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ESPACIO PÚBLICO: PUNTO DE PARTIDA PARA LA ALTERIDAD

Fernando Carrión M.J

Introducción

El presente artículo busca colocar en la discusión algunas ideas -toda­via en estado primario- sobre el espacio público, debido a la importan­cia que tiene para producir ciudad, generar integración social y cons­truir el respeto al otro (pedagogía de la alteridad). Adicionalmente, el espacio público ha adquirido un significativo peso en los debates sobre la ciudad y en la agenda de las políticas urbanas; lo cual no es casual que así ocurra, porque se ha convertido en uno de los temas de mayor confrontación social respecto de la ciudad.

Hoy la crisis urbana ha determinado un posicionamiento de los mo­delos de gestión y de las políticas de intervención urbana, que se ex­presa -finalmente- en dos perspectivas distintas: la una, que busca la superación de la crisis desde una óptica que tiende a profundizar la vía mercantil privada, en la que el espacio público es vista como un freno, como algo marginal y, la otra, que pretende atemperar la crisis bajo un enfoque que tiende a darle un mayor significado a lo público y, en es­pecial, al espacio público en la organización urbana.

En esta confrontación adquiere mayor importancia, porque hay un em­bate privatizador que hace que la ciudad se rija más por el peso del mercado que por efecto de las políticas públicas. Pero también porque el espacio publico, debido a los procesos de privatización, fragmenta­I Director de FLACSO-Ecuador, Editorialista del diario Hoy ([email protected])

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ción y segmentación que se vive en la ciudad, terminan siendo ámbitos de expresión y acción para el mundo popular urbano, lo cual contribu­ye al asedio y a su redefinición2

Con este trabajo se busca sistematizar este debate y exponer tres tipos de ideas que definen la lógica de exposición del artículo: una primera, referida a ciertos componentes de carácter conceptual que tienden cla­rificar el contenido y a definir el concepto espacio público; una segun­da, que intenta encontrar las vinculaciones recíprocas entre el espacio público y la urbanización en la actualidad, porque el espacio público se constituye históricamente y tiene distintas funciones según la ciudad y el momento histórico; y una tercera, dirigido a señalar algunas directri­ces y estrategias que sería interesante plantearse para la inclusión so­cial a partir del espacio público.

1. iQué es el espacio públicol

La definición del concepto espacio público es necesaria porque su uso actual es muy general, al extremo de que pierde especificidad y, por tanto, muy restrictiva dado su marcado carácter espacialista, que es tributaria de las concepciones del urbanismo moderno. En suma, es un concepto difuso, indefinido y poco claro que puede incluir la plaza, el parque, la calle, el centro comercial, el café y el bar, así como la opi­nión pública o la ciudad.

El concepto es muy más rico. Según Guillermo Dascal, (2003), el espa­cio público puede cumplir distintas funciones en la ciudad, al extremo de que es factible encontrar posiciones extremas y contradictorias que lo conciben como un espacio de aprendizaje (Joseph, Isaac), ámbito de libertad (Habermas) o lugar de control (Foucault). En otras palabras, el espacio público es un ámbito o escenario de la conflictividad social que puede tener una función u otra, dependiendo de los pesos y contrapesos sociales y políticos.

Allí están los ejemplos de la Acrópolis, el Ágora o el Foro que opera­ron como espacios de "poder disciplinario" o de las propuestas de los ejes viales y monumentales de Haussmann en París o las de Musolini

"¿Hasta qué punto se trata de una suerte de abandono de los sectores acomodados del espacio público (y de la esfera pública) de las ciudades, que conlleva una implícita abdicación de su función de actores importantes en el conjunto de la sociedad'? ¿Y hasta qué punto se trata más bien de una "retirada estratégica, desde la cual se estarían gestando nuevas formas -ciertamente parciales y todavía inciertas- de reconstrucción del vinculo social'?" (Giglia, 2001)

en Roma que hicieron del espacio públic( social". Pero también existen ejemplos ql "esfera pública" donde la comunidad (bur~

definiéndose como un espacio de libertad.

Esto significa que el espacio público no se i mente a lo fisico-espacial (plaza o parque) que) o de un sistema de espacios. Es, más de la conflictividad social, que tiene distir de la coyuntura y de la ciudad que se trate.

1.1. Concepciones dominantes

Las concepciones dominantes respecto de tarias de las corrientes del urbanismo mo<! tes hacen referencia exclusiva a un lugar ti modalidad de gestión o de propiedad (públ cepción se muestra altamente restrictiva Cl

fia especializada, donde existen tres conc espacio público:

• Una primera, que proviene de las teorías ( de la especulación inmobiliaria, que lo en como lo residual, como lo marginal des] comercio o administración3• En otras pa esta compuesta de distintos usos de suel tiene la función de vincular (vialidad) a lo tración), de crear lugares para la recreaci población (plazas y parques), de desarrol de productos (centros comerciales, ferias (centralidad) o de producir hitos simbólic

• Una segunda concepción predominantem fundida es aquella que proviene del con piación del espacio. Es la que hace distir espacio construido, espacio individual y. duce a la formación del espacio privado e

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3 Por el contrario, se puede afirmar que a partír del espaci,

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stematizar este debate y exponer tres tipos ;a de exposición del artículo: una primera, tes de carácter conceptual que tienden cla­lir el concepto espacio público; una segun­¡ vinculaciones recíprocas entre el espacio la actualidad, porque el espacio público se tiene distintas funciones según la ciudad y tercera, dirigido a señalar algunas directri­nteresante plantearse para la inclusión so­lico.

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espacio público es necesaria porque su uso xtremo de que pierde especificidad y, por I su marcado carácter espacialista, que es es del urbanismo moderno. En suma, es un y poco claro que puede incluir la plaza, el omercial, el café y el bar, así como la opi-

J. Según Guillenno Dascal, (2003), el espa­iistintas funciones en la ciudad, al extremo . posiciones extremas y contradictorias que io de aprendizaje (Joseph, Isaac), ámbito de .de control (Foucault). En otras palabras, el o o escenario de la conflictividad social que tra, dependiendo de los pesos y contrapesos

a Acrópolis, el Ágora o el Foro que opera­er disciplinario" o de las propuestas de los de Haussmann en París o las de Musolini

uerte de abandono de los sectores acomodados del espacio las ciudades, que conlleva una implícita abdicación de su el conjunto de la sociedad? ¿Y hasta qué punto se trata gica, desde la cual se estarían gestando nuevas formas ciertas- de reconstrucción del vínculo social?" (Giglia,

57 en Roma que hicieron del espacio público un mecanismo de "control social". Pero también existen ejemplos que lo entendieron como una "esfera pública" donde la comunidad (burguesía) se enfrenta al Estado, definiéndose como un espacio de libertad.

Esto significa que el espacio público n'o se agota ni está asociado única­mente a lo físico-espacial (plaza o parque), sea de una unidad (un par­que) o de un sistema de espacios. Es, más bien, un ámbito contenedor de la conflictividad social, que tiene distintas posiciones dependiendo de la coyuntura y de la ciudad que se trate.

1.1. Concepciones dominantes

Las concepciones dominantes respecto del espacio público son tribu­tarias de las corrientes del urbanismo moderno ya que sus componen­tes hacen referencia exclusiva a un lugar físico (espacio) que tiene una modalidad de gestión o de propiedad (pública). Sin embargo, esta con­cepción se muestra altamente restrictiva cuando se revisa la bibliogra­fía especializada, donde existen tres concepciones dominantes sobre espacio público:

• Una primera, que proviene de las teorías del urbanismo operacional y de la especulación inmobiliaria, que lo entienden como lo que queda, como lo residual, como lo marginal después de construir vivienda, comercio o administración3

• En otras palabras, la estructura urbana esta compuesta de distintos usos de suelo donde el espacio público tiene la función de vincular (vialidad) a los otros (comercio, adminis­tración), de crear lugares para la recreación y el esparcimiento de la población (plazas y parques), de desarrollar ámbitos de intercambio de productos (centros comerciales, ferias) o de adquirir infonnación (centralidad) o de producir hitos simbólicos (monumentos).

• Una segunda concepción predominantemente jurídica y bastante di­fundida es aquella que proviene del concepto de propiedad y apro­piación del espacio. Es la que hace distinción entre espacio vacío y espacio construido, espacio individual y espacio colectivo que con­duce a la fonnación del espacio privado en oposición al espacio pú­blico. Es decir, un concepto jurídico en que el espacio público es el que no es privado, es de todos y es asumido por el Estado, como re­

) Por el contrario, se puede afirmar que a partir del espacio público se organiza la ciudad.

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58 Ipresentante y garante del interés general, tanto como su propietario y administrador.

•y una tercera, más filosófica, que señala que los espacios públicos son un conjunto de nodos -aislados o conexos- donde paulatinamente se desvanece la individualidad y, por tanto, se coarta la libertad. En otras palabras, expresa el tránsito de lo privado a lo público, camino donde el individuo pierde su libertad porque construye una instancia colectiva en la cual se niega y aliena4

De esta tercera posición surgen preguntas tales como, por ejemplo: ¿por qué en la vida cotidiana se piensa que se sale de lo privado para entrar a lo público y no al revés? 0, en su defecto, ¿las fachadas de los edificios son el límite de lo privado o el umbral del espacio públi­co? ¿La fachada pertenece al espacio público o al edificio privado? ¿Se pinta la fachada del espacio privado o del público?5 ¿Es el adentro o el afuera de cual de los dos espacios?

