ENSAYO DIPLOMADO U. DE CHILE EGIPTOLOGÍA Y MEDIO ORIENTE ANTIGUO

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UNIVERSIDAD DE CHILE Facultad de Filosofía y Humanidades Centro de Estudios Árabes. INFLUENCIAS RELIGIOSAS ENTRE LAS CULTURAS PERSA Y JUDÍA DIPLOMADO EN EGIPTOLOGÍA Y MEDIO ORIENTE ANTIGUO 2011 Gustavo Robles Cid Santiago, Febrero 2012.

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UNIVERSIDAD DE CHILE Facultad de Filosofa y Humanidades Centro de Estudios rabes. INFLUENCIAS RELIGIOSAS ENTRE LAS CULTURAS PERSA Y JUDA DIPLOMADO EN EGIPTOLOGA Y MEDIO ORIENTE ANTIGUO 2011 Gustavo Robles Cid Santiago, Febrero 2012. Un tema recurrentemente observado en el desarrollo del Diploma en Egiptologa y Medio Oriente Antiguo, ha sido la latente influencia entre las culturas de la regin. Notables similitudes pueden ser observadas en cada una de las hebras del tejido cultural de estos pueblos, sobre todo en el aspecto econmico, social y religioso. Para algunos estudiosos, el tema de la influencia e intercambio cultural es fcil de explicar como producto de las victorias militares y el comercio que se encargaron de propagar ideas entre los pueblos vecinos y que los grupos humanos menos desarrollados, fruto de la admiracin y ganas de aprender de los ms avanzados, asimilaron sus leyendas y relatos, sus concepciones religiosas, sus intentos de explicacin cosmognica y de alguna forma los adaptaron a sus necesidades.1 Pero, sera muy simplista considerar estos paralelos culturales como simples plagios o copias mal adaptadas por parte de una cultura sometida. Nos encontramos frente a un fenmeno ms complejo que debe considerar mltiples variantes como: los cambios climticos experimentados en la zona y las migraciones resultantes, los conflictos blicos, invasiones, deportaciones en masa, mestizajes culturales, la prevalencia de colonias extranjeras entre los pueblos, el desarrollo del comercio y los tratados polticos, entre otros. Cada uno de estos factores contribuy de alguna manera a la construccin progresiva de una cultura medio oriental comn, que dispona de una amplia gama de recursos que los pueblos podan considerar como herencia propia. Los casos y ejemplos que se pueden analizar son muchos, por ello, este ensayo pretende solo observar la influencia existente entre dos de esas culturas: los persas y los judos. Especficamente, indagar en la influencia religiosa que pudo haber resultado del contacto entre ellos en los siglos VI al IV a.C. Un cuestionamiento lgico sera Por qu puede resultar interesante la mutua influencia religiosa entre persas y judos, al punto de que sea objeto de estudio en este ensayo? Para responder es necesario considerar el carcter exclusivista de la cultura y religiosidad juda, sobre todo en este periodo exlico de su historia. Obstinado en la peculiaridad de sus instituciones, costumbres y ritos, propio de su intento de mantenerse aparte de los dems pueblos y destacarse como diferente. Dicho en palabras de un clebre filsofo alemn: los judos, ese pueblo sacerdotal, que no ha sabido tomar satisfaccin de sus enemigos y dominadores ms que con una radical transvaloracin de los valores propios de stos, es decir, por un acto de la ms espiritual venganza2 Este procedimiento (el de condenar radicalmente las expresiones religiosas de los pueblos vecinos) sigui un desarrollo que conviene dilucidar: los politesmos conciben dioses semejantes por sus peculiaridades y funcionalismos, as discrepen en los nombres debido a la diferencia de los lenguajes, sus imgenes y formas de culto tampoco concuerden; ellos, los ms relevantes, poseen significancia csmica, una base comn. Pero la distincin mosaica juda parti en dos este lenguaje comn entre los pueblos medio orientales, al rechazar lo anterior a su existencia y tildar de pagano lo que existiera por fuera de ella, rompiendo los vasos comunicantes que permitan establecer dilogos y acercamientos con las otras religiones. Ya no haba tal encuentro de divinidades en comn, los dioses ajenos son tajantemente falsos, y sus prcticas religiosas condenables. Cmo entonces es posible la que la cultura religiosa juda haya tomado figuras y creencias del zoroastrismo persa aquemnida? _________________________ 1 Ortiz, H. Angel. Fundamentos Culturales del Medio Oriente. Pg. 14. Tolima, Colombia. Edic. 2007. 2 Nietzsche, Friedrich, La Genealoga de la Moral, pgina 46, Alianza Editorial, Madrid, 1997. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 2 Influencias religiosas entre persas y judos. La teologa liberal y la crtica textual plantean que la mayora de los escritos religiosos judos veterotestamentarios fueron redactados mayoritariamente durante la dominacin persa o la llamada pos-cautividad juda (siglos V al III a.C.), es precisamente en este periodo histrico donde nace el fundamentalismo judo y su celoso nacionalismo. Los defensores de la teora documentaria apoyan una fecha tarda para la redaccin y forma final del cdigo sacerdotal, proponiendo algn periodo despus de la destruccin de Jerusaln por parte de Nabucodonosor, rey babilonio (586 a.C.)3 Se cree que la clase sacerdotal dominante se encarg, no solo de recopilar la tradicin oral, sino tambin seleccionar y modificar las narraciones que privilegiaban el celo monotesta y jurisprudente de la nueva religiosidad judaica. Los rabies judos consideraron que la deportacin a Babilonia, era la justa disciplina de Yahvh, por las continuas practicas idoltricas y paganas del pueblo, por lo tanto, la redencin y restauracin del pueblo judo a la tierra de sus padres, vendra como resultado de una estricta practica ritual-legal. De hecho, varias instituciones del judasmo (algunas de ellas permanecen hasta nuestros das) nacen en este periodo de intercambio cultural con los babilonios y persas. Remitindonos nuevamente a la interrogante antes planteada, resulta interesante apreciar que mientras la cultura religiosa sacerdotal juda despreciaba la religiosidad babilnica, por otra parte considere la teologa persa como fuente de ilustracin y recurso valido, sobre todo en las temticas escatolgicas y de angelologa. Mientras Babilonia es considerada el smbolo mximo de perversin, inmoralidad, injusticia social, opresin y decadencia espiritual, la monarqua persa aquemenida es considerada casi mesinica: Baja, sintate en el polvo, joven Babilonia; sintate en tierra, sin trono, capital de los caldeos, que ya no te volvern a llamar blanda y refinada Insiste en tus sortilegios, en tus muchas brujeras, que han sido tu tarea desde joven; quiz te aprovechen, quiz los espantes. Ests harta de consejos: que se levanten y te salven los que conjuran el cielo, los que observan las estrellas, los que pronostican cada mes lo que te va a suceder. Mralos convertidos en paja: el fuego los consume y no pueden librarse del poder de las llamas; ni siquiera son brasas para calentarse ni hogar para sentarse enfrente. En eso han terminado aquellos con quienes traficabas, con quien te atareabas desde joven: cada uno se pierde por su lado, y no hay quien te salve. (Isaas 47:1,12-15 BNP) As dice el Seor a su ungido, Ciro, a quien lleva de la mano: Doblegar ante l naciones, desarmar a los reyes, abrir ante l las puertas, los batientes no se le cerrarn. Yo ir delante de ti allanndote cerros; har trizas las puertas de bronce, arrancar los cerrojos de hierro, te dar tesoros ocultos, caudales escondidos. As sabrs que yo soy el Seor, que te llamo por tu nombre, el Dios de Israel. (Isaas 45:1-3 BNP) 4 Los escritos sagrados judos consideran metafricamente a Babilonia, su cultura y prcticas religiosas semejante a una joven que se ha prostituido en pos de abusar del poder sobre los dems pueblos. Sin embargo, estos mismos consideran a Ciro, rey persa de la dinasta aquemenida (550 al 530 a.C.) un libertador, un caudillo, un enviado de Dios, _________________________ 3 Archer, Gleason. Resea crtica de una introduccin al Antiguo Testamento. Pag.176. Edit. Portavoz. 1998. 4 Schokel, L. Alonso. La Biblia de nuestro Pueblo. Instituto Pontifico de Roma. 2010. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 3 Influencias religiosas entre persas y judos. ms aun, un verdadero ungido ( mashiaj) de Jehov el nico Dios del pueblo judo. Es asombroso considerar que los escritores sagrados judos utilicen la expresin mesas, el ungido o escogido de Dios para asignarlo a un rey extranjero o pagano. Para entender cabalmente esta figura es necesario recordar que este ttulo era empleado por la teologa hebrea para referirse a los servidores directamente escogidos por Jehov, Dios de Israel, en un servicio exclusivo como los sumo-sacerdotes y reyes de Israel. Al estudiar detenidamente la cultura y religiosidad persa y juda entrelazada en esta poca de contacto, es imposible no notar la gran cantidad de paralelos existentes. Es posible que los escritos judos del exilio y pos-exilio como Daniel, Zacaras y Malaquas hayan utilizado figuras y conceptos tomados de la religiosidad persa? Pudo permitirse la celosa y nacionalista teologa judaica tomar creencias religiosas persas para perfeccionar o contextualizar sus principios? Existir alguna influencia juda en la cultura religiosa persa de este periodo? El postulado central de este ensayo pretende indagar y exponer la latente utilizacin de recursos persas en la construccin religiosa juda exlica y pos-exlica, al punto de influir tambin sobre las creencias escatolgicas y demonolgicas del cristianismo del primer siglo. Para despejar las interrogantes anteriormente expuestas es necesario revisar la historia religiosa persa y juda consultando los registros religiosos persas del periodo como: el Avesta y el Zend-Avesta (el primero atribuido al reformador Zoroastro y el segundo a los seguidores del mazdesmo entre los siglos VI al IV a.C.). Sus contrapartes judas como el Tanaj (texto correspondiente al Antiguo Testamento judo), La Mishna (tratado de seis divisiones que condensa la tradicin oral del los sabios judos entre los siglos III a.C. al II d.C.). Y algunos textos religiosos judos considerados por los telogos cristianos no cannicos pero que reflejan las creencias religiosas populares de este periodo como: El libro de Henoch, Los Jubileos, e algunos insertos al texto de Daniel. La religin en la antigua Persia La Persia antigua, o Irn, es territorio de granes estepas desrticas, comprendido entre las rivera oriental del ro Tigris y la costa occidental del Indus. La primera constancia histrica de este inmenso pas, ocupado por los pueblos medos y