Ensayo - Consideraciones Acerca de La Primera Teoría Pulsional de Freud

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Ensayo: Consideraciones acerca de la Primera teora pulsional de Freud.

Autor: Claudio Gaete Carreo.Clase: Fundamentos Freudianos del Psicoanlisis.Fecha: 27 de Agosto de 2012.

Introduccin.Para autores como Andr Green, el concepto fundamental del psicoanlisis no es el de inconsciente o la sexualidad. Ms bien, el gran descubrimiento freudiano tendra que ver con un concepto que articula los anteriores y consiste en una construccin compleja, a saber, la pulsin.En este sentido, lo que en este ensayo se propone es realizar una revisin a partir de tres textos fundamentales de Freud Tres ensayos de teora sexual, Introduccin al narcisismo, Pulsin y destinos de pulsin del concepto de pulsin. Ahora, como se ver, se trata de una revisin (crtica, podramos decir) de lo que se ha llamado la primera teora pulsional de Freud (Laplanche, Pontalis, 1996). Lo que motiva este trabajo es que, considerando el valor que algunos autores otorgan a este concepto, revisar de una manera lo ms exegtica posible lo planteado por Freud para ir armando un mapa, por decirlo de alguna manera, de la pulsin y sus implicancias en el funcionamiento psquico de los sujetos.Tres ensayos de teora sexual (1905). El concepto de pulsin.Para definirlo, cabe explicitar al comienzo que el concepto de pulsin (Trieb), aparecera en 1905 en la obra freudiana, y se diferencia de Instinkt, en tanto pulsin implicara un empuje (Laplanche, Pontalis, 1996). Freud plantea que Por pulsin podemos entender al comienzo nada ms que la agencia representante {Reprsentanz} psquica de una fuente de estmulos intrasomtica en continuo fluir; ello a diferencia del estimulo, que es producido por excitaciones provenientes de afuera. As, pulsin es uno de los conceptos del deslinde de lo anmico respecto de lo corporal (Freud, 1905, pg. 153). En este punto tenemos al menos dos consideraciones importantes que hacer. Primero, la pulsin es una agencia representante que, podramos decir, se encuentra entre el cuerpo y lo anmico. Es importante hacer el hincapi en lo siguiente, en tanto se trata de una agencia representante psquica de estmulos corporales, no significa que sea algo que est entremedio, se trata de un movimiento, de una conjugacin que se realiza entre lo somtico y lo psquico. Al mismo tiempo, Freud lo diferencia de estmulos provenientes del exterior, lo que otorga una nueva clave acerca de la pulsin: las pulsiones provienen desde dentro. Y qu es ese adentro? Freud dice intrasomtico, dentro del propio cuerpo. Pero, podramos continuar con la propuesta compleja que ofrece Freud y pensar que se trata de un espacio propio del sujeto. Se relaciona a lo intra-psquico tambin, pero es ms que eso. Es un lugar de conjugacin, entre lo corporal y lo anmico del sujeto, pulsiones que le son propias a su cuerpo y pensamiento. Junto a las excitaciones externas, de las que el sujeto puede huir o protegerse, existen fuentes internas que aportan constantemente un aflujo de excitacin al cual el organismo no puede escapar y que constituye el resorte del funcionamiento del aparato psquico (Laplanche, Pontalis, 1996, pg. 325). Esto nos lleva a la segunda consideracin importante. Freud dice que las pulsiones estn en un constante fluir. Como plantean Laplanche y Pontalis, las pulsiones provenientes del interior del sujeto son constantes y no se puede huir de ellas. Nos podemos proteger de estmulos exteriores que nos parezcan displacenteros, pero de las pulsiones no podemos. En tanto pertenecen al campo del inconsciente, surgen dentro de nosotros sin que podamos hacer algo para evitarlo, es decir, no se puede cancelar la continua pulsacin (por decirlo de alguna manera). De este modo, cabra preguntarse entonces qu se hace con eso? cmo se evita la dominacin absoluta de las pulsiones?Freud plantea en el mismo texto de Pulsiones parciales y zonas ergenas (1905) que las pulsiones tendran una fuente desde donde surgen y una meta hacia donde tienden a empujar. As, La fuente de la pulsin es un proceso excitador en el interior de un rgano, y su meta inmediata consiste en