Escenas, Escenarios y Representaciones
-
Upload
casa-de-los-ninos-y-de-los-adolescentes -
Category
Documents
-
view
215 -
download
0
description
Transcript of Escenas, Escenarios y Representaciones
ESCENAS, ESCENARIOS Y REPRESENTACIONES
Algunas reflexiones acerca de una practica profesional en el Programa Casas
de los Niños y de los Adolescentes.
Las Casas de los Niños y de los Adolescentes son instituciones que funcionan
diariamente, a contra turno escolar, destinadas a niños, niñas y adolescentes,
de 6 a 18 años de edad. Ubicadas en los barrios de Barracas, Lugano, La Boca
y Arturo Illia. En el año 1992 se inauguró la primera casa del programa en el
barrio de Barracas.
Parte 1: Escenas
“¿Qué es la Casa de los Adolescentes?”, preguntamos.
“El tiempo que vale la pena”, dice Eber.
“Teatralización y verdad” Joel se presenta como un niño malo. Rompe, pega, no respeta ningún
encuadre, parece que ninguna actividad le interesa.
En una conversación con la coordinadora institucional, a quien lo une un lazo
muy especial dice: - “En mi casa, en la escuela y en el barrio me tratan mal, y
me gritan, y yo respondo: tu me tratas bien y yo te desprecio”.
Otro día, luego de tirar varios objetos y muebles, Joel se presenta como
“poseído”. Realiza movimientos convulsivos y cuando la coordinadora le
propone arreglar el espacio, revolea los ojos y habla con voz ronca como si
fuera “el diablo”. Ella, al borde del desconcierto, decide también actuar una
respuesta y le dice: - “No sé si te vamos a poder ayudar”. Esto parecería
generar un efecto en Joel quien abandona el personaje, la mira y lentamente
pone todo en su lugar.
Con el tiempo, en el grupo, Joel participa de un proyecto que consiste en la
construcción de un relato ilustrado. Cada chico elije un animal. Joel decide ser
un toro. En su disfraz coloca cuernos, que pensamos ya no son los del diablo,
¿o si?
Al presentar el proyecto en la muestra de fin de año, la mamá de Joel se acerca
sorprendida, aunque planteando sus dudas acerca de las posibilidades del
niño. La coordinadora confirma su asombro: - “Su hijo es un lujo, es
maravilloso”, dice sobreactuando y sabiendo que esta expresión, quizás
exagerada es verdadera y parte de una apuesta. Joel sonríe orgulloso y
confiado.
“¿Nahuel? Presente”
Luego de un tiempo de haber asistido a la escuela de recuperación, Nahuel
pudo pasar a una escuela común. El quería realizar ese cambio.
Propiciamos una reunión para pensar cómo inaugurar este camino junto a
todos los que de diferentes maneras lo habíamos acompañado: nosotros, su
familia, el psicólogo de Centro de Salud del barrio, la abogada de la Defensoría,
la directora y la maestra de su nueva escuela.
Alguien nota la ausencia: - “¡Falta Nahuel!”... ¿Por qué queda afuera?
Lo llamamos y finalmente, Nahuel se incluye en la reunión para formar parte
(esencial) del acontecimiento.
“Más que un apellido” Teresa, de 15 años, ha perdido hace un tiempo a su mamá. Luego de haber
realizado varios intentos por incluirla en una familia, se encuentra viviendo en la
casa de sus tíos maternos. Concurre desde los 6 años a la institución en
Barracas.
Hoy su Coordinadora Grupal acompaña a la joven a inscribirse en la escuela,
llega el turno y llaman por apellido:-¡Que pase Núñez! Y Núñez son las dos:
Teresa y su coordinadora. Al advertir esta coincidencia se miran y sonríen,
unidas por un apellido, el mismo que resuena en sus oídos, en su historia y en
sus corazones. Una unión posible que frente al desamparo posibilita un
acompañamiento.
