ESPONDILODISCITIS TUBERCULOSA

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  • Arch Inst Neurol 2011; 14(2)

    ESPONDILODISCITIS TUBERCULOSA. DIFICULTADES DIAGNSTICAS.REPORTE DE 11 CASOS Y REVISIN DEL TEMA.

    Dr. Gustavo Andrs Gaye Saavedra *

    Resumen

    Se describe una serie de 11 pacientes que presentaron espondilodiscitis

    tuberculosa. En la misma se evidencia una gran heterogeneidad en la forma de

    estudio de los pacientes, lo que se traduce en un retraso importante en el

    diagnstico de la enfermedad y el inicio del tratamiento adecuado de la enfermedad.

    La consecuencia es la alta cantidad de secuelas neurolgicas en los pacientes

    sobrevivientes. Se realiza una revisin de la literatura sobre el tema jerarquizando

    los estudios ms apropiados para lograr un diagnstico precoz y consecuentemente

    mejorar el pronstico.

    PALABRAS CLAVE: Espondilodiscitis Tuberculosa. Diagnstico. Tratamiento.

    Secuelas neurolgicas.

    *Asistente de Clnica Neurolgica. Instituto de Neurologa. Hospital de Clnicas.

    Montevideo. Contacto: [email protected]

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    Introduccin

    La infeccin tuberculosa del raquis y disco intervertebral, tambin denominada Mal

    de Pott , es una entidad grave, la mayora de las veces de diagnstico tardo, que

    puede en su evolucin, comprometer la mdula espinal generando dficit

    neurolgicos graves, permanentes e invalidantes. Las dificultades en su

    reconocimiento vienen dadas tanto para el propio diagnstico de espondilodiscitis en

    sus fases iniciales, as como para el diagnstico diferencial del grmen causante [1].

    Esto conlleva a que el diagnstico tardo sea casi siempre la regla en la enfermedad,

    con el consecuente empeoramiento del pronstico.

    En 50 % de los casos coexisten focos pulmonares activos, lo que debe tenerse en

    cuenta en la profilaxis de los contactos en esta enfermedad [2].

    Se realiza un estudio retrospectivo y descriptivo de 11 casos, que pone en evidencia

    los problemas antedichos y se realiza posteriormente una actualizacin del tema

    mediante revisin de la literatura.

    ObjetivosDescribir las caractersticas clnicas, paraclnicas, teraputicas y evolutivas de 11

    casos de pacientes con el diagnstico de la enfermedad.

    Analizar las dificultades en el diagnstico y revisar la literatura actual sobre el tema.

    Material y mtodos

    Se realiza un estudio retrospectivo y descriptivo.

    La poblacin en estudio son los pacientes con diagnstico de Espondilodiscitis

    Tuberculosa internados en el Hospital de Clnicas desde el 1/1/1985 hasta el

    31/12/2007.

    Se confeccion un protocolo para la obtencin de datos que se adjunta.

    Se realiza una revisin de la literatura en libros de texto y artculos cientficos acerca

    del tema que se detallan al final.

    ResultadosLa razn hombre/mujer de la ocurrencia de la enfermedad fue de 6/5.

    Las edades al momento del diagnstico tuvieron una dispersin que va desde los 41

    hasta los 74 aos. La media de edad fue de 58,3 aos.

    Discriminando la media de edad por sexo, se obtuvieron resultados similares, siendo

    para las mujeres de 58,4 y para los hombres de 58,3 aos.

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    El sntoma inicial ms comn fue el dolor raqudeo, en 8 casos (73%).

    Otros sntomas iniciales fueron: repercusin general en 2 pacientes (18%) y

    tumoracin paravertebral con fiebre en 1(9%) (Figura 1)

    Figura 1

    Los sntomas neurolgicos se presentaron, en algn momento de la enfermedad, en

    7 casos (64%), presentando 3 de ellos signo-sintomatologa radculo-medular, 3

    medular aislada y 1 radicular aislada (Figura 2).

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    0

    0,5

    1

    1,5

    2

    2,5

    3

    Sintomas Neurolgicos

    Radculo medular

    Medular aislada

    Radicular aislada

    Figura 2

    La topografa raqudea de la infeccin fue por orden de frecuencia: dorsal en 5 casos

    (45%), lumbar en 4 (36%), cervical y dorso lumbar en 1 oportunidad cada uno (9%

    c/u) (Figura 3).

