Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

download Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

of 18

Transcript of Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    1/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    Haciendo Historia Regional: Consideracionesmetodolgicas y tericas*

    Si se leen con cuidado los libros recientes sobre historia regional mexicana, se descubre

    rpidamente un hecho interesante: las regiones son como el amor -difciles de describir,pero las conocemos cuando las vemos-. Por qu falta una definicin sistemtica de un

    concepto tan central para el trabajo histrico sobre Mxico y Amrica Latina en su

    conjunto, cuando estamos preparados para luchar hasta la muerte sobre ciertasconstrucciones tericas, como feudalismo, dependencia y clase social? Yo sugerira que la

    razn es suficientemente clara: la mayora de nosotros piensa que ya sabe lo que es una

    regin: el rea que estamos estudiando en este momento. En la prctica sta se remitefrecuentemente a una ciudad o pueblo con su espacio circundante. La serie de definiciones

    informales, de larga historia, sobre las regiones mexicanas nos es bastante familiar.

    Algunas son conocidas por el nombre de su ciudad capital -por ejemplo, la regin dePuebla, de Guadalajara- mientras otras son designadas por ciertos trminos generales no

    ligados a una ciudad especfica -el Bajo, la Huasteca, el Noroeste, la regin azucarera de

    Morelos, etc. Este uso habitual contiene una estructura implcita de categoras a las que me

    referir al menos parcialmente ms adelante. El punto bsico es que, con estas imgenessimples de espacio polarizado y no polarizado, ya poseemos los elementos de definicin del

    concepto de regin, prestados de la teora del emplazamiento central tal como fue

    desarrollada por la geografa econmica.

    A pesar de estas formulaciones primitivas a priori, generalmente no invertimos mucho

    tiempo tratando de aclarar a qu nos referimos cuando hablamos de regiones geohistricas.1

    * Originalmente fue presentado con el ttulo Doing regional history methodological and theoretical

    considerations en la VII Conference of Mexican and US Historians, Oaxaca 1985. Fue traducido al

    castellano y publicado con el mismo ttulo en el anuario del IEHS, Universidad Nacional del Centro de la

    Provincia de Buenos Aires, Tandil No.2, 1987, pp 255-281. Traduccin de Graciela Malgesini.1Muchos en realidad, la mayora de los trabajos referidos a la historia regional mexicana no especifican

    qu entienden por regin, pero se basan en una especie de definiciones por acumulacin Por ejemplo, Allen

    Wells, en su excelente libro Yucatan`s gilded age: haciendas, henequen and international harvester,Alburquerque, 1985, considera a Yucatn como una regin singular, sin intentar ninguna justificacin

    conceptual para tal definicin, lo cual conduce a ciertas dificultades de manejo con lo que denomina

    diferenciacin econmica intrarregional (noroeste versus sudeste) que, realmente, parece ser ms una

    diferenciacin interregional. Claude Morin, en su amplio y estimulante trabajo sobre Michoacn, Michoacn

    en La Nueva Espaa del siglo XVIII: crecimiento y desigualdad en una, economa colonial, Mxico, 1979,

    acepta que el concepto de regin puede significar algo distinto para un economista que para un socilogo ogegrafo (p. 175), pero luego opta por estudiar esa regin de acuerdo con la definicin poltico-administrativa

    de sus lmites, lo que lo lleva a dificultades similares a las de Wells. Otro estudio reciente de importancia elde Mark Wasserman, Capitalists, caciques and revolution: the native elite and foreign enterprise in

    Chihuahua, Mxico, 1854-1911, Chapel Hill, 1984, emplea la palabra regin con distintas acepciones en 21

    oportunidades durante sus primeras cuatro pginas, pero define el trmino no muy convincentemente

    como congruente con las fronteras polticas del estado de Chihuahua. Por otro lado, en su artculo "An

    approach to regionalism", en Richard Graham y Peter Smith (comps.), New approaches to latin american

    history, Austin, 1978, Joseph Love realiza un tratamiento interesante de las regiones, basado en lo que elllama regiones uniformes y nodales (i. e. regiones formales y funcionales respectivamente). Sin embargo,

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    2/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    Entonces, como historiadores, nos encontramos en una posicin peculiar pero no

    desconocida de estar operando con un concepto complejo antes de definirlo.

    Una de las cuestiones que quiero tratar aqu es que las regiones son hiptesis por demostrar

    y que, cuando escribimos historia regional, estamos tratando de hacer justamente eso, antes

    que describir entidades previas.

    No obstante estas nebulosas teoras, vemos regiones en Mxico cada vez que lo miramos y,de hecho, la regin geohistrica y el regionalismo son centrales para la experiencia

    mexicana. Esto significara que el concepto tiene una utilidad considerable para nosotros.

    Por cierto, de acuerdo con la expresin de Claude Levy-Strauss, las regiones son "buenas

    para pensar". En este ensayo mi mtodo es jugar con la idea de regin de una loma queespero resulte til y no muy sistemtica, acercarme a una definicin de la misma y manejar

    algunas de sus implicaciones por el modo en que nos colocamos en el espacio, el tiempo y

    la sociedad. Para ilustrar mis opiniones har algunas referencias y comparacionesconcretas, aunque sugerentes, con ejemplos empricos extrados de los libros sobre las

    regiones geohistricas de Mxico.

    El concepto de regin en su forma ms til es, segn creo, la "espacializacin" de una

    relacin econmica.2 Una definicin funcional muy simple sera la de un espacio

    geogrfico con una frontera que lo delimita, la cual estara determinada por el alcance

    finalmente enfatiza las regiones como partes de sistemas (lo que uno esperara de un historiador poltico),

    haciendo carambolas entre ellas como bolas de billar; en oposicin a sus estructuras internas. Para ejemplosparecidos en menor escala, vase Harry Berstein "Regionalism in the national history o Mxico", en Howard

    Cline (comp.) Latin american history: essays on its study and teaching, Austin, 1967, vol. 1, pp. 389,394; y

    Luis Gonzlez, "El oeste mexicano", en La Querencia, Morelia, 1982, pp. 11, 41. Para ser justo con Gonzlez,

    hay que sealar que ha demostrado un inters persistente en la "microhistoria" de lo que ha llamado

    "terruos" o localidades, mayor que el dedicado a entidades ms grandes. Por otra parte, Gonzlez acepta la

    relacin entre la historia local (regional) con las consideraciones de la estructura espacial, cuando escribe: "Enla historia crtica lo bsico es el tiempo. ( ... ) En la historia local es muy importante el espacio", 'Teora de la

    microhistoria" en Gonzlez, Nueva invitacin a la microhistoria, Mxico, 1982, p. 37. Sobre todos estos

    temas, vase Eric Van Young, Hacienda and market in eighteenth-century Mexico: the rural economy of theGuadalajara region, 1675-1820, Berkeley, 1981, pp. 3-5; "Mexican rural history, since Chevallier: The

    historiography of the colonial hacienda", Latin American Research Review, nm. 18, 1983, pp. 5-61 y "On

    regions: A comment", ponencia presentada en Conference on Regional Aspects of U. S. -Mexican Studies,University of California, San Diego, mayo, 1984.

    2 Este punto de vista no congenia con la teora econmica tradicional, la cual asume implcitamente que la

    resistencia espacial no entra en los modelos de equilibrio de la economa, en los que "todo (...) es

    efectivamente comprimido en un punto (creando) un hbitat sin dimensiones, en palabras de Walter Isard

    (Location and space-economy: a general theory relating to industrial location, market areas, land use, trade,and urban structure, Cambridge, 1956, p. 25). Para una introduccin terica e histrica a las teoras de

    ubicacin y de emplazamiento central, que comienzan con Von Thnen a principios del siglo XIX y quesubyacen en muchas ocasiones en el presente artculo, vase Isard, Location and space-economy, pp. 1,23;

    Brian J. L Berny, Geography of market centers and retail distribution, Englewood Cliffs, 1967, pp. 59-73; y

    ms particularmente, el famoso ensayo de Carol Smith "Regional economic structures: Linking geographical

    models and socioeconomic problems" en Carol Smith (comp.) op, cit., vol. 1, pp. 3-63 Para una estimulante

    sntesis interdisciplinaria -que debe mucho al punto de vista antropolgico vase Guillermo de la Pea, "Losestudios regionales y la antropologa social en Mxico", Relaciones, 8, 1981, pp. 43-93.