persas, cuya principal ciudad era Ecbatana, se encuentra en una tablilla cuneiforme referida a la conquista del territorio por parte del rey asirio Salmanasar III en el ao 835 a.C. A partir del 558 a.C. la dinasta persa aquemnida, con Ciro y sus sucesores Jerjes y Artajerjes, asumen el poder y unifican a persas y medos en un solo imperio que Ciro extender hasta Babilonia en el 539 a.C. Ms tarde, Alejandro Magno (333 a.C.) invadir el territorio llegando hasta el Indus. A su muerte quedaron a cargo de la regin sus generales conocidos como Lgidas. En 171 a.C. los persas autctonos retoman el poder con Mitrdates dando inicio a la dinasta de los Arscidas. En el 241 d.C. asumen el poder los Sasnidas, con Sapor I, hasta que en el 640 d.C. el segundo califa Omar invade el territorio iran anexndolo a la Umma o comunidad del islam. Se debe distinguir entre los pueblo iranios y persas propiamente dichos. Los pueblo iranios, cuyos primeros representantes llegaran al Oriente Medio con los movimientos migratorios que se produjeron a finales del III milenio a.C. y que han sido Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 4 Influencias religiosas entre persas y judos. atestiguados por el reino Mitanni, se extenderan en el I mileno a.C. desde el Hindu Kush hasta las llanuras ucranianas y danubianas. Pueblos como los cimerios, en el norte del Mar Negro, o los escitas europeos pertenecan al grupo de los iranios. Los persas al igual que los medos, son un pueblo indoeuropeo de lengua irania, pero separado culturalmente de los dems por sus contactos con el mundo sedentario y urbano tanto del sureste de la meseta irania como de la Mesopotamia. El ncleo persa, hay que situarlo en el suroeste del Irn actual, en la moderna provincia de Fars, limtrofe a las provincias de Juzistn e Ilam, lugar donde se origino y desarrollo el mundo elamita desde los comienzos de la urbanizacin hasta la poca romana. El primer reino persa definido es el de Anzan, cuya capital se sita en el actual yacimiento arqueolgico de Tell-i Malyan, no lejos de Shiraz, en las tierras altas de la provincia de Fars. Anzan junto con Susa, situada ms al norte y posterior capital de los aquemnidas, haba formado una unidad poltica desde el III milenio a.C. bajo la dinasta de los Ybridas. De esta manera, aunque es un asunto de continua revisin y discusin, la cultura persa es la combinacin de elementos iranios con un sustrato cultural elamita, y este el principal factor diferenciador con otros pueblos con los que comparte un origen tnico semejante.5 El gran imperio persa lleg abarcar tres continentes y por lo tanto produjo una mixtura cultural importante. Los elementos fsicos acondicionaron la densidad y naturaleza de las poblaciones, que hasta la poca persa haban vivido una manera ms o menos autnoma. No poda existir un imperio con pretensiones de durar, de ir ms al l de la propia conquista, si este no se articulaba de un extremos a otro como si se tratara de un solo cuerpo. Mientras que Herdoto cita 67 pueblos distintos, Daro solo menciona 23, y el orden es diferente. Ambos listados, a excepcin de algn territorio, coinciden en la amplitud geogrfica y en la mayora de los pueblos sintetizados por los persas. Por lo anteriormente expuesto es difcil creer que no existiese influencia e intercambio, en especial en el tema de la religiosidad en un imperio tan vasto y diverso culturalmente. La antigua religin persa, anterior la reforma introducida por Zoroastro en el siglo VI a.C. solo nos es conocida por la propia reinterpretacin zorostrica que lleg a sobrevivir a la dominacin islmica siglos ms tarde. El primer historiador que facilit el acceso del mundo occidental a las antiguas creencias religiosas persas fue el historiador francs del siglo XVIII, Anquetil Duperron6, seguido en el siglo XX por el especialista J. Duchenes-Guillemin7. El mazdesmo hunde sus races en la anterior tradicin hind vdica, una religin de tipo naturalista, con profunda devocin a los astros y a las fuerzas de la naturaleza, y matices de las creencias heredadas de sus antepasados arios. Contaban con un panten de divinidades que eran servidos por un cuerpo clerical llamados por los griegos los maguj (magus), influyente casta hereditaria encargada de celebrar los sacrificios sangrientos para agradar a las divinidades. Entre los dioses ms venerados se encontraba la triada compuesta por Ahura Mazda (Ormuz), divinidad de la luz; Mithra, dios de los pastores y a posteridad del sol y del culto mistrico; y Ahinaita, diosa de las fuentes y de la fecundidad. Los antiguos persas tenan como ritual ms importante la veneracin al fuego purificador, celebrada en una pira sagrada permanentemente encendida en un lugar alto. __________________________ 5 Matilla, Gonzalo. Vida y costumbres de los persas. Pg.17-18. Edimat Libros. Madrid. 2007 6 Duperron, Anquetil. Zend-Avesta; trabajo de Zoroastro reflejado en el original zend. 3 volmenes. Paris 1771. 7 Duchenes-Guillemin. La religin del antiguo Irn. Paris. P.U.F. 1962. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 5 Influencias religiosas entre persas y judos. Los magos eran los encargados del cuidado de este fuego sagrado, adems de interpretar y ejecutar su voluntad de divina. Los dioses de la antigua religin persa se dividan en dos grupos: los ahuras y los daevas. Los primeros eran considerados seores de bondad, mientras que los segundos eran espritus malignos.8 Dentro de los ms considerados por los documentos histricos se encuentran: Aban (dios del agua), Ahrimn (dios de la oscuridad, oponente de Ahura Mazda), Ahura Mazda (como ya se ha mencionado, divinidad de la luz y personificacin del bien y la sabidura), Airyaman (dios de la amistad), Amerelat (diosa de la inmortalidad y protectora de la vegetacin), Anahita (diosa de la fecundidad), Apausha (demonio de la sequa y la aridez), Asha (dios de la justicia y el fuego), Astwihad (demonio de la muerte), Atar (dios del fuego sagrado, hijo de Ahura Mazda), Daena (diosa de la pos-muerte), Haurvatat (dios de la salud y el agua), Hooma (dios de las buenas cosechas), Mah (dios lunar), Mithra (dios de la luz y la verdad), Rasnu (mensajero divino de la justicia y el juicio), Thisya (dios de las lluvias), Tiri (dios astral), Vayu (dios del viento), Verethraghna (dios herrero, de la victoria y la guerra), Zam (divinizacin de la tierra), Zarich (demonio de la vejez), Zurvan Akarama (dios primordial, padre de Ahura Mazda y de Angra Mainyu o Ahrimn).9 La antigua religin persa era alimentada por muchas creencias mgicas y de sacrificios cruentos, pero esta situacin tuvo su cambio enrgico durante los siglos VII y VI a.C. por la labor de reforma religiosa llevada a cabo por el profeta de Ahura Mazda, Spitama Zarathustra (llamado Zoroastro por los griegos). La reforma Zoroastrista El joven reformista naci en los alrededores de Tehern, desarrollando su labor entre los aos 628 al 551 a.C. segn la tradicin mazdesta, aunque segn G. Widengreen, buen estudioso de las religiones de Irn, propone que Zarathustra vivi, con seguridad, antes de los dos grandes reyes aquemnidas del oeste de Irn: Ciro el Grande (550-530 a.C.) y Daro, que gobern del 522 al 486 a.C.10 La mayora de los entendidos en historia iran, plantean que todo los que sabemos del profeta persa se desprende de los escritos del Avesta, por lo tanto abundan un sin fin de leyendas y muchas de ellas de tipo sobrenatural. Sus padres, segn el Avesta, se llamaban Ponrusaspa, el padre, y Dughdhoua, la madre. Los habitantes de la regin donde naci se dedicaban a la cra de caballos. Estaba casado y de su matrimonio tuvo un hijo y una hija. Conto con discpulos; los dos ms famosos fueron Vistaspa y Frasaostra. El primero fue un rey que lo protegi. Fue, desde el primer momento, enemigo acrrimo de la religin irania tradicional, lo que le obligo a huir de su tribu y refugiarse en la corte del rey-sacerdote Vistaspa. Algunos reyes-sacerdotes se opusieron a la predicacin de Zaratustra, no solo por razones religiosas, sino tambin econmicas y sociales. La base econmica de estas poblaciones era la cra de ganado bovino, que estaba sometido a una inicua explotacin. Los criadores de ganado estaban arruinados. A este trato se opuso Zarathustra, que cont con enemigos personales. Entre estos, los magos defensores de la antigua religin. __________________________ 8 Mourre, Michel. Religiones y filosofas de Asia. Pg.44. Edic. Zeus. Madrid. 1986. 9 Walker, Joseph. Grandes civilizaciones del prximo oriente. Pg. 349. M.E. Editorial. Madrid. 1996. 10 Widengreen, G. Las religiones del islam: sobre mazdesmo. Pg. 123. Paris. 1968. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 6 Influencias religiosas entre persas y judos. A pesar de que Zarathustra rechazaba varias de las creencias de los magos, acept la adoracin al fuego sagrado como smbolo mximo de la purificacin y desplaz a los dioses benignos menores a la calidad de servidores o mensajeros (ngeles) de Ahura Mazda, y los agrup en tres grupos segn su funcin, militar, econmica y social. Mientras que a Ahriman le asign el papel de su enemigo personal, y por supuesto a los daevas los design como demonios o espritus malignos. Tuvo un grupo de amigos y de seguidores, segn los Gathas (poemas del Avesta), a los que predicaba su doctrina. Eran gentes dedicadas a practicar la pobreza, y vivan de la mendicidad. Vestan el mismo traje y cubran su cabeza con un alto bonete. Iban armados con una maza. Este tipo de vida encontr una oposicin religiosa y social, de lo que hay huellas en los Gathas. Zarathustra se opona a los sacrificios cruentos de los toros que hacan los sacerdotes, que maltrataban el ganado, con lo que se oponan al principal rito de la religin tradicional. Zaratustra ataco duramente a Yima, el primer rey que dio a comer a los hombres trozos de carne de buey y fue el gran hombre de las sociedades masculinas. Igualmente, rechazo la ahoma, bebida sagrada que desviaba la muerte. La aparicin y predicacin de Zarathustra fue una verdadera revolucin. La doctrina Zoroastrista Se consideraba el mazdesmo como una religin monotesta, pero esta idea debe modificarse en gran manera. Con la doctrina de los dos Gemelos, Zarathustra se remonta a la vieja tradicin irania de Vayu, que podra ser bueno y malo. Zarathustra espiritualiza esta doctrina. Los dos Gemelos que se oponen son una verdadera disputa sacra de bien y mal en contrapeso. El profeta enseaba esencialmente que exista un dios supremo, Ahura Mazda, nico dios de la luz y del cielo, creador de todo lo que