Enseñanza de La Filosofía y Filosofía de La Enseñanza
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8/19/2019 Enseñanza de La Filosofía y Filosofía de La Enseñanza
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V Jornadas de Investigación en Filosofía. Universidad Nacional de La Plata. Facultad
de Humanidades y Ciencias de la Educación. Departamento de Filosofía, La Plata,
2004.
Enseñanza de la filosofía y
filosofía de la enseñanza.
Ensayos oblicuos de una
preocupación.
Quintana, María Marta.
Cita: Quintana, María Marta (2004). Enseñanza de la filosofía y filosofía de
la enseñanza. Ensayos oblicuos de una preocupación. V Jornadas de
Investigación en Filosofía. Universidad Nacional de La Plata. Facultad
de Humanidades y Ciencias de la Educación. Departamento de
Filosofía, La Plata.
Dirección estable: http://www.aacademica.org/000-094/38
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ENSEÑANZA DE LA FILOSOFÍA Y FILOSOFÍA DE LA
ENSEÑANZA. ENSAYOS OBLICUOS DE UNA
PREOCUPACIÓN
María Marta Quintana
UBA
La cuestión abierta, tensa y siempre latente de por qué y para qué enseñar
filosofía, se nos muestra iluminada de manera fundamental en el horizonte de
expectación y reflexión sobre una futura práctica docente. Aquí, ensayar respuestas no
significa más que abordar las preguntas bao la tesitura de lo problemático. !s decir,
tratando de filosofar sobre la filosofía misma y sobre nuestras pretensiones como
filósof"s, sin perder de #ista que el curso de las reflexiones y de las proyecciones se
desliza sobre un camino inacabado, a$n no agotado, del quehacer y del desarrollo
socio%personal.
Algunos pensadores le han atribuido a la filosofía, fundamentalmente, desde
Aristóteles hasta &egel, el carácter de disciplina suprema, o tambi'n, utilizando un
t'rmino anacrónico, de (transdisciplina) como consecuencia de haberla considerado el
ámbito de conocimiento abarcati#o de la totalidad del ser . !n otras palabras, mientras lasdi#ersas disciplinas recogen una parcela de realidad, una ontología regionalizada como
diría &eidegger, la filosofía, por el contrario, se dirige, al menos desde aquella
perspecti#a más clásica, a la captación del todo. Ahora, *qu' es esa totalidad+, *cómo
se define+ *e trata de una realidad a%histórica, transtemporal+
-e alguna manera, responder a estas cuestiones nos lle#a a preguntar de modo
más general, *qu' es la filosofía+ *ualquiera puede filosofar+ / acaso, queda 'sta
reser#ada para quienes poseen un pri#ilegiado modo de captación de obetos, en un
dominio cuasi%inaccesible. Además, *tiene un para qu', una tarea, una misión la
filosofía+
-esde di#ersos lugares se han intentado cartografiar estas cuestiones. !sto
significa que se ha intentado darles densidad al interior de un campo de desarrollo
0literatura filosófica1 y en el exterior de un paisae descripti#o 0realidad filosófica1. -e esta
manera, situándonos en el contexto de desarrollo de la filosofía contemporánea, hablar
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de lugares y de mapas 2al margen de un capricho estilístico% indica que en filosofía se ha
#uelto necesario, de un modo o de otro, trazar espacios, sostenerlos y hasta incluso
(transarlos). 3areciera que, frente al panorama de la di#isión social del trabao, intelectual
en este caso, el propósito fuese no dear caer en el ol#ido la importancia de la acti#idad y,
más precisamente, de la actitud filosófica. 3or consiguiente, ha importado no sólo no
silenciar los fundamentos de la tradición, sino tambi'n en sincronía con ella, de repensar
la filosofía en función de una capacidad de autocomprensión historizada, entendiendo por
'sto $ltimo que las especulaciones teóricas se encuentran íntimamente #inculadas a la
experiencia social. !n otras palabras, podríamos resumir diciendo que la filosofía
necesita ser circunstanciada, tanto en diálogo consigo misma como con el mundo
circundante.
