Espacios en Disputa. Mercedes Prieto

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Mujeres indígenas, espacios, poder, disputa, relacionamiento cultural, Estado.

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  • Mercedes Prieto, coordinadora

    Espacios en disputa:el turismo en Ecuador

    www.flacsoandes.edu.ec

  • De la presente edicin:

    FLACSO, Sede EcuadorLa Pradera E7-174 y Diego de AlmagroQuito-EcuadorTelf.: (593-2) 323 8888Fax: (593-2) 3237960www.flacso.org.ec

    ISBN: 978-9978-Cuidado de la edicin: Paulina TorresDiseo de portada e interiores: Antonio MenaImprenta: CrearImagenQuito, Ecuador, 20111. edicin: junio de 2011

    Espacios en disputa: el turismo en Ecuador / coordinado por Mercedes Prieto. Quito : FLACSO, Sede Ecuador, 2011

    232 p. : fotografas, grficos, mapas, tablas. (Serie Foro)

    ISBN: 978-9978-

    TURISMO ; TURISMO PATRIMONIAL ; ECOTURISMO ; TURISMO COMUNITARIO ;POLTICAS PBLICAS ; DESARROLLO SUSTENTABLE ; ORGANIZACIONES NOGUBERNAMENTALES ; ORGANIZACIONES GUBERNAMENTALES ; TURISTAS ;ECUADOR

    338. 4791 - CDD

  • ndice

    Presentacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

    Los estudios sobre turismo en Ecuador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9Mercedes Prieto

    Cochasqu: entre la nacin y la espiritualidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29Mercedes Prieto y Soledad Varea

    Estado y turismo comunitario en la sierra central . . . . . . . . . . . . . . . . 65Angus Lyall

    Usando el pasado para forjar el futuro:gnesis del museo y centro culturalde la comunidad de Agua Blanca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99Colin McEwan, Mara Isabel Silva y Chris Hudson

    La fiesta de los presidentes en Manab:destino turstico o re-encuentrode las familias migrantes? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133Soledad Varea y Mercedes Prieto

    Ecoturismo: emprendimientos popularescomo alternativa a un desarrollo excluyente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167Juan Ponce y Fander Falcon

    Mitos y oportunidades del ecoturismo:el caso de Oyacachi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207Luca Lasso

    Autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231

  • 7Presentacin

    El libro que hoy ponemos a consideracin del pblico busca contribuir aldebate acadmico y poltico sobre el turismo en Ecuador. Inicia con unbalance de los estudios sobre esta actividad en el pas y luego presenta seiscasos que hablan de los procesos y actores implicados en el establecimien-to del turismo en espacios perifricos.

    El balance realizado revela los cambios en las polticas pblicas, laemergencia del turismo comunitario y del ecoturismo junto a nuevostipos de turistas as como sus ambiguos efectos en el desarrollo territorialy humano.

    Los estudios, por su parte, buscan ampliar la agenda de investigacinsobre el turismo y pensar los sentidos que adquieren estos desplazamien-tos globales, las disputas derivadas de la actividad, la aparicin de nuevasformas de exclusin social y econmica, entre otros. Algunos artculosaqu compilados subrayan las discrepancias y papel cumplidos por lascomunidades anfitrionas e intermediarios, ya sean ONG, institucionesestatales y cientficas, en la fabricacin de los lugares tursticos; mientrasotros, se enfocan en el contacto entre turistas y anfitriones y en las dispu-tas de los sentidos y significados de los lugares de visita. Asimismo, loscasos vuelven a visitar algunos de los efectos del turismo en la calidad devida de los habitantes lo que permite reiterar que esta actividad no siem-pre es una opcin de desarrollo sustentable de estos territorios marginali-zados y de su poblacin.

  • Si bien hoy contamos con interesantes y ms complejos estudios sobreesta actividad en el pas, hay todava mucho que hacer para entender lacomplejidad de sus efectos y sus potencialidades para un desarrollo sus-tentable e incluyente. Nuestro propsito, es en este sentido doble: al tiem-po que propiciamos el debate, incitamos a la realizacin de ms y nuevosestudios que redunden en identificar formas ms incluyentes de desarro-llo sustentable.

