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Esperando Mi Milagro Hermana Lorena de Ochoa Guatemala, 22 de febrero del Año De La Revelación www.ebenezer.org.gt 1 En cada reunión que Dios nos permite tener para buscar Su rostro y poderle alabar y adorar; de alguna forma también llegamos para esperar un milagro, quizá estamos necesitados de sanidad, tenemos un problema familiar, económico, etc., si tenemos esperanza en el Señor, El obrará a nuestro favor. Mateo 8:23-26 (LBA) Cuando entró Jesús en la barca, sus discípulos le siguieron. 24 Y de pronto se desató una gran tormenta en el mar, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús estaba dormido. 25 Y llegándose a Él, le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 26 Y Él les dijo : ¿Por qué estáis amedrentados, hombres de poca fe? Entonces se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. Las pruebas llegan a nuestra vida precisamente para que seamos probados respecto a todo lo que hemos recibido de Dios, porque si hemos estado aprendiendo constantemente por medio de Sus ministros, también llega el momento en que debemos constatar si hemos aprendido. Mateo 9:19-22 (LBA) Y levantándose Jesús, lo siguió, y también sus discípulos. 20 Y he aquí, una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 21 pues decía para sí: Si tan sólo toco su manto, sanaré. 22 Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado. Y al instante la mujer quedó sana. Cuando nos acerquemos a Dios, debemos hacerlos con la convicción que no regresaremos igual de como llegamos, porque el que se acerca a Jesús con fe de recibir lo que necesita; desprende de El virtud. Salmos 40:1 (LBA) Al SEÑOR esperé pacientemente, y El se inclinó a mí y oyó mi clamor. Quizá hemos estado esperando mucho tiempo la sanidad que hemos buscado por muchos lugares y nadie nos ha podido resolver el problema porque es Dios el que sana, El es especialista en imposibles. Mateo 14:28-31 (LBA) Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas. 29 Y Él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30 Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo : Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste? El Apóstol Pedro le pidió a Dios que diera la orden para poder caminar sobre lo imposible y empezó a caminar, pero dudó y eso hizo que empezara a hundirse. Si Dios nos llama a que caminemos sobrenaturalmente, no dudemos porque la duda no es de Dios, la duda llega para hacernos menguar y que fallemos; cuando sintamos que las fuerzas nos faltan, es el momento de clamar a Jesús y las fuerzas volverán porque El no dejará que nos hundamos en ningún problema. Marcos 6:38 (LBA) Y Él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id y ved. Y cuando se cercioraron le dijeron : Cinco, y dos peces.

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En cada reunión que Dios nos permite tener para buscar Su rostro y poderle alabar y adorar; de alguna forma también llegamos para esperar un milagro, quizá estamos necesitados de sanidad, tenemos un problema familiar, económico, etc., si tenemos esperanza en el Señor, El obrará a nuestro favor. Mateo 8:23-26 (LBA) Cuando entró Jesús en la barca, sus discípulos le siguieron. 24 Y de pronto se desató una gran tormenta en el mar, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús estaba dormido. 25 Y llegándose a Él, le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 26 Y Él les dijo : ¿Por qué estáis amedrentados, hombres de poca fe? Entonces se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. Las pruebas llegan a nuestra vida precisamente para que seamos probados respecto a todo lo que hemos recibido de Dios, porque si hemos estado aprendiendo constantemente por medio de Sus ministros, también llega el momento en que debemos constatar si hemos aprendido. Mateo 9:19-22 (LBA) Y levantándose Jesús, lo siguió, y también sus discípulos. 20 Y he aquí, una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 21 pues decía para sí: Si tan sólo toco su manto, sanaré. 22 Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado. Y al instante la mujer quedó sana. Cuando nos acerquemos a Dios, debemos hacerlos con la convicción que no regresaremos igual de como llegamos, porque el que se acerca a Jesús con fe de recibir lo que necesita; desprende de El virtud. Salmos 40:1 (LBA) Al SEÑOR esperé pacientemente, y El se inclinó a mí y oyó mi clamor. Quizá hemos estado esperando mucho tiempo la sanidad que hemos buscado por muchos lugares y nadie nos ha podido resolver el problema porque es Dios el que sana, El es especialista en imposibles. Mateo 14:28-31 (LBA) Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas. 29 Y Él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30 Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo : Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste? El Apóstol Pedro le pidió a Dios que diera la orden para poder caminar sobre lo imposible y empezó a caminar, pero dudó y eso hizo que empezara a hundirse. Si Dios nos llama a que caminemos sobrenaturalmente, no dudemos porque la duda no es de Dios, la duda llega para hacernos menguar y que fallemos; cuando sintamos que las fuerzas nos faltan, es el momento de clamar a Jesús y las fuerzas volverán porque El no dejará que nos hundamos en ningún problema. Marcos 6:38 (LBA) Y Él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id y ved. Y cuando se cercioraron le dijeron : Cinco, y dos peces.

