espacio existencialAdriana Suárez Cruz

“Representar la arquitectura desde una perspectiva existencial, es decir, contemplándola como el espacio en que realmente nos movemos y vivimos”.

Aitor Ortíz

INTRODUCCIÓN

“La arquitectura es la única expresión tangible del espacio de la que es capaz la mente

humana. Capta el espacio, envuelve el espacio, se convierte en espacio.” (Erich

Mendelsohn, espacios de la arquitectura moderna)

¿Qué sería del espacio en la arquitectura sin la existencia del hombre? Para poder

otorgarle énfasis a este tema, es necesario comprender el espacio existencial, ya que la

arquitectura es existencial, es vivida. Además de que el espacio existencial es la

congregación de elementos que no puede estar disociado del hombre, así es como

Martin Heidegger plantea que el espacio no es ni un objeto externo, ni una experiencia

interna y sitúa el hombre y el espacio uno al lado del otro.

Cabe recalcar que el espacio existencial abarca gran parte de la percepción de lo que le

rodea. ¿Cómo interviene el hombre en el espacio existencial? Sencillo, el hombre tiene

una excelente capacidad de percepción basada en las experiencias que adquiere durante

su vida. Para entender mejor la relación entre el hombre y el espacio y de cómo éste

conlleva al espacio existencial, se ha tomado como referencia el texto “existencia,

espacio y arquitectura” de Christian Norberg Schulz, ya que el texto estudiado explica

de una manera inteligible lo que significa el espacio existencial.

“La mayor parte de las acciones del hombre encierran un aspecto espacial…todo

hombre que elige un lugar de su ambiente para establecerse y vivir, es un creador de

espacio. Da significado a su ambiente asimilándolo a sus propósitos al mismo tiempo

que se acomoda a las condiciones que ofrece.” (Norberg Schulz, Existencia, espacio y

arquitectura). Lo que Norberg quiere dar a entender es que el hombre es el elemento

esencial del espacio, ya que él mismo está ligado a la percepción de este, le asigna un

valor mediante las sensaciones, y reacciones que producen el espacio y la arquitectura

ante él. Ambos se proporcionan identidad.

El hombre tomando posición de su espacio

Es así como en otras palabras se define al espacio como estructura de la existencia,

debido a que relaciona lo profano (urbanidad) con lo sagrado (identidad), lo colectivo

con lo individual, es decir, la relación entre el exterior que es el entorno, con el interior

que es el hombre. Para entender un poco más ésta relación, Norberg cita a Otto

Friedrich Bolnow: “El espacio concreto del hombre tiene que ser considerado en su

totalidad, incluidos los acontecimientos importantes experimentados en su interior. Por

la particular calidad de ese espacio, su disposición y orden, reflejan y expresan el sujeto

que los

experimenta y que reside en ellos.” Es decir, que el hombre puede crear una imagen

espacial desde su infancia y obtener más esquemas a lo largo de su vida,

proporcionando así la relación que existe entre él y su entorno. Infiriendo en la

información estudiada, se determina que el hombre hace al espacio y el espacio hace al

hombre, interpretando esto como una dimensión de existencia humana.

La niña define su espacio Existencial

Los niños son clave del espacio existencial, por tener menos experiencia en el mundo, la

manera más fácil de ellos para comunicarse, es mediante imágenes, son mucho más

perceptivos a su corta edad comparada con el hombre. Son los primeros en ofrecer su

juicio de valor de ese espacio, en saber si aquel es o no es su espacio.

Norberg define que el espacio existencial forma para el hombre la imagen estable del

ambiente que le rodea, haciéndolo pertenecer a una totalidad social y cultural. Esta

deducción de Norberg se vincula con lo mencionado anteriormente acerca de las

experiencias y esquemas de espacio que adquiere el humano. Y como resultado de este

se forma el espacio existencial.

El espacio existencial conduce a la integración social, como consecuencia de que hace

uso del espacio, realizando actividades en el mismo, permitiéndole al hombre así

relacionarse con el lugar, orientándolo individualmente y brindándole identidad.

El espacio existencial forma parte de la arquitectura, no solo por incidir en la existencia

humana, sino también porque “la experiencia de la arquitectura es existencial, vivida,

las imágenes fotográficas que nos muestran este aprendizaje del vivir el paisaje

arquitectónico tienen que proceder de una experiencia temporal, en movimiento, no

exenta de casualidad, como un acontecimiento que se produce en un momento preciso,

biográfico de nuestra propia experiencia.” (Ángel Martín Ramos, Lo urbano en 20

autores

contemporáneos)

Recipiente ambiental, Reyner Banham, 1965

Fuente: Ángel Martín Ramos, “Lo urbano en 20 autores contemporáneos”.

Peter Reyner Banham nos muestra en su imagen de Recipiente ambiental un ejemplo

claro de espacio existencial, pues presenta a un grupo de personas encerrados en un

lugar, interactuando socialmente, es una representación abstracta de como el hombre al

llegar a un espacio, se concentra en este, toma posición del ambiente e intenta

relacionarse con el mismo, se enfrasca solo en ese lugar, lo hace su espacio, pasa a ser

una imagen, una experiencia vivida, pasa a ser un espacio existencial.

Se puede considerar al espacio existencial que forma parte de la arquitectura, como una

obra de arte, ya que “el valor de las grandes obras de arte consiste en que permiten

diferentes interpretaciones sin perder su identidad” (Norberg Schulz, Existencia, espacio

y arquitectura).

