Estética Filosófica en América...

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196 Estética Filosófica en América Latina Carlos Rojas Osorio Ediciones Académicas Penélope San Juan, Puerto Rico, 2012. Ana Lucero López Troncoso* Los estudios estéticos en América Latina existen. El libro de Carlos Rojas Oso- rio pretende recordarnos esta verdad, que resulta tan útil y tan necesaria a los estetas de todo el mundo. Rojas Osorio hace un amplio recorrido por la historia de este pensamiento, en un afán por demostrar que uno de sus grandes temas pendientes es cómo terminar con la aparente contradicción entre contextualis- mo y universalismo. Al hacer visible la vigencia de las ideas de los filósofos y filósofas de Latinoamérica, el autor nos sugiere cómo lo universal se nos pre- senta siempre enraizado en las matrices culturales del lugar, de la sociedad y de la época en que es engendrado. Siendo la preocupación por la belleza una constante antropológica, es natu- ral que las distintas sociedades humanas hayan generado un pensamiento com- plejo a partir de ella, basado en todo tipo de problemas sobre la percepción, la naturaleza, la ética, la historia, etcétera. Los filósofos y filósofas de esta selección representan un abanico de cosmovisiones que dialogan entre sí, y con filosofías nacidas en otras latitudes. Este diálogo, que ha sido —cuando menos— desa- provechado, se nos presenta aquí como una original fuente de conocimiento que trata problemas medulares de la estética actual y nos sugiere toda clase de novedosas preguntas. Los primeros cinco capítulos abordan a filósofos latinoamericanos del siglo xix, que nos legaron profundas reflexiones en materia estética: Alejandro Tapia (1826-1862), Eugenio María de Hostos (1839-1903), José Martí (1853-1895), Enri- que José Varona (1849-1939) y Andrés Bello (1781-1865). En esta primera parte Rojas Osorio nos resume las influencias que estos autores tuvieron del romanti- cismo y del positivismo y las sutiles diferencias que asumieron respecto a otros románticos y positivistas, especialmente aquellas relacionadas con lo social. La superación del positivismo es abordada en los capítulos siguientes, en los que Rojas Osorio nos presenta a filósofos de la talla de José Carlos Mariáte- gui (Perú, 1895-1930), quien utilizó las herramientas conceptuales del marxismo con una notable independencia para estudiar inteligentemente las relaciones entre el arte y la revolución. Dos filósofos brasileños, Pedro Graça Aranha (1868-1931) y Oswald de An- drade (1890-1954), son incluidos como representantes de importantes movi- * Maestría en Estética y Arte, Facultad de Filosofía y Letras, BUAP.

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Estética Filosófica en América Latina

Carlos Rojas OsorioEdiciones Académicas PenélopeSan Juan, Puerto Rico, 2012.

Ana Lucero López Troncoso*

Los estudios estéticos en América Latina existen. El libro de Carlos Rojas Oso-rio pretende recordarnos esta verdad, que resulta tan útil y tan necesaria a los estetas de todo el mundo. Rojas Osorio hace un amplio recorrido por la historia de este pensamiento, en un afán por demostrar que uno de sus grandes temas pendientes es cómo terminar con la aparente contradicción entre contextualis-mo y universalismo. Al hacer visible la vigencia de las ideas de los filósofos y filósofas de Latinoamérica, el autor nos sugiere cómo lo universal se nos pre-senta siempre enraizado en las matrices culturales del lugar, de la sociedad y de la época en que es engendrado.

Siendo la preocupación por la belleza una constante antropológica, es natu-ral que las distintas sociedades humanas hayan generado un pensamiento com-plejo a partir de ella, basado en todo tipo de problemas sobre la percepción, la naturaleza, la ética, la historia, etcétera. Los filósofos y filósofas de esta selección representan un abanico de cosmovisiones que dialogan entre sí, y con filosofías nacidas en otras latitudes. Este diálogo, que ha sido —cuando menos— desa-provechado, se nos presenta aquí como una original fuente de conocimiento que trata problemas medulares de la estética actual y nos sugiere toda clase de novedosas preguntas.

Los primeros cinco capítulos abordan a filósofos latinoamericanos del siglo xix, que nos legaron profundas reflexiones en materia estética: Alejandro Tapia (1826-1862), Eugenio María de Hostos (1839-1903), José Martí (1853-1895), Enri-que José Varona (1849-1939) y Andrés Bello (1781-1865). En esta primera parte Rojas Osorio nos resume las influencias que estos autores tuvieron del romanti-cismo y del positivismo y las sutiles diferencias que asumieron respecto a otros románticos y positivistas, especialmente aquellas relacionadas con lo social.

La superación del positivismo es abordada en los capítulos siguientes, en los que Rojas Osorio nos presenta a filósofos de la talla de José Carlos Mariáte-gui (Perú, 1895-1930), quien utilizó las herramientas conceptuales del marxismo con una notable independencia para estudiar inteligentemente las relaciones entre el arte y la revolución.

Dos filósofos brasileños, Pedro Graça Aranha (1868-1931) y Oswald de An-drade (1890-1954), son incluidos como representantes de importantes movi-

* Maestría en Estética y Arte, Facultad de Filosofía y Letras, BUAP.