cancelar ese estmulo de rgano (Freud, 1905, pg. 153). Que la meta sea inmediata, no significa que sea eso lo que consigue para cancelarla. Me parece que la forma de comprender esto es a partir de una nocin de olas pulsionales. Algo que, se ver ms adelante, aparece en textos freudianos posteriores. Por ahora, nos basta con comprender que en un rgano ocurre una excitacin que promueve el movimiento pulsional con un fin ideal de que sea satisfecho y cancelado. Esto podramos identificarlo como una suerte de primer momento pulsional.Los rganos del cuerpo de donde surgen excitaciones (de tipo sexual), son las zonas ergenas. De estas zonas nacen las pulsiones parciales sexuales. Estas zonas corresponden a cualquier rgano a travs del cual pueda accederse a cierto tipo de placer, en ese sentido cualquier rgano puede cumplir dicha funcin (Freud, 1905). Freud hablaba de la satisfaccin a partir del ver (ojo) y tocar (piel), pero como vemos, cualquier sector del cuerpo, en la medida en que se trata de una zona ergena puede convertirse en fuente de pulsin y aspirante a satisfaccin de tipo sexual. Cabe pensar en el modo en que una zona del cuerpo se erotiza. Volviendo a Freud encontramos lo siguiente, la zona ergena Es un sector de piel o de mucosa en el que estimulaciones de cierta clase provocan una sensacin placentera de determinada cualidad (Freud, 1905, pg. 166). Por lo tanto, describe Freud, la cualidad del estmulo externo es ms importante que las caractersticas del rgano para que ste se convierta en zona ergena. Se puede decir entonces, que para que una zona se vuelva ergena, se depende de otro, externo, que estimule de alguna manera placentera una cierta regin del cuerpo. Este, podemos pensar, es una situacin previa a lo que design como el primer momento pulsional, en la medida en que, para que el cuerpo pulse, se requiere de esta erotizacin anterior.Al pensar en este tiempo de erotizacin originaria podramos decir, no puede sino volverse a lo infantil, y as lo hace Freud. En relacin a la meta sexual infantil, Freud (1905) expone lo siguiente: procurara sustituir la sensacin de estmulo proyectada sobre la zona ergena, por aquel estmulo exterior que la cancela al provocar la sensacin de la satisfaccin () parece un poco sorprendente que, para cancelarse, un estmulo requiera de un segundo estmulo aplicado al mismo lugar (pg. 167-168). En el nio, la erotizacin ocurre por un objeto externo que produce una satisfaccin. Para reducir la excitacin, el nio requiere de un objeto externo que estimule la misma zona erotizada previamente. Esto es, entonces, en el nio, la descarga pulsional se relaciona al principio de placer descrito por Freud. La pregunta ac es Puede pensarse el mismo recurso infantil en la vida adulta?Es importante retornar a la idea de que la pulsin es un movimiento de representacin psquica de un estimulo corporal, y en tanto tal, es necesario revisar cmo es que logra representar, o gracias a qu. En este punto es importante seguir avanzando con Freud, cuando presenta el concepto de libido. sta corresponde a una fuerza susceptible de variaciones cuantitativas, que podra medir procesos y trasposiciones en el mbito de la excitacin sexual. Con relacin a su particular origen, la diferenciamos de la energa que ha de suponerse en la base de los procesos anmicos en general, y le conferimos as un carcter tambin cualitativo (Freud, 1905, pg 198). Podramos pensar la libido como una energa sexual propia de las pulsiones, variable. Entonces, recapitulando, tenemos una zona ergena que pulsa, cuya energa es sexual, que busca un objeto que produzca una satisfaccin igual a la originaria, y en esa ola, la libido tendra que ir invistiendo objetos que pueden ser externos, pero a la base de la representacin que ya haba quedado registrada en el campo psquico. En relacin a esto, Freud habla de Libido yoica (o narcisista) como el gran reservorio desde el cual son emitidas las investiduras de objeto y al cual vuelven a replegarse (Freud, 1905, pg. 199). Es en tanto inviste objetos que se hace accesible al anlisis, cuando se vuelve libido de objeto y, agrega Freud, la vemos concentrarse en objetos, fijarse a ellos o bien