    Adrin BonillaDirector FLACSO Ecuador

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  • Los estudios sobre turismoen Ecuador

    Mercedes Prieto

    Hacia fines de los aos 1950 en Ecuador, en el marco de polticas moder-nizantes promovidas por el Gobierno de Galo Plaza, se propone al turis-mo internacional como un instrumento para el desarrollo del pas para locual se establece una oficina adscrita a la Presidencia del Repblica. Eneste sentido, la llamada misin cultural indgena, presidida por Rosa Le-ma, marca un hito relevante orientado a publicitar el pas pero especial-mente a la zona de Otavalo, en el mercado norteamericano (Prieto,2008). En esta misma poca se promueve el establecimiento de una bsi-ca infraestructura hotelera en Quito para albergar esta potencial actividaden donde se insiste en visibilizar a los y las indgenas como una atraccinparticular (Crain, 1996) y se establece una importante agencia privada deturismo (Metropolitan Touring). Asimismo, el diario quiteo El Comercioinstituye una seccin informativa sobre las potencialidades tursticas delpas, del mercado norteamericano, de las artesanas y otros negocios aso-ciados. Por su parte, en la zona de Guayaquil y, siguiendo una tradicinde viajeros de inicios del siglo XX, Grace Line ofrece travesas en barcospor la zona cacaotera de la cuenca del ro Guayas, aspecto que requiere serestudiado; y, un poco ms tarde, se inicia esta actividad en Galpagos.

    Estos distintos esfuerzos iniciales por promover una industria del tu-rismo tuvieron logros modestos en cuanto a atraer personas extranjeras ynacionales, a la consolidacin de la infraestructura y negocios tursticos,aunque parece haber fijado a Otavalo y Galpagos como productos decarcter internacional. En general, Ecuador ha sido y sigue siendo una es-

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  • tacin de turismo de pequea y mediana intensidad1, aunque creciente.Segn informacin oficial entre 1990 y el 2009 el nmero de visitantesextranjeros pas de 350 000 personas anuales a 900 000. Estas cifras, sinembargo hay que tomarlas con cautela ya que una importante proporcinde las personas consideradas como turistas son originarias de los pasesvecinos quienes entran al pas con el propsito de insertarse al mercadolaboral, refugiarse u hacer trnsito para otros puntos de migracin y no loson verdaderamente. De manera que los lmites entre turismo y migra-cin son extremadamente difusos (Lanquar, 2007). Como veremos enalgunos de los casos estudiados en este volumen, el nmero de visitantesextranjeros a ciertos lugares tursticos ha disminuido a la par que ha cre-cido el turismo interno. Efectivamente, segn el INEC, el 40% de lapoblacin haba realizado en el trascurso de los meses de diciembre de2009 y febrero de 2010 un movimiento de turismo en el pas2.

    Pese a la cautela de la informacin sobre el nmero de viajeros, indi-cadores econmicos tambin confirman el crecimiento de esta actividad.Hay evidencias de un crecimiento modesto, pero sostenido, de la infraes-tructura de alojamiento y alimentos, de los ingresos y el empleo entre1990 y el 2009 (Ordez, 2001; Ministerio de Turismo, 2009). Es ms,segn cifras oficiales en el ao 2004, el turismo ocup el segundo lugaren las exportaciones del pas. Creemos que estas miradas optimistas sobreel turismo deben ser escudriadas y puestas a la discusin de manera quese lo establezca como un campo de reflexin sistemtico que tiene bonda-des, pero tambin riesgos. Esta publicacin quiere contribuir a este es-fuerzo para lo cual en esta introduccin realizamos una revisin de la lite-ratura producida en el pas en torno a cuatro ejes: polticas estatales; eco-turismo y sustentabilidad; turismo comunitario y nuevos turistas; turismoen ciudades. Este examen nos permitir ubicar el sentido de los textoscompilados en esta publicacin.

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    1 Pese a que los aos 1960 marcan una tendencia al desarrollo del turismo de masas por el abara-tamiento del los sistemas de transporte la consolidacin econmicas de clases medias trabajado-ras que presionan al mercado turstico y algunos pases de Amrica Latina logran captar estaexpansin del mercado.

    2 Esta misma fuente indica que el turismo a playas y balnearios es el ms frecuente, con cerca del35% de las preferencias (El INEC realiz una encuesta sobre el turismo interno, El Comercio,22 de julio de 2010: 19).

  • Turismo y polticas estatales

    Existe una incipiente literatura que habla de las polticas estatales sobreturismo, que frecuentemente tiene un carcter normativo, aunque algu-nas veces lo hace con un sentido analtico. Proponemos la existencia de almenos dos momentos en las polticas: una fase, que como ya dijimos seinicia a mediados del siglo XX, en que las polticas piensan el desarrollode la actividad centrada en el turismo internacional a destinos especficos,el cual es operado por empresas, bajo un concepto de diversificacin pro-ductiva del desarrollo nacional, con un Estado que subvenciona la infra-estructura y la promocin del turismo. A diferencia de lo que sucede enpases como Mxico o Per que implementaron polticas similares (Fuller,2009), en Ecuador durante este perodo, no se logra establecer una mayordensidad en la infraestructura turstica del pas, ni tampoco se lograexpandir el nmero de visitantes extranjeros. Pero de cualquier forma seinstalan en esta poca dos destinos atractivos en el pas: Galpagos yOtavalo.