    Figura 3

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    De los factores favorecedores para la enfermedad, el ms prevalente fue el

    alcoholismo, en 6 pacientes (55%).

    La desnutricin previa se observ en 4 casos (36%), seguido del medio

    socioeconmico deficitario en 2(18%) y una paciente era portadora de insuficiencia

    renal severa en hemodilisis (9%) (Figura 4).

    Destacamos aqu y lo retomaremos en la discusin, la ausencia de pacientes

    portadores de VIH y de Diabetes Mellitus.

    Figura 4

    Un solo paciente tena el antecedente de contacto con un sujeto bacilfero.

    En cuanto a estudios imagenolgicos ms frecuentemente realizados se encuentra

    en primer lugar la Tomografa computada (TAC) de raquis que se llev a cabo en 10

    pacientes (91%), seguida por el centellograma seo en 6 (55%), la Radiografa (Rx)

    simple de raquis en 5 (45%) y la Resonancia nuclear magntica (RNM) raqudea en

    3 (27%), siendo la primera realizada en el ao 1997.

    De las 10 TAC realizadas, 7 fueron sugestivas de espondilodiscitis (70%), de las

    cuales 2 fueron informadas como probable etiologa tuberculosa (20%).

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    Las 3 tomografas restantes mostraban alteraciones no concluyentes con diagnstico

    de espondilodiscitis o sugerentes de otras afecciones como las neoplsicas (Figura

    5)

    Figura 5

    Las 3 RMN realizadas venan precedidas de TAC previas y todas fueron sugestivas

    de un proceso infeccioso, siendo solo una de ellas sugestiva de espondilodiscitis de

    causa tuberculosa.

    De los hallazgos de laboratorio destacamos: se realiz hemograma en 10 pacientes,

    8( 80 %) de los cuales presentaban anemia.

    Slo 2 presentaron una hipertrombocitosis que se describe como caracterstica.

    De 10 pacientes a los que se le practic VES, la mitad estaba por encima de 100

    mm en la primera hora. La determinacin de Protena C reactiva, que slo se utiliz

    en 3 pacientes arroj resultados patolgicos en el 100% de los casos.

    La glicemia estaba elevada (mayor a 1,10 g/l) en 4 de 10 pacientes (40%).

    Slo se realiz funcional y enzimograma heptico pre tratamiento a 5 pacientes, uno

    de los cuales presentaba alteraciones leves. En 6 de los 7 pacientes a los cuales se

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    le solicit proteinograma electrofortico, ste estaba alterado (85%), llamando la

    atencin la presencia de hipoalbuminemia en 6, que en ausencia de enfermedad

    heptica, renal o gastrointestinal es un ndice bastante fiel de desnutricin proteica.

    Era si, ms esperable la presencia de 5 pacientes con hipergama globulinemia

    policlonal en un proceso infeccioso crnico.

    Llama la atencin que slo en 3 historias consta haberse realizado PPD siendo

    negativo en todas ellas. La Rx de torax se practic a 8 pacientes, 5 de ellas fueron

    normales (63%) y 3 patolgicas (37%), una compatible con siembra miliar y 2 con

    patologa de vrtice pulmonar.

    Se realizaron estudios microbiolgicos a 10 de los 11 pacientes (91%).

    Solamente a 4 se le solicit baciloscopa en esputo siendo el 50% positivas.

    La obtencin de una muestra de la lesin raqudea para estudio se realiz por

    puncin bajo imagen tomogrfica en 6 pacientes y mediante ciruga a cielo abierto

    en 2 casos.

    En cuanto a los especialistas que intervinieron en la atencin de los pacientes, el

    mdico internista lo hizo en 10 ocasiones, seguido por traumatlogo, neurocirujano,

    neurlogo, hematlogo y nefrlogo en 9,7,3,2 y 1 oportunidad respectivamente

    (Figura 7).

    Figura 7

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    Del tem demoras dividimos 3 captulos:

    1) Demora entre el inicio de los sntomas y la primera consulta:

    9% menos de 1 mes; 36% entre 1 y 2 meses; 27% entre 2 y 3 meses

    y 27% ms de 3 meses (Figura 8).

    Figura 8

    2) demora entre el inicio de los sntomas y el inicio del tratamiento

    0% menos de 1 mes; 18% entre 1 y 2 meses; 27% entre 2 y 3 meses y 55 %

    ms de 3 meses (Figura 9).

