Esperanza Aguirre en la presentación del libro de Percival Manglano

7/29/2019 Esperanza Aguirre en la presentacin del libro de Percival Manglano

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PALABRAS DE LA PRESIDENTA

DEL PARTIDO POPULAR DE

MADRID EN LA PRESENTACIN

DEL LIBRO DE PERCIVAL

MANGLANO: PISANDO

CHARCOS. INCENTIVOS PARA

REGENERAR LA POLTICA

ESPAOLA

(Madrid, 20 de marzo de 2013)

Querida y admirada Ymelda

Navajo, Directora de La Esfera de

los Libros,

Querido y admirado John Mller,

Querido autor de pisando

charcos, querido Percival,

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Seoras y seores,

Un poltico espaol que escribe

un libro! Y un poltico espaol que

escribe un libro en el que se

entiende todo! Estas dosexclamaciones positivas son lo

primero que puede decirse ante este

Pisando charcos, que hoy tengo la

oportunidad y el honor de presentar,

junto a mi amigo John Mller, que

no slo es un sensacional periodista

especializado en economa, sinoque, adems, es uno de los pocos

periodistas espaoles que es liberal

de verdad.

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Pues s, es una estupenda

sorpresa en la vida poltica espaola

que un poltico le quite el capuchn

a la pluma y escriba y haga pblicas

sus opiniones. (Lo del capuchn y la

pluma ya se entiende que es

metafrico porque puedo suponer

que lo que ha hecho Percival es

ponerse a la tecla de su ordenador).Luego se podr estar de acuerdo

o no con l en todo o en parte, pero

el mrito de haber elaborado sus

ideas por escrito y haberlas hecho

pblicas ya no se lo puede quitar

nadie.

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El mrito y el valor. Porque ya se

sabe que el que expone se

expone. Y al exponer sus opiniones

no cabe duda de que Percival se ha

expuesto.

Hay que tener en cuenta que,

con el sistema de partidos que hoy

tenemos en Espaa, exponer unaopinin lleva consigo el riesgo de

que a los que mandan en el partido

no les guste, y el valiente que ha

expuesto su opinin puede quedar

apartado de las listas electorales y

ver frenada as su carrera poltica.

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Por eso, lo primero que hay que

hacer ante este libro, adems de

felicitar a Percival por haberlo

escrito, es reconocerle un indudable

mrito y un incontestable valor.

Pisando charcos no es, ni

pretende serlo, un libro doctrinal ni

un tratado acerca delfuncionamiento de los partidos

polticos ni un estudio detallado y

articulado acerca de los males de

nuestra Patria, Espaa.

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Parte de una experiencia que

compartimos todos: el sistema

poltico que hoy tenemos en Espaa

cada vez resulta ms insatisfactorio

para cada vez ms ciudadanos.

En este sentido, Pisando

charcos podra unirse a la ya

abundante literaturaregeneracionista que est surgiendo

en los ltimos meses. Pienso en

libros, como el de Gaspar Ario que

tuve la oportunidad de presentar, o

el de Santiago Muoz Machado

(Informe sobre Espaa).

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O en manifiestos como el que

promueve Ignacio Camuas. O en

multitud de artculos que preconizan

cambios sustanciales en nuestra

vida poltica.

La respuesta que Percival a losproblemas que se plantea en su

libro es mucho vehemente y

combativa. l habla de la poltica

desde su experiencia de militante de

base. Que es lo que sigue

considerndose, a pesar de haber

ocupado un cargo de la mximaresponsabilidad en la Comunidad de

Madrid: Consejero de Economa y

Hacienda.

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Y, como militante de base

deseoso de cambiar lo que funciona

mal o no funciona, l habla de la

poltica con una ilusin y un

entusiasmo que espero que no le

moleste si los califico de juveniles,

porque las reformas que le parecen

imprescindibles quiere que se

pongan en marcha cuanto antes. Yeste entusiasmo y esta energa que

se respiran en todas las pginas del

libro, creo que son uno de sus

aspectos ms positivos.

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Y lo mejor del libro de Pecival es

justo eso, que demuestra que quiere

meterse en jaleos, que no le importa

lo que piensen los veteranos gures

de la poltica, porque l tiene claro

que o cambiamos ahora o los

ciudadanos nos van a castigar

duramente en las urnas y con el

desprecio que pueden acabardedicndonos a todos los polticos.