i tradicionalmente el mundo del filósofo, su mundo de encuadre y de acción, hasido un topos noetós, hoy, por el contrario, es el lenguae como dispositi#o discursi#o4 o
enunciati#o el que toma y trama, al menos desde este punto de #ista, la #anguardia de
las posiciones filosóficas. -e otro modo, ya no se habla de una esfera intelecti#a a la
cual el filósofo debe acceder mediante el don de su facultad intelectual. 3or el contrario,
la tarea filosófica actual se desen#uel#e en las márgenes de la re#isión de sus propios
sistemas, de su propio lenguae, es decir, de su propia economía conceptual y, más allá
de ella, de producciones conceptuales sostenidos en otros ámbitos de la sociedad. La
filosofía redefine y crea nue#os conceptos con el fin %ya no $ltimo% de pensar y proponer0buenas1 lecturas sobre aquello que acontece.
obre#olando de este modo, las di#ersas concepciones filosóficas se inscriben en
una suerte de 5plano ideologizado6,7 por cuanto se mantienen en tensión con el
desarrollo de las relaciones sociales y, más precisamente, con toda expresión de poder
que se legitime o se pretenda hegemónico. !n consecuencia, cabe denunciar dentro de
la misma tradición filosófica, el abuso que significa profesar la supremacía de un $nico
sistema de discurso8pensamiento como $nica explicación posible de (la realidad). !sto
$ltimo es lo que podría con#ertirse, y muchas #eces se ha con#ertido, en totalitarismo9 el
imperio de lo :no. omo contrafuerza desde la filosofía se debe culti#ar la capacidad de
4 ;e refiero a una filosofía que adopta 0o no1 orientaciones posestructuralistas y que no necesariamente sedesliza hacia un ística. ;ás bien se trata de unafilosofía que sugiere la posibilidad de retrotraerse a los (códigos) 0linguísticos, políticos, 'ticos, etc.1 enfunción del análisis de las di#ersas instituciones. :na filosofía que, asimismo, trabaa sobre su propiaproducción de conceptos.
7 ?al #ez sería meor hablar del contravalor ideológico de la filosofía. Al menos es lo que para muchos denosotros cabe esperar de ella.
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des#elar y de resistir a la #iolencia eercida desde los espacios del poder dominante.
@ecordemos entonces, que la praxis política penetra en la filosofía %y #ice#ersa.
?ras estas huellas de interpretación, la sospecha proyectada por los filósofos
sobre los mismos enunciados filosóficos, sean pequeñas proposiciones o grandes
sistemas, ha liberado a la filosofía de las garras del ser parmenideo 0como $nica #ía
posible1 y de la ilusión de una metafísica no contaminada de mundo9 se rompen las
cadenas de lo :no y en la sociedad democrática tambi'n se habla de pluralismo. !n el
mismo orden, aflora la posibilidad de preguntar (por qu' se pregunta) 0*es imprescindible
la pregunta filosófica para la #ida+1, cuestionando incluso una de las premisas básicas
de autofundamentación de la filosofía.
&ablamos del por qu' de la pregunta misma y del hacia dónde de las m$ltiples
respuestas. ;ás a$n, *por qu' desde la filosofía se insiste en hacer preguntas cuyo fin
reside, extrañamente, en el rodeo sobre su carácter de inconclusas+
&asta aquí he arriesgado una respuesta, más que difusa, a qu' es la filosofía,
siempre en el espacio de una hermen'utica, si bien de supuestos compartidos, personal.
!n relación a la enseñanza mucho se ha dicho y se ha debatido acerca de la
tendencia dominante en la actualidad. !sta se enmarca en el ideario económico%político
de la sociedad de mercado y establece, imperando mediante ella, la necesaria impronta
de efecti#idad y de utilidad que tienen que tener los (saberes) circulantes en la sociedad.