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Jesús sabía cuánto tenían para comer, pero quería que se cercioraran de qué tenían y del milagro que estaba por suceder. Dios sabe qué tenemos y qué no tenemos; y de pronto nos pregunta: ¿qué tienes?, porque quiere que veamos el milagro que estamos por recibir. 1 Reyes 17:12-13 (LBA) Pero ella respondió: Vive el SEÑOR tu Dios, que no tengo pan, sólo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la vasija y estoy recogiendo unos trozos de leña para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que comamos y muramos. 13 Entonces Elías le dijo: No temas; ve, haz como has dicho, pero primero hazme una pequeña torta de eso y tráemela; después harás para ti y para tu hijo. Cuando ponemos como prioridad al Señor, todo el mal huye, la escases huye porque le estamos diciendo a la circunstancia que el dueño de todo el oro y toda la plata, está de nuestro lado y que no nos dejará morir; pero llevemos entonces en el corazón el deseo de honrar primero a Dios, busquémoslo por amor. 1 Reyes 17:14 (LBA) Porque así dice el SEÑOR, Dios de Israel: "No se acabará la harina en la tinaja ni se agotará el aceite en la vasija, hasta el día en que el SEÑOR mande lluvia sobre la faz de la tierra." Recibiremos la promesa de Dios en una realidad, aquello que un día escuchamos que llegaría, se volverá en algo palpable si podemos creer a Su palabra. Mateo 9:32-33 (LBA) Y al salir ellos de allí, he aquí, le trajeron un mudo endemoniado. 33 Y después que el demonio había sido expulsado, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: Jamás se ha visto cosa igual en Israel. Dios desea desatar nuestra boca para alabarlo y adorarlo, todo lo demás está de menos porque lo que El ve es la disposición de nuestro corazón en reconocerlo como el único Dios verdadero. Marcos 5:19 (LBA) Pero Jesús no se lo permitió, sino que le dijo : Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho por ti, y cómo tuvo misericordia de ti. Dios desea nuestra libertad para que nuestro testimonio sirva para evangelizar a nuestra familia. Salmos 81:10 (LBA) Yo, el SEÑOR, soy tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto; abre bien tu boca y la llenaré. Job 8:21 (LBA) Aún ha de llenar de risa tu boca, y tus labios de gritos de júbilo. El enemigo quiere quitar el gozo de la salvación que Dios nos ha regalado, lo quiere hacer con una enfermedad o recordando cualquier problema porque es lo único que puede hacer en contra nuestra, pero cuando nos aferramos de la mano de Dios, hacemos vida Su palabra en nosotros, entonces las cadenas de las tinieblas son rotas en el nombre de Jesús y recuperamos las fuerzas para levantarnos y seguir adelante; es entonces cuando podemos y debemos llenar nuestra boca de alabanzas a nuestro Señor Jesucristo y el enemigo huirá.