abandonarlos, pasar de unos a otros y, a partir de estas posiciones, guiar el quehacer sexual del individuo, el cual lleva a la satisfaccin, o sea, a la extincin parcial y temporaria de la libido (Freud, 1905, pg. 198). Esta libido, plantea Freud criticando a Jung, no es equivalente a una fuerza pulsional psquica general, pues la libido sera estrictamente de carcter sexual, como ya habamos planteado. En este punto, podemos establecer el segundo y tercer momento pulsional, y derribar cualquier prejuicio que haga pensar que la pulsin encuentra algo que le permita cancelarse. Es decir, la pulsin nace de una zona ergena, busca el objeto que ha sido representado en lo intra-psquico posterior a la erotizacin desde el exterior, para pasar al segundo momento pulsional, en que la libido se encarga de investir objetos, moverse, la continua representacin. Un tercer momento sera entonces cuando en este constante movimiento, la pulsin encuentra un objeto que entrega algn tipo de satisfaccin y que permite, entonces, reducir temporalmente la excitacin. Esto implica que el oleaje pulsional volver a surgir, por lo que es posible pensar que lo que busca idealmente, en ltima instancia, la pulsin no lo logra encontrar (y es por eso que no se cancela).Introduccin al Narcisismo (1914). Oposiciones pulsionales.Terminando el apartado anterior, se hizo alusin a la libido yoica o narcisista. Me parece que para profundizar en dicha cuestin es necesario avanzar hasta 1914, ao en que Freud escribe introduccin al narcisismo. La idea es encontrar consideraciones que contribuyan a la comprensin de lo pulsional. Habr que partir entonces por comprender que el narcisismo correspondera al complemento libidinoso del egosmo inherente a la pulsin de autoconservacin, de la que justificadamente se atribuye una dosis a todo ser vivo (Freud, 1914-16, pg. 72). Entre las pulsiones de cada individuo, se pueden encontrar aquellas que apuntan a mantenerlo con vida. En estas pulsiones habra una suerte de complemento energtico que direcciona las investiduras para cumplir una meta ltima de mantener al individuo con vida. Ese complemento energtico propio de estas pulsiones sera el narcisismo. Ahora, en este punto entonces, pareciera que Freud hace una diferencia entre la libido que era la energa sexual de las pulsiones parciales, de una energa propia de las pulsiones yoicas.Se puede ver una oposicin entre la libido yoica y la libido de objeto. Cuanto ms gasta una, tanto ms se empobrece la otra () al comienzo estn juntas en el estado del narcisismo y son indiscernibles para nuestro anlisis grueso, y solo con la investidura de objeto se vuelve posible diferenciar una energa sexual, la libido, de una energa de las pulsiones yoicas (Freud, 1914-16, pg. 73-74). La complejidad que ofrece Freud para comprender el narcisismo y los distintos tipos de energa de las distintas pulsiones, puede llevar finalmente a una confusin. Pero quizs baste con comprender que en un momento originario, las pulsiones son indiscernibles unas de otras, solo llegan a diferenciarse por la meta hacia la que se dirigen, es decir, las pulsiones de autoconservacin (yoicas) a la supervivencia, y las pulsiones sexuales hacia las investiduras de objetos para la satisfaccin. Que se opongan, implica que mientras ms esfuerzos se pongan en objetos externos, ms se sacrificaran las investiduras hacia el propio yo, y viceversa. Ms adelante, nos encontramos con un enunciado de Freud que dice las pulsiones autoerticas son iniciales, primordiales; por tanto, algo tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva accin psquica, para que el narcisismo se constituya (Freud, 1914-16, pg. 74). Lejos de otorgar una salida clara a la complejizacin, esto nos lleva directo hacia otro mbito. Que las pulsiones primordiales sean autoerticas hace pensar que el nio, que requera de un objeto externo para satisfacer sus primeras pulsiones, es quien se proporciona la propia satisfaccin de sus zonas ergenas, ya sea de manera directa o a travs de valerse de objetos externos (como si los pudiera controlar). Ahora, la pregunta de Freud por una nueva instancia psquica que permita pasar del autoerotismo hacia