Epitafio como modalidad epigramática.pdf

download Epitafio como modalidad epigramática.pdf

of 18

Transcript of Epitafio como modalidad epigramática.pdf

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    1/18

    lepit fio como modalidad

    epigramtica

    en

    el Siglo de Oro ~ o n ejemplos de Quevedo

    Lope de

    Vega ,

    SAGRARIO

    LPEZ POZA

    Universidade da orua

    Resumem

    Entre

    las

    modalidades

    epigramticas

    procedentes de

    la

    ntologa Planudea

    que

    sirvi

    eron

    de

    modelos de imitacin

    a los poetas espaoles de los siglos XVI y

    XVII, han

    de

    considerarse los epitafios. Los poetas

    aprendan

    a adaptar las

    marcas

    constantes

    del

    gnero

    clsico

    al espaol

    Y

    su

    sistema potico

    durante su etapa

    de estudiantes,

    generalmente mediante la practica

    de traduccin

    e

    imitacin

    de

    epigramas de las

    selecciones

    de

    la ntologa Planudea realizadas

    por

    Soter, Cornarius o Henri Estienne

    11

    Escribir epitafios se convirti en un ejercicio literario con el que practicar el

    gnero

    epidc tico (eficaz

    para ostentar el ingenio

    personal) de capital

    importancia

    para el xito de un hombre de letras

    en la corte. Pero

    el poeta que

    escriba epitafios

    deba mantener las

    marcas

    propias del

    gnero

    epigramtico tanto en la

    estructura

    la

    condicin elocutiva, las voces

    del

    discurso,

    el

    estilo .... En

    este trabajo

    se realiza

    un anlisis

    de

    esas peculiaridades

    de adaptacin

    a travs

    de

    ejemplos

    de

    epitafios

    de

    Lope

    de

    Vega y Quevedo.

    Abstract

    Epitaphs

    are amongst

    the epigrammatic types derived

    from

    the

    Planudean

    version of

    the Greek nthology

    that

    served as models

    for

    16th-

    and 17th-century

    Spanish poets,

    who

    learned

    to

    adapt the

    style of the classical genre to Spanish prosody

    in

    their

    student

    days.

    This they did

    generally by

    translating and imitating

    epigrams

    from

    selections

    taken from

    the Planudes

    edition by

    scholars

    such

    as Soter, Cornarius and

    Henri Estienne

    11

    . Writing

    epitaphs

    became a literary exercise in the epidictic

    genre

    with

    a

    view to showing off

    poetic ingenuity, a

    quality

    that

    could

    prove

    to be an

    asset for the man of

    letters at

    court.

    However,

    writing epitaphs

    meant

    maintaining

    1 Este trabajo se inscribe

    en

    el proyecto de investigacin y desarrollo tecnolgico cofinan

    ciado

    por el

    Plan Nacional de Investigacin Cientfica, Desarrollo e Innovacin Tecnolgica

    I +D),

    Ministerio de Educacin Ciencia de Espaa y el Fondo Europeo de Desarrollo

    Regional FEDER): Biblioteca Digital Siglo de Oro

    II:

    Relaciones de sucesos, Polianteas

    y fuentes de erudicion

    en

    la Edad Moderna (catalogacion, digitalizacion y difusion via

    Internet) , cdigo: HUM2006-07410/FILO.

    -.

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    2/18

    8

    Sagrario Lpez Poza

    BHS,

    85

    2008)

    the

    characteristics

    of the epigrammatic genre, not only

    in

    its structure, but also in

    terms of

    locution, discursive

    voice, style

    and

    so on .

    The

    peculiarities of adaptation

    are

    analysed in

    this

    article via epitaphs

    written

    by Lope de Vega

    and

    Quevedo.

    Durante mucho tiempo, al

    hablar

    de

    epigrama

    en la literatura espaola, por lo

    general se evocaba el siglo XVIII, que si bien fue rico en la produccin epigra

    mtica,

    la variedad

    practicada

    estaba restringida a la satrica y didctica. Muy

    pocas veces los lectores actuales asocian ese gnero a la ingente produccin de

    epigramas

    en

    el Siglo de Oro, y a la riqusima variedad en temas y formas que se

    practic. Esto es debido,

    en

    parte, a que durante el siglo

    XX,

    el inters de la crtica

    se volc ms en el sistema petrarquista, mientras que las realizaciones neocl

    sicas que

    trataron

    de aprehender modelos genricos de la antigedad latina y

    dotarlos de una nueva forma verncula como la Oda, Elega, gloga, Epstola),

    tuvieron

    que

    esperar

    largo tiempo a que los investigadores se

    ocuparan

    de ellas.

    2

    Pero el Epigrama,

    aun

    formando

    parte tambin

    de esas adaptaciones de la poesa

    clsica, ha seguido siendo el patito

    feo

    de los estudios poticos, y no ha llegado a

    dedicarse a l

    un

    estudio monogrfico profundo.

    Mi

    propsito es

    sealar que

    gran

    parte

    de los epitafios

    en

    espaol creados por

    nuestros

    poetas del Siglo de Oro llevan las marcas del gnero epigramtico al que

    pertenecen,

    tanto en su

    estructura

    mtrica como temtica, en rasgos

    de

    estilo

    y frmulas propias

    que fueron

    heredadas de la ntologa

    Griega

    y sus imitadores

    renacentistas.

    Como es sabido, el e p ~ t f i o es uno de los gneros poticos ms practicados

    durante los siglos XVI y

    XVII,

    tanto en latn como en lenguas vulgares. Empleado

    desde la Antigedad, el epitafio

    haba

    adquirido en el

    mundo romano un

    notable

    desarrollo que haba ido ampliando las escuetas menciones sobre el

    difunto

    que

    solan esculpirse

    en

    las lpidas mortuorias hasta llegar a convertirlo

    en

    un elogio

    fnebre en verso, de cuidada factura literaria. Frente al epitafio clsico sepulcral

    en que

    priman

    los elementos puramente denotativos, por ejemplo comenzar con

    el

    nombre

    del difunto, seguido de

    su

    filiacin,

    su

    patria, cargos, dignidades, el

    nombre de quienes colocaron la inscripcin, la edad del finado y el da de su

    muerte

    .. se fue desarrollando un gusto por el predominio de elementos conno

    tativos procedentes en su mayor parte de la t radic in clsica griega. Con el Rena

    cimiento y el aprecio por la antigedad clsica, se puso de moda la prctica del

    arte lapidaria y el

    gusto

    por coleccionar inscripciones reales o crearlas

    de

    forma

    ficticia, a imitacin de las que aparecan

    en

    las ruinas veneradas de la civiliza-

    2 Notable ha sido el esfuerzo del

    grupo PASO,

    dirigido por Begoa Lpez Bueno, que impuls

    el inters por esas formas y gneros en la dcada de los 90 y que ha producido vol

    menes con estudios sobre

    La oda

    1993),

    La

    Elega

    1996),

    La

    Epstola

    2000),

    La

    gloga

    2002).

    Tambin han tenido inters para lo

    que

    nos ocupa otros encuentros organizados por este

    grupo dedicados a La Silva 1990), a Las anotaciones de Fernando de Herrera 1996) y a estudios

    sobre el Canon 2003), cuyos trabajos

    han

    sido ya publicados.

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    3/18

    BHS, 85 2008)

    El epitafio como modalidad epigramtica

    en

    el Siglo

    de

    Oro

    cin romana. El epitafio literario fue ganando terrero a partir del siglo XV y

    frente a otros gneros heredados de la literatura clsica

    en

    progresivo desuso,

    su cultivo, tanto

    en

    latn como

    en

    espaol, perdur con mucha fuerza

    en

    la lite

    ratura barroca. Ello no es ajeno a un hecho

    de

    gran relevancia: la divulgacin

    y recepcin

    de

    la

    Antologa Griega

    llevada a Ita lia por los sabios que

    huyeron

    de

    Constantinopla

    cuando fue tomada

    por los

    turcos

    en 1453 y sobrevino la cada

    del Imperio Romano de Oriente conocido a

    partir

    del siglo

    XVII

    como Imperio

    Bizantino).

    Como

    he

    sealado

    en otro

    lugar Lpez Poza 2005: 67), los espaoles que estu

    vieron en contacto con Italia en el siglo XVI

    mostraron

    un inters y

    hasta

    pasin

    por

    los epigramas griegos; de ello nos

    han

    quedado testimonios manuscritos y

    colecciones de escolios valiosos y relevantes.