    Un segundo momento remite a un turismo que se abre a una serie mscompleja de operadores (ONG, comunidades y gobiernos locales), en elque se debate el rol del Estado y que la sociedad pone en tela de juicio lasustentabilidad del turismo y se abren los temas del ecoturismo y el turis-mo comunitario. Este segundo momento, coincide adems con un im-portante crecimiento del turismo interno. Ya no se trata solamente depromoverlo en mercados externos, sino tambin en el mercado local. Almismo tiempo, se observa una diversificacin de los lugares tursticos parael mercado internacional: adems de los destinos antes indicados se agre-gan la Amazona y Quito, como sitios de inters. Para el turismo interno:las playas, los lugares arqueolgicos y, las fiestas tradicionales se vuelvenatracciones que movilizan a los y las ecuatorianas, residentes en diversospases.

    Una manera de entender la transicin en el carcter de las polticas esconfrontar dos escritos sobre el tema publicados ambos en 1992. De unlado, nos referimos a un documento sobre estrategias de desarrollo eco-nmico y social que mira al turismo como una de las apuestas para eldesarrollo del pas en el siglo XXI considerando el crecimiento del sector

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    Los estudios sobre turismo en Ecuador

  • y la dotacin de diversos productos tursticos de alta calidad en un espa-cio relativamente pequeo (Marchn y Schubert, 1992: 150-1), un eslo-gan que se mantiene en la actualidad. Ese documento, sin embargo, man-tiene una apuesta por un rol preponderante del Estado y del sector empre-sarial. No vislumbra el papel de los gobiernos y comunidades locales, nilos cambios operados en los turistas quienes crecientemente buscan desti-nos autnticos y naturales, de pequeas escalas y amigables con el me-dio ambiente. Justamente un texto publicado ese mismo ao subraya encambio la creciente importancia del ecoturismo y de los municipios en eldesarrollo de esta actividad en las reas protegidas, atendiendo el intersde los visitantes por la naturaleza (Laso, 1992).

    La inicial mirada de las polticas sobre turismo se modifica junto conel proceso de redefinicin del Estado y su auto-asignado rol de ente rec-tor de polticas. Parte de las estrategias de estas intervenciones han sido elreforzamiento de alianzas pblico-privado, la delegacin de la operacinde los sitios tursticos a entidades locales, la acreditacin de los servicios yel inventario de los recursos junto a un sistema de informacin, todasestrategias vigentes en la actualidad3.

    De esta manera los nuevos roles para los actores de la actividad turs-tica, los nuevos tipos de visitantes y los nuevos sitios de atraccin abrenvarios temas al debate. De una parte, tenemos discusiones y estudios queobservan aspectos operativos de las polticas como son, por ejemplo, elcobro de tasas en las reas de proteccin con el propsito de establecer elvalor que los visitantes estn dispuestos a pagar (Machado, 2003); o temasrelativos a la descentralizacin de la promocin turstica (Ortiz et al.,2008). Y, de otro lado, se pone en la agenda una comprensin ms rigu-rosa del ecoturismo y del turismo comunitario. Destacan estudios norma-tivos confrontados con estudios de casos sobre el ecoturismo (Drumm,1990; Azcar, 1995; Smith, 1996) y el anlisis de la genealoga de polti-cas de promocin del turismo comunitario (Solis, 2007) as como el turis-mo comunitario (Ruiz y Solis, 2007; Ruiz y Veintimilla, 2009, entre

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    3 El actual Ministerio de Turismo del Ecuador establece como estrategias de su accionar: unaalianza pblico-privada, el fortalecimiento del rol rector y dinamizador del Estado, la descentra-lizacin, el fomento de la calidad de servicios y productos tursticos junto al fortalecimiento dela identidad nacional (Ministerio de Turismo, 2007).

  • otros). ltimamente se ha incorporado la nocin de gobernanza al anli-sis de las polticas sobre turismo lo cual permite comprender los comple-jos juegos entre una multiplicidad de actores, incluidas las comunidadeslocales (Gmez, 2010). Estas preocupaciones se han visto reforzadas porel debate sobre el ITT4 y lo que algunos analistas presienten como unEcuador pos-minero. Para muchos de los que promulgan el cierre de acti-vidades mineras contaminante, ven que la actividad alternativa es el turis-mo por su apariencia limpia. Creemos, sin embargo, en la pertinencia dematizar estos preconceptos.

