Estrategias de edu-comunicación en la ... - Revista Comunicar

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Comunicar, 24, 2005, Revista Científica de Comunicación y Educación; ISSN: 1134-3478; páginas 25-34 Estrategias de edu-comunicación en la sociedad audiovisual José Ignacio Aguaded Gómez es profesor de Comunicación y Educación de la Universidad de Huelva (España) y director del Grupo Comunicar ([email protected]). ¿Hacia dónde vamos?, ¿res- ponde el mundo educativo y cultural a las exigencias de los niños y jóvenes de hoy?, ¿se ofrecen estrategias edu-comunicativas para las nuevas generaciones? La evolución del pensamiento a raíz de los cambios científicos, tecnológicos y comuni- cativos que en los últimos años han acontecido, sin que haya provocado una ruptura radical con el mode- lo social precedente, se ha dejado sentir en los ámbi- tos educativos. Si bien no es posible hablar de una ideo- logía, en el sentido de una visión postmoderna cohe- rente y completa del mundo, sí es perceptible que los niños, adolescentes y jóvenes de hoy han nacido en José Ignacio Aguaded Gómez Huelva T E M A S A pesar de la presencia masiva de los medios de comunicación, los individuos de las sociedades desarrolladas se encuentran cada vez más incomunicados debido a la sobre- carga de información. Para evitarlo sería necesario integrar los medios en la educación. Sin embargo, la escuela no está asumiendo el reto de cambiar y está dejando de ser un modelo eficaz de socialización y de transmisión de valores. Por esto, la escuela tiene la obligación de utilizar los medios de comunicación como potentes recursos didácticos para desarrollar las competencias educativa y comunicacional que permitan a los ciu- dadanos acercarse a la era del «pensamiento visual». In spite of the massive presence of the mass media, the individuals of the developed societies are more and more isolated due to the overcharge of information. To avoid it, it would be necessary to integrate the mass media in the education. Neverthless, the school is not assuming the challenge of changing and is stopping being an affective model of socialization and of transmission of values. Because of this, the education is under the obligation to use the mass media as powerful didactic resources to develop the educational and communication competences that allow the citizens to approach the «visual thought age». DESCRIPTORES/KEY WORDS Incomunicación, sobreinformación, escuela, recursos didácticos, competencias. Isolated, overcharge of information, school, didactic resources, competences. Edu-communication strategies in the audiovisual society (Solicitado: 09-02-04 / Aceptado: 13-10-04)

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C o m u n i c a r, 24, 2005, Revista Científica de Comunicación y Educación; ISSN: 1134-3478; páginas 25-34

Estrategias de edu-comunicación en lasociedad audiovisual

José Ignacio Aguaded Gómez es profesor de Comunicacióny Educación de la Universidad de Huelva (España) y directordel Grupo Comunicar ([email protected]).

¿Hacia dónde vamos?, ¿res-ponde el mundo educativo ycultural a las exigencias delos niños y jóvenes de hoy?,

¿se ofrecen estrategias edu-comunicativas para lasnuevas generaciones? La evolución del pensamiento araíz de los cambios científicos, tecnológicos y comuni-cativos que en los últimos años han acontecido, sinque haya provocado una ruptura radical con el mode-lo social precedente, se ha dejado sentir en los ámbi-tos educativos. Si bien no es posible hablar de una ideo-logía, en el sentido de una visión postmoderna cohe-rente y completa del mundo, sí es perceptible que losniños, adolescentes y jóvenes de hoy han nacido en

José Ignacio Aguaded GómezHuelva

T E M A S

A pesar de la presencia masiva de los medios de comunicación, los individuos de lassociedades desarrolladas se encuentran cada vez más incomunicados debido a la sobre-carga de información. Para evitarlo sería necesario integrar los medios en la educación.Sin embargo, la escuela no está asumiendo el reto de cambiar y está dejando de ser unmodelo eficaz de socialización y de transmisión de valores. Por esto, la escuela tiene laobligación de utilizar los medios de comunicación como potentes recursos didácticospara desarrollar las competencias educativa y comunicacional que permitan a los ciu-dadanos acercarse a la era del «pensamiento visual».

In spite of the massive presence of the mass media, the individuals of the developedsocieties are more and more isolated due to the overcharge of information. To avoid it,it would be necessary to integrate the mass media in the education. Neverthless, theschool is not assuming the challenge of changing and is stopping being an affectivemodel of socialization and of transmission of values. Because of this, the education isunder the obligation to use the mass media as powerful didactic resources to developthe educational and communication competences that allow the citizens to approachthe «visual thought age».

DESCRIPTORES/KEY WORDS

Incomunicación, sobreinformación, escuela, recursos didácticos, competencias.Isolated, overcharge of information, school, didactic resources, competences.