    El

    inters de humanistas espaoles

    por la

    Antologa Griega

    no pudo reflejarse

    en una

    produccin impresa debido a las

    dificultades que

    sufra

    la

    imprenta en

    Espaa, sobre

    todo

    a

    partir

    de la segunda

    mitad del siglo

    XVI

    y a la falta de mecenas que

    impulsaran

    los estudios

    no

    estric

    tamente

    vinculados

    con

    la religin. Pero a

    pesar

    de la

    cerrazn contrarreformista

    que dificult la difusin del

    trabajo

    de

    importantes

    profesores de las universi

    dades de Alcal de Henares y Salamanca, sus enseanzas lograron crear patrones

    de influencia

    en

    la

    primera mitad

    del

    siglo

    XVI

    y los

    primeros

    aos

    de

    la

    segunda

    mitad del siglo

    que

    luego se desarrollaran de manera

    ms firme

    hasta finales

    del

    XVI. La

    utilidad de los epigramas para la

    enseanza

    la difusin a precios

    asequibles de selecciones impresas de la

    Antologa

    Planudea

    con versiones

    en latn

    de los epigramas, el influjo e humanistas como Alciato, que se inspiraron

    para

    sus creaciones

    en

    la Antologa, y sobre todo, la

    labor

    de los comentaristas de los

    emblemas de este

    italiano

    - los del Brocense, Mignault, Diego Lpez

    - que

    ponan a disposicin de maestros y poetas un rico arsenal de fuentes

    que podan

    servir de modelos para la

    aemulatio

    garantizaron

    una

    prolongada y fecunda

    influencia de la

    Antologa Griega en

    Espaa.

    Los

    Epitafios

    y

    Encomia

    forman la

    seccin

    ms

    larga

    de

    la

    Antologa

    Griega

    ocupaban los libros III y parte del

    1

    de la

    versin Planudea

    - la nica

    que

    conocieron los autores que nos interesan

    4

    -

    y despus,

    en

    la Palatina, ocuparon

    3 El Humanista Benito Arias Montano posea en

    su

    casa de Miraflores, en Sevilla, un museo

    de inscripciones antiguas

    que

    le pudieron servir de modelo

    para

    los epitafios

    que

    compuso.

    Otro de sus amigos, Francisco Pacheco, fue en el siglo

    XVI

    el principal

    autor de

    inscrip

    ciones para Sevilla

    en

    edificios monumentales y los de

    arquitectura

    efmera para las fiestas.

    Para detalles sobre el gusto por el arte lapidaria vase Tesauro 1741.

    4 Conocemos como Antologa

    Griega una

    recopilacin de epigramas griegos, canciones, epita

    fios y ejercicios retricos que re?e material de los siglos VII a.C. hasta el ao 1000 de

    nuestra era y que

    ha

    llegad

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    4/18

    824

    Sagrario Lpez

    Poza

    S , 8 2008)

    el

    libro VII los epitafios y el

    IX

    los Epigramas epidcticos.

    Los poetas

    de los siglos XVI y

    XVII aprendieron

    a

    componer

    epitafios

    en

    la

    escuela. Su prctica

    era

    casi cotidiana, tanto en las escuelas municipales como

    en las eclesisticas y desde luego en los colegios de jesuitas. La Ratio Studiorum

    5

    (norma

    que deban seguir todos los colegios jesuticos

    en

    el mundo) da instruc

    ciones

    al profesor de

    Retrica y

    al

    de

    Humanidades para

    llevar a cabo esas prc

    ticas.6

    Existan modelos accesibles

    en

    las varias selecciones de

    la

    Antologa Planudea

    (vase bibliografa al final) editadas

    por

    joannes Soter (Colonia, 1525, luego reedi

    tada en 1528 y 1544), Janus Cornarius (Basilea, 1529) y sobre todo en la de Henri

    Estienne II, publicada en 1570 en Ginebra, que realiz

    una

    seleccin de la Anto-

    loga Griega pensando en estudiantes

    jvenes, y

    por

    lo

    tanto expurgada

    de

    todo

    lo

    que

    pudiera considerarse inconveniente o indecente para la moral, lo que poco

    despus imitaron los jesuitas, que impriman

    en

    sus propias prensas las selec

    ciones de la Planudea para sus alumnos (Lpez Poza 2005).

    La seleccin de Estienne, en un asequible tamao en octavo, incluye una

    traduccin

    en prosa latina de cada

    epigrama, realiza

    da por

    l

    mismo

    , luego

    una

    o dos versiones

    en verso (tambin

    suyas, y a veces

    otra

    de

    su

    a

    migo

    Melissus)

    y a

    continuacin

    ofrece

    otras

    versiones

    en

    verso

    tomada

    s de ediciones ante

    riores. Su antologa pretenda tambin motivar para la composicin de versos

    en

    latn y, naturalmente, la imitacin en espaol era ejercicio

    mu

    y frecuente.

    7

    Su

    seleccin tiene

    una

    representacin selectiva del contenido total de la Antolo

    g

    a

    Planudea

    . De los casi-260

    epigramas que

    selecciona,

    la

    distribucin tipolgica

    es bien

    elocuent

    e. De

    st

    aca la presencia de los epigramas

    an

    ecdticos y

    mo r

    ales

    (37,7 ). En casi la misma proporcin (cerca del20 ) estn los epitafios y los que

    describen obras de arte. Los satricos son un 12,7 y los dedicatorios y erticos

    han

    de conformarse con un

    puesto

    humilde

    (entre

    el4

    y el 5).

    La

    seleccin de

    Estienne contribuy de manera importante a inclinar el inters hacia cierto tipo

    de

    epigramas

    griegos

    en

    todas sus modalidades que los alumnos

    traducan,

    an

    ali

    zaban, parafrasea

    ban

    y al fin imitaban en su propia lengua. l epitafio ocupaba

    un lugar bastante destacado,

    junto

    con otras modalidades vinculadas al gnero

    retrico

    epidctico

    genus

    demostrativum .

    La caracterstica

    principal

    del gnero epidctico es

    su

    ausencia de

    utilidad

    prctica; es

    un

    estilo elaborado

    que

    permite dar fe

    de

    las facultades del

    orador

    ,

    nu

    evo que contena la Pal

    at in

    a,

    pero

    la may

    or

    a de

    quien

    es co

    no

    can la

    Ant

    ologa griega,

    desde el

    siglo

    XV

    al final

    del XVIII

    lo

    hicieron

    a travs

    de la

    coleccin

    planudea

    o a

    tr a

    vs de

    las

    mucha

    s selecciones

    que

    se

    hicieron

    impre

    sas de ella, y sobre todo aquellas

    que

    ofre

    can

    la

    doble versin

    en grie

    go y

    en latn

    . A

    partir

    de 1813-14,

    en la

    edicin

    que

    hizo Friedrich

    Jacobs

    de la

    Palatina,

    la

    versin

    planudea

    cay

    en

    desuso. Ver S. Lpez Poza, 2005.

    5 Ver Eusebio

    Gil

    , 1992.

    6 lbid., ep grafes: Reglas del profesor de R

    etrica

    y Reglas del

    profesor

    de Human

    idades

    . Ejercicios

    dura

    e

    las

    c

    orr

    eccion

    es

    y

    Pre

    l

    ecci

    n el da

    de

    vacaci

    n.

    7 Adems de la seleccin

    de

    epigramas de la Antologa Planudea, a Estienne se debe tambin

    una obra de

    importancia

    para

    los ejercicios escolares inspirados

    en

    estas composiciones:

    Progymnasma

    scholas

    ticum

    { ..](Ver bibliografa).

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    5/18

    BHS 85 2008) El epitafio como modalidad epigramtica en el Siglo de Oro

    y la presencia, ms o menos destacada de alabanza y vituperio como pretexto

    central del discurso.

    8

    El

    xito

    de muchos

    poetas

    del

    Siglo

    de

    Oro, e incluso

    su

    supervivencia, dependa a menudo de su habilidad para la prctica de gneros en

    que

    el

    encomio

    de sus protectores o

    el

    agudo

    vituperio

    de sus enemigos se supiese

    poner

    de manifiesto con habilidad y competencia.

    La

    prctica del

    epigrama

    el

    gnero potico de

    mayor

    dificultad), y dentro de l las modalidades destinadas a

    alabanza o vituperio,

    era

    determinante

    para lograr

    el

    xito

    anhelado.

    El

    poeta,

    pues,

    no

    perda

    oportunidad

    de lucir

    su ingenio aprovechando

    las ocasiones

    de alabar o elogiar a personas de calidad bien porque les deba algo, o porque

    esperaba alcanzar algo de ellos, o sencillamente porque los admiraba de veras).