el narcisismo, me parece que lo conducir ms adelante a lo que formular como sper yo en la segunda tpica. Sin embargo, para adentrarse en la complejidad de la segunda tpica sera necesario extender el campo de este ensayo hacia la segunda teora pulsional de Freud. Si bien esto se encuentra fuera de los objetivos del trabajo, se vuelve una suerte de guio para realizar un nexo de articulacin entre una y otra teora. Lo importante en este punto es poder subrayar lo que Freud plantea pero, y al mismo tiempo, ofrecer una visin crtica. El individuo lleva realmente una existencia doble, en cuanto es fin para s mismo y eslabn dentro de una cadena de la cual es tributario contra su voluntad o, al menos, sin que medie esta. l tiene a la sexualidad por uno de sus propsitos, mientras que otra consideracin lo muestra como mero apndice de su plasma germinal, a cuya disposicin pone sus fuerzas a cambio de un premio de placer (Freud, 1914-16, pg. 76). Hablaba antes de los fines distintos para las pulsiones, para s y para los objetos del exterior, para vivir y para la vida. Lo que presenta Freud en esta cita es complejo y confuso. Parece tratarse de que, ambos fines pulsionales tengan como propsito lo sexual, distinto a lo que se haba dicho antes al diferenciar la naturaleza de las energas de cada pulsin. Quizs, lo ms claro es que el sujeto, ms all de su voluntad, es llevado por la pulsin a buscar objetos externos, a investirlos, y a buscar una satisfaccin prometida. Esto por una parte, por la otra, el sujeto tiende a valerse para s mismo tambin, para mantenerse con vida.Sin embargo, no puede olvidarse que, para Freud, tanto la pulsin sexual como la de autoconservacin estn originalmente ligadas. Esto permite hacerse alguna idea para desenredar la maraa presentada anteriormente. Las primeras satisfacciones sexuales autoerticas son vivenciadas a remolque de funciones vitales que sirven a la autoconservacin. Las pulsiones sexuales se apuntalan al principio en la satisfaccin de las pulsiones yoicas, y solo ms tarde se independizan de ellas (Freud, 1914-16, pg. 84). En un comienzo, la pulsin sexual se apuntala a la de autoconservacin. Podramos decir, pareciera que el fin de ambas es, en un comienzo, la satisfaccin del yo, o para el yo. Quizs, lo que ocurre posteriormente, es que hacia donde se dirigen es lo distinto. Unas se dirigen a la satisfaccin de ciertas necesidades yoicas, las otras, en bsqueda de una satisfaccin perdida, en objetos externos que, al investirlos, lo llevan a reducir el amor hacia s mismo. Y es en esa medida en que ambos tipos de pulsiones se oponen. Pulsin y destinos de pulsin (1915). El esquema pulsional. Finalmente, se hace necesario continuar con el recorrido en la obra de Freud, y as llegar al texto de Pulsin y destinos de pulsin. La idea ser con esto ir amarrando ciertos conceptos y consideraciones acerca de la pulsin, para establecer los puntos ms relevantes de la primera teora pulsional de Freud. Y parte el autor subrayando que no debe equipararse pulsin con estmulo psquico, ms bien, la pulsin es un estmulo para lo psquico (Freud, 1914-16). Como habamos visto antes, el estmulo se da al interior del sujeto, en un espacio conjugado, un espacio de agencia entre los corporal y lo psquico. Para Freud es importante aclarar dos cosas: la primera tiene que ver con que no se trata de un estmulo que provenga de lo psquico, sabemos que el punto desde el que se originan seran las regiones del cuerpo que entendimos como zonas ergenas. Lo segundo importante, es que esto no significa que el estmulo provenga del exterior, como ya se ha dicho, aquello que erotiza es un objeto externo, sin embargo, el estmulo pulsional en si proviene desde dentro, de esa zona ergena que le pertenece al cuerpo del individuo. El estmulo pulsional no proviene del mundo exterior, sino del interior del propio organismo. Por eso tambin opera diversamente sobre el alma y se requieren diferentes acciones para eliminarlo (Freud, 1914-16, pg. 114). Podemos pensar que esas distintas acciones que puede emprender el sujeto para satisfacer sus pulsiones, en ltima instancia, no alcanzara para eliminarlos, como sera su fin ideal.Segn