El espacio público no es lo residual, tampoco una forma de apropiación y menos un lugar donde se enajena de libertad.

1.2. Concepción alternativa

Se trata de superar estas concepciones de espacio público para empe­zar a entenderlo a partir de una doble consideración interrelacionada, que le es propia: por un lado, de su condición urbana y, por lo tanto, de su relación con la ciudad y, por otro, de su cualidad histórica porque cambia con el tiempo, así como lo hace su articulación funcional con la ciudad. En otras palabras, se debe entenderlo históricamente como par­te y en relación a la ciudad, lo cual comporta que los espacios públicos cambian por su cuenta y se transforman en relación a la ciudad.

Originalmente puede cumplir, por ejemplo, una función mercantil (ejemplo: tianguis), posteriormente puede asumir un rol político (ejem­plo: ágora) y luego predominantemente estética (ejemplo: monumen­to), lo cual significa que el espacio público cambia a lo largo de la his­toria y que en cada momento tiene una lógica distinta. Esta condición

4 Espacios "destinados por su naturaleza, por su uso o afectación, a la satisfacción de las necesidades urbanas colectivas que trascienden, por tanto, los limites de los intereses individuales de los habitantes" (León, 1997).

5 En realidad cuando se pinta una fachada se define la frontera del espacio público, porque desde allí se la ve y no desde el espacio privado. Por eso, la reglamentacíón de la fachada debe dirigirse mas hacia lo público (armonía, escala) que a lo privado, porque desde esta perspectiva el propietario lo único que busca es la individualidad.

cambiante le permite tener múltiples y s su conjunto, suman presente al pasado y pacio.

Esto supone que hay una relación entre co que se especifica y transforma históri, lado, lo que en un momento determinade de la organización de la ciudad hoyes I aquella ciudad organizada desde el espaci hay un verdadero abismo; por ello se pm vocación, que la plaza organizadora de la en vías de extinción. Dentro de las nuevas en América Latina la plaza ha perdido fu mos viviendo es su forzosa desaparición.

Hoy la ciudad se organiza desde lo priva tarios -como las plazas- terminan siendo, para lógica económica de la maximizacié un mal necesario para cumplir con lar n< pacio estructurante ha pasado a ser un eSI marginal o, incluso, a desaparecer por la sustitución por otros espacios mas funciol centro comercial o el club social).

Por otro lado, también cambian cada uno factos que conforman el espacio público, un momento fue plaza, en otro pudo ser Ui

riormente un espacios de manifestaciones espacio de contempl<Íción estética7; o todo: puede darse una mutación en el sentido de a ser un no lugar8

: el Zócalo en México ha

6 Quito, como ninguna otra ciudad latinoamericana ¡

importante de plazas, cada una de las cuales, se unía'PI la estructura urbana de la ciudad. La ciudad se defil llamada Plaza de la Independencia- y luego siguió po Domingo y La Merced, todas ellas dispuestas jerárquiCl la ciudad por las respectivas calles y entre calles y pl~

7 La plaza -como espacio público- cambia en todas las las abre y se las cierra, se les pone plantas y se las saca cerrado. Es decir, en cada momento histórico el espacia se define en relación a la ciudad.

8 "Los no lugares son tanto las instalaciones necesari: personas y bienes (vías rápidas, empalmes de rutas, transporte mismos o los grandes centros comerciale~ prolongado" (Augé, 1998) ,

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interés general, tanto como su propietario

fica, que señala que los espacios públicos -aislados o conexos- donde paulatinamente lidad y, por tanto, se coarta la libertad. En tránsito de lo privado a lo público, camino su libertad porque construye una instancia

ga y aliena4•

urgen preguntas tales como, por ejemplo: na se piensa que se sale de lo privado para revés? 0, en su defecto, ¿las fachadas de le lo privado o el umbral del espacio públi­al espacio público o al edificio privado? ¿Se ) privado o del público?5 ¿Es el adentro o el ;pacios?

residual, tampoco una forma de apropiación enajena de libertad.

ilativa

oncepciones de espacio público para empe­e una doble consideración interrelacionada, lo, de su condición urbana y, por lo tanto, de y, por otro, de su cualidad histórica porque :omo lo hace su articulación funcional con la se debe entenderlo históricamente como par­l, lo cual comporta que los espacios públicos e transforman en relación a la ciudad.

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cambiante le permite tener múltiples y simultáneas funciones que, en su conjunto, suman presente al pasado y trascienden el tiempo y el es­pacio.

Esto supone que hay una relación entre la ciudad y el espacio públi­co que se especifica y transforma his·tóricamente. Por ejemplo, por un lado, lo que en un momento determinado el espacio público fue el eje de la organización de la ciudad hoyes mas un espacio residual6

• De aquella ciudad organizada desde el espacio público, a la que hoy existe hay un verdadero abismo; por ello se puede afirmar, sin temor a equi­vocación, que la plaza organizadora de la ciudad es un producto urbano en vías de extinción. Dentro de las nuevas corrientes de la urbanización en América Latina la plaza ha perdido funcionalidad y, con ello, esta­mos viviendo es su forzosa desaparición.

Hoy la ciudad se organiza desde lo privado y estos espacios comuni­tarios -como las plazas- terminan siendo, por un lado, un desperdicio para lógica económica de la maximización de la ganancia y, por otro, un mal necesario para cumplir con lar normas del urbanismo. De es­pacio estructurante ha pasado a ser un espacio estructurado, residual o marginal o, incluso, a desaparecer por la pérdida de sus roles o por la sustitución por otros espacios mas funcionales al urbanismo actual (el centro comercial o el club social).

Por otro lado, también cambian cada uno de los componentes o arte­factos que conforman el espacio público. Así tenemos que lo que en un momento fue plaza, en otro pudo ser un lugar de comercio y poste­riormente un espacios de manifestaciones políticas o simplemente un espacio de contempllÍción estética?; o todos ellos a la vez. Pero también puede darse una mutación en el sentido de que el espacio público pase a ser un no lugar8

: el Zócalo en México hoy se la considera una inmen­

nplir, por ejemplo, una función mercantil iormente puede asumir un rol político (ejem­

inantemente estética (ejemplo: monumen­espacio público cambia a lo largo de la his­

. to tiene una lógica distinta. Esta condición

raleza, por su uso o afectación, a la satisfacción de las que trascienden, por tanto, los limites de los intereses eón, 1997). fachada se define la frontera del espacio público, porque espacio privado. Por eso, la reglamentación de la fachada ico (armonía, escala) que a 10 privado. porque desde esta o que busca es la individualidad.

6 Quito, como ninguna otra ciudad latinoamericana, desde sus orígenes tuvo un sistema importante de plazas, cada una de las cuales, se unía por las calles en damero, configurando la estructura urbana de la ciudad. La ciudad se definió a partir de la Plaza Mayor -hoy llamada Plaza de la Independencia- y luego siguió por las plazas de San Francisco, Santo Domingo y La Merced, todas ellas dispuestas jerárquicamente e integradas a la estructura de la ciudad por las respectivas calles y entre calles y plazas se disponían los solares privados.

7 La plaza -como espacio público- cambia en todas las ciudades a lo largo de la historia, se las abre y se las cierra, se les pone plantas y se las saca, se pasa de un espacio abierto a uno cerrado. Es decir, en cada momento histórico el espacio público tiene una lógica distinta que se define en relación a la ciudad.

8 "Los no lugares son tanto las instalaciones necesarias para la circulación acelerada de personas y bienes (vías rápidas, empalmes de rutas, aeropuertos) como los medios de transporte mismos o los grandes centros comerciales, o también los campos de tránsito prolongado" (Augé, 1998)

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sa glorieta por la cual pasan al día cientos de miles de vehículos, las Plazas Bolívar de Bogotá, la de Independencia de Quito o de la Cons­titución en Santiago tienen solo paso tangencial para los vehículos. Es decir, en cada momento histórico el espacio público tiene una lógica distinta y de cambio que se define en relación a la ciudad, que en casos extremos puede conducir a su propia negación (un no lugar).

Si el espacio público se define en relación a la ciudad, es necesario par­tir - a su vez- de una definición de ciudad, para lo cual se puede recurrir a dos de los clásicos del urbanismo moderno, que señalan:

Louis Wirth (1988) plantea que "una ciudadpuede definirse como un asentamiento relativamente grande, denso y permanente de in­dividuos socialmente heterogéneos".

y Gideon Sjoberg (1988) señala que "Una ciudad es una comuni­dad considerable magnitud y de elevada densidad de población, que alberga en su seno una gran variedad de trabajadores especia­lizados. no agrícolas, amén de una élite cultural, intelectuar'.

Se trata de conceptos de ciudad que revelan su heterogeneidad en va­rias de sus dimensiones: las actividades (industria, comercio) y la con­dición social (ricos, pobres) y étnica (negros, blancos, mestizos). Según estos conceptos, la ciudad es el espacio que tiene la más alta densidad de heterogeneidad posible o, más aun, que es la construcción social con la mayor diversidad. Hoy estas definiciones tienen más sentido, vigen­cia y significado gracias al cambio que introduce la globalización en la democracia: el paso del respeto a la igualdad por el de la diferencia.

