Entronizando la Palabra · 2021. 1. 5. · TODOS: Porque la Palabra de Dios es podero-sa, porque la...

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    Entronizando la Palabra-Algunas sugerencias-

    + Adolfo M. Castaño FonsecaObispo de Azcapotzalco

    Responsable Episcopal de la Dimensión Bíblica de la Pastoral

    María del Socorro Becerra Molina, HMSPSecretaria de la Dimensión Bíblica de la Pastoral

    Diseño de portaday editor de contenido: María Teresa De la Cruz, HMSP

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    Con la Carta Apostólica en forma Motu Pro-prio, «Aperuit Illis», el santo Padre Francis-co ha querido instituir el «Domingo de la Palabra de Dios». Su deseo es «hacer que la Iglesia reviva el ges-to del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esa riqueza inagotable». Este do-cumento fue publicado el 30 de septiembre de 2019, en la memoria litúrgica de san Jerónimo, al iniciar el año jubilar de preparación al 1600 aniversario de la muerte de este Padre de la Iglesia, insigne maestro y apasionado estudioso de los textos sagrados.

    El Papa pide que el III Domingo del Tiempo Or-dinario esté especialmente dedicado a la celebra-ción, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios. Quiere que ese Domingo, con valor ecuménico por-que la Sagrada Escritura indica el camino a seguir para llegar a una auténtica y sólida unidad, una a

    EL DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS(III DEL TIEMPO ORDINARIO)

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    los que se ponen en actitud de escucha y ayude a los creyentes a formar un solo pueblo. Asimismo, el Santo Padre explica que esta Carta Apostólica busca «responder a las muchas peticiones que le han llegado del pueblo de Dios, para que en toda la Iglesia se pueda celebrar con un mismo propósito el Domingo de la Palabra de Dios».

    El papa Francisco evidencia el impulso que dio el Concilio Vaticano II para el redescubrimiento de la Palabra de Dios, con la Constitución Dei Verbum; recuerda también que Benedicto XVI convocó en el año 2008 una Asamblea del Sínodo de los Obis-pos sobre el tema «La Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia», con la consecuente publica-ción de la Exhortación Apostólica Verbum Domini. En este Documento profundiza acerca del carácter performativo de la Palabra de Dios, especialmente cuando su carácter específicamente sacramental emerge en la acción litúrgica.

    El papa Francisco asimismo recuerda que la enseñanza de la Biblia no puede ser sólo patrimo-nio de unos cuantos privilegiados. En efecto, su enseñanza pertenece al pueblo convocado para escucharla y reconocerse en esa Palabra. Llama a no monopolizar el texto sagrado ni relegarla a ciertos círculos o grupos selectos. Señala a los pastores como los primeros que tienen la gran responsabilidad de explicar y permitir que todos entiendan la Sagrada Escritura. Los que tienen la

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    vocación de ser ministros de la Palabra deben sen-tir con fuerza la necesidad de acercarla a su comu-nidad, por eso insiste en la importancia de la ho-milía, que posee «un carácter cuasi sacramental».

    El Papa subraya el profundo vínculo entre la Sa-grada Escritura y la fe de los creyentes, pues, como dice San Pablo: «la fe proviene de la escucha del mensaje, y la escucha por la palabra de Cristo» (Rm 10, 17). De aquí deriva la urgencia e importancia que los creyentes deben dar a la escucha de la Palabra del Señor, tanto en la Liturgia como en la oración y la reflexión personal. El contacto frecuente con la Sagrada Escritura y la celebración de la Eucaristía hace posible el reconocimiento entre las personas que se pertenecen.

    Por tanto, como afirma el Papa, el día dedicado a la Palabra de Dios, no ha de ser «una vez al año, sino una vez para todo el año». Esto pone de mani-fiesto la urgente necesidad de buscar familiaridad e intimidad con la Sagrada Escritura y con el Resu-citado, que no cesa de partir la Palabra y el Pan en las comunidades creyentes. En consecuencia, para que el corazón no permanezca frío y los ojos ce-rrados y afectados por innumerables formas de ceguera, necesitamos estar en constante trato de familiaridad con la Escritura Sagrada.

    En virtud de todo lo anterior, la Dimensión de Animación Bíblica de la Pastoral de la CEM, invita a toda la Comunidad cristiana que peregrina en nues-

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    tra Patria, pastores y fieles a resaltar de manera es-pecial la importancia de la Palabra de Dios, escrita en la Biblia, para que efectivamente le sea recono-cido todo el valor que tiene en la vida de los creyen-tes, especialmente en estos tiempos de pandemia.

    Hacemos nuestro el grande y rico contenido del Sal 119 acerca de lo que significa la Palabra del Señor. Sabemos y estamos convencidos que ella es «lámpara para nuestros pasos» y nos fortalece en las pruebas y adversidades: «Estoy postrado en el polvo, dame vida, conforme a tu palabra… Derra-mo lágrimas de tristeza; confórmame según tu pa-labra. Aleja de mí la mentira y concédeme el don de tu ley. Elegí el camino de la fidelidad, me conformo a tus sentencias».

    Una de sus peticiones expresas del Papa al in-vitar a vivir este Domingo como un día solemne ha sido: «…que en la celebración eucarística se entro-nice el texto sagrado, a fin de hacer evidente a la asamblea el valor normativo que tiene la Palabra de Dios». Por esta razón hemos querido hacer una recopilación de algunos esquemas de entroniza-ción de la Biblia, mismos que deseamos poner al servicio de las comunidades de fe.

    No olvidemos la invitación del Papa para que el domingo dedicado a la Palabra haga crecer en nosotros la familiaridad asidua con la Sagrada Es-critura, como enseñaba el autor sagrado: «La pala-bra está muy cerca de ti; la tienes en tu boca y en

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    tu corazón para que puedas practicarla» (Dt 30, 14; cf. Rm 10, 8). En el camino de escucha de la Palabra nos acompaña la Madre del Señor, bienaventurada porque creyó en el cumplimiento de lo que el Se-ñor le había dicho.

    +Adolfo Miguel Castaño Fonseca

    Obispo de AzcapotzalcoResponsable de la Animación Bíblica de la Pastoral

    María del Socorro Becerra Molina, HMSP

    Secretaria Ejecutiva

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    Vamos ahora a entronizar la Sagrada Escritu-ra. Entronizar significa «poner en el trono». Entronizar la Sagrada Escritura significa que vamos a poner el Libro Santo en el lugar de más honor: en el corazón. Pero los cristianos no seguimos o adoramos un libro por más santo que sea: segui-mos, más bien, a una Persona, a Cristo que nos habla por las palabras de la Escritura. Entronizar la Biblia es sintonizar la frecuencia de Cristo. «No hay prioridad más grande que esta: abrir de nuevo al hombre de hoy el acceso a Dios, al Dios que habla y nos comunica su amor para que tengamos vida abundante» (VD 2).

    INTRODUCCIÓN

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    GUÍA: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

    TODOS: Amén.

    Comencemos nuestro rito de entronización con el canto: «Tu Palabra me da vida».

    TODOS: Tu palabra me da vida, confío en Ti, Se-ñor. Tu Palabra es eterna, en ella esperaré. (2)

    (Mientras se canta, se avanza en procesión por el centro del lugar de reunión un ministro llevando en alto la Biblia; se detiene al llegar adelante, mientras el Guía y los participantes hacen el primer responso).

    PRIMER RESPONSO

    GUÍA: La Sagrada Escritura es especial por-que es la Palabra de Dios: «Toda Escritura ha

    1. SER TESTIGOS

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    sido inspirada por Dios, y es útil para enseñar, para persuadir, para corregir, para educar en la rectitud, a fin de que el hombre de Dios sea per-fecto y esté preparado para hacer el bien» (2Tm 3, 16-17).

    TODOS: La Sagrada Escritura es especial por-que está inspirada por el Espíritu Santo: «En rela-ción con esto, sepan que ninguna profecía de la Es-critura puede ser interpretada por cuenta propia, pues ninguna profecía procede de la voluntad hu-mana, sino que, impulsados por el Espíritu Santo, algunos hombres hablaron de parte de Dios» (2Pe 1, 20-21).

    GUÍA: La Sagrada Escritura es especial porque es también verdadera palabra de hombre: «Dios habla en la Escritura por medio de hombres y en lenguaje humano» (DV 12). La Palabra de Dios se encarnó en el lenguaje y en las lenguas de los hom-bres en la Biblia.

    TODOS: «Es necesario, pues, redescubrir cada vez más la urgencia y la belleza de anunciar la Pala-bra para que llegue el Reino de Dios, predicado por Cristo mismo» (VD 93).

    (El ministro sube al estrado y entrega la Biblia al Guía, el cual la toma y la presenta a los participantes, mientras se dice el segundo responso).

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    SEGUNDO RESPONSO

    GUÍA: Esta es la Palabra de Dios.

    Todos: Creo en la Palabra de Dios que es luz para mi camino.

    GUÍA: ¿Quién es esta Palabra?

    TODOS: La Palabra de Dios aparece aquí como una fuerza e, incluso y más todavía, como una Per-sona... Es la Palabra que viene del Padre y vuelve a Él: ¡Es Cristo!

    GUÍA: ¿Qué va a suceder?

    TODOS: Lo que la misma Palabra nos dice al ser pronunciada hoy, va a «empapar», a «fecundar» y a «hacer germinar» algo en el corazón de cada uno de los presentes. Cristo habla en las palabras de la Escritura y si encuentra un corazón abierto: «empa-pa», «fecunda» y «hace germinar» frutos de conver-sión. La Palabra de Dios es tan eficaz que basta con que sea pronunciada para que obre y deje algo, si encuentra un oyente atento, una tierra dispuesta: «No regresará a mí vacía, sino que cumplirá mi vo-luntad y llevará a cabo mi encargo», dice el Señor.

    GUÍA: ¿Cuál es el tema y el contenido de la Biblia?

    TODOS: El tema y el contenido de la Biblia es Cristo. Él mismo nos dice: «Estudian las Escrituras, pensando encontrar en ellas la vida eterna; pues

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    bien, también las Escrituras hablan de mí; y a pesar de ello, ustedes no quieren aceptarme para tener vida» (Jn 5, 39-40).

    GUÍA: ¿Por qué es provechosa y saludable la Pa-labra de Dios?

    TODOS: Porque la Palabra de Dios es podero-sa, porque la Palabra de Dios empapa con sólo ser pronunciada, porque la Palabra de Dios es viva, efi-caz y penetrante, porque la Palabra de Dios ha sido inspirada por el Espíritu Santo y escrita en lenguaje humano.

