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Los Tres Errores Mortales Más Comunes

En Decoración Yolanda Río‐Pérez ElDecoradorenCasa.com

Los tres Errores Mortales Más Comunes En Decoración



Estos errores cuestan y seguirán costando miles y miles de euros. La industria prefiere venderte millones de peces cada día de tu vida, antes que proporcionarte una caña de pescar.

Ahora serás consciente de estos errores.

Un saludo,

Yolanda Río-Pérez, decoradora

www.ElDecoradorenCasa.com

http://www.eldecoradorencasa.com



1. No seas tu peor enemiga a la hora de decorar Por experiencia sé que llevar una casa ya es bastante duro. ¿Por qué comportarse de forma autodestructiva y añadir problemas a los que ya tienes? Voy a contarte lo que a una amiga mía que llamaré “Sara”, le sucedió al ponerse a decorar su casa:

Recuerdo el primer cliente que tuve como decoradora. Fue mi amiga Sara. No sé si habrás oído que, a veces, amigos y familiares son los peores clientes que te puedes imaginar, principalmente por no dejar a cada uno hacer su trabajo.

Esta es la historia muy resumida:

Sara tenía mucha experiencia en el mercado inmobiliario como inversora experimentada. Sin embargo, su actitud actuaba en su contra y en la de sus intereses a la hora de amueblar sus viviendas. ¿Por qué? Es sencillo. Sara me contrató para ahorrar tiempo y dinero al decorar su vivienda para alquilarla. Como siempre, yo le garanticé los resultados con la devolución de mis honorarios. Emprendí mi tarea como decoradora siguiendo un proceso productivo bien definido y eficaz. Le hice mi factor X para saber todo lo necesario (a quién va dirigido, presupuesto, restricciones…) y en ese punto no tuve más remedio que indicarle que sus precios estaban fuera de mercado.

Con lo que quería gastarse Sara, era imposible amueblar todo el piso sin que perjudicara la finalidad de la decoración. Ella me dijo que con ese dinero había de sobra. Sara estaba totalmente empeñada y en ese momento preferí dejarlo pasar. Decidí hacer el presupuesto detallado para que lo viera por ella misma. Medí todo el espacio – que por cierto, era tan sólo de 25 metros cuadrados. Si bien es verdad que era pequeño, yo veía que el reto ofrecía muchas posibilidades.

Una vez que había hecho mi trabajo previo, tenía clara mi visión y había desglosado el presupuesto, se lo enseñé y se echó las manos a la cabeza. Siendo una amiga, comprenderás que recorrí un kilómetro más para hablar y ver tantos proveedores como me fue posible para el horizonte de tiempo que tenía. Le indiqué, como asesora y amiga, que merecía la pena la pequeña diferencia de precios y que el presupuesto estaba super-estudiado. Sara me dijo a regañadientes: “tú vente conmigo de tiendas, que te voy a demostrar cómo lo conseguimos más barato”. Yo, incrédula, pensé: ¿para qué querrá una decoradora esta mujer? No te pierdas lo que sucedió a partir de este punto porque creo que te dejará bastante claro lo que quiero decirte con que no seas tu peor enemiga:



Sara, muy conocida en las tiendas, fue saboteando su decoración paso a paso:

1. Decidió la decoración sobre la marcha en la tienda, sin tener en cuenta la visión global, sin contribuir al estilo y sin pensar en el presupuesto. ¡Alucinante! (Para eso me había tirado yo una semana trabajando en el proyecto)

2. Cada vez que yo le decía que una compra no pegaba ni con cola, ella, la que había contratado a la experta, insistía en comprar cada vez más adefesios.

3. Después de esta experiencia espeluznante, el presupuesto se excedía con creces del que yo le había presentado. El estilo se había perdido, tuvo que devolver muebles porque no cabían (Verás, yo mido y hago los deberes antes de decorar, a mí me importa hacer un buen trabajo y yo ya se lo había dicho.). A la hora de alquilar el piso, parecía mucho más pequeño de lo que era, disminuyendo las posibilidades de alquilarlo. Sara se había gastado más dinero en hacer que su piso se alquilara peor y había perdido un montón de tiempo en lograrlo.