Este punto de partida es importante por que si la ciudad es el espacio que concentra la heterogeneidad social de un grupo poblacional gran­de y denso, se requiere espacios de encuentro y de contacto, tangibles (plazas) o intangibles (imaginarios), que permitan a los diversos re­construir la unidad en la diversidad (la ciudad) y definir la ciudadanía (democracia). Esos lugares son justamente los espacios públicos.

En otras palabras, el espacio público es un componente fundamental para la organización de la vida colectiva (integración, estructura) y la representación (cultura, política) de la sociedad9, que hace su razón de

"Lo que es importante, a mi entender, es la misma intención, la voluntad de crear, de poseer esos espacios, de tener un lugar donde reunirse para las mas disimiles ocasiones, un lugar que no es de nadie y es de todos, la esencia misma de un valor público. y también de tener algo representativo, que hable con la voz de todos y que exprese la singularidad de la comunidad que lo ha hecho suyo, no importa si ha surgido de la voluntad popular o del gesto autoritario del monarca." (Baroni, Sergio, 2003, p 63)

ser en la ciudad y es uno de los derechos fi derecho al espacio público, como derecho "respecto al derecho ajeno es la paz": la a11

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b) Según Borja (2003), la ciudad es un conjl o un sistema de lugares significativos, tant por sus partes. Es decir, que la ciudad tiel cuentro y lugares significativos operando eIl existir como tal.

En otras palabras, el espacio público no exi ciudad operando como un sistema o porqu se la entiende como tal. La ciudad es un COI

o la ciudad en su conjunto es un espacio pi organiza la vida colectiva y donde hay una ciedad.

De allí surge la necesidad de entenderlo con damentales de la ciudadanía frente a la ciu público, por que permite reconstruir el deti identidad y a la polis. Este derecho al espac: respeto a la existencia del derecho del otro 1

no sólo necesitamos un espacio donde enCl donde construyamos tolerancia, que no es 01 de la alteridad. O sea, la posibilidad de apn de manera pacífica y tolerante.

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udad que revelan su heterogeneidad en va­:actividades (industria, comercio) y la con­y étnica (negros, blancos, mestizos). Según

$ el espacio que tiene la más alta densidad 1, más aun, que es la construcción social con stas definiciones tienen más sentido, vigen­. cambio que introduce la globalización en :espeto a la igualdad por el de la diferencia.

lportante por que si la ciudad es el espacio eidad social de un grupo poblacional gran­acios de encuentro y de contacto, tangibles 19inarios), que permitan a los diversos re­versidad (la ciudad) y definir la ciudadanía son justamente los espacios públicos.

io público es un componente fundamental ida colectiva (integración, estructura) y la 'tica) de la sociedad9, que hace su razón de

er, es la misma intención, la voluntad de crear, de poseer nde reunirse para las mas disimiles ocasiones, un lugar , la esencia misma de un valor público. y también de

le con la voz de todos y que exprese la singularidad de la importa si ha surgido de la voluntad popular o del gesto

Sergio, 2003, p 63)

ser en la ciudad y es uno de los derechos fundamentales a la ciudad: el derecho al espacio público, como derecho a la inclusión porque es el "respecto al derecho ajeno es la paz": la alteridad.

Si la ciudad es el espacio de la heterogeneidad es factible encontrar dos posiciones concurrentes, referidas al espacio público:

a) El espacio público es la esencia de la ciudad o, incluso, según algu­nos autores, es la ciudad misma o, dicho de otra manera, la ciudad es el espacio público por excelencia (Bohigas)lo. Y lo es por que hace facti­ble el encuentro de voluntades y expresiones sociales diversas, porque allí la población puede converger y convivir y porque es el espacio de la representación y del intercambio. La ciudad es el espacio de la he­terogeneidad y la diversidad; es decir que en la ciudad se encuentran los diversos -porque los iguales no tiene sentido que se encuentren- lo cual conduce a la posición de que la totalidad de la ciudad es espacio público

b) Según Borja (2003), la ciudad es un conjunto de puntos de encuentro o un sistema de lugares significativos, tanto por el todo urbano como por sus partes. Es decir, que la ciudad tiene que tener puntos de en­cuentro y lugares significativos operando en un sistema para que pueda existir como tal.

En otras palabras, el espacio público no existe si no es en relación a la ciudad operando como un sistema o porque el conjunto de la ciudad se la entiende como tal. La ciudad es un conjunto de espacios públicos o la ciudad en su conjunto es un espacio público a partir de la cual se organiza la vida colectiva y donde hay una representación de esa so­ciedad.

De allí surge la necesidad de entenderlo como uno de los derechos fun­damentales de la ciudadanía frente a la ciudad: el derecho al espacio público, por que permite reconstruir el derecho a la asociación, a la identidad y a la polis. Este derecho al espacio público se inscribe en el respeto a la existencia del derecho del otro al mismo espacio", porque no sólo necesitamos un espacio donde encontramos, sino un espacio donde construyamos tolerancia, que no es otra cosa que una pedagogía de la alteridad. O sea, la posibilidad de aprender a convivir con otros de manera pacífica y tolerante.

10 Según Oriol Bohigas (2003) "el espacio público es la ciudad".

1I Siguiendo a Benito Juárez, se puede afirmar que "el respecto al derecho ajeno es la paz".

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Para que opere como espacio para la pedagogía de la alteridad deben coincidir las múltiples voces, manifestaciones y expresiones de la ciu­dad -porque la heterogeneidad de la urbe solo es posible que se en­cuentre en el espacio público- y además hacerlo armónicamente en un ámbito de tolerancia y respeto. Pero además se requiere de una insti­tucionalidad y unas políticas (urbanas, sociales) que procesen las dife­rencias y construya la integración en ese contexto. Por eso, más ciudad es aquella que optimiza y multiplica las posibilidades de contacto de la población, es decir, que es aquella que tiene buenos espacios públi­cos.

Un ejemplo interesante de la pedagogía de la alteridad que porta el es­pacio público es el caso de Bogotá, donde a partir de una exitosa polí­tica frente al espacio público se ha logrado reducir de manera signifi­cativa las tasas de violencia. En otras palabras, una buena política de seguridad resulta de una buena política de espacio público, porque ahí se construye alteridad, porque hay la posibilidad de generar una peda­gogía para que los distintos se encuentren y no se eliminen, y porque se inscribe en el contexto de lo que los especialistas en seguridad ciu­dadana llaman "prevención situacional".

El espacio público, es una forma de representación de la colectividad y también un elemento que define la vida colectiva. En esa perspectiva, el espacio público es el espacio de la pedagogía de la alteridad por po­sibilitar el encuentro de las manifestaciones heterogenias, de potenciar el contacto social y de generar identidad, por tanto, es un espacio his­tórico, un espacio que tiene historia.

El espacio público es "un lugar" en los términos de Augé (1998): "Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e históri­co, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como r~lacional ni como histórico, definirá un no lugar". Y señala adi­cionalmente que "la sobremodernidad es productora de no lugares".

Si esto es así podríamos concluir que el espacio público cumple dos funciones dentro de una cuidad:

• Es un elemento que le da sentido y forma a la vida colectiva bajo dos modalidades: La primera, mediante un tipo particular de urbanismo donde lo público define su lógica y razón de ser y no -al revés- como en el modelo vigente en que se ve a lo público como un "mal necesa­rio", por que tiene un costo con bajo retomo o por que se construye después que se define las actividades de vivienda, comercio e indus­

tria, entre otras. Por eS0 pI espacio públi4 tralidad urbana, lugar desde donde se par donde se estructura la ciudadl2 •

El urbanismo se debe organizar a partir ( vado, de lo colectivo y no de lo individual por un lado, la fundación de las ciudades ~

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y lógica. En otras palabras, la ciudad se e público, desde la Plaza Mayor, que conju cumplían la función de "centralidad" de I diciones de espacio público que tenían.

Y, por otro lado, el llamado "Parque de I espacio publico le da el nombre al conjun cialización que se desarrollan de manera las cuales son lugares de encuentro priva4 restaurantes, discotecas, etc. Este ejemplo público organiza un conjunto de actividad vidad privada tiene la posibilidad de gene] sean de carácter privado.

La segunda, mediante el uso colectivo del sibilidad que la población so;; apropie de la' en sociedad. De allí que las ciudades que ( pacio público y de calidad les permite tene: el gentilicio con orgullo: ser quiteño, bog porque los espacios de representación y r can reconocer, recordar y hacerlos parte s\ riorizarlos hacia afuera.

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vida colectiva y la ciudad,

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a pedagogía de la alteridad que porta el es­Bogotá, donde a partir de una exitosa polí­;0 se ha logrado reducir de manera signifi­a. En otras palabras, una buena política de lena política de espacio público, porque ahí lue hay la posibilidad de generar una peda­s se encuentren y no se eliminen, y porque le lo que los especialistas en seguridad ciu­l situacional".

brma de representación de la colectividad y lefine la vida colectiva. En esa perspectiva, lacio de la pedagogía de la alteridad por po­manifestaciones heterogenias, de potenciar erar identidad, por tanto, es un espacio his­~ historia.

lugar" en los términos de Augé (1998): "Si )mo lugar de identidad, relacional e históri­le definirse ni como espacio de identídad ni istórico, definirá un no lugar". Y señala adi­modernidad es productora de no lugares".

oncluir que el espacio público cumple dos idad:

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sto con bajo retomo o por que se construye actividades de vivienda, comercio e indus­

63 tria, entre otras. Por eS0 ",1 espacio público por excelencia es la cen­tralidad urbana, lugar desde donde se parte, a donde se llega y desde donde se estructura la ciudad12

El urbanismo se debe organizar a partir de lo público y no de lo pri­vado, de lo colectivo y no de lo individual. Ejemplos interesantes son, por un lado, la fundación de las ciudades españolas en el Nuevo Mun­do. En 1523 el Rey Carlos 1 de España dictó una ordenanza que de­terminaba que la estructura urbana debía ser definida por sus plazas, calles y solares, comenzando desde la Plaza Mayor. De allí y hacia ella convergían las calles que unían a otras tantas plazas y plazuelas, y a partir de las cuales se distribuían los solares de manera que el cre­cimiento de la población pudiera siempre proseguir la misma forma y lógica. En otras palabras, la ciudad se organizaba desde el espacio público, desde la Plaza Mayor, que conjuntamente con otras plazas, cumplían la función de "centralidad" de la ciudad, gracias a las con­diciones de espacio público que tenían.