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mientos: el primero, por ser iniciador del modernismo en Brasil; el segundo, precursor del calibanismo, nombrado por él antropofagia simbólica. El pensamien-to de estos autores se nos presenta, en la obra de Rojas Osorio, como uno de los pilares del más original pensamiento estético latinoamericano que continúa de-sarrollándose hasta nuestros días.

También filósofos mexicanos como José Vasconcelos (1882-1959), Antonio Caso (1883-1946), Samuel Ramos (1897-1959) y Alfonso Reyes (1889-1959), son incluidos en este libro como representantes de un espiritualismo que buscaba ser estandarte de una amplia y compleja visión latinoamericanista: una visión que a veces rozó el misticismo y que veía en la estética, como en el caso de Vas-concelos, una oportunidad para redimir el universo; otras veces, como sucede con la estética de Antonio Caso, esta visión, de inspiración claramente feno-menológica, veía en el arte una expresión de la existencia humana que quiere trascender su elemental carácter biológico. El autor incluye a otro excepcional filósofo mexicano, Miguel Bueno (1923-2000), cuyas categorías sobre estética axiológica constituyen alternativas de reflexión sobre el arte y otras expresio-nes del espíritu.

Otras búsquedas de superación del positivismo son la de Pedro Henríquez Ureña (1884-1946), con su peculiar humanismo, la de Alejandro Deústua (1849-1945) en Perú, y, en Argentina, las de Emilio Estiú (1914-1984) y Jacobo Kogan (1911-1992).

Un problema central del pensamiento latinoamericano es sin duda el colo-nialismo, que es dimensionado estéticamente por un gran escritor de Martinica: René Ménil (1907-2004). Influenciado por el marxismo, la estética hegeliana y el psicoanálisis, Ménil critica el concepto de negritud, señalando las consecuencias políticas de la imposición cultural. Ménil piensa que hacer la historia es el más digno objetivo de cualquier lucha política y cultural, y que cada pueblo tiene el derecho de hacer la propia; así, su preocupación estética busca complemen-tar dialécticamente formas y contenidos de la obra artística.

Dos puertorriqueños, Esteban Tollinchi (1932-2005) y Francisco José Ramos (1950), que en el siglo xx se ocuparon de la estética filosófica, desconfían de la doctrina del fin de la historia, y piensan la filosofía como un drama ficticio que no puede apartarse de su particular emplazamiento mitológico. Ramos critica a la sociedad contemporánea estudiando los aspectos estéticos del instinto de muerte que prevalece en un capitalismo analfabeta. Aparecen en su reflexión interesantes consideraciones sobre el buen pensar y el bien decir, integrándose así a la pléyade de pensadores latinoamericanos que buscan la dimensión éti-ca de la estética.

La inspiración sartreana del costarricense Rafael Ángel Herra (1943), es ob-servada por Rojas Osorio en sus consideraciones sobre lo monstruoso y lo bello; también sartreano es su compatriota Álvaro Zamora, quien realizó una cerca-na lectura de la estética de Sartre, añadiendo ciertas observaciones críticas. Los estudios sobre la estética hegeliana son abundantes en Latinoamérica, como el realizado por la chilena Carla Cordua (1925), quien es autora de una variedad de importantes ensayos, que tocan la estética kantiana, los conceptos aristoté-licos y platónicos, y una gama muy amplia de temas relativos a la personali-dad y la actividad del artista.

Respecto, por cierto, a conceptos aristotélicos y platónicos, los últimos ca-pítulos del libro hacen una breve revisión de las más recientes aportaciones co-lombianas, que han ahondado en problemas relacionadoscon ellos. Rojas Osorio

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incluye otras propuestas teóricas que han establecido diálogos enriquecedo-res con pensadores como Foucault, Blanchot, Gadamer, Deleuze, entre otros.

Finaliza el autor su selección con Adolfo Sánchez Vázquez (1915-2011), re-visando su célebre Invitación a la estética, obra fundamental en el pensamiento del filósofo hispanomexicano, que constituye un penetrante ejercicio intelectual de una estética marxista desprovista de dogmatismos.

Estética Filosófica en América Latina de Carlos Rojas Osorio es una obra que mantiene el encomiable ánimo de facilitarnos el acceso a la producción filosófi-ca de nuestra América, producción que se ha nutrido de muy diversas corrien-tes, pero que ha mantenido, como una de sus preocupaciones neurálgicas, la reflexión sobre la realidad concreta de sus pueblos y la naturaleza especial de expresiones nacidas en el seno de una historia también especial.

El segundo volumen, titulado Corrientes Estéticas Latinoamericanas, nos pro-mete una recopilación de las tendencias nacidas específicamente en el contexto latinoamericano, como la antropofagia simbólica, el calibanismo, el indianis-mo, el barroco de Indias, el modernismo, el muralismo, el realismo maravillo-so, el realismo mágico y el poscolonialismo.

La sorpresa que puede producirnos el descubrir la riqueza del pensamien-to latinoamericano sólo puede verse opacada ante otra sorpresa: aquella que nos ocasiona el reconocer la gran cantidad de autores que han sido histórica-mente ignorados o menospreciados. Sigue siendo preciso que se visibilicen las reflexiones filosóficas latinoamericanas para lograr un mayor equilibrio en la balanza que, en el horizonte de nuestro sentido común, nos suele indicar que los autores europeos o norteamericanos tienen un mayor peso. El esfuerzo de Carlos Rojas Osorio pone, sin duda alguna, un poco más de equilibrio en esta balanza histórica.