Entrevista: Elza Soares

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ñ .34 escenarios DIEGO MANSO A quí está Elza Soares, cantan- te brasileña, dueña como pocas del zarandeado rótu- lo de “mito viviente”. De paso por Buenos Aires, donde vino para par- ticipar del ciclo MUBA, que sigue hasta el 2 de diciembre en el ND Ateneo (programación en www. muba.tv), demostró, una vez más, que su prodigio vocal y escénico carece de parangón en la música popular del mundo. Su repertorio, que pasa por todas las variantes del samba hasta el hip hop y el rap, lo- gró una concentración impar en su eclecticismo, sobre todo a partir de uno de sus discos más recientes, Do cóccix até o pescoço (2002, ya considerado como uno de los tra- bajos centrales de toda la historia de la MPB), que transita desde can- ciones de Caetano Veloso (con él ya había grabado “Lingua”, punto alto del álbum Velô) y Chico Buar- que, hasta composiciones de Zé Miguel Wisnik y Cole Porter. De todas formas, su performance en directo siempre será más cercana a una jam que a la interpretación pausada, a veces hasta demasiado solemne, que propone el mercadeo de la world music. La vida de Elza, sobre la que se han escrito libros y hasta filmado una película –pro- tagonizada por Taís Araújo, la de “Mi voz es algo del alma” De paso por Buenos Aires, la mitológica cantante brasileña habló en exclusiva con Ñ sobre su trayectoria, que inició de la mano de Astor Piazzolla. Habla de sus dolores, de sus próximos proyectos y recuerda sus encuentros con Louis Armstrong y Ella Fitzgerald. Entrevista Elza Soares Xica da Silva– es digna de un cu- lebrón heavy metal que sólo nos alcanza para resumir en pocas líneas: casada a los 12 años, viu- da doce años después (o antes o después; Elza se contradecirá con las fechas durante la entrevista), cuando ya era madre de cuatro críos; vuelta a casar con el crack de fútbol Garrincha, recluida tras la muerte de un hijo y, más tarde, retornada al ruedo tras una tem- porada infernal. ¿Cuándo fue la última vez que cantaste a Buenos Aires? Hará cuatro años, cuando vine a recibir la llave de la Ciudad. ¿Y cúando fue la primera vez que estuviste aquí? Yo empecé a cantar acá, a fines de los 50. Había un ballet, el de la señora Mercedes Batista, que venía para Buenos Aires y que me eligió para cantar en su espectáculo... ¿En Brasil ya cantabas? Sí, claro, pero no como gran pro- fesional. Yo me hice profesional acá, en Buenos Aires... ¿Y ahí fue cuando cantaste con Piazzolla? Yo primero canté aquí con..., ¿cómo se llama ese muchacho que después quería ser candidato a presidente? Era un cantante tipo jovem guarda que hacía iê-iê-iê, co- mo Roberto Carlos en Brasil... ¿Palito Ortega? Ese. Ahora yo no sé cómo está... Volvió a cantar, si puede lla- marse así lo que hace... Mejor ahora, Palito, de todas maneras. Es mejor eso antes que político... Yo cantaba en la boîte King Club y una noche me invita- ron a cantar a otra, donde me dije- ron que trabajaba un gran músico que se llamaba Astor Piazzolla, te EFE/MARCELO SAYAO Elza Soares al frente de la escola do samba Mocidade Independente, en Río de Janeiro, el último febrero.

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De paso por Buenos Aires, la mitológica cantante brasileña habló con Ñ sobre su trayectoria, sus dolores y sus próximos proyectos.

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ñ.34 escenarios

Diego manso

Aquí está Elza Soares, cantan-te brasileña, dueña como pocas del zarandeado rótu-

lo de “mito viviente”. De paso por Buenos Aires, donde vino para par-ticipar del ciclo MUBA, que sigue hasta el 2 de diciembre en el ND Ateneo (programación en www.muba.tv), demostró, una vez más, que su prodigio vocal y escénico carece de parangón en la música popular del mundo. Su repertorio, que pasa por todas las variantes del samba hasta el hip hop y el rap, lo-gró una concentración impar en su eclecticismo, sobre todo a partir de uno de sus discos más recientes,

Do cóccix até o pescoço (2002, ya considerado como uno de los tra-bajos centrales de toda la historia de la MPB), que transita desde can-ciones de Caetano Veloso (con él ya había grabado “Lingua”, punto alto del álbum Velô) y Chico Buar-que, hasta composiciones de Zé Miguel Wisnik y Cole Porter. De todas formas, su performance en directo siempre será más cercana a una jam que a la interpretación pausada, a veces hasta demasiado solemne, que propone el mercadeo de la world music. La vida de Elza, sobre la que se han escrito libros y hasta filmado una película –pro-tagonizada por Taís Araújo, la de

“Mi voz es algo del alma”De paso por Buenos Aires, la mitológica cantante brasileña habló en exclusiva con Ñ sobre su trayectoria, que inició de la mano de Astor Piazzolla. Habla de sus dolores, de sus próximos proyectos y recuerda sus encuentros con Louis Armstrong y Ella Fitzgerald.

entrevista elza soares

Xica da Silva– es digna de un cu-lebrón heavy metal que sólo nos alcanza para resumir en pocas líneas: casada a los 12 años, viu-da doce años después (o antes o después; Elza se contradecirá con las fechas durante la entrevista), cuando ya era madre de cuatro críos; vuelta a casar con el crack de fútbol Garrincha, recluida tras la muerte de un hijo y, más tarde, retornada al ruedo tras una tem-porada infernal.

¿Cuándo fue la última vez que cantaste a Buenos Aires?

Hará cuatro años, cuando vine a recibir la llave de la Ciudad.

¿Y cúando fue la primera vez

que estuviste aquí?Yo empecé a cantar acá, a fines

de los 50. Había un ballet, el de la señora Mercedes Batista, que venía para Buenos Aires y que me eligió para cantar en su espectáculo...

¿En Brasil ya cantabas?Sí, claro, pero no como gran pro-

fesional. Yo me hice profesional acá, en Buenos Aires...

¿Y ahí fue cuando cantaste con

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Piazzolla?Yo primero canté aquí con...,

¿cómo se llama ese muchacho que después quería ser candidato a presidente? Era un cantante tipo jovem guarda que hacía iê-iê-iê, co-mo Roberto Carlos en Brasil...

¿Palito Ortega?Ese. Ahora yo no sé cómo está...Volvió a cantar, si puede lla-

marse así lo que hace...Mejor ahora, Palito, de todas

maneras. Es mejor eso antes que político... Yo cantaba en la boîte King Club y una noche me invita-ron a cantar a otra, donde me dije-ron que trabajaba un gran músico que se llamaba Astor Piazzolla, te

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efe/marcelo sayao

Elza Soares al frente de la escola do samba mocidade Independente, en río de Janeiro, el último febrero.