Y, por otro lado, el llamado "Parque de la 93" en Bogotá, donde el espacio publico le da el nombre al conjunto de las actividades de so­cialización que se desarrollan de manera circundante, la mayoría de las cuales son lugares de encuentro privados como cafeterías, bares, restaurantes, discotecas, etc. Este ejemplo nos ilustra cómo el espacio público organiza un conjunto de actividades privadas y cómo la acti­vidad privada tiene la posibilidad de generar espacio público aunque sean de carácter privado.

La segunda, mediante el uso colectivo del espacio público hay la po­sibilidad que la población s,;; apropie de la ciudad, la haga suya y viva en sociedad. De allí que las ciudades que cuentan con importante es­pacio público y de calidad les permite tener una población que adopta el gentilicio con orgullo: ser quiteño, bogotano o limeño y lo hacen porque los espacios de representación y reconocimiento social bus­can reconocer, recordar y hacerlos parte su historia y cultura, y exte­riorizarlos hacia afuera.

12 El eje de la ciudad es del espacio público y no el privado, y la centralidad urbana es el elemento fundamental de todos los espacios públicos; es el espacio de encuentro por excelencia, de la representación. Sin embargo, en América Latina, hay un proceso de despoblamiento de la centralidad, tal como lo ilustran los casos de Bogotá, Quito, Santiago. Ciudad de México y Lima entre otros. Contrariamente a este proceso existe una marea de población que va diariamente hacia los centros: en Quito, Lima y México van alrededor de 8 veces mas personas de las que viven. ¿Por qué?, Porque la centralidad es un espacio publico que concentra información, formas de representación, mercados, además de organizar la vida colectiva y la ciudad. .

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• Elemento de la representación de la colectividad donde se visibiliza la sociedad, porque es allí desde donde se construye la expresión e identificación sociales de los diversos. La representación logra tras­cender el tiempo y el espacio, a través de dos fonnas: por un lado, de apropiación simbólica del espacio público, que pennite, a partir de la carga simbólica del espacio, trascender las condiciones locales hacia expresiones nacionales o, incluso, internacionales.

Se puede ilustrar con los casos del movimiento zapatista en México 13 ,

de las Madres de Mayo en Argentina14 o del movimiento indígena en Bolivia1S, que tuvieron que recurrir al espacio público para trascender el tiempo y el espacio hacia escenarios nacionales e internacionales. Aquí hay una apropiación simbólica del espacio, que no requiere de existencia de una persona que esté en ese lugar y en el mismo mo­mento para que se represente en ese espacio y ese tiempo; porque hay un sentido de trascendencia que tennina por desbordarlos, que per­mite superar el hoy y el aquí, el yo y el ellos para pasar al mañana y al allá del nosotros.

Pero también hay otra óptica de la apropiación simbólica del espacio público con elementos que lo identifican, como la nomenclatura. Por­que este hecho, aparentemente sin mucha importancia, tiene gran re­levancia para la vida de la urbe y sus gentes y produce un cambio en la percepción de los signos, significados e imaginarios urbanos, y, por lo tanto, modifica las relaciones comunicacionales de la población. En América Latina hemos pasado de una nomenclatura costumbris­ta, que surge de la vida cotidiana de sus habitantes y que expresa una ciudad integrada por la suma de visiones parciales y segmentadas: las partes de un barrio, de una cuadra, de una de calle, de una esquina'o de una tradición. Hacia una conmemorativa, que busca resuperar la historia oficial. Es el concepto de memoria urbana que se sustenta en la urbanización de la posteridad, a través de un espacio público que legitima y oficializa eventos históricos oficiales. Representa la impo­sición de un cierto orden surgido, no desde la sociedad como en el período costumbrista, sino desde el poder local. Con la nomenclatura

conmemorativa se legitima un orden soc su espacio público son instancias de soci

Y, por otro lado, de construcción simbóli mente el espacio publica con la finalidac

.zarse. Tenemos los cas¡;; emblemáticos en La Habana, que se construye expresa] bología que se multiplica y se reproduce están los ejemplos de las plazas Cívica en Venecia, la de San Pedro en el Vatical Corbusier diseñadas explícitamente pan simbólica de un poder que tiene que expr para existir.

• Si el espacio publico es histórico, es pertin la función que cumple en el contexto del n Latina y cuales son sus características.

2. ¡Que pasa con el espacio ~

urbanlsmol

2.1. El contexto de la urbanización

La ciudad en América Latina ha cambiad tiempo al extremo de que se podría decir ql ciudad o en otra coyuntura urbana. En Am¡ banización ha entrado en un franco procesl de la década del cuarenta la lógica de la urb expansión periférica en la actualidad 10 ha~

produciendo una mutación en la tradicioI1 urbano, exógeno y centrífugo, hacia uno el una perspectiva internacional. En otras pall ticas del proceso de urbanización y de gla tina es que e~á introspección o el regreso

13 El movimiento Zapatista en México, para convertirse en un movimiento nacional, tuvo que salir de Chiapas y recorrer algunas ciudades para finalmente llegar al Zócalo. El "zapatour" fue el trayecto que siguió el Movimiento Zapatista desde Chiapas hacia el Distrito Federal, pasando de ciudad en ciudad y en ellas, de plaza en plaza.

14 Las Madres de Mayo se reunían frente a la Casa Rosada para protestar por los desaparecidos de la Dictadura Militar, lo cual les convirtió en un símbolo con ribetes continentales.

15 Que se representa en la Plaza de San Francisco tanto en la protesta que \levó al derrocamiento del Presidente Sánchez Losada como a la legitimación social del presidente Carlos Mesa.

ne como contraparte una cosmopolización ciudad. Esto es, una fase de introspección, -de la que no está ausente el espacio públi tradicional concepto de ciudad como frontl

16 "Los nombres propios imponen al lugar un mandato ven 1998,90.

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lción de la colectividad donde se visibiliza lí desde donde se construye la expresión e los diversos. La representación logra tras­.cio, a través de dos formas: por un lado, de espacio público, que permite, a partir de la

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conmemorativa se legitima un orden social, gracias a que la cjudad y su espacio público son instancias de socialización fundamentales l6

Y, por otro lado, de construcción simbólica, donde se diseña expresa­mente el espacio publica con la finalidad de representarse y visibili­.- .zarse. Tenemos los casos emblemáticos de la Plaza de la Revolución en La Habana, que se construye expresamente para generar una sim­bología que se multiplica y se reproduce por otras ciudades. También están los ejemplos de las plazas Cívica en Brasilia, de San Marcos en Venecia, la de San Pedro en el Vaticano o la de Chandigard de Le Corbusier diseñadas explícitamente para que haya una construcción simbólica de un poder que tiene que expresarse en un espacio público para existir.

• Si el espacio publico es histórico, es pertinente preguntarse respecto de la función que cumple en el contexto del nuevo urbanismo en América Latina y cuales son sus características.

2. ¡Que pasa con el espacio público en el nuevo urbanismol

2.1. El contexto de la urbanización en América Latina.

La ciudad en América Latina ha cambiado notablemente este último tiempo al extremo de que se podría decir que estamos viviendo en otra ciudad o en otra coyuntura urbana. En América Latina el patrón de ur­banización ha entrado en un franco proceso de transformación: si des­de la década del cuarenta la lógica de la urbanización se dirigió hacia la expansión periférica en la actualidad lo hace hacia la ciudad existente, produciendo una mutación en la tradicional tendencia del desarrollo urbano, exógeno y centrífugo, hacia uno endógeno y centrípeta, desde una perspectiva internacional. En otras palabras, una de las caracterís­ticas del proceso de urbanización y de globalización en América La­tina es que está introspección o el regreso a la ciudad construida, tie­-ne como contraparte una cosmopolización e internacionalización de la ciudad. Esto es, una fase de introspección cosmopolita (Carrión 2002) -de la que no está ausente el espacio público- que tiende a superar el tradicional concepto de ciudad como frontera a uno de ciudad abierta

16 "Los nombres propios imponen al lugar un mandato venido del otro (una historia .. )". Augé, anFrancisco tanto en la protesta que llevó al derrocamiento 1998,90.mo a la legitimación social del presidente Carlos Mesa.

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vinculada en red, y también permite pasar de la urbanización de la can­tidad hacia una ciudad de la calidad.