    CANTO: Tu palabra me da vida.

    Tu Palabra me da vida, confío en ti, Señor. Tu Palabra es eterna, en ella esperaré. (2)

    (Al terminar el segundo responso y mientras se en-tona el canto, el Guía entroniza la Biblia en el lugar pre-viamente preparado para dicho evento).

    TERCER RESPONSO

    GUÍA: Gracias, Señor, porque movido por tu gran amor has querido revelarte y hablar a los hom-bres como amigo.

    TODOS: Gracias, Señor, porque la Sagrada Es-critura ha sido puesta por escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo.

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    GUÍA: Gracias, Señor, porque en la Sagrada Es-critura nos hablas por medio de hombres y en len-guaje humano.

    TODOS: Gracias, Señor, porque has confiado al Magisterio de la Iglesia el oficio de interpretar au-ténticamente la Escritura.

    GUÍA: Gracias, Señor, porque la Iglesia siempre ha venerado la Sagrada Escritura como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo.

    TODOS: Gracias, Señor, porque en Jesucristo, la Palabra hecha carne nos sigue hablando hoy en la Iglesia.

    GUÍA: Gracias, Señor, porque donde dos o más se reúnen en tu nombre allí estás Tú en medio de ellos.

    TODOS: Te damos gracias, Señor.

    ORACIÓN FINAL

    Señor haz que seamos tus testigos, para comu-nicar tu enseñanza y tu amor. Concédenos poder cumplir la misión con humildad y profunda confian-za. Que nuestro servicio sea de una entrega gozosa y viva en el evangelio.

    Recuérdanos continuamente que la fe que de-seamos irradiar la hemos recibido de ti como don gratuito. Haznos verdaderos discípulos-misioneros de la fe, atentos a la voz de tu Palabra, amigos lea-les y sinceros de los demás.

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    Que sea el Espíritu Santo quien conduzca nues-tra vida; para que no dejemos de buscarte y querer-te, para que no nos venza la pereza y el egoísmo y podamos combatir la tristeza.

    Señor, te servimos a ti y a la Iglesia unidos a nuestra Madre Santísima, que, como ella, sepamos guardar tu Palabra y ponerla siempre al servicio del mundo. Amen.

    Pbro. Lic. Frodi García Ovando

    Diócesis de Tabasco

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    2. DEJARSE ILUMINAR

    PROCESIÓN CON LA BIBLIA

    GUÍA: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

    TODOS: Amén.

    GUÍA: Hermanos, nos hemos reunido para po-der adentrarnos en el conocimiento de la Palabra de Dios, en la vida y en la misión de la Iglesia, con el fin de aprender a vivir con espíritu de comunión y con transversalidad pastoral. Como inicio de nues-tra encuentro bíblico, entronicemos la Sagrada Es-critura para que sea ella la que nos hable al corazón haciéndonos descubrir el proyecto de salvación que Dios tiene en su Iglesia para todos y cada uno de nosotros. Permaneciendo de pie hagamos este sencillo rito de entronización y comencémoslo con el canto: «Señor, ¿a quién iremos?».

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    TODOS: (Cantando) Señor, ¿a quién iremos? / Tú tienes palabras de vida. / Nosotros hemos creí-do, / que Tú eres el Hijo de Dios. (2).

    (Mientras se canta, avanza en procesión por el cen-tro del lugar de reunión un ministro llevando en alto la Biblia; se detiene al llegar adelante, mientras el guía y los participantes hacen el primer responso).

    PRIMER RESPONSO

    GUÍA: La Palabra del Señor acompañe nuestro caminar de hoy en adelante, ilumine nuestros pa-sos, guíe nuestra vida. Comprometámonos todos, no sólo a leerla sino a meditarla día tras día y a lo largo de toda nuestra vida.

    TODOS: Queremos ser portadores del Evan-gelio; queremos que por nuestra sangre circule el amor a Cristo y de Cristo, que todo lo que hagamos se inspire en la Sagrada Escritura, que los demás descubran en nosotros a un hermano, que los más pobres encuentren consuelo y ayuda, y que la justi-cia brille en todas nuestras acciones.

    (El ministro sube al estrado y entrega la Biblia al guía, el cual la toma y la presenta a los participantes, mientras se dice el segundo responso).

    SEGUNDO RESPONSO

    GUÍA: He aquí la Sagrada Escritura: Palabra de Dios escrita por inspiración del Espíritu Santo, que

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    nos ha sido dada para comunicarnos el mensaje de salvación en Cristo. «Dichosos los que lean y los que escuchen las palabras de esta profecía, y guar-den lo escrito en ella» (Ap 1, 3).

    TODOS: «Sus palabras son más dulces que la miel, más jugosas que los panales» (Sal 19, 11).

    GUÍA: «Estudian apasionadamente las Escritu-ras, pensando encontrar en ellas la vida eterna; pues bien, también las Escrituras hablan de mí» (Jn 5, 39).

    TODOS: «Señor, ¿a quién iremos? Tus palabras dan vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios» (Jn 6, 68s).

    GUÍA: «Sean, pues, imitadores de Dios como hi-jos suyos muy queridos. Y hagan del amor la norma de su vida, a imitación de Cristo que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio de suave olor a Dios» (Ef 5, 1-2).

    TODOS: «Que nadie los seduzca con razona-mientos vanos; son precisamente estas cosas las que encienden la ira de Dios contra los hombres rebel-des. No se hagan, pues, cómplices suyos» (Ef 5, 6).

    GUÍA: «En otro tiempo eran tinieblas, pero aho-ra son luz en el Señor. Compórtense como hijos de la luz, cuyo fruto es la bondad, la rectitud y la ver-dad» (Ef 5, 8).

    TODOS: «Busquen lo que agrada al Señor y no tomen parte en las obras vanas de quienes perte-

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    necen al reino de las tinieblas; al contrario, denún-cienlas, pues lo que ésos hacen en secreto, hasta decirlo da vergüenza» (Ef 5, 10-12).

    GUÍA: Pero cuando todo eso haya sido denun-ciado por la luz, quedará al descubierto; y lo que queda al descubierto es a su vez luz.

    TODOS: «Por eso se dice: Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos y te ilumi-nará Cristo» (Ef 5, 14).

    GUÍA: «Pongan, pues, atención en comportar-se no como necios, sino como sabios, aprovechan-do el momento presente, porque corren malos tiempos» (Ef 5, 15-16).

    TODOS: «Por lo mismo, no sean irreflexivos, antes bien, traten de descubrir cuál es la voluntad del Señor» (Ef 5, 17).

    GUÍA: «Tampoco se emborrachen, pues el vino fomenta la lujuria. Al contrario, llénense del Espí-ritu, y reciten en sus reuniones salmos, himnos y cánticos inspirados» (Ef 5, 18-19).

    TODOS: «Canten y toquen para el Señor de todo corazón, y den continuamente gracias a Dios Padre por todas las cosas en nombre de nuestro Señor Jesucristo» (Ef 5, 19-20). Amén.

    CANTO

    Tu Palabra me da vida, / confío en Ti, Señor. / Tu Palabra es eterna, / en ella esperaré. (2)

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    (Al terminar el segundo responso y mientras se en-tona el canto, el Guía entroniza la Biblia en el lugar pre-viamente preparado para dicho evento. Al terminar el canto, se dice el tercer responso).

    TERCER RESPONSO

    GUÍA: Hermanos, ahora que hemos entroni-zado la Biblia en éste, nuestro lugar de encuentro fraternal, reverenciemos nosotros a la Palabra de Dios, diciendo con devoción y fe.

    TODOS: Creemos en la Palabra de Dios, ama-mos la Palabra de Dios, buscamos la Palabra de Dios, vivimos la Palabra de Dios, proclamamos la Palabra de Dios. Padre Dios, te bendecimos y te ala-bamos porque nos has revelado en tu santa Palabra el amor que nos tienes. Tu Palabra nos guía en el camino. Tu Palabra nos purifica. Señor, danos siem-pre tu Palabra cotidiana. Ella es como el pan: sacia y a la vez provoca más hambre de Ti. Ella es como el agua: riega, refresca, fecunda, limpia. Ella es como la luz: ahuyenta las tinieblas del terror y del pecado, e ilumina los ojos y el alma para ver mejor nuestras vidas. Ella es como una voz misteriosa y penetran-te: cuestiona y perdona, alegra y fortalece. Ella es como espada de doble filo: penetra en lo íntimo del ser, hiere y sana, angustia y libera, inquieta y trae paz. Te damos gracias, Señor, por este tiempo que nos concedes para escuchar tu Palabra y meditar

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    en ella, en medio de tantas preocupaciones. Ahora más que nunca necesitamos de tu Palabra de vida. Te pedimos que hagas de nosotros oyentes aten-tos, verdaderos discípulos, porque en tu Palabra está el secreto de nuestra identidad. Poniendo tu Palabra en el centro de nuestra asamblea, te pedi-mos, Padre bueno, que los trabajos que vamos a realizar nos unan en el amor y en la fe. Aleja de no-sotros todo prejuicio, toda idea personal, que nos impediría acoger libremente tu Palabra, y haz res-plandecer solamente lo que Tú, en el Espíritu San-to, quieres decirnos a cada uno de nosotros. Quita de nosotros toda soberbia, todo esfuerzo estéril, toda ansiedad o nerviosismo y haznos oyentes atentos y fieles para que nazca en nosotros el fruto de tu Palabra. Danos la sencillez, la tranquilidad y la paz, que le concediste a María nuestra Madre, para que a imitación de ella meditemos y guardemos en nuestro corazón lo que Tú quieras decirnos. Que no nos haga falta nunca, Señor, el pan cotidiano de tu Palabra.

    CANTO

    Tu Palabra me da vida, / confío en Ti, Señor. / Tu Palabra es eterna, / en ella esperaré. (2)

    Dimensión Bíblica de la Pastoral

    Arquidiócesis de Guadalajara

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    3. VIVIR EN CARIDAD

    GUÍA: Por la señal de la santa cruz… Amén

    INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

    Ven, Dios Espíritu Santo, derrama tu luz y tu gracia sobre esta(s) familia(s) y sobre cada uno de nosotros que nos disponemos a meditar esta san-ta Palabra que Tú mismo inspiraste. Abre nuestra mente para que comprendamos rectamente los misterios divinos en ella expresados. Enciende nuestro corazón para que al meditar en esta Pala-bra nos enamoremos de Cristo y nos dispongamos a seguirlo. Amén.

