En Guatemala existe una especial necesidad de comunidades educativas compren-sivas y sanadoras. Nuestro compromiso por sentar las bases para la creación de

una comunidad educativa de estas características está creciendo exponencialmente año tras año. Lo que hace solamente 8 años comenzó como la primera clase Waldorf de Guatemala, formada por 12 niños, es ahora un sólido modelo de renovación educa-tiva con más de 80 alumnos que van desde la perprimaria al sexto grado de primaria. Más de 85% de ellos son indígenas mayas que se benefician de nuestro sistema in-

terno de becas, llamado Fondo Estudiantil Maya. Su beca incluye los costes de matrícula y escolarización mensual, todos sus materiales escolares y dos comi-das nutritivas y orgánicas al día.

Nuestro objetivo es la mejora de los modelos edu-cativos de Guatemala. Los esfuerzos para mejorar la educación deben intensificarse si se desea que nues-tro país alcance a cubrir los desafíos medioambien-tales, económicos y sociales a los que se enfrenta. En este contexto, la pedagogía Waldorf se ajusta de forma

natural a Guatemala en general y nuestra comunidad en particular. Su naturaleza sa-lutogénica, generadora de salud individual y social, su enfatización en valores como la libertad, la solidaridad y la equidad, la expresión creativa, el trabajo práctico o el

Escuela Caracol es una escuela intercultural situada en San Marcos La Laguna, Sololá. Inspirada en la pedagogía Waldorf, Escuela Caracol se ha convertido en un modelo de regeneración educativa de referencia nacional.

▲ Ignacio Porón, maestro de la Escuela Caracol, con su hija Estrella, actualmente en Tercer Grado

medio natural en el que desarrollamos nues-tra actividad diaria son parte de nuestro día a día en Escuela Caracol. Las niñas y niños, seguros de sí mismos , encuentran en Escuela Caracol la motivación necesaria para seguir profundizando en su aprendizaje a la vez que establecen relaciones horizontales con sus compañeros y maestros, lo que elimina el re-siduo del servilismo, tan presente en las co-munidades del altiplano. Las tradiciones ma-yas son honradas y celebradas, de modo que se convierten en un referente inspirador que permite el desarrollo de una nueva cultura. Honramos nuestras raíces a la vez que nos convertimos en ciudadanos mundiales.

Nos encontramos en una de las regiones más pobres de Guatemala, con un 80% de la población sumida en la po-breza, un 25% en la pobreza extrema y solamente un 62% de los estudiantes logran lle-gar a sexto grado.

Nuestro modelo educativo es llamado alternativo por su forma abordar tnato la trans-misión de conocimientos como el trato humano. A pesar de ello, nuestra institución cumple con todas las competencias obligatorias del CNB (Currículum Nacional Básico), y es una escuela privada reconocida por el MINEDUC.

La Pedagogía Waldorf

Los estudiantes de esta pedagogía crean a lo largo de su vida estudiantil capacidades para desenvolverse en la socieda de una forma más humana, equilibrada y creativa. Esto se refuerza en la medida en que las escuelas Waldorf logran conformarse por el trabajo conjunto de los profesores y la participación de las familias, que colaboran en la administración de la escuela y participan en el proceso educativo y formativo de los escolares. De esta forma, el quehacer pedagógico no se ve limitado por una dirección o autoridad, sino que se alimenta a través de un vínculo de confianza recíproco entre padres y maestros que hace posible el puente entre escuela y sociedad.

La pedagogía Waldorf establece como principio fundamental que la atención a los aspectos físico, aními-co y espiritual es la base del quehacer educativo, por lo que esta alternativa se produce en relación a las facultades anímicas (pensamiento, sentimiento y voluntad) y a las capacidades espi-rituales (imaginación, inspiración e intuición). Todo ello permite integrar una concepción humana, en íntima relación con la sociedad y con el medio en que el individuo se desarrolla. En general, la verdadera meta de la pedagogía Waldorf es “desarrollar seres humanos libres capaces por sí mismos de impartir propósito y dirección a sus vidas” (Rudolf Steiner, fundador de la primera escuela Waldorf). Para ello, el respeto por el proceso personal dentro de los procesos educativos de cada ser humano es esencial, a la vez que promueve y facilita el aprendizaje, dando respuestas a los intereses, preguntas y necesidades de cada in-dividuo. Con esta pedagogía se busca guiar al niño hacia un desarrollo que le permite

llegar a ser un hombre o mujer libre, dueño de su voluntad y acción, con capacidad de decisión y con una percepción sensible del mundo que le rodea.

