy suave, se invierte, para evitar pue­dan caerse las abejas, se cubre con un pañoy se regresa con ella rápidamente al colme­nar, donde el ayudante habrá, en tanto, co­locado una sabanilla o lienzo de algo másde un metro cuadrado delante de la colme-

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na que se trata de poblar, sujetando con ta­chuelas o chinches el borde de este lienzoen el tablero reposadero, de tal modo que lapiquera quede perfectamente expedita y lasabanilla se extienda ante ella sobre el sue-'lo. Con un golpe seco sic hacen caer todaslas abejas contenidas en la enjambrera en­cima de esta sabanilla, lo más cerca posi­ble de la piquera, y se las observa con granatención. De momento quedan confusas yasustadas en montón informe; poco a pocoinician movimientos de reconocimiento; laspecoreadoras revolotean alrededor de lacolmena; muchas de ellas se han intradu­cido ya en la casa e incluso asentado en lospanales; se unen al grupo; reconocen a sushermanas; comunican con ellas frotan­do las antenas, y casi siempre sirven deguías para ocupar la nueva morada, a lacual se precipitan todas en apretadas filaspocos minutos después. Durante la entra­da es fácil ver a la reina que, con sus lar­gas patas, marcha adelantando a las obre­ras.

Apenas queda vacía la colmena fijista vse separa de ella la cnjambrera repleta deabejas, se procede a quitar las crucetas Q

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trenohas y a ahrirla longitudinalmente, se­gún permitan sus materiales y forma, pa­ra poder tomar con comodidad los panalesen todo su tamaño. Deben sacarse primerolos centrales, donde se encuentra el pollo,eirlos acoplando con rapidez en los mar­cos guarnecidos de cuerdas, a ser posiblesin dejarlos nunca a plano sobre la mesaporque, de hacerlo, se corre el riesgo deaplastar los' opérculos ocasionando la muer­te de las ninfas. Esta operación puede ha­cerse sin defensas, al menos en las manos,pues, de haber procedido bien en las ante­riores, quedan muy pocas abejas y tan re­pletas de miel que rara vez pican.

Es indispensable realizar este trabajocon rapidez y mucha habilidad manual; de­be aprenderse prácticamente y teniendosiempre en cuenta que los trozos de panalhan de colocarse en los marcos en la mis­ma posición que ocupaban en la colmena,perfectamente en contacto con el larguerosuperior y sin dejar huecos entre los diver­sos pedazos acoplados, para que las abejaspuedan recomponerlos y soldarlos entre síy a los largueros del marco. Apenas com­pleto un panal, se amarra de un modo efec-

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tivo, pero con el menor número posible depasadas, con el trozo de cuerda que se dejódispuesto en el marco preparado; se cortael sobrante de cuerda y, en la caja porta­panales, se lleva al colmenar y se coloca,sin pérdida de tiempo, dentro de la colme­na. De igual modo se procede con cuantosmarcos puedan rellenarse con )¡JS panalesde la colmena fijista; primero, los que con­tengan cría; después, los que lleven miel, ,"por último, aquellos trozos bien planos y

~ celda de obrera que estén limpios aunqueQ\ G;c s. Los pedazos inutilizables por su pe-~ ~er tamaño, arqueamiento o suciedad, se~ ~ t1 ando a la vasija dispuesta para con-., réner'" , teniéndola siempre tapada.'-~rD ,'-' una colmena fijista mediana suelen

formarse cinco o seis panales Root.Una vez terminado el acoplo de panales,

se abre la nueva colmena y se colocan és­tos en orden, dejando en el centro los que'contengan pollo,inmediatos a éstos los me­jor formados v con alguna miel; por últi­mo, si el total conseguido no basta a llenarla colmena, un marco con cera estampadaa cada lado. Todos ellos con su espaciacióncorrecta. (Esto e~ muy importante.) Se cie-

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rra bien la colmena y se reduce la piqueraa la entrada de invierno.

Durante los días sucesivos se observael movimiento de abejas en la nueva col­mena, que debe ser normal, pero no se latora hasta que se vea sacar por la piqueratrozos de la cuerda de amarre de los pana­les, signo de encontrarse éstos consolida­dos. Entonces se abre la colmena, se revi­san uno a uno sus panales, manejándoloscon la mayor suavidad y teniéndolos siem­pre en la vertical absoluta para evitar serompan, por ser aun muy frágiles; con unatenaza de carpintero se van quitando lastachuelas y las cuerdas de cuantos esténconsolidados y se limpia el fondo.

Al cortar los panales fijistas, pari\.hplarlos a los marcos, es 'inevitable ¡'cccio- ~nar celdas conteniendo pollo;ta~iéKeaplasta alguna que otra; por todo tlIa. ·debe alarmar ver, en las horas succ as atrasiego y aun a la mañana siguient01'tcar algunos cadáveres de larva por la pi­quera, pero esto debe cesar en absoluto alas veinticuatro horas, y si después conti­nuase podría ser indicio de haberse reali­zado la operación con demasiada lentitud y

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dado lugar a la muerte de pollo por enfria­miento, en cuyo caso es preciso revisar lacolmena y, si es así, retirar cuantos pana­les contengan larvas o ninfas muertas.

TRASIEGO DE ENJAMBRE. CONSER­

VANDO LA COLMENA FIJISTA

Realmente no debe llamarse a esto tra­siego, y es más apropiada la vieja denomi­nación de operación de partir. Para reali­zarla se prepara la colmena fijista sobre elfondo de la movilista, como queda dicho,pero no son precisos marcos con cuerdas,toda vez que no se han de acoplar trozos depanal ni ninguna de las cosas indicadaspara el trasiego total, excepto la enjambre­ra y el ahumador.

Se procede como para el trasiego total,sustituyendo la colmena fijista por la mo­vilista, guarnecida ésta con panales vacíoso marcos con cera estampada. Se saca elenjambre por golpeteo; se vuelca en el líen­zo ante la nueva caja, y es indispensableesforzarse en ver entrar a la reina, porquede haberse perdido ésta o haber quedadoen la fijista fracasaría la operación.

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La colmena fijista se coloca seguidamen­te ele sacarle el enjambre en el lugar de otramuv fuerte, cuya población sustituye, enparte, a la perdida, y cría una nueva reinacon las larvas encontradas en los panales.

Como se ve, la operación es mucho máscorta y sencilla, y se tienen dos colmenas.pero no es aconsejable. Ambas colmenasson débiles, y hemos repetido, con pesadez.que para obtener buenos rendimientos enapicultura es preciso lograr colmenas muyfuertes. No constituye un caso muy extra­ño que el enjambre alojado en la nueva col­mena movilista emigre, bien para retornara su cepa fijista, bien para buscar nuevoalojamiento.

TRASIEGO EN DOS TIEMPOS

Primera operación: Se saca el enjambre,como queda explicado, reponiendo la pobla­ción de la fijista con la de otra colmena.

En esta primera operación cabe una va­riante que pudiéramos llamar de la mee­quJindad: consiste en sacar el enjambrepor golpeteo e instalarlo en la colmena em­plazada en lugar distinto y lejano de aquél

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ocupado con anterioridad por la fijista conque se opera. la cual, una vez vacía, vuelvea su asiento para recoger las propias peco­readoras en vuelo, y que éstas mantenganla vida de la colmena basta el nacimientode toda la cría.

Segunda operación: A los veintiún días.Se procede a sacar de nuevo las abejas porgolpeteo y, conseguido esto, se abre la col­mena y se utilizan los panales. (En la ma­yoría de los casos que conocemos efe apli­cación de este procedimiento no formaroncon estos panales cuadros movilistas y selimitaron a utilizar la cera para la venta.)

El nuevo enjambre se reúne con el saca­do en la primera operación o, también envariante de mezquindad> se instala en otracolmena.

El trasiego en dos tiempos presenta ven­tajas e inconvenientes:

Ventajas: Si no se hace con mezquindady se dispone de algunos panales labradospara la colmena donde se instala el enjam­bre sacado el primer día, éste se desarrollamuy bien, y al abrir la fijista a los veintiúndías, como ya no existe pollo, se manejancómodamente los panales y Se puede elegir

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para guarnecer marcos aquellos trozos per­fectos por su tamaño, planitud y limpieza;tanto más cuanto no acucia la necesidad deformar muchos panales porque la colmenapoblada el primer día los tiene ya. Al sacarel segundo enjambre se reintegran al pri­mero todas las abejas que quedaron en críaen su colmena mas aquellas tomadas deotra para mantener esta incubación. Porúltimo, en casi todos los casos de procederasí, las abejas, huérfanas en la colmena fi­jista, han criado una reina, que inclusopuede haberse fecundado, y, al hacer lareunión, es probable venza a la reina viejay ocupe su puesto, con lo cual se tiene lanueva caja movilista con reina joven.

Inconvenientes : Representa más traba­jo, pues son dos veces de golpeteo para sa­car los enjambres, parte la más pesada deltrasiego en la mayoría de los casos. Si sepractica en las variantes que hemos llama­do de mezquindad) las poblaciones obteni­das son de muy poco valor, aun en el casode tener una colmena fijista magnífica. Sise reúnen ambos enjambres, lo más acon­sejable. la reunión entraña siempre algu­nos riesgos y es una complicación más,

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dándose con frecuencia el caso de que,practicada con todo cuidado y logrando eléxito, las abejas del segundo enjambre evi­ten la lucha de reinas, aislando a la propiay partiendo con ella, como enjambre natu­ral, uno o dos días después. De no teneruna vigilancia continua en el colmenar pue­de pasar inadvertida esta salida.

TRASIEGO POR SUPERPOSICION

Es la fórmula más sencilla y cómoda,pero ...

Coosisteen superponer las dos colme­nas; la fijista poblada sirve de base a lamovilista; para ello es preciso disponer deun fondo de colmena movilista con un am­plio orificio central, casi del diámetro dela fijista, el cual se coloca sobre ésta en sus­titución de su tapa J' sobre él la caja mo­derna con el mayor número posible de pa­nales estirados y vacíos; es muy convenien­te poner uno con algo de cría. Se cierracuidadosamente con yeso o barro la pique­ra de la fijista y queda como única entra- .da de abejas la de la movilista. Esesencialno tengan ningún otro resquicio o aguje-

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ro de entrada. Para realizar esta superpo­sición no es preciso emplear humos, ni al­terar en nada la población de la fijista ; tansólo se cuidará de que ésta ofrezca unabase sólida a la caja movilista, sin riesgode caída por efecto del viento, y que lanueva colmena quede perfectamente nive­lada.

Las abejas hacen lo restante; en el pri-. mer momento se produce un poco de con­

fusión entre Las pecoreadoras que regre­san; al ver cerrada su piquera revuelan yse obstinan en encontrarla; rara vez en­cuentran por sí mismas la piquera de lamovilista superpuesta, pero comienzan asalir por ésta las que quedaron en la viejacaja; se establece la comunicación; prontose ven algunas sobre la tablilla reposaderonueva tocando llamada, y la normalidadSe restablece antes de una hora, La vigilan­cia no es indispensable. En horas o días su­cesivos el enjambre se va insta.1aD4<> en lospanales de cuadros y labrando la cera es­tampada que se le haya puesto, Por efectode tener mejor ventilación sube la reina aaovar en ellos, y cuando por la observaciónde esta caja Se deduce que entre los viejos

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panales de abajo no queda nada de cría (espreciso esperar veintiún días por 10 me­nos), se retira la colmena fijista, se pone untablero fondo normal a la movilista, de­jándola en el mismo emplazamiento COIl

poca diferencia de altura, la fijista se llevalejos a desabejar, cosa sencillísima, y seutiliza la miel y cera que contenga.