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    3/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    efectivo de algn sistema cuyas partes interactan ms entre s que con los sistemas

    externos.3 Por un lado, la frontera no necesita ser impermeable y, por otro, no es

    necesariamente congruente con las divisiones polticas o administrativas ms familiares y

    fcilmente identificables, o aun con los rasgos topogrficos.4 Si esta definicin es tan

    simple, por qu es necesario especificar lo que entendemos por regiones antes de

    emprender su descripcin y no seguir tambalendonos intuitivamente? Yo sugerira que haytres razones. Primero, si no establecemos algunas definiciones tericas a priori,

    terminaramos explicando un fenmeno social errneo, es decir, que si no sabemos lo quees una regin a lo largo del tiempo, ser difcil usar el concepto como factor explicativo en

    nuestro anlisis. Por ejemplo, ciertos fenmenos econmicos notables en la historia

    mexicana tendran ms que ver con las tendencias reduccionistas de las fuerzas

    extrarregionales o aun extranacionales, que con las caractersticas internas de las regiones.5

    Luego, nuevamente, la falta de una definicin suficientemente rigurosa de las regiones (o,

    mejor dicho, de una serie definida de cuestiones) puede haber conducido a una cierta

    confusin entre regionalidad -la cualidad de ser de una regin- y regionalismo, laidentificacin consciente, cultural, poltica y sentimental, que grandes grupos de personas

    desarrollan con ciertos espacios a travs del tiempo.6En segundo lugar, las comparacionesconstruidas en torno al concepto de regionalidad se tornan problemticas si no sabemos

    ms o menos claramente qu variables estamos comparando o si aquellas que escogemos

    ubicacin de las funciones de produccin, estructuras de mercado, dotacin de recursos,etc. no son comparables. Finalmente, la regionalidad en s misma es un concepto dinmico

    cuyo estudio puede decirnos mucho sobre los tipos fundamentales del cambio social en

    espacios definidos, a lo largo del tiempo; si no tenemos un modelo de lo que comprendeuna regin cmo nos manejaremos convincentemente con el cambio de otra forma que no

    sea la forma descriptiva? Para sintetizar usaremos las palabras de Walter Isard, sostenedor

    de esa disciplina hbrida llamada ciencia regional, cmo se puede comenzar a recolectar

    informacin para un estudio regional cuando no se ha discutido el concepto de ciudad o

    regin? Se est anteponiendo el carro al caballo."7

    Por qu las regiones son buenas para pensar, considerando particularmente a Mxico?Creo que pueden aducirse muchas razones, pero dos en especial lo sugieren fuertemente:

    una de naturaleza emprico-histrica y, la otra, terica. En el caso histrico, las regiones

    parecen corresponder en cierta forma a horizontes naturales, a categoras empricasnaturales, para ubicarnos en un espacio que probablemente no ha cambiado mucho desde

    los tiempos preindustriales; es decir, el espacio real en s mismo, su tamao, puede haberse

    alterado, pero posiblemente la idea no. Pierre Goubert ha sostenido que en la era

    3Van Young, Hacienda and market..., pp. 3-4.

    4Ciro F. Cardoso desarrolla su visin en un breve artculo, que se distingue por la alternancia de relmpagosde claridad y de prrafos sorprendentemente oscuros: Regional history, Biblioteca americana, nm. 1,

    1982, pp. 2-35 Vase Alejandra Moreno Toscano y Enrique Florescano, El sector externo y la organizacin espacial y

    regional de Mxico (1521-1910), Puebla, 1977.6Este problema conceptual parece hallarse en el corazn de los estudios de Berstein y Gonzlez citados msarriba y posiblemente tambin en la casi magistral sntesis de Barry Car, Las peculiaridades del norte

    mexicano, 1880-1927; ensayo de interpretacin, Historia mexicana, nm. 22, 1973, pp. 320-346.7Walter Isard, Introduction to regional science, Englewood Cliffs, Nueva Jersey, 1975, p. 12 (tu cursivas son

    de Isard).

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    4/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    preferroviaria la mayora de los europeos vivan sus vidas dentro del permetro de la

    parroquia, que generalmente comprenda un pequeo pueblo y sus alrededores -un reatransitable en una caminata o cabalgata de un da, cercana a un dimetro de 10 a 30 millas.

    Goubert seala que esta gente se deba haber considerado a s misma, primero como

    ciudadanos de la localidad y, luego, como sbditos de un rey.8Aunque Goubert no da una

    definicin tcnica de regin, creo que, sin embargo, su punto de vista podra sostenersepara la poblacin rural en la sociedad mexicana tradicional, especialmente; por debajo del

    nivel de aldea o villorrio los patrones de migracin, por ejemplo, tienden a confirmarlo almenos para la poca previa a la gran expansin del transporte masivo accesible. Las

    mayores reas expulsoras de migrantes rurales hacia Antequera, Guanajuato y Guadalajara

    en sus periodos coloniales tardos se encontraban primariamente dentro de esas regiones

    capitales.9 En el campo terico, el anlisis regional ayuda a resolver la tensin entre la

    generalizacin y la particularizacin. Entre los estudiosos contemporneos de Amrica

    Latina, el antroplogo Robert Redfield es uno de los primeros que han tratado de tender un

    puente desde las pequeas comunidades locales hasta las sociedades de nivel nacional,mediante la construccin de un continuum folk-urbano. En el campo terico, el anlisis

    regional puede hacer por el sistema espacial lo que Redfield intent para el cultural:reconciliar la microperspectiva con la macroperspectiva. Citando a otra antroploga, Carol

    Smith, sobre cuyo trabajo descansa gran parte del presente anlisis:

    Con otros acercamientos, la generalizacin requiere que se asuma que aquello que

    es verdadero para una parte, lo es tambin para el todo y, lo que es verdadero para el

    todo, lo es igualmente para las partes. El anlisis regional puede construir unsistema de variabilidad dentro de sus modelos explicativos, de modo que la

    generalizacin no es ni rebuscada ni banal.10

    Podr el anlisis regional cumplir realmente con todo aquello que le piden sus

    sostenedores ms ardientes? Por cierto se debe admitir que semejante aproximacin a la

    8Pierre, Goubert, Local history, Daedelus, otoo, 1971, pp. 113-114. Cardoso est en desacuerdo con el

    anlisis de Goubert, insistiendo en la imposibilidad de aplicar al nuevo mundo los modelos de espacio ypoblacin desarrollados para el viejo, dado que la Amrica Latina colonial estaba marcada por la movilidad

    social y econmica, las migraciones, el trasplante de poblacin, por las fronteras mviles de tipos diversos",

    pero podra decirse que no por lo cotidiano o diario; Cardoso, Local history, pp. 4, 5, 8. Goubert hablageneralmente en un tono despectivo de la historia local/regional, denominando ciencia social,

    pequeoburguesa al enorme torrente de historia regional de anticuario del siglo XIX francs, agregando que

    en este gnero historiogrfico la Historia se transforma en un juego donde los inocentes amateurs de la

    historia local proveen a otros con materiales que encuentran tiles (op, cit., pp. 115-116). Por otra parte,

    Gonzlez habla afectuosamente de la tradicin historiogrfica local y de sus practicantes no profesionales, en

    Teora de la microhistoria , pp. 31-36.9John K. Chance,Place and class in colonial Oaxaca, Stanford, 1978, pp. 112.113, 175; David A. Brading,

    Miners and merchants in bourbon Mexico, 1763-1810,Cambridge, 1971, pp. 248-250; Van Young,Haciendaand market, pp. 34-36; S. F. Cook, Las migraciones en la historia de la poblacin mexicana: datos modelo

    del occidente del centro de Mxico, en Bernardo Garca Martnez (comp.), Historia y sociedad en el mundo

    de habla espaola; homenaje a Jos Miranda, Mxico, 1970, pp. 355-378.

    10Carol A. Smith, "Analyzing regional social systems", en Smith (comp.), op, cit., vol. 2, pp. 4-7. Sobre

    Redfield, vase tambin, De la Pea, Los estudios regionales..., pp. 54-57.

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    5/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    estructura y al cambio histricos tiene algunos problemas o limitaciones. Uno de ellos es

    que la teora clsica del emplazamiento central, sobre la cual se construye el anlisisregional, requiere un gran nmero de postulados ceteris paribus la distribucin de la

    poblacin mediante un plano isotrpico ilimitado, la perfecta racionalidad econmica de los

    consumidores, etc. que se encuentran muy raramente en la realidad, en particular en las

    condiciones mexicanas.11Otro problema conceptual es determinar el nivel superior con elque se relacionan las regiones; esa matriz mayor en la que encajan, es una metarregin,

    una nacin-estado, el sistema mundial o qu? En la prctica, definir la jerarqua de estenivel superior es una tarea ms difcil que definir la del ms bajo, que es posiblemente una

    ciudad, pueblo, villa o aun una empresa individual en algunos casos. Finalmente, el anlisis

    regional con su inevitable nfasis en los elementos econmicos, las relaciones espaciales y

    cierto tipo de interacciones sociales puede dejar de lado otros aspectos importantes de laestructura y el cambio, como la etnicidad y el conflicto tnico, por ejemplo.

    12A pesar de

    estos problemas, la aproximacin regional ha demostrado ser de enorme valor en estudios

    recientes y continuar sindolo en el futuro. Ms an, el enfoque regional proporciona unpunto de convergencia a dos de los temas centrales de este trabajo: ciudad y campo.