    (Se inicia la procesión con la Biblia)

    CANTO DE ENTRADA

    Tu Palabra me da vida.

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    GUÍA: A dos coros decimos:

    MUJERES: El amor es paciente, todo lo soporta es lento a la ira… enséñanos a practicar día a día esta cualidad, a no dejar que nos maltraten conti-nuamente, o tolerar agresiones físicas o permitir que nos traten como objetos.

    TODOS: «Si no tengo amor nada soy»

    HOMBRES: El amor es servicial, es hacer el bien… enséñanos a ponerlo más en las obras que en las palabras, que pueda mostrar toda su fecun-didad y nos permita experimentar la felicidad de dar, sin medir, sin reclamar pagos, solo por el gusto de dar y de servir.

    TODOS: «Si no tengo amor nada soy»

    MUJERES: El amor no tiene envidia, en el amor no hay lugar para sentir malestar por el bien de otro… Señor la envidia es una tristeza por el bien ajeno, que muestra que no nos interesa la felicidad de los demás… enséñanos a dejar de pensar en nuestro propio bienestar.

    TODOS: «Si no tengo amor nada soy»

    HOMBRES: El amor no hace alarde, no se «agranda» ante los demás. En la vida familiar no puede reinar la lógica del dominio de unos sobre otros, o la competencia para ver quién es más in-teligente o poderoso, porque esa lógica acaba con

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    el amor… enséñanos como familia a crecer en el amor.

    TODOS: «Si no tengo amor nada soy»

    MUJERES: El amor es amable, no obra con ru-deza, no actúa de modo descortés, no es duro en el trato… enséñanos a practicar la amabilidad, para generar vínculos, cultivar lazos y crear nuevas redes de integración para construir una familia más firme.

    TODOS: «Si no tengo amor nada soy»

    HOMBRES: El amor es desprendimiento, no busca su propio interés, o no busca lo que es de él… enséñanos a no ser tacaños con nosotros mis-mos para poder ser más generosos con los demás.

    TODOS: «Si no tengo amor nada soy»

    MUJERES: El amor no se violenta, no se indig-na, no se irrita… enséñanos como familia a no es-tar a la defensiva ante los demás, como si fueran nuestros enemigos, a evitar enfermarnos y termi-nar aislándonos.

    TODOS: «Si no tengo amor nada soy»

    HOMBRES: El amor es perdón, toma en cuenta el mal, lo lleva anotado… enséñanos como fami-lia a ser más tolerantes, comprensivos, a ignorar el egoísmo, y vivir el sacramento de la Reconciliación para evitar la violencia para vivir más en comunión en nuestra vida familiar.

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    TODOS: «Si no tengo amor nada soy»

    MUJERES: El amor es alegrarse con los demás, valorar sus capacidades y buenas obras… enséña-nos a amar para hacer el bien a todos los que nos rodean, «Dios ama al que da con alegría» (2Co 9, 7).

    TODOS: «Si no tengo amor nada soy»

    HOMBRES: El amor todo lo disculpa, no tie-ne en cuenta el mal… enséñanos como esposos a amar, a hablar bien el uno del otro, a mostrar el lado bueno del cónyuge más allá de sus debilidades y errores.

    TODOS: «Si no tengo amor nada soy»

    MUJERES: El amor todo lo cree, confía, deja en libertad, reconoce la luz de Dios, que se esconde en la oscuridad… enséñanos como familia a vivir y confiar a pesar de todo, permite que brote la iden-tidad de todos sus miembros, a vivir sin falsedades, engaños o mentiras y que reine la alegría del verda-dero amor.

    TODOS: «Si no tengo amor nada soy»

    HOMBRES: El amor todo lo espera… enséña-nos y permite, en medio de las molestias de esta tierra, contemplar a los demás con una mirada so-brenatural, a la luz de la esperanza y esperar esa plenitud que un día recibiremos e el Reino celestial, aunque ahora no sea visible.

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    TODOS: «Si no tengo amor nada soy»

    MUJERES: El amor todo lo soporta, todo lo so-brelleva con espíritu positivo… enséñanos en nues-tra vida familiar a cultivar esta fuerza del amor, que nos permita luchar contra el mal que nos amenaza, a no dejarnos dominar por el rencor ni desprecio hacia las personas, a no lastimar o cobrarnos de algo, que a pesar de todo cada día vivamos en fa-milia tu amor.

    TODOS: «Si no tengo amor nada soy»

    ENTRONIZACIÓN DE LA BIBLIA

    (Todos permanecen en pie)

    LECTURA BÍBLICA: Lectura de la Primera Carta de Corintios (1Co 13, 4-7).

    «La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta». Palabra de Dios.

    TODOS: Te alabamos Señor

    BREVE COMENTARIO

    El texto nos ubica en el llamado «himno a la ca-ridad o canto al amor» del apóstol san Pablo (1Co 12,

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    31—13, 1), del cual reflexionaremos solamente los vv. 4-7, el himno de la Carta a los Corintios señala quince rasgos que manifiestan la vivencia del amor en nuestras relaciones cotidianas, observamos en-tre esos rasgos, ocho que están expresados en for-ma de negación: «no tiene envidia, no hace alarde, no es arrogante, no obra con dureza, no busca su interés, no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra con la injusticia». La caridad es el don «más grande», que da valor a todos los demás, y sin em-bargo «no hace alarde, no se envanece», es más, «se regocija con la verdad» y con el bien del otro. Quien ama verdaderamente «no busca su propio interés», no tiene en cuenta el mal recibido», «todo lo discul-pa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta» (cf. 1Co 13,4-7). Al final, cuando nos encontremos cara a cara con Dios, todos los demás dones des-fallecerán; el único que permanecerá para siempre será la caridad, pues Dios es amor y nosotros sere-mos semejantes a Él, en comunión perfecta con Él.

    Cuando se habla de la caridad (ágape), lo po-demos entender como el amor auténtico, que Dios nos ha revelado en Jesucristo.

    La caridad es paciente y bondadosa… es el centro, el corazón del texto, el mensaje principal del ser cristiano, es el alcanzar la madurez interior y que se va a reflejar a través de las diferentes virtu-des o valores, que son el fruto por haber aceptado el proyecto de Dios.

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    Esto se vive y se cultiva en medio de la vida que comparten todos los días los esposos, entre sí y con sus hijos. Por eso es valioso detenerse a pre-cisar el sentido de las expresiones de este texto, para intentar una aplicación a la existencia concre-ta de cada familia.

    ACLAMACIONES

    GUÍA: Gracias Señor, porque movido por tu gran amor, has querido revelarte y hablar a los hombres y a las familias como amigo.

    TODOS: ¡Te damos gracias Señor!

    GUÍA: Gracias Señor, porque tu Palabra ha sido puesta por escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo.

    TODOS: ¡Te damos gracias Señor!

    GUÍA: Gracias Señor, porque la Iglesia siempre ha venerado la Sagrada Escritura como la ha hecho con la Hostia Consagrada.

    TODOS: ¡Te damos gracias Señor!

    GUÍA: Gracias Señor, porque en Jesucristo, Pa-labra hecha carne, hoy nuevamente nos invitas a hacerla vida en cada una de las familias.

    TODOS: ¡Te damos gracias Señor!

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    GUÍA: Gracias Señor, porque en Jesucristo, Pa-labra hecha carne, nos sigues hablando hoy en la Iglesia.

    TODOS: ¡Te damos gracias Señor!

    ORACIÓN:

    Te damos gracias, Padre Bueno, porque nos has reunido a escuchar tu Palabra que es Vida, bendice a todas las familias, que quieren estar más atentas a cumplir tu voluntad expresada en las Sagradas Escrituras, que hoy se queda en el lugar de honor y en el corazón de cada uno de nosotros. Ayúdanos a tener las mismas disposiciones de la Virgen María, quien guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón. Amén.

    CANTO DE SALIDA

    Escuchar tu Palabra

    Mtra. Hilda Alicia Garza Sagastegui

    Diócesis de Tabasco

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    4. DEJARSE GUIAR

    MONICIÓN:

    Hermanos, nos hemos congregado para te-ner un Encuentro con la Palabra de Vida a través de esta reunión de espiritualidad. Como inicio de nuestra reunión, entronicemos la Sagrada Escritu-ra para que sea ella la que nos hable al corazón ha-ciéndonos descubrir el proyecto de salvación que Dios tiene en su Iglesia para cada uno de nosotros. Permaneciendo de pie hagamos este sencillo rito de Entronización y comencémoslo con el canto: «Tu Palabra me da vida».

    CANTO

    Tu Palabra me da vida, confío en Ti, Señor. Tu Palabra es eterna, en ella esperaré (2).

    (Mientras se canta, avanza en procesión por el cen-tro del lugar de reunión un ministro llevando en alto la

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    Biblia; se detiene al llegar adelante, mientras el guía y los participantes hacen el primer responso).

    PRIMER RESPONSO

    GUÍA: La Palabra del Señor acompañe nuestro caminar de hoy en adelante, ilumine nuestros pa-sos, guíe nuestra vida. Comprometámonos todos, no sólo a leerla sino a meditarla día tras día y a po-nerla en práctica a lo largo de toda nuestra vida.

    TODOS: Queremos ser portadores del Mensa-je de Salvación; queremos que por nuestra sangre circule el amor a Cristo y de Cristo; que todo lo que hagamos se inspire en la Biblia; que los demás des-cubran en nosotros a un hermano; que los más po-bres encuentren consuelo y ayuda; y que la justicia brille en todas nuestras acciones.

    (El ministro sube al estrado y entrega la Biblia al coordinador, el cual la toma y la presenta a los partici-pantes, mientras se dice el segundo responso).

    SEGUNDO RESPONSO

    GUÍA: «Dichosos los que lean y los que escu-chen las palabras de esta profecía, y guarden lo es-crito en ella» (Ap 1, 3).

    TODOS: «Sus palabras son más dulces que la miel, más jugosas que los panales» (Sal 19, 11).

  • 31

    GUÍA: «No cesamos de dar gracias a Dios, por-que al recibir la palabra, la acogisteis no como pala-bra de hombre sino como es en verdad, como pala-bra de Dios» (1Tes 2, 13).

    TODOS: «La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo» (Hb 4, 12).

    GUÍA: «Poned por obra la Palabra, y no os con-tentéis sólo con oírla, engañándoos a vosotros mis-mos» (St 1, 22).