“¿Que es la Casa de los Niños?”
“Todavía no lo sé…”, dice Irma quien concurre hace 3 años a la institución.
Parte 2: Escenarios
Las escenas presentadas tienen distintos protagonistas y corresponden a
diferentes momentos vividos en las Casas de los Niños y de los Adolescentes.
Conforman un abanico de relatos que dan cuenta de las acciones, vicisitudes y
desafíos que se desarrollan diariamente en las instituciones, en los grupos, en
los talleres, en los encuentros con egresados.
Pensar a partir de escenas para luego generar un tiempo y un espacio en
donde desplegar una estrategia es, para nosotros, una forma de intervención
fecunda. Buscamos la inclusión de múltiples miradas, aportes y marcos de
referencia que nos permitan comprender las complejidades presentes en cada
una de las escenas que se nos presentan insistentemente, y que nos
devuelven desde su profunda verdad, la incomodidad de una pregunta sobre el
sentido de nuestra intervención.
¿Qué cosas nos vuelven como señas de identidad en nuestra tarea
profesional en estas escenas? Escenas que a partir del juego, del “dale que”, hacen visible la multiplicidad (de
personajes) que habitan en cada uno y permiten ver más allá de lo que Joel
nos muestra.
Escenas, como la de Nahuel, que nos plantea el problema acerca de las formas
de hacer presente la palabra del niño y su participación en los asuntos que
para él son importantes. Escenas que al pensar un sostén que pueda
acompañar y responder por Teresa, nos abren la pregunta sobre nuestra
responsabilidad como adultos y sobre la inscripción social de los sujetos más
allá de la filiación del parentesco.
Cada escena es única, irrepetible. Parte de la novedad que trae cada chico,
cada chica. Nos invita a pensar en su inclusión, en el espacio como límite y
plataforma, en lo que queremos ofrecer, en la confianza que otorgamos.
Los aspectos relevantes de la identidad del Programa, sus principios y
dispositivos, surgen de situaciones que no necesariamente se anticipan o
planifican, sino que aparecen, se presentan y les damos lugar.
De acuerdo con esta lógica, las Casas de los Niños y de los Adolescentes,
eligen pensarse como una estructura abierta para poder albergar la infancia,
la adolescencia y la novedad de ese tiempo que vale la pena.
Existen diferentes dimensiones de esta apertura: la posibilidad de ensayo, la
circulación de los niños, niñas y adolescentes para participar de los espacios y
las propuestas que ofrece su ciudad y el acceso al conocimiento.
Esta estructura abierta supone ciertas condiciones a nivel de los dispositivos de
trabajo: ofrecer diferentes formatos (grupo, taller y red) y tener la posibilidad de
configurarse en cada situación.
Los tiempos y espacios institucionales buscan dar lugar a lo común y a lo
particular, a lo que sucede dentro de cada institución y en el afuera.
Existe un espacio grupal del cual participan niños y adolescentes divididos por
edad, coordinado por una pareja pedagógica.
Durante el año la tarea de cada grupo se organiza en diferentes momentos que
coexisten, son dinámicos y flexibles:
- el momento de conformación grupal en el que incluimos la circulación y la
apropiación del espacio, la organización de los tiempos, los acuerdos
necesarios para la convivencia, el trabajo sobre la identidad singular, grupal e
institucional.
- el momento de proyecto grupal comprende intereses, necesidades, desafíos
de cada grupo y propuestas de los coordinadores que se articulan en diferentes
lenguajes expresivos para alcanzar una “creación final” que culmina en una
muestra de los procesos y producciones alcanzadas. Al final del recorrido, y a
partir de lo transitado, podemos vernos reflejados en una producción que da
cuenta de una autoría colectiva.