existe y de lo que es bueno. Contrario a l exista Ahriman, creador de todos los vicios y males que existan sobre la tierra. Estn rivalizados continuamente, y es el ser humano (creacin de Ahura Mazda) quien debe decidir a quin servir, si al bien y la rectitud personificados en Ahura Mazda, o al mal y perversin personificados en Ahrimn. Zarathustra enseaba que el ser humano debe hacer el bien, actuar con justicia y decir siempre la verdad, de esta manera recibira como recompensa el paraso o jardn de deleites de Ahura Mazda. Si por el contrario elega practicar el mal, injusticia y la mentira, a su muerte, sera juzgado con total severidad por Ahura Mazda, quien lo condenara al infierno para recibir tormento eterno. En el drama escatolgico mazdesta se da la lucha contra monstruos: la lucha contra los dioses tradicionales. El sacrificio en el mazdesmo es de carcter escatolgico y cosmolgico. Ahura Mazda, mediante sacrificios, cre al hombre primordial, al cosmos y a Zarathustra. En la fiesta del Ao Nuevo se festejaba la renovacin escatolgica, cuando resucitarn los muertos y se celebrar el Juicio Final. Zarathustra espiritualiz la antigua escatologa irania o eligi la ms conveniente. Su concepcin de la muerte y del estado subsiguiente se caracteriz por la distincin entre hombres buenos y malos. El camino del cielo pasa por el Puente de Cinvat. En torno al Puente Cinvat se tejieron ciertos elementos chamnicos. Un viaje al cielo y a los infiernos alude a una iniciacin chamnica. Zarathustra reaviv de este modo la antigua creencia irania del viaje de los difuntos y dio importancia a su culto. El mismo Zarathustra atraviesa el puente como conductor de las almas justas. Es el redentor por revelar la palabra de dios y conduce al cielo a los buenos. Es el enviado de dios. Zarathustra descubri los sucesos que acaecern los ltimos das de la historia. Menciona un gran Juicio Final, que ser Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 7 Influencias religiosas entre persas y judos. mediante fuego y metal liquido, que viene por orden de Ahura Mazda, quien lo preside. En este juicio, buenos y malos recibirn su merecido. La consecuencia es la transfiguracin de los justos. El mal ser vencido al final. El Bien acabara triunfando, por lo que Zarathustra expresa un punto de vista totalmente optimista de la historia. El detalle de las principales doctrinas del zoroastrismo ser analizado ms adelante, en el ejercicio de comparacin de las creencias persas y judas. Influencia del zoroastrismo en la cultura persa Aun cuando se cree que el profeta muri asesinado por un trtaro fantico o tal vez por algn opositor partidario del antiguo orden religioso, su enseanza haba llegado para quedarse. A pesar de que los magos opositores aprovecharon su muerte para realizar una suerte de sincretismo con las doctrinas de Zarathustra, ests dejaran marcas profundas en la cultura religiosa persa, en especial en las clases nobles y gobernantes. Es importante notar que los reyes Ciro y Cambises no eran de una casta persa pura, ni menos adoradores exclusivos de Ahura Mazda, pero con ascensin al trono de Daro I y su conversin al mazdesmo, esta se convirti en la religin oficial del imperio. De todas formas fueron respetadas algunas creencias antiguas, como la adoracin a las fuerzas de la naturaleza, que solo fueron acomodadas bajo la sujecin de Ahura Mazda. As lo describe Herodoto: Las leyes y usos de los persas he averiguado que son estas. No acostumbran erigir estatuas, ni templos, ni aras, y tienen por insensatos que no piensan a quienes lo hacenSuelen hacer sacrificios a Jpiter (Ahura Mazda), llamando as a todo el mbito del cielo, y para ello suben a los montes ms elevados. Sacrifican tambin al sol, a la luna, a la tierra, al agua y a los vientos; siendo esas las nicas deidades que reconocen desde la ms remota antigedad.11 Las enseanzas zorostricas permearon el que hacer social y religioso de los persas entre los siglos VI a V a.C. sobre todo en los gobernantes aquemnidas. De hecho, una inscripcin realizada por Daro describe su fe en el mazdesmo despus de desalojar de la corte de Persia a un par de magos impostores: As dijo Daro, el rey: Estas gentes (los magos opositores) se haban revelado; la mentira les haba hecho rebeldes, haban engaado al pueblo. Ahura Mazda me los entreg en mis manos. Todo lo que he hecho yo, lo he hecho por obra y gracia de Ahura Mazda. Quienquiera que seas t, que lees esta inscripcin crela firmemente, no hay en ella mentira. Que Ahura Mazda sea testigo de que digo la verdad, y no mentira, en el relato de mis hazaas12 No caben dudas que el rey Daro no solo fue en gran organizador del imperio Persa y arquitecto de su esplendor, adems fue el gran promotor de la religin de Zarathustra. Existen muchas inscripciones reales donde se puede apreciar la esencia triple de la teologa mazdeista: buenos pensamientos, buenos trabajos, y buenos hechos. Un excelente ejemplo de esto es la siguiente declaracin de Daro: __________________________ 11 Herodoto de Halicarnaso. Los nueve libros de la historia. Pg.104. Edic. Edaf. Madrid. 1989. 12 Pijoan, Jos. Historia del Mundo. s.v. Los arios en Persia. Pg. 162. Editorial Salvat. Barcelona. 1982. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 8 Influencias religiosas entre persas y judos. He amado la justicia y he odiado la mentira. Ha sido mi voluntad que ninguna injusticia fuera hecha a la viuda y al hurfano; he castigado al mentiroso. Pero al que trabaja yo he recompensado.13 Los registros histricos y las inscripciones reales, hacen suponer que por lo menos Daro, Jerjes y Artajerjes promovieron el mazdesmo como la religin oficial de los persas (521 424 a.C.), y es posible suponer que la religin de Zarathustra pudo haber mantenido su influencia en la monarqua persa hasta el reinado de Daro III Codomano (336 330 a.C.). Durante este significativo periodo de la historia de Medio Oriente, el otro pueblo que es objeto de estudio en este ensayo, el judo, est bajo dominio del imperio Persa y se encuentra totalmente expuesto a la influencia cultural y religiosa de este. De hecho, la mayora de los judos se encontraban en la dispora, en importantes ciudades persas como Babilonia (bajo dominio persa), Ecbatana o en Susa. Solo una minora (aprox. 50.000 judos) haba retornado a la franja Cananea, bajo el edicto de liberacin de Ciro en el 536 a.C. Panorama religioso-cultural de los judos bajo el imperio Persa Cuando se estudia la evolucin histrica de la religin juda, se puede encontrar un cambio dramtico concentrado en el periodo iniciado con el exilio a Babilonia, y poco ms tarde con el dominio persa. La cultura agrcola-pastoril que el pueblo hebreo haba mantenido durante siglos, y su culto que giraba en torno a los sacrificios diarios en el templo edificado en Jerusaln, fueron trastocados bruscamente con las invasiones babilnicas y la destruccin del templo a manos del rey babilonio Nabucodonosor en el 586 a.C. La flor y nata del pueblo judo fue deportada a Babilonia, mientras los campesinos, los pobres, ancianos y enfermos fueron dejados en la tierra de Jud. Es muy probable que durante el gobierno de Godolas, encargado por el imperio babilnico, se haya procurado la reactivacin econmica y administrativa de la regin, pero lamentablemente esto se vio estorbado por el asesinato de Godolas. Segn los presupuestos del arquelogo W.F. Albright, no debieron quedar ms de 20.000 personas en toda la regin de Judea,14 pero los estrategas babilonios se encargaron hbilmente de mantener esta poblacin bajo control, otorgndoles el dominio de grandes extensiones de terrenos que antes haban pertenecido a la clase noble deportada. De esta manera, la agradecida clase campesina, nunca se sublevara en contra de quienes les haban favorecido. Por otra parte, los deportados debieron ser ubicados en los alrededores de la ciudad capital de Babilonia, como lo indica el historiador griego Beroso, 15 en colonias compactas en la regin meridional cerca del gran canal o como lo llamaban los judos :: : (nehar kebar), el ro Quebar en las cercanas de Nipur. Ms tarde los judos se extenderan a casi toda Babilonia (Tel-mela, Tel-harsa; Tel-abib, Ahava, Casifia, Neerda y Nisibis) 16 __________________________ 13 Walker, Joseph. Grandes civilizaciones del prximo oriente. Pg. 352. M.E. Editorial. Madrid. 1996. 14 Soggin, Alberto. Nueva historia de Israel. Pg. 322. Edit. Descle de Brauwer. Bilbao. 1997. 15 Idem, pg. 323. 16 Idem, pg. 325. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 9 Influencias religiosas entre persas y judos. Es muy probable que los judos expatriados realizaran toda clase actividades productivas, desde servir como funcionarios especializados en la corte del imperio, agricultores en las frtiles llanuras del ro Eufrates, hasta convertirse en hbiles comerciantes, prestamistas o funcionarios bancarios (si pudisemos llamar a s a los encargados de la administracin de bienes de los nobles).Todo esto se ve confirmado en crnicas babilonias y grabados como los encontrados en Nipur, en las excavaciones realizadas por universidad de Pensilvania entre los aos 1898 y 1904. Uno de ellos, el archivo de la banca de Murashu (siglo V a.C.), registra entre sus funcionarios y clientes, varios nombres hebreos, que son fcilmente reconocibles por ser nombres compuestos que utilizan los sufijos (Jah) o (YHVH)17 La deportacin juda a Babilonia no solo transform la fisonoma social y econmica del pueblo, adems afect su estructura cultica y religiosa. Al no contar ya con el templo nico de Jerusaln, era imposible ofrecer sus sacrificios y ofrendas de paz diario. Por ende, la casta sacerdotal debi cambiar sus funciones. La concepcin de la tierra cambio radicalmente por encontrarse en suelo extranjero y las expectativas del resurgimiento de un reino davdico o mesinico fueron seriamente afectadas. La conciencia religiosa juda debi adaptarse de la mejor manera para permanecer vigente en el alma de la colectividad exiliada. Insertos en una metrpolis cosmopolita totalmente ajena a lo que conocan y presionados continuamente por una administracin que pretenda convertirlos, a toda costa, en nuevos ciudadanos de Babilonia, la cultura juda comenz a realizar una serie de emergentes reformas en materia de religiosidad que permitieran mantener la identidad juda y la tradicin de sus antepasados. Nace entonces la ortodoxia o fundamentalismo religioso judaico. Es a este periodo que los historiadores judos asignan el surgimiento de una serie de instituciones social-religiosas como: la sinagoga ( r edad; comunidad, asamblea o reunin), que con el tiempo se consagr como -::: -: (Bait hakneset; la casa de la asamblea). Se constitua con un mnimo de diez varones (las mujeres y los nios menores no contaban) y su finalidad era la instruccin en torno a la ley de Moiss y la adherencia o cohesin social. Obviamente, en sus inicios era rudimentaria y no contaba con las complejas reglas y exigencias que rodearan a las sinagogas el siglo I d.C. pero en torno a ella comenzara a girar la vida religiosa juda. En ella es donde aparece la figura del : (rab, mi maestro), que marcara tan profundamente la labor docente-religiosa, al punto de volverse directiva y legal, solo un par de siglos ms tarde estableceran las bases de lo que conocemos como judasmo moderno. Ante la falta de la figura sacerdotal, los judos expatriados convergan en la bsqueda de la sabidura de los rabies para recibir orientacin legal, tica y religiosa. Sern estos ltimos los encargados de preservar las costumbres, tradiciones, mantener la enseanza basada en los escritos sacros, y hasta conservar la nocin de la lengua de los padres, el hibri, que estaba siendo cambiado progresivamente por el arameo, lengua oficial del imperio babilnico y persa. El culto que los judos ofrecan antes del exilio a Babilonia, en el templo de Jerusaln, se fue transformando en la dispora en un culto familiar. En este tipo de liturgia, el padre tomaba el lugar del sacerdote, la madre asista en lugar de los levitas, y __________________________ 17 Idem, pg. 331. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 10 Influencias religiosas entre persas y judos. los hijos formaban la congregacin o la asamblea. La comida tomaba el lugar de los sacrificios, y la mesa familiar asimilaba el altar, de esta manera surge la kashrut, es decir, lo que es apto y puro como comida para honrar al Dios de Israel. Otro bastin de la cultura religiosa juda que surge en esta poca de contacto con las culturas babilnica y persa, es una gran cantidad de literatura sacra, entre ellas, la formacin de los mitzvot o mandamientos que conformaron la famosa tradicin de los padres -:s e (prique abot), que ms tarde se condesar en la ::: (mishn; ley oral). Un ejemplo de estos mitzvot o mandamientos lo encontramos en la ley del shabat, mientras la ley de Moiss estipulaba que no se deba trabajar en sbado por estar consagrado a Dios (xodo 20:8-11), los rabinos judos detallaron treinta nueve actividades que eran consideradas ilcitas de realizar en este da.18 Una gran cantidad de escritos sagrados judos fueron redactados entre los siglos VI al III a.C. tanto aquellos que fueron canonizados por los sabios (Daniel, Jeremas, Ester, Nehemas, Esdras, Zacaras, Hageo, Malaquas), como aquellos que fueron desvalorizados como textos sacros (Los Jubileos, El libro de Henoch, La asuncin de Moiss, El apocalipsis de Moiss, entre muchos otros), todos ellos con una claro contexto cultural babilnico, pero por sobre todo persa. Paralelos entre las creencias religiosas judas y persas Resulta muy difcil ignorar la variedad de paralelos que se pueden observar entre el desarrollo teolgico judo exlico y pos-exlico y las creencias persas mazdeistas. Para expertos como el historiador Alberto Soggin19 es incuestionable que los religiosos judos adoptaron las creencias mazdestas persas, sobre todo en doctrinas relacionadas con la angelologa, demonologa y escatologa, sondendolas aun en los escritos de la comunidad de los esenios y hasta en los escritos cristianos de los tres primeros siglos despus de Cristo. Es fundamental entonces, indagar puntualmente en estos paralelos, sobre todo en las reas teolgicas anteriormente mencionadas. 1. Influencia observada en la angelologa y demonologa La teologa juda consideraba ya desde muy temprano en su historia, la creencia en seres supra-humanos que se encontraban al servicio de Dios o que le representaban de alguna manera ante los hombres. La expresin hebrea s:: (malaj, mensajero) es usada en los escritos sagrados judos reiteradamente para referirse a seres enviados por Dios para realizar una misin particular entre los seres humanos. Visitaron a Abraham, lucharon con Jacob, aparecieron cerca del campamento de Josu y alentaron a Geden.20 Las creencias judas anteriores al tiempo de exilio, consideraban a los ngeles como una especie de teofana, si un ser humano tena contacto con un ser anglico deba valorarlo como si viese a Dios mismo. Si el Dios de Israel no poda ser visto por los seres humanos, ni su ley aceptaba las imgenes, entonces ver un ngel era considerado como verle a l. __________________________ 18 Barth, Aarn. Los interrogantes eternos: la respuesta juda. pg. 47.Edit. Astronel. Jerusaln. 1990. 19 Soggin, Alberto. Nueva historia de Israel. Pg. 348. Edit. Descle de Brauwer. Bilbao. 1997. 20 Gnesis 18:2; 19:1; 28:12; Josu 5:13; Jueces 6:11-12 (Tanaj Hebreo y Biblia de Jerusaln). Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 11 Influencias religiosas entre persas y judos. Tal vez por ello, la antigua tradicin hebrea les llamaba tambin :s:: (bene elohim, hijos de Dios). Sin embargo, cada vez que son mencionados o descritos de alguna manera en los antiguos textos sagrados hebreos, aparecen tomado forma humana, al punto de ser confundidos como visitantes, viajeros o beduinos. Al parecer solo eran identificados como seres anglicos cuando entregaban un mensaje departe de Dios o cuando realizaban alguna accin milagrosa: El ngel del Seor ( ) se le apareci y le dijo: El Seor est contigo, valiente. Geden respondi: Perdn; si el Seor est con nosotros, por qu nos sucede todo esto? Dnde han quedado aquellos prodigios que nos contaban nuestros padres: De Egipto nos sac el Seor? La verdad es que ahora el Seor nos ha desamparado y nos ha entregado a los madianitasEl ngel del Seor ( ) le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, colcalos sobre esta roca y derrama el caldo. As lo hizo. Entonces el ngel del Seor ( alarg la punta del bastn que llevaba, toc la carne y los panes, y se levant de la roca una llamarada que los consumi. Y el ngel del Seor desapareci. Cuando Geden vio que se trataba del ngel del Seor, exclam: Ay Dios mo, que he visto al ngel del Seor cara a cara! 21 Respecto a la creencia en los demonios en las tradiciones judas tempranas, debemos ser honestos y reconocer que solo encontramos a los seres llamados rc (sa ir, stiros o espritus del desierto), ms tarde los escritos sagrados usaron este trmino para referirse ms bien a los pequeas estatuillas de dioses extranjeros.22 Es muy difcil encontrar registros hebreos anteriores al siglo VI a.C. que mencionen a este tipo de seres malignos o demoniacos. Sin lugar a dudas, como todos los pueblo de Medio Oriente debieron haber desarrollado algunas creencias populares, pero no encontramos grandes vestigios de ellas en los escritos sagrados. Con excepcin de las referencias a Tiammat, la serpiente marina del caos original, el Behemot, y el temido Levietn, todas posibles alusiones a los relatos mesopotmicos de seres mticos que fueron derrotados por los dioses primordiales de cada una de las culturas de la regin. En los escritos hebreos tempranos encontramos al :c (satn, adversario u opositor) y aun cuando esta expresin es utilizada para referirse a cualquiera que se opone al pueblo hebreo o a la voluntad de Dios, tambin es usado para personificar al enemigo sobrenatural nmero uno del Dios de Israel: Un da, cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse delante del SEOR, Satans ( ) vino tambin entre ellos. El Seor le pregunt: De dnde vienes? l respondi: De dar vueltas por la tierra.23 __________________________ 21 Jueces 6:12-13, 20-22. Tanaj Hebreo y La Biblia de nuestro Pueblo (Edicin de Luis Alonso Schokel). 22 Levitico17:7 y 2Cronicas 11:15 (Tanaj Hebreo y Biblia de Jerusaln). 23 Job 1: 6-7. Tanaj Hebreo y La Biblia de nuestro Pueblo (Edicin de Luis Alonso Schokel). Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 12 Influencias religiosas entre persas y judos. Las creencias judas respecto a seres anglicos o demonios, sin lugar a dudas tendrn un nuevo aire en el periodo de exilio, bajo la dominacin persa y posterior a esta. La cultura religiosa juda que dibujaba en blanco y negro sus relatos y experiencias con estos seres, despus de la influencia de las ideas persas al respecto, comenzar a experimentar un completo abanico de colores en su narrativa y tradiciones. Un claro ejemplo de esto lo podemos apreciar en el uso que hace el escritor del libro proftico de Zacaras (escrito cannico judo contextualizado aproximadamente en el 520 a.C.), del recurso anglico. En este texto los ngeles son citados como guas del profeta, le exhortan y le muestran visiones con la revelacin de Dios para el pueblo judo que ha retornado del cautiverio: Pregunt: Quines son, seor? Me contest el ngel ( ) que hablaba conmigo: Te voy a ensear quines son. Y el que estaba entre los arbustos me dijo: A stos los ha despachado el Seor para que recorran la tierra. Ellos informaron al ngel del Seor ( ), que estaba entre los arbustos: Hemos recorrido la tierra y la hemos encontrado en paz y tranquila.24 El libro de Zacaras cita 18 veces la intervencin de ngeles desde el capitulo 1 al 6 en sus orculos y visiones. Es tal vez, el libro del Antiguo Testamento hebreo que ms veces seguidas menciona la intervencin de estos seres. Adems, el escritor de este libro hace una clara alusin en su cuarta visin a :c (satn), personificando la figura de un fiscal o acusador despiadado: Despus me ense al sumo sacerdote, Josu, de pie ante el ngel del Seor ( ). A su derecha estaba el Satn ( ) acusndolo. El Seor dijo a Satn: El Seor te llama al orden, Satn; el Seor, que ha escogido a Jerusaln, te llama al orden. No es se un carbn ardiente sacado del fuego?25 Al examinar la contraparte persa mazdeista se encuentran relatos de arcngeles corporales, algunos masculinos y otros femeninos, que en algn momento se confundan con los genios buenos o perversos de la antigua religin persa.26 El Avesta nos relata la particular experiencia que tuvo el mismo Zarathustra con estos seres anglicos, tanto del bien como malvados, por ello los mazdeistas veneraran a los yazatas y fravashis (especie de ngeles guardianes) considerados como enviados de Ahura Mazda. Para los mazdestas existan doce arcngeles principal es, seis buenos y seis malvados, cada uno de ellos se identificaba con algn elemento de la naturaleza.27 Esta misma creencia ser adoptada por las tradiciones judas del siglo III al I a.C. es ms, los fariseos (partido poltico religioso judo influyente durante el periodo de dominacin romana) crean que los ngeles podan habitar en las aguas, las hojas de los arboles, los sembrados, etc. __________________________ 24 Zacaras 1:9-11. Tanaj Hebreo y La Biblia de nuestro Pueblo (Edicin de Luis Alonso Schokel). 