    TODOS: «Yo espero en el Señor, mi alma espe-ra, pendiente estoy de su palabra» (Sal 130, 5).

    (Al terminar el segundo responso, el coordinador coloca la Biblia en el lugar especial preparado para la Sagrada Escritura. Mientras tanto el monitor dirige el tercer responso, mientras que la asamblea responde con una frase-estribillo).

    TERCER RESPONSO

    MONITOR: Tú que eres la Palabra eterna, he-cha hombre, conviviendo entre nosotros.

    TODOS: Concédenos, Jesús, vivir según tu Pa-labra.

    MONITOR: Tú que eres la respuesta divina del Padre a todos sus hijos.

    TODOS: Concédenos, Jesús, vivir según tu Pa-labra.

  • 32

    MONITOR: Tú que con tu vida nos diste ejem-plo de fraternidad y de Justicia.

    TODOS: Concédenos, Jesús, vivir según tu Pa-labra.

    MONITOR: Tú que nos enseñaste a presentar la otra mejilla a quien nos abofetea, y nos enseñaste a perdonar sin límite y a ponernos al servicio de los demás.

    TODOS: Concédenos, Jesús, vivir según tu Pa-labra.

    MONITOR: Tú que nos diste gran lección del amor hasta dar la vida por los demás.

    TODOS: Concédenos, Jesús, vivir según tu Pa-labra.

    MONITOR: Jesús, Palabra de Dios que te has hecho hombre y que eres nuestro amigo y herma-no, concédenos vivir según tus enseñanzas; no per-mitas que ninguno de nosotros se aparte de Ti, de tu doctrina o de tu misericordia; que contigo mar-chemos por el camino de la solidaridad y de la justi-cia hasta la Casa del Padre.

    TODOS: Amén.

    Dimensión Bíblica de la Pastoral

    Arquidiócesis de Guadalajara

  • 33

    5. LA LUZ DE LAS FAMILIAS

    MOTIVACIÓN

    GUÍA: Queridos hijos (esposa, hermanos, ami-gos, etc.) esta vez nuestra familia se ha reunido al-rededor de la Palabra de Dios, porque queremos que sea la luz que ilumine a nuestra familia. Al igual que en el antiguo Pueblo de Dios somos peregri-nos y peregrinas, seguidores del Señor que sigue hablándonos en las Escrituras.

    GUÍA: Hoy vamos a entronizar la Biblia: así ma-nifestamos que la Palabra del Señor será la brújula y el timón para esta familia; será la maestra que nos enseñe los caminos del Señor.

    GUÍA: Preparemos un corazón sencillo y abier-to, atento al mensaje del Señor.

    GUÍA: En el nombre del Padre…

  • 34

    CANTO

    TODOS: «Tu Palabra me da vida«, o algún otro canto.

    ENTRONIZACIÓN DE LA BIBLIA

    (La Biblia es introducida solemnemente por algún miembro, llevándola en alto, pueden acompañar 2 per-sonas más con velas)

    (Otra posibilidad: la Biblia abierta va pasando de mano en mano. Cada uno la recibe con veneración y le da un beso)

    ORACIÓN

    (Después de colocar la biblia en el lugar destinado)

    GUÍA: Dios nuestro, Padre bondadoso que nos amas, envíanos tu Espíritu Santo, para que nos ayude a leer la Biblia desde el corazón. Sa-bemos que en las Sagradas Escrituras resuena la voz de Jesús, tu Hijo amado y Hermano nuestro. Crea en nosotros el silencio para escuchar su voz: para que también nosotros seamos sus discípulos misioneros, para que podamos testimoniar a los demás que Jesús está vivo y presente en medio de nosotros como fuente de amor, de esperanza y de paz. Que en esta familia resuene siempre tu Palabra. Amén.

  • 35

    LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO

    (Se leerá con voz fuerte y pausada y lo hará un lec-tor que haya previamente preparado el texto)

    GUÍA: Escuchamos a san Pablo en la 2da. Carta a Timoteo (2Tim 3, 10-11. 14-17).

    GUÍA: En los próximos minutos, cada uno lee nuevamente el texto en su propia Biblia y lo medita en silencio.

    (Después de unos minutos… uno o más de los allí reunidos leen las siguientes intenciones después de la intervención del Guía.)

    GUÍA: Pidamos a Dios, que su Palabra que he-mos entronizado en nuestro hogar, sea semilla que dé muchos frutos en nosotros y nuestros herma-nos. Y digamos:

    TODOS: «Señor a quién iremos, sólo Tú tienes palabras de vida eterna».

    GUÍA: Para que la Palabra de Dios sea el «Pan de cada día» que nos alimenta en el camino de la fe y del amor, roguemos al Señor.

    TODOS: «Señor a quién iremos, sólo Tú tienes palabras de vida eterna».

  • 36

    GUÍA: Para que la Biblia no sea sólo adorno en esta casa, sino luz, maestra de vida, a quien escu-chemos con frecuencia.

    TODOS: «Señor a quién iremos, sólo Tú tienes palabras de vida eterna».

    GUÍA: Para que el Señor bendiga nuestro hogar con el amor y el perdón de cada día. Que en eso se note que somos una familia de discípulos misione-ros de Jesús.

    TODOS: «Señor a quién iremos, sólo Tú tienes palabras de vida eterna».

    GUÍA: Que al meditar los textos bíblicos, nos permitan reflexionar sobre las circunstan-cias actuales de nuestras vidas y de los que nos rodean.

    TODOS: «Señor a quién iremos, sólo Tú tienes palabras de vida eterna».

    GUÍA: Que María, madre de Jesús y madre nuestra, primera discípula misionera del Evan-gelio, nos eduque en la escucha de la Palabra de Dios. Amén.

    ORACIÓN DE TODA LA FAMILIA

    TODOS: Señor, Padre de Jesús y Padre nues-tro, mira con bondad esta familia reunida en tu

  • 37

    nombre, que desea acercarse a Ti, escuchando tu voz en la Biblia. Enséñanos, Padre, con tu Pa-labra. Queremos ser discípulos, caminar junto a Jesús, aprender a vivir como verdaderos hijos tuyos. Danos fuerza, Señor y anima nuestro ca-minar. Tu Palabra es la fuente viva, acércanos a ella. Señor, queremos que esta familia sea un templo donde resuene tu Palabra, y nuestros corazones sean el lugar donde ella germine, que la llevemos a la vida y la expresemos en el amor que nos tenemos y que donamos a todos. Amén.

    BENDICIÓN FINAL

    GUÍA: Dios, Padre bondadoso, de quien provie-ne toda paternidad y amor, bendiga nuestra fami-lia, y nos siga alimentando con la Palabra que sale de su boca.

    TODOS: Alabado seas por siempre, Señor.

    GUÍA: Que el Evangelio de Jesús, nuestro Se-ñor, resuene siempre en este hogar, irradiando luz y esperanza.

    TODOS: Alabado seas por siempre, Señor.

    GUÍA: Que el Espíritu Santo, Maestro y Amigo interior, nos enseñe a leer y orar la Palabra que pal-pita en las Escrituras Santas.

  • 38

    TODOS: Alabado seas por siempre, Señor.

    TODOS: (Nos persignamos diciendo) Que el Se-ñor nos bendiga y nos proteja, que el Señor nos muestre su rostro y nos conceda la paz. Amén.

    Familia educadora en la fe

  • 39

    6. AUMENTA NUESTRA FE

    INTRODUCCIÓN

    GUÍA: Hermanos, nos hemos reunido hoy a meditar, reflexionar y prepararnos, para escuchar y la Palabra de Dios, a fin de que nos ayude a seguir fielmente a Jesucristo como sus discípulos misione-ros. Queremos con este encuentro tomar concien-cia de que en la Sagrada Escritura encontramos una norma sabia y saludable de conducta que nos ayu-da a construir el Reino de Dios en nuestras familias, en nuestra Patria y en nuestro mundo. Comence-mos nuestra reunión, permitiéndole a Jesús, Pala-bra eterna hecha hombre como nosotros, tomar el puesto de honor, a través de este sencillo rito de entronización de la Biblia. Permaneciendo de pie, entonemos el canto: «Señor, ¿a quién iremos?».

  • 40

    CANTO

    Señor, ¿a quién iremos? / Tú tienes palabras de vida. / Nosotros hemos creído, / que Tú eres el Hijo de Dios. (2)

    (Mientras se canta, avanza en procesión por el cen-tro del lugar de reunión un ministro llevando en alto la Biblia; se detiene al llegar adelante, mientras el Guía y los participantes hacen el primer responso).

    PRIMER RESPONSO

    GUÍA: No seamos niños caprichosos, que se de-jan llevar de cualquier viento de doctrina, engaña-dos por esos hombres astutos, que son maestros en conducir al error.

    TODOS: Por el contrario, viviendo con autenti-cidad el amor, crezcamos en todo hacia Aquél que es la cabeza: Cristo.

    GUÍA: Les digo, pues, y les recomiendo con insistencia en el nombre del Señor, que no vivan como viven los paganos: vacíos de pensamiento, oscurecida la mente y alejados de la vida de Dios a causa de su ignorancia y su terquedad.

    TODOS: Perdido el sentido moral, se han entre-gado al vicio y se dedican a todo género de impure-za y de codicia.

  • 41

    GUÍA: ¡No es eso lo que ustedes han aprendi-do sobre Cristo! Porque supongo que han oído ha-blar de Él y que, en conformidad con la auténtica doctrina de Jesús, les enseñaron como cristianos a renunciar a su conducta anterior y al hombre viejo corrompido por seductores apetitos.

    TODOS: De este modo se renuevan espiritual-mente y se revisten del hombre nuevo creado a imagen de Dios, para llevar una vida verdadera-mente recta y santa.

    GUÍA: Por tanto, destierren la mentira: que cada uno diga la verdad a su prójimo, ya que somos miembros los unos de los otros.

    TODOS: Si se dejan llevar de la ira, que no sea hasta el punto de pecar y que su enojo no dure más allá de la puesta de sol. Y no den al diablo oportu-nidad alguna.

    GUÍA: El ladrón, que no robe más, sino que pro-cure trabajar honradamente, para poder ayudar al que está necesitado.

    TODOS: Que no salgan de su boca palabras groseras; si algo dicen, que sea bueno, edifican-te, oportuno y provechoso para quienes los escu-chan.

    GUÍA: Y no causen tristeza al Espíritu Santo de Dios, que es como un sello impreso en uste-

  • 42

    des para distinguirlos el día de la liberación. Que desaparezca de entre ustedes toda agresividad, rencor, ira, indignación, injurias y toda clase de maldad.