    Considerada en cierta forma, la estructura interna de la regin constituye tambin una

    matriz para la convergencia del espacio fsico y social.13

    Como conceptos tericos, los

    sistemas regionales y de clases demuestran un notable paralelismo. El concepto de reginesencialmente espacializa las relaciones econmicas, y el de clase social hace

    globalmente lo mismo, sustituyendo la metfora de espacio social (como cuando hablamos

    de distancia social, movilidad social, etc.) por aquella de distancias reales de espacio fsico.Adems, los sistemas regionales y de clases sociales comparten al menos otras tres

    caractersticas comunes interrelacionadas. Demuestran diferenciacin, es decir, diferencias

    funcionales entre sus partes o grupos componentes. Demuestran jerarqua o sea, relaciones

    de poder asimtricas dentro del sistema. En el caso del sistema de clases, esto es obvio

    respecto de la distribucin desigual de la riqueza, el status y el poder poltico, pero ocurre

    11 Berry, Geography of market centers, p. 3 y Carol A. Smith, Examining stratification systems through

    peasant marketing arrangements: An application of some models from economic geography Man (New

    Series), nm. 10, 1975, pp. 95-122. En esta conexin, seguramente, no ha sido accidental que gran parte dellibro de Berry est dedicado a un anlisis geogrfico-histrico del sistema de emplazamiento central del

    sudoeste de Iowa. Para un intento muy interesante de aplicar algunos elementos de la teora de ubicacin a la

    estructura econmica azteca y colonial del valle de Mxico, vase Ross Hassig, Trade, tribute, and

    transportation: the sixteenth-century political economy of the valley of Mexico, Oklahoma, 1985.

    12Sin embargo, ste no es el caso necesariamente. El trabajo de Chance, Race and class in colonial Oaxaca,

    sin colocarse explcitamente en el marco de la teora de ubicacin establece claramente el papel de las

    elementos espaciales en la cambiante composicin socio-tnica de la regin de Oaxaca y de la ciudad de

    Antequera. Vanse tambin las consideraciones tericas de Carol A. Smith en Exchange systems and thespacial distribution of elites: The organization of stratification in agrarian societies en Smith (comp.), op. cit.

    vol, 2, pp. 309-374.

    13Una serie de estudios estimulantes sobre este tema se podr ver en el vol. 2 de Carol A. Smith (comp.),Regional analysis, especialmente en los ensayos generales introductorios de la compiladora y de Stephen M.

    Olsen, en el de Gordon Appleby sobre el Puno peruano y en el extenso ensayo final de la editora. Vase

    tambin De la Pea, "Los estudios regionales", p. 76 y ss.

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    6/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    tambin en los sistemas regionales, por supuesto, conferencia a las formas de jerarquas

    urbanas. Finalmente, exhiben la caracterstica de la articulacin, es decir, cierta clase deinteraccin predecible entre los elementos que constituyen el sistema.

    14Sin embargo, ms

    all de lo que pueden considerarse similitudes fortuitas, los modos de anlisis regional y de

    clases se intersectan en formas significativas, de modo que se pueda hablar de estructuras

    sociales peculiares de ciertos tipos de regiones, por ciertas razones tericas explcitas. Dehecho, la relacin entre el espacio geogrfico y la estructura social en la historia mexicana

    es uno de los dos temas principales a los que quiero referirme particularmente en lossiguientes comentarios. En funcin de esto, primero quiero desarrollar brevemente una

    tipologa dual de las regiones histricas mexicanas y luego hacer unas pocas observaciones

    empricas, vinculando ciertos elementos de dicha tipologa con las particularidades del

    desarrollo econmico y social mexicano a lo largo del siglo pasado.

    Las economas y sociedades regionales en general, y las mexicanas en particular, resultan

    bastante diferentes entre s segn si estn ligadas a los mercados internos o externos, o paradecirlo con los trminos del anlisis regional: si el emplazamiento central de la regin est

    dentro o fuera de ella. Por lo tanto, algunas regiones pueden verse centradas en ciudades,poseyendo una jerarqua urbana ms o menos simtricamente estructurada y una divisin

    interna del trabajo concomitante. Otras regiones pueden ser descritas como agrupamientos

    o ramilletes de unidades productivas o de empresas vinculadas con un mercado externo enuna forma cualitativamente semejante y en las cuales la regionalidad est definida menos

    por la complementariedad econmica que por un especie de similitud fenomenolgica.

    Como suele suceder, esta dicotoma conscientemente supersimplificada corresponde conbastante nitidez a las definiciones funcionales y formales de regiones como fueron

    desarrolladas primariamente por los gegrafos.15

    Las metforas grficas para estas dos

    formas bien diferentes de regin pueden ser, respectivamente, de olla a presin en un caso y

    de embudo, en el otro. La diferenciacin que estoy haciendo entre los tipos de olla a presin

    y de embudo corresponde globalmente a sistemas caractersticos de los mercadosregionales designados por los tericos del emplazamiento central como tipos solares y

    dendrticos, respectivamente.16

    Sobre la base de esta tipologa, sugerira la hiptesis de que

    14Con respecto a este ltimo punto, uno tendera a comentar que la fuerte tendencia al regionalismo en la

    historia mexicana (y tambin en muchos otros pases en desarrollo) y la regionalidad concomitante

    sobredesarrollada si pudiramos llamarla as son frecuentemente sntomas de economas desarticuladas.Casi del mismo modo, la falta de una estructura de clases fuertes y su tpico reemplazo por castas, estratos u

    otras estructuras marcadamente segmentadas, pueden ser vistos como un sntoma de articulacin social dbil.

    Considerada desde esta perspectiva, buena parte de la experiencia histrica mexicana ha sido una lucha por

    reemplazar la definicin regional de sociedad por una definicin de clases, a pesar de que tericamente, los

    dos conceptos no son mutuamente excluyentes.

    15En las palabras de Carol A, Smith, Regional economic systems, p. 6, Las regiones pueden ser: definidas

    formal o funcionalmente; en el primer caso, enfatizando la homogeneidad de algn elemento dentro delterritorio, en el ltimo, enfatizando los sistemas de relaciones funcionales dentro de un sistema territorial

    integrado. Marcel Bataillon tambin efecta la misma distincin, poniendo un acento especial en la presencia

    de ciudades o lugares centrales en las regiones funcionales;Las regiones geogrficas de Mxico, Mxico, 6a.

    ed., 1982, pp. 197-208 y passim.16Primeramente intent desarrollar una tipologa olla a presin/embudo en Van Young, Regional agrarian

    structures and foreign commerce in nineteenth-century Latin America: A comment, American Historical

    Association, Annual Meeting, Nueva York, 1979; vase tambin Van Young, On regions, a comment,

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    7/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    la complejidad de las estructuras sociales regionales y la naturaleza de las relaciones de

    clase estaran influidas fuertemente por las disposiciones espaciales internas y de losestablecimientos de ambos tipos. En el modelo de olla a presin -caracterizado por un

    espacio interno relativamente complejo y polarizado jerrquicamente- veramos una

    proliferacin y complicacin de las estructuras internas a travs del tiempo; por ejemplo, en

    las relaciones seor/campesino, en la utilizacin de los crditos, en los arreglos mercantilesy comerciales, en el papel social de los grupos intermediarios y en las relaciones de clase.

    En el modelo de embudo caracterizado por un grado relativamente bajo de polarizacinespacial interna estaramos observando una simplificacin y homogeneizacin de las

    relaciones econmicas y sociales internas y al mismo tiempo una diferenciacin ms aguda

    entre las clases sociales. En otras palabras, estoy sugiriendo que hay una conexin inversa

    entre la polarizacin espacial y la social o, para decirlo de una manera ms de moda, lacomplejidad produce complejidad y la simplicidad, simplicidad, Si se me quiere objetar que

    estoy reinventando la rueda, admito presurosamente que la tipologa dual en s misma es

    difcilmente novedosa y hace eco de la distincin aceptada entre regiones exportadoras y noexportadoras. No obstante, a lo que apunto es a que la presencia o ausencia de una actividad

    exportadora dominante tiene consecuencias espaciales y sociales interrelacionadas quetrabajan sobre Amrica Latina.

    17

    Antes de que contine ilustrando mi hiptesis sobre los tipos regionales y susimplicaciones, necesitamos dar un paso atrs por un momento hasta el concepto bsico de

    regin, con el fin de aclarar el supuesto central. Dado que como he sugerido ms arriba

    las regiones se definen adecuadamente por la escala de cierta clase de sistema interno de las

    citado ms arriba. Para las definiciones de los sistemas mercantiles solar y dendrtico, vanse varias trabajos

    de Carol A. Smith, citados anteriormente, y su artculo How marketing systems affect economic opportunity

    in agrarian societies", en Rhoda Halperin y James Dow (comps.), Peasant livelihood: studies in economic

    anthropology and cultural ecology, Nueva York, 1977, pp. 117-146.

    17Para una coleccin generalmente interesante y abarcadora de ensayos sobre el desarrollo del capitalismo

    agrario latinoamericano en general y de las economas de exportacin en particular, vase Kenneth Duncan e

    Ian Rutledge (comps.), Essays on the development of agrarian capitalism, in the nineteenth and twentiethcenturies, Cambridge, 1977; muchos de estos ensayos, particularmente, el concluyente, de Magnus Mrner,

    tocan aspectos tratados en este artculo. Las formas puras sugeridas por la dicotoma olla a presin/embudo

    existen slo en el laboratorio de la mente, obviamente, ya en la prctica las situaciones histricas reales noson tan simples como indican los modelos. Por ejemplo, en el caso de las regiones exportadoras o embudo, las

    economas de subsistencia intrarregional y de comercializacin de alimentos pueden ligarse al sector

    exportador, comprometiendo entonces al modelo de embudo "simple". Una instancia de esto podra ser el

    sector de produccin ganadera y de alimentos, esclavista y no esclavista, asociado con la economa azucarera

    en el Brasil colonial y del siglo XIX, vase Stuart B. Schwartz, Colonial Brazil, c. 1580-1750. Plantations

    and peripheries y Dauril Alden, Late colonial Brazil, 1750-1808 ambos en Leslie Bethell (comp.), TheCambridge history of Latin America, Cambridge, 1984, vol. 2, pp. 423-500 y 601.660, respectivamente.