Es cómodo el procedimiento; no alterala población ni se matan abejas, pero en nopocos casos éstas persisten con terquedaden vivir entre sus viejos panales; pasa en­tera la temporada, y en la colmena movi­lista sólo existen algunos panales con miel,utilizables como cosecha.

Requisito indispensable para poder ob­tener éxito es que la fijista sea lo bastantebaja para que la parte alta de sus panalesquede en contacto con el tablero fondo dela movilista superpuesta, cuyo orificio decomunicación, repetimos, debe ser muyamplio. Para el colmenero fijista que nohaya visto hacer un trasiego completo eseste sistema el más recomendable. Inicián­dolo en poco número de colmenas, pero almenos en tres, en alguna obtendrá resulta­do y en las otras recogerá con facilidad la

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cosecha y se irá familiarizando con el ma­nejo de los cuadros movibles.

Algunos practican este método superpo­niendo la fijísta. Lo creemos mucho menospráctico.

ealmena y conejoen monte viejo.

ABRIL

En casi todas las regiones de España sealcanzan en este mes temperaturas benig­nas; ya el termómetro rara vez baja a ceropor la noche, mientras durante el día logramáximas de quince a veinte grados. La pri­mavera, triunfante, se engalana con mul­titud de flores, que las solícitas abejas seapresuran a visitar, afanosas, en busca depolen y miel.

La puesta de la reina debe manifestarseen abril, abundante y apretada, próxima aalcanzar sus límites máximos, y, en con­secuencia, llegarán a las tablillas reposade­ro de las colmenas series continuas de abe­jas con los cestíllos de sus patas traserascargados de bolitas multicolores. Tan sólo.con apreciar este detalle basta para valo­rar exactamente el mayor o menor des-

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arrollo de cada población, pues a cestilloscargados de polen corresponden tambiénbuches repletos de néctar.

Para todas las colmenas procedentes,por lo menos, del año anterior a las que ha­yamos anotado en la inspección de marzocon buena cría normal y completas de pa­nal, nos es suficiente ver en ellas copioso ycontinuo el hilo de pecoreadoras sin nece­sidad de molestarlas con inspecciones enel interior.

Si en alguna colmena se ha puesto enmarzo un cuadro de cera estampada, que­dándole aun el hueco de otro u otros pana­les, por lo cual se conservó el tablero sepa­rador, debe inspeccionarse periódicamentedesde el comienzo de abril para ir agregan­do a tiempo nuevos marcos con cera hastadejar completo el nido de cría .

.. En las de tipo Layens horizontal, en es­tas inspecciones se repite la limpieza deltrozo de colmena que durante la invernadaquedó vacío, pues tal espacio suele conté­per frecuentemente gérmenes de polillaque en estas fechas comenzarían a dar lu­gar a larvas, las cuales, apenas nacidas, se

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encaminarían rápidas sobre los panales in­mediatos infectándolos.

La facilidad con que, por la causa indi­cada. se apolillan en primavera las colme­nas hor izontalcs, es el mayor de los incon­venientes de este tipo.

Abril, .el de las aguas mil, mientras és­tas quepan en un barril, no hace con suschubascos perjuicio alguno a las abejaspues ellas, dispuestas siempre al trabajo.otean cuidadosas asomando sus cabecitaspor la piquera el momento en que la lluviacesa para lanzarse al campo y recolectarnéctar. Pero ocurre en algunos años o co­marcas que las aguas de abril desbordan elbarril, dándose días y días seguidos de in­cesante lluvia, cosa que el apicultor debe iranotando para proceder en consecuencia,pues durante esos días las abejas no pue­den pecorear y, como el número de larvasen cría es grande, hacen un consumo enor­me de alimento, y las reservas decrecen rá­pidamente exigiendo continua aportaciónde nuevas provisiones que si faltan duran­te cinco o seis días pueden causar el harn­bre.

Especial atención requieren en' este mes

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las colmenas encontradas débiles el ante­rior o las en él pobladas por trasiego de fi­jistas, para ir metódicamente completán­dolas de panal o auxiliarlas con algún cua­dro de cría ele otra colmena fuerte, si vanlentas en su desarrollo, o para alimentar­Ias con largueza, cosa a veces necesaria enlas recién trasegadas, pues, sobre que lascolmenas fijistas rara vez se las encuentraricas en provisiones, en el trasiego se pier­de buena parte de la miel de reserva.

En abril también pueden hacerse conbuen resultado trasiegos; conviene efec­tuarlos lo más pronto que permita el tiem­po, pues de ganar unas semanas dependeel lograr cosecha en la misma temporadapor tener la colmena recién poblada tiempopara desarrollar su población en la cuantíasuficiente para realizar abundante recolec­ción durante la gran mielada,

En la mayor parte de España es la épo­ca de los enjambres.

La enjambrazón es la reproducción co­lectiva de la especie, la verdadera propa­gación de las colmenas; surge en ellascomo un imperativo de su instinto cuandose ha formado una población numerosa car

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paz de dar lugar a ot ra suficiente para sub­sistir por sí misma. Gracias a los enjam­bres se multiplican y subsisten las colme­nas en su estado natural o scrninatural,que es el fijismo ; pero el enjambre, recibi­do siempre con aleg-ría por los antiguo­colmeneros, es la calamidad de los moder­nos apicultores que practican esta industriade modo intensivo para obtener rendimien­tos pingues y sacar un buen interés al ca­pital invertido y al trabajo prestado.

Tan sólo colmenas superpobladas llenandos o tres alzas en la época de la gran mie- .lada. Los rendimientos superiores a trein­ta kilos por caja no Se pueden alcanzar conpoblaciones inferiores a setenta u ochentamil abejas en el momento de la g-ran flora­ción; de la nutrida cría en abril depende sealcance este número de obreras en mayo vjunio, pero en abril surge en las abejas eldeseo de enjambrar, y aquella poblaciónque había de ser numerosisirna, se fraccio­na en dos, acaso bien nutridas y capaces,por 10 menos la cepa, de producir cosecha,pero mucho menor, tanto, que ni aun enaños muy favorables, cuando se obtiene co­secha de la cepa y del enjambre, llegan a

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sumar entre las dos la mitad de la que sehubiera logrado de una sólo superpoblada.

En apicultura fijista no es posible impe­dir el enjambre. El sacarlo de modo forza­do en la operación llamada de partir no esimpedirlo, pues queda la cepa igualmente de­bilitada. En apicultura movilista se han en­sayado muchos procedimientos e inclusoaccesorios como el llamado "guardaen­jambres", que se coloca en la piquera paraimpedir la salida de la reina, pero siempresin resultado positivo, hasta hace unos cin­co años en que L. S. Snelgrove, Presiden­te de la Asociación Apícola de Somerset,dió a conocer un método sencillo y de fá­cil aplicación que, después de comprobaren la práctica y adaptar a nuestro clima,con ligeras modificaciones en el material,hemos enseñado en los cursillos de la Di­rección General de Ganadería y están prac­ticando con grandes resultados muchosapicultores, pues permite lograr una pobla­ción exuberante; además proporciona unanueva colonia y facilita la cría de reinas.No cabe en la amplitud y en el plan de esteCalendario Ia descripción completa de] mé­todo, que puede estudiar el que no -lo co-

Los más modernos métodos de apicultura intensiva per­miten dominar la enjambrazón natural y evitar el de­bilitamiento de colmenas. He aquí una en la que sepractica el novísimo procedimiento Snelgrove, para im-

pedir la salida del enjambre.

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nozca en el folleto Colmena fuerte, cosechaabundatüe, de Javier Cabezas. LibreríaAgrícola.

CAPTFRA DE ENJAMBRES

En este mes salen los mejores enjambresnaturales; en colmenares movilistas debeevitarse la enjambrazón natural, adelan­tándose a forzarla como acabo de explicar;pero en colmenares fijistas es muy difícilprevenirla. Se debe estar muy atento parasi saliera un enjambre, ya del propio col­menar, ya de otro, y no le siguiera su due­ño, pues el artículo 612 del Códig-o Ci­vil autoriza a cazar cualquier enjambre noperseguido por su dueño, aunque fuera ne­cesarioentrar en fincas ajenas.

Cazar un enjambre es fácil, divertido ysin riesgo casi a picadas, pues las abejasque lo forman, repletas de miel, no puedendoblar el abdomen para [herir; basta dispo­ner de la capacha cazaenjambres y, a faltade ésta, de un saco sin agujeros, cuya bocase mantiene abierta con un alambre o mim­bre. El enjambre suele posarse en una ra­ma de árbol y permanece en él bastante

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tiempo, a veces más de una ha '/ f9J=...m~do una hola irregular; se llega ~l,~.o~t. '. ,.,.deba ioel saco, elevándolo hasta me' "de_n~

tro del enjambre, y con un fue 10 olpé ala rama de donde pende se obliga a . 'be­ja.o; a desprenderse de ella y caer al saco;se cierra éste y se lleva, sin sacudidas nipresiones, al sitio donde se dispone una col­mena para alojarlo, poniendo en ésta, enprolongación de la tablilla reposadero, unlienzo y vertiendo el enjambre sobre éste.En poco tiempo todas las abejas entran enla colmena, y si se mira con atención seráfácil ver adelantarse la reina con sus lar­g-as patas. También puede volcarse el en­jambre directamente dentro de la colmena,que tendrá algunos panales o marcos ceba­dos: no conviene en este momento ponervarios marcos con hojas completas de cera.pues se deformarían por el mucho calorque desarrollan las abejas. Horas después,

- y en los días siguientes, se puede ir comple­tando el número de marcos, guarneciendoya con hojas' enteras.

El saco donde ha venido el enjambre sedejará siempre delante de la colmena, a serposible vuelto, para que las abejas que que-

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daron prendidas en él entren en su nuevamorada.

ENJAMBRE ARTIFICIAL

Cuando ya se tienen tres o cuatro col­menas movilistas y se quiere aumentar sunúmero, esta es la época propicia, forman­do lo que en algunas con impropiedad se lla­ma un enjambre artificial. Para ello se eli­gen dos colmenas fuertes con seis o más cua­dros de cría. Una de ellas, llamémosla A,da la reina, para lo cual se busca en un díaclaro el panal donde se encuentra y, con to­das las abejas que contiene, se pone en elcentro de la colmena que se quiere poblar;a sus lados otros dos panales, por lo menos,bien repletos de cría, sacados de otras col­menas fuertes, sin ninguna abeja, y pana­les vacíos, con algo de miel hasta comple­tar. De no tener panales se pondrán cua­dros con cera estampada; pero es necesa­rio" por 10 menos, dos panales con miel, unoa cada lado de los de cría; y después loscuadros con cera, también uno sólo a cadalado., .Preparada así la nueva colmena, se lleva

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rápidamente al emplazamiento de otra muyfuerte, que se retira cerrando su piqueracon tela metálica para desplazarla a unagran distancia, y si esto no fuera posiblepara tenerla encerrada al menos treinta ho­ras en una habitación o cueva de tempera­tura no fría y buena ventilación, volvién­dola después de este tiempo al colmenar aun emplazamiento 10 más lejano posible alque antes tenía. El tiempo de encierro esnecesario para que Las abejas pierdan elrecuerdo de su anterior ubicación, pues sinello, como se orientan por la posición rela­tiva de la colmena, todas las que fueran sa­liendo de ella,al regresar, entraría en lanueva que ocupa su antiguo asiento y ladespoblación de esta colmena sería muygrande.