Edu-communication strategies in the audiovisual society

(Solicitado: 09-02-04 / Aceptado: 13-10-04)

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una revolución cultural y tecnológica, marcada por laspantallas, que definirá y delimitará de manera distintasus hábitos ante la vida y sus percepciones.

Las escuelas, que durante años han sido el únicoespacio para el control y difusión de la racionalidad yprogreso, no han permanecido ajenas a los nuevos pa-rámetros culturales y sociales. Por el contrario, hanperdido su papel hegemónico y su autonomía para latransmisión del conocimiento, que se transmite porotras vías de forma más rápida y eficiente. El nuevoescenario audiovisual y tecnológico, junto al escenariosocial, han modificado las circunstancias de los ámbi-tos educativos que han vivido crisis y contradicciones:reformas, malestar docente, insuficiencia de recursos,desmotivación de los estudiantes, desorientación, in-certidumbre...

El discurso de la modernidad tecnológica y audio-visual, sin lugar a dudas, ha modificado el ámbito edu-cativo. Lo más llamativo es que la institución escolar seresiste aún a dar respuestas globales para una integra-ción normalizada de los medios de comunicación au-diovisuales y las tecnologías en sus aulas. De forma pa-radójica, los valores y pautas de comportamiento queésta transmite hace mucho que dejaron de coincidircon los que en gran parte jóvenes y niños adquieren através de los medios: la televisión, el cine, Internet…

1. Una sociedad compleja en el cruce entre dosmilenios

La sociedad ha ido avanzando en estos dos últi-mos siglos hacia logros cada vez más importantes parala libertad y los derechos ciudadanos, pero, como con-trapartida, también ha tenido que ir soportando la rea-lidad sistemática y repetitiva de hechos dramáticoscomo las guerras, los fundamentalismos, los desastresecológicos, la radicalización extrema o el debilitamien-to de las ideologías, la victoria de la «tecnociencia capi-talista», las desigualdades económicas cada vez másdrásticas entre Norte y Sur, entre ricos y pobres, el ra-cismo, la xenofobia... problemas, todos ellos, para losque no se han encontrado respuestas satisfactoriasdesde esta visión de la cultura.

El rasgo más definidor de la sociedad en que vivi-mos es precisamente su carácter ambiguo y contradic-torio, puesto que cualquiera de los rasgos que puedendefinirla se presentan al tiempo como potencialidadesy perversidades. Como ejemplos, basta citar, siguiendoa Hargreaves (1996), que junto a la flexibilización dela organización y complejidad tecnológicas, se observala necesidad de la diversidad y la tendencia hacia ladisgregación; además paralela a la globalización apa-recen tendencias exacerbadas del individualismo y del

nacionalismo radical que traen las semillas de guerrasabsurdas y difícilmente justificables desde los patronesdel progreso y la modernidad; frente a la ansiedad per-sonal y búsqueda de la autenticidad, se nos revela lacarencia de anclajes morales seguros.

En definitiva, la sociedad en la que vivimos seidentifica con una tremenda sensación de inestabili-dad, de obsolescencia, donde lo que importa es el pre-sente (presentismo), minusvalorándose todas las certe-zas absolutas que hasta ahora habían sido los pilaressociales (moral, religión, etc.). Incluso asistimos a cam-bios en los procesos de adquisición y difusión del co-nocimiento propiciados por las revoluciones de los pa-radigmas científicos, observamos avances tecnológicosque conducen al uso cada vez más mayoritario y omni-presente de la red Internet, que hacen proliferar nue-vos signos y lenguajes y que, en consecuencia, gene-ran multiplicidad de lecturas e interpretaciones, lacomplejidad y la fragmentación de las estructuras y sig-nificados culturales y la abundancia de la informaciónconvertida en bien de consumo. Los fenómenos cultu-rales se suceden y superponen en una «cultura delarchipiélago», en la que triunfa la heterogeneidad y elmulticulturalismo desde una filosofía que acepta eltodo vale.

En este contexto, lo audiovisual potencia la super-ficialidad desde la nueva cultura de la imagen, la apa-riencia, la espectacularidad y el mosaico. Paradójica-mente, cuando más se consume la comunicación agran escala, vivimos una profunda crisis de la comuni-cación, pues en una sociedad marcada y ensimismadapor la comunicación de masas, los individuos se tornansolitarios e incomunicativos, porque, en gran parte, losmedios audiovisuales son los factores clave de trans-misión y reproducción de los «no valores», de la inde-finición de la persona en el conjunto de la sociedad demasas.