    Stanley J. Stein, Vassouras; a brazilian coffee country, 1850-1900, Cambridge, 1957 y Ceiso Furtado, The

    economic growth of Brazil: A survey from colonial to modern times, Berkeley, 1965. Por otra parte, lasregiones que son aparentemente instancias del modelo olla a presin y que parecen experimentar cierto tipo

    de desarrollo interno, pueden vincularse dbil o indirectamente con las economas dinmicas externas o con

    sus sectores econmicos. Por ejemplo, la apertura del noroeste mexicano y el dinamismo de la economa de la

    minera de placa del oeste de Mxico (orientada hacia la exportacin), parecen tener mucha relacin con el

    desarrollo econmico de la regin de Guadalajara a fines del periodo colonial; vase Van Young, Haciendaand market, pp. 142.149 y passim.

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    8/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    mismas y, dado que las sociedades humanas se constituyen tpicamente con un gran nmero

    de clases diferentes de sistemas mutuamente influyentes, cul es el sistema que hay queelegir para definir las regiones? Rpidamente uno puede traer muchos candidatos posibles a

    la mente, incluyendo las pautas de la geografa fsica, la distribucin y el tipo de

    produccin econmica, la estructura poltica, el intercambio o las relaciones de mercado. Es

    este ltimo sistema la estructura de intercambio o los mercados el que permanece en elcorazn de la teora del emplazamiento central, que a su turno provee la base para la

    mayora de los recientes trabajos tericos sobre el anlisis regional.18

    De hecho, esta teora ha sido definida como una teora de la localizacin, tamao,

    naturaleza y espaciamiento de conjuntos de actividad mercantil. El gegrafo Brian J. L.

    Berry lo ha expresado muy claramente: Es en el sistema de intercambio, a travs delproceso de distribucin, donde aparecen juntas las ofertas de los productores y las

    demandas de los consumidores. En este sentido, las interconexiones de la red de

    intercambio son los hilos que mantienen unida a la sociedad.19

    Y que mantienen unidas alas regiones, podramos agregar.

    Por lo tanto, es a las relaciones de mercado a quienes deberamos mirar si quisiramos

    entender la naturaleza de las regiones geohistricas.

    Una de las peculiaridades del desarrollo histrico de Mxico, segn creo, es que aparte dela presencia perenne de las exportaciones de la industria extractiva, bsicamente en la

    forma de plata o petrleo el pas no se ha encontrado nunca en las garras de los cielos

    exportadores de monocultivos a los que uno suele asociar con la mayor parte de AmricaLatina. El azcar y el caf en Brasil seran ejemplos de estos cielos de auge/decadencia, el

    guano y el azcar en Per, el vacuno, el ovino y el trigo en Argentina, etc.20

    Por lo tanto, no

    18La influencia determinante del espacio y de los costos de transporte sobre la produccin econmica es el

    tema principal de la teora de ubicacin clsica, que mayormente deriva del trabajo de Johann Heinrich VonThnen`s isolated state, P. Hall, Londres, 1966. Para una aplicacin interesante de las ideas de Von Thnen

    en Mxico, vase Ursula Ewald, The Von Thnen principle and agricultural zonation in colonial Mxico

    Journal of Historical Geography, nm. 3, 1977, pp. 123-133. Entre los gegrafos, Claude Bataillon, luego de

    una crtica elocuente y perspicaz a la teora de las regiones naturales (o geogrficas) en Mxico, pareceenfatizar la funcin de produccin como la mayor variable definitoria de la regionalizacin (op. cit, pp. 198 y

    ss.). Este mismo nfasis parece subyacer en la discusin de la "escala" urbana y del poder productivo de la

    esfera de influencia [de una ciudad dada] Jorge E. Hardoy y Carmen Aranovich, The scale and functions of

    spanish american cities around 1600: An essay on methodology' (comps.) en Richard B. Schaedel, Jorge E.Hardoy y Nora Scott Kinzer (comps.), Urbanization in the Americas from its beginnings to the present, La

    Haya, 1978, pp. 63-97.19Berry, op, cit, p. 1. Para citar a Carel A. Smith: "El excedente es un producto del intercambio, no un factor

    de produccin, dado que su nivel depende de los medios empleados para extraerlo, no slo de los usados para

    producirlo" ("Exchange systems and spacial distribution of elites", P. 312). Las relaciones mercantiles, comoprincipio central de estructuracin de las regiones, son particularmente apropiadas para las sociedades

    campesinas preindustriales, o sustancialmente preindustriales, aun donde existan formas importantes deproduccin no campesina. Su adecuacin al anlisis regional en las sociedades industrializadas, donde las

    relaciones de produccin tienden a adquirir una posicin dominante, es an un problema pendiente. Sobre este

    punta, vase Smith, Examining stratification system, p. 96. Como se ver ms adelante, y como es

    naturalmente obvio en un nivel emprico, los sistemas de produccin y mercantil son difciles de separar en

    realidad, dado que a menudo el tipo de produccin es, antecedente del tipo de sistema de mercado.20Por supuesto, existe un cuerpo historiogrfico enorme sobre estos ciclos ecnomicos y los efectos sociales y

    polticos vinculados con las exportaciones de bienes primarios, incluyendo los estudios de caso y los ms

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    9/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    existen muchas instancias de regin embudo o dendrtica para examinar la historia de

    Mxico y ciertamente ninguna que ocupara semejante papel central en el desarrolloeconmico del pas en su conjunto, como las mencionadas ms arriba. Sin embargo, dos

    casos que ilustran aspectos del tipo embudo/dendrtico son la economa azucarera del rea

    de Morelos, que abarca el siglo XIX, y el desarrollo de la industria henequera en Yucatn,

    durante la misma centuria. Es precisamente la falta de tales regiones desbalanceadas, condominio de las exportaciones, lo que hace relativamente frecuente en Mxico el tipo

    regional de olla a presin solar; y los dos casos que deseara discutir brevemente son los dela regin de Guadalajara y parte de la dicesis colonial de Michoacn.

    21

    Lo que uno espera observar en regiones estructuradas a lo largo de lneas dendrticas de

    organizacin interna es una orientacin hacia el exterior con el propsito de comerciar unsolo bien exportable de all la metfora del embudo. Seguramente, ste podra ser el caso

    de la zona azucarera de Morelos durante el periodo colonial y, an ms marcadamente,

    tambin en el siglo XIX, con la considerable expansin de la industria y el advenimientodel ferrocarril. Ms an, uno podra esperar ver la atrofia de los lazos comerciales internos;

    el aplastamiento de la jerarqua regional urbana produciendo una extrema falta deregularidad logartmica esto es, el dominio de la ciudad factora y/o una metrpoli externa

    en el flujo de bienes hacia dentro o hacia afuera de la regin, un alto grado de

    concentracin de la propiedad, una simplificacin del sistema de estratificacin social.Respecto del resquebrajamiento de los vnculos comerciales internos, algunos de los

    pueblos coloniales del rea como Yautepec y Cuautla parecen ser por cierto puntos

    nodulares de un sistema dendrtico concentrado en la ciudad de Mxico.22

    Dado que la

    generales, a lo largo de la teora de la dependencia. Una coleccin de ensayos particularmente interesantes,

    que cubren la mayor parte de Amrica Latina en el periodo postindependiente, es el editado por Kenneth

    Duncan et al., citado ms arriba [vase nota 17].

    21La discusin sobre el Morelos colonial y poscolonial se basa sustancialmente en Cheryl E. Martin, Rural

    society in colonial Morelos, Albuquerque, 1985, y en Guillermo de la Pea, A legacy of promises: agriculture,

    politics and ritual in the Morelos highlands of Mexico, Austin, 1981. El material sobre Yucatn ha sido

    extrado de Robert W. Patch, Agrarian change in eighteenth-century Yucatnen Hispanic AmericanHistorical Review, nm. 65, 1985, pp. 21-49; Arnold Strickon, Hacienda and plantation in Yucatan: An

    historical- ecological consideration of the folk-urban continuum in Yucatn en Amrica Indgena, nm. 25,

    1965, pp. 35-63. y Allen Wells, Yucatan`s gilded age, que el autor me facilit gentilmente antes de imprimir.

    La discusin sobre la regin colonial de Guadalajara se basa enteramente en mi tesis de doctorado, Rural lifein eighteenth-century Mxico: The Guadalajara region, 1675-1820, 2vols., University of California,

    Berkeley, 1978, y la del Michoacn colonial, en Claude Morin, Michoacn en la Nueva Espaa del siglo

    XVIII op. cit.