Hechas las operaciones descritas, en lanueva colmena se tendrá: la reina de la col­mena A con algunas de sus abejas; variospanales de cría que, con sus nacimientos,aumentan la población; por ello convieneelegir panales cargados de pollo próximoa nacer; y, por último, todas las pecorado­ras que al desplazar la otra colmena teníaésta en el campo y que deben ser muchas,

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pues para ello se elige una colmena fuertey se opera a hora poco anterior al medio­día, cuando una gran parte de su pobla­ción está en el campo.

La colmena así poblada. si se ha elegido,como debe hacerse, una reina joven y pro­lífica, debe desarrollarse lo suficiente paradar algo de cosecha el mismo año; de su­frir algún retraso en su aumento de población, puede auxiliársela con panales de po­llo, sin abejas tomadas a otras colmenas.La colmena A, de la cual se tomó la reina,cría otra; para ello se precisa comprobarsi le queda algún panal con huevo o larvasde menos de dos días, y sólo sufre el retra­so de los quince o veinte días de orfandad;cebe también reponer bien y dar cosecha.En cuanto a la colmena que dió las peco­readoras, su debilitación es muy pasajeray también dará cosecha. Como la colmenaA criará varios realeras, es preciso vigi­hr1a y dos días antes de aquel en que puc­dan nacer las reinas quitar las realeras 50­

brantes para utilizarlas en núcleos si sequiere hacer cría de reinas, cosa siempreútil en cualquier colmenar, aunque sólo seapara sustituir las reinas de más de dos años

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y seleccionar éstas, pues, como he dicho, seelige para colmena A la más fuerte, de rei­r-a más prolífica del colmenar.

El enjambre de abril, pa1'Q mí;el de mayo, para mi hermano, :vel de junio, para, ninguno.

1\T/\YO

Florido y hermoso, es el mes más inte­resante para el colmenar; comienzan a 1lt­narse las celdillas de los panales de dulcemiel, que ya muy pronto rebosará en lascántaras o bidones para lanzarla al mer­cado.

En las comarcas de Levante y Andalu­cía, donde las abejas recolectan la olorosamiel de azahar, suele realizarse en mayo laprimera castra; pero antes ha sido precisocolocar a tiempo las alzas, si se tiene col-

. menas de tipo vertical, o completar éstasde panales si se emplean las horizontales:en todo caso, y para la mayoría de las re­giones, el apicultor debe estar atento a lamarcha de la floración de aquella especie,que constituye en su comarca la gran mie-

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lada, asi como el completo desarrollo elesus poblaciones.

La colmena que a primeros de mayo nohaya alcanzado número suficiente de habi­tantes para cubrir ocho panales, dará es­casisima o nula cosecha, y debe ser trata­da, en consecuencia, según las posibilida­des del apiario, de uno efe los tres modus si­guientes: 1.

0 Si se tienen varias colmenasmuy fuertes, a las cuales no se causa per­juicio alguno restándoles un panal de cria,se auxiliará a la débil poniéndole dos pa­nales de pollo próximo a nacer; esto repre­senta un aumento de población de unas do­ce mil abejas, pues para esta operación seeligen panales muy cubiertos. La colmenaasí auxiliada, si no estaba muy débil, debequedar igualada con las fuertes y en con­diciones de recibir y llenar el alza. 2.

0 Si seha hecho algún enjambre artificial y sequiere utilizar las realeras de exceso labra­das por las abejas de la colmena cepa, eseconómico emplear la población de las col­menas débiles para nutrir los núcleos enque se coloquen las realeras para su tér­mino de desarrollo y fecundación posteriorde las reinas nacidas. Con este proceder se

Cuando el campo se cubre por entero de flores y las abejas pueden realizar unaabundante recolección, las colmenas modernas les proporcionan espacio sufi­

ciente donde almacenar la miel con la adición de alzas

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consigue no debilitar colmenas fuertes pa­ra poblar los núcleos y se elimina la reinade una colmena débil, seguramente vieja opoco fecunda. 3: No teniendo núcleos quepoblar ni panales disponibles para auxiliarcon cría próxima a nacer a la colmena dé­bil, es lo más industrial suprimirla, sacri­ficando a la reina y uniendo su poblacióna otra u otras medianas para reforzar és­tas y transformarlas en muy fuertes.

El apicultor debe tener siempre presen­te que para obtener buen producto necesitaposeer colmenas fuertes, y no debe dudaren suprimir una mal desarrollada, como novacila el avicultor en sacrificar la gallinapoco ponedora.

COLOCACION DE ALZAS

Debe hacerse en el momento preciso; sise adelanta puede causar un enfriamientoperjudicial en la colmena, pues, al super­ponerle el alza se aumenta considerable­mente su espacio interior por encima delnido de cría; en consecuencia, el calor es­capa de éste a la parte alta; y como en elmes de mayo, si bien se alcanzan tempera-

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turas máximas por cima de los veintincogrados, todavia se reg-istran mínimas decinco a seis grados aun en pr. rvincias tem­pladas, si la población no ha tenido tiempode comenzar a llenar los panales del alza,ni fuerza para ocupar éstos con algunadensidad, el enfriamiento puede ocasionarperjuicios considerables a la cría e inclu­so llegar a producir la muerte de gran nú­mero de larvas, con el riesgo consiguientede generarse la terrible enfermedad llama­da "Ioque".

Por el contrario, si se retrasa demasia­do la falta de espacio induce a las abejas aenjambrar, y la salida de enjambres essiempre un perjuicio en explotación movi­lista bien conducida.

Deben colocarse las alzas precisamentecuando rompe la floración que constituyenla gran mielada y cuando las abejas cu­bran todos los cuadros del nido de cría vcomiencen a colocar miel en la parte altade los laterales. El conocimiento de la lo­calidad, en cuanto a flora y temperaturas,es la guía más certera en relación a comovengan los calores de primavera.

Las alzas es muy conveniente se colo-

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quen provistas de panales estirados; si estono fuera posible por no tenerlos en núme­ro suficiente, se promediarán los clispon:­bles entre las distintas alzas, e mpletando­las con marcos guarnecidos de cera estam­pada, pues las abejas muestran cierta re­sistencia a subir a las alzas ocupadas sólopor marcos con cera estampada.

En el momento de ir a colocar el alza sehará una rápida pero atenta inspección delnido de cría para tener la certidumbre deque no hay en él vestigio de polilla, panalesdefectuosos ni realeras en preparación. Sise encontraran éstas, comprobando al pro­pio tiempo la existencia de reina fecunda.deben destruirse y aun suprimir un panalde ·pollo, dándolo a otra más débil comoauxilio, pues tales realeras son signo delpropósito de enjambrar.

Las alzas, en el momento de la coloca­ción, se pondrán adaptándolas perfecta­mente al cuerpo de colmena para que noqueden intersticios por donde pueda en­trar aire y enfriar; se superpondrá la tapainterior y cojines de abrigo; las hojas depapel de periódico nos han dado muy buenresultado, pues con ellas se hace un cierre

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perfecto y absorhen la humedad. En díasposteriores podrá aumentarse la ventila­ción, si se ve es necesario.

En la región del naranjo, así como enalguna donde la acacia o la jara tempranada cosecha de primavera, permite hacer lacastra a final de mayo; poniendo especialcuidado en sólo pasar al extractor cuadrosenteramente operculados, pues, de otromodo, se corre el riesgo de que fermente lamiel extraída.

Cuida tus abejas sin torcer sus costumbres)' 'Verás tus colmenas en las cumbres.

JUNIO

En la mayoría de las regiones de Espa­ña es en este mes cuando las fiores, que co­menzaron el anterior a adornar con sus pé­talos multicolores los campos y laderas,ofrecen lo que en términos apícolas llama­mos gran mielada.

Las afanosas abejas, en su labor de pe­corea. retornan a la colmena con el buchebien relleno de néctar, para depositarlo,trocado en miel, por el maravilloso proce­so de transformación sufrido en presenciade los' jugos segregados que convierten lasacarosa en glucosa gracias al elemento ac­tivo llamado invertina.

Rápidamente se llenan las celdillas de lospanales, donde ha de terminarse el procesoevolutivo de formación de la miel por laevaporación del agua, contenida en gran

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cantidad por el néctar, evaporación logr­da también a fuerza de trabajo de las obre­ras, cuyas alas, en continua agitación, man­tienen la necesaria corriente ele aire. Col­menas fuertemente pobladas tienen en unsolo día varios kilos de aumento de peso, yel apicultor debe vigilar atentamente el cre­cimiento del depósito de miel en sus pana­les para aumentar su número a medida dielas necesidades.

Salvo caSQs de irregularidad en la nor­mal ventilación de la colmena, se rellenanprimeramente los panales centrales del al­za, y, cuando se observe depósito de mielen el último de cada lado, es necesario colo­car una nueva alza; pero no superpori'én­dala a la anterior, pues es muy preferibleinterponerla entre ésta y el nido de críapara hacer más fácil la llegada de las abe-jas al nuevo almacén. ,

Aunque en algunas ocasion-s es preci­so poner en una colmena muy fuerte y enaño de gran cosecha tres alzas, casi siem­pre es preferible, antes de colocar la terce­ra, retirar la superior. ya -completa m -nterepleta de miel operculada : con ello. se eco­nomiza material y también se evita el pro-

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longar con exceso el volumen de la col­mena..

En el momento de la recolección es cuan­do más se aprecia la ventaja y superior idatde las colmenas verticales o de alzas Consu empleo, al examinar los panales de re.o­lección para ver si está ya operculada lamiel almacenada, no se causa molestia al­guna a las abejas ocupantes del nido de cría,pues basta alzar 'un momento la tapa, lan­zar una fuerte bocanada de humo sobre lospanales de alza y dir'igir una rápida miradaa éstos, las más de las veces sin necesidadde remover ninguno de, ellos. En este bre­ve espacio, el humo lanzado sale al exteriorpor el continuo movimiento del aire dentrode la colmena, y al reponer la tapa en supuesto queda diáfana la atmósfera de suinterior, donde apenas ha penetrado el hu­mo y no ha alterado en nada su vida detrabajo..