    La

    misma oportunidad

    de

    cobrar renombre y prestigio de poeta se

    presentaba

    cuando se elaboraba

    un epigrama que

    vituperara vicios

    de

    alguien conocido;

    sera ledo

    en

    pblico, repetido, copiado, y su autor pasara a estar en boca de

    todos y cobrara renombre en todos los casos est presente la condicin de

    OSTENTACiN propia del gnero epidctico a que hemos aludido). Entre los tipos

    de epigramas ms propicios para esos logros est el epitafio, que como veremos

    poda

    ser usado tanto en su

    finalidad

    habitual de

    duelo, como con finalidad

    satrica y burlesca.

    La preceptiva

    Entre los

    tratados de

    preceptiva sobre

    el epigrama en

    los siglos

    XVI

    y

    XVII

    slo

    algunos

    dedican

    consideraciones particulares al epitafio, pues la mayora lo

    incluyen

    en

    las normas generales dadas para el epigrama como gnero. Entre

    las dos docenas de tratados que he consultado que contienen alguna reflexin o

    preceptiva sobre

    el epigrama entre

    1548 y 1677

    9

    destaca

    el tratado

    de Tommaso

    Corra,

    portugus

    que

    ense

    Retrica

    en

    Palermo, Roma y Bolonia, y que fue

    el primero dedicado en exclusiva al epigrama.

    Se

    titula: De

    tato eo Poematis genere

    8

    El gnero

    recibi los

    nombres de laudativo y demostativo tambin pero

    algunos tericos

    precisan

    que epidctico no

    significa

    tanto

    demostracin

    como

    ostentacin

    y se diferencia

    mucho del encomistico pues

    sus lmites

    no son

    tales

    como para contener

    slo

    el

    gnero

    laudativo.

    sino que

    admite

    tambin el

    reproche.

    Frente

    a los

    otros

    dos gneros oratorio s el

    deliberativo

    y

    el

    judicial)

    el

    receptor

    de

    esta

    clase

    de

    discurso,

    que

    se ve realzado

    por

    medio

    del

    omatus

    en

    la

    elocutio no enjuicia la causa

    tratada por

    el

    orador, sino

    que

    es sensible al

    efecto artstico del discurso y a

    la

    exaltacin de las virtudes. Su fin es lo bello y lo vergon-

    zoso, mientras que el gnero deliberativo tiene como fin lo conveniente y lo perjudicial y

    la

    finalidad

    del gnero judicial

    es lo

    justo

    y lo injusto.

    9 Robortello, Sebillet, Minturno, Julio Csar Escalgero, Tommaso Corra, Jacobus Pontanus

    o Spanmller, Antonio Possevino, Matthaeus Raderus, Vincenzo Gallo, Joannes Cottunius,

    Carolus Aconitanus a

    S.

    Anronio Patavino, Nicolas Mercier, Gui llaume Colletet,

    Franc;:ois

    Vavasseur y

    Emmanuele

    Tesauro y los espaoles Lpez Pinciano, Baltasar de Cspedes, Luis

    Alfonso

    de

    Carvallo, Miguel Snchez de Lima, Rengifo,

    Fernando de

    Herrera, Francisco

    Cascales, Gra

    cin

    ...

    De

    ellos, los

    que

    ejercieron un

    mayor

    magisterio

    fueron

    el

    tratado de

    Minturno,

    De

    poeta

    ad

    Hettorem Pignatellum [ ..] libri s

    ex

    Venecia, 1559),

    en

    cuyo libro

    quinto

    se

    trata del

    epigrama

    en cinco pginas)

    y

    la Poetica

    de

    Julio Csar Escalgero 1561), cuya

    definicin

    del

    epigrama y de sus peculiaridades es

    repetida por

    varios de los tratadistas

    posteriores al pie de la letra.

    825

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    6/18

    826

    Sagrario Lpez

    Poza

    BHS,

    8

    2008)

    quod Epigramma

    vulgo dicitur, y se public

    en

    Venecia

    en

    1569.

    1

    Corra dedica

    el captulo decimonono a De epitaphio y sigue hasta el captulo vigsimotercio

    ocupndose

    de

    otras modalidades fnebres de epigramas, como la nenia, el

    epicedio, la

    monodia

    y

    el

    treno

    .

    Para Corra, el epitafio es

    una modalidad

    del

    epigrama

    cuyo origen fue

    una

    oracin

    fnebre en

    la que se declaraban pblicamente los hechos preclaros y

    gestas del

    difunto en

    beneficio de su

    patria

    11

    Dedica atencin a las peculiari

    dades del estilo del epitafio, aunque le son propias las

    de

    todo epigrama.

    Conviene

    recordar

    que

    el epigrama

    antiguo constituye

    una

    forma proteica,

    sujeta a

    un continuo

    proceso de ensanchamiento y absorcin de otras formas

    literarias; se ocupa de varios asuntos - constatados ya

    en

    las

    primeras

    versiones

    de la Antologa Griega

    2

    - y admite realizaciones diferentes y una

    gran

    variedad

    en su forma, estilo y estructura Aun as,

    una

    serie de marcas estn presentes

    con asiduidad

    en

    todos los epigramas, y slo algunos rasgos se destacan depen

    diendo

    de

    las diferentes modalidades. Por lo general, las

    marcas

    ms constantes

    del gnero son:

    su concisin y concentracin

    expresiva

    3

    la agudeza y el ingenio.

    14

    Articulacin dicotmica en una primera parte narratio

    -

    declaracin

    de

    un

    hecho objetivo) seguida

    de un

    acumen o aprosdketon- reflexin ingeniosa

    que

    10 Luego fue impreso otravez

    en

    1590

    en

    Bolonia, bajo el ttulo

    abrev

    iado de De

    epigrammate.

    Se

    basa en la teora de Escalgero expuesta

    en

    sus

    Poeti

    c

    as

    que haba aparecido ocho aos

    antes, pero ampla mucho y da detalles de enorme inters, sobre todo en lo que respecta

    al estilo y a las diferentes modalidades

    de

    epigramas. Corra insiste en que se t

    omen

    como modelos los griegos de la Antologa

    Planudea. Al

    parecer, el libro de Corra fue eclip

    sado en popularidad e importancia por las

    Poetica

    eInstitutiones lngolstadt, 1594) del jesuita

    Jacopus Pontanus o Spanmller). Agradezco a Fracisco Javier Escobar Borrego su ayuda en

    la traduccin del

    latn

    del

    tr

    atado de Corra.

    11 Sunt praeterea

    qua

    edam genera epigrammatis, quae epitaphia dicuntur, quae

    ere

    in exomatione sunt

    pos

    ita.

    Est autem epitaphium inscriptio,

    qua

    e in sepultura jit,

    qua

    edocet, cuius

    ossa

    tegantur ea

    mol

    e,

    quod eius plerunque

    nomen,

    aetas, dignitas, munus, Jacta et huismodi alia. Morem veterum indicat

    Virgilius

    { .. ] (p. 56).

    12 Recordemos que hubo varias versiones desde la realizada a comienzos del siglo 1a.C. por

    Meleagro.

    La

    antologa de Constantino Cephalas h. el ao 980 d.

    C.)

    , que reuna las colec

    ciones de Meleagro, de Philippus de Thessalonica siglo I), Diogenianus siglo 11 y Agathias

    siglo

    VI)

    incluye las siguientes modalidades epigramticas en cuatro libros: epigramas

    amatorios, epigramas votivos, epitafios, epigramas descriptivos. E igualmente siguieron

    teniendo gran representacin los epitafios en

    la

    versin de Mximo Planudes, de comienzos

    del siglo XIV

    y, por

    supuesto. en la versin Palatina, descubierta en 1606.

    13 Las preceptivas defienden la breuitas,

    pero

    ha

    de

    tenerse

    en cuenta

    que sta no depende del

    nmero

    de versos,

    COJl10

    a veces se

    interpreta

    hoy, sino de que no haya nada superfluo, que

    se exprima

    la

    propiedad del lenguaje.

    14 El ingenio a que se refieren los preceptistas es el que deriva de situaciones como guardar la

    explicacin de la situacin afrontada en la

    primer

    a parte del epigrama y dejarla aparecer de

    manera

    sbita

    en

    el

    l t

    i

    mo

    verso,

    el uso de

    ambigedades,

    un

    dicho

    agudo o sentencioso,

    y sobre todo, se consideraba como la m s efectiva romper las expectativas del lector con

    el efecto sorpresa. Argutia y

    breuitas

    son las condiciones ms inherentes al epigrama segn

    Escalgero y otros tericos renacenti stas.

