Ensayo Ravensbruck Historia Siglo Xx
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ESCUELA PSICOLOGIA
ENSAYO
HISTORIA SOCIAL Y POLÍTICA
DEL SIGLO XX
TESTIMONIO DE MUJERES
" PERSPECTIVAS FEMENINAS DE LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN"
FECHA ENTREGA: 2 DE AGOSTO DEL 2013
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN.............................................................................3
MUJERES EN LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN: VIVENCIAS A PARTIR DEL TOTALITARISMO.........................4
CONCLUSIONES.............................................................................9
BIBLIOGRAFÍA..............................................................................10
2
La existencia de los campos de concentración es un hecho. Distintas vivencias han podido
ser narradas y escritas a través de distintas formas que permitan recordar y entender que lo
vivido en los campos no son solamente historias que permiten realizar distintas películas.
Son reales, fueron vividas por seres humanos, por personas que obligadamente tuvieron que
pasar años dentro de distintos lugares, sufriendo diversas torturas que los alejaban de lo
humano.
Detrás de las experiencias vividas en los campos de concentración se ubica generalmente
un hombre, quien relata las experiencias y memorias vividas. ¿Y las mujeres? Pocas
historias sabemos sobre ellas. A pesar de esto, poco a poco las mujeres deportadas a los
campos de concentración se han atrevido a recordar los horrores vividos y a dejarlos
registrados en papel o grabadoras: "Los ex deportados sienten con frecuencia (...) por un
lado la necesidad de "narrar, de testimoniar ante los otros la verdad de aquel horror""
(Beccaria & Bruzzone, 2010, pág. 6). ¿Por qué tantas veces se guarda silencio? Porque
existe temor, dolor, menoscabo y orgullo, un "(...)aspecto elemental de dignidad (...) Es
humano también querer mostrarse alto y no humillado. Pero descorrer el velo de la
tortura, de la humillación, de la violación física y psicológica, es algo muy difícil de
hacer." (Prisión política y tortura, 2005, pág. 10)
El ejemplo más concreto sobre la experiencia femenina en los campos se da en
"Ravensbruck". Este campo de concentración se ubicaba cerca de Berlín y estaba destinado
solamente a la deportación de mujeres y niñas, las cuales fueron detenidas por distintos
motivos. A partir del testimonio de Lidia Beccaria -italiana deportada, una de las autoras
del libro "Las mujeres de Ravensbruck"- se profundizará sobre la visión femenina de los
campos de concentración, entendiendo estos como una expresión del totalitarismo, como
una institución de éste. De este modo, en las siguientes páginas se analizará el concepto de
totalitarismo, y la visión y experiencia femenina en y de los campos de concentración.
Además se analizará algunas similitudes de los campos de concentración y totalitarismo
usando notas al pie de página, con lo acontecido acá en Chile, para el golpe de Estado
3
MUJERES EN LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN: VIVENCIAS A PARTIR
DEL TOTALITARISMO
"Escribir quiere decir recordar, y yo no quiero recordar"
(Beccaria, 2010)
El concepto de totalitarismo posee diversas definiciones según la posición que adquiera
cada autor, según el contexto histórico en el que se sitúe. Por ejemplo existen aquellas
definiciones que consideran al totalitarismo como "(...)una forma política particular (...)" o
"(...) la representación doctrinaria de la "no división", de la unidad total (...)" (Gatto,
2007, págs. 28-30). Para Hannah Arendt (1999), el totalitarismo posee "(...) la creencia
fundamental (...)de que todo es posible" y se organiza como institución a través de los
campos de concentración, donde los deportados son incomunicados del mundo exterior,
imponiendo el terror como un medio para la dominación totalitaria. Lo primordial a saber
es que el concepto de totalitarismo posee diversas matices con las cuales podemos
categorizar una idea, prácticas o formas de organización como totalitarias o no. A pesar de
esto, la postura que posee este ensayo es la de considerarlo como "(...) Ideología única,
(...)encabezado por un líder (...),el terror como instrumento político, monopolio de los
medios de persuasión y violencia y (...) planificación central de la economía" (Gatto, 2007,
pág. 35). Con este concepto como base, se puede considerar al nacionalsocialismo como un
buen ejemplo del totalitarismo, ya que además de "cumplir" con estos puntos, se funda
cuando existen masas que desean organizarse políticamente y que no se consolidan a un
partido u organización fundamentada en el interés común, logrando destruir enemigos
reales o hipotéticos, además de poseer un guía o líder -el cual no necesariamente debe
presentarse para que exista el totalitarismo, ya que este igualmente puede surgir- que
interpreta lo que el pueblo quiere, que monopoliza los sentimientos de este último, de
manera que logra posicionarse. Es por esto que podemos considerar a los campos de
concentración como una materialización del totalitarismo, como "(...) la verdadera
institución central del poder organizador totalitario." (Arendt, 1999, pág. 653)
4
El campo de concentración para albergar a las mujeres era Ravensbruck. En él llegaba todo
tipo de mujer. Desde mujeres politizadas hasta aquellas que no cumplían con el patrón de
"raza pura", todas de diversas nacionalidades.1 Casi todas no sabían a que iban a los campos
de concentración, no sabían la lógica que se usaba. Si conseguían conocer cómo es la vida
en el campo, es posible que hubieran logrado generar un medio de resistencia para evitar
caer en el juego del totalitarismo. En el caso de Lidia Beccaria, no pudo conocer
previamente cómo funcionaba el campo. No poseía contactos, por ende no poseía medios
para resistir. El sistema totalitario vivido en este campo de concentración, y muchos otros,
destruía la voluntad de resistir.