    22De la Pea, A legacy of promises, pp. 25-26. Vase tambin las consideraciones sobre esta caracterstica delos sistemas regionales dendrticos en Carol A. Smith, How marketing systems affect economic

    opportunity, pp. 133-138 y Exchange systems and the spacial distribution of elites, pp. 336-337.Comprese adems con el anlisis de Gordon Appleby hablando de las zonas exportadoras de lana del

    altiplano peruano en la era moderna, en Export monoculture and regional structure, in Puno, Peru en Smith

    (comp.), Regional analysis, vol. 2, pp. 291-307: Cuanto ms tierra concentrada en pocas manos, menor

    cantidad de comerciantes necesarios para servir a los productores y mayor nmero de comerciantes localesasaltados por las grandes casas mercantiles en los centros de nivel ms alto, y, consecuentemente, mayor el

    grado de primaca exhibido en el rea de exportacin (p. 294).

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    10/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    produccin regional de azcar posiblemente no poda ser consumida localmente, tanto en el

    periodo colonial como en el independiente, la ciudad de Mxico ha servido como el mayormercado y consecuentemente como la ciudad regional primaria, exhibiendo un grado

    extremadamente alto de primaca.23

    Todos los estudiosos de la zona exportadora de

    Morelos han apuntado la tendencia a la concentracin de la propiedad en las reas

    azucareras a travs del tiempo, debido a la posibilidad de formacin de economas de escalaque ofreca tal concentracin, entre otros factores.

    24Finalmente, tanto Guillermo de la Pea

    como Cheryl Martin sealan en sus estudios la simplificacin social de las reas ruralesbajo el impacto del azcar. Es decir; sus efectos homogeneizantes: la tendencia a destruir

    totalmente a los pequeos productores y a los grupos intermediarios y, en el caso de Martin,

    en particular, el resurgimiento y proliferacin de pequeos productores en la primitiva zona

    exportadora, cuando la produccin azucarera a gran escala haba retrocedido desde fines delsiglo XVII hasta cerca de 1760.

    25

    23 Sobre el mercado de la ciudad de Mxico para el azcar de Morelos, vase un artculo interesante deHoracio Crespo, El azcar en el mercado de la ciudad de Mxico, 1885-1910 en Horacio Crespo (coord.),

    Morelos cinco siglos de la historia regional, Mxico, 1984, pp. 165-222, passim. Los cuadros de Crespo (p.204) indican que slo cerca de 4% de la produccin azucarera total de Mxico se exportaba en promedio,

    entre 1893 y 1911, partiendo de un umbral casi sin exportaciones en 1899/1900, a un elevado 8% una dcada

    despus. Gran parte de la produccin azucarera durante el periodo colonial se destinaba tambin al consumo

    interno dentro del centro del virreinato mismo, principalmente al mercado de la ciudad de Mxico; sobre estepunto, vase Gisela von Wobeser, Las haciendas azucareras de Cuernavaca y Cuautla en la poca colonial,

    en Crespo (coord.), op. cit, pp. 107-113, passim. Las exportaciones azucareras del Mxico colonial a Europafueron (aunque no siempre) generalmente no rentables, debido a los altos costos de transporte comparados

    con los de los productores caribeos y brasileos; vase mi ensayo indito, The Cortes ingenio at Tuxtla: a

    study in economic decline (1970). Sobre la falta de regularidad logartmica como una medida de la primaca

    urbana, vase Willian P. Mc Greevey; A statistical analysis of primacy and lognormality in the size

    distribution of Latin American cities, 1750-1960 en Richard M. Morse (comp.), The urban development of

    Latin America, 1750-1920, Stanford, 1971, pp. 116-129. La regularidad logartmica significa que el tamaode la poblacin de una ciudad se relaciona con su rango en una jerarqua urbana; i.e., la segunda ciudad es la

    mitad del tamao de la primera, la tercera es un tercio de la primera, etc. Los cuadros de Mc Greevey (p. 121,

    cuadro 2) indican que la ciudad de Mxico demuestra el ms temprano y notable grado de primaca urbana[i.e. falta de regularidad logartmica), entre las capitales de ocho pases latinoamericanos (Mxico, Cuba,

    Chile, Argentina, Brasil, Per, Venezuela y Colombia).24Sobre la concentracin de la tierra y la agresiva expansin de las haciendas azucareras, ver Martin, op. cit;De la Pea,A legacy of promises, Ward Barrett, The sugar hacienda of the marqueses del Valle, Minneapolis,

    1970; Arturo Warman, We come to object: the peasant of Morelos and the national state , Baltimore, 1981;

    John Wornack,Zapata and the mexican revolution, Nueva York, 1969 y numerosos ensayos que figuran en lacompilacin de Crespo, op. cit.25De la Pea, A legacy of promises, pp. 29-37, discute acerca de la heterogeneidad social y la economa

    diversificada asociada en las zonas altas de Morelos en el periodo colonial, particularmente en Tlayacapan y

    algunos otros pueblos, y contina describiendo los efectos reduccionistas de la expansin azucarera en los

    bajos durante el siglo XIX, sobre esta regin (pp. 66-68). Martn (op, cit, pp. 124-155) describe los efectos

    reduccionistas del resurgimiento del azcar sobre la importante variedad social que se haba desarrollado enla regin de los bajos azucareros hasta mediados del siglo XVIII y concluye que la cultura del azcar y sus

    disposiciones econmicas asociadas explican la falta de simbiosis caracterstica entre las grandes unidadesproductivas y los campesinos en otras reas del Mxico central (pp. 215,216). Para un anlisis an ms radical

    de la homogeneizacin y de la simplificacin social bajo el impacto de la cultura del azcar en la costa

    peruana nortea, vase Peter F. Klaren, Modernization, dislocation and aprismo: origins of the peruvian

    aprista party. 1870-1932, Austin, 1973. Klaren describe la creciente concentracin territorial, la destruccin

    de una clase de granjeros pequeos, prsperos e independientes, la disrupcin de la estructura urbanacomercial por la intrusin de las plantaciones azucareras en las relaciones locales de intercambio y la

    emergencia de un proletariado rural, vulnerable a la dislocacin social y a la anomia; sobre la ausencia de

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    11/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    Quiz el territorio norteo de Yucatn bajo la exportacin del henequn durante los siglosXIX y principios del XX resulte un caso ms claro de regin embudo o dendrtica. El boom

    del henequn de Yucatn es un caso interesante porque a diferencia de la zona azucarera

    de Morelos en la poca colonial y el siglo XIX, donde el bien exportable estaba presente

    casi desde comienzos de la era colonial all dicha industria del periodo de auge exportadorfue creada ex nihiloy tuvo un ciclo relativamente corto. Antes que el henequn alcanzara la

    hegemona en la ltima mitad del siglo XIX, la pennsula era esencialmente perifrica, unagenuina economa aislada. En un excelente artculo reciente y en otro trabajo anterior,

    Robert Patch ha descrito la dinmica bsica de la economa colonial en trminos

    llamativamente similares al resto de Nueva Espaa. Aqu los elementos bsicos fueron la

    recuperacin demogrfica indgena, la presin sobre la tierra, los enormes establecimientosrurales, los mercados de ganado y cereales urbanos, etc.: en suma, una o muchas

    situaciones de olla a presin que constituan una cantidad de pequeos complejos

    regionales.26

    Poco despus, lo que en cualquier otra parte puede haber sido un cicloexportador, adquiri la loma de "un episodio" en Yucatn, segn la frase de Howard

    Cline.27Se trataba del desarrollo de la industria azucarera a lo largo de la frontera sudestedurante el periodo 1750-1850. A pesar de la orientacin hegemnica de este sector hacia la

    produccin para el mercado interno peninsular, ya se comenzaban a ver los efectos de la

    lgica interna de la economa de escala y del duro rgimen laboral que prefiguraban la delhenequn.

    28 Mientras que sera una exageracin decir que la situacin de la pennsula

    cambi radicalmente junto con el advenimiento y rpido crecimiento de la industria

    henequenera despus de mediados del siglo, es verdad sin embargo que la industria de lafibra cambi la estructura econmica de Yucatn y, con ella, la estructura interna de las

    regiones yucatecas. La produccin de fibras en el noreste de la pennsula, organizada

    principalmente a lo largo de lneas de enormes establecimientos altamente capitalizados, se

    cuadruplic durante la dcada de 1870, con un efecto predecible sobre el tamao global y la

    organizacin de la fuerza de trabajo. Hacia 1900, cerca 75% de la superficie cultivada deYucatn segn clculos oficiales se dedicaba al cultivo del henequn y de la mitad a tres

    grupos socialmente mediadores y la anomia, comprese con De la Pea, A legacy of promises, pp. 66-68 ypassim.