Con esta vuelta de prioridad a la urbe construida en un contexto de internacionalización17

, el espacio publico cobra un sentido diferente, planteando nuevos retos vinculados a las accesibilidades, a las centra­lidades, a las simbologías existentes y a las relaciones sociales que le dan sustento, así como a redefinir su capacidad de inclusión e integra­ción social, añadiendo nuevos componentes a la crisis urbana. Las de­terminantes principales de este proceso tienen que ver con: los cambios demográficos; el incremento sostenido de la.:. Pobreza; y los impactos que produce la Globalización. .

La ~Iobalización y la revolución científico tecnoló~ica

Se vive a escala planetaria un proceso de globalización de la economía, la política y la cultura que tiene como contrapartida la localización de sus efectos en lugares estratégicos: las ciudades (Sassen, 1999). Es de­cir que la globalización no es un fenómeno externo sino parte constitu­tivo de lo local, ya que el uno existe en la relación con el otro. En otras palabras, estamos asistiendo a un proceso de glo.,falización (Robertson, 1992) que, para el caso que nos ocupa, produce tres efectos significati­vos: primero, reduce la distancia de los territorios distantes, con lo cual los conceptos principales del desarrollo urbano se modifican -accesi­bilidad, centralidad, velocidad-, segundo, acelera y multiplica la histo­ria en espacios distintos y distantes, y tercero, el espacio principal de socialización queda circunscrito al ámbito de las nuevas tecnologías de la comunicaciónl8

En el caso concreto del espacio público este proceso de glocalización se evidencia en tres aspectos interrelacionados: en términos económi­cos, el espacio público es un elemento fundamental de la competiti­vidad, porque a partir de él se desarrolla la infraestructura (servicios, tecnología), las comunicaciones (telefonía, vialidad), los recursos hu­

manos (consumo, producción) y la admin En términos culturales, es el lugar de la i como proyección internacional y como me y fortalecimiento del sentido de pertenenci términos políticos, se vive el proceso de d~

por los procesos de localización y privati2 cionalización, propios de los procesos de n privatización y descentralización).

La transición demo~ráfica

América Latina concentró en 1950 e14l pi ciudades y en el año de 2.000 el 78 por cie creciente concentración de la población en traparte en la a reducción significativa de la se expresa en el hecho de que si en 1950 u promedio de 4.6, para al año 2000 se reduje minución es lógica porque hay cada vez ffiI el campo y también menor decisión a la mi cho que la migración es un proceso finito, un 60 por ciento de la población potencia que en la actualidad se reduce a una cifra c

Esto significa que en la región se cerró e campo a la ciudad y del crecimiento vertig! dujo una lógica de urbanización sustentac metropolización. Y, paralelamente, se abrió rio, esta vez dirigido hacia el exterior de lo gión: la migración internacional y con ella regresa al nomadismo.

Hoy muchos de nuestros países tienen: del das y terceras ciudades fuera de los territ( continentales l9

; económicamente la regiól1 dor de 25 mil millones de dólares (Avalo:

17 Que exige políticas y acciones urbanísticas dentro de las ciudades, es decir: de urbanización de la ciudad o, en otras palabras, la reurbanización así como de conectividad, importaciones y exportaciones.

18 Mientras en épocas pasadas la socialización se hizo en la ciudad (Ágora o Polis) o en el aula de la escuela, en el presente se la hace en los medios de comunicación. García Canclini (2000) muestra que el 28% de los migrantes que llegan a Ciudad de México, no llegan para vivir el espacio público urbano sino para recluirse en el mundo doméstico, para ver la televisión. Y ven básicamente lo mismo que en el campo: las noticias, el fútbol y las telenovelas.

19 La quinta parte de los mexicanos y la cuarta de los cuban; Aires es la cuarta ciudad de Bolivia, Los Ángeles la CU31 Cuba, Nueva York la segunda de El Salvador. Quito pu~

la mayor mixteca o La Paz la mas grande aymara.

20 "De acuerdo al Fondo Multilateral de Inversiones (1 América Latina alcanzan alrededor de 25.000 millones de continuar con las tasas de crecimiento actuales, el va la siguiente década 2001-2010 podría alcanzar los 300 2002).

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manos (consumo, producción) y la administración (pública, privada). En términos culturales, es el lugar de la integración social y cultural como proyección internacional y como mecanismo de mantenimiento y fortalecimiento del sentido de pertenencia a las culturas locales. Y en ténninos políticos, se vive el proceso de desnacionalización identitaria por los procesos de localización y privatización, así como de interna­cionalización, propios de los procesos de reforma del Estado (apertura, privatización y descentralización).

La transición demo~ráfica

América Latina concentró en 1950 e141 por ciento de la población en ciudades y en el año de 2.000 el 78 por ciento (HABITAT, 1999). Esta creciente concentración de la población en áreas urbanas tiene su con­traparte en la a reducción significativa de las tasas de urbanización, que se expresa en el hecho de que si en 1950 Latino América tenía una tasa promedio de 4.6, para al año 2000 se redujo a la mitad (2.3). Y esta dis­minución es lógica porque hay cada vez menos población residente en el campo y también menor decisión a la migración. Si partimos del he­cho que la migración es un proceso finito, tenemos que en 1950 había un 60 por ciento de la población potencialmente migrante, situación que en la actualidad se reduce a una cifra cercana al 20 por ciento.

Esto significa que en la región se cerró el ciclo de la migración del campo a la ciudad y del crecimiento vertiginoso de las urbes, que pro­dujo una lógica de urbanización sustentada en la periferización y la metropolización. Y, paralelamente, se abrió un nuevo proceso migrato­rio, esta vez dirigido hacia el exterior de los países e, incluso, de la re­gión: la migración internacional y con ella -según algunos autores- se regresa al nomadismo.

Hoy muchos de nuestros países tienen: demográficamente sus segun­das y terceras ciudades fuera de los territorios nacionales e, incluso, continentales l9 ; económicamente la región recibe anualmente alrede­dor de 25 mil millones de dólares (Avalos, 20022°) por concepto de 19 La quinta parte de los mexicanos y la cuarta de los cubanos viven en Estados Unidos; Buenos

Aires es la cuarta ciudad de Bolivia, Los Ángeles la cuarta de México, Miami la segunda de Cuba, Nueva York la segunda de El Salvador. Quito puede ser la segunda otavaleña, México la mayor mixteca o La Paz la más grande aymara.

20 "De acuerdo al Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del BID, las remezas en América Latina alcanzan alrededor de 25.000 millones de dólares al año y se proyecta que de continuar con las tasas de crecimiento actuales, el valor de las remezas acumuladas para la siguiente década 2001-20 IO podria alcanzar los 300.000 millones de dólares" (Avalos, 2002).

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remesas21 ; políticamente la formación de "ciudadanías múltiples"22; y culturalmente la conformación -como dice Beck (1998)- de "comu­nidades simbólicas" configuradas en "espacios sociales transnaciona­les"23. En términos urbanos, empieza a ocurrir un enlace de la Ciudad de México con Los Angeles, de La Paz con Buenos Aires, de Lima con Santiago, de Quito en Murcia, porque tienden a reproducir la cultura del lugar origen en el de destino y también a establecer lazos interur­banos tremendamente significativos, que hacen repensar respecto del continuo urbano-urbano.

En esa perspectiva, el espacio público tiende a ser el lugar de encuentro del migrante con sus coterráneos, así como el enlace con su lugar de origen. El parque del Retiro en Madrid permite vincular a los ecuato­rianos de afuera con los de adentro, tal cual ocurre en la Plaza de Ar­mas en Santiago de Chile donde se reúnen los peruanos. '

Esta doble determinación demográfica --reducción de las tasas de mi­gración rural-urbanas e incremento de las migraciones por fuera de los territorios nacionales, en un contexto de globalización de la sociedad­- plantea una contradicción propia de la urbanización actual: el regreso a la "ciudad construida" o la introspección y la internacionalización (introspección cosmopolita).

Incremento de la pobreza urbana

En América Latina la pobreza se ha convertido en una problemática fundamentalmente urbana. En la actualidad el 37 por ciento de los ha­bitantes urbanos son pobres y el 12 por ciento indigente. A fines de los años noventa, el 61.7% de los pobres vivía en zonas urbanas, cuando en 1970 eran el 36.9%; lo cual significa que ha habido un proceso ace­lerado de urbanización de la pobreza que lleva a que en la actualidad haya mas de 130 millones de pobres viviendo en nuestras ciudades (CEPAL,2001).

21 México recibe lO mil millones de dólares anuales por remesas, en El Salvador es la primera fuente dc ingresos y en el Ecuador la segunda. Fenómeno similar en los países Caribeños de Cuba o República Dominicana; Centro Americanos como Nicaragua o Panamá; y andinos como Colombia o Perú. En Brasil las remezas equíparan a las exportaciones de Café.

22 Reconocimiento a la doble y triple nacionalidad, el otorgamiento del derecho al voto al migrante y el reconocimiento en Chile a una región extraterritorial.

23 Esta sería la forma privilegiada de articulación de la "ciudad en red" desde América Latina, que si bien se apoya en las nuevas tecnologías de la comunícación (NTIC), no tendria tanto peso el determinismo tecnológico como ocurre con las "ciudades globales".

