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  • 7/23/2019 Erik Grieg

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    ERIK GRIEG

    Todo el mundo sabe que una puta no besa: que para sostener la fccin desu entrega es necesario omitir, por lo menos, dos o tres circunstancias: laexigencia del pago previamente acordado, cierto aire de ausencia, que senota pese a cualquier esmero, y la renuencia a besar. Por eso, cuando esamujer, a la que haba elegido en un bar cercano al puerto por percibir en ellaalgo indefnido pero especial, acerc los labios entreabiertos a los suyos,abiertos tambin, pero en el goce, para besarlos o, en realidad, parahacerse besar, se sinti !ri" #rieg primero con$uso, m%s aturdido a&n de loque ya estaba por culpa del alcohol' pero luego, de inmediato, se sintitambin extra(amente $eli). !n medio de esa eu$oria solt unas pocaspalabras entrecortadas, en una lengua que de todas $ormas la mujer nopoda comprender, se tens en un instante en el que pareci de piedra, ypor fn se recost, ya distendido, junto a la puta que lo haba besado.

    *o hubo otra ternura en el peque(o cuarto incierto, m%s que ese beso que

    pronto pareci no haber ocurrido. +a puta se qued distante, o m%s bientriste, mirando las manchas que haba en el techo' el marinero se visticallado, dej en una mesita todos los billetes que tena, y se $ue como sinunca hubiese estado.

    in nombre, casi sin cara, sin vo) y sin palabras, esa puta estaba, como casitodas, destinada al olvido. - #rieg pronto se le con$undiran los dos daspasados en una remota ciudad llamada uenos -ires, con los de todos losotros puertos y todas las otras putas que lo esperaban todava, antes deestas de regreso en /elsin"i. u barco )arpaba esa misma noche: del humode ese bar oscuro y del encuentro, apresurado y mudo, en la habitacindesolada, pronto no quedara m%s que un relato hecho en altamar,

    exagerado en medio de las carcajadas y de los alardes de los otrosmarineros.

    in embargo, #rieg abandon de ese con$uso bar de puerto, sali a la callecalurosa y quieta, tratando de despejarse un poco antes de volver a bordo ypresentarse ante el capit%n. -nduvo algunas cuadras sin pensar en nada nicru)arse con nadie. +leg hasta el ro y ni siquiera lo mir: para mirar desdela orilla un ro o un mar, o un ro que se parece a un mar, hay que no sermarinero. #rieg se sent a $umar y dej que la brisa le temblara en la ropablanca. *o se fj en la hora, pero saba que tena tiempo. *i cuenta se diode que volva a pensar en la puta, hasta que al fnal acab por admitirlo.

    0egres al bar y busc a un compa(ero que pudiera prestarle algo de plata.!ncontr a #ustav, m%s colorado su rostro de lo que siempre estaba,borracho y locua), dos mujeres casi desnudas fngiendo comprender lascosas que l les deca y riendo exageradas. 1%s por u$anarse $rente a esasmujeres que por verdadera generosidad, le alarg a !ri" un mont debilletes medio arrugados. !ri" #rieg se guard el dinero en un bolsillo y se$ue ahora a buscar a la puta con la que haba estado haca un rato. !n ellugar haba m%s sombras que luces, y las pocas luces que haba se a)ulabanpor el humo, pero no $ue por eso que no la encontr. *o la encontr porqueno estaba. +e bast a #rieg esa comprobacin para que las ganas que tenade volver a estar con la misma mujer de antes se convirtieran en deseo y

    ansiedad. upuso que la mujer estara ahora con otro: es inaudito, pero la

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    cel. e sent a esperarla. 0ecord el beso de esa puta y la idea de novolver a verla decididamente lo angusti.

    Pasaron unas dos horas: nadie usaba a una mujer durante tanto tiempo enun bar de marineros. !ntonces volvi #rieg a salir a las calles casi desiertasde los bordes de la ciudad, no para despejarse de la borrachera ni tampocopara retornar a su barco, pese a que ya no $altaba tanto tiempo para la horade la partida. ali para encontrar a aquella mujer en una esquina o en unumbral.

    2tras putas se le acercaron' estaban donde pareca que no haba nadie y noempleaban m%s que gestos, porque con los gestos les bastaba. +as putasson casi intercambiables' #rieg las ignor, sin embargo, no bien verifc queninguna de ellas era la mujer que l andaba buscando. 0egres al bar ydespus regres a las calles: la mujer no estaba en ninguna parte y l sesinti desesperar.

    +leg la hora en que su barco parta. #rieg se detuvo bajo un $arol de lu)imprecisa, sac de su bolsillo el dinero que haba conseguido y lo cont. !lbeso imposible de esa puta volvi a cru)ar por su memoria. /aca calor,pero empe)aba a llovi)nar. !ri" #rieg decidi que no retornara al barco, quelo dejara ir y que se quedara en esta ciudad que desconoca y cuyo idiomano hablaba ni al)aba a comprender.