Para retirar los panales libres de abejasbasta colocar el tablero, provisto de escape,debajo del alza ya repleta, con lo cual se in­terrumpe la subida de abejas; esta coloca­ción debe hacerse 'en la hora de máxima p::..­corea, que suele ser el principio de la ma-

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ñana O de la tarde; en tal momento son re­lativamente pocas las que se encuentran ensu interior, y éstas no tardan en descubrirel orificio del escape, por el cual van lenta­mente deslizándose una tras otra, y los mue­llecitos del ingenioso mecanismo les impideretornar.

Al día siguiente, el alza, con sus panalescargados de miel, está absolutamente librede abejas y conserva una buena temperatu­ra, favorable a la extracción.

Cuando la colmena tenga sólo un alza esmuy recomendable, en lugar de colocar eltablero con escape entre ésta y el nido decría, interponer debajo del tablero una va­eía, incluso sin panal alguno, si ya no se es­pera nada de cosecha, para dar Un espacioholgado a las abejas que abandonan el alzr,no obligándolas a apelmazarse en el nidode cría, donde el excesivo número de ellasdificultaría la buena ventilación, siemprenecesaria, pero más en días calurosos ycuando aun conserva mucha cría.

Al día siguiente no queda en el alza unasola abeja y puede transportarse cómoda­mente, sirviéndole de cierre el propio ta­blero y la tapa interior.

Gracias al ext rac to r la mi el fluye clara y limpia, llenandolos depósitos en pocas horas de trabajo. En un rincón seapilan las alzas vacías; cada un a de ell as h a dado 30 kilos

de miel purísim a y sabrosa.

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EXTRACCro:-¡-

En el laboratorio debe procederse al des­operculado de los panales y extracción sindemora para que no pierdan d calor, puescuanto más templados estén con más faci­lidad fluirá la miel.

Para el desoperculado colocad el panalen posición lateral, si es de colmena verti­cal; esto es, más ancho que alto, o invert­do si es de tipo" Layens", y haced en dichosentido, de arriba abajo, el corte de desoper­cular, con la cuchilla templada Wlimpia,dando el corte paralelo aleje del panal enun solo plano, porque si es desopercuhdoen cortes 'irregulares, quedará el panal congruesos distintos y se romperá mucho másfácilmente al sufrir el efecto de la fuerzacentrífuga desarrollada en el extractor.Los principiantes pretenden hacer el des­operculadocon un corte extraordinaria­mente superficial, rascando tan sólo losopérculos, y para lograrlo llevan la cuchi­lla muy oblicua, casi perpendicular al pb­no del panal, y el resultado es que, a veces,se les va la mano y dan verdaderaspuñala-

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das a éste, lo que ocasiona roturas en el ex­tractor.

En un colmenar, por pequeño que sea,deben estar numeradas todas las colmenasy alzas, y, al sacar de éstas los cuadros P1­ra irlos extrayendo, deben colocarse encada una los suyos, y luego, al devolverlesa las abejas, se tiene así la seguridad de dara cada colmena su misma alza y los mismospanales que se le quitaron; este cuidado e:ssumamente interesante, pues, teniéndolo, seevita seguramente el pillaje, que, de no pro­ceder así, suele desarrollarse fácilmente enlos colmenares después de la castra,' y cau­sa grandes estragos entre las poblaciones.La devolución de alzas con panales vacíosse hará al empezar la noche, y, si 110 se es­pera más cosecha, se retirarán definitiva­mente uno o dos días después y en las úl­timas horas de la tarde.

ENJAMBRES SECUNDARIOS

Todavía salen enjambres en este mes,pero son de muy poco valor por ser secun­darios o jabardos, como les llaman los col­meneros. Además llevan con mucha Ire-

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cuencia reina virgen, que puede perecer enel vuelo nupcial, acarreando la muerte delenjambre, pues carecerá de huevo para for­mar otra reina. Por todo ello conviene re­unir estos enjambres, si salen varios, unien­do dos o tres para poblar una colmena.

Esta unión es facilísima y no necesitapreparación alguna si, por haberse cazadocasi simultáneamente varios enjambres, selos instalara en el mismo momento en unacolmena; esto es: volcando a la vez los sa­cos o capachos utilizados para la caza; ental caso no es necesario, ni siquiera con-

o iente, matar a una de las reinas; es pre-"fé dejarlas que en su duelo salve la vida

(l.a fuerte; ello contribuye a la selección.! ~.(e. instalado ya un enjambre en su~ limes y se caza otro que se le quiere re-~~Jinir "" nque,sólo hayan pasado alguna~ ha-

es preciso tomar tantas precaucionescomo si se tratase de reunir colmenas; delo contrario, fácilmente surgirían riñas ydesastre. El procedimiento que da mejorresultado es tapar bien la colmena con unperiódico extendido, colocar encima un alzavacía, sin panales ni marcos, volcar en éstael enjambre nuevo y tapar, metiendo antes

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un pedacito muy pequeño de naftalina enla colmena y otro en el alza. Los dos enjam­bres quedan-en la e< .lmena, el ya instéJ.Jtt­do anteriormente, y en el alza, el nueva­mente cazado-separados por el papel delperiódico; se ponen unos palitos, como pa­lillos de dientes. entre el cuerpo ele la col­mena y el alza para dar ventilación a ésta,y las abejas, poco a poco, en el transcursode algunas horas, agujerean el papel y seunen con toda mansedumbre.

E I aceite} de arriba; el oino , de enmedio ;la miel} de abajo.

6

JULIO

En muchas regiones de España conti­núa durante el mes de julio la gran miela­da, y aun en algunas se inicia; por tanto,para ellas, es de aplicación cuanto quedadicho del mes anterior, pues las normas da­das en este Calendario se refieren más alestado de floración de cada localidad y alas temperaturas que al nombre de los me­ses.

El cuidado mayor del apicultor debe apli­carse a evitar a sus colmenas excesivo re­calentamiento, aun en colmenares bien ins­talados, donde se encuentran protegidaspor árboles de ramaje espeso, siempre lle­gan a ellas los ardientes rayos del sol esti­val, y en días de calma la atmósfera estátan caldeada que las abejas necesitan es-

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forzarse en un trabajo incesante de venti­lación.

Resta, por tanto, el excesivo calor ope­rarias para otras labores, siempre necesa­riasen las colmenas y útiles para el apicul­tor, pues la pecorea, como el cuidado de lacría. se traducen en aumento de cosecha,pero, además de esto, si la temperatura lIie­ga a ser excesiva se detiene casi en absolu­to el trabajo y hasta pueden hundirse lospanales muy cargados de miel, cuyo pesono resisten las débiles a rmaduras de ceracaliente.

El hundimiento ele panales en algunascolmenas constituye una verdadera catás­trofe en el colmenar. Para la población quela sufre representa la alteración de 10 lo elsistema de su morada, la muerte de mucha sabejas y abundante cría por aplastamientoo por quedar enviscadas de miel y pereceren tal estado por asfixia; además de esto lamiel desbordada del panal o panales rotoschorrea por el tablero atrayendo a las otrasabejas, con grave riesgo de que se desarro­lle en pocos minutos un fuerte pillaje, nosólo en la colmena donde se ha producido

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el accidente, S1110 en la casi totalidad delcolmenar.

Para contrarrestar los efectos nocivosdel calor debe aumentarse la amplitud delas piqueras y dar a las c(.lmenas ventila­ción supletoria, colocando unos palillos en­tre el cuerpo ele c< ilrnena y el tablero. o en­tre aquél y las alzas, pero han de ser éstos10 suficiente delgadas para que la aberturaproducida no permita el paso ele abejas nide polillas, que en este tiempo abundan enel campo y merodean en torno a las colme­nas buscando un hueco propicio para des­lizarse en el interior a depositar sus hue­vos en la cera de los panales.

Las abejas rechazan y vencen a la mari­posa de la polilla; pero si ésta, por astucia,llega a entrar en la colmena, su abundantepuesta es rara vez destruída en su totali­dad por las vigilantes obreras.

En algunas regiones abundan mucho lascetoinas, y es necesario impedir su entradaen las colmenas cuando se abre la piqueraen toda su extensión. Al quitar el listón cu­brepiquera en la colmena Root-Perfec­ción, queda una abertura de dos centíme­tros de altura, por donde pasan cómoda-

mente; la enorme resistencia de su capa­razón las hacen invulnerables; son el tan­que contra el cual nada pueden oponer lasabejas: cada cetoina que entra en una col­mena se lleva de dos a tres gramos de miel.

Conviene poner un dentero de alambrefuerte con espacios de sólo un centímetrocubriendo la piquera, que ni) molesta a lasabejas ni quita ventilación, e impide el pasoa las cetoinas.

TRASHVMANCIA

El accidentado suelo de nuestra penín­sula ofrece la más rica y variada flora me­lítica de Europa, con miles de especies, tan­to cultivadas como espontáneas, en cuyoscálices rebosan néctares sabrosisirnos ydispares que, al unirse len el trabajo ince­sante de las abejas, dan origen a mieles desabores distintos, pero siempre las mejoresdel mundo si se las labora cuidadosamentey se atiende a su buena producción.

Además, y para mayor lucro y comodi­dad de los apicultores, estas floraciones dis­tintas, distintas en calidad y en tiempo deaparición, se dan en algunas comarcas a

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...oe,

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distancias pequeñas; y con sólo subir de lavega a la Sierra cercana, pueden las mis­mas colmenas que repletaron sus alzas conmieles de frutales o romero volver a llenar­las en la floración más tardia de la ajedreao el espliego.

Desde tiempo inmemorial practican nues­tros colmeneros la trashumancia de colme­nas; y en las antiguas Ordenanzas ele lasHermandades de Colmeneros-las de laciudad de Sevilla aprobadas y revisadaspor Don Alfonso el Sabio-se consignanreglas jurídicas para su práctica, existien­do el derecho de posada, de colmenas, penasespeciales para los dañadores de ellas yguardería propia de las Hermandades, cu­yos hombres, armados y aprestados siem­pre, prestaron en mil ocasiones grandes ser­vicios en defensa de poblaciones y cultivoscontra correrías de moros, y fueron el ori­gen de la Santa Hermandad en tiempo delos Reyes Católicos.

Desgraciadamente dejáronse extinguiraquellas nobles Hermandades, verdaderaagrupación gremial; se olvidaron y perdie­ron aquellos derechos consuetudinarios, yactualmente carecemos de una legislación

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apícola, cuya falta se hace mucho sentir es-­pccialmente en la trashumancia.

Sigue ésta practicándose con magníficosresultados, pero no con tanta asiduidadcomo antaño. En toda la zona levantina, laprimera en explotaciones melícolas tantopor la riqueza de su flora como por la ac­tividad y acertadas iniciativas de sus col­meneros, maestros y adelantados, cuyos pa­sos conviene a todos seguir e imitar. En laAlcarria, Extremadura y Aragón, siguentodavía subiendo por las sendas de montesy Sierras recuas de mulos o borriqu.llos lle­vando a lomos los peones de corcho reple­tos. de abejas zumbadoras. También reco­rren algunas carreteras camiones cargadoscon colmenas movilistas, y por las tranqui­las aguas del Guadalquivir bogan todos losaños barcas que, bajo sus velas, llevan lasbien acondicionadas cajas tipo Root, de donIsidro Sánchez Saura, a los distintos em­plazamientos de su coto apícola, SantaBrigida, la mejor explotación melicola deEspaña.