    TODOS: «Sean más bien bondadosos y compa-sivos los unos con los otros, y perdónense mutua-mente, como Dios los ha perdonado por medio de Cristo» (Ef 4, 14-15. 17-32).

    (El ministro sube al estrado y entrega la Biblia al Guía, el cual la toma y la presenta a los participantes, mientras se dice el segundo responso)

    SEGUNDO RESPONSO

    GUÍA: Aquí está la Biblia, el Libro Santo desde el cual Dios nos habla.

    TODOS: Gracias, Señor, por tu Palabra que nos salva.

    GUÍA: «Lleguen nuestras súplicas hasta Ti, en tu Santo Nombre confiamos.»

    TODOS: «Dichosos los que cumplen tu Palabra y la buscan de todo corazón».

    GUÍA: «Me adelanto a la aurora pidiendo auxi-lio y en tu Palabra espero».

  • 43

    TODOS: «No, no me olvido, Señor, de tus man-damientos».

    GUÍA: «Dichosos los que lean y los que escu-chen las palabras de esta profecía, y guarden lo es-crito en ella».

    TODOS: «Sus palabras son más dulces que la miel, más jugosas que los panales».

    GUÍA: «No cesamos de dar gracias a Dios, por-que al recibir la Palabra, la acogisteis no como pa-labra de hombre sino como es en verdad, como Palabra de Dios».

    TODOS: «La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo».

    GUÍA: «Poned por obra la Palabra, y no os con-tentéis sólo con oírla, engañándoos a vosotros mis-mos».

    TODOS: «Yo espero en el Señor, mi alma espe-ra, pendiente estoy de su palabra».

    CANTO

    Tu Palabra me da vida, / confío en Ti, Señor. / Tu Palabra es eterna, / en ella esperaré. (2)

    (Al terminar el segundo responso y mientras se en-tona el canto, el Guía entroniza la Biblia en el lugar pre-viamente preparado para dicho evento).

  • 44

    TERCER RESPONSO

    GUÍA: Hermanos, ahora que ha sido ya entroni-zada la Biblia en éste, nuestro lugar de encuentro fraternal, reverenciemos nosotros a la Palabra de Dios, diciendo con devoción y fe:

    TODOS: Señor Jesús, haz que mi mente se abra a tu Palabra. Hazme comprender que la fe germi-na en el alma con la meditación constante de tu Palabra, que florece en la humildad y el silencio, y que fructifica con la oración. Crea, Señor, en mí la convicción de que todo es posible para quien cree, que la fe vence al mundo, que un vaso de agua dado con fe es meritorio para la vida eterna, y que por la fe cada una de mis acciones se vuelven so-brenaturales y de valor infinito. Dame una fe viva, que pueda encontrar en ti la seguridad, porque sé que Tú eres bueno y sabio. Dame la certeza de que cuantos con fe se abandonan a tu voluntad, sin pre-guntarte por qué, se dejan conducir por ti, aun en el dolor y la muerte, y se sienten serenos y seguros. Señor Jesús, acrecienta mi fe de modo que viva en la tierra como un ciudadano del cielo y amigo tuyo. La luz de la fe, que ilumina cada misterio de la vida, resplandezca en mí como la luz del sol. Señor, haz que vea mejor. Señor, haz que crea mejor. Se-ñor, dame una fe capaz de transportar montañas. Dame una fe digna de ti. Dame una fe que no se quede en la mente, sino que baje a mi corazón para que se transforme en vida. Vida de fe necesito de

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    Ti. Señor, dame la fe de los mártires, la fe de los santos, la fe de los buenos. Amén.

    GUÍA: La Palabra del Señor acompañe nues-tro caminar de hoy en adelante, ilumine nuestros pasos, guíe nuestra vida. Comprometámonos to-dos, no sólo a leerla sino a meditarla día tras día y a ponerla en práctica a lo largo de toda nuestra vida.

    TODOS: Queremos ser portadores del Evan-gelio; queremos que por nuestra sangre circule el amor a Cristo y de Cristo; que todo lo que hagamos se inspire en la Biblia; que los demás descubran en nosotros a un hermano; que los más pobres en-cuentren consuelo y ayuda; y que la justicia brille en todas nuestras acciones. Así sea.

    (Se termina el momento de entronización con el si-guiente canto:)

    CANTO

    Es fuerte, Señor, tu Palabra, / ella me salvará. / Tu Palabra, Señor, me vivifica, / espero en tu Pala-bra, Señor. (2)

    Dimensión Bíblica de la Pastoral

    Arquidiócesis de Guadalajara

  • 46

    GUÍA: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

    TODOS: Amén.

    GUÍA: Al reunirnos hoy para escuchar y meditar la Palabra de Dios, hemos querido en este acto dar gracias a Dios y reconocer en ella el instrumento privi-legiado para el encuentro con Dios, que nos renueva cada día, con profundo amor, respeto y veneración, les damos la bienvenida e iniciamos esta celebración.

    CANTO DE ENTRADA

    Vívela

    (Previamente se les da a los participantes el canto impreso. Cantamos mientras se avanza en procesión por el centro del lugar de reunión un ministro llevando en alto la Biblia; se detiene al llegar adelante)

    7. DEJARSE ENSEÑAR

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    ORACIÓN

    ¡Oh Dios, que has instruido a tus fieles con tu Pa-labra, iluminando sus corazones con la luz del Espíri-tu Santo, concédenos obtener por el mismo Espíritu el gustar del bien y perseverar en tus enseñanzas. +

    ¡Oh Espíritu Santo: guíanos, para encontrar en la Biblia reflexiones que nos remitan a nuestra pro-pia existencia, nos permitan encontrarnos con el Señor y ser sus verdaderos discípulos.

    (Se coloca la Biblia en el lugar preparado para ella)

    (Todos permanecen en pie)

    LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO

    (Se leerá con voz fuerte y pausada y lo hará un lec-tor que haya previamente preparado el texto).

    GUÍA: Escuchamos a san Pablo en la 2da. Carta a Timoteo (2Tim 3, 14-17):

    LECTOR

    «Tú, en cambio, persevera en lo que aprendiste y en lo que creíste, teniendo presente de quiénes lo aprendiste, y que desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escri-tura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para

  • 48

    argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y prepara-do para toda obra buena». Palabra de Dios.

    TODOS: Te alabamos Señor.

    GUÍA: En silencio meditemos lo que hemos es-cuchado…

    BREVE COMENTARIO

    El texto nos invita, así como a Timoteo, a per-manecer fiel a la sana doctrina que aprendió de la tradición y de la Escritura, en la que desde un prin-cipio fue instruido. Por ella nos viene la verdad re-velada (vv. 14-15).

    También habla de la inspiración de la Sagrada Escritura, afirma que en la composición de los libros que forman la Escritura ha intervenido de manera misteriosa el Espíritu Santo, ha influido en el enten-dimiento y en la voluntad de los autores inspirados, de manera que han puesto por escrito lo que Dios quería comunicarnos por medio de ellos (v.16).

    Como dice el Concilio Vaticano II «todo lo que afirman los autores inspirados lo afirma el Espíritu Santo, de donde se sigue que los libros sagrados enseñan sólidamente, y fielmente y sin error la ver-dad que Dios hizo consignar en dichos libros para salvación nuestra» (DV n. 11).

  • 49

    Según santo Tomás quien se ha compenetrado con la Escritura posee la fuente para toda forma-ción y educación cristiana, dejando claro los cuatro efectos de la Sagrada Escritura:

    1. Es útil para enseñar la verdad y confrontar la falsedad, en cuanto al orden especulativo.

    2. Para liberar del mal e inducir al bien, en cuan-to al orden práctico.

    3. Conducir al hombre a la perfección.

    4. No hace al hombre bueno, sino que lo per-fecciona.

    ACLAMACIONES

    GUÍA: Pidamos al Señor, siempre atento a nues-tras necesidades, las siguientes intenciones y al fi-nal de cada una de ellas respondemos: «Ayúdanos Señor a saber escucharte y ser fiel a tu Palabra».

    GUÍA: Que la escucha de la Palabra, promueva en nosotros un verdadero encuentro con el Señor y reavive nuestra fe.

    TODOS: «Ayúdanos Señor a saber escucharte y ser fiel a tu Palabra».

    GUÍA: Que al meditar tu Palabra nos permita re-flexionar sobre las circunstancias actuales de nues-tras vidas y de los que nos rodean.

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    TODOS: «Ayúdanos Señor a saber escucharte y ser fiel a tu Palabra».

    GUÍA: Que en la Palabra de Dios encontremos la confianza en Él ante las pruebas que nos presen-ta la vida.

    TODOS: «Ayúdanos Señor a saber escucharte y ser fiel a tu Palabra».

    LECTOR: Que siempre estemos dispuestos a hacer conocer la Palabra de Dios y así colaborar en promover la fe en aquellos que encontremos en el camino.

    TODOS: «Ayúdanos Señor a saber escucharte y ser fiel a tu Palabra».

    GUÍA: Que, así como Timoteo permanezcamos fiel a la sana doctrina y que nos permita descubrir la Verdad.

    TODOS: «Ayúdanos Señor a saber escucharte y ser fiel a tu Palabra».

    (Se pueden agregar aquí oraciones surgidas de la meditación del texto u otras, si la comunidad reunida lo desea)

    GUÍA: Gracias Señor, por invitarnos a permane-cer firmes y fieles a tu Palabra.

    GUÍA: Que el Señor nos dé la gracia de saber escuchar su Palabra, meditarla, encarnarla en

  • 51

    nuestra vida diaria y proclamarla como fuente de salvación para todos.

    TODOS: Te damos gracias, Señor.

    ORACIÓN FINAL

    Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

    CANTO DE SALIDA

    Tu Palabra me da Vida.

    Mtra. Hilda Alicia Garza Sagastegui

    Diócesis de Tabasco

  • 52

    (En el momento más oportuno se entrega a todos los fieles en una hoja el Rito de Entronización. Al termi-nar la Oración Colecta, se invita a los fieles a permane-cer de pie con la monición especial de entronización).

    MONICIÓN

    Hermanos, entronizamos en nuestro Templo la Sagrada Escritura porque queremos hacer nuestra la Palabra de Dios y para celebrarla, sobre todo, en la Eucaristía, a fin de que sea para nosotros Luz y Vida en el nuevo milenio. Permaneciendo de pie, ha-gamos este breve rito de entronización y comencé-moslo con nuestro canto: «Tu Palabra me da vida».

