LA HOJA VOLANDERA RESPONSABLE SERGIO MONTES GARCÍA

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¿QUÉ ES UN PEDAGOGO?

Cristina Piedad Ramírez Pérez*

*Estudiante del tercer semestre de la carrera de Pedagogía. FES-Acatlán cris_161289@hotmail.com

Nos encontramos en México, un país en el cual la educación anda por los suelos. Con un gobierno, donde los representantes del pueblo son los menos aptos, para tales cargos. Donde el docente no tiene un reconocimiento social, y mucho menos el pedagogo. Hoy en día la pedagogía va creciendo a pasos agigantados, y con ello vamos abriéndonos camino en el campo laboral. Cuando a un estudiante se pregunta, ¿qué estudias? y éste contesta “pedagogía”, viene una segunda pregunta ¿qué es pedagogía? Y el futuro pedagogo, con un poco de decepción, y en ocasiones hasta coraje, comienza a explicar qué es pedagogía, eso cuando no le dicen “¡ah! trabajas con niños pequeños y haces manualidades ¿verdad?” Eso a muchos de nosotros como pedagogos nos incomoda. Pero ahora pensemos, ¿de quién es la culpa? ¿De ellos? Obviamente no, la mayoría de las veces la tenemos nosotros. Hay que reflexionar qué hemos hecho en pro de la educación, ¿dónde nos hemos atorado? y ¿por qué todavía no somos reconocidos como una alternativa más fuerte que otros profesionistas?, a pesar de tener un amplio campo de trabajo y salir con un gran perfil de egreso: “Diseña, ejecuta y evalúa programas y proyectos encaminados a satisfacer requerimientos y necesidades educativas; así como proyectos de capacitación y actualización laboral que demanden diferentes instituciones u organizaciones. Practica la docencia y participa en equipos de investigación disciplinarios e interdisciplinarios desde diversas posiciones teóricas, metodológicas y técnicas”.

Los puestos del pedagogo están casi siempre ocupados por otros profesionistas, como psicólogos, sociólogos, trabajadores sociales y hasta diseñadores gráficos. ¿Es acaso que no somos capaces de desarrollarnos? ¿Por qué no creemos que de verdad tenemos las suficientes herramientas y capacidades para comenzar a hacer un cambio profundo en la sociedad?

Noviembre 25 de 2008

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¿QUÉ ES UN PEDAGOGO?

Debemos crear conciencia de que la teoría no se debe quedar en sólo eso, en teoría, sino

por el contrario, debemos dejar atrás el discurso y empezar a llevar a cabo la práctica. Que todos esos problemas analizados dentro del aula, a los cuales les hemos buscado solución y alternativas, son nuestra realidad. ¿Por qué todos los grandes avances pedagógicos han sido por médicos, sociólogos y psicólogos? Basta ya de que se nos menosprecie y de que nosotros mismos nos menospreciemos, somos docentes, orientadores, los futuros maestros de los maestros, quizás no seamos súper héroes, pero tenemos todo para cambiar nuestra sociedad comenzando por nosotros mismos, por defender nuestra identidad como pedagogos, dejemos de discutir ya si pedagogía es ciencia o no, vayamos a los problemas y ataquémoslos.

Comencemos por la docencia, para después de conocer qué es un salón de clases y cuáles son las necesidades de los futuros salvadores del país y ya no dejemos en manos de personas que desconocen por completo las problemáticas educativas crear planes de estudios, que muchas veces nada tienen que ver con el contexto en el que vivimos. La educación sí es la medicina que le hace falta a la enfermedad que padece nuestro país, la ignorancia. Debemos despertar la conciencia del mexicano, para así despertar al gran gigante dormido de México, dejar de tener un Estado paternalista, y entonces comenzar a crecer, a valorar todo lo que tenemos a nuestro alrededor, explotar de manera racional todas las riquezas con la que contamos, México es un gran país que tiene mucho por delante. Pongamos en práctica ese pensamiento crítico y reflexivo al que tanto hacemos alusión.

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¡MÉXICO... PUMAS... UNIVERSIDAD!

Ángeles Fernández Martínez*

*Estudiante del tercer semestre de la carrera de Pedagogía. FES-Acatlán bubulubun@hotmail.com

Imagina el estadio de C.U lleno, es la final de un partido: Pumas – América, a lo lejos se ve un coloso vestido en colores azul y oro estremecido, pues dentro de él miles de pumas entonan con toda la pasión y amor (característicos de aquel amante que ve a su musa) nuestra amada Goya, nuestro grito, nuestra unión; acto seguido un unísono: ¿cómo no te voy a querer? Hace vibrar aún más ese espacio en el que el orgullo puma está en su apogeo; pasan los minutos y se vuelve a escuchar de punta a punta un fuerte: ¡México … Pumas… Universidad! título con el que empieza nuestra amada Goya, el rugido del puma, el grito de muchos hermanos que han luchado por que nuestra casa de estudios sea lo que es ahora: la máxima casa de estudios.

Entrados en este tema les diré que los pumas nacemos cuando sale un Goya de nosotros, cuando se enchina la piel de escuchar cómo más de una persona entona nuestro lema con el mismo que lo hace aquel que egresa de nuestra casa de estudios y es un prestigiado político o un estudiante de primer ingreso, como lo hace el pobre o el rico, el moreno o el blanco; sin división, entonamos la misma canción puma levantando el brazo con el puño fuertemente cerrado, gritando como si quisieran que su alma se fuera en ello. Esto, hermanos, es sólo parte del amor a nuestra escuela, parte del orgullo de poder decir soy estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Tal vez al leer lo anterior, muchos ajenos al espíritu universitario, pueden parafrasearlo con burla, incluso leer con incredulidad a tal grado de no comprender que no sólo es el amor a un equipo o un recinto, sino el amor a una institución que crece día a día, que nos da todo y que por sí sola no pide nada. De ella no egresan productos para venta y mejor colocación en el mercado en una realidad efímera donde el puesto a ocupar no siempre se entrega por capacidad o inteligencia. El orgullo puma es admirar que a pesar de las numerosas batallas idealistas, generacionales, discriminantes, políticas etc.… nuestra casa de estudios sigue en pie, siendo un sentimiento transmitido de padres a hijos sin buscarlo así pues el respeto a veces se transmite de solo verlo.

Puedo concluir reforzando que la Universidad Nacional Autónoma de México es más que el cúmulo de letras que engrandecen su nombre, es magna, como lo es mi orgullo de pertenecer a ella.

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