Freud, debe comprenderse la pulsin como una fuerza constante y, agrega, ser mejor que llamemos necesidad al estmulo pulsional; lo que cancela esta necesidad es la satisfaccin. Esta solo puede alcanzarse mediante una modificacin, apropiada a la meta (adecuada) de la fuente interior de estmulo (Freud, 1914-16, pg. 114). Frente a estas cancelaciones, contina Freud, resultan intiles, en tanto se mantiene el carcter de esfuerzo constante (pg. 115). Los estmulos pulsionales no funcionan bajo el mecanismo de reducir la energa a la ms mnima expresin, sino que plantean exigencias mucho ms elevadas al sistema nervioso y lo mueven a actividades complejas, encadenadas entre s, que modifican el mundo exterior lo suficiente para que satisfaga a la fuente interior de estmulo. Y sobre todo, lo obligan a renunciar a su propsito ideal de mantener alejados los estmulos, puesto que producen un aflujo continuado e inevitable de estos (Freud, 1914-16, pg. 116). Si bien el placer estara asociado a la disminucin del estmulo, y el displacer al incremento, es absolutamente iluso pensar que en algn punto, algo lograr cancelar la pulsin, puesto que se trata de un esfuerzo constante, que puede disminuir por una satisfaccin encontrada en algn objeto, pero no es la satisfaccin, ni es el objeto original. Por lo tanto, podemos ver que la idea de la constancia del oleaje pulsional, hasta aqu se mantiene vigente, con ms o menos matices. Otro punto que Freud rescata pero contina complejizando es la idea de que las pulsiones nacen a partir de estmulos externos que erotizaron el cuerpo. Esto, asociado a la representacin psquica de aquella satisfaccin, permite que el mismo cuerpo busque a travs de la pulsin aquel placer. Las pulsiones mismas, al menos en parte, son decantaciones de la accin de estmulos exteriores que en el curso de la filognesis influyeron sobre la sustancia viva, modificndola (Freud, 1914-16, pg. 116). Si se ha modificado el cuerpo es en tanto se le otorg un placer, y eso se vuelve una memoria que busca repetir el estmulo satisfactorio.Freud vuelve a darle el estatuto de representante (Reprsentant) psquico de los estmulos provenientes del cuerpo (a la pulsin), pero lo reafirma y agrega que por esto se trata de un concepto fronterizo entre lo psquico y lo somtico, adems de presentarse como una exigencia de trabajo impuesta a lo anmico por su trabazn con lo corporal (Freud, 1914-16, pg. 117). Me parece que, a lo largo del recorrido que hemos hecho, se puede encontrar ciertas definiciones o conceptos que llevan a equvocos. Sin embargo, y quisiera ser enftico en esto, nada puede hacernos pensar que la pulsin se trate de algo distinto que un concepto fronterizo. Me parece que la idea de una agencia (en tanto conjugacin entre dos polos), la idea de trabazn, y el mismo concepto de frontera, otorgan la posibilidad de imaginar la pulsin como un movimiento que tiene un lugar en el cuerpo, y un lugar en lo psquico, una zona de origen, una representacin que se vuelve una tarea. Para figurarnos el esquema pulsional, Freud nos entrega las partes de una pulsin, definiendo cada una como un concepto relevante para el estudio analtico. Estas partes son el esfuerzo, la meta, el objeto y la fuente. Esta ltima, plantea Freud, sera la menos relevante para el anlisis, veremos porqu. El esfuerzo (Drang) sera la esencia misma de la pulsin y se entiende como su factor motor, la suma de fuerza o la medida de la exigencia de trabajo que ella representa (Freud, 1914-16, pg. 117). Es la esencia de la pulsin en tanto que, en su fundamento, podramos pensar, la pulsin funciona al modo de un esfuerzo, de un movimiento, de un trabajo que va desde lo corporal a lo psquico, y, podramos agregar ahora, que vuelve al cuerpo al terminar. Es un esfuerzo tambin porque invita a buscar objetos, a tomar y dejarlos, y buscar una satisfaccin.La meta (Ziel) sera la satisfaccin que solo puede alcanzarse cancelando el estado de estimulacin en la fuente de la pulsin (Freud, 1914-16, pg. 118). Si bien se trata de una meta universal, invariable, existen distintos caminos que lleven a la satisfaccin, por lo que, segn Freud, habran metas intermediarias tambin. Ahora, en