Es domingo 4° Febrero

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100 años de Fátima El Papa Francisco nos pide en FEBRERO rezar por aquellos que están agobiados, especialmente los pobres, los refugiados y los marginados, para que encuentren acogida y apoyo en nuestras comunidades BOLETÍN DEL CONVENTO SAN ALBERTO MAGNO 400 años de la Muerte de Santa Rosa| 100 años de Fátima AÑO 12/ N°106/FEBRERO 05 2017 / V Domingo T° Ordinario [email protected] Escribo en obediencia a Vos, Dios mío, que lo ordenáis por medio de Su Excelencia Reverendísima el Señor Obispo de Leiria y de la Santísima Madre vuestra y mía. Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: « algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él » a un Obispo vestido de Blanco « hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre ». También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y echas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios. Sor Lucia de Jesus Rosa dos Santos, vidente de Fátima. Tercera parte del secreto revelado el 13 de julio de 1917 en la Cueva de Iria-Fátima. “Compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no despreocuparte de tu propia carne. Entonces despuntará tu luz como la aurora y tu llaga no tardará en cicatrizar; delante de ti avanzará tu justicia y detrás de ti irá la gloria del Señor. Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá: "¡Aquí estoy!". si ofreces tu pan al hambriento y sacias al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía...” (Is, 58,7-10) ¡Ven, descubre el asombroso mundo de la Biblia y aprende a leerla e interpretarla...! Miércoles de 7:00 a 8:00 p.m. Aquí en nuestro convento San Alberto Magno. ¿Quieres colaborar con los damnificados de los huaicos e inundaciones? Puedes donar alimentos no perecibles, agua envasada, artículos de higiene personal, calaminas, materiales de construcción y carpas. Ingresa a www.caritas.org.pe ó Búscanos en: Calle Omicrón 492 - Callao (altura de la cdra. 58 Av. Colonial) Entre inundaciones y huaicos Entre inundaciones y huaicos ¡emergencia y solidaridad! ¡emergencia y solidaridad!

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100 años deFátima

El Papa Francisco nos pide en FEBRERO rezar por aquellos que están agobiados, especialmente los pobres, los refugiados y los marginados, para que encuentren acogida y apoyo en nuestras comunidades

BOLETÍN DEL CONVENTO SAN ALBERTO MAGNO

400 años de la Muerte de Santa Rosa| 100 años de Fátima

AÑO 12/ N°106/FEBRERO 05 2017 / V Domingo T° [email protected] en obediencia a Vos, Dios mío, que lo

ordenáis por medio de Su Excelencia Reverendísima el Señor Obispo de Leiria y de la Santísima Madre vuestra y mía.

Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: « algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él » a un Obispo vestido de Blanco « hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre ». También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran

Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y echas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios.

Sor Lucia de Jesus Rosa dos Santos,vidente de Fátima.

Tercera parte del secreto revelado el 13 de julio de 1917 en la Cueva

de Iria-Fátima.

“Compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que

veas desnudo y no despreocuparte de tu propia carne. Entonces despuntará tu luz

como la aurora y tu llaga no tardará en cicatrizar; delante de ti avanzará tu justicia y

detrás de ti irá la gloria del Señor.

Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá: "¡Aquí estoy!".

si ofreces tu pan al hambriento y sacias al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las

tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía...” (Is, 58,7-10)¡Ven, descubre el asombroso mundo de la Biblia y aprende a leerla e interpretarla...!Miércoles de 7:00 a 8:00 p.m.Aquí en nuestro convento San Alberto Magno.

¿Quieres colaborar con los damnificados de los huaicos e

inundaciones?

Puedes donar alimentos no perecibles, agua envasada, artículos de higiene personal, calaminas, materiales de construcción y carpas. Ingresa a

www.caritas.org.pe ó Búscanos en:Calle Omicrón 492 - Callao

(altura de la cdra. 58 Av. Colonial)

Entre inundaciones y huaicosEntre inundaciones y huaicos

¡emergencia y solidaridad!¡emergencia y solidaridad!

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Jornada Mundial del Enfermo 2017

l próximo 11 de febrero se celebrará Een toda la Iglesia y, especialmente, en Lourdes, la XXV Jornada

Mundial del Enfermo, con el tema: El asombro ante las obras que Dios realiza: «El Poderoso ha hecho obras grandes por mí…» (Lc 1,49). Esta Jornada, instituida por mi predecesor san Juan Pablo II, en 1992, y celebrada por primera vez precisamente en Lourdes el 11 de febrero de 1993, constituye una ocasión para prestar especial atención a la situación de los enfermos y de todos los que sufren en general; y, al mismo tiempo, es una llamada dirigida a los que se entregan en su favor, comenzando por sus familiares, los agentes sanitarios y voluntarios, para que den gracias por la vocación que el Señor les ha dado de acompañar a los hermanos enfermos. Además, esta celebración renueva en la Iglesia la fuerza espiritual para realizar de la mejor manera posible esa parte esencial de su misión que incluye el servicio a los últimos, a los enfermos, a los que sufren, a los excluidos y marginados (cf. Juan Pablo II, Motu proprio Dolentium hominum, 11 febrero 1985, 1). Los encuentros de oración, las liturgias eucarísticas y la unción de los enfermos, la convivencia con los enfermos y las reflexiones sobre temas de bioética y teológico-pastorales que se celebrarán en aquellos días en Lourdes, darán una aportación nueva e importante a ese servicio.