    *o tena nada para hacer y nada hi)o en los das que siguieron. 3urmidurante el da, tirado entre las sogas y las bolsas del puerto' en las noches,recorra los bares de las orillas, buscando, urgente, a la mujer de aquellave). !n recuerdo y la invencin no tardan, por lo general, en me)clarse, peropara !ri" #rieg el encuentro de esa noche se volva cada ve) m%s ntido en

    su memoria. !vocaba el momento en el que, recorriendo con la mirada lahilera de putas que se le o$recan, haba elegido a sa, a sa y no a otra, nootra de cuerpo m%s tentador o de boca m%s provocativa. !ligi a saprecisamente porque le pareci tmida y cohibida, porque no estaba vestidacomo para atraer a un hombre. !stuvo con ella y supo que era tanto unamujer como una muchacha apenas' que, en e$ecto, nada hi)o con gracia nicon desenvoltura, que pareca temerle o tal ve) estar pensando en otracosa. *o $ue displicente con l, pero no pareci importarle tampococonvencerlo de nada. 1%s que hacer se dej hacer, y en apariencia todo leresultaba desconocido.

    lo cuando lo bes, en realidad, slo al ro)arlo con esa boca inesperada yo$recerle sus labios sin humedad, pareci la mujer considerar su presencia yhacer algo con respecto a l. !se beso pas r%pido, intenso pero $uga), tanextra(o a toda la situacin 4a la puta lejana, a la sordide) de esa habitacinde burdel y a la propia rude)a de un marinero como !ri" #rieg5, que no bienpas se es$um, y no qued, irrepetible, m%s que en su memoria 4pero en sumemoria qued defnitivo, imborrable5.

    Pasaron algunos das' a $uer)a de deambular entre barcos y muelles, queera, en la extra(e)a de esta ciudad, el &nico mundo que poda reconocer,consigui #rieg que lo aprovecharan para alg&n trabajo ocasional y as pudoganar un poco m%s de dinero. 6on el correr de esos das pudo tambin

    aprender algunas palabras de la lengua de la ciudad' las primeras que logr

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    balbucear eran las que necesitaba para describir a la mujer a la que estababuscando: esa obsesin era lo &nico que !ri" #rieg tena para decir.

    +a puta de aquella noche no volva a aparecer, pero adem%s todos negabanrecordarla o conocerla. *i las otras putas, que, merodeando en una misma)ona de la ciudad, se conocen siempre unas a otras, ni tampoco los rufaneso los taciturnos que $recuentan estos bares supieron nunca decirle a #riegnada de ella. 3esesperando ya por su ausencia, temiendo que la b&squedapudiese llevarle a(os o que, peor aun, pudiese no llegar nunca a su fn, unanoche cometi #rieg la ra)onable torpe)a de tratar de olvidarla. 3espus debeber ginebra y ensimismarse durante casi tres horas, eligi, si cabe deciracaso que #rieg pudiese elegir nada, a una puta muy joven y muy alta, decuerpo generoso y risa $%cil. e $ue con ella a un cuarto que se parecamucho al cuarto de aquella otra noche, pero eso porque todos los cuartos enlos burdeles de un puerto se parecen entre s. !stuvo un rato con ella 4desdela ve) de la otra puta, la inolvidable, no haba vuelto a estar con ninguna5.!lla le entreg su alegra inverosmil y algunos suspiros que no pertenecan

    a esa noche' l le entreg un mismo montn de billetes arrugados sobre lamesa de lu). 3espus, acomodando todava su ropa, #rieg sali de vuelta ala calle, y nunca el mundo le pareci haber quedado tan igual que antes.

    !sa noche hubiese sido capa) de matar, con tal de encontrarse otra ve) conla puta que lo haba besado. !l tiempo que acababa de pasar con otra,resoplando entre su pelo rojo y viendo temblar su cuerpo debajo del de l,no sirvi m%s que para comprobar lo que, de todas $ormas, ya saba: que lasalida no era pagarse una puta m%s bella, m%s h%bil o m%s atrevida queaquella a la que quera olvidar, porque la que quera olvidar no haba sidoespecialmente bella, ni haba sido demasiado h%bil, y nada le habaresultado m%s ajeno que el atrevimiento. u aspecto no era semejante a de

    las putas que $recuentan a los marineros cerca de los puertos' pareca unamujer com&n y corriente 4#rieg lo supo cuando, en una lengua que no era lasuya, necesit describirla5. +ejos de toda audacia, cada uno de susademanes pareci tener que sobreponerse a la timide) y al temor. *o $uedesenvuelta ni tampoco se es$or), seg&n suelen hacer las putas paradestacar en el hombre su virilidad. 7ue queda y hasta melindrosa, y si elbeso que le dio o se hi)o dar se volvi increble, $ue no slo porqueproviniera de una puta, sino porque a esta puta en particular pareca $altarletoda iniciativa. 0ecordando nuevamente la manera en que sus bocas por&nica ve) se haban juntado, se durmi #rieg sobre unas bolsas de arpillera,bajo el cielo de uenos -ires y sin abrigo, mientras algunos gatos, cerca de

    l, se paseaban sigilosos.