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    7/18

    BHS, 8 2008)

    El epitafio como modalidad epigramtica en el Siglo de Oro

    concluye el poema). Eso es determinante a la hora de elegir

    una

    estrofa

    en

    espaol

    que

    pueda acoger las dos partes.

    15

    perfeccin tcnica, que deba

    mostrarse en la

    cohesin de las

    partes del

    poema

    y

    en la propiedad

    del lenguaje (expresin concentrada).

    Elegancia y propiedad

    solan

    pedir

    los tericos para el gnero.

    En el epi tafio - y en

    otras

    modalidades epigramticas - las voces del discurso

    interesan

    mucho

    y

    son

    variables: puede

    ser

    simple alocucin, apstrofe,

    dilogo, o

    una forma

    mixta

    de

    narracin, dependiendo

    de quien

    emite el

    mensaje. Si en

    el

    resto de modalidades epigramticas la prosopopeya aparece

    a menudo,

    en

    el epitafio es ms frecuente.

    Otro rasgo en que insisten los preceptistas, tiene que ver con el genus oratorio

    dependiendo de la

    finalidad de quien emite el mensaje y

    de la

    actitud que

    puede suscitar

    en

    el receptor.

    16

    Los epitafios presentan, por lo general, prefe

    rencia por el genus demostrativo o epidctico.

    El epigrama requiere un receptor cualificado, capaz de captar el ingenio sutil,

    la habilidad profesional del autor y su capacidad para utilizar la agudeza.

    Fue

    por

    ello

    propuesto

    como ejercicio

    de

    academia literaria y

    en certmenes

    y

    justas

    poticas, a sabiendas

    de

    que quien lo realizara haba

    de

    emplearse a

    fondo

    para demostrar su

    pericia como poeta.

    En cuanto a la finalidad, no parece haber discusin manifiesta. El poeta

    pretende sorprender, deleitar y en ocasiones, conmover. Por encima de cual

    quier

    otra

    consideracin,

    el autor

    persigue

    exhibir su capacidad de

    ingenio

    concep-

    tual y verbal. Es

    pues, poesa

    de

    ocasin,

    enmarcada en

    el gnero del elogio, y

    como ste, susceptible de

    ser

    aplicado a la alabanza o,

    por

    el contrario, a

    una

    vituperatio Por eso hallamos, y no

    por

    otra cosa, epitafios panegricos y epita

    fios burlescos; es decir, los que se

    destinan

    a

    honrar

    al difunto, a cantar sus

    cualidades, o aquellos que lo nico que pretenden es denostar a alguien

    que

    an est vivo y al que se le castiga con

    el

    escarnio de leer

    su

    propio epitafio en

    que se

    sealan

    sus peores vicios.

    Cuando

    un

    poeta espaol

    se ejercitaba

    en

    la

    prctica del epitafio

    tomando

    como modelos los clsicos,

    haba de

    tener

    en cuenta

    todas esas peculiaridades

    genricas para

    amoldar

    los rasgos al sistema potico espaol sin que

    perdiera

    ninguna de sus marcas caractersticas, ya fuera respecto a la estructura, la condi

    cin elocutiva, las voces del discurso, el estilo ...

    Al igual que

    en la propia Anotologa

    Griega

    donde

    las fuentes

    de

    los epitafios

    eran

    diversas, desde los que reproducan los epigramas incisos en piedras sepul-

    15 En realidad,

    la estructura

    del epigrama es variable (simple

    y

    compuesto):

    el

    simple, que

    hace

    una

    indicacin sin

    presentar una

    deduccin

    de

    ella (frmula preferida

    por

    los Griegos

    y

    Catulo),

    y el

    compuesto (preferido

    por

    Marcial y

    sus

    seguidores)

    en que

    se deduce algo nuevo

    de lo

    que

    se indica

    en

    los primeros versos. Estos

    han

    de distribuirse bien

    entre la expositio

    o

    narratio

    y

    la

    clausula

    o conclusio.

    16 Esta aplicacin de las divisiones de la Retrica aristotlica al epigrama - y por tanto al

    epitafio - parece haberse originado con Escalgero y fue muy usada por sus seguidores.

    Se

    aplica principalmente

    al tipo

    de epigrama

    compuesto

    .

    827

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    8/18

    828

    Sagrario pez

    Poza BHS 8 2008)

    erales (como los que ofrece Cephalas) a los que no proceden de fuentes epigrficas

    (como los

    de

    Meleagro, Phi lippus y Agathias), los epitafios creados

    por

    los poetas

    espaoles del Siglo

    de

    Oro eran con mucha frecuencia composiciones destinadas

    no

    a

    ser

    epitafios

    genuinos,

    es decir, escritos

    para

    grabar realmente en la lpida

    de

    una

    tumba, sino

    para

    ser expuestos como ffixiones (carteles grandes que se

    colocaban

    en

    la iglesia durante las exequias del difunto, o

    en

    el catafalco - si

    se trataba de un noble o alguien de gran importancia pblica) o,

    en

    la inmensa

    mayora

    de

    los casos, no tenan ms fin que el de ser un ejercicio literario con el

    que

    practicar

    el

    gnero

    epidctico.

    Ese

    carcter literario que

    fue adquiriendo el epitafio

    increment

    el

    nmero

    de quienes escriban

    el suyo

    propio cuando estaban vivos, como por ejemplo

    Hernando

    Coln (Varela 1983), o a realizar piezas literarias

    bien

    emotivas

    incluso

    para un animal, como hizo Lipsio para su perro

    Mopsus

    cuando muri escaldado

    (Papy 1999).

    La mtrica

    Como es sabido, el

    metro

    latino habitual para los epigramas

    era

    el dstico

    elegaco,

    que

    distribua

    el

    contenido del texto

    en

    un

    nmero

    indeterminado

    de unidades autnomas constituidas

    por

    dos versos. Mientras que en

    la

    adap

    tacin

    al espaol del

    sistema

    petrarquista

    la

    asociacin

    entre marcas

    smicas y

    las formal-mtricas era

    estructural

    - y

    tambin en

    algunas otras adaptaciones

    de las realizaciones de

    origen

    grecolatino (por ejemplo, la

    oda

    asociada a la lira,

    el terceto a la elega, etc.) - en la adaptacin del epigrama, los poetas tuvieron

    que buscar

    cauces mtricos existentes que pudieran acoger las marcas formales

    que

    acabo

    de indicar. Estaban condicionados

    por

    la necesidad de brevedad y la

    conveniencia de

    poder

    dividir la estrofa

    en

    dos bloques que recogieran la n rr tio

    y la

    conclusio en

    los epigramas compuestos y que, a la vez, se

    pudiera dar

    realce a

    la

    conclusin

    ingeniosa.

    os

    tericos renacentistas dan sus consejos sobre el nmero de versos que

    convienen al epigrama -

    en

    que, naturalmente, se incluye al epitafio. Mientras

    que

    para

    Escalgero (1561), el epigrama admite

    todo

    tipo

    de

    versos, y no marca

    longitud, otros, como Minturno (1559) recomiendan, para el

    epigrama

    italiano,

    usar versos de 11 slabas, o

    en

    combinaciones de 11 y 7 (con o sin rima); Tesauro

    aconseja usar entre dos y seis versos, aunque deja

    claro

    que lo nico importante

    es que se acojan

    correctamente

    las dos

    partes

    del epigrama. Sebillet, inspirn

    dose

    en

    la prctica de Marot, convena

    en

    1548

    en que el epigrama

    francs no

    deba exceder de 12 versos y consideraba los de 8 y 10 slabas los mejores, aunque

    admita el alejandrino francs.

    En Espaa se

    produjo

    un importante proceso de adaptacin mtrica de las

    formas clsicas del epigrama a nuestro sistema entre 1550 y 1570, espec ialmente

    del

    de

    tradicin

    humanstica

    fundamentalmente

    el epidct ico y el moral). Ello

    est

    bastante ligado al progresivo acaparamiento de los jesuitas

    de

    la

    enseanza

    en

    las ciudades.

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    9/18

    BHS, 85 2008)

    El

    epit fio

    como

    mod lid d epigr mtic

    en el

    Siglo de

    Oro

    Entre

    las estrofas ms empleadas

    para

    la realizacin de epitafios

    en

    espaol

    est

    la

    copla castellana o

    doble redondilla,

    en

    que a veces el final era una quin-

    tilla). Fue muy empleada, especialmente para los epitafios que parecen proceder

    de

    ejercicios literar ios de jvenes. Las dos partes intrnsecas a la forma epigram-

    tica podan

    acogerse fcilmente en las dos estrofas.