    (Mientras se canta, avanzan en procesión por la nave central el incensario, dos ciriales y un ministro llevando en alto la Biblia; se detienen antes de subir al presbiterio, mien-tras el sacerdote y el pueblo hacen el primer responso).

    8. CELEBRAR LA PALABRA

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    PRIMER RESPONSO

    SAC: «El Espíritu del Señor está sobre mí por-que me ha ungido…»

    TODOS: «…y me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres».

    SAC: «En el principio existía la Palabra y la Pala-bra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Y la Pala-bra se hizo carme…»

    TODOS: «…y habitó entre nosotros y hemos visto su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad».

    (El ministro sube al presbiterio y entrega la Biblia al sacerdote, el cual la toma y la presenta al pueblo, mien-tras se dice el segundo responso).

    SEGUNDO RESPONSO

    SAC: Aquí está la Biblia, el Libro Santo desde el cual Dios nos habla.

    TODOS: Gracias, Señor, por tu Palabra que nos salva.

    SAC: «Lleguen nuestras súplicas hasta Ti, en tu Santo Nombre confiamos».

    TODOS: «Dichosos los que cumplen tu Palabra y la que buscan de todo corazón».

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    SAC: «Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio y en tu Palabra espero».

    TODOS: «No, no me olvido, Señor, de tus man-damientos».

    (Al terminar el segundo responso, el sacerdote colo-ca la Biblia en el lugar especial preparado para la Sagrada Escritura, distinto del ambón y se inciensa la Sagrada Es-critura, junto a ella se colocan los cirios. Mientras tanto el monitor invita a la asamblea a rezar el tercer responso).

    TERCER RESPONSO

    MONITOR: Hermanos, mientras el sacerdote entroniza la Biblia en nuestro Templo, reverencie-mos nosotros a la Palabra de Dios, diciendo juntos con devoción y fe:

    TODOS: Creemos en la Palabra de Dios. Amamos la Palabra de Dios. Buscamos la Palabra de Dios. Vivimos la Palabra de Dios. Proclamamos la Palabra de Dios.

    (Concluye con esto el rito de Entronización y conti-núa la Liturgia de la Palabra).

    Pbro. Benito Rivera

    Diócesis de Matamoros

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    9. DEJARSE ALIMENTAR

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    Todos: Ven, Señor, en ayuda de tu comunidad, y a cuantos hemos recibido el don de la fe concé-denos tener parte en la herencia eterna de tu Hijo resucitado, que vive y reina.

    MOTIVACIÓN Y PROCESIÓN DE LA BIBLIA

    Estando todos reunidos, en silencio y dispues-tos a comenzar el encuentro, nos disponemos a iniciar la procesión de entrada de la Biblia, se su-giere:

    (La Biblia es introducida solemnemente por algún miembro, llevándola en alto, pueden acompañar 2 per-sonas más con velas)

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    (Otra posibilidad: la Biblia abierta va pasando de mano en mano. Cada uno la recibe con veneración y le da un beso).

    CANTO DE ENTRADA

    «Tu Palabra me da vida…» (Todos)

    GUÍA: Reunidos hoy para escuchar y meditar la Palabra de Dios, queremos en este encuentro, dar gracias a Dios y reconocer en ella el instrumento privilegiado para el encuentro con Jesucristo que nos renueva cada día.

    ORACIÓN

    Señor Jesús, venimos a tu encuentro y reco-nocemos que tenemos hambre y sed de Ti. Te pe-dimos que avives en nuestro interior el deseo de estar en comunión contigo para que en todo lo que hagamos busquemos siempre tu rostro.

    Ven, Señor, en ayuda de tu comunidad, y a cuantos hemos recibido el don de la fe concédenos tener parte en la herencia eterna de tu Hijo resuci-tado, que vive y reina.

    (Se coloca la Biblia en el lugar de preferencia prepa-rado para ella)

    LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO

    GUÍA: Escuchemos con atención.

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    Del Evangelio de San Juan (Jn 6, 35-40)

    «Les dijo Jesús: Yo soy el pan de vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. Todo lo que me dé el Pa-dre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día.» Palabra del Señor.

    TODOS: Te alabamos Señor.

    REFLEXIONEMOS

    (Se hace una breve reflexión sobre el pasaje leído y escuchado)

    GUÍA: Yo soy el pan de vida. Entusiasmados con la perspectiva de tener el pan del cielo del que hablaba Jesús y que da vida para siempre (Jn 6, 33), la gente pide: «¡Señor, danos siempre de este pan!» (Jn 6, 34). Pensaban que Jesús estuviese hablando de un pan especial. Por esto de forma interesada piden: «¡Danos siempre de este pan!»

    La gente no se da cuenta de que Jesús no está hablando del pan material. Por eso, Jesús responde

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    claramente. «¡Yo soy el pan de vida! El que venga a mí no tendrá hambre y el que venga a mí no tendrá sed». Comer el pan del cielo es lo mismo que creer en Jesús. Es creer que Él vino del cielo como revela-ción del Padre. Es aceptar el camino que Él enseñó. Cuando participamos del Pan, el Cuerpo y la Sangre de Jesús nos estamos anticipando a nuestra propia resurrección, por eso basta con creer; si creemos, nos dice Jesús ya estamos presagiando, ya estamos hoy mismo saboreando el gusto de la vida eterna.

    Pero la gente, a pesar de estar viendo a Jesús, no cree en Él. Jesús percibe la falta de fe y dice: «Porque esta es la voluntad de mi Padre: “que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo lo resucite el último día”». Este es el alimen-to que el pueblo debe buscar: hacer la voluntad del Padre del cielo. Es éste el pan que sustenta la vida de las personas y les da dirección.

    ACLAMACIONES

    GUÍA: Pidamos al Señor, siempre atento a nuestras necesidades, las siguientes intenciones y al final de cada una de ellas respondemos: «Jesús es el pan que sustenta la vida de las personas y les da rumbo».

    LECTOR: Que la escucha de la Palabra, promue-va en nosotros un verdadero encuentro con el Se-ñor y reavive nuestra fe.

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    TODOS: «Jesús es el pan que sustenta la vida de las personas y les da rumbo».

    LECTOR: Señor ayúdanos a reconocer que tene-mos hambre del Pan verdadero que baja del Cielo.

    TODOS: «Jesús es el pan que sustenta la vida de las personas y les da rumbo».

    LECTOR: Que cada día Señor seas en nuestras vidas el Pan que sacia nuestra hambre y sed.

    TODOS: «Jesús es el pan que sustenta la vida de las personas y les da rumbo».

    LECTOR: Señor ayúdanos a meditar y profundi-zar, en la vivencia y testimonio de los sacramentos desde la identidad de nuestro sacerdocio bautismal.

    TODOS: «Jesús es el pan que sustenta la vida de las personas y les da rumbo».

    LECTOR: Que cada día cuando participamos del Pan, el Cuerpo y la Sangre de Jesús nos estamos anticipando a nuestra propia resurrección te reco-nozcamos como el «pan de vida bajado del cielo».

    TODOS: «Jesús es el pan que sustenta la vida de las personas y les da rumbo».

    (En silencio puedes ofrecer tus propias intenciones)

    GUÍA: Que el Señor nos de la gracia de saber es-cuchar su Palabra, meditarla, encarnarla en nuestra vida diaria y proclamarla como fuente de salvación para todos.

  • 60

    GUÍA: Agradecidos por el amor que el Señor nos brinda y convencidos de que Él es nuestra guía y sustento en la fe nos despedimos cantando y/o di-ciendo este soneto a manera de oración:

    Redondamente

    A Pascua sabe el Pan, a Pascua viva,un pan aún, apenas, masticado, y vivo ya, y ya resucitado.Aún bajo tierra y ya volando arriba.

    No hay nada que la muerte no revivay nada que, al nacer, no esté enterrado:el Pan ya está en la hoz, y en el bocadolatiendo está la espiga primitiva.

    Y Dios es Pan, y simultáneamenteel Pan ya es muerte y ya la muerte es vuelo;y el Pan, que es pan si lo miráis de frente.

    Es más que pan si levantáis el velo.Que carne y pan y muerte y tierra y cielojuegan al corro en Dios, redondamente.

    (Soneto José Luis Martínez)

    CANTO DE SALIDA

    Tu Palabra me da vida

    Pbro. Lic. Frodi García Ovando

    Diócesis de Tabasco

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    10. LA PALABRA NOS CONGREGA

    Preparar los siguientes signos:

    Biblia (Se puede hacer la Biblia de un tamaño gran-de para que todos la puedan ver y será llevada por dos personas).

    Tres cirios (Tres personas portarán los cirios uno al frente y dos a cada lado de la Biblia y la comunidad caminará detrás de ellos).

    Preparar el lugar a donde llega la procesión:

    Una mesa con un mantel.

    Un pequeño arreglo floral.

    Un atril para colocar la Biblia o un lugar donde colocar la Biblia grande que se confeccionó y el es-pacio para colocar los cirios.

    Hacer 6 carteles con citas bíblicas alusivas a la Palabra y ubicarlos en diferentes lugares del Tem-

  • 62

    plo o área donde tendrá lugar la entronización. También estos carteles con letra grande pueden ser portados por personas que caminarán detrás de la Biblia y los cirios.

    Sugerimos algunas citas bíblicas que se pueden usar:

    1. «La Palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la pongas en práctica» (Dt 30, 14).

    2. «Tu Palabra es antorcha para mis pasos, luz en mi camino» (Sal 119, 105).

    3. «La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece firme para siempre» (Is 40, 8).

    4. «El Señor extendió la mano, me tocó los la-bios y me dijo: Yo pongo mis Palabras en tu boca» (Jr 1, 9).

    5. «El cielo y la tierra pasarán, más mis palabras no pasarán» (Mt 24, 35).

    6. «He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 38).

    7. «La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo ser humano» (Jn 1, 9).

    8. «Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros» (Jn 1, 14).

  • 63

    9. «Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderos discípulos» (Jn 8, 31).

    10. «Las palabras que les he dicho son espíritu y son vida» (Jn 6, 63).

    11. «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna» (Jn 6, 68).

    12. «Si alguno me ama, guardará mi Palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada» (Jn 14, 23).

    13. «Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, convence, reprende y anima, enseñan-do con toda paciencia» (2Tim 4, 2).

    14. «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos» (Heb 4, 12).