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Lucas 5:24 (LBA) Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. A veces caemos en el plano de un paralítico espiritual porque el enemigo quiere impedirnos danzarle a Dios, pero es el momento en entonces de cerrar nuestros oídos a todo dardo de mentira y creer solamente a la palabra de Dios. Isaías 35:5-6 (LBA) Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y los oídos de los sordos se destaparán. 6 El cojo entonces saltará como un ciervo, y la lengua del mudo gritará de júbilo, porque aguas brotarán en el desierto y arroyos en el Arabá. Dios desea que seamos totalmente libres para cantar y danzar delante de Su presencia por el gozo que El ha puesto en nuestra vida. Mateo 20:29-34 (LBA) Al salir de Jericó, le siguió una gran multitud. 30 Y he aquí, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que Jesús pasaba, gritaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 31 Y la gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más aún, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 32 Deteniéndose Jesús, los llamó, y dijo: ¿Qué queréis que yo haga por vosotros? 33 Ellos le dijeron : Señor, deseamos que nuestros ojos sean abiertos. 34 Entonces Jesús, movido a compasión, tocó los ojos de ellos, y al instante recobraron la vista, y le siguieron. Lo primero que podemos ver aquí es que los ciegos no estaban en el camino, sino junto al camino; recordemos que es necesario estar en el camino porque ahí es nuestro lugar, Jesús es el camino. Otro punto es que no debemos permitirle al enemigo es que callemos, tanto cuando necesitamos de un milagro, como en el momento cuando le cantamos de agradecimiento, porque es el momento de manifestar la libertad a la cual hemos sido llamados. Juan 2:3-9 (LBA) Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo : No tienen vino. 4 Y Jesús le dijo : Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí en esto? Todavía no ha llegado mi hora. 5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que Él os diga. 6 Y había allí seis tinajas de piedra, puestas para ser usadas en el rito de la purificación de los judíos; en cada una cabían dos o tres cántaros. 7 Jesús les dijo : Llenad de agua las tinajas. Y las llenaron hasta el borde. 8 Entonces les dijo : Sacad ahora un poco y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. 9 Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, y como no sabía de dónde era (pero los que servían, que habían sacado el agua, lo sabían), el maestresala llamó al novio… Si el vino se está terminando en nuestra vida y hogar; es momento de decirle a Dios que nos vuelva a llenar de Su vino porque es el gozo que no tiene comparación y que nada ni nadie lo puede apagar, no hay problema que sea comparado con el gozo de Dios, aunque a veces los problemas quieran ahogar el gozo de Dios, debemos clamarle al Señor para que sigamos adelante en el nombre de Jesús, que nos vuelva a llenar una vez más. Juan 11:4 (LBA) Cuando Jesús lo oyó, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella.

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Sin importar el problema que estemos atravesando, debemos saber que no es para muerte sino para glorificar el nombre de nuestro Señor Jesucristo; los primeros que glorificaremos a Dios somos los protagonistas de aquella enfermedad porque somos los que recibiremos un milagro. Mateo 28:2-9 (LBA) Y he aquí, se produjo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendiendo del cielo, y acercándose, removió la piedra y se sentó sobre ella. 3 Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura blanca como la nieve; 4 y de miedo a él los guardias temblaron y se quedaron como muertos. 5 Y hablando el ángel, dijo a las mujeres: Vosotras, no temáis; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. 6 No está aquí, porque ha resucitado, tal como dijo. Venid, ved el lugar donde yacía. 7 E id pronto, y decid a sus discípulos que Él ha resucitado de entre los muertos; y he aquí, Él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. 8 Y ellas, alejándose a toda prisa del sepulcro con temor y gran gozo, corrieron a dar las noticias a sus discípulos. 9 Y he aquí que Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies y le adoraron. Todo miedo debe ser echado fuera de nuestra vida porque Dios tiene algo especial para nosotros, pero debemos hacer vida toda Su palabra porque pronto lo veremos tal y como El es, así como aquellas mujeres lo vieron, lo vemos nosotros. 2 Corintios 4:8-9 (LBA) Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no desesperados; 9 perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos… Podemos tener problemas quizá, pero si Dios con nosotros, ¿quién contra nosotros?