    Figura 9

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    3) demora entre la consulta y el inicio del tratamiento

    45% menos de 1 mes; 36% entre 1 y 2 meses; 9% entre 2 y 3 meses y 9%

    ms de 3 meses (Figura 10).

    Figura 10

    El tratamiento se inici en forma emprica en 6 casos (55%) y confirmado en 5(45%).

    Las 3 drogas ms usadas fueron la Rifampicina, Isoniacida y Pirazinamida en 9

    ocasiones (en todos los pacientes en los que consta registro de medicacin),

    seguida del Etambutol en 5.

    Este ltimo se utiliz hasta el 2005 (tratamiento pautado). Carecemos de registro de

    tratamiento en 2 casos que fueron derivados a otros nosocomios.

    De las complicaciones del tratamiento, solo se hace mencin en 2 pacientes,

    sospechndose un pobre registro de las mismas. Uno present polineuropata

    dolorosa de MMII por isoniacida (paciente alcoholista que no recibi piridoxina) y el

    restante leucopenia, que oblig a suspender transitoriamente el tratamiento.

    En cuanto al tratamiento quirrgico de los enfermos, 2 requirieron neurociruga(18%)

    (en ambos el abordaje fue posterior) y 4 ciruga traumatolgica (36%) de los cuales 2

    fueron para estabilizacin de columna pero 2 fueron descompresivas 1 va anterior y

    la restante va posterior.

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    En cuanto a la evolucin, 8 presentaron curacin de la enfermedad (72%), 1

    falleci(9%) y de 2 pacientes (18%) no tenemos registro. De los que lograron la

    curacin, 6 presentaron secuelas (75%) y 2 no las tuvieron (25%).

    Revisin, discusin y comentarios.La Tuberculosis es una enfermedad re-emergente la cual viene en aumento en

    cuanto a su incidencia, sobre todo de las formas extra-pulmonares [3-4], lo que se

    vincula a varios factores como: la inmunodepresin vinculada tanto al VIH, como

    patologas o situaciones diferentes a l, citndose entre las ms importantes a la

    diabetes, disalimentacin, alcoholismo, hacinamiento as como a la mayor utilizacin

    de frmacos inmunosupresores.

    Nuestra serie registr un alto ndice de alcoholismo y desnutricin, destacando el

    valor fundamental del proteinograma electrofortico para la deteccin paraclnica de

    sta ltima, evidenciada por la constante presencia de hipoalbuminemia, con la gran

    sensibilidad encontrada como ya fuera comentado. Si bien la diabetes no era

    conocida previamente en ningn caso, se encontr una glicemia de ayuno alterada a

    40 % de los pacientes, por lo que creemos que haba previamente un infra

    diagnstico de la misma. Esto evidencia una falla en las medidas de prevencin

    primaria y de la atencin pre hospitalaria. Encontramos que la situacin socio

    econmico cultural del enfermo fue escasamente interrogada.

    La enfermedad es causada por un bacilo cido-alcohol resistente (BAAR),

    Mycobacterium Tuberculosis o Bacilo de Koch(BK), su trasmisin se produce casi en

    forma exclusiva, en la actualidad, por va aergena, siendo su reservorio humano y

    los sujetos infectantes todos aquellos que sean bacilferos. Fundamental aqu decir

    que solamente se realiz baciloscopa del esputo a 36% de los pacientes

    quedndonos con la duda de si el 64% restantes eran o no trasmisores de

    enfermedad, hecho crucial para la quimioprofilaxis y control epidemiolgico de la

    enfermedad. De las realizadas, el 50 % fueron positivas, lo que es acorde con la

    literatura.

    Una vez que se produjo la inhalacin del germen, se produce una reaccin

    inespecfica a nivel del parnquima pulmonar, que en la mayora de los casos es

    asintomtica o pasa casi inadvertida por ser un cuadro canalicular irritativo febril

    autolimitado. Esto dificulta el tener una nocin de contacto previa, si bien no es el

    nico factor ya que, revisando las historias, se evidencia un escaso y poco

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    minucioso interrogatorio acerca de dicho aspecto. Se produce casi en forma