Esta nueva sociedad aparece delimitada por unaserie de características en las que de forma evidente seconstata la influencia de los medios. En este sentido,es de desatacar cómo la realidad es siempre interpre-tada o representada por diferentes perspectivas y vo-ces más o menos dominantes o marginales que la«construyen», haciéndola posible, y esto cada vez esmás palpable en los rituales televisivos, en la informa-ción que circula por la Red, en los movimientos surgi-dos por o en contra de la globalización, en las guerrasmediáticas…

Una de las consecuencias de esta realidad inter-pretada y ficcionada es una cierta pérdida de fe en elprogreso marcado por los avances de las tecnologíasque, pese a sus promesas, no han conseguido deste-

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rrar la marginación, la pobreza, la desigualdad, la into-lerancia, las dictaduras, las divisiones y fronteras… Eldesencanto se muestra en distintas versiones y surgenformas de inconformismo, movimientos que de algunamanera establecen un modo de vida pragmático, res-puestas globales y solidarias, radicalismos, fundamen-talismos, defensa de la diversidad, conformándose ac-titudes que denotan, por un lado, el espíritu global y ladefensa de lo mundial y, por otro, el reconocimiento yla potenciación de lo local y lo propio.

Los medios de comunicación y su lenguaje icóni-co, fundamentalmente, construyen una realidad socialmás preocupada por la estética que por la ética, en laque el espectáculo sin límites hipnotiza las concienciasy promueve la homogeneización del pensamiento sinpermitir la crítica de las minorías o de los disidentes delas formas culturales hegemónicas.

Este escenario cultural y social, que define deforma contradictoria a nuestra sociedad, simultánea-mente con los factores de perversidad y potencialidad(Hargreaves, 1996) está espe-cialmente condicionado, comodecíamos más arriba, por un f a c-tor clave en el consiguiente nue-vo orden de valores e ideas: larevolución tecnológica y elec-trónica y su concreción en lapresencia de los medios de co-m u n i c a c i ó n .

Castells (1998) ha señaladoque la revolución de las tecnolo-gías de la información es uno delos procesos más resolutivos quecaracterizan al nuevo entrama-do social bautizado como la «sociedad red». Por ellosurge un nuevo tipo de ciudadano con nuevos hábitosy valores sociales, nuevos intereses y formas diferentesde sentir e incluso de pensar. San Martín (1995) expli-ca que los individuos, «al menos como hipótesis, sepuede mantener que los ciudadanos nacidos en la erade la tecnología de la información tienen estructuradasu cognición de modo cualitativamente distinto a lasgeneraciones precedentes», puesto que sus relacionese intercambios con el entorno están mediados por al-guna tecnología y, en consecuencia, las respuestas de-penden más de los esquemas simbólicos y de las per-cepciones visuales.

Ante esta realidad surge la necesidad de, al menostomar conciencia, de las coordenadas que rigen so-cialmente nuestros esquemas de vida, asumiendo queellas mismas son descendientes de una cultura y con-secuencia de una nueva época, haciendo posible la

reflexión y el pensamiento del que siempre ha hechogala la intelectualidad y que ha permitido el progresode los pueblos.

En este contexto, la mejor estrategia, sin duda al-guna, es la educación que tiene que plantearse serpunto de partida para que emerjan movimientos al-ternativos que al menos reflexionen sobre su realidad,se apropien de los recursos para entenderla y desarro-llen los presupuestos científicos, morales y socialesque permitan recrearla. El reto de la sociedad audio-visual no es otro que integrar los medios de comuni-cación en los procesos educativos para reflexionarsobre ellos, sus lenguajes, sus maneras de informarsobre el mundo, y sus poderosas armas para recrearloy «construirlo».

2. La sociedad audiovisual La irrupción de los medios de comunicación, con

la llegada sobre todo del cine, luego de la radio y pos-

teriormente, y de forma estelar, de la televisión _y yaen la actualidad su expansión a través de las redes ylos cables– suponen la consagración de la revoluciónmediática. Los medios de comunicación, en su con-junto, son el pilar básico de la sociedad de nuestrosdías. Ellos homogeneizan comportamientos, transmi-ten novedades, sirven de sistemas de equilibrio y deregulación social y son también el principal escenariode muchos de los conflictos, pero sobre todo son elprincipal vehículo de funcionamiento del engranajemercantilista y de consumo.

La revolución de las comunicaciones no hubiera,probablemente, tenido la implantación social presentesi no hubiera sido por su apropiación total del mensa-je de las formas. Lo icónico inunda, desde múltiplescanales, la explosión de la información hasta conver-tirla en una cascada incesante, en lo que Debord(1976) ha denominado como «sociedad del espectá-

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El reto de la sociedad audiovisual no es otro que integrar los medios de comunicación en los procesos educativos para reflexionar sobre ellos, sus lenguajes, sus maneras de informar sobre el mundo y sus poderosas armas para recrearlo y «construirlo».