    *o bien tuvo el dinero sufciente, !ri" #rieg volvi a pagarse una mujer: $uetorpe dos veces, y la segunda, m%s que la primera. 8 eso porque esta ve),valindose de su incipiente espa(ol y del dinero de que dispona, le puso ala puta que haba elegido, como &nica condicin para ir con ella y no conotra, que durante su encuentro ella lo besara. +a mujer lo pens unmomento y luego pronunci una ci$ra 4la ci$ra era m%s del doble de la quehabitualmente se estipulaba5, porque si bien es cierto que las putas nobesan, que determinadas $ormas del a$ecto las retacean y las preservan conrecelo, tambin es cierto que muchas veces basta con acordar un pago paraque una puta haga lo que de otra $orma no hara 4en las narraciones odas a

    bordo durante tantos viajes a travs del mundo, #rieg haba sabido de lasinclinaciones m%s extra(as, escatolgicas o humillantes, exigidas, por

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    dinero, a alguna puta' lo que l peda, al fn de cuentas, era apenas que lobesaran5.+a boca de esa mujer era tibia como su cuerpo, y al igual que su cuerpo,vibraba y se entreabra en la oscuridad. Pasaron a la habitacin, vestidostodava, y la puta ya besaba al marinero' lo bes mientras se echaban,desnudos, entre las s%banas %speras y $ras de esa cama ajena' mientras loenvolva con sus bra)os y lo reciba sobre su cuerpo, no dej de besarlo' lobes m%s intensamente cuando m%s intenso $ue el temblor del marinero 4ym%s intensas las palabras que, en una lengua incomprensible, l le deca5.3espus !ri" #rieg volvi a echar el dinero sobre la peque(a mesa demadera, se visti r%pido, y sali sin decir nada.

    !sa noche se emborrach por pura desesperacin. ebi con avide), untrago tras otro. /ubiese querido pelearse con alguien, lastimarlo o hacerselastimar, pero ni siquiera hall la ocasin de provocar una pelea. /ubiesequerido ser capa) de estar en /elsin"i o en altamar, pero no lo era. eguabuscando a esa puta, segua escrutando, ya casi por costumbre, el rostro de

    cada una de las que llegaban al bar desde la calle o bajaban desde lashabitaciones del piso de arriba. i algo le $altaba para saber que aquellamujer resultara &nica, eso eran los besos vacos e in&tiles, pro$usos,prescindibles, del &ltimo encuentro.

    !n medio del aturdimiento del alcohol y la triste)a, pens #riegcon$usamente en lo que le pasaba, y trat de imaginar, tan slo para sudesconsuelo, cmo sera la vida de esa mujer ine$able a la que no conseguarencontrar. Pens, crey descubrir, que no era una puta tpica de losburdeles de marineros y que en eso consista su peculiaridad. /abra de seruna puta acostumbrada a hombres no tan toscos, no tan arduos, y que poralguna ra)n inescrutable haba venido a o$recer sus suaves maneras, por

    una noche, a un bar de la )ona baja.

    i as eran las cosas, pens #rieg, torcido sobre una silla, una manocolgando junto al cuerpo, la otra sujetando una botella oscura, la b&squedadeba ampliarse: ya no haba que indagar solamente entre las callespenumbrosas de los lmites de la ciudad, sino tambin en otros barrios, enotros mundos: son pocos aquellos en los que las putas $altan.

    Pronto !ri" #rieg descart la idea, no supo si con alivio o con pena. !s ciertoque pensar en la sutili)a de esa mujer no era del todo injusto, pero tampocopoda decirse que su atractivo $uese la exquisite) propia de una prostituta

    m%s refnada de las que $recuentaban l y hombres como l. +a reticencia,el pudor mal disimulado, el beso imposible que de alguna manera deriv entodo eso, no correspondan a una prostituta que hiciese de lo suyo unaespecie de arte. +as actitudes de la mujer de aquella noche, semejantessiempre a un simple tanteo, parecan corresponder m%s a una puta queconoca poco lo que estaba haciendo, que a otra que lo conocierademasiado bien.