    EL

    CID

    Alarbes

    me dieron

    parias

    como

    a rey y emperador,

    y me

    llamaron

    seor

    del frica partes varias.

    La

    obediencia y el poder

    juntos

    conmigo vivieron;

    vivo nunca me vencieron,

    y

    muerto

    pude vencer.

    Lope

    de

    Vega,

    La Arcadia

    DEL

    PRNCIPE DON

    CARLOS

    Aqu dio fin

    un

    cometa

    que

    del

    mismo

    sol naci,

    con resplandor

    que mostr

    ser hijo de tal planeta.

    Trmino breve y sucinto

    quiso el cielo

    que

    viviese ,

    porque otro Carlos no hubiese

    que igualase a Carlos

    Quinto

    .

    Lope de Vega, Rimas

    En estos epitafios de Lope de Vega vemos que la primera redondilla expone,

    los dos versos siguientes sirven de transicin y se reservan los dos ltimos para

    la agudeza, concentrada

    en

    el primero

    en

    la oposicin paradgica

    vivo/muerto

    y

    en

    el segundo

    en

    la coincidencia del nombre Carlos.

    Otra

    frmula muy

    socorrida

    era la dcima espinela

    que por el rigor en

    la

    dispo-

    sicin,

    forma

    y desarrollo, se

    presta

    especialmente

    para

    los menesteres del

    epigrama pues

    un corte

    de sentido despus del

    cuarto

    verso es obligatorio, lo

    cual se

    ajusta

    a las demandas del gnero. En esa primera redondilla, se presenta

    el tema. Los

    seis versos

    que

    siguen

    no deben introducir ninguna

    idea nueva, sino

    ampliar

    el precedente planteamiento. Como

    en

    este ejemplo de Lope de Vega:

    as quedaron

    sus pensamientos

    burlados, y Silvia, criando aquel la desdichada

    prenda

    suya, que si creciere,

    como en

    las comedias,

    tendr

    vuestra merced la

    segunda

    parte.

    Entre tanto lea ese epitafio o elogio a su desdicha:

    Aqu yace

    un

    desdichado,

    Que,

    de s

    mismo nacido,

    Vivi

    por

    desconocido,

    .Muri

    por

    desconfiado.

    Del propio

    honor engaado

    ,

    Aunque no sin culpa alguna

    829

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    10/18

    Sagrario

    Lpez

    Poza

    Dej

    el

    sol, busc

    la luna

    :

    Donde se ve que

    el

    valor

    Quiere a fuerza

    del honor

    Resistir a la

    fortuna.

    17

    BHS, 8 2008)

    Una estrofa

    que

    tuvo

    especial xito entre los poetas

    que

    practicaban el

    epigrama en

    espaol fue la

    octava,

    pues se haca

    particularmente

    propicia para

    reservar el pareado final al final ingenioso o didctico, y era muy adecuada para

    recibir las dos partes

    del

    epigrama.

    Se

    ve

    muy

    a

    menudo que

    4 versos se dedican

    a

    la narratio

    los dos siguientes sirven de transicin estableciendo

    una

    similitud

    entre dos situaciones y se reserva el pareado final

    para

    la

    conclusio.

    Sin embargo,

    en

    la modalidad del epitafio, la octava no fue tan usada como otras formas estr-

    ficas .

    La

    octava se reserv, sobre todo, para el tipo de epigrama moral didctico

    o emblemtico.

    18

    Un

    ejemplo

    de esta formulacin estrfica nos

    la da

    Quevedo

    en un

    epitafio

    burlesco dedicado a

    un

    mdico, compuesto

    seguramente

    cuando

    era muy

    joven,

    ya que Espinosa lo public

    en

    sus Flores

    de poetas ilustres

    Valladolid, 1605). Obsr-

    vese que habla la Muerte:

    Yacen de un hombre en esta piedra dura

    el cuerpo yermo

    y las cenizas fras.

    Mdico fue, cuchillo de

    natura

    causa

    de todas las riquezas mas .

    Y

    agora cierro

    en honda sepultura

    los

    miembros que

    rigi por largos das,

    y aun con ser Muerte yo, no se la diera,

    si dl,

    para matarle no aprendiera.

    19

    Vemos aqu pues, adems del metro

    muy

    adecuado para cumplir con las

    necesidades de articulacin dicotmica narratio +

    acumen

    en el pareado final),

    lo sorprendente de la voz del discurso,

    que

    justifica la agudeza final: el mdico

    es

    tan

    eficaz matando, que

    la

    propia Muerte tuvo

    que aprender

    de l

    para poder

    darle muerte.

    Una estrofa que acoga bien las marcas del epigrama, y que se us para el

    epitafio con frecuencia es el madrigal. Quevedo la empleo

    en

    varias composi-

    ciones,

    como por

    ejemplo en las que comienzan:

    Lcito

    te

    ser,

    buen

    caminante,

    B

    277]

    Detn

    el

    paso vista, mas no

    el

    llanto B 280]

    Esconde pobre losa [B 281]

    Yace

    Faetn en esta

    tierra fra

    [B

    822]

    Yace en

    aqueste

    llano

    [B 635]

    madrigal formado

    en

    su mayor parte de

    pareados.

    17

    La desdicha por la

    honra, Novelas

    a

    Marcia Leonarda,

    1623.

    18 Para los precedentes italianos de la octava, ver Prieto 1984: 48 y 62-63. Para el empleo de

    la octava

    en

    epigramas emblemticos, ver Lpez Poza

    1999.

    19 Blecua,

    820.

    A partir de ahora, para los epitafios de Quevedo citar por la edicin de Jos

    Manuel Blecua, 1970-1985

    , 4

    vols, y lo sealar as [B seguido del nmero de la composi-

    cin en esa edicin].

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    11/18

    BHS, 85 2008)

    El

    epit fio

    como

    mod lid d epigr mtic

    en el Siglo de

    Oro

    En ocasiones se dilata

    ms all

    de los

    quince

    versos hasta convertirse en lo

    que hoy

    denominamos silva

    como este epitafio que Quevedo dedic a Gngora,

    para mortificarle, cuando ste an estaba vivo: Este que en

    negr tumb rodeado [ .. ]

    compuesto de treinta

    y siete versos en

    que

    predomina el

    gusto por

    la frecuencia

    de

    pareados.

    Este que,

    en

    negra tumba

    rodeado

    de

    luces, yace

    muerto

    y condenado,

    vendi el

    alma

    y

    el

    cuerpo

    por

    dinero,

    y

    aun

    muerto

    es garitero;

    y all

    donde

    le veis,

    est

    sin

    muelas

    ,

    pidiendo que le

    saquen

    de las velas.

    Ordenado

    de

    qunolas estaba

    pues desde

    prima

    a

    nona

    las rezaba;

    sacerdote de Venus y de Baco,

    caca

    en los versos y en

    garito

    Caco.

    a sotana traa

    por sota,

    ms que

    no

    por

    clereca.

    Hombre en

    quien la

    limpieza fue

    tan poca

    (no

    tocando

    a

    su

    cepa),

    que

    nunca

    que

    yo sepa,

    se le cay la

    mierda

    de

    la

    boca.

    Este a la

    jerigonza

    quit el nombre

    pues despus que escribi ciclpeamente,

    la

    llama jeringngora

    la gente.

    Clrigo,

    en

    fin,

    de

    devocin tan brava,

    que,

    en

    lugar de rezar,

    brujuleaba;

    tan

    hecho

    a

    tablajero

    el

    mentecato

    que hasta su

    salvacin

    meti

    a

    barato

    .

    Vivi

    en

    la ley

    del

    juego,

    y

    muri en

    la

    del

    naipe

    , loco y ciego;

    y

    porque

    su talento

    conociesen,

    en

    lugar

    de mandar que se dijesen

    por

    l misas rezadas,

    mand que

    le dijesen las trocadas.

    Y si estuviera en penas, imagino,

    de

    su

    tahr infame

    desatino,

    si se lo

    preguntaran

    ,

    que deseara ms que le

    sacaran

    cargado

    de

    tizones y cadenas,

    del naipe,

    que de penas

    .