Si esto es así, no solo que la mayoría de la sino que las ciudades también lo son. Esto I mos pasado de las "ciudades de campesinO! ts (1978)- a las "ciudades de pobres". Es de a un proceso de urbanización de la pobreza sión social y de la precarización del emple lización y el agravamiento de las tasas de d

Las ciudades de pobres son pobres, porque lo que topa lo convierte en oro, la pobrez~

erosiona. Existen varios estudios que muel ser más cara que la riqueza. Ejemplos de 1 al agua potable por tanque cisterna es más que por la tubería del sistema formal. El al de peor calidad y de mayor precio en las ce tes que en los supermercados. La vivienw también tienen un comportamiento similar. trada en el hábitat tiende a degradarlo y éstl vierte - a su vez- en factor adicional de la 1 sin fin de la pobreza.

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2.2. El acoso al espacio publico

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Resultado de este asedio al espacio públi pierde las posibilidades de construcción y duce la participación, se restringe la ciudad lo a las prácticas de tolerancia. De allí que nuevo urbanismo de América Latina estén

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'ple nacionalidad, el otorgamiento del derecho al voto al Chile a una región extraterritorial.

articulación de la "ciudad en red" desde América Latina, tecnologías de la comunicación (NTIC), no tendría tanto como ocurre con las "ciudades globales".

69 Si esto es así, no solo que la mayoría de la población urbana es pobre sino que las ciudades también lo son. Esto daría lugar a pensar que he­mos pasado de las "ciudades de campesinos" -que nos mostrara Rober­ts (1978)- a las "ciudades de pobres". Es decir, que estamos asistiendo a un proceso de urbanización de la pobreza, de incremento de la exclu­sión social y de la precarización del empleo, expresado en la informa­lización y el agravamiento de las tasas de desempleo.

Las ciudades de pobres son pobres, porque así como el Rey Midas todo lo que topa lo convierte en oro, la pobreza donde llega lo encarece y erosiona. Existen varios estudios que muestran que la pobreza resulta ser más cara que la riqueza. Ejemplos de la afirmación son: el acceso al agua potable por tanque cisterna es más costoso y de menor calidad que por la tubería del sistema formal. El abastecimiento de víveres es de peor calidad y de mayor precio en las comunidades urbanas distan­tes que en los supermercados. La vivienda, el transporte y el crédito también tienen un comportamiento similar. La pobreza social concen­trada en el hábitat tiende a degradarlo y éste hábitat erosionado se con­vierte - a su vez- en factor adicional de la pobreza; es decir, un círculo sin fin de la pobreza.

Las ciudades de pobres son ciudades con baja capacidad de integración social y espacios públicos muy débiles, donde estos espacios se con­vierten en un ámbito estratégico para el "mundo popular urbano", tanto como estrategia de sobre vivencia como de socialización, integración y visibilización.

2.2. El acoso al espacio publico

En la actualidad el espacio público se encuentra acosado por las nuevas modalidades del urbanismo. Hay una especie de "agorafobia", asedio, rechazo o desprecio por el espacio público, al extremo de que la po­blación los considera peligrosos y los tiene miedo porque no protegen ni son protegidos. Es un territorio abandonado, incluso, de la disputa social. Su mantenimiento prácticamente no existe o es escaso. Se ha convertido en guarida y no en hábitat (Borja, 2003).

Resultado de este asedio al espacio público, tenemos que la ciudad pierde las posibilidades de construcción y de cohesión sociales, se re­duce la participación, se restringe la ciudadanía y se ausenta el estimu­lo a las prácticas de tolerancia. De allí que los espacios públicos en el nuevo urbanismo de América Latina estén en peligro por:

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FRAGMENTAClüN. La ciudad empieza a vivir una nueva forma de segregación urbana caracterizada por la fragmentación. Se hace obso­leta la segregación caracterizada por la existencia de espacios unifun­cionales y estancos (usos de suelo) para la industria, el comercio, la vi­vienda, la administración bajo el instrumento del "zooning", donde la unidad urbana no se diluye y la ciudad como totalidad no desaparece, porque las partes integran el todo. Y se desarrolla la fragmentación a través de la desarticulación de cada un~ de los componentes del con­junto urbano, produciendo la ruptura de la unidad urbana.

Castells (1999) llega a proponer que las ciudades son "constelaciones discontinuas de fragmentos espaciales". De esta manera la ciudad se convierte en un mosaico de espacios inconexos y desarticulados, que tienden a diluir el sentido de unidad desde la perspectiva de las iden­tidades, de la funcionalidad de sus componentes y del gobiem024

• La fragmentación lleva al habitante de la ciudad a ser visto como extranje­ro, porque cuando no camina por los senderos habituales hacia el lugar de trabajo o de residencia y sale de su territorialidad (barrio), inmedia­tamente se le hace sentir forastero y, por tanto, se le exige identifica­ción, como si fuera necesario un pasaporte para ir de un barrio hacia otro. Ahora nuestras ciudades no son de ciudadanos sino de extranje­ros. En otras palabras, la fragmentación ha dado lugar a la foraneidad en la ciudad, así como a la pérdida de los espacios referenciales para la construcción social (espacio público). La perdida del sentido de perte­nencia abona en el sentimiento de foraneidad.

Estas constelaciones se expresan en tipos de urbanización en los luga­res diferenciados de la centralidad y la periferia. En la centralidad se vive un doble fenómeno: por un lado, de gentrificación, pero no bajo el esquema clásico del reemplazo de la población de bajos ingresos por la de altos ingresos, -como ocurre en Estados Unidos o Europa- sino más bien por el recambio de la población por negocios de prestigi025

• Y por otro, de tugurización, a partir de la estrategia popular del pago entre muchos de los costos que la localización central demanda; o sea, me­diante el hacinamiento y la densificación. Y en la periferia existen los tradicionales barrios piratas, favelas, villas miserias, pueblos jóvenes,

24 Quizás el caso mas interesante sea el de Santiago en Chile, en que el gobierno de la ciudad se encuentra dividido en 36 comunas, todas ellas autónomas entre si. Hoy Santiago no existe como ciudad, como unidad urbana siendo, más bien, una constelación de fragmentos autárquicos.

25 En la Candelaria en Bogota se cambia la población por universidades, centros culturales, restaurantes de prestigio; en La Habana sale la población de bajos ingresos y entran negocios de prestigios (Benetton) y servicios turísticos.

así como los de auto segregación, que SOn! rradas y autárquicas Con escuelas, supermer para los sectores de altos ingresos económic

SEGMENTAClüN.- Ahora como nunca la mentada, al extremo de que el espacio públ de los diversos, porque se ha llegado a la Si

los pobres ya no se encuentr~ en ningún la tiene que ver con el hecho de que mientras los pobres lo hacen en el espacio; es decir ( mientras los ricos viven el tiempo reaF6.

Ilustrando la afirmación, por ejemplo, ya no el sistema escolar puedan encontrarse el ri~

persona que empezó estudiando en escuela versidad privada y la que empezó en escueb sidad pública. En la salud ocurre exactame temas de seguro es imposible que en una e atendida una persona que no pague. En la ti tran, por que la unidad productiva esta dis~

Al centro comercial sólo pueden llegar los q autopistas urbanas c.irculan los que pagan pi y deportivos solo puede asistir los socios, a la comunicación acceden los que están en 1

cerradas solo la demanda solvente. Sino COl'

las urbanizaciones cerradas que nacen en l~

mero de centros comerciales ubicados en la de clubes sociales y deportivos que recreaJ ámbito privado.

Con esta segmentación, el espacio p~blico ql los pobres, por que los ricos construyen sus. Los espacios privados son los "espacios púl espacio público es el espacio de expresión ( bién se ve acosado.

DIFUSIüN.- Hoy tenemos una urbanizaci6 sidad, centralidades débiles y espacios disco dades) o continuos (áreas metropolitanas), e

26 Hay una polarización entre ricos y pobres que hace que menos de compasión, que subyacía hasta ahora bajo te despliegue ahora en un nuevo "ningún lugar" de la socio

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ciudad empieza a vivir una nueva forma de ~rizada por la fragmentación. Se hace obso­rizada por la existencia de espacios unifun­le suelo) para la industria, el comercio, la vi­I>ajo el instrumento del "zooning", donde la ey la ciudad como totalidad no desaparece, el todo. Y se desarrolla la fragmentación a n de cada un'l de los componentes del con­la ruptura de la unidad urbana.

fponer que las ciudades son "constelaciones 18 espaciales". De esta manera la ciudad se te espacios inconexos y desarticulados, que de unidad desde la perspectiva de las iden­ld de sus componentes y del gobiem024

• La itante de la ciudad a ser visto como extranje­napor los senderos habituales hacia el lugar '{ sale de su territorialidad (barrio), inmedia­orastero y, por tanto, se le exige identifica­lrio un pasaporte para ir de un barrio hacia des no son de ciudadanos sino de extranje­Í'agmentación ha dado lugar a la foraneidad pérdida de los espacios referenciales para la o público). La perdida del sentido de perte­ento de foraneidad.

resan en tipos de urbanización en los luga­tralidad y la periferia. En la centralidad se r un lado, de gentrificación, pero no bajo el

lazo de la población de bajos ingresos por la urre en Estados Unidos o Europa- sino más oblación por negocios de prestigi025

• Y por ir de la estrategia popular del pago entre

a localización central demanda; o sea, me­densificación. Y en la periferia existen los , favelas, villas miserias, pueblos jóvenes,

á el de Santiago en Chile, en que el gobierno de la ciudad unas, todas ellas autónomas entre si. Hoy Santiago no urbana siendo, más bien, una constelación de fragmentos

bia la población por universidades, centros culturales, bana sale la población de bajos ingresos y entran negocios s turísticos.