Otro de los dispositivos institucionales, es el espacio de taller. El mismo
permite trabajar temáticas especificas o situaciones particulares tanto en
pequeños grupos como individualmente. Los talleres surgen en función de
situaciones que exceden el marco grupal y para las que se diseña
especialmente una propuesta. Talleres educativos, de expresión plástica, de
“cosas de chicas”, para organizar los tiempos escolares, para pensar
situaciones difíciles que atraviesan los chicos, talleres para mamás
adolescentes, para escribir cartas, para aprender música o leer y escribir
cuentos, entre otros dan cuenta de la variedad y flexibilidad de este formato.
El tercer dispositivo es el trabajo en red. Desde los orígenes del programa, se
ha construido a partir de la preocupación por las formas materiales que a nivel
del territorio debe asumir el armado de una institucionalidad en el marco de la
Protección Integral de Derechos.
Se trata de poner sobre la mesa las ideas, acciones y omisiones en cada
situación, a la luz de la corresponsabilidad que tenemos todos los actores en la
construcción de esa trama para la inscripción social de los sujetos. Nos
proponemos, entonces, un trabajo con otros para abrir el dialogo, compartir
responsabilidades, desplegar multiplicidad de miradas, trayectorias e
intervenciones.
La red se configura desde la situación de cada chico y toma como base la
estrategia del acompañamiento, a diferencia de prácticas ligadas a la
derivación. Una red que sostenga a los chicos en el entramado familiar, barrial
e institucional que interpela, en primer lugar a las acciones y omisiones de las
instituciones públicas. En esta búsqueda frecuentemente nos encontramos con
obstáculos que se vinculan con la indiferencia, el aislamiento institucional, la
incompatibilidad de miradas y los diferentes modos de implementación de
estrategias. Sin embargo, en estas situaciones es una dimensión insoslayable
a la hora de pensar en la efectivización de derechos y por ello seguimos
tratando de aprender apostando a la construcción compartida…
Parte 3: Representaciones 1
El acto de pensar nuestra identidad como programa, está atravesado por un
contexto social, político, cultural y económico, que como muchos autores
sostienen, está caracterizado por la retirada del Estado Social de Derecho. La
complejidad de este contexto nos lleva a buscar definiciones a partir de lo que
hacemos.
En un sentido formal, nuestra inscripción en la Dirección de Niñez y
Adolescencia nos marca como meta la promoción de los derechos de los
chicos y nos constituye desde la idea política de (re)construcción de lazos
sociales: de vínculos reales en el encuentro con otros, de un espacio común y
del diálogo como modo privilegiado para expresarnos. Nos sostiene además,
una idea central de respeto por la legalidad que supone al otro niño, niña o
adolescente como sujeto de derechos y obliga a las instituciones públicas a
garantizar una atención de calidad.
La pregunta acerca de cómo una institución da lugar a la infancia y
adolescencia ciudadana nos brinda la oportunidad de reflexionar acerca de los
diferentes problemas que esta perspectiva de derechos inaugura.
¿Cómo trascender una posición que históricamente en nombre de la protección
ha avasallado derechos? Pero a la vez ¿cómo no caer en ciertas
interpretaciones del discurso de de la protección integral que banalizan su
complejidad y ubican a los chicos en una situación de mayor desamparo?
A modo de ejemplo, podemos detenernos en la pregunta por la
participación y expresión de los chicos y su derecho a ser escuchados.
Las simplificaciones al abordar este tema, suelen tomar la forma de la
demagogia que significa hacer sólo lo que a los chicos les interesa, sólo lo que
los chicos quieran y que decidan los chicos.
En cambio, problematizar esto, enfrenta a las instituciones a revisar sus
representaciones y prácticas abriéndose así, algunos interrogantes acerca de:
- los límites y posibilidades de la escucha y la participación ,
- las formas que estas asumen desde la especial perspectiva de los
chicos (cómo miran el mundo, cómo juegan, cómo piensan las cosas, como
ensayan modos de expresión, como prueban identidades…) y,
- la responsabilidad del adulto de dar respuesta y enriquecer esas
posibilidades expresivas.