    Ecoturismo y sustentabilidad

    En 1995 se edit una primera compilacin de textos sobre ecoturismo enEcuador. Esta compilacin es una propuesta de intervencin bajo la r-brica de turismo ecolgico que contiene una propuesta conceptual juntoa una evaluacin de experiencias desarrolladas en el marco de un progra-ma de proteccin de bosques nativos auspiciado por varias agencias deconservacin. El mensaje del texto es que el ecoturismo puede ser una al-ternativa de desarrollo sustentable al tiempo que se reconoce que hay unaserie de dificultades en su implementacin (Azcar, 1995: 48). Por ello elanlisis de las experiencias muestran resultados mixtos lo cual sustenta laidea de que el ecoturismo no puede ser visto como una panacea para re-solver los problemas ambientales. Uno de los puntos ms destacados de lapropuesta de Azcar es que este tipo de turismo debe ser complementadocon otras actividades econmicas que permitan el sustento de los y las co-muneras. Efectivamente dada la inestabilidad en el flujo de visitantes slopuede concebirse como una alternativa en el marco de un desarrollo di-versificado y sustentable (Gorman, 1996: 8). Este aspecto ha sido recien-temente reiterado por nuevos estudios sobre ecoturismo comunitario(Burbano, 2009).

    Los estudios sobre turismo en Ecuador

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    4 Se trata de la propuesta que busca que la comunidad internacional compense al Ecuador pordejar de producir el petrleo existente en las zonas llamadas Ishpingo-Tambococha-Tiputini,localizadas en el Parque Nacional Yasun.

  • La compilacin de 1995 instala, adems, casos paradigmticos queson considerados exitosos y que sern estudiados de manera reiterada.Destaca en este sentido, el caso de Agua Blanca en Manab que algunostextos lo colocan como un ejemplo de ecoturismo (Martnez, 1995);otros, lo relevan como turismo patrimonial (ver esta compilacin), y fi-nalmente como turismo comunitario (Ruiz, 2007). Estas miradas diver-sas nos ponen por delante los mltiples sentidos de las experiencias turs-ticas y la diversidad de actores que intervienen en ellas.

    Este mismo estudio sobre ecoturismo selecciona un conjunto de varia-bles que parecen ser centrales en el establecimiento de esta actividad: lide-razgo local, condiciones precarias de supervivencia, apoyos externos (nonecesariamente estatales), y la preexistencia de comunidades. Es intere-sante destacar que estos mismos factores sern analizados, aos ms tarde,para la comprensin del turismo comunitario (Ruiz y Solis, 2007; Ruiz yVeintimilla, 2009). De esta manera pareciera sobreponerse las nocionesde ecoturismo y turismo comunitario, con el propsito de insistir en unaactividad democratizadora e incluyente.

    Al mismo tiempo que se publica la compilacin referida en los prra-fos anteriores, el trabajo de Smith (1996) denuncia una serie de arbitra-riedades a las que estn sometidos los huao en la Amazona por efecto delturismo de naturaleza en manos de operadores privados. Esta actividad,denuncia el autor, no deja beneficios a la comunidad, erosiona su culturay los expone a las inescrupulosas miradas de los operadores y turistas, quebuscan la autenticidad y desnudez de los huao. De cara a este panoramadevastador, el autor subraya que el ecoturismo comunitario entre los huaopuede ser una opcin al turismo privado y sobre todo, a la lenta desapa-ricin de su cultura. Una mirada similar la encontraremos en el texto deVarga (2007) sobre los siona en la Reserva Faunstica del Cuyabeno. Esteautor muestra que el turismo que se ha desarrollado en la zona no es sus-tentable y enfatiza en la necesidad de involucrar a la comunidad en losesfuerzos de proteccin.

    Como parte del inters de los visitantes locales e internacionales porlo autntico y lo prstino se ha desarrollado tambin un turismo mdicoque compra los conocimientos de grupos nativos y de chamanes. El estu-dio de Hermida (2009) ofrece un anlisis de cmo el turismo lleva a la

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  • prdida del contexto que da sentido a los rituales de la ayahuasca al servendidos a personas, quienes carecen de los cdigos culturales para enten-der estas prcticas. En este marco se suscita, segn el autor, un autismocultural ya que se pierden los sentidos compartidos de los rituales de sa-nacin, los cuales se vuelven espectculos. Probablemente la espectacula-rizacin de la cultura es un proceso que no slo puede ser imputado alturismo, sino a formas de modernizacin excluyentes y a la creciente mer-cantilizacin del entretenimiento. Un problema similar es analizado porDavidov (2010) quien revela el establecimiento de nuevos chamanes,quienes intermedian la relacin con los y las turistas.