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culo». La expansión de la vertiente simbólica y comu-nicativa de los productos de consumo da lugar a unahipertrofia de la significación y de la información. Lacomunicación se ha convertido en una forma de orga-nización del mundo que no sólo incluye a los propiosmedios audiovisuales y tecnológicos, sino también a lacirculación e intercambio entre las personas.

Sin duda alguna, la información es el recurso bási-co de la sociedad que nos ha tocado vivir, definiendode manera característica las profundas transforma-ciones de nuestra cultura y los modos de producción.Toda esta revolución informativa no puede entender-se si no se vincula inexorablemente al desarrollo tec-nológico, inicialmente de los medios de comunicaciónde masas (cine, radio, televisión...) y en las últimas dé-cadas al protagonismo de las nuevas tecnologías de lacomunicación telemática.

Estamos ante una nueva era de procesamiento dela comunicación, de conocimiento y producción de

saber, que ha tenido su base en la revolución tecnoló-gica de la informática y la telemática, y que a su vez seha ido conectando a todos los circuitos tradicionalesde la comunicación para ir haciéndola cada vez másglobalizada, a través de la digitalización de los canalesy el desarrollo de la interactividad. Sin embargo, el pro-tagonismo creciente de la sociedad de la informaciónno nos debe hacer caer en un optimismo universal delpoder salvífico de la comunicación interactiva y digita-lizada.

La sociedad audiovisual se define como un uni-verso en el que los medios con sus nuevos lenguajes,construyen de forma vertiginosa y distinta la realidad,de forma que el conocimiento lingüístico y cultural vadando paso a la cibercultura y al interaccionismo sim-bólico.

3. Un nuevo contexto para la educación La sociedad audiovisual y su imparable influencia

han propiciado un cambio en el sistema de valores. Lacomunicación y la educación promueven, en su rela-ción, un proceso de cambio crítico, cargado de incer-tidumbres e interrogantes, de manera que se ponen enjuego valores fundamentales y aparecen otros cuyoporvenir es incierto.

Los medios y las tecnologías han dejado de ser me-ras herramientas preparadas para servir a quienes lasusan, para convertirse en parte del sistema cultural quelas acoge. Así Sancho (1994: 23) afirma que «el temano es que las máquinas hayan tomado el mando, sinoque al decidir utilizarlas, realizamos muchas eleccionesculturales implícitas. La tecnología no es un simple me-dio, sino que se ha convertido en un entorno y unaforma de vida: éste es su impacto sustantivo».

La sociedad audiovisual se caracteriza por la reali-zación de una producción a gran escala que se orienta al

consumo de masas y hacia la uti-lización de los medios de comu-nicación. A partir de la décadade los ochenta, la influencia dela comunicación y la inform a-ción en el ámbito de la actividadeconómica, la gestión política, elconsumo, el ocio, y en definitiva,en todas las esferas de la vida,altera el orden de los valores so-ciales y el estilo de vida de lascolectividades.

La construcción de una so-ciedad más democrática, dondecada vez son más las comple-jas, múltiples y profundas inte-racciones que se producen de

los ciudadanos con el universo mediático, requiere unmayor proceso de análisis e interpretación, tanto desdeel ámbito de la investigación y la educación comodesde los estudiosos de las ciencias de la informaciónpreocupados no tanto por los medios en sí sino por lasrelaciones e interacciones que éstos tienen con sus es-pectadores.

Se hace necesario, así, que los individuos partici-pen de una forma más activa en sus interacciones conlos medios, dada la creciente influencia de éstos en lasociedad actual, para superar el mero papel receptivoque hasta ahora se les ha asignado. En este sentido, sehace prioritario el conocimiento no sólo de los medioscomo hecho comunicativo, sino especialmente delproceso de recepción comunicativa, esto, en términosde Orozco (1996), desde «la perspectiva de las au-

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Lo audiovisual potencia la superficialidad desde la nuevacultura de la imagen, la apariencia, la espectacularidad y elmosaico. Paradójicamente, cuando más se consume la comunicación a gran escala, vivimos una profunda crisis dela comunicación, pues en una sociedad marcada y ensimismada por la comunicación de masas, los individuosse tornan solitarios e incomunicativos.

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diencias», de forma que se analicen cómo se producenlas relaciones de los individuos con los medios y cómoson sus prácticas comunicativas dentro del complejomundo de interacciones que éstos provocan y todocon la finalidad de desarrollar las estrategias precisaspara mejorar estas relaciones y adquirir las necesariascompetencias para apropiarse de forma crítica y crea-tiva de los mismos.