Pero, aun existiendo estas realidades, latrashumancia de colmenas no se practicacon la intensidad que debiera, y ello es, pre-

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cisamente, la gallina de los huevos de orode la apicultura, el talismán de las grandescosechas y el seguro de v ida y desarrollo delos enjambres. .

Un distinguido apicultor valenciano, donJosé Chocorneli, enunció y se esforzó endifundir este acertadisimo aforismo: "Elmejor alimento de las abejas es la gasolinaquemada para transportarlas".

En el pasado siglo sufrieron enorme dis­minución nuestros colmenares tanto por elabandono general del campo como por su­frirse acaso una epidemia de loque, propa­gada por el descuido a zonas muy varias,como por generalizarse el uso de azúcar deremolacha, que restó demanda a la miel enel mercado. Los métodos de explotación ra­cional movilista no llegaron a nosotros has­ta los últimos años del ochocientos; nos lodemuestra el libro de D. José Hidalgo deTablada, publicado en 1875, obra intere­santísima por el profundo conocimientoque su autor tiene de la vida y explotaciónde las abejas y de las condiciones en queésta se realiza en España, pero en la cualse ignora en absoluto la existencia del cua­dro movible, que no llegó hasta varios años

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después, y su propaganda y difusión se de­ben a D. Enrique de Mercacler Belloch,apóstol e iniciador de la apicultura racio­nal moderna entre nosotros con su traduc­ción del libro de Layens y Bonier, con surevista El Colmenero Estaño! y con elejemplo práctico y tangible de sus colmena­res. El libro de Layens, el de LangstrothDaclant, en muy cuidada traducción deAmador, y el de Bertrand, también en bue­na versión de Pons Fábregues, fueron, yaun lo son hoy día, los mentores de los api- .cultores españoles e inspiraron otras cuan­tas obras. de autor:es que, sin abonar dere­chos de traducción ni haber tenido colme­nas, dieron a conocer lo que autores extran­jeros enseñaron no pocos años antes.

El material también se importó y se cons~

truyó aquí, sin traducirlo o, sea, adaptarloa las condiciones de nuestro suelo y flora;y como en las tres obras citadas, que fueronla base, no se destaca la importancia de latrashumancia por haber nacido en nacio­nes de suelo muy distinto al nuestro, y elmaterial no venía preparado para el trans­porte con abejas dentro, se pensó que losmétodos movilistas no eran aptos ni reque-

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rían este desplazamiento de colmenas, cuan­do es precisamente lo contrarío. La caja decuadros movibles bien poblada de abejas sedesplaza con menos riesgo por ser fácil enella comprobar previamente el estado de lapoblación y de los panales, afianzar bienéstos para evitar trepidaciones y roturas,darle la ventilación precisa y condicionadaa la temperatura exterior, y, sobre todo,porque terminada y extraída una cosechaen la vega se lleva la colmena a la Sierracon los panales estirados y dispuestos, uti­lizándose así en todo su valor la nueva flo­ración sin consumir gran parte de ella enlabrar panales, como se ven forzadas a ha­cer las poblaciones alojadas en antiguas fi­jistas.. La adaptación de los modernos métodosa las condiciones de nuestras explotacionesse debe a D. Narciso]. de Liñán v Heredia,Conde de Doña Marina, que, pri~ero en sucolmenar, después en su inolvidable revis­ta La Colmena y en su Escuela de Apicul­tura de Mendicoechea, nos ha enseñado aexplotar colmenas; D. Benigno Ledo, consu libro y sus colmenas, ha estudiado alpropio tiempo la apicultura en la región

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gallega; y la Dirección General de Gana­dería, con sus cursillos anuales, y el con­tacto entre colmeneros de distintas regio­nes, va logrando la completa adaptación delas mejores prácticas apícolas a nuestroscolmenares. En estos cursillos se ha dado aconocer un fondo especial de colmena ver­tical que, sobre ser más higiénico para lasabejas y cómodo para el colmenero, haceposible la trashumancia en las mejores con­diciones para la población y sin necesidadde accesorio alguno.

Si quieres miel y ceralléuame caballera.

AGOSTO

En muchas localidades es en este mescuando se produce la gran mielada, a basede la floración del espliego, el cantueso y laajedrea. Para colmenares emplazados entales lugares tendrán aplicación en agostolos consejos dados para junio.

Es también muy general que en el mesde agosto se dé una pequeña mielada, com­plementaria en regiones donde la verdade­ra producción de néctar tiene lugar los dosmeses anteriores. Esta producción es espe­cialmente útil para las abejas y, por tanto,para el apicultor, pues continúan un buenritmo de cría y almacenan nuevas reservasque a veces permiten una segunda recolec­ción; si bien no es recomendable en los si­tios donde abunda ¡el brezo; su miel, sobreser difícil de separar de los panales en el

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extractor por su calidad de sabor y color,es muy poco apreciada en el mercado, y sise mezcla con la anteriormente recolectada,hace desmerecer a toda la cosecha en másde lo que la aumenta en volumen. Debe, portanto, dejarse a las abejas para su reservade invierno.

La precaución importante a tomar en elmes de agosto es contra el calor excesivo,capaz de causar verdaderas calamidadesen el colmenar, y, en todo caso, una moles­tia y paralización en la vida de las abejas.

ALMACENADO DE PANALES

En las localidades donde la producciónde néctar es casi nula en el mes de agosto-valles baj os, cálidos y secos-, no es con­veniente dejar lospanales vacíos en la co­secha ya realizada, dentro de las colmenas,pues si bien siendo éstas fuertes sus mora­doras las defienden de la polilla, no debe ol­vidarse el riesgo a que se les expone. ~ lacasi seguridad de encontrar en ellos peque­ñísimos depósitos de miel casi inútil, puesni compensa su poca extensión de un-nuevopaso por el extractor ni sirve para alimen-

En los fuertes calores del estío, la sombra de unos árboles hace agradabje alas abejas su estancia en la colmena y conserva la actividad de la poblaoiQn,

en beneficio del colmenero.

lo de invierno por la misma razón de su pe­queñez.

Los panales, una vez limpios de miel purlas abejas después de la castra, si no pue­den éstas utilizarlos para una nueva reco­lección, como mejor se conservan es alma­cenados por el apicultor; claro está que abase de hacer el almacenamiento cuidado-samente y azufrando antes a fondo los pa­

tanto para destruir cualquier germen. ... . a que pudieran contener como para! ~~r·~ cursiones sobre ellos (le la mari-

~'ni se tengan muchas colmenas, lor s e eniente es disponer para almacén

u ueña habitación, a ser posible en elsótano si éste es seco o en cualquier espa­cio interior de la casa donde la temperatu­ra no sea excesiva. El pequeño gasto quesupone preparar este recinto, con buen pisoy puerta pequeña de cierre bien ajustado,queda sobradamente compensado con losbeneficios que reporta. Ventana no le es ne­cesaria, y de existir debe cerrar perfecta­mente para impedir la entrada de maripo­sas de polilla. En tal habitación se ponenunos listones paralelos, de donde se sus-

... !HJ _.

penden los panales, y colgada del techo, lomás alta posible, una pequeña lámina demetal sobre la cual poder 4.11tlllar con faci-

. lidad, sin riesgo a producir inccnuio, unostrozos J¡: pajuela para llenar enteramentela habitación de vapor sulfuroso, tapandoinmediatamente todas las uniones úe lapuerta y ventana, si existieran, con . !! 6ij:papel engomado para que la atmósf a des-'<c.infectante se mantenga largo tiem . I~

Cuando se trata de pocas colm ~".till-.tan las propias alzas, colocadas un l sobr~

otras con un tablero de base y otro d.~~S?

obturadas también todas las uniones contiras de papel engomado para contener loscuadros, poniendo como. remate superiorun alza vacía y en ella se suspende conunos alambres el trozo de metal, sobre elque arde bien la pajuela. Conviene vigilarhasta que termine de quemarse el azufre ypueda, por tanto, comprobarse ha quedadocompletamente lleno de gas sulfuroso el in­terior de todas las alzas, cuyas uniones, ce­rradas con las tiras de papel, acusan duran­te la combustión de pajuela si éstas obtu­ran bien y no dejan salir el gas sulfuroso,que, por ser mis pesado que el aire, debe

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generarse por la parte alta para que vayalentamente descendiendo a ocupar todo elespacio, y cuando llega a llenar la últimaalza, donde se encuentra el quemadero, apa­g-a por sí mismo el resto de pajuela que que-de en combustión. .

Lluvia en agosto,cae miel y mosto.

SEPTIEMBRE

Decíamos en los consejos para el mes deagosto que en algunas localidades altasdonde domina el espliego y la ajedrea se daen ese mes la verdadera gran mielada, pro­longándose a veces, si la temperatura y laslluvias son favorables, durante Iaprimeraquincena de ·septiembre. En tales comarcassuele hacerse la castra por San Miguel, yaun retrasan más la saca de miel los col­meneros fijistas; pero no deben ser imita­dos por los apicultores dueños de colmenasdie cuadros, pues, para la buena salida dela miel en el extractor, se requiere una tem­peratura media superior a los veinte gra­dos, y no debe confiarse demasiado en losúltimos días de septiembre, y menos aunen el veranillo de San Martín.

Además de esta mayor facilidad de la-

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borar y extraer los panales movilistas conbuena temperatura, es preciso no olvidarque después se devuelven a las abejas parasu limpieza y arreglo.

En los panales pasados por el extractorqueda una pcqucfiisima cantidad de miel:pero en el conjunto de 1, IS diez o veinte porcolmena de donde sle ha sacado la cosecha.en años propicios y terrenos ricos en plan­tas mcli feras, pueden log-rarse tener tresalzas con miel, 10 que ya representa unacantidad bastante importante, la que reco­gen las abejas en estos panales y pasan aalmacenar en los de su nido de cría, dondeles es preciso opercular las celdas repletas,así como recomponer los panales extraídos.Para todo esto han de segregar cera y ne­cesitan temperatura alta,

Por todas estas razones no conviene de­morar mucho la castra, tanto más si no esla única o principal. es decir, si no se tratade una seg-l1tlda recolección complementa­ria. También ha de tenerse en cuenta dejarya a las colmenas su provisión de invierno.porque después de septiembre, cualquieraque sea la comarca donde estén instaladas,será muy escasa la recolección de las abejas.

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Los que realizan apicultura pastoril otrashumante reintegran sus colmenas a'colmenar de invierno y primavera. Tnmp'­co deben retrasarse mucho en hacerlo. porlas mismas razones ya 'expuestas.

Otros trabajos muy importantes requie­re el colmenar en estas fechas.

La inspección del nido de 'Cría al retira rdefinitivamente las alzas debe ser muy cui­dadosa para destruir len absoluto todo ras­tro de polilla, que todavía en este mes seha podido presentar y desarrollar con al­guna intensidad, y si se dejara sería unaplaga en la próxima primavera.

