Entrega 7a Herbario

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Encuantra Hoy: - 2 hojas coleccionables. Entrega 7/12 de las páginas informativas que complementan al Herbario de Mi Tierra. Apoyo y Aval: Patrocinan: Recortar y coleccionar Textos: Carolina Robles ÁRBOLES Y ARQUITECTURA El que a buen árbol se arrima… El hombre primitivo buscaba refugios para protegerse de la inclemencia del clima y de los animales del bosque: una cueva, una caverna, sirvieron para este propósito, también los ár- boles o sus raíces sirvieron como habitaciones o resguardos. Luego la madera producida por los árboles, se convirtió en el material esencial para la construcción de chozas, cabañas, casas y edificaciones de varias plantas, debido a que resultó ser un material de fácil adquisición, útil como soporte es- tructural, duradero y aislante térmico. En la actualidad, la madera continúa siendo importante en la arquitectura urbana y rural: se reporta, por ejemplo, que alrededor del 80 % de las viviendas que se construyen en países como Finlan- dia, Suecia, Austria, Estados Unidos y Australia, se construyen principalmente con este material. ¿Por qué la madera es un material útil para la construcción? La madera en los árboles cumple dos funciones básicas, por un lado, da sostenimiento a la planta, evitando el quebrantamiento o volcamiento por su propio peso o por los fuertes vientos a los que se encuen- tran expuestos; y por otra parte, permitir el transporte de sustancias a través de los sistemas vasculares conocidos como xilema y floema. Estas funciones son satisfechas gracias a las propiedades de flexibilidad, dureza y rigidez con las que cuenta la madera, dadas por la interacción de compuestos químicos, tales como celulosa, hemicelulosa y lignina, y a la manera en que estos elementos se disponen en el tejido leñoso. Estas mismas propiedades biológicas son también aprovechadas y útiles en la construcción de edificaciones o para la fabricación de elementos estructurales como vigas, columnas, techos, paredes y escaleras. En zo- nas con mucha actividad sísmica, por ejemplo, la madera tiene un buen comportamiento, ya que su flexibilidad la hace menos vulnerable a los temblores o terremotos. Las maderas se han clasificado en maderas duras y maderas blandas. Las primeras, son más densas y soportan mejor las inclemencias del medio ambiente. Por ello se usan en la elaboración de muebles y vigas de edi- ficaciones o estructuras como puentes. Como ejemplos de ellas tenemos la de nazareno (Peltogyne paniculata), bálsamo (Myroxylon balsamum), yumbé (Caryodaphnopsis cogolloi), roble (Quercus humboldtii) y la de Abarco (Cariniana pyriformis). Las maderas blandas son aquellas fáciles de trabajar, como la del balso (Ochroma pyramidale), o la de los pinos (Pinus spp.); se utilizan en la elaboración de cajas de embalaje, tableros, artesanías y mobiliarios livianos. Existen numerosos tratamientos que dan mayor durabilidad a la madera, dado que puede ser atacada por hongos e insectos, el fuego, la humedad o la intensidad lumínica. Es importante por lo tanto, al iniciar cualquier proyecto arquitectónico en el que se incluyan maderas, tener un buen conocimiento de sus características y escoger las especies adecuadas según el uso requerido y el ambiente en el que estarán expuestas. Hay elementos naturales, como los árboles, que causan admiración y llevan a que el hombre los contemple por su belleza y majestuosidad. También han servido como resguardo, y ahora, ante la enorme brecha que crece entre el mundo natural y el urbanismo, proveen a las obras arquitectónicas de estética y ayudan a crear un vínculo entre la naturaleza y su transforma- ción por el hombre. Este árbol de baobab o árbol botella (Adansonia digitata), que se estima de 1.500 años de edad y con un tronco ahuecado de 14 metros de circunferencia, sirvió de prisión en 1.890 para albergar reos aborígenes en la localidad de Derby, Australia. Otros árboles de esta misma especie, considerado árbol sagrado por varias culturas africanas y símbolo de Senegal, se han usado como tocadores, bodegas, restaurantes y estaciones de auto- buses albergando en su interior hasta 40 personas. En los Alpes suizos, en medio de la nieve y la inclemencia del clima, pueden aún observarse numerosas casas hechas de madera de hasta 200 años de antigüedad. En nuestro territorio, en zonas cafeteras se encuentran casas de guadua con más de 100 años de construidas. ¿La clave? Techos amplios que cubren la madera y la guadua de la humedad, materiales curados, restaurados y aislados del suelo. En Vancouver, Canadá, se aprecian habitaciones o pequeñas viviendas suspendidas en medio de los árboles, llamadas Free Spirit Spheres. Este proyecto consiste en tres esferas hechas de madera y fibra de vidrio que por su tamaño y forma tienen un mínimo impacto en la dinámica del bosque.