    26Patch, Agrarian change in eighteenth-century Yucatan, passim. Patch finalmente destaca (pp. 48-49) lascausas internas del cambio en la economa colonial, debidas primariamente al crecimiento de la poblacin, y

    sugiere que la economa peninsular se reorient hacia el exterior slo con el henequn, Strickon (Hacienda

    and plantation in Yucatn, p. 44) seala que los exiguos ingresos por exportaciones de Yucatn a comienzos

    del siglo XIX derivaban de una economa ganadera extensiva, comercializada como carne fresca y otros

    productos en Cuba. Nancy Farriss, en Maya society under colonial rule: the collective enterprise of survival,

    Princeton, 1984, ha descrito las adaptaciones sociales de la sociedad indgena al rgimen econmico colonial.Para algunas comparaciones interesantes con el periodo colonial temprano de Centro Amrica, vase, Murdo

    J. MacLeod, Spanish Central America: a socioeconomic history, 1520-1750, Berkeley, 1973.27Howard F. Cline, The sugar episode in Yucatan, 1815-1850 Interamerican Economic Affairs, nm. 1,

    1947-48, pp. 79-100.28Wells, Yucatan gilded age, p. 24. Strickon, Hacienda and Plantation in Yucatn, p. 50, afirma que la zonade plantaciones produca suficiente azcar para exportar desde la pennsula, a fines de los aos 1830. Welb,

    op. cit, p. 22, contina diciendo que aun con una divisin subregional del trabajo, las exportaciones

    peninsulares totales -incluyendo el azcar- eran menores, comparadas con el valor total de la produccin de

    subsistencia (i.e., la agricultura tradicional basada en el maz).

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    12/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    cuartos de la poblacin rural de la pennsula viva en las plantaciones henequeneras.29

    No

    es sorprendente que la poblacin indgena campesina de la regin henequenera se hayaproletarizado fuertemente y que se hayan debilitado las comunidades aldeanas. La regin

    parece haber experimentado la distorsin social y la simplificacin de la estructura social

    que predecira el modelo embudo dendrtico.30

    De este modo, a diferencia de las haciendas

    tradicionales de produccin mixta de la era anterior al henequn, las plantaciones nointentaron el autoabastecimiento. Esto implic el surgimiento de una economa maicera

    complementaria en la vieja zona fronteriza del sudeste, para alimentar a la reginhenequenera con dficit alimentario, un desarrollo que anticip la recuperacin

    diversificada en la antigua zona del azcar.31

    Finalmente, uno esperara ver una

    simplificacin y homogeneizacin de los mecanismos comerciales y mercantiles regionales,

    ante el impacto de tales cambios. Citando a Carol A. Smith nuevamente: debido a que elsistema productivo estaba altamente concentrado, el sistema de distribucin tambin lo

    estaba. Y, debido a que el mercado para el excedente regional es externo, no hay necesidad

    de un sistema rural mercantil bien articulado32

    Por contraste con las regiones embudo/dendriticas que acabo de describir, partes de ladicesis de Michoacn y el extenso hinterland de Guadalajara desplegaron notables

    caractersticas de tipo regional olla a presin/solar. Considerando a Michoacn en su

    conjunto, un criterio de diagnstico para la falta de una fuerte estructura embudo/dendrticaes el consumo interno de productos frecuentemente asociado en todas partes con los

    mercados de exportacin, como el azcar. En las postrimeras del siglo XVIII, por ejemplo,

    slo alrededor del 25% de la produccin azucarera de 170 000 arrobas de la dicesis se

    29Strickon, Hacienda and plantation in Yucatan pp. 55-56.30Wells, Yucatan gilded age, pp. 9, 153 y ss., 184; Strickon, Hacienda and plantation in Yucatan p. 57.

    Wells, observa (p. 184): La cooptacin de los ejidos aldeanos por los henequeneros en el noroeste, a lo largodel porfiriato, ha frustrado lo que alguna vez fuera un campesinado saludable, aislando a la comunidad de la

    hacienda de su base institucional, el poblado comunal." Concluye (p. 184): A diferencia del norte de Mxico,

    Yucatn no posea una clase media considerable, capaz de unirse con los hacendados descontentos para una

    revolucin. La hacienda del henequn fue una sociedad de plantacin con una estructura de clases similar a lade las sociedades azucareras del Caribe.31Wells, Yucatan gilded age, pp. 91-92, 94; segn Wel1s el trmino adecuado para este efecto indirecto del

    desarrollo henequenero es succin econmica. Vase tambin Strickon, Hacienda and plantation, p. 59 yAppleby, Export monoculture and regional social structure pp. 292-293, referido especialmente a

    Yucatn. Para instancias similares sobre los vnculos simbiticos interregionales que unan regiones

    exportadoras con forma de embudo y dficit alimentario, con regiones abastecedoras de alimentos, vase las

    consideraciones de Carol A. Smith sobre el oeste de Guatemala (el caf en los llanos, la produccin de

    alimentos en los altos), en Examinig stratification systems, pp. 100 y ss.; De la Pea, A legacy of promises,

    passim (azcar en los bajos, alimentos en los altos) y los trabajos citados en la nota 17. Estas parejassimbiticas nos devuelven a la cuestin original de qu es lo que constituye una regin. Por ejemplo, De la

    Pea (ibid., p. 29), alude a los altos de Morelos como si ellos mismos constituyeran una regin distinta,diferenciada histricamente de los bajos vecinos, mientras Wells (Yucatans gilded age, pp. 7-8) prefiere la

    idea de una dependencia intrarregional dentro de una regin identificable, Yucatn, integrada por las

    subregiones dominante y marginal32 Smith, How marketing systems affect economic opportunity, p. 138; ver tambin Appleby, "Export

    monoculture and regional social structure pp. 294, 302-303. Hasta lo que conozco, an no se ha realizado

    ningn estudio exhaustivo de las estructuras de mercado de estas dos regiones yucatecas; por lo tanto, mis

    conclusiones como las de los otros autores son altamente tentativas.

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    13/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    destinaba a la exportacin.33

    Otra caracterstica de orientacin interna era la presencia de

    ferias peridicas en pueblos pequeos y medianos y en algunas ciudades ms grandes:Zamora y Tanganccuaro los domingos, Ptzcuaro los viernes, Valladolid los jueves, etc.

    34

    Y todava aparecen otros signos de un modelo olla a presin/solar en la forma de

    mecanismos mercantiles locales relativamente complejos y generalizados y en la

    importacin muy limitada de alimentos, con excepcin de algunos rubros de alto valorunitario como bebidas alcohlicas y cacao.

    35

    La regin de Guadalajara durante el periodo colonial tardo y los comienzos del siglo XIX

    proporciona un ejemplo ms claro del tipo de olla a presin/solar en el sistema de

    emplazamiento central o, al menos, uno mejor conocido por mi. Guadalajara, la capital

    poltica y administrativa del rea, funcionaba por cierto como una ciudad regional primariay la jerarqua urbana de su extendido hinterland demostraba un grado concomitantemente

    alto de falta de regularidad logartmica. Empleando el volumen de saldos comerciales para

    un grupo de pueblos escogidos de la regin de Guadalajara en 1800 como un indicador deltamao del pueblo, los saldos en la ciudad primaria eran ms de 25 veces mayores que su

    rival ms prximo en la regin, el importante pueblo provincial de La Barca.36 En

    33Morin, Michoacn en la Nueva Espaa, p. 144. La evidencia que aduce Morin con respecto al comercio de

    sal en otro prrafo (p. 147), para probar el alto grado de comercializacin en el obispado con relacin a los

    mercados externos, no es convincente, dado que la sal -aun en el vicio mundo y aun en las economas no

    monetizadas- era un artculo tradicionalmente comercializado a larga distancia por su alto valor unitario sialgo deba comerciarse, seguramente era la sal. Sin embargo, la mayor parte de la produccin algodonera era

    exportada desde ese obispado (p. 145). Uno de los problemas que presenta el libro de Morin, a pesar de ser

    muy bueno, es precisamente el no diferenciar suficientemente regiones coherentes dentro del obispado de

    Michoacn, el cual carece de sentido como entidad en y por s mimo. No obstante, los argumentos tentativosque empleamos sobre las regiones, basndonos en el trabajo de Morin, parecen, justificarse sobre la base de

    que la mayora de sus datos abarcan el obispado en su conjunto -y como el conjunto no debe haber excedido

    la suma de las partes- sus cifras representan el funcionamiento de las regiones componentes,grosso modo.34Morin, op. cit, p. 153. La presencia o ausencia de periodicidad mercantil en los sistemas de emplazamientocentral es importante por tratarse de un indicador de la naturaleza y del grado de la jerarqua urbana

    intrarregional, del grado de oportunidades de consumo, y del grado de vinculaciones laterales en los niveles

    ms bajos e intermedios de la jerarqua. Para una discusin sobre la periodicidad y su importancia, vase los

    numerosos trabajos de Carol A. Smith ya citados, adems de varios de los ensayos de la coleccin que editaraRegional analysis, especialmente el de Willian Skinner; vase tambin G. William Skinner, Marketing and

    social structure in rural China (parte I) en Jack M. Potter, May N. Daz y George M. Foster (comps.), Peasant

    society: a reader, Boston, 1967, pp. 63-97. Para un resumen del argumento de la periodicidad, ver Hassig,

    Trade, tribute and transportation. La discusin terica de Smith sobre los sistemas de emplazamiento central,a los que se refiere en un artculo (Exchange systems and the spatial distribution of elite) como a estructuras

    mercantiles administradas o parcialmente comercializadas (donde establece, sin embargo, los

    lineamientos esenciales para el tratamiento de los casos empricos en Mxico), es notablemente desajustada.