También debe anotarse con cuidado enla ficha de cada colmena el número de pa­nales con cría que tiene a mediados de sep­tiembre. La puesta de la reina está ('11 re­lación con la fuerza ele la población y elnéctar en las flores, y es absolutamente ne­cesaria esta. cría de otoño para conservarla existencia de la colmena en la inverna­na. Su mayor o menor volumen es 11n ín­dice de gran valor al apicultor para juzgarde las posibilidades de cada una. La que notenga en este mes por 10 menos tres pana­les con cría y seis bien cubiertos de abejas

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debe pensarse en reunirla con otra antesd~ que comiencen los fríos y las lluvias oto­ñales. Lo mejor es hacerlo en el propio mesde septiembre, salvo en comarcas muy tem­pladas, donde puede esperarse a octubre

El reuni r colmenas d isminuycndo, P'irtanto, el número ele ellas es operación quecuesta gran-trabajo realizar a lus princi­piantes ansiosos de aumentar su colmenar.Pero es necesaria y reproductiva.

Una colmena fuerte, con los diez pana­les del nido de cría bien cubiertos de abe­jas en el mes de septiembre, 103 dos p.ma­les de cada lado llenos (le miel y los restan­tes con anchas fajas de celdas cerradas conblancos opérculos en su parte superior, in­verna conservándose en perfecto estado <ksalud y consume durante los días de fríomucha menos miel que otra raquítica, consólo cuatro o cinco cuadros cubiertos deabejas en los días septernbrinos.

El consumir una colmena fuerte menosmiel que otra débil resulta paradójico y nose convencen de ello los principiantes; peroes absolutamente cierto y la razón muy cla­ra. Las abejas permanecen agrupadas, for­mando una bola muy compacta enÍos pa-

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Antes de llegar los fríos. una última revisión de lospanales permite ~I apicultor cerciorarse de que en suscolmenas hay población y miel suficientes para pasar

bien el invierno.

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nales centrales durante los días crudos deinvierno. En esta casi absoluta inmovili­dad comen, para subsistir, una cantidad in­signi ficante de miel. si la bola es grande ybien construida la colmena, porque entretodas generan Jel calor para mantener lascondiciones necesarias a su vida; pero sison pocas, para desarrollar la temperaturaprecisa. se ven forzadas a engullir mayorcantidad de alimento. pues no disponen deotra fuente de calor, y por ello, aunque pa­rezca extraño, un grupo de diez o veintemil abejas emplea menos miel en alimentar­se durante el invierno que una colmena po­bre con sólo cinco mil habitantes.

MlTP:RTE DE REI ~AS EN OTOÑO

El éxito o el fracaso en cualquier explo­tación se debe a llevarla bien o mal. La in­dustria apícola no es una excepción de estaregla: por el contradio, es, acaso. en la quemás se pone de manifiesto la competenciay asiduidad del propietario en el manejo desus colmenas. que responden siempre dan­do cosechas tanto más abundantes cuantomás acertadamente han sido conducidas.

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Por ser industria rural 'influy« de modoprincipal en sus rendimientos la meteor,­logia de cada año; pero. aun en los más des­favorables. los buenos colmeneros S~I lenmejor librados que los malos.

El apicultor debe conocer cómo se des­arrolla la vida en las colmenas. el ins-intode las abejas y sus necesidades para secun­dar este instinto, al propio tiempo que loexplota en su beneficio.

Si no se hace renovación Forzada de rei­nas, como acontece en la mayoría de los col­menares, debe tenerse presente que las rei­nas viejas perecen con mucha frecuencia alfinalizar el verano o comienzos del otoño,y las más de las veces les es imposible a lasabejas sustituirlas.

La norma general en la vida de la col­mena es que la renovación de reinas se rea­lice espontáneamente en plena primavera yya iniciada la gran mielada en la comarca.La forma más natural e instintiva es el en­jambre. que, como todos saben, sale conreina vieja, funda la nueva colonia y dejaen la cepa preparadas las realeras de don­de nacerá la que ha de sustituirla. o variassi el año va muy abundante de floración y

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el afán de la colonia hace surgir enjambressecundarios. En todo caso, queda hecha larenovación en la colmena y al frente elle ellauna madre joven.

También. sin necesidad ele que salga elenjambre, se da len primavera este proce-ode cría de reina. bien piir renuncia a un ini­ciado propósito de enjambrar, debida acambios atmosféricos o por manifiesto ;¡gl)­tarniento de la reina vieja cuando está en sucuarto año. Pero no pocas reinas, en su ter­cer año de vida, conservan gran fecundidad,llenan panales de cría, y, sea por agotarlaseste esfuerzo o por enfriamiento, cuando~bre tiene descensos bruscos de tem­peratttt)t! perecen al comienzo del otoño o~.nln~agosto, a veces sin dejar. puesta, o~u .• ejá dola, cuando ya no pueden lasabé Be ar a término feliz las realerasl~o f~l de calor o han desaparecido los

• I'(c l f daci , liza s y a ecun acion no se rea Iza.La mayor parte de las reinas zanganeras

son jóvenes no fecundadas, no viejas cadu­cas exclusivamente, como muchos creen.

En las cajas de cuadros se dan estos ca­sos anómalos con más frecuencia que en losviejos corchos. Por tres causas: La La col-,

.& "..- 109 - '1 Ifoi'

mena mo?,crna, con su ma~or exten~ió~ ' ..panal, exige un esfuerzo mas agota or~ •reina en la puesta. 2·& En colmenas ~ilis-6;¡f¡tas se practica más y con más eficien~~~

supresión de celdas reales corno medio deevitar el enjambre. Esta práctica puede im­pedir una sustitución necesaria, dando lu­gar a la muerte por consunción de la reinaen fecha inoportuna. Es una de las muchasrazones por las que no me gusta la destruc­ción de realeras, pero hay muchos partida­rios de tal sistema, a los cuales es dificilísi­mo convencer de la inutilidad y peligrosque entraña. 3.& En las colmenas de cuadros.son más bruscos los cambios de temperatu-ra interior que ¡en los antiguos peones, so­bre todo si se descuida un poco la retiradade alzas y la reducción de piqueras.

En apicultura intensiva es necesario co­nocer la edad de las reinas de todas las col­menas y renovar éstas en su tercer año. Laocasión más propicia es en el final del ve­rano, y la cría de las nuevas reinas dehe ha­berse hecho uno o dos meses antes para sus­tituir a las viejas cuando ya tienen sesentadías de edad y han alcanzado una ovifica­ción suficiente a asegurar los nacimientos

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necesarios en la colonia antes de la inverna­da. El método para evitar el enjambre idea­do por Snelgrove da con muy poco trabajoel medio de obtener reinas nuevas todos losaños y en cantidad suficiente para poderseleccionar las mas fecundas; por otra par­te, en todo colmenar conviene adquirir pe­riódicamente algunas reinas de casa de ga­rantía para renovar la sangre y evitar ladegeneración de raza.

La abeja que miel te da.también tiene que yantar;al meter la; catadera,t"iensil lo que has di' dejar.

OCTUBRE

En este mes no existe recolección; lasflores han desaparecido de los campos y lasabejas, no obstante sus vuelos mientras latemperatura ambiente y la falta de lluviasse 10 permite, no acarrean nuevo néctar,salvo en regiones de muy buen clima; don­de algunos cultivos de huerta o el algarro­bo ofrecen una mínima recolección nuncavalorabie.

El apicultor acondicionará sus colmenaspara la invernada. Ya en septiembre habrátornado sus disposiciones para ello, comp'e­tando provisiones en las escasas y reunien­do las colonias débiles, práctica siempre re­numeradora, pues una colonia débil inver­na mal y, si no muere, resulta poco menosque inútil en la siguiente campaña.

Han de tener en cuenta los apicultores

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que su conveniencia estriba en formar co­lonias muy fuertes, capaces de reunir gran­des recolecciones, y es matar la gallina delos huevos de oro dejarlas en este mes <fuoctubre con su despensa mal provista porla codicia de vender tinos kilos más.

Debe hacerse un minucioso examen delexterior de las colmenas para cerciorarsede que no tienen grietas ni orificios pordonde pueda entrar el aire y enfriarlas, em­plasteciendo bien los que existieran y re­pintando los arreglos y los deteri oros paraevitar penetre la humedad.

Se colocarán unas cuñas de dos o trescentímetros de grueso bajo las patas poste­riores del banquillo ° bajo ~l tablero, si ·es­tán asentadas las colmenas sobre banqui­llos de fábrica, para dar a éstas una peque­ña inclinación hacia adelante, tanto paraevitar penetren las aguas de lluvia por-olapiquera como para facilitar escurra la hu­medad de condensación. La colocación deestas cuñas no ha de restar estabilidad a lacolmena ni producirle la menor inclinac'ónde costado, pues tanto su sólido asientocomo la completa verticalidad delplano delos panales es muy necesaria en invierno,

En la otoñada desaparecen ias alzas, y las coirncnasquedan reducidas a unas casitas chiquititas donde '><;

conserva buena temperatura y se sufre poco el azotedel viento y la liuvia,

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durante 'el cual han d~ soportar vientos ylluvias y están las abejas agrupadas entrelos panales.

Como abrigo interior da muy buen re­sultado el papel de periódico, empleado CO­

mo único elemento en sustitución de lien­zos, esterillas Ü cojines, poniendo dos o treshojas directamente sobre lus marcos y biendobladas en los lados al mismo tamaño dela colmena; sobre éstas, la tapa interior, yencima de ella utra capa de papel. Con esteprocedimiento se logra mejor ajuste de latapa interior, un cierre más perfecto, redu­cir la propolización facilitando así su pos­terior manejo y tener en contacto con laatmósfera interior de las colmenas las ho­jas de papel, muy absorbentes de humedady renovables en. todas las inspecciones, has­ta suprimirlas en la primavera siguiente.

Por último debe reducirse el tamaño delas piqueras a una longitud de unos tres ocuatro centímetros, teniendo cuidado, si seemplean para ello listones adicionales, queéstos no sobresalgan para que no sean cau­sa de que remansen y filtren al interior lasaguas de lluvia, cuidado aun más precisocuando se tienen piqueras metálicas, muy

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generalizadas con los modelos Layens yDadant, y si se empican es conveniente re­cibir con un poco de masilla o pintura muyespesa la linea superior de las chapas, aun­que ello suponga la molestia de rascarlas enla primavera siguiente, pues, como estaschapas metálicas van colocadas en la parteexterior, el agua que s¡e desliza por el planode la colmena penetra por detrás de ellas.En el tipo "Perfección" b muy cómodo co­locar la piquera de invierno con sólo darun cuarto de vuelta al listón cubrepique­ra, el cual debe encajarse bien a fondo has­ta apoyar en los topes laterales-

De la buena colocación en invernada de­pende la cuantía de la cosecha siguiente ytambién la vida de la colonia. Si ésta sufreescasez, frío o humedad, padecerá disente­ría en la primavera, y aun puede contraerenfermedades mucho más graves, pues biensabido es que éstas atacan y se desarrollancon más facilidad en individuos débiles.

ealmenar sin experiencia y cordura,poco dura.