    Una de las preocupaciones relevantes que provoca este tipo de expe-riencias comunitarias calificadas como emprendimientos populares poralgunos autores es su evaluacin en trminos del desarrollo sustentabley de la equidad. Ello cobra especial inters debido a que algunos estudioshan planteado que el ecoturismo tiene poca capacidad de filtrar las eco-nomas locales (Gorman, 1996). Pero a diferencia de esta aseveracin,Fander Falcon y Juan Ponce (en esta compilacin) proponen efectos vir-tuosos en la calidad de vida de las comunidades implicadas en actividadesde ecoturismo. Estos autores sostienen que aquellos emprendimientosmanejados por las comunidades son ms exitosos, en trminos del desa-rrollo de las capacidades de los habitantes locales, que el turismo enmanos privadas. Efectivamente la comparacin de dos casos en la Ama-zona, muestra que los emprendimientos comunitarios mejoran la proba-bilidad de acceder a educacin y salud.

    Sin embargo, Luca Lasso (en esta compilacin), quien estudia Oya-cachi, pone en tela de duda este tipo de emprendimientos y argumentaque la retrica del ecoturismo y del turismo sustentable ha posibilitado ladifusin y reproduccin del neoliberalismo en las nuevas periferias turs-ticas y que el ecoturismo no logra superar problemas estructurales depobreza. Esta ltima mirada es similar a la reflexin sobre turismo comoestrategia de desarrollo sustentable realizada sobre Per, la cual confirmaque la idea de sustentabilidad est cargada de poder y que el turismo tieneel riesgo de ahondar las desigualdades y los desequilibrios de poder (Baud,Ypeij, Zoomers, 2006). En esta perspectiva es interesante comentar queal discutir el texto de Falcon y Ponce con miembros de las comunidades

    Los estudios sobre turismo en Ecuador

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  • analizadas por ellos, nos indicaron que el turismo haba generado nuevasdesigualdades y desequilibrios. Las mujeres reclamaron que la redistribu-cin de recursos se la hace a los jefes de familia y que las mujeres pocasveces reciben el reconocimiento monetario de su trabajo. De manera, queparece necesario analizar los beneficios generados por el turismo contem-plando las complejas relaciones entre los miembros que componen lascomunidades y las familias. Es decir, hay que mirar con ojos alertas la me-dida en que estos emprendimientos comunitarios crean e imaginan co-munidades homogneas y sin conflictos.

    Complementan estas preocupaciones econmicas de la sustentabilidad,estudios que exploran las consecuencias culturales del ecoturismo. Azevedo(2008) es enftica en indicar que el efecto ms relevante y positivo de lasintervenciones eco-tursticas es el reforzamiento identitario y cultural delos grupos anfitriones. Hutchins (2007), por su parte, pone a la discusineste tipo de conclusiones al mostrar importantes procesos de cambios entrelos kichwas amaznicos provocados por la afluencia de turismo. De mane-ra que, a su juicio, la pregunta sobre el reforzamiento y la autenticidad cul-tural de la experiencia turstica tiene poco sentido analtico.

    Turismo comunitario y nuevos turistas

    Otro hito relevante en los estudios de turismo en el pas lo constituye elanlisis del turismo comunitario. Ruiz y Solis (2007) subrayan la relevan-cia de operadores tursticos comunitarios, articulados a nuevos tipos devisitantes pero tambin a esfuerzos de inclusin y equidad social. Estetexto, al igual que el ya mencionado sobre ecoturismo, contiene una pro-puesta de poltica junto a estudios de casos muy diversos entre s. La pro-puesta de este tipo de turismo se sustenta en la constatacin de que hoyen da el viajero busca experiencias sensibles al medio ambiente, la auten-ticidad y la equidad (Gorman, 1996; Sols, 2006). A juicio de Sols setrata de turistas ticos, con lo cual se evita mirar crticamente sus com-portamientos y los efectos no previstos de su accin.

    Uno de los propsitos de Ruiz y Solis es establecer una metodologadel trabajo de promocin comunitaria que contiene tres elementos: reco-

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  • nocimiento de la centralidad de la comunidad, la traduccin de la lgicaturstica y del mercado a la agrupacin y la bsqueda de un afianzamien-to comunitario. Al mismo tiempo proponen que entender la sostenibili-dad de este tipo de turismo implica explorar la comunidad, el liderazgo,la insercin del producto en el mercado y la intervencin externa. Ensuma se busca mirar el turismo desde la colectividad y proponerlo comouna traduccin de oportunidades (Ruiz y Solis, 2007: 316).