este punto, se trata (dice Freud), de una satisfaccin parcial. Esto es algo que ya hemos enfatizado antes, no puede cancelarse el esfuerzo constante de la pulsin, solo puede lograrse una satisfaccin parcial y temporal. El objeto (Objekt) es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Es lo ms variable de la pulsin () se le coordina solo a consecuencia de su aptitud para posibilitar la satisfaccin (Freud, 1914-16, pg. 118). No se trata necesariamente de un objeto externo, tambin puede ser una parte del propio cuerpo (autoerotismo). Adems, agrega Freud, un mismo objeto podra satisfacer distintas pulsiones simultneamente. Ahora, cabe la pregunta de qu ocurre con las representaciones? Solo objetos externos o del propio cuerpo pueden otorgar satisfaccin, o una representacin psquica tambin podra brindar algo parecido? Tiendo a pensar que una representacin en tanto una memoria de un objeto que otorg placer originariamente, debera poder brindar una satisfaccin (sustitutiva), pero para desarrollar esto, deberamos entrar en la segunda tpica freudiana y la segunda teora pulsional, a pesar de que en los comienzos de su obra tambin podemos encontrar material que permite sostener estas ideas.La fuente (Quelle) es un proceso somtico, interior a un rgano o a una parte del cuerpo, cuyo estmulo es representado {reprsentiert) en la vida anmica por la pulsin (Freud, 1914-16, pg. 118). Aqu Freud otorga una clave que no habamos considerado hasta ahora. Se habla de proceso somtico, a cambio de lugar del cuerpo. Podramos pensar que se trata de un proceso, en la medida en que se trata de una zona ergena, la erotizacin de un lugar del cuerpo se vuelve la fuente pulsional. La fuente es, por consiguiente, el momento somtico, no psquico () Este proceso somtico es inaccesible a la psicologa y casi siempre desconocido, pero sera especfico de cada pulsin parcial y determinara su fin particular (Laplanche, Pontalis, 1996, pg. 168). Cabe preguntarse, en qu medida es desconocido para la psicologa? En la medida en que el sujeto no puede dar cuenta de qu y cmo su cuerpo fue erotizado, aunque podramos encontrarnos con algo de eso en un psicoanlisis. Lo otro que aportan Laplanche y Pontalis a la comprensin, tiene que ver con que la naturaleza del proceso de erotizacin de una zona del cuerpo determinar la naturaleza de la pulsin y su meta particular.Es importante subrayar que, en esta etapa, Freud (1915) contina haciendo la distincin entre dos pulsiones primordiales: las yoicas (o de autoconservacin), y las sexuales. Sin embargo, l mismo reconoce que se trata de una construccin auxiliar, que se mantendr solo mientras sea til. Es decir, y como sabemos, es un esquema que l mismo somete a revisin y luego modificar, desarrollar luego en su segunda teora pulsional. Sin embargo, me parece que si el esquema era til en su momento, es por lo tanto merecedor de nuestra lectura y revisin. Entonces, por un lado tenemos Las pulsiones del yo, en tanto que solo pueden satisfacerse con un objeto real, efectan muy pronto el trnsito del principio de placer al principio de realidad, hasta el punto de convertirse en agentes de la realidad, oponindose as a las pulsiones sexuales, que pueden satisfacerse en forma fantasmtica y permanecen durante ms tiempo bajo el dominio del solo principio de placer (Laplanche, Pontalis, 1996, pg. 334). Me parece que en esta concepcin, los autores franceses logran desenmaraar muchas cosas que pueden no haber quedado tan claras en la obra de Freud, pero adems se valen de una comprensin de la obra en su conjunto para brindarnos esta idea. Lo importante es considerar que aun en este tiempo, Freud mantiene la oposicin entre las pulsiones yoicas y sexuales, y que ambas responden a naturalezas distintas y a procesos de satisfaccin diferentes. Unas se relacionan con los objetos de la realidad para satisfacer las necesidades requeridas para la vida propia, las otras continan dominadas por el principio del placer.Ahora, en cuanto a las pulsiones sexuales, estas son numerosas, brotan de mltiples fuentes orgnicas, al comienzo actan con independencia unas de otras y solo despus se renen en una sntesis ms o menos acabada. La