Después de haber determinado al espacio existencial como un procedimiento de

esquemas perceptivos que se abstraen del ambiente, es necesario conocer los elementos

del espacio existencial que permiten una orientación inteligible para la existencia

humana, los cuales permiten organizar las relaciones que existen en un espacio, tales

como: proximidad (centro o lugar), continuidad (dirección o camino), y cerramientos o

cercados (área o región).

Centro y lugar

“el lugar es siempre limitado, ha sido creado por el hombre y montado para especial

finalidad… los lugares… son puntos de partida desde los cuales nos orientamos y nos

apoderamos del ambiente circundante” (Norberg Schulz, Existencia, espacio y

arquitectura). Lo que Norberg manifiesta es que es aquí donde el hombre toma postura

de su espacio, reflexiona sobre el mismo, lo convierte en su lugar de concentración,

incluye el interior del exterior, donde su existencia se transmite alrededor del mundo,

forma su propio concepto de lugar, su espacio existencial.

Lugar, implica el interior del exterior, se apodera de su ambiente.

Dirección y camino

“Los caminos, cuyos orígenes y destinos son bien conocidos, tienen identidades bien

marcadas, crean enlaces en la ciudad y dan al observador un sentido de orientación

cuando los recorre.” (Kevin Lynch, the image of the city)

La continuidad se generaba mediante los enlaces en la ciudad, en este caso los caminos,

estos caminos son concebidos como una sucesión lineal que conducen a una dirección,

la unión de estos se transforma en una estructura circundante, es decir, se convierte en

un eje organizador a su alrededor, tiene su propia identidad y pasa a ser un espacio

existencial.

Eje vertical y horizontal

La ciudad romana estaba organizada por dos ejes cruzadas perpendicularmente, uno era

cardo(eje del mundo, de N-S) y el otro era decumanus (de E-O). convertían a la ciudad

en un solo espacio.

Área y región

"La toma de posesión de los alrededores implica la estructuración de esos alrededores

en regiones por medio de caminos y lugares." (Norberg Schulz, Existencia, espacio y

arquitectura). Las regiones pueden considerarse cuadrantes o distritos, estos constaban

con ejes y lugares que conformaban un solo elemento, es la convergencia de lugares,

caminos y direcciones. Estas regiones podían ser tantos extensas o delimitadas por

aristas, a las que Lynch consideraba como elementos lineales que no pueden ser

considerados como caminos (ríos, mares, colinas), estas áreas tienen el objetivo de

servir para las actividades humanas, ya que el hombre es el que le da un significado a

cada espacio de esta región, el hombre le otorga un espacio coherente o existencial.

Provincia de Misiones, Argentina

La imagen muestra cuadrantes serían las regiones, que constan de varios lugares, los

cuales forman una región, caminos y direcciones, que son las calles. Todos estos

elementos forman un espacio existencial, forman una ciudad, por lo tanto, la ciudad es

un espacio existencial.

Interacción elemental

En efecto, se puede considerar como una dimensión de la existencia humana a la

convergencia de lugares, caminos y regiones, en diferentes combinaciones, puede ser

una ciudad romana de forma ortogonal, o una ciudad circular. Basta con que conste de

esos tres elementos importantes: el lugar que es la zona de interacción con el ambiente,

los caminos que orientan a una dirección y las regiones que unifican el terreno, solo así

se creará dimensión real de la existencia humana.

París, Se puede observar todos los elementos integrados del espacio existencial. Los

caminos funcionan excelentes como ejes, la densidad de los lugares como regiones, la

centralidad que genera el arco del triunfo.

CONCLUSIÓN

“El interés del hombre por el espacio tiene raíces existenciales: derivada de una

necesidad de adquirir relaciones vitales en el ambiente que le rodea para aportar sentido

y orden a un mundo de acontecimientos y acciones.” (Norberg Schulz, existencia,

espacio y arquitectura). Es decir, el hombre posee identidad, dentro de sus necesidades

está establecerse en un lugar donde pueda desarrollarse y expresar su posición en el

mundo, a los lugares se los considera espacios, estos se convierten en el punto de

percepción del humano, las percepciones son las imágenes, experiencias, esquemas que

se adquieren y desarrollan a lo largo de su vida, mediante la interacción que produce en

estos espacios. En este caso la existencia, vida del hombre pasa a ser un espacio, porque

éste al igual que el espacio, toma posición del entorno.

En otras palabras, el hombre hace el espacio y el espacio hace al hombre. Si esto no

sucediera así, ¿el espacio en la arquitectura se convertiría en un factor hermético? En

efecto, debido a que la arquitectura influye en la existencia humana, ya que ésta crea,

diseña, configura los espacios y para ello se medita en la relación del hombre y el

espacio. Siendo arquitectura un arte, permite obtener varias interpretaciones acerca de

ella, lo que implica que existan diferentes concepciones del espacio, sin disociar al

hombre de aquellos ni de perder la identidad de cada uno de ellos. Sin la presencia

humana no hay percepción ambiental, por lo tanto, aquel espacio que es parte de la

arquitectura, que tiene como objetivo resolver las necesidades de la sociedad, además de

que quizás ese espacio siendo nada, con la existencia humana tenía posibilidades de

convertirse en algo más, pierde importancia, deja ser un espacio, deja de ser

arquitectura.

BIBLIOGRAFÍA

Christian Norberg-Schulz, Existencia, Espacio y Arquitectura, Nuevos caminos

de la arquitectura, Blume, Barcelona, 1975

Bruno Zevi, Espacios de la arquitectura moderna, Poseidón Sl, 1980

Ignasi de Solá Morales, Introducción a la arquitectura conceptos fundamentales,

Edition s UPC

Kevin Lynch, the image of the city, 1960

Martin Heidegger, Construir, habitar, pensar