    Esta propuesta, unos aos ms tarde, se expande a la comprensin denuevos casos, al tiempo que se busca realizar un estudio comparativo delos casos (Ruiz y Veintimilla, 2009). Efectivamente este esfuerzo perfila demejor manera un modelo comparativo, con base a las variables indicadas:organizacin comunitaria, liderazgo, intervencin externa, apropiacinde la cultura y el medio, as como insercin en el mercado. Descrito loscontenidos de estas variables se establecen varios tipos de situaciones con-templando el desempeo de stas, lo que permite hablar de la existenciade tres situaciones en la gestin del turismo comunitario en el pas: expe-riencias consolidadas, con potencialidad de desarrollo y experiencias mar-cadas por la incertidumbre (Ruiz y Fedriani, 2009: 450). El modelo com-parativo tiene bondades para la gestin de proyectos y para entender lascapacidades locales, pues indica el comportamiento de cada variable enrelacin a las otras. Sin embargo, dice poco respecto a los resultados de lasexperiencias y a la incidencia de los diversos factores contemplados.Tampoco nos habla de los sentidos y efectos del turismo en las personasinvolucradas.

    Desde otro ngulo, algunos procesos de turismo comunitario han sidoanalizados desde la perspectiva del turismo patrimonial y arqueolgico.La compilacin realizada por Silverman (2006) busca justamente colocarel trabajo de arquelogos, muselogos y similares en la agenda del desa-rrollo comunitario y junto a ello, participar en un proceso de democrati-zacin del patrimonio y de los saberes expertos. Esta es la relevancia de ladifusin de las experiencias de Salango, Real Alto y Agua Blanca.

    Estos casos hacen parte de lo que hoy se promociona como la Rutadel Spondyllus, en la costa ecuatoriana. Creemos que estas consideracio-nes deben ser incorporadas a los debates culturales y econmicos delEcuador, razn por la cual reeditamos el estudio de Colin McEwan, Ma-

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  • ra Isabel Silva y Chris Hudson sobre Agua Blanca. Con ello intentamosrescatar otra manera de tratar el patrimonio: no slo como un asunto deelites, sino como un asunto de los habitantes donde se localizan sitiosarqueolgicos y patrimoniales. Los conflictos en el establecimiento de lu-gares tursticos patrimoniales en la sierra central del pas son enfatizadosen dos artculos de esta publicacin referidos a las fortificaciones deCangahua y al sitio de Cochasqu que hablan de las disputas en torno ala nocin de turismo comunitario y de los sentidos de los espacios patri-moniales.

    Pero el estudio de Cochasqu ha abierto otras interrogantes. La publica-cin de Hugo Benavides (2004) nos muestra el inters del Estado ecuato-riano por crear un lugar turstico para reforzar el nacionalismo entre los ylas visitantes. Uno de los aspectos interesantes del texto es que permite verel proceso de produccin de un lugar turstico. Tambin resulta fascinantepensar que en la actualidad una de las estrategias explcitas de las polticasde turismo es la creacin de un sentido nacional; se trata entonces de unefecto intencionado. As, Cochasqu, al igual que otros lugares de visita, creasentidos de pertenencia de largo aliento; no se trata slo de producir un es-pectculo como ha sido discutido por diversos estudiosos del turismo en elmundo (ver por ejemplo, Kirshenblatt-Gimblett, 1998). En lnea con esteconcepto de que el turismo proporciona sentidos de pertenencia a los y lasparticipantes puede ser ledo en el ya mencionado artculo que se presentaen esta compilacin sobre Cochasqu, as como aquel que analiza la parti-cipacin de migrantes en la fiesta de los presidentes negro y blanco enManab, lo cual habla tambin de nuevos tipos de turistas.

    Turismo en ciudades

    Un tema que, poco a poco, ha ganado algn inters es el del turismo enciudades. De una parte, discutiendo con Judd (2003) se ha indagadosobre la medida en que el turismo en Quito crea o no enclaves urbanos.Efectivamente, un reciente trabajo sobre Quito (Pino, 2010) revela porun lado que pese a los esfuerzos de publicitarlo como lugar turstico, nologra atraer el nmero de visitantes que los y las planificadoras se imagi-

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  • naron para este lugar. De otro lado, pese a ciertas iniciativas orientadas aestablecer una suerte de enclave y limpiar la ciudad, Quito logra mante-ner la sociabilidad tradicional de la urbe.

    Otro de los aspectos indagados en referencia a la ciudad est vincula-do con el turismo sexual sobre el cual sabemos muy poco (Meisch, 1995;OIT, 2007). Otavalo ha concitado algn inters en referencia al anlisisdel turismo sexual, lo cual parece tener similitudes con lo que reportaVich (2007) sobre el Cuzco. Segn constata Carlos de la Torre (1996: 3)al explorar las identidades indgenas, algunas turistas europeas y nortea-mericanas prefieren salir con indios que con mestizos. Esta sexualizacinde encuentros entre visitantes y nativos ha sido analizada por Meisch(1995). A juicio de esta autora, en Otavalo se ha operado una transfor-macin de la imagen de los cuerpos de hombres indgenas los cuales re-sultan ser atractivo para las mujeres extranjeras y dan como resultado lasalida de hombres indgenas hacia Europa y Estados Unidos con fines co-merciales y la entrada de mujeres extranjeras a Otavalo, que por diversassituaciones (estudios, trabajo, investigacin o diversin) llegan a Otavaloy establecen relaciones afectivas con hombres indgenas. Dichos encuen-tros, que a veces son fugaces y otras veces son permanentes, resultan enformas de supervivencia de hombres indgenas en Europa y en formas deconocer el mundo indgena por parte de mujeres extranjeras. En estesentido, estos encuentros se basan en la bsqueda romntica por parte delos y las turistas de la autenticidad de formas de vida genuinamentenativas.