meta a que aspira cada una de ellas es el logro del placer de rgano; solo tras haber alcanzado una sntesis cumplida entran al servicio de la funcin de reproduccin, en cuyo carcter se las conoce comnmente como pulsiones sexuales (Freud, 1914-16, pg. 121). Intentando hacer una traduccin de esto, podremos decir que las pulsiones sexuales se originan en distintas zonas ergenas, cada una con la misma meta de satisfacer el rgano que lanza el estmulo, pero que, debido al camino de investiduras de objetos particulares que van tomando y las satisfacciones parciales que estos brindan, se unen finalmente en una sntesis que en el retorno al cuerpo se pone al servicio de la reproduccin sexual. Esto es, al menos, en esta primera teora pulsional. La pulsin sexual en su conjunto puede analizarse en cierto nmero de pulsiones parciales: la mayora de ellas pueden fcilmente relacionarse con una zona ergena determinada (Laplanche, Pontalis, 1996, pg. 331).Las oleadas pulsionales. Conclusiones.Para ir terminando esta revisin, es importante hacerlo considerando la siguiente afirmacin freudiana: Podemos descomponer toda la vida pulsional en oleadas singulares, separadas en el tiempo, y homogneas dentro de la unidad de tiempo (cualquiera que sea sta), las cuales se comportan entre s como erupciones sucesivas de lava. Entonces podemos imaginar que la primera erupcin de lava, la ms originaria, prosigue inmutable y no experimenta desarrollo alguno. La oleada siguiente est expuesta desde el comienzo a una alteracin (Freud, 1914-16, pg. 126).Me parece que esta descripcin que nos entrega Freud al final de Pulsin y destinos de pulsin (1915) es bastante ilustrativa, aunque requerira de mayor desarrollo y profundizacin. Algo que podemos decir en este punto, es que la pulsin no solo puede ser entendida a partir de sus orgenes y sus partes, o de cmo se satisface, etc. Es importante tambin hacer una observacin compleja del esquema, y visualizarlo como lo ofrece Freud en esta ltima descripcin, es decir, como un conjunto de oleadas pulsionales, las cuales se vern afectadas por la primera gran ola que pone en movimiento a las dems. Existe en un comienzo un objeto externo que erotiza el cuerpo del nio y lo lleva a producir la primera ola pulsional. Esta, a su vez, llevar al sujeto a investir otros objetos, encontrar otras satisfacciones que lo que producirn ser, en efecto, una satisfaccin sexual, podramos decir. Esta satisfaccin no es otra cosa que ms erotizacin. He aqu entonces, el oleaje pulsional, constante e incancelable, con el que el sujeto se las tiene que ver dentro de sus posibilidades, y que interpelan tanto al cuerpo como a la vida anmica.Por ltimo, me parece importante volver a hacer hincapi en lo que se plante al inicio: este trabajo apunta a la revisin de la primera teora pulsional de Freud a partir de tres textos fundamentales. Sin embargo, cabe afirmar que para una comprensin ms compleja y fructfera, es necesaria la revisin de muchos otros conceptos y teorizaciones. Ms aun, este primer esfuerzo debe ser complementado con la segunda tpica y con la segunda teora pulsional de Freud. La pregunta es cmo se articula lo anmico, los oleajes y el primer esquema pulsional en la segunda tpica, con la segunda teora pulsional? Hay autores que se han dedicado a revisarlo (como Green), pero es un campo tan amplio y abierto, que siempre podr brindar nuevas lecturas e ideas.

Referencias Bibliogrficas.

Freud, S. (1994) Tres ensayos de teora sexual. Las Aberraciones sexuales. Pulsiones parciales y zonas ergenas (1905). Obras Completas, Vol. VII. Ed. Amorrortu. Buenos Aires, Argentina.

Freud, S. (1994) Contribucin a la historia del movimiento psicoanaltico y otras obras (1914-16). Cap. Introduccin al Narcisismo (1914). Obras completas Vol. XIV. Ed. Amorrortu. Buenos Aires, Argentina.

Freud, S. (1994) Contribucin a la historia del movimiento psicoanaltico y otras obras (1914-16). Cap. Trabajos sobre Metapsicologa; Pulsin y Destinos de Pulsin (1915). Obras completas Vol. XIV. Ed. Amorrortu. Buenos Aires, Argentina.

Laplanche, J., Pontalis, J. B. (1996) Diccionario de Psicoanlisis. (Primera edicin). Editorial Paids. Barcelona, Espaa.