NOVIEMBRE

Ha llegado el invierno con sus fríos, llu­vias o nieves, según la comarca. Los cam­pos carecen de flores ;el aire helado no per­mite el vuelo de los insectos. Las abejas,bjen apiñadas en los panales centrales desus colmenas, permanecen en una serniin­movilidad, conservando el calor necesariopara su vida a expensas de ese apiñamíen­to de la familia. No están en sueño letár­gico como otros insectos, en los cuales lasfunciones Vitales quedan suspendidas du­rante su reposo de invernada; las abejas,no; ellas conservan, a pesar del frío, todasu vida física y necesitan alimentarse parasubsistir y para desarrollar el calor animalpreciso para mantener la temperatura in­dispensable dentro de su alojamiento.

El apicultor habrá dispuesto las colme-

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nas en las mejores condiciones para que enellas pueda su población defenderse de losrigores de la temperatura exterior. En losmeses de invierno. S\1 trabajo queda re-lu­cido a vigilar periódicamente el colmenarpara que en él no se encharquen aguas niobture la 111C've, si es comarca donde ele enabundancia. la pequeña abertura de iada enlas piqueras ... Cuidados, en fin. del exteriorde las colmenas sin tocar a éstas.

Las provisiones dejadas en los panaleshan de constituir la ración alimenticia pre­cisa y suficiente durante estos meses detoda la población. y ha de quedarles des­pués un sobrante con el cual atender a laalimentación de las larvas cuando la reinareanuda su puesta y comienzan los nuevosnacimientos, reposición necesaria de nue­vas operarias en la fábrica de miel, y cuyonúmero está en razón directa de la prodnc­ción que ha de lograrse en la próxima co-sec1ia. .

Debe recordar siempre el apicultor estecomplejo destino de la miel dejada en re­serva len sus colmenas para saber calcularbien la cantidad necesaria. no ser excesiva­mente parco en medirla al comenzar la nue-

En invierno deben Quedar las colmenas muy defendidas del irí o. Un apicultor cuidadoso.que tiene su colmenar en la Sierra de Guada rrama, emplea este sencillo medio de protegerla­

con unas ligeras jaulas rellenas de heno.

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va etapa, comprobar queda suficiente y es­tar dispuesto a reponer la cantidad preci­sa, caso de ser necesaria.

Durante los meses ele reposo, que son detres a cuatro, según los climas, salvo las re­giones privilegiadas del Sur, ,donde es mu­cho más reducido, v aun hay localidadesdonde no se suspende la puesta de la reina,el consumo de alimento para una poblaciónnumerosa alojada en buena colmena puedecalcularse en unos tres cuartos de kilo pormes; por tanto, es la menor parte de la re....serva la que emplean las dóciles abejas ensu propia alimentación. Pero si la colmenasufriera alguna perturbación, ya por gol­pes o choques causados por animal rlomés­tico o por pájaros, como el picorzo, dis­puesto siempre a intentar abrir agujeros enbusca de alimento, o también trcpidaconespor vientos fuertes, la masa de abejas enreposo se altera y aumenta, en consecuen­cia, el consumo de miel, tanto por la acti­vidad y temor experimentados, como por lapérdida de calor sufrido. Lo mismo ocurre,pero en mucho mayor grado, si un movi­miento de la tapa o una grieta producidaen las paredes establece corriente de aire

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excesiva y, por tanto, disminuye la tempe­ratura, interior. Igual efecto causa la dis­minución excesiva de la ventilación necesa­ria. Para respirar, las abejas han de en­contrarse en atmósferas suficientementepuras; si les falta aire respirable o se car­ga éste de humedad y ácido carbónico, hande recurrir a ventilar con su propio esfuer­zo, deshaciendo, al menos en parte, las ma­sas apiñadas entre los panales, y para to­dos estos movimientos necesitan consumirmayor ración de miel. Por ello el colmene­ro debe vigilar durante el invierno sus col­menas en evitación de que tales accidentesse produzcan y para comprobar periódica­mente que las piqueras no se han tapado nipor acumulación de hojas secas, tierra, pol­vo o nieve por el exterior. ni por cadáveresde abejas en el interior.

Por crudos que sean los inviernos,en elbuen clima de nuestra Península siemprehay durante ellos algunos días en los cua­les brilla, espléndido, el sol y la temperatu­ra es benigna a las horas de mediodía, es­pecialmente en las solanas, donde deben es­tar instalados los colmenares. Estas horasde sol y buena temperatura son silempre

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aprovechadas por las abejas, que salen pre­surosas en vuelos cortisimos de muy pocoradio para vaciar sus intestinos, cargadosde residuos fecales Permanecen fuera muypocos minutos, a veces seg-undos tan sólo,para no enfriarse; apenas Se alejan unosmetros; pero, como son muchas, se estable­ce en tales horas v días un activo mrvi­miento de la colmena, que el apicultor debe

)~servar atentamente, pues le sirve de in­~cador die la fuerza y salud de cada colme­

~•. nt E~ muy conveniente anotar estas ob­~~'fivacionesen la ficha., l También en estos momentos de buena/",.., ~~ emperatura realizan algo de limpieza, y es

un dato interesante observar bien si sacancadáveres de abejas, pues normalmente sICproducen muy pocas defunciones durantelas horas de reposo; si de alguna colmenasacaran un número excesivo, sería indiciode mala salud, muy a tener en cuenta parael momento de la primera inspección.

Hemos hecho notar la poca cantidad demiel que las abejas consumen en su propiaalimentación: pero volvemos a insistir enque la reserva no sólo atiende a este consu­mo, sino también al mucho más importan-

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te de alimentar las crías, y para ello debecalcularse que cada una necesita unos cua­tro decigramos de alimento en los cincodías de su ¡estado larval, y que una coloniano será fuerte ni producirá cosechas si nocomienza pronto la reina una puesta de almenos quinientos huevos diarios en la úl­tima decena de enero, para aumentar pro­gresivamente esta cifra hasta alcanzar enabril los dos mil y tres mil.

La tercera parte de esta ración alimen­ticia de las larvas les miel; el resto, polen yagua. Supone, pues, un consumo, con taldestino, de doce a quince kilos por colme­na, que, con cuatro o cinco de alimento deabejas, hacen los dieciocho o veinte que de­ben dejárseles.

Antes de sacar tu capa,muy bien. la colmena tapa.

DICIEMBRE

Este mes es de rleposo para el colmenar;sus cuidados quedan reducidos a vigilarloperiódicamente para comprobar si conti­núan las colmenas bien asentadas, sin en­charcamientos en sus inmediaciones ni obs­trucción de las piqueras.

Si el viento o algún accidente derribarao les quitara la tapa, reponerla en buena'posición, sin abrirla, y anotad su número,pues seguramente necesitará auxilio espe­cial en primavera.

Pero en estos meses de reposo en el tra­bajo del colmenar es cuando el apicultorpreparará todo el material preciso para lapróxima campaña, recomponiendo los des­perfectos de alzas y cuadros para tenerlo apunto en el momento preciso, y también

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debe repasar las notas Ole sus cuadernos ofichas.

Anotar cuidadosamente todas las inspec­ciones de las colmenas, haciendo" constar elnúmero de panales cubiertos die abejas, laextensión de la cría, la fecha de colecciónde marcos con cera estampada y el tiempoinvertido por rada colonia en labrarlos yllenarlos de miel, ocasiona muy poco traba­jo y da después datos valiosísimos paraapreciar tanto la fecundidad de cada reinacomo las condiciones de las abejas que for­man las colonias.

A la vista de estos datos es cuando pue­de pensar el apicultor en hacer en la pró­xima campaña nuevos enjambres con de­terminadas colmenas, dedicando a criarnuevas reinas las poblaciones CUYO hist.i­rial demuestre son las más diligentes. en e:trabajo.

El estudio de las colmenas propias esmás útil que la lectura de un nuevo trata­do de apiculturai: esto "no deben olvidarlonunca cuantos quieran llegar a obtenerbuenos rendimientos del cultivo de las abe­jas; y, al seguir con atención el desarrollodel colmenar, se aprende también el va al'

Mientras las abejas repo san en invernada, el apicu ltor guar­nece con cera estampada las alzas para la próxima campaña

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de flora de la localidad donde estén implan­dos, pues es necesario tener en cuenta quelas diferentes especies de plantas mclifirasvarían en proporciones muy grandes encuanto a su producción de néctar, o sea demiel, según las condiciones del terreno don­de se desarrollen y la mayor o menor hu­medad de la comarca. NQ olvidar nuncaque la apicultura es una industria, como to­das las agrícolas, en las cuales la meteoro­logía y la composición del terreno son loselementos principales, a los que se subor­dinan todos los demás, y de ellos dependeen primer lugar la cuantía de las cosechas.

Este estudio del desarrollo de las colme­nas en cada campaña es tanto más necesa­rio para quien desee, como es natural, elaumento progresivo de su colmenar, por­que iha de tener ante todo en cuenta que nobasta poner colmenas para obtener miel.Las abejas son tansólo recolectoras de néc­tar; si lo encuentran abundante rebosan demiel los panales, pero si para alcanzarlonecesitan recorrer grandes distancias y dis­putar a sus .hermanas cada una de las 6'0­res donde pueden libar un poco de néctar,no sólo no reun'irán cosechas remunerado-

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ras para el propietario, sino que apenas po­dran ellas subsistir.

Volvemos a repetir. C01110 consejo finalde este Calendario, las dos IllÚXi111~lS funda­mentales de la apicultura: el éxito y las Cl:­

sechas abundantes dependen ele tener cul­menas fuertes, con gran número de abejasdispuestas al trabajo en el momento en quecomienza la gran mielada de la comarca,

Las colmenas sólo pueden desarrollarsebien y tener poblaciones fuertes cuando dis­ponen de un campo ele pecorea suficiente allenar sus necesidades y almacenar reservas.

Estos dos preceptos, bien observados, de­ben guiar siempre al apicultor, y cada cam­paña será para él un nuevo elemento de 6­

tudio de las fechas que ha de realizar carlauna ele las labores precisas en el colmenarpara obtener el mayor producto.

Abeja .Y oue]a,a sombra de teja.

¡\1l\'EHTI'::-;n,~ PHELIMINAR """""""""' •. ,.",Enero , , , , ,., ..Febrero ,.. , , ,.,"', :: , , .Marzo , , ,.', ,.,., .. , , ,.,." .

Tr.isiego de colmena fijista a movilista .•.Trasiego total ..Trasiego de enjambre, conservando la col-

mena fijist a .Trasiego en dos tiempos ' ..Trasiego por superposición .

AbrilCaptura de enjambres .Enjambre artificial .

Mavo , " ... Colocación de alzas .

lunio , , ,., ,'." , ,.. ,'Extracción , ,', ,." ", .Enjambres secundarios ,

Julio. Tra-hurnancia , ,

Agosto ,.. , , " .Almacenado de panales , ..

Septiembre ,.. " , ..),1uerte de reinas en otoño ..

Octubre , ', ", .Noviembre .. " ,.. , , .. '., ,' .. , .., ..Diciembre , , ..

Págs.

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Obras editadas por la Sección de Pu­blicaciones, Prensa y Propaganda delMinisterio de Agricultura, y que se ha­'Ion a la venta en la librería Agrícola(Fernando VI, 2, Madrid) y en las prin-

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AGRICULTURA GENERAL

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uales y urgencia de aprovechamientos, porEladio Aranda Heredía, Ingeniero Agróno­mo. (2 pesetas.)