25 Zacaras 3:1-2. Idem. 26 Mourre, Michel. Religiones y filosofas de Asia. Pg.47. Edic. Zeus. Madrid. 1986. 27 Yasna 26, El Avesta. Editorial Paradigma. Barcelona. 1985 Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 13 Influencias religiosas entre persas y judos. El mismo estilo y uso de figuras anglicas empleadas por los escritores judos del pos-exilio se aprecia en la literatura religiosa persa mazdesta. Un ejemplo se encuentra en el libro de El justo Arda Viraf en su viaje por las regiones celestiales y por el infierno: Y l me dio la orden de escribir, en la primera noche en que Sraosh el justo y Athar el ngel vinieron a encontrarmey entonces Sraosh el justo victorioso, y Athar el ngel, tomaron de mi mano y sostenindome dimos el primer paso con el pensamiento bueno, el segundo paso acompaado de la palabra buena, y el tercer paso con el hecho bueno, as ascendimos por el puente de Chinwad, el muy ancho y muy bueno creado por Ahura Mazda.28 En los 101 captulos del viaje de Arda Viraf vemos reiterada la misma frmula de los ngeles sirviendo de guas, anfitriones o exhortando al justo Arda Viraf. El estilo es el mismo que se pudo apreciar en los escritos profticos judos de los siglos VI al I d.C. La angelologa y demonologa judas consider la existencia de seres supra-humanos antagnicos, algunos provenientes de Dios para servir y ayudar a los justos y otros enviados por las tinieblas para estorbar y pervertir la justicia. La tradicin mishnica nos otorga un claro ejemplo de lo anterior enseando sobre la importancia de guardar el shabat: Cuando una familia piadosa guarda el shabat como los padres, bendita sea su memoria, nos han enseado, un ngel del Seor ora diciendo: Que el prximo sahabat sea igual que este, y el demonio presente dice: Amen. Pero si la familia no guarda el shabat como los padres, bendita sea su memoria, nos ensearon, el demonio declara: Que el prximo shabat sea igual a este. Entonces el ngel del Seor tristemente dice: Amen.29 La tradicin juda lleg a afirmar que los demonios o espritus malignos podan llegar a daar o atentar contra la integridad de las personas.30 Un escrito judo del siglo II a.C. Tobas, describe la accin de un demonio malvado que se deleita en asesinar a los esposos de una joven doncella llamada Sara, antes de que consumen el acto marital, de hecho este demonio asesin a siete esposos. El drama cambia cuando Dios escucha las suplicas de la doncella y enva al arcngel Rafael para liberarla del demonio: Aquel mismo da, Sara, la hija de Ragel, el de Ecbatana de Media, tuvo que soportar tambin los insultos de una criada de su padre; porque Sara se haba casado siete veces, pero el maldito demonio Asmodeo fue matando a todos los maridos, uno despus de otro, cuando iban a unirse a ella. La criada le dijo: Eres t la que matas a tus maridos. Te han casado ya con siete y no llevas el apellido ni siquiera de unoEn el mismo momento, el Dios de la gloria escuch la oracin de los dos, y envi a Rafael para sanarlos: a Tobit, limpindole la vista, para que pudiera ver la luz de Dios, y a Sara, la de Ragel, dndole como esposa a Tobas, hijo de Tobit, y librndola del maldito demonio Asmodeo. Porque Tobas tena ms derecho a casarse con ella que todos los pretendientes.31 __________________________ 28 Horne, Charles. El libro de Arda Viraf. Cap. 4:1-2; 6-7. Editorial Paradigma. Barcelona. 1985 29 Shabat 2:5. La Mishna. Ediciones Sgueme. Salamanca. 1997. 30 Erub. 4:1. Idem. 31 Tobas 3:7-8, 16-17. Tanaj Hebreo y La Biblia de nuestro Pueblo (Edicin de Luis Alonso Schokel). Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 14 Influencias religiosas entre persas y judos. Contemporneo a Tobas, el escrito apocalptico de Henoch, relata las peripecias vividas por el patriarca Henoch,32 sptimo desde de Adn, en su viaje al paraso y al infierno, guiado por los ngeles del Seor. La verdad es que un especie de versin del Arda Viraf, adaptado a la mentalidad judaica del siglo II a.C. La clara influencia de las creencias persas mazdestas se impregn de tal manera en las tradiciones judas, que se puede observar en el nico texto apocalptico del canon cristiano del siglo I d.C. El Apocalipsis de Juan hace un uso de la angelologa que sigue sin problemas alguno la lnea de los escritos judos que le antecedieron. Juan es expuesto en primera persona dialogando, siendo guiado y exhortado por ngeles de Dios que le revelan los acontecimientos que le esperan a la humanidad en los tiempos finales: Revelacin que Dios confi a Jesucristo para que mostrase a sus siervos lo que va a suceder pronto. l envi a su ngel para transmitrsela a su siervo Juan, quien atestigua que cuanto vio es Palabra de Dios y testimonio de JesucristoVi un ngel poderoso que pregonaba con voz potente: Quin es digno de abrir el rollo y romper sus sellos?... Me fij y escuch la voz de muchos ngeles que estaban alrededor del trono, de los vivientes y los ancianos: eran millones y millones,... Despus vi cuatro ngeles de pie en los cuatro puntos cardinales, sujetando los cuatro vientos de la tierra para que no soplasen sobre la tierra, sobre el mar ni sobre los rboles Uno de los siete ngeles que tenan las siete copas se acerc a m y me dirigi la palabra: Ven que te muestre el castigo de la gran prostituta, sentada a la orilla de los grandes ros con la que fornicaron los reyes del mundo, y con el vino de su prostitucin se embriagaron los habitantes del mundo.33 Prcticamente en los 22 captulos de este texto apocalptico, el escritor describe la accin de los ngeles de Dios, ya sea dialogando con Juan, ejecutando las rdenes de Dios, sirviendo al Seor como cortesanos en torno a su trono real, o llevando a cabo sus juicios sobre la humanidad con portentosa eficacia. Ningn otro escrito religioso judo cannico posee tantas referencias a los seres anglicos, solo se puede encontrar este nfasis en los escritos denominados deutero-cannicos o apcrifos (por haber sido rechazados por el canon judo-cristiano) y obviamente en los textos sacros persas mazdestas. 2. Influencias persas mazdestas detectadas en la expectativas teolgico -mesinicas La tradicin religiosa juda, como muchas otras del medio oriente, ha mantenido en su evolucin, importantes elementos soteriolgicos. La esperanza en la intervencin de Dios a favor de su pueblo en periodos de afliccin y opresin, comenz a ser personificada en una figura con matices escatolgicos. Si es verdad que en el periodo temprano de la religiosidad hebrea, no era una teologa clara, ya se poda apreciar el perfil del que sera llamado por los judos el :: (mashiaj, el ungido con oleo), cuya trascendencia sera mucho mayor que la de los sacerdotes y reyes de Israel que reciben la misma designacin.34 __________________________ 32 El libro de Henoch. Trad. Federico Corriente y Antonio Piero. Edic. Cristiandad, Madrid, 1984. 33 Apocalipsis: 1-2; 5:2,11; 7:1; 17:1-2. La Biblia de nuestro Pueblo (Edicin de Luis Alonso Schokel). 34 Nmeros 7:10; Levticos 4:5; 6:22; 1Samuel 10:1; 16:13. Idem. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 15 Influencias religiosas entre persas y judos. La tradicin hebrea, intenta remontar sus espectativas de redencin divina, por medio de un agente enviado por Dios especialmente para ejecutar dicha funcin, prcticamente desde los origines de su cultura. Un claro ejemplo es el relato del pecado del matrimonio humano primigenio en el mito de la creacin.35 Ms tarde, el ideal mesinico se personificara en la figura del rey hebreo que, a consideracin de los sabios, estuvo ms cerca de cumplir con todos los requisitos que Dios exige de quienes deben gobernar a su pueblo, el rey David. Los profetas y escritores del exilio babilnico usaran ttulos bien determinados para referirse a este mesas, una de esas designaciones sera el :s (tsemah, retoo, renuevo, vstago o simiente) descendiente de la casta real de David, convirtindose este en un requisito elemental para reconocer a un verdadero mesas.36 Ya en tiempos del pos-cautiverio (siglos V II a.C.), la tradicin juda conceba la figura de un mesas enviado de Dios, con calidad real y sacerdotal, capacitado por la divinidad para cumplir con su misin de justicia y liberacin, con el fin de restaurar el reino de Israel, castigar a sus enemigos y llevarlo a una edad de oro que sera el preludio de un reinado universal de Dios: En el da de su afliccin habr descanso en la tierra; ante ellos caern y no se levantarn jams y nadie estar para levantarlos, porque han renegado del Seor de los espritus y su Ungido. Qu sea bendito el nombre del de Seor de los espritus!... El Elegido se sentar en mi trono en esos das y de su boca fluirn todos los misterios de la sabidura y consejo, porque el Seor de los espritus se lo ha concedido y lo ha glorificado.Pregunt al ngel que iba conmigo, diciendo: "Qu cosas son stas que he visto en secreto?". Me dijo: "Todo lo que has visto servir para el gobierno de su Ungido, para que pueda ser fuerte y poderoso sobre la tierra".37 Es muy posible que esta visin del mesas, no solo tuviese sus bases en la situacin poltica, social y religiosa de los judos de la cautividad y pos-cautividad, alentada por el discurso de los rabies y sabios que intentaban generar expectativas redencionstas en el pueblo. Adems, la influencia de las creencias persas mazdestas en torno a este tema es simplemente innegable. Segn el historiador griego Teopompo de Chios (siglo IV a.C.) los persas mazdestas clasificaban la historia del universo en 12.000 aos, divididos en cuatro periodos de 3.000 aos cada uno. El ltimo periodo estaba marcado por el nacimiento y reforma de Zarathustra y ms tarde por el advenimiento de tres salvadores auxiliares o saoshyant. El tercero, el auxiliar por excelencia, Astvatereta, nacera de una virgen pura y de la semilla de Zarathustra, trayendo consigo la mxima justicia y el castigo a los obradores de maldad.38 Esta creencia es confirmada por los escritos profticos judos que se refieren al nacimiento sobrenatural del ungido de Dios por medio de una joven virgen: __________________________ 35 Gnesis 3:15. Idem. 36 Isaas 4:2-6; Jeremas 23:5-6; Zacaras 3:8. Idem. 37 Henoch 48:10; 51:3; 52:3-4. El libro de Henoch. Trad. Federico Corriente y Antonio Piero. Edic. Cristiandad, Madrid, 1984. 