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así como los de auto segregación, que son grandes urbanizaciones ce­rradas y autárquicas Con escuelas, supermercados y servicios públicos para los sectores de altos ingresos económicos.

SEGMENTAClüN.- Ahora como mUlca la ciudad se encuentra seg­mentada, al extremo de que el espacio público no genera el encuentro de los diversos, porque se ha llegado a la situación en que los ricos y los pobres ya no se encuentr~ en ningún lado, cuya expresión mayor tiene que ver con el hecho de que mientras los ricos viven el tiempo, los pobres lo hacen en el espacio; es decir que los pobres se localizan mientras los ricos viven el tiempo reaF6.

Ilustrando la afirmación, por ejemplo, ya no hay posibilidad de que en el sistema escolar puedan encontrarse el rico con el pobre, porque la persona que empezó estudiando en escuela privada terminará en uni­versidad privada y la que empezó en escuela pública terminará_univer­sidad pública. En la salud ocurre exactamente igual, hoy con los sis­temas de seguro es imposible que en una clínica particular pueda ser atendida una persona que no pague. En la fábrica tampoco se encuen­tran, por que la unidad productiva esta disociada de la parte gerencial. Al centro comercial sólo pueden llegar los que tienen vehículo, por las autopistas urbanas c.irculan los que pagan peajes, a los clubes sociales y deportivos solo puede asistir los socios, a las nuevas tecnologías de la comunicación acceden los que están en red y a las urbanizaciones cerradas solo la demanda solvente. Sino como entender el conjunto de las urbanizaciones cerradas que nacen en las ciudades, el variado nu­mero de centros comerciales ubicados en las periferias o el desarrollo de clubes sociales y deportivos que recrean el espacio público en el ámbito privado.

Con esta segmentación, el espacio p~blico queda circunscrito solo para los pobres, por que los ricos construyen sus propios espacios privados. Los espacios privados son los "espacios públicos" de los ricos Hoy el espacio público es el espacio de expresión de lo popular. Por eso tam­bién se ve acosado.

DIFUSlüN.- Hoy tenemos una urbanización periférica con baja den­sidad, centralidades débiles y espacios discontinuos (red global de ciu­dades) o continuos (áreas metropolitanas), que hacen pensar que esta­

26 Hay una polarización entre rícos y pobres que hace que "la relación de dependencia, o al menos de compasión, que subyacia hasta ahora bajo todas las formas de desigualdad se despliegue ahora en un nuevo "ningún lugar" de la sociedad mundial" (Beck. 1998).

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mos pasando del espacio de los lugares al de los flujos, gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación (Castells). En la ciudad de la dispersión o expansiva se hace dificil construir el sentido de pertenen­cia y de reconocimiento de su unidad, porque la centralidad urbana, como espacio publico, se desvanece como factor integrador debido a la dispersión periférica ya que la centralidad adopta la forma de flujo. La ciudad de la dispersión es una ciudad sin centralidad, donde existen espacios discontinuos que impiden el encuentro y donde el sentido de pertenencia se diluye de manera fuerte.

INSEGURIDAD.- Las ciudades en América Latina se han hecho alta­mente inseguras. La violencia impacta a la ciudad en tres de sus con­diciones esenciales: reduce el tiempo de la urbe (ciudades y sectores urbanos no de 24 horas), disminuye el espacio (lugares por donde no se puede ir) y reduce las posibilidades de ciudadanía (desconfianza, pérdida del sentido de lo colectivo). De allí que lo que exista es una población temerosa frente a la ciudad y, especialmente, de su espacio público, la proliferación de lugares cerrados (urbanizaciones, comer­cios), monofuncionales y especializados. Se generaliza los enclaves como búsqueda de seguridad (Giglia, 2001)27.

PRlVATIZACION.- Se vive la gestión privada y la privatización del espacio publico que se expresa, respecto de lo primero, que el uso de las calles urbanas y autopistas se los haga previo el pago de peajes o que en los parques y plazas cerradas se reserve el derecho de admisión o se permita su uso previo el pago de una tasa a empresas privadas de servicios, que son las que finalmente las administran.

En cuanto a la segunda afirmación, lo que se tiene es el tránsito hacia una cultura a domicilio que se expresa en el cine, el trabajo, la comida, los malls, las urbanizaciones y los clubes. García Canclini señala que la mayoría de los migrantes que llegan a la ciudad de México no mi­gran para vivir la ciudad y su espacio público sino para vivir una cul­tura a domicilio que reproduce los mismos patrones de consumo de su lugar de origen28

• Hoy día tenemos una fuerte cultura a domicilio que

27 "Diversas encuestas sugieren que el miedo al crimen constituye un factor central en la explicación de porqué ciertos grupos de población están constantemente abandonando los espacios públicos y privilegiando la seguridad de los espacios cerrados" (Dammert, 2002).

2X "Una quinta parte de los habitantes de la ciudad de México parecemos habemos reunido en la capital del pais para no usar la ciudad (... ) Las seis actividades más mencionadas por los encuestados se realizan dentro de casa. (... ) Parece que los capitalinos -cuando pueden elegir qué hacer- prefieren evitar el contacto con la vida pública de la urbe" (García Canclini.l997.152).

se apoya en los mismos programas de telev nacional: la telenovela, las noticias y el de)

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Hay que defender y transformar el espacie truir un nuevo espacio público para el nuel¡ simultáneamente varias funciones y que se Lo primero es que el espacio público debe rresponde dentro de la estructura de la ciut ciones que definen al espacio público: lo s intercambio y lo cívico.

SIMBÓLICO. Espacio que construye iden de pertenencia y de rol -muchas veces en el

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29 El caso de Transmilenio en Bogotá es interesante como e articulador del sistema central de espacios públicos, em~

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tenemos una fuerte cultura a domicilio que

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se apoya en los mismos programas de televisión a lo largo del territorio nacional: la telenovela, las noticias y el deporte.

Proceso que, siguiendo al propio García Canclini (1997, 221), nos per­mite afirmar que: "El espacio público entregado a la hegemonía del mercado -formado por la concurren~ia de actores privados- deviene semi-público, mientras que el espacio privado se publicita públicamen­te".

3. El espacio público para el nuevo urbanismo

El espacio público debe recobrar el lugar que le corresponde dentro de la estructura de la ciudad, más aun si la ciudad es sinónimo de urbe, lugar de civismo y espacio de la polis. Es un espacio de dominio públi­co, uso socia1 y colectivo, multifuncional, estructurador de la actividad privada y locus privilegiado de la inclusión. Es el espacio que le otorga calidad a la ciudad y el que define su cualidad, de allí que sea un eje estratégico en la nueva ciudad o el nuevo urbanismo.

Hay que defender y transformar el espacio público existente y cons­truir un nuevo espacio público para el nuevo urbanismo, que satisfaga simultáneamente varias funciones y que sea de alta calidad estética29

Lo primero es que el espacio público debe recobrar el lugar que le co­rresponde dentro de la estructura de la ciudad, siguiendo las 4 condi­ciones que definen al espacio público: lo simbólico, lo simbiótico, el intercambio y lo cívico.

SIMBÓLICO. Espacio que construye identidad bajo las dos formas: de pertenencia y de rol -muchas veces en contradicción. Así por ejem­plo, un residente tiene identidad de pertenencia y un inversionista de función (obtención de ganancia), lo cual puede producir -en este espa­cio simbólico constructor de identidades- un conflicto por el tipo de identidades, que si son procesadas adecuadamente pueden canalizar la conflictividad. Pero también simbólico de representación (lo patrimo­nial) múltiple y simultánea, porque es un espacio donde se representa la sociedad y es un espacio representado por ella, que permiten re-sig­nificar lo público y fortalecer las identidades mas allá de su ámbito específico y del tiempo presente. De allí que el espacio público ten­ga, según Monnet (2001, 132) una definición "comunicacional" y otra

29 El caso de Transmilenio en Bogotá es interesante como estructurador del desarrollo urbano. articulador del sistema central de espacios públicos, emisor de un mensaje de modernidad de la ciudad y solucionador del problema funcional del tráfico, entre otros.

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74 "funcional" simultáneas, gracias a su condición de soporte múltiple de simbologías y roles30

SIMBIOTICO. Son espacios de integración social, de encuentro, de socialización y de Ja alteridad, es un lugar de "simbiosis" donde las re­laciones se diversifican, la diferencia se respeta (no la igualdad, porque allí desaparece su sentido) y donde se encuentre la población. Se trata del "espacio de todos", que le da el sentido de identidad colectiva a la población que vive más allá del lugar y del presente. Esto significa que su condición pública trasciende el tiempo y el espacio, produciéndose un legado transgeneracional y transespacial que define una ciudadanía derivada.

Las políticas de simbiosis son de transporte, de nomenclatura, de mo­biliario urbano, de comunicación donde no se trata de disminuir la di­ferencia sino de respetar la diferencia mediante la inclusión de los di­ferentes. No se trata que desaparezcan las diferencias porque la ciudad como espacio de la heterogeneidad lo que hace es potenciar la diversi­dad mediante el encuentro.

INTERCAMBIO: Es un espacio donde se intercambian bienes (tian­guis), servicios (comercio), información (museos) y comunicación (ratting de sintonía). Espacio de flujos que lleven a mejorar las accesi­bilidades, velocidades, calidades, tecnologías (Internet). Los espacios públicos son los lugares que mayor carga simbólica tienen y en ese sentido la centralidad concentra la mayoría de los medios de comu­nicación y tiene una carga simbólica impresionante31

• A parte de eso están las bibliotecas, universidades, colegios y los símbolos del poder fundamental (político, bancario).