    En trminos generales, su sofisticado anlisis no tiene en cuenta: 1) las relaciones interregionales; 2) las

    regiones/sociedades agrarias en las que la produccin de bienes primarios exportables no est en manos de loscampesinos productores, pero en las cuales stos experimentan una relacin simbitica con los productores de

    artculos de gran escala (i.e., haciendas y plantaciones) (sobre este punto, vase su discusin en op. cit., pp.

    336. 337), 3) la diferenciacin intra- e inter-regional a travs del tiempo (i.e., su anlisis es esttico). Conrespecto a los sistemas solares de emplazamiento central, stos no son incompatibles con la existencia de una

    periodicidad mercantil, a pesar de estar caracterizados por una jerarqua urbana trunca (generalmente de dos

    niveles) y un marcado grado de primaca regional urbana.35Morin, Michoacn en la Nueva Espaa, pp. 145, 153 y ss.36Van Young, Rural life in eighteenth-century Mxico, cuadro 1-1-3, p. 518; la fuente es la Biblioteca del

    Estado (Guadalajara), Archivo Fiscal de la Audiencia de Nueva Galicia, vol. 218; los valores se derivan de las

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    14/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    consecuencia, la estructura comercial y mercantil de la regin desplegaba las caractersticas

    que se esperaran encontrar aproximadamente en el tipo olla a presin/solar. Entonces apesar de la tendencia reduccionista de las relaciones comerciales centradas en la ciudad

    regional primaria, los poblados rurales tenan al menos algunos lazos laterales en trminos

    de las relaciones crediticias, los comerciantes itinerantes, las ferias peridicas, etc. Porotro

    lado, la especializacin productiva intrarregional, aun, que exista, estaba limitada. 37Unareclasificacin y anlisis de los datos desarrollados en un tratado estadstico de mediados

    del siglo XIX, realizado por un gegrafo/estadgrafo, revela un enorme grado dehomogeneidad en la red comercial regional y una jerarqua urbana achacada,

    aproximndose a la disposicin de dos grupos que se esperara encontrar en tal tipo

    regional. De los casi 20 pueblos abarcados en el estudio -cuyos establecimientos

    comerciales he clasificado de acuerdo con la simple divisin en tres partes de la actividadminorista, servicios y artesanado- un promedio de dos tercios tena pequeos

    establecimientos minoristas, mientras que el resto posea los de servicios y artesanales. Los

    pueblos ubicados a cierta distancia de Guadalajara en zonas agrcolas de temporal, coneconomas mixtas de cereales y ganado, tendan a tener porcentajes muy altos de

    establecimientos minoristas, mientras que la regin en su conjunto pareca haberdesarrollado un grado relativamente bajo de especializacin intrarregional, con vnculos

    verticales fuertes y horizontales comparativamente ms dbiles. Algunos comercios rurales,

    as como los establecimientos ms grandes en los pueblos provinciales, negociabanmayormente paos, comida y ferretera; tendan a tener inventarios limitados y

    habitualmente llevaban en sus libros una gran cantidad de deudas muy pequeas, muchas

    de ellas de indios campesinos aseguradas con varias prendas, que incluan armas,instrumentos agrcolas, artculos de vestir y objetos religiosos.

    38Finalmente, a pesar de la

    creciente comercializacin agrcola, las caractersticas de la propiedad y la proletarizacin

    rural, la regin sostena una estructura agraria llamativamente compleja, que inclua un

    grupo importante de familias granjeras independientes -o rancheros- y una dispersin

    significativa de intermediarios rurales, con ocupaciones plurales -que proporcionaron uncrdito comercial importante y realizaron tareas de corretaje- en la economa y sociedad

    regionales.39

    cifras de las alcabalas sin incluir fincas e igualas, con base en una tasa general del 6%. Por contraste con la

    regin de Guadalajara, una de las nicas peculiaridades del Bajo en la misma poca era su red urbana menossesgada, la cual desplegaba una dimensin de distribucin de sus pueblos con regularidad logartmica; John

    Wibel y Jesse de la Cruz, Mxico, en Morse (comp.), The urban development of Latin America, p. 98; ver

    tambin Alejandra Moreno Toscano, "Regional economic and urbanization: Three examples of the

    relationship between cities and regions in New Spain at the end of the XVIII century, en Schaedel, Hardoy y

    Kinzer (comps.), Urbanization in the Americas, pp, 399-424 y Richard Morse, The urban development of

    colonial spanish America en Bethell (comp.), The Cambridge history of Latin America, vol. 2, pp. 67-104.37Para un comentario general sobre la estructura regional solar, vase Carol A. Smith, Regional economic

    systems, en Smith (comp.), Regional analysis vol. 1, pp. 3-63, especialmente pp. 36 y ss. Smith pone ciertonfasis en que las comunidades campesinas en (...) 1os hinterlands (de una ciudad primaria) se especializan,

    cada una, en un producto distintivo para el mercado. En la regin de Guadalajara, esta especializacin exista

    por cierto, pero sera un problema intrincado medir su significado relativo.38Van Young, Rural life in eighteenth-century Mexico pp. 519-527 y vase tambin mi artculo indito,

    Rural middlemen in bourbon Mexico: The Guadalajara countryside in the eighteenth century", American

    Historical Association, Annual Meeting, Washington, 1982.39Ibid.

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    15/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    Mi ltimo punto tiene que ver con las implicaciones de tales caractersticas regionales para

    la integracin econmica y social total de Mxico. Si el modelo olla a presin/solar tienealgn valor predictivo para las economas regionales, esperaramos ver tres rasgos de tales

    sistemas: 1) mercados de un tipo muy limitado geogrficamente para casi todo, excepto

    para los bienes comercializables de valor elevado y poco volumen; 2) niveles bajos de

    exportaciones regionales para bienes agrcolas y 3) un generalizado bajo nivel deintercambio comercial entre regiones de este tipo, constituyendo un espacio econmico

    mayor. Tomando el caso de la regin de Guadalajara, estas caractersticas son las que dehecho se observan alrededor de 1800 y probablemente mucho antes. Semejante conclusin

    implica incluso una significacin mayor, porque esta rea de Nueva Espaa se cita

    tpicamente como una de las ms dinmicas del periodo colonial tardo de Nueva Espaa,

    junto con las del Bajo y Michoacn.40

    Para el propsito de la discusin, si se analizan lascifras de produccin y del comercio regionales consignados en un informe de 1803 de

    Fernando de Abascal, el intendente de Guadalajara, se aprecia que las exportaciones netas

    de la intendencia eran comparativamente pequeas. Del producto bruto regional (PBR) totalde cerca de 8 729 000 pesos, stas implicaban 443 000 pesos alrededor de 5% de este

    PBR, aproximadamente 10 pesos per cpita, para la mayora de la poblacin de la reginde Guadalajara. Si se eliminan los datos de la produccin minera virtualmente todo lo que

    se exportaba desde esa intendencia las cifras caen a 2%. Ms an, si se aumentan en un

    50% las cifras de la produccin maicera que da Abascal (lo cual parece razonable enfuncin de corregir el subregistro de la produccin de subsistencia de este artculo bsico)

    la cifra de las exportaciones caer ms an necesariamente (vase cuadro).41

    40 Enrique Florescano e Isabel Gil Snchez, 1750-1808: La poca de las reformas borbnicas y delcrecimiento econmico, Cuadernos de trabajo del Departamento de Investigaciones Histricas, Instituto

    Nacional de Antropologa e Historia, Mxico, 1974, p. 148 y ss.; Morin, Michoacn en la Nueva Espaa,

    passim.41 El informe de Abascal est publicado en E. Florescano e I. Gil Snchez (comps.), Descripciones

    econmicas regionales de Nueva Espaa. Provincias del centro, sureste y sur, 1766-1827, Mxico, 1976, pp.108-132, Provincia de Guadalajara. Estado que demuestra los frutos (...) en el ao 1803; posiblemente est

    basado en los registros de diezmos y de impuestos a las ventas. He dispuesto de otra forma los datos de

    Abascal y hecho algunos clculos por mi cuenta, concluyendo en una quiebra brusca de la produccin y el

    comercio regionales a partir de varios sectores/industrias de la economa, como se ve a partir de los datos delcuadro. Justamente, no est claro lo que Abascal entenda por la denominacin Provincia de Guadalajara,

    aunque posiblemente se refiriera a la intendencia, una unidad mayor que se sobrepona a la regin de

    Guadalajara, como he tratado de definirla (Van Young, Hacienda and market, pp. 11-27); por lo tanto, mis

    clculos son slo una aproximacin poco precisa. En consecuencia, las cifras no contemplan el contrabandodentro o fuera de la regin. Abascal proporciona una cifra para comercio, en su rubro importaciones, de 2

    241 000 pesos, pero de los totales se ve claro que sta en una cifra diferentedel total de las importaciones

    especificadas, bajo las categoras de agricultura, ganadera, etc., y debe haberse tratado de bienes

    manufacturados. Por lo tanto, es justificable dejar esta cifra fuera de los clculos, cuando se deducen las

    exportaciones netas (exportaciones brutas ramos importaciones brutas en todas los ramos, excepto comercio).Sustrayendo el valor del comercio (2 241000 pesos) de las exportaciones netas, (2 684 000 pesos)

    obtenemos la cifra de 443 000 pesos, el comercio total positivo para ese ao. Luego la dividimos entre el

    producto bruto regional (8 729 000 pesos) produciendo un balance, comercial positivo de 5% del PBR,partiendo de una poblacin regional cerca de 500 000 habitantes, (posiblemente, una base un poco

    conservadora); para la poblacin, vase Van Young,Hacienda and market, pp. 36-37 y las cifras all citadas.