    inmediata una diseminacin linfo-hemtica con colonizacin de los bacilos sobre los

    tejidos ms ricos en oxgeno, medio ms favorable para su crecimiento. De stos

    tejidos, destacan por su jerarqua los vrtices pulmonares, hueso, sobre todo

    columna vertebral, cerebro y riones. En aproximadamente 90-95% de los casos, el

    organismo logra controlar la infeccin, sin embargo quedan en los tejidos antes

    mencionados, bacilos quiescentes que, ante las situaciones de inmunodepresin

    antes mencionadas, pueden reactivarse generando enfermedad tuberculosa,

    tuberculosis de reactivacin o post-primaria, siendo ste el mecanismo patognico

    de la espondilodiscitis BK en la inmensa mayora de los casos. En los casos

    analizados solo 1 paciente padeci la enfermedad raqudea en el contexto de una

    micobacteriosis diseminada a forma de siembra miliar. El resto eran tuberculosis de

    re activacin, lo que est en concordancia con lo antedicho. La tuberculosis sea

    ocupa el segundo lugar luego de la ganglionar entre las formas de reactivacin extra-

    pulmonares. El sitio ms frecuente de afectacin sea es el raquis, sobre todo

    dorsal, lo que coincide con nuestro trabajo.

    Ante un cuadro sugestivo, rpidamente deben realizarse todos los esfuerzos, tanto

    desde el punto de vista clnico como paraclnico, para llegar al diagnstico con el fin

    de realizar un tratamiento correcto y precoz. El diagnstico diferencial no siempre es

    sencillo, llevando muchas veces al inicio tardo del tratamiento con consecuencias

    funcionales graves e irreversibles. En nuestra serie, este hecho fue muy frecuente

    con 72 % de pacientes con secuelas neurolgicas al alta hospitalaria. Los datos

    aportados en los resultados son elocuentes y no necesitan ser repetidos aqu, en

    cuanto a la demora que acontece entre el inicio del tratamiento y el primer sntoma

    as como la primera consulta. La dificultad diagnstica estriba tanto en la

    inespecificidad de los elementos, tanto clnicos como paraclnicos.

    En el aspecto clnico, suelen ser cuadros de evolucin arrastrada, que comienzan

    con sntomas inocentes como dolores raqudeos minimizados por el propio

    paciente o el mdico, tratados por perodos prolongados con analgsicos comunes,

    hecho que queda patente en la demora analizada entre la aparicin del primer

    sntoma y la primera consulta mdica. Subrayamos aqu que ms de la mitad de los

    pacientes demoraron ms de 2 meses en realizar la primera consulta y ninguno

    consult antes del primer mes desde la aparicin del primer sntoma.

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    El cuadro toxi-infeccioso puede no ser evidente al inicio o incluso en etapas

    avanzadas. Los elementos clsicos, descritos como caractersticos de enfermedad

    tuberculosa: fiebre a predominio nocturno o vespertino con sudoracin profusa,

    adelgazamiento y otros pueden estar ausentes y no son especficos aunque si

    orientadores. Tal hecho qued reflejado en el anlisis de nuestros datos. La

    ausencia de nocin de contacto previa con sujetos infectados por BK o de

    enfermedad tuberculosa previa es, en muchos casos, la regla por lo que de ninguna

    forma debe hacer alejar el planteo. La presencia de factores predisponentes, como

    los ya expuestos, para enfermedad tuberculosa debe siempre hacernos sospechar

    el diagnstico. La presencia de una puerta de entrada para diseminacin

    hematgena de grmenes inespecficos, sea a nivel cutneo, genitourinario u otras

    aboga a favor de una etiologa inespecfica, no siendo tampoco un hecho absoluto.

    La no respuesta a un tratamiento antibitico correctamente instaurado para

    grmenes inespecficos, es un argumento a favor de infeccin tuberculosa y

    actualmente y lamentablemente, es uno de los elementos que ms peso diagnstico

    tiene, lo que es inaceptable ya que genera una demora no admisible para el

    comienzo del tratamiento.

    Este punto era difcil de cuantificar en la serie analizada, pero s podemos decir que

    en gran cantidad de casos, los pacientes vivieron la situacin antedicha. Este fue

    uno de los factores que influyeron para que 36 % de los pacientes de la serie

    sufrieran un retraso de entre 1 y 2 meses entre que consultaron y se les comenz el

    tratamiento. De todas formas, en casi la mitad de los casos el tratamiento se

    comenz en menos de 1 mes desde la consulta.