    7e as que estableci #rieg lo que podra considerarse una primera certe)a:la puta con la que haba estado aquella noche, era virgen. +a idea, por alg&nmotivo, lo entusiasm. aba que la posibilidad de iniciar a una muchachaera una especie de privilegio, un privilegio di$cilmente accesible para un

    simple marinero nrdico como l. +o que lament, eso s, $ue no habersabido de antemano que esa muchacha iba a entregarse a un hombre por

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    primera ve). 0ecord el relato de un viejo marinero del que lleg a hacersecasi amigo durante un viaje por la costa de rasil: todos sus ahorros, unreloj relativamente apetecible y buena parte de su ropa de trabajo, los habaempleado aquel hombre para pasar una noche con una ni(a virgen, con unaputa holandesa de once a(os de edad. +e extra( a #rieg que la puta con laque haba estado, y que pese a ser mayor que aquella ni(a, era igualmentevirgen, no hubiese hecho valer esa condicin para tratar de obtener, acambio de su entrega, una suma m%s elevada. +a hiptesis de la virginidadle permiti entender a #rieg el extra(o comportamiento que esa mujerhaba tenido todo el tiempo, y tambin, posiblemente, entender incluso esar%$aga excepcional en la que lo haba besado. 6on eso no explicaba, sinembargo, por qu aquella puta no haba vuelto a aparecer, por qu nadie laconoca, ni le permita tampoco descubrir la $orma de volver a encontrarla4ninguna otra cosa le importaba ya, en eso empe)aba y terminaba su vida5.

    e qued #rieg perplejo y algo adormecido. !n el bar haba un grupo demarineros que cantaban a coro, eran argentinos y $estejaban algo que a l

    no le import. obre la mesa larga y frme, una puta bailaba y amagabadesnudarse. 3esde abajo, golpeando la mesa con los pu(os, otros hombresla alentaban a que lo hiciera, le arrojaban billetes mojados o la aplaudan.9no que estaba solo, no se sabe por qu, la insultaba en portugus.

    3e pronto, en medio del bullicio, una idea extra(a se le ocurri a !ri" #rieg.!sa idea lo despej en un instante: #rieg sinti despertar y tuvo querepetirse a s mismo la idea que haba tenido, como si en ve) de eso $ueseuna $rase que otro le dijera y que l no haba odo bien. !sa mujer, pens#rieg, no era una puta. !ra, muy probablemente, virgen todava, o pocomenos' pero, adem%s de eso, no era puta, y as todo se explicaba: losgestos que, queriendo ser frmes, decididos, en verdad todo el tiempo

    vacilaban' la distancia, la indi$erencia, el desapego' de pronto: el beso' eldesinters por el dinero' el hecho de que nadie la conociera y que ellanunca hubiera vuelto a aparecer.

    *o haban sido pocas las desdichas de !ri" #rieg en las &ltimas semanas. +opoco que era, lo poco que tena, lo haba perdido por el propsito de buscara una mujer. -hora se senta m%s in$eli) que nunca: saba que esa b&squedaera poco menos que infnita y que, por lo tanto, nunca se liberara de suagobio. 3e haber sido aquella una puta orillera, l habra tenido quepersistir, con la constancia de los obsesionados, en los bares y en las callesde los alrededores del puerto para volver a dar con ella. i hubiese sido, en

    cambio, como lleg a suponer, una puta de ambientes m%s considerables, lhabra tenido que trajinar otros sitios no siempre de $%cil acceso, otras$ormas de llegar a un mismo fn 4un hombre que paga, una mujer que fngesu entrega5. Pero al ser, como era, una simple mujer y no una puta, lab&squeda de #rieg exceda ahora los lmites de los burdeles o de las casasde citas: la b&squeda de #rieg abarcaba ahora la ciudad entera y a todas lasmujeres que vivan en ella.

    !ri" #rieg sali a la calle y se alej de la )ona del puerto. *o le interes irsea recorrer otras partes de lo que era uenos -ires en ;

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    que tramaba alg&n plan, y que por eso pareca estar pensando en otra cosa4todas las putas piensan en otra cosa, pero como esta no lo era, se lenotaba demasiado5. 3edujo, y dedujo bien, que ese encuentro con unhombre cualquiera, en un lugar cualquiera, era una parte del plan que urda.+o que ella quera, pens #rieg, y pens bien, era in=igirse la humillacin deese encuentro, tal ve) para aumentar su odio hacia alguien, tal ve) paradarse impulso hacia algo. upo as, sin que nadie lo aliviara ya de tantapena, que el beso que le haba dado no $ue una muestra de sutile)a ertica,ni mucho menos una expresin de a$ecto que ella no supo o no quisoreprimir, sino, por el contrario, una $orma casi perversa de aumentar esahumillacin a la que la mujer se entregaba. +a imagin esa noche, ya solaen el cuarto, no bien l haba partido. +a imagin, y la imagin bien,rompiendo el dinero que l le haba dejado. -penas lo hi)o, la mujer searrepinti: romper el dinero es una impiedad. !s como tirar el pan.

    >ohan, 1artn: Una pena extraordinaria, ;;?