    INICIO DE LA PROCESIÓN

    SALUDO

    ANIMADOR: Estamos reunidos en torno a la Pa-labra, como peregrinos que buscamos y seguimos los signos y señales que nos llevan al encuentro del Señor. Caminamos para llevar la Palabra de Vida a quienes se sienten cansados y fatigados, llevamos en el corazón el fuego de la Palabra para compartir-la. La Biblia no es sólo un libro es Jesús mismo que camina a nuestro lado y da sentido a nuestra vida.

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    SIGNOS (La Palabra y la luz).

    (Las personas tomarán la Biblia y los cirios, que le-vantarán frente a la comunidad en la medida que sean presentados por el animador, se irán colocando en su lugar para dar inicio a la procesión).

    (El portador la levantará en alto durante toda la procesión).

    ANIMADOR: Aquí está la Palabra.

    TODOS: Que la amemos, aprendamos a escu-charla, estudiar, orar y testimoniar la Palabra con nuestra vida.

    ANIMADOR: Aquí está la luz.

    TODOS: Que ella sea antorcha para nuestros pasos e ilumine nuestro camino.

    ANIMADOR: Aquí está el Pueblo de Dios.

    TODOS: Que escucha y pone en práctica sus preceptos.

    PROCESIÓN

    (Las personas con la Biblia y los cirios, irán al fren-te de la procesión, la comunidad detrás, entonando un canto. Después del canto se dirán en voz alta tres de las citas bíblicas en forma pausada, dejando un espacio entre una y otra y luego se volverá a entonar el canto).

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    ANIMADOR: Comencemos nuestro camino, con paso firme. Que la Palabra de Dios, hecha car-ne en Jesús, habite en nuestro corazón, para que sea luz y fortaleza en nuestro camino.

    TODOS: Que Dios Padre acompañe nuestros pasos, guiados por el anuncio de su Palabra.

    CANTO:

    Tu Palabra me da vida o Somos un pueblo que camina.

    PRESENTACIÓN DE LA PALABRA

    (Terminada la procesión, los signos son puestos en una mesa dispuesta para la ocasión. Después de esto continúa la celebración).

    ANIMADOR: Señor hoy que nos hemos reunido en torno a tu Palabra te pedimos que haga su mo-rada en nosotros y sepamos valorar el gran tesoro que has puesto en nuestras manos, que seamos capaces de llevarla, anunciarla y proclamarla por el mundo para transformar corazones en el encuen-tro personal con Cristo. Haznos capaces de ser fie-les testigos de tu Palabra.

    TODOS: Que la Palabra nos haga crecer como pueblo de Dios. Esta Palabra «está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que la cumplas» (Dt 30, 14).

  • 66

    ANIMADOR:

    En la puerta del jardín por Juan Damasceno:

    «"Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para instruir en justicia" (2Tim 3, 16) Por tanto, el alma adquiere gran ventaja de la lectura de la Bi-blia.

    "Como un árbol plantado junto a corrientes de aguas", (Sal 1, 3), el alma está irrigada por la Biblia y adquiere vigor, produce fruta sabrosa, es decir, la verdadera fe, y se embellece con un millar de hojas verdes, es decir, acciones que agradan a Dios. La Biblia, de hecho, nos lleva hacia la santidad pura y acciones sagradas. En ella encontramos el estímulo a todas las virtudes y la advertencia de huir del mal.

    La Biblia es un jardín perfumado, agradable, hermoso. Le encanta a los oídos, con cantos de pájaros en una armonía dulce, divina y espiritual, que toca nuestro corazón, nos consuela en el do-lor, nos alivia en un momento de ira, y nos llena de gozo eterno. Vamos a tocar a su puerta con diligen-cia y con perseverancia. No nos desanimemos de llamar. Se abrirá la cerradura. Si hemos leído una página de la Biblia dos o tres veces y no hemos en-tendido, no debemos estar cansados de volver a leerlo y meditar en ella. Busquemos en la fuente de este jardín "fuente de agua que salta hasta la vida eterna" (Jn 4, 14). Vamos a saborear una alegría que no se secará nunca, porque la gracia del jardín Biblia es inagotable».

  • 67

    LECTURA Y REFLEXIÓN

    ANIMADOR: Escuchemos de la 2da. Carta del apóstol san Pablo a Timoteo (2Tim 3, 10-11. 14-17).

    ANIMADOR: Hacemos un momento de re-flexión en silencio, repasemos las palabras que he-mos escuchado dejando que penetren en nuestro corazón.

    ANIMADOR: «Lleguen nuestras súplicas hasta ti en tu Santo Nombre confiamos».

    TODOS: «Dichosos los que cumplen tu Palabra y la buscan de todo corazón».

    ANIMADOR: «Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio y en tu Palabra espero».

    TODOS: «No, no me olvido, Señor, de tus man-damientos».

    TODOS: Padre nuestro que estás en el cielo…

    ORACIÓN FINAL

    Señor, Padre de Jesús y Padre nuestro, que nos amas, y por eso nos hablas para llevarnos a la sal-vación. Te agradecemos por habernos enviado a Jesucristo, tu Hijo amado. Él es tu Palabra viva, que nos revela tu rostro del Padre misericordioso. Da-nos tu Espíritu, para que aprendamos a escucharte y tengamos la valentía de seguirlo con un corazón

  • 68

    sencillo y generoso, para que tu Palabra pueda dar fruto en nuestra vida y nosotros podamos anun-ciar y continuar tu Reino entre nuestros hermanos. Amén.

    BENDICIÓN FINAL

    (Si se encuentra un sacerdote o diacono se puede dar una bendición final).

    Se puede entonar un canto para cerrar la en-tronización.

    Animación Bíblica de la Pastoral,

    Arquidiócesis de Hermosillo

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    11. ALABANZA AL DIOS QUE NOS HABLA EN SU PALABRA

    INVITACIÓN A ALABAR A NUESTRO DIOS Sal 136, 1-3

    MONICIÓN:

    En este momento vamos a reconocer a nuestro Señor como el único Dios, así lo hace el pueblo de Israel en el Shema’; también lo con-fesaremos como el Santo, el Altísimo y Rey de Reyes, el cual merece toda alabanza de parte de sus pequeños hijos. Este es el Dios que nos ha mostrado Jesús y que está presente en su Palabra.

    Se canta o reza a dos coros el salmo para-fraseado.

  • 70

    CONTAR LAS OBRAS QUE REALIZÓ Sal 136, 4-9

    MONICIÓN: Las maravillas de la creación han sido dignas de admiración a lo largo de la historia. Siempre brota del corazón humano un espontáneo

  • 71

    reconocimiento al Creador por la maravillosa bóve-da celeste con su sol, luna y estrellas; lo mismo pasa al contemplar la tierra con sus bellezas y bondades; qué decir de la inmensidad que refleja el agua, sea en el mar como en la lluvia, no hay más que recono-cer a Dios en la majestuosidad de su creación.

    (En este momento se avanza con la Biblia y dos cirios)

    Mientras se entona el canto «Tu palabra me da vida».

    (Se coloca la Biblia en su trono y se hace la siguien-te oración a dos coros)

    ORACIÓN A LA PALABRA

    (Card. Carlo M. Martini)

    Señor, te damos gracias porque nos congregas todavía una vez más en tu presencia, nos reúnes en tu nombre.

    Señor, tú nos pones frente a tu Palabra, la que inspiraste a tus profetas: haz que nos acerquemos a esta Palabra con reverencia, con atención, con humildad; haz que no la despreciemos, sino que la acojamos en todo lo que nos dice.

    Sabemos que nuestro corazón está cerrado a menudo, incapaz de comprender la sencillez de tu Palabra.

  • 72

    Envíanos tu Espíritu para que podamos acoger-la con verdad, con sencillez; para que ella transfor-me nuestra vida.

    Haz, Señor, que no te resistamos, que tu Pala-bra penetre en nosotros como espada de dos filos; que nuestro corazón esté abierto y que nuestra mano no resista; que nuestro ojo no se cierre, que nuestro oído no se vuelva hacia otra parte, sino que nos dediquemos totalmente a esta escucha.

    Te lo pedimos, Padre, en unión con María por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

    DIOS EN LA HISTORIA DE ISRAEL Sal 136, 10-22

    MONICIÓN: Ahora recemos con el pueblo de la Biblia la admirable síntesis de su historia, pues ellos siempre cantaban las grandes acciones milagrosas que Dios hacía a su favor: las plagas, el paso por el mar, los portentos del desierto, los reyes podero-sos vencidos, la entrada y posesión de la tierra.

    Se canta el Sal 136, 10-22

    GUÍA: El hirió a Egipto en sus primogénitos. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: Y sacó a Israel de aquel país. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: Con mano poderosa, con brazo extendido. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

  • 73

    GUÍA: Él dividió en dos partes el mar Rojo. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: Y condujo por en medio a Israel. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: Arrojó en el mar Rojo al Faraón. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: Les dio su tierra en heredad. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: Y a Hog, rey de Basán. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: Guió por el desierto a su pueblo. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: Él hirió a reyes famosos. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: Dio muerte a reyes poderosos. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: A Sijón, rey de los amorreos. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: En heredad a Israel, su siervo. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

  • 74

    DEMOS GRACIAS AL SEÑOR POR TODOS LOS BENEFICIOS QUE HEMOS RECIBIDO

    (Sal 136, 23-26)

    MONICIÓN: La recapitulación que hace el au-tor en los versículos 23 al 26, puede dar pie para se-guir enunciando las múltiples intervenciones que ha tenido Dios con el nuevo pueblo.

    (Se rezan las siguientes preces de manera res-ponsorial)

    GUÍA: Dios nos habla en su Palabra. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: El Padre nos envió al Verbo. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: El Espíritu nos hace entender la Escritura. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: El Padre se revela en su Palabra. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: Dios sale al encuentro del hombre en su Palabra.

    TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: El Verbo es camino, verdad y vida. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

    GUÍA: La Palabra es viva y eficaz. TODOS: Porque es eterna su misericordia.

  • 75

    GUÍA: Dios nos sigue alimentando con su Palabra. TODOS: porque es eterna su misericordia.

    ORACIÓN FINAL

    Señor, lámpara es tu palabra para mis pasos, una luz en mi sendero.

    Dios bueno, dame la gracia de recibir, disfrutar y practicar tu Palabra; que ella sea fuente de vida para mí y los que me rodean.

    Señor, quiero vivir, según tu ley y tus manda-tos. Amén.

    Se concluye con el canto: «Sois la semilla»

    María del Socorro Becerra Molina, HMSP

  • 76

    GUÍA: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

    TODOS: Amén.