    En cuanto a la paraclnica, en los parmetros de laboratorio, ambos pueden cursar

    con anemia, generalmente normoctica normocrmica por el mecanismo de las

    enfermedades inflamatorias crnicas. La anemia fue un hallazgo casi constante en

    nuestros pacientes, no pudiendo discriminar su tipo por un regular registro en la

    historia clnica. La presencia de trombocitosis, sobre todo si es intensa, debe

    hacernos sospechar BK, no siendo un parmetro especfico pero si sugestivo [1].

    Slo en 2 pacientes la encontramos elevada, lo que pone en evidencia que su

    sensibilidad es baja para el diagnstico. La elevacin de los leucocitos a predominio

    polimorfonuclear en sangre, es ms caracterstica de etiologas inespecficas pero

    puede verse en el BK y no debe nunca descartar el diagnstico. Una elevacin

    importante de la VES, incluso por encima de 100 mm/h es comn y se vio en el 50 %

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    de los casos de nuestra serie. Misma consideracin merece la protena C reactiva

    cuya elevacin fue constante pero se le practic solo a 3 pacientes. Creemos se

    debe prodigar ms su utilizacin. Cabe recordar que la misma no suele elevarse en

    forma significativa en los procesos neoplsicos tanto primarios como secundarios del

    raquis y que pueden simular el cuadro de Mal de Pott.

    Tambin recordar el valor de la misma en el seguimiento, con un descenso ms

    precoz que la VES ante una buena respuesta. Lamentablemente, tanto la VES como

    la PCR pueden elevarse en forma significativa en las espondilodiscitis a germen

    inespecfico, por lo que tampoco son datos categricos. Destacamos aqu que slo

    se le realiz funcional y enzimograma heptico a 5 paciente, sabiendo que las

    drogas antituberculosas son hepatotxicas y mxime tomando en cuenta el alto

    ndice de alcoholismo encontrado. La negatividad de los hemocultivos no descarta la

    etiologa inespecfica si bien su positividad aboga fuertemente a favor de ella.

    No es inhabitual, sobre todo en inmunodeprimidos tanto VIH como no VIH, un

    resultado no significativo en la intradermoreaccin de Mantoux o prueba

    tuberculnica, an en presencia de infeccin tuberculosa.

    Puede repetirse la prueba a los 7 das si fue negativa, buscando el efecto Booster,

    teniendo valor similar su positividad a la positividad inicial de la misma [5-1.] En

    Uruguay se considera que la prueba de la tuberculina es positiva si se produce una

    induracin, a las 48-72 hs. de al menos 10 mm. sta es dudosa si la induracin est

    entre 5 y 10 mm, y negativa si es menor a 5 mm [1-5-6]. La prueba tuberculnica indica

    infeccin, pero no necesariamente enfermedad tuberculosa, por lo que no asegura el

    carcter especfico de la espondilodiscitis, si bien es muy sugestiva.

    Lamentablemente como vimos en los datos que arroj nuestra serie, su prctica no

    es la regla, pues a pesar de su poca sensibilidad, su positividad obliga a seguir

    profundizando en el estudio tanto con fines teraputicos como epidemiolgicos. Es

    importante tambin el concepto de viraje de la prueba. ste considera significativos,

    aumentos de la induracin en 6 mm o ms con respecto a una prueba previa

    negativa realizada 2 meses antes [6].

    El estudio imagenolgico de eleccin es la Resonancia Nuclear Magntica(RNM). Se

    han buscado parmetros imagenolgicos diferenciales entre los producidos por

    grmenes especficos y no especficos. Se encontr que son parmetros sugestivos

    de infeccin por BK el compromiso con realce heterogneo del cuerpo vertebral, la

    presencia de abscesos intra seos con realce heterogneo, as como el escaso

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    compromiso discal (estructura con bajo tenor de oxgeno). Los abscesos

    extraseos, como el caracterstico absceso osifluente son tambin muy frecuentes y

    pasibles de ser puncionados para obtencin de muestras. Son parmetros

    sugestivos de bacterias inespecficas, la destruccin intensa del disco con

    compromiso de cuerpos vertebrales en sectores peridiscales as como el realce

    homogneo con contraste.

    Sin embargo, los estudios reconocen que la mayora de los hallazgos

    imagenolgicos son comunes a ambas infecciones [7], lo que hace imposible

    asegurar o descartar el diagnstico con ste estudio en forma aislada. Los procesos

    neoplsicos pueden, en ocasiones, confundirse imagenolgicamente con los

    cuadros antedichos.