    Fuse

    con

    Satans,

    culto

    y pelado:

    mirad si Satans es desdichado

    [B 840

    Adems

    de

    lo que

    hemos

    comentado respecto a la

    mtrica

    este epitafio nos

    sirve

    para sealar m ~

    su

    autor

    hace uso de ostentacin de agudeza

    verbal y

    pericia compositiva. A pesar

    de que sin duda

    puede calificarse

    de

    enorme mala

    fe dedicar

    un

    epitafio

    as

    a

    alguien

    que

    no

    se

    ha

    muerto Quevedo saba

    que

    le

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    12/18

    Sagrario Lpez Poza BHS 85 2008)

    reportara

    enorme

    popularidad en los crculos cortesanos. Tambin nos sirve

    para

    advertir

    otra

    peculiaridad

    de estilo propia de las modalidades epigram-

    ticas: la

    presencia

    de la dexis, el uso de

    la

    prosopopeya, la libertad

    en

    el uso de la

    lengua

    que

    le incita a crear las formas jerigngora , ciclpeamente , o los juegos

    de paronomasia (caca ... Caco), y algunos artificios de eco.

    Una variante del madrigal que a Quevedo le gust especialmente fue el ovillejo

    (silva

    en

    pareados,

    como

    explic

    Antonio

    Alatorre 1990)

    que

    fue

    muy

    utilizado

    por Caldern y sus seguidores. Veamos

    un

    ejemplo:

    A

    un

    pecador

    Gusanos de la tierra

    comen

    el cuerpo que este

    mrmol

    cierra;

    mas

    los de la conciencia

    en

    esta calma,

    hartos del cuerpo,

    comen

    ya del alma.

    [B 190]

    Y

    por supuesto,

    el soneto

    El

    soneto

    poda adaptarse bien para trasladar

    epigramas

    compuestos por cuatro dsticos; cada

    una

    de las subunidades estr-

    ficas que forman a su vez el soneto

    poda desarrollar

    uno de los dsticos en ejer-

    cicios de traduccin o aemulatio El momento culminante del poema, que sola

    ser

    el ltimo dstico,

    quedaba

    as reflejado

    en

    el

    ltimo

    terceto del soneto. Por

    su estructura

    bipartita

    y

    por la estima

    y admiracin

    que

    despertaba

    la

    capacidad

    de escribir sonetos,

    fue

    una

    de

    las estrofas

    ms

    empleadas

    en

    el siglo

    XVII para

    expresar epitafios,

    tanto

    en su faceta

    seria

    como

    en

    la burlesca.

    Algunos

    ejemplos

    de epitafios epigramticos de Quevedo en sonetos

    Memoria soy del ms glorioso pecho [B 244]

    Blandamente descansan, caminante [B 245]

    Columnas fueron los

    que miras

    huesos

    [B

    246]

    Entre

    las coronadas

    sombras

    mas [ B 239]

    Lo que

    en

    Troya pudieron las traiciones [B 247]

    Mi madre tuve en

    speras montaas

    [B

    249]

    Este,

    en

    traje de

    tmulo

    museo,

    [B

    253]

    A la naturaleza la hermosura [ 254]

    Su

    mano

    coron su cuello ardiente B 257]

    No lleg a tanto invidia de los hados [B 259]

    Las aves del Imperio, coronadas [ 260]

    Rayo ardiente del

    mar helado

    y fro

    [B

    262]

    Quin

    alimentar

    de luz al da? [B 265]

    Aqueste es el poniente y el nublado [B 268]

    Si

    los trofeos al tmulo debidos [B 271]

    Ves

    las cenizas

    que en

    tan breve

    asiento [B

    272]

    Religiosa piedad ofrezca el llanto [B 273]

    Por ms que el Tiempo en m se ha paseado [B 276]

    Yacen

    en

    esta rica sepoltura [B 520]

    Fue

    ms larga que paga de tramposo

    [B

    521]

    Esta cantina revestida

    en

    faz [B 583]

    Si

    cuna

    y no sepulcro pareciere [ 251]

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    13/18

    BHS, 85 2008) El epit fio

    como

    mod lid d epigr mtic en

    el

    Siglo

    de Oro

    Veremos ahora slo dos ejemplos de

    sonetos

    epitafios

    uno de

    Lope

    y

    otro

    de

    Quevedo). Ambos han

    de

    considerarse corno elogios a sendos personajes de la

    nobleza. El de Lope

    presenta

    una de las

    frmulas admitidas en

    el

    epigrama

    para

    expresar las voces poticas: el dilogo.

    A la muerte

    del duque de

    Pastrana

    - Quin llora aqu? - Tres somos.

    Quita

    el

    manto.

    -

    La

    Muerte soy -

    La

    Muerte? Pues Qu lloras?

    - S,

    que

    cont de sus fatales

    horas

    a

    un

    Csar espaol

    trmino

    tanto.

    Y

    t,

    robusto? - Marte soy - Con llanto

    el

    resplandor

    del claro arns desdoras?

    -

    Perd

    por

    otras

    manos

    vencedoras

    yo luz, Espaa sol, Flandes espanto.

    - Y

    t,

    nio, Quin eres? - Antes

    era

    Amor,

    pero muri mi nombre

    y

    llama

    muerto

    el

    ms bello

    que

    la Fama escribe.

    -Muerte,

    Amor, Marte, no lloris

    que

    muera

    don

    Rodrigo de Silva:

    que

    la fama

    de su valor eternamente

    vive

    Rimas

    100

    Tmulo

    funeral de Federico,

    hermano

    del marqus Espnola

    (Diole

    muerte la

    guarnicin

    de

    su

    espada,

    tenindola en la mano

    y

    peleando, con

    el

    golpe

    que

    en ella

    dio una bala

    de

    artillera

    .)

    Blandamente

    descansan,

    caminante,

    debajo

    de

    estos

    mrmoles

    helados,

    los huesos,

    en

    ceniza desatados,

    del

    Marte ginovs,

    siempre triunfante.

    No los pises,

    no

    pases adelante,

    que

    es

    profanar

    despojos respetados,

    cuando no de la muerte, de los hados,

    que

    obligan a la Fama

    que

    los

    cante.

    El

    rayo artificioso

    de

    la guerra,

    mula

    de virtud la

    diestra

    airada,

    en

    esta

    piedra

    a Federico cierra.

    Que la

    muerte

    en

    el plomo

    disfrazada,

    no se la

    pudo

    dar en mar ni tierra,

    sin

    favor de

    su

    mano

    y

    de su

    espada.

    [B 245)

    Efectos de estilo

    Para conseguir la admiracin del lector o escuchante, el poeta puede hacer uso

    de

    gran variedad de

    recursos retricos

    y juegos con

    la

    lengua;

    dispone

    de ms

    libertad

    en

    estos casos

    que para componer

    en otros

    gneros.

    Puede inventar

    palabras, usar

    trminos

    extranjeros,

    crear palabras mixtas de

    dos (corno

    indican

    Minturno

    y Escalgero). Varios preceptistas

    dedican

    especial atencin

    al eco que

    ven corno un mecanismo interesante.

    833

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    14/18

    834

    Sagrario

    Lpez Poza

    BHS,

    8

    (2008)

    Para Robortello, el

    autor haba de

    usar los recursos precisos con tal

    de

    conse

    guir

    lepor

    donaire, gracia) y sal agudeza), y en

    cualquier

    caso, ha de pretender la

    propiedad del lenguaje - suavitas

    -

    y un

    uso

    oportuno

    de

    agudezas. Escalgero

    considera que todos los estilos alto, bajo, medio) son admitidos y pueden ser

    compuestos.

    Corra juzga el epigrama superior a

    cualquier otra

    clase de poesa, e insiste

    en

    que

    cada palabra

    tiene

    mucha

    importancia.

    Por ello, el lxico ha

    de

    esco

    gerse con sumo cuidado, y buscar la elegancia en la expresin. Junto a la argutia

    considera

    la

    venustas, suavitas vehementia, energia Corra 1569: 31) como cuali

    dades deseables. Y

    en

    especial,

    para

    el epitafio, indica que, en ocasiones, el poeta

    puede

    valerse de epifonemas exclamativos o interrogativos Corra 1569: 57).

    Recomienda indicar

    en

    ellos

    la

    causa de

    la muerte

    peste, guerra ... , trayendo a

    colacin el nombre

    de

    las Parcas,

    de

    Persfone u

    otras

    divinidades mitolgicas.

    Es

    necesario consolar a los allegados, amigos, etc., y rogar por

    un

    descanso feliz.

    Igualmente, se

    recomienda

    dirigirse al tmulo, al caminante homo uiator), al

    lector Corra 1569: 58).