    GUÍA: La Palabra de Dios, que es la Biblia, va a adquirir desde este momento un lugar preferente entre nosotros. Queremos expresar así nuestra fe ante este misterio sublime de la Palabra de Dios en la persona de Jesucristo, voz personal del Padre, que nos habla constantemente y nos renueva con la vida cristiana.

    Nuestros obispos reunidos en Aparecida-Brasil nos recuerdan que nuestra fe debe apoyarse cada vez más en la Palabra de Dios, a fin de que en ella podamos descubrir el rostro fascinante de Jesús nuestro Señor.

    Dispongamos nuestro corazón abierto como el de los discípulos que escuchaban la Palabra de

    12. LA PALABRA NOS HACE DISCÍPULOS

  • 77

    labios de Jesús, atentos a sus enseñanzas para que dispuestos a ser tierra buena la hagamos germinar en nuestro corazón y demos frutos abundantes.

    (NOTA: En este momento la Biblia es introducida solemnemente por diversos miembros. El grupo avanza procesionalmente mientras los demás cantamos: La Bi-blia es llevada en alto, acompañada del cirio y se coloca hasta el lugar de la meditación).

    CANTO

    Tu Palabra me da vida

    ORACIÓN

    TODOS: Dios nuestro, Padre bondadoso que nos amas con infinita misericordia, envíanos tu Es-píritu Santo, para que nos ayude a leer, meditar y escuchar tu Sagrada Escritura desde el corazón, atentos al mensaje que nos quieres comunicar.

    Crea en nosotros el silencio para escuchar su voz en la creación y en las Escrituras, en los acon-tecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Así seremos tus discí-pulos y misioneros, y podremos testimoniar que Jesús está vivo y presente en medio de nosotros como fuente de amor, de vida y de esperanza para el mundo. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Se-ñor. Amén.

  • 78

    GUÍA: Escuchamos a San Pablo en la 2da carta a Timoteo (2Tim 3, 10-11a. 14-17)

    «Tú en cambio, has seguido mi enseñanza, mi modo de proceder, mis proyectos, mi fe, paciencia, amor y perseverancia; mis persecuciones y sufri-mientos. Tú permanece fiel a lo que aprendiste y aceptaste con fe: sabe de quien lo aprendiste. Re-cuerda que desde niño conoces la Sagrada Escri-tura, que puede darte sabiduría para salvarte por la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura en inspirada y útil para enseñar, argumentar, encaminar e instruir en la justicia. Con lo cual el hombre de Dios estará formado y capacitado para toda clase de buenas obras». Palabra de Dios.

    La primera parte es marcada por los falsos maestros que en ese tiempo buscaban el protago-nismo de sus puestos, Pablo pasa ahora a recordar a Timoteo su propio ejemplo. Por supuesto, no se trata de un acto de vanidad por parte del apóstol, sino que su propósito era animar a Timoteo, mos-trándole cómo a pesar de los grandes obstáculos que había encontrado en su ministerio, sin embar-go, el Señor lo había librado de todos ellos.

    Con frecuencia se da demasiada importancia a la formación intelectual, sin proveer modelos vivos y cercanos de lo que es un siervo de Dios en acción. Sobre este modelo de formación, hay que decir que fue el mismo que también el Señor Jesucristo usó con sus discípulos.

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    En la segunda parte Pablo va a explicar que el recurso principal para poder resistir los días malos que se avecinaban, sería continuando siendo fieles a la Palabra de Dios: «Pero persiste tú en lo que has aprendido y aceptaste con fe». La Palabra es la ver-dad que puede limitar el avance del error, es la luz que hace desaparecer las tinieblas.

    La influencia espiritual que Timoteo había reci-bido durante su infancia en ese ambiente familiar, dejó en él una huella permanente, tal como afirma el proverbio: «instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él» (Pr 22, 6). La familia es el punto de partida para la educación en la fe y la influencia pastoral complementará la vida del ser humano en la vida de Dios.

    Estos versículos constituyen una de las porcio-nes más conocidas de la Biblia, y con razón, pues nos suministran la declaración más explícita de la inspiración divina de todas las Escrituras. Conside-rando los grandes beneficios que la Palabra de Dios tiene para la salvación y santificación de las perso-nas, deberíamos comprometernos totalmente con su predicación y enseñanza. Este era el propósito fundamental de Pablo cuando escribía esto a Timo-teo; quería que fuera fiel a las Escrituras, basando su ministerio en ellas, fortaleciendo el pueblo de Dios por medio de ellas.

    GUÍA: Pidamos al Señor, siempre atentos a nuestras necesidades, las siguientes intenciones y

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    al final de cada una de ellas respondemos: Ayúda-nos Señor a saber escucharte y tener fe en ti.

    LECTOR: Que la escucha de la Palabra, promue-va en nosotros un verdadero encuentro con el Se-ñor y reavive nuestra fe.

    TODOS: Ayúdanos Señor a saber escucharte y tener fe en ti.

    LECTOR: Que, al meditar los textos bíblicos, nos permitan reflexionar sobre las circunstancias actuales de nuestras vidas y de los que nos rodean.

    TODOS: Ayúdanos Señor a saber escucharte y tener fe en ti.

    LECTOR: Que, en la Palabra de Dios encontre-mos la confianza en Él ante las pruebas que nos presenta la vida.

    TODOS: Ayúdanos Señor a saber escucharte y tener fe en ti.

    LECTOR: Que siempre estemos dispuestos a hacer conocer la Palabra de Dios y así colaborar en promover la fe en aquellos que encontremos en el camino.

    TODOS: Ayúdanos Señor a saber escucharte y tener fe en ti.

    GUÍA: Que el Señor nos de la gracia de saber es-cuchar su Palabra, meditarla, encarnarla en nuestra

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    vida diaria y proclamarla como fuente de salvación para todos. Juntos recemos la oración de los hijos de Dios: Padre nuestro…

    ORACIÓN

    GUÍA: Señor y Dios nuestro, que nos llamas al seguimiento de tu único Hijo, Jesucristo, y nos invi-tas a trabajar por tu Reino, atiende nuestras súpli-cas y haznos cada día mejores participantes en la comunidad, humanos y solidarios, para que poda-mos responder con amor al amor que nos has dado y ofrezcamos los frutos abundantes de trabajo que hacemos en nombre de Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

    BENDICIÓN FINAL

    (El sacerdote toma la Biblia y levantándola dice:)

    Que Dios Padre bondadoso, fuente de la ver-dadera sabiduría, bendice nuestra comunidad, y nos siga alimentando con la Palabra que sale de su boca.

    TODOS: Alabado seas por siempre Señor.

    SAC.: Que el Evangelio de Jesús nuestro Señor, resuene siempre en esta comunidad, irradiando luz y esperanza para todos.

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    TODOS: Alabado seas por siempre Señor.

    SAC.: Que el Espíritu Santo, Maestro y Amigo interior, nos enseñe a leer y a orar la Palabra que palpita en las Escrituras Santas.

    TODOS: Alabado seas por siempre Señor.

    SAC.: Y que la bendición de Dios Todopoderoso Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda y permanez-ca en cada uno de nosotros (+)

    TODOS: Amén.

    P. Jesús Vázquez Arana

    Arquidiócesis de Puebla

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    CANTOS PARA LA ENTRONIZACIÓN

    A. TU PALABRA ME DA VIDA

    TU PALABRA ME DA VIDA,CONFÍO EN TI, SEÑOR.TU PALABRA ES ETERNA,EN ELLA ESPERARÉ.

    Dichoso el que con vida intachable,Camina en la ley del Señor.Dichoso el que guardando sus preceptos,lo busca de todo corazón.

    ESTRIBILLO

    Postrada en el polvo está mi alma,Devuélveme la vida tu Palabra;mi alma está llena de tristezas,consuélame, Señor, con tus promesas.

    ESTRIBILLO

    Escogí el camino verdaderoy he tenido presentes tus decretoscorreré por el camino del Señorcuando me hayas ensanchado el corazón.

    ESTRIBILLO

  • 84

    Repleta está la tierra de tu graciaenséñame Señor tus decretosmi herencia son tus mandamientosde alegría nuestro corazón.

    ESTRIBILLO

    B. ESCUCHAR TU PALABRA

    Escuchar tu Palabra, es inicio de fe en ti, Señor.Meditar tu Palabra, es captar tu mensaje de amor.Proclamar tu Palabra, Señor, es estar embebido de ti.Proclamar tu Palabra, Señor, es ya dar testimonio de ti mi Dios (2).

    C. SOIS LA SEMILLA

    Sois la semilla que ha de crecersois la estrella que ha de brillarsois levadura, sois grano de salantorcha que ha de alumbrar.

    Sois la mañana que vuelve a nacer,sois espiga que empieza a granarsois aguijón y caricia a la veztestigos que voy a enviar.

    ID, AMIGOS, POR EL MUNDO, ANUNCIANDO EL AMOR

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    MENSAJEROS DE LA VIDA, DE LA PAZ Y EL PERDÓNSED, AMIGOS, LOS TESTIGOS DE MI RESURRECCIÓNID LLEVANDO MI PRESENCIA. ¡CON VOSOTROS ESTOY!

    Sois una llama que ha de encenderresplandores de fe y caridadsois los pastores que han de guiaral mundo por sendas de paz.

    Sois los amigos que quise escogersois palabra que intento gritarsois reino nuevo que empieza a engendrarjusticia, amor y verdad.

    ESTRIBILLO

    Sois fuego y savia que viene a traersois la ola que agita la marla levadura pequeña de ayerfermenta la masa del pan.

    Una ciudad no se puede esconderni los montes se han de ocultaren vuestras obras que buscan el bienlos hombres al padre verán.

    ESTRIBILLO

  • 86

    ÍNDICE

    El domingo de la Palabra de Dios(III del tiempo ordinario) .......................................

    Introducción ............................................................

    1. Ser testigos ...........................................................2. Dejarse iluminar ...................................................3. Vivir en caridad .....................................................4. Dejarse guiar ........................................................5. La luz de las familias ............................................6. Aumenta nuestra fe ............................................7. Dejarse enseñar ...................................................8. Celebrar la Palabra ..............................................9. Dejarse alimentar ................................................10. La Palabra nos congrega ...................................11. Alabanza al Dios que nos habla en su Palabra ........................................................12. La Palabra nos hace discípulos ..........................

    Cantos para la entronización ..................................

    3

    8

    9152129333946525561

    6976

    83