Este imprescindible e irremplazable esfuerzo inter-pretativo por conocer el papel de las audiencias en elcontexto de las sociedades contemporáneas (CebriánHerreros, 1995; Salomon, 1984) tiene como finalidadesencial no tanto predecir o determinar objetivamenteel complejo proceso del visionado mediático, sino másbien, como indica Orozco (1996), «lograr un entendi-miento de la audiencia y su televidencia», como unmedio necesario para su transformación, y por ende,de los sistemas comunicativos actuales y en conse-cuencia, de los propios modelos democráticos de lassociedades contemporáneas.

4. La educación en el ecosistema comunicativoLa conceptualización de la educación y los proce-

sos de enseñanza-aprendizaje han sufrido grandesmodificaciones, estrechamente ligadas a los cambiosque se van originando en nuestra sociedad audiovisualconforme se van generalizando el uso de los medios ylas nuevas tecnologías. Éstas no sólo tienen que vercon los medios, materiales y recursos que se empleanen la enseñanza, sino también con el análisis que sederiva de la necesidad de adaptar la escuela a los nue-vos tiempos.

Muchas son las críticas que el modelo de escuelatradicional está recibiendo desde los comunicólogosde la información, que alegan la impotencia de la ins-titución escolar para adaptarse a las nuevas necesida-des sociales. Martín Barbero (1999: 13-21), en un inte-resante artículo en «Comunicar», afirma que «la es-cuela se ha negado hasta ahora a aceptar el descen-tramiento cultural que atraviesa», por la pérdida de sueje cultural y pedagógico –el libro– y por la ignoranciade la presencia cada vez más abrumadora de otros dis-positivos de almacenamiento, clasificación, difusión ycirculación de la información mucho más versátiles,disponibles e individualizables que la escuela misma. Yañade que la irrupción de los medios «ha deslocaliza-do los saberes, deslegitimado su segmentación, modifi-cado el estatuto institucional de los lugares de saber yde las figuras de razón». Estamos entrando en unanueva era de conocimiento, la del «pensamiento vi-sual», ya que los medios no sólo descentran las formasde transmisión y circulación del saber, sino que hoy

constituyen el escenario decisivo de la socialización. Elmodelo didáctico predominante en nuestras aulas noresponde a estas necesidades y expectativas que hoy lasociedad demanda y solicita de la educación. Así, elpredominio absoluto de la transmisión de contenidosconceptuales por parte del profesorado, la pasividad yacriticidad del alumnado, la evaluación sumativa y fi-nal exclusivamente de conceptos, la encorsetada orga-nización escolar, con escasa flexibilidad de horarios,con nula movilidad de espacios, con una fragmenta-ción en compartimentos estancos de las disciplinas,constituyen un paradoja en todos los niveles del s i s t e-ma educativo –especialmente el universitario– frente alas formas del entorno exterior a la escuela.

Durante mucho tiempo la educación ha gozado dela primacía en la transmisión de los saberes y valoresde cada sociedad, al principio de su historia con pro-fundos tintes elitistas y después de la revolución indus-trial con un carácter más universalizador y democráti-co. Sin embargo, y como ha expuesto Pérez Tornero(2000), «progresivamente, en un movimiento continuo–y continuamente acelerado– que va desde la inven-ción de la imprenta, la aparición del telégrafo –que diolugar a la prensa y al periodismo– la radio, el cine, latelevisión y la telemática, hasta Internet –y en el quesistemas de organización tribales fueron abriendo pasoa la consolidación de sistemas capitalistas– las circuns-tancias que llevaron a fundar la escuela sufrieron unaextraordinaria mutación».

De esta forma la institución educativa pierde suautonomía y la primacía en cuanto a la reserva de losvalores y la cultura en una sociedad nueva y audiovi-sual. Y ello, porque el alumnado que accede a ellaaprende ahora los valores y se educa en unos modelosde referencia y de aspiraciones que proceden de losmedios de comunicación, sobre todo de la televisión,de la publicidad, y en los últimos años cada vez conmás fuerza, a través de los videojuegos y de Internet.Estos valores y las pautas de comportamiento asocia-das, los conocimientos y las representaciones del mun-do que generan, los modos de socialización que dic-tan, nada o muy poco tienen que ver con los que aúnsigue amparando la institución educativa. De maneraque podemos decir que la sociedad audiovisual ha ori-ginado nuevas formas de percepción y construccióndel conocimiento, que irremediablemente están reper-cutiendo en la escuela.

La educación se está quedando atrás y su incor-poración a los nuevos planteamientos sociales se reali-za de forma lenta y traumática. Con Pérez Tornero(2000) apuntamos una serie de claves que esencialespara esbozar de qué manera se manifiesta la relación

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entre la escuela y la sociedad audiovisual o, en otraspalabras, el papel de la educación en el ecosistema co-municativo:

• La valoración social de la escuela como transmi-sora de los conocimientos precisos para la adecuadasocialización ha experimentado un cambio importanteen tanto que se considera una fuente más entre otrasmuchas, a veces más poderosas y efectivas.