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Hay que decir, adems, que

Percival no se lanza a criticar la

actual forma espaola de organizar

la vida poltica sin tener una brjula

que le ayude a dirigir sus

pensamientos y sus anlisis. l lo

confiesa desde las primeras

pginas: Se define como un liberal y

esa definicin le lleva a tenersiempre muy claro que, en todo

caso, hay que esforzarse por limitar

el poder del Estado.

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El dato que incluye en el libro de

que desde 1978 hasta 2008 las

diversas administraciones espaolas

han producido 700.000 pginas de

nuevas regulaciones, y que, en este

momento, tenemos ms de 100.000

leyes vigentes nos da una idea muy

precisa de hasta qu punto el

Estado se ha hecho omnipresenteen la vida de los ciudadanos. Y

Percival tiene claro que todas las

reformas tienen que ir en la

direccin de buscar, en la medida de

lo posible, reducir esa

omnipresencia del Estado.

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Esa brjula liberal que gua la

obra de Percival le lleva en todo

momento a reivindicar al ciudadano

frente al Estado, a la libertad frente

a la regulacin, a la liberalizacin

frente a la intervencin. Y tengo que

decir que yo tambin comparto esa

brjula y ese afn por reducir el

peso del Estado y por dar mayorlibertad y autonoma a los

ciudadanos, frente a los polticos.

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Es muy buena y significativa la

frase de Clint Eastwood,

pronunciada en la ltima convencin

republicana de agosto de 2012, que

recoge en el libro: este pas es

nuestro (de los ciudadanos), no

es de los polticos. Los polticos

son nuestros empleados.

Y cules son los cambios que

propugna el libro de Percival para

regenerar la vida poltica espaola?

El primero y principal es acercar los

representantes a los representados.

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Y para eso propone acabar con

las listas cerradas, lo que permitira

un control mucho mayor de los

polticos por parte de los ciudadanos

que los han votado y que tienen que

volver a votarles. No puede ser que,

como ahora, al nico elector al que

tienen que dar cuenta los cargos

pblicos sea al jefe del partido quele ha puesto en la lista en puesto de

salida. Ni que la disciplina de partido

sea un valor supremo en nuestra

vida poltica.

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En esto no puedo estar ms de

acuerdo con Percival, al que, como

a m, le gusta la poltica entendida al

modo anglosajn, con

circunscripciones uninominales. Por

cierto, que un buen amigo, un buen

periodista ingls, que ha ledo el

libro, me ha hecho llegar su

conviccin de que si Percival fuerabritnico ya sera o estara a punto

de ser MP.

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Por su valenta a la hora de dar

sus opiniones y por ese afn de

escuchar a los ciudadanos, que

queda de manifiesto en este libro,

virtudes que los ingleses valoran

enormemente y que a m me

gustara que tambin los espaoles

valoraran.

Percival tambin propone que la

seleccin de los candidatos que los

partidos presentan en los distintos

procesos electorales sea hecha por

medio de primarias dentro de los

partidos.

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Es un sistema que funciona en

Estados Unidos y que funciona bien,

y que aqu no siempre ha dado

buenos resultados, pero que, desde

luego, valdra la pena explorar para

democratizar y abrir la discusin

ideolgica y poltica dentro de los

partidos.

Otra de las propuestas de

Percival con la que estoy de

acuerdo es con acabar con las

subvenciones pblicas a los partidos

polticos. y con hacerla

absolutamente transparente.

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Como pasa en Estados Unidos.

As se acabara con mucho

oscurantismo, con mucha hipocresa

y con muchas tentaciones para caer

en la corrupcin.

Tambin estoy de acuerdo con elcarcter de contrato con los

ciudadanos que tienen el programa

electoral y las promesas que se

hacen durante las campaas.

Controlar los habituales

incumplimientos sera una de las

funciones de un nuevo sistemaelectoral en el que los ciudadanos

controlen ms y mejor a sus

representantes.

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Como tambin coincido con

Percival en sus crticas al PSOE,

sobre todo por la deriva de sumisin

y seguidismo de los socialistas en

relacin con los nacionalismos

perifricos. Unas crticas hechas conuna garra, una vehemencia y un

acierto admirables.