    La TAC de raquis tuvo un aceptable rendimiento en cuanto a la prediccin de una

    patologa infecciosa, siendo pocos los casos en los cuales la misma informa

    probable etiologa BK.

    Del resto de los estudios de imagen que se le realizaron a los pacientes de nuestro

    estudio, destacamos que, si bien el centellograma seo mostr en todos los casos

    alteraciones, en todos fue inespecfico por lo que creemos que su utilidad en esta

    patologa es discutible.

    La Rx de raquis puede ser una tcnica complementaria, siendo muchas veces

    patolgica pero generalmente inespecfica.

    La certeza diagnstica etiolgica viene dada por por el estudio bacteriolgico. Por

    tanto es lo ms importante y no debe retrasarse su realizacin. Es obligatorio la

    realizacin de baciloscopas del esputo si el paciente expectora, pero slo 50%

    tienen focos pulmonares activos coexistentes. Como ya dijimos, en los pacientes

    estudiados es inaceptable la escasa solicitud de dicho estudio. Si se sospecha un

    foco pulmonar por la radiografa o la clnica pero el paciente no expectora, puede

    inducirse el esputo con suero salino hipertnico [5-6]. O si hay alta sospecha, se llega

    incluso a la realizacin de lavado bronquiolo alveolar para la obtencin de muestras.

    Este aspecto es fundamental ya que determina la necesidad de aislamiento o no del

    enfermo as como del estudio de sus contactos. Son obligados los hemocultivos para

    la deteccin de grmenes inespecficos, siendo excepcional hallar Bacilo de Koch en

    sangre, por lo que su bsqueda en ella no es de rutina salvo en el contexto de una

    micobacteriosis diseminada [3], hecho inhabitual en la espodilodiscitis BK (slo 1

    caso de nuestra serie).

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    Las muestras bacteriolgicas en las espondilodiscitis, suelen requerir medidas

    invasivas para su obtencin. La puncin guiada bajo TAC es una tcnica

    mnimamente invasiva con poco ndice de complicaciones en manos expertas,

    pudiendo obtenerse material de la propia vrtebra, del disco o de abscesos

    paravertebrales en caso de existir. El proceso infeccioso puede adems,

    diseminarse por continuidad a travs de la musculatura paravertebral generando

    abscesos de partes blandas superficiales de los cuales es obligada la obtencin de

    muestras. Este ltimo hecho se dio solo en 1 paciente, siendo las colecciones

    superficiales estudiadas, obtenindose un resultado negativo. Este punto es

    fundamental y creemos debe ser un de los principales conceptos de ste artculo: Se

    debe preconizar la rpida realizacin de la puncin guiada bajo TAC ya que es el

    elemento de mejor rendimiento diagnstico si se realiza adecuadamente. No debe

    diferirse por ser un estudio invasivo ya que los potenciales beneficios superan a sus

    riesgos, si bien debe valorarse cada caso individualmente dado que tiene

    contraindicaciones absolutas y relativas.

    Aunque solo se realiz este procedimiento a 6 de los 11 pacientes, en los ltimos

    tiempos, el uso de sta tcnica es cada vez ms frecuente, y en algunos de los que

    no se realizaron fue por haberse obtenido previamente muestras de un acto

    quirrgico. Igualmente destacamos que no solo debe ser precoz su realizacin sino

    tambin adecuada en cuanto a su tcnica ya que vimos que en slo 2 de 6 pacientes

    se confirm la presencia de micobacterias por dicho estudio.

    La inestabilidad de columna, la no respuesta a tratamiento antibitico y la

    compresin medular hacen necesaria la intervencin quirrgica, eventualidad en la

    cual deben obtenerse muestras para estudio como fue dicho.

    Cualquier material obtenido, sea de puncin o muestra quirrgica, debe se enviado

    para estudio bacteriolgico y antomopatolgico. En ste ltimo cabe recordar que la

    presencia de granulomas caseosos son casi patognomnicos, aunque no con

    especificidad de 100 %, de tuberculosis [3]. El estudio bacteriolgico consiste en

    mtodos directos as como tcnicas de cultivo y deteccin. El estudio directo debe

    incluir tincin de Gram en busca de grmenes inespecficos siendo los ms

    frecuentes el Estafilococo Aureus seguido de Escherichia Coli cuando la infeccin

    es a grmenes inespecficos. Se realizar tincin por tcnica de Ziehl Neelsen en

    bsqueda de BAAR, cuya sensibilidad depende de la concentracin bacilar en la

    muestra, en general baja, siendo la especificidad cercana al 100%. Aqu es

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    importante destacar que cuanto mayor sea el volumen de material a examinar,

    mayor chance de encontrar bacilos.