Como santa Bernadette estamos bajo la mirada de María. La humilde muchacha de Lourdes cuenta que la Virgen, a la que llamaba «la hermosa Señora», la miraba como se mira a una persona. Estas sencillas palabras describen la plenitud de una

relación. Bernadette, pobre, analfabeta y enferma, se siente mirada por María como persona. La hermosa Señora le habla con gran respeto, sin lástima. Esto nos recuerda que cada paciente es y será siempre un ser h u m a n o, y d e b e s e r t r a t a d o e n consecuencia. Los enfermos, como las personas que tienen una discapacidad incluso muy grave, tienen una dignidad inalienable y una misión en la vida y nunca se convierten en simples objetos, aunque a veces puedan parecer meramente pasivos, pero en realidad nunca es así.

Bernadette, después de haber estado en la Gruta y gracias a la oración, transforma su fragilidad en apoyo para los demás, gracias al amor se hace capaz de enriquecer a su prójimo y, sobre todo, de ofrecer su vida por la salvación de la humanidad. El hecho de que la hermosa Señora le pida que rece por los pecadores, nos recuerda que los enfermos, los que sufren, no sólo llevan consigo el deseo de curarse, sino también el de vivir la propia vida de modo cristiano, l legando a darla como verdaderos discípulos misioneros de Cristo. A Bernadette, María le dio la vocación de servir a los enfermos y la llamó para que se hiciera Hermana de la Caridad, una misión que ella cumplió de una manera tan alta que se convirtió en un modelo para todos los agentes sanitarios. Pidamos pues a la Inmaculada Concepción la gracia de saber siempre ver al enfermo como a una persona que, ciertamente, necesita ayuda, a veces incluso para las cosas más básicas, pero que también lleva consigo un don que compartir con los demás...

6. Cada domingo, la Palabra de Dios es proclamada en la comunidad cristiana para que el día del Señor se ilumine con la luz que proviene del misterio pascual. En la celebración eucarística asistimos a un verdadero diálogo entre Dios y su pueblo. En la proclamación de las lecturas bíblicas, se recorre la historia de nuestra salvación como una incesante obra de misericordia que se nos anuncia. Dios sigue hablando hoy con nosotros como sus amigos, se «entretiene» con nosotros, para ofrecernos su compañía y mostrarnos el sendero de la vida. Su Palabra se hace intérprete de nuestras peticiones y preocupaciones, y es también respuesta fecunda para que podamos experimentar concretamente su cercanía. Qué importante es la homilía, en la que «la verdad va de la mano de la belleza y del bien», para que el corazón de los creyentes vibre ante la grandeza de la misericordia. Recomiendo mucho la preparación de la homilía y el cuidado de la predicación. Ella será tanto más f r u c t u o s a , c u a n t o m á s h a y a experimentado el sacerdote en sí mismo la bondad misericordiosa del Señor. Comunicar la certeza de que Dios nos ama no es un ejercicio retórico, sino condición de credibilidad del propio sacerdocio. Vivir la misericordia es el camino seguro para que ella llegue a ser verdadero anuncio de consolación y de conversión en la vida pastoral. La homilía, como también la catequesis, ha de estar siempre sostenida por este corazón palpitante de la vida cristiana.

Fr. Lino Dolan Kelly, OP

esús, después de anunciar la receta de una

Jauténtica felicidad, comienza a explicar lo que se tiene que hacer para lograrlo.

Comienza comparando a sus discípulos (nosotros) a sal de la tierra y luz del mundo. Así, desde el principio de su misión Jesús maniesta que sus discípulos (nosotros) formamos parte de su misión de llevar la buna nueva al mundo. Es decir, todos los bautizados son evangelizadores. «Nos hace bien recordar que la Iglesia no es una elite de los sacerdotes, de los consagrados, de los obispos, sino que todos formamos el Santo Pueblo el de Dios», escribe el Papa Francisco en una Carta al Presidente de la Ponticia Comisión para América Latina, sobre la importancia del compromiso de los laicos en la vida pública. “Los laicos, son parte del Santo Pueblo el de Dios y por lo tanto, los protagonistas de la Iglesia y del mundo, a los que los pastores están llamados a servir y no a servirse de ellos.”

El Papa, en su carta, anima a los laicos a participar activamente en la vida pública, dando testimonio de los valores cristianos. No es fácil en un mundo que ha perdido la perspectiva de la política al servicio del pueblo pero, precisamente, por eso los cristianos tien que ser sal de la tierra y lusz del mundo.

Misericordia et misera

¡Actúa! ¡Vive! Y ante tu vida, ante tu testimonio, alguien te preguntará: ¿Por qué vives así?