En conclusión, pide ayuda cuando la necesites y déjate ayudar, pero ten en cuenta esta fórmula:

Si no te gusta tu vivienda, mira tu decoración. Si no te gusta tu decoración, mira lo que estás haciendo para mejorarla. Si no te gusta lo que estás haciendo, repasa tu actitud. Y si no te gusta tu actitud, en tus manos está cambiarla.



2- Olvidar que la casa es tuya. Como has podido ver, en esa ocasión y gracias a Sara, comprendí que para ayudar a mis clientes, mi primera obligación era elegir muy bien con quién trabajaba.

Saber quién es el responsable de los resultados es fundamental. Con Sara aprendí que por mucho que yo supiera, no serviría de nada si no tenía ocasión de llevarlo a la práctica. Y además, gracias a mi amigo Sebastián aprendí que yo era la primera responsable de que mi trabajo fuera de primera. No iba a echarle a ninguna Sara ni a ningún otro cliente la culpa de mi ignorancia y mi falta de experiencia. Decidí asumir mi responsabilidad. Desde ese momento y como magia, todo se puso a mi favor.

Esto es lo que le ocurrió a mi amigo Sebastián. Te cuento esta historia para que veas que al fin y al cabo, tu decoración es tuya, te digan lo que te digan los anuncios, los decoradores y los envidiosos e incluso yo:

Sebastián acudió a un broker. Quería ayuda para invertir en bolsa. Mi amigo Sebas, le preguntó al asesor en qué acciones podía invertir. El broker le contestó que dependía de muchos factores. Como el broker y él eran muy amigos, dijo que le recomendase las que fuera para ganar el mayor dinero lo antes posible. El broker le aclaró que tenía riesgo y que sólo debía invertir teniendo claro que podía perder ese dinero. Sebastián insistió en que le dijera unas acciones concretas, para no tener que pensarlo él. Su amigo le aclaró que era su opinión profesional, pero que el dinero era suyo y que no podía decidir por él. Finalmente Sebas se fue con el chivatazo de unas buenas acciones, invirtió 180.000€ y descubrió lo que significa riesgo en bolsa. Las acciones bajaban cada vez más, Sebas creía falsamente que subirían porque su amigo le había dicho que eran buenas y al cabo de unos meses sus acciones valían 300€. Sí, el Nasdaq es así.

Conclusión: Mi amigo Sebas podía haberse enfadado y cargarle la responsabilidad al broker, en cambio me dijo: ahora tengo una educación de 180.000€, (espero que tú no quieras pagar tanto por aprender a decorar) Comprenderás que aunque tú me preguntes por un color para pintar tus paredes, depende de muchísimos factores. Si te doy siempre la solución a algo concreto, te estaré haciendo dependiente. Mi objetivo no es darte los peces sino la caña para que pesques, mejores tu decoración y sepas qué preguntar.

Ahora puedes aprender a decorar de forma económica por muy poco dinero. Descúbrelo aquí:

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3- Actuar a lo loco.

Saber lo que debes hacer y actuar en consecuencia es muy importante para no fracasar en tu decoración. A continuación la historia de mi madre, que para ocultar su identidad, llamaremos “mi gata mika”. Bromas a parte, mi madre hizo esto:

Teniendo una hija decoradora (y de las buenas) con experiencia y titulada, a la hora de decorar su casa, su ego pudo con ella. Un día de primavera se enamoró de un precioso sofá que tan sólo costaba 2000€. Lo compró sin más planes que los que le dictó su sordo corazón que se negaba a escuchar, incluso a ver, mis manos al viento que le indicaban: “¡¡¡¡eso no cabe en el saloooooón!!!!”, “¡¡¡¡Te vas a comer el espacioooo!!!!” Sin embargo ya era demasiado tarde: el virus de la posesión de la verdad se había apoderado de mi madre y el sofá se quedó en casa a expensas de nuestro espacio vital.

En resumen: Sofá enorme, 30 días más tarde mi madre tenía dudas de si había hecho lo correcto y como siempre, ella fue la última en enterarse. Yo le dije: “mamá, que ni estudias ni escuchas. Ahora no quieras compensarlo buscando aprobación en los demás…” En fin… el sofá sigue en su casa… y el disgusto lo camuflamos entre todos, nunca le decimos a la cara lo feo que se ha quedado.

Si lo que quieres es alejarte de estos tres errores como de la peste, ¿qué planes tienes?

Si todavía no lo tienes claro, o tienes claro que te viene bien un poco de ayuda, haz clic aquí:



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