    De estar disponibles se pueden realizar tinciones diferentes para aumentar la

    sensibilidad diagnstica, por ejemplo la de Auramina Rodamina, siendo la

    especificidad similar [1-6]. Recordamos que las mycobacterias atpicas tambin

    pueden mostrarse como BAAR lo que hace que la especificidad de las pruebas

    directas no sea del 100 %, sin embargo su localizacin sea es excepcional y se dan

    en el contexto de inmunodepresin severa. Los cultivos deben realizarse en medios

    enriquecidos para grmenes inespecficos as como en medio de Lowenstein

    Jensen, para BK, siendo la especificidad del 100% con una sensibilidad elevada de

    80 a 85%, con el gran inconveniente de la demora en la obtencin de resultados

    definitivos dadas las caractersticas microbiolgicas de crecimiento del bacilo.

    Puede obtenerse un cultivo positivo desde la 3-4 semana y no se informa como

    negativo definitivo hasta la semana 8 [6], por lo que en casos con deterioro

    neurolgico o progresividad de la sintomatologa, su utilidad es limitada. El valor del

    mismo es igualmente indiscutible desde el punto de vista epidemiolgico para la

    confirmacin del caso as como para el estudio de la resistencia de la bacteria a los

    quimioterpicos, hecho an poco habitual en nuestro pas pero que representa un

    gran problema en otros medios. Para franquear esta dificultad temporal, que

    conllevara un retraso inaceptable del tratamiento, se desarrollaron mtodos

    indirectos, de deteccin del BK.

    El mtodo radiomtrico BACTEC se basa en la incorporacin de la muestra obtenida

    a un medio lquido el cual posee cido palmtico radiomarcado con C14. El cido

    palmtico es incorporado a la pared de las micobacterias en replicacin, liberndose

    el C14 radiactivo, sta radiacin es la que se mide pudiendo confirmar el diagnstico

    en 1 a 2 semanas. El resultado se informa como positivo apenas se detecte y como

    negativo, luego de 42 das de cultivo sin deteccin [1-3-6]. En ste sentido acotamos

    que solamente en un paciente se aplic ste mtodo, siendo positivo cuando el

    estudio directo haba sido negativo lo que aport la clave diagnstica. Vale decir

    aqu que ste estudio de laboratorio est disponible en el pas.

    Existe otro mtodo de deteccin, de menor utilizacin por su alto costo, con

    sensibilidad variable de acuerdo a los estudios pero con especificidad cercana al

    100%, as como mucho mayor celeridad diagnstica, que es la amplificacin del

    genoma de M. Tuberculosis mediante reaccin en cadena de polimerasa (PCR). Su

    uso no est actualmente estandarizado en nuestro pas [5-6]. La especificidad esta

  • Arch Inst Neurol 2011; 14(2)

    tcnica de biologa molecular aumenta al 100% si se realiza PCR nested (anidada)

    donde se utilizan 2 pares de cebadores, uno externo y otro interno. La sensibilidad

    es tambin mayor con esta tcnica dado que la primer reaccin, llevada a cabo por

    los cebadores externos, amplifica la cantidad de material genmico a secuenciar con

    el segundo par de cebadores (internos) que se utilizan en un segundo tiempo. Su

    uso tendr un valor fundamental en un futuro dadas las grandes ventajas expuestas.

    El estudio antomo patolgico de la muestra es fundamental por la frecuente

    disyuntiva diagnstica entre Mal de Pott y neoplasias seas cuyo tratamiento y

    pronstico son radicalmente diferentes.

    En Uruguay, el tratamiento antituberculoso est pautado y supervisado por la

    Comisin Honoraria de Lucha Antituberculosa (CHLA). Este est indicado ante todo

    caso confirmado de tuberculosis, considerndose como tal aquel en el cual fue

    detectado el bacilo, sea por estudio directo y/o cultivo, del material obtenido para

    estudio bacteriolgico [3]. La deteccin de granulomas caseosos no confirma la

    enfermedad tuberculosa. Existe un grupo de pacientes, entre los cuales se

    encuentran frecuentemente los portadores de espondilodiscitis BK, donde los

    estudios bacteriolgicos son negativos o el cuadro clnico progresa de tal forma que

    pone en riesgo la vida o funcionalidad del enfermo, no pudiendo esperar a confirmar

    el caso, en el cual se justifica el inicio del tratamiento quimioterpico emprico [3].