La educación, entendida de esta manera, trascien-de la mera transmisión de conocimientos y se con-vierte en sustento del desarrollo integral del niño, cuidando que toda su vida escolar se lleve en torno a la formación de su vluntad, sensibilidad e intelecto.

La pedagogía Waldorf divide las etapas del desa-rrollo infantil en períodos de 7 años (septenios) basándose en una observación cientí-fica de los cambios fisiológicos, anímicos y perceptuales que se generan en los niños, de manera cíclica, en este lapso de tiempo.

La educación, entendida de esta ma-nera, trasciende la mera transmisión de conocimientos y se convierte en sustento des desarrollo integral del niño, cuidando que toda su vida esco-lar se lleve en torno a la formación de su vluntad, sensibilidad e intelecto.

La primera etapa, de cero a siete años, aproximadamente, comprende desde el na-cimiento hasta la caída de los dientes de leche, la cual nos indica que los procesos formativos y de fortalecimiento orgánico, propios de la primera infancia, han llegado a su fin o hn alcanzado la madurez necesaria para que las fuerzas vitales se puedan emplear en tareas intelectuales.

El juego creativo es esencial en este primer septenio. De hecho, el juego es la única forma en la que los niños de esta edad pueden abordar el mundo de forma seria y competente. Durante esta primera etapa, en las escuelas Wadorf no se exige un de-sarrollo intelectual en los niños, ya que de esta forma se les estaría restando salud y vitalidad para su vida posterior. El mismo CNB de Guatemala indica claramente que en esta etapa no debe enseñarse a leer a los niños. El juego, por lo tanto, no es visto como una liberación del trabajo serio, sino que es percibido por el niño como su propio empleo, del mismo modo que un adulto posee el suyo.

La segunda etapa, que abarca aproximadamente de los siete a los catorce años, es decir, del cambio de dentición a la pubertad, es una etapa en la que el niño o niña está más listo para entrar en la etapa escolar y tener un aprendizaje más intelectual, auqneu sea siempre revestido por un manto artístico con intención de belleza que apela al mundo de sentimientos que aflora en este septenio. Comienza una fase de su desarrollo en la que se interesa por la producción de ideas y quiere aprender. Todas las materias académicas se imparten de una mandra artística, fundamentando así un ulterior sentido de la estética. El propio maestro debe convertirse en un artista de la educación, ya que la conducción pedagógica en este septenio se basa en el respeto a una autoridad bien amada.

Los más recientes estudios en liderazgo, que actualmente está viendo un espectacu-lar florecimiento en Guatemala (especialmente en escuelas privadas de negocios) in-

dican esta misma idea. El liderazgo y la autoridad no pueden ganarse por la fuerza. Es el respeto y sobre todo la admiración lo que provoca esta transferencia de autoridad de un idividuo a otro. Lo mismo sucede, por supuesto, con los niños: amarán y respetarán a quien ha ganado su respeto y admiración sin tratar de imponerlo. Lo que el maestro representa por sus actos es lo que legitima su posición.

Coexistencia, convivenciaEn la Escuela Caracol coexisten diferentes realidades,

personas de diversas nacionalidades, que tienen en co-mún su pertenencia a la escuela y que desean una mejor educación para sus hijos e hijas. En este sentido, la Es-cuela Caracol rompe con el desequilibrio social existen-te en Guatemala, en general, y en Atitlán, en particular, donde las personas originarias están, generalmente, en una condición de servicio a los inmigrantes extranjeros, dando la posibilidad a los niños indígenas de mantener relaciones horizontales y recí-procas con niños de otras nacionalidades, lo que expande sus posibilidades de desa-rrollo en diversos aspectos (cognitivo, social, de integración a la cultura global, laboral, etc.) Todo ello confiere a la Escuela Caracol el poder que la constituye como un agente de cambio social.

Alimentación saludableEn la Escuela Caracol todos los días los niños reciben

una refacción y un almuerzo que buscan cubrir las nece-sidades nutricionales básicas diarias. Los alimentos son preparados con ingredientes naturales, criollos y orgáni-cos en su mayoría, comprados a productores locales. La encargada de la cocina es una madre de familia de la es-cuela; aquí la cocina retoma su papel central como fuego del hogar llevando a cabo una nutrición que no solo es física sino también emocional.