• La escuela ha perdido su posición de ámbito pri-vilegiado para la transmisión de la educación en unasociedad en las que los medios audiovisuales trans-miten de manera muy eficaz, valores, actitudes y nor-mas.

• La alfabetización necesaria en una sociedad au-diovisual se adquiere de forma autónoma e informalfuera del ámbito escolar, que sigue centrado en la alfa-betización «escriturocéntrica».

• El profesorado ha perdido su condición de ga-rante del saber de la comunidad ante las múltiples víasde distribución del mismo en una sociedad audiovisualen la que los niños y jóvenes tienen, en consecuencia,amplias posibilidades para ponerlo en cuestión y con-trastarlo.

• El sistema escolar no facilita el ambiente de li-bertad necesario para incorporarse a una sociedad au-diovisual en la que el saber se encuentra disperso y,por tanto, las nuevas estrategias de exploración que serequieren para su acceso, convierten en obsoletos losinstrumentos para la producción y sistematización queaún ofrece como más idóneos la escuela.

• El saber que proporciona el sistema escolar seacomoda difícilmente a las exigencias prácticas de lasociedad audiovisual, además de que cada vez se acre-cienta más la distancia entre la teoría escolar y la prác-tica, entre el mundo escolar y el del trabajo.

Es razonable que, en este contexto educativo, losmedios de comunicación hayan provocado una crisisen los cimientos de la escuela, que hasta ahora habíasido la forma prioritaria e incuestionable para la socia-lización.

La sociedad audiovisual ha dibujado un panoramamuy diferente para la intervención educativa. Los sa-beres se han descentralizado y ampliado de forma tanabrumadora y vertiginosa que es difícil secuenciar ydelimitar lo que debería incluirse en el currículum es-colar. La figura del profesor a duras penas resiste elembate de unos medios que superan sus tradicionalesestrategias y recursos para la transmisión de los sabe-res, y que además cuestionan sus capacidades y for-mación de forma insistente.

El lenguaje «escriturocéntrico» resiste con pocaconvicción la preponderancia de los nuevos lenguajes

del audiovisual y la informática, por lo que la escuelasigue anclada en unos usos del lenguaje que nada tie-nen que ver con las capacidades comunicativas quedemanda la sociedad audiovisual para unos intercam-bios comunicativos adecuados y pertinentes.

En definitiva, la sociedad audiovisual ha conduci-do a que la escuela ya no sea el modelo más eficaz pa-ra la transmisión de valores y la socialización y conse-cuentemente se están quedando obsoletos los modelosde organización y gobierno basados en el control es-tricto del aprendizaje y en su dirección lineal, en lacomunicación jerárquica, en la evaluación ajustada acriterios de repetición, y, en general, en la burocratiza-ción, ocupada más de la reproducción de lo existenteque en la adaptación a los cambios, en la renovacióno creación.

5. Los medios audiovisuales y la educaciónLa educación en la sociedad audiovisual debe

contemplar la específica situación que hemos tratadode exponer y, partiendo de su análisis, concretarse enun proyecto educativo concreto, con una filosofía edu-cativa, que adecue las prácticas y actuaciones escola-res a las nuevas demandas sociales (Creel y Orozco,1993).

En virtud de esas coordenadas sociales y educati-vas, los medios adquieren roles específicos en sus rela-ciones con los procesos de enseñanza-aprendizaje.Así, los medios, en un contexto de pedagogía transmi-siva, como la que hasta ahora ha impregnado prácti-camente el quehacer educativo, pueden no ser másque meros auxiliares que complementan la función in-formativa de los profesores, ampliando sin el campode conocimientos conceptuales a través del apoyo dellenguaje audiovisual. Éste es un primer paso, sin duda,pero muy limitado, porque donde realmente cobrasentido la dimensión comunicativa es cuando se con-vierte en el eje de una nueva conceptualización de laeducación en la sociedad audiovisual en que nos hatocado vivir. «La educación emancipadora tiene unaepistemología alternativa que, en contraposición al co-nocimiento objetivo, se basa en el conocimiento co-municado. Este conocimiento es generador y no con-sumidor; se preocupa de la percepción y no de la re-cepción... En un sistema así, la inteligencia constituyeun proceso y no un producto» (Criticos, 1993, citan-do a Stanton).

De esta manera la sociedad audiovisual demanda,frente a los estilos tecnicistas y pragmáticos que hanimperado como modelos educativos, el «aprendizajeexperiencial reflexivo», que supere la educación ban-caria (Freire) de depositar conocimientos dentro de las

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cabezas de los alumnos y que promueva alumnos máscríticos y creativos con su entorno, conscientes de surealidad y capaces de actuar libre, autónoma y juicio-samente. Pensamos, que el papel de los medios de co-municación en esta enseñanza crítica y de valores tie-ne que ser necesariamente crucial.