    Esta decisin debe ser siempre tomada en consulta con mdico especializado de la

    CHLA y luego de una cuidadosa evaluacin epidemiolgica, del cuadro clnico y

    paraclnico. En sta eventualidad se trata de un caso no confirmado.

    El objetivo del tratamiento es asistencial del enfermo (evitar la muerte logrando la

    curacin y eliminacin de todos los bacilos del organsimo adems de evitar o

    minimizar secuelas) as como epidemiolgico (eliminar fuentes de infeccin y

    prevenir la aparicin de cepas quimiorresistentes). La espondilodiscitis BK, junto a la

    meningoencefalitis BK tienen la peculiaridad de requerir un tratamiento ms

    prolongado que las otras formas de tuberculosis, incluso en los sujetos

    inmunocompetentes. Consta de 2 fases, la primera intensiva, de 2 meses de

    duracin que incluye la utilizacin de 3 drogas combinadas: Isoniacida (INH) 5

    mg/kg/dia(mximo 300 mg), Rifampicina 600 mg/da en sujetos que pesan ms de

    50 kg y 450 mg/da si el peso es menor de 50 kg y Pirazinamida a dosis de 2g/da en

    sujetos que pesan ms de 60 kg y 1,5g/da si pesan menos de 60 kg. Las drogas

    son provistas por la CHLA y se deben ingerir por va oral en la maana antes del

  • Arch Inst Neurol 2011; 14(2)

    desayuno. El fundamento de la utilizacin de poliquimioterapia es la de atacar a

    todas las poblaciones bacilares, tanto de crecimiento rpido como lento, as como de

    evitar resistencia inicial al tratamiento. No debe olvidarse el agregado de piridoxina

    para prevenir la polineuropata por INH la cual es frecuente y sospechamos que

    muchas veces infravalorada o no buscada. Este hecho se vio reflejado en nuestro

    anlisis como fue ya expuesto.

    La segunda fase es tambin diaria y su duracin de 7 meses, constando de una

    combinacin de 2 drogas Isoniacida a las dosis sealadas y Rifampicina a las

    mismas dosis antes expuestas [3]. La indicacin de tratamiento quirrgico de la

    afeccin es discutida, no habiendo estudios de diseo ptimo que concluyan las

    indicaciones absolutas [8], siendo los criterios ms aceptados, la presencia de dficit

    neurolgico progresivo a pesar del tratamiento mdico, inestabilidad del raquis o

    ausencia de diagnstico etiolgico [9-10]. La va de abordaje debera ser en todos los

    casos anterior, ya que es excepcional el compromiso del arco posterior de la

    vrtebra en sta enfermedad [10]. En caso de abordaje posterior, al compromiso

    inicial del cuerpo por la infeccin, se le agrega el compromiso del sector vertebral

    posterior por la ciruga con gran riesgo de inestabilidad raqudea. En este sentido

    acotamos que en las 2 neurocirugas realizadas, el abordaje fue precisamente

    posterior quiz por la no sospecha diagnstica previa, lo que se debe tener en

    cuenta para la actuacin en el futuro. De todas formas, stos pacientes fueron en

    nuestro trabajo, ms frecuentemente operados por traumatlogos con fines sobre

    todo de estabilizacin de columna.

    En ltimo lugar queremos recordar la poca participacin que hubo de neurlogos en

    los casos examinados.

    Conclusiones.

    La espondilodiscitis tuberculosa constituye un desafo diagnstico.

    Nuestra serie y la revisin realizada muestran una importante demora diagnstica.

    Se debe tener un alto ndice de sospecha acerca de la enfermedad dada la

    inespecificidad de sus sntomas. Debemos, adems, racionalizar y jerarquizar los

    estudios paraclnicos a solicitar, sin retrasar las medidas invasivas para la toma de

    muestras microbiolgicas en los casos sospechosos.

  • Arch Inst Neurol 2011; 14(2)

    Con las medidas antedichas es esperable una mayor rapidez para iniciar el

    tratamiento especfico y disminuir la mortalidad y el alto ndice de secuelas

    observadas.

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