Divulgación agricola, por Juan José FernándczUrquiza, Ingeniero Agrónomo, ex Directorgeneral d'e Agri cultura. (2 pesetas.)

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Anuario de Legislación Agrícola. Atio 1939. (20pesetas.)

Anuario de Legislación Agricola. Año 1940. (2Upesetas.)

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Catálogo metódico de las plantas cultivadas enEspaña, por J. Dantin Cereceda, Catedrátr­ca. (5 pesetas.)

Los abonos minerales en España, por A. Berme­jo, Ingeniero Agrónomo. (4 pesetas.)

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Plantas con esencias, resinas 11 sus derivados,por Mas·Guindal. (5 pesetas.)

Anuario de Legislación Agricoia. AJ10 1942. (2tomos.) (40 pesetas.)

Reutamento de utas pecuarias.Grandes almacenes para trigo, por José Garcia

Fernández, Ingeniero Agrónomo. (7 pesetas.)Climas de España, por José Maria de Sorna, In­

geniero Agrónomo. (3 pesetas.)Lecciones campesinas, por Daniel Nagore, In.

geniero Agrónomo, (4 pesetas.)

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Los [leos, por Ramón Blanco, Ingeniero Agró­nomo. (3 pesetas.)

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Anuario de Legislación Agrícola. Año 19'#.3.

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Análisi$ mecánico de tierras. Estudio del mé­todo Wiegner y su aplicación a la escota deKopecky (2.' edición), por Jesús Aguirre An­drés, Ingeniero Agronomo. (3 pesetas.)

1:IX. Coudicioues que deben cumplir ¡,ps j&(j~iJ.¡:/(¡'~arse nicales de usos agncolflS 11 métodospura Sil análisis, (2 pesetas.r"III"

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33. Iniertacián de los árboles frllJ1e8(2.·':~n)~por José de Picaza, Arqultee!o, ex Presiden­te de la Sociedad de Hortlcalto!'es de E.!l~paüa, (4 pesetas.)

34. La poda de los árboles [rulales (2." edición),por José de Picaza, Arquitecto, ex Presidentede la Sociedad de Horticultores de España.(4 pesetas.) .

35. Floricultura, por Gabriel Bornás y de Urcullu,Ingeniero Agrónomo. (4 pesetas.)

36. Lista de los establecimientos de horticultura.[ardtnerla y arboricultura. Dirección Gene­ral de Agricultura. (2 pesetas.) (Agotnrlo.)

83. Jardines, por G. Borná], Ingeniero Agrónomo(4 pesetas.)

91. Relación de los viveros de árboles frutales. vi­des americanas, especies de sombra y orna­mentación, horticultura y [ardinerta, (3 pe­setas.I

109. Lista de los establecimientos de horticultura,[ardineria 11 arboricultura, (4 pesetas.)

137. Servicio de Defensa contra Fraudes. (4 pe'setas.)

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Salvador Castelló, Profesor de Avicultura. (4­pesetas.)

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Cunicultura. El ttngora y la industria del/elo,por Emilio Ayala Martin, Ingeniero. ( pe­setas.)

Cunicultura. La industria de la piel. Animalespeleteros, por Emilio Ayala Martin. (4 pese­tas.)

Cunicultura. El Castorrex 11 los Rex de color,por Emilio Ayala Martín, Ingeniero. (4 pe·setas.)

Cuntcnltura. Razas exptotodos por Su carne,por Emilio Ay ala Martín. Ingeniero. (4 ptas.)

FITOPATOLOGIAPlagas del campo (2.' edición), por Silverio

Planes, Ingeniero Agrónomo.{3 pesetas.)Las heladas en la producción naranjera, por

Manuel Herrero Egana y Alejandro Acerete,Ingenieros Agrónomos. (3 pesetas.)

Los pulgones, por Aurelio Ruiz Castro, Inge­niero Agrónomo. (3 pesetas.)

Insectos del viñedo, por AureHo Ruiz Castro,Ingeniero Agrónomo. (3 pesetas.)

Calendario fitopatológico, por Jesús del Cañizo

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y Carlos González Andrés, Ingenieros Agró­nomos. (3 pesetas.)

Plagas de la remolacha, por F. Dornlnguez, In­geniero Agrónomo. (3 pesetas.)

Enfermedades de la uid, por A. Ruiz CastroIngeniero Agrónomo. (3 pesetas.)

El escarabajo de los patatales, por José del Cn.ñizo, Ingeniero Agrónomo. (3 pesetas.)

GANADERIA

La leche (2.' edición), por Demetrio López Dueñas, Maestro de Industrias Lácteas. (4 pe­setas.)

La alimentación del ganado (2." edición). porZacarias Salazar, Ingeniero Agrónomo. (4 pe­setas.)

Producción higiénica de leche (El ordeño),por Santiago Matallana, Ingeniero Agróno­mo. (3 pesetas.)

El ganado cabrio, por José López Palazón, In­nlero Agrónomo. (3 pesetas.)

El ganado equino, por Zacarias Salazar, Inge­niero Agrónomo. (3 pesetas.)

Ganado porcino, por Zacarias Splazar, Inge­níero Agrónomo. (3 pesetas.)

Galici« y su ganaderia, por Cayet.ano López,Inspector general Veterinario. (4 pesetas.)(Agotado.)

Los nuelJOS conocimientos sobre nutrición y laZootecnia (3.' edición), por Ramón Blanco,Ingeniero Agrónomo. (3 pesetas.)

Notas sobre la alimentación del ganado de ceroda (3.' edición), por Jesús Andréu, Ingenie­ro Agrónomo. (2 pesetas.)

Consideraciones sobre la alimentación de losbovino. en crecimiento (3.' edición), por Je­sús Andréu, Ingeniero Agrónomo. (2 pese­tas.)

Crianza de terneros (2.' edición), por JesúsAndréu, Ingeniero Agrónomo. (2 pesetas.)

61. Sobre la mejora del ganado bovino (3.- edi­ción), por Jesús Andréu, Ingeniero Agróno­mo. (2 pesetas.'

G2. Maíz. cebada y arroz en la ceba de cerdos (2.­edición J, por Miguel Od'riozola, IngenieroAgrónomo. (5 pesetas.)

63. La raza Karakul, por Salvador Font Toledo,Perito Agricola del Estado. (3 pesetas.)

64. Animales satutües en cautividad. Martas y fui­nas, por Emilio Ayala Martin, Presidente dela Asociación de Cunicuttores de España, (3­pesetas.)

65. Estadistica de las Ferias más importantes quese celebran anualmente en España. (3 pese­tas.)

66. Relatiuidad del tamarlO del toro, por don LuisFernández Salcedo, Ingeniero Agrónomo.(Agotado.)

67. Mejora del ganado vacuno y del actual aprove­chamiento de sus productos, 'por Ignacio Ga­Ilástegul Artiz, Ingeniero Agrónomo. (2 pe­setas.)

68. Mejora de nue8tras raza8 ante una convenienteautqrqufa en la producción ganadera, pordon Cándido del Pozo Pelayo, IngenieroAgrónomo. (2 pesetas.)

78. Sueros, vacunas e inoculaciones reoeladoras,por Cayetano López, del Cuerpo NacionutVeterinario. (3 pesetas.)

81. El ganado mular y sus padres, por R. Janlnl,Ingeniero Agrónomo. (3 pesetas.)

85. Los biotipos constitucionales y la herencia pa­to16gica en Zootecnia, por C. L. d'e Cuenca,Veterinario. (3 pesetas.)

88. Alimentación de la vaca lechera. por P. AndréuIngeniero Agrónomo. (4 pesetas.)

94. Pieles Karokul, por Salvador Martin, Inspectorgeneral Vetermario. (3 pesetas.)

95. Cria y recria de equinos, por Francisco Porte-ro. (3 pesetas.) .'

96. La producción del ganado merino en España,

99.

HG.

128.

104.

por Santos Arán, Inspector general Vetvri­nario. (4 pesetas.)

Máquinas animales. por Zacarias Salazar, In­geniero Agrónomo. (4 pesetas.)

Factores externos y vitaminas en la presenta­ción de iniecciones; por Cayetano López ,Inspector Municipal Veterinario. (3 pesetas.)

La Durina en España, por José Orcnsanz Moli­né, Inspector general Veterinario. (3 pese­tas.)

Fenotipología animal, por Gumersí ndo Apari­cio. Del Cuerpo Nacional Veterinario. (3pesetas.)

INDUSTRIAS ACUICOLAS y SUS AFINES

69. Piscicultura agrícola e industrial (2," edición),por Estanislao de Quadra Salcedo, PeritoAgricola. (3 pesetas.)

70. El cangrejo (Astacicuitura elemental), por LuisPardo. (3 pesetas.)

71. El oprouechamiento biológico integral ae la:aguas dulces, por Luis Pardo. (3 pesetas.)

n. Los caracoles, por Luis Pardo. (3 pesetas.)101. El acuario y sus pobladores, por Luis Pardo.

(:i pesetas.)120. Límnología española, por Luis Pardo. (3 pe·

setas.)

73.

74.

75.

SEMILLAS

Las semillas pratenses. Su determinación, porManuel Madueño Box, Ingeniero Agrónomo.(3 pesetas.)

Composición y cultivo de las mezclas de semi­llas de plantas forrajeras (3." edición), porel doctor 'I'eodoro de \Veinzierl, Director dela Estación de Ensayo de Semillas de Viena.(4 pesetas.)

Cifras medías relativas al peso y volumen delas semillas" por Antonio Garcia Romero,Ingeniero Agrónomo. (3 pesetas.)

86.

121.

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77.

82.

97.

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112.

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124.125.

126.

129.

Relación de las Casas dedicadas a la uent« -tesemillas agricolas inscritas en las Secciones,1gronómicas Provinciales en el año 1942.(3 pesetas.)

Semillas, por Antonio García Romero, Ingenie­ro Agronomo. (3 pesetas.)

VARIOSEscuela Especial de Ingenieros de Montes (in­

auguración del curso 1940-41). (2 pesetas.)Instrucciones para el Servicio de Ordenación

de Montes. (2 pesetas.)Misterios de la Naturaleza, por L. Ugarte, In­

geniero de Montes. (3 pesetas.)Conferencias pronunciadas en la emisión ra­

dioagricola (1943). (7 pesetas.)La ciudad y'los espacios forestales, por Anto­

nio Lleó, Ingeniero de Montes. (3 pesetas.)Conferencia, pronunciada, en la emi'ión ra­

dioaaricola (1944). (7 pesetas.)El cattvp» español, por Dionisio Martín Sana,

Ingeniero Agrónomo. (5 pesetas.)Construcciones rurales. (15 pesetas.)Meteorologia agrícola, por L. Hernández Robre­

do, Ingeniero Agrónomo. (3 pesetas.)Cultivo industrial de las setas comestibles, por

E. Serben, (3 pesetas.)Conferencias pronunciadas en la emisión ra­

dioaqricola (1945). (7 pesetas.)