    Habremos de

    lamentar

    - dice - la mudable fortuna. Dependiendo de la

    profesin del

    difunto, as

    se ha de manejar un lxico conveniente: si ha ejercido

    como

    soldado,

    habr

    de

    estar

    presente

    Marte

    Corra 1569: 58). Hay

    que

    realizar,

    adems, el elogio

    de

    sus virtudes y

    de

    los hechos conseguidos durante su vida.

    Respecto a

    la estructura

    temtica, segn Corra el epitafio consta de diversas

    partes: luto, alabanza, consolacin, exhortacin, explicacin del dao y perjuicio,

    amplificacin de los asuntos de

    manera que aumente el

    deseo

    por la

    persona

    desaparecida y consolacin

    aadida

    Corra 1569: 59).

    La

    deixis

    es otro elemento presente

    con mucha

    frecuencia en los epitafios,

    incluso

    en

    los de carcter literario, no destinados a inscripciones en lpidas. Ya

    hemos visto algunos

    hasta

    ahora. Veamos otros ejemplos.

    Tenemos un epitafio de Quevedo A un

    poeta

    que nos sirve

    para

    que obser

    vemos algunos de esos rasgos de estilo

    que

    le son propios al epitafio

    por ser

    precisamente un epigrama. En este ejemplo se emplea el dilogo, se da un juego

    ecoico y se expresa todo en un ovillejo.

    A

    un

    poeta

    - En esta piedra yace un mal cristiano.

    - Sin

    duda fu escribano.

    - No, que fu desdichado

    en

    gran manera.

    - Algn hidalgo era.

    - No, que tuvo riquezas y

    algn

    bro.

    - Sin duda fu judo.

    - . No, porque fu

    ladrn

    y lujurioso.

    - Ser ginovs o viudo era forzoso.

    - No, que fu menos cuerdo y ms parlero

    - Ese que dices era caballero.

    - No

    fu

    sino poeta el

    que preguntas,

    y en l se hallaron estas partes juntas. [B 819)

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    15/18

    BH S , 85 zoo8)

    El epitafio como modalidad epigramtica

    en

    el Siglo

    de Oro

    En este otro soneto epitafio, Quevedo

    juega

    con los sonidos de escasa frecuencia

    en

    rimas

    con

    la letra

    ee

    y todos los versos se

    estructuran

    a excepcin del

    terceto

    final)

    en torno

    a comparaciones

    con

    el adverbio

    ms

    y frases hiperblicas. Todo

    ello

    persigue la ostentacin

    de

    habilidad para provocar la

    risa

    con la

    perfeccin

    tcnica.

    Epitafio de

    una

    duea, que idea

    tambin puede

    ser

    de

    todas

    Fu ms larga que paga de tramposo;

    ms gorda que mentira de indiano;

    ms sucia que pastel

    en

    el verano;

    ms necia y presumida que

    un

    dichoso.

    Ms amiga de pcaros que el

    coso;

    ms engaosa que

    el

    primer manzano;

    ms que un coche alcageta; por lo anciano

    ms pronosticadora que un potroso.

    Ms

    charl que una azuda

    y

    una acea,

    y

    tuvo ms enredos que una araa;

    ms humos que seis mil hornos de lea.

    De

    mula de alquiler sirvi en Espaa,

    que fu buen noviciado para duea,

    y muerta pide, y enterrada engaa.

    Quevedo [ 521]

    Todos estos rasgos son compartidos

    por

    las otras variedades epigramticas

    fnebres que se diferencian fundamentalmente en

    que

    tenan carcter ms

    oral que escrito - estaban pensados

    para

    ser oraciones o cnticos. As, la Nenia

    es para Corra

    otra

    modalidad epigramtica un tipo de epitafio antiguo segn

    Festo y San Agustn. Esta composicin estaba destinada a

    ser

    cantada junto a la

    plaza

    (si

    se

    escriba

    era

    epitafio). En la

    nenia

    se

    explican

    muchas cosas, a saber,

    la incineracin

    del

    difunto segn

    la

    costumbre de

    los mayores, cmo

    haba

    de

    cubrirse

    la sepultura las cosas en

    relacin

    a la estima, la lamentacin y el

    luto.

    20

    El

    epicedio

    era

    un gnero epigramtico que

    se deca

    en

    las exequias. Corra

    indica que

    segn

    Ammonio cumpla la

    funcin

    de

    alabar

    al

    difunto en una

    actitud de

    conmiseracin.

    21

    El epicedio se

    contamina

    del elogio:

    'Nonnunquam in

    epicedio

    est permixtum

    elogium,

    ut eo loco' p. 62). Cuando se

    recitaba

    ante el tmulo

    el

    epigrama no

    se llamaba epicedio

    sino

    epitafio.

    La monodia

    se

    trataba

    de

    un

    canto lgubre

    en

    el funeral para

    mover

    los afectos

    y

    hacer salir

    las lgrimas. No es el

    mismo gnero que

    el

    treno ya que en la

    monodia

    se

    recuerda la memoria del difunto. Se

    sola

    cantar con la

    flauta o con

    20

    'Epitaphij nomine comp ectabantur veteres naeniam,

    quo

    nomi

    ne

    deam.funerum, etiam

    app

    eabant,

    ut Festus et S. Augustinus

    doc

    ent.

    Dic

    ebatur

    vero

    naenia

    ep

    itaphium, seu camem, quod

    ad

    rogum

    can

    ebatur,

    si vero

    sepu turae in s

    crib

    ere

    tur,

    epitaphium'

    p. 60) .

    21

    'Epicedium erat

    carmen, quod

    pronunciabatur in

    exsequijs

    , dum

    so u

    eretur iusta. Nam ut scribit

    Ammonio

    epicedia sunt, qua

    e

    audem

    de mortui continent cum

    commiseratione

    '

    p.

    61).

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    16/18

    Sagrario

    Lpez Poza BHS, 85 2008)

    el verso

    temperado

    por las modulaciones de los msicos.

    22

    Por ltimo, el treno es el canto de duelo o luto por una

    persona

    . Como es

    costumbre tambin en Sicilia, los allegados respondan en el canto

    en

    seal de

    duelo. El treno solan cantarlo los criados antes de sepultar al difunto.

    Todas estas variedades epigramticas fnebres, como es sabido,las

    practicaron

    ampliamente

    nuestros

    autores

    del Siglo de Oro, haciendo

    una labor

    de adaptacin

    de las fuentes griegas y

    latinas

    al espaol y nuestro sistema potico. Quevedo, por

    ejemplo, practic con frecuencia el elogio funeral. el epitafio y otras modalidades

    epigramticas fnebres

    (tmulos

    as como la

    nenia,

    el treno, la monodia, el

    epicedio

    ... prcticamente todos encuadrables dentro del genero epidctico. Como propio

    de

    ese tipo

    de

    poesa de ocasin, Quevedo parece esforzarse

    en

    ostentar su capa-

    cidad, sobre todo

    en

    los dedicados a personajes de la historia o la fbula: Coln,

    Viriato, Jasn, Belisario, Mudo Scvola, Alejandro Magno, Aquiles, que presumi-

    blemente

    compuso

    como ejercicios

    en

    su formacin como poeta. Como ejemplo

    de alguno de los

    que

    parecen proceder de ejercicios escolares o

    de

    imitacin,

    tenemos el dedicado ajasn el argonauta, anterior a 1603 (Mi madre tuve

    en

    speras

    montaas),

    o el dedicado a Viriato,

    Memoria

    soy del ms glorioso pecho, que

    luego

    fue adaptado

    para

    el sepulcro con las armas del duque de Osuna,

    en

    1624. Esto

    sucede

    tambin con

    un

    soneto que

    dedica al

    tmulo

    de

    Luis Carrillo,

    en

    1610,

    en

    que adapta uno casi igual. de 1604 destinado a

    D.

    Bernardino

    de

    Mendoza. Sin

    embargo. en algunos de ellos la emocin o sentimiento afectivo por el difunto

    se manifiesta con claridad, como en el dedicado a un juez que fue bueno, Don

    Berenguel de Aois (lo

    que

    pareca excepcional a Quevedo):

    Sepulcro

    del buen juez don

    Berenguel de Aois

    Si

    cuna y no sepulcro pareciere,

    por no sobrescribirme el 'Aqu yace .

    husped, advierte que

    en

    la tumba nace

    quien, como

    Berenguel, a vivir muere.

    El

    que

    la toga que visti vistiere

    y

    no

    le imita

    en

    lo que

    juzga

    y hace,

    con este

    ejemplo santo se amenace:

    el que le sigue su blasn espere.

