Ensayo Seminario

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Profesorado de Secundaria en Psicología 2°año Cátedra: Seminario Psicoanalítico Profesor: BENCHIMOL, Lucia. Alumno: GARCIA, Ana. Trabajo Integrador: Ensayo

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deseo y posmodernidad

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Profesorado de Secundaria en Psicologa

2aoCtedra: Seminario Psicoanaltico

Profesor: BENCHIMOL, Lucia.

Alumno: GARCIA, Ana.

Trabajo Integrador: Ensayo

Ciclo lectivo: 2.014

Introduccin En busca del misterio

Somos seres deseantes destinados a la incompletud

y eso es lo que nos hace caminar

Jacques Lacan

A manera de introduccin, dar lugar a mi ensayo con lo que respecta al Deseo y la Era Posmoderna, articulndolos entre s con algunas miradas sociolgicas, filosficas y psicolgicas, agregando por ende sobre cmo el sistema capitalista reinante se apodera del saber y, por tanto, del sujeto.DesarrolloSabemos que la modernidad fue una poca en donde los lmites y la represin a las pulsiones eran comunes al sujeto. Era en donde el individuo pensaba y buscaba escapatorias que sean toleradas a la mayora de la sociedad, escapatorias necesarias por la imposicin de la cultura. Si pensramos que las leyes impuestas se han hecho para transgredir lgicamente, el humano moderno transgreda de manera culta, pensndose as mismo en su contexto. Por ello la modernidad como la Era del Iluminismo, era de dudas y contradiccin a lo que todos seguan, ya sea, religiosa, poltica, econmica y culturalmente. Podemos pensar que esa era una manera de cumplir aquellos deseos que no eran aceptados por la realidad real. Pero, Por qu no eran aceptados?, o sea, Qu es el deseo? Para Jacques Lacan, el deseo es (en Seminario II): Una relacin de ser a falta. Esta falta es, hablando con propiedad, falta de ser, no es falta de esto o de aquello, sino falta de ser por la cual el ser existe y con esto deja en claro que no hay objeto que se adapte al sujeto, no hay un objeto que colme, pues la ausencia es lo que constituye al sujeto. Es decir, somos en tanto nos falta aquello que buscamos durante toda la vida pero que, segn Lacan, nunca existi, nunca lo tuvimos. Siguiendo al psicoanalista francs, para ya adentrarnos al punto central de este trabajo, estableci una diferencia entre deseo y necesidad, y adems agreg el concepto de demanda, diciendo que; la necesidad siempre es fisiolgica y siempre se dirige a un objeto especfico con el cual se satisface, por ejemplo: necesidad de alimentarse. La demanda es aquello que se formula y se dirige a otro aunque se refiere a un objeto, por ejemplo: bebe que llora de hambre demanda al seno, pero tambin es demanda de amor dice Lacan, ya que es un pedido a ese Otro que posee el alimento/seno. Y el deseo, va a surgir de la separacin de estas dos nombradas, porque es donde se constituye la fantasa, en esa espera ansiosa propia del beb por el objeto y al dueo de ese, ira fantaseando el momento de satisfaccin y es ah, donde se genera el deseo inconsciente. Ms adelante, este bebe ya adulto, comprender que no podr tener a ese seno/madre por el complejo de castracin; de lo contrario, sera algo insoportable para la sociedad, ya que se producira el incesto.

Entonces, podemos concluir aqu diciendo que los seres humanos construimos nuestra subjetividad (deseos, anhelos, ideales, representaciones) a partir del dialogo entre el cuerpo y el mundo. La percepcin capta representaciones del mundo exterior que luego sern tomadas y modificadas, es decir, simbolizadas por el cuerpo/mente para tomar su forma interior. El ttulo, En busca del misterio, hace referencia a la bsqueda inexorable para la formacin de smbolos entre el cuerpo y el mundo, como el bebe que fantasea con representaciones mentales al seno con su madre o como cuando los padres, realizan el famoso juego de la sabanita: ac esta, ac no est; juego bastante estimulador para el conocimiento de la realidad por cierto. Por lo tanto, la inaccesibilidad al interior de un objeto es un poderoso estmulo a la simbolizacin, o dicho de mejor modo, a la imaginacin. El enigma del interior de algo, genera duda y necesita ser construido por la imaginacin creativa. Recordemos que la duda, era una de los tres orgenes del filosofar. Esta, surge en contraposicin a los sofistas, que lucraban enseando a argumentar sin coherencia alguna en la poca antigua.