    Con respecto a la produccin regional de maz y al papel de las exportaciones maiceras en el total regional,

    mis clculos son demasiado generales. El informe de Abascal estima la produccin total de maz de la

    provincia en 1 860 000 fanegas para 1803, de las cuales se exportaban unas 444 700 (no se sugiere haciadnde), o sea, cerca de 24% [a 1 pesa/fanega]. Con un clculo total de unas 500 000 personas, el monto real

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    16/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    Ramo Valor de Valor total Valor total Valor neto 1% 2%

    (sector/ la produ de las imporde las ex de lo ex

    industria) cin total portaciones portaciones portaciones

    Agricultura 3.051.000 151,000 904.000 743.000 2,5% 9%Ganadera 1.341.000 - 261.000 261.000 19% 3%Industria 1,320.000 69.000 624.000 555.000 42% 6%

    Asta/cuero 407.000 128.000 199.000 71.000 17% 1 %

    Textiles 1.620.000 136.000 308.000 172.000 11% 2%Minerales 990.000 12.000 884.000 872.000 88% 10%

    (1)Valor neto de las exportaciones como porcentaje de la produccin

    (2)Valor neto de las exportaciones como porcentaje de la produccin totalFuente: vase nota 41.

    Por consiguiente, lo que se ve al menos en este caso y probablemente tambin en otrasregiones es una especie de efecto de iceberg, en el que slo la punta de la economa

    regional lograba un nexo comercial ms amplio, mientras que la enorme masa restanteproduca, consuma y comerciaba slo en un nivel intrarregional, llegando casi a la no

    comercializacin. De un modo general, an se pueden entrever los mltiples niveles de

    integracin econmica abarcando los intercambios primarios (administracin e impuestos),los intercambios secundarios (consumos de bienes durables y de lujo y flujos de capital),

    los intercambios terciarios (consumos de bienes no durables en una escala comercial y

    posiblemente la movilidad laboral) y los intercambios cuaternarios (consumos de bienes nodurables en pequea escala).

    42En lugar de una fuerte evidencia indicadora de un comercio

    de maz necesario para alimentarlas habra sido de 2 750 000 fanegas, o alrededor de 900 000 ms (cerca de50%) que el dato de Abascal. (Este clculo se basa en que un adulto medio de sexo masculino podra

    consumir normalmente unas siete fanegas anuales y, una familia de 4.5 personas, cerca de 35 fanegas. He

    tomado las ms bajas de las estimaciones para la familia, la que da un consumo per cpita anual promedio de

    5.5 fanegas. Para las estimaciones de consumo, verHassig, trade, tribute and transportation; pp. 20-21.) Si lacifra de 2 750 000 fanegas est ms cercana a la realidad de la produccin regional total de maz, luego la

    cantidad exportada -445 000 fanegas- cae de 24% a 16% del total de la produccin. Un consumo ms bajo de

    maz a causa de la utilizacin del trigo dentro de la provincia habra estado posiblemente equilibrado por el

    empleo de maz para criar cerdos u otro ganado. En el mismo ao, de una produccin total de trigo de 54 287cargas, la provincia export cerca de 20 890 o sea 38%. Esta proporcin 2.5:1 entre las exportaciones de

    trigo y las de maz tiene sentido si exista un excedente exportable regional sustancial, porque el mismo

    costo de transporte unitario podra proporcionar un beneficio mayor a los exportadores debido al precio

    diferencial en favor del trigo. De la produccin ganadera total de 1803 1340 558 pesos en valores se

    exportaba cerca de 20% (260 688 pesos), pero la tendencia secular en las exportaciones ganaderas parecahaber declinado (Van Young, Hacienda and market, cap. 3). De hecho, los datos fragmentarios (ibid, pp. 47,

    70, 82) para 1803 sugieren que los precios para los tres mayores artculos exportables estaban por debajo de lo

    normal. Sobre la idea de balances regionales de pagos, vase Assadourian, El sistema de la economacolonial, p. 126.

    42 Este, mismo punto ha sido tratado con frecuencia, ms recientemente por Richard Morse, The urban

    development of colonial spanish America pp. 80 y ss.; por David A. Brading, Bourbon Spain and its

    american empire en Bethell (comp.), Cambridge history of Latin America, vol. 1. pp. 380-439 y por James

    Lockhart, Social organzation and social change in colonial spanish America en ibid., vol. 2, pp. 265-319.

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    17/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    interregional significativo, los datos sobre el arbitraje entre los precios de los mercados

    regionales para artculos como el maz y otros granos se suelen usar para inferir laexistencia de tales conexiones comerciales con la economa desarrollada de amplio alcance,

    que se supone subyaca en ellas; pero este razonamiento no es totalmente convincente.43

    Finalmente, cules son las implicaciones de una estructura regional semejante para lasociedad en su conjunto? Primero -y lo ms obvio- sta indica una integracin horizontal o

    espacial dbil y, de alguna forma, se orienta a explicar las notables tendencias centrfugasmexicanas durante el periodo colonial y aun despus de la independencia. Segundo, la

    debilidad de la articulacin horizontal se relacionara directamente con la debilidad de la

    vertical -o articulacin sociopoltica- dado que probablemente indicara una divisin social

    del trabajo relativamente baja. Es admisible que uno encuentre aqu un modelo con formasextravagantes, con campos de distorsin alrededor de las reas mineras, de los centros

    administrativos y de la siempre anmala ciudad de Mxico. Y, tercero, se esperara

    observar que dicha sociedad tendiera a romper sus partes constitutivas a lo largo de laslneas de presin preexistentes que acabo de sealar, en tiempos de crisis poltica aguda.

    Esto es exactamente lo que sucedi en los aos posteriores a 1810, en los que, a travs de lahistoria social de la rebelin, se podra rastrear la huella profunda de la desarticulacin de la

    sociedad mexicana hasta descender al nivel de los poblados.

    43El excelente artculo de Hctor Lindo Fuentes, La utilidad de las diezmos como fuente para la historiaeconmica", Historia mexicana, vol. 30, 1980, pp. 273-289, apunta a la elevada correlacin dentro de los

    movimientos de precios en varias regiones de Nueva Espaa, basados en series de precios disponibles para elsiglo XVIII. Pero tambin admite que tales movimientos aparentemente simpticos pueden deberse en gran

    parte a los efectos de factores climatolgicos fortuitos u otros fuera del mercado, como al arbitraje de losprecios dentro de los mercados interregionales (p. 277). Por otro lado, el tipo regional olla a presin/solar

    podra mostrar una marcada pesadez o viscosidad en sus respuestas a travs de los precios, dado que estos

    sistemas son tpicamente sujetas de obligaciones no mercantil (i.e. polticas) y, por su naturaleza, estn unidos

    dbilmente a otras regiones; sobre este punto, vase Carol A. Smith, Regional economic systems p. 336. Mitrabaja sobre la regin de Guadalajara indica un desarrollo de mercado relativamente tardo, casi totalmente

    intrarregional en su alcance, prcticamente sin introduccin de artculos de consumo bsico desde el exterior,

    aun en tiempos de crisis severa, Hacienda and market, caps. 3-5. Entonces, si se infiere de una correlacin

    alta de los movimientos del precio del producto bsico, que los precios estaban arbitrndose a larga escala, elmercado interregional resultara como de concluir que porque dos pacientes tienen temperatura alta ambos

    sufren de la misma enfermedad. Morin, Michoacn en la Nueva Espaa,pp. 195.201, trata este punto muy

    claramente al notar la amplia variacin de precios de una localidad a otra dentro del obispado, y la lentitud desus movimientos: Otros ejemplos podran confirmar la existencia de mercados locales en los que los precios

    se presentan en forma anrquica, en desacuerdo con la imagen de un espacio unificado por una red deintercambio en la cual los precios casi no se diferencian ms que en funcin de gastos de transporte. Estas

    desigualdades revelan una integracin muy defectuosa, pues los intercambios de un lugar a otro no obedecen

    a la regla de la minimizacin de los costos y de la mxima utilidad" (p. 196). Concluye Morin: A pesar delvolumen del intercambio y de la importancia de los mercados, y con todo y que la actividad comercial se

    ampla incesantemente, la circulacin de bienes sigue recurriendo a tcnicas y medios sumamente distintos de

    los mecanismos de una economa de mercado (p. 201). [En castellano en el original, N. del T.]

  • 8/10/2019 Eric Van Young-Haciendo Historia Regional

    18/18

    Eric Van Young Haciendo Historia Regional: Consideraciones

    metodolgicas y tericas

    Regin e historia en Mxico (1700-1850)

    Erick Van Young. Haciendo historia regional: Consideraciones metodolgicas y tericas.

    Prez H., Pedro (comp.). Regin e historia en Mxico (1700-1850) Instituto Mora/UAM,1991, pp. 99-122.