La idea de los campos de concentración era la de "reeducar" a través del "Orden,
disciplina, limpieza , trabajos". Esta forma de disciplinar a las deportadas eran los primeros
indicios de la tortura y terror que vivirían posteriormente. Cuando la mano de obra
comienza a ser escasa, los campos de concentración pasan a ser una especie de industria,
donde hay mano de obra "barata" - en realidad, mano de obra gratuita-. A pesar de ver el
trabajo como una forma de producir mercancía y recursos para los alemanes, este se
transforma en una forma de "asesinato anónimo" debido a "(...)la explotación total de su
fuerza de trabajo hasta el límite, en definitiva hasta la muerte. Incluso a los enemigos que
hasta hacía poco tiempo ejecutaban, ahora los mantenían con vida para poder ser
explotados como mano de obra." (Beccaria & Bruzzone, 2010, págs. 24, 29)
Para el totalitarismo, el terror absoluto es una manera de conservarse en el poder. Y es esto
lo que ocurría en los campos de concentración. Inicialmente -especialmente antes del
funcionamiento de los campos de concentración como institución- existía un terror
sangriento, seguido por el triunfo frente al adversario, lo que provoca una toma de fuerza
mayor a la inicial, ya que no hay nada que temer. Finalmente surge el terror total (Arendt,
1999, pág. 655), considerado como una técnica de manipulación de personas que surge
principalmente cuando hay apatía o pasividad en la población. Este terror se transforma en
una rutina y un trámite. Se expresa desde el miedo a ser castigados hasta el grado de
negarse como ser humano debido al terror que han fecundado dentro de cada deportado/a. 1 En el caso de la dictadura vivida en Chile -1973- no ocurría plenamente así, es decir, las
prisioneras eran llevadas y torturadas en los "campos de concentración" por motivos políticos. No
existía una orientación racial ni diversidad de nacionalidades.
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Incluso, se genera un terror oculto, una tortura que en apariencia no parece tal, que es muy
sutil: "El pasar lista es una de las tantas torturas (...)Obliga a permanecer de pie en filas
durante horas(...)" Se realizan castigos individuales así como colectivos, pero estos últimos
son realizados con mayor frecuencia, pues "(...)cada prisionera, después de un periodo de
aprendizaje sobre su propia piel, aprende a evitarlos." (Beccaria, 2010, págs. 40, 116) Por
lo tanto, se puede observar que el terror, miedo, tortura y castigo son aspectos
fundamentales en los campos de concentración en tanto instituciones del totalitarismo, pero
esto no solo se dio en la Alemania Nazi, también en otros lugares del mundo se han
utilizado estas técnicas para ejercer el totalitarismo. 2
Una de las ideas centrales en torno a los campos de concentración es la deshumanización y
despersonalización, quitar todo aspecto que conforma a un ser humano, a una persona en
tanto sujeto capaz de reconocerse como tal. Para esto, inicialmente se priva de necesidades
básicas. En el caso de las mujeres, se le quita todo objeto para la higiene -ahí comienza la
denigración3 propia del sistema totalitario-. Se las desnuda para pasar vergüenzas. Se
expresa de diversas maneras, desde las más sutiles hasta las más obvias y crueles: "Todas
las mujeres, miles y miles, tienen el mismo aspecto esquelético, están vestidas de la misma
manera, o de rayas (...)", "Parece como si pertenecieran a otro mundo (...)que todavía no
conocemos, un mundo inhumano. Ninguna persona normal puede imaginar el aspecto de
una ciudad de concentración, una ciudad concebida (...)para violentar a la persona, para
humillarla, para destruirla y embrutecerla." (Beccaria, 2010, pág. 32). Las mujeres -así
como los hombres en otros campos de concentración- se vuelven números, pierden su
identidad. Son todos iguales. Una masa homogenizada convertidos en "(...)individuos
apátridas sin derechos." (Avila, 2010, pág. 161). Tal como explica Arendt (1999), lo que se
intenta es la destrucción de la individualidad de las deportadas. El mayor riesgo de sufrir la
2 "Todo esto permite concluir que la prisión política y la tortura constituyeron una política de
Estado (...), definida e impulsada por las autoridades políticas de la época." (Prisión política y
tortura, 2005, pág. 192)3 Testimonio de mujer chilena, 1975, que posee gran similitud con las deportadas: " Se me obligaba
a hacer mis necesidades con la puerta abierta mientras los guardias me miraban y se mofaban de
mí, se me obligaba a sentarme en la taza del baño con restos de excrementos (...)" (Prisión política
y tortura, 2005, pág. 276)
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deshumanización y despersonalización era el aislamiento. Es por esto que mezclaban
mujeres de distintos países, con distintos idiomas, de manera que no pudieran comunicarse,
perdieran los hábitos humanos y solo "(...)se vive para satisfacer las necesidades
biológicas(...)" (Beccaria, 2010, pág. 97) Asimismo se busca la forma de que las deportadas
no tengan tiempo para pensar y reflexionar - tal como sucede muchas veces en la actualidad
con trabajos que superan las 8 horas laborales impidiendo que las personas puedan pensar o
interactuar con sus pares, ¿para qué? para impedir la desalienación, si no ¿a quién se podría
explotar? ¿a una persona que es capaz de verse como ser humano y no como una cosa
mercantilizada?-.Se las adiestra psicológicamente para que cada mujer juegue un papel en
beneficio del campo. Así se transforman en esclavas manipulables para demoler "(...)toda
voluntad de resistencia y de oposición y para reducirlas al nivel de los animales de carga
(...)". Se utiliza a las mujeres como objetos de trabajo, incluso se usa el trabajo como una
forma "escondida" de exterminarlas: "(...)ya no se piensa en la reeducación del detenido, si
no en la explotación total de su fuerza de trabajo hasta el límite(...) hasta la muerte."
(Beccaria, 2010, págs. 28-29. 41).
Gracias al contacto con otras deportadas Lidia pudo entender lo que significaba vivir en el
campo. Tuvo que "re-aprender" que este sistema totalitario no daba motivos para pensar
que aquellas mujeres, ella como mujer, merecían estar ahí Tal como dice ella: "(...) tengo
que invertir todo aquello que me enseñaron en la escuela durante doce años y juzgar
acontecimientos, guerra, ideología bajo una luz nueva confrontando de manera crítica lo
que sabía y que me habían inculcado a la fuerza en la cabeza (...)" (Beccaria, 2010, pág.
101). Esto refleja lo que el totalitarismo no quiere. A pesar de no encontrarse
concretamente en un sistema totalitario antes de ser deportada a Ravensbruck, se aprecia
que el totalitarismo pudo monopolizar la idea propia del bien, de la felicidad. Es decir, la
función del totalitarismo es "(...)imponer una ética centralizada que ponga coto al
individualismo y al relativismo, homogeneizando coactivamente conductas y potenciando
el aspecto colectivo de las sociedades(...)" (Gatto, 2007, pág. 42)4 Por este motivo Lidia
4De forma similar, en Chile previo al golpe de Estado, se hacía general la idea de un grupo "bueno"
y otro "malo", generando bandos y potenciando la colectividad para crear un rival "(...) la vigencia
de un modelo de sociedad declarado (por cada bando el suyo) el único aceptable; la vida misma...
"Ellos o nosotros". "Matar o morir" (...)" (Verdad y Reconciliación, 1991, pág. 14)
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tuvo que borrar todas las antiguas enseñanzas de su vida "en el exterior" para poder abolir
de a poco todas las ideas que inculca el totalitarismo "escondido", aquel que se encontraba
tenuemente flotando fuera de Ravensbruck. Lidia ya no era una masa, un "no humano", un
robot... se estaba transformando, estaba volviendo a ser un individuo con pensamientos
propios, con crítica y con ganas de resistir y salir.
Para que las mujeres pudieran mantener una leve llama de esperanza, a pesar de los
cansancios físicos que las llevaba hasta el límite de dejar de sentir, utilizaban las noticias
del exterior. Conocían cuando un aliado ganaba, y se emocionaban esperando el anhelado
momento de liberación. Existía un instinto de sobrevivencia, el cual era usado por Lidia
para buscar formas de salir. Como sabía que sería imposible liberarse del campo, aspiraba a
salir del bloque en el que vivía, intentando buscar alguna forma que la ayudara a ingresar a
bloques con "mas privilegios". Esto refleja un tipo de estrategia usado para sobrevivir. Al
verse despojada de su antigua vida, busca alguna forma de mantenerse en el campo de
concentración, pero más dignamente, donde pueda resistir y quizás olvidar el lugar horrible
en el que estaba. Aunque en Siemens -lugar donde Lidia quería ir- las condiciones también
eran deplorables, pero al menos se mantenía trabajando en un lugar donde podía estar
sentada, evitando un poco más las torturas de otras áreas del campo, resistiendo al campo y
a todo lo que el totalitarismo involucra. De esta forma, resistiendo, logra conocer otras
mujeres que le enseñan formas de robar al sistema, trabajar usando el mínimo esfuerzo para
economizar fuerzas. Logra recordar su trabajo intelectual antes de Ravensbruck, lo que la
mantiene con un pie en "la otra realidad", la que se encuentra fuera del campo.
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A modo de síntesis, la experiencia de Lidia Beccaria como deportada en el campo de
concentración refleja las atrocidades vividas por muchas otras mujeres que compartían este
espacio. Gracias a su testimonio es posible reflejar lo que significa los campos de
concentración, lo que quieren representar los campos de concentración como una
institución del totalitarismo. En esta institución se aplica todo lo teórico que representa y
expresa el concepto de totalitarismo. Se explota a las mujeres, se las denigra, se les impide
pensar a través de trabajos forzosos que las agotan de tal forma que queden inhabilitadas.
Se les imponen valores y otros aspectos morales a modo de manipulación psicológica,
logrando que no hayan reflexiones sobre la situación en la que se vive, ni que se cuestionen
los motivos que indujeron a que miles de mujeres fueran a caer a Ravensbruck. Todas estas
experiencias, testimonios, comentarios de Lidia hacen reflexionar sobre cuán alejados del
presente se encuentran estos campos de concentración. Porque lamentablemente, no están
nada de alejados respecto a nuestra situación actual. Muchas de las circunstancias que
escribe la autora provocan una idea de similitud. En hechos más concretos, las dictaduras
vividas en América Latina demuestran cómo el totalitarismo no posee espacio geográfico ni
una época en especial. Trasciende todo esto, permaneciendo en el aire, de modo que en
cualquier momento, una situación cualquiera puede desencadenar su expresión al máximo,
llevando al asesinato de miles de personas que equivocadamente -o más bien, por una
"mala jugada del destino"- se encontraban en tal lugar y tal año.
Los testimonios de Lidia Beccaria pueden parecer similares a los contados por hombres,
pero esto es solo superficialmente, pues la visión femenina a veces se centra más en
pequeños detalles que algunos hombres no logran percibir, así como la evidente diferencias
de trato entre hombres y mujeres de los campos de concentración. El solo hecho de
dividirlos en campos "para hombres" y otros "para mujeres" indica la existencia de una
diferencia más allá de lo biológico. Lo que parece interesante investigar a futuro es el
motivo por el cual acá en Chile no se hizo esa división tan notoria entre campos de
concentración. Posiblemente el motivo sea evidente: contexto histórico, cultura, capacidad
de espacio, de dinero, etc., etc., pero aún así parece interesante ahondar en este tema.
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BIBLIOGRAFÍA
Arendt, H. (1999). Los origenes del totalitarismo. Madrid: Alianza.
Avila, M. (2010). Totalitarismo y subjetividad. Aproximaciones para pensar el campo de
dentención y de exterminio. Revista de la Academia nº15 , 159-167.
Beccaria, L., & Bruzzone, A. M. (2010). Las mujeres de Ranvesnbruck. Santiago: LOM.
Gatto, H. (2007). Capitulo 1: El desastre y las escrituras del desastre. En L. Block de Behar,
Cine y totalitarismo (pág. 2830). Buenos Aires : La Crujía.
Prisión política y tortura, C. n. (2005). Informe de la comisión nacional sobre la prisión
política y tortura. Santiago: La comisión.
Verdad y Reconciliación, C. N. (1991). Informe de la comisión nacional de Verdad y
reconciliación: Rettig. Santiago: La corporación.
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