Y como no todo van a ser

acuerdos, y como algunos, con no

muy buena intencin, han dado en

decir que Percival ha escrito este

libro mano a mano conmigo,tambin tengo que apuntar algunas

opiniones del libro con las que estoy

en desacuerdo.

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Por ejemplo, en su crtica a los

mejores. Yo s creo que los mejores

deben ser los que los ciudadanos

elijan pero estoy segura de que los

ciudadanos preferirn que sus

representantes sean unas personas

que han demostrado que saben

ganarse la vida al margen de la

poltica. Y an los preferirn ms sisaben que estar en poltica les

supone un cierto sacrificio

econmico.

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Como tampoco estoy de acuerdo

con su crtica a los funcionarios y a

la condicin de vitalicio del empleo

pblico. Este es un asunto al que se

le han dado muchas vueltas desde

finales del siglo XIX, y en Espaa se

haba llegado a una solucin ms

que aceptable. Ser funcionario tena

sus ventajas y sus inconvenientespara el que elega serlo. Y tena

muchas ventajas para la

Administracin del Estado.

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Entre los inconvenientes para el

que quera ser funcionario estaban

los aos de dura preparacin de

unas oposiciones, que no siempre

se sacaban, y el moderado sueldo

que iba a tener el resto de su vida,

siempre inferior al que tenan sus

colegas de similar categora

profesional en la actividad privada.

La ventaja para el funcionario era

el empleo vitalicio.

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Y la gran ventaja para el Estado

era contar con unos empelados que

haban demostrado ms capacidad

que el resto de sus colegas y una

alta preparacin, y que, adems,

eran absolutamente neutrales desde

el punto de vista poltico, lo que

garantizaba una muy deseable

continuidad de las instituciones antelos cambios electorales.

Pocos y buenos funcionarios,

bien seleccionados, son una

estupenda garanta de correcto

funcionamiento del Estado.

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Y mi experiencia de muchos

aos de funcionaria me ha

demostrado que los funcionarios

que entraron por oposicin libre,

dura y pblica han dado siempre un

magnfico resultado al Estado. Y son

escassimos los casos de

funcionarios que han dejado de

trabajar con dedicacin y con altacompetencia por el hecho de tener

el sueldo asegurado.

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Es verdad que las presiones

sindicales han rebajado

enormemente las exigencias para

alcanzar la condicin de funcionario,

y que ya casi nunca hay oposiciones

como Dios manda. El ejemplo de las

recientes oposiciones a Maestro en

la Comunidad de Madrid, que ahora

conocemos, es un buen ejemplo delo que digo.

Como tambin es verdad que las

administraciones autonmicas han

hecho crecer de forma desmesurada

el nmero de funcionarios.

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Pero todo esto no quita para que,

con las reformas en la Funcin

Pblica que sean pertinentes, la

existencia de unos cuerpos de

funcionarios, pocos y buenos, sea

un bien para el Estado.

Seoras y seores, querido

Percival,

Les he hecho un resumen de

algunas de las propuestas que

encierra este libro, escrito con una

pasin y una frescura admirables.

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Hay muchas ms, como la de

acometer la reforma del sistema de

pensiones, o la de limitar la

concesin de indultos, o la de

revisar la financiacin autonmica.

Pero para descubrirlas lo que tienen

que hacer ustedes es leer el libro,

que, adems, est muy bien escrito,

es muy ameno y est lleno deancdotas personales de Percival, lo

que le da una vivacidad especial.

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Y termino como empec,

felicitando a Percival por haber

tenido el coraje y la valenta de

escribir este libro que pone el dedo

en la llaga de muchos de los

problemas y de los defectos de

nuestra vida poltica actual.

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Creo que la idea central del libro,

el leit-motiv fundamental, puede ser

compartido por muchos: hay que

regenerar la vida poltica espaola, y

muchas de las propuestas de

Percival tambin creo que pueden

ser suscritas por una gran mayora

de los que vivimos la poltica

espaola y queremos los mejor paraEspaa y los espaoles.

Enhorabuena, Percival! Y

muchas gracias a ustedes.

Esperanza Aguirre en la presentación del libro de Percival Manglano

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