    La compilacin

    Para finalizar nos preguntamos qu queremos agregar con este volumendestinado a estudiar aspectos del turismo en el Ecuador. A un incipientecampo de debate, la presente compilacin quiere agregar nuevas miradasy complejizar las interacciones entre los actores que intervienen en el tu-rismo. Ya no se trata de proponer al ecoturismo o al turismo comunitariocomo una alternativa de desarrollo, sino de mirar sus frutos y de enten-der los sentidos que adquieren estos desplazamientos globales, los conflic-

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  • tos derivados del establecimiento de lugares tursticos, la aparicin denuevas formas de exclusin, entre otros. Este volumen intenta aportar conuna mirada reflexiva y crtica del turismo, hecha desde periferias tursti-cas (Antn y Gonzlez, 2008), antes que una reflexin desde los destinostursticos centrales y consolidados. Un aspecto de especial inters de estacompilacin es mirar la conflictiva creacin de estos espacios tursticosperifricos.

    Los lugares donde ocurre el turismo hogares, playas, plazas, fragmen-tos de ciudades, comunidades, haciendas, parques protegidos, territoriosde pueblos indgenas son lugares con historias y memorias a los cuales seintenta recrearlos, generando nuevos y complejos lazos de interaccineconmica y social; son lugares que viven la paradoja de ser pblicos yprivados, a la vez. El turismo ha abierto las puertas de hogares, comuni-dades, fiestas comunitarias, territorios y similares para que visitantes an-nimos puedan hacerse parte, temporalmente, de las sociabilidades ymemorias existentes. Es ello posible? O ms bien estamos frente a nue-vas formas de colonialidad, que se apropian de aspectos selectivos de la vi-da de unos otros, que por lo general, corresponden a personas con limi-tados acceso al mercado y a las esferas de decisin. Esta pregunta subyaceen este esfuerzo y proponemos que la recreacin de estos lugares de atrac-cin conduce a conflictos sobre los sentidos de los sitios y de la experien-cia enclavada en estos espacios. Esta compilacin propone, entonces, unacercamiento a las complejidades de la creacin de espacios tursticos; sepregunta tanto por los actores y las interacciones en estos procesos comopor las disputas de los sentidos de la experiencia turstica.

    Dos actores reciben especial inters en los artculos: turistas e interme-diarios. Efectivamente, estas periferias tursticas estn articuladas a lo quese ha dado en nombrar como nuevos turistas; es decir, un visitante sen-sible al medio ambiente, la equidad, lo local y la experiencia autntica.Los casos aqu recopilados ponen en duda esta categora, pues el visitan-te en estos lugares deja huellas de contaminacin ambiental. Pero almismo tiempo expanden esta nocin para incorporar en ella a los turistasmigrantes que retornan a sus lugares de orgenes. Lo importante de estaperspectiva es que permite replantear el tema de la inautenticidad de laexperiencia turstica y verla como momentos de creacin de sentidos.

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  • Los varios estudios aqu reunidos revelan que los lugares tursticos ylas comunidades all asentadas han tenido diversos apoyos e intermedia-ciones para el desarrollo del sitio. Estos apoyos iniciales han sido de misio-nes cientficas y universitarias, de ONG u organismos intergubernamen-tales, quienes han acompaado y disputado procesos de reinterpretacinde los lugares para ser creados como sitios tursticos. Y, en todos los casoslos procesos de creacin de estos espacios se encuentran con institucionesestatales, sus polticas y funcionarios. En este marco, el anlisis de los in-termediarios en la promocin del turismo es otro de los temas presente envarios de los artculos aqu compilados. Ellos reiteran la dispersin de lasagendas entre las diversas instituciones que pululan por estas periferias,generando un sentido de confusin en las comunidades y poniendo encuestin el accionar de estos intermediarios.