Romper paradigmasLa educación se ha dirigido, básicamente, a responder

necesidades netamente intelectuales, escolarizando a los niños desde temprana edad, descuidando así su par-te emocional, creativa, espiritual, lo que lleva a pensar que estarían preparados para desenvolverse en el medio social que les ha tocado vivir. Este tipo de educación ha dejado de lado principios dentro del aula, relacionados a la creación de sociedades más justas y equilibradas con su entorno.

Las infraestructuras deficientes, el exceso de alumnos en las aulas, una precaria formación del profesorado, la falta de programas adaptados a las necesidades reales de los alumnos/as y los diferentes tipos de discriminación que enfrentan por su nivel económico, social o cultural han alejado también a la educación de conceptos huma-nísticos esenciales como, por ejemplo, la equidad, la solidaridad y la fraternidad.

EmpoderamientoLas maestras y maestros de nuestra escuela están en formación continua. Además

de poseer estudios universitarios, dedican 5 años más a profundizar en los principios de la pedagogía Waldorf. Fruto de este esfuerzo colectivo, Andrea Arrivillaga se con-virtió en la primera guatemalteca en completar su formación Waldorf para primaria, y Maribel Mendoza hizo historia logrando convertirse en la primera mujer indígena en ocmpletar su formación Waldorf para preprimaria. Lejos de conformarse con este inmenso e histórico logro, tanto ellas como sus compañeros continúan su formación año tras año, acudiendo a conferencias, cursos y encuentros en diferentes países. Este tremendo valor supone desarrollo comunitario, ya que estos profesionales ejercen su actividad en esta comunidad y son sus alumnos y familias los beneficiarios directos de este crecimiento; también se ve beneficiado el país, ya que continuamente recibimos a profesionales de ámbitos tan diversos como la pedagogía, la psicología o la agricultura, por nombrar algunas, que nos visitan en busca de entender más profundamente este acercamiento pedagógico tan inspirador y necesario para nuestra sociedad.

Estamos muy felices por comenzar nuestro segundo septenio, con nuevos horizontes abriéndose para nosotros. En este nuevo año escolar, que comenzó en Enero, las ins-cripciones de nuevos alumnos aumentaron un 20%. Nuestras clases están repletas y

estamos comenzando a implementar programas educativos para las familias. Creemos firmemente que nuestra comunidad educativa representa la vision de la pedagogía de Rudolf Steiner, en la que la libertad y el impulso creador están manifestándose en forma de solidaridad comunitaria y empodaramiento económico. Somos una escuela única en el mundo (una escuela Waldorf proporcionando becas a más de 85% de sus estudiantes es un modelo inexplorado hasta nuestra aparición) y somos también un ejemplo firme de lo que la educación puede lograr cuando es guiada por el corazón. Nuestro sueño ya no es utopía: somos una realidad tangible, y creemos que este modelo puede y debe ser replicado en cuantos más lugares mejor. Nuestro mayor deseo es seguir creciendo a la vez que servimos de inspiración a la comunidad guatemalteca e internacional.

Su apoyo es vital

Escuela Caracol es la primera escuela Waldorf de Guatemala. Más del 85% de los estudiantes son indígenas mayas que no pueden afrontar el pago de su colegiatura. Su educación es posible gracias a una amplia red internacional de apoyo. Creemos que ha llegado el momento de que nuestras paisa-nas y paisanos se sumen a esta comunidad de apo-yo y que juntos afrontemos los difíciles retos que se nos presentan como pueblo guatemalteco.

Todas las donaciones y patrocinios apoyan colectivamente nuestro Fondo Estu-diantil Maya, creado específicamente para apoyar la escolarización de niñas y niños indígenas mayas. Puedes convertirte en patrocinador por menos de 10 quetzales al día, o si lo prefieres puedes cubrir el coste completo de una colegiatura (incluyen-do comidas, materiales y actividades) por 2.140 quetzales al mes. También puedes realizar donaciones puntuales; cualquier cantidad nos ayuda enormemente.

Las niñas y niños que patrocines te enviarán correspondencia 2 veces al año, y podrás enviarles cartas siempre que lo desees. Nuestro equipo se asegurará de mantener una comunicación fluida y sincera entre ambas partes, y se atenderán todas las sugerencias o peticiones personales con el fin de mejorar este sistema de comunicación.

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escuelacaracol.org / info@escuelacaracol.org

“Mano con mano en el caminocon el canto hagamos

un dorado cordel,confiando siempre, siempre

en la sabia ayudaluz divina veré.

Arduo y difícil es el caminopero fuertes somosy al fin llegaremos.”