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Textos: Carolina Robles

ÁRBOLES Y ARQUITECTURA

El que a buen árbol se arrima…El hombre primitivo buscaba refugios para protegerse de la inclemencia del clima y de los animales del bosque: una cueva, una caverna, sirvieron para este propósito, también los ár-boles o sus raíces sirvieron como habitaciones o resguardos. Luego la madera producida por los árboles, se convirtió en el material esencial para la construcción de chozas, cabañas, casas y edificaciones de varias plantas, debido a que resultó ser un material de fácil adquisición, útil como soporte es-tructural, duradero y aislante térmico. En la actualidad, la madera continúa siendo importante en la arquitectura urbana y rural: se reporta, por ejemplo, que alrededor del 80 % de las viviendas que se construyen en países como Finlan-dia, Suecia, Austria, Estados Unidos y Australia, se construyen principalmente con este material.

¿Por qué la madera es un material útil para la construcción?La madera en los árboles cumple dos funciones básicas, por un lado, da sostenimiento a la planta, evitando el quebrantamiento o volcamiento por su propio peso o por los fuertes vientos a los que se encuen-tran expuestos; y por otra parte, permitir el transporte de sustancias a través de los sistemas vasculares conocidos como xilema y floema. Estas funciones son satisfechas gracias a las propiedades de flexibilidad, dureza y rigidez con las que cuenta la madera, dadas por la interacción de compuestos químicos, tales como celulosa, hemicelulosa y lignina, y a la manera en que estos elementos se disponen en el tejido leñoso. Estas mismas propiedades biológicas son también aprovechadas y útiles en la construcción de edificaciones o para la fabricación de elementos estructurales como vigas, columnas, techos, paredes y escaleras. En zo-nas con mucha actividad sísmica, por ejemplo, la madera tiene un buen comportamiento, ya que su flexibilidad la hace menos vulnerable a los temblores o terremotos.Las maderas se han clasificado en maderas duras y maderas blandas. Las primeras, son más densas y soportan mejor las inclemencias del medio ambiente. Por ello se usan en la elaboración de muebles y vigas de edi-ficaciones o estructuras como puentes. Como ejemplos de ellas tenemos la de nazareno (Peltogyne paniculata), bálsamo (Myroxylon balsamum), yumbé (Caryodaphnopsis cogolloi), roble (Quercus humboldtii) y la de Abarco (Cariniana pyriformis). Las maderas blandas son aquellas fáciles de trabajar, como la del balso (Ochroma pyramidale), o la de los pinos (Pinus spp.); se utilizan en la elaboración de cajas de embalaje, tableros, artesanías y mobiliarios livianos.Existen numerosos tratamientos que dan mayor durabilidad a la madera, dado que puede ser atacada por hongos e insectos, el fuego, la humedad o la intensidad lumínica. Es importante por lo tanto, al iniciar cualquier proyecto arquitectónico en el que se incluyan maderas, tener un buen conocimiento de sus características y escoger las especies adecuadas según el uso requerido y el ambiente en el que estarán expuestas.

Hay elementos naturales, como los árboles, que causan admiración y llevan a que el hombre los contemple por su belleza y majestuosidad. También han servido como resguardo, y ahora, ante la enorme brecha que crece entre el mundo natural y el urbanismo, proveen a las obras arquitectónicas de estética y ayudan a crear un vínculo entre la naturaleza y su transforma-ción por el hombre.

Este árbol de baobab o árbol botella (Adansonia digitata), que se estima de 1.500 años de edad y con un tronco ahuecado de 14 metros de circunferencia, sirvió de prisión en 1.890 para albergar reos aborígenes en la localidad de Derby, Australia. Otros árboles de esta misma especie, considerado árbol sagrado por varias culturas africanas y símbolo de Senegal, se han usado como tocadores, bodegas, restaurantes y estaciones de auto-buses albergando en su interior hasta 40 personas.

En los Alpes suizos, en medio de la nieve y la inclemencia del clima, pueden aún observarse numerosas casas hechas de madera de hasta 200 años de antigüedad. En nuestro territorio, en zonas cafeteras se encuentran casas de guadua con más de 100 años de construidas. ¿La clave? Techos amplios que cubren la madera y la guadua de la humedad, materiales curados, restaurados y aislados del suelo.

En Vancouver, Canadá, se aprecian habitaciones o

pequeñas viviendas suspendidas en medio de los árboles,

llamadas Free Spirit Spheres. Este proyecto consiste en tres

esferas hechas de madera y fibra de vidrio que por su tamaño y forma tienen un

mínimo impacto en la dinámica del bosque.