En este sentido, se pueden citar como estrategiasmás válidas «el pensamiento crítico, los modelos inda-gadores, los enfoques de estudios culturales, la educa-ción de los valores, las estrategias interdisciplinarias, lasexperiencias creativas y la pedagogía democrática ycentrada en el alumno» (Tyner, 1993: 189).

Una sociedad cada vez más consumidora de me-dios –que de forma paradójica, apenas si se preocupapor fomentar aptitudes para el conocimiento racionalde los códigos y lenguajes de éstos–, ha de poner enfuncionamiento propuestas di-dácticas que permitan una in-tervención consciente del siste-ma educativo para «alfabetizar»a los chicos y chicas de hoy co-mo consumidores y usuarios delos nuevos lenguajes de la co-municación y la inform a c i ó n ,con plena conciencia de uso ycon potencialidad para su utili-zación crítica y creativa.

La importancia social y per-sonal de la comunicación a u-diovisual en el marco de la vidam o d e rna y la necesidad de de-s a rrollar propuestas críticas ycreativas en el ámbito educati-vo para saber comprender, in-t e rpretar y utilizar los medios, requiere la presencia deéstos en los diferentes ámbitos del saber, puesto queno se trata sólo de adquirir conocimientos, ni de pro-mover actitudes, sino de fomentar técnicas y procedi-mientos que permitan al alumnado su análisis y usocomo lenguajes propios.

El actual modelo curricular refleja en todas sus dis-ciplinas y niveles el uso de los medios de comunica-ción tanto desde un ámbito conceptual, como desde eldesarrollo de estrategias y actitudes. Así, los medios decomunicación no sólo presentan adecuadas estrategiaspara favorecer los objetivos del sistema educativo, sinoque al mismo tiempo ofrecen propuestas metodológi-cas, al hilo de las corrientes didácticas en boga. En estesentido, el aprendizaje significativo, la globalización delos contenidos, la actividad del discente, la fundamen-tación en el entorno, la diversidad de los recursos, elinicio de los procesos a partir de las ideas previas, el

carácter formativo de los procedimientos de valora-ción y evaluación, el rol de orientador y estimulador delos docentes, la flexibilidad organizativa, la adaptacióncurricular a las necesidades particulares del alumnado,la interdisciplinariedad curricular, la importancia devalores y actitudes... encuentran en los medios de co-municación unos recursos variados y de fuerte impac-to y valor didáctico.

Los medios, en este contexto didáctico, acercan elproceso de aprendizaje al modelo investigador. Frenteal estilo transmisivo y centrado en los contenidos, quehemos visto que no responde a las exigencias de lasociedad audiovisual, los medios favorecen la investi-gación y exploración de la realidad por parte de losalumnos y alumnas, que pueden aprender en un pro-ceso de descubrimiento, al tiempo que son protagonis-

tas de su aprendizaje. Los medios, tanto como auxilia-res didácticos, como técnicas de trabajo o ámbitos deconocimiento, diversifican las fuentes de información,partiendo de la «actualidad» y del entorno, ofreciendoinformaciones globales que afectan integralmente atodas las áreas curriculares. Definitivamente, permitencambiar la dinámica tradicional del aula, reduciendo lafunción informativa del profesor y reservándole com-petencias didácticas más genuinas, como la de planifi-cación, motivación y evaluación. Coincidimos, final-mente, con Len Masterman (1993), en que exigen nue-vas formas de trabajar, en la línea de una enseñanzano jerárquica, «que fomente la reflexión y el pensa-miento crítico y que, al mismo tiempo, sea lo más viva,democrática, centrada en el grupo y orientada a laacción que el profesor pueda conseguir».

La sociedad audiovisual reclama un contexto edu-cativo en el que los medios han de jugar un papel cru-

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La sociedad audiovisual ha conducido a que la escuela yano sea el modelo más eficaz para la transmisión de valores yla socialización y, consecuentemente, se están quedandoobsoletos los modelos de organización y gobierno basadosen el control estricto del aprendizaje y en su dirección lineal,en la comunicación jerárquica, en la evaluación ajustada acriterios de repetición, y, en general, en la burocratización.