    Falleci sin quejosos y dinero;

    enterrle el Consejo

    y,

    enterrado,

    en l

    guard

    el consejo ms severo.

    Edific viviendo amortajado;

    no

    edific para vivir logrero;

    por l nadie llor, y hoy es llorado.

    [B 251)

    La

    alocucin es predominante, lo

    que

    no es extrao

    limitndonos

    a este tipo

    de epigramas (la mayora inscripciones en tmulos o en sepulcros) pero tambin

    hay prosopopeya

    en

    bastantes ocasiones, y dilogo en otras:

    22

    'Monodia

    item

    in funere intelligebatur.

    Erat autem carmen

    quod

    ab aliquo voce subtristi canebatur ad

    movendos

    a.ffectus et

    eliciendas lacrymas

    [ ..]

    dque ve

    ad tibiam fiebat,

    ve

    versu musicorum

    modulis

    temperato p. 63).

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    17/18

    BHS, 8 2008)

    El

    epitafio como modalidad epigramtica en el

    Siglo

    de

    Oro

    Memoria soy

    del

    mas

    glorioso

    pecho

    - habla el

    mrmol

    al

    caminante

    Entre

    as

    coronadas sombras mas

    - habla Espaa a El Escorial

    Lo

    que en Troya pudieron as traiciones - habla

    el

    autor

    al fallecido

    Mi madre tuve

    en

    speras

    mont s Habla un pedazo de la entena de su nave, en cuya

    figura se

    supone esta prosopopeya G.S. Habla, pues,

    el

    madero a un caminante.

    Imperio tuve un tiempo, pasajero -

    Habla

    un

    pedazo de

    la

    nave donde descubri el

    nuevo

    mundo.

    En

    esta piedra yace un mal cristiano

    - (que

    ya

    hemos visto,

    expuesto

    en forma de

    dilogo).

    La

    presencia del

    eco

    y de la

    dexis

    es

    tambin

    fcilmente constatable,

    as

    corno

    otros recursos corno los

    verbavidendi

    y otras frmulas retricas procedentes

    de

    los

    clsicos. A veces la dexis es

    muy repetida

    en

    un mismo

    epitafio, corno

    en

    ste,

    en traje de tmulo,

    museo

    dedicado por Quevedo al jurisconsultoy abogado don

    Francisco

    de la

    Cueva.

    En este breve

    acercamiento

    al epitafio literario espaol de los siglos

    XVI

    y

    XVII,

    espero haber logrado

    transmitir

    lo

    que

    pretenda:

    que

    los gneros domi

    naban sobre

    cualquier

    otra consideracin en el Siglo de Oro y que no

    pueden

    analizarse las piezas poticas sin antes ernarcarlas en el contexto histrico en

    que fueron producidas y sin tener en cuenta la praxis a que dedicaban nuestros

    autores tantsimas

    horas,

    das y aos. Quiero

    subrayar que

    los aciertos

    no

    se

    deben, corno a veces parece sugerirse, a simples golpes

    de

    inspiracin del poeta,

    sino

    que

    ste estaba

    muy

    condicionado en el Siglo de

    Oro

    para emplear unos

    rasgos u otros tanto

    en

    mtrica, corno

    en

    estilo, corno

    en

    estructura, etc. vincu

    lados al gnero en que iba a expresarse, y que el del epitafio se enmarcaba en el

    epigramtico, derivado de la Antologa Planudea o de quienes la haban imitado

    durante siglos. Ser

    competente en

    su creacin, su adecuada lectura y compren

    sin era parte del equipamiento intelectual de toda persona educada en los siglos

    XVI

    y

    XVII.

    En cada

    una

    de estas obras se encierra todo

    un

    patrimonio cultural

    formal

    y

    conceptual que

    es preciso

    no

    olvidar, a

    pesar

    de

    que

    hoy nos

    resulte tan

    difcil realizar el

    camino

    inverso

    para

    encontrarnos con las claves que

    alentaron

    su

    construccin.

    Obras citadas

    Alatorre, Antonio, 1990. Perduracin del ovillejo cervantino

    , N

    RFH, 38. 2: 643-74.

    Corra, Tommaso . 1569.

    De tato ea Poematis

    genere

    ,

    quod

    Epigramma vulgo dicitur

    (Venecia:

    Ex

    offi

    cina Francisci Ziletti).

    Epigrammata aliquot

    Graeca

    Veterum Elegantissima,

    1525.

    Eademque Latine ab utriusque linguae viris

    doctissimis

    versa,

    atque nuper in rem studiosorum e

    diversis

    autoribus per joannem Soterem

    collecta,

    nuncque primum edita

    (Coloniae:

    J.

    Soler). A esta edicin siguieron otra de Colonia en 1528,

    y en Friburgo

    en

    1544.

    Epigrammata graeca,

    1570. Selecta

    ex Anthologia, interpretata ad [ .. erbum et carmine

    ab Henrico

    Stephano

    ;qua edam

    ab aliis. Loci

    aliquot

    ab eodem

    annotationibus illustrati.

    Ejusd

    em interpretationes

    centum et sex unius

    distichi;

    aliorum tem querundam epigrammatum

    varia

    e

    S.L.: excudebat

    Henricus Stephanus).

    Gil, Eusebio,

    ed

    ., 1992.

    El

    siste

    ma educativo de

    la Compaa

    de je

    ss, La Ratio

    Studiorum ,

    edicin

    bilinge, estud io h istrico pedaggico, bibliografa (Madrid:

    UPCO).

  • 7/25/2019 Epitafio como modalidad epigramtica.pdf

    18/18

    Sagrario

    Lpez

    Poza

    BHS 8 (2008)

    Lpez Poza, Sagrario, 1999. El

    epigrama

    en

    la

    literatura

    emblemtica

    espaola , Analecta

    Mala-

    citana, Universidad

    de

    Mlaga, 22.1:

    27-55.

    .

    2005.

    La difusin

    y recepcin

    de

    la

    Antologa Griega en

    el Siglo de Oro ,

    en En tomo

    al

    canon:

    aproximaciones y estrategias

    (VII Encuentro

    Internacional sobre

    Poesa del Siglo de Oro). ed. Begoa

    Lopez

    Bueno

    (Sevilla: Servicio de Publicaciones de la Universidad Grupo

    PASO .

    pp.

    15-67.

    Papy. Jan, 1999. Lipsius and his Dogs: Humanist Tradition, Iconography

    and

    Rubens s Four

    philosophers ,]oumal ofthe Warburg and

    Courtau d

    Institutes, 62: 167-98.

    Prieto, Antonio. 1984.

    La

    poesa espaola

    del

    siglo

    XVI,

    1 (Madrid: Ctedra).

    Progymnasma

    scholasticum, 1597. Hoc

    est,

    Epigrammatum

    Graecorum, ex

    anthologia selectorum ab He.

    Stephano, duplicique ejusdem interpretatione explicatorum praxis grammatica,

    ordine

    facili pers-

    picuo,

    omnia qu in his occurrunt alicuius momenti difficultatis vocabula

    explanans,

    enodans,

    ad

    magnum tam docentium quam discentium emolumentum levamen. Ope

    ra

    industria Iohannis S

    toc

    -

    kwoodi,

    schol

    Tunbridgiensis

    olim

    ludimagistri. Graeca praeterea sunt

    omnia

    per

    lineas

    interlineares

    Latinis expressa typis, ad faciliorem eorundem lectionem, in studios juventutis gratiam (Londini: Ex

    typographia

    Adami

    lslip).

    Quevedo, Francisco de, 1970-1985.

    Obra potica,

    edicin

    de

    Jos

    Manuel

    Blecua, (Madrid, Castalia),

    4 vols.

    Selecta epigrammata graeca

    latine

    versa, ex

    septem

    Epigrammatum Graecorum libris, 1529. (Basileae: ex

    aedibus lo. Bebelii).

    Tesauro.

    Emanuele

    1741. Cannocchiale

    Aristotelico,

    esto es, anteojo

    de larga vista

    o idea de la

    agudeza

    e ngeniosa

    ocucion que

    sirve a toda arteoratoria, lapidariay

    symbolica,

    examinada

    con

    los principios

    del divino Aristteles [ .. } traducido al espaol por[ ..] Fr. Miguel de Sequeyros (Madrid: Antonio

    Marin).

    Varela, Consuelo. 1983. La obra potica de Hernando Coln . Anuario

    de Estudios

    Americanos. 40 :

    185-201.