La consecuencia ha sido, entonces, una creciente tecnificación del conocimiento que,
leos de ser más práctico, se ha #uelto más pobre tanto para las nue#as 'lites
tecnocráticas que acceden a 'l como para quienes quedan marginados. on aquella
demanda como pi#ote de los programas de educación, respecto de la filosofía podríamos
expresar, en un burdo y triste binomio, que en la línea de este debate B se trataría de
discutir si9 a1 la filosofía debe con#ertirse %o si como materia curricular debe ser
transformada, mediante alguna reforma educati#a% en un $til implicado en el (acer#o de
conocimiento) de un perfil de egresado en el marco de un perfil de (patria) menemista o,b1 debe continuar con su tarea de contemplar, incluida la del $til mismo, el mundo de sus
propias ideas.
f. erletti, A. y Cohan, D. 04EEF1, La Filosofía en la escuela. Caminos para pensar su sentid o, Gs. As.,:GA, cap. H.
B e podría obetar que planteado en estos t'rminos este debate aparece como ridiculizado, sin embargo, enlos EI=s la materia (Jilosofía) supo ser reemplazada por materias como (Lógica) o (Kntroducción alpensamiento científico), a ni#el secundario y terciario, en tanto, se entendía que estas materias eran másacordes para la formación de un egresado que al finalizar sus estudios se insertaba sin mayores problemasen el mercado laboral.
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o pretendo especular aquí sobre posiciones planteadas a modo de
antinomias que, por otro lado, se encuentran suetas a planes y reformas que dependen
de gestiones de política educati#a. 3ues, sugiero considerar como contrapropuesta que
en filosofía se pueden plantear su por qué y su para qué en un doble mo#imiento %aunque
siempre implicando el mismo compromiso%9 esto es, yendo en dirección de sí misma y,
además, en dirección del mundo socio%histórico circundante. M, si aceptamos el supuesto
de que la filosofía tiene un compromiso consigo misma, con su historia y sus
problemáticas, en consecuencia, tambi'n lo tendrá con su enseñana. Agreguemos, a
modo de aclaración, que se trata de un mo#imiento fundamentado en la imposibilidad de
trazar una escisión entre la tradición, entendida como historia de la filosofía, y la reflexión
0acti#idad1 filosófica.
La filosofía sólo puede autocomprenderse cuando el filósofo ad#ierte la necesidadde 0re1pensarla y, al mismo tiempo, de re%pensar%se en relación al de#enir cambiante y
discontinuo de la historia.
Así, haber hablado de (discontinuidad), o tambi'n podría haber dicho (ruptura),
(pliegue), (mutación) tomando conceptos prestados, es haber realizado ya una #aloración
y una proyección filosóficas sobre aquello que se muestra como fenómeno de realidad.
omo sostienen erletti y Cohan9 (:na filosofía crítica no puede 5administrar6 lo dado), H
lo continuo, lo carente de fisura, en tanto, la filosofía es ante todo una forma de
resistencia al sentido dado, es decir, a$n no interpelado 0filosóficamente1.
obre esta superficie, aquella no puede ser indifirente al hecho de que el sentido
surge y se desen#uel#e en un mundo de hombres interrelacionados moral, política,
laboral y educati#amente, donde todo efecto de homogeneidad se presenta como
enmascaramiento de conflictos y de intereses. !l filósofo no puede estar aislado, es 'sta,
ustamente, la condición que al mismo tiempo que abre #uel#e dramática la posibilidad de
que el saber, como mero sistema de ideas, se repliegue sobre sí mismo.
La pregunta filosófica tiene lugar, entonces, en la apertura de la filosofía al mundoy del mundo a la filosofía. Ambos se contaminan, se entredicen, se traman, se figuran, se
localizan. !n otras palabras, la filosofía se historiza porque el filósofo vive en los límites
de una historia que los reanuda dial'cticamente.
!s interesante la siguiente afirmación de @amos, extraída de una cita de los dos
autores mencionados9 0...1 el !espacio p"#lico$ de la filosofía es un espacio de
H %p. Cit . p. 47B.