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cial. McLuhan afirmaba que la pedagogía actual no secorresponde con la era de la electricidad, sino que sequedó en la era de la escritura. Vallet, por otra parte,proclamaba nuestro analfabetismo de cara a los me-dios de comunicación. Si nuestra escuela ha de prepa-rar a los alumnos de hoy a vivir en la sociedad deforma autónoma y libre, no puede seguir ignorando losmedios. No queda otra alternativa que integrarlos di-dácticamente y sacar de ellos todo lo positivo que pue-dan ofrecernos. La pedagogía audiovisual tiene queentrar en la institución escolar, si se quiere potenciarlas dimensiones lúdicas, críticas y creativas de las nue-vas generaciones para su adecuada inserción en lasociedad audiovisual. Se trata de que la educación es-tablezca sistemas de comunicación con su entorno yprocese la información del contexto de un modo útil asus fines y proyecte sus mensajes hacia fuera.

Los retos de la educación en la sociedad audiovi-sual, siguiendo a Pérez Tornero (2000), y en línea conlo que hemos expuesto anteriormente, deben consoli-dar:

• Una apertura de la escuela a otras fuentes del sa-b e r.• La utilización de una didáctica de la explora-ción, el descubrimiento y la invención.• La participación de la comunidad entera en laeducación.• La alfabetización audiovisual.• La educación multicultural que transcienda es-pacios y limitaciones.• La superación del modelo educativo fabril yexistencial.• La renovación tecnológica.• La redefinición del papel del profesorado.• La redefinición del papel del estado.• La consideración del principio de educacióncontinua.• La implicación de la escuela en la sociedad y enel entorno al que ha de dar respuestas.En palabras de Martín Barbero (1996), es necesa-

rio un proyecto pedagógico que cuestione radicalmen-te el carácter monolítico y transmisible del conoci-miento, que revalorice las prácticas y experiencias, quealumbre un saber mosaico hecho de objetos móviles yfronteras difusas, de intertextualidades y bricolaje. Y esen este proyecto de saber donde comienza a abrirsecamino la posibilidad de dejar de pensar antagónica-mente escuela y medios audiovisuales.

6. La competencia audiovisual/comunicativa La mayoría de los conocimientos y aprendizajes a

los que el hombre de esta sociedad puede acceder está

codificada básicamente en clave audiovisual, por loque se hace no sólo necesario, sino imprescindible sa-ber descifrar juiciosamente sus signos y estructuras pa-ra hacer una lectura comprensiva, racional e inteligen-te de estos mensajes (Aguaded, 1993).

Los medios audiovisuales transmiten de formacontinuada modelos y pautas de comportamiento, altiempo que estructuras narrativas y maneras de contarhistorias, de organizar la información, que implicanunos contenidos y formas de leer e interpretar el mun-do. Por ello, si la presencia masiva de estos medios hacambiado la manera de conocer la realidad, filtrándo-la a través de una nueva realidad –la realidad media-da–, parece fundamental que desde las institucioneseducativas se eduque en este torrente audiovisual. Laalfabetización audiovisual acerca de los mensajes delos medios entraña una relación directa con la educa-ción en tanto que ello supone una educación audiovi-sual a partir del análisis de los distintos medios de co-municación y de los lenguajes que éstos utilizan.

Los conceptos clave en la alfabetización audiovi-sual, según Tyner (1993), deparan una serie de impli-caciones en el mundo de la educación, que podríamostomar como principios para la consideración de la for-mación con y sobre medios.

Los mensajes audiovisuales proyectan sobre laeducación el concepto de competencia comunicativaque puede entenderse desde:

• El punto de vista del receptor: fomentando la se-lección, uso y utilización consciente y autónoma de losmensajes y contenidos mediáticos.

• El punto de vista del descodificador de mensa-jes: desarrollando una lectura crítica, no mitificada y li-bre de manipulaciones abusivas.

• El punto de vista del usuario: utilizando los me-dios como instrumentos prácticos para el aprendizaje,la indagación o simplemente la comunicación y la in-formación.

• El punto de vista de la expresión: pudiendo serun emisor/receptor activo en la confección del mensa-je, que participa de modo directo o indirecto en su ela-boración.

Por tanto, el análisis de los elementos configurado-res de los lenguajes surgidos de los mensajes audiovi-suales pretende, ante todo, la formación de los futurosciudadanos como emisores-receptores de mensajes, altiempo que el fortalecimiento de sus competenciasinteractivas y la fundamentación de la enseñanza y elaprendizaje de las capacidades expresivas con los dis-tintos sistemas simbólicos y medios.

Consideramos que la alfabetización en cuanto alos mensajes de los medios audiovisuales se concreta

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en diferentes modalidades: textual, visual, informáti-ca... y debe incluirse en el currículum escolar. De ahíque el concepto de «competencia comunicativa» seperfile como la orientación más conveniente para unaadecuada integración de los mensajes audiovisuales enla educación. Se trataría, en definitiva, de analizar losprocesos de percepción y las estrategias cognitivas quehan de desarrollar los sujetos para entender, compren-der, valorar y crear con los nuevos lenguajes audiovi-suales.

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