En este sentido consideramos que el dar la palabra a los chicos y
proyectarla en un afuera se relaciona con favorecer el acceso a los diferentes
lenguajes, y así permitirles representar y representarse, comunicar, pensar y
participar para poder transformar.
Se nos presenta entonces la difícil tarea de construir una propuesta desde los
aportes y dificultades que plantea este enfoque de derechos. Más allá de ello,
que un niño o un adolescente tenga la posibilidad de recibir los recursos que le
permitan crecer, es en primer lugar, una obligación del Estado y de sus
instituciones. Esto no puede omitir la presencia de un adulto que esté allí para
cuidarlos, y para hacer lo que ellos no tienen obligación de hacer, justamente,
porque son chicos y los tiempos de la niñez y la adolescencia deben ser
inclaudicables.
Parte 4: Representaciones 2
Queremos referirnos, a modo de cierre, al sentido de la presentación de
nuestro trabajo en este Simposio.
Pensamos que es importante producir algo juntos para ser presentado
públicamente. El juntarnos para crear y dialogar con otros es un gesto que nos
acerca a la dimensión de lo político. Podríamos establecer un paralelismo entre
la posibilidad de proyectar la palabra de los niños, niñas, adolescentes y lo que
significa para nosotros como equipo salir de la soledad y poner a circular lo que
pensamos y hacemos junto a ellos.
Estamos entonces acá porque creemos que hacer pública una reflexión sobre
la propia identidad es un movimiento necesario. Necesario para intentar
producir otra cosa frente al riesgo de caer en una dinámica, que, como dice
Ignacio Lewkowicz, ha transformado a muchas instituciones públicas en
espacios de fuerte lógica interna, pero con escasa llegada a la ciudadanía.
Parece ser que lo que está en juego y hay que arriesgar, es nuestra propia
identidad, en un esfuerzo por ganar lo público, lo exterior, una nueva
experiencia (mucho más amplia) de lo múltiple y lo nuevo.
Quizás en esta última idea, resida el impulso vital de continuar
sosteniendo una pregunta por la justicia.
Aún con los vientos desfavorables que circulan hoy en día, esta podría ser una
buena manera para imaginar como somos.
Y para encontrar la respuesta a aquella observación de porque alguien, a pesar
de no saber todavía de qué se trata esto, no falta ni un solo día durante tres
años.
Lía ALIX JUNCO
Nicolás ARISPE
Ethel BATISTA
Carlos Gabriel DAPENA
Alejandra LAPEGNA
Maria Ana MONZANI
Eugenia Laura NÚÑEZ
y Graciela SOLER
Bibliografía Agamben Giorgio (2003) Infancia e Historia, Buenos Aires, Argentina: Adriana Hidalgo. Bianchi, María del Carmen (1999) Infancia y Ciudadanía: Obligaciones para quien Ponencia presentada en Congreso Internacional de Psicología. Panamá. Castel, Robert (2004) La inseguridad social. Buenos Aires Argentina: Manantial Cornu, Laurance (2002) Responsabilidad, experiencia, confianza. En: Frigerio, Graciela (comp) Educar: rasgos filosóficos para una identidad. Buenos Aires Argentina: Santillana. Frigerio, Graciela (2004) La (no) inexorable desigualdad. En: Ciudadanos. Revista de Crítica Política y Propuestas. Buenos Aires Argentina: Ed. FAI. Lewkowicz, Ignacio (2004) Pensar Sin Estado. Buenos Aires, Argentina: Paidós Meirieu, Philippe (2004) Elmaestro y los derechos del niño: ¿historia de un malentendido? Barcelona, España: Octaedro/Rosa Sensat Monzani, María Ana y Soler, Graciela (2005) Infancias y derechos: plurales (des)encontrados Clase virtual en Curso “Infancias y adolescencias interrogaciones sobre saberes y prácticas” Buenos Aires, Argentina: Cem/Punto Seguido