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resistencia& un espacio '( un tiempo, ( una intemporalidad tam#ién) en el que las formas
de pensamiento ( las formas de vida conflu(en en el mismo impulso creador de nuevas
formas de vida ( de nuevas formas de pensamiento.F Apuntemos9 confluencia de la
creati#idad y de la resistencia9 igual, espacio p$blico. !ntonces, *no podríamos pensar la
enseñana de la filosofía como un espacio tomado frente a sentidos sist'micos
imperantes, y en la que ella misma se hace p$blica como responsable de que ese lugar
0institucional, o no1 se construya como un espacio de resistencia y de #erdadero
pensamiento crítico8creati#o+
!n apoyo a esta hipótesis, diríamos que la acti#idad filosófica necesita para
realizarse del impulso y de la decisión del salir%fuera%de síN es decir, prescinde de ese
mo#imiento que la arroe más allá del ámbito estricto de formación filosófica dura. !sto
significa que para la filosofía, en tanto se pretenda una disciplina acti#a, es #ital tomar elcompromiso p$blico, al mismo tiempo publicándose ella misma, de abordar di#ersas
problemáticas y de proponer una amplitud crítica seria.
La enseñanza de la filosofía puede ser propuesta como un de#er que la misma
filosofía tiene, en el sentido de contraer y asumir el compromiso de pensar su propia
situación histórica en perspecti#a. !sto es, entablando sí un diálogo con sus
interlocutores de la tradición pero sin descuidar las singularidades del contexto presente.
o obstante, aclaremos que no se trata de un (deber) en tanto imperati#o categórico, es
decir, como una regla formal a la b$squeda de un contenido normati#izable, sino de un
deber que apunte a no traicionar todo aquello que está #i#o. La filosofía, más a$n el
discurso filosófico, se enuncia en un determinado momento de la historia y, en
consecuencia, reanuda sobre sí #oces, pensamientos y momentos culturales del presente
que conugan los tiempos gramaticales de una manera singular. us preguntas se
formulan con miramientos a la experiencia de actores sociales, incluidos los mismos
alumnos.
!ntonces, he aquí un moti#o de por qu' enseñar filosofía. !l compromiso debe
plantearse en relación al obeti#o de estimular en una persona, la amplitud de la
capacidad de comprensión de mo#imientos discontinuos que expresan diferencias. !n
otras palabras, la posibilidad de comprender, a$n cuando se dificulte la posibilidad de
tomar partido, enunciados y acciones que se articulan sobre di#ersos fondos de
moti#aciones, no siempre explicitables y hasta a #eces impensados. La filosofía puede
prestar herramientas para pensar qu' es aquello que circula dentro de la sociedad,
F *#idem., p. 47O.
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desocultando que aunque al sentido com$n se manifieste como espontáneo e ingenuo no
siempre lo es. Asimismo, cabe tambi'n la propuesta de analizar críticamente el acer#o de
información de una sociedad tele%mediática. Ahora, no se trata de una mera
instrumentalidad sino de apropiarse de una cierta forma de #er el mundo.
3or consiguiente, la filosofía puede contribuir a que no sólo se formen meores
personas sino tambi'n meores relaciones sociales, más ustas y solidarias, en tanto, ella
logra ligar de suyo la formación 'tica con la política. *-e qu' manera+ Pinculando la
capacidad de reflexión y de comprensión a #alores de usticia y solidaridad. !n este
sentido, *cuál sería la didáctica que un docente debiera aplicar para lograr este obeti#o+
!sa didáctica tiene que ser filosófica y, como sugiere @ano#sQy9 La did+ctica es filosófica
cuando, en eneral, denuncia cualquier imposición de un sa#er como verdadero.R
&asta aquí, entonces, la filosofía no sólo no administra lo dado sino que tambi'n
sostiene que hipótesis y teorías, tanto científicas como del mundo de la #ida, tienen un
#alor pro#isorio que, asimismo, no se halla aislado de relaciones de poder y
representación.
3or $ltimo y en el umbral de un cierre precipitado, podemos sugerir que enseñar
contenidos conceptuales filosóficos es ya un procedimiento, porque estos contenidos
anidan en la misma acti#idad crítica del filósofo y que, pensar críticamente desde la
filosofía, es reapropiarse filosóficamente de los contenidos.
R erletti, A., /biols, S. y @ano#sQy, A., La enseñana, el estudio ( el aprendia-e filosófico en los textos delos filósofos #reve antoloía ( alunas conclusiones, Jicha de cátedra T 7, -idáctica especial, :GA p.4I.
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