38 Mourre, Michel. Religiones y filosofas de Asia. Pg.50-51. Edic. Zeus. Madrid. 1986. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 16 Influencias religiosas entre persas y judos. Por tanto, el Seor mismo os dar seal: He aqu que la virgen concebir, y dar a luz un hijo, y llamar su nombre EmanuelPorque un nio nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamar su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Prncipe de Paz. Pero t, Beln Efrata, pequea para estar entre las familias de Jud, de ti me saldr el que ser Seor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los das de la eternidad.39 Todas estas expectativas pueden de alguna manera explicar el motivo de la visita de los magos (la casta sacerdotal persa) de oriente que viajaron siguiendo el brillo de la conjuncin planetaria registrada en crnicas del Medio Oriente en el ao 6 d.C. aprox. en busca del nio rey que nacera en el tierra de Beln de Judea. Sin lugar a dudas estos sacerdotes persas debieron tener conocimiento de las profecas mesinicas judas, sobre todo aquellas que eran equivalentes a las profecas zorostricas. Cuando Jess naci en Beln de Judea en das del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusaln unos magos ( ), diciendo: Dnde est el rey de los judos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.40 3. Influencias persas mazdestas en la concepcin juda del juicio final La escatologa juda tiende a diferir de la de otras culturas religiosas de Medio Oriente, al ver la historia en forma lineal y no cclica, aun en esto coinciden con la tradicin persa mazdesta. Dios, que haba creado todo desde un principio, se encargara de ponerle un final en el que toda la humanidad sera confrontada por l. Estas tradiciones gozaron de un desarrollo progresivo, y se tratan ms frecuentemente en los escritos realizados a partir del siglo VII a.C. Su temtica est asociada a la figura del mesas y de la restauracin de Israel como pueblo escogido de Dios. Durante el exilio y pos-exilio babilnico, las creencias escatolgicas judas se incrementan con la figura del : (yom YHWH, el da del Seor), el da grande y temible en que Dios vengara a los justos dolientes y castigara a los impos. Los escritos del profeta Amos (siglo VIII o VII a.C.) fueron los primeros en tratar este asunto, hasta entonces la teologa hebrea pensaba en la justa retribucin departe de Dios en trminos de bendicin o maldicin, personal o comunitaria. No se encontraba, antes la idea de un gran juicio universal escatolgico, pero Amos habla del da del seor como un periodo indefinido de juicio, oscuridad, temor y confusin para los malvados.41 Los sabios judos, al observar la revelacin de los das finales en un panorama histrico lineal, no alcanzaron a distinguir entre los tiempos intermedios de cada acontecimiento. Muchas veces les fue imposible separar las acciones inmediatas o contemporneas de los hechos a los que atribuan un carcter futuro. __________________________ 39 Isaas 7:14; 9:6; Miqueas 7:14. Biblia Reina-Valera 1969. SBU. 40 Mateo 2:1-2. Idem. 41 Amos 5:18-20. La Biblia de nuestro Pueblo (Edicin de Luis Alonso Schokel). Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 17 Influencias religiosas entre persas y judos. Con el tiempo acostumbraron a asociar los acontecimientos del da del juicio final con la obra restauradora del mesas, caracterstica que tendra un nuevo matiz en la interpretacin juda-cristiana del II siglo d.C. Por su parte, los persas mazdestas enseaban que al final de los tiempos (visin histrica lineal) se llevar a cabo la gran batalla entre Ahura Mazda y Ahrimn, en ella Ahrimn y sus huestes angelicales de maldad (o genios malvados) sern vencidos y destruidos para siempre y junto con ellos todos los seres humanos que obran iniquidad. Toda la tierra, los cielos y el infierno sern purificados por el fuego, y al cabo de ello, todas las cosas sern hechas nuevas.42 Los escritos judos hacen eco de estas propuestas del mazdesmo, y la inspida escatologa hebrea comienza a tornarse dramtica y pica: Aquel da ( ) juzgar el Seor a los ejrcitos del cielo en el cielo, a los reyes de la tierra en la tierra. Se van agrupando y quedan encerrados, presos en la mazmorra; pasados muchos das comparecern a juicio. Entonces la luna se abochornar y el sol se avergonzar porque el SEOR de los ejrcitos reinar en el monte Sion y en Jerusaln, y delante de sus ancianos estar su gloria.43 El profeta Joel, escritor contemporneo a Isaas, utiliza metafricamente la figura de una plaga de langostas destructoras provenientes del desierto sirio que arrasa con toda vida a su paso, para ilustrar los acontecimientos del da del juicio del Seor: Ay, qu da!, porque est cerca el da del Seor ( ), llegar como azote del Todopoderoso Ante ellos tiembla la tierra y se conmueve el cielo, sol y luna se oscurecen, los astros retiran su resplandor. El Seor alza la voz delante de su ejrcito: son innumerables sus campamentos, son fuertes los que cumplen sus rdenes. Grande y terrible es el da del Seor ( ): quin lo resistir?44 La idea del fuego purificador (esh metsaref) que limpiar la creacin de toda maldad e iniquidad expuesta por los sacerdotes mazdstas, tambin es empleada en los escritos profticos judos: Ni su plata ni su oro podr librarlos en el da de la ira de Jehov, pues toda la tierra ser consumida con el fuego de su celo ( ); porque ciertamente destruccin apresurada har de todos los habitantes de la tierra.45 Aun cuando el contexto inmediato de este texto es la destruccin provocada por __________________________ 42 Mourre, Michel. Religiones y filosofas de Asia. Pg.51-52. Edic. Zeus. Madrid. 1986. 43 Isaas 24:21-23. La Biblia de nuestro Pueblo (Edicin de Luis Alonso Schokel). 44 Joel 1:15; 2:10-11. Idem. 45 Sofonas 1:18. Biblia Reina-Valera 1969. SBU. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 18 Influencias religiosas entre persas y judos. la invasin de los babilnicos en el 586 a.C.a Jerusaln, la figura del fuego purificador, como recurso escatolgico, ser usada con mayor intensidad por parte de los escritores posteriores al exilio: Y quin podr soportar el tiempo de su venida? O quin podr estar en pie cuando l se manifieste? Porque l es como fuego purificador ( ), y como jabn de lavadores. Y se sentar para afinar y limpiar la plata; porque limpiar a los hijos de Lev, los afinar como a oro y como a plata, y traern a Jehov ofrenda en justiciaPorque he aqu, viene el da ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad sern estopa; aquel da que vendr los abrasar, ha dicho Jehov de los ejrcitos, y no les dejar ni raz ni rama. Ms a vosotros los que temis mi nombre, nacer el Sol de justicia, y en sus alas traer salvacin; y saldris, y saltaris como becerros de la manada. Hollaris a los malos, los cuales sern ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el da en que yo acte, ha dicho Jehov de los ejrcitos.46 La literatura religiosa juda no canonca del siglo III y II a. C. est plagada de estas figuras y alusiones escatolgicas. Es Jehov o Yahveh (en sustitucin de Ahura Mazda) quien consume con su fuego purificador a Satn, sus demonios y los seres humanos impos, renovando toda la tierra para convertirla en un cielo nuevo y una tierra nueva: En este da mi Elegido se sentar sobre el trono de gloria y juzgar sus obras; sus sitios de descanso sern innumerables y dentro de ellos sus espritus se fortalecern cuando vean a mi Elegido y a aquellos que han apelado a mi nombre glorioso. Entonces, har que mi Elegido habite entre ellos; transformar el cielo y lo convertir en bendicin y luz eternas; transformar la tierra y har que mis elegidos la habiten, pero los pecadores y los malvados no pondrn los pies all Despus de esto, en la dcima semana, en su sptima parte, tendr lugar el Juicio Eterno. Ser el tiempo del Gran Juicio y l ejecutar la venganza en medio de los santos. Entonces el primer cielo pasar y aparecer un nuevo cielo, y todos los poderes de los cielos se levantarn brillando eternamente siete veces ms. Y luego de esta, habr muchas semanas, cuyo nmero nunca tendr fin, en las cuales se obrarn el bien y la justicia. El pecado ya no ser mencionado jams.47 Las dificultades sociales, polticas y econmicas que el pueblo judo experiment despus del exilio babilnico, favorecieron la adopcin de creencias y tradiciones escatolgicas mazdestas persas permitindoles construir una teologa escatolgica que logr satisfacer las necesidades de esperanza en la justicia divina. Tan difundidas llegaron a estar estas creencias escatolgicas entre los piadosos judos, al punto de servir como base a la escatologa cristiana. __________________________ 46 Malaquas 3:2-3; 4:1-3. Biblia Reina-Valera 1969. SBU. 47 Henoch 45:3-5; 93:15-17 . El libro de Henoch. Trad. Federico Corriente y Antonio Piero. Edic. Cristiandad, Madrid, 1984. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 19 Influencias religiosas entre persas y judos. Es bien sabido que la literatura apocalptica no debe ser interpretada literal ni alegricamente, sino, se debe prestar atencin a la declaracin o principio central de cada pasaje, considerando el lenguaje crptico dentro de los cnones de contextualizaci n, semntica y los procesos culturales de los que se desprenden las figuras. Aun as, conservando el debido respeto a las diferencias teolgicas propias de la cultura persa y la juda, no deja de sorprender el alcance que tuvieron las ideas mazdestas al punto de ilustrar los principios escatolgicos de la compleja doctrina cristiana. Nuevamente el Apocalipsis de Juan es la ms clara expresin de lo que se ha sealado anteriormente: Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en l, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningn lugar se encontr para ellos. Vi tambin a los muertos, grandes y pequeos, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros, y luego otro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados segn lo que haban hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros. Y el mar entreg los muertos que haba en l; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que haba en ellos; y fueron juzgados cada uno segn sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. sta es la muerte segunda. Y el que no se hall inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no exista ms.48 Este texto cristiano de fines del siglo I d.C. permite apreciar la gran cantidad de figuras escatolgicas que pudieron ser tomadas de la religin persa