CIVISMO: Y finalmente es un espacio Cívico, donde se forma ciuda­danía, donde se forma la Polis. Las marchas y concentraciones empie­zan o terminan en una plaza pública, aunque hoy la plaza pública ha sido sustituida por la televisión. El lleno de una plaza, en las campañas electorales, no es como antes una expresión de la masividad del candi­dato sino una estrategia que lleva a filmar la marcha para reproducirla

30 "Los supennercados y los hipennercados, inicialmente presentados como puramente funcionales, son portadores de un proyecto comunicacional; esta pretensión defonnar un público se vuelve evidente en los centros comerciales" (Monnet, 2001, 133).

3 I La centralidad urbana, como espacio público, es un medio de comunicación especial que tiene un alto raiting de sintonía, por que mucha gente va a los centros de la ciudad a infonnarse, a intercambiar infonnación, construir imaginarios y opinión pública. No es casual que en estos lugares haya mayor concentración de publicidad e infonnación.

por la televisión, porque lo que no es~ en das maneras es un espacio de fonnación de cial que nos lleva a los ejemplos señalado: de Mayo o los indígenas ecuatorianos y be

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Se trata de un 'espacio público' que debe partes aisladas (visión monumentalista) o sión restringida), sino por el gran signific~

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ir imaginarios y opinión pública. No es casual que en estos

75 por la televisión, porque lo que no es~ en los medios no existe. De to­das maneras es un espacio de formación de ciudadanía y conciencia so­cial que nos lleva a los ejemplos señalados del Zapatismo, las Madres de Mayo o los indígenas ecuatorianos y bolivianos.

4. La centralidad como espacio público

Los espacios públicos son de diversa índole y tienen distinta escala (barrio, ciudad, región), funcionalidad (centralidad urbana, histórica), tecnología (TICs), siendo el más importante la centralidad urbana por­que contiene la mayor escala, la mayor funcionalidad, la mayor pobla­ción y la mayor conflictividad.

La centralidad urbana se ha convertido en el lugar privilegiado de la tensión que se vive en la ciudad respecto de las relaciones Estado-so­ciedad y público-privado. Lo es, porque se trata del lugar que más cam­bia en la ciudad -es decir el más proclive para adoptar mutaciones- y por que es, a nivel urbano, el espacio público por excelencia.

Se trata de un 'espacio público' que debe ser reconocido, no por sus partes aisladas (visión monumentalista) o por las calles y plazas (vi­sión restringida), sino por el gran significado público que tiene como un todo para la ciudadanía. Esta condición le convierte en un espacio distinto y particular respecto del resto de la ciudad y, en algunos casos, de la humanidad.

Adicionalmente se trata del 'espacio de todos', puesto que le otorga el sentido de identidad colectiva a la población que vive más allá del centro (espacio) y más allá del presente (tiempo). Esto significa que su condición pública trasciende el tiempo (antiguo-moderno) y el espacio (centro-periferia), produciendo un legado transgeneracional y transte­rritorial, que produce una 'ciudadanía derivada' (por herencia).

Es un espacio público por ser un ámbito de relación y de encuentro, donde la población se socializa, se informa y se expresa cívica y colec­tivamente. Ello es factible por su condición de centralidad y por la he­terogeneidad de funciones, gentes, tiempos y espacios que contiene.

La cualidad de espacio público también se explicita por que no existe otro lugar de la ciudad que tenga un orden público tan definido y desa­rrollado. Allí están las particularidades del marco legal compuesto por

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leyes, ordenanzas, códigos e inventarios particulares32 y las múltiples organizaciones públicas que conforman el marco institucional. Esto significa que la gestión se la hace desde lo público, a través de una le­gitimidad de coacción, regulación y administración colectivas.

Vivimos la época de la privatización de la gestión pública en todos sus órdenes y llega a tomar partido en el espacio público -como un todo y sus partes- más grande e importante de cada ciudad. Con la entrada del sector empresarial privado (nacional e internacional) hay una tenden­cia de cambio en los marcos institucionales, modalidades de gestión y políticas. Estas nuevas modalidades de gestión conducen a nuevas formas de construcción de identidades, que llevan a preguntas como las siguientes: ¿Se pulveriza el sentido de lo nacional en lo local? ¿Se fragmenta la integración social por tipos de mercados? ¿La globaliza­ción homogeniza las políticas de renovación?

Con esta tendencia, la centralidad urbana empieza a ser víctima del abandono de lo cívico y de la perdida de su condición de espacio pú­blico. Así como también se observa la concentración de la propiedad, la penetración de capitales transnacionales en desmedro del pequeño capital nacional y la reducción del compromiso de la población con la zona; es decir, de erosión del sentido de la ciudadanía.

Las privatizaciones plantean, por primera vez, la discusión entre lo público y lo privado alrededor de la centralidad, lo cual puede llevar a fortalecer las tendencias públicas que tiene, a establecer nuevas re­laciones de cooperación entre lo público y lo privado, a incentivar el significado que tiene el 'pequeño patrimonio' para el capital y a definir una sostenibilidad económica y social de todo emprendimiento, entre otros. Sin embargo, justo es señalarlo, esta temática trae un núcleo de preocupaciones y discusiones muy importantes, que vinculan a las re­laciones de la sociedad y el Estado, en la perspectiva de reconstruir el espacio público de la centralidad.

Por otro lado, según García Canclini (2.000, 171), se vive un cambio de la ciudad como espacio público, porque es 'en los medios masivos de comunicación donde se desenvuelve para la población el espacio público'. Los circuitos mediáticos ahora tienen más peso que los tradi­cionales lugares de encuentro al interior de las ciudades, donde se for­

maban las identidades y se construían los il perspectiva, los centros históricos sufren u la 'competencia' que tienen por parte de 1: Para superar esta anomalía deben actuar e operar como un medio de comunicación qu en la necesaria búsqueda de referentes que a acercarse a las centralidades urbanas e hii

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En ese contexto hay que devolverle la pla ciudad vuelva a ser un espacio público, UD

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En otras palabras la ciudad es un espacio pi tos de encuentro, un sistema de lugares sign público es de la representación donde la s< y, por tanto, hacer más ciudad para más ciu para más ciudad.

BiblioQrafía

ARRAIGADA, Camilo, Pobreza en Amér rios y desafíos de política para el hábitat UI

go,2000.

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32 "El espacio público es un concepto jurídico: es un espacio sometido a una regulación AUGÉ, Marc, Los no lugares, espacios deespecífica por parte de la administración pública, propietaria o que posee la facultad de

dominio del suelo y que garantiza su accesibilidad a todos y fija las condiciones de su Barcelona, 1998. utilización y de instalación de actividades" (Borja, 1998,45).

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e inventarios particulares32 y las múltiples le conforman el marco institucional. Esto a hace desde lo público, a través de una le­Ilación y administración colectivas.

atización de la gestión pública en todos sus tido en el espacio público -como un todo y ¡portante de cada ciudad. Con la entrada del (nacional e internacional) hay una tenden­:os institucionales, modalidades de gestión Ilodalidades de gestión conducen a nuevas identidades, que llevan a preguntas como

:a el sentido de lo nacional en lo local? ¿Se lcial por tipos de mercados? ¿La globaliza­~as de renovación?

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a Canclini (2.000, 171), se vive un cambio público, porque es 'en los medios masivos desenvuelve para la población el espacio

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su accesibilidad a todos y fija las condiciones de su 'vidades" (Borja, 1998,45).

maban las identidades y se construían los imaginarios sociales. En esa perspectiva, los centros históricos sufren un impacto significativo por la 'competencia' que tienen por parte de las redes comunicacionales. Para superar esta anomalía deben actuar como uno de ellos; esto es, operar como un medio de comunicación que potencie su esencia y que, en la necesaria búsqueda de referentes que tiene la población, le lleve a acercarse a las centralidades urbanas e históricas.

La centralidad es el espacio público por excelencia. Pero se homoge­niza porque queda como reducto del mundo popular. Pero desde allí se debe actuar. Así como en un momento de la historia de nuestras ciuda­des le dio la espalda a sus orígenes: el rió, el mar, el cruce de caminos, hoy hay que darle la vuelta a la ciudad para ponerle de cara -no de es­paldas a su pasado- a partir del espacio público. y los ejemplos en la región son interesantes y aleccionadores: están las transformaciones urbanas de Guayaquil con su Malecón, Buenos Aires con Puerto Ma­dero, Bogotá con Transmilenio, Lima con la Costa Verde.

En ese contexto hay que devolverle la plaza a la ciudad para que la ciudad vuelva a ser un espacio público, un lugar de y para todos. La sucesión de plazas, calles y solares deberán convertirse en un sistema de lugares significativos para que le otorguen orden a la ciudad y per­mitan el encuentro e integración de la población. La plaza debe volver a la ciudad, para que vuelva a ser la polis de siempre.

En otras palabras la ciudad es un espacio público, un conjunto de pun­tos de encuentro, un sistema de lugares significativos, donde el espacio público es de la representación donde la sociedad puede visibilizarse y, por tanto, hacer más ciudad para más ciudadanos y más ciudadanos para más ciudad.

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