Por lo tanto, retomando a lo que concierne, con el exceso de estmulo a la sensorialidad por la actual cultura de la imagen, a la prdida de los lmites entre lo pblico y lo privado y la exposicin excesiva a la desnudez, a la sexualidad equiparada a la pornografa, habran de pretender una desaparicin de la imaginacin creativa y, consecuentemente, de la subjetividad humana, esto conduciendo a cambios en la concepcin vulgar que impone el mercado sobre el deseo y la necesidad. Como adelanto, pretendo desarrollar la idea de que la cultura actual promueve perturbaciones en los procesos simblicos que conducen a daos en la construccin de la subjetividad. Para ello, de la mano de Gilles Lipovetsky en su libro La era del vaco escrito en 1986, tomare y parafraseare su definicin de Posmodernidad.

La posmodernidad, siguiendo al autor, est desencantada de esperanza en el sentido en que ya no cree que el futuro vaya de la mano de una mejora de la sociedad por medio de la ciencia, se dejan de lado los proyectos para vivir el presente, un presente a la carta. Por ello se habla de una era de vaco, vaciados de hroes y de tabes, los sujetos posmodernos ya no creen ni en la tragedia ni en el Apocalipsis, simplemente se acepta. Con respecto al individuo, Lipovetsky postula que la lgica que estructura la sociedad posmoderna, es el proceso de personalizacin, esto es un modo de socializacin e individuacin nuevo y exclusivo de la sociedad actual. Dicho proceso cambia las formas de relacionarse de los individuos entre s, con las instituciones, y hasta consigo mismo y sus cuerpos, ya que implica un cambio en los valores que se proponen: mayor hedonismo y permisividad de las reglas. Este proceso implica la fractura de las sociedades modernas, disciplinarias y universalistas y tiene que ver con una sociedad ms flexible: su basamento principal es ejercer el mnimo de lmites sobre los sujetos, liberndolos, permitiendo que elijan por s mismos con la menor represin y la mayor comprensin posible. Por ello son las instituciones las que deben adaptarse a las motivaciones y deseos del sujeto. Se habilita el ocio y el tiempo libre legitimndose el placer, las preferencias, dando espacio para que cada sujeto despliegue su libertad ntima, se ofrece todo aquello que la modernidad neg. As, vemos como la sociedad epocal, adhiere a un conjunto de comportamientos muy diferentes a la poca anterior: las nuevas e incesantes tecnologas, dibujan una realidad que es ms soportable que la realidad real, por eso el sujeto se vuelve cada mas insensible en paralelo a que consume; la medicalizacin, tratando de convertir de diferentes comportamientos o acciones humanas a trastornos o psicopatologas (que son resultados proyectados y esperables por el sistema mercantil); el cuerpo, que tiene que ser siempre como el de un joven ya que el reconocimiento pasa por lo esttico, librarlo de las represiones adaptndolo al igual que todos los cuerpos cueste lo que cueste; en correlatividad, el sexo, sin deseo, sin amor, como accin sin compromisos para no desequilibrar nuestra psiquis, sin tabes, como algo comn, sano y universal, por eso se muestra y no da ms pudor de ello. Convengamos que el amor, es la mxima expresin de que algo falta en el hombre, es el encuentro de dos sujetos en falta donde cada uno desea que el otro lo desee y cada uno quiere ser lo que le falta al otro. De esto es que nos privan. Todo ello y mas factores, podemos notar hoy, provenientes de un poder macabro y carente de humanidad, hasta el lmite de que las ciencias psicolgicas se encuentran en tela de juicio, con esto quiero decir que la psicologa; como ciencia que estudia los procesos internos psquicos del ser humano, en tanto que es una herramienta perfectamente estratgica utilizada por los dominantes de masa, especficamente, por el marketing. Por eso, Lipovetsky hace mencin a la psicologizacin o a los individuos psi, como parte del proceso de personalizacin. Sin embargo, el mercado oprime, no deja salir nuestros deseos, porque se crea la falsa necesidad o el falso deseo de tener objetos acabados y de forma instantnea, para llenar, sabido por ellos (capitalismo), ese vaco primitivo en nosotros, cuando en realidad lo bello del deseo es que siempre se hace esperar, como algo lejano, siempre abstracto, nunca toma forma de objeto, inalcanzable, dicho de ser deseado. Al no ver nuestros propios ideales/deseos, los deseos que creemos tener no son nuestros, nos lo crean y por ello, deseamos ms de lo que gozamos. El goce es la satisfaccin inconsciente, por eso digo que nada de lo que se cree tener es nuestro, porque se satisface el tener mismo ms que el ser inconsciente. El no perseguir ideales, lo automtico es apropiarse del deseo ajeno por el simple hecho de desear, es decir, postergamos de manera inconsciente nuestros deseos, lo sacrificamos para ponernos en lugar de que nos tengan como objeto de deseo del deseo de otros. Somos deseos del sistema, por eso sacrificamos nuestro motor de vida a cambio de llenarle los bolsillos al Seor Poder. Esa es la realidad real. Cautivos de un sistema vivimos, porque:

Demoran el paso final de la erasectarios, en ideas sin raznque ocultan lo cierto de nuestraexistencia, hundindonos anms en lo peor,

Y vos y yo consumidores de basuraacrecentamos el poder de esta genteque nos impone las reglas de este juegoy ren al vernos caer en su trampa dementeCancin citada Cautivos del sistema de V8, banda de rock de los aos 80.Querer extinguir de raz nuestras ms puras y humanas maneras de vivir, el deseo, el amor, la satisfaccin despus del largo esfuerzo por cumplir un ideal que casi nos completa, es monstruoso. Lo peor de ello, que siendo seres inconscientes nos unimos al juego de nuestra propia muerte en vida, terminando as llenos de nada. Jean Baudrillard en su libro De la seduccin deca que El deseo no se sostiene tampoco ms que por la carencia, cuando se agota en la demanda, cuando opera sin restriccin () est en todos lados pero en una simulacin generalizada. Inocentemente, o no, creemos poder llenar ese agujero que la infancia nos lego, con absurdos objetos, con bienes de cambio, postulndonos como fichas del juego de ajedrez del poder.Friedrich Hegel, su libro Fenomenologa del espritu escrito en 1807, ya mencionaba, con la dialctica del amo y el esclavo, que los hombres somos seres deseantes. Deseamos ser el deseo del otro, deseo que el otro me reconozca, deseo de someter al otro, pero en la resolucin de esta lucha a muerte, triunfara quien sacrifique su vida, porque su deseo es an mayor que el miedo a morir. En cambio, el otro, se someter, porque su miedo a morir es mayor que su deseo y as, posterga a este ltimo. El deseo es entonces para el ser humano la expresin clara y permanente de una prdida en la infancia, perdida tan significativa que lleva a que toda la evolucin ulterior de todo sujeto se efectu bajo los rasgos de esa carencia.

Entonces, y concluyendo este ensayo, de qu depende la posibilidad de desear algo diferente para s? El psicoanlisis promueve el deseo, algo que est del lado de la vida.

Y el deseo puede llegar a ser un arma increblemente poderosa.

La chispa de un deseo puede cambiar a un sujeto,

a una comunidad, a un pas, incluso a una era.

Gustavo Dessal.Las Islas Malvinas, Georgias y Sndwich del Sur son y sern Argentinas.