    Los primeros dos captulos de este libro hablan de situaciones en lascuales instituciones del complejo sistema estatal han jugado papeles rele-vantes para la creacin de espacios tursticos. De un lado, Mercedes Prietoy Soledad Varea discuten la experiencia de Cochasqu en donde el Go-bierno provincial con un equipo de expertos han sido los motores en darsentido a la exhibicin de restos arqueolgicos. Este montaje ha sido dis-putado con diversas intensidades por parte de personas que se sienten he-rederas de este patrimonio as como de operadores privados de turismo.Se trata de disputar el sentido de lugar como sitio histrico y lugar cere-monial. Por su parte el captulo sobre el turismo en varias comunidadesde Cangahua, preparado por Angus Lyall, se enfoca en el rol de interme-diarios, tanto estatales como no gubernamentales, que promocionan elturismo comunitario y patrimonial. Se trata de un complejo turstico enconstruccin que, inicialmente, se establece en una alianza entre las co-munidades, un proyecto arqueolgico universitario y las juntas parroquia-les. Se intenta exhibir el complejo de fortificaciones preincaicas existentesen la zona junto a las formas de vida de los habitantes actuales. Sin embar-go, este sentido del lugar es modificado con la intervencin de las institu-ciones del Estado central que propone al sitio tanto como testigo y partedel llamado Qapaq an como un territorio de conservacin, sin accesopblico. Pero no slo se disputa el sentido del lugar sino el mismo con-cepto de turismo comunitario. En los intersticios de esta disputa se reve-

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  • la una lgica de las instituciones estatales que busca su propia reproduc-cin, escindida de su misin de promocionar el turismo patrimonial y develar por los intereses de los comuneros.

    Seguidamente, y a modo de contrapunto de los casos anteriormentereseados, se presenta la experiencia de creacin de un museo en AguaBlanca. El artculo de Colin McEwan, Mara Isabel Silva y Chris Hudsonnos cuenta sobre la puesta en marcha de un museo comunitario y cmola interpretacin de la prehistoria permiti reforzar el sentido de comu-nidad y de proyeccin futura, a travs de la diversificacin de su baseproductiva, lo cual incluye el turismo. All se reiteran tensiones y conflic-tos con funcionarios estatales y tambin con los centros canonizados dela gestin cultural en el proceso de construccin del lugar turstico. Peroa diferencia de los casos anteriormente descritos, los comuneros de AguaBlanca, despliegan una gran capacidad para contestar al oficialismo ypara proponer formas comunitarias de curadura de los bienes patrimo-niales.

    Mantenindonos en la costa ecuatoriana, a continuacin se reflexionasobre el turismo durante la fiesta de los presidentes blanco y negro en laprovincia de Manab, elaborado por Soledad Varea y Mercedes Prieto. Eneste marco, la presencia del conjunto de instituciones estatales aparecedifusa y ms bien algunas comunidades y su poblacin migrante se trans-forman en promotores de la actividad turstica. Se trata de un turismo quebusca consolidar familias y comunidades trasnacionales, de manera quelos nexos y sentidos no son slo los de turistas voyeuristas, sino turistas queintervienen en la fiesta los cuales podrn ser calificados como parte de losnuevos turistas. Pero al mismo tiempo de manera paralela se desarrollaun turismo de espectculo. Estos despliegues visuales se realizan en esce-narios familiares y comunitarios los cuales pierden su carcter privado yse abren a dinmica globales al ser disfrutados por los turistas.

    El ya mencionado trabajo de Fander Falcon y Juan Ponce pone pordelante las distintas miradas sobre los lugares tursticos que tiene por unlado el Estado y por otro la comunidad. El Estado ha buscado incidir enla infraestructura de los lugares, mientras que la comunidad en alianzacon ONG se muestra interesada en mejorar las capacidades de salud yeducacin de sus miembros. Por su parte, el estudio de Luca Lasso reve-

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  • la cmo las aguas termales de Oyacachi, que tenan fines mdicos y cere-moniales, tienen dificultades de transformarse en sitios tursticos. La aper-tura de este espacio a los visitantes, incitada por ONG y agencias inter-gubernamentales, compite con los usos tradicionales y no logra instalarseuna opcin de ecoturismo sustentable. En algunos sentidos, la comuni-dad resiste esta opcin que a juicio de la autora est cargada de poder.

    En suma este libro rene un todo diverso de perspectivas sobre elturismo que en su conjunto permiten aseverar que tiene efectos mixtospara estas periferias tursticas, al tiempo que problematizan las visionesestticas sobre la cultura, las cargas redentoras de los intermediarios de lapromocin turstica, la inocuidad de la retrica del desarrollo sustentableas como la agencia de los y las turistas.

    Agradecimientos

    Este trabajo ha sido posible gracias al apoyo recibido por parte del Fondode Desarrollo Acadmico de la Sede Ecuador de FLACSO. Asimismo hacontado con la colaboracin de Soledad Quintana, Alexandra Costales yLeandra Macas para la organizacin de una base de datos sobre noticiasde turismo aparecidas en la prensa y que est disponible en el portal deFLACSO Andes. A todas ellas mis agradecimientos.

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