mazdesta. La figura de la corte y trono celestial frente a la que tendr que compadecer toda la creacin, reflejo de la pomposa corte y trono real del imperio persa a los pies del que deban postrarse todos los reinos de la tierra dominada (elogiada e imitada hasta por el gran Alejandro), la que a su vez replicaba el glorioso trono celeste de Ahura Mazda. Los libros o rollos de la vida, especie de registros de vida de los seres humanos, que estn a la disposicin de Dios para retribuir justamente a cada cual segn merezca, recuerda a las crnicas reales de los persas en los que se registraban los acontecimientos importantes y los hechos significativos realizados por los sbditos en beneficio del imperio y que permitan emitir recompensas o castigos segn correspondiera. El lago de fuego, lugar de castigo para Satn, sus huestes malignas y todos los que se opusieron a la justa voluntad de Dios y que vivieron impamente, armoniza perfectamente con el fuego y metal fundido de la tradicin persa mazdesta que servira a Ahura Mazda para castigar a los malvados y purificar toda la creacin. Y finalmente la idea de la renovacin del cielo y la tierra como lugares purificados donde habitarn los piadosos y justos redimidos a perpetuidad por el Seor, replican las propuestas escatolgicas mazdestas de una renovacin purificada del cosmos por parte de Ahura Mazda. Aunque parezca radical la asimilacin de conceptos, no se debe olvidar que la tradicin juda pos-exlica desarroll la :: -~s (ajarit hayamim, doctrina de los das __________________________ 46 Malaquas 3:2-3; 4:1-3. Biblia Reina-Valera 1969. SBU. 47 Henoch 45:3-5; 93:15-17. El libro de Henoch. Trad. Federico Corriente y Antonio Piero. Edic. Cristiandad, Madrid, 1984. 48 Apocalipsis 20:11-21:1. Biblia Reina-Valera 1969. SBU. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 20 Influencias religiosas entre persas y judos. del fin o de los tiempos finales) desde el siglo IV d.C. y en tiempos del cristianismo ya se consideraba un orden progresivo de los acontecimientos finales: un aumento descontrolado de las guerras, hambrunas y pestilencias. Luego, la fatal guerra de Gog y Magog, Dios interviene por medio de su Mesas y en una gran batalla extermina a las naciones malvadas. Consiguientemente se produce la resurreccin universal de los muertos y el juicio universal ante el trono de Dios. Y finalmente los impos son destruidos para siempre, mientras los piadosos vivirn en felicidad y plena bendicin por siempre, gozando de la tierra nueva como heredad.49 4. Influencias persas mazdestas en la concepcin judaica de la vida pos-morte. Una de las creencias de la fe juda ms difciles de sistematizar es la que habla del destino de la humanidad despus de la muerte, tanto en el paradigma individual como el colectivo. Lo anterior se debe a que los escritores hebreos del Tanaj (la ley, los profetas y los escritos sacros) no expresaron ideas claras al respecto. Aun ms, el desarrollo de esta tradicin es paulatino, se mueve paralelo al avance de la cultura judaica y a la influencia producto del contacto forzado o voluntario con otras culturas de Medio Oriente. La idea original de los hebreos en cuanto a lo que ocurre despus de la muerte, no defera en casi nada con las creencias mesopotmicas. Se hablaba de un lugar encargado de recibir a los muertos llamado :s: (Sheol, derivado de shaal o shul, acadio que significa hueco, caverna o abismo), all los muertos descansaban en forma consciente. La primear vez que se emplea la expresin sheol en los escritos sagrados hebreos es en la Torah, especficamente en un relato del patriarca Jacob: Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas l no quiso recibir consuelo, y dijo: Descender enlutado a mi hijo hasta el Seol ( ). Y lo llor su padre.50 La tradicin hebrea temprana conceba la muerte en la forma ms natural que les era posible, y al Sheol como un lugar subterrneo del que nadie poda salir, donde todos los seres humanos llegaran, sin importar la condicin social o moral. De esta manera lo afirma el escritor del texto sapiencial de Job: All los impos dejan de perturbar, Y all descansan los de agotadas fuerzas. All tambin reposan los cautivos; No oyen la voz del capataz. All estn el chico y el grande, Y el siervo libre de su seor.51 La concepcin hebrea entenda al Sheol como un lugar preparado para los muertos, pero all desapareca toda esperanza. Mientras el ser humano viva existan oportunidades para agradar a Dios, pero despus de la muerte no haba posibilidad alguna de redencin. __________________________ 49 Barth, Aarn. Los interrogantes eternos: la respuesta juda. pg. 156. Edit. Astronel. Jerusaln. 1990. 50 Gnesis 37:35. Biblia Reina-Valera 1969. SBU. 51 Job 3:17-19. Idem. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 21 Influencias religiosas entre persas y judos. Para los hebreos, la mayor tragedia del Sheol era que all nadie poda mantener comunin o compaerismo con Dios. Los hebreos no posean la creencia en alguna divinidad de inframundo, por lo tanto, todas las recompensas y castigos se experimentaban en esta vida. El Sheol pareca ms una dimensin neutra. Uno de los escritores de los poemas litrgicos hebreos (Salmos) lo expresa en toda su crudeza: Manifestars tus maravillas a los muertos? Se levantarn los muertos para alabarte? Ser contada en el sepulcro tu misericordia, O tu verdad en el Abadn? Sern reconocidas en las tinieblas tus maravillas, Y tu justicia en la tierra del olvido? 52 Es muy difcil, sino imposible, encontrar en la tradicin religiosa hebrea temprana alguna clara consideracin del Sheol como lugar de juicio, castigo o redencin despus de la muerte. Solo a partir del siglo VIII a.C. comienza a vislumbrarse la creencia de la resurreccin de los muertos en la escatologa hebrea. La fra idea de que de los muertos nadie ms tendra memoria, que su existencia pasara sin dejar mayores huellas que su descendencia, comienza a cambiar de manera progresiva por el contacto con las culturas egipcia, asiria y babilnica. El escritor de texto del profeta Isaas declara que los impos que han muerto no tienen posibilidad alguna de volver a la vida, pero los justos, los que han puesto su esperanza en el Dios de Israel, sern recompensados con el don de la vida aun despus de haber experimentado la muerte: Muertos son, no vivirn; han fallecido, no resucitarn; porque los castigaste, y destruiste y deshiciste todo su recuerdo Tus muertos justos vivirn; sus cadveres resucitarn. Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu roco es cual roco de hortalizas, y la tierra dar sus muertos.53 Un escritor contemporneo a Isaas describe esta nueva esperanza para los justos, aunque en una evidente forma metafrica, pero no menos significativa: De la mano del Seol los redimir, los librar de la muerte. Oh muerte, yo ser tu muerte; y ser tu destruccin, oh Seol; la compasin ser escondida de mi vista.54 A partir de los siglos VI y V a.C. la tradicin judaica acerca de la vida despus de la muerte y la resurreccin de los muertos, para recibir en el juicio de Dios la compensacin correspondiente a cada cual segn sus obras, toma un forma concreta. Ya no se trata de las creencias ambiguas y confusas de antao, que causaban horror y desesperanza, sino que es posible apreciar el germen de los relatos de otros pueblos, aunque adaptados a la prctica mentalidad judaica de recompensa y castigo. El escritor del texto de Daniel lo presenta magistralmente reflejando as la creencia popular de la comunidad juda en el exilio babilnico: __________________________ 52 Salmos 88:10-12. Idem. 53 Isaas 26: 14, 19. Idem. 54 Oseas 13:14. Idem. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 22 Influencias religiosas entre persas y judos. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra sern despertados, unos para vida eterna, y otros para vergenza y confusin perpetua. Los entendidos resplandecern como el resplandor del firmamento; y los que ensean la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.55 La propuesta persa respecto a la vida despus de la muerte, la concepcin de juicio: castigo y recompensa, es categrica en la tradicin mazdesta plena de figuras y multiplicidad de detalles. Los gathas de la religin zorostrica describen dos lugares bien definidos que reciban a los muertos. Uno es llamado pairidaeza o como le llamaron los griego paraizw (paraso, jardn de deleites) y el otro es el infiernos o lugar de tinieblas. El paraso estaba inspirado en la fascinacin de los persas por los jardines esplendidos y la tradicin que haban recogido tanto de los asirios como de los babilonios. Este jardn de deleites evoca una poca dorada en la que el ser humano viva sin hacer mayores esfuerzos, contando con todo lo que necesitaba. Estaba regado por un ro que se divida en cuatro brazos, smbolo del universo entero que la cultura mesopotmica divida en cuatro partes. Y el infierno se basaba en la fobia que manifestaban los persas por los lugares desrticos, ridos y sin vida. All exista el caos y la naturaleza indomable, los peligros y la muerte. En la tradicin mazdesta persa, cuando un ser humano fallece, durante tres das su alma permanece junto al cuerpo recitando el Gatha Ustavaite. Al final del tercer da, el alma tiene la impresin de que el da se levanta y viene del sur un viento perfumado. Con este viento llega una joven bellsima, tan hermosa como las buenas acciones del muerto. Es el momento de partir al cielo. Atraviesa tres esferas celestes: la de las estrellas, la de la luna y la del sol, hasta llegar al tribunal celestial presidido por Mithra, Sraosha y Rashnu, donde sus obras (justas o malvadas) eran pesadas en balanza. Despus, el alma era conducida por Sraosha y Athar (ngel del fuego sagrado) para cruzar el puente sagrado de Chinwat, es all donde se pone a prueba finalmente el estado del alma. Si esta es hallada justa, el puente se volver ancho, expedito y de fcil acceso. Por el contrario, si el alma ha sido declarada impa, el puente se estrechar cada vez ms dejndola caer a un valle mal oliente donde ser atormentada por millares de demonios segn la gravedad de sus faltas. Si se trata de un alma justa, recibir la recompensa adecuada al grado de integridad que tuvo en esta vida, siendo la mxima aspiracin para un justo llegar al Garotman o casa de las alabanzas, donde podr adorar a Ahura Mazda por la eternidad.56 En el libro del justo Arda Viraf, se describe con una amplia variedad de apelativos, la diferencia radical entre estos dos lugares: y despus, Sraosha el justo, y Athar el ngel, tomaron mi mano, y me dijo as: Ven para que nosotros podamos mostrarte el cielo y el infierno; el esplendor, felicidad, consuelo, gloria, placer, alegra, deleite y fragancia que son el premio para el justo en el paraso. Nosotros te mostraremos la oscuridad, encierro, vergenza, infortunio, dolor, enfermedad, dificultades, pestilencias y hedor de los castigos del infierno57 __________________________ 55 Daniel 12:2-3. Idem. 56 Mourre, Michel. Religiones y filosofas de Asia. Pg.53-54. Edic. Zeus. Madrid. 1986. 57 Horne, Charles. El libro de Arda Viraf. Cap. 5: 6-8. Editorial Paradigma. Barcelona. 1985 Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 23 Influencias religiosas entre persas y judos. Una y otra vez, este texto sacro persa, hace mencin de esta contrapuesta realidad escatolgica. El paraso es el jardn maravilloso, con muchos rboles y manantiales de aguas cristalinas con un exquisito aroma que impregna todo el lugar. Mientras el infierno es descrito como un valle desrtico o fangoso en algunos casos, y sobre todo se enfatiza que expele un hedor insoportable. Llama la atencin la descripcin dantesca de los horrores ms diversos que deben experimentar las almas de los impos a manos de las huestes demoniacas en el infierno, al punto de parecer los relatos de una obra inquisitoria cristiana medieval: Yo tambin vi el alma de un hombre quien colgaba por la cabeza, suspendido de un gancho y mil demonios lo pisoteaban y lo golpeaban con violencia y gran brutalidad. Y yo pregunt as: Qu pecado cometi este hombre en cuerpo para que su alma sufra as. Entonces Sraosha el justo, y Athar el ngel, me dijeron as: Esta es el alma de un hombre avaro que en mundo acumul riquezas y no comparti con el justo necesitado.58 Finalmente, la tradicin mazdesta persa cree en el da en que Ahriman ser derrotado por Ahura Mazda y de esta manera el infierno ser suprimido. Una inundacin de plomo ardiente sumergir toda la creacin purificndola de toda maldad. Para los justos, este cataclismo ser como un bao de leche, pero para los impos resultar en un sufrimiento indescriptible. Una vez que toda la creacin haya sido purificada por el fuego y el plomo ardiente, todos los seres humanos sern resucitados para vivir eternamente en el nuevo mundo de Ahura Mazda.59 La escatologa juda en relacin al destino individual y universal, la : ::r (olam hab, existencia eterna) sufre cambios considerables despus del exilio babilnico. Lo inspido y sinttico de sus expresiones de antao, ahora gozan de gran nmero de detalles e ilustraciones claramente adoptadas de la cultura religiosa persa. Un significativo ejemplo a considerar es la narracin del libro apocalptico judo de Henoch, donde se describe el paraso y el infierno con notas mazdestas: y llegue al paraso de justicia y vi ms all de esos rboles, arboles numerosos y grandes; crecan all mismo y su olor era suave; y son altos de una gran belleza y magnficos; y est el rbol de la sabidura; los que comen de l poseen una gran sabidura este valle maldito ser para los malditos por toda la eternidad; es all donde sern reunidos todos aquellos que por su boca pronuncian palabras inconvenientes contra el Seor, y dicen insolencias sobre sus gloria, all se les reunir y aquel ser su lugar de castigo.60 El mismo escrito apocalptico judo entrega su comprensin respecto a la resurreccin de los muertos y el destino final de estos: __________________________ 58 El libro de Arda Viraf. Cap. 29: 1-7. Idem. 59 Mourre, Michel. Religiones y filosofas de Asia. Pg. 54. Edic. Zeus. Madrid. 1986. 60 Henoch , cap. 27 y 32. El libro de Henoch. Trad. Federico Corriente y Antonio Piero. Edic. Cristiandad, Madrid, 1984. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 24 Influencias religiosas entre persas y judos. En esos das, la tierra devolver su depsito, y el Seol devolver lo que ha recibido y los infiernos devolvern lo que beben. El Elegido escoger entre ellos a los justos y los santos, porque est cercano el da en que sern salvados.61 Otra fuente contempornea al libro de Henoch son los escritos sobre los Macabeos, textos que narran las peripecias del movimiento familiar ultranacionalista judo que lider la resistencia armada contra de la dominacin siro-helena de Antoco Epifanes (rey de Siria de la dinasta Selucida desde c. 175 a. C.-164 a. C.). En su segundo libro, el escritor de Macabeos demuestra que la tradicin de la resurreccin y vida despus de la muerte para eternidad, era popular en las creencias judas del II siglo a.C.: Al llegar a su ltimo suspiro dijo: T criminal, nos privas de la vida presente, pero el Rey del mundo, a nosotros que morimos por sus leyes, nos resucitar a una vida eterna.62 Es muy probable que para finales del siglo II a.C. las tradiciones escatolgicas judas, en especial el tema de la resurreccin y la vida eterna para los justos, estuviesen ms o menos definidas. Pese a las diferencias entre las escuelas rabnicas dominant es y la disputa entre los saduceos (partido sacerdotal-helnico que no crea en la resurreccin, en la vida eterna, ni en los ngeles) y los fariseos (partido fundamentalista y ms prestigioso, que si crea en la escatologa antes planteada), los principales maestros del judasmo de los siglos II a.C. al I d.C. ya disponan de doctrinas escatolgicas sistemticas. As queda demostrado en la Mishn, en especial en sus tratados ms antiguos como Sota, Sanhedrim y Abot: El rab Pinjas ben Yair deca: el trabajo asiduo trae la inocencia, la inocencia la pureza, la pureza la abstinencia, la abstinencia la santidad, la santidad la modestia, la modestia el temor de cometer pecado, el temor de cometer pecado la piedad, la piedad al espritu santo, el espritu santo la resurreccin de los muertos, la resurreccin de los muertos vendr con Elas, de bendita memoria. Amn.63 Los discpulos de Abraham, nuestro padre, gozan de este mundo y heredan el mundo futuro, tal como est escrito: para hacer heredar a los que aman, llenar tus tesoros. Los discpulos de Balaam el impo, en cambio, heredarn el infierno y descendern a la fosa, tal como est escrito: t, oh Dios, los haces descender a la fosa, los hombres sangrientos y tramposos no llegaran a alcanzar la mitad de sus das. En ti confo.64 Todo Israel tiene parte en la vida del mundo futuro, porque escrito est: todo tu pueblo est formado de justos, heredarn la tierra por siempre, una rama de mi plantacin, obra de mis manos para que yo sea glorificado. Estos son los que no tienen parte en la vida futura: el que dice que no hay resurreccin de los muertos, que la Tora no viene del cielo, y los epicreos.65 __________________________ 61 Henoch , cap51. Idem. 62 II de Macabeos 7:9. La Biblia de nuestro Pueblo (Edicin de Luis Alonso Schokel). 63 Sot 9:15. La Mishna. Ediciones Sgueme. Salamanca. 1997. 64 Abot 5:19. La Mishna. Idem. 65 Sanhedrim 10:1. La Mishna. Idem. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 25 Influencias religiosas entre persas y judos. Con este contenido escatolgico en la retina de la tradicin religiosa juda, no es de extraar que lo heredar el cristianismo judeo-cristiano del I siglo d.C. y que el escritor del nico texto apocalptico cannico lo reflejase sin escatimar detalles: Y el mar entreg los muertos que haba en l; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que haba en ellos; y fueron juzgados cada uno segn sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. sta es la muerte segunda. Y el que no se hall inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no exista ms.66 Conclusin El influjo de la religin zorostrica persa ha dejado huellas innegables en el judasmo pos-exilco y posteriormente en el cristianismo. Se han sealado cuatro reas del saber teolgico judaico donde se puede apreciar con mayor nfasis este interesante intercambio religioso; la angelologa y demonologa, la concepcin del un mesas o enviado, la expectativa de un juicio final universal, y la tradicin de la vida despus de la muerte. El descubrimiento de los manuscritos de los esenios de Qumram de alguna manera ha venido reafirmar el fenmeno de las influencias mazdestas, principalmente en la forma de dualismo de los esenios. Y aun cuando para nada se trata de un tema nuevo, puesto que ya ha venido siendo examinado por varias dcadas, ha resultado interesante reexaminarlo desde la perspectiva histrica-teolgica. Aun cuando no se ha pretendido ser tajante, es por lo menos ingenuo, no considerara que la religin mazdesta persa proporcion el estimulo necesario para el pleno desarrollo de ideas configuradas subterrneamente en el judasmo, como la observada y enfatizada personificacin del mal en la forma de Satn, el Diablo o Beliat. O las creencias en la vida despus de la muerte trazadas en parajes idlicos tan lejanos a la rida y mezquina geografa de Medio Oriente. Y que decir sobre la tarda tradicin de la resurreccin postrera de los muertos. Sin lugar a dudas estas ideas eran ajenas a la religin israelita anterior a los siglos VII y VI a.C. Maduraron en el periodo de intercambio cultural bajo la dominacin persa de los siglos VI al III a.C. Hasta la imagen del salvador expresada en la tradicin teolgica de los escritos que conforman el Nuevo Testamento podran sintetizar elementos judos y mazdestas. Muchos detalles de la imaginera popular religiosa juda posterior al exilio babilnico pueden acusar un influjo zorostrico, como el Puente Cinval y la doctrina de los dos Espritus del Manual de Disciplina de Qumram, que recuerda el dualismo mazdeo. La multiplicidad de relatos y tradiciones sobre la intervencin de ngeles que se refleja en una cantidad considerable de escritos judos y hasta en la tradiciones posteriores cristianas, como la idea del ngel de la guarda para cada creyente. __________________________ 66 Apocalipsis 20:13- 21:1. Biblia Reina-Valera 1969. SBU. Diploma Egiptologa y Medio Oriente Antiguo 26 Influencias religiosas entre persas y judos. La escuela de la Historia de las Religiones admiti una fuerte influencia mazdesta en la tradicin religiosa judaica y cristiana, que la critica moderna ha rechazado o minimizado, pero hay que admitir el peso de las evidencias. El influjo mazdesta persa fue profundo en Asia Menor, en la regin transcaucsica, en el norte de Siria y de Mesopotamia, en el Ponto, en Armenia, en Capadocia y en Cosmagene. Resulta inevitable volver al planteamiento tan reiterado en este Diplomado, el continuo intercambio cultural en la regin de Medio Oriente que gener, por siglos, una